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Dónde están los trabajos de STEM (y dónde no lo están)

10 de enero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Steve Lohr

La prioridad nacional en educación se puede resumir en un acrónimo de cuatro letras: STEM. Y eso es comprensible. 

El dominio de un país en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas es vital para generar crecimiento económico, promover la innovación científica y crear buenos empleos.

La campaña STEM ha estado en marcha durante años, defendida por legisladores de todo el espectro ideológico, adoptados en las escuelas de todo el mundo y por organizaciones que van desde la  Asociación Cristiana para Jovencitas (por sus siglas en inglés YWCA)  hasta los Boy Scouts. Hasta ahora, el término, primero popularizado y promovido por la National Science Foundation, se usa como identificador descriptivo. «Ella es una STEM», que por lo general significa un cumplido, sugiere alguien que tiene una ventaja en los sorteos de admisión a la universidad.

Gran parte del entusiasmo público por la educación STEM se basa en la suposición de que estos campos son ricos en oportunidades de trabajo. Algunos lo son, otros no. STEM es una categoría expansiva, que abarca muchas disciplinas y ocupaciones, desde ingenieros de software y científicos de datos hasta geólogos, astrónomos y físicos.

Lo que los estudios recientes han hecho cada vez más evidente es que la mayor cantidad de trabajos de STEM con altos sueldos se encuentran en la «T» (específicamente informática).

A principios de este año, Glassdoor, un sitio web de la lista de empleos, clasificó el salario base medio de los trabajadores en sus primeros cinco años de empleo por especialidad de pregrado. La informática encabezó la lista ($ 70.000), seguida por la ingeniería eléctrica ($ 68.438). La bioquímica ($ 46.406) y la biotecnología ($ 48.442) se encontraban entre las carreras de menor pago en el estudio, lo que también confirmó que las mujeres generalmente están subrepresentadas en carreras de STEM.

«Existe una gran división entre los roles de la tecnología informática y las ciencias tradicionales», dijo Andrew Chamberlain, economista jefe de Glassdoor.

En LinkedIn, los investigadores identificaron las habilidades más demandadas. Los 10 mejores el año pasado fueron todos los conocimientos informáticos, incluida la experiencia en computación en la nube, minería de datos y análisis estadístico, y la escritura de aplicaciones para teléfonos inteligentes.

En un análisis reciente, Edward Lazowska, profesor de informática en la Universidad de Washington, se centró en las previsiones de empleo de la Oficina de Estadísticas del Trabajo en las categorías de STEM. En la década que finaliza en 2024, el 73%  del crecimiento del empleo STEM será en ocupaciones de computadoras, pero solo el 3% estará en las ciencias físicas y el 3% en las ciencias de la vida.

Una comprensión práctica de los principios de la ciencia y las matemáticas debería ser un conocimiento esencial para todos los estadounidenses, dijo Michael S. Teitelbaum, un experto en educación y política científica. Pero cree que los defensores de STEM, a menudo ejecutivos y cabilderos de compañías de tecnología, hacen un flaco servicio cuando dan la alarma de que Estados Unidos enfrenta un déficit preocupante de trabajadores de STEM, basado en la escasez en un puñado relativo de campos de rápido crecimiento como análisis de datos, inteligencia artificial, computación en la nube y seguridad informática.

«Cuando se generaliza a todo STEM, es engañoso», dijo el Sr. Teitelbaum, investigador asociado del Programa de Trabajo y Vida Laboral en la Facultad de Derecho de Harvard. «Estamos engañando a muchos jóvenes».

Las tasas de desempleo para las especializaciones de STEM pueden ser bajas, pero no todas las que tienen títulos universitarios terminan en su campo de estudio: solo el 13% en ciencias de la vida y el 17% en ciencias físicas, según una encuesta de 2013 de la Fundación Nacional de Ciencias. La informática es el único campo STEM donde más de la mitad de los graduados están empleados en su campo.

Si los físicos y biólogos desean disfrutar de los tiempos de bonanza en la economía digital, unas pocas empresas especializadas las entrenarán y encontrarán empleos como científicos de datos y programadores de inteligencia artificial.

El programa Insight Data Science Fellows Program, que tiene oficinas en Nueva York, Boston, Seattle y Palo Alto, California, comenzó su primer programa de capacitación hace cinco años y ahora cuenta con 900 ex alumnos que trabajan en compañías como Facebook, LinkedIn, Airbnb, Amazon y Microsoft. Jake Klamka, un físico que fundó el programa, escuchó a los ejecutivos de Silicon Valley que habían considerado contratar a científicos tradicionales, pero convertirlos en tecnólogos parecía una tarea lenta y arriesgada. Así que el Sr. Klamka decidió que comenzaría una empresa para proporcionar a los científicos un camino más suave en la industria de la tecnología.

Carlos Faham hizo ese pasaje. Tuvo una carrera académica impresionante, con una serie de premios y becas. Su Ph.D. de la Universidad de Brown estaba en la física de la materia oscura. Después de Brown, fue becario postdoctoral en el Lawrence Berkeley National Laboratory.

El Dr. Faham amaba la investigación, pero después de casi dos años sentía la tensión de esa vida. Para entonces, había pasado 12 años en la universidad, estudios de postgrado e investigación de postgrado. Su siguiente paso sería competir por un puñado de vacantes de enseñanza en la tenencia en todo el país. Para el costoso Área de la Bahía, él no estaba ganando lo suficiente. Un investigador postdoc generalmente gana entre $ 40.000 y $ 60.000 al año.

El Dr. Faham había hecho una programación seria para su investigación de física. Se postuló a empresas de tecnología, pensando que estarían ansiosos por contratar a alguien con su potencia intelectual. No pudo obtener una entrevista en persona. Le dijeron que su formación era demasiado académica. Trató un par de entrevistas de detección telefónica porque los problemas estadísticos y de aprendizaje automático no le resultaban familiares.

«Fue como golpear una pared corriendo a toda velocidad, realmente humillante», recordó.

El Dr. Faham se unió al programa Insight Data Science Fellows de siete semanas en 2015. No hubo un curso formal de trabajo. Aparte de unos pocos tutoriales de personas de la industria, el tiempo se gastó en crear un producto, el suyo era un software para reconocer y seguir caras en video, y capacitación para entrevistas. Eso implicó resolver un problema de programación en una pizarra y explicar su pensamiento. «Entrevistar es un músculo y tienes que ejercitarte una y otra vez», dijo. Después del programa, recibió seis ofertas de trabajo. Él aceptó la oferta de LinkedIn. (La información es gratuita para los participantes, las empresas contratantes pagan una tarifa no divulgada).

Hoy, el Dr. Faham, de 33 años, es un científico de datos senior que trabaja en un equipo que utiliza aprendizaje automático y modelos estadísticos para detectar actividades ilícitas en la red social, incluidos listados de trabajos falsos, fraude publicitario, spam y ataques de robots.

El rango de trabajo detectivesco intensivo en datos, dijo, es «extremadamente rico» y «se mueve mucho más rápido que mi mundo anterior». Hace un «salario bastante bueno de seis cifras», alrededor de cinco veces lo que hizo como investigador postdoctoral.

Alrededor del 90% de los que ingresan al programa Insight obtuvieron empleos como analistas de datos, según la compañía, con una tasa de abandono de alrededor del 3 por ciento.

Anasuya Das hizo una movida profesional similar, pero no tan lejos de su formación académica. Después del programa, el Dr. Das, cuyo Ph.D. en neurociencia, se unió al Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York, donde ahora es una científica de datos sénior. Ella trabaja en un equipo que crea herramientas de software para los médicos, enfermeras e investigadores del centro. Un proyecto actual es un programa para recomendar los ensayos clínicos más prometedores para pacientes con cáncer en particular, en función de su historial médico, edad, sexo y genética.

La ciencia de los datos es claramente diferente de la neurociencia, dijo el Dr. Das, pero algunas de las herramientas que ella emplea, como una técnica de aprendizaje automático llamada redes neuronales artificiales, sí se inspiran en el cerebro. Su experiencia apunta a la tendencia general de que las tecnologías digitales como la ciencia de datos y la inteligencia artificial se utilizan cada vez más en casi todas las disciplinas. Entonces la tecnología y los otros campos de STEM se fusionan.

Ese es el pensamiento detrás de una nueva división de ciencias de datos en la Universidad de California, Berkeley, que comenzó en julio. La división es una respuesta a la demanda de los estudiantes y el avance de la tecnología. El curso «Foundations of Data Science» de Berkeley atrajo a 1.200 estudiantes de más de 50 especialidades en el último año académico.

La elección del término «división» en lugar de «instituto», explicó David Culler, el decano interino de ciencias de la información, subraya su enfoque. «Queremos que esto sea algo fundamental en toda la universidad, innovando con otras disciplinas, sin diferenciarse de ellas», dijo. «Este es el mundo académico reflejando lo que está sucediendo en la economía más grande».

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/actualidad/articulos-informativos/donde-estan-los-trabajos-de-stem-y-donde-no-lo-estan

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Educación y migración

Por: Aporrea

De los avances de la revolución bolivariana quizás el que haya tenido un mayor impacto es aquel que se ha generado desde el campo educativo. Ello comienza a percibirse paradójicamente en el fenómeno migratorio de profesionales universitarios que en la actualidad buscan realizarse en otros países.

Visto desde una óptica inusual, vemos como son numerosos los países que están recibiendo los beneficios de la educación venezolana sin que ello obedezca a un plan del gobierno revolucionario. Solo el hecho de que muchos de estos migrantes sean altamente valorados y absorbidos en otras latitudes nos da un indicativo inequívoco de los resultados del proyecto bolivariano en Educación. Es así como la Organización de Estados Iberoamericanos en voz de su Secretario Álvaro Marchesi ya reconoce en el año 2014: «La educación venezolana es de las mejores de América Latina» Ello lo hizo con base a cifras señalando: «…la alta matrícula estudiantil del país que alcanza los 10 millones de niños y jóvenes formándose en 29.000 escuelas y liceos», destacando además cómo Venezuela ha pasado a ser «…el segundo país de Latinoamérica en matrícula de estudiantes universitarios, con 2.600.000 jóvenes cursando estudios.» 1 La UNESCO por su parte ya había entregado en el 2013 «… un reconocimiento al programa Canaima Educativo de Venezuela, al cual considera…una experiencia que debe multiplicarse en otros lugares.» , el documento agrega: «Este programa busca promover, mediante la tecnología, el aprendizaje de los niños y niñas del país, con la entrega de computadoras portátiles que hasta la fecha han llegado a las manos de 3.3 millones de estudiantes.» 2 O esto último reseñado por la prensa chilena: «Venezolanos son los extranjeros con mejores puntajes en la prueba de selección universitaria de Chile» Por: La Tercera | Martes, 02/01/2018 «…los mejores resultados este año en la prueba de Lenguaje son de los venezolanos. El 53% de ellos sacó entre 500 y 650 puntos. Le siguen ecuatorianos, con un 45% de puntajes en este rango… Los argentinos y colombianos empataron, con un 41% en el mismo tramo… La situación se repite en el caso de la prueba de Matemática, donde Venezuela también figura con los mejores resultados.» 3

Refiriéndose a este rendimiento, Omar Aravena, investigador del centro de liderazgo educativo (Cedle), declara lo siguiente: «los resultados de estos estudiantes son producto de una reforma profunda del sistema escolar que ha posicionado a Venezuela entre los países más avanzados en materia educativa a nivel latinoamericano. Fue una reforma súper potente y extremista, pero si lo pensamos, estos estudiantes son producto de ello: gratuidad, uso de tecnología y formación ciudadana crítica».4

Reconocimiento éste que tarde o temprano también tendrían que expresar los países que se han visto beneficiados con estos profesionales, así como de parte de los propios migrantes, quienes por cierto, en un alto porcentaje, recibieron toda su formación en tiempos de revolución de manera gratuita.

Por supuesto que esto último pareciera imposible, nuestras universidades continúan egresando expertos que no difieren en mucho de aquellos que graduaba la IV República, que en un ego desenfrenado dicen ahora, «era mi derecho y por tanto obligación del Estado». Lo que en realidad se oculta en el trasfondo de todo esto es que han sido formados, sin que muchas veces lo sepan, para el manejo de paquetes tecnológicos e ideológicos del neo colonialismo o globalización capitalista y sin duda alguna, en eso somos definitivamente exitosos, es decir, formamos profesionales útiles a los imperios, a la libre empresa y al neoliberalismo y por tanto, no es de extrañar que los que egresan de estas universidades vivan atormentados con el sueño de la «american way of life», el mayor propósito de sus vidas, su máxima razón de existir, y les importe un pito el socialismo que junto a la realización de proyectos colectivos pudieran hacer posible la realización plena del ser humano.

Bello olvidado. En este contexto, el escritor venezolano Alberto Rodríguez Carucci nos revive el pensamiento de Don Andres Bello…»¿Estaremos condenados todavía a repetir servilmente las lecciones de la ciencia europea, sin atrevernos a discutirlas, a ilustrarlas con aplicaciones locales, a darles una estampa de nacionalidad? Si así lo hiciésemos, seríamos infieles al espíritu de esa misma ciencia europea.» y agrega en otro párrafo: «Nosotros somos ahora arrastrados más allá de lo justo por la influencia de Europa, a quien al mismo tiempo que nos aprovechamos de sus luces, deberíamos imitar en la independencia de pensamiento» 5

Como podemos ver, igual que Simón Rodríguez y Hugo Chávez doscientos años después, Bello, tenía bien claro cuál debía ser el papel de la Universidad en el destino de nuestra América mestiza, sin embargo pareciera que a todos ellos les hemos echado al olvido.

Entonces, ¿En qué ha fallado la educación bolivariana?, unas reflexiones retóricas nos pueden dar respuesta: ¿Qué se puede esperar de universidades bolivarianas cuyo lema es «aquí no se habla de política», con un modelo educativo de formación repetidora, anti innovadora, medieval, dogmática, alienante y distorsionadora de lo que son los valores humanos?, de profesionales universitarios que a lo largo de su carrera nunca leyeron, ni se toparon por casualidad con un libro de sociología, historia y padecimientos de los pueblos latinoamericanos (Josué de Castro, Eduardo Galeano, etc.), con textos sobre política contemporánea o de crítica a la «razón pura» y a la realidad circundante?; universitarios que desconocen y muchas veces desprecian sus orígenes?, con profesores fanáticos del pensamiento mágico religioso, aliados a las orientaciones de la mediática internacional?… He allí el meollo del problema. En tanto no se corrija esta grave falla, la revolución seguirá formando profesionales de altísima calidad tecnológica pero de una vacuidad e insensibilidad humana absolutamente aterradora, solo útiles al Imperio y a sus naciones sumisas.

En búsqueda del confort. Por supuesto que le corresponde al Estado garantizar a todos los venezolanos y a estos profesionales en particular «la mayor suma de felicidad posible», solo que en tiempos de guerra, esto no es nada fácil, y tampoco esta felicidad debe establecerse como el fin único de la Educación sobre todo, cuando se confunde el término realización con poseer, sin importar si para ello han de llevarse por delante a toda una sociedad entera.

Educación o Corrupción. Otra angustia del momento viene de preguntarse por el tema ineludible de la corrupción en tiempos de revolución y su relación con la Educación, la respuesta viene siendo la misma. Los corruptos que hoy nos saltan como plaga aborrecible por doquier, provienen en su gran mayoría del mismo modelo universitario: Alma Mater de vampiros adormecedores de juventudes, en la que pululan castas de bárbaros que se dicen ilustrados con cero (0) formación en historia política en ciencias económicas socialistas, en filosofía crítica, ética, estética, aquellos que por Patria entienden negocio, que creen a fe ciega que Marx y Engels son engendros de Satanás, sin haberlos leído nunca. El filósofo venezolano Álvaro Márquez nos lo aclara de la siguiente forma: «Lo que pervive en el fondo del neoliberalismo global es la liberación de la economía como estadio acumulativo de riqueza en una sociedad, no la liberación de aquellos sujetos subordinados y dominados por estas condiciones materiales de producción, y a quienes se les desnaturaliza su existencia genérica y todas sus representaciones culturales» 6

Algunos de estos corruptos, por cierto, se vanaglorian de poseer maestrías y doctorados en las mejores universidades de Estados Unidos y Europa, ¡pero de que nos ha servido!… lo aprendido en la cueva del lobo no es otra cosa que la defensa a ultranza de las teorías de Joseph Smith y de las grandes corporaciones transnacionales, sirviéndoles y sirviéndose de ellas con fanática genuflexería al tiempo que evaden cualquier alusión o vínculo con la palabra pueblo, vendiendo su alma a Mefistófeles, cual Fausto que se eterniza en el hedonismo y la frivolidad más repulsiva.

¡Urge, por inaplazable, una revolución educativa dentro de la revolución bolivariana!!!

alcidesrivas@gmail.com

https://actualidad.rt.com/actualidad/view/138024-venezuela-mejor-educacion-oei-america-latina

http://archivo.globovision.com/oei-reconoce-avances-de-la-educacion-venezolana/

http://www.latercera.com/noticia/venezolanos-los-extranjeros-mejores-puntajes-la-psu/amp/?__twitter_impression=true

4 Ibid.

5 Alberto Rodríguez Carucci: «Bello: Independencia Intelectual, Autonomía Lingüística y Estudios Literarios», Revista Nacional de Cultura N. 344, Caracas noviembre 2016, p. 23.

6 Álvaro B. Marquez-Fernandez: «Raúl Fornet-Betancourt: Crítica Intercultural a la Globalización. Revista Nacional de Cultura No. 338 / Tomo I, junio de 2011, p. 306

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a257578.html

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Insurrecciones silenciosas

Por: Raúl Zibechi

Los grandes  cambios comienzan siempre por pequeños movimientos invisibles para los analistas de arriba y para los grandes medios, como señala uno de los comunicados del zapatismo. Antes de que miles de personas ocupen las grandes alamedas suceden procesos subterráneos, donde los oprimidos ensayan los levantamientos que luego hacen visibles en los eventos masivos que la academia denomina movimientos sociales.

Esos cambios suceden en la vida cotidiana, son producidos por grupos de personas que tienen relaciones directas entre ellas, no son fáciles de detectar y nunca sabemos si se convertirán en acciones masivas. Sin embargo, pese a las dificultades, es posible intuir que algo está cambiando si aguzamos los sentidos.

Algo de esto parece estar sucediendo en países de América Latina. Un compañero brasileño consideró, durante un encuentro de geógrafos con movimientos sociales (Simposio Internacional de Geografía Agraria- SINGA), que en este país estamos ante una insurrección silenciosa. La intuición se basa en hechos reales. En el seno de movimientos sociales y en los espacios más pobres de la sociedad, las mujeres y los jóvenes, están protagonizando cambios, se están desplazando del lugar asignado por el Estado y el mercado.

Los verdaderos movimientos son aquellos que modifican el lugar de las personas en el mundo, cuando se mueven en colectivos y rasgan los tejidos de la dominación. En este punto, debe consignarse que no hay una relación directa o mecánica de causa-efecto, ya que en las relaciones humanas las predicciones no son posibles por la complejidad que contienen y por la interacción de una multiplicidad de sujetos.

En los últimos años pude observar esta tendencia de cambios silenciosos en el interior de varios movimientos. Entre los indígenas del sur de Colombia, grupos de jóvenes nasa y misak re-emprenden la lucha por la tierra que había sido paralizada por las direcciones, focalizadas en la ampliación de las relaciones con el Estado que les proporciona abundantes recursos. Algo similar parece estar sucediendo en el sur de Chile, donde una nueva generación mapuche enfrenta la represión estatal con renovadas fuerzas.

Entre los movimientos campesinos consolidados, donde existen potentes estructuras de dirección, mujeres y jóvenes están emprendiendo debates y propuestas de nuevo tipo, que incluyen la movilización y organización de las personas que se definen LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).

Observamos también un creciente activismo en el seno de los movimientos tradicionales de militantes negros que construyen quilombos y palenques, incluso en las universidades, como puede apreciarse en las academias brasileñas y colombianas donde abren espacios propios.

Durante la escuelita nos explicaron que la mitad de los zapatistas tienen menos de 20 años, algo que pudimos apreciar. La participación de las mujeres jóvenes es notable. Quienes participaron en los encuentros de arte y ciencia convocados por el EZLN enfatizan esta realidad. En otros movimientos aparece la organización de niños y niñas con asambleas que excluyen a sus mayores.

Qué reflexiones podemos realizar sobre esta insurrección silenciosa, que abarca a toda la sociedad y de modo particular a los movimientos antisistémicos. Sin pretender agotar un debate incipiente, propongo tres consideraciones.

La primera es que las insurgencias en curso de las mujeres, de los pueblos negros e indígenas y de los jóvenes de todos los sectores populares, están impactando en el interior de los movimientos. Por un lado, están produciendo un necesario recambio generacional sin desplazar a los fundadores. Por otro, ese recambio va acompañado de modos de hacer y de expresarse que tienden a modificar la acción política hacia direcciones que, por lo menos quien escribe estas líneas, no es capaz de definir con claridad.

La segunda es de carácter cualitativo, estrechamente relacionada con la anterior. La irrupción juvenil/femenina es portadora de preguntas y culturas elaboradas en el interior de los movimientos, con sus propias características. Las mujeres de abajo, por ejemplo, no enarbolan el discurso feminista clásico, ni el de la igualdad ni el de la diferencia, sino algo nuevo que no me atrevo a conceptualizar, aunque hay quienes mencionan feminismos comunitarios, negros, indígenas y populares.

El deseo de los jóvenes zapatistas por mostrar sus músicas y danzas, es algo más que una cuestión artística, del mismo modo que sus preguntas sobre la ciencia. En algunos casos, como el mapuche o el nasa, se pueden observar cambios que, desde fuera, podemos valorar como una radicalización que no se focaliza sólo en las formas de acción política, sino también en la recuperación de tradiciones de lucha que habían sido casi abandonadas por sus mayores.

La tercera, y quizá la más importante, es que la irrupción de los abajos jóvenes y mujeres va perfilando otra concepción de revolución, que se aparta de la tradicional teoría de la revolución de cuño leninista. Aquí aparece otra cuestión: ¿cómo se hace política en clave quilombo/palenque? ¿Cómo es la política en clave mujer? No me refiero a la participación de las mujeres y los jóvenes de abajo en las estructuras ya existentes.

Las respuestas las darán los propios pueblos, que están abriendo caminos nuevos, aunque el analista de arriba siempre tiende a verlos con ojos y conceptos del pasado. Se trata de construir, más que de ocupar las instituciones existentes. Se van creando mundos nuevos o sociedades nuevas, si se quieren nombrar con los conceptos de antes: poderes propios, justicia propia en base, muchas veces, a tradiciones y en otras al sentido común de los pueblos; salud, educación y maneras de ocupar el espacio en base a lógicas no capitalistas.

El mundo, nuestro mundo, está cambiando de manera acelerada. Rechazar esos cambios, sería tanto como anular la capacidad transformadora que está enterrando el capitalismo y levantando un mundo nuevo sobre sus escombros.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/11/10/opinion/020a1pol

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¿Cómo terminará el capitalismo?

Por: Fander Falconí

Arthur Schopenhauer, pensador prusiano de la primera mitad del siglo XIX, es considerado el más pesimista de los filósofos. En nuestro tiempo, no ha faltado quien considere al alemán Wolfgang Streeck como el más pesimista de los sociólogos.

En su libro ¿Cómo terminará el capitalismo?, Streeck (2017, Ensayos de un sistema fallido, Verso, Nueva York) predice que tras la caída del capitalismo, vendrá una era caótica para la humanidad, una especie de Edad Media. Aunque uno no comparta tan desesperanzador final y tampoco el determinismo social, hay que admitir que su análisis del capitalismo es impecable. Streeck era poco conocido hasta que algunas de sus predicciones se cumplieron con la crisis de 2008 y muchos empezaron a leerlo.

Streeck afirma que ya estamos viviendo la descomposición del capitalismo, con las crisis periódicas que vive este sistema desde 1973. Cada crisis se ha arreglado tapando un hueco del barco que se hunde, pero abriendo otro. Cada medida tomada para salvar el capital, resulta perjudicial para la mayoría de la población, y viceversa. Los gobernantes no pueden alcanzar un término medio, porque el desequilibrio entre economía y política es intrínseco al sistema capitalista. El descontento acompaña a la ganancia.

El sociólogo cree que desde la crisis de 2008, entramos en la última manga de esta loca carrera desbocada. Como un profeta apocalíptico, hasta nombra a los tres jinetes del apocalipsis capitalista: estancamiento económico, deuda y desigualdad. Claro que el capitalismo no admite su final y emprende programas sociales que son una burla: para combatir el desempleo, establece programas de subempleo.

La desigualdad ha llega a una fase en la cual los más ricos han olvidado que su riqueza depende de la supervivencia de un enorme sector poblacional, que es a la vez productor y consumidor de sus bienes y servicios. A veces, se presentan como filántropos y así alcanzan legitimidad social. La sociedad no necesitaría filántropos si los ricos pagaran sus impuestos.

Como cada vez es más difícil compaginar capitalismo y democracia, aparecen nuevas formas para burlar la voluntad popular, como la teoría de que hay que dejar que los expertos decidan sus cosas. Los médicos deciden cuánto cuesta una consulta y los banqueros deciden cuánto pagar de interés. Al fin y al cabo, esa costumbre de dejar que los expertos sean juez y parte es igual en el poder legislativo: los legisladores legislan hasta sobre sus propios sueldos.

El capitalismo de posguerra (1945-1973), según Streeck, dependió de cierto equilibrio entre la política de los trabajadores y las necesidades de las economías nacionales. Desde 1973, las clases dominantes optaron por la globalización. Ahí nace el neoliberalismo.

No importa al neoliberalismo el aumento de la desigualdad si hay más ganancia para los capitalistas. Si baja el poder adquisitivo dentro de un país, no importa porque los bienes se venderán en el exterior. Estamos en la era de la globalización. Ahora los Estados están dentro de los mercados, ya no los mercados dentro de los Estados.
Al globalizarse, la banca ya no tiene controles nacionales, es supranacional. La democracia ya no existe, ha sido sustituida por una auténtica plutocracia (del griego ‘plutos’: riqueza). La seudo democracia actual ya no redistribuye la riqueza, solo aparenta ser el gobierno del pueblo (‘demos’).

Para olvidar nuestra desgracia, el sistema respalda recursos como la fe en un futuro mejor o tolera el uso de amortiguadores ilegales, como las drogas. El sistema incentiva una droga de su propia creación: el ‘shopping’.
Nunca hemos estado mejor, dice el neoliberalismo. Nunca hemos estado peor, responden los trabajadores. No se puede dialogar así. Aunque no predijera el caos, la tesis del alemán se queda en la denuncia, bien fundamentada es cierto. Pero no hay síntesis.

Fander Falconí Benítez: economista ecológico y académico ecuatoriano. Actualmente es ministro de Educación de Ecuador.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236033&titular=%BFc%F3mo-terminar%E1-el-capitalismo?-

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Los avances económicos de la India

Por: Hedelberto López Bash

Las predicciones de los analistas auguran que dentro de pocos años, la India se convertirá en una de las naciones económicamente más importantes y pasará a ocupar, por el valor de su Producto Interno Bruto (PIB), el tercer lugar del orbe, detrás de Estados Unidos y China.

En la última década el país entró en un período de consolidación para tratar de convertirse en una de las primeras economías a nivel mundial y actualmente se ubica como la séptima en el mundo con un PIB de 2 180 billones de dólares.

Con una extensión territorial de 3 287 595 kilómetros cuadrados, su población alcanza 1 266 millones 883 598 habitantes. Es el séptimo país más extenso y el segundo más poblado del mundo.

Limita al norte con Nepal, Bután y China; al sur con el Océano Índico, el Estrecho de Palk y el Golfo de Mannar, que la separa de Sri Lanka; al oeste con el mar Arábigo y Pakistán; al este con Myanmar, el Golfo de Bengala y Bangladesh, que casi separa por completo el noreste de la India del resto del país.

Su economía ha resistido mejor que otros países la ralentización mundial, y ha aprovechado los precios bajos del petróleo para crecer a un promedio de 7,4 % anual, estimulado por el gasto público.

La actividad se frenó ligeramente a fines del 2016 y principios de 2017, debido a las medidas que tomó la administración del primer ministro Narendra Modi, como fueron el canje monetario de los billetes de alta denominación, ejecutado en noviembre del 2016, y la entrada en vigor en julio del Impuesto de Bienes y Servicios.

En el trimestre de julio, agosto, septiembre el PIB creció 6,3 % frente al 5,7 % del trimestre anterior. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la economía crecerá al 7,3 % entre 2019 y 2022.

Cuando Modi alcanzó e l poder en mayo de 2014 puso en acción un programa para reformar el modelo económico y mejorar la eficiencia pública de anteriores administraciones endeudadas y disminuir la corrupción pública.

En noviembre de 2016 ordenó sacar de circulación los billetes de 500 y 1 000 rupias para sustituirlos por otros nuevos en un país donde el 80 % de las transacciones económicas se hacían al contado. La medida fue concebida para frenar la economía informal, combatir la corrupción elevar el impuesto tributario e impulsar la adopción del dinero digital.

Otra reforma estructural fue la introducción a partir del primero de julio de un complejo sistema de impuesto unificado en bienes y servicios que sustituyen gravámenes federales y estatales existentes con el fin de optimizar los impuestos domésticos en todo el país, reducir la complejidad y disminuir los cuellos de botellas causados por controles fronterizos. Esto posibilitó que las declaraciones de la renta crecieran 25 %.

El primer ministro también puso en práctica la campaña make in India, para atraer a las empresas transnacionales deseosas por entrar a un país tradicionalmente cerrado al exterior.

Los datos del Gobierno indican que la nación asiática recibió 60 000 millones de dólares en inversión extranjera en 12 meses, un 8 % más que en el mismo período del año anterior.

Por todo el extenso país se realizan grandes obras para crear, mejorar o ampliar la infraestructura como son carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles.

Como importador neto de petróleo, la baja en los precios del crudo le ha facilitado reducir la presión inflacionaria que se ubicó en 2,36 % en el último trimestre, con un acumulado del 5,7 % anual, 3 décimas del tope estipulado por el Banco de Reserva de India.

El país es el tercer productor mundial de alimentos y sus principales cultivos son trigo, mijo, bambú, arroz, maíz, caña de azúcar, té, patata y algodón. Es el segundo mayor productor de ganado bovino, el tercero de ganado ovino y el cuarto en producción pesquera. La agricultura representa 17 % del PIB y emplea a cerca de 45 % de la población activa.

El sector industrial ha crecido progresivamente, aporta casi un tercio del PIB y emplea a más de 100 millones de personas. Ostenta la décima posición a nivel mundial y sus principales exportaciones son derivados el petróleo, textiles, productos químicos, piedras preciosas, maquinarias, hiero y acero, medicamentos, software y los destinos de ventas son Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, China, Singapur y Hong Kong.

Pero innegablemente que el sector de los servicios ha representado la parte más dinámica pues provee el 53 % del PIB y da empleo a más de un cuarto de la población activa, debido al rápido crecimiento de la industria del software que estimula las exportaciones de servicios y moderniza la economía india.

La lejanía no ha sido óbice para que también India incrementara su presencia en América Latina en 2017 aparecía como el quinto exportador para Argentina, el sexto de Chile, el octavo de Brasil y Paraguay y el décimo de Bolivia. La región recibe el 1,5 % de sus exportaciones mientras que hacia la nación asiática envía el 2,1 %de sus productos.

Pese a todos estos avances logrados en los últimos años, a la nación asiática le quedan aún grandes retos por delante. L a renta per cápita es muy baja, cerca del 25% de la población sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza y las desigualdades sociales son muy altas.

A esto se suma que tiene un volumen de préstamos incobrables en el sector bancario que a la par afecta el poder adquisitivo interno. En el presente futuro, deberá crear muchos empleos para su numerosa y creciente población.

La India en este siglo XXI, aparece como una de las economías más dinámicas entre las naciones emergentes con posibilidades reales de ocupar en la próxima década el tercer peldaño a nivel mundial.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236249&titular=los-avances-econ%F3micos-de-la-india-

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La suprema corte mediática

Por: Fernando Buen Abad Dominguez

Están asesinando en público el “debido proceso”, están aniquilando el principio de la inocencia, la reserva de la dignidad y la garantía de la privacidad. Están avasallando los derechos fundamentales y están produciendo una mezcla monstruosa de persecución y condena, ilegales e ilegitimas, con premeditación, alevosía, ventaja y en público. Un delito de “lesa humanidad” cometido con impudicia e impunidad desaforadas. Es el rol actual de los “mass media” burgueses.

Está desarrollándose una fase aguda (peligrosísima para las democracias) de las emboscadas “políticas” mafiosas, que usan el linchamiento mediático contra todo lo que les presente oposición o razón crítica. Esta creciendo una fase monstruosa del odio burgués que, desde sus máquinas de guerra ideológica, expresan la lógica de los empresarios que se adueñaron de los gobiernos -y de la totalidad de los “medios de comunicación”- para ejercer venganza vil, “periodismo de guerra”, tráfico de calumnias, acusaciones infundadas, falsificación de imágenes, guerra psicológica y veredictos espurios dichos con la soltura de los ignorantes a que nos tiene acostumbrados la farándula mediática e informativa oligarcas.

Ser juez, hoy, se vuelve una vergüenza agravada. En los casos, excepcionales, de profesionales con mediana conciencia de Justicia Social y defensa de la dignidad humana, debe ser pesadísimo el paisaje de colegas que sucumben a los mandatos de los “jefes” que los hunden en la servidumbre más perniciosa e irreparable. Y no son pocos. Se trata de un espectáculo patético en el que una vida de estudio y trabajo se rinden ante el capricho del odio donde sacrifican para siempre nombre, prestigio y conciencia y alguna vez tuvieron. Todo a cambio de “centavos”.

A las mafias mediáticas parece que nada les satisface, que les queda chico el dominio actual sobre gobiernos y gobernantes cocinados en caldos de fraudes y corrupción estructural. Ya nada los “llena”. Para los fines del odio burgués los funcionarios, paridos desde los “medios”, son gerentes doctorados en ineficiencia y, por eso, la burguesía se ve impelida a intervenir directamente en el “poder judicial” para asegurarse de que logrará cumplir su cometido de linchamiento sin importar qué leyes hubiere que deformar, degenerar o pisotear. Para eso cuentan con payasos “letrados” hambrientos de banalidad publicitaria, palmaditas en la cabeza y propinas gordas. Y abundan.

No deja de ser llamativa la “velocidad” acelerada por el odio de la “justicia” cuando hay casos que se dirimen en las pantallas televisivas. Contrario a la “tradición” ineficiente de jueces y leguleyos, capaces de demorar eternamente juicios de personas “pobres” o trámites simples… cuando hay tufo de fama mediática se convierten en sagaces tratadistas de la jurisprudencia con velocímetro ultrasónico. Son rapiditos para popularizar el uso de la “justicia” como herramienta de la venganza burguesa. Son permisivos voluntaristas cuando se trata de filtrar imágenes y expedientes que ensucien la dignidad y la vida misma de las personas victimadas. Son la barbarie lenguaraz cuando se trata de suprimir el derecho a la privacidad, el debido proceso y la presunción de inocencia para que reine en su esplendor la obscenidad de la sentencia y la condena dictada en las pantallas (y sus adláteres) por los tiempos televisivos y la premura del odio oligarca.

Un juez, suponemos sin ingenuidades idealistas, debe proteger a las personas que están a expensas de sus procesos y veredictos. Incluso en los casos de flagrancia, un juez debe ver por la precisión conceptual y técnica de la sanción, debe ser celosos del escrutinio de los hechos, de la tipificación del delito y de la axiología indispensable del veredicto para que se constituya en fortaleza moral de la comunidad y de ninguna manera en escarnio o injusticia. Uno supone, sin ser un bobo útil, que debe primar el rigor de la ética encarnada en en el trabajo arduo y complejo de un juez y de sus equipos, que faltar a ese rigor es lastimar a las víctimas y ser injusto también con los culpables. Eso no repara el daño ni resarce a la sociedad de los daños hipotéticos.

Ha costado mucho a la humanidad construir márgenes de confianza sobre la Justicia y sobre sus expertos. Ha costado mucho en un mundo donde reina la anarquía de la impunidad amasada por la clase dominante contra la clase trabajadora. Ha costado mucho desarrollar una cultura de la Justicia y mucho también hacerla clara y hacerla rápida. Incluso con todos sus fracasos reales y concretos, con la injusticia errática y corrupta del sistema judicial en sociedades divididas en clases, con la injusticia lacerante en la demora de los trámites y de los juicios, con la injusticia consustancial a un sistema de castigos que no reparan con puntualidad ni velocidad los daños a las víctimas… con todo eso, el muy poco prestigio que ha logrado la justicia del sistema imperante, se va a la basura gracias a la estupidez política de las jaurías neoliberales dispuestas a destruirlo todo para saciar su avaricia y usura. Y hay jueces que lo permiten, lo celebran y los ejecutan.

Más que nunca ésta es la hora de los pueblos. Es la hora en que se debe analizar de fondo todo aquello que viene ocurriéndonos, a escala mundial y a escala regional, por la metástasis del neoliberalismo infectando su putrefacción en todas las escalas de la vida en sociedad y de la vida en lo particular. Con el paso del tiempo se hace más urgente la creación de fiscalías populares especializadas en delitos comunicacionales. Fiscalías populares capaces de iniciar una corriente crítica del maridaje mafioso que viene destruyendo los últimos reductos de justicia, y sus nociones más fundamentales, que pudieren quedar en la estructura judicial del capitalismo.

Es un delito exhibir a personas en transito de procesos judiciales, por más que genere mucho “rating”. Es un delito exhibir a personas heridas o fallecidas para satisfacer morbos mediáticos patológicos. Es un delito emitir juicios “mas media” sobre la inocencia o la culpabilidad antes o durante el debido proceso. Es un delito acusar a cualquier persona saltándose la presunción de inocencia y saltándose las evidencias con su respectiva diversidad de enfoques y valoraciones éticas, jurídicas, políticas y sociológicas. Es un delito destruir el prestigio y el buen nombre de las personas sin asumir el responsabilidad social alguna y convirtiendo el drama de otros en negocio de odios y revancha de clase. Es un delito usar los medios concesionados por los pueblos para atacar a los pueblos en sus bases culturales y jurídicas más preciadas y es un delito obrar con alevosía propagandista para beneficiar los intereses de una secta gobernante. Como, por ejemplo, hicieron con “Frida-Sofía”, niña mexicana inexistente bajo los escombros donde nunca estuvo. Ni una palabra de los jueces, por ahora.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233953&titular=la-suprema-corte-medi%E1tica-

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En busca del pensamiento crítico perdido

Por: Aram Aharonian

En los últimos años, América Latina y el Caribe ha sido una región con enorme dinamismo, originalidad en bregar contra políticas neoliberales y ajustes políticos y sociales regresivos, aun en un mundo con notorios retrocesos globalizadores, y sufriendo la negativa y desmoralizadora influencia de radicalismos superficiales enunciativos que, al frustrase, configuran un escenario sin salida, sin otra alternativa que resignarse.

No cabe duda que lo ha hecho con vaivenes y, en gran medida no solo debido a que se generaron cambios de escenarios y posicionamientos con fuertes polarizaciones. Los procesos populares no fueron acompasados – como sí ocurrió en otras épocas en la región- por imprescindibles análisis de fondo y debates críticos originales y propuestas firmes y consistentes, no repetitivas, y por supuesto no basados en recetas dogmáticas envasadas. Hubo una llamativa distancia entre los enunciados y las acciones concretas.

Fue a partir de 1492 cuando Europa logra ponerse como centro y constituir discursivamente a las demás culturas como periferias, y usó la conquista de Latinoamérica y el Caribe para sacar una ventaja comparativa determinante con respecto a sus antiguas culturas antagónicas (turco-musulmana).

Las diferentes formas de conocimiento eurocéntrico se construyeron ‒ y lo peor es que aún hoy lo hacen ‒ bajo una concepción de modernidad excluyente. Desde la llegada a América, Europa se erige como modelo único de toda la civilización, entonces se torna necesario poder vislumbrar qué se se derivó de un eurocentrismo dominador e impositivo y, a partir de allí, cómo no fue posible controlar la economía, la autoridad, el género y la sexualidad, y en definitiva, la subjetividad.

Llamativamente, numerosos teóricos, académicos, “expertos”, desembarcaron en la América latina del nuevo milenio para ayudar a los gobiernos progresistas de la región a encauzar sus procesos liberadores y socialmente justicieros, de acuerdo con su idiosincrasia, conocimientos, memoria e ideología europeas (a veces presentados como marxistas o gramscianos), tomando posiciones terminantes en relación a ricas pero complejas experiencias en América Latina inexistentes en el viejo continente, desplegando la “teoría de los posible”, contra las posibilidades de revoluciones, o siquiera de cambios o medidas imprescindibles para priorizar la defensa de los intereses sociales o nacionales.

Algunos de los expertos “desembarcados” en los últimos tres lustros en la región han aportado sus conocimientos a los procesos progresistas, muchos otros quisieron imponer su “debe ser”, basados por supuesto en la priorización de otros intereses. Éstos, aún pudiendo ser genuinamente solidarios o de perfil progresista, actuaron por preconceptos ideológicos y la superficialidad, descontextualización de opiniones, posiciones y propuestas.

A no dudar, debemos repudiar terminantemente la estigmatización de los extranjeros en cualquier lugar del mundo, pero para ello es imprescindible partir del reconocimiento de que se trata de una problemática común a la relación, sino que la problemática es común a la relación de países centrales y periféricos o aún entre países mayores y menores subalternos, en forma paternalista, de hecho habitualmente degradante aun vestidas con las mejores intenciones.

Hoy siguen, en muchos casos, condicionando el desarrollo de las políticas de reformas estructurales en nuestros países, a veces con buena intención, otras representando a sus patrocinadores, entre ellos bancos, trasnacionales financieras, calificadoras de riesgo, partidos políticos del establishment y, sobre todo, paralizando progresos impensables en la realidad de países centrales.

El pensamiento crítico quedó atrapado en la disyuntiva de dar su apoyo a los gobiernos progresistas por sus logros en materia social o señalar las contradicciones y límites de su proyecto, contradicciones manifiestas en la peculiar forma que adopta la dominación, señala el uruguayo Raúl Zibechi. Debe señalarse que muy a menudo los nuevos temas no llegaron de la mano del aporte de pensadores ya reconocidos e institucionalizados, sino que provienen de pensadores/activistas o investigadores/militantes, añade.

En el congreso del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en Bogotá, la socióloga mexicana Beatriz Stolocwicz señaló que el desconcierto que se observa actualmente entre los científicos sociales de la región es, en buena medida, resultado de que durante varios años los análisis serios fueron desplazados u opacados por la propaganda.

Añadió que el “mainstream de izquierda” en las ciencias sociales opera como una zona de confort, con algunas ideas de las que se echa mano para todo, usadas casi como consigna, lo que es cómodo para mantenerse en el candelero de la opiniología, pero no explica adecuadamente la realidad, y tampoco las importantes transformaciones ocurridas en este nuevo siglo en la reproducción del capitalismo en América Latina.

Hay que tener una mirada más larga que capte las lógicas de la estrategia dominante y sus adecuaciones tácticas en las últimas cuatro décadas. El humanista Javier Tolcachier plantea una autocrítica política, ya que en la división internacional y nacional del trabajo, a algunos, por tradición y acumulación histórica, les toca pensar y a la inmensa mayoría no.

Y pensar todos –o pensar entre todos- significa no repetir los cánones de una academia anquilosada elitista decadente, que tiende a reproducirse y permanecer, como todo statu quo. “Pensar es casi siempre pensar originalmente, al menos intentarlo, aunque lo pensado ya haya sido masticado con salivas ajenas. Es el mismo hecho de pensar el que libera”, señala.

El diálogo, la democratización del debate significa sobrepasar los límites de la academia o de los ilustrados, para anclarse en la realidad y en las vivencias, en las opiniones diversas de quienes hablan de otras cosas y de modos diferentes a los de la academia.

El subcomandante insurgente Moisés, del Frente Zapatista de Liberación Nacional, señaló este primero de enero, al cumplirse 24 años su lucha: (…). vamos a ver si se puede vivir con dignidad sin malos gobiernos, sin dirigentes y sin líderes y sin vanguardias, que mucho Lenin y mucho Marx y mucho trago, pero nada de estar con nosotros. Mucho hablar de lo que debemos o no hacer, y nada de práctica. Que la vanguardia, que el proletariado, que el partido, que la revolución, que échate una cervecita, un vinito, un asado con la familia”.

“Pues ni modos, pensamos, creo que la vanguardia revolucionaria está ocupada en probarse trajes y palabras para el triunfo, así que tenemos que darle según nuestro modo, como indígenas zapatistas (…) Falta saber qué vas a hacer”.

Para crear o remodelar el nuevo instrumento político hay que cambiar primero la cultura política de la izquierda y su visión de la política, que no puede reducirse sólo a discursos, consignas, a las disputas políticas institucionales por el control del parlamento, por ganar un proyecto de ley o unas elecciones, peleas donde los sectores populares y sus luchas son los grandes ignorados.

La política no puede limitarse al arte de lo posible, debe convertirse en el arte de hacer lo “imposible” –que es factible e imprescindible–, construir fuerza social y política capaz de cambiar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular. Y para eso se necesita una hoja de ruta basada en n pensamiento crítico renovado, acorde con nuestras realidades.

Para ello es necesario que las organizaciones políticas expresen un gran respeto por el movimiento popular, que contribuyan a su desarrollo autónomo, dejando atrás todo intento de manipulación e imposición. Los movimientos populares rechazan, con razón, las conductas hegemonistas que intentan imponer intelectuales y académicos con una soberbia que oculta, en general, mediocridad, inseguridad o descalificación impositiva, con variados intereses, jugando muchas veces el papel de guionistas de gobiernos progresistas.

¿Una nueva teoría crítica?

Los análisis sobre la teoría crítica latinoamericana comparten un núcleo de interrogantes que van definiendo la naturaleza de la teoría. ¿Qué tipo de transformaciones necesita el proyecto de la “teoría crítica” para posicionar temas como el género, la raza y la naturaleza en un escenario conceptual y político? ¿Cómo puede ser asimilada la “teoría crítica” en el proyecto latinoamericano de modernidad/colonialidad, liberado del discurso academicista y eurocéntrico?

Según Enrique Dussel, Europa se autoproclama desde 1492 “centro” de la Historia Mundial, constituye de ese modo, por primera vez en la historia, a todas las otras culturas como su “periferia”, y torna a la modernidad una justificación de una praxis irracional de violencia sobre la periferia, ya que su autoproclamación como “centro” está basada en varias premisas que componen, precisamente, el “mito de la modernidad”:

Entre ellas, Dussel señala que la civilización moderna se autocomprende como más desarrollada, superior (lo que significará sostener sin conciencia una posición ideológicamente eurocéntrica), que la superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos, rudos, bárbaros, como exigencia moral. El proceso propuesto por Europa es unilineal, lo que determina una falacia desarrollista, indica.

Todo por fuera del modelo de civilización de Europa es considerado bárbaro, por ello, en último caso se habla de una guerra justa colonial donde se legitima la violencia si fuera necesaria, para destruir los obstáculos de la tal modernización y, al estar basada en la alteridad, esta visión produce víctimas y victimarios, colonizados y colonizadores; donde el héroe civilizador inviste a sus mismas víctimas del carácter de un sacrificio salvador (el indio colonizado, el esclavo africano, la mujer, la destrucción ecológica de la Tierra, etcétera).

Es a partir de la década del 1960 que las ciencias sociales se han visto repensadas por diferentes corrientes de pensamiento crítico que buscan analizar el mundo actual, la política global y las relaciones sociales desde paradigmas y epistemologías que sirvan para interpretar las concentraciones del poder. En un contexto histórico de particular impulso y creatividad, América Latina brindó enormes aportes vitalizadores.

El debate crítico de las ciencias sociales, supera las áreas de economía, sociología, historia para alcanzar las relaciones internacionales, y hoy se hace necesaria la configuración desde Latinoamérica de otro conocimiento, de un pensamiento postcolonial, que debe incorporar no solo lo producido académicamente sino nutrido de las experiencias de resistencia, lucha y construcción de nuestros pueblos.

Aníbal Quijano señala que el pensamiento decolonial tiene como razón de ser y objetivo la decolonialidad del poder, es decir, de la matriz colonial de poder: Pues nada menos racional finalmente, que la pretensión de que la específica cosmovisión de una etnia particular sea impuesta como la racionalidad universal, aunque tal etnia se llame Europa occidental.

Para lograr una perspectiva latinoamericana se debe pensar por un momento desde el otro lado de las carabelas de Colón: ¿qué implicó la modernidad para aquellos que ya habitaban el territorio de la actual América Latina? La llegada de la modernidad a América Latina, lejos de reconocernos como un otro, implicó la imposición de una ideología eurocéntrica legitimadora de las prácticas político-sociales y económicas que se dieron posteriormente.

El portugués Boaventura de Sousa Santos admite que las ciencias sociales atraviesan un momento de crisis reflejada en la renovación y expansión con respecto a la visión eurocéntrica o de cualquier centro de poder hegemónico, crisis que se ha hecho posible gracias a las luchas sociales de los últimos treinta o cuarenta años en varios continentes (campesinos, feministas, indígenas, afrodescendientes, trabajadores urbanos, pequeños productores, ecologistas, de derechos humanos, contra el racismo y la homofobia, etc.), en muchos casos con demandas fundadas en universos culturales no occidentales.

Por ello se hace necesario el desprendimiento de la retórica vacua de una modernidad copiada y de su imaginario imperial articulado en la retórica de la democracia a la europea o estadounidense, hoy por cierto muy deteriorada y vulnerada por la creciente peligrosa regresividad y marginación que se observa en sus sociedades.

El nuevo pensamiento crítico debe surgir desde la diversidad (étnica, cultural) y de las historias locales que por más de cinco siglos se enfrentaron con la visión eurocéntrica como la única manera de leer la realidad.

Es comenzar a vernos con nuestros propios ojos, para superar los estrechos márgenes impuestos por la visión totalizadora de la modernidad excluyente, para indagar en otros saberes, otras prácticas, otros sujetos, otros alternativos a este orden. Latinoamérica ha demostrado que tiene la capacidad ética, política e intelectual de responder al reto de contribuir con sus saberes y sus prácticas a una sociedad equitativa, incluyente y democrática, y a un modelo de vida sostenible para la mayoría de los presentes y futuros habitantes del planeta.

El pensamiento crítico latinoamericano es, a pesar de sus críticas al eurocentrismo, muy eurocéntrico y monocultural. La riqueza del pensamiento popular, campesino e indígena ha sido reiteradamente desperdiciada. No se trata solamente de un nuevo pensamiento crítico, se trata de una manera diferente de producir pensamiento crítico.

El pensamiento crítico no ha sabido hasta hoy teorizar las posibilidades de superar las contradicciones, las separaciones, las tensiones entre las subjetividades de ciudadanos organizados, mujeres, indígenas, migrantes, campesinos, afrodescendientes, y promover alianzas estratégicas y sustentables entre estos movimientos, esto es, alianzas que no escondan la exclusión de algunas subjetividades bajo la apariencia de su inclusión.

En nuestra región, muchos de los movimientos que luchan contra la injusticia social no se consideran ni en el capitalismo ni en las versiones conocidas del socialismo. Se debe pensar también en estas concepciones contrahegemónicas de democracia y de derechos humanos más allá del modelo liberal y occidental.

Se debe pensar la democracia como la transformación de todas las relaciones de poder (explotación, patriarcado, diferenciación étnico-racial, fetichismo de las mercancías, comunitarismo excluyente, dominación cultural y política, intercambio desigual entre países) en relaciones de autoridad compartida, teniendo en cuenta el cuadro de situación: navegamos en las aguas de la crisis del capitalismo como sistema histórico, primordialmente especulativo, rentista y expropiador, que sólo puede reproducirse agudizando contradicciones incurables.

Los éxitos que ya ha tenido el neoliberalismo es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda o un progresismo que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; y que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes, señala la mexicana Stolowicz.

La estrategia capitalista tiene como uno de sus ejes la seguridad para el capital sobre la propiedad: sí garantiza las condiciones de su reproducción basadas en formas de acumulación originaria (expropiación, saqueo, control territorial directo sobre las materias primas y los recursos energéticos, el agua, la biodiversidad, además de imponerle a las regiones más débiles sus desechos tóxicos).

Otro de los ejes es la seguridad frente a la pérdida irremediable de la cohesión social, lo que implica domesticar a los oprimidos, proclives cada vez más a la protesta y la rebeldía.

Lo opuesto del pensamiento crítico es el conformismo, cínico o resignado. La conciencia social latinoamericana respalda una voluntad del cambio social, con una crítica al orden capitalista que abre posibilidades para una superación de las relaciones de explotación y subalternidad. Los que están en deuda son la academia y la llamada intelectualidad, ancladas en el pasado, sordas a la realidad de nuestros pueblos, muchas veces funcionales a gobiernos pero no a procesos emancipadores y populares .

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236252&titular=en-busca-del-pensamiento-cr%EDtico-perdido-

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