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Confluencia de virus en América Latina

Confluencia de virus en América Latina

Crisis de la COVID-19

Por: Claudio Katz

 

La pandemia ya provocó en América Latina un drama mayúsculo en tres países (Brasil, Ecuador y Perú) y escenarios de gran peligro en otro grupo de naciones. El cuadro de situación cambia día a día y nadie sabe cuál será el impacto final de la infección. Hasta ahora el porcentual de fallecidos es inferior a Europa y Estados Unidos, pero la oleada de contagios no alcanzó su pico 2/.

Como el coronavirus llegó más tarde, todos los gobiernos tuvieron cierto tiempo para implementar el distanciamiento social requerido para aplanar la curva de contagios. Esa medida fue rechazada o adoptada en forma tardía por los países que concentran el grueso de las víctimas 3/.

Variantes del negacionismo

Bolsonaro es el responsable de una tasa explosiva de infectados y un ritmo desgarrador de muertes. Los contendores sustituyen a las morgues, las fosas comunes reemplazan a los cementerios y los aviones transportan ataúdes. En algunos sanatorios rige un protocolo para definir quién será sacrificado en la asignación de los escasos respiradores.

Este dantesco escenario es un efecto directo de la ausencia de prevención. Las escasas medidas de protección sanitaria fueron instrumentadas en forma caótica por los gobernadores. Bolsonaro mantiene la política criminal que Trump y Johnson debieron abandonar. Prioriza los negocios a la vida humana y minimiza la “gripecita”, mientras propicia actividades masivas e incentiva el funcionamiento corriente de la economía. Actúa como un psicópata en la presidencia que sonríe durante los paseos acuáticos, en medio del luto nacional imperante por el récord de 10.000 muertos.

Ecuador ha sido testigo de una crueldad equivalente. Guayaquil concentra el mayor número de casos per cápita de la región, con fallecidos recogidos en sus domicilios sin ninguna atención hospitalaria. Muchos cadáveres permanecieron en las calles hasta que la alcaldía habilitó una fosa común. Ni siquiera funcionaron los crematorios que cobran altas sumas por la recepción de los cuerpos. Lenin Moreno oculta la magnitud de las víctimas fatales y compite con Bolsonaro en su indiferencia ante la muerte.

En Perú el torrente de fallecidos aumenta en forma vertiginosa, a pesar de los controles y la inversión en reactivos. La incapacidad para implementar el distanciamiento social ha confirmado el rol insuficiente de los testeos. Un sistema sanitario desmantelado por años de maltrato neoliberal ha quedado desbordado por la masa de los contagiados.

Otras variantes negacionistas han descollado en el plano retórico. El ministro de salud de Chile convocó a desconocer las cuarentenas y su par de Bolivia se opuso a las campañas de prevención. Los gobiernos derechistas -que finalmente implementaron en forma parcial el confinamiento bajo la presión de las provincias o los municipios- intentan relajar o anular esa restricción. Colombia es un ejemplo de esa aplicación a regañadientes y en cuentagotas de la cuarentena.

El alto número de testeos y la baja mortalidad inicial en Chile contrastan con la gran aceleración de los contagios y el potencial desborde del sistema hospitalario. Piñera no puede desentenderse como Bolsonaro de la pandemia. Bajo el impacto de una gran rebelión popular debe simular preocupación por el avance de la infección.

Otras respuestas

Varios gobiernos de la región adoptaron medidas de protección sanitaria. En Argentina se introdujo una cuarentena muy estricta y temprana para preparar los circuitos sanitarios, bajo un inédito comando de los epidemiólogos. Estas medidas han permitido controlar hasta ahora la tasa de contagios, el número de fallecidos y las camas disponibles. En estos tres indicadores se verifica una abismal distancia con las cifras de Brasil, Ecuador o Perú.

Pero el peligro persiste en las zonas más vulnerables de los suburbios, las cárceles y los geriátricos. Además, la proporción de personal de salud infectado se ubica en un tope internacional y el número de testeos es muy bajo.

Cuba ofrece otro modelo de protección, basado en un sólido sistema sanitario. La población está preparada para lidiar con catástrofes periódicas (como los huracanes) y afronta la pandemia con una cuarentena parcial y normas específicas de atención de la enorme población adulta.

El sistema de salud público e igualitario de la isla permite ajustar los dispositivos, en un escenario económico muy deteriorado por el desplome del turismo y la retracción de las divisas. Estos logros son silenciados por los grandes medios de comunicación, que siempre elogian algún caso significativo (ahora Costa Rica) para ignorar los méritos de Cuba.

También llama la atención la rápida reacción del gobierno venezolano frente a la pandemia, en un contexto económico-social durísimo. Se ha logrado mantener aplanada la curva de contagios, mediante un método de control domiciliario y telefónico. El gobierno utiliza la gran estructura de organismos populares (misiones, CLAPS) y el asesoramiento médico cubano. Ha conseguido un alivio, en el dramático escenario del bloqueo, la agresión externa, la dolarización informal de los altos ingresos y la asistencia social al grueso de la población. El país bombea un tercio del petróleo extraído en el pasado, en un marco de virulenta desvalorización de su principal producto de exportación.

En México la tasa de contagios y fallecidos se intensifica en un marco contradictorio. Las confusas declaraciones presidenciales al comienzo de la pandemia fueron seguidas por medidas de cuidado y vigilancia epidemiológica, pero sin cuarentena general. Se puso en práctica un sistema de testeo, alerta temprana y centralización del sistema sanitario. El gobierno explicita sus críticas a la destrucción neoliberal de la salud pública y a la mercantilización de un sistema que desatendió las enfermedades crónicas.

Existe además un foco de potencial contagio en las maquilas, que si no es contenido podría convertir a las ciudades fronterizas en la Lombardía de México. La decisión de proteger la vida de los operarios será puesta a prueba, frente a la presión estadounidense para forzar un retorno anticipado al trabajo en ese sector.

Nicaragua plantea un enigma. Allí no rige la cuarentena, ni los barbijos, ni los testeos. Tampoco se han aplicado políticas de distanciamiento social. El gobierno convoca a concentraciones masivas, propicia las actividades festivas y mantiene abiertas las fronteras. Además, un presidente ausente propone la lectura de la Biblia para lidiar con la pandemia, omitiendo todas las recomendaciones de los epidemiólogos. En ese escenario el número oficial de fallecidos es llamativamente bajo. Seguramente se podrá dilucidar en poco tiempo esa anomalía.

Muchos factores inciden en los distintos casos en la evolución general de la infección, pero las políticas de abandono o protección de la salud agravan o atenúan los contagios. La conducta de cada gobierno es determinante de esas consecuencias.

Indefensión por la dependencia

Como la demografía determina cursos muy variados hay que ser cuidadoso en las comparaciones con otras regiones. Al igual que en Medio Oriente o África, no se sabe aún si en América Latina la oleada más fuerte de coronavirus se ha demorado o pasará de largo.

La misma cautela se impone en los contrastes entre países. La desconexión con el exterior o las dificultades del transporte interno (resultantes del propio subdesarrollo) suelen actuar como barreras al movimiento de las personas infectadas. Algunos especialistas consideran, además, que la preexistencia de otras epidemias puede contrarrestar la expansión de las nuevas.

Lo único seguro es el atroz efecto de la pandemia, si alcanza en América Latina la magnitud observada en el hemisferio norte. La elevada urbanización de la región es sinónimo de pobreza, subalimentación y viviendas sin agua corriente. El hacinamiento y la dificultad para lavarse las manos impiden cumplir los requisitos básicos del distanciamiento social. En tres áreas críticas de la cuarentena -geriátricos, cárceles y femicidos- ya hay anticipos explosivos. La emergencia sanitaria empalma, además, con otras infecciones de gran impacto como el dengue.

El desamparo de América Latina salta a la vista en la magnitud de la brecha sanitaria. La inversión per cápita en salud no llega al 10% del gasto promedio en las economías avanzadas. Mientras que la OMS recomienda destinar el 6 % del PBI a la atención sanitaria, lamedia regional se ubica en 2,2 %. Las 8 camas de hospital por cada mil habitantes que propicia el organismo oscilan entre 0,3 y 2,2 en el país más poblado (Brasil) 4/.

Estas carencias de larga data fueron agravadas por el desmantelamiento neoliberal de la salud pública. El abandono del principio de universalidad ha derivado en estructuras privadas de calidad para una minoría, en medio del generalizado colapso del sector público.

El deterioro en ese ámbito es monumental. No sólo faltan camas y respiradores para la emergencia, sino que los propios testeos han sido muy reducidos. Todos los países afrontan dificultades para importar los buscados reactivos, que los estados solventan luego de un ensayo de comercialización privada a altísimos precios 5/.

La indefensión latinoamericana frente a la pandemia es un resultado de varias décadas de neoliberalismo, precedidas de una larga trayectoria de capitalismo dependiente. Esa condición impide erigir diques efectivos contra el contagio. La misma fragilidad se ha verificado frente a otras calamidades naturales. Cada terremoto, inundación o sequía provoca desastres humanitarios, en una región que ingresó al mercado mundial bajo la sombra de una infección mortal. La viruela introducida por los conquistadores europeos diezmó en muchas zonas al 70% de la población originaria.

El coronavirus ha puesto de relieve no sólo el inconmensurable desamparo que prevalece en comparación a las economías centrales. El contraste es también significativo con los países asiáticos. Se ha verificado una distancia sideral con Corea o Singapur en el manejo de reactivos, respiradores, hospitales o mecanismos informáticos de seguimiento de los contagiados. La pandemia ha retratado en forma dramática, el lugar que actualmente ocupa cada país en la división global del trabajo.

La propia geografía del virus confirma esas diferencias. La infección irrumpió en Asia que opera como el taller del mundo y concentra todas las tensiones contemporáneas de la urbanización, la globalización y la industrialización agropecuaria. América Latina ha sido receptora de los contagios, en su condición de región agobiada por la desposesión, el extractivismo y el drenaje de la renta. Soporta una calamidad externa y exhibe poca capacidad para lidiar con esa adversidad.

Otra escala de la crisis

Los pronósticos de derrumbe económico regional son aterradores. La CEPAL ya había modificado su previsión de una leve mejora del PBI en el 2020 (1,3%) a una contracción (1,8%) y ahora proyecta un desplome del 5,3%. Estimaciones muy semejantes de la debacle difunden el Banco Mundial (4,6%) y el FMI (5,2%) 6/.

Esas cifras son equivalentes al derrumbe padecido durante la depresión de 1930 (5%) o en la Primera Guerra Mundial (4,9%). La magnitud de la regresión se verifica también en la comparación con la caída del 2009 (2%).

La gravedad de la crisis deriva de cuatro adversidades convergentes. Los precios de las materias primas se desploman, China frenará las compras de productos básicos, habrá escasez de divisas por la retracción conjunta del turismo y las remesas y el deterioro de las cadenas globales de valor afectará al enlace centroamericano.

El efecto social de esa tormenta ya se vislumbra en la previsible destrucción de 31 millones de empleos. La pesadilla de la pandemia para los trabajadores informales persistirá por la creciente pobreza que sucederá al aislamiento.

Una diferencia significativa con la crisis del 2009 es la abrupta reducción de la capacidad de endeudamiento regional. Todos los países cargan con los efectos del significativo incremento de la deuda pública, que en la última década saltó del 40% al 62%.del PBI. El costo relativo de la financiación se acentúa y circulan numerosas previsiones de un default generalizado.

Argentina afronta esa potencial cesación de pagos desde el año pasado. Ha forzado la prórroga de todos los vencimientos en moneda local, intenta postergar obligaciones con su principal acreedor (FMI) y discute con los acreedores privados un canje de títulos con quitas y exenciones en las erogaciones inmediatas.

La quiebra de las finanzas ecuatorianas es muy semejante. Su economía sobrevive con el respirador que administran los acreedores, mediante un continuado pago de intereses para refinanciar los vencimientos, que agiganta el pasivo y contrae las reservas.

En otros países predomina el efímero alivio generado por la renovación del endeudamiento. Pero la crisis actual ha desatado una acelerada emigración de capitales, que vacía por una ventanilla las divisas ingresadas por otros circuitos. Varias economías latinoamericanas forman parte del pelotón de los emergentes que sufre esa dramática salida de fondos. Ese drenaje en el mundo ya alcanzó un monto que quintuplica las expatriaciones registradas en el 2009 (100.000 millones de dólares).

Ese turbulento contexto explica el creciente clamor por la condonación de la deuda latinoamericana. La petición no se limita al Papa Francisco y a un espectro de economistas consagrados. El propio FMI afloja el financiamiento general, anticipando una eventual escalada de cesaciones de pagos. La moratoria que dispuso el G 20 para los 76 países ultra-empobrecidos es irrisoria, pero expresa el mismo temor.

Tal como ocurre a escala global, el coronavirus detonó en América Latina una crisis precedente. Los últimos siete años de bajo crecimiento anticiparon la presencia de otra década perdida y la pandemia ha precipitado la eclosión de los desequilibrios acumulados en varios frentes. En las finanzas impera una asfixia de pagos, en el comercio aumenta el desbalance, en la producción se confirman las carencias para proveer insumos sanitarios y todos los mercados internos sufren agudas contracciones. El coronavirus ha desencadenado otra típica crisis del capitalismo dependiente.

Agresiones y rescates

Las clases capitalistas utilizan la pandemia para multiplicar sus agresiones contra los trabajadores. Cuentan con el sostén explícito de los gobiernos derechistas y aprovechan la pasividad de los mandatarios de otro signo.

En Brasil se han dispuesto suspensiones, reducciones de salarios y anulaciones de contratos. En Perú se autorizan licenciamientos sin compensaciones y en Ecuador despunta una mayor flexibilización laboral con despidos en la administración pública. En Chile resucitaron una ley que desprotege a los asalariados y en Costa Rica se concertaron acuerdos para reducir el salario a la mitad. En Panamá el gobierno habilitó a los empleadores para cancelar los contratos laborales vigentes.

Algunos cínicos neoliberales afirman que esa contracción de los ingresos populares proveerá al fisco el dinero requerido para los gastos en salud. Recurren a cálculos arbitrarios para describir cómo la ausencia de austeridad estatal privó a los países de esos recursos 7/.

Con ese razonamiento contra-fáctico divulgan estimaciones que no resisten la menor evaluación. Nadie sabe lo que hubiera ocurrido con otro manejo del gasto público, pero salta a la vista que el fanatismo neoliberal demolió un hospital tras otro.

En el campo opuesto los gobiernos enemistados con la derecha han intentado una gestión más equilibrada, disponiendo limitaciones a los atropellos capitalistas. En Argentina se anunció la prohibición de los despidos, pero sin ninguna acción para impedir las cesantías. En los hechos ha imperado la convalidación oficial de la pérdida de empleos o el apañamiento de las empresas que desacatan las normas. El chantaje patronal ya forzó un duro compromiso de reducción de los haberes.

Como ya ocurrió en todas las crisis precedentes ha reaparecido el protagonismo de los estados en el sostén de la economía. Frente a ese dato los neoliberales cajonean sus doctrinas de inutilidad del sector público o invariable reinado del mercado.

El socorro estatal en América Latina es muy inferior al prevaleciente en las economías centrales. Una estimación destaca que los auxilios fiscales promedian el 10% del PBI en Estados Unidos, el 14,5% en Alemania y casi el 20% en Japón. Pero sólo oscilan entre el 0,7% y el 3,5% en Argentina, Brasil y México 8/. Otro cálculo considera que los paquetes dispuestos en los países metropolitanos rondan el 16,3% del PBI y apenas el 4,1% en América Latina 9/.

En el marco de esa brecha la magnitud de los auxilios nacionales es muy variada. Chile, Perú o Colombia habrían lanzado planes más ambiciosos que Argentina, Bolivia o Ecuador, pero las cifras en danza son muy controvertidas. Las mediciones del programa fiscal argentino, por ejemplo, oscilan entre el 1% al 7% del PBI, confirmando que sólo dentro de algún tiempo se podrá contar con evaluaciones más nítidas.

Mucho más cristalina es la interpretación cualitativa del destino de los rescates. Todos los planes socorren a cuatro actores: los empresarios, los asalariados, la clase media y los precarizados. El sostén de las firmas se consuma a través de los bancos, que intermedian en la implementación de los auxilios estatales. Esa mediación introduce un filtro de calificación de los subsidios que obstruye, demora e incluso bloquea la llegada del crédito público. Los bancos están acostumbrados al negocio financiero de corto plazo (especialmente con títulos públicos) y no asumen riesgos en la emergencia actual.

A fin de evitar el cierre o la quiebra de las firmas, el estado se hace cargo también del pago parcial de los salarios, en función del tamaño y el grado de afectación de las empresas por la cuarentena. Para la clase media se han dispuesto alivios de erogaciones (alquileres, hipotecas, servicios) y créditos a bajas tasas de interés. Los planes asistenciales se han multiplicado, para proveer algún recurso a los pauperizados que perdieron abruptamente sus ingresos.

Pero aún se desconoce cómo se distribuyen los montos en circulación entre los cuatro destinos en juego. No se sabe qué porcentual subvenciona directamente a los capitalistas y qué porción recibe la población. No hay muchos estudios precisos sobre esa decisiva distinción. Una primera evaluación comparativa -que diferencia recursos con o sin contraprestación (deudas versus ayudas sociales)- estima que el plan argentino ofrece menos socorros a los empresarios que su contraparte brasileña. Pero ensaya una estimación muy provisional 10/.

En países como México -que arrastran la traumática experiencia de paquetes fiscales que enriquecieron a los capitalistas (Fobaproa-1995)- existe especial preocupación por evitar la repetición de esa estafa.

Otro problema a dirimir es el financiamiento de los rescates. Como en todos los países el freno de la economía ha desplomado la recaudación, se discute acaloradamente el sostén de los nuevos paquetes con emisión, endeudamiento o impuestos. Los neoliberales convocan a tomar préstamos, resaltando las bajas tasas de interés imperantes en el mundo. Perú, Colombia y Brasil ya optaron por ese camino. Pero son evidentes los enormes riesgos de esa captación crediticia en plena fuga de capitales.

En países como Argentina -que tienen cerrado el acceso al crédito internacional- se debate otra alternativa: un impuesto a las grandes fortunas. Ese tributo permitiría obtener los fondos requeridos para la emergencia (3800 millones de dólares), mediante una afectación mínima del patrimonio de 15 mil acaudalados.

La iniciativa ha desatado una feroz campaña de oposición derechista, que denuncia el carácter “inconstitucional”, “inédito” y “gravoso” de un tributo que cuenta con incontables antecedentes locales e internacionales. La pandemia no conmueve a los millonarios que privilegian sus fortunas al drama de la población.

Ese impuesto no representa ninguna carga significativa para los dueños de Argentina, que tributan muy poco y evaden cifras monumentales. Suelen ocultan en el exterior las tres cuartas partes de sus patrimonios por sumas equivalentes a todo el PBI del país.

Los poderosos exaltan el modelo chileno de donaciones. Ponderan el gesto filantrópico del principal grupo empresario (Luksic) que donó un millón de mascarillas. Suponen que esa insignificante migaja bastará para enmascarar la permisividad impositiva, ante las 119 familias que en ese país detentan fortunas superiores a cien millones de dólares.

El sentido de los auxilios

Los gobiernos han repetido la misma receta de intervención del 2009. En las economías centrales, esa política de generación de liquidez (quantitave easing) permitió salvar a los bancos de un inminente quebranto. Luego de proteger la gestación de ganancias privadas, los estados generalizaron la socialización de las pérdidas a través del gasto público. El mismo rescate en la actualidad involucra en mayor medida a las empresas y a la población que a los bancos.

La pandemia impone una paralización productiva que contrae los ingresos corrientes y desencadena cortocircuitos en las cadenas de pagos. Los estados intentan contener con subvenciones la bancarrota que sucedería a ese freno del nivel de actividad. Pero el socorro presenta más parecidos con las políticas contra-cíclicas de entre-guerra, que con el sostén de los bancos durante el 2008-09.

Muchos analistas destacan las analogías actuales con la economía de guerra. La similitud se verifica en la ruptura del circuito económico, la fuerte presencia de los ministerios y el direccionamiento del gasto. Pero la gran diferencia radica en la ausencia de un propósito destructivo. En las conflagraciones se demuelen recursos productivos y humanos y en la pandemia se intenta resguardarlos.

En lugar de organizar bombardeos, asaltos y capturas se busca descubrir una vacuna que neutralice la infección. Las empresas privilegiadas son laboratorios y no contratistas de pertrechos. Por esas razones, la crisis en curso genera desvalorizaciones masivas de capitales (valor de cambio), pero no necesariamente destrucciones físicas de las empresas (valor de uso).

En la crisis actual los estados intervienen regulando la oferta. La enorme suma de fondos inyectada en la economía no tiene contrapartida en depósitos, reservas o activos de la misma envergadura. Esos montos representan un adelanto de los impuestos futuros. Expresan lo que el sector público recaudaría a partir de las ganancias, rentas y salarios surgidos de esa recuperación.

De esas tres fuentes emergería la compensación de la monumental erogación actual. Ese adelanto presupone que la reactivación futura permitirá reingresar los fondos ya anticipados por la Tesorería. Pero si esa recuperación no se concreta en el lapso esperado, la marea de desvalorizaciones impactará sobre los créditos y las monedas emitidos por los estados.

Esta conceptualización del rescate permite contextualizar el debate en curso entre monetaristas y heterodoxos, sobre los peligros inflacionarios de la emisión actual. Lo ocurrido en el 2009 ya ilustró cómo opera una enorme expansión de la liquidez sin consecuencias inflacionarias. Esa experiencia podría extenderse al inminente marco de fuerte recesión y consiguiente presión deflacionaria.

La traslación de esos parámetros a América Latina no es automática y las consecuencias inflacionarias serían muy distintas para países que soportan (Argentina, Venezuela) o no padecen esa tensión (Brasil, Chile). Pero en todos los casos, el impacto del enorme gasto público sobre los precios está momentáneamente compensado por la gravedad de la depresión en ciernes.

Por esta razón la heterodoxia refuta acertadamente los fantasmas inflacionarios, que el monetarismo despliega para exigir ajustes. Este debate es muy semejante en Argentina, Brasil y México. Pero también es cierto que la eficacia contra-cíclica del gasto público estará condicionada por la duración e intensidad de la recesión.

El trasfondo de esos debates es el modelo económico en gestación para el escenario pos-pandemia. Los neoliberales trabajan para perfeccionar el esquema de apertura comercial, flexibilización laboral y privatizaciones, con algunos ingredientes de mayor estatismo. El neo-desarrollismo conservador propicia correcciones al mismo curso, mediante regulaciones comerciales y financieras. El social-desarrollismo alienta en cambio un giro radical basado en la redistribución del ingreso. La factibilidad de cada opción dependerá del resultado de grandes conflictos políticos que se avecinan.

Resumen

El hacinamiento y la pobreza pueden transformar a la pandemia en una tragedia mayúscula. El desamparo sanitario es dramático en comparación a los países más afectados por la infección y el negacionismo criminal multiplica los fallecidos. Los gobiernos derechistas priorizan los negocios y retacean las cuarentenas, en contraposición a las administraciones que privilegian la protección de la ciudadanía.

El coronavirus ha desencadenado otra crisis del capitalismo dependiente y la escala prevista de esa convulsión es aterradora. La agresión contra los salarios y el empleo coexiste con rescates que privilegian el socorro a los empresarios. La viabilidad de esos auxilios dependerá de la duración de la recesión y sus modalidades prefiguran distintos cursos de la economía luego de la pandemia.

14/5/2020

Bibliografía

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Notas

1/ Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz

2/ Al 12 de mayo del total de 286.000 fallecidos en todo el mundo, 21.528 se localizan en América Latina y de 4.100.000 infectados hay 383.670 en la región. https://www.infobae.com /2020/05/12/

3/ El número de infectados y fallecidos según los datos oficiales de cada país es el siguiente: Brasil (169.594 casos, 11.653 muertos), Perú (68.822 casos. 1.961 muertos), México (36.327 casos, 3.573 muertos), Chile (30.063 casos, 323 muertos), Ecuador (29.509 casos, 2.145 muertos), Colombia (11.613 casos, 479 muertos), República Dominicana (10.634 casos, 393 muertos), Panamá (8.616 casos, 249 muertos), Argentina (6.278 casos, 317 muertos), Bolivia (2.831 casos, 122 muertos), Honduras (2.100 casos, 116 muertos), Cuba (1.783 casos, 77 muertos), Guatemala (1.114 casos, 26 muertos), El Salvador (998 casos, 18 muertos), Costa Rica (801 casos, 7 muertos), Paraguay (724 casos, 10 muertos), Uruguay (711 casos, 19 muertos), Jamaica (505 casos, 9 muertos), Venezuela (422 casos, 10 muertos), Nicaragua (16 casos, 5 muertos) https://www.infobae.com /2020/05/12/

4/ ¿Cuáles son los países que más invierten en salud? https://chequeado.com/el-explicador , Zibechi, Raúl. Una bomba a punto de estallar, 12-5-2020 //www.motoreconomico.com.ar

5/ La carestía de los reactivos obligó a poner un tope a su cobro. Cada uno costaba según el país entre 70 y 420 dólares. ¿Cuánto cuesta un test de coronavirus en América Latina? 1-4- 2020https://www.resumenlatinoamericano.org

6/ https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19, mayo 2020. El FMI ve una «década perdida» en América Latina por el coronavirus, 16 abr. 2020 https://www.infobae.com/america/agencias

7/ Alejandro Izquierdo; Martín Ardanaz. Cómo puede financiar América Latina el combate al virus, 15 abr. 2020, https://www.lanacion.com.ar

8/ ¿Qué hacen los países frente a la pandemia de coronavirus? 16 abr. 2020, CENTRO CEPAhttps://www.cronista.com/

9/ Coronavirus: ¿cómo ayudó cada gobierno de América Latina al sector privado?, 25 abr. 2020, https://www.lanacion.com.ar

10/ Nicolás Oliva, Guillermo Oglietti y Mariana Dondo Latinoamérica y el COVID-19: ¿Movilizar recursos o gastar en la gente? 24 mar. https://www.celag.org/latinoamericagente/

II

La pandemia reordena el contexto regional de los gobiernos reaccionarios, progresistas y radicales. También modifica el marco de las rebeliones populares que desafían la restauración conservadora.

Todos los mandatarios derechistas utilizan la cuarentena para militarizar sus gestiones. Han generalizado el estado de excepción y el protagonismo de las fuerzas armadas. En Colombia hay toque de queda y asesinatos de líderes sociales en sus propios hogares. En Perú se instauró una ley de gatillo fácil, que exime a los gendarmes de responsabilidades en el uso de sus armas. Pueden vulnerar con total impunidad el principio de proporcionalidad en sus respuestas represivas.

En Chile se ha postergado el plebiscito y aumenta el uso de un garrote, que ya provocó 45 asesinatos, centenares de heridos, miles de detenidos y 545 casos de pérdida parcial o total de la visión. También en Bolivia se pospusieron las elecciones e impera un gobierno pro-dictatorial, que intenta impedir con las botas el retorno de Evo. En Ecuador rige la misma brutalidad y una descarada manipulación de la justicia contra los opositores. En El Salvador el autoritarismo sanitario ha coronado la irrupción de los soldados en el parlamento y en Guatemala la cuarentena funciona en contubernio con el crimen organizado.

El descaro neoliberal

Los derechistas despliegan todos los argumentos del negacionismo. Suelen exigir el fin de cualquier cuarentena subrayando su efecto demoledor sobre la economía. Con sorpresiva preocupación por los humildes, describen cómo las reglas sanitarias frenan el nivel de actividad afectando a los pobres. Pero omiten que la ausencia de esa paralización convertiría a los desamparados en las principales víctimas de la infección. Lo ocurrido en Europa y Estados Unidos ha corroborado ese impacto social diferenciado del coronavirus.

Los voceros del capital también señalan que la región carece de recursos, para implementar el freno de la economía que dispusieron algunos países de Europa 1/. Pero registrando justamente esa limitación, los gobiernos que protegen la salud pública han impulsado un aislamiento social más estricto.

La contraposición entre salud y economía que difunden los derechistas es totalmente falsa. Frente a una pandemia los cursos de resguardo deben ser definidos por los sanitaristas. A los economistas sólo les corresponde evaluar opciones de cumplimiento de esas reglas. No existe una pugna de primacías entre ambas disciplinas.

En el caso de Argentina, muchos exponentes del gran empresariado valoran la centralidad oficial asignada a los epidemiólogos, pero cuestionan la falta de una presencia equivalente de los economistas. Ignoran que el consenso entre los sanitaristas para actuar en una pandemia, no se extiende a convergencias similares en el manejo de las crisis sociales. En este terreno hay visiones invariablemente contrapuestas, para dirimir cómo se reparten los costos de las medidas adoptadas para contener la infección.

Los negacionistas encubiertos levantan la voz contra el autoritarismo y el manejo estatal discrecional de la pandemia 2/. Exceptúan de esta crítica a los mandatarios neoliberales que reparten palos entre los pueblos y apuntan su dedo acusador contra el “populismo”. Esa desventura es señalada como la invariable causa de todas las desgracias latinoamericanas 3/. Pero olvidan que el coronavirus se extendió especialmente en las administraciones neoliberales, como consecuencia del resguardo de las ganancias a costa de la salud pública. El fantasma del populismo no explica nada.

Tampoco es cierto que la pandemia disolvió las ideologías, imponiendo la vigencia de conductas pragmáticas entre mandatarios de distinto signo 4/. Si hubiera imperado esa equivalencia los resultados serían semejantes y no contrapuestos. Es evidente que Bolsonaro y Fernández o Lenin Moreno y Díaz Canel no transitan por el mismo sendero.

Algunos analistas resaltan la validez de la tesis pragmática, exhibiendo encuestas de aprobación indistinta a todos los gobiernos. Pero esos sondeos sólo aportan dudosas fotografías del momento. Además, la manipulación de la información socava la credibilidad de esas evaluaciones. Los grandes medios suelen desechar los informes que contrarían sus mensajes, con el mismo descaro que impugnan las cifras de la pandemia de los gobiernos hostilizados.

Indiferencia frente a la vida ajena

Los mensajes del neoliberalismo han asumido un inédito correlato de crueldad. El manifiesto que suscribieron todos los próceres regionales de la reacción sintetiza esa brutalidad 5/. Proclaman la primacía de la Bolsa frente a la vida humana (salvo la de ellos), exaltando las facetas más anti-humanistas de su credo. La prometida felicidad del consumo ahora ocupa un lugar secundario.

Esta nueva retórica es coherente con el comportamiento de la clase capitalista regional, que en los períodos de auge económico usufructúa de los subsidios del estado. En las crisis también reclama esas subvenciones, pero sin aportar ninguna contribución a la emergencia. Ese egoísmo retrata especialmente a las burguesías locales internacionalizadas, que se han distanciado por completo de sus precedentes nacionales.

La actitud adoptada por Techint ilustra esa conducta. Se transformó en la primera fortuna de Argentina lucrando con subsidios, privatizaciones y contratos y no dudó en disponer el masivo despido de operarios en medio de la cuarentena. Chantajeó a los trabajadores y al gobierno para imponer ese terrible atropello, que ha repetido en Guatemala, Colombia, Canadá, Brasil y Japón. La empresa fue directamente artífice del crimen social de Bérgamo, forzando la continuidad de labores en plena expansión del coronavirus. De esa forma actúan las multinacionales que se han autonomizado de los mercados internos, estableciendo sedes en ignotos paraísos fiscales.

Ciertamente la pandemia aportó una tabla de salvación a todos los gobiernos derechistas corroídos por las protestas del año pasado. Pero recuperaron la iniciativa en una coyuntura muy excepcional y les resultará difícil conservar el oxígeno logrado en esta crisis.

En muchos países la oposición ya recupera protagonismo (Ecuador, Colombia) y en otros la derecha ensaya andanadas, sin forjar proyectos o liderazgos (Argentina). La propia gestión de la pandemia exige un tipo de intervención estatal, ajeno al neoliberalismo mercantil que endiosan todos los reaccionarios. El gran test del futuro se procesa en Brasil.

Los perfiles del fascismo

Bolsonaro no se detiene ante la aterradora escalada de muertes que provoca su decisión de forzar la inmunización de la población ante el virus. Esa indiferencia retrata un experimento atroz, que ningún gobernante del capitalismo central finalmente se atrevió a ensayar en la práctica.

La alocada conducta y la lunática ideología del presidente brasileño ilustran su performance fascista. Mientras invoca a Dios y denuncia el “corona-comunismo”, tantea la viabilidad de un golpe autoritario para disolver el Congreso. Multiplica las provocaciones tosiendo en público y exhibe una maldad que combina los delirios retóricos, con la agenda clásica de la derecha neoliberal.

La necro-política que implementa frente a la pandemia es una variante la violencia fascista. Sin recurrir a la acción paramilitar propicia la muerte de los desamparados. Pero frente a la adversidad de los escenarios que afronta, aún está lejos de consumar su proyecto troglodita.

Bolsonaro ha instalado un discurso criminal pero no monopoliza el poder político. Mantiene una base social muy insuficiente y la influencia de su camarilla sobre los militares es una incógnita. Por estas razones cabe la posibilidad de un amoldamiento de su gobierno al patrón conservador clásico. También puede prevalecer su desplazamiento, si se crea una situación de ingobernabilidad.

La salida de Moro ha ilustrado por el momento la ruptura de la coalición con el establishment político, judicial y mediático. No se sabe si el ejército arbitra, tutela o depende de Bolsonaro. Las fuerzas armadas comparten su estratégica alianza con Trump y lucran con todas las prebendas corporativas que ha introducido el desequilibrado ex capitán.

Algunos analistas estiman que Bolsonaro afianza su predominio, forzando renuncias, desafiando el impeachment y negociando con militares, que a diferencia del pasado carecen de un proyecto propio de gobierno. Además, se presenta ante los poderosos como el único freno al retorno de Lula, con capacidad para imponer en el Parlamento las leyes del ajuste 6/.

La biblioteca opuesta resalta la inédita turbulencia política que generan las fosas de muertos y la economía en picada. El desbocado presidente pierde aliados y acumula un récord de denuncias para su eventual destitución 7/. Si esas tensiones convergen con una reactivación de las protestas por abajo, el gran anhelo de “Fora Bolsonaro” podría convertirse en el nuevo dato de América Latina.

Variantes del progresismo

La pandemia ha definido parcialmente el cariz del gobierno de Fernández, al frente de una coalición de vertientes conservadoras y progresistas del peronismo. Las primeras medidas y las figuras incorporadas a su administración ya presagiaban la preeminencia de los sectores centroizquierda. Ese anticipo ha sido confirmado en el manejo de la pandemia.

El tipo de protección sanitaria impulsado por el oficialismo expresa una visión progresista, pero muy alejada de propósitos radicales. Por eso se gestiona el control de la infección mediante acuerdos con el poderoso sector privado de la medicina prepaga. Se negoció con esas empresas la continuidad del servicio sin subir las cuotas y con cierta centralización de los recursos de las clínicas.

La postura progresista se verifica en un discurso anti-negacionista, que choca con la exigencia de levantar la cuarentena. Ese planteo ha contribuido a crear una importante conciencia colectiva del peligro que entrañan los contagios. Se ha producido una sorprendente aceptación de las restricciones, en un país reacio al acatamiento de esas normas.

El gobierno ha manejado las reglas del encierro hogareño sin ninguna militarización. Es cierto que abundan las denuncias de apremios, abusos e incluso represiones de las fuerzas de seguridad. Pero a diferencia del grueso de la región, esos actos no se inscriben en un marco de estado de excepción o toque de queda.

El contraste con las administraciones derechistas es notorio en varios terrenos y las diferencias con Brasil son abismales. Nunca los dos vecinos estuvieron tan distanciados en la gestión de una misma crisis. Ambos países recibieron los primeros fallecimientos por coronavirus en la misma fecha y al cabo de dos meses, la divergencia de resultados es abrumadora 8/.

Pero la reinvención progresista de Fernández frente al coronavirus será corroborada o desmentida, en su conducta frente a una crisis económica de gran arrastre recesivo y potencial cesación de pagos. Hasta ahora transitó por un sendero contradictorio. Por un lado, propicia suspender los pagos de intereses de la deuda por tres años, promueve medidas de control local de los precios, demanda a los bancos la tramitación veloz de los socorros a las empresas y anticipa un impuesto a las grandes fortunas.

Por otra parte, mantiene el encadenamiento al FMI y al futuro endeudamiento mediante canjes de títulos. Además, no implementa el freno efectivo de la carestía, convalida la obstrucción bancaria de los auxilios crediticios, tolera los despidos y la caída del salario. Habrá que ver cómo concluye la propuesta de gravar a los acaudalados. Fernández suele decir que “prefiere un 10% más de pobres que 100 mil muertos”, pero omite en esa ecuación a los ricos. Si los penaliza con impuestos significativos introducirá una variable que modificará el dilema presidencial.

La comparación con López Obrador permite evaluaciones ante otro referente de la centroizquierda latinoamericana. AMLO también transita por un camino intermedio, que lo enfrenta con la belicosa derecha mexicana. Pero mantiene buenas relaciones con Trump, elogia al ejército y negocia sin pausa con la gran burguesía.

Ha comandado una gestión más extensa que su par argentino, con magros resultados en la reducción de la violencia y la reactivación de la economía. Sostiene además cuestionados mega-proyectos de refinerías y transportes que afectan los tejidos sociales comunitarios.

Frente al coronavirus adoptó un curso de protección de la salud y ha ratificado que no despilfarrará los recursos públicos en el rescate de los grandes capitalistas. Pero López Obrador no evalúa la revisión de la deuda externa y tampoco la implantación de un tributo a las grandes fortunas. Ese gravamen es tan imprescindible en México como en Argentina, puesto que los diez principales potentados acumulan riquezas próximas a los 125 mil millones de dólares 9/. En un escenario económico que no presenta la gravedad de Argentina, AMLO ha optado por una variante más moderada del progresismo.

Defensa ejemplar y protagonismo solidario

La recuperación de Venezuela y la nueva centralidad de Cuba aportan los dos datos singulares del eje radicalizado en la crisis del coronavirus. El régimen bolivariano actuó con gran decisión para controlar la infección. Afronta la pandemia junto a bloqueos económicos y agresiones militares cotidianas. Esa batalla en dos frentes realza el logro de haber limitado los contagios. Ningún otro país debe implementar la cuarentena en medio de una gran movilización defensiva, contra los paramilitares que alberga Colombia y entrena el Pentágono.

En plena pandemia Venezuela debió disponer el toque de queda en dos provincias fronterizas para repeler el ingreso de bandas terroristas. Activó la preparación de los milicianos, repelió una provocación desde la costa y desarticuló una operación mercenaria de la CIA, que intentaba tomar el principal aeropuerto. El mayor éxito fue la captura de miembros de las fuerzas especiales estadounidenses, que conspiraban bajo la pantalla de la empresa contratista (Silvercorp).

Esa privatización de la agresión con el uso de mercenarios ilustra la abrumadora ilegitimidad de la incursión escuálida. Retoma las formas más primitivas del bandolerismo y la piratería. Al no poder implementar una invasión en regla Trump propicia ese tipo de incursiones. Pero ya comienza a experimentar la misma derrota, que sufrieron sus antecesores en Cuba (Bahía de los Cochinos) y Nicaragua (captura de aviadores espías).

La derrota de la operación mercenaria acentúa el aislamiento de Guaidó que firmó el contrato de invasión con los forajidos, prometiendo remunerar sus acciones criminales con petróleo. La división de la derecha se acrecienta, además, en medio de brutales disputas internas por el manejo de las dádivas que provee el Departamento de Estado.

Maduro está ratificando una actitud de resistencia que evita la repetición de lo ocurrido en Bolivia. También recupera autoridad regional, con la recepción de los migrantes que retornan del exilio. Los derechistas que denunciaban esa masiva expatriación, ahora silencian la salida forzada que padecen muchos venezolanos para volver a su país. Los gobiernos que utilizaron ese flujo migratorio para denigrar el proceso bolivariano han archivado sus campañas “humanitarias” y se desembarazan de una incómoda masa de extranjeros.

El repunte político de Venezuela empalma con el nuevo protagonismo de Cuba. En el perdurable centro de las transformaciones revolucionarias latinoamericanas se ha controlado la pandemia con pocos recursos. La isla continúa lidiando con un bloqueo, que recientemente impidió la llegada de una donación de reactivos y barbijos enviado por el empresario chino Jack Ma.

Pero lo más llamativo es el renovado papel internacional de país. No sólo se acrecienta la utilización de un conocido antiviral cubano para combatir la infección (Interferón Alfa 2B). La solidaridad es el rasgo dominante en un gobierno que atendió de inmediato a los primeros turistas contagiados en los cruceros.

El papel descollante de los médicos cubanos ha enervado a todos los reaccionarios. Bolsonaro, Lenin Moreno y Añez repatriaron a esos contingentes, a pesar de su insustituible papel en la contención de los desmadrados contagios. En Argentina irrumpió una disparatada campaña contra médicos extranjeros “que tienen poca formación” y actúan como “agentes de inteligencia”. Este cúmulo de tonterías incluye descalificaciones profesionales y exóticas acusaciones de manejo estatal fraudulento de los honorarios 10/.

La ceguera anticomunista impide a los denunciantes registrar que la fama de los médicos cubanos, obedece a su especialidad en curaciones de campaña en riesgosos frentes sanitarios. Esa labor ha sido realizada en un centenar de países lidiando con el dengue, el cólera y los terremotos.

Basta comparar la función que cumplen estos brigadistas, con la nefasta acción desplegada por los partícipes de las “intervenciones humanitarias” que comanda Washington. Haití ofrece un nítido ejemplo de ese contraste. Mientras que los médicos cubanos socorren víctimas, los emisarios del imperialismo manipulan gobiernos, abortan elecciones, amparan la corrupción y han colocado a dos ONGs al frente del manejo actual de la pandemia.

En los últimos dos meses Cuba desplegó una extraordinaria labor de auxilio en Italia, Andorra, Jamaica, Venezuela, Nicaragua, Surinam, Belice y Granada y ha colaborado estrechamente en operativos dentro de China. Lo más impactante es su participación en socorros de países de alto desarrollo 11/.

La experiencia de estas brigadas para manejarse en escenarios de calamidades naturales suscita generalizados elogios. Su labor puede ser interpretada como una continuidad del proyecto internacionalista inicial de la revolución cubana. El legado de esa epopeya adopta un nuevo perfil en el escenario actual.

Mutaciones geopolíticas

El encierro de Estados Unidos frente a la pandemia ha profundizado el declive del sueño americano entre sus vecinos del Sur. Las clases dominantes de la región están desorientadas por el agudo pasaje del “América first” al “América alone”. La sensación de abandono se ha intensificado frente cada improvisación de Trump.

La decisión de privar de fondos a la OMS en el pico de la infección ha sido particularmente impactante. La secretaría de CEPAL resumió ese desasosiego al proclamar que “no podemos contar con Estados Unidos”, que “requisa material médico para cubrir sus propias necesidades” y “ha perdido todo sentido de comunidad” 12/.

Los desubicados neoliberales desconocen este escenario, cuando propician el endeudamiento latinoamericano directo con la Reserva Federal, para afrontar la crisis en ciernes 13/. No registran la nueva reticencia del coloso del norte a retomar sus viejos auxilios.

El resentimiento de la región se acentúa, además, por la persecución que afrontan los indocumentados. Trump alienta ahora la expulsión de los inmigrantes contagiados, extendiendo a los latinos su furia contra China. Busca desesperadamente culpables de un virus que está devastando el sistema sanitario estadounidense.

El ataque a Venezuela sería la coronación de esa agresividad. Por eso despliega ridículas acusaciones de narcotráfico y ofrece 15 millones de dólares por la captura de los líderes chavistas. Pero una aventura bélica en regla es improbable en medio del uso de los portaaviones y las carpas de campaña para lidiar internamente con la infección. El ocupante de la Casa Blanca busca crear pánico con sus amenazas twiteras, pero sólo genera más repudios en toda geografía latinoamericana.

También la postura distante de la Unión Europea frente a las necesidades sanitarias de la región impacta en los grupos dominantes locales. Las viejas solidaridades frente a las catástrofes ya forman parte del pasado. Ahora prevalece el encierro del Viejo Continente en su propia y fallida batalla contra la pandemia. Las imágenes diarias de fallecidos en España han impacto en todo el universo iberoamericano. El fracasado manejo del coronavirus en ese país intensifica la erosión del padrinazgo peninsular sobre el Nuevo Mundo.

China ha quedado ubicada en la vereda opuesta. Los auxilios sanitarios consolidan su impresionante avance en la región. Salta la vista el contraste de actitudes con Estados Unidos y Europa. En lugar de emitir insultos o exhibir indiferencia, el gigante asiático ha ofrecido socorros. Hasta el propio Bolsonaro afronta problemas para consumar su sometimiento a Trump, ante la creciente influencia de China en los negocios de Brasil.

La gravitación de la nueva potencia en la crisis del coronavirus también confirma que China no es un simple jugador del “Sur Global”. Forma parte del selecto club de grandes colosos que definen la geopolítica mundial. La postura frente a la crítica situación que se avecina en el endeudamiento latinoamericano clarificará su posicionamiento real frente la región. La solidaridad coyuntural frente la pandemia puede quedar ratificada o anulada en esa estratégica definición.

Como cualquier pronóstico es muy prematuro, conviene evaluar con sobriedad las futuras relaciones sino-latinoamericanas. En lugar de emitir ingenuos elogios o recurrir a fantasmales prevenciones, corresponde recordar la imperiosa sociedad con China que necesita la región, para lidiar con el tradicional dominador estadounidense.

Pero los distintos replanteos afrontan el enorme vacío geopolítico creado por la pandemia. Los alineamientos derechistas están enmudecidos. El desorden que impera en Washington ha dejado sin brújula a sus peones de la OEA y el Grupo de Lima. También las alternativas forjadas en la década pasada están desarticuladas y en medio de una crisis monumental la CELAC y UNASUR no funcionan. El interregno del coronavirus ha creado un provisorio paréntesis en el ajedrez político regional.

Resistencias y convergencias

La lucha social ha quedado muy afectada por el encierro impuesto con la pandemia. La imposibilidad de movilizaciones callejeras interrumpe la continuidad de las grandes protestas que emergieron durante el año pasado. Pocos días antes de la cuarentena, la conmemoración del día de la mujer suscitó enormes manifestaciones, en las principales ciudades de América Latina. La reclusión hogareña corta una secuencia, que debería recomenzar cuando finalice el peligro de los contagios.

Ese reinició afrontará un contexto económico-social terrible. Los anticipos de esas acciones populares ya se avizoran, en los movimientos que han mantenido activos los cacerolazos (Brasil) y el clamor vecinal (Bolivia, Colombia).

Las demandas más acuciantes involucran la protección sanitaria. Pero también crecen las exigencias frente a las distintas situaciones de imposible cumplimiento de la cuarentena. El llamado a «quedarse en la casa» no funciona en viviendas precarias, con heladas en invierno y sofocaciones en verano. Allí gana espacio la auto-organización, para implementar el aislamiento comunitario («quedarse en el barrio»).

Las demandas de salarios compensatorios y alimentación son igualmente dominantes en varios países (Haití, Colombia o Bolivia). En todas partes las modalidades tradicionales de la huelga han quedado obstruidas y otro tipo de protestas informales se hacen oír. Un primer paro de repartidores de comida contra la precarización laboral y la falta de seguridad sanitaria despuntó en Argentina y tuvo eco en otros seis países. Los jóvenes bicicleteros promueven importantes iniciativas de organización sindical.

El eje democrático ocupa también un lugar central en la resistencia contra los gobiernos que militarizan su gestión. La organización de la batalla colectiva contra estos atropellos empalma con el gran espíritu de solidaridad que ha emergido frente a la infección. Son incontables las iniciativas de voluntarios que se anotan para ayudar a los enfermos, contagiados y adultos mayores. Esa oleada ilustra una creciente disposición a la acción colectiva.

Este escenario ha creado muchos terrenos para la convergencia de corrientes de izquierda con propuestas semejantes. Todas coinciden en fortalecer los sistemas de salud pública a escala nacional y en batallar a nivel global contra la mercantilización de los medicamentos, anulando los regímenes de propiedad intelectual.

La defensa de los derechos sociales se ubica al tope de esta agenda con exigencias de pago íntegro del salario, prohibición de los despidos e instauración de un ingreso universal garantizado. La cuarentena actualiza, a su vez, la demanda de alimentación suficiente y saludable, mediante la jerarquización de la agricultura cooperativa. La vivienda digna con servicios básicos garantizados se ha tornado tan imprescindible, como la suspensión de los desalojos y las moratorias de deudas a las familias asfixiadas por los pasivos.

Como todos los países necesitan financiar los gigantescos gastos públicos que exige la paralización de la economía, se ha tornado insoslayable la suspensión del pago de la deuda externa y su auditoria. Ante el desmoronamiento de la recaudación se impone la introducción de los impuestos a las grandes fortunas, con el modelo de una “tasa Covid” ya debatida en varios países 14/.

La defensa de los derechos democráticos exige el uso de mecanismos de prevención y no de represión. Es urgente la protección de los líderes y militantes perseguidos y la implementación de medidas efectivas para contener la violencia machista. Las cuarentenas han incrementado en forma exponencial la desprotección doméstica de las mujeres amenazadas.

Finalmente el rechazo de las provocaciones y los embargos imperiales contra Cuba y Venezuela es tan decisivo, como el sostén de la ayuda humanitaria internacionalista. Las coincidencias de toda la izquierda en estos programas facilitan las respuestas colectivas, pero no diluyen las controversias en curso.

Cuatro debates

Para revertir la asfixia del endeudamiento externo hay varias propuestas de condonación del pasivo con los organismos multilaterales y negociación de moras o quitas con los acreedores privados. Estas alternativas permitirían un respiro en los pagos del tributo, pero no eliminarían la continuidad ulterior de la carga. Esa eternización de las transferencias a los banqueros mantendría el grillete financiero, que impide el desenvolvimiento con igualdad de la economía latinoamericana.

Por esa razón es más acertado demandar la suspensión inmediata de los pagos y la auditoria de todos los pasivos, situando en un mismo plano los compromisos con los bonistas privados y los organismos multilaterales. No existe ninguna justificación para disponer quitas en un caso y condonaciones en el otro. Esa distinción legitima un segmento del pasivo con idénticas sospechas de fraude que la otra porción.

Los reclamos de investigación de la deuda contradicen especialmente la convalidación de las acreencias con el FMI. Este organismo adoptó últimamente un disfraz de institución bondadosa, para desactivar los cuestionamientos a su conocido rol artífice del sufrimiento popular. Es una ingenuidad contribuir a esa mascarada, abriendo el camino para el próximo retorno del Fondo a su habitual papel de auditor del ajuste.

La segunda discusión involucra la forma de implementar los programas. Como la protección frente a la pandemia ha ratificado el rol protagónico de todos los estados frente a cualquier emergencia, las estrategias políticas que propugnan soslayar esa centralidad estatal afrontan renovados problemas.

Algunos partidarios de esa orientación describen cómo la crisis del coronavirus ha confirmado la necesidad de forjar el “buen vivir” y recuperar la armonía con la naturaleza. Pero no definen cuáles son los instrumentos políticos para alcanzar esos objetivos. La pandemia ha demostrado la insuficiencia de los senderos meramente cooperativistas. Sin protagonismo del estado no serían factibles las cuarentenas y los auxilios de la salud pública. Muchos teóricos autonomistas eluden esta conclusión o la aceptan en forma implícita sin conceptualizarla.

En la coyuntura actual esa divergencia contrapone el fomento de resistencias centradas exclusivamente en la auto-organización popular, con las estrategias que privilegian también las demandas al estado (salarios, impuestos, deuda). Sólo este segundo camino permite construir alternativas políticas significativas.

El tercer debate gira en torno a las modalidades de lucha en el nuevo escenario de militarización. En muchos países la pandemia es el pretexto utilizado por la restauración conservadora para instaurar gobiernos cuasi-dictatoriales. La resistencia a semejante autoritarismo exige superar el horizonte meramente electoral.

La batalla contra el totalitarismo de Añez, la represión de Piñera, el fascismo de Bolsonaro o las agresiones de Lenin Moreno no será eficaz, si queda atada a las anteojeras institucionales, que habitualmente guían la política del progresismo.

Esa corriente mistifica las reglas formales del republicanismo, sin notar cómo las clases dominantes tienden vulnerar esos principios. Las ingenuidades institucionalistas generan dramáticas consecuencias en el duro escenario que impera en la región.

La cuarta discusión en la izquierda involucra la insoslayable distinción entre los gobiernos derechistas y progresistas. Resulta indispensable reconocer la diferencia cualitativa, que separa a un mandatario como Bolsonaro de otro como Fernández. Ese reconocimiento es la condición para actuar con realismo, en sintonía con las esperanzas populares.

Los reaccionarios, neoliberales y fascistas conforman un bloque de enemigos acérrimos de los trabajadores. Sus adversarios progresistas, reformistas y desarrollistas exhiben limitaciones e incurren en capitulaciones e insuficiencias. Ambos sectores son muy distintos y el desconocimiento de esa divergencia enceguece a la izquierda. Un abismo separa el negacionismo criminal de la protección sanitaria frente a la cuarentena, y la misma distancia se verifica entre el estado de sitio y los acotados controles de la gendarmería.

Las corrientes sectarias suelen omitir estas diferencias recurriendo a conceptos ambiguos, que se aplican indistintamente a las administraciones progresistas y derechistas (capitalistas, bonapartistas, etc). Olvidan que esos genéricos presupuestos, no anulan las distinciones entre ambos tipos de gobiernos. El desconocimiento de este hecho conduce al auto-encierro en proyectos sin futuro.

Estrategias e ideales

Una política de izquierda basada en dinámicas de radicalización permite evitar las ingenuidades autonomistas, las vacilaciones institucionalistas y las miopías sectarias. En la crisis generada por la pandemia esa orientación tiene muchas expresiones en programas, movimientos sociales y organizaciones políticas.

Esos espacios alientan el protagonismo popular para construir un proyecto anticapitalista. Apuestan a dilucidar a través de la experiencia cuáles serían las reformas posibles y propician abiertamente el avance hacia el socialismo. Promueven, además, articulaciones internacionales y acciones parlamentarias o callejeras, para forjar hegemonías políticas coronadas con rupturas revolucionarias. Ponderan especialmente la voluntad de lucha como una cualidad indispensable, en contraposición al florecimiento actual del escepticismo y la resignación.

En la convulsión global generada por el coronavirus se ha tornado particularmente relevante la contraposición entre humanismo y codicia. El primer principio protege a la población con cuarentenas y la segunda actitud condena al deceso a los sectores vulnerables. En un polo se ubica la defensa de la vida y en otro la indiferencia ante el sufrimiento y la muerte. Esa misma simetría se extiende a las conductas de solidaridad o agresión. Nunca ha sido tan transparente el contraste entre las provocaciones militares del Pentágono y los gestos de hermandad de Cuba.

El socialismo sintetiza esos principios de humanismo. No implica solamente un proyecto de largo plazo de justicia, democracia e igualdad. Supone ya mismo la defensa prioritaria de la vida. Los socialistas protegen la salud pública frente a capitalistas que sólo enaltecen sus ganancias.

Resumen

La pandemia altera el escenario de restauración conservadora y rebeliones populares. La derecha extiende la militarización y divulga argumentos negacionistas para resguardar las ganancias. Exalta ese lucro en desmedro de la vida y justifica el ajuste en plena emergencia. El experimento criminal de Bolsonaro es el gran test regional de los reaccionarios.

El rumbo sanitario progresista de Argentina se extiende a otros planos sin zanjar una tónica definitiva. La comparación con México esclarece el curso de ambos gobiernos. En plena emergencia del coronavirus Venezuela afronta con éxito la agresión imperial y Cuba ha recuperado un significativo protagonismo internacional por su labor solidaria.

El repliegue estadounidense y la introspección europea desconciertan a las elites, mientras aumenta la gravitación de China ante la parálisis de los organismos latinoamericanos. Se ha introducido un paréntesis en la lucha social, en un marco de gran confluencia de reivindicaciones populares con cuatro debates en la izquierda. El humanismo socialista recobra significado

14/5/2020

Bibliografía

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Notas

1/ Eduardo Levy Yeyati; Andrés Malamud. Coronavirus: ¿Cómo y cuándo salir de la cuarentena? La Nación, 29 de marzo de 2020.

2/Laura Di Marco, «Amagues autoritarios en medio de la pandemia» 10 abr. 2020. La Nación

3/ Andres Oppenheimer, El populismo irresponsable, 20-3-2020 La Nació

4/ Isabella Cota América Latina trata de aparcar las ideologías para priorizar los planes económicos, 17-4-2020 https://elpais.com/noticias/america

5/ Vargas Llosa Mario, Macri Mauricio, Aznar, José María Aznar y otros. Que la pandemia nos sea un pretexto para el autoritarismo” 23 abr. 020 https://www.clarin.com

6/ Lincoln Secco, A famiglia no poder 08/04/2020 https://aterraeredonda.com.br David Maciel Bolsonaro aposta no caos 19 de abril de 2020<href=»#comments»>1 https://contrapoder.net/colunas</href=»#comments»>

7/ Dario Pignotti La renuncia de Moro puso a Bolsonaro contra las cuerdas 25 abr. 2020 https://www.pagina12.com.ar,/ Eric Nepomuceno Bolsonaro liquidado, o casi 25 abr. 2020 https://www.pagina12.com.ar/

8/ A principios de mayo Argentina duplicaba el número de decesos cada 15,4 días y Brasil cada ocho. En el primer caso había 4,7 fallecidos por millón de habitantes y en el segundo 24. Las mismas diferencias se verifican en las emergencias hospitalarias. Raúl Kollmann Coronavirus: un análisis comparativo entre Brasil y Argentina, 4 mayo, 2020. https://www.pagina12.com.ar/

9/ Manuel Aguilar Mora AMLO y el bonapartismo autista, 17 abr. 2020 https://www.sinpermiso.info/

10/ Andrés Oppenheimer Coronavirus: médicos cubanos para la Argentina, La Nación, 29 abr. 2020

11/ Katu Arkonada Cuba se escribe con S de solidaridad, 25 abr. 2020 https://www.jornada.com.mx Luiz Bernardo Pericás Cuba e o coronavírus 09/04/2020 – https://teoriaedebate.org.br/

12/ Cepal: «Latinoamérica no puede contar con EE.UU. en la crisis del coronavirus». 7 abr. 2020 https://www.efe.com/efe/america/

13/ Alejandro Izquierdo, Martín Ardanaz.Cómo puede financiar América Latina el combate al virus 15 abr. 2020, La Nación.

14/ Hay proyectos en Argentina, España. Rusia, Italia, Suiza e Inglaterra, Alemania, Brasil, Ecuador, Chile, Bolivia y Perú, 29 abr. 2020, www.pagina12.com.ar/262701

 

 

Autor: Claudio Katz

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15973

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Crisis climática

¿Cuál es el peligro del calentamiento global? Para 2070, hasta el 30% de la población mundial podría enfrentarse con temperaturas literalmente insoportables.

Los estudios climáticos predicen un aumento de la temperatura mundial de 2 o 3 grados en el escenario de la situación actual. Sin embargo, estas medias incluyen los océanos más fríos. Pero ellos cubren el 70% del planeta. El aumento de la temperatura en la tierra será mayor, y las temperaturas en áreas ya cálidas serán aún más altas.

Si el promedio mundial aumenta en 3 grados, las regiones donde realmente viven las personas serán al menos 6 grados más cálidas que hoy. Como resultado, grandes áreas estarán demasiado calientes para vivir en ellas.

Future of the human climate niche, un estudio publicado el 4 de mayo de 2020 en la web de la Proeedings of the National Academy of Sciences (PNAS), revela que durante al menos 6.000 años, casi todos los humanos han vivido en regiones donde la temperatura media anual es de entre 11 y 25 grados. Ese es el nicho climático humano, el rango de temperatura en el que el trabajo al aire libre no es fatal y en el que hemos podido producir suficientes alimentos para sobrevivir.

Los autores del estudio, localizados en China, Dinamarca, Holanda, el Reino Unido y los Estados Unidos (Chi Xu, Timothy A. Kohler, Timothy M. Lenton, Jens-Christian Svenning y Marten Scheffer), afirman que cada grado de calentamiento climático empujará a mil millones de personas fuera de esta zona de supervivencia.

Hoy, menos del 1% de la superficie del planeta tiene una temperatura media anual superior a 29°C, y casi toda esta superficie se encuentra en el desierto del Sahara. Si las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen rápidamente, hasta el 19% de las tierras, donde viven 3.500 millones de personas, tendrán una temperatura media anual superior a 29°C.

Como uno de los principales autores del estudio del PNAS declaró a The Guardian el 5 de mayo de 2020, “las temperaturas medias superiores a 29°C son invivibles”.

Incluso con una fuerte atenuación del calentamiento -una transición del escenario extremo RPC8.5 del IPCC al RPC2.6, más controlada- 1.500 millones de personas se seguirán enfrentando con temperaturas insoportables. Las que trabajan en interiores y pueden pagarse el aire acondicionado se adaptarán, pero en su mayor parte la única opción será la inmigración. Los países que construyen muros fronterizos condenarán a muerte a cientos de millones de personas.

10/05/2020

http://alencontre.org/ecologie/environnement-dans-50-ans-une-chaleur-invivable-pour-35-milliards-de-personnes-des-migrations-des-murs-la-mort.html

Traducción: viento sur

Autor: Ian Angus

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15966

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Uruguay: Declaración de Montevideo, guía para la acción transformadora cooperativa

Declaración de Montevideo, guía para la acción transformadora cooperativa

Fuentes: Rebelión

“Un descarnado y potente  documento que define estrategias y desafíos del Cooperativismo”.

“Alcanzar las aspiraciones de igualdad y equidad que inspiran nuestro movimiento requieren de una acción consciente y sistemática. No cabe lugar ni tiempo para ingenuidades. La disputa es económica, social, cultural y comunicacional, política, territorial y ambiental”.

D., de M.

Leer, reflexionar y opinar sobre este valioso documento resultó altamente gratificante y esperanzador si pensamos en términos de análisis finos y firmes que ubican con precisión  los desafíos que las cooperativas se ven empujadas a enfrentar bajo “una acción consciente y sistemática. No cabe lugar ni tiempo para ingenuidades”.

Claramente es un importante documento, diríamos con más precisión, en su forma y contenido, constituye un descarnado y potente documento porque-a nuestro juicio- define estrategias y desafíos del Cooperativismo, con amplitud de criterios y un enfoque claro, sencillo y abarcador con sus temáticas divididas en ejes.

Más allá de realizar una resumida exposición del texto y algunas consideraciones nuestras al respecto, dado que excedería el espacio periodístico, queremos poner en conocimiento y alentar su atenta y profunda lectura y también la discusión de los contenidos de ella.

https://www.aciamericas.coop/IMG/pdf/declaracionmontevideo.pdf

Estas modestas apreciaciones son hechas en el marco del curso Superior en Cooperativismo edición 2020, que estamos participando, se trata de la 9º cohorte de esta capacitación que la Fundación Grupo Sancor Seguros, a través de su Instituto Cooperativo de Enseñanza Superior (ICES) y con la coordinación académica de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

“La propuesta académica, que está vigente desde el año 2012, se encuentra bajo la dirección de la Maestría en Entidades de la Economía Social de la UNR, (destacamos aquí la figura del Dr. Mario Schujman), y se imparte con la colaboración del nivel terciario/universitario del ICES”.

“Este Curso sobre Cooperativismo, de inscripción totalmente gratuita, está orientado principalmente a docentes y trabajadores de la educación; pero también se dirige a profesionales de otras áreas y a toda persona que esté interesada en sumar conocimientos en la temática cooperativa”.

Como se comprueba, el análisis del Documento de Montevideo,  es una pieza substanciosa como parte de una de las tantas actividades que plantea el curso de referencia para una sólida formación de los/as alumnos/as.

Sigamos leyendo algunos párrafos que dan cuenta de la importancia y relevancia que nos permitimos darle y que nos facilita visualizar, incluso una especie de auto-crítica al sostener que “El Plan para la Década de las Cooperativas ha sido un esfuerzo del movimiento por conformar una estrategia de largo plazo en términos de influencia a escala global. Sin embargo, sigue siendo más instrumental que política, al carecer de una visión de transformación explícita”.

Y advierte severamente que “Es un riesgo evidente que frente a la presión competitiva de los mercados muchas de nuestras organizaciones tiendan a procesos de desmutualización. Eso seguirá siendo así mientras no se comprenda que junto a la mejora de la gestión empresarial y asociativa, deben procurarse transformaciones de los marcos jurídicos y de políticas públicas, a todos los niveles, más coherentes con la profundización democrática y contrarios a la hegemonía del capital”.

De tal manera se rescata y se resalta este Documento que comienza así:

“En la ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay, en el marco da la IV Cumbre Cooperativa de las Américas realizada entre el 14 y 18 de noviembre de 2016, reunidos 1.250 mujeres y hombres de distintas generaciones, representantes de las cooperativas, mutuales, sociedad civil, academia, movimientos sociales y políticos, organismos internacionales, autoridades de gobierno y parlamentarias de 23 países de América, acompañados por representantes de Italia, España, Holanda, Israel, Gran Bretaña, Portugal, Finlandia, Luxemburgo y Grecia proponen transformar el rumbo de la sociedad a partir de la asociatividad para el desarrollo sostenible”.

El documento da cuenta y razón de variadas y enjundiosas acciones a llevar adelante en el entendimiento que “En la actualidad, la mayor cantidad de riqueza se acumula en un pequeño porcentaje de la población mundial, cada vez existen más pobres, más individualismo y más excluidos. Para que esta situación cambie, la Economía Social y Solidaria debe ser un proyecto de transformación social”.

Entonces el desafío cooperativo que define estrategias y tácticas afirma que:

“El cooperativismo se plantea como opción alternativa a la del capital concentrado y concentrador, poniendo el énfasis en la democracia en su sentido global (social, cultural, comunicacional, económico, político institucional, territorial y ambiental). Para que esta visión de un mundo más igualitario sea posible, el movimiento cooperativo debe asumir un protagonismo más activo procurando intervenir con mayor fuerza y sentido estratégico en los diferentes ámbitos de definición política sobre los recursos públicos globales”.

Sólo una acotación, que consideramos importante, cual es agregar como acción imprescindible para fortalecer los lineamientos bien diseñados: La convocatoria al Congreso Pedagógico Cooperativo Escolar-Universitario.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!  

Autor: José Yorg   

Fuente de la Información:  https://rebelion.org/declaracion-de-montevideo-guia-para-la-accion-transformadora-cooperativa/    

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Colombia: El mundo es todavía más líquido

El mundo es todavía mas líquido

Autor: José Angel Pernett C.

Karl Popper o el filósofo de la experiencia, apuntaba en cada instante que la idea y no la observación era lo que abría paso a los nuevos conocimientos; por lo que siempre será la experimentación lo que nos sacará de los atolladeros. Así se hicieron, decía, todas las nuevas rutas hasta hoy encontradas.

Pues bien, haciendo este ejercicio desde el pensamiento de Popper y pensando que el principal problema filosófico es tratar de comprender el mundo y a nosotros como parte de él, hemos acudido a Zygmunt Bauman[1]para afirmar que el mundo es aun más líquido, más que como él lo concibió. Lo digo desde su propia teoría, porque el que el mundo sea líquido no es un tema, es un problema.

¿Qué viene después de esta pandemia? La única certeza que tengo es que no es momento para detenernos y decir hasta aquí.Hay que seguir adelante y mejorarla actitud de cambio hasta ahora asumida y “comprender que la vía del cambio es la única posible y la única necesaria”, pero sobre todo oportuna, para impedir que los conflictos sociales se profundicen y continúen infectando las condiciones de vida humana.

Frente a esa pregunta, otra pregunta: ¿Qué mejoraremos? Mi punto de vista es que nadie hasta ahora logró adaptarse a los cambios ocurridos en el mundo, por mucho que se convocara para ello desde universidades, asociaciones científicas,entidades religiosas o mediante cursos, conferencias y otras tantos ejercicios académicos o espirituales. Cerca de 200 Estados independientes, que a la larga han sido un estorbo (Harari,Noah 2015) porque en su mayoría no pudieron definir los caminos para comprender cual actitud de cambio o cual de las habilidades humanas serían las necesarias para hacer que muchos jóvenes, sobre todo ellos, no sientan la tentación de quedarse al margen y de no participar en la sociedad.

De la misma manera que ningún Estado ha logrado eludir las consecuencias del daño climático, de esa misma forma, ningún Estado puede eludir la condición todavía más líquida de este mundo.

En efecto, se ha creado un imperio global y todas las profesiones y oficios miran hacia ese lado, mientras las sociedades asumen comportamientos y actitudes impávidas, aparentemente particulares, pero también globales; y lo que es peor, desorientadas mediáticamente por corrientes de información.

La escuela como institución asumió, para la comprensión de este fenómeno y adaptación al mismo, metodologías algorítmicas, de pasos o etapas con las que se han pretendido inculcar los aprendizajes y las actitudes globales.La verdad es que no sirvieron, no sirven ni servirán para este mundo más líquido. Un tsunami virulento como el coronavirus planetario, casi se ha llevado todo por delante, así sea todavía ínfimo el numero de contagios y muertes comparados con el tamaño de la población planetaria.

En una situación como la que estamos viviendo, donde lo que teníamos por seguro que íbamos a hacer, los planes que habíamos especulado, acordado, cerrado, se han visto dinamitados de una forma sorpresiva y aplastante, sólo nos deja una lección: la realidad bajo el sistema que nos cobija, no se amolda a lo que queremos; la realidad es lo que ella quiera ser.

Y en ese sentido ni la ciencia ni la técnica domeñaron las fuerzas naturales ni tampoco las sociales, porque habiéndolas puesto a su servicio, la han tratado sin consideración ni respeto. Los desarrollos tecnológicos y científicos hasta hoy alcanzados, volvieron más líquida la realidad tanto natural como social.

La globalización despertó un mundo superindividualista que siempre va en procura del autointerés y… “de ahí no pasarás”. Mercantilización extrema que no posibilitan las relaciones estables ni respetuosas a cambio de “conexiones” como en la internet que comienzan y terminan con solo apretar un botón.

Mundo líquido que no podrá transformarse, ya no para comprenderse (Karl Marx), con estrategias rigurosa de pasos y métodos inflexibles propios de “la modernidad sólida”. Acertar en las soluciones a los problemas críticos económicos, sociales y políticos que se generarán por cuenta del Covid-19 y que padeceremos mundialmente, será posible si dichas soluciones poseen características de agilidad, adaptabilidad, pero sobre todo de participación, que parecen ser las claves para darle nuevo rumbo a la vida y al mundo. La única certeza que hoy tenemos, es que cualquier metodología, así sea encubierta, pero que defienda unos pasos por encima de todo, se estrellará contra una realidad tan evidente y tan flexible como a ella se le antoje.

¿Que por qué? Porque históricamente hemos preferido competir en lugar de compartir, ya sean pensamientos, palabras, acciones y hasta omisiones. Descontando que se comparte menos la producción y muchísimo menos la riqueza. Los conceptos de colaboración, comunidad y solidaridad los derrumbó el individualismo con el“muérete, de algo hay que morir; yo estoy seguro”.

Hay que empezar la revisión de todo, pero no con el manual en mano ni a través de los algoritmos, o poniendo como los más, a los coach, consultores, asesores o gurúes empresariales. Tal revisión no debe anteponer a la esencia humana lo que vaya en contra vía de la naturaleza humana. Con el cuidado de que será una revisión bajo un contexto capitalista como sistema planetario, que rige a través de una estructura económico-productiva y una superestructura de valores científicos, jurídicos, éticos y estéticos. Es un cambio hacia reformas, no lo negamos,pero ese es el límite.

Un funcionario de la Apple en estos días explicaba en redes sociales sobre la donación que duplicaba para China; textualmente dijo que “no se trata de donaciones únicas, ya que seguirán apostando por este tipo de ayudas económicas pasado un tiempo, hasta que todo se “normalice” o entre en una situación más controlada.

Es en expresiones de esta índole donde divisamos el peligro:  pretender soluciones con la mentalidad de que la crisis de hoy no es más que una contingencia(Darin McNabb, 2020)y que, una vez superada tal contingencia todo volverá a la normalidad, o sea, a como eran antes las cosas es un error que no debe ocurrir.El mundo que se dejará atrás no es un mundo normal, es un mundo también contingente[2] y como tal, no hay que aspirar a que el mundo por venir vaya a ser como fue antes de la pandemia; ese mundo que no deseamos ni desea la sociedad planetaria.

Hay que darse cuenta que el sistema tiene que cambiar y repetimos, el peligro es ver el mundo económico, social, político y hasta cultural que desaparece, como un mundo normal y hasta necesario. Si toda contingencia es aleatoria y repentina o casual, también el mundo humano que se deja atrás es todo contingente, incluyendo todas sus instituciones.

A pesar de la cruda circunstancia que nos rodea, la verdad es que existe una posibilidad real de cambiar la convivencia mundial, además porque existen otras amenazas que podrían azotar al mundo de nuevo, relacionadas con el tema del clima o la automatización que traerá consigo el desempleo, etc.

No solo son los sistemas económicos y políticos los que deben revisarse y cambiar.Por encima de todo ello, hay que profundizar en la necesidad del CAMBIO EN NOSOTROS MISMOS. Cambiar el apestoso pensamiento individualista de “sálvese el que pueda”.

También revisar los valores con los que educamos en la escuela, esos que más tarde en el mundo laboral, productivo o artístico no ponen en práctica y que se anteponen al Ser por el Tener. Deben ser los maestros y maestras los llamados a encontrar la falla y el error educativo, ese que ni siquiera desde los hogares se percibe. Respondiendo igualmente a preguntas como ¿Por qué deposita la escuela demasiadas expectativas en la familia? ¿Por qué deposita la familia demasiadas expectativas en la escuela?, para prepararnos a participar en una convocatoria que se hará desde todas partes del mundo. No preguntaremos por el Estado porque ya sabemos su respuesta.

Agilidad, Adaptación y Participación, parecen ser las claves del mundo que se nos viene.

[1] Bauman, Zygmunt, Sobre la educación en un mundo líquido, Editorial Paidós

[2]Darin McNabb, La Fonda Filosófica, Reflexiones sobre el coronavirus, Abril 2020

Autor: José Angel Pernett C.

Fuente: OVE

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Méjico: Generación de textos científicos en criminología y criminalística

Generación de textos científicos en criminología y criminalística

 

Wael Sarwat Hikal Carreón

Doctorando en Filosofía con Acentuación en Estudios de la Educación (becario Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Correo electrónico: wael.hikalcrr@uanl.edu.mx. Orcid: https://orcid.org/0000-0003-1278-567X

Resumen

 

El aprender a escribir es un proceso que se lleva durante largo tiempo de la formación educativa, desde las letras, hasta ir internalizando conceptos, términos, procedimientos. A nivel profesional, el construir conocimiento podría ser una labor que beneficie a las comunidades académicas para dar a conocer las prácticas y teorías sobre casos específicos, esto ayudaría a que los nuevos estudiantes  otros profesionales aprendan de los casos ya experimentados y conocer los resultados. En el presente artículo se da una guía de cómo redactar para cientifizar a la criminología y criminalística a través de sistemas formales de construcción del conocimiento mediante búsquedas adecuadas, métodos verificables y confiables y publicación en órganos idóneos para ello. De manera general, el conocimiento ayuda a resolver los problemas sociales, también a la pertinencia externa e interna de los profesionales y las profesiones. Finalmente, se analizan algunos aspectos del sistema educativo en los centros escolares en criminología y criminalística, con la finalidad de estimular la investigación y procesos de calidad.

 

Palabras clave: Divulgación científica; Escritura creativa; Innovación científica; Información y comunicación; Pertinencia de la educación.

 

Abstract

 

Learning to write is a process that takes a long time from educational training, from letters to internalizing concepts, terms, procedures. At the professional level, building knowledge could be a task that benefits academic communities to publicize case-specific, practices, and theories, this would help new students and other professionals learn from already experienced cases and know the results. This article provides a guide to how to write to scientificize criminology and criminalistic through formal knowledge-building systems through appropriate researches, verifiable and reliable methods and publication in appropriate bodies. In general, knowledge helps to solve social problems, also to the external and internal relevance of professionals and professions. Finally, some aspects of the education system in schools in criminology and crime are analyzed, in order to stimulate research and quality processes.

 

Keywords: Creative writing; Education relevance; Information and communication; Science popularization; Scientific innovations.

 

Introducción

La criminología y criminalística en México, requieren una renovación constante con base a las nuevas modalidades delictivas que acontecen, del mismo modo, sugerir nuevas intervenciones forenses. Esta tarea se ha limitado a las oficinas de trabajo, donde se investigan situaciones emergentes y se busca darle solución, o se soluciona, pero la teoría desarrollada para los casos particulares no se da a conocer a la comunidad profesional por la discreción que cada caso exige; es decir, no se conoce públicamente los resultados de un peritaje, tampoco el tratamiento penitenciario aplicado en determinado centro, ni el tratamiento específico a una víctima menor de edad, o la estrategia preventiva de la violencia en una escuela primaria, o el modo de investigar digitalmente el uso de redes para la consecución de crímenes, entre tantas más intervenciones.

Por lo anterior, el publicar artículos, libros, informes, resultados, estrategias por medios institucionalizados, así como académicos, permite a la comunidad de profesionales tener un conocimiento comparativo con el trabajo que otros están realizando ya en el campo donde se presentan los problemas criminales. Esto no solo beneficia a otros profesionales, sino también en la formación de los estudiantes de cualquier nivel superior, con lo que tendrían el caso actualizado del fenómeno delictivo, victimal, forense, penitenciario, de seguridad pública, etcétera, que se esté presentando. El profesional con un lenguaje técnico, puede comprender y desarticular lo leído que se esté implementando en otros sitios, mientras que el estudiante, mediante su guía docente, puede aprender términos, procedimientos, y resultados, en ambos casos, el aprendizaje emerge.

De tal manera, el sistematizar la información de casos, o el trabajar una tesis para darlos a conocer a la comunidad, es de utilidad para la construcción de casos y conocimientos, su entendimiento y solución. Profesionales y alumnos podrían moverse en esta esfera con mayor soltura, preparándose en el campo de la redacción sistematizada, científica, académica, especializada, aproximándose a los medios formales para divulgar y poner al público profesional y estudiantil, las experiencias elaboradas. En las siguientes líneas se trabaja sobre algunas áreas esenciales en la elaboración de textos académicos y científicos, como guía para que más profesionales se introduzcan en esto y se contribuya científicamente para mejores resultados en sociedad.

 

Objetivo

 Fomentar el conocimiento en los profesionales de la criminología y criminalística sobre los procesos de desarrollo del conocimiento y su preparación formal para postularlos en medios como revistas, capítulos, libros o incluso conferencias, para acrecentar su presencia y participación en estas plataformas, ser contribuyentes de conocimiento útil para otros profesionales, alumnos, prácticas profesionales y en beneficio de la sociedad. Los criminólogos y criminalistas deben ser conscientes de la gravedad de problemas con los que tratan, y de la utilidad en el conocimiento generado para generar un banco de saberes, teorías, ideologías, casos, prácticas, accesibles para otros lectores e investigadores. Se considera aquí, que si el conocimiento se sistematiza y difunde, se estará en mejores condiciones para responder a las necesidades sociales de atención a la violencia, con calidad, no improvisadas, realizada por profesionales preparados, no por actores emergentes, expertos de gabinete.

 

Argumentación y evaluación de la información para la calidad

Cuando un trabajo es evaluado por otros profesionales, principalmente que sean científicos, aumenta el valor, puesto que no se queda solo con la generación del investigador, sino que acuden a su verificación otros investigadores, dando validez a esos estudios, no solamente con juicios positivos, sino con sugerencias sobre la interpretación del texto, el orden, acomodo, recogida de datos, sistematización, etcétera, la estética de un trabajo escrito, facilita su comprensión, además que fomenta su lectura; es decir, la presentación debe ser sugestiva. En ocasiones puede que el investigador escritor esté permeado del conocimiento que está construyendo y ello puede cegarlo a detalles que otros sí podrán ver (Goetzs y LeCompte, 1988).

Un aspecto que deviene importante durante la evaluación es la calidad de las fuentes empleadas para argumentar el trabajo, existen editoriales que su enfoque es científico o académico; es decir, llevan un proceso de evaluación y diseño de la obra a publicar, que además el producto final o libro, le caracteriza por objetivos, introducción, resúmenes, palabras clave, bibliografía sugerida, etcétera, otras editoriales son de publicación libre, lo que el autor desee exponer, sin haber sido evaluado. Otras, por la libre, ediciones que el mismo autor gestiona en plataformas de autopublicación. Por el lado de las revistas, para que un medio sea llamado así “revista”, y sea legal, no es meramente el título, debe contener un ISSN o número internacional seriado estandarizado, las redes digitales no son un medio legal, ni formal, ni académico, menos científico para exponer información, son un medio que a través de redes de grupos de intereses comunes, se acrecienta y permite la conectividad con más personas.

Para construir un escrito, este debe tener fuentes confiables, académicas, evaluadas, obtenidas de órganos dedicados a ello, no es comparable el obtener datos por un ente de gobierno que aporta estadísticas delictivas, a que un criminfluencer diga que la criminalidad va en aumento. No es de validez argumentar una tarea, menos la tesis, con escritos redactados por organizaciones de criminología y criminalística vendedoras de morbo que se postulan como instituciones de educación superior con un mero registro en una plataforma para dar cursos a personal en activo laboralmente, y menos cuando esas publicaciones emanan de Facebook, o videos por narcisistas criminólogos y criminalistas jóvenes que anhelan seguidores. Una fuente de información debe ser legal, verificada, válida, evaluada por académicos o científicos, no por el seguidor de criminfluenciadores.

El consultar revistas de diversas instituciones, libros, capítulos, informes, estadísticas, etcétera, debe estar triangulado entre estos y con otras fuentes, para corroborar su credibilidad, puesto que la argumentación se logra con la construcción de diversos estudios en convergencia, no con la vaga suposición que pareciera imposición. También resulta importante ser selectivo con la información obtenida en congresos, existe una tendencia creciente en congresos y eventos de criminología y criminalística, donde el expositor es carente de experiencia profesional sobre el tema que imparte, pero logró presentarse ahí por amistad con el organizador u otro expositor, porque ha improvisado algún tema que sigue la tendencia delictiva, o por engordar su currículo con falsedades, aplicando lo que alguna vez Franz Boas para la antropología, hay que expulsar de la criminología y criminalística a los falsos aficionados y especialistas de gabinete, haciendo de la investigación de campo la experiencia central y atributo mínimo del estatus profesional.

La fiabilidad en la información que el criminólogo y criminalista construya, se logrará con su rol como investigador, de las fuentes de las que obtenga su información, la exposición sistematizada de sus constructos desarrollados en el estudio. La criminología y criminalística se han visto inundadas por la arrogancia de los autores ortodoxos, catapultados como únicas voces y letras legitimadas para dar directriz, esto por un lado, y por otro, el avance digital, ha saturado de narcisistas emergentes cuyas opiniones han logrado el poder de obtener seguidores huecos, igual de vacíos que estos otros. Se padece una época en la que el ignorante tiene más control sobre las masas que los intelectuales, se tergiversa mediocridad con liderazgo, experiencia con desocupación laboral y dedicación digital.

La credibilidad también se basa en los procesos de obtención de la información, de tal manera el lector pueda examinar las fuentes que contribuyeron a los constructos presentados y los resultados del estudio (Goetzs y LeCompte, 1988). En ocasiones puede que nos disguste que alguien más opine sobre nuestro trabajo, resulta muy polarizable ello, puesto que los analistas pueden ser tajantes en despreciar y rechazar un escrito, o en una mejor actitud, sugerir cambios, fomentar el aprendizaje, no es lo mismo un escrito de tres páginas que solo lleva el nombre del autor y el título de sus reflexiones, y tres fuentes bibliográficas, a un artículo con título, resumen, palabras clave, introducción, método, discusión, resultados, conclusiones,  bibliografía amplia, o uno con introducción, desarrollo y conclusiones, pero en cada momento, requiere un aprendizaje, al cual, el investigador debe ser abierto, sin que se vicie de haber obtenido una calificación aprobable como sinónimo de “saberlo todo” y ser incuestionable.

Utilidad de la información para la prevención del delito y la intervención forense

La importancia de publicar los resultados de investigaciones resulta en la utilidad para otros profesionales. Desarrollando conocimientos, se llega a la fiabilidad, en el grado en que si un investigador replica los métodos y procedimientos realizados por otro investigador, a partir de los constructos previos, ajustaría ellos a sus datos para un caso nuevo. Se debe tener presente que la réplica será una aproximación, puesto que cada situación es particular. “La comparabilidad de un estudio es lo que confiere a éste su utilidad científica” (Goetzs y LeCompte, 1988, p. 231). Estos estudios serán de utilidad para un grupo de profesionales de un campo de conocimiento en común, cuyo léxico esté nutrido de los términos y conceptos propios de su profesión, lo que facilitará su comprensión, mientras que por otro lado, la divulgación del conocimiento al público en general, se refiere a ciencia para la sociedad; es decir, que cualquiera la pueda entender.

La comparación, desmenuzamiento y traducción de los resultados, permitirá que estos sean aplicados a escenarios distintos. La aplicabilidad se logra mediante dos opciones: Al generalizar el estudio como conocimiento general para fluirlo a casos particulares, o a un escenario similar, de tal manera cobra efecto. En ocasiones puede que el estudio no sea adecuado para aterrizarlo a un particular, dadas las características únicas de tal; por ejemplo, la teoría de las ventanas rotas fue un estudio realizado entre Nueva York y California, Estados Unidos de América (Hikal, 2019), entonces ¿Cómo aplicar este a un barrio en Perú, Guyana o Nueva Zelanda? No está descartada, menos porque ya se ha probado la adaptabilidad de esta en otros escenarios, pero es importante prever las dificultades, otro ejemplo es la teoría de las subculturas criminales de Albert Cohen (Pérez López, 2011), fue hecha en un escenario muy particular, por lo que había que generalizar sus explicaciones y ver la viabilidad de adaptarla para su aplicación en otro contexto, de ocurrir, se genera una nueva teoría.

También pueden resultar casos no comprensibles por la diferencia cultural, en México, existen, por ejemplo, licenciados en criminología y criminalística, pero también solo licenciados en criminología y solo licenciados en criminalística, para otro lector de otra región, podría resultar incomprensible ello, así como para la interpretación, comprender la cultura profesional, orientación de investigación, enfoques, métodos, son parte del aprendizaje por parte de los lectores e investigadores. “Los constructos creados pueden no ser comparables con los “mismos” constructos aplicados a otro contexto” (Goetzs y LeCompte, 1988, p. 232).

 

La criminología en la era digital. Presentación de la información

Estamos en la época de transformación, estamos de paso en un momento en que de la producción, se empoderó la información, es la era de oro de la informática. Esto puede aprovecharse para el acceso a la información, así como para su divulgación. También estamos en la fase en que la economía se basa en la informática, el desarrollo científico y tecnológico se lleva de una manera avanzada y creciente no antes vista de tal modo, la comunicación digital ha agilizado y apresurado este proceso. Anteriormente, no hace mucho, las comunicaciones eran por teléfono, llamadas de larga distancia, envío de paquetes por correo postal, esperas prolongadas para recibir la información, los vídeos eran limitados, hoy, esto y más cosas, están al acceso en un click.

Lo anterior puede aprovecharse para el aprendizaje continuo en criminología y criminalística, tenemos plataformas como YouTube donde se suben videos con contenidos de todo tipo, inútiles, estúpidos o formales, educativos, de aprendizaje, culturales, científicos. El criminólogo y criminalista deben ser selectivos con la calidad de dichos contenidos, no limitarse a un solo canal, expositor, organización, sino en todo caso, contrastar, verificar, comparar con otros canales y medios. Está Facebook live, donde se transmiten contenidos también, pero en el caso de estos campos de conocimiento, se han mal empleado para saciar el ego de criminfluencers para narrar sus estilos de vida parasitarios. Un influenciador, genera seguidores, pero no es un científico, esto nace de un medio artístico, y los criminólogo y criminalistas, NO SOMOS artistas, las carencias de atención, deben tratarse en el psicólogo, y no en imágenes eróticas, de morbo, videos en tiktok, o autoreferencias, donde se construye la imagen de ser cultos, líderes, millonarios, esto explícita su vacío intelectual y afectivo.

 

Dónde buscar la información correcta en materia criminal

Se cuentan con miles de revistas, directorios y plataformas donde se difunden artículos, libros, informes académicos, estadísticos, científicos, pero pareciera que el criminólogo y criminalista no están revisando donde deberían hacerlo, por el contrario, buscan en Facebook hacer un foro de consulta para tareas, libros en PDF gratuitos, quien realice su investigación y sus fuentes de conocimiento son obtenidas de redes digitales. En la siguiente dirección https://portal.issn.org/ pueden introducirse palabras clave como: Seguridad pública, criminología, psicología criminal, victimología, forense, criminalística, entre otros, para que el buscador arroje los resultados de revistas legales, de entes institucionales y en gran mayoría de casos “gratuitas”, para consultas, descarga, lectura. Además de esto, basta con que el lector investigador ponga en su buscador los términos: DOAJ, Scielo, Redalyc, Dialnet, Academia.edu, ResearchGate, y de estos, resultarán otros, para que de igual forma, coloque los términos y consulte información de mejor calidad. En ocasiones el criminólogo y criminalista actúa como un inútil incapaz de realizar búsquedas en páginas web, pero muy hábil para pasar su tiempo en Facebook, esta no es un centro universitario, ni biblioteca.

 

Redacción de textos de criminología y criminalística

El tema central de realizar una investigación y presentarla al público es si este aporta algo al conocimiento existente y es aplicable en la criminología y criminalística. La información se distribuye en párrafos, no de dos líneas, no de tres o cuatro, pues esto resulta en que el investigador no sabe organizar su información y la avienta por partes, tampoco párrafos de 10 líneas, junto con uno de tres o cinco, sino estandarizar el ordenamiento de los párrafos, que se lean uniformes. Pero antes de continuar, es preciso conocer qué tipos de documentos se pueden elaborar y algunas características. Un documento, artículo, capítulo en libro o reporte de investigación contiene aproximadamente lo siguiente (con enfoque positivista o de investigación científica):

 

  • Fines y cuestiones postuladas
  • Marcos teóricos que dieron dirección a la investigación
  • Diseño del estudio
  • Grupo del que se obtuvo la información
  • Experiencias del investigador en la recogida de datos
  • Métodos para la obtención de datos
  • Análisis, discusión
  • Conclusiones, resultados, propuestas, interpretaciones (Goetzs y LeCompte, 1988, p. 235)

 

Existen tipos de artículos (Springer, 2020), que se dividen en:

 

  • Investigación original: También llamado artículo original, de investigación, se refiere a los resultados sintetizados de una investigación desarrollada, se secciona en partes: Título, resumen, palabras clave (en dos idiomas), introducción, planteamiento del caso, análisis, discusión, método, población estudiada, desarrollo, resultados, conclusiones, lista de referencias. La extensión varía según la revista, oscila entre 15 a 30 páginas. Por ejemplo, técnicas de intervención pericial a un caso particular, o estudios de población penitenciaria.
  • Artículos de revisión: Es una perspectiva sobre el estado que guarda una situación, por ejemplo, este artículo, sirve para introducirse en temas o reflexionar profundamente sobre estos. A diferencia de los de investigación, su verificación de obtención de datos, no es requerida, es una opinión del autor. Por ejemplo, escribir sobre los retos de la criminología en el siglo XXI. Es una visión particular, que puede ser compartida por otros que estén involucrados.

 

Una comunicación universal de fuentes de información es el sistema APA de la Asociación Americana de Psicología, o ISO690, entre otros, en textos jurídicos, notas al pie de página, cualquier sistema, puede localizarse un resumen guía en Internet, colocando normas APA 6 o 7, por ejemplo. En criminología y criminalística se viene usando el APA, pero si depende su objeto de estudio del derecho penal, debería conocer o atender también a saber utilizar los pies de página. Las palabras clave, están universalizadas por el tesauro de UNESCO o el tesauro de política criminal de ILANUD, ambos, disponibles en Internet.

 

Vicios comunes. La falta de originalidad

Ha ocurrido en criminología y criminalística, que los autores son los mismos de hace décadas, no siendo comparables con autores clásicos cuyos descubrimientos destacaron por su originalidad, sino que la labor de los autores ortodoxos ha sido organizar teorías, pensamiento, ideologías, etcétera, sin demeritarlo, pero al paso de los años, no se ha visto la innovación, nuevos autores emergieron, pero sin originalidad; es decir, un libro de criminología o criminalística con estructura similar a libros anteriores, y donde concurre el resumen del resumen del resumen, siendo una fusión de libros ortodoxos con alguna bibliografía contemporánea, es de sorprender el valor de estos escritores, al realizar aportaciones mínimas maquilladas de novedosas. Y pueden resultar innovadoras, pero para un público no experimentado, que recién se introduce en el tema o que no conoce del todo el pasado. “Lo que algunos expertos consideran relevante puede no decir nada a otros” interpretaciones (Goetzs y LeCompte, 1988, p. 237), por ejemplo, los libros de Rodríguez Manzanera.

En el caso de los alumnos, sus tesis se ven llenas de aquellos autores ortodoxos, con un poco de los nuevos e información mesográfica (webgrafía), pero sin llegar a la originalidad, menos aún cuando esas tesis no logran publicarse, comúnmente los centros escolares tendrían bases de datos digitales donde se sube la tesis y se comparte al público que la busque, ya pasada la prueba de auditoría de los asesores, pero pudiera madurar aún más al compartirse en revistas legales y que tal aportación del alumno, sea de posible referencia comparativa para otros lectores, asimismo, progresar a la madurez de lector y escritor, consultando revistas en línea que ofrezcan casos actuales, comparados, de otras regiones, para aprender y contribuir al crecimiento del conocimiento en este campo de las ciencias criminales.

No significa que el pasado deba olvidarse o abandonarse, sino que una investigación también es útil cuando recuestiona situaciones previas y da una perspectiva diferente, por ejemplo, si la criminología tradicional centrada en generalidades y en aglutinar los estudios solo en dos áreas: Crítica y clínica, no es más funcional, podría realizarse aportación ampliando los conocimientos de la criminología. O si los libros de Montiel Sosa son ya hartos consultados o desactualizados, implica sistematizar nuevos procedimientos forenses y mostrarlos en libros o artículos, por parte de las teorías, para que avancen a una contribución los estudios de las nuevas generaciones, sería mostrar su adaptabilidad a otros escenarios. O tomar un autor, tenerlo de referencia, modificarlo, contradecirlo, etcétera, por ejemplo, de la escuela de Chicago, se tiene a Sutherland, Parsons, Merton, Howard Becker, de los cuales, uno fue tomando lo del otro, para cambiarlo, ampliándolo o rediseñándolo.

Otro ejemplo podría ser el de las criminologías específicas; es decir, especializarse en campos concretos de fenómenos, como lo ha hecho la madurez científica de la psicología (en campos en lo social, ambiental, de los colores, de la ingeniería, fisiológica, de la nutrición, educativa), el derecho (espacial, internacional, aeronáutico, público, familiar, canónico), la sociología (del trabajo, de la música, de la industria, de la desviación, del género). El innovar en el desarrollo de las criminologías específicas de inicio no parece útil, puesto que su existencia en América Latina está invisibilizada en contraste con Europa, por lo que tratar sobre criminología ambiental, psicológica, educativa, corporativa, ecológica, familiar, infantil, son apenas construcciones con miras a aproximaciones prácticas, sin embargo, conforme otros las desarrolles y articulen con campos de investigación de fenómenos particulares y ejercicios laborales, tendrán más innovación y utilidad.

 

Reflexiones del sistema educativo en los centros escolares en criminología y criminalística

Cabe reflexionar previamente en el sistema educativo en los centros escolares de criminología y criminalística, estos no están respondiendo a los cambios en la dinámica criminal, son más las diversificaciones en las formas de expresión, y en aumento la cantidad de delitos, a lo cual, los profesionales formados en estos campos del conocimiento deben dar respuesta y solución, a esto, para el centro escolar se le llama responsabilidad social universitaria, y a nivel egresados, responsabilidad social profesional, en ambos casos o pertinencia externa (Cantú Mendoza, 2015). Se requiere estudiar y redefinir las estrategias educativas que las escuelas están implementando para preparar al profesional al contexto cambiante (Prawda y Flores, 2001).

La velocidad de cambio en los problemas sociales, en contraste con los resultados de los criminólogos y criminalistas está dando motivo a que rápidamente pierdan pertinencia y relevancia, contrario al empoderamiento con el que nacieron la criminología y criminalística, donde se coronaban como campos donde fluían aquellas ciencias de lo criminal y forense. Estas obtuvieron tanta espectacularidad (Ordaz Hernández y Figueroa Castellano, 2017) que lograron establecerse como materias dentro de los planes de estudio del derecho, psicología, medicina, sociología, pero a mediados del siglo XX, pretende un desmembramiento del derecho penal, que la tenía como una rama de este, para buscar su independización como ciencia autónoma, con lo que surgieron posgrados inicialmente, para luego dar lugar a las licenciaturas (Zaffaroni, 1990).

En alrededor de 20 años, ocurrió un boom de centros escolares y programas educativos (PE) en materia criminal, siendo más de 500 PE (Hikal Carreón, 2020a), principalmente, privados, de los cuales, este sector representa más del 90%, pero, que de todos ellos, no se logra dar disminución a la violencia que se vive en el país, sin considerar otros problemas limítrofes o en escala internacional, el criminólogo no ha podido dar explicación a los fenómenos de migración ilegal, crimen organizado, jóvenes criminales, violencia familiar, tráfico de animales, personas, subculturas criminales, imitación criminal, contenidos mediáticos tóxicos, marginación, terrorismo, etcétera, por parte de los criminalistas, los procesos de investigación son lentos, a veces sin resultados, técnicas pasadas de utilidad, improvisando. Qué decir de los centros escolares, sin laboratorios, donde la práctica pedagógica es la memorización, repetición de conceptos.

Todos estos signos de deterioro, merman además la pertinencia externa de los egresados (Cantú Mendoza, 2015), ha aumentado la ineficacia, se ha debilitado la capacidad de gestión. La criminología y criminalística a nivel centros escolares, y los egresados, de no renovarse y manejarse en dirección a la calidad educativa, estarán perdiendo fuerza, necesaria para apoyar al país (Prawda y Flores, 2001, p. 13). Tal fuerza no se logra con una serie de adjetivos positivos de autoreferencia; es decir, el autoelogio por parte de criminólogos y criminalistas en las redes digitales, no abona al crecimiento de la ciencia, difundir imágenes de morbo, impartir cursos de capacitación con falsas horas de valor curricular, no contribuye a la calidad, lo que sí esmera en ello, es que los centros escolares tengan compromiso real de formar en valores, ética, respeto, empatía, compromiso (Escobar Marulanda, 2006), de contar con instalaciones dignas para la capacitación y de inyectar en sus programas de estudio calidad, evaluada por agencias externas.

“Ante un escenario de tamaños cambios, negarse al cambio sería morir” (Abbot Matus, 2007, p. 17). Los centros escolares de criminología y criminalística están muy prestos para absorber a los egresados de las preparatorias o secundarias para incitarlos a su oferta educativa, son clientes fuertes, que aportan grandes ingresos a las escuelas, pero no de manera proporcional. Se presentan algunos puntos a re-flexionar, la cobertura educativa a llenado o plagado todos los estados de México, los índices de absorción laboral son terriblemente bajos, no es ya común, pero sí triste, encontrar egresados desempleados o dedicándose a otra cosa puesto que de criminólogo o criminalista no encontró empleo, la eficiencia terminal de estos se mantuvo en niveles de calidad bajos, desproporcionándolo frente otros profesionales. De tal manera, el efecto es reverso, en lugar de que los centros educativos generen profesionales capacitados y listos para el campo laboral, ocurre, que produce profesionales deficientes y condenados al desempleo (Prawda y Flores, 2001).

 

Eficiencia externa y eficiencia interna en la criminología y criminalística

Visto lo anterior, se debe trabajar en la eficiencia externa, que mide el grado en que los centros escolares de criminología y criminalística brindan a sus educandos los conocimientos, aprendizajes y habilidades que se requieren según las demandas sociales (Prawda y Flores, 2001) de atención a la violencia, centros penitenciarios, periciales, explicación de la criminalidad, pero también vinculado a lo que el mercado laboral requiere, un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad en 2018, mostró que la licenciatura en criminología es de las peores pagadas, junto con pedagogía, trabajo social y filosofía. El empoderamiento o empobrecimiento de estas, depende de los centros escolares, en la utilidad en la que se trabaje a nivel profesional. La eficiencia interna, se refiere a la inversión que implica la educación, años de estudio, libros, alimentos, rentas, equipo electrónico, tiempo, y que este se relaciona con la capacidad profesional y la absorción laboral (Prawda y Flores, 2001).

La relación de los dos temas anteriores con lo general del artículo, se limita a: La escuela debe fomentar la investigación, la práctica extraescolar, la gestión universitaria, la vinculación con el sector empresarial y público. Desarrollando investigación, el criminólogo y criminalista estará en mejor capacidad de entender los problemas de criminalidad que emergen en el contexto, para dar pronta explicación y propuesta de solución, lo que provocará que sea visto como un profesional útil, de no dar resultados y culpar a gobierno, se queda como un profesional sin reacción, sumiso, inutilizado, se requiere su liderazgo, no mostrado en tiktok, no en Facebook live, no en conferencias improvisadas, sino en acciones sociales. Si la escuela genera alianzas adecuadas con los sectores públicos y privados, podrá colocar a sus alumnos en áreas de servicio social y prácticas profesionales, adecuadas para la absorción laboral y no que el criminólogo y criminalista sea útil para la labor gratuita, pero ahuyentado para la contratación.

Otro aspecto más importante es, si la secretaría de educación pública a nivel federal y en las localidades ha tenido conocimiento de la tasa de egreso y absorción laboral de los criminólogos y criminalistas y estas son bajas, debe detener la autorización desmedida de apertura de más centros escolares. Existen más de 500 programas educativos en el área, más de 500 organismos no gubernamentales (Hikal Carreón, 2020b) también en estos campos,  que también se ocupan de capacitaciones con falsas horas de valor curricular, pero la criminalidad sigue en crecimiento, algo no se está haciendo bien. En la siguiente figura se muestra una propuesta para mejorar la condición educativa:

Figura 1. Armonía sistémica (Prawda y Flores, 2001, p. 277).

 

Conclusiones

La capacidad de organización de la información será una cualidad que todo estudiante debe aprender durante lo largo de su formación, no solamente para presentar escritos publicables, sino para presentar sus informes laborales, propuestas, prácticas, resúmenes, lo que le valdrá una mejor exposición y claridad en su trabajo. En otros momentos, una información bien presentada, es motivo de la financiación de proyectos o el mantenimiento de estos, donde los agentes financiadores, deben leer con claridad los objetivos y resultados de un proyecto. Un trabajo evaluado que ha logrado superar los exámenes de redacción, organización, comprobación de la información, procedimiento seguido o especulación en la obtención de los datos, y que ha ganado el ser publicado en una revista legalizada con ISSN, gozará de credibilidad y reputación para el escritor investigador, saber dónde buscar y extraer información útil y de calidad, refuerza la calidad del profesional investigador. Estas tareas se deben a los centros escolares, creando profesionales con pertinencia externa, basada en calidad y compromiso social.

Lista de referencias

Abbot Matus, F. (2007). En torno a la enseñanza de la criminología y las ciencias jurídicas en España: Una coyuntura y un desafío en el fondo y en la forma. Academia. Revista Sobre Enseñanza del Derecho. 9(5), 13-54. Recuperado de http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/rev_academia/revistas/09/en-torno-a-la-ensenanza-de-la-criminologia-y-las-ciencias-juridicas-en-espana.pdf

Cantú Mendoza, Rogelio, “Nuevos retos a la gestión de la educación superior en México”, en Cantú Mendoza, Rogelio (coord). La Responsabilidad Social de las Universidades Contemporáneas, México, 2015, pp. 13-38, Editorial Itaca.

Escobar Marulanda, G. (2006). La enseñanza en criminología. Algunas consideraciones. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. 8, 1-8. Recuperado de http://criminet.ugr.es/recpc/08/recpc08-r2.pdf

Goetz, J.P. y LeCompte, M.D. (1988). Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa.  Madrid: Ediciones Morata.

Hikal Carreón, W.S. (2020a). Censo de centros escolares y programas educativos en criminología, criminalística, victimología y carreras afines en México. Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística, 8(15), pp. 1-30. Recuperado de https://drive.google.com/file/d/13cs7uy8-Okezddai4Bd94IH1ENISPtmO/view

Hikal Carreón, W.S. (2020b). Censo de organismos no gubernamentales en materia criminal en México. Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística, 8(15), pp. 1-18. Recuperado de https://drive.google.com/file/d/18WJUJuCsGhD22Im308Lwhmyw8ts-ZV5_/view

Hikal, W. (2019). Criminología Sociológica. Teorías Sociológicas de la Criminalidad. Ciudad de México: Flores Editor y Distribuidor.

Instituto Mexicano para la Competitividad (2018). Licenciatura: Criminología. Recuperado de http://imco.org.mx/comparacarreras/carrera/342

Ordaz Hernández, D. y Figueroa Castellano, J. (2017). Hacia una criminología contemporánea. Vox Juris, 33(1), 113-122. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6058758.pdf

Prawda, J y Flores, G. (2001). México Educativo Revisitado. Reflexiones al Comienzo de un Nuevo Siglo. Ciudad de México: Editorial Océano de México.

Pérez López, J.A. (2011). La explicación sociológica de la criminalidad. Derecho y Cambio Social7(22), 1-22. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5498997.pdf

Springer Nature (2020). Tipos de artículos de revistas. Recuperado de https://www.springer.com/la/authors-editors/tutoriales-de-autores-y-revisores/writing-a-journal-manuscript/types-of-journal-articles/12022874

Zaffaroni, E.R. (1990). La enseñanza universitaria de la criminología en América Latina. Eguzkilore. Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología. 3, 59-71. Recuperado de https://www.ehu.eus/documents/1736829/2164896/08+-+La+ensenanza+universitaria+de+la+criminologia.pdf

Autor: Wael Sarwat Hikal Carreón

Fuente de la Información: OVE

 

 

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Escuela y coronavirus: luces y sombras

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

La pandemia causada por el coronavirus ha tomado por sorpresa al mundo y sus sistemas educativos. La emergencia sanitaria ha dejado al descubierto problemas sociales cuya presencia se ha hecho más notoria a raíz de la crisis. Han sido exhibidos problemas que, aunque ya estaban presentes, el coronavirus los ha hecho más visibles o, incluso, los ha intensificado. Repentinamente, los estratos de pobreza que se escondían debajo de la alfombra de los países prósperos quedaron al descubierto. En la vida escolar, la pandemia hizo que relucieran fortalezas y debilidades de las escuelas. En el caso de la mexicana, algunas sombras como las políticas tendientes a la exclusión, las prácticas pedagógicas o la excesiva carga burocrática en la administración educativa, mientras que destaca la fuerza del magisterio o la presencia del libro de texto gratuito.

La pandemia ha hecho resurgir con mayor fuerza una de las críticas más comunes de las políticas educativas: su tendencia hacia la exclusión y a promover las desigualdades. Muchas voces han expresado sobre la educación a distancia que es una medida que, lejos de tener resultados académicos convenientes, podría acentuar las distancias ya de por sí considerable entre los estudiantes. Mientras algunos alumnos pudieron acceder a entornos virtuales donde podían interactuar con sus profesores, plantearles dudas, recibir retroalimentación sobre las actividades o consultar en diversas fuentes de información en internet, otros se tuvieron que conformar con la televisión, a la que no podían preguntar nada y la que ofrecía incluso programas con errores pedagógicos importantes. Al igual que en la educación presencial, en la remota se hizo palpable la desafortunada naturaleza discriminatoria del sistema educativo.

Aunque no es para nada una verdad oculta, la pandemia ha puesto de manifiesto las condiciones indignas de muchos planteles educativos mexicanos. Resulta por demás lamentable que, de acuerdo con palabras del Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, en casi una de cada tres escuelas los alumnos, por falta de agua potable, no puedan ejercer una medida higiénica tan básica como el lavado de manos. Si no se cuenta con agua potable, es evidente que mucho menos las escuelas cuentan con insumos suficientes para el cuidado de la salud, ni qué decir sobre personal especializado. La necesidad de mantener la distancia entre las personas para evitar el contagio del coronavirus ha puesto de manifiesto también las condiciones de hacinamiento de muchos grupos escolares: si bien el Secretario de Educación ha minimizado la situación señalando que el promedio de integrantes ronda los 20 alumnos, olvida que se trata precisamente de una media: habrá lugares donde existan muchos menos, pero también habrá donde haya muchos más. No es fortuito que casi uno de cada tres docentes de educación primaria opine que su salón de clases es pequeño para el número de estudiantes que alberga (INEE, 2016).

El cierre de planteles y el consecuente trabajo a distancia desde los hogares mexicanos ha desatado una oleada de opiniones en torno a las prácticas escolares, en particular, en una de las más tradicionales: las tareas domiciliarias. El primer motivo de crítica tiene que ver con la cantidad: se ha generalizado una opinión negativa en torno al exceso de tareas, que en ocasiones resultan abrumadoras para los estudiantes; aunque de acuerdo con la OCDE (2014), México apenas se sitúa por encima del promedio de la organización en cuanto a tiempo de los estudiantes destinado a hacer tareas, con 5.2 horas semanales, vale la pena voltear a ver a otros países con buenos resultados educativos, como Finlandia (2.8), Corea (2.9) o Suecia (3.6), cuyo empleo de los deberes escolares en casa es moderado. Durante la pandemia, ha dado la impresión que, en México, en muchos casos se trató, erróneamente, de transferir a las tareas domiciliarias todo lo que se pretende lograr en las aulas.

Otra crítica sobre este mismo asunto es que pareciera haber pasado inadvertido que en un país con tan profundas desigualdades socioeconómicas la experiencia de realizar tareas escolares es diametralmente opuesta entre quienes tienen acceso a medios materiales (bibliográficos y tecnológicos), así como un soporte cultural adecuado (escolaridad de los padres), que quienes apenas las realizan sin mayor apoyo que el lápiz y el papel sobre el que escriben. No se ha dimensionado el riesgo de estar reforzando, mediante esta arraigada práctica, las desigualdades entre quienes asisten a las escuelas. El programa “Aprende en Casa” está lejos de hacer valer su nombre, sobre todo en las comunidades más desfavorecidas del país.

El trabajo a distancia ha dejado también en evidencia una falla en el enfoque de las funciones de las autoridades educativas. Según el boletín 124 de la Secretaría de Educación Pública sólo “el 52 por ciento [de docentes encuestados], aseguró haber recibido asesoría, apoyo o acompañamiento de las autoridades educativas para la implementación del programa Aprende en Casa”, situación que manifiesta que, entre las tareas de quienes dirigen las escuelas, las zonas escolares y las dependencias gubernamentales, los asuntos pedagógicos son eclipsados por otros de diversa naturaleza, sobre todo administrativa. No es desconocido de ninguna manera que en México “prevalece en el sistema educativo un modelo de administración excesivamente burocrático” (INEE, 2018, p. 30), lo que ha conllevado que las autoridades enfoquen su función privilegiando los trámites y el papeleo. No fue casual entonces que el trabajo a distancia fuera motivo para la elaboración de reportes, informes, encuestas, tablas, registros fotográficos y muchos otros tipos de documentos que lejos de contribuir al aprendizaje, distraen a las figuras educativas de su misión principal.

Si bien los maestros han sido los responsables de que la acción educativa continúe y siga llegando a los hogares, la pandemia también ha llevado a reflexionar sobre la necesidad de actualización y capacitación. Esto va más allá de poder manejar un dispositivo electrónico, de dar una videoconferencia o de administrar evidencias de trabajo mediante una plataforma. La enseñanza remota ha puesto de manifiesto que, en algunos casos, hace falta comprender a cabalidad los programas de estudio para así orientar de mejor manera las actividades de aprendizaje. Hace falta, incluso, entender los fundamentos del aprendizaje para así no caer en la falsa ilusión de que los alumnos pueden ser simples depositarios de los conocimientos que el docente vierte. Falta también, aunque no es un asunto atribuible a los docentes, simplificar los programas de estudio: se requiere una organización mucho más sencilla, privilegiando los aprendizajes esenciales, evitando así darle la razón al famoso dicho “el que mucho abarca, poco aprieta”.

La pandemia también ha hecho brillar muchos aspectos de la vida escolar. El cierre de escuelas hizo que se revalorara una de las fortalezas de nuestro sistema educativo: el libro de texto gratuito. Seguramente, éste constituyó para muchas familias el único material bibliográfico para seguir con las prácticas educativas. En un sistema que tiende hacia la exclusión y la desigualdad, los libros de texto gratuito son un auténtico tesoro que se debe preservar como una base mínima para brindar oportunidades educativas dignas para todos los estudiantes. Aún con los errores del programa Aprende en Casa, ha sido un acierto tomar a este recurso bibliográfico como eje de las actividades de aprendizaje.

Finalmente, el cierre de escuelas ha hecho relucir quizá la mayor fortaleza de nuestro sistema educativo: los maestros mexicanos. Sin afán de santificar al magisterio o generalizar las virtudes, es necesario mencionar que han sido ellos quienes, aún con las fallas organizativas, pedagógicas, administrativas y hasta políticas,  han tomado el toro por los cuernos, al igual que en muchos momentos anteriores. No esperaron a que se presentara la estrategia oficial de enseñanza a distancia por parte del gobierno federal, pues ellos ya llevaban semanas trabajando con sus alumnos, anteponiendo la vocación y la voluntad ante posibles carencias técnicas. Abundan ejemplos de iniciativas brillantes particulares de muchos profesores que combinan el uso novedoso y eficiente de tecnología con el toque humano indispensable de esta profesión. A los maestros no les asustó trabajar bajo condiciones adversas (¿qué le puede espantar a profesores que se desempeñan en escuelas sin sanitarios?) o desconocidas. Como bien lo dijo el Secretario de Educación en una de las conferencias presidenciales, quedó de manifiesto que los maestros “son insustituibles”. Será momento de convertir en realidad la muy prometida revalorización del magisterio que, hasta el momento, tiene más presencia en los discursos que en las escuelas.

Por lo visto, la crisis sanitaria y las consecuentes modificaciones a la dinámica educativa han sacado a relucir (y en algunos casos intensificar) los aspectos positivos y negativos de la vida escolar. Es indudable que el cierre de escuelas es un momento propicio para replantearse la práctica educativa: desde las esferas políticas hasta el día a día en las aulas. La pandemia vino a recordarnos, como si en algún momento fuera posible olvidar, la importancia de contar con escuelas dignas en toda la extensión de las palabras: abarcando tanto los aspectos materiales como los procesos que en ella se efectúan y las personas que en ella conviven cotidianamente. Así pues, después de este periodo de educación a distancia, no sólo deberá ser prioridad evaluar, diagnosticar y/o ajustar sobre los aprendizajes de los alumnos, sino, más importante aún, evaluar qué es lo que aprendió la misma escuela sobre esta experiencia extraordinaria: ¿pasará la prueba?

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

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Fuente e Imagen: http://proferogelio.blogspot.com/2020/05/escuela-y-coronavirus-luces-y-sombras.html

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‘Filósofas en la Historia’: el proyecto audiovisual que las hace ‘visibles’

Por: Laura Román

‘Filósofas en la Historia’ es un proyecto audiovisual llevado a cabo por tres docentes del IES Aramo (Oviedo) en el que se destaca el papel de las mujeres filósofas a lo largo de la historia. Dirigido a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato, el objetivo es reconocer el papel de la mujer en esta disciplina a través del análisis, entrevistas a filósofas actuales y extractos de películas.

¿Quiénes son las filósofas españolas más relevantes? ¿Cuáles fueron las mujeres filósofas que destacaron en la Edad Antigua, la Edad Media y el Renacimiento, la Edad Moderna y la Contemporánea? Estas preguntas encuentran sus respuestas en ‘Filósofas en la Historia’, un proyecto audiovisual que a modo de documental cuenta la vida y obra de diferentes mujeres filósofas destacadas en la historia, pero a las que no se les da reconocimiento en los libros de filosofía ni en Secundaria ni en Bachillerato. Orquestado por tres docentes de la materia del IES Aramo en Oviedo (Asturias) también han contado con la colaboración de profesores de la Universidad de esta ciudad.

Objetivo: hacerlas visibles

Paz Pérez Encinas, Salvador Centeno Prieto y Manuel Gereduz Riera son los tres profesores de filosofía que han llevado a cabo el proyecto para sacar de la ‘invisibilidad’ a un gran número de mujeres filósofas a lo largo de la historia. El objetivo ha sido introducirlas en la tarea docente y darlas a conocer entre los estudiantes de Bachillerato, primero, y entre los de Secundaria después.

Una cuestión que rondaba en sus cabezas desde hace dos cursos. “La idea de introducir a las filósofas en nuestra práctica docente diaria surgió por ‘pura necesidad’. Las preguntas sobre la existencia de las filósofas y sobre su pensamiento se planteaban en clase, cada vez con mayor frecuencia. No fue fruto de un planteamiento teórico, sino de la propia ‘praxis’ educativa”, comentan los docentes.

El proyecto, en formato audiovisual, está dividido en diferentes vídeos según la época histórica: Edad Antigua, Edad Media y el Renacimiento, la Edad Moderna y la Contemporánea, y en ellos tanto los profesores del instituto como el profesorado universitario van explicando las labores y logros académicos de mujeres como Hipatia, Sor Juana Inés de la Cruz u Olympe de Gouges, entre muchas otras, que se combinan con extractos de películas y entrevistas a filósofas actuales.

Paz, Salvador y Manuel comentan que la nula aparición de estas mujeres en las programaciones de la asignatura de Historia de la Filosofía, en Bachillerato, les llevó a comenzar la investigación educativa. Aunque no fue tarea fácil: “La obra filosófica de las mujeres, enmarcada en un relato histórico, es poco conocida. Existen pocos estudios completos sobre ellas y, menos aún, con un hilo conductor que las vincule con su época y con la historia”.

Por ello, se dieron cuenta enseguida de la envergadura de dicho trabajo y ampliaron su red de colaboradores. “Han colaborado profesores de Filosofía de la Universidad de Oviedo como José Antonio Méndez Sanz y Noelia Bueno junto con la profesora de la Facultad de Derecho, también de la misma Universidad, Isabel Núñez Paz. Además, hemos contado con la posibilidad de realizar entrevistas significativas a los investigadores Paula Garay y Pedro Riesco”.

guía docente Filósofas en la historia

Por supuesto también contaron con ayuda para la parte técnica: “Mouayad Nasser Zahra, refugiado internacional sirio en Asturias, que salió de Damasco por la situación en guerra de su país se ofreció, de forma voluntaria y altruista, a realizar todo el soporte técnico, y Asunción López Reguera, trabajadora sanitaria, que por interés intelectual quiso contribuir y ofrecer su apoyo para la realización del vídeo”, destacan.

Repercusión dentro y fuera del aula

El proyecto se ha trabajado fundamentalmente en las aulas de 1º de Bachillerato y 4º de la ESO. E incluso se pudo traspasar a otras fechas importantes, como el 8 de marzo. “El resultado ha sido claramente positivo. Desde este material docente, los alumnos han elaborado distintos ‘carteles’ y presentaciones para celebrar el 8 de marzo con la figura de las filósofas”, explican los docentes organizadores.

Mientras que en 2º de Bachillerato, les ha servido para estudiar la Ilustración y otras cuestiones históricas desde la perspectiva de estas mujeres filósofas. “Justamente en este nivel es donde reivindicamos un ‘espacio legal’ para la presencia de las ‘Filósofas en la Historia’. No es simplemente dar a conocer a las autoras, no sólo ‘anunciar’ su obra, sino también ‘denunciar’ su situación en las programaciones docentes”.
Filósofas en la Historia

Fuera del centro educativo, el proyecto también se ha dado a conocer en diferentes espacios, como el Club de Prensa Nueva España, en Asturias, o en Madrid a través de una mesa redonda. Por último, el Centro del Profesorado y Recursos de Oviedo cuenta con el material para su divulgación y para realizar cursos de Formación al Profesorado. “También disponen de una guía docente para poder trabajar el documental en el aula”, concluyen los docentes.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/filosofas-en-la-historia/

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