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¿Cómo debe ser la educación del futuro? Los expertos opinan

Por: Educación 3.0

Estos docentes, pedagogos, sociólogos y psicólogos tienen algo en común: son expertos que buscan las claves para desarrollar una educación y un aprendizaje eficaz, incluyente y motivador para los estudiantes en el aula.

Estas entrevistas publicadas en nuestra página web recogen los testimonios de distintos profesionales de la Educación, cuyo principal propósito es mejorar el sistema educativo y las condiciones de los centros. Para ello, señalan distintos modelos pedagógicos, patrones claves y cambios urgentes para lograrlo de cara al futuro.

“Un cambio educativo rápido y eficaz”

Educación del futuro

El sociólogo y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Fernández Enguita, habla sobre la situación actual de la educación teniendo en cuenta los cambios tecnológicos y sociales. ¿Qué necesitan las escuelas actuales? Además, da detalles más profundos sobre los retos a los que se enfrentan los docentes de cara al futuro y en qué consiste el concepto de hiperaula, un espacio creado para el aprendizaje.

“El cerebro sólo aprende si hay emoción”

Francisco Mora

Para Francisco Mora, divulgador, docente, doctor en Medicina y Neurociencia, y catedrático de Fisiología, la clave no está en fomentar las emociones en el aula, sino en enseñar con emoción. Su objetivo se centra, sobre todo, en el funcionamiento del cerebro y en cómo influyen las emociones en el proceso de enseñanza. Por eso, cree que un “profesor excelente es capaz de convertir cualquier concepto, incluso de apariencia ‘sosa’, en algo siempre interesante”.

“El aprendizaje cooperativo es clave para el éxito de docentes y alumnado”

Educación del futuro

La innovación pedagógica en el ámbito de la enseñanza debe fluir en el seno de la comunidad; tejer redes es clave en el contexto educativo. Con este objetivo nació en 2015 el proyecto MIAC, del que Roberto Busquiel es fundador y coordinador. Su propósito es abordar la inclusión mediante el aprendizaje cooperativo, desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

“Las máquinas inteligentes reemplazarán a los maestros”

Marc Vidal

Marc Vidal tiene la mente puesta en el futuro, tanto en el más cercano como el que se divisa en la lejanía. Y en los dos ve un protagonista claro: la tecnología. El divulgador y conferenciante expone los cambios que afectarán al ámbito educativo, analizando el papel de los robots en el rol de docente y el protagonismo de la educación emocional para evitar esa posible sustitución. Además, detalla las claves sobre algunos de los cambios e innovaciones que, en su opinión, se vivirán en los próximos años y cómo éstos afectarán al día a día.

“Nos tienen que educar como personas, no como hombres y mujeres”

educación del futuro

La educación juega un papel muy importante en materia de igualdad de género, algo que es necesario inculcar desde la infancia. Tanto dentro como fuera de las aulas se puede fomentar y trabajar hacia la igualdad real. Ana Fernández De Vega De Miguel, consultora de género y secretaria de la Asociación Profesional de Consultoría de Género de España, habla sobre cómo lograrlo con la implicación necesaria de todos los miembros de la comunidad educativa.

“La atención del estudiante se capta y la concentración se entrena”

Chema Lázaro

Chema Lázaro, maestro de Primaria, le apasiona la neurociencia y por ello se ha especializado en neurodidáctica, una disciplina que además de estudiar el funcionamiento del cerebro también se centra en los entornos de aprendizaje o en la psicología. Su objetivo es llegar a entender cómo funciona el cerebro para captar la motivación y la atención del estudiante, capacidades que tanto anhelan los propios docentes en sus clases.

“Saber escuchar a los estudiantes es vital para el avance educativo”

CEMA

A menudo nos referimos a la importancia de que los estudiantes aprendan a escuchar activamente pero, ¿qué pasa con el docente? José Antonio Fernández Bravo, maestro, investigador educativo y autor de ‘La sonrisa del conocimiento’, propone ‘CEMA’, un método de aprendizaje que describe los pasos que debe dar el docente para provocar saber en el que aprende. Para ello, hace especial hincapié en la importancia de la escucha activa por parte del profesor y describe diferentes beneficios y herramientas para poder llevarlo a cabo dentro del aula.

“El DUA propone diseñar para la diversidad”

Educación del futuro

Antonio Márquez explica cómo incorporar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) al aula, de forma que incluya a todo el alumnado. “Garantizar una escuela inclusiva que entiende que es el currículo el que debe adaptarse al alumnado y no al revés es el objetivo del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA)”, afirma Márquez. Mediante su implementación en el aula, el docente es capaz de realizar programaciones que incluyan alternativas para todo el alumnado.

“Si queremos fomentar la lectura, los libros no pueden ser un castigo”

Pedro Mañas

Para que los estudiantes sientan que leer es una actividad atractiva y disfruten de ella al máximo, es necesario fomentar la lectura en casa y que vean que sus familias también disfrutan leyendo. “Si queremos fomentar la lectura, los libros no pueden ser un castigo”, de esta forma opina Pedro Mañas, escritor de Literatura Infantil y Juvenil.

“Debemos educar para prevenir la dependencia emocional en los jóvenes”

Silvia Congost

Silvia Congost, experta en dependencia emocional y autoestima, defiende la necesidad de un cambio en la forma actual de la educación de los jóvenes para “enseñar más en emociones y menos en memorizar datos que están a un sólo clic”. Congost habla sobre la dependencia emocional, cómo prevenirla y contribuir así a que los menores se conviertan en adultos emocionalmente independientes. Además, explica cómo la baja autoestima y el mal uso de la tecnología influyen en cómo se relacionan con los demás.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/educacion-del-futuro/

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¿Debe mi hijo de 3 años empezar su etapa escolar en un curso tan extraño o mejor evitarlo si tiene posibilidad?

Por: Carlota Fominaya

En un contexto como el actual, hay que sopesar dos aspectos fundamentales, y no necesariamente contrapuestos: de un lado, la incertidumbre en materia de salud derivada de la pandemia que estamos viviendo, y de otro, el impacto que tiene en el niño una ausencia prolongada de su centro educativo, de sus compañeros… Respecto a la primera cuestión, si bien es cierto que los protocolos de actuación marcados por las autoridades educativas todavía tienen mucho margen de mejora, sí ha habido numerosos centros educativos que han ido mucho más allá de las pautas marcadas por los protocolos públicos de actuación, en materia de medidas de higiene tanto para los niños como para el equipo, en materia de integración de las nuevas normas en los alumnos de tan temprana edad, etc.

A modo de ejemplo, en Alaria Nursery Schools ya abrimos tres de nuestros centros de Madrid durante el mes de julio, y la experiencia fue un éxito. Más allá de no haber tenido ningún caso de Covid-19 durante este primer mes (no exclusivamente, pero sí muy condicionado por ello en base a las numerosas medidas higiénicas adoptadas y a una definición de grupos muy reducidos por profesora), han sido muy positivas todas las medidas orientadas a adaptar el programa curricular, y que tenían como objetivo permitir que alumnos tan pequeños asimilasen de forma natural las nuevas circunstancias: introducción del lenguaje de signos como forma de sustituir algunos gestos físicos en los niños (¿por qué tienen que dejar de abrazarse… aunque no sea físicamente?), adaptación de elementos de gamificación para hacer que perciban las nuevas rutinas (de distancia social e higiene) como un mero juego, una adaptación de nuestro programa de “Filosofía para Niños” como forma de ayudar a nuestros alumnos a comprender el contexto que estamos viviendo… También hay que tener en cuenta que son cada vez más los estudios que evidencian (el último, realizado en Corea del Sur) que los niños de menos de 10 años tienen una tasa de contagio inferior a la mitad que comparativamente con los mayores de esta edad, lo que sin duda ofrece mayores garantías a las familias que asisten a un centro de educación infantil respecto a aquellos que ofrecen toda la gama de edades.

En relación a la segunda cuestión, las ventajas que puede ofrecer el inicio de la escolarización del niño pueden ser muy superiores a las posibles incertidumbres sanitarias que pueda tener la familia, pero siempre y cuando exista el convencimiento por sus padres de que su centro educativo ha actuado de forma efectiva y ágil de cara a adaptarse a este nuevo entorno.

Probablemente los padres ya puedan tener alguna pista acerca de cómo actuará su centro educativo en estos primeros meses, en base a evaluar cómo reaccionaron entre marzo y junio con el confinamiento: si perciben que su centro educativo reaccionó de forma ágil y con soluciones efectivas (metodología online, apoyo psicopedagógico a los padres ante un contexto tan complicado, etc.) en dichos meses, probablemente su centro tenga las capacidades para afrontar este nuevo período con mayores garantías. No obstante, también hay que decir que la respuesta de los centros educativos en dicho período ha sido muy diversa en términos de su respuesta tanto a los alumnos como a sus padres.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-debe-hijo-3-anos-empezar-etapa-escolar-enuncurso-tanextrano-o-mejor-evitarlo-si-tiene-posibilidad-202008260040_noticia.html

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El sindicato STERM (Murcia) no descarta huelga de docentes si la Consejería de Educación no garantiza una vuelta a las aulas de forma segura

Por: Tercera Información

Ante la respuesta de la afiliación, ha convocado una asamblea extraordinaria para decidir cuáles serán los pasos a seguir en caso de que la Consejería no se siente a negociar con toda la comunidad educativa y garantice la contratación de más personal, docente y no docente, que asegure la reducción de ratios y el derecho a la salud.

STERM Intersindical no descarta la huelga si la Consejería de Educación no garantiza una vuelta a las aulas de forma segura para toda la comuidad educativa. El sindicato se reunió la tarde del 24 de agosto en Secretariado Extraordinario. Tras conocer por la prensa las propuestas de la Consejera de Educación de la Región de Murcia, la organización ha consultado a su afiliación sobre las posibles movilizaciones en caso de que la Consejería de Educación no se comprometa a una vuelta segura a las aulas para toda la comunidad educativa.

Ante la respuesta de la afiliación ha convocado una asamblea extraordinaria para decidir cuáles serán los pasos a seguir en caso de que la Consejería no se siente a negociar con toda la comunidad educativa y garantice la contratación de más personal, docente y no docente, que
asegure la reducción de ratios y el derecho a la salud. En la Comunidad de Madrid, la negativa del Gobierno a negociar ya ha provocado la convocatoria de huelga.

Para STERM Intersindical es de vital importancia también que se implementen medidas que garanticen la conciliación para las familias y la corresponsabilidad en los cuidados. El sindicato STERM, junto con la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública-Marea Verde, ha participado en la rueda de prensa en la que toda la comunidad educativa ponía sobre la mesa las propuestas para una vuelta segura a las aulas, ante unas instrucciones de inicio de curso «inadmisibles».

STERM Intersindical ha anunciado que movilizará a su afiliación para exigir que se apliquen estas propuestas, «única medida viable y consensuada por las verdaderas personas afectadas por esta vuelta a clase. No vamos a aceptar parches que no solucionan los problemas y que merman la calidad educativa», advierte.

Desde el sindicato STERM piden la reunión urgente de la Junta de Personal Docente y «la unidad de todas las organizaciones sindicales, junto a toda la comunidad educativa, para que el comienzo de curso sea presencial, seguro e inclusivo». Desde el sindicato insisten a Educación en que modifique su actitud, «puesto que la única manera de garantizar una vuelta segura que no deje a nadie atrás se asienta sobre las bases de la negociación, la inversión, la planificación y el respeto por las niñas y niños, por las familias murcianas y por el personal docente y no docente del sistema público regional».

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/25/08/2020/el-sindicato-sterm-murcia-no-descarta-huelga-de-docentes-si-la-consejeria-de-educacion-no-garantiza-una-vuelta-a-las-aulas-de-forma-segura/

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¿Es necesaria la decolonialidad para el pensamiento crítico?

Me han preguntado si es necesaria la decolonialidad para el pensamiento crítico. Mi respuesta inmediata es sí, aunque necesitemos aclarar algunas cuestiones.

La decolonialidad, ciertamente, no es la única vía para hacer pensamiento crítico. Al final todos los caminos nos conducen a la necesidad de transformar el orden vigente, cualquiera sea su nombre.

La decolonialidad enfatiza en la matriz colonial de muchos de nuestros problemas. Con ello, resalta la necesidad de leer a nuestros pensadores en nuestros contextos y reflexionar a partir de nuestra realidad.

Esto no es nuevo. Sin embargo, quedarse allí podría generar un nuevo dogma, etnocéntrico y aun chovinista. Esto demanda dialogar con otras miradas, en busca de las consecuencias del colonialismo más allá de éste.

La decolonialidad tampoco es un bloque monolítico ni tiene el monopolio de la crítica.  Tan solo — pero no menos — imprime criticidad al debate al poner en su centro más de quinientos años de exclusión.

Hoy, cuando encaramos las consecuencias de las desigualdades y la destrucción de la naturaleza, la crítica hecha en el arco de tiempo de lo colonial a acá nos permite bucear en el fondo de los problemas. De lo contrario quedamos enchufados a una matriz reproductora de cambios cosméticos.

Las desigualdades de hoy son el resultado de siglos de “colonialidad del poder”, como diría Aníbal Quijano. El progreso de esta modernidad capitalista generó las desigualdades de los seres humanos entre sí y en su relación con la naturaleza.

Progreso y desigualdad son dos caras de una misma moneda. La decolonialidad cuestiona el discurso lineal y triunfante de la modernidad capitalista.

Este modo moderno de ser, estar, pensar y actuar en el mundo mantiene en vilo la existencia de la vida en el planeta desde hace al menos cinco siglos. La decolonialidad es necesaria para encarar los problemas producidos por la modernidad capitalista, tanto política como epistemológicamente.

Así contribuye a que el pensamiento crítico se concentre en los problemas de fondo. Desde allí nos planteamos con Enrique Dussel la centralidad de reproducir la vida o, como diría Agustín Lao-Montes, las condiciones de posibilidad de un vitalismo radical. Es en ese sentido que la decolonialidad es necesaria para el pensamiento crítico.

Fuente: https://rebelion.org/es-necesaria-la-decolonialidad-para-el-pensamiento-critico/

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Tres puertas de entrada (filosóficas) para la Educación Sexual Integral

José Ignacio Scasserra es profesor de enseñanza superior y media en filosofía. Se desempeña como investigador (CONICET / UBA) en el Instituto de Investigaciones de Estudios de Género (FFyL). Actualmente se encuentra cursando su doctorado en filosofía (FFyL, UBA). Es miembro de la cátedra abierta «Félix Guattari», y del colectivo «Mariposas Mirabal». Integrante de la Cooperativa de Educadorxs e Investigadorxs Populares Histórica (CEIPH, Argentina).

¿Qué cruces posibles pueden pensarse entre la disciplina filosófica y el espíritu de la ley de Educación Sexual Integral? ¿Hasta qué punto nos interpelan los contenidos curriculares propuestos para nuestra materia por el PNESI a lxs docentes de filosofía? ¿Hay algo específico que nuestra disciplina pueda aportar en este campo? ¿Hay algo de los contenidos propuestos en el marco de la ESI que nos permite re-pensar nuestra práctica docente?
Mi propósito es aportar un insumo para quienes nos enfrentamos a la tarea de dar clases de filosofía en cualquier nivel educativo, y deseamos implementar los lineamientos curriculares de la Educación Sexual Integral a nuestras prácticas docentes. Ante la vacancia que encontré sobre la producción de conocimiento para la formación docente en filosofía bajo los lineamientos de la ESI a ya doce años de la redacción de los contenidos curriculares de la misma, y a catorce de su sanción, considero que esto es una tarea que nuestra actualidad demanda y para la cual, como profesionalxs de la educación, debemos estar preparadxs en asumir.
Mi apuesta consiste en proponer tres puertas de entrada (filosóficas) para la implementación de la ESI en una clase de filosofía. Recordemos: las tres “puertas de entrada” de la ESI en términos generales son: 1) la reflexión sobre nosotrxs mismxs; 2) la enseñanza de la ESI (que se desdobla asimismo en a) los contenidos curriculares; b) la organización de la vida institucional; c) los episodios que irrumpen en la vida cotidiana) y, por último; 3) los grupos familiares y la comunidad. Las tres puertas que quiero proponer se ubican en la segunda puerta de entrada general; en otras palabras, versarán en torno a la ESI en la enseñanza de la filosofía, y se van a anclar específicamente en la selección y producción de contenidos curriculares.
Anticipo que en estas tres “puertas de entrada” no se proponen recetas ni bajadas de línea a incorporar de manera unidireccional, sino simplemente un conjunto de problemas con los que me he encontrado a la hora de pensar e implementar ESI en mis clases de filosofía. Surgen de procesos de aprendizaje, de enseñanza, de frustraciones y de investigaciones dadas en el marco de instituciones educativas formales y no formales. Los dejo aquí formulados con el fin de promover la reflexión y el intercambio sobre los senderos posibles que las perspectivas de géneros y los derechos humanos pueden encontrar en una clase de filosofía.

1) Primera puerta de entrada: La filosofía como fundamento de lo instituido o crítica instituyente
Quizás no sea forzar mucho las cosas afirmar que cualquier desarrollo filosófico puede comprenderse bien como un fundamento aportado para legitimar y fundamentar un estado de cosas, o como una crítica radical que busca desmontar el estado de cosas dado en vistas de producir uno nuevo. El pensamiento contractualista, por ejemplo, se propone fundamentar los Estados en los albores de la modernidad, mientras que pensadores como Marx, o Foucault han aportado baterías conceptuales para desmontarlos, señalando las insuficiencias del mundo que vivimos, y aportando programas para buscar senderos más emancipatorios.
Este esquema simple posee, por supuesto, una amplia “zona gris” que, desde mi experiencia y reflexión, es sumamente amplia y rica. Con esto quiero decir sencillamente que pensadorxs y problemas sumamente revolucionarios en determinado momento pueden ser utilizados para legitimar relaciones de dominación, y pensadorxs y problemas que quizás en algún momento fueron defensores del status quo, pueden ser revisitados para dar cuenta de que quizás tengan aspectos interesantes que no habíamos tenido en cuenta. Siguiendo con el ejemplo dado previamente, el contractualismo fue una idea sumamente revolucionaria en los albores de la modernidad, pero es asimismo el fundamento último del estado liberal, pieza necesaria para el funcionamiento del capitalismo. Este hecho lleva a paradojas tales como que, hoy en día, el liberalismo sea simultáneamente la trinchera última de los defensores del capital, y el pilar de ciertos discursos feministas que defienden la idea de “consentimiento” contra los abusos patriarcales cometidos contra los cuerpos femenizados. Mi apuesta es que este tipo de ironía puede ser explotada por nuestra práctica docente.
De allí que considere que ningún conjunto de problemas o autorxs esté necesariamente enmarcado en los contenidos curriculares de la ESI. Podemos dar preguntas metafísicas desde una coordenada sustancialista, donde busquemos dar con aquello que es de una forma, y no puede ser de otra, y extraer de allí consecuencias sumamente transfobicas sobre la identidad sexo-generizada de las personas, o podemos exponerla para dar cuenta de cómo funciona el discurso trans-odiante. Aristóteles puede ser revisado para mostrar como “la naturaleza” sirve como excusa para preservar un estado de cosas determinado (recordemos sus dichos sobre los esclavos, o las mujeres), o para afirmar que el orden social no es sino un espejo del orden cósmico y natural.
De allí que considero que si queremos hacer de la filosofía una labor crítica del estado de cosas actuales, y si deseamos enmarcar esa crítica en los lineamientos curriculares de la ley de Educación Sexual Integral, debemos dar cuenta de que esto no va a dirimirse específicamente en los contenidos que demos, sino en la tarea interpretativa que hagamos a la hora de planificar, y por supuesto, en la hermenéutica grupal que se ponga en juego en la clase junto con la “comunidad de indagación” con la que nos encontramos trabajando. Esta afirmación conlleva la ruptura de la figura del docente como un “burócrata de la filosofía”, que pasa revista de lo que los grandes filósofos han dicho, para comprenderlo como unx filósofx que se encuentra ejerciendo una práctica.
Por lo dicho previamente:

La primera puerta de entrada (filosófica) de la ESI es la interpretación como lugar donde se dirime si la filosofía será una crítica o una legitimización del estado de cosas actual. Este acto filosófico individual y colectivo será único e irrepetible. Queda entonces en la tarea hermenéutica docente y estudiantil hacer de la filosofía una defensa del estado de cosas determinado, o una crítica instituyente que busque producir otro modo de vida.

2) La búsqueda de la universalidad y del “fundamento último”.
Es un sentido común anclado que la filosofía necesita buscar cierta universalidad. Esto quizás sea cierto si se revisa cierto archivo. Basta abrir el Laques para dar con el proceso de abstracción necesario para que la tradición diga “esto es filosofía”. Allí Sócrates no busca “ejemplos” de lo que es la valentía, sino que busca aquello que hace que todos los ejemplos que sus interlocutores mencionan sean casos de valentía. Ese problema lo seguía teniendo Kant, al querer afirmar juicios a priori es decir, universales y necesarios, sobre los hechos contingentes de la experiencia. No faltan ejemplos de esa pretensión de abstracción y universalidad propia de la disciplina. Con esto no estoy diciendo que la filosofía debería buscar universalidad, sino que estoy señalando que la idea ha gozado de efectividad en la disciplina.
Esta universalidad suele encontrar respaldo en los diversos fundamentos que la filosofía se ha dado a sí misma. Si no era la physis griega, era el dios cristiano, o la razón moderna. El gesto común es encontrar un axioma que cierre nuestro sistema, y nos provea de las respuestas últimas para todos los problemas. Estos fundamentos, así como la universalidad, van a gozar siempre de poderosos argumentos que, desprendidos de del propio sistema que buscan sostener, generarán un círculo sólido y hegemónico.
Ahora bien, la idea de universalidad y sus fundamentos han sido puesta en cuestión desde múltiples perspectivas, especialmente por la epistemología feminista, las perspectivas de géneros o los estudios post-coloniales. Dar cuenta de que aquello que la tradición hace pasar por “universal” posee su geografía específica, y que ubica en “lo común a todos” su propia valoración masculina, blancal, heterosexual y cis es un paso fundamental que debemos dar en vistas de producir un cruce entre filosofía y los lineamientos curriculares de la ESI. Lo mismo sucede con los distintos tipos de fundamentos. Sólo atravesando esta crítica es posible poner en valor los saberes situados, precarios, las “ficciones” (Foucault: 1995) que constituyen el pensamiento crítico.
Ahora bien, retomando lo dicho en nuestra primera “puerta de entrada”, no creo que abordar el problema de la universalidad o de los fundamentos implique necesariamente un conflicto con los lineamientos curriculares de la ESI. De hecho, considero que el problema es una oportunidad magnífica para mostrar sus sesgos androcéntricos (Amorós, 1985), raciales (Chukwudi-eze, 1997), heterosexuales (Wittig, 2006) o clasistas (Marx, 2014). La búsqueda de universalidad puede proponerse, por ejemplo, desde su propia insuficiencia; o trabajar con el grupo los distintos fundamentos con los que la filosofía se ha encontrado (¿eran tan fundamentales después de todo, si pueden cambiar de esa forma?).
Siguiendo en la línea de lo dicho, lo que va a dirimir si nos encontramos incorporando las perspectivas de géneros es la acción interpretativa que pongamos en juego junto con nuestra “comunidad de indagación”. Esta afirmación es válida no solamente para la universalidad, sino también para cualquier tipo de instancia “fundamental” de la filosofía. Dar cuenta de su geografía específica, y utilizar ese gesto para poner en juego otras perspectivas, en vistas de producir la “insurrección de los saberes sometidos” (Foucault: 2014) se muestra como una tarea fértil a llevar adelante en nuestra investigación conjunta que a veces toma forma de “clase de filosofía”.

La segunda puerta de entrada (filosófica) de la ESI es la critica de nuestra propia concepción de filosofía como un saber universal, absoluto, que da cuenta de las primeras causas y principios del pensar. Allí, la interpretación necesita explorar la geografía densa que la ilusión de universalidad encierra, y el parentezco que todo conocimiento tiene con las estructuras de poder epocales. A través de ese gesto, es posible imaginar la posibilidad de dar con un gesto filosófico que ponga en valor la “insurrección de los saberes sometidos”.

3) Las inscripciones autorales y el problema del cupo.
¿Cuántas autoras mujeres leíste en tu formación docente? ¿O que no fueran europeos? ¿O que tuvieran prácticas sexuales disidentes? ¿O que fueran transexuales? Lo sabemos, la respuesta será “pocxs” o “ningunx”. Esta certeza tiene que servirnos para tomar distancia de la producción de canon que existe en el mundillo filosófico. Y aquí no sólo ingresa el problema de la cantidad de inscripciones autorales no masculinas: el problema de fondo es desembarazarnos del clásico recorrido: Sócrates, Platón, Aristóteles. ¿San Agustín? ¿Santo Tomás? Descartes, Hume, Kant. ¿Marx?
Esta historia que parece armada por capítulos de un libro que avanza progresivamente en su argumento necesita ser revisada. Sin embargo, plantear el problema implica un supuesto que también tiene que ser señalado: dar clase de filosofía, ¿implica necesariamente enseñar lo que dijeron grandes filósofxs? ¿Se puede enseñar filosofía sin hacer historia de la filosofía? O mejor aún, ¿sin hacer LA historia de la filosofía, esa que se presenta con mayúscula, como la única valida?
Por supuesto que se puede. Las opciones son numerosas: nuestros contenidos curriculares pueden construirse a partir de problemas, y no de autorxs, por ejemplo. Se puede también utilizar de disparadores contenidos culturales como cuentos, series, o películas. Se pueden mezclar todos estos contenidos e insumos con referencias a autorxs dando saltos en el tiempo, girando, dando vueltas, extraviándonos. O se puede trazar una historia de la filosofía alternativa, que contemple otras inscripciones autorales de las que tradicionalmente encontramos. ¿Todas las anteriores? También es una respuesta correcta.
Ahora bien, sabemos que una reflexión con los pies en la tierra debe vérselas con las restricciones institucionales, y que asimismo poder construir un corpus de autorxs no necesariamente es algo negativo. Lo cual, habiendo llenado de problemas la idea de “dar autorxs”, y sabiendo que no es el único modo de dar clase de filosofía, nos confronta con el problema del que partí: ¿cuántas inscripciones autorales no masculinas-cis-heteroseuxales-blancas (de ahora en adelante: “hegemónicas”) conocemos e incorporamos en nuestros programas?
Sobre este problema, creo que lo primero que necesitamos hacer es sortear la incorporación de autorxs bajo la lógica del cupo . Con esto no estoy predicándome contra la lógica del cupo en su generalidad: resulta una herramienta muy útil para pensar políticas públicas y procesos de restitución de derechos. Pero una clase de filosofía y su planificación tiene más cintura que las determinaciones institucionales de los estados y las empresas.
De allí que considero que, a la hora de pensar nuestro plan de estudio, no podemos pensar en lxs autorxs que incorporemos como “cupos”, sino justamente, como “autorxs”. Hacer lo primero nos compromete con cierta “lógica Benetton de la diversidad” que busca dar con la mayor cantidad de rostros visibles de lo diverso para darnos la tranquilidad de que “eso” que nos encontramos haciendo está enmarcado en los contenidos curriculares de la ESI y las perspectivas de géneros. A esta práctica se la ha llamado oportunamente “tokenismo” : se incorpora una minoría como token, medalla o trofeo, a equipos o caras publicitarias, justamente para mostrar que así se lo ha hecho.
Otro problema que genera la incorporación irreflexiva de inscripciones autorales que no sean hegemónicas es la producción de cierta ilusión de que la producción de lx autorx en cuestión va a defender una perspectiva en línea con los derechos humanos, las perspectivas de géneros y el respeto por la diversidad. Incorporar una comentadora que nos explique a detalle a Heidegger dudo que tenga algo que aportar en materia de derechos sexuales y reproductivos, aun cuando nos permita dar una excelente clase sobre Heidegger. Las cosas pueden, sin embargo, ponerse peor, y podemos incorporar inscripciones autorales no hegemónicas que defiendan perspectivas patriarcales, misóginas, clasistas o conservadoras y pensar que estamos enmarcadxs en la ESI sencillamente porque la autora que lo defiende “es una mujer”. Creo que no necesito argumentar por qué proponer la lectura de Ayn Rand en un plan de estudios de filosofía (sin proponer un abordaje crítico sobre su pensamiento) no nos va a orientar hacia senderos más emancipatorios.
Por todo lo dicho, es fundamental dar cuenta de que lxs filósofxs con los que trabajamos son eso, filósofxs, y no cupos para nuestra complacencia diversa. Allí se vuelve deseable pensar programas que den cuenta de los sesgos del canon filosófico, pero no por medio de la incorporación irreflexiva de autorxs, sino a partir de la puesta en valor de su trabajo en el recorrido conceptual que se busque narrar. Por lo general, cuando se cae en la lógica del cupo, es porque no se ha hecho un proceso profundo de revisión del trabajo de lxs autorxs a incorporar, o de crítica de los supuestos de lo que un curso de filosofía “debería ser”, y sencillamente se buscó incorporar velozmente nombres que no se escuchan tanto para satisfacer cierto ideal “anti-hegemónico”, pero sin detenerse a leer con atención la propuesta de la voz que decimos haber incorporado.
Es por ello que a la hora de pensar un recorrido crítico que nos permita incorporar los lineamientos curriculares de la ESI, necesitamos atravesar un trabajo profundo de investigación con nosotrxs mismxs y nuestra formación. ¿Cuántos textos conocemos efectivamente que problematicen el androcentrismo científico? ¿Cuántos autorxs hemos leído que proponen perspectivas diferentes a la canónica búsqueda de primeras causas y principios? ¿Cuántas perspectivas diversas han existido al costado de la tradicional “historia de la filosofía? Bajo esas preguntas, quizás, nos espera un horizonte más interesante que aquél que propone la lógica Benneton de la diversidad.

La tercera puerta de entrada (filosófica) de la ESI es la puesta en cuestión del canon filosófico a partir de dos gestos: la ponderación de borrar al autor como fuente última del proceso filosófico, reemplazándolo por problemas o insumos diversos, o la reflexión crítica de cómo ha sido compuesto nuestro propio canon, y la incorporación de inscripciones autorales que no condigan con un varón blanco cis y heterosexual pero en virtud del contenido de su producción, y no por cumplir o satisfacer un cupo específico.

Con esto no se cierran las puertas de entrada de la ESI en una clase de filosofía. Si hay algo que hemos aprendido de este tipo de puertas es que necesitan quedar abiertas. Pueden sumarse otras incluso, o modificarse estas; el insumo queda a disposición. Espero que pueda contribuir en la difícil tarea de pensar cómo incorporar las perspectivas de géneros y los saberes críticos en una clase de filosofía desde un enfoque problemático.

Bibliografía:
Amorós, Celia, Hacia una crítica de la razón patriarcal, ed. Anthropos, 1985.
Chukwudi-eze, Emanuel, “El color de la razón”,en Postcolonial african philosophy, 1997
Foucault, Michel, ¿Qué es la crítica? Crítica y Aufklarüng, Revista Daimon, 1995.
Foucault, Michel, Defender la sociedad, Fondo de cultura económica, 2014.
Marx, Karl, antología, ed. Siglo XXI, 2014.
Mattio, Eduardo, “Educación sexual y ética de la singularidad. Algunos desafíos y perplejidades”, cuadernos de Educación, 2014
Radi, Blas, “¿Qué es el tokenismo cis-sexista?, revista Anfibia.
Wittig, Monique, El pensamiento heterosexual, Eagles, 2006.
Programa nacional de Educación Sexual Integral.

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La mala palabra, la palabra prohibida

Las restricciones sanitarias castigan con especial dureza a la niñez.

Aborto: Interrupción de un embarazo (Diccionario panhispánico del español jurídico).

La prevalencia de doctrinas religiosas en los países latinoamericanos, cuya influencia ha sido estampada hasta en textos constitucionales, constituye un obstáculo aparentemente infranqueable para uno de los problemas sociales y de salud pública de mayor impacto en países de población mayoritariamente pobre: el derecho a la interrupción de embarazos de alto riesgo o producto de violaciones. Así, las muertes evitables en niñas, adolescentes y mujeres por la práctica clandestina de este procedimiento, terminan siendo resultado de decisiones políticas destinadas a privar a los menos privilegiados de acceso a la educación y a servicios básicos, como la máxima expresión de un sistema patriarcal de dominación y control.

En los países de nuestro continente, se estima que unos 25 millones de mujeres carecen de acceso a métodos anticonceptivos; pero la cifra se queda corta al sumar a quienes, a pesar de tenerlos, no los utilizan por razones religiosas, por desconocimiento o por imposición de los hombres en su círculo inmediato: pareja, padre, hermano o alguna autoridad de su comunidad. También se conoce la tremenda prevalencia de violencia en el ámbito familiar, violaciones sexuales, incesto y trata de personas, a cuyas víctimas el sistema deja a merced de sus agresores. Esta amenaza se cierne sobre las mujeres, la niñez y la juventud, sometidas desde el inicio de su vida a un sistema de estricto control masculino que les priva de su derecho a una vida sin violencia y acceso a las oportunidades en igualdad de condiciones.

Para ilustrar la dimensión del drama humano enfrentado por este sector, baste constatar que las cifras de embarazos en niñas y adolescentes, de entre 10 y 14 años, en un solo país y durante los primeros cuatro meses de 2020, ascienden a cerca de mil 500; estas, reportadas por el Observatorio de los Derechos de la Niñez en Guatemala, Ciprodeni. Sin embargo, Guatemala –al igual como muchos otros países de América Latina-, carece de un sistema confiable de estadísticas y registro, ya sea por la ausencia de instituciones del Estado en una buena parte de su territorio, ya sea porque muchos casos son ocultados por la familia de las víctimas, por lo cual los datos presentados podrían ser solo una muestra parcial de esta tragedia.

Estas niñas agredidas y violadas son, por decisión política, sometidas a la tortura de llevar su embarazo a término y, adicionalmente, exponerse a perder la vida y, de sobrevivir, a perder las mínimas oportunidades que el sistema les podría brindar. Es decir, quedan sujetas a un régimen de absoluta privación de todo aquello que presta valor a su existencia. La interrupción del embarazo para estas pequeñas víctimas de un sistema aberrante de poder patriarcal, debería ser una prioridad en el sistema de salud y también derribar de una vez por todas los absurdos prejuicios que rodean a esta práctica sanitaria. Del mismo modo, poner el procedimiento al alcance de quienes lo necesiten ya sean niñas, adolescentes o adultas, tal y como se brinda en hospitales privados a mujeres de círculos sociales privilegiados que lo requieren y lo reciben en un ambiente sanitario adecuado.

La negativa de esos mismos sectores de privilegio a poner al alcance de las familias la educación sexual y los métodos para planificar los embarazos, evitando así tanta muerte innecesaria no responde, por lo tanto, a una postura ética sino a una política de control y prevalencia de un sistema arcaico de dominación social, instrumentalizado por medio de doctrinas religiosas y restricción del acceso a la educación para las grandes mayorías.

Fuente: https://rebelion.org/la-mala-palabra-la-palabra-prohibida/

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