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La vigilancia social, un nuevo tipo de dominación
Por: Nieves Y Miró Fuenzalida
Estamos siendo vigilados, adentro y afuera, en el trabajo, en la casa, en las calles, los parques y los centros comerciales. Y aunque nuestros temores tienden a dirigirse a los piratas informáticos, la observación más grande y sistemática a nuestras vidas privadas viene de ese agujero negro que son las cámaras web…
Una nueva investigación ha descubierto que Google continúa recopilando datos de ubicación de personas que visitan clínicas de aborto, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo. Esta es una amenaza a la privacidad y la autonomía corporal de millones de personas que buscan atención de salud reproductiva en Estados Unidos donde los abortos están prohibidos o en espera de que lo estén. Las consecuencias son reales, ya que los fiscales están haciendo todo lo posible para utilizar estos datos confidenciales como munición para arrestar incluso a las mujeres más vulnerables. Google, hambriento de ganancias, no le importa la seguridad de sus usuarios, siempre que beneficie sus resultados.
Estamos entrando a un mundo en el que, por propia elección, los detalles minuciosos de nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestros hogares serán rastreadas y compartidos de manera rutinaria con el potencial, según se dice, de una mayor comodidad y seguridad, pero también, y principalmente, para el abuso de los piratas informáticos, los ladrones de identidad, los vendedores sofisticados y, por sobre todo, los que mantienen el poder económico y político.
Cada vez más nuestro mundo está lleno de controles de ID, cámaras de vigilancia, escáneres corporales, base de huellas dactilares, filtros de correos electrónicos e interceptores de teléfonos móviles diseñados para asegurarse de que los rastros electrónicos no se pierdan, entre otros. Que quien observa sean las agencias de represión política, las compañías telefónicas o las corporaciones, las consecuencias son las mismas: la desaparición de la vida privada, la manipulación de nuestras conductas y el control gubernamental.
Lo que Orwell no profetizó en su famosa novela fue el hecho de cuán omnipresente sería la vigilancia, no sólo en países dictatoriales, sino también en el llamado “mundo libre”. El ejemplo lo encontramos en su propio país. En las décadas del 70 y 80 los municipios empezaron a instalar circuitos cerrados de cámaras de televisión en las calles y parques, estaciones de tránsito, estadios y centros comerciales. En los 90, debido a los ataques del Ejército Republicano Irlandés y el aumento de la delincuencia urbana, hubo una masiva proliferación de CCTV.
En las décadas siguientes se instalaron tantas cámaras que el gobierno británico perdió la cuenta. Actualmente se estima que el visitante medio de Londres es capturado en video 300 veces en un solo día. Según el sociólogo Clive Morris las cámaras se han vuelto tan omnipresentes, que todos los británicos deben asumir que su comportamiento fuera del hogar está siendo monitoreado. El autor Ziya Tong da algunos ejemplos: “A la dama con el vestido marrón”, dijo la voz de la cámara de circuito cerrado de televisión, “pelo rubio, con el hombre del traje negro, ¿podrías recoger esa taza y tirarla a la basura?”
La cámara que habla es una de una red de 144 dispositivos de vigilancia en la ciudad de Middlesbrogh, Inglaterra. En el país hay mas de 20 ciudades donde el Gran Hermano vigila, da órdenes y literalmente te dice qué hacer. En el norte de Londres se instalan cámaras similares en desarrollos de vivienda públicas, que son opresivas, especialmente cuando a las personas que se encuentran fuera de sus propias casas se les dice que están holgazaneando. En Mandelieu-la-Napoule, una de las ciudades más ricas de la Riviera francesa, se instalaron cámaras parlantes para reprender a las personas por infracciones que incluyen mal estacionamiento, no recoger los excrementos de perros, tirar basura y otros comportamientos antisociales. Una voz del cielo para advertirte que no te pases de la raya.
Inglaterra tiene hoy día el dudoso honor de tener la mayor cantidad de cámaras de vigilancia per cápita en Europa, con más de seis millones de CCTV, aproximadamente una por cada 10 personas, superando a China. Pero, más inquietante, en China, en la ciudad de Guiyang, la base de datos contiene una imagen digital de cada residente. Las cámaras rastrean el rostro de una persona desde su tarjeta de identificación y siguen sus movimientos a través de la ciudad durante una semana. El sistema sabe quién eres y con quién frecuentemente te juntas.
En ciudades de Estados Unidos, dice el sociólogo e investigador William Staples, se han instalado en los autobuses públicos equipos con sofisticados sistemas de vigilancia de audio para escuchar las conversaciones de los pasajeros. En las Vegas, Detroit y Chicago se utiliza el sistema Intellistreets, que son faroles con micrófono y cámaras integrados capaces de grabar en secreto las conversaciones de los peatones. Y en los lugares de trabajo, los cubículos de las oficinas están cada vez mas invisiblemente vigilados. El sistema les dice a los gerentes cuan productivas son la personas, al analizar cuanto tiempo pasa un individuo socializando en el trabajo.
Según el profesor Staples, las estrategias modernas de vigilancia son utilizadas tanto por las organizaciones públicas como privadas para influir en nuestras elecciones, cambiar nuestros hábitos, mantenernos en línea, monitorear nuestro desempeño, recopilar conocimiento o evidencia sobre nosotros, evaluar desviaciones y, en algunos casos, penalizar.
Australia, Canadá, Nueva Zelandia, Gran Bretaña y los Estados Unidos forman la alianza de inteligencia Five Eyes, con capacidades para vigilar a vastas poblaciones en todo el mundo. Todavía no tenemos la forma de saber cuanto acceso tiene a nuestras comunicaciones privadas de video y audio, pero sí sabemos que sus sistemas se vuelven más sofisticados, más expansivos y más intrusivos cada año.
Estamos siendo vigilados, adentro y afuera, en el trabajo, en la casa, en las calles, los parques y los centros comerciales. Y aunque nuestros temores tienden a dirigirse a los piratas informáticos, la observación más grande y sistemática a nuestras vidas privadas viene de ese agujero negro que son las cámaras web.
Como notaba Gilles Deleuze, lo que estamos viendo es el reemplazo de las sociedades disciplinarias por las sociedades de control. Las primeras se iniciaron en los siglos XVII y XIX y alcanzaron su apogeo en el siglo XX con el objetivo explícito de organizar vastos espacios de cierre, en donde el individuo nunca cesa de pasar de un entorno cerrado a otro, cada uno con sus propias leyes. Primero la familia, luego la escuela, en donde ya no estás en tu familia. Luego el ejército, la fábrica o la oficina y, de vez en cuando, el hospital, la prisión, la instancia preeminente del entorno cerrado. En cada uno de ellos el intento es componer una fuerza productiva dentro del espacio y el tiempo cuyo efecto será mayor que la suma de sus fuerzas componentes.
La fábrica, por ejemplo, es un cuerpo que contiene sus fuerzas internas en un nivel de equilibrio, el más alto en términos de producción, el más bajo posible en términos de salario. La corporación reemplaza hoy día en el occidente el modelo de la fábrica, que es la que constituía a los individuos como un solo cuerpo con la doble ventaja de que el patrón inspeccionaba cada elemento dentro de la masa y los sindicatos movilizaban una resistencia de masas. Pero este modelo, como reconoció Foucault, es fugaz. Sucedió al de las sociedades de soberanía cuyo objetivo y función era algo bien diferente como imponer impuestos en lugar de organizar la producción y gobernar sobre la muerte en lugar de administrar la vida. Es Napoleón el que efectuó la conversión de una sociedad a otra. Solo que esta, a su vez, también entró en crisis en beneficio de nuevas fuerzas. Las sociedades disciplinarias eran lo que fuimos y que ya empezamos a dejar de ser, cualquiera sea el periodo de su expiración.
Es en este tipo de sociedades disciplinarias que empiezan a desaparecer la firma que designa al individuo y el número o numeración administrativa indica su cargo dentro de una masa. Las disciplinas nunca vieron ninguna incompatibilidad entre uno y el otro porque el poder individualiza y masifica al mismo tiempo. Es decir, constituye a aquellos sobre quienes ejerce el poder en un cuerpo y moldea la individualidad de cada miembro de ese cuerpo.
En las sociedades de control, en cambio, lo importante ya no es una firma o un número, sino un código, una contraseña. El lenguaje numérico de control está hecho de códigos que marcan el acceso a la información o su rechazo. Una tarjeta electrónica puede levantar una barrera determinada, pero también puede ser rechazada con la misma facilidad. Lo que cuenta no es la barrera sino la computadora que rastrea la posición de cada persona, licita o ilícitamente.
Aquí ya no nos encontramos con el binomio masa/individuo, sino que los individuos, indivisibles, la unidad más pequeña a la que puede reducirse la sociedad y poseedores de cualidades únicas, ahora se han convertidos en “dividuos”, seres con múltiples perfiles, visibles y on-line todo el tiempo. Y, a su vez, las masas se convierten en muestras, datos o “bancos”.
La experiencia humana privada se convierte, entonces, en materia prima gratuita para traducirla en datos de comportamiento que luego se computan y empaquetan como productos de predicción y se venden en mercados de comportamientos. El funcionamiento de los mercados se transforma así en el instrumento del control social que es a corto plazo y de rápida rotación, pero también continuo y sin límite, a diferencia de la disciplina que es de larga duración, infinita y discontinua. El ciudadano ahora ya no está encerrado, esta endeudado.
¿No indica todo esto que estamos frente a la instalación de un nuevo sistema de dominación?
Fuente de la información e imagen: https://observatoriocrisis.com
¿Y el calendario escolar 2023-2024?
Por: Abelardo Carro Nava
El magisterio, como ha sido una costumbre, esperará pacientemente la llegada del calendario escolar 2023-2024.
¿Y el calendario escolar 2023-2024? Ha sido una de las preguntas que recurrentemente se han formulado en los últimos días en las escuelas de, prácticamente, todos los niveles educativos. Pregunta que para alguien ajeno al medio escolar probablemente no tenga mucho sentido o relevancia, sin embargo, para quienes se encuentran dentro del Sistema Educativo Nacional (SEN) su valor es enorme, en virtud que dicho calendario permite, por un lado, la organización pedagógica, didáctica y administrativa en cada uno de los planteles escolares, así como el conocimiento de la política educativa del gobierno en turno para el 2023-2024. No obstante, lo anterior, hasta el momento en que cierro estas líneas el calendario escolar para el siguiente ciclo sigue siendo un misterio.
Se entiende que, quien se encuentra detrás de un escritorio, y que muy probablemente no haya pisado un salón de clases, no tenga ni la más remota idea de lo que en el párrafo anterior he expuesto, pero también, de lo que significa organizar los tiempos y las diversas actividades de fin de ciclo y del que está por iniciar. Imagino, que por su mente se ha de construir una fotografía donde se observa a un director sentado con sus maestros y éstos con los padres de familia de sus alumnos, dándoles a conocer las fechas y acciones que se van a realizar en un momento dado, y listo, con eso ya puede operarse un calendario en las escuelas. Esto sería un absurdo por donde quiera que se mire porque, como se sabe, independientemente de ese diálogo que sí se realiza en los planteles escolares, movilizar todos y cada uno de los actores en los diferentes procesos, así como los materiales, recursos, infraestructura, etcétera, implica un reto mayúsculo.
Entonces, si tal es la importancia de este documento ¿por qué la Secretaría de Educación Pública (SEP) no lo ha dado conocer si, en años anteriores, a finales del mes de mayo o en los primeros días del mes de junio ya lo había hecho? Las ideas derivadas de los diversos acontecimientos que en los últimos meses se han observado en el medio educativo se vienen a la mente a raudales, sin embargo, la más fuerte que ha retumbado en diversos espacios o redes sociales en estos días, tiene que ver con las dificultades y/o problemáticas que se están haciendo visibles para la implementación del Plan de Estudios 2022 en las escuelas de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) en el siguiente ciclo escolar.
Hay que decirlo, se observan problemáticas externas, dado los amparos que ciertas organizaciones conservadoras y poco interesadas en la educación de los niños, niñas y adolescentes (NNA), como la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), interpusieron con la finalidad de detener un proceso formativo trascendental en la vida de los seres humanos como lo es el educativo/formativo que ocurre en cada una de las escuelas, pero también, problemáticas internas, es decir, lo que tras bambalinas sucede dada la lucha férrea de poderes que se vive al interior de una SEP que, tal y como lo he dicho en otros textos, pareciera ser un archipiélago donde cada isla tiene su propio virrey, motivo por el cual se hace evidente una desarticulación entre esas diversas fuerzas que la componen.
No hay duda, hoy por hoy se vive una lucha desmedida y podría decir que hasta despiadada por el control de la educación en nuestro país. Aquí lo preocupante es lo que está en medio de esas fuerzas: los NNA y los diferentes actores que integran las escuelas.
Para nadie es desconocido que en estos días las temperaturas en nuestro país han alcanzado niveles nunca antes vistos, por ejemplo, el gobernador de Nayarit hace unos días declaró que estaba considerando adelantar el cierre de ciclo escolar; Sinaloa y Tamaulipas han hecho lo propio, es decir, el próximo 30 de junio estarían cerrando el ciclo escolar por la ola de calor referida; San Luis Potosí y otras entidades de la República Mexicana, como Durango, han hecho ajustes en sus horarios de entrada y de salida, pero también, en la realización de actividades escolares, tanto al aire libre como en los salones de clase. Y si esto no fuera suficiente, el consumo de alimentos en esta temporada, así como el beber una buena cantidad de líquidos, se ha vuelto un tema en las escuelas que no es menor, por el contrario, reviste de una singular importancia.
Pero, ¿y qué tiene que ver la ola de calor con el calendario escolar? Todo, porque con las decisiones tomadas por las autoridades gubernamentales y educativas, los colectivos docentes y directivos realizan todos los ajustes necesarios para abordar los contenidos, materiales, recursos, etcétera.
Ahora bien, se sabe que al término del presente ciclo escolar en las escuelas, los colectivos docentes estarían trabajando en eso que la SEP denominó formación continua para la implementación del Plan de Estudios 2022; estas acciones, derivadas del actual calendario (con los ajustes de la SEP recién hechos y conocidos) son de conocimiento del magisterio y, muy probablemente de los padres de familia, pero ¿antes de iniciar el siguiente ciclo escolar también se tendrá contemplado otra “formación” para las maestras y maestros sobre el mismo Plan de Estudios 2022 que fue analizado, dialogado y discutido en las diferentes sesiones de los Consejos Técnicos Escolares en el ciclo que aún no termina? Si se hará efectiva esa “formación” ¿será para todo el profesorado puesto que, hasta donde se sabe, el Plan de Estudios 2022 solo entraría vigor en el primer grado y no en todos porque aún estaría operando el Plan 2017? O caso contrario, ¿esa formación sí será para todos los maestros y grados porque sí se implementará en todos esos grados, pero, para ello, se haría necesario la modificación del acuerdo 14/08/2022 por el que se establece dicho plan en preescolar, primaria y secundaria dado a conocer hace unos meses?
Muchas preguntas, pocas respuestas y muchas suposiciones. En fin.
Independientemente de lo expuesto hasta aquí, yo estaría pensando en la imperiosa necesidad de contar con calendarios escolares regionalizados; curiosamente, estamos ante la implementación de un Plan de Estudios que habla de las comunidades y de los territorios desde la diversidad, pero… ¿con un calendario unificado? Insisto, hoy por hoy, el cambio climático evidencia las afectaciones al medio ambiente producto de la emisión de gases contaminantes (solo por citar un ejemplo), ¿no habría la imperiosa necesidad de que cada región o estado formule sus propias propuestas a partir de un marco general común?
No imagino a un funcionario de la SEP, de esos cuyo salario es superior a los 90 o 100 mil pesos mensuales, en un salón de clases, con techado de lámina, con una temperatura superior a los 22 grados a las 8 de la mañana llegando a los 35 al medio día, y con una sensación térmica de 40 o superior, atendiendo a un grupo de 35 a 40 niños; no, no lo imagino.
El magisterio, como ha sido una costumbre, esperará pacientemente la llegada del calendario escolar 2023-2024; el misterio quedará resuelto, y a marchas forzadas las maestras y maestros organizarán lo que tengan que organizar, aunque la SEP no los conciba como unos profesionales de la educación, éstos, una vez más, demostrarán que pueden con cualquier reto.
Al tiempo.
Fuente de la información e imagen: https://profelandia.com
¿Por qué hemos dejado de leer?
Por: Mariana Sofía Jiménez Nájera
Existen muchas razones por las cuales dejamos de leer, sin embargo, el uso constante de la tecnología en nuestra vida diaria ha afectado nuestra capacidad de atención. Te invitamos a saber por qué y cómo regresar al hábito de la lectura.
Solía ser una persona que se consideraba lectora. Desde la primaria hasta terminar mi carrera profesional, para mí siempre fue normal acudir a la biblioteca y rentar un libro para leer en mi tiempo libre, ahí mismo leía la parte de atrás y si me interesaba lo llevaba conmigo. Sin importar reseñas negativas en internet o si a la mitad del libro lo encontraba aburrido, no dejaba de leer hasta que lo terminara.
Pero en los últimos años mi hobby por la lectura ha ido en declive, no leo las cantidades de novelas que leía anteriormente. Mientras que fui adquiriendo nuevas responsabilidades y pasatiempos, es entendible; pero ha sido algo que internamente me ha causado mucho ruido. Esto lo he externado a familiares, amigos y compañeros de trabajo, solo para darme cuenta que a la mayoría de ellos les pasaba lo mismo. Muchos estamos en el mismo dilema, y es aquí donde me pregunté: ¿por qué hemos dejado de leer?
La lectura en México
A pesar de que la gama de materiales de lectura se ha ampliado hacia lo digital, la lectura en México se ha reducido. Según datos del Inegi, en el 2023 el 68.5 % de los mexicanos mayores de 18 se consideran lectores, leyendo un promedio de 3.4 libros en el último año. Otro aspecto que llama la atención es que del porcentaje de lectores, tan solo 27.1 % logra comprender todo lo que lee.
Este último dato sobre la comprensión lectora es curioso, no solo es que no se lee, sino que no se está comprendiendo el contenido. Y dejando de lado la infinidad de razones por las que las y los mexicanos no leen (falta de estímulos para leer durante la infancia, falta de recursos económicos y tiempo, desinterés, entre muchos otros), hay una en específico que puede ser el caso para muchos de nosotros que ya no leemos con la regularidad de antes: el impacto de los dispositivos tecnológicos en nuestra capacidad de atención.
¿Culpamos a la tecnología?
Todos tenemos la elección de qué tanto utilizar nuestros dispositivos tecnológicos y podemos implementar medidas como temporizadores que cierran aplicaciones después de cierto tiempo o evitar revisar el celular frecuentemente. Nuestros dispositivos solo nos notifican, somos nosotros los que nos distraemos con dichos mensajes. Un estudio realizado por Maxi Heitmayer encontró que el 89 % de las interacciones con smartphones las inicia el usuario, mientras que el 11 % son interacciones impulsadas por notificaciones.
«La manía de nuestras vidas en línea revela lo siguiente: continuamos deslizando a través de nuestros celulares porque nunca estamos completamente satisfechos», comenta Andrew Sullivan en su artículo, el cual reflexiona sobre cómo la tecnología ha transformado nuestras vidas. Son tantos los mecanismos que se han inventado para tenernos enganchados como el infinite scroll o los algoritmos que están tan apegados a nuestros gustos, que no es sencillo dejar de ver nuestras pantallas. Según Electronics Hub, el promedio mundial de la cantidad de tiempo que una persona ve la pantalla de su celular al día es de seis horas con 37 minutos.
Además, la información que recibimos son artículos cortos o videos de máximo un minuto, que poco a poco se van apilando; ocasionando que perdamos la noción del tiempo y pensando que te darás un descanso de cinco minutos, cuando en realidad pasó media hora sin darte cuenta. Este tiempo se podría utilizar leyendo un libro o haciendo otra actividad.
Las interrupciones en las tecnologías nunca paran y no tienen horario, por lo que nuestro cerebro, el cual se está acostumbrando a la era digital, hace que nuestra atención se divida en intervalos mucho más cortos y evita que nos concentremos profundamente. No ayuda el hecho de que el multitasking es la normalidad hoy en día, y la lectura es una actividad que requiere nuestra total atención si se quiere tener una buena comprensión lectora.
Asimismo, no es sorpresa que con la saturación de información nuestra capacidad de atención se reduzca cada vez más. En su libro, Gloria Mark afirma que en el 2023, la capacidad de atención de las personas es de 75 segundos, donde las personas pueden poner su total atención en una pantalla por 47 segundos. Adicionalmente, al distraerse del trabajo activo, puede tomar hasta 25 minutos volver a concentrarse en lo que estaban trabajando originalmente.
Nuestra paciencia también se ha visto afectada, sobre todo en las nuevas generaciones. Por ejemplo, anteriormente para realizar un reporte escolar se debía acudir a la biblioteca, encontrar el libro del tema de tu interés, y leer hasta capítulos completos para obtener la información deseada. Ahora la información que buscamos está a nuestro alcance en cuestión de segundos y si no la encontramos en la primera página de Google, nos desesperamos. En consecuencia, es difícil leer libros si no te atrapan desde las primeras páginas, lo cual puede ser desmotivador para continuar leyendo y lo más fácil es cambiar de actividad. Los algoritmos en redes sociales son tan apegados a nuestras preferencias que engancharse es sumamente sencillo, en especial cuando consumimos pequeñas dosis de información que nos mantienen entretenidos y donde cambiar de tema es fácil cuando puedes deslizar hacia abajo.
La manera en la que leemos también ha cambiado, pero es más notorio cuando leemos de manera digital. Mientras que el scanning (escaneo) es una estrategia que ayuda a encontrar información rápidamente, esta impide la comprensión total de un texto; y es esta técnica la que se ha permeado en la manera en que se consume la información de forma digital. En este mundo sobresaturado de información, se quiere llegar al grano de lo que sea que consumamos, no tenemos tiempo de leer párrafos ornamentados o introducciones.
Otro factor que resalta, es que hoy en día el consumo de series de televisión y películas es más popular y hay muchísimas plataformas de streaming; para las personas es más cómodo gastar en un mes de suscripción de una plataforma con un catálogo infinito, a pagar un solo libro que es posible que no sea de su agrado y que rara vez vuelven a leer.
Algunos consejos para regresar al hábito de la lectura
Nuestro cerebro se ha adaptado al uso constante de la tecnología, por lo que nuestra atención está dividida y es más corta. Para leer, se requiere de un pensamiento profundo y concentración continua para absorber toda la información de manera consciente. Te propongo algunos consejos que te ayudarán a regresar al hábito de la lectura:
- Lee cuentos cortos: Comenzar un libro largo puede ser abrumador. Hay cuentos que puedes terminarlos en una sola sesión, y estos pueden incentivar tu apetito por leer algo más extenso.
- Aparta en tu agenda un espacio para la lectura: Puedes iniciar leyendo 15 minutos diarios e ir aumentando la cantidad de tiempo para acostumbrarte a leer de nuevo.
- Empieza un diario de lectura: En un cuaderno, por cada sesión de lectura puedes apuntar lo que más te gustó, lo que comprendiste del texto o lo que quieras con respecto a tu libro. Esta también es una manera de entrenar la atención continua y confirmar tu comprensión lectora.
- Comenta con seres queridos: Hacer actividades en conjunto puede ser un gran estímulo para motivarse mutuamente. Puedes hacer un círculo de lectura con seres queridos para hablar y reflexionar sobre un libro que todos quieran leer.
La lectura tiene muchos beneficios para nuestra mente y ayuda a expandir nuestro conocimiento e imaginación. La tecnología no es nuestro enemigo, incluso puede ser una excelente herramienta para comentar un texto o encontrar recomendaciones de libros; solo debemos ser conscientes de su uso responsable para el manejo del tiempo. Definitivamente al realizar este artículo soy más consciente del tiempo que utilizo mi celular, y que debo hacer un esfuerzo para hacer un espacio para la lectura; una actividad que era mi día a día durante mis años en la escuela y que quiero retomar e incorporar nuevamente a mi vida. Así que si tienes la misma inconformidad que yo, espero esta nota te ayude a regresar al hábito de la lectura. Y sobre todo, ¡agradezco tu atención por llegar hasta el final!
Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx
Los libros de texto: la crítica y los poderes
Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza
Otra cosa son los debates; pero nadie se los plantea en estos tiempos, menos aún en las redes sociodigitales. No es su lugar, y en realidad casi siempre son formas edulcoradas de las diatribas o reuniones entre colegas que piensan igual.
Los textos están ahí: a quienes les sirvan para pensar cosas de otros modos, lo celebramos; a quienes no, siempre pueden desecharlos. Búsquense otros, o háganlos, sería mejor. O repitan una y otra vez que algunos argumentos no son científicos, ni pedagógicos, ni didácticos, ni de la edad adecuada, ni de los autores correctos, ni están con los políticos pertinentes, ni con …
Ni que los exfuncionarios del INEE adviertan que Lazzarato tenga algo interesante que decir; o que el Bifo pueda aportar cosas relevantes para la comprensión del mundo que se está formando y en el que se van a desarrollar los niños, niñas y adolescentes; mucho menos que Haraway sea una voz indispensable en la configuración ético-política de un porvenir alterativo.
Tampoco que los de Educación con rumbo consideren las co-creaciones de Gustavo Esteva, o piensen que los pluriversos de Escobar sean importantes para pensar mundos y educaciones en las que quepan muchos mundos y múltiples formas educativas. ¡No hay que pedirle peras al olmo!
La teoría es gris, decía el clásico, verde el árbol resplandeciente de la vida. Lo que se le olvidó es que la teoría también forma parte de los juegos del poder. Los expertos lo saben muy bien, pretenden ser los poseedores de la verdad, por eso se venden, o se juntan con los poderosos, como lo vimos con Calderón y la ACE, o con Peña Nieto y la reforma constitucional 2012-2013, o en aquella iniciativa entre académicos y el PRIANRD, más MC, en la reforma constitucional de 2019, llamada Mantiene, Mejora e Innova, que terminó apoyando MORENA.[2]
Son también los mismos que ahora se desgañitan con la presunta falta de respeto a los procedimientos normativos en los libros de texto, cuando se quedaron bien calladitos en diciembre de 2013, mientras el Senado aprobaba la reforma constitucional del Pacto por México en menos de 24 horas.[3]
Ética de la insolencia
Consideramos que la crítica es una tarea indispensable; hay que mostrar una y otra vez cómo funciona el poder, cómo se ejerce, cómo ensambla los discursos, las ciencias y los saberes, con la violencia ruda y cruda;[4] cómo se acoplan organismos empresariales, oficinas de gobierno, departamentos universitarios, revistas, comunicadores, periodistas, comentaristas, bots y demás, para imponer cursos de acción, conceptos, teorías, libros y demás.[5]
Y peor aún: cómo esos ensamblajes penetran hasta críticos y adversarios; cómo son recuperados por algunas resistencias magisteriales que no son capaces, o no quieren, o no saben cómo fugarse de esas cárceles cognitivas vueltas sentido y lugar común. [6]
El trabajo de la crítica no es acomodar los discursos o los hechos a los deseos del poder, ni del Estado, ni de las resistencias, ni mucho menos de los señores del capital y sus corifeos, sino el desafío de lo existente, el cuestionamiento de las verdades y las certezas. Las que sean.
Sin embargo, es necesario recordar que no basta comprender al mundo, hay que transformarlo. ¡Ahora más que nunca! Junto al desmontaje de los poderes, es necesario vislumbrar las líneas de fuga, las rendijas por las que se puede escapar para no reproducir los poderes, que siempre se meten en los discursos, las mentes y los corazones de todos. Ese es el desafío.
Cuando aparecen otros gobernantes, otros funcionarios que insisten en el fin del neoliberalismo, en la cancelación de la reforma, en una revolución educativa, la crítica no debe callar.
Los derechosos no lo harán, repetirán sus glorias pasadas en nombre de la ciencia y la pedagogía, pero nosotras tenemos más trabajo que nunca, no sólo para desmontar los nuevos poderes, sino para profundizar, llevar más lejos, posibilitar lo nuevo, lo que no alcanza a surgir, lo que está atrapado todavía por los poderes de antaño. También los engaños y las simulaciones, las falsedades y las mentiras, porque de todo eso hay en los procesos convulsos y las transformaciones.
En el caso específico de los libros de texto, y en general del Nuevo Marco Curricular y Plan de Estudios de Educación Básica 2022 (MC-PE 22), hemos señalado algunas cuestiones que nos parecen relevantes para una crítica inconformista:
- La reforma constitucional de MORENA y aliados en 2019 NO canceló la reforma neoliberal del Pacto por México; en términos conceptuales y de gestión la mantuvo, legitimó y profundizó.
- La pretendida reforma de los libros de texto de 2019 fue un fracaso, en términos conceptuales, de diseño, de gestión y de resultados.
- Lo nuevo, lo verdaderamente nuevo propuesto por la IV T en educación fue la versión inicial del MC-PE 22, presentada a finales de enero de 2022.
- Los procesos de discusión y legitimación del Plan no pudieron desembarazarse de las viejas prácticas de los foros de participación social. Ahí están los hechos para quienes los quieran ver. Aunque también hay que reconocer: esta vez se reunieron también con las resistencias de la CNTE y otros colectivos magisteriales, quienes presentaron sus propuestas de educación alternativa.
- Lo más importante de la versión inicial del MC-PE 22 fue la problematización y los ejes articuladores. Pasar de la focalización en la trifecta pedagógica neoliberal -calidad, aprendizajes clave y evaluaciones- a la relevancia de la lucha contra desigualdades y exclusiones, representa un cambio paradigmático. Por fin alguien rompió, desde el gobierno, la hegemonía neoliberal en las concepciones pedagógicas de los últimos treinta años en México. No es para desdeñarse ni menospreciarse. Todas las diferencias, críticas y enojos de las oposiciones actuales se entienden desde ahí.
- En las versiones subsecuentes del MC-PE 22, estos planteamientos se fueron deslavando. Se puede entender por la correlación de fuerzas al interior y exterior de la SEP. Conceptos potentes y prometedores como el común, se fueron cambiando por otros más convencionales, como el de comunidad, y en su peor versión: la comunidad escolar; la lucha antipatriarcal se redujo a la igualdad de géneros; y así, hasta terminar en el berenjenal infumable de los programas analíticos y sintéticos, el codiseño y la contextualización; o las fases de aprendizaje que nunca se desarrollaron, o los campos..o…. En otro momento regresaremos sobre este punto.[7]
- Si el MC-PE 22 tuvo problemas, la familia de libros de texto está encontrando todavía más; otra vez en términos conceptuales, de diseño, de legitimación y de gestión política y administrativa. Hay algunos problemas en donde hasta la derecha tiene razón, y eso es preocupante.
- Una de las mayores dificultades de la nueva política curricular y de materiales, es la gestión de la SEP. Los tiempos para operarla se reducen y el magisterio ni la entiende, ni la comparte como para garantizar que la transformación sea efectiva. Al menos en este momento. No es necesario citar a Rockwell o a Ball para saber lo que eso significa en la puesta en acto.
- Los riesgos de que la revolución educativa termine como el parto de los montes, o como el engaño de la cancelación de la reforma educativa neoliberal, están ahí. No advertirlos es un desatino que a nadie de los que hemos luchado durante años contra la educación neoliberal nos interesa o nos conviene.
- Por eso no hay que callar. Hay que criticar, en el tono que sea, porque el silencio conlleva el peligro de re-editar lo que ocurrió en 2019.
Seguiremos por ahí, en investigaciones y textos de crítica y divulgación.
P. D.
El 6 de junio encontramos el tuit del Dr. Arriaga sobre nuestro artículo Libros de texto: entre fachos y arrogantes. Celebramos el tono jocoso. No le conocíamos ese rostro de funcionario con sentido del humor, esperamos lo muestre más seguido. El humor y la ironía siempre son agradables.
En una cuestión esencial estamos de acuerdo: las políticas educativas son el resultado de múltiples aspectos, no solo didácticos o curriculares, también económicos, políticos, espaciales, ecológicos y demás. Es lo que ocultan los pedagogos de la derecha, porque se escudan en la política de la verdad de los poderosos.
[1] No citaremos a Deleuze sobre el tema, no se preocupen.
[2] Como mostramos en La continuidad neoliberal .
[4] Que Nochixtlán no se le olvide nunca, ni al sargento Nuño y a los académicos que callaron.
[5] Anatomía política de la reforma educativa
[6] El canon crítico de la reforma educativa. Un devenir subordinado
[7] De eso va nuestro próximo Cuaderno de batalla: Lo que usted quería saber sobre el Plan de Estudios 22 pero no se atrevía preguntar.
Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com
Planeta: La Tierra está en peligro y nosotros también
La Tierra está en peligro y nosotros también
Recientemente se ha publicado un nuevo estudio del que se está informando ampliamente en los medios de comunicación; este estudio encontró que la Tierra no solo está alcanzando un nivel peligroso de calentamiento global, sino también el bienestar de sus habitantes.
El estudio tiene todo lo que te has estado preguntando, como los límites de la seguridad del ecosistema global y la adopción de medidas de «justicia». Esta es la primera vez que se hace esto en las actualizaciones del Libro Verde Global.
Un nuevo estudio publicado en Nature ha determinado que la Tierra se ve sometida a un calentamiento lento por razones naturales y antropogénicas, contamina el suelo y las aguas subterráneas de la Tierra, destruye los ecosistemas, cambia los patrones de precipitación y provoca la contaminación del aire. Esto ha provocado un aumento más que notable en los niveles de dióxido de carbono, Si bien no hay ningún punto de peligro de contaminación del aire global, eso no hace que los peligros de la contaminación del aire sean menores.
Puntos calientes
Suecia realizó un estudio en el que concluyeron que la contaminación del aire a escala local y regional es peligrosa, mientras que la contaminación climática no supera los límites de seguridad para su sistema climático.
El estudio encontró «puntos calientes» de áreas problemáticas en Europa del Este, el sur de Asia, Medio Oriente, el sudeste de Asia, partes de África y gran parte de Brasil. Las causas se deben en gran medida al cambio climático, en gran medida porque también hay mayores niveles de pobreza en estas regiones. Los sistemas de agua dulce del mundo están pasando por una severa sequía, con cerca de dos tercios de la superficie de la Tierra que no cumplen con los criterios para la seguridad del agua dulce. Los científicos también informaron a modo de ejemplo que este es un problema que solo empeorará debido al cambio climático.
«Estamos en una zona de peligro para la mayoría de los límites del sistema terrestre», afirmó Kristie Ebi, coautora del estudio y profesora de clima y salud pública de la Universidad de Washington.
Si el planeta Tierra se sometiera a un chequeo anual, similar al examen físico de una persona, «nuestro médico diría que la Tierra está realmente muy enferma en este momento y que lo está en muchas áreas o sistemas diferentes, y que esta enfermedad también está afectando a las personas que viven en la Tierra», declaró en una rueda de prensa Joyeeta Gupta, copresidenta de Earth Commission y profesora de Medio Ambiente de la Universidad de Ámsterdam.
Justicia para todos para salvar a la Tierra
No tenemos que tener miedo por el destino del planeta. Hay cosas que podemos hacer y ya existen algunas soluciones para ayudarnos en nuestro camino. Cambiar el carbón, el petróleo, el uso del gas natural y el tratamiento de la tierra y el agua.
Pero «nos estamos moviendo en la dirección equivocada en básicamente todos estos aspectos», dijo el autor principal del estudio, Johan Rockstrom, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático en Alemania.
«Se trata de un documento convincente y provocador, científicamente sólido en su metodología e importante para identificar las dimensiones en las que el planeta se está acercando al borde de los límites que nos lanzarían a estados irreversibles», afirmó en un correo electrónico Indy Burke, decana de la Escuela de Medio Ambiente de Yale. Ella no participó en el estudio.
El equipo de científicos llevó a cabo una extensa investigación sobre el aspecto ambiental e identificó un conjunto de medidas de seguridad que no solo apuntan al individualismo sino que también brindan justicia a todos.
Rockstrom cree que esta revelación es una pequeña barrera de seguridad. No es toda la cerca, pero es una excelente idea para mantenerse a salvo de cualquier amenaza potencial.
Rockstrom y otros investigadores han intentado medir el ecosistema de manera integral en el pasado. La gran diferencia con este intento es que también miraron a los niveles locales y agregaron la justicia como un factor.
La idea de justicia es muy difícil de aplicar al mundo. Lo que parece justo para un grupo puede no serlo para otro. Depende de tu perspectiva, las condiciones a las que sometes a las personas y cuánto daño les hace eso contra el planeta en su conjunto.
Hay una idea errónea común de que el cambio climático es una ficción. Pero no lo es.
Si bien los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero prometidos por el anterior presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no son tan severos como en otras naciones industrializadas, el nuevo informe está en línea con esos acuerdos. Como límite seguro, el mundo se ha calentado 0,9 grados Celsius (1,64 grados Fahrenheit) hasta ahora, lo que indica que las cosas van bien en su mayor parte.
«Lo que intentamos demostrar con nuestro artículo es que incluso con el aumento de 1 grado centígrado (1,8 grados Fahrenheit) se está produciendo una enorme cantidad de daños», dijo Gupta, señalando las decenas de millones de personas expuestas a temperaturas extremadamente altas.
Un nuevo estudio ha demostrado que el planeta apenas ha llegado por debajo del umbral de calentamiento de 1,5 grados, lo que debería ser motivo de aliento en lugar de frenar nuestra voluntad de actuar con mayor rapidez.
«Sostenibilidad y justicia son inseparables», afirmó el jefe de estudios medioambientales de Stanford, Chris Field, que no participó en la investigación. Dijo que querría límites aún más estrictos. «Las condiciones inseguras no necesitan cubrir una gran fracción de la superficie de la Tierra para ser inaceptables, especialmente si las condiciones inseguras se concentran en y cerca de comunidades pobres y vulnerables».
Otra experta externa, la Dra. Lynn Goldman, catedrática de salud ambiental y decana de la facultad de salud pública de la Universidad George Washington, afirmó que el estudio era «bastante atrevido», pero no era optimista respecto a que se tradujera en muchas medidas.
Con información de sinpermiso.info
Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/la-tierra-en-peligro/
España: Una escuela que segrega priva a los ricos del conocimiento de las cosas
Una escuela que segrega priva a los ricos del conocimiento de las cosas
“La verdadera cultura se compone de dos cosas: pertenecer a la masa y poseer la palabra. Una escuela que selecciona destruye la cultura. A los pobres les quita el medio de expresión. A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”. (Alumnos de la escuela de Barbiana, 1967).
Una escuela que segrega daña no solo al alumnado más vulnerable, condenado a no salir de allá donde lo puso el azar de su nacimiento. Daña también, y no poco, a quienes encierra en entornos de pretendido privilegio pues los priva, como denuncian los alumnos de Barbiana, del conocimiento de las cosas.
Hace ahora dos años, la Casa Real emitió un comunicado para informar de que la Princesa de Asturias cursaría el Bachillerato Internacional en una institución educativa privada del Reino Unido, previo pago de 67.000 libras esterlinas. En ese mismo comunicado se subrayaba que se trataba de un colegio en el que “puede haber unas 80 nacionalidades, con alumnos procedentes de diversos estratos económicos”, como prueba de un ideario que propugna el entendimiento intercultural y la valoración de la diversidad. Quienes conocemos el mapa escolar madrileño no pudimos dejar de sentir estupefacción. El instituto público que en razón del domicilio corresponde a las hijas de los Reyes de España cuenta con un número análogo de nacionalidades entre su alumnado, (aunque es verdad que sin gran diversidad de estratos socioeconómicos, visto que quienes pueden elegir, porque tienen dinero para ello, huyen de esa diversidad hacia entornos mucho más homogéneos). Para ese viaje, nunca mejor dicho, no necesitábamos alforjas.
El mensaje real del comunicado estaba sin embargo en lo no dicho: en la desafección hacia la escuela pública española por parte de quien, como en el caso de otras monarquías europeas, debiera ser su principal valedor. Lo mismo ocurre con gran parte de las élites políticas de nuestro país, cuyo currículum, por más que acumule posteriormente grados y másteres, adolecerá de una ceguera en muchos casos incurable: la que impide ver al otro como a un igual, sea cual sea su origen geográfico y cultural y su entorno socioeconómico, su lengua y sus creencias religiosas; la que impide luego comprender las razones azarosas, y por tanto esencialmente injustas, del desigual futuro que espera a unos y otros.
“¿Dónde estarán los pobres, que no los veo?”, se preguntaba nada menos que el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, tras la publicación de un informe de Cáritas que alertaba de que un 22% de la población madrileña se encuentra en situación de exclusión social. Y lo hacía con gesto burlón, calificando de “error” la existencia de ese tipo de informes.
Pero es que no los ve. No los ven. “Una escuela que segrega destruye la cultura”: destruye, es verdad, los valores civilizatorios básicos, que debieran ser compartidos. “A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”: privados de la capacidad de alzar la vista y mirar en derredor, aquejados de una miopía incapacitante, refugiados en la confortabilidad del privilegio, siguen alimentando –por activa o por pasiva– una segregación escolar que causa ya escándalo en Europa.
Para la educación democrática no hay atajos. El primer presupuesto de una sociedad democrática es la consideración del otro, de los otros, como personas iguales en dignidad y derechos. Y eso se aprende (o no) desde la infancia. Se vive o no se vive. “Solo se mira como a iguales a aquellos con los que se ha compartido pupitre en la escuela” afirmaba José Pedro Varela, maestro uruguayo, hace ya siglo y medio. Haber crecido, codo con codo, con niños y niñas diferentes en todo es lo único que puede despertar la conciencia del propio privilegio y no atribuir este a un mérito personal. Es lo único que puede despertar reflejos de empatía no atravesados por la asimetría de la desigualdad y conformar una suerte de “velo de ignorancia” que, llegado el momento de proponer medidas para el conjunto de la sociedad, haga abstracción de la propia posición en la rueda de la fortuna.
Educarse en una escuela diversa debería entenderse como un derecho de todo menor, tanto de los que están a un lado o al otro del privilegio. Y eso es algo que ningún dinero puede comprar.
Pero aún hay más. “Una escuela que selecciona destruye la cultura. […] A los ricos les quita el conocimiento de las cosas”. Nuestra cultura compartida –un posesivo hoy felizmente ampliado– incluye un suelo ideológico irrenunciable: no solo los derechos humanos, sino también el derecho a vivir en un planeta con futuro (y el deber de legarlo a las próximas generaciones).
¿Está en riesgo la provisión de ese conocimiento a no pocos niños y niñas de nuestro país, en favor de unas creencias religiosas concretas (no compartidas, por tanto, por el conjunto de la sociedad) y de unos filtros ideológicos que dan la espalda a la fundamentación científica en la selección del saber? Mucho nos tememos que sí.
“Porque vivimos en una época de avalancha de información, desinformación y manipulación, es fundamental el papel de la escuela como agente de validación de la información y de transmisión de conocimientos validados científicamente. No se trata de convertir la escuela en un instrumento de adoctrinamiento ideológico, sino de garantizar que no se construyan opiniones que no están apoyadas en hechos”, afirman João Costa y João Couvaneiro en un libro de título bien elocuente: Conhecimentos vs competências. Uma dicotomia disparatada na educação. (2019).
El aprendizaje de la convivencia en condiciones de igualdad con quien es diferente, la educación en derechos humanos, la formación en un conocimiento científicamente contrastado o la libertad de conciencia son derechos de todo menor. Y su mejor garantía es la escuela pública.
Fuente de la Información: https://rebelion.org/una-escuela-que-segrega-priva-a-los-ricos-del-conocimiento-de-las-cosas/