Page 831 of 2436
1 829 830 831 832 833 2.436

Educación sexual y reproductiva

Por: Raymundo Canales De la Fuente. 

 

El concepto de la educación sexual y reproductiva resulta especialmente importante en un México como el que vivimos hoy por muchas razones. Entre las principales cito la cifra alarmante de embarazos que ocurren en adolescentes y que se podrían prevenir si existiera una estrategia eficaz en este sentido.

Por supuesto, los abordajes son múltiples, se necesitan desde campañas en medios de comunicación, hasta el diseño de contenidos educativos adaptados para cada edad, integrados en el libro de texto, partiendo de los últimos años de la educación básica, hasta alcanzar por lo menos, la media superior. La capacitación específica del cuerpo docente es una de las necesidades también insoslayables.

La verdad es que en el estado actual de las cosas, me parece que hay avances durante la presente administración en los ámbitos que ya mencioné, pero ahora necesito preguntar acerca de uno de los puntos nodales más importantes para la consecución de objetivos ponderables.

Me refiero al Estado como garante de que, la educación médica incluya los conocimientos básicos de los temas involucrados, en absolutamente todas las escuelas y facultades de medicina a lo largo y ancho del país, para contar con un cuerpo de profesionales con un mínimo de conocimientos en el área.

Además, debe estar acompañada de evaluaciones objetivas demostrativas. Tengo la plena certeza de que hoy no existe el andamiaje que describo porque me consta la existencia de diversas escuelas y facultades de medicina, en las cuales debido a la religión que profesan sus propietarios, no se les otorga educación en este ámbito a los alumnos de la licenciatura en medicina.

En cualquier país con una democracia medianamente desarrollada, lo que describo aquí sería motivo de un escándalo mayúsculo debido a las muertes asociadas con el embarazo y el parto, que muchas de ellas se hubieran evitado si esas mujeres no estuvieran cursando una gestación.

Simplemente, el tema está abandonado de la política pública a pesar de que la Secretaría de Salud cuenta con una Dirección General de Calidad y Enseñanza en Salud, que, dadas sus atribuciones, debería tener ya una estrategia definida y funcionando para garantizarle al pueblo de México que todos los médicos que reciban su título profesional poseen un mínimo de conocimientos y habilidades para otorgar atención de calidad en salud sexual y reproductiva.

Seguramente, la misoginia estructural —condicionante de la violencia contra las mujeres— y de los funcionarios a cargo de las áreas, han provocado que nada se les exija a las escuelas de medicina, y de esa forma no podremos progresar en ningún sentido.

Urge definir ese mínimo de conocimientos, y hacerles saber a las organizaciones religiosas propietarias de escuelas de medicina y enfermería que, aunque no estén de acuerdo con sus valores morales, tendrán que educar a los alumnos en el campo mencionado. Ojalá veamos algún cambio pronto porque las mujeres que están perdiendo la vida durante el embarazo no pueden esperar.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/raymundo-canales-de-la-fuente/educacion-sexual-y-reproductiva/1351972

Comparte este contenido:

MANIFIESTO. Recogida de firmas en apoyo a las niñas, niños y adolescentes del centro de menores de Hortaleza

Por: Tercera Información

Se ha puesto en marcha una recogida de firmas en apoyo a las y los menores de la casa de acogida de Hortaleza https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSceIhWTnjvsj879AOr9C4UCFO1wgw98fvptykjy67ISKNdb5A/viewfo

Un grupo de personas ha puesto en marcha una recogida de firmas en apoyo a las y los menores de la casa de acogida de Hortaleza . Reproducimos el manifiesto, a continuación:

EN APOYO A LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES DE LA CASA DE ACOGIDA DE HORTALEZA

Las vecinas y vecinos de Madrid y de muchas otras partes del mundo queremos mostrar nuestra más firme repulsa a lo ocurrido el 4 de diciembre de 2019 en el centro de primera acogida de Hortaleza.

La casa de las niñas, los niños y adolescentes que por diversas circunstancian están bajo la protección de la Comunidad de Madrid ha sido violentada con una granada, parece que anunciada con un mensaje que decía “Aquí empieza la nueva España”.

Antes de continuar, niñas, niños y adolescentes que vivís en esa casa, nuestro más fuerte abrazo. Nosotras estamos a vuestro lado y frente aquellos que piensan que una granada puede ser el principio de algo positivo y no violento.

Estamos a vuestro lado frente a aquellos que vomitan su odio a la diversidad de las culturas en vuestras personas.

Estamos a vuestro lado frente a los que no comprenden que el sol sale para todas y todos, que los derechos humanos no dependen del lugar de nacimiento y que la vida se defiende siempre.

Estamos a vuestro lado frente a los que piensan que la educación, la sanidad, la cultura, el pan, la naturaleza, no es para todos por igual; nosotras estamos junto a vosotros.

Estamos a vuestro lado frente a los que os intentan hacer daño, frente a los que difunden mentiras, frente a los que os odian. ¿Quién puede odiar a una niña, un niño o un adolescente por estar solo?

¿Cómo alguien puede difundir mentiras sobre vosotros hasta el punto de que estas mentiras provocan que alguien intenta haceros daño?

Gozáis de los derechos recogidos en la Convención de Derechos de los Niños de las Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989 y por tanto, exigimos a las administraciones públicas que incrementen los recursos necesarios para garantizar que esos derechos se cumplan.

Hoy es sin duda un mal día para la alegría. Nos hacemos cargo del susto y el miedo que tendréis en vuestro interior, pero sabed que, en esta ciudad, que en este mundo, somos más los que queremos veros sonreír, los que estamos dispuestos a compartir nuestros juegos con vosotras y vosotros que esos que hoy han violado vuestra casa con una granada.

Queremos que sepáis que contáis con nosotros para todo, que vamos a dejarnos la piel para que vuestros derechos sean respetados; que haremos todo lo que está en nuestra mano para que nadie vuelva a atacaros.

Ciudadanas y ciudadanos de Madrid y de muchas otras partes del mundo

rm
FIRMAS: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSceIhWTnjvsj879AOr9C4UCFO1wgw98fvptykjy67ISKNdb5A/viewfo

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2019/12/05/manifiesto-recogida-de-firmas-en-apoyo-a-las-ninas-ninos-y-adolescentes-del-centro-de-menores-de-hortaleza

Comparte este contenido:

La letra con salsa entra

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

«¿El artista no se esfuerza? Mucho. Convirtamos a todos los alumnos en artistas y ya tienes la clave». Doris Sommer cree, y demuestra, que cualquier, con esfuerzo y jugando, tiene mucho que enseñar y aprender. Hablamos con ella (pero no solo) sobre su proyecto Pre-Textos.

Hace unos días Doris Sommer (profesora de lenguas y literatura románica y de estudios africanos y afroamericanos en la Universidad de Harvard. También es directora de la Iniciativa de Agentes Culturales en Harvard) visitó España durante unos días. Barcelona y Madrid. Doris Sommer es una mujer enjuta y llena de energía. Es una intelectual en muchos sentidos. Profesora en Harvard, experta en literatura latinoamericana, que habla español con una gran fluidez y un fuerte acento norteamericano. Y es modesta como solo las personas que saben mucho pueden serlo.

Quedamos en CaixaForum en Madrid para hacerle una entrevista. Acude con Marta García-Matos, licenciada en física teórica y doctora en matemáticas, colaboradora de EduCaixa y que ha trabajado y trabaja con proyectos que desarrolla Doris Sommer. La excusa de la entrevista es hablar de su programa Pre-Textos, un «duro» protocolo que tiene por objetivo un aprendizaje cívico-político, de ciudadanía crítica, que dispara la creatividad, la escucha activa y el uso del arte. Todo ello a base de un trabajo arduo, complejo y entretenido.

La entrevista no es la típica. El propio entrevistado termina respondiendo sus propias preguntas. También lo hace Marta e, incluso, Patricia Alocén, directora del Departamento de Acción Educativa de EduCaixa. Doris Sommer le llama a eso «pasar la batuta» y es parte de lo que supone Pre-Textos: que cada cual vaya construyendo saberes mediante la escucha de los demás, mediante la reflexión sobre lo que ocurre.

Pre-Textos es un juego de palabras en sí mismo. A Doris le gusta mucho doblar, rebuscar y resignificar palabras. Lo hace durante la hora larga que dura la conversación. Empezando por la palabra escuela. Confiesa que hace poco que ha aprendido la etimología: ocio. Pero eso es otra historia.

Pre-Textos es una metodología que bien puede ser utilizada para el acercamiento a una obra literaria que para aprender sobre trayectorias de acercamiento al planeta Marte. La materia es lo de menos. Lo importante es el protocolo.

Y para explicarlo, Doris decide que mejor lo haga Marta.  Marta, además de haber hecho cursos de capacitación en el protocolo, es matemática y se dedica a la divulgación y educación sobre las matemáticas. El resumen rápido del taller es más o menos así:

Tenemos, lo primero, un texto complejo, nada fácil. Puede ser un pasaje de Esquilo, por ejemplo. La facilitadora leerá en voz alta el texto, mientras el grupo, no menor de 20 personas, realiza trabajos manuales. En este caso, la portada del libro que les están leyendo. Tienen pegamento, cartón, cartulinas, papel celofán, lápices… un largo etcétera.

Después de que se haya leído el texto, cada persona puede leerlo de nuevo para, en un segundo momento, formular una pregunta a ese texto. Algo que no haya comprendido del todo bien. Las preguntas de todas las personas se cuelgan de un cordel, con una pinza. Después, cada persona ha de dar una respuesta a la pregunta o preguntas que quiera. Se cuelgan también del cordel.

El siguiente paso será la propuesta, por parte de la persona facilitadora, de una actividad relacionada con el texto que se hará en grupos de tres. Por ejemplo, bailar el texto o buscar una metáfora que entre las tres tendrán que representar, componiendo una escultura viviente. Antes de que se lleve a cabo la actividad se abre un turno de preguntas y sugerencias. Con una norma que parece pequeña pero no lo es. Todo el mundo ha de hablar. Y lo hará, en principio, una sola vez. Aunque quiera responder a otro participante, tendrá que esperar a que el resto haya intervenido. No hay manera de entablar un diálogo o una discusión a tres. Todo el mundo debe ser escuchado.
Una vez que se ha realizado este turno, el resto del grupo esperará a que cada trío haya hecho su representación, por ejemplo. Han de encontrar en el texto qué es lo que está representando cada grupo.

Después de todo esto, se abre de nuevo un turno en común bajo el título ¿Qué hicimos? De nuevo, todo el mundo debe intervenir y si alguien quiere hacerlo dos veces, tendrá que esperar a que el resto ya haya expresado su opinión.

El taller dura 15 horas. Se trabaja en dos días o cinco. Al menos, por lo que nos han contado. Siempre se trabaja sobre un mismo texto, que puede tener una extensión de página y media. No hace falta más. Y ya estaría todo.

Detás de esto, algo de bibliografía: Kant, Schiller («mi santo patrón», dice Sommer), Boal, Habermas… La simpleza del protocolo también es rigidez: es el que es por un motivo claro y fundamentado. Y, aunque Doris insiste en que no es necesario conocerlo para realizarlo, uno piensa que siempre es interesante profundizar en la justificación teórica.
En cualquier caso, funciona.

Competencias siglo XXI y educación cívica

Ambos conceptos son parte de los objetivos que busca Pre-Textos. Creatividad, pensamiento crítico, trabajo en grupo, respeto a las opiniones de los demás, espera, paciencia. Todo esto sale una y otra vez entre los objetivos del sistema educativo. Aunque no parece que una lección magistral sobre ello pueda enseñar estos conceptos. Hay que practicarlos. Y, quiera uno o no, las 15 horas del taller de capacitación de Pre-Textos es todo esto al mimo tiempo. Un aprendizaje hecho de experiencia personal.

«El desarrollo social es el principal encanto de Pre-Textos, dice Doris Sommer. Estamos descubriendo la importancia de la educación socioemocional y muchas veces eso se entiende como un momento, como una actividad distinta al desarrollo cognitivo o intelectual cuando tienen que ir de la mano».

Sommer es una defensora a ultranza de las humanidades y las artes en sí mismas y como vehículos de diferentes aprendizajes.  «¿Dónde se desarrollan esas destrezas que necesitan los estudiantes (creatividad, pensamiento crítico, comunicación y colaboración? En las humanidades. Nos hemos olvidado de ellas, pero son creativas, porque uno ve una obra de arte y tiene que inventarse muchas cosas (contextos, interpretación); el pensamiento crítico es lo que hace un humanista, con su interpretación. Y la comunicación; si un humanista no sabe escribir… comunicarse… Estamos desaprovechando los recursos de las humanidades».

Es el momento en el que uno se acuerda de aquellas palabras de José Ignacio Wert durante la implantación de la Lomce y la necesidad de reducir o eliminar las «asignaturas que distraen»… como la Filosofía o la Historia. Para ella, más que distraer, lo que hacen ciertas materias «inútiles» es abrir el campo a la etimología de la palabra escuela, es decir, al ocio. Ocio entendido como un tiempo «para filosofar, hacer arte, para hablar, hacer deporte. Y el ocio es para concentrarse en cosas que no tienen un valor económico». «Yo no usaría la palabra distracción, porque filosofar no es distraerse, es hacer algo con el tiempo que no se dedique a cosas prácticas, algo improductivo. Es lo opuesto de negocio, precisamente de ahí viene la palabra. A mí me gustan las etimologías».

Repite, copia y roba

Podrían ser tres técnicas básicas de Pre-Textos. Primero porque el protocolo hay que repetirlo, sin salirse del guión, para que funcione. Cuando más lo repite la persona que facilita, mejor ocurre la «magia». De hecho Marta y Doris cuenta el caso de una persona en Barcelona que se saltó un paso del protocolo. No funcionó la actividad, se descontroló y no salío del todo bien. «Menos mal que hubo un caso así, dice Doris, porque todo el mundo vio la diferencia entre coconstruir y decir: ‘Tengan fe en que va a salir bien’».

Copiar es  muy importante en todas las fases del proyecto. En el primer paso, alguien lee en voz alta a personas que hacen un trabajo manual. Doris Sommer no se ha inventado nada. Supo que en las antiguas tabacaleras cubanas, los trabajadores pagaban a una persona para que les leyera textos en alto. Trabajadores analfabetos que podrían mantener conversaciones de alto nivel intelectual escuchando algunas obras importantes de la literatura. «¿Por qué crees que hay una marca de cigarros que se llama Montecristo?».

Colgar preguntas y respuestas en un cordel con pinzas es una práctica que sale de la literatura de cordel que, aunque surge en España y Portugal, tiene mucha raigambre en Brasil.

Que todo el mundo tenga que intervenir en un momento dado, escuchar a todo el grupo sin entablar diálogos y, con todo lo dicho, se construya una actividad (aunque en realidad sirva para afianzar la propuesta inicial de la facilitadora) tiene todo que ver con Habermas: «El concepto de la acción comunicativa, explica Sommer, en diálogo, en conversación, donde la acción más importante es escuchar».

«Yo he robado mucho a Boal, a los cartoneros (de quienes copia la edición en material reciclado), a los lectores de las tabacaleras. La literatura es también material reciclado. ¿Qué hace Esquilo? Recicla, pone una palabra junto a otra para componer una metáfora, eso es lo que hace uno cuando usa el idioma». Dicho de otra manera, y tirando de nuevo de etimología, la palabra texto y la palabra textil tienen la misma raíz latina. Y, cuenta Sommer, el texto se compone de hebras, como la tela, y puedes sacar una, meter otra, transformarla. Es lo que hacen durante el taller también.

Un largo juego de aprendizaje que pasa por un esfuerzo no menor y continuo. El texto elegido, cuenta Marta, «tiene que ser complicado para que dé juego y no sea obvio. Pero no necesariamente ha de ser un texto oscuro o difícil». «O un buen texto de cualquier materia», puntualiza Doris. Explica que han hecho la capacitación con investigadores astrofísicos con un un texto titulado: Opciones de trayectorias para tripulaciones que van a Marte. «Yo no entendí nada. No tengo que entender nada, soy la facilitadora. Pero los astrofísicos sí entendieron. Bailamos las trayectorias, por ejemplo», dice.

Y ese largo juego del que hablan con tanta viveza, supone un reto que hay que enfrentar. «Preguntadle a los jóvenes qué texto odian, que texto les da más trabajo en la escuela. Qué vamos a usar como un trapo. Qué vamos a destrozar». Algo que comparten esta humanista y Marta, desde las matemáticas. «Me dedico a que a los demás les gusten las matemáticas, pero no diciendo que son fáciles y divertidas porque vendrás y verás que no son nada fáciles; pero es un placer enfrentarse a un problema complicado y resolverlo. Gracias a ese placer vas al siguiente problema». Los mismo ocurre con los textos que se utilizan en Pre-Textos.

Para muestra un botón: «Hicimos una capacitación en la Escuela de Verano de El Escorial y usamos un capítulo del Quijote. Una niña de 8 años que acompañaba a su mamá porque no tenía dónde dejarla, venía todos los días, hizo las 15 horas y participó en todo. Al final, en la última reflexión dijo: ‘Yo quiero leer el Quijote’. Así, inocentemente, tengo curiosidad por el libro. Esa es la clave», cuenta Sommer.

Y el protocolo de Pre-Textos, cuando se hace bien, es replicable en multitud de lugares y contextos. Tanto desde el ámbito empresarial como el social. Se ha desarrollado para poner en marcha proyectos de igualdad de género en la Cañada Real de Madrid, al igual que en cárceles en México.

La clave está en saber que todo el mundo tiene algo que aportar, que todo el mundo aprende y que cualquiera es artista. A través del juego de creación artística se alcanzan todos los objetivos propuestos por el taller. «¿El artista no se esfuerza? Mucho. Convirtamos a todos los alumnos en artistas y ya tienes la clave».

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/04/la-letra-con-salsa-entra/

Comparte este contenido:

Hacia un siglo de misiones culturales en México

Por: Juan Carlos Yáñez

Las misiones culturales y pedagógicas puestas en marcha a partir de 1923 hunden sus raíces en las misiones evangelizadoras españolas, también en pedagogos como Dewey. Hoy por hoy siguen existiendo en buena parte del país.

Cuando terminó la Revolución Mexicana, en la segunda década del siglo 20, se desató una histórica movilización a favor de la educación de los habitantes más pobres. El documento emblema del desenlace revolucionario fue la Constitución de 1917, ideario para equilibrar los progresos económicos del prolongado gobierno de Porfirio Díaz con las terribles asimetrías sociales.

El decenio que sigue a la Constitución del 17 es uno de los periodos luminosos de la pedagogía en México. Dos instituciones surgieron en esos años, al calor de la época inaugurada por la naciente Secretaría de Educación [el ministerio de educación, como llaman en la mayor parte de los países del continente]: la escuela rural y las misiones culturales.

La Revolución Mexicana encontró al país con un déficit formativo bárbaro, pues solo alrededor del 10 por ciento de la población estaba alfabetizada. Una sociedad empobrecida, rural y analfabeta fue el centro de atención de personajes señeros en la historia de la educación mexicana, ninguno como José Vasconcelos, primer secretario de Educación y rector por un periodo breve de la Universidad Nacional Autónoma de México [UNAM], la máxima casa de estudios del país, una de las primeras en el continente. Su vocación social se cincela en una frase que lo inmortalizó cuando llegó a la rectoría: “Yo no vengo a trabajar por la Universidad sino a pedir a la Universidad que trabaje por el pueblo”.

En la base de una de sus más grandes propuestas, las misiones culturales, se encuentra la concepción católica que trajeron los españoles con el periodo colonial. No es fortuita la asociación: misiones culturales y misiones evangelizadoras; misioneros en la obra evangélica y misioneros en la tarea pedagógica. En la raíz de las misiones que trajeron la palabra divina a las tierras del Nuevo Mundo, se rastrea también la concepción educativa de John Dewey, gracias a las enseñanzas impartidas a mexicanos en Estados Unidos.

Las misiones culturales son una obra pedagógica henchida de fervor, conformadas por equipos multiprofesionales que cubren de la lectoescritura a oficios artesanales. Se concibieron para colocar a la escuela como centro de la vida comunitaria, ejemplo y promotora de la solidaridad social y el amor a la patria, que sirven al mejoramiento material, económico, social y espiritual de las pequeñas comunidades donde se asientan. Además, era vital en la formación de los maestros rurales que atenderían las escuelas en la cruzada contra la ignorancia.

La misión pedagógica de Vasconcelos es contemporánea a la máxima expresión pictórica mexicana: el muralismo, con nombres propios de la estatura mundial de David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera. Su visión era global, así lo constatan la distribución masiva de obras literarias clásicas en una sociedad iletrada, o las relaciones con personajes clave de Latinoamérica, como el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre o Gabriela Mistral, quien colaboró en aquellas reformas pedagógicas.

Las misiones culturales

Casi 100 años después, las misiones culturales sobreviven con una mística que anuda vocación y una singular propuesta que persiste por la labor de un puñado de educadores populares que convierten la carencia en desafío.

En Colima, el estado más pequeño de México por su número de habitantes, hay cuatro misiones culturales. Elijo una de ellas para adentrarme en su vida cotidiana, entrevistarme con el director y los misioneros. Se ubica en Buenavista, pueblo a 15 kilómetros de la capital, con poco más de mil habitantes, cuya vida económica gira en torno a la agricultura y la ganadería.

La experiencia es inédita para quien peregrina entre centros educativos buscando acontecimientos extraordinarios, prácticas ejemplares o personas que hacen de su trabajo una vocación. En el pueblo pregunto cómo llegar a la dirección que me indicaron, un centro comunitario de mujeres. El edificio atrás de los hombres que me observan es una construcción semiconcluida o en proceso de destrucción. Se miran entre sí, antes de responder a la pregunta. Por su desconcierto afino: busco la misión cultural. Ah, exclaman, es aquí. Son sus misioneros, sentados unos, trabajando con escobas y palas otros, a la sombra de un árbol añoso.

Me reciben el jefe de la misión, David, y el supervisor de las cuatro misiones, Octavio. Nos sentamos en una mesa para ocho personas; la tarde de viernes es fresca. Se avecina una lluvia intensa, porque aquí llueve diario al atardecer. El viento húmedo se cuela por las paredes y entre ladrillos rotos, en huecos que hacen mucho tiempo perdieron la condición de ventanas. Se amontonan alrededor de la mesa todos los artefactos de la misión, que apenas tiene un año en el lugar: cafetera, una vieja computadora, la bandera nacional, equipo de sonido, horno de microondas, un estante que almacena libros y objetos varios; en la otra mitad, sillas arracimadas. Durante el ciclo escolar atienden a 109 educandos, 90 mayores de 15 años.

Sentados los tres, el director, el supervisor y yo, arrancamos la conversación. Preparo mi cuaderno. Ellos van hilando sus comentarios, historias, anécdotas, algunos pesares, mucha ilusión; se nos van dos horas. Cae una lluvia copiosa, cargada de truenos que retumban en ese sitio frágil, con techo de lámina de asbesto, prohibida hace mucho tiempo por sus efectos cancerígenos. Mientras ellos hablan, me esfuerzo para escucharlos, con los sonidos de la lluvia rebotando en el techo, los rayos que cruzan el cielo, cuidando que las gotas que se cuelan no caigan en las hojas del cuaderno y borren mis apuntes.

Escribo en la quinta página: ¿Cómo se puede prometer en la máxima ley del país que la educación será equitativa y de excelencia, para esta clase de sitios, donde la gente hace su trabajo con dedicación, pero es invisible para políticas y presupuestos?

Decadencia y olvido

En esas dos palabras resume el supervisor el trato que reciben las misiones culturales. Ejemplifica. A esta Misión llegaron los últimos apoyos hace tiempo: más de 11 años pasaron desde que recibieron un equipo eléctrico para el taller; en el año 2000, una trompeta, teclado y guitarra para el maestro. Lo más reciente, dicen con una sonrisa resignada, fue un paquete de útiles escolares, que me muestran para no dejar sombra de dudas: un diccionario Larousse, cuatro cuadernos, dos plumas (roja y azul), un borrador y un sacapuntas, entregado a la Misión el 27 de septiembre.

¿Por qué entonces persisten las misiones culturales? La lluvia arrecia, los ojos del supervisor brillan y enciende el discurso: porque es un “proyecto glorioso de José Vasconcelos”; porque en las comunidades hay una percepción positiva de las misiones culturales; porque las misiones culturales atienden necesidades de la comunidad y porque le dan vida a los espacios donde se instalan.

Aquí se enseña con pocos recursos, pero abundante alegría. Es el espíritu misionero, la vocación pedagógica y un contagioso sentimiento social que se concreta entre sus palabras y hechos. Misioneros del siglo 21 tratando de remover una realidad que se estacionó a la mitad del siglo pasado.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/05/mas-de-un-siglo-de-misiones-culturales-en-mexico/

Comparte este contenido:

En Trípoli, Líbano, intelectualizan protestas antigubernamentales

Por: Armando Reyes Calderín

Al unísono de protestas antigubernamentales en Trípoli, 80 kilómetros al norte de esta capital, sus residentes en debates cada vez más numerosos tratan de buscar soluciones intelectualizadas a la deteriorada situación nacional.

Todos exigen más o menos lo mismo, elecciones anticipadas, resolución de la pobreza, cambios constitucionales y eliminar la corrupción, pero su intención es sintetizar el enojo popular.

Todas las noches, Sarah al-Ghur, de 32 años de edad, se reúne con otros residentes en una especie de círculo de estudio para analizar el tema.

‘Prefiero participar en las discusiones que aplaudir o gritar consignas’, dice.

Después de años de desilusión y apatía, economía en caída libre y dificultades de todo tipo, dentro de la desobediencia civil los libaneses comienzan a intelectualizar los problemas nacionales.

Ghur camina entre las carpas de debate y se detiene frente a una, en la cual discuten una hoja de ruta para lo que ellos denominan revolución.

Hombres y mujeres de cualquier edad, credo o afiliación, se sientan en el suelo, se acomodan en bancos y escuchan a ponentes.

‘Conocí leyes que ignoraba’, apunta, y agrega que ahora es más consciente de sus derechos y deberes.

Uno de los expositores explica que la sublevación popular debe evolucionar hacia diálogo político, uno de los primeros pasos, elecciones, asegura, y luego revisar la estructura confesional del Estado.

Esos residentes de Trípoli, a menudo universitarios, activistas e intelectuales, intentan reconstruir el país mediante la unificación de los reclamos de las protestas masivas.

Hablan de un gobierno alejado del sectarismo, en un país que vive bajo un legado de una guerra civil (1975-1990) que entronizó un equilibrio de poder entre 18 comunidades religiosas.

Discuten sobre la pobreza, con un tercio de la población en ese estatus y advertencias del Banco Mundial que la proporción podría llegar pronto a la mitad.

Pero también debaten la independencia entre comillas del poder judicial, la corrupción, el saqueo de los fondos públicos y hasta de una desordenada planificación urbana que emergió, según rumores, con obras sufragadas por dinero lavado.

La mitad de los residentes vive en el umbral de la pobreza o por debajo de ella, de ahí que si, en otras ciudades hay evidencias de fatiga, en Trípoli las manifestaciones conservan igual energía desde que iniciaron el 17 de octubre último.

El profesor de filosofía Hala Amoun comenta que antes de las protestas, la mayoría de los libaneses perdió confianza en los políticos que en tres décadas no resolvieron los interminables cortes de energía, la desigualdad, el desempleo y la corrupción oficial.

A juicio de Amoun, la situación actual volvió a las personas más conscientes y salir a la calle para protestar no es suficiente; necesitan entender, saber más.

Otra de las asistentes a las espontáneas citas de debate asevera que los libaneses tienen hambre de conocimiento, de examinar su realidad económica, social y política, a fin de comprender cómo su líder político o sectario controla su vida.

Mientras, el médico Nadim Shakes, que llama a las tardes de debate conferencias de sensibilización, estima que el objetivo consiste en pensar en el futuro, prever lo que acarreará la corriente sublevación contra la clase gobernante.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=325642&SEO=en-tripoli-libano-intelectualizan-protestas-antigubernamentales
Comparte este contenido:

¿Escuelas o fábricas?

Por: Laura Lewin

Qué objetivo cumple hoy la educación… ¿desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico de los chicos o sacar una producción en masa?

Los agrupan de acuerdo a su fecha de nacimiento. Sin importar sus fortalezas o debilidades, sus tiempos o necesidades, todos tienen las mismas materias, los mismos exámenes y el mismo tiempo para hacer todo. Suena el timbre para salir y entrar al aula. Los chicos, ¿van a escuelas o a fábricas?

Qué objetivo cumple hoy la educación, ¿desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico de los chicos, o sacar una producción en masa?

Desde hace mucho tiempo todos sabemos que la educación necesita de una gran transformación.

Esa transformación está dada no sólo por los contenidos que debemos enseñar y por la forma en que se transmiten esos contenidos sino además está el tema de la arquitectura escolar: ¿depósito de niños en muebles que parecen atornillados al suelo, o espacios de aprendizaje en donde pueden aprender, crear, pensar, sentir, relacionarse, concentrarse, producir, cooperar, energizarse, activarse, y llegar a su máximo potencial?

Esperamos que nuestros alumnos sean innovadores, autónomos, que piensen de manera creativa y crítica, que sean empáticos y solidarios en un sistema que los pone en una cubetera; en un sistema que los empareja, los nivela, y espera lo mismo de todos.

La escuela como lugar de protección de los menores

El problema es que cada niño es único y diferente, como única debiera ser su educación…. Como educadores tenemos un gran problema, y es que por primera vez en la vida estamos preparando a los alumnos para un futuro desconocido. Un futuro que no podemos predecir.

No tenemos idea de cómo será el mundo en 5 o 10 años, pero aun así, estamos educando para ese mundo.

Si el objetivo de la escuela es preparar a los alumnos para un mundo incierto, ambiguo, cambiante y versátil, ¿cómo hacemos para que cuando se encuentren con algo nuevo, en vez de recordar, puedan pensar?

Necesitamos sacar a los alumnos de este modelo pasivo, en donde deben ver y escuchar, y ponerlos a hacer,  a resolver, a involucrarse con su propio aprendizaje.

Por la crisis, hay 80 mil alumnos menos en las escuelas privadas

Pareciera que a muchas personas les costara comprender que si para los chicos lo que pasa en la escuela es interesante, van a aprender más y mejor.

En un siglo en donde hay una sobre saturación de información y en donde la información está a un clic de distancia, y a una velocidad impresionante, ¿el objetivo sigue siendo transmitir información o enseñar por habilidades? No queremos que solamente reciban información; queremos que sepan qué hacer con esa información y que puedan utilizar la información de diversas maneras. Este nuevo siglo nos obliga no solo a lograr que los niños aprendan, sino también a enseñarles a desaprender y a reaprender por sí mismos.

¿Y qué pasa con el talento de los niños? ¿Cuántos chicos pasan por las aulas sin que nadie se percate de sus habilidades excepcionales para una determinada actividad?

¿O los que necesitan más apoyo, más acompañamiento, o simplemente más tiempo?

El sistema educativo fue diseñado en los siglos 18 y 19 en tiempos de la revolución industrial por lo tanto lo que importaban eran las materias que preparaban a los niños para trabajar. Esto, lamentablemente, no ha cambiado, aunque el mundo sí. Seguimos dándole mucho más crédito a las materias tradicionales que a otras, alejando a muchos niños y jóvenes de sus pasiones o fortalezas. Esto puede llegar a hacerlos inducir que no son buenos académicamente. Tal vez no son buenos para matemática pero son maravillosos para la música, los deportes, el arte o las ciencias. Pero claro, pareciera que esto no alcanzara en un sistema que ensalza las fortalezas académicas por sobre las artísticas, las habilidades blandas, o el deporte.

Uno de los problemas que enfrentan los chicos es el de la inmediatez: quieren todo ya. Debido a la gran cantidad de información al alcance de la mano y a la velocidad de la luz, estos chicos ya no quieren esperar. ¡No necesitan esperar! ¡Ni pensar! ¡

Pero necesitamos que piensen! El pensamiento es el bien más importante que puede desarrollar un niño. Puede ayudarlo a generar una idea que pueda resolver un problema, a persuadir, a generar impacto, y cambiar al mundo. No sabemos qué les deparará el destino a nuestros alumnos. Brindarles herramientas para poder discernir y pensar será clave para su futuro.

Los nuevos desafíos formativos de la educación superior en la era digital

Pareciera sentido común que los chicos puedan pensar por sí mismos, pero hoy es más ciencia ficción que realidad, cuando vemos con tristeza, cómo chicos universitarios no pueden leer o comprender párrafos de mediana dificultad, que copian y pegan de internet.

Nuestros alumnos nacieron cuando Google ya existía. Su mundo incluye la tecnología. Saben y pueden acceder a información en segundos y aprender lo que sea, dónde sea y cuándo sea.

Waze o Google maps les dice cómo llegar de un sitio al otro sin tener que siquiera memorizar un recorrido. Google les dice cómo se dice tal cosa en un idioma o qué significa tal otra. Necesitan editar un documento, el celular se los hace. Claramente, en este escenario, los chicos cada vez piensan menos. La pregunta es ¿se puede enseñar a pensar? No sólo se puede. Se debe.

Y otro de los problemas con el que se enfrentan muchos niños y jóvenes es que forman parte de la generación de la gratificación. Con el sentimiento de inmediatez que nos genera el celular y la tecnología en general, estos chicos necesitan todo ya, no pueden dilatar la gratificación y esto conlleva graves problemas con el tema de la frustración. Son chicos que necesitan resolver las cosas rápido y demandan respuestas rápidas.

Para aprender, necesitamos naturalizar y desdramatizar los errores, y claro, capitalizarlos. ¿Está preparado el sistema educativo para poner el foco en aprender y no simplemente en aprobar?

¿Y están preparados los chicos para naturalizar el error cuando muchos de ellos tienen tan baja tolerancia a la frustración?

Si estudian para aprobar y enseñamos para que aprueben, ¿dónde quedó el aprender?

De hecho, muchos alumnos hacen trampa en los exámenes porque el sistema educativo valora más las calificaciones que el aprendizaje. Cuando los docentes ponen foco en que sus alumnos aprueben exámenes, pero no los entrenan para pensar de manera crítica o creativa, están enviando un mensaje claro: el objetivo de la escuela es aprobar. ¿Es ése, realmente, el objetivo de la escuela?

En educación, tenemos varias deudas pendientes

Cambian los autos, los celulares, los electrodomésticos, pero no la educación. Tenemos el mismo sistema educativo desde hace más de 100 años. Cada tanto cambian los programas, cambia la manera de evaluar, pero en el fondo… nada cambia. Creo que todos coincidimos en que necesitamos transformar la educación. Este sistema está obsoleto y debe implosionar.

No existe otro momento de la historia en donde los alumnos estén expuestos a mayor estímulo. Son chicos inquietos, curiosos, y con recursos. Sin embargo, la escuela sigue pregonando el mismo discurso de siempre: sentados y en silencio.

Necesitamos entender que seguir pidiéndoles a los alumnos que memoricen respuestas no les va a servir en el mundo actual. Hoy, almacenar información, ya no es necesario. La información está disponible las 24 horas, a un click de distancia. El docente que sigue parado frente a sus alumnos dictando una clase magistral, debe saber que ese rol, el de ser la única fuente de conocimiento, ya caducó. En este nuevo mundo que se viene, sólo las mentes que se destaquen podrán sobresalir. En este escenario, más que seguir arrojándoles contenido a los alumnos, debemos trabajar de otras maneras que los involucren emocional y cognitivamente, permitirles explorar, investigar, compartir. Y es aquí donde el docente deja de colocarse en el centro del aula y se convierte en un facilitador. Esta transformación de la educación debe poder romper las barreras entre el aprendizaje y la vida. Necesitamos darles a los chicos cosas para hacer, no para memorizar; y que eso que deban hacer los obligue a pensar. Y ahí es donde surge el aprender, de un alumno naturalmente motivado por seguir aprendiendo por sí mismo.

¿Es la educación pública una prioridad en la Argentina?

El alumno debe volver al centro de la escena y debe poder fusionar los conocimientos, ensamblar el aprendizaje, y hacerlo suyo, aunque en muchas aulas aún hoy siguen sentados, pasivos, escuchando al docente de turno, que no siempre logra captar su atención.

En este nuevo escenario, resulta de vital importancia que el docente pueda conectarse con sus alumnos, generar empatía y un vínculo de confianza y respeto que facilite el aprendizaje, a la vez de garantizar un aula emocionalmente sana en donde la relación entre los alumnos sea de respeto y colaboración. Ningún alumno que se sienta inseguro, nervioso o con miedo puede desplegar todo su potencial creativo. Como adultos somos custodios de la autoestima de nuestros alumnos y de generar un clima en donde nadie interfiera con el aprendizaje de otro alumno. Una vez que nos animemos a soñar, que cultivemos la humildad del hacedor, del que intenta, del que cuando cae en su intento se sobrepone y vuelve a intentar, entonces sí estaremos listos para construir la escuela del futuro, la escuela de los sueños, la escuela transformada.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/opinion/opinion-laura-lewin-educacion-escuelas-o-fabricas.phtml

Comparte este contenido:

Investigación Educativa y “Neutralidad Ideológica”

Por: juan Carlos Miranda Arroyo

Me parece que ese es un asunto de congruencia ética que habrá de resolver la “Aristocracia Académica” mexicana. La pelota está en su cancha.

Hace unas semanas el Dr. Felipe Tirado escribió lo siguiente al abordar el tema de la evaluación educativa, en un texto publicado en el sitio Educación Futura: “La evaluación en México se ha polarizado, se ha politizado, ha dado lugar a posiciones ideologizadas que frecuentemente no permiten la deliberación argumentada, y se llega a las descalificaciones ramplonas. El mal manejo político de la evaluación terminó en el desmantelamiento del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, con costos altísimos para el país.” (1) Precisamente y en relación con los señalamientos de Tirado, académico de la FES Iztacala UNAM, en esta ocasión comparto algunas ideas y reflexiones sobre las relaciones contradictorias entre ideología e investigación educativa.

Aun cuando estas relaciones son añejas y complejas, por no decir polémicas e interminables, (como los son también entre estos conceptos y procesos generados en torno al currículo escolar y la evaluación, entre otros aspectos), es imposible dejar de lado el debate que éstas suscitan. En primer lugar, lo que hay que señalar es que al pronunciarse de esa manera (“La evaluación educativa no debe apoyarse en prejuicios o posiciones ideológicas…”, que fue una política adoptada oficialmente por el INEE entre 2013 y 2018), quien pretende no “contagiarse” de las “ideologías” (como es el caso de lo aseverado por Tirado), o pretende mantenerse al margen de ellas, en realidad asume, implícitamente, una posición ideológica.

Simples peticiones

Sería interesante que, para evitar “descalificaciones ramplonas”, el mismo Felipe Tirado registrara en su texto a qué y a quiénes (como autores) se refiere (¿Quiénes han politizado y polarizado estos procesos y conceptos?). Además, convendría que aclarara, con toda precisión ¿por qué hace uso del calificativo “frecuentemente”, específicamente cuando se refiere a las “posiciones ideologizadas”? Por último, considero que le haría un gran favor a la salud de este debate, si Tirado Segura nos explicara, de manera detallada y argumentada, porqué según él “…El mal manejo político de la evaluación terminó en el desmantelamiento del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), con costos altísimos para el país”. No basta sólo con señalar o ironizar, sino que es necesario interpretar y explicar ese fenómeno del cambio institucional dentro del contexto político e ideológico actual en México.

¿“Desideologizar” desde las ideologías?

Tal como lo escribí hace dos años (2), me parece que en los círculos académicos de las Ciencias Sociales (no en todos, por cierto), y en particular en las Ciencias de la Educación (en este grupo, obvio, incluyo a los círculos de la Pedagogía), se conserva, en ciertos grupos de académicos, la pretensión de mantener viva la flama de la “neutralidad ideológica”. Ante ello me pregunto: ¿Por qué los funcionarios, académicos y profesionales de la investigación educativa hacen nuevamente este tipo de declaraciones? ¿Cuál es la motivación que los lleva o los mueve a esa falsa conclusión de negar a la política y a las ideologías en el seno de las prácticas científicas o técnicas? ¿Hacia quiénes, como académicos, o hacia qué institución o instituciones va dirigido su mensaje? ¿El ejercicio de la política y los posicionamientos ideológicos sólo son patrimonio de ciertos circuitos académicos o de especialistas?

Una visión diferente

Jürgen Habermas, por ejemplo, en su clásico ensayo sobre “Ciencia y Tecnología como Ideología”, señala que “lo mismo antes que ahora, son los intereses sociales los que determinan la dirección, las funciones y la velocidad del progreso técnico. Pero estos intereses definen al sistema social tanto como un todo, que vienen a coincidir con el interés por el mantenimiento del sistema…”. Sobre este debate en torno al papel ideológico de la ciencia y la técnica, Habermas retoma, al inicio de su ensayo, a Herbert Marcuse a través de la siguiente idea, en la crítica que éste hiciera a los planteamientos de Max Weber: “El concepto de razón técnica es quizá él mismo ideología… No sólo su aplicación sino que ya la técnica misma, es dominio sobre la naturaleza y sobre los seres humanos… La técnica es en cada caso un proyecto histórico-social; en él se proyecta lo que una sociedad y los intereses dominantes en ella, tienen el propósito de hacer con los seres humanos y con las cosas”. (3)

En un tema paralelo, al referirse a la noción de competencias en educación, Philippe Perrenoud, señala lo siguiente: “El análisis de competencias remite constantemente a una teoría del pensamiento y de la acción situados (Gervais, 1998); pero también del trabajo, la práctica como profesión y condición (Descolonges, 1997; Perrenoud, 1996c). Es decir, que nos hallamos en terreno pantanoso, a la vez que en el plano de conceptos e ideologías…” (4).

Son cuarto para las doce. Se acerca el inicio, en unos días, del XV Congreso Nacional de Investigación Educativa, organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE). Pienso que conviene retomar esta interesante discusión y recuperar los argumentos que llevan o han llevado a fijar posiciones al respecto, sin exclusiones o pretextos ideológicos, a efecto de completar el debate o enriquecerlo.

Cierto, son complejas estas relaciones y profundo es el debate acerca de los intentos de “asepsia ideológica” que de pronto recorren los pasillos de la tecnocracia; por ello justamente y por la salud del diálogo y el respeto a la divergencia, habrá que dar continuidad a esa discusión (“ideológica”), pues no quisiera pensar que el congreso en cuestión, a la postre, sea un espacio hegemónico de quienes pretenden aplicar la fallida “vacunación ideológica”. En su lugar, y por el contrario, en esta comunidad académica, me consta, deben prevalecer la sensatez y la cordura. Pero sobre todo, una de las características de esa comunidad de investigación son la pluralidad de ideas y la libertad de expresiones tanto en los planos académicos como personales.

Sin embargo, este debate me recuerda cuando, a inicios de la década de los años 80, el mismo Felipe Tirado nos señalaba (cuando ocupaba el cargo de coordinador de carrera), a un grupo de estudiantes de Psicología de la ENEP (hoy FES) Iztacala de la UNAM, “que no nos dedicáramos a la política (lo decía en sentido peyorativo), y que por el contrario nos ocupáramos del trabajo académico…”. La historia es lamentable porque, como contraejemplo, él sí “hizo política” y se colocó primero como coordinador de la carrera de Psicología; posteriormente fue director de la Escuela o Facultad (durante dos períodos); y finalmente llegó a ocupar un escaño como miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM. Entonces: ¿Ellos sí pueden “hacer política”, y nosotros no?… en fin, allá ellos y ellas (lo digo por él y por todos aquellos y aquellas que se han ubicado en posiciones políticas, en diferentes instituciones académicas o de gobierno, con el discurso de la “desideologización” de la ciencia).

Me parece que ese es un asunto de congruencia ética que habrá de resolver la “Aristocracia Académica” mexicana. La pelota está en su cancha.

Definitivamente y para terminar esta breve opinión, suscribo la posición adoptada por el desaparecido Juan Carlos Tedesco quien, en un prólogo que escribió para encabezar un reporte sobre formación en gestión y políticas educativas en América Latina, y en un contexto más cercano a lo pedagógico, reconoció la necesidad de no llevar las posiciones ideológicas a los extremos, sin negar el papel implícito que juegan, en particular, las ideologías políticas en el ámbito de la investigación educativa: “La competencia técnica sin compromiso político deriva fácilmente en actitudes y enfoques de carácter tecnocrático. Pero, a la inversa, también sabemos que el compromiso político sin competencia técnica provoca clientelismo, demagogia o una militancia ineficiente”. (5)

Fuentes consultadas:

(1) Felipe Tirado Segura. “Nuevas vertientes en la evaluación”. Educación Futura, 30 de octubre, 2019.

(2) Ver mi texto “Ideología, Currículum y Evaluación Educativa”, SDP Noticias, 10 de noviembre, 2017.

(3) J. Habermas. (1993) Ciencia y técnica como “Ideología”. Red Editorial Iberoamericana.

(4) P. Perranoud. (2004) Diez nuevas competencias para enseñar. Biblioteca para la Actualización del Maestro. México, SEP, p. 11.

(5) Juan C. Tedesco. (2001) En: Braslavsky, Cecilia y Felicitas Acosta (orgs.). El estado de la Enseñanza de la Formación en Gestión y Política Educativa en América Latina. (Prólogo). UNESCO: IIPE – Buenos Aires.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/columnas/juan-carlos-miranda-arroyo-investigacion-educativa.html

Comparte este contenido:
Page 831 of 2436
1 829 830 831 832 833 2.436