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La Educación Sentimental

Por: Juan José Silguero.

Un sentimental es alguien que simplemente desea disfrutar del lujo de una emoción sin tener que pagar por ello.

     O. Wilde

   Cualquiera puede hacer lo que yo hago, siempre que trabaje lo que yo trabajo.

     J. S. Bach

   Los pelos de punta no son de fiar.

   Son caprichosos, volubles, carecen de toda lógica. Un éxito inesperado, un reconocimiento injusto, la ovación de una multitud, una melodía cualquiera, de escaso valor artístico, una cancioncita ñoña, un discurso emotivo, tu equipo favorito ganando la Champions… todo esto y mucho más provocará el extraño fenómeno, el cual, las más de las veces, no revela más que la exaltación enfervorizada del propio ego.

   No se me pusieron los pelos de punta la primera vez que escuché a Bach por cierto, ni cuando leí a Conrad, ni cuando conocí a mi mujer. Cualquier manifestación trascendente, del orden que sea, requiere siempre más o menos lo mismo: conocimiento, tiempo, perseverancia, y no simplemente la ilusa y engañosa rutilancia del oropel, por crepitante que sea.

   Existen acontecimientos profundos que nos provoca esta reacción, como situaciones estúpidas o frívolas que nos la provoca igual. Y, en la mayoría de los casos, su origen no es otro que el del sentimentalismo, el cual refleja la parte más emocional que habita en todos nosotros pero también la más superficial, la más frívola y la más vulgar. Sus lágrimas son las mismas de quien practica con regularidad el autocompadecimiento; su fruto es estéril, y tan vacío como el frasco de pintura gastado. Y cuanto más reclama esa parte tan ñoña a su portador, con más frecuencia se repite el incómodo fenómeno, y aquel que lo padece se tiene a sí mismo por muy sensible y no por muy superficial.

   El sentimental hace gala de una doble debilidad moral: es voluble, y es miope, lo que le ubica en una posición de manifiesta vulnerabilidad. Sus lágrimas se relacionan con el sentimiento legítimo del mismo modo que la hipocresía se relaciona con la verdad. Se parecen, al menos en su aspecto externo, pero su esencia íntima, su influjo y hasta su razón de ser son, de hecho, contrarias, y reflejan como ninguna otra cosa la falsedad que alberga aquel a quien tanto conmueven.

   Un sentimental es un hipócrita que no desea dejar de serlo ni siquiera consigo mismo.

   La sensibilidad también se desarrolla, la sinceridad también depende del esfuerzo. No viene de fábrica, sino que su afinación se determina en función del número y la calidad de las lecturas, el contenido de las audiciones, la variedad de los sabores, la complejidad de las relaciones, la intensidad de las vivencias. Es preciso dedicarle tiempo, como a todo lo que realmente vale la pena, motivarlo mediante la curiosidad, y perseverar. Es necesariamente humilde, roza el complejo, y su mayor aspiración no es otra que la de ser más en la vida, dejar atrás esa penumbra que todos habitamos y elevarse por encima de la vulgar rutina.

   El sentimental, en cambio, se cree con derecho a las más altas cumbres solo porque se conmueve; sin mover el culo del sofá, sin tener ni siquiera en cuenta si aquello que tanto le afecta posee el más mínimo valor. Es la pereza disfrazada de trascendencia, lo insignificante sosteniendo un cetro… Se asemeja a las niñas, adornándose con bisutería y diamantes de plástico e ignorando la verdad deliberadamente. No aspira a la verdad; aspira a entretenerse. Pero esa ingenuidad, encantadora en los niños, lo único que revela en el adulto es conformismo, desidia e inmadurez, y es capaz de inmovilizar a su víctima durante un tiempo indeterminado.

   Son aquellos que no varían sus gustos con el paso de los años, que hacen gala de opiniones inamovibles, de principios de acero, y que establecen la indudable calidad de todo lo que consumen solo porque les gusta.

   Y es que el sentimentalismo, fundamentalmente, es ignorancia.

   Y cuanto más ignorante sea su portador, más terminante se mostrará en sus convicciones, más crédulo ante los estímulos de ínfima calidad y más escéptico ante todo lo nuevo y diferente, persuadido de que la sensibilidad con la que originalmente llegó al mundo es más que suficiente para decretar el valor de todas las cosas, convencido de la suprema infalibilidad de sus «pelos de punta».

   Pero el botín más preciado no comparece por sí solo, por muy seguro que se muestre su buscador, sino que exige el perfeccionamiento de todos los medios implicados. No basta solo con desearlo. Las montañas que mueve la fe son insignificantes comparadas con las que mueve el conocimiento. Es como si alguien aspirase a ser rico solo porque lo desea mucho. Y, a su vez, el mayor valor del individuo, el del crecimiento personal, escapa al mero contacto con el azar, precisamente porque el azar, que tantas otras cosas otorga, se muestra del todo inútil aplicado al crecimiento, el cual solo acontece a quien se decide a recorrer ese sendero sin atajos que cada día cuenta con menos adeptos: el del esfuerzo.

   Lo que se obtiene de forma casual no proporciona crecimiento alguno, salvo a la hora de ampliar el pozo sin fondo del ego.

   Y cuanto más somero es el pozo, más ego contiene.

   Pero sus perezosos adeptos no quieren saber nada de esto, y, a día de hoy, aún menos. Prefieren engañarse, como los que dedican su tiempo de ocio a ver programas basura y argumentan llegar tan cansados a casa que lo último que les apetece es pensar.

   El resultado final no puede ser otro que el embotamiento de la percepción, la insensibilidad y el estancamiento.

   Ahora bien, en el mundo del arte hay un misterio aún no resuelto y que desconcierta a todos, especialmente a los más voluntariosos: la maestría no garantiza la calidad. La obra más compleja puede carecer de contenido; la más intrincada elaboración puede dar lugar al bodrio. Y una obra sin contenido es una flor sin perfume, un partido amistoso, un cuerpo sin alma… por muy estiloso que sea el cuerpo. Hay elementos que escapan a nuestros sentidos de carne pero no a nuestra percepción humana, y así es como debe ser, pues precisamente esa capacidad es lo que hace del ser humano algo extraordinario, excepcional. Es posible ignorar las leyes de la retórica y saber igualmente si quien te mira a los ojos te está diciendo la verdad. Por ese motivo, durante el sueño, cuando las barreras de lo coherente se disuelven, tenemos vía libre a los lugares más insospechados, pero también a los más sublimes. Todo aquello que podemos ver, oler, palpar, se halla limitado por su misma concepción material, aprisionado por su propia condición física.

   En cambio, aquello que escapa de los sentidos posee el carácter onírico de lo ideal. Y a ese lugar, a diferencia de la máquina más compleja, todos nosotros tenemos acceso.

   Esa es la gran paradoja: que el humano es un ser originalmente libre, condenado a galeras por su propio albedrio.

   El subconsciente es el carcelero de esa condena.

   Quien ama el arte, al igual que quien ama a las personas, no puede conformarse solo con su apariencia externa, sino que aspira, sobre todo, a su contenido.

   Y ese contenido no se muestra a quien no lo merece.

   La verdad del arte representa la virtud a la que todos aspiramos… lo ideal, lo incorruptible, aquello que nos hace humildes de inmediato.

   Una verdad que nada tiene que ver con los pesados grilletes del entendimiento.

Fuente del artículo: https://www.codalario.com/opinion/apartado-para-rotacion-de-informaciones-en-la-cabecera/opinion-la-educacion-sentimental-por-juan-jose-silguero_8244_34_25471_0_1_in.html

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5 charlas TED para introducir la programación en tu aula

Por: Educación 3.0.

El objetivo de las charlas TED es servir de altavoz a las ‘ideas que vale la pena difundir’, tal y como afirma la organización del mismo nombre que las hizo famosas a partir de 1984. En ellas, diversos expertos concentran conocimientos esenciales sobre diferentes temas en no más de 10-15 minutos. Entre todos los asuntos que tratan, el de la innovación es uno de los más recurrentes y, dentro de ellos, las charlas TED de programación y los beneficios de introducirla en las aulas.

De por qué la programación debe entrar en la educación

La electrónica y la programación permiten crear cosas que, de otra manera, no sería posible. Algo parecido ocurre con el aprendizaje y, por ello, Lluis Toyos, ingeniero, cree que cualquier persona de entre 0 y 125 años puede aprender a transformar sus sueños en realidad y comprobar que es capaz hasta de crear un ordenador de cero con tan solo un poco de motivación.

Vamos a enseñar a los niños a programar

Mitch Resnick es el director de uno de los grupos de investigación más exitosos del mundo sobre tecnología y educación, el Lifelong Kindergarten del MIT. En esta charla de 2012 explica por qué la programación es mucho más que programar, y por qué es necesario enseñarla en las escuelas.

Programar para aprender sin límites

Antonio García Vicente, un niño vallisoletano de 8 años, no solo programa para que sus compañeros aprendan a hacerlo en clase, sino que también enseña cómo lo hace a niños más pequeños. En esta charla que tuvo lugar en el Scratch Day de Valladolid, cuenta su visión sobre la importancia de compartir recursos como estos con todo el mundo para que, entre todos, podamos seguir creando y aprendiendo. Además, enseña una muestra del procedimiento que sigue para programar con ayuda de algunos cables, un ordenador e imaginación.

Let’s teach kids to code

Mitch Resnick, profesor, informático y programador tiene claro que programar no es algo reservado a los profesionales de la informática y que en el futuro tomará importancia en diferentes ámbitos de la vida. Por eso, cree primordial que la educación otorgue a las generaciones venideras conocimientos sobre la materia.

Robótica en la educación

Los robots pueden tener un papel fundamental dentro de las aulas ya que, además de enseñar materia de robótica y programación a los estudiantes, también son una herramienta ideal para aprender, por ejemplo, cómo serán los trabajos del futuro. Está impartida por John Pereira, cofundador de UYRobot, una startup uruguaya especializada en robótica educativa.

Fuente de los documentos: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/charlas-ted-de-programacion/108306.html
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Los maestros que hacen falta

Por: Margarita Barrios.

En sus cinco graduaciones, las escuelas pedagógicas han formado a más de 21 000, lo cual ha permitido un completamiento de los claustros en las educaciones primaria, preescolar y especial

Cuando se habla de educación, la figura principal es sin dudas el maestro. Cuba tiene una tradición pedagógica de largo vuelo, sin embargo razones fundamentalmente económicas, más allá de algunos mitos, han roto paradigmas y han provocado que la vocación por enseñar haya quedado para muchos en el olvido, o en la sencilla frase de «eso no es para mí».

Diversas estrategias se han venido desarrollando en el país con el objetivo de lograr estabilizar el número de maestros necesarios, porque recordemos que estas cifras son altas pues aquí todos tienen derecho a la enseñanza.

Recientes declaraciones de Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda dan cuenta que para el venidero curso escolar 2019-2020, el 94 por ciento de las plazas de maestros estarán cubiertas, cifra superior al año anterior en un dos por ciento. Como ya es habitual, las restantes necesidades serán resueltas con profesores contratados de la producción y los servicios, alumnos ayudantes de las universidades, entre otras variantes.

Así, poco a poco, la cifra del déficit va disminuyendo, mientras otro dato alentador citado por la Ministra fue que también el éxodo y la inactividad —profesores que solicitan licencia por diversos motivos—, son ligeramente inferiores a la etapa anterior.

Clave en estos avances son los graduados de las Escuelas Pedagógicas, que este año suman 4 086. En sus cinco graduaciones, esos centros han formado a más de 21 000, lo cual ha permitido un completamiento de los claustros en las educaciones primaria, preescolar y especial.

La iniciativa de abrir esos centros, donde comienzan estudios de manera temprana —al terminar el 9no. grado— y egresan con el nivel medio superior aprobado lo cual les permite matricular directo a la universidad, se ha convertido en solución para muchas de las carencias acumuladas por años.

Hoy unos 28 000 están sentados en las aulas de los 29 centros formadores, y en septiembre abren dos nuevas escuelas, una en el municipio Palma Soriano de Santiago de Cuba y la otra en Bejucal, provincia Mayabeque.

De los matriculados en las Escuelas Pedagógicas unos 4 000 cursan la especialidad de inglés para la Educación Primaria y más de 2 000 estudiantes se preparan para dar clases de algunas asignaturas en la educación Secundaria Básica.

Todavía no se cubren las plazas

Las cifras son alentadoras, pero no son suficientes. En algunos territorios la formación de maestros y profesores transita de manera natural, en otros el déficit acumulado y el rechazo de los muchachos se hace notar. También hay que contar con aquellos que comienza, pero no se gradúan, o quienes nunca ejercen.

Las mayores dificultades están en el acceso a la licenciatura en carreras pedagógicas por parte de los alumnos que culminan el 12 grado. Este año egresan de ese nivel de enseñanza 1 189, los cuales se ubicarán fundamentalmente en las escuelas pedagógicas y los institutos preuniversitarios Urbanos y de Ciencias Exactas.

Al respecto, Velázquez Cobiella precisó que ya se han otorgado 4 421 plazas para las universidades, cifra superior al curso anterior, pero, además, hay una mayor apertura en las disciplinas de mayores necesidades, como son las ciencias.

Ante tales dificultades el país ha ideado diversas estrategias para formar licenciados, las cuales ofrecen facilidades para el acceso. Por ejemplo, la no realización de pruebas de ingreso para quienes desean matricular en Curso por Encuentros —antiguo Curso para Trabajadores— el cual tiene hoy una matrícula superior a los 35 000 estudiantes, la mayoría de ellos profesores en ejercicio que buscan elevar su capacitación.

También la creación de los Colegios Universitarios Municipales, que acercan las clases al lugar de residencia de los maestros en ejercicio. Otra iniciativa que da buenos frutos son los Cursos de Habilitación de dos años, ahora convertidos en Programas de Ciclo Corto, del cual egresan este año 538 y se suman a las aulas en el próximo curso escolar.

Igualmente, la Ministra destacó que hay una proyección superior en la matrícula de estudiantes que ingresarán en los Colegios Pedagógicos Universitarios lo cual es garantía de mayor ingreso en el curso regular diurno de las carreras universitarias pedagógicas en el curso 2020-2021.

Para la Educación Técnico Profesional (ETP) en el próximo curso escolar, la doctora Ena Elsa puntualizó que 4 957 especialistas de la producción y los servicios impartirán clases, así como 5 236 profesores de los centros se reciclarán por las empresas para actualizar sus conocimientos y desarrollo de habilidades.

Todas estas diversas maneras de formación, más el traslado de docentes de una provincia a otra y la utilización de alternativas para suplir la falta de un maestro en el aula trae aparejado un amplio abanico de niveles de preparación. Por ello, que los maestros se superen, así como la preparación metodológica impartida con calidad y dirigida por aquellos con mayor experiencia, son fundamentales en aras de elevar la calidad de las clases que se imparten.

Decir maestro es incorporar de manera aleatoria la palabra sacrificio. Y no es menos cierto. Pero no es la única profesión que lo requiere y esta, al menos, tiene a su favor el reconocimiento de cada familia que le entrega lo más preciado, sus hijos.

Fuente del artículo: http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2019-07-05/los-maestros-que-hacen-falta

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Ser maestro hoy

Por: Jorge Camacho Bueno.

Ser maestro es una de las profesiones más apasionantes; tiene la virtud de mantenerte siempre joven, porque se renace año a año al recibir nuevos alumnos. Es un trabajo que nunca es el mismo y cuya mayor recompensa es ver convertidos, a los que una vez tuviste como alumnos, en hombres de bien.

En esta fecha tan especial, en que rendimos homenaje a los maestros, es preciso resaltar el valioso impacto en la sociedad que tiene su labor diaria en el aula. El maestro es el corazón de la escuela, quien con su conocimiento, aprecio y preocupación hacia sus alumnos va enseñándoles, día a día, a vivir en esa pequeña sociedad que es el aula. Allí un niño va aprendiendo a convivir con los demás; a comprender distintos caracteres y gustos; a cuidar el orden y limpieza del salón, los patios, y los baños; a proponer con respeto su punto de vista; a participar en las actividades escolares; a respetar las cosas de los demás; a pedir por favor; a agradecer.

El ritmo de vida que impone la sociedad de hoy está cargando sobre los hombros de los maestros aspectos que antes se aprendían en casa. El maestro además de ser bueno en su curso debe enseñar a sus alumnos modales al comer, a respetar las reglas, a saludar, a agradecer, a esperar su turno, a convivir sin violencia. Si queremos forjar una sociedad democrática, justa, segura, donde todos trabajemos por el bien común, debemos reforzar los cimientos. Las familias buscan paz y seguridad en el colegio, pero la escuela será el segundo hogar solamente cuando la familia sea la primera escuela.

Ahora no se puede plantear la formación en virtudes ciudadanas sin involucrar también a las familias. Los colegios organizan sus escuelas de padres porque se reconocen como una comunidad integrada por padres de familia, profesores y directivos, que deben estar unidos en un clima de confianza, trabajando armónicamente para formar a los ciudadanos que el Perú necesita.

Estos últimos años hemos visto con preocupación cómo la actividad educativa va perdiendo prestigio social. Cada vez menos egresados de secundaria desean dedicarse a la docencia. Para el 2021 se ha proyectado un déficit de 469.900 profesores en el sistema educativo. Esta cifra, según un estudio patrocinado por el Ministerio de Educación (2015), incluye los niveles de inicial, primaria y secundaria.

Por otro lado, la sobrerregulación de la actividad docente junto con la inseguridad y violencia en nuestra sociedad están llevando a que cualquier discrepancia sea ocasión de denuncia hacia el maestro y el colegio. Este alto riesgo hace que un maestro se inhiba de corregir o poner orden en clase, y se limite solamente a instruir, perdiendo el niño lo más valioso que puede recibir de su maestro: la formación socioemocional que le permitirá ser buen ciudadano. Esta formación socioemocional será posible solamente si en los colegios se cultiva un clima de confianza y respeto hacia el maestro.

“Educando ciudadanos para el Perú que queremos” fue el tema de CADE Educación de este año. Allí se abordaron diversos aspectos de cómo a través de la escuela se puede educar a los niños y adolescentes para que empiecen tomando conciencia de lo que es vivir en sociedad, colaboren con iniciativas de otros, y pasen luego a ser promotores de soluciones a algún problema de su comunidad. Es decir, ayudarles a salir de la indiferencia social, de la queja y lamento estériles, enseñándoles a involucrarse activamente en cambiar lo que tienen entre manos.

Esta mirada de algunos de los retos actuales de la profesión docente debe llevarnos a generar políticas e iniciativas que: motiven a los alumnos que terminan la secundaria a estudiar la carrera de pedagogía; promuevan la formación de las familias para que cumplan su rol de primeros educadores de sus hijos; y restauren el clima de disciplina y confianza que toda actividad educativa requiere.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/maestro-dia-docente-minedu-educacion-hoy-jorge-camacho-bueno-noticia-ecpm-652854

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Insostenible desajuste

Por: El País.

El 27,7% de los jóvenes que se graduaron en 2014 no tenía trabajo cuatro años después y el 37,2% de los titulados que trabajan desempeñan tareas de categorías inferiores a su cualificación

La mejor inversión que un país puede hacer para prosperar es en educación. Cuanto mayor sea el nivel de formación de sus ciudadanos, más vitalidad tendrá su economía y mejor podrá encarar los requerimientos de un sistema productivo cada vez más complejo y tecnificado. Precisamente por la importancia estratégica de esta inversión no podemos permitirnos malbaratar una parte tan sustancial del esfuerzo realizado en formación universitaria. Que un 27,7% de los jóvenes que se graduaron en 2014 no tuviera trabajo cuatro años después y que el 37,2% de los titulados que trabajan desempeñen tareas de categorías inferiores a su cualificación indica un grave desajuste entre los recursos destinados a la formación superior y la capacidad del mercado laboral para aprovechar recursos tan valiosos.

Los datos del estudio sobre la inserción laboral de los graduados publicado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades revela que el problema es estructural y persistente en el tiempo y que no es posible atribuirlo a la coyuntura económica. No es normal que mientras en España el PIB crece más vigorosamente que el promedio de la Unión Europea, los jóvenes graduados españoles tengan una tasa de desempleo y sobrecualificación profesional muy superior a la media.
El problema no radica en la calidad de la formación, similar a la de otros países, sino en la planificación de la oferta de los estudios universitarios y las deficiencias del mercado laboral. Tras la aplicación del plan Bolonia se ha producido una proliferación de títulos que no se corresponde con la demanda laboral real. Hemos pasado de 145 titulaciones a más de 2.000 y la distribución de los alumnos no se ajusta a las salidas laborales de las diferentes carreras. La sobrecarga de estudiantes en ramas humanísticas conduce a que sus titulados acaben haciendo otros trabajos, con frecuencia menos cualificados. Los 74.000 alumnos que en diez años han perdido las carreras técnicas, pese a ser las de mayor empleabilidad, indican que algo falla en la información y los estímulos que reciben los alumnos a la hora de decidir algo tan importante como la futura profesión.

A ello hay que añadir un mercado laboral anómalo en el que solo las grandes empresas parecen en condiciones de absorber a los titulados de mayor cualificación. El tejido industrial y cierta cultura empresarial hacen que muchas de las pequeñas y medianas empresas apenas inviertan en innovación. El estudio muestra que la precariedad está afectando también a las capas de la población con mayores niveles de estudios, y dentro de ella a las mujeres en una escandalosa mayor proporción. No podemos seguir así. Este debe ser uno de los asuntos que el nuevo Gobierno tiene que abordar con mayor celeridad.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/07/04/opinion/1562260658_300737.html

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Educar para incluir

Por: Carmen Landívar de Colonna.

“La educación inclusiva empieza en cada uno, cuando miramos al otro y reconocemos que la diversidad es parte de la naturaleza humana” (Minedu, 2019).

Desde la pedagogía, es un término que hace referencia a la actitud positiva de respuesta a la diversidad desde las instituciones educativas, principalmente la escuela. La inclusión trasciende lo que se conoce como integración, pues aparece como un derecho humano indiscutible. En el Perú lo establece la Ley N° 30797, Art. 19-A, que promueve la educación inclusiva (21/6/2018): el Estado garantiza la creación e implementación de los servicios de apoyo educativo para la atención en educación inclusiva, desarrollando acciones de sensibilización, capacitación y asesoramiento a la comunidad educativa en atención a la diversidad.

La inclusión propone un currículo común para todos en el que implícitamente vayan incorporándose algunas adaptaciones, según las características personales y grupales del alumnado. Así, contribuye a evitar desigualdades y segregación en las instituciones educativas. La escuela inclusiva ha de promover el análisis crítico de los modelos pedagógicos imperantes, de los programas y los proyectos educativos para afrontar adecuadamente los retos de la diversidad. En la actualidad, todavía encontramos alumnos que, según sus características, reciben los apoyos generalmente fuera del aula regular.

La inclusión en el Perú es de interés educativo en la actualidad y es investigado por muchos docentes en quienes se ha elevado ese afán de servicio que es parte de ser maestro. Resulta necesario que los maestros de todos los niveles educativos estemos preparados para ser competentes en la toma de decisiones pedagógicas, según las necesidades de cada estudiante. De esta manera será posible mejorar los aprendizajes, innovando en estrategias que redunden en la calidad educativa.

Las reformas demandan un proceso de reestructuración global para responder a la diversidad. Se debe promover en las escuelas una cultura de colaboración y apoyo mutuo entre profesores, una verdadera integración, diálogo, trabajo en equipo y que seamos capaces de poner en práctica capacidades y modelos de relaciones interpersonales, las cuales quisiéramos que nuestros alumnos practiquen.

A todas estas capacidades debe aspirar el perfil de la formación de los docentes, pues una de las brechas que hay que acortar es la insatisfacción de los docentes en su formación inicial, y continuar en el largo camino de su perfeccionamiento continuo.

La educación inclusiva es, pues, una manera de responder a los retos de la educación del siglo XXI.

Fuente del artículo: http://www.elperuano.pe/noticia-educar-para-incluir-81191.aspx

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Amor para nuestros hijos

Por: Fabrice Houdart.

 

Casi el 40% de los jóvenes de entre 13 y 24 años que se identifican como LGBTQ+ han considerado seriamente el suicidio en el último año. Esta estadística me preocupa, no solamente como hombre homosexual de 40 años, sino como padre de dos hermosos niños quienes espero que nunca tengan que encontrarse ante tal nivel de desesperación. Como el mes del orgullo está a pleno en todo el mundo, debemos recordar que el sufrimiento LGBTQ+ está presente en todos lados, todos los días.

Pero este sufrimiento no es exclusivo a las personas LGBTQ+. Sus hijos e hijas continúan siendo estigmatizados y recordados que estarían mucho mejor con una mamá y un papá comprometidos en una estructura de familia tradicional.

¿Existe realmente una diferencia?

Hay muchos estudios que analizan el impacto del desarrollo infantil de los niños criados en hogares con dos mamás o dos papás. Una investigación del The New England Journal of Medicinereporta que no hay diferencias ni en la salud mental, ni en el desarrollo cognitivo de personas de 25 años que crecieron en familias homoparentales comparadas con un grupo de la misma edad que creció en hogares de familias de parejas heterosexuales. Este estudio también revela que las personas del primer grupo mostraron menos dificultades en general que aquellos en el segundo grupo y concluyó que es más importante que los padres provean confianza y apoyo cuando crían a sus hijos que su orientación sexual.

Un estudio publicado en el Medical Journal of Australia reportó los mismos resultados con una diferencia. Los niños que crecieron en hogares homoparentales recibieron mejor calidad de crianza y mostraron mayor flexibilidad sobre los roles de género, la diversidad sexual y los diferentes tipos de familias.

¿Qué ocurre en América Latina y el Caribe?

El tema de las familias diversas ha estado a la vanguardia en las controversias políticas y manifestaciones masivas en más de un país de la región. El debate se ha enmarcado como uno de expansión de los derechos frente a la defensa de los valores de la familia tradicional. Por ahora, es muy difícil saber sobre la situación de las familias homoparentales en la región por tres motivos:

  1. Los censos nacionales de pocos países reconocen su existencia.
  2. El matrimonio de personas del mismo sexo es legal solo en Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y Ecuador.
  3. No todas las parejas homosexuales reportan sus relaciones.

Mientras en Argentina, las parejas del mismo sexo están luchando por la posibilidad de adoptar niños; en países como Bolivia y Paraguay, la discusión esta ganando tracción con el posicionamiento de activistas de derechos humanos en las esferas públicas, privadas y de la sociedad civil.

Soy consciente que yo pude sobreponerme al estigma y al prejuicio de la sociedad debido a mis privilegios de nacionalidad, lugar de nacimiento, color de piel, identidad de género y educación. No todas las personas tienen tanta suerte. Muchas de ellas nunca llevan una vida de oportunidad y dignidad – el deseo más básico del ser humano.

No tiene que ser de esta manera. De hecho, yo he tenido discusiones con mis hijos sobre identidad de género y orientación sexual. Leemos libros como “Un día en la vida de Marlon Bundo” y mis hijos saben que las mujeres y los hombres pueden tener esposas o esposas si así lo sienten. No toma demasiado esfuerzo cambiar la narrativa cuando hablamos a nuestros hijos y si haciéndolo podemos salvar sus vidas o la de sus pares, ¿no vale la pena desafiarnos un poquito?

 

 

Juntos, como activistas de derechos humanos, profesionales del desarrollo, oficiales de gobierno, pero más importante aún, como padres y madres, podemos encontrar nuevas maneras de abrir mentes y corazones cerrados armando a nuestros hijos con amor en lugar de odio.

¿Cómo están aprendiendo tus hijos sobre la diversidad familiar? Cuéntanos en la sección de comentarios o mencionando a @BIDgente en Twitter.

Fuente del artículo: https://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/es/familias-diversas/

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