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Pedagogía del desaprendizaje en tiempos de coronavirus.

Por: David Auris Villegas

No solo eres tú, somos todos. Cobijado bajo la túnica de la esperanza que mañana las estrellas volverán a brillar más intensamente, escribo desde mi trinchera pedagógica. Habrá en la historia de la humanidad un antes, esta sugestiva experiencia del cual hoy reflexiono y un post coronavirus que transformará profundamente nuestras vidas que, curiosamente quedándonos en casa ya estamos haciendo mucho por salvar nuestro maravilloso planeta y estamos dando al traste esa frase egoísta y tan trillada, “sálvese quien pueda”.
Nuestra forma de vivir que habíamos heredado y aprendido cómodamente en la escuela y reforzada en la sociedad, está siendo erosionada y demolida por el coronavirus, por lo que debemos desaprender apresuradamente para aprender con la misma urgencia nuevas maneras de convivir y hacer frente exitosamente al ataque del virus y las asechanzas de otras pandemias del futuro, en un mundo fatalmente impredecible.

¿Qué entendemos por desaprendizaje? El término aprender a desaprender probablemente lo acuñó Alvin Toffler. Esta idea incita al sistema educativo, enseñar a desaprender para volver a aprender en otros escenarios. Peter Senge lo resume magistralmente, quizás la única competencia que posee el ser humano para hacer frente a los retos del incierto mañana es, desarrollar rápidamente la capacidad de aprender a desaprender y tornar a reaprender. Desafortunadamente el sistema educativo aún no practica a nivel global, pues atiborramos a los estudiantes con una masa de vanos contenidos que hoy de poco sirve ante un real azote mundial.
Durante esta inédita experiencia, la familia, irónicamente relegada a un segundo plano debido a que aprendimos a disfrutar voces del atroz consumismo y la salvaje competitividad: “Se el mejor”, “trabaja en equipo”, “disfruta hoy y paga mañana en cómodas cuotas”. Revelémonos y aprovechemos la oportunidad, reivindicándonos en familia como nuestro único bastión de felicidad, reaprendiendo todos a disfrutar las labores del hogar, hacer ejercicios, comer sano y ejerzamos sostenidamente la
pedagogía de la resistencia a través de una comunicación sincera y sonriamos en tiempos de coronavirus como un acto de desaprendizaje familiar.
Con la irrupción de las redes sociales aprendimos abrumadoramente llamar la atención y auto publicitarnos a nivel planetario, compartiendo nuestras imágenes cotidianas, disfrutamos el chat de la amiga, frecuentamos el Facebook de viejos amores, inundamos triviales informaciones y seguimos a cualquier pobre diablo, generando una sociedad papagayo hastiada de bazofia, pues lo que cuenta son los likes que, en estos momentos difíciles generan una histeria colectiva, cuando inmediatamente requerimos usar responsablemente estas redes y empoderar de cognición a la sociedad global como
sugiere Yuval Harari, “Una población bien informada suele ser mucho más poderosa y efectiva que una población ignorante”.
Desaprendamos juzgar y criticar las actitudes de los demás. Nos lo pasamos la vida desconfiando del vecino de al lado, y nos autoproclamamos orgullosamente ser los mejores; pues bien, es momento de demostrarlo ayudando a los demás y aceptemos con buen humor nuestras limitaciones y defectos que solos somos vulnerables. Aprendamos a ver al prójimo como nuestro mejor aliado, cavilando aquello que le sucede tarde o temprano nos sucederá y desplegando el trabajo cooperativo solidario, evitaremos contagios asegurando nuestra supervivencia.
El empresariado mundial está obligado a desaprender enriquecerse y especular en confabulación con los funcionarios en tiempos de emergencia y aprender ser más humanitarios, sobreponiendo al ser humano sobre los bienes materiales, así como impulsar los vuelos gratuitos para la libre circulación de científicos, pensadores, periodistas, médicos y el transporte de insumos clínicos, volando solidariamente a nivel global para salvar vidas.
Alejado del dramatismo griego, si la ciudadanía global no desaprende sus viejas costumbres, penetraremos un lúgubre callejón sin salida y pondremos en juego nuestra supervivencia y para ello debemos sacar lo mejor de nosotros que, seguramente todos venceremos una vez más estas plagas y rompiendo paradigmas del ayer, aprendamos a convivir armoniosamente en esta aldea global y comprometamos a los líderes mundiales, al G8 y al G20 a tomar decisiones inmediata, si pretendemos que continúe la excitante función de la vida; así mañana no volvamos a la normalidad, hoy practiquemos el distanciamiento social desde la mirada de Gideon Lichfield.

Fuentes:
– Alvin Toffler de su libro, El Shock del futuro.
– Gideon Lichfield. Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos, no va a volver nunca más. https://www.technologyreview.es/s/12034/aceptemoslo-el-estilo-de-vida-que-conociamos-no-va-volver-nunca. 24/03/2020
– Peter Senge de su libro, “La Quinta Disciplina”
-Yuval Harari. El mundo después del coronavirus. https://diariojudio.com/opinion/yuval-noah-harari-el-mundo-despues-del-coronavirus/326282/. 24/03/2020

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/pedagogia-del-desaprendizaje-en-tiempos-de-coronavirus/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/diverse-kindergarten-students-learning-energy-producer-665608819?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Faprendizaje%2F

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Consecuencias y soluciones sobre el impacto en la educación de la pandemia SARS-COV2

Por: Sergio Martínez Dunstan

El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud estimó que el pico más alto de la enfermedad ocurrirá en agosto (https://bit.ly/2Rg37Fx). Días después mencionó que la pandemia es inevitable. “La única manera de reducir la transmisión es quedándonos en nuestras casas, de forma masiva” (https://bit.ly/2RdrKTc). Así lo dijo el funcionario federal para dar pie al anuncio de la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-COV2 (COVID-19) el pasado treinta de marzo (https://bit.ly/39MX01G) declarada por el Consejo de Salubridad General. En consecuencia, la Secretaría de Salud ordenó acciones extraordinarias (https://bit.ly/2JIbXHZ) entre otras la suspensión inmediata de actividades esenciales en los sectores público, privado y social. En concordancia, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió el Acuerdo Número 06/03/20 (https://bit.ly/34eR8x7) por el que se amplía el periodo por el que se suspenden las clases en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros en educación básica del sistema Educativo Nacional así como aquellas de los tipos medio superior durante el periodo comprendido entre el veintisiete de marzo al treinta de abril.

El gobierno ha reiterado que se busca aplanar la curva de contagio, se pretende ralentizar o frenar el esparcimiento del coronavirus con el propósito de controlar el aumento de casos distribuyéndolos en el tiempo y reducir de esta manera la presión sobre el sistema de salud a fin de evitar su colapso. Se ha reiterado la importancia de estar preparados para una epidemia larga. La parte más intensa todavía no ha llegado. Se estima que pudiera ser a finales de abril o en la primera semana de mayo donde se va a tener la mayor transmisión” (https://bit.ly/2V9kHw7). Aunque nadie sabe a ciencia cierta cuándo se regresará a la normalidad. Por ello, el retorno de los estudiantes a las escuelas es incierto. Es imposible precisar su evolución en nuestro país. Depende de la efectividad de las medidas impuestas a la población, entre otros factores. Es prematuro adelantar si el regreso será en la fecha señalada. Aunque cabe la posibilidad que pueda extenderse más allá del tiempo previsto.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organismo especializado de la Organización de las Naciones Unidas, le ha dado seguimiento puntual a este asunto (https://bit.ly/2V4jzcZ). Reconoce que el brote del COVID-19 es un problema sanitario de gran magnitud y advierte que también es una crisis para la educación. El 91.3% % de la población estudiantil ha sido perjudicada por el cierre de escuelas. Mas de 1,576 millones de estudiantes se encuentran fuera de ellas. 188 países han sido afectados (https://bit.ly/39LCsGY). Las consecuencias son particularmente graves para los niños desfavorecidos y sus familias (https://bit.ly/3bTtKrz). Cuando las escuelas cierran:

  • Se limitan las oportunidades educativas.
  • Se dificulta el aprendizaje ante la falta de preparación de los padres para la enseñanza a distancia o desde la casa especialmente de aquéllos de instrucción y recursos limitados.
  • Se obstaculiza la continuidad del aprendizaje dado el acceso desigual a las plataformas digitales sobre todo para los alumnos de familias desfavorecidas
  • Se provocan riesgos en el comportamiento y aumenta la influencia de las presiones por parte de los compañeros y el consumo de drogas porque los padres abandonan recurrentemente a sus hijos por irse a trabajar.
  • Se aumentan las probabilidades de que los padres de familia se ausenten de sus labores para el cuidado de sus hijos lo que ocasionaría la pérdida de salario y perjudicar la productividad.
  • Se eleva la incidencia en el sistema de salud porque numerosos profesionales se ausentarían de los centros sanitarios para dedicarse al cuidado de sus hijos.
  • Se incrementan las tasas de abandono escolar porque es muy difícil lograr que los niños y jóvenes regresen a las escuelas y permanezcan cuando vuelvan a abrirse. Es algo que puede ocurrir en particular tras cierres prolongados.

Se advierte también la necesidad de mitigar el impacto inmediato para las comunidades más vulnerables y desfavorecidas. Aunado a lo anterior, se comparten diez recomendaciones para planificar las soluciones (https://bit.ly/2RdWF1V) con el objetivo de garantizar la continuidad de aprendizaje durante ese periodo mediante la modalidad a distancia.

  1. Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes, el uso de las soluciones tecnológicas, en función de la infraestructura eléctrica, del acceso a internet así como las competencias digitales de los docentes y de los alumnos.
  2. Garantizar la inclusión para el acceso de los alumnos principlamente de los discapacitados o los que provienen de ingresos bajos.
  3. Proteger la privacidad y la seguridad de los datos de los alumnos.
  4. Aplicar soluciones antes de impartir la enseñanza intentando con ello responder a los problemas psicosociales a la que los alumnos pueden verse confrontados en situaciones de aislamiento.
  5. Planificar previamente el desarrollo determinando si el programa debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos o el reforzamiento de los conocimientos ya adquiridos. Organizar los calendarios, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos, la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados evitando los que requieren una comunicación presencial.
  6. Proporcionar apoyo a los docentes y alumnos en cuanto a la utilización de las herramientas digitales incluso a los padres de familia en caso de que requieran un seguimiento y acompañamiento.
  7. Combinar los enfoques así como limitar la cantidad de aplicaciones.
  8. Establecer las reglas y retroalimentar a los alumnos a lo largo del proceso.
  9. Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje acorde con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos.
  10. Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas a fin de favorecer los vínculos sociales para combatir los sentimiento de soledad o sufrimiento del alumno y facilitar los intercambios de experiencias.

De igual manera, se sugieren algunas soluciones tecnológicas (https://bit.ly/2Rd1I2E): recursos para brindar apoyo psicosocial, sistemas de gestión de aprendizaje digital, sistemas diseñados para usar en teléfonos móviles básicos, sistemas con fuerte funcionalidad fuera de linea, plataformas masivas de curso abierto en línea (MOOC), contenido de aprendizaje autodirigido, aplicaciones de lectura móvil, plataformas de colaboración que admiten la comunicación de video en vivo, herramientas para que los maestros produzcan contenido de aprendizaje digital, repositorios externos de soluciones de aprendizaje a distancia

También da cuenta de las plataformas nacionales que utilizan los diversos países en el mundo. (https://bit.ly/34pLY1H). Por ejemplo, México:

Aprende 2.0 (https://bit.ly/3dYrVvw) a través de la cual se busca promover el uso de las TIC para fomentar el desarrollo de habilidades digitales.

Aprende en casa por TV y en línea (https://bit.ly/2weKri2) con el contenido de educación preescolar, primaria, secundaria basado en los planes de estudio.

Libros de texto (https://bit.ly/2Rhyn71) en versiones digitales para apoyar el aprendizaje en el hogar.

TELEsecundaria (https://bit.ly/34dCh6h) para estudiantes de secundaria en áreas rurales del país.

La emergencia sanitaria fue inesperada como también lo fue la suspensión de las actividades en las escuelas. Faltó tiempo para planear y proyectar. Lo peor está por venir y seguirá afectando la educación de la niñez sobre todo de aquellos grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad. Está en riesgo su derecho a la educación. La UNESCO impulsa una Coalición para la Educación. Convoca a construir una propuesta inclusiva y equitativa para ayudar a los países a garantizar la continuidad de la educación para todos. El noble propósito me impulsó a divulgarlo. El buen juez por su casa empieza.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/consecuencias-y-soluciones-sobre-el-impacto-en-la-educacion-de-la-pandemia-sars-cov2/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/teleworking-widespread-during-coronavirus-period-1675243270?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fconfinamiento%2520educativo%2F

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Confinamiento y roles de género

Por: Leonardo Díaz

En mi artículo, “Estado de excepción y actitud crítica”,  afirmé que uno de los problemas del confinamiento, en el marco de la pandemia del COVID- 19, es el hecho de que, además de la naturaleza informal de la vida económica de millones de personas en República Dominicana, la calle constituye un medio de reafirmación de la masculinidad.

La sociedad dominicana, como las sociedades latinoamericanas en general, son comunidades donde impera la inequidad de género asignando unos roles sociales muy rígidos, en función de si una persona es hombre o mujer. La asignación de roles de género implica una distribución rígida de los espacios. Si la mujer debe realizar las actividades domésticas, entonces la casa es su espacio, el lugar donde ella rige en términos operacionales. Si el rol del hombre es proveer, especialmente en estratos sociales donde no existe la nueva tendencia del teletrabajo, su espacio es la calle, allí impone su señorío.

En función de esta demarcación estricta se evalúan las competencias “naturales” de las personas. La mujer será una auténtica fémina en la medida que cumpla con eficacia los oficios domésticos. El hombre, en la medida en que sea capaz de sustentar a la familia. El vínculo entre rol y espacio hace que la masculinidad y la feminidad se realicen y reafirmen, en la calle, para los hombres; en la casa, para las mujeres.

Si esto es así, el confinamiento de los hombres en los barrios dominicanos constituye una “afrenta a su masculinidad”. En la casa se quedan las mujeres y los niños.

Tahira Vargas ha señalado, en su último artículo, “Masculinidad y cuarentena”,  que el confinamiento dentro de una sociedad con nuestras características produce un conflicto entre el imaginario donde han sido formados los hombres y la normativa que ahora se les exige.

En los hogares de clase media moderna donde se han transformado los roles de género tradicionales y las parejas han sido educadas con sensibilidad hacia el problema de la equidad de género, la desdibujación de esos roles desdibuja la demarcación estricta de los espacios. La calle y la casa son dominios de co-gobierno si los roles son compartidos. Esto no ocurre en los barrios marginales.

Lo señalado no solo aplica para fines de la administración del trabajo, sino también, del ocio. Los roles de género de una sociedad donde impera la inequidad asigna de modo estricto los espacios del entretenimiento, precisamente allí donde se realizan las actividades de trabajo. La mujer se divierte en la casa, o en casa de una amiga. Solo sale a divertirse en la calle si está acompañada, sea de amigas, familiares o una pareja, y durante un tiempo condicionado por el padre o el esposo.

Por su parte, el hombre se entretiene en la calle, sin tiempo asignado. Allí socializa con los amigos, flirtea, “habla de asuntos de hombres y hace cosas de hombres”. Por tanto, en la calle se reafirma como tal.

Todo esto debe ser entendido en términos no intelectuales. No se trata de que el hombre, de modo racional, se dice a si mismo que saldrá a la calle para reafirmarse, ni que las mujeres interpretan de modo racional que la casa es su espacio.

Hablo de unos modelos, imaginarios, patrones culturales que, como tales, son asimilados desde muy temprana edad e incorporados, de modo inconsciente, como hábitos de pensamiento y conducta. Por ello, cuando se establece una norma de confinamiento, el individuo, aunque no salga a trabajar, educado para no quedarse en casa, se rebela, no de modo intelectual, sino visceral, impulsivamente, aunque intelectualmente sepa que existen unas acciones de represalia si decide violentar la normativa.

Así, los discursos ideológicos que han perpetuado la inequidad de género en tiempos de normalidad, atentan contra las políticas del Estado en tiempos de excepción. La inequidad de género no es solo una situación que perjudica a las mujeres, aunque en efecto, sean las más afectadas. Es una situación que lacera todo el entramado social y dificulta la resolución de las nuevas situaciones sociales problemáticas, porque estas requieren, para su solución, de nuevas formas de pensar, así como presuponen espacios de diálogo y cooperación.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8803327-confinamiento-y-roles-de-genero/

Imagen: https://pixabay.com/photos/chance-equality-equal-opportunities-3335805/

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OPINIÓN | Allá en la sierra de Guerrero, donde la vida no vale nada

Por: Tlachinollan

Abel Barrera Hernández

Para Teodomira y Manuel,

quienes han acompañado hasta el último rincón de la sierra

a las familias desplazadas por la violencia.

Toda nuestra solidaridad en estos momentos de prueba.

Nuestro reconocimiento por mantenerse a lado de los hombres, mujeres

y los niños que sobreviven en un territorio minado por la metralla.

La metralla no cesa en la sierra de Guerrero. La disputa por el control territorial es encarnizada entre dos grupos antagónicos conocidos como el Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG), que está conformado por grupos asentados en los municipios de Heliodoro Castillo, Cuetzalan del Progreso, Teloloapan y Apaxtla, principalmente. De la otra parte, se encuentra el grupo conocido como el cartel del Sur, que tiene como su centro de operaciones en el municipio de Leonardo Bravo. Es una batalla campal en este corredor serrano que abarca los municipios de Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo, Eduardo Neri y Chilpancingo, donde gran parte de la población pobre tiene como principal actividad la siembra de la amapola. La crisis causada por el fentanilo desfondó la economía serrana, dejando en total desamparo a las familias campesinas de la sierra. Las concesiones mineras que existen en la región han despertado una mayor codicia en estos grupos, que no cesan en sus incursiones armadas en las comunidades aledañas, para avanzar en su estrategia de control territorial y sometimiento de la población.

Varios pobladores de la sierra que han sido desplazados por esta violencia, recuerdan que el 4 de octubre del 2013 se suscitaron varios enfrentamientos en comunidades de Leonardo Bravo, provocando la huida de decenas de familias. Lo más grave ha sido que las autoridades federales y estatales solo suban a la sierra para replegar momentáneamente a los civiles armados, dejando crecer la ola delincuencial.

Comentan que otra de las balaceras más fuertes se registró el 5 de septiembre de 2018. Duró más de 9 horas, en los poblados de Puentecillas y Ranchito. A pesar de que fue un enfrentamiento que causó muchas muertes, las autoridades se mantuvieron al margen. Los mismos militares comentaron a la gente que no podían intervenir porque se trataba de un conflicto entre dos grupos. Desde ese año, se dio a conocer el Frente Unido de las Policías Comunitarias de Guerrero.

Las familias desplazadas señalan que el 11 de noviembre del 2018, llegaron personas armadas de varios lados. Entraron primero a la comunidad de Corralitos y después a Puentecillas. Ante esta incursión la gente se salió de sus comunidades y se concentró en la comunidad Campo de Aviación. Creyeron que las autoridades iban a prestarles auxilio, sin embargo, nunca llegaron. No tuvieron otra alternativa que refugiarse en la comunidad de los Morros, porque ahí se encontraba un destacamento militar. La gente notó que el ejército se mantuvo indiferente ante la irrupción de los grupos armados de la sierra, desplazándose hacia otro lugar. Las familias decidieron bajar a la cabecera municipal de Chichihualco, con el fin de pedir auxilio al presidente municipal. Se concentraron en el auditorio, y después de varios días, lograron establecer un acuerdo con las autoridades, para programar su retorno el 17 de noviembre. A pesar de que iban escoltados por militares y varios cuerpos de la policía del estado, un grupo de civiles armados empezó a disparar después de que habían pasado la comunidad de los Morros. Ante la balacera que procedía de varios cerros obligó a que los más de 100 carros que iban en la caravana, regresaran a Chichihualco.

Desde esa fecha más de 200 familias se han mantenido en calidad de desplazadas y han sido acompañadas principalmente por Manuel Olivares y Teodomira Rosales, del Centro Morelos. En contrapartida no han encontrado en el gobierno del estado eco a sus demandas, y más bien los han dejado en total indefensión.

El 28 de diciembre del 2019 cuando la defensora Teodomira Rosales Sierra y el defensor Manuel Olivares Hernández acompañaron a estas familias asentadas en Chichihualco, para emplazar al grupo de la policía del estado, con el fin de que permanecieran en la región, fueron agredidos por elementos de esta corporación. La compañera Teodomira fue víctima de una agresión sexual por parte de un grupo de élite de la policía estatal. Además de tirarla al suelo y someterla, una mujer policía le puso en el pecho su arma de cargo. En ese mismo instante el compañero Manuel fue golpeado por varios elementos policiales y le infligieron tratos crueles y denigrantes. En la agresión, un mando de la policía lo increpaba “por qué estás apoyando al narco”. Además de sufrir estas vejaciones quebraron el cristal de la puerta derecha y poncharon las cuatro llantas de la camioneta, propiedad del Centro Morelos. Se robaron dos mochilas en las que iban dos computadoras laptop, artículos personales, dinero en efectivo y documentación de las familias desplazadas.

El 6 de febrero se reunieron con un teniente de apellido Badillo, perteneciente al 50 batallón de infantería, quien llegó acompañado de varios vehículos militares a la cabecera municipal de Chichihualco. Pidió que se registraran las familias desplazadas para enviar su reporte a la ciudad de México. En ese instante varias personas se opusieron porque identificaron que algunos elementos del ejército habían incursionado en sus comunidades acompañando a un grupo de civiles armados de la sierra. Esta denuncia pública molestó al teniente, quien posteriormente realizó varias llamadas telefónicas a la compañera Teodomira, reclamándole esta acción de las familias y exigiéndole la entrega de la lista de los desplazados.

Durante el mes de marzo de este año, volvieron las hostilidades en la sierra, cuando un grupo de civiles armados entró a la comunidad de Filo de Caballos y asesinó a cinco Policías Comunitarios de Tlacotepec. La reacción fue virulenta porque se dieron varios enfrentamientos en las comunidades de Carrizal de Bravo, Balsamar y Tepozonalco. Se registraron 9 muertos causando nuevamente el desplazamiento de más de 500 personas, de 6 comunidades del municipio de Leonardo Bravo y una de Chilpancingo. En esta confrontación armada, el objetivo del Frente Unido de Policías Comunitarias, era llegar a la cabecera de Chichihualco para arremeter contra el cartel del Sur.

Esta situación ha provocado que las familias que se encuentran desplazadas en Chichihualco decidieran desde el pasado 22 de marzo, acampar en un paraje conocido como el Crucero del Huamuchil, ubicado en la parte oriente, para evitar mayor derramamiento de sangre. Por su parte, las autoridades federales y estatales han abandonado a su suerte a las víctimas de desplazamiento forzado interno, dejando que los grupos de civiles armados impongan la ley del fuego.

En este contexto de confrontación violenta, el 22 y el 26 de marzo pasado, se publicaron en redes sociales denostaciones sumamente graves contra el defensor Manuel Olivares Hernández, que ponen en riesgo su vida. Lo señalan como “defensor del narco”.  Se obstinan en descalificar su trabajo por asumir la defensa de las víctimas de desplazamiento forzado interno del municipio de Leonardo Bravo.

Por la forma en que están escritos los mensajes, hay fundados temores de que se atente contra la vida del compañero Manuel Olivares Hernández y de la compañera Teodomira Rosales Sierra. Esta situación ha obligado a todo el equipo del Centro José María Morelos y Pavón, de dejar el acompañamiento en terreno que realizan desde hace dos años a familias desplazadas. Ante la descomposición social que se vive en varias comunidades de la sierra a causa de la inacción de las autoridades y por la ley de la metralla impuesta por los civiles armados, hace que la vida de los defensores y defensoras penda de un hilo.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-alla-en-la-sierra-de-guerrero-donde-la-vida-no-vale-nada/

Publicado originalmente en Desinformémonos

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Y el rey abandonó el trono

Por: Víctor Arrogante

Abril es el mes republicano por excelencia, por lo que voy a aprovechar estos días a retomar mis reflexiones republicanas; unas serán nuevas y otras recuperadas de otros de mis artículos publicados sobre el tema. Lo cierto es que pretendo alejarme, en lo posible, de la crisis sanitaria, social y económica, provocada por el coronavirus, y despejar ideas en estos largos días de confinamiento.

El próximo 14 de abril, se cumplen 85 años del advenimiento de la Segunda República. Vivió ocho años, tres de ellos defendiéndose en guerra, tras el golpe de Estado fascista contra la legitimidad democrática, otorgada en las elecciones del 12 de abril de 1931 y el abandono precipitado del rey Alfonso de Borbón, que huyó con la conciencia poco tranquila, por los desmanes políticos y personales que protagonizó. Aquellos acontecimientos y estos días, son una oportunidad para ampliar mis reflexiones republicanas y a ello me voy a dedicar.

En septiembre de 1923 el general Primo de Rivera había dado un golpe de Estado, militar por supuesto, auspiciado por el rey, «para salvar España de los profesionales de la política». Su intención era poner en orden España y devolver después el poder a manos civiles. El golpe fue apoyado por la burguesía, la Iglesia, el ejército, los industriales catalanes y los terratenientes andaluces. Todos contra la clase trabajadora que reclamaba más salarios y más derechos y hacían peligrar, con el creciente malestar social, los privilegios reales y de las clases pudiente. El Partido Socialistas Obrero Español y la Unión General de Trabajadores, se mostraron en principio ambiguos frente al golpe. La CNT se mostró abiertamente contrarios al dictador. El Partido Comunista, creado el 14 de noviembre de 1921, por una escisión del PSOE, convocó una huelga general, que fue poco secundada y los huelguistas perseguidos.

Primo de Rivera, como buen dictador, disolvió el gobierno, que fue sustituido por un Directorio militar; suspendió la Constitución, disolvió los ayuntamientos y prohibió los partidos políticos. Todo el poder para el ejército, que no estaba en sus mejores momentos, tras la guerra de Marruecos y todos los sucesos trágicos en el norte de África. El Directorio no tenía programa político salvo las dos cuestiones típicas de la derecha caciquil de todos los tiempos: la unidad de la patria y el mantenimiento del orden público. No fue todo negativo. Construyó grupos escolares, pantanos, carreteras, ferrocarriles y creó empresas públicas como Campsa, Telefónica o Tabacalera. Hay que tener en cuenta que la peseta estaba fuerte y la industria había sido fortalecida por la neutralidad de España durante la Primera Guerra Mundial.

Pero llegó la crisis internacional con el crac financiero de 1929 y la economía española se derrumbó y rugió la crisis social. Revueltas estudiantiles, huelgas de trabajadores, disturbios, intrigas políticas de adversarios y criticas desde dentro del régimen y sus correligionarios militares. Primo de Rivera, confundido, creía contar con el apoyo del rey, pero todo lo había perdido. Al día siguiente de pronunciar la celebre frase «a mi nadie me borbonea», el rey, como buen Borbón, que van dejando cadáveres políticos por donde reinan, le abandonó. En el exilio de París murió el dictador un mes después, dejando en herencia a sus hijos Pilar y José Antonio, con su ideología fascista, que tanto hiciera sufrir a cientos de miles de los mejores españoles y españolas.

De una dictadura a una dictablanda, presidida por el general Dámaso Berenguer. Nuevos desórdenes sociales y unas fuerzas políticas que nunca habían perdonado al rey Alfonso su apoyo a la Dictadura, coincidieron en derribar la monarquía. Incluso los liberales, que siempre habían considerado la monarquía como su sistema de privilegios, se pasaron al campo republicano, junto con nacionalistas catalanes e intelectuales. Las elecciones municipales convocadas, que pretendían consolidar el sistema y conseguir mayor apoyo popular, resultaron ser la perdición real. La monarquía era considerada como un símbolo en decadencia. Republicanos y socialistas, decidieron convertir las elecciones municipales de 1931 en un plebiscito sobre la continuidad de la monarquía en España. La suerte estaba echada.

Previamente en agosto de 1930, en El Pacto de San Sebastián, los partidos que asistieron (Alianza Republicana, Partido Radical Socialista, Derecha Liberal Republicana, Acción Catalana, Acción Republicana de Cataluña, Estat Catalá, y la Federación Republicana Gallega), acordaron poner fin a la monarquía y proclamar la Segunda República. Meses después el PSOE y la UGT se sumaron al Pacto. Se pensó en organizar una huelga general, que fuera acompañada de una insurrección militar, que metiera a «la monarquía en los archivos de la historia» y establecer «la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente». La huelga general no llegó a declararse y la sublevación de Jaca fracasó, siendo fusilados los capitanes Galán y García Hernández. Muchos de los miembros del Comité Revolucionario fueron encarcelados y otros huyeron del país. El general Berenguer, para suavizar la situación y fortalecer la soberanía del rey, aplicó la Constitución de 1876 que reconocía las libertades de expresión, reunión y asociación. Todo se estaba precipitando hasta el desastre final.

Tras el cese del general Berenguer por el rey, forma gobierno el almirante Juan Bautista Aznar-Cabañas, con viejos liberales y conservadores. Una de sus primeras decisiones fue proponer nuevo calendario electoral: elecciones municipales el 12 de abril y posteriormente elecciones a Cortes Constituyentes. Las elecciones, suponían para la monarquía, volver a la normalidad anterior a Primo de Rivera. Para las fuerzas republicanas una consulta sobre la forma de Estado. Los resultados fueron un mazazo para los monárquicos, que poco hicieron para evitar que Alfonso XIII perdiera el trono.

Los resultados del 12 de abril, dieron a las candidaturas republicano-socialistas el triunfo en 41 de las 50 capitales de provincia. Los partidos monárquicos ganaron en 9: Cádiz, Palma de Mallorca, Las Palmas, Burgos, Ávila, Soria, Lugo y Orense. La participación ciudadana representó el 70% del electorado. Los monárquicos consiguieron 40.324 concejales, frente a los 36.282 que obtuvieron los republicanos y socialistas. Los comunistas 67 concejales; los partidos nacionalistas catalanes más de 4.000 y los vascos 267.

Cuando en Madrid se conocieron los resultados parciales, que mostraban que las ciudades más importantes eran mayoritariamente republicanas, el pueblo se echó a la calle para proclamar la República. El rey, dejando a su familia atrás, abandonó el país. «España se acostó monárquica y se levantó republicana», que diría el almirante Aznar. Unas elecciones municipales derrocaron a la monarquía.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/y-el-rey-abandono-el-trono/

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La ofensiva sensible: una lectura somática de la coyuntura

Por: Amador Fernández Savater

Sobre La ofensiva sensible, Diego Sztulwark (Caja Negra, 2019)

Según su maestro Ignacio Lewkowicz, Diego Sztulwark practica un “modo piojoso” de leer y escribir. ¿En qué consiste? Es una manera de decir lo que uno quiere decir a través de las palabras y el pensamiento de otro. Un contrabando de las intuiciones más propias bajo capa de citas académicas o eruditas convenientemente deformadas. Es el “método” con el que ha sido escrito La ofensiva sensible. El resultado es muy rico, porque regala al lector una gran cantidad de referencias potentes -la “plebe” de Lefort/Maquiavelo, la “forma de vida” de Pierre Hadot, los “saberes del cuerpo” de León Rozitchner, etc.- y a la vez hace pasar sin estridencias un pensamiento original que las retuerce productivamente en el sentido deseado.

Aún así, por alguna razón que no desvela, Diego considera que este “método” es “seguramente insatisfactorio” para dar cuenta “de la exigencia que todo acontecimiento singular impone”. A la espera de una nueva tentativa creadora en el orden del pensamiento y la escritura, vamos a reseñar este libro de un modo “piojoso” también, pero al revés. Si Diego hace pasar sus intuiciones a través de las ideas de otros, nosotros haremos pasar las ideas de Diego a través de algunas palabras e imágenes propias. Un ejercicio de parafraseo. Pero el objetivo es siempre el mismo: mantener las ideas en movimiento, traducirlas y reapropiárnoslas sin fetichismo ni veneración, algo que hemos aprendido en muy buena medida del autor.

Batalla somática
Agarramos un hilo posible de lectura piojosa entre otros: la cuestión del cuerpo. El neoliberalismo según Diego Sztulwark no es una cuestión solamente política, económica o ideológica, no tiene que ver exclusivamente con políticas de austeridad, planes de ajuste o fe en el libre mercado, sino también, a la vez, al lado y a través de todo ello, con la producción y reproducción cotidiana de un tipo de cuerpo.

En el corazón de la pelea por conservar o transformar el estado de cosas hay por tanto una dimensión somática fundamental, pero a la que se presta muy poca atención. Hay un límite muy severo en las políticas que no tocan los cuerpos, en las políticas que le dicen a los cuerpos: “no te muevas, no te preocupes, quédate quieto, yo me encargo de dar la pelea por ti”. ¿De qué límite se trata?

Podemos tener a la vez un gobierno anti-neoliberal o pos-neoliberal y una sociedad profundamente neoliberal, cuyos cuerpos y las relaciones que mantienen entre sí y con el mundo están organizados por dispositivos que reproducen un modo de existencia basado en calcular y extraer beneficio de cada encuentro, de cada vínculo, de cada situación, de cada gesto.

El neoliberalismo -noción que el autor considera “insatisfactoria” y sólo útil provisionalmente- no sólo “desciende” del mando político, sino que también “asciende” desde la sociedad al poder a través de los modos de vida. La victoria electoral y el gobierno de Macri -y de otros gobiernos similares- puede entenderse de ese modo como un concentrado, un reflejo, un holograma del triunfo de los modos de vida neoliberales, del cuerpo neoliberal.

El cuerpo flexible
A partir de la lectura del libro propongo tres imágenes para contribuir a dar visibilidad e importancia a esa dimensión somática de la transformación social: el cuerpo flexible, el cuerpo agrietado y el cuerpo vagabundo. Son cuerpos en disputa entre las fuerzas en presencia en la coyuntura actual. En medio estarían los agujeros.

El cuerpo flexible es el cuerpo neoliberal, el cuerpo que estamos presionados a darnos a nosotros mismos en tanto que empresarios de sí, gestores de un capital humano que debemos valorizar constantemente, yoes-marca. Es un cuerpo ideal e idealizado de omnipotencia (“sí se puede”), independencia (“yo puedo solo”) y disponibilidad total (“siempre puedo”). Según Diego Sztulwark, esa flexibilidad es en realidad pura docilidad a los dispositivos neoliberales de valorización del mercado. Nada que ver con una plasticidad interesante, una porosidad deseable, una apertura al lado salvaje y desconocido de la vida.

Tres apuntes sobre ese cuerpo neoliberal. En primer lugar, se reproduce a través de todo tipo de dispositivos que funcionan más allá o más acá de la esfera estatal: viajando en Uber, comunicando en Facebook, comprando en el súper, ligando en Tinder, etc. En segundo lugar, se consume más que inventarse. El neoliberalismo propone “modos de vida” ya hechos, listos para “bajarse”, si uno tiene para pagarlos, claro. Cada problema existencial tiene su solución, su receta, su app. Hay una diferencia fundamental entre “modo de vida” (que se consume) y “forma de vida” (que se crea). En tercer lugar, el neoliberalismo es un poder de homologación, de estandarización, de abstracción, nunca de singularización. La única singularización admitida es la “libre elección” de tal o cual perfil en Facebook o en Tinder, de tal o cual producto en el supermercado. Es un error fatal entregarle la palabra “singularidad” al neoliberalismo, que sólo conoce el esfuerzo por distinguirse de las mercancías idénticas.

Por último, el cuerpo flexible neoliberal -que somos cada uno de nosotros- es tan frágil como el cristal. A diferencia de muchos libros de pensamiento crítico, Diego no se regodea en describirnos cómo el neoliberalismo nos tiene atrapados y más atrapados aún cuanto más creemos rechazarlo. No cae en la fascinación del “crimen perfecto” que impregna hoy en día tantas denuncias sofisticadas. Este es un libro estratégico, escrito desde el punto de vista de las resistencias. Porque la crítica no pasa tanto por lo que se dice, como por desde donde se mira.

Los agujeros
Describir el neoliberalismo desde el punto de vista de las resistencias pasa por verlo enteramente agujereado. El tejido biopolítico neoliberal -que se presenta como total, pleno, acabado- está en realidad agujereado por todas partes. Tenemos el cuerpo, como dicen los compañeros de Córdoba, hecho un colador.

Una crisis de sentido es un agujero.

Una catástrofe social o ambiental es un agujero.

Una revuelta es un agujero.

Tal vez la afirmación más fuerte de este libro sea la siguiente: sólo es posible ver, pensar y transformar algo a partir de los agujeros. Los “síntomas”, en el lenguaje del autor.

Un enunciado difícil de acoger porque esos agujeros son nuestras heridas. Sólo podemos ver, pensar o transformar algo a partir de heridas íntimas y colectivas, pero eso supone mantenerlas abiertas y duele.

El cuerpo flexible neoliberal, que aspira a la omnipotencia, la independencia y la disponibilidad, es en el fondo frágil como el cristal. Con seguridad más frágil que otros formas de subjetivación dominantes en el pasado. El yo neoliberal se presenta como un conquistador, pero está siempre al borde de la depresión, a punto de venirse abajo, a un par de crisis de convertirse en un payaso como el Jóker.

¿Qué vamos a hacer con nuestro cuerpo agujereado? Esta pregunta es una encrucijada crucial en el libro. ¿Vamos a darnos desde ahí un cuerpo nuevo o vamos a dejarnos ganar por el miedo, a tratar de recobrar la normalidad, a cerrar como podamos los agujeros?

La época, y cada uno de nosotros, recorre esa cuerda floja.

El cuerpo agrietado
Empecemos por la segunda opción: el cuerpo agrietado(1). El cuerpo agrietado es un cuerpo agujereado pero que se ha quedado sin recursos -fuerzas propias, redes, alianzas- para darse un cuerpo nuevo, para efectuar transformaciones. Puede ser un cuerpo individual o colectivo, un sujeto o una sociedad, no hay diferencia.

Este cuerpo ya no es el cuerpo flexible neoliberal -triunfador, energético, optimista-, pero no inventa tampoco forma de vida. Está paralizado, muerto de miedo.

Es un cuerpo (que se percibe) de cristal, a punto de estallar en mil pedazos al más mínimo contacto. Huye como de la peste de cualquier encuentro que le ponga a prueba, de cualquier encuentro con algo que no entiende ni domina. Sólo quiere repetir las escenas conocidas, donde sabe desenvolverse, donde sus grietas no se ven desde el exterior.

Se defiende de los agujeros al menos de tres maneras:

-recurriendo a todo tipo de prótesis. La prótesis es la manera de aparentar normalidad cuando ya no existe, cuando todo vacila o se derrumba. Es un dispositivo de orden en el desorden, de equilibrio en el desequilibrio, de control en el caos. Diego enumera: “Tinelli, porno, timba, series, evangelismo, fútbol”. Podríamos añadir: terapias, pastillas, mindfulness… En realidad cualquier cosa puede ser una prótesis, también la militancia política, porque no la configura como tal su consistencia objetiva, sino agarrarnos a ella como un estabilizador, un reparador de sentido, una máscara sin juego.

-la retirada o la ausencia, todas las formas de “desaparición de sí” que describe el libro del mismo nombre de David Le Breton, es decir, todos los modos de desaparecer del mundo y desertar de los afectos, todas las formas de anestesia e insensibilización. Es el Jóker cuando después de sufrir varios tropiezos un día cualquiera, llega por fin a casa, saca cuidadosamente todos los productos del congelador y se mete dentro.

-la victimización, la búsqueda de un culpable de lo que me pasa, la idea de que puedo cerrar el agujero de la crisis localizando y neutralizando a un enemigo, a un chivo expiatorio cuyo sacrificio nos devolverá a la normalidad: mujeres demasiado empoderadas, migrantes, jóvenes de las periferias, etc. Hay que pensar por ahí la capacidad inédita de la derecha actual para provocar daño con sus políticas de depredación y a la vez canalizar el malestar -incluso la protesta- contra ese daño.

El cuerpo agrietado gira hoy a derecha por todas partes, pero no se trata de interpelarlo desde la izquierda, de prometer desde la izquierda una protección real que la derecha sólo fingiría dar, como piensa el populismo de izquierda, sino de salir de él, de salir de nuestra condición victimizada y espectadora, siempre a la espera de algo o alguien que -sin tocar nuestro cuerpo, mediante la delegación y la representación- nos salve de los peligros que nos acechan.

El cuerpo vagabundo
La activista brasileña Alana Moraes llama la atención (2) sobre lo siguiente: Bolsonaro ganó las elecciones de 2018 con un campaña dirigida contra los vagabundos. Los vagabundos son en primer lugar los sin techo, sobre los que sectores de la policía quieren tener derecho de disparar impunemente, pero no sólo. Vagabundos son también los indígenas, los negros, las mujeres que se mueven de su lugar, los profesores que enseñan “lo que no deben”… Es decir, cualquiera que no encaje o cuestione la norma de productividad total.

Es vagabundo todo lo que se cuela, todo lo que se escapa, todo lo que se escurre por los agujeros. Todas las formas de vida heterogéneas en algún punto a la norma de productividad total. Todos los otros modos de relacionarse consigo mismo (no como empresario de sí), con los demás (no como obstáculos o competidores) y con el mundo (no como territorio de depredación). Lo vagabundo no evita los agujeros, sino que los atraviesa y pasa, seguramente no a otra dimensión, pero sí a otro plano de percepción.

El vagabundo deserta. El desertor fue la figura subversiva por excelencia de la sociedad disciplinaria: lo que se fugaba del molde principal de todas las disciplinas, el ejército. Lo que se escapaba de la “movilización total” de la sociedad por la guerra. Fueron desertores los judíos, los homosexuales, los gitanos… Pero cuando el capital asume su forma neoliberal, la vida es de nuevo movilizada. Ahora por la guerra económica. Cada aspecto y cada momento de la existencia es susceptible de generar valor, ese es el capitalismo depredador contemporáneo. Lo vagabundo que Bolsonaro quiere eliminar es lo que deserta de la productividad total, de la guerra y el fascismo posmoderno.

Podemos aprender mucho de esos cuerpos vagabundos si nos ponemos a la escucha: es una invitación apremiante de este libro. Aprender y contagiarnos de esas “subjetividades de la crisis” o “subjetividades plebeyas” que saben hacer sin garantías, hacer con poco, habitar la incertidumbre. El fascismo neoliberal -el fascismo como prótesis del cuerpo agrietado- no quiere eliminar los cuerpos vagabundos porque sí, porque sean débiles, como a veces se dice de las mujeres, de los migrantes o de los pobres. Todo lo contrario: los quiere eliminar porque son fuertes en su vulnerabilidad asumida, porque pelean e inventan formas de vida en medio de arenas movedizas.

Jack Kerouac, que vagabundeó mucho él mismo, tiene páginas hermosas sobre los vagabundos norteamericanos: sin idealizarlos, nunca los mira simplemente como figuras desgraciadas de la carencia y falta. Hay un “orgullo” del vagabundo, dice Kerouac, hay un deseo y una pulsión por el vagabundeo. Es el orgullo de una forma de vida soberana, en el sentido de que no recibe su valor de otra parte, sino que crea valor desde sí misma y sobre la marcha, on the road.

Ese es el orgullo que los pone en el punto de vista de los fascismos que emergen hoy. Precisamente quien no se deja sacrificar, quien no quiere sacrificar su vida en el altar de la patria-empresa, se vuelve sacrificable por otros. Es el “parásito”, el “enemigo”, cuya eliminación traerá supuestamente de nuevo la prosperidad y la normalidad.

Vagabundo es una falla en la identificación completa entre vida y capital que pretende el neoliberalismo. Es cualquiera de nosotros cuando elabora una crisis de sentido en términos de una transformación de las formas de vida.

Resensibilizar el cuerpo agrietado
Una esperanza para nuestro cuerpo agrietado: los movimientos.

Es muy pobre entender los movimientos simplemente desde la sociología política, como “movimientos sociales” o incluso como “contrapoderes”. Si el corazón de la disputa política es nuestro cuerpo, ¿qué efectos tienen sobre ellos los movimientos? Efectos de resensibilización nos dice este libro, en la estela de Franco Berardi (Bifo) o de Rita Segato. ¿Qué quiere decir esto?

Un movimiento es lo que nos permite sanar nuestro cuerpo agrietado sin recurrir a prótesis estabilizadoras, sin anestesiarnos o borrarnos del mapa, sin entregarnos a la rabia reactiva que busca culpables de nuestro malestar. Sanar aquí es justamente lo contrario de reparar, de negar y parchear los agujeros. Es ganar en plasticidad. Es saber hacer con el no saber. Es hacer de la crisis una palanca para la transformación íntima y social.

Allí donde hay miedo, resentimiento o rabia reactiva, un movimiento puede injertar en el cuerpo individual y colectivo un gusto, un deseo, una apertura y una disponibilidad al encuentro, al movimiento, al pensamiento, a la creación. Allí donde el otro se nos presenta como aquello que amenaza nuestro cuerpo frágil y agrietado, un movimiento puede traer empatía, solidaridad, confianza en que la única salvación posible pasa justamente por el contacto, por entrar en contacto.

Leo este libro desde Europa que ahora mismo me aparece como un gran cuerpo agrietado. Que rechaza por ejemplo a los migrantes que podrían ser -y de hecho son ya, a muchos niveles- un factor de rejuvenecimiento, de enriquecimiento y de revitalización del cuerpo agrietado.

A izquierda y derecha, todos los discursos políticos interpelan al cuerpo-víctima, al cuerpo sufriente, al cuerpo agrietado que pide protección y seguridad. Con diferentes significados, todos los discursos políticos ofrecen prótesis y señalan a algún chivo expiatorio culpable de nuestros agujeros (los migrantes, la élite política, los dos). La derecha es muy eficaz en este discurso, cierta izquierda babea de envidia y coquetea incluso con el racismo y la xenofobia para parecerse a ella.

Los movimientos abren otros caminos, por fuera de esas alternativas infernales. Afirman y despliegan potencias que no son sólo de protección vertical y de tutela, sino de bifurcación cultural, existencial. No simplemente contener con parches la crisis civilizatoria, sino hacer palanca en ella para girarla hacia una mutación civilizatoria. No sólo volver a la normalidad, sino crear nuevas formas de vida. No sólo tapar los agujeros sino mirar, pensar y crear a partir de ellos. Ensanchar las grietas.

En estos movimientos encontramos alianzas entre cuerpos agrietados -que se desagrietan por el camino, pasando de víctimas a afectados- y cuerpos vagabundos a la búsqueda de otras formas de vida. Es mi percepción de los chalecos amarillos franceses por ejemplo. Pero no esperemos ninguna pureza o coherencia en estos movimientos, porque la materia con la que trabajan es el malestar y la energía que elaboran sale de sus heridas, no de la ideología, la conciencia, un programa o un modelo alternativo de de sociedad. ¿Cuanta impureza podemos sostener?

Son movimientos vagabundos ellos mismos porque no saben adónde van, adónde vamos, a diferencia seguramente de otros tiempos cuando existía, fuese contestado o no, una alternativa social como la ofrecida por la URSS. Politizaciones impuras en los que se trata principalmente de estar, implicado, en contacto, a la escucha, aprendiendo, transformándose. Y a cuya lenta construcción de otro vocabulario, de otras formas de acción y de otras imágenes de cambio quiere contribuir este pequeño gran libro de Diego Sztulwark.

Intervención en la presentación de La ofensiva sensible en la librería La casa del árbol de Buenos Aires el jueves 5 de diciembre junto con Diego Genoud, Lila Feldman y Diego Sztulwark.

(1) Sobre esta figura del cuerpo agrietado, puede leerse algo más en Introducción a la guerra civil de Tiqqun.

(2) Por ejemplo aquí: http://www.ihu.unisinos.br/159-noticias/entrevistas/583308-a-polarizacao-politica-as-paixoes-da-sociedade-e-a-disputa-pelos-rumos-do-neoliberalismo-entrevista-especial-com-alana-moraes

Fuente e imagen: http://lobosuelto.com/una-lectura-somatica-amador-fernandezsavater/

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Las escuelas cerradas

Por: Manuel Gil Antón

Es cosa de ir a la farmacia en estos días y pasar al lado de una escuela. La que vi tiene cadena en la puerta y un candado. Está desierta. El letrero en que se informa el cese de las clases a partir del 23 de marzo ya parece viejo. México: en números redondos, 265 mil planteles educativos están cerrados, 32 millones de estudiantes, desde preescolar hasta posgrado, no asisten hace dos semanas a los salones. Vacíos. Han de tener ya mucho polvo. Y dos millones de docentes no se desplazan, cada día, a sus quehaceres. La escuela se detuvo.

El sistema educativo frenó en seco. Si en nuestro país las cifras son tan grandes, imaginemos la cantidad de centros educativos vacíos en el mundo: millones, cientos o miles de millones de estudiantes, y lo equivalente a cientos, o más, llenos en el Estadio Azteca de maestras y profesores en casa. Ante el fuerte sonido de su ausencia, vale la pena pensar en el significado, sentido y función de los sistemas educativos en nuestras sociedades. Las escuelas abiertas no solo son espacios en que es posible la maravilla del aprendizaje; también son sitios en que, mientras están las criaturas haciendo letras, cuentas o leyendo cuentos, muchas personas están en el trabajo.

Y, dada la estructura patriarcal que prevalece, hace posible, para muchas mujeres, tener una actividad laboral adicional a las que, sin que sea reconocida, realizan en sus casas. Hoy, guarecidos los que podemos tener esa opción, advertimos la importancia de la escuela para aprender a ser nosotras, personas que se saben otras y a la vez unidas con quienes conviven, conversan, discuten, se enamoran o pelean. Son patios de recreo, espacios amplios para brincar, mucho más grandes que el pasillo que acaso hay en las moradas donde pasan, lentos, estos días de un gris que cala aunque haya luz.

Como dice la canción, sí, en ocasiones se puede, en los tiempos que compartimos, hacer que las nubes se vayan, pero el sol no regresa. Hace falta abrir la puerta y salir a caminar. Quietos ¿Cuántos pasajes del metro, metrobús, micro o cualquier otro medio de transporte se han 6/4/2020 Las escuelas cerradas dejado de gastar? ¿De qué viven quienes acabalan lo necesario para comer de la venta de quesadillas fuera de un colegio? ¿Cuántos cuadernos se han dejado de comprar, o sacapuntas, cartulinas, papel paspartú (si es que todavía se usa) y tijeras de punta roma?

Los uniformes, casi todos, están colgados. Los horarios se tuercen y a cualquier hora puede que sean las cuatro o las once, qué mas da. La tele harta, se acaban los juegos de mesa, o se terminan las ganas de seguir jugando a la lotería: el diablito, el valiente, el barril… Pasan cosas increíbles: es muy poco probable que todos, en un juego, caigan en la cárcel y ahí se queden, pero sucede.

Porque andamos encarcelados. Hay libros, series, roperos que arreglar… pero luego de un rato, el sillón se antoja buen espacio, y después de horas, el cuerpo se queja de tanto estar encajado. Y llega la fatiga, brota la violencia moderada de un ¡ya estate quieto! o la cruda: ¿por qué no te largas? Porque no puedo, pero me iría. Se aprende que el encuentro es maravilloso por la distancia entre dos cafés, y sin esa distancia, pegados, el encuentro es andar apelmazados, atiborrados de una presencia que separa más que un mar. Una cosa es que haya vacaciones, y otra es que se acaben las clases y los recreos hasta nuevo y lejano aviso. Cuando el padre le dice a su hijo que serán semanas las que pasaran antes de volver a ver a sus amigas y cuates de nuevo, llora. No entiende porque no se entiende.

La abuela, sabia a fuer de trancazos y piensos, luego de merendar dice: el infierno es que todos los días sean domingo. Cuánta razón, cómo hace falta un pupitre.

Fuente:  http://www.educacionfutura.org/las-escuelas-cerradas/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/rusty-school-gate-chained-locked-114202537?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fescuela%2520cerrada%2F

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