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México – La educación de 2021: igualdad social y tecnología

La educación de 2021: igualdad social y tecnología

Hugo Casanova Gardiel

La educación nacional no enfrenta un buen pronóstico para 2021. Ni los problemas estructurales de la educación, ni sus asuntos coyunturales muestran señales consistentes de mejora. Y ello no representa un vaticinio pesimista, por el contrario, hoy resulta impostergable contar con un diagnóstico realista y demandar desde la sociedad un cambio de rumbo en el que se entienda que la educación no puede continuar siendo un ámbito ideologizado y mercantilizado por los poderes político y económico, sino un espacio estratégico comprometido con la formación de la niñez y la juventud con un horizonte de justicia social y de construcción de un mejor futuro nacional.

A las insuficiencias estructurales en términos de cobertura, calidad y equipamiento que han caracterizado por décadas a nuestro sistema educativo, se sumaron, en el año de la pandemia, serios problemas que ponen de manifiesto las vulnerabilidades sociales, educativas y digitales de la sociedad. Baste recordar que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, hoy apenas 21.9 por ciento de la población vive en condiciones de no pobreza y no vulnerabilidad social. Eso significa que en este 2021, el legado para ocho de cada 10 mexicanos será de algún déficit en términos de ingresos, salud, vivienda o educación. De manera particular el ámbito educativo seguirá siendo afectado por la crisis sanitaria que alejó de las instalaciones físicas a 36.5 millones de niños y jóvenes que son fiel reflejo de las asimetrías sociales.

Como se sabe, las estrategias gubernamentales para contrarrestar el cierre de las instalaciones escolares se apoyaron prioritariamente en las tecnologías digitales. De tal forma, las modalidades que asociaban la educación a la tecnología lograrían ubicarse como una respuesta oportuna ante una situación de clara emergencia. Sin embargo, en ese escenario también surgirían voces que llamaban a remplazar la educación “tradicional” por formas pretendidamente más efectivas y modernas. En tal sentido, la educación presencial comenzó a ser caracterizada por sus “inercias pedagógicas” y –como si ello fuera una cuestión de simple voluntad– por su falta de apego a la tecnología. En realidad, se cuestionaba lo escolar y se discutía la vigencia de la institución: cursos, programas, estrategias didácticas e incluso maestras y maestros que, esta vez, eran remplazados por la pantalla y por conductores de televisión.

Sin embargo, es necesario señalar que la educación difundida por medios digitales ha estado muy lejos de cumplir con el ideal de extenderse a grupos sociales más amplios. En vez de ello, se han hecho patentes las desigualdades de todo tipo y las mayorías volvieron a quedar al margen de los beneficios educativos. En 2020 se hicieron manifiestas las dimensiones de la brecha social y digital de los mexicanos y se pudo constatar como el estudiantado y sus familias tuvieron que asumir una parte significativa de los costos educativos en términos de equipamiento, conectividad, material documental y espacios físicos para el estudio. Eso sin contar el déficit vivido en términos afectivos, colaborativos y de socialización, difícilmente atendidos a través de la pantalla.

En el caso de la educación superior se ha hecho patente la supremacía del software propietario (Zoom, Google, YouTube) por encima de las modalidades libres. Así, las plataformas privadas han incursionado en los espacios personales e institucionales apropiándose y mercantilizando los datos de los particulares. Los corporativos informáticos fundan su acción en un modelo empresa-cliente que es transferido a la educación en una lógica en la que el conocimiento y la información devienen en mercancía. En tal sentido, se manifiesta una fuerte oposición entre las aspiraciones igualitarias de la educación pública y los intereses de los corporativos proveedores de servicios tecnológicos.

Por todo ello, hoy resulta imprescindible comprender a profundidad la racionalidad y mecanismos de operación de las modalidades digitales de enseñanza, así como su impacto real en los procesos educativos. Acaso sea posible plantear que, antes de convertirse en el remplazo de lo presencial, las herramientas tecnológicas en su conjunto pueden contribuir a su mejor desempeño. Así, el reto sería lograr que, aun tratándose de modalidades diferentes, sean orientadas hacia un fin compartido.

No cabe duda que necesitamos dar respuesta a las dimensiones estructural y coyuntural de la educación. En ambos casos las tecnologías digitales aparecen como un medio con enormes potencialidades para renovar lo educativo. Sin embargo, para atender la problemática de ese sector no basta con expresar buenas intenciones. Es preciso tomar decisiones con rigor y estrategia: estudiando las virtudes de lo digital, pero también considerando sus posibles riesgos. Es indispensable construir modalidades digitales pertinentes e igualitarias, acordes con los problemas de nuestro país –y no simplemente transfiriéndolas de otros contextos– y, por supuesto, es urgente fortalecer y renovar la modalidad presencial a la que habremos de regresar en algún momento.

¿Qué es necesario considerar para la vuelta? Sin duda debe insistirse en el tema de la cobertura en todos los niveles bajo un criterio de justicia social y exigencia académica. Es necesario contar con establecimientos educativos seguros, equipados, conectados, preparados para contingencias y situaciones calamitosas. Asimismo, deben hacerse los ajustes curriculares que permitan la plena incorporación de las modalidades digitales. Y, finalmente, ha de emprenderse un sólido programa de formación en el que maestras y maestros puedan adquirir las herramientas didácticas –presenciales y digitales– para contribuir a la educación de la niñez y la juventud mexicanas del tercer milenio. Ni más ni menos.

Director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM

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México: Los grandes laberintos de la educación en tiempos de pandemia

Los grandes laberintos de la educación en tiempos de pandemia

Miguel Ángel Pérez Reynoso

La llegada de la pandemia a nuestro país y a la mayoría de los países del mundo trajo consigo el agotamiento de los modelos tradicionales de atención educativa y la exigencia ineludible de innovar todo lo que implica atender educativamente a niñas, niños y jóvenes.

De esta manera la pandemia generó un enorme y complejo laberinto a todos los sistemas educativos en el mundo, dicho laberinto se convirtió en una serie de senderos, caminos, brechas y recovecos jamás explorados por el propio sistema. Pasar de una forma de atención directa y escolarizada a otra virtual remota y a distancia, fue la primera gran bifurcación que se generó en el laberinto del sistema. La segunda bifurcación fue el darnos cuenta de la capacidad real y operativa de los y las docentes para demostrar que estaban preparados para migrar a otras formas (a nuevas formas de atención escolar). Y la tercera gran bifurcación del laberinto del sistema se dio cuando se pasa de un sistema normalizado y legitimado basado en la atención escolar a otro, en donde las niños y los niños deberán conectarse der alguna maneras con sus profesores y en donde también se ha exigido que madres y padres de familia se invocaren en mejores formas de acompañamiento en favor de la atención escolar de sus propios hijos e hijas.

Estos nuevos trazos de las líneas y senderos del laberinto del sistema educativo de nuestro país, se van marcando a partir de un tejido jamás trazado y de la exigencia de transitar por caminos poco transitados.

De esta manera el sistema educativo visto como un complejo laberinto generó en los hechos, aglomeraciones, atropellamientos y un colapso de tránsito parecido a una ruta vial del periférico a las 2 de la tarde. El laberinto del sistema se ha congestionado de mas, nos hemos visto paralizados y lo que le ha hecho falta son ideas y propuestas para poder avanzar en orden y dejar que los demás avancen.

La metáfora no es ociosa ni tampoco impertinente, estamos en realidad ante los trazos de un nuevo laberinto el cual supimos en donde fue la entrada pero desconocemos el camino a la salida y desconocemos también en donde nos encontramos en estos momentos. El laberinto del sistema educativo nacional no cuenta con GPS, ni mecanismos virtuales para darnos cuenta de la ubicación en tiempo real en donde nos encontramos parados hoy en día. Estamos perdidos en una selva pedagógica llena de confusiones y de preguntas sobre las cuales no es posible generar respuestas certeras y convincentes. ¿Qué hacer ahora para salir de este complejo laberinto en el que nos encontramos muchos y muchas? No lo sé, creo que pocos lo saben, de entrada reconocer que esta es nuestra nueva realidad, la nueva normalidad, entender que el espacio y el camino por recorrer son nuevos, y por ultimo caminar con mesura con ojos de investigador para poder aprender del nuevo camino que recorremos.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/los-grandes-laberintos-de-la-educacion-en-tiempos-de-pandemia/

 

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Ser padres en la era de la deconstrucción masculina: un mapeo sobre las paternidades actuales

Por: Mariana Fernández Camacho

Papás que cambian pañales, participan de actos escolares y leen cuentitos de noche. ¿Es suficiente? Los últimos datos nacionales revelan que las mujeres dedican seis horas promedio al día en las tareas de cuidados del hogar y de los niños y los hombres sólo dos. ¿Se puede pensar en una nueva paternidad sin pensar en nuevas masculinidades?

La anécdota familiar recuerda seguido la vez que el bisabuelo hizo volar de un sopapo a su hijo Delfino, cansado de las travesuras con las que su esposa le contaba que tenía que lidiar todos los días.

-¿¡¡Pero qué has hecho Manuel?!! ¡¡Vas a matar al niño!! ─parece que gritó angustiada la bisa.

-Entonces, no me vengas con esas cosas mujer. Soluciónalo tú.

“Esas cosas” eran ni más ni menos que criar cinco hijos durante los primeros años del siglo 20 en una habitación de una casa de alquiler del microcentro porteño.

La historia se va heredando siempre en el mismo tono jocoso. “Es que el gallego era buenísimo, pero era así la época…”. Una época en la que se vivía con la amenaza firme sobre aquello que iba a ocurrir “cuando llegue tu Padre”. Un Padre con mayúscula ocupado en proveer que acechaba de lejos.

Pero los tiempos cambian y “ser papá” no es una vivencia inamovible que surge por default después de un parto. Ser papá es una posibilidad, un proceso en construcción permanente. La invitación a desaprender para hacer otros caminos al andar.

 

Sebastián Fonseca, sociólogo, fundador del Centro de Estudios de Masculinidades de la Universidad Nacional del Comahue y autor del libro La Ilusión Masculina

“Se supone que paternamos como aprendimos, de acuerdo a nuestra propia experiencia en tanto hijos. Existe una relación muy clara entre el modelo de masculinidad mayoritaria y la paternidad tradicional, donde podemos identificar roles y actitudes clásicas como ser competitivo, fuerte, independiente, no expresar emociones consideradas signo de debilidad, ser dominante, protector, etc. Pero quienes intentamos desaprender esas maneras tradicionales de ejercer la paternidad como una función de transmisión de normas sociales, empezamos a entenderla como relación afectiva, como presencia que estimule y acompañe el desarrollo emocional”, dice Sebastián Fonseca, sociólogo, fundador del Centro de Estudios de Masculinidades de la Universidad Nacional del Comahue y autor del libro La Ilusión Masculina.

Desde hace siete años, Mariano milita el apego con sus mellizos varones. Reconoce lo que le faltó y por eso insiste en democratizar el derecho a mimar y a disfrutar de los mimos: “En lo que más me esfuerzo en hacer distinto es en la demostración del amor. Llenar a mis hijos de besos, decirles que los amo, abrazarlos, estarles encima. Porque es hermoso construir un vínculo de pegoteo con los hijos y porque quiero que ellos sientan que es genuino y propio de la relación con un papá. A mí de chico me faltó y sentí esa falta, por eso hago lo contrario”.

Los mellis usaban pañales todavía cuando su mamá y su papá se separaron y comenzaron a pasar la misma cantidad de días y de noches en casas diferentes. Acomodar horarios para la consulta al pediatra o la reunión con las señoritas del colegio, bancar las clases de pileta y los zoom de matemática, cambiar regalos que quedaron chicos, mirar tutoriales de cocina que ayuden a variar menús, y recordar que en la heladera siempre haya tomate para un hijo y huevo para el otro son algunas de las tareas de Mariano que marcan rutinas paternas diversas.

Pablo también es papá de varones y también se propuso criar a consciencia a partir de revisar cómo se construyó su identidad de varón: “Creo que el desafío primero y fundamental tiene que ver con mostrar en acciones lo que transmito en palabras. No `ayudo´, me hago cargo de la crianza y de las tareas de cuidado a la par de mi compañera. Pero además trato de pensar en mi infancia ─los grupos de pertenencia, los medios de comunicación, etc─ para transmitirles ahora a mis hijos por ejemplo que las emociones, sean cuales fueren, no tienen sexo ni género”.La distribución de las tareas domésticasLa distribución de las tareas domésticas

¿Revolución masculina o lavado de cara?

Pareciera, entonces, que empieza a instalarse una era de cambios en el ejercicio de la paternidad. Camada de nuevos papás decididos a abandonar el rebaño en pos de porvenires familiares menos crueles y más liberadores.

Sin embargo, este imaginario colectivo choca de frente con la evidencia de los datos. Según la “Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia COVID‐19 y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana” que UNICEF realizó en hogares urbanos con niñas, niños y adolescentes durante 2020, las mujeres concentraron la mayor parte de las tareas del hogar y del cuidado sin distinción por nivel educativo.Mariano y sus mellizos en la cancha. La encuesta de UNICEF dice que los padres prefieren compartir con sus hijos actividades recreativasMariano y sus mellizos en la cancha. La encuesta de UNICEF dice que los padres prefieren compartir con sus hijos actividades recreativas

El informe asimismo reveló una mayor predilección de los hombres por las actividades ligadas a la esfera económica y el comando de recursos ─como ir de compras durante el aislamiento─ y a lo recreativo ─jugar con los niños y las niñas─. En cambio, tareas como cocinar, limpiar y acompañar en las responsabilidades escolares quedaron exclusivamente a cargo de las mujeres. Home office mata refregar inodoros. Es decir, lejos de aprovechar la oportunidad para renovar la baraja, el ASPO reafirmó los roles de género en la distribución de “lo doméstico”.

Lo llamativo es que a veces efectivamente el árbol tapa al bosque. Un trabajo de la consultora Bridge The Gap y Bumeran, que apuntó a conocer también el impacto de la pandemia en hogares del país, señaló una notable diferencia en la percepción de la realidad según el género. Mientras seis de cada diez varones encuestados consideró que existe una distribución más equitativa de las tareas domésticas, apenas tres de cada diez mujeres estuvieron de acuerdo con esa afirmación.

Fonseca describe el panorama en términos de ilusiones: “En los talleres, cuando describo las características de la masculinidad tradicional nunca falta el varón que señala que ese modelo ya no se condice con la realidad y que muchos están cambiando. Pero cuando pregunto si alguien conoce a un varón que haya tomado la decisión de poner en pausa sus estudios o su carrera profesional para dedicarse tiempo completo a la crianza, la respuesta siempre es parecida: menos del 5% asegura conocer, o haber conocido, alguna experiencia así. Entonces, ¿de verdad está cambiando la manera en la que los varones construimos nuestra identidad masculina? Porque puede que se trate de una ilusión, de un maquillaje que la masculinidad tradicional nos presenta para no perder su centralidad en la configuración de las relaciones de poder. Es necesario que de verdad nos interesemos por las desigualdades que reproducimos a diario y que nos ocupemos de generar espacios igualitarios”.Licencia por partenidad en la ArgentinaLicencia por partenidad en la Argentina

Más días para cuidar

Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Pero para modificar rasgos culturales súper naturalizados bueno sería contar con un sistema de licencias equitativo que aporte a garantizar el derecho a cuidar de las familias y a ser cuidados de las niñeces.

En Argentina, los varones y progenitores no gestantes que trabajan en el sector privado tienen derecho a dos días de licencia remunerada por nacimiento de hija o hijo ─de los cuales al menos uno debe ser hábil─, de acuerdo a la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo (LCT) sancionada en 1974. Por el Convenio Colectivo de Trabajo que regula a cada sector se pueden ampliar. La misma legislación establece para las mujeres y personas gestantes 90 días de licencia por maternidad paga. Si bien los tiempos son claramente más extensos, no alcanzan el piso de 14 semanas que marca el Convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).Licencia por paternindad en América LatinaLicencia por paternindad en América Latina

En paralelo, el sector público cuenta con distintos plazos según la jurisdicción. A nivel nacional la licencia es de 15 días por nacimiento para la persona no gestante y de 100 días para la persona gestante.

El régimen actual, además, ni siquiera repara en la diversidad de grupos. Las familias homoparentales y las adoptantes no disfrutan de los mismos derechos, tampoco se consideran días adicionales de licencia por embarazos múltiples o por hijos con discapacidades.

Cuando nacieron los mellizos, Mariano se pidió vacaciones. Que el parto fuera en diciembre le permitió juntar dos períodos de vacaciones y alargar un poco la vuelta al AFSCA (actual ENACOM) donde trabaja. Cuando ese tiempo acabó, pidió cambiar su turno laboral a la noche para lograr el enroque con la vuelta a la casa de la mamá de los nenes. Cual juego de ajedrez se fueron moviendo buscando la delicada y estresante conciliación de las vidas productivas y reproductivas.

Muy importante es señalar que solo el 47,5% de los trabajadores y el 51,1% de las trabajadoras que son padres o madres están cubiertos por las licencias escuetas. El acceso a este derecho se encuentra, encima, condicionado al modo de inserción laboral y es una garantía únicamente para los asalariados formales. El esquema excluye a informales, monotributistas, autónomos, desocupados e inactivos.Florencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPECFlorencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC

En diálogo con Infobae propone Florencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC): “Proponemos una reforma del régimen de licencias por nacimiento o adopción basado en tres principios. La universalidad, abarcando a todas las personas con hijos/as. La co-parentalidad, fomentando el rol de los progenitores no gestantes en el cuidado y la crianza. Y, por último, la adaptabilidad, que apunta a brindar flexibilidad a las familias en el uso de las licencias. En este sentido, tanto la ampliación de la licencia por paternidad (o para progenitores no gestantes) como la creación de una licencia familiar de uso distinto pueden contribuir a avanzar en los principios por involucrar a ambos progenitores y por otorgar mayor libertad a las familias para organizarse según sus necesidades. Así, las familias tendrían mayores oportunidades para ejercer su derecho al cuidado”.

Por su parte, Carolina Villanueva, directora de la organización Grow -género y trabajo-, pone el foco en las evasivas: “Proyectos de reformas de licencias ha habido y hay un montón. Lo que falta es decisión política. La primera excusa que surge es la de pensar que en Estados quebrados es difícil aumentar la presión social sobre el sistema de seguridad y previsión para el financiamiento de estas licencias. Pero el tema es definir qué se prioriza en las políticas y por qué nunca termina siendo prioridad acciones que los movimientos de mujeres estamos demandando hace mucho. Por otro lado, creo que debería aumentar el pedido de los hombres por paternidades más activas. Sino, seguimos siendo las mujeres quienes demandamos por el derecho a cuidar de los varones”.

Lo personal es político

-Como hombre me beneficia, pero igual me parece raro que el feminismo no plantee más fuertemente el tema de las licencias siendo algo que igualaría bastante las situaciones laborales.

-¿Pero siempre depende de que nosotras nos movamos?

-Bueno, aprovechemos el impulso. Es como si te viera yendo a la cocina y te pida que lleves un vaso.Carolina Villanueva, directora de la organización GrowCarolina Villanueva, directora de la organización Grow

¿Por qué los varones se resisten a protagonizar una lucha que los involucra tan directamente? ¿Por qué no rebelarse con más compromiso quienes no se sienten reflejados en el espejo de la masculinidad tradicional? ¿Qué lugar se autoasignan como padres en realidad?

Para Sebastián Fonseca, los cambios identitarios ─entre varones de diferentes generaciones por ejemplo─ no alcanzan para hablar de nuevas masculinidades si no impactan en el plano de la subjetividad pero, sobre todo, en la democratización de las relaciones de poder: “Como colectivo no tenemos un horizonte político claro. Por eso es importante que cada vez más varones comuniquemos las ideas del feminismo, que es una invitación para el mundo, y desarrollemos propuestas que despierten el interés de los varones ideológicamente más cercanos. Es preciso que nuestras unidades organizacionales, familiares, de militancia, de acción social, política, sindical, barrial, etc, se parezcan lo más posible al horizonte social que nos permitimos desear”.

Criar y cuidar es un trabajo, una actividad permanente y fundamental que necesita de la politización de un abordaje colectivo. No debería tratarse de producir generaciones en serie, sino de crear un mundo nuevo con varones decididos a desmoldarse para paternar desde lo personal, lo familiar y lo político. Porque “padres eran los de antes”, pero mucho mejor serán los que vendrán… si se lo proponen.

Fuente e imagen: https://www.infobae.com

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Violencia y acoso, un problema estructural del capitalismo

Por: Eduardo Camín

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó una campaña para promover la ratificación del Convenio sobre la Violencia y el Acoso, que entra en vigor el próximo 25 de junio de 2021, dos años después de su adopción por la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT)

Hasta el momento, seis países han ratificado el Convenio sobre la violencia y el acoso, 2019 (número 190): Argentina, Ecuador, Fiji, Namibia, Somalia y Uruguay. Los países ratificantes están jurídicamente obligados a cumplir las disposiciones del Convenio un año después de la ratificación. Junto con la Recomendación número 206, el Convenio 190 reconoce el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, y prevé un marco común para la acción.

La violencia y el acoso en el trabajo adoptan diversas formas y causan un daño físico, psicológico, sexual o económico. Tras la adopción del Convenio, la pandemia de COVID-19 ha puesto esta cuestión aún más de relieve, pues desde el inicio del brote en todos los países se han denunciado muchas formas de violencia y acoso relacionadas con el trabajo, en particular contra las mujeres y los grupos vulnerables.

Para conmemorar la entrada en vigor de este instrumento, la OIT pondrá en marcha una campaña mundial para promover su ratificación y aplicación. El objetivo de la campaña es explicar en términos sencillos qué es el Convenio, las cuestiones que abarcan y cómo procura poner coto a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.

Guy Ryder, Director General de la OIT señaló al respecto: “Un futuro del trabajo mejor está exento de violencia y acoso”. Añadió que “el Convenio número 190 exhorta a todos los Estados Miembros de la OIT a erradicar del mundo del trabajo la violencia y el acoso en todas sus formas. Insto a los países a ratificar el Convenio y ayudar a construir, junto con los empleadores, los trabajadores y sus organizaciones, una vida laboral digna, segura y saludable para todas las personas”.

La Semana de Acción dio comienzo con un diálogo virtual de alto nivel. Entre los oradores estuvo el Director General de la OIT, Ministros de Trabajo de la Argentina y Madagascar, y representantes de la Organización Mundial de Empleadores (OIE), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Unión Interparlamentaria (UIP).

Después de la Semana de Acción, la OIT publicará una guía destinada a ayudar a los mandantes y otras partes interesadas a promover y aplicar el Convenio y la Recomendación. La guía abarca principios fundamentales y medidas que los países pueden adoptar a fin de prevenir, abordar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, entre otras cosas, ejemplos de leyes, reglamentos y políticas nacionales.

El dialogo virtual “de alto nivel” una dicotomía entre los hechos y las palabras
El arte de narrar es tan antiguo como la humanidad; pasando de las leyendas populares a las normas de buena educación de los relatos históricos y las leyes. Tal vez sea porque la existencia de un pensamiento narrativo es un género de aptitud o predisposición que, en la experiencia cotidiana, no siempre concuerdan el plano de las acciones (el hecho) y el de las palabras que expresan nuestros sentimientos.

Teniendo en cuenta estas reflexiones, adquieren un valor especial los informes sobre algunos temas, que implican un conjunto de teorías intuitivas relacionadas con el funcionamiento de la humanidad.

Sin dudas, las masivas movilizaciones que en los últimos años han tenido lugar en una gran cantidad de países en contra de los feminicidios y de las múltiples violencias machistas son una muestra de que la legislación concreta sobre violencia machista, así como la actuación de la Justicia en estos casos, es insuficiente, cuando no tardía.

Eso no significa no acompañar el reclamo de justicia para víctimas de feminicidio o violencia, o la exigencia al Estado por derechos elementales para las mujeres. Pero visto lo visto, no habría que conformarse sólo con eso.

No se debe ignorar que en la relación entre el capitalismo y el patriarcado se puede ver en las leyes hechas por el Estado capitalista y sus instituciones que benefician la legitimación de las violencias machistas, como pueden ser las reformas laborales y los recortes en sanidad, educación y leyes de dependencia, que se suman a las ofensivas que defienden el papel de la mujer como ama de casa y cuidadora dentro del hogar.

Y todo esto –recortes y roles de género- también beneficia al capitalismo con el ahorro de las tareas domésticas y de cuidados, es decir, el trabajo de reproducción del trabajo, que llevan mayoritariamente las mujeres dentro de los hogares, y que es indispensable para el mantenimiento de la fuerza de trabajo de la que se nutre el capitalismo.
Los Estados y sus leyes consideran el feminicidio como un fenómeno aislado, con componentes de comportamientos individuales. Muchas veces se presenta a estos individuos como inadaptados o con algún tipo de patología individual, dejando de lado que el machismo es una cuestión estructural.

Por lo tanto, se debe considerar sin ambigüedades como expresiones de violencia machista el maltrato físico y psicológico, la violencia laboral ejercida hacia la mayoría de las mujeres (trabajadoras, jóvenes e inmigrantes), la sexual, el acoso callejero, o la presión estética, por ejemplo.

Sin embargo, ninguna de estas expresiones de violencia machista desaparecerá bajo la actual sociedad capitalista. En el ejemplo de la presión estética, a pesar de que haya mujeres que rompen con los cánones estéticos que brutalmente se les imponen desde pequeñas, no estará al alcance de todas hasta que se acabe con el empleo en el que no te contratan si no encajas con lo socialmente considerado atractivo.

Las leyes y la política capitalista tienen un claro objetivo: gestionar los intereses de la burguesía. Confiar en esta legislación como garantía de “protección” o “libertad”, en lo que respecta a la violencia machista, es poner el peso de la lucha en el mismo Estado que legisla según los intereses que tenga en ese momento, a favor o en contra de los derechos de la mayoría de las mujeres.

En el mejor de los casos, cuando el Estado capitalista hace ciertas concesiones en forma de leyes, el problema sigue existiendo porque continúa rigiendo un sistema capitalista, que tiene uno de sus pilares en la desigualdad. Por lo tanto, a pesar de la legislación, las concesiones no son accesibles a todas las mujeres.

 

En muchos países con legislaciones avanzadas se concedieron permisos de maternidad. No obstante, la realidad sigue siendo que miles de mujeres tienen que renunciar a sus trabajos para cuidar de sus hijos e hijas porque tienen unos trabajos precarios y sigue existiendo una profunda brecha salarial entre hombres y mujeres. Todo esto se profundiza con los recortes en sanidad, dependencia y educación, por los que miles de mujeres tuvieron que volver a sus casas a cubrir este trabajo no garantizado por el Estado, dejando sus empleos o cargándose con una doble jornada laboral interminable.

La perspectiva o enfoque de género es una categoría de análisis de los hechos e instituciones sociales que incide en el examen de las relaciones entre poder, sexo y género, sus distintas manifestaciones y los procesos a través de los cuales se originan, reproducen y se transforman.
Así pues, se incide en el análisis de las ideologías y las relaciones sociales inequitativas, el acceso o no a los recursos materiales y simbólicos de la sociedad o sus limitaciones y las jerarquías sociales en función al sexo-género de las personas.
De esta forma, el enfoque de género proporciona una manera de descubrir y decodificar los significados de las diversas y complejas formas de interrelación humana, las relaciones de poder y sus distintas manifestaciones construidas culturalmente en función a la diferencia sexual.
Los convenios vinculantes avalados por los Estados pueden servir -a condición de que se apliquen. Que no sean un simple ardid de tardes soleadas en la ciudad de Calvino en interminables asambleas so pretexto de los derechos (in)humanos.

 

El autor es periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).

Fuente e imagen:   www.alainet.org/
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Un programa informático predice los gustos artísticos de las personas

Un programa informático reconoce las propiedades visuales presentes en una obra de arte, así como el impacto que producen en el espectador. Con esa información, puede anticipar las preferencias estéticas de una persona e incluso desarrollar un gusto artístico propio.

Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han desarrollado un programa informático que predice las preferencias artísticas de las personas. Identifica las características visuales de una pintura y el impacto que genera en el espectador: a partir de esos datos, puede anticipar los gustos de cada persona. Incluso podría desarrollar un gusto estético propio.

Según se explica en una nota de prensa, el equipo de investigadores reclutó a más de 1.500 voluntarios para calificar pinturas en varios géneros y campos de color, y proporcionó esos datos al programa. El nuevo estudio fue publicado en la revista Nature Human Behavior.

Posteriormente, el software fue instruido para identificar las propiedades visuales de una pintura y su impacto en las personas que formaron parte del experimento, y a continuación fue capaz de calcular la influencia de cada propiedad visual en los participantes. De esa forma, pudo anticipar las preferencias artísticas de cada uno.

El proceso que determina el gusto artístico

Más allá de esta capacidad «adivinatoria» que detenta el programa informático, los científicos estadounidenses creen que un aspecto crucial es la posibilidad de conocer en profundidad los mecanismos que subyacen a una elección estética. En otras palabras, descubrir por qué una persona opta por un cuadro cubista y otra lo hace por una pintura impresionista.

Los especialistas creen, de acuerdo a los datos recopilados por el software, que las personas tienden a analizar características de imagen elementales, como el contraste o el tono, y a combinarlas para elaborar juicios estéticos.

De esta manera, se estaría comprobando que, aunque las preferencias artísticas tienen un alto nivel de subjetividad, también pueden ser clasificadas en función de ciertos patrones relativamente objetivos.

En el mismo sentido, hallaron que los participantes demostraban una cierta identificación con algunas características visuales, que luego influían en sus elecciones.

Por ejemplo, la mayoría de las personas indicó que se sentía especialmente atraída por las pinturas con representaciones de objetos reales. Al mismo tiempo, otro grupo se declaró motivado por los colores vivos del impresionismo, en tanto que un tercer colectivo optó por las abstracciones y las figuras complejas.

El gusto estético «artificial»

En otra parte de su estudio, los investigadores entrenaron a una red neuronal artificial de aprendizaje profundo, que logró los mismos resultados que el programa informático en cuanto a las predicciones de los gustos artísticos. Sin embargo, en este caso se sumó un nuevo ingrediente: la habilidad de estas redes neuronales profundas para «aprender» de forma independiente.

Como el sistema de Inteligencia Artificial puede diseñar nuevas soluciones a partir de los datos que va obteniendo de la realidad y de los «aprendizajes» que va acumulando, los investigadores concluyeron que podría ser factible que estos sistemas adquieran una especie de gusto artístico propio, similar al que desarrolla un ser humano.

La emocionante teoría es difícil de comprobar, pero podría indicar que la selección de categorías visuales surgiría de forma espontánea en una arquitectura artificial con características similares al cerebro humano. Es precisamente lo observado por los científicos al momento de apreciar el trabajo de las redes neuronales.

A pesar de esto, son justamente los aspectos subjetivos propios del ser humano los que ponen un límite a estos sistemas: los científicos indicaron que cuestiones como los significados personales ligadas a una pintura o su relación con posturas ideológicas resultan todavía imposibles de resolver por parte de los sistemas informáticos.

Referencia

Aesthetic preference for art can be predicted from a mixture of low- and high-level visual features. Iigaya, Kiyohito, Yi, Sanghyun, Wahle, Iman A., Tanwisuth, Koranis and O’Doherty, John P. Nature Human Behaviour (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41562-021-01124-6

Foto: cuadro abstracto de Joseph Schillinger. Crédito: Smithsonian American Art Museum / Donación de la Sra. Joseph Schillinger.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/un-programa-informatico-predice-los-gustos-artisticos-de-las-personas.html

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Retos para la formación docente post-pandemia: ¿Hacia dónde dirigir la mirada?

Por: Miguel Ángel Pérez

Comienzan a abrirse algunos espacios pensados en reflexionar y debatir en torno a la formación de las y los nuevos docentes después de la pandemia. Existen algunos convocatorios en torno a la realización de Congresos de Educación Normal tanto a nivel local como en el ámbito nacional, cuyo centro de discusión y deliberación está relacionado con la formación docente en medio de la pandemia. Sin embrago el error que pueden volver a cometer las instituciones formadoras de docentes (escuelas Normales y otras instituciones formadoras de docentes), es dirigir la mirada hacia el pasado hacia lo que ya hacíamos y era exitosos en un contexto que ya no es este contexto.

Dentro de las diversas enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, es que la mirada deberá estar dirigida en prospectiva, pensar en lo que viene o en lo que está por venir por encima de lo que ya ha pasado. La pandemia nos enseñó que no todo es virtualidad ni educación remota o a distancia; la pandemia nos enseñó también lo frágiles y lo vulnerables que somos no solo en el aspecto médico o biológico también en lo educativo

Formar docentes hoy en día bajo este contexto post-pandémico tiene que ver con ser sensibles a una realidad inédita que ha movido casi todo de la vida cotidiana de las personas y por su supuesto también de las instituciones que hacen educación, que forman docentes, junto con las diversas tendencias que hablan de formación docente (ahí ya es posible hablar de una pedagogía de la pandemia), etc.

Por lo tanto, la formación docente comienza por reconocer la diversidad de posibilidades de atención educativa y la exigencia de formarse para reconocer dicho abanico de posibilidades.

Formar docentes bajo esta nueva serie de exigencias, está relacionado con lo que se llama la “versatilidad curricular” a partir de reconocer que han cambiado los contextos (se han hecho diversos) han cambiado los sujetos y se han modificado los medios y las formas de atención escolar. Al final de ello se puede hacer una matriz que abra las distintas posibilidades de atención educativa. Entonces la exigencia ahora es formarse para un mundo lleno de elementos impredecibles y de los cuales no se tiene control, solamente (y de manera parcial) de la capacidad profesional de quien realiza la tarea.

El rol o el perfil de las y los docentes que habrán de arribar a las instituciones en el escenario post-pandémico, deberán ser lo suficientemente competentes para crear ambientes de aprendizaje bajo distintos formatos (virtual, presencial, híbrido), deberán saber hacer adaptaciones curriculares para distintos sujetos de contextos muy diversos. Y, por último, la claridad y la verificación del logro de aprendizajes deberá ser a partir de nuevos aprendizajes, en este último aun no tenemos propuestas claras, ni evidencias de instancias que hayan sido exitosas con sus propuestas educativas y con la forma de evaluar los aprendizajes esperados durante este contexto de ninguna instancia, que eduqué o que evalué los aprendizajes esperados.

Como podrá verse la tarea no es sencilla de ahí la urgente necesidad de cambiar la mirada y de dirigirla ahora ante un escenario totalmente nuevo y mucho más demandante de que lo hacinamos o conocíamos con anterioridad.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/retos-para-la-formacion-docente-post-pandemia-hacia-donde-dirigir-la-mirada/

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Evaluar para saber dónde estamos parados

Por: Miguel Andrés Brenner

En Argentina, hoy, se reitera el espíritu del capitalismo neoliberal pedagógico, dentro de un entramado electoralista, que llega a la exageración de tornar medidas pedagógico didácticas en materia de decisión judicial, debido a la puja entre dos frentes partidarios: uno denominado neoliberal/conservador, mientras que el otro denominado populista.

Pero, vayamos directamente a nuestro tema.

Ciertamente, Paulo Freire no vivió en nuestra época, con nuestras problemáticas. Sin embargo, su pedagogía es tan potente, que siempre algo tiene que decirnos para nuestros avatares, y ese algo trasvasa al mismo con un sentido trascendente, con un sentido que convoca a la esperanza.

Las evaluaciones que se diseñan a partir de las políticas neoliberales capitalistas, nos sugieren dos relatos simples, en se tanto niegan a mostrar nuestra humanidad tan vivida y proclamada por Paulo Freire, vibrante de carne y nervios, nervios y corazón, cuyo espíritu de vida es inabordable desde parámetros reductores a medición.

RELATO 1

Mi nombre es Martín. Estoy en una escuela donde se enseña a manejar, soy alumno y debo aprender. Salgo con mi automóvil desde un punto de inicio hasta otro de llegada. Mi automóvil se encuentra desvencijado, chapas oxidadas casi despedazadas, motor que apenas funciona, asientos que no permiten una mínima comodidad para un conductor. El camino es muy tortuoso, con muchos baches, se encuentra en tal estado que difícilmente alguien con un auto nuevo podría llegar a destino. El combustible que se me asigna, apenas da para algunos poquitos kilómetros. Mi estado es de mucho stress, tengo todo el cuerpo dolorido, me encuentro sin suficiente alimento para manejar en una ruta, estoy sumamente cansado. El camino tiene variadas bifurcaciones, no hay señal alguna, con lo que se hace difícil llegar a un destino cierto.”

A pesar de todo ello, la directora de la escuela me quiere evaluar ‘para saber dónde estamos parados’. Mi maestra Fernanda le dice a la directora que soy muy buen alumno, aunque no me encuentro en las mejores condiciones para ser evaluado. La directora, que no tiene título docente y nunca dio clases en el sistema educativo, se llama Soledad Antuña.[1] Ella insiste en que como maestra no quiero hacerme cargo de mi mala enseñanza, que hay que saber dónde estamos parados para hacer las modificaciones que se consideren pertinentes. Y lo llama al periodista Jorge Lata [2] para que difunda ante todos que me niego, que soy terco, y que por mi culpa la educación anda mal.”

Ocurre que Soledad pretende que los logros a obtener en el sistema educativo sean los mismos para todos, que tengan una calidad similar a la de cualquier objeto que en un mercado internacional tiene parámetros de calidad “medibles”. Con el mismo parámetro se mide a un alumno de la Villa 31 que a un alumno de un country de 5 estrellas de los Altos de San Isidro. No vale explicarle que lo que hay que modificar, en principio, es el punto de partida y no el punto de llegada. Cualquier alumno tiene la posibilidad de ser excelente, si se preocupa al respecto, pero tiene que vivir y convivir en una comunidad, en una comunidad que lo críe y le ayude a crecer, que lo alimente con nutrientes sanos, que viva en un clima acogible desde el punto de vista medio ambiental, también desde el punto de vista emocional, que el entretenimiento con el que se encuentra en los multimedia digitales le ayude a entrever críticamente la realidad y a relacionarse con los otros, solidarizándose con ellos si fuere necesario, que aprenda lo que el trabajo significa a través de vivir desde sus padres un trabajo decente y creativo, etc. Estos aspectos Soledad no los tiene en cuenta. Consecuencia, si se hace la medición/evaluación se apunta, en última instancia, a desacreditar del alumno Martín y de su maestra Fernanda. Esto significa, ni más ni menos, la mercantilización de la pedagogía.

El maestro es un profesional de la educación. Conoce lo que es una prueba diagnóstica, y sabe lo que puede hacer si se aplica la misma a los alumnos, sabe también lo que, lamentablemente, no puede hacer y que, al respecto, necesitaría de una ayuda de los de arriba, que jamás viene. Las soluciones prácticas no provienen desde los organismos centrales, solo provienen desde los de “abajo”, que se manchan los pies con barro y las manos con tizas.

¿Qué nos diría Paulo Freire en tal sentido? La evaluación es un proceso dialógico. O sea, no debo “evaluar-sobre-otros”, debo “evaluar-con-otros”. Evaluar con otros significa que me mimetizo con el sentir-pensar de mis alumnos y los ayudo a trascender su situación particular en tanto ellos también se mimetizan conmigo, me comprenden y me ayudan a crecer. No hay que evaluar desde-arriba, con criterios establecidos universalmente. Hay que evaluar en tanto nos evaluemos mutuamente, en tanto encontremos problemas de la vida que sean comunes al mismo mundo en el que vivimos, en tanto nos angustiemos porque vivimos lo mismo, aunque en cierto modo desde diferentes perspectivas. Y, desde esa inquietud, modificándonos unos a otros, mutuamente, potenciemos hasta lo imposible un camino que aún es difícil prever, pues el suelo común desde el que partimos es como la tierra fértil que nos anima hacia lares pensados como los impensados. Pensar críticamente es, dialogando con diferentes alternativas, casi como jugando con una pelota de la que no se sabe con precisión cuál será su derrotero, “empujar” con un ánimo compartido. Así, al final del camino, un final deseado pero nunca arribado, Martín y Soledad, Jorge y la maestra, sean más humanos en la esperanza de un situarse potenciando la vida, vida en comunidad.

RELATO 2 [3]

Juancito vive en un hábitat sucio, hacinado; la escuela le ofrece un mínimo espacio limpio donde cada uno ocupa un espacio propio. Vive dentro de relaciones donde papá y mamá pueden ser ni papá ni mamá, familia desquiciada; la escuela le ofrece un maestro, un maestro, que puede tener conflictos, pero es maestro y con otros maestros que son maestros. Vive en un lugar donde la estética es la falta de estética; la escuela le ofrece la posibilidad de dibujar, de colorear. Vive en un lugar sin sorpresa, pues la pobreza y miseria no le da otra posibilidad; la escuela le ofrece la posibilidad de decir, hablar, hacer cosas muy buenas y que no han sido previstas, que excede a las normas y estándares, pues algo de creatividad siempre es posible. Vive en un lugar donde papá, o quien hace de él, lo maneja y descarga en él sus frustraciones; la escuela le ofrece alguien que, bien o mal, se preocupa de él. Vive con un papá al que solamente le importa su hijo en la medida en que no está en casa (no se pregunta tanto si aprende, sino «¿qué hago con mi hijo si no hay clases?»); en la escuela puede lograr un poquito aprender lo que en casa se le puede negar. Vive en un lugar donde las necesidades son de urgencia, no pueden esperar, y si no se cumplen, no come lo suficiente; en la escuela se le intenta enseñar a esperar cuando tiene dificultades, esperar para lograr los objetivos, aunque no fueren demasiados. … y muchos, pero muchos más ejemplos podrían darse. Pero Fernanda, su maestra, es evaluada, y se le pregunta acerca del Proyecto Educativo Institucional como también acera del tsunami de normativas existentes, y no responde lo que se espera que responda ella y todos los maestros, de la misma manera, como la Coca Cola es la misma en Tailandia, Grecia, Estados Unidos de América y Argentina, es la misma en Los Altos de San Isidro y en la Villa de las Cavas: entonces, Fernanda, su maestra, es evaluada y aplazada, no sirve. Sin embargo, no se miden los resultados en el deterioro del tejido social como efecto de la hiper especulación financiera durante la última dictadura cívico militar, de la década del noventa y sus incidencias en los primeros años del tercer milenio, tampoco se miden las consecuencias de la especulación financiera que se gesta actualmente, no se miden a los pocos responsables que produjeron tamaño magnicidio, responsables que luego dictaminan desde sus propios intereses cuáles deben ser las políticas públicas. No se miden las implicancias en el deterioro del tejido social, en la destrucción de las expectativas de las jóvenes generaciones y en el deterioro del universo simbólico cultural siendo que el aula de la escuela pública es caja de resonancia de las mencionadas problemáticas. Pareciera que se «borraron de un plumazo» a los victimarios, y Fernanda es una víctima, pero se la muestra como victimaria. Se borró la historia del conquistador. Tampoco se miden los aires esperanzadores propios de Fernanda, su maestra y de su escuela.”

Regresemos a Paulo Freire, parafraseándolo a partir de su texto “Pedagogía de la esperanza”: porque sin sueños no hay esperanza, sin esperanza no hay educación.

Notas:

[1] Apellido similar al de la Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, de corte neoliberal capitalista.

[2] Apellido similar al de un periodista con fuerte influjo en los medios de comunicación del poder hegemónico.

[3] Separata del texto de Brenner, Miguel Andrés (2016). “De la evaluación a los alumnos a la evaluación de los docentes o de la muerte de la pedagogía.”

Fuente: https://rebelion.org/evaluar-para-saber-donde-estamos-parados/

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