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¿Cuánto contaminan las fiestas navideñas?

¿Cuánto contaminan las fiestas navideñas?

La mesa está servida. Las decoraciones puestas. Las vacaciones ya llegaron, y puede ser útil saber cuánto contaminan las fiestas navideñas al medio ambiente y las emisiones de gases de efecto invernadero que liberan a la atmósfera.

Los desechos domésticos aumentan en más del 25% desde el Día de Acción de Gracias hasta el Año Nuevo, según el Programa de Reducción de Desechos, Reciclaje, Compostaje y Residuos Sólidos de la Universidad de Stanford. Los desechos adicionales, en forma de alimentos, bolsas de compras, empaques, papel de regalo, lazos y cintas, contribuyen a que 1 millón de toneladas adicionales de basura ingresen a los vertederos cada semana durante ese período de tiempo, según el informe.

Las investigaciones muestran que los consumidores dan prioridad a la sostenibilidad cuando deciden en qué gastar su dinero.

Una encuesta de 2021 realizada por IBM Institute for Business Value encontró que el 93% de los encuestados globales cambiaron su opinión sobre la sostenibilidad como resultado de la pandemia, y más de la mitad de los encuestados globales en una encuesta realizada en febrero de este año encontraron que la sostenibilidad ambiental es más importante para ellos hoy de lo que era un año antes.

Estas son algunas de las formas en que las festividades afectan el medio ambiente y cómo podemos revertirlo:

Regalos que contaminan las fiestas

Las “cosas” que los consumidores compran durante las fiestas, como los regalos, es de donde proviene la mayoría de los desechos, según Kate White, decana asociada senior de equidad, diversidad, inclusión y sostenibilidad en la Escuela de Negocios Sauder de la Universidad de Columbia Británica. Esto es especialmente problemático porque muchas veces se trata de regalos por “compromiso” que las personas que los reciben incluso ni los usarán por falta de necesidad o gusto.

Tal vez algunos de ellos no son necesariamente deseados”, dijo White. “Y muchas cosas terminan en el vertedero. Así que pensar en cómo podemos reducir estos artículos innecesarios probablemente sea importante”.

La Universidad de Stanford sugirió regalar artículos duraderos y reutilizables y resistir la última “moda” en el centro comercial.

Elegir regalos sostenibles

Los obsequios que llevan un mensaje de conservación y ambientalismo también podrían ser beneficiosos, según la universidad, como un libro sobre la naturaleza, un termo recargable, una bolsa de tela, un cargador de batería o artículos hechos con materiales reciclados. Además, también se deben considerar los obsequios que funcionan con energía solar, en lugar de los productos que funcionan con baterías, o los obsequios que no requieren ningún tipo de energía.

Otros obsequios sostenibles pueden ser donaciones a organizaciones benéficas significativas, hechas en casa, como productos horneados, artículos tejidos y adornos, o experiencias o servicios, como películas, días de spa u otras actividades, dijo White.

El proceso de devolución de regalos también es perjudicial para el medio ambiente. El envío de devoluciones emite alrededor de 16 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año, y las devoluciones de comercio electrónico producen un 14% más de residuos que las de la tienda, según una investigación realizada en 2020 por Environmental Capital Group. Alrededor de 5,800 millones de libras de inventario devuelto terminan en vertederos cada año, según el informe.

Los envoltorios que contaminan las fiestas

Los materiales utilizados para envolver los regalos también tienen un gran impacto en el medio ambiente.

Unas 8,000 toneladas de papel de regalo, el equivalente a unos 50,000 árboles, se utilizan para envolver regalos cada año, según Clean Air Partnership, una organización ambiental sin fines de lucro.

Quienes regalan y quienes reciben regalos también pueden reciclar el papel de envolver. Una tonelada de papel de regalo reciclado equivale a la energía de 185 galones de gasolina, dijo la organización sin fines de lucro.

Cada año se venden alrededor de 2650 millones de tarjetas navideñas en los EE.UU., esa cantidad podría llenar un campo de fútbol de 10 pisos de altura, según Stanford.

Si cada familia estadounidense envolviera solo tres regalos en materiales reutilizados, como una revista o páginas de cómics, mapas antiguos o bolsas de papel marrón, ahorraría suficiente papel para cubrir 45,000 campos de fútbol, ​​según Stanford.

White también recomendó envolver los regalos en materiales que se puedan reutilizar, como un paño de cocina, un pañuelo o un frasco o recipiente que se pueda volver a usar.

La organización sin fines de lucro también sugirió enviar tarjetas electrónicas o usar tarjetas recicladas en lugar de las tarjetas navideñas tradicionales hechas con papel brillante y brillo. Stanford dijo que los recicladores serios también pueden guardar el frente de las tarjetas que reciben cada año y enviarlas como “postales” para futuras vacaciones.

Decoración que contamina

Cada año se venden alrededor de 2650 millones de tarjetas navideñas en los EE.UU., esa cantidad podría llenar un campo de fútbol de 10 pisos de altura, según Stanford.

Si cada familia estadounidense envolviera solo tres regalos en materiales reutilizados, como una revista o páginas de cómics, mapas antiguos o bolsas de papel marrón, ahorraría suficiente papel para cubrir 45,000 campos de fútbol, ​​según Stanford.

White también recomendó envolver los regalos en materiales que se puedan reutilizar, como un paño de cocina, un pañuelo o un frasco o recipiente que se pueda volver a usar.

La organización sin fines de lucro también sugirió enviar tarjetas electrónicas o usar tarjetas recicladas en lugar de las tarjetas navideñas tradicionales hechas con papel brillante y brillo. Stanford dijo que los recicladores serios también pueden guardar el frente de las tarjetas que reciben cada año y enviarlas como “postales” para futuras vacaciones.

Decoración que contamina

Las decoraciones navideñas también son de los objetos que más contamina por sus materiales y poco uso.

Cada año se venden más de 25 a 30 millones de árboles de Navidad en los EE.UU., según la Asociación Nacional de Árboles de Navidad.

Y si bien los árboles de Navidad de plástico pueden ser atractivos para aquellos que buscan reutilizarlos año tras año, es posible que los materiales con los que están hechos no los conviertan en una mejor opción.

Un estudio realizado en 2009 por Ellipsos, una firma consultora canadiense de desarrollo sostenible, descubrió que los árboles de Navidad de plástico contienen PVC, un carcinógeno tóxico que es difícil de eliminar.

El problema es que, una vez que se desechan los árboles, es probable que el plástico tarde miles de años en descomponerse, mientras que las granjas de árboles de Navidad absorben dióxido de carbono de la atmósfera y liberan oxígeno limpio, según la Asociación Nacional de Árboles de Navidad.

Elegir un árbol natural para no contaminar las fiestas

La mejor opción es encontrar una granja de árboles de Navidad que alquile árboles en macetas y luego los vuelva a plantar al final de la temporada, dijo White. Pero si un árbol de Navidad de plástico funciona mejor para sus necesidades, White sugirió conservarlo durante al menos cinco a diez años.

White sugirió encontrar un programa de compostaje de árboles navideños una vez que los árboles reales se hayan secado, la mayoría de los cuales convierten los árboles en mantillo para usar alrededor de los espacios verdes locales.

Acerca de las luces navideñas

Los millones de luces parpadeantes adicionales también pueden ser perjudiciales para el medio ambiente. White advirtió en contra de dejar las luces, tanto las del exterior como las del árbol de Navidad, encendidas todo el día y la noche, a pesar de lo bonitas que sean.

Las familias pueden reducir el consumo de energía de las luces navideñas cambiando a luces LED, que utilizan hasta un 95% menos de electricidad que las luces tradicionales, según Clean Air Partnership.

Los entusiastas de las fiestas también pueden elegir decoraciones naturales y biodegradables, como arándanos, palomitas de maíz, flores vivas y vegetación, según la organización sin fines de lucro.

Aumentan los viajes y los traslados

El transporte es la principal fuente de emisiones de dióxido de carbono asociadas con las festividades, dijo White. Más de la mitad de los estadounidenses planean viajar durante la temporada navideña de 2022, según el Holiday Outlook anual de PricewaterhouseCoopers, publicado en octubre. Este es un aumento masivo del 33% de las personas que planearon viajar para las vacaciones en 2019, antes de la pandemia, según PWC.

Las personas preocupadas por su huella de carbono deben considerar qué método de transporte se adapta mejor a sus necesidades y libera menos emisiones. El menor impacto se genera al viajar en tren o en autobús, seguido de conducir un auto, siendo el avión el transporte que más contamina.

Si cada familia en los EE.UU. redujera el consumo de gasolina en 1 galón, u optara por conducir 20 millas menos, podría generar 1 millón de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero reducidas, según Clean Air Partnership.

Más y más comida

El otro factor principal del incremento de las emisiones de CO2 durante las vacaciones es el aumento del consumo de alimentos.

La comida generalmente viaja alrededor de 1,500 millas de la granja al plato, en promedio, según Clean Air Partnership, que sugirió que los anfitriones de las fiestas sirvan alimentos orgánicos o cultivados localmente y preparen solo la cantidad de comida necesaria.

White sugirió que los consumidores consideren qué tan lejos viene la comida y qué se sirve en la mesa navideña para reducir las emisiones. La carne de res tiene, por mucho, la huella de carbono más alta, seguida por las aves de corral, el pescado y las comidas vegetarianas, dijo.

Los estadounidenses desperdician entre el 30% y el 40% del suministro de alimentos cada año, pero esa cantidad aumenta en un 25% durante las vacaciones, según el Departamento de Agricultura de EE. UU.

Cualquier alimento no consumido que se haya echado a perder debe convertirse en abono, según la Universidad de Stanford.

Los desperdicios también se pueden eliminar utilizando cristalería, cubiertos, manteles y servilletas reutilizables para las comidas festivas. Los anfitriones deben proporcionar contenedores para reciclar botellas y latas de bebidas de aluminio y vidrio, según Clean Air Partnership

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/econciencia/vida-consciente/consumo/cuanto-contaminan-las-fiestas-navidenas/

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Estados Unidos: Estamos en camino hacia el neofascismo

Estamos en camino hacia el neofascismo

El filósofo y activista estadounidense Noam Chomsky considera que el neoliberalismo es el caldo de cultivo propicio para el nacimiento de extremismos que solo agudizan la desigualdad social en la que vive el mundo desde hace 50 años.

Las políticas neoliberales engloban una ideología económica que perjudica a las democracias y a la justicia social, aseguró el autor de ¿Quién domina el mundo? en una entrevista con la organización informativa Truthout.

Entrevistado en un contexto en el que la extrema derecha vuelve a ocupar escaños en los Congresos europeos y en el que Europa del Este vive turbulencias por el conflicto en Ucrania, Noam Chomsky reflexionó sobre las consecuencias que ha traído el entreguismo de los Gobiernos a los grandes corporativos, permitiendo así el surgimiento de pensamientos hegemónicos dignos del siglo pasado.

El filólogo y pensador también abundó en cómo las normativas del neoliberalismo han desatado una especie de fascismo “de la calle”, que es distinto al que surgió en el siglo XX en Italia con Mussolini o en Alemania con Hitler.

Durante el curso de la guerra de clases neoliberal, dice, hubo concentraciones no reportadas del poder privado con el fin de controlar los dominios político y económico.

“El resultado fue un sentido general de que el Gobierno no nos servía a nosotros, sino a alguien más. El sistema doctrinario, en gran parte en manos de los mismos que concentraban el poder privado, distraía la atención del poder laboral y abría la puerta a lo que dio en llamarse ‘teorías de conspiración’, normalmente fundadas en algunas partículas de evidencia: estaba la teoría del Gran Reemplazo, élites liberales, los judíos y otras mezcolanzas ya conocidas”, detalló Chomsky.

“Esto, a su vez, engendró el ‘fascismo de la calle’, que atrajo venenosas subcorrientes que nunca se han acabado y a las que recurren, con mucha facilidad, demagogos inescrupulosos. En el momento actual, la escala y el carácter de estos no es una amenaza pequeña para lo que prevalece como una democracia funcional, después de la paliza recibida en tiempos recientes”, apuntó Noam Chomsky.

El experto recordó que el neoliberalismo reinstauró la idea de que los dueños del dinero y del gran capital son los verdaderos arquitectos de las políticas pública y los aparatos de seguridad, diseñados para proteger intereses empresariales, no populares.

“Cada vez más, durante el curso de la guerra de clases neoliberal, hubo concentraciones no reportadas del poder privado con el fin de controlar los dominios político y económico”, comentó.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/noam-chomsky-estamos-en-camino-hacia-el-neofascismo/

Noam Chomsky: “Estamos en camino hacia el neofascismo”

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UNICEF: Más de 11.000 niños muertos o heridos en Yemen

Más de 11.000 niños muertos o heridos en Yemen

La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, pide la renovación urgente de la tregua tras su visita

NUEVA YORK, 12 de diciembre de 2022 – Más de 11.000 niños han resultado muertos o mutilados como resultado del conflicto en Yemen, según UNICEF, un promedio de cuatro por día desde la escalada del conflicto en 2015. Como estos son solo los incidentes verificados por la ONU, es probable que el verdadero número de víctimas de este conflicto sea mucho mayor.

Si bien la tregua negociada por la ONU condujo a una reducción significativa de la intensidad del conflicto, otros 62 niños resultaron muertos o heridos entre el final de la tregua a principios de octubre y finales de noviembre. Al menos 74 niños se encontraban entre las 164 personas muertas o heridas por minas terrestres y artefactos explosivos sin detonar solo entre julio y septiembre de 2022.

Casi ocho años después de la escalada del conflicto, más de 23,4 millones de personas, incluidos 12,9 millones de niños, necesitan asistencia humanitaria y protección: casi las tres cuartas partes de la población total. Se estima que 2,2 millones de niños en Yemen están gravemente desnutridos, incluidos casi 540.000 niños menores de cinco años que sufren desnutrición aguda grave y luchan por sobrevivir.

“Para niños como Yasin, de 7 meses, y su madre Saba, a quienes visité en un hospital de Adén, la vida se ha convertido en una lucha por la supervivencia”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, quien lanzó el Llamamiento de Acción Humanitaria para la Infancia de UNICEF desde Yemen. la semana pasada. “Miles de niños han perdido la vida, cientos de miles más siguen en riesgo de muerte por enfermedades prevenibles o hambre. Yasin es solo uno de los muchos niños gravemente desnutridos en Yemen. Todos necesitan apoyo inmediato ya que los servicios básicos prácticamente se han derrumbado”.

Más de 17,8 millones de personas, incluidos 9,2 millones de niños, carecen de acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene (WASH). Durante años, el sistema de salud del país ha sido extremadamente frágil: solo el 50 por ciento de las instalaciones de salud funcionan, lo que deja a casi 22 millones de personas, incluidos alrededor de 10 millones de niños, sin acceso adecuado a la atención médica.

La cobertura de inmunización se ha estancado a nivel nacional, y el 28% de los niños menores de 1 año no reciben las vacunas de rutina. Junto con la falta de acceso a agua potable, esto pone a los niños en riesgo extremo en medio de brotes regulares de cólera, sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles por vacunación.

Al mismo tiempo, Yemen se enfrenta a una grave crisis educativa que tiene enormes consecuencias a largo plazo para los niños. Dos millones de niños no asisten a la escuela, y este número podría aumentar a 6 millones de niños cuya educación se ve interrumpida ya que al menos una de cada cuatro escuelas en Yemen está destruida o parcialmente dañada.

“Si los niños de Yemen quieren tener alguna posibilidad de un futuro decente, entonces las partes en conflicto, la comunidad internacional y todos aquellos con influencia deben asegurarse de que estén protegidos y apoyados”, dijo Russell. “Eso incluye a niños como Mansour, a quien conocí en un centro de rehabilitación y prótesis apoyado por UNICEF. Le amputaron la pierna a la altura de la rodilla después de que un francotirador le disparara. Ningún niño debería sufrir eso. La renovación urgente de la tregua sería un primer paso positivo que permitiría un acceso humanitario crítico. En última instancia, solo una paz sostenida permitirá a las familias reconstruir sus vidas destrozadas y comenzar a planificar el futuro”.

UNICEF necesita urgentemente 484,4 millones de dólares para responder a la crisis humanitaria en Yemen en 2023. La falta de financiación predecible para intervenciones urgentes desafía la continuidad de los servicios clave, poniendo en riesgo la vida y el bienestar de los niños.

A pesar de los desafíos, en 2022 UNICEF pudo:

  • Apoyar el tratamiento de la desnutrición aguda severa para más de 260.000 niños en 4.584 centros de atención primaria de salud y 34 centros de alimentación terapéutica.
  • Proporcione transferencias de efectivo de emergencia a casi 1,5 millones de hogares cada trimestre, beneficiando a alrededor de 9 millones de personas.
  • Proporcionar acceso a agua potable segura y sostenida a 4,7 millones de personas a través de una amplia gama de actividades, incluido el transporte de agua en camiones, la instalación de puntos de distribución de agua y la expansión de los sistemas de suministro de agua a los campamentos de personas desplazadas internamente. UNICEF también proporciona combustible para apoyar la producción y distribución de agua potable a 36 Corporaciones Locales de Agua y Saneamiento en 15 Gobernaciones.
  • Proporcionar vacunación contra el sarampión y la poliomielitis a por lo menos 1,6 millones de niños que tienen poco o ningún acceso a la atención primaria de la salud. 
  • Llegue a más de 254 000 niños y cuidadores en áreas afectadas por conflictos con apoyo psicosocial, y a más de 423 000 niños y miembros de la comunidad con educación sobre el riesgo de las minas para salvar vidas.
  • Llegue a más de 1,6 millones de personas que viven en áreas rurales remotas con acceso a los servicios de los centros de salud públicos.
  • Apoyar los servicios de Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño (MNCH) en 24 hospitales brindando asistencia operativa, así como equipos y suministros. Además, a través del apoyo a 4.500 centros fijos del Programa Terapéutico Ambulatorio (OTP) y 288 equipos móviles, se ampliaron los servicios de tratamiento y prevención de la desnutrición.

***

Notas para los editores:

Son cifras que Naciones Unidas ha podido comprobar. Es probable que los números reales sean mucho más altos. Entre marzo de 2015 y el 30 de septiembre de 2022:

  • 11.019 niños han sido asesinados o mutilados
  • 3.774 niños asesinados (2.742 niños; 983 niñas; 49 desconocidos)
  • 7.245 niños heridos (5.299 niños; 1.946 niñas)
  • 3.995 (3.904 niños reclutados para los combates y 91 niñas participando en los eventos o en los puestos de control)
  • 672 ataques y uso militar de instalaciones educativas.
  • 228 ataques y uso militar de instalaciones de salud.
  • 445 niños (todos varones) detenidos.
  • 152 niños secuestrados (140 niños y 12 niñas).
  • 47 niños expuestos a violencia sexual relacionada con el conflicto (29 niños y 18 niñas).

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/more-11000-children-killed-or-injured-yemen

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Paradojas en torno a las tecnologías de datos: no es personal; es político

Por: Sara Suárez-Gonzalo

El desarrollo del sector del big data está fuertemente marcado por los intereses privados de las élites económicas y políticas, que lo gestionan de forma despótica y contra la soberanía popular

Paradojas en torno a las tecnologías de datos: no es personal; es político

En el año 2013, el extrabajador de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense Edward Snowden filtró numerosos documentos que revelaban que la organización había vigilado a la población de manera masiva e indiscriminada gracias a la información que obtenía de los servidores de grandes corporaciones tecnológicas como Google, Facebook o Microsoft. Estas revelaciones crearon un clima de alerta pública sobre los riesgos de las tecnologías basadas en el procesamiento de datos masivos (a menudo llamadas tecnologías big data) al cual contribuirían casos posteriores, como por ejemplo el de Facebook y Cambridge Analytica, durante la campaña electoral de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, en 2016.

Ante el escándalo generado por Snowden y las grandes promesas de la analítica big data en el ámbito publicitario, y sin prever la importancia que el tema adquiriría en los años posteriores, empecé a preguntarme cuáles eran las características de estas tecnologías y cómo afectaría su uso la vida, las libertades y los derechos de las personas. Así se originó mi carrera investigadora.

Lo que me preocupaba y lo que me ocupa desde entonces no son únicamente los casos de datos “robados” o utilizados ilícitamente, sino también otros, cotidianos, silenciosos y en los cuales los datos se obtienen con nuestro consentimiento (“informado”), pero que también tienen importantes efectos. Esta preocupación se intensificó al conocer estudios que señalan paradojas digitales como la “paradoja de la privacidad”. Hay evidencias que demuestran que las personas estamos cada vez más informadas, más concienciadas de los riesgos a los cuales nos expone el mundo digital y más preocupadas por nuestra privacidad o por la protección de nuestros datos personales (derechos fundamentales), pero no actuamos en consecuencia (no dejamos de usar plataformas sociales, dispositivos móviles ni modulamos nuestra forma de compartir información, por ejemplo). ¿Por qué?

Cuatro tendencias tecnológicas para las que todo el mundo debe prepararse - Forbes Argentina

Muchos estudios buscan la explicación en estas disonancias en características individuales como el nivel de estudios o socioeconómico, la edad, la ideología, el género, etc. Y estas características, por supuesto, tienen un papel importante. El problema es que fijarnos demasiado en ellas a menudo nos hace olvidar las estructuras sociales, culturales, económicas y políticas en las cuales vivimos, aprendemos y actuamos.

Durante estos años, he entendido que la aparente paradoja no lo es tanto si no nos fijamos solo en estas características individuales (con el objetivo de entender qué “tipo” de persona hace o no hace qué) y nos preguntamos si tenemos a nuestro alcance los recursos materiales e inmateriales necesarios para poder entender y actuar para resolver las causas de nuestras preocupaciones en el ámbito digital, de manera libre: con nuestros recursos y sin depender de nadie para hacerlo. El elemento del poder, que pasa así a ocupar un lugar central en la ecuación, nos permite entender mejor la aparente paradoja.

El hecho de vivir en un sistema económico y político que permite que el enriquecimiento de parte de las empresas más provechosas del mundo y el éxito de determinadas candidaturas políticas de altos vuelos se fundamenten en la acumulación y la explotación de nuestros datos obstaculiza (incluso) nuestra capacidad de proteger libremente nuestros derechos. Precisamente porque la causa del problema (la falta de privacidad y de protección de nuestros datos) no radica en características ni en comportamientos de quienes lo sufren (todos nosotros), no tiene sentido buscar la explicación a la paradoja en aspectos “personales”: lo personal, dice el conocido lema feminista, es político. Y la (des)protección de nuestros datos lo es.

La paradoja (el hecho que no actuemos) no solo depende de lo individual o “personal”. Tiene mucho que ver con el sistema social, político y tecnológico en el cual se desarrollan y se utilizan las tecnologías de procesamiento de datos y también con los intereses a los cuales responde su introducción social, que se nutren de las desigualdades sociales que obstaculizan nuestras capacidades para actuar.

Avanza desprotección de datos en EU

Intentaré explicarme mejor a través de una reflexión sobre la novela Never Let Me Go, del premio Nobel de literatura Kazuo Ishiguro, que desarrollé en el prólogo de mi tesis doctoral. Los protagonistas, Kathy, Tommy y Ruth son tres jóvenes clones humanos creados gracias a un avance científico y tecnológico que ponía la clonación al servicio de un innovador programa de donación de órganos en la Gran Bretaña de finales de los años 90. Los “jóvenes” se crían y se educan aislados, en un internado gobernado por un régimen extrañamente estricto en lo saludable, lo artístico y lo social y bajo el control de un grupo de guardianes, entregados a la causa y orgullosos de su trabajo, aunque autoritarios e insensibles, que están plenamente convencidos de contribuir a una mejora técnica imparable, pero también de actuar en favor de los jóvenes, protegiéndolos de la verdad para ayudarlos a ser felices.

Así, crecen ignorando la crudeza de su situación, pero no del todo: los guardianes les suministran, poco a poco, pequeñas y controladas dosis de información pero, a la vez, obstaculizan de forma sistemática su acceso a los medios y los recursos necesarios para poder valorar esta información de manera crítica, identificar las causas de la injusticia a la que están sometidos y combatirla. De este modo, acaban por normalizar el desgraciado orden de las cosas que les es dado, sin rebelarse contra él, ni alterarlo: cuando lleguen a la edad adulta, irán cediendo sus órganos a los originales hasta consumarse. Y esta incapacidad de actuar, provocada por un sistema social y político desigual del cual sus vidas son “solo” una pieza es, probablemente, lo más conmovedor de la historia.

Expertos instan a proteger los datos de empresas | RTVE

Parafraseando a Teresa de la Parra en Ifigenia (1924), el afán despótico por hacer que alguien ignore aquello que otras personas conocen es uno de los mayores abusos que cometieron jamás los fuertes contra los débiles. Es una trampa que permite a unos influir en la vida de otros, a su antojo. Es, en otras palabras, una manera de configurar una estructura social desigual que favorece que unos queden sometidos a la voluntad de otros. Una forma de opresión sutil, que no es violenta ni repentina y que, precisamente por eso, es extremadamente eficaz. Una, en el caso de Kathy, Tommy y Ruth, pero también en el de todos nosotros, ligada a la falta de reflexión que a menudo acompaña al avance tecnológico y a las paradojas de un individualismo que corrompe el valor intrínseco de la individualidad al disociarla de la estructura social en la que se desarrolla.

Hoy, las tecnologías de procesamiento de datos masivos juegan un papel central en la esfera económica, política y social y abren un gran abanico de oportunidades en casi todos los sectores: la detección de enfermedades, la eficiencia de los transportes públicos o la comunicación a gran escala son solo algunos ejemplos. Su desarrollo y su uso, sin embargo, están fuertemente marcados por los intereses privados de unas élites económicas y políticas que acumulan beneficios millonarios y aumentan su capacidad de controlar la ciudadanía y tomar decisiones en nombre del “bien común” de una manera despótica y guiada por un afán tecnosolucionista muy cuestionable, que atenta contra el principio democrático básico de la soberanía popular.

En este contexto, las tecnologías big data se vuelven opacas e imprevisibles y la ciudadanía pierde el conocimiento y el control sobre ellas. Esto es a lo que, en línea con la idea de libertad como no-dominación propia de la teoría política neorrepublicana, llamo “dominación de datos” o “dominación a través de los datos”: una creciente desigualdad social que obstaculiza la capacidad de la ciudadanía de ejercer sus derechos fundamentales a la privacidad, la libertad y la protección de datos, haciendo que su cumplimiento quede sometido a la “buena voluntad” de determinados actores privilegiados.

*Doctora en Comunicación (Universitat Pompeu Fabra). Es Investigadora Postdoctoral Juan de la Cierva en el grupo de investigación Communication Networks and Social Change del Internet Interdisciplinary Institute y profesora de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Pensar el dilema de la caída del humanismo

Por: Adrián Cangi*

¿Qué problema político enfrentamos ante una caída del humanismo?

El humanismo convivió y convive con el terror. Tanto “humanismo” como “terror” son términos que han asumido en nuestra época valores distintos a los que revestían en el siglo pasado. Opuestos durante la modernidad, servían para designar dos movimientos del “espíritu humano contrapuestos”. Hoy en día difícilmente puedan separarse ambos, o pueda obtenerse para ellos una definición que sea reconocida universalmente. Se ha producido un verdadero deterioro en la concepción clásica que los oponía sin reservas. O, si se quiere, nuevas concepciones imponen una revisión absoluta en las ideas del “hombre contemporáneo”, con el objeto de que concuerden mejor con su propia realidad. Una realidad que —no lo neguemos—, se nos oculta, o que preferimos cubrir con un velo. Merleau-Ponty descubre en el ensayo Humanismo y terror (1947) todos los velos, y va descifrando el significado de tantos actos de violencia como se han ido sumando en las caras políticas de la tradición moderna del pensamiento y que tienen vigencia hasta estos últimos años. Prefiere polemizar respecto de todas las estructuras sólidamente constituidas en el campo del pensamiento, revisarlas criticándolas, y exigiendo una actitud más lúcida, más digna y más realista de todos aquellos que participan, aunque sólo sea con su existir, en este tiempo de la violencia.

¿Son las humanidades un acto de resistencia al terror?

El ensayo de Merleau-Ponty, editado en fragmentos desde 1946, aborda el doblez paradojal del humanismo en clave política: “Nos encontramos pues en una situación inextricable. La crítica marxista del capitalismo sigue siendo válida y es evidente que la condición anti-soviética reúne hoy la brutalidad, el orgullo, el vértigo y la angustia que han encontrado su expresión en el fascismo. Por otro lado, la revolución se ha inmovilizado sobre una posición de repliegue: mantiene y acrecienta el aparato dictatorial al mismo tiempo que renuncia a la libertad revolucionaria del proletariado en sus Soviets y en su Partido y a la apropiación humana del Estado. No se puede ser anticomunista, no se puede ser comunista”. Se plantea a pocos años de los campos de exterminio y de la fabricación de la muerte en serie en manos del hombre por el hombre, un acto de resistencia a una “humanidad sin humanidades”. Coincido con Diego Tatián en su “Manifiesto en favor del humanismo”, donde plantea el humanismo en clave del doblez de Merleau-Ponty: resistencia a un mundo sin custodia de lo amenazado en la humanidad, sin memoria, sin imaginación narrativa –indispensable para una justicia que no confunda imparcialidad con inhumanidad–, sin crítica, sin obstáculos a la “atrocidad que castiga con la miseria planificada a millones de personas” y las destina a una vida dañada, sin protección de lo raro en la cultura y de lo diverso en la sociedad. Un mundo sin humanidades es también uno en el que las humanidades cumplen una “función compensatoria” en el saqueo de las vidas.

¿Es posible cuidar la vida y el mundo por el humanismo?

Creo como Tatián que con la palabra humanidades evocamos las preguntas que alojan el ser y el estar en común, sus retóricas inventivas para declarar la plena existencia de nuevos cuerpos en el acto performativo de convocarlos, junto con los “derechos civiles” que consideramos aún imprescindibles para sus prácticas humanas. Las humanidades interpelan a las generaciones no solo como una “disciplina” sino como un “diálogo” que renueva el “cuidado de la vida” y el “cuidado del mundo”, en el sentido mesiánico-crítico como katéchon, término que indica el acontecimiento que detiene, retiene y posterga la imposición de su destrucción total como “mundo de la vida”. La locución “cuidado del mundo de la vida” pone en obra un dislocamiento tanto de la “vida” como del “mundo”. ¿Qué implica cuidar la vida y el mundo? “Vida” y “Mundo” son nociones indeterminadas y opacas que revelan su significado a la experiencia solo por las ideas e intensidades que constituyen las prácticas que la experimentación vital despliega. Las expresiones “cuidar la vida” y “cuidar el mundo”, abren una tarea incomprensible sin un trabajo del pensamiento. La política, el arte, el conocimiento y las humanidades son formas de cuidado de la vida y del mundo, si velamos atentos a lo que no está ahí, a lo que no hay, a lo que hubo alguna vez y se perdió o a aquello por venir: a lo que es singular, anómalo e insiste como raro. “Vida” y “Mundo” son las nociones que ahuecan la realidad, las que permiten entrever detrás, las que des-totalizan y mantienen alerta frente al abismo. Cuidado de la “Vida” y del “Mundo” consiste en un acto de protección de lo que está bajo amenaza por fragilidad, para la memoria de lo que efectivamente se perdió y para la preservación de la pregunta por lo que difiere, o llega de otra parte.

¿Es necesario cuidarse del humanismo para el mundo de la vida?

“Humanismo” también es el sinónimo moderno de un “Sujeto” patriarcal, colonial y especista; de un “Yo” racional, unitario y totalizante; de un “Individuo” concebido como ya constituido por asociaciones causales. El principio de individuación dominante en occidente, privilegia al individuo como una relación estable entre materia y forma que lo presenta como inmutable a la luz de la figura “del hombre blanco, adulto, hetero-normativo y habitante de las ciudades”. “Sujeto”, “Yo” e “Individuo” emergentes de esta lógica de la individuación, han sido criticados por el ejercicio de una razón suficiente y afectados por la herida narcisista infligida por Freud; han sido desplazados por la crítica a la razón instrumental, en tanto violencia y opresión con fines de dominio objetivo en la época de la imagen del mundo, cuestionada por Heidegger; han sido problematizados por la crítica a la filosofía del lenguaje como constituyente del sentido, realizada de distintos modos por Foucault, Deleuze y Derrida; han sido descentrados por teorías de la ontogénesis que privilegian los procesos de individuación antes que las formas individuadas, como lo ha planteado Simondon. Las lógicas antropológicas han visto su reverso fatal en los proyectos coloniales y en los campos de exterminio. Sendero que solo nos conducen hacia “la vergüenza de ser hombres”, como supo decirlo Primo Levi. Con plena conciencia de esta vergüenza, Michel Foucault ha sido preciso al dudar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como fuente del valor de los humanismos antropocéntricos y de su jerarquía sostenida en una construcción del saber de un sujeto universal, que se quiere esencial, racional y autónomo en relación al medio en el que concibe los dispositivos de su dominio.

¿Qué problema ontológico y político arrastra la transformación de la identidad humana?

Nuestro siglo es el efecto de transformaciones ineludibles sobre la llamada “identidad humana”, conformada por “Sujeto”, “Yo” e “Individuo”. Transformaciones que provienen de cuestionamientos por parte de la ciencia con efectos en la filosofía entre los siglos XIX y XX. El conjunto del drama de los juegos políticos se expresan sobre el horizonte de lo humano y la crisis de la frontera de la “identidad humana”. Es aquí que debería distinguirse con cautela el “no-humanismo” del sistema constituido por las democracias contemporáneas, a partir de los efectos que aún perduran de la fabricación de la muerte en serie, tanto en las migraciones forzadas como en los campos de refugiados que atraviesan el planeta, en las hambrunas territoriales de los condenados de la tierra como en las violencias desiguales entre etnias, razas, géneros y clases. Distinto es considerar el “no-humanismo” como un más allá del hombre que conocimos antropológicamente, donde el “no-humanismo” del sistema democrático actual de flujos, informaciones y ultra-codificaciones, supone su aniquilación por los propios dispositivos de maquinación. El “no-humanismo” como un más allá del hombre implica su desborde ilimitado. Es en la diferencia entre ambas alternativas que se juega la historia de nuestro tiempo como el que experimenta la caída del humanismo como un problema ontológico-político.

¿Qué transformaciones y metamorfosis resultan ineludibles para pensar la identidad-humana?

Como lo plantea Donna Haraway a lo largo de su obra: nos hemos convertido en productos tecnológicos en niveles más profundos de lo que nos es dado comprender. Parece absurdo separar las tramas orgánicas, técnicas, textuales, míticas y políticas del tejido semiótico tecno-científico. Los laboratorios del mundo de la tecno-ciencia de diseño transgénico, propios de los imperios tecno-científicos y biotecnológicos han reducido las “metáforas vitales” a tecnologías de ingeniería genética y los “entes” a culturas tecnológicas. Somos parte de estos entes y formamos el sistema de coordenadas cartesiano de un espacio virtual de numerosos programas de investigación. Las fronteras entre animales, humanos y máquinas han sido franqueadas por la cibernética que ha homologado modelos matemáticos, informacionales y biológicos buscando la llamada “inteligencia artificial”; los límites biológicos han sido traspasados por las ciencias de la vida que han revelado “regiones de incertidumbre” o de “inestabilidad morfogenética” al pensar los umbrales entre especies; los límites de la tierra han sido puestos en cuestión por una biogeofísica que expone la “intrusión de Gaia” y su reverso en la figura del mayor depredador energético conocido como “Antropoceno”. A pesar de todos estos torbellinos de fondo, el fin de lo humano como “identidad humana” tal vez no sea deseable cuando pensamos en el optimismo de la evolución genética de la vida sintética del diseño de clones a la que nos conducimos junto al agotamiento de la tierra. Aunque tampoco parece deseable una defensa de una humanidad con pretensiones jerárquicas, coloniales y especistas que ha extendido su dominio hasta agotar lo viviente o disponerlo a su servicio, liquidando a su paso otros modos de vida humana y no-humana que despliegan otra ecología social con el medio. Ante este escenario parece posible abordar la caída del humanismo en tiempos de antropodicea como una deconstrucción arqueológica de los discursos del “humanismo” y una problematización genealógica del problema del “Yo” en los campos del diseño de sí y de la vida.

*Ensayista, editor y filósofo. Enseña en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde dirige la Maestría en Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de San Pablo, Brasil. Es autor de Gilles Deleuze. Una filosofía de lo ilimitado en la naturaleza singular (2010, 2014); co-autor de Filosofía para perros perdidos. Variaciones sobre Max Stirner (junto a Ariel Pennisi, 2018), y compilador y autor de Linchamientos. La policía que llevamos dentro (junto a Ariel Pennisi, 2015), de Imágenes del pueblo (2015); Meditaciones sobre el dolor (junto a Alejandra González, 2019); Vitalismo. Contra la dictadura de la sucesión inevitable (en colaboración con Alejandro Miroli y Ezequiel Carranza, 2019) y Meditaciones sobre la tierra (junto a Alejandra González, 2020).

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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Estados Unidos y su rol en el golpe de Estado en Perú

Por: Vijay Prashad y José Carlos Llerena Robles

Este artículo fue producido para Globetrotter.

Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. También es miembro senior no-residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos The Darker Nations y The Poorer Nations. Sus últimos libros son Struggle Makes Us Human: Learning from Movements for Socialism y The Withdrawal: Iraq, Libya, Afghanistan, and the Fragility of U.S. Power (con Noam Chomsky).

José Carlos Llerena Robles es educador popular, miembro de la organización peruana La Junta y representante del capítulo peruano de Alba Movimientos.

Fuente: Globetrotter

El 7 de diciembre de 2022, Pedro Castillo se sentó a trabajar en su despacho, durante el que sería su último día como presidente de Perú. Sus abogados revisaban los documentos que mostraban que Castillo triunfaría sobre una moción en el Congreso para destituirlo. Iba a ser la tercera vez que Castillo se enfrentaba a una impugnación del Congreso, pero sus abogados y asesores – entre ellos el ex primer ministro Aníbal Torres – le decían que tenía ventaja sobre el Congreso en las encuestas de opinión (su índice de aprobación había subido al 31%, mientras que el del Congreso apenas rondaba el 10%).

Desde hacía un año, Castillo estaba sometido a una enorme presión por parte de una oligarquía que no veía con buenos ojos a este antiguo profesor. Sorpresivamente, el 7 de diciembre anunció a la prensa que iba a “disolver temporalmente el Congreso” y a “establecer un Gobierno excepcional de emergencia”. Esta medida selló su destino. Castillo y su familia corrieron hacia la Embajada de México, pero fueron detenidos por los militares en la Avenida España, antes de que pudieran llegar a su destino.

¿Por qué Pedro Castillo dio el paso fatal de intentar disolver el Congreso cuando estaba claro para sus asesores – como Luis Alberto Mendieta – que se impondría en la votación de la tarde?

La presión pudo con Castillo, a pesar de la evidencia. Desde su elección en julio de 2021, su oponente en las elecciones presidenciales, Keiko Fujimori, y sus asociados han tratado de bloquear su ascenso a la presidencia. Ella trabajó con hombres que tienen estrechos vínculos con el Gobierno de los Estados Unidos y sus agencias de inteligencia. Un miembro del equipo de Fujimori, Fernando Rospigliosi, por ejemplo, había intentado en 2005 implicar a la embajada estadounidense en Lima contra Ollanta Humala, quién se presentó en las elecciones presidenciales peruanas de 2006. Vladimiro Montesinos, ex agente de la CIA que cumple condena en una prisión de Perú, envió mensajes a Pedro Rejas, ex comandante del ejército peruano, para que fuera “a la embajada de los Estados Unidos y hablara con el oficial de inteligencia de la embajada”, para intentar influir en las elecciones presidenciales peruanas de 2021. Justo antes de las elecciones, EE. UU. envió a una ex agente de la CIA, Lisa Kenna, como embajadora en Lima. Se reunió con el ministro de Defensa de Perú, Gustavo Bobbio, el 6 de diciembre y al día siguiente envió un tuit de denuncia contra la medida de Castillo de disolver el Congreso (el 8 de diciembre, tras la destitución de Castillo, el Gobierno estadounidense – a través de la embajadora Kenna – reconoció al nuevo Gobierno de Perú).

Una figura clave en la campaña de presión parece haber sido Mariano Alvarado, oficial de operaciones del Grupo de Asistencia y Asesoramiento Militar (MAAG), que funciona efectivamente como agregado de Defensa de los Estados Unidos. Se dice que funcionarios como Alvarado, que están en estrecho contacto con los generales militares peruanos, les dieron luz verde para actuar contra Castillo. También es sabido que la última llamada telefónica que Castillo tomó antes de abandonar el palacio presidencial provino de la Embajada de los Estados Unidos. Es probable que le advirtieran que huyera a la embajada de una potencia amiga, lo que le haría parecer débil.

Este artículo fue producido para Globetrotter.

Fotografía: Globetrotter.

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SEP: Libros de Texto y Políticas Editoriales

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Más que una productora de libros, hoy, la Conaliteg (SEP) es una compradora/consumidora gigantesca de obras, señala Juan Carlos Miranda Arroyo en su columna.

Este 4 de diciembre estuvimos en el cierre de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL-GDL, 2022). Ese fue prácticamente el último día del evento. Fue un domingo por la tarde. Bella como siempre la Perla Tapatía y su gente.

Ahí, como es costumbre, observamos que la variedad de publicaciones es explosiva, abrumadora e impresionante. Dos grandes pabellones o patios enormes con libreros nacionales e internacionales componen la FIL, aparte de salas de eventos y demás recintos diseñados para profesionales de la industria editorial. Me pregunto ¿Cómo sobrevive esta industria si el libro no es un producto de la canasta básica en México?

Como sucede en cada edición anual de la feria del libro en la perla de occidente, pudimos observar una gran oferta de publicaciones donde la palabra escrita y el diseño gráfico fueron (y son) los protagonistas; sin embargo, lo que más nos sorprendió durante la visita fue la participación ciudadana en el recinto expositor. Además, una buena noticia: Había una gran cantidad de niñas, niños y jóvenes.

Al salir del recinto, por ejemplo, nos tocó ver una fila de más de 200 jóvenes y niñas-niños con sus familias en espera para obtener la firma de un libro, de esos que están de moda, de aventuras y personajes con dibujos.

La oferta de libros de todas las variedades, temas, contenidos, tamaños, colores, formas y diseños se vivía con emoción en cada uno de los sitios (stands) donde se exhibían las obras. Durante el caminar por horas rodeados de libros surgieron preguntas, como parte de la magia editorial de este año (la FIL/GDL es considerada, por cierto, una de las más grandes ferias de libros en América Latina y el Caribe). ¿Cuál es la situación de los libros de texto gratuitos y de las políticas editoriales de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ejecutadas a través de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg)?

Según la página oficial de la SEP: “La Comisión Nacional de Libros de Texto adquiere o produce, en su propia planta o a través de terceros, los libros de texto gratuitos para la educación básica en México. Así es como los libros que la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP edita conforme a los planes y programas de estudio son entregados oportunamente cada año a las autoridades educativas de los 32 estados, para que éstas a su vez los hagan llegar a los estudiantes desde el primer día de clases.”

Así continúa la información de la dependencia educativa: “La Conaliteg cuenta con una imprenta en Querétaro donde se producen alrededor de 30 millones de libros al año. Los programas de preescolar, primaria y telesecundaria requieren de la producción de cerca de 140 millones de libros. Los que no se producen en la planta se hacen con las empresas de artes gráficas establecidas. La SEP es la mayor editorial de México y el mayor cliente para las empresas que producen libros. También es la editorial que más papel para impresión de libros consume. La producción de los libros para cada ciclo requiere de alrededor de 60 mil toneladas de papel.”

Impresionantes cifras, pero las políticas públicas editoriales en México ante tales dimensiones y a efecto de atender a las necesidades educativas y didácticas de millones de niñas, niños y jóvenes ¿Qué problemas enfrentan? ¿Cuáles son los desafíos mayores y las prioridades de la gestión de libros en la SEP-Conaliteg?

“El programa de secundaria y de bibliotecas escolares se nutre con los libros editados por la industria editorial mexicana. En el caso de secundaria, la Secretaría de Educación Pública evalúa las propuestas que los editores privados hacen para las 17 materias y con ellas conforma un catálogo de donde los maestros y las autoridades educativas de los estados seleccionan los libros que se usarán en los salones de clase. Cada año alrededor de 400 títulos son puestos a disposición de los maestros para que escojan aquel que consideran más adecuado para ayudarlos a dar sus clases. Se reparten alrededor de 33 millones de libros que son adquiridos en parte por la Conaliteg y en parte por los estados.”

Cabe recordar que la SEP es la principal dependencia del gobierno federal que coordina, edita, imprime o publica el mayor volumen de libros educativos al año, sobre todo si pensamos en la producción editorial de libros para niñas, niños y jóvenes que se utilizan en las escuelas públicas de nivel básico (y en menor medida en las escuelas privadas de ese mismo nivel educativo que, aunque reciben los libros de la SEP, no siempre los utilizan como apoyo didáctico durante sus jornadas escolares).

La participación de la industria editorial, como empresa privada, siempre ha sido significativa en el sector educativo. Recuerdo que cuando me inicié como docente en el sistema educativo, en secundaria, las agencias y empleados de la industria editorial repartían libros en forma gratuita a las maestras y maestros durante las reuniones de academia (1984-1985), con intenciones e intereses de promoción y venta. Tengo entendido que esa misma forma de trabajo de las empresas editoriales privadas continúa.

“La inversión de la Conaliteg representa 75 por ciento del total de esta compra. Algo similar sucede con los acervos de las bibliotecas. La Secretaría de Educación Pública lanza una convocatoria a los editores para invitarlos a participar con títulos que cumplan con las especificaciones generales de las bibliotecas: ser libros adecuados para los niveles de enseñanza y la capacidad lectura de los alumnos de los distintos niveles educativos. Se forman consejos estatales que escogen de esta oferta los títulos que les gustaría tener en sus acervos y se conforma el pedido que la Conaliteg adquiere.”

Más que una productora de libros, hoy, la Conaliteg es una compradora/consumidora gigantesca de obras.

“La Comisión también produce libros accesibles para niños con baja visión o ceguera en los niveles de primaria y secundaria. Para los niños ciegos que estudian la primaria existen las versiones de 41 títulos. La Conaliteg produce también para los estudiantes de primaria con baja visión 73 títulos en macrotipo, que son libros de gran formato adaptados para ellos, entre los que se incluyen los 32 títulos de “La entidad donde vivo”. (Información tomada de: https://www.gob.mx/conaliteg/acciones-y-programas/programa-de-produccion )

Además esa instancia gubernamental, la Conaliteg, rectora de las políticas editoriales de la SEP, entrega millones de libros a maestras/os, directivas/os escolares y asesoras/es técnicos de la educación básica, entre otras figuras educativas.

Sin duda, la existencia de la Conaliteg es un acierto de las políticas públicas educativas transexenales, es decir, del Estado mexicano. Sin embargo, hoy en día se han registrado algunos problemas en el ejercicio de dichas políticas que conviene analizar.

Según una nota de la revista Expansión/Política, “La producción de materiales educativos ha caído hasta 80 por ciento en la planta industrial de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), debido a la antigüedad de la maquinaria y a la falta de mantenimiento, reveló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).” (Nota firmada por Dulce Soto. “ASF: la producción de libros de texto gratuitos cayó 80% en planta de Conaliteg”, Expansión/Política, 8 de noviembre, 2022).

“De acuerdo con el organismo auditor, la Conaliteg reportó que su planta industrial de Querétaro trabaja al 35 por ciento de su capacidad y, pese a ello, en 2021 no se autorizó ningún plan de ampliación o modernización del equipo y maquinaria.”

“Entre 2012 y 2021, el presupuesto de la Conaliteg aumentó 58 por ciento, al pasar de mil 968 millones de pesos a 3 mil 108 millones de pesos.”… “Sin embargo, la entidad paraestatal no cumplió el año pasado con la totalidad de las acciones de mantenimiento previstas para la planta industrial de Querétaro, pues solo realizó 65.6 por ciento (de lo programado).”

“La ASF expuso que se superó la meta de producción de libros programada para 2021. Sin embargo, de los 183 millones de libros de texto gratuitos producidos para el ciclo escolar 2021-2022, la planta industrial de la Conaliteg contribuyó con apenas 2.9% (5 millones de libros); mientras que la producción externa alcanzó 97.1% (178 millones de libros).”

¿Quién resulta beneficiada económicamente con la baja producción editorial de la planta impresora de la Conaliteg (SEP) en los talleres de Querétaro? Sin duda, la industria editorial mexicana.

El cuadro que se presenta en la principal dependencia del Estado mexicano responsable de la compra y distribución de libros para estudiantes de educación básica, indica la existencia de una situación conflictiva debido a la baja producción. Aparte de constituir una sensible adversidad para la autonomía editorial del gobierno federal (SEP) en este sector clave de generación de libros, dicha situación y el contexto que prevalecen, resultado de administraciones inoperantes, pueden plantear el inicio de una etapa de privatización de la plataforma editorial de la SEP.

¿Esa condición conviene a la nación? Pienso que no. Conviene, sí, a los intereses empresariales, para quienes el libro es una mercancía, no un bien público.

Fuente de la información e imagen:  https://www.sdpnoticias.com
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