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Educación emocional en las escuelas: ¿sí o no?

Por: Mariana Otero. 

Es la estrategia pedagógica del momento, que busca mejorar el desempeño a través del desarrollo de habilidades emocionales. Se utiliza cada vez más en el mundo, pero no todos están de acuerdo: algunos afirman que persigue el disciplinamiento del sujeto.

os promotores de la educación emocional aseguran que más del 70 por ciento del “éxito” en la vida adulta depende de las habilidades emocionales desarrolladas en la niñez. Es decir que el aprendizaje estaría ligado indefectiblemente a las emociones.

La fundación Educación Emocional, que dirige el psicólogo Lucas Malaisi, promueve en la Argentina una ley de educación emocional (Corrientes y Misiones ya tienen la suya) para que todas las escuelas públicas desarrollen el conocimiento personal, la automotivación y la empatía, entre otras cosas.

El proyecto plantea la creación de un espacio, transversal y curricular para los alumnos, pero también espacios para que aprendan los padres y los docentes (fundacioneducacionemocional.org).

La educación emocional, que comenzó a difundirse en ámbitos educativos en los últimos años en la Argentina y en el mundo, busca educar las emociones, a las que se considera habilidades que permiten mejorar el desenvolvimiento social y los aprendizajes. Se basa en el autoconocimiento y en la autorregulación.

Diversos países la aplican en las aulas y hasta la incluyen en los lineamientos de sus políticas públicas. Pero, además, organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) promocionan esta práctica como eficaz.

Quienes adscriben a esta idea argumentan que en los tiempos que corren es preciso promover las “inteligencias emocionales” y dejar atrás los esquemas de la escuela tradicional que pone el foco en el raciocinio.

Sin embargo, y pesar de que cada vez hay más evidencia científica del papel que juegan las emociones en la vida de las personas, no todos están de acuerdo en que es beneficioso implementar políticas y prácticas de educación emocional en los colegios.

Consultamos a dos especialistas para debatir por qué sí o por que no introducir la educación emocional en las escuelas.

Sí: una vida más plena

Iliana Bustos, abogada y coach profesional, explica que el mundo de las emociones de los seres humanos ha sido soslayado en la educación tradicional, anclada en el paradigma cartesiano de que lo privativo y distintivo del ser humano es la razón.

“En la actualidad, y en especial a partir de la difusión del concepto de inteligencia emocional planteado por Daniel Goleman, la temática vinculada al emocionar humano ha cobrado particular relevancia. De manera especial, y enfocada a obtener mejores resultados, se la considera seriamente en los ámbitos educativos, laborales, y en general en cualquier organización en la cual las personas interactúen”, plantea.

El concepto de inteligencia emocional, explica Bustos, hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos.

“Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales”, sostiene la especialista, quien asegura que estas teorías tienen jerarquía científica. “La clínica médica ha reconocido la directa incidencia del factor emocional, no sólo en la aparición y desarrollo de numerosas patologías, sino también en las posibilidades y alternativas de recuperación de enfermedades y mantenimiento de la buena salud. En cuanto a las capacidades y destrezas incluidas en el concepto de inteligencia emocional, estas revisten una influencia dirimente no sólo en el aprendizaje, sino también en todos los ámbitos del quehacer humano”, remarca. Y sostiene que las emociones predisponen a la acción.

En este sentido, puntualiza, el alumno que se asombra, se interesa y confía en sus capacidades aprende con rapidez y es capaz de retener nuevos conceptos y relacionarlos con otros ya conocidos. Es decir que puede gestionar de manera autónoma su propio aprendizaje.

“De igual manera, logrará relaciones sanas y productivas con sus congéneres y con sus maestros desarrollando un sentido de integración y participación no sólo en la escuela, sino en su vida en general”, plantea Bustos.

Y agrega: “Los beneficios de la inteligencia emocional en los niños y adolescentes son múltiples: la mejora de la conducta, la creación de una autoestima sana, hace a los niños y adolescentes más responsables, seguros y autónomos, ayuda en el bienestar personal y a desarrollar las habilidades sociales básicas para cualquier tipo de relación”.

Bustos remarca que, cuando las personas se conectan con sus propias emociones y aprenden a reconocerlas y gestionarlas de manera eficaz, “sus vidas adquieren una dimensión más plena, se potencian sus naturales aptitudes, obtienen logros más significativos en todas sus iniciativas y se convierten en personas más activas, felices y satisfechas con su vida”.

Para la especialista, el aprendizaje emocional debe iniciarse en los docentes. “Sólo quien puede reconocer y conectarse con su propio mundo emocional puede propiciar a que otro lo haga. El docente tiene que ser capaz de generar contextos emocionales propicios al aprendizaje, generar climas emocionales que despierten interés, atención y entusiasmo por aprender”, opina.

No: es disciplinamiento

Ana Abramowski, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, Argentina), explica que la “educación emocional” propicia que los individuos deban autoexaminarse con detenimiento para apaciguar y aplacar (regular) aquellas emociones que se encuentren confusas o se consideren negativas y, por lo tanto, dañinas.

Otro pilar de esta educación, dice, es el énfasis en lo positivo: tener actitudes y conductas positivas, construir relaciones positivas, crear climas positivos.

“Mi posición es contraria a las políticas y prácticas de educación emocional”, sostiene Abramowski, quien explica que discutir este tipo de educación no significa negar que la práctica educativa, el trabajo docente, la enseñanza y el aprendizaje estén atravesados por afectos y emociones.

“Discutir con la educación emocional implica poner sobre la mesa que no hay una única manera de concebir las emociones en su vínculo con la educación. Es imperioso considerar las emociones en su ambigüedad, atravesadas por relaciones de poder, contradicciones, ideologías, políticas y disensos”, remarca. Y agrega: “En lugar de aislar e intentar regular y acallar las emociones que circulan en las escuelas, en lugar de enfatizar el carácter adaptativo de la educación, considero preciso comprender por qué se producen unas emociones y no otras, cuánto pueden estar hablando de desigualdades e injusticias como así también de experiencias movilizantes y enriquecedoras”.

Estos son algunos de los argumentos de la investigadora de Flacso:

Esta clase de educación se centra en el disciplinamiento de los individuos. Lo emocional, lejos de explorarse, comprenderse y, por qué no, amplificarse, es sometido a la autorregulación. En este sentido, se trata de una educación con una fuerte impronta adaptativa.

El énfasis en las emociones positivas niega y obtura las emociones difíciles y poco clasificables (que se califican con el simple rótulo de “negativas”), emociones que forman parte de lo humano y cuyo destino no debería ser la simple regulación.

Para la educación emocional, las emociones son simples, transparentes, auténticas y están ubicadas en el yo. No tienen historia ni están atravesadas por relaciones de poder, condiciones materiales, ideologías ni políticas.

El énfasis de la educación emocional en el trabajo de autoexamen y autorregulación de los individuos deposita en cada persona la responsabilidad de su éxito o de su fracaso, de su alegría o de su sufrimiento. Por estos motivos, la educación emocional psicologiza, individualiza, descontextualiza y emocionaliza los problemas educativos.

Fuente del artículo: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/educacion-emocional-en-escuelas-si-o-no

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Democracia y educación

Por: Eugenio Severin.

 

El ICCS es el Estudio Internacional de Educación Cívica y Formación Ciudadana que busca conocer cuan preparados están los jóvenes de octavo grado para asumir su papel como ciudadanos. Es el único estudio a gran escala de virtudes cívicas en los jóvenes, es desarrollado por IEA y se aplicó por primera vez el 2009 y permite comparar resultados entre países y en el tiempo.

Este estudio es especialmente importante en el contexto actual en que en muchos países del mundo, la democracia se encuentra bajo amenaza de las tendencias populistas, xenofóbicas, nacionalistas y autoritarias. Sólo en esta región, vemos el delicado estado de la democracia en países tan disímiles como
Brasil, Venezuela, Nicaragua, Haití y Estados Unidos, por mencionar solo aquellos en los cuales es más evidente.

El ICCS evalúa tres dominios: Contenidos: a) sociedad y sistemas cívicos b) participación cívica c) identidad cívica; Cognitivos: a) conocimiento b) razonamiento y aplicación; y Aspectos afectivos conductuales: a) actitudes b) compromiso cívico. Respecto del primero de estos dominios, Chile presenta niveles bastante bajos de conocimiento, similares a los de Colombia y superando solo a República Dominicana, Perú y México. La mitad de los estudiantes
chilenos se ubica en los niveles de menor conocimiento cívico.

Particularmente alarmante debiera ser el plano de las actitudes, donde queda en evidencia la muy baja confianza de los jóvenes chilenos en las instituciones políticas (Gobierno, Parlamento y tribunales de justicia). Esta se encuentra entre las más bajas entre los países estudiados y en niveles similares a Colombia
y Perú. Al igual que en ellos, la tendencia entre el estudio anterior y el recientemente publicado es de menor confianza que en 2009. La confianza general en las personas y en los medios de comunicación también se ubica dentro de los niveles más bajos.

En el nivel local, los jóvenes muestran un alto interés en participar en las elecciones (90%) y de hecho se reporta por sobre el promedio internacional el interés en participar en la toma de decisiones en la escuela (49%). La participación voluntaria en causas y organizaciones pone a Chile por sobre el promedio de los países estudiados en el mundo, lo que nos habla de una juventud que, a pesar de sus desconfianzas, tiene un fuerte sentido de compromiso con su comunidad.

Todos estos hallazgos son una fuente riquísima de información para la acción del sistema educativo y de las escuelas. Si queremos que los estudiantes se conviertan en ciudadanos competentes y comprometidos, la educación es el camino que debe modelar, con hechos y acciones, las formas concretas en que la democracia puede ser sostenida y fortalecida.

Para esto, se podría partir por ofrecer en las escuelas un clima abierto a la conversación, respetuoso de la diversidad, inclusivo, en donde la conversación sobre los temas de interés común sea normal y recurrente, incluyendo la actualidad.

Además de la enseñanza formal acerca de las instituciones democráticas, sus funciones e historia, es fundamental que los jóvenes vivan en espacios auténticamente democráticos, en donde su opinión es escuchada y respetada, incluso, y especialmente, cuando las decisiones de la autoridad no pueden hacerse cargo de sus visiones o reclamos.

Finalmente, es necesario valorar y estimular la participación de los jóvenes en la vida social. El alto porcentaje de jóvenes comprometidos con el voluntariado es un excelente punto de partida para seguir animándoles a actuar en favor de las causas que los estimulan: el medio ambiente, la justicia, la
solidaridad, la paz.

La historia de América Latina y la democracia es una historia accidentada, llena de momentos históricos dolorosos y traumáticos. Por lo mismo, con sus limitaciones, es tarea del sistema educativo asegurar que los  ciudadanos que preparamos para construir nuestras comunidades futuras, lo hagan desde la confianza y el compromiso con la democracia. Ya sabemos, que el camino contrario nos lleva a lugares a los que noqueremos volver.

Fuente del artículo: https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2019/02/16/democracia-y-educacion/

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Nota PISA #15 Honduras: ¿Es posible mejorar el sistema educativo del país? (PDF)

Honduras / 17 de febrero de 2019 / Autores: Bos, María Soledad; Vegas, Emiliana; Viteri, Adriana; Zoido, Pablo / Fuente: BID

La presente nota presenta los resultados de la evaluación PISA-D en Honduras, con todos los resultados del estudio a escala nacional. PISA-D deja numerosos aprendizajes para Honduras. El desafío mayor está en incrementar los niveles de inversión en educación, para mejorar la calidad y equidad del sistema educativo.

Link para la descarga:

https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Nota_PISA-D_Honduras_-vfinal.pdf

Fuente de la Nota:

https://publications.iadb.org/es/nota-pisa-15-honduras-es-posible-mejorar-el-sistema-educativo-del-pais

ove/mahv

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Podcast: Radio OVE – Reporte Educativo – Enero 2019 (Audio)

México – Venezuela / 17 de febrero de 2019 / Autor: Editores OVE

Otras Voces en Educación Radio presenta lo más destacado de lo ocurrido en el mundo educativo durante el pasado mes de enero de 2019, destacándose la huelga de maestros de Los Ángeles y el Día Internacional de la Educación, entre otros acontecimientos más.

Los invitamos a que se comuniquen con nosotros y nos envíen sus saludos, colaboraciones, artículos, noticias y audios a nuestro correo de contacto en el portal para que hagamos este espacio entre todos y los invitamos también a que se suscriban y nos sigan en nuestras redes sociales que son:

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ove/mahv

 

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Corazón y razón en la educación actual

España / 17 de febrero de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas.» David Caruso

En la sociedad actual y, por tanto, también en la educación, la razón parece haber perdido parte de la importancia que tenía. ¡Qué terrible error! ¿Cómo podemos vivir y aprender sin discurrir sobre todas las cosas?
Pero en el mundo actual tampoco parece que la emoción esté mucho mejor considerada. Todo se hace en función del interés, de los réditos materiales que se puedan conseguir con nuestras acciones. Y eso también sucede en la educación del siglo XXI, muy encaminada en formar personas que en el futuro sean buenos profesionales.
La razón y la emoción, el cerebro y el corazón, deben formar parte por igual de la educación. Es un error optar por lo uno o por lo otro. Los contenidos son importantes y el nivel de exigencia para su adquisición debe ser alto. Pero estos contenidos deben aprenderse de modo significativo, deben entenderse y saber utilizar en distintos contextos. Los contenidos no tienen sentido si se pretende que se memoricen de manera provisional y se olviden tras un examen. Además, parece probado que el aprendizaje es más significativo cuando emociona.
La gestión y el control de las emociones también dota a las personas de una mayor capacidad para adaptarse a situaciones cambiantes… y eso en el mundo actual es un gran valor para tener éxito. Reconocer nuestras emociones es tan importante como identificar las de los demás. La resiliencia es una capacidad que nos ayuda a ser más inteligentes en todos los sentidos.
La razón es básica para entender el mundo, la emoción es fundamental para gestionarlo. Por eso no podemos ofrecer a nuestros alumnos y alumnas una educación sin uno de estos elementos. No tiene ningún sentido perder ni un minuto de nuestro tiempo en discutir si la educación debe dejar de lado los contenidos o si la emoción no debe formar parte de la formación en nuestras escuelas. Cerebro y corazón deben formar parte de cualquier proceso de enseñanza/aprendizaje.
Dicen que la manera más rápida y efectiva de cambiar la mente de una persona es conectando con ella a través del corazón. Por eso, por mucho que a ciertas personas les cueste entenderlo, la mejor manera de que nuestros alumnos y alumnas aprendan es emocionándoles. Tú como docentes debes encontrar cuál es la mejor manera de hacerlo, porque hay múltiples formas de conseguirlo… conoces a tus estudiantes y sé capaz de encontrar aquello que les motiva.
Fuente del Artículo:
http://www.salvarojeducacion.com/2019/02/corazon-y-razon-en-la-educacion-actual.html
ove/mahv
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El día que Piaget y Vigotsky se perdieron en las escuelas mexicanas

México / 17 de febrero de 2019 / Autor: Miguel Ángel Pérez Reynoso / Fuente: Educación Futura

No tengo del todo claro datos ciertos acerca de que Piaget o Vigotsky hayan visitado en alguna ocasión nuestro país, lo que sí sé, es que son los autores más nombrados o referenciados en muchas de las tesis de licenciatura y hasta de Maestría en el campo educativo.

Fue una tendencia generalizada, que muchos de los y las estudiantes de posgrado en la década de los noventa, aprendieran a citar o repetir un discurso con ideas recurrentes, descontextualizadas,  casi siempre vinculadas a modo de frases de cliché, más al sentido común que a la ciencia. Piaget y Vigotsky nunca conocieron nuestras escuelas, ni la realidad educativa mexicana, pero aun así sus ideas y las aportaciones pedagógicas de ambos pensadores son sugerentes aún en este momento para nuestra realidad educativa nacional. Pero ahí está el problema pero también la solución, se trataría de leer en contexto sus aportaciones y hacer referencia a aquellos elementos que son pertinentes para ayudarnos a pensar y re-pensar la realidad educativa nacional.

Pongo únicamente el ejemplo de Piaget y de Vigotsky sólo como un ejemplo más, para citar el caso de cómo leen los docentes que estudian el posgrado con la finalidad de recuperar e incorporar las teorías en sus trabajos de tesis o de otro tipo y cuál es la postura personal que establecen ante dichas ideas.

Ha sucedido como parte de la historia (no oficial) del posgrado en México en educación, muchos estudiantes, han  aprendido a recitar muy bien las ideas de infinidad de autores, les llaman “los teóricos”. Las palabras no son las acciones como bien no lo enseñó M. Foucault, y esta lectura sólo de referencia no ayuda para comprender los problemas educativos, ni tampoco para tender puentes con el compromiso de pensar en mejores y distintos escenarios de acción que tengan como elemento vertebral el desarrollo de la práctica educativa en contexto.

Más que el dejarse llevar por el título de este artículo o de las anécdotas chuscas a las cuales he tenido acceso, lo que me interesa realmente es conocer qué es lo que leen los docentes de educación básica que cursan un programa de posgrado, a qué tipo de literatura especializada tienen acceso y cómo incorporan dichas lecturas a su realidad local, lo que será cómo leen en contexto y por último qué tipo de referencia hacen realmente en contraste con el desarrollo de la práctica educativa que llevan a cabo. Es por ello que Piaget y Vygotsky nunca entraron a las escuelas públicas mexicanas, porque son sujetos sin contexto y leer descontextualizadamente.

La culpa no es de los programas de posgrado, ni tampoco de los y las docentes incorporados a ellos, la culpa, es del destino que nos jugó una mala coartada. La pregunta que debimos habernos hecho desde el inicio es ¿para qué carajos queremos los posgrados (tantos) posgrados en educación? ¿Por qué nos dejamos llevar por la seducción de los grados académicos? Conozco muchos colegas que tienen maestría, doctorado, postdoctorado y son muy malos educadores y conozco otros, que sólo cursaron los estudios básicos de Normal y son excelentes en el abordaje áulico. ¿En dónde reside la paradoja,  cómo se resuelve?

Si tuviéramos la posibilidad que pasara para los docentes de nuestro entorno. Si Piaget o Vigotsky visitará tu escuela un día cualquiera, ¿Qué les preguntarías?

Fuente del Artículo:

El día que Piaget y Vigotsky se perdieron en las escuelas mexicanas

Fuente de la Imagen:

https://psicologiaymente.com/desarrollo/piaget-vygotsky-similitudes-diferencias-teorias

ove/mahv

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Libro: Una pedagogía alternativa en defensa de la escuela pública (PDF)

América Latina / 17 de febrero de 2019 / Autor: Internacional de la Educación / Fuente: ei-ie-al.org

La sociedad continúa castigando las diferencias y nos encontramos con expresiones de violencia, xenofobia, racismo, machismo y discriminación. Esta desigualdad y exclusión llegan a las escuelas y se hacen presentes en las aulas de clase. Sin embargo, la escuela pública es a la vez un espacio desde donde podemos combatir esa desigualdad y transformar esas prácticas discriminatorias.

La Internacional de la Educación para América Latina, junto a sus organizaciones afiliadas, está desarrollando el proyecto “Escuelas Democráticas” con la intención de brindar herramientas a las y los maestros, para crear las condiciones hacia escuelas solidarias con una pedagogía alternativa, con enfoque de derechos humanos, perspectiva de género y de respeto a la diversidad.

Esta publicación fue elaborado en el marco del proyecto “Escuelas Democráticas» con la cooperación entre IE/FETE-UGT/ISCOD/AECI.

Link para la descarga:

http://ei-ie-al.org/sites/default/files/docs/modulos1y2_web.pdf

Fuente de la Reseña:

http://www.ei-ie-al.org/recurso/una-pedagogia-alternativa-en-defensa-de-la-escuela-publica

ove/mahv

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