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Otro sexenio perdido en materia educativa

México / 18 de febrero de 2018 / Autor: Víctor A. Arredondo / Fuente: La Jornada Veracruz

El comunicado del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) #3 de este año ratifica que el desempeño escolar mexicano es alarmantemente bajo y que no sólo no avanza sino que presenta retrocesos

Nuestro país sigue perdiendo terreno ante la creciente desigualdad educativa entre pobres y ricos

Tales resultados deben servir para evaluar el verdadero desempeño de la autoridad educativa y la influencia real del INEE en las políticas y programas de la SEP.

La «Reforma Educativa» de este sexenio dedicó una parte significativa del tiempo disponible a desarrollar, aplicar y reparar los estragos de una estrategia nacional que se centró, primero, en evaluar a los maestros. La percepción social de este esfuerzo, a pesar de las múltiples aclaraciones oficiales, fue que con ello se buscaba descubrir a los «docentes ineptos» para separarlos del salón de clases y, eso sí, acabar con la injerencia sindical en cuestiones que no son objeto de su naturaleza y misión gremial. El valor diagnóstico de la evaluación para promover integralmente la calidad quedó en un segundo plano y evidenció la parcialidad de una estrategia inicial que no puso el mismo énfasis en la ponderación de otros componentes esenciales del sistema educativo: la infraestructura escolar, los planes y contenidos educativos, las condiciones y perfiles del alumnado, el entorno económico, social y cultural de los planteles, las discrepancias en el acceso a recursos de aprendizaje, la administración escolar, las políticas educativas y de financiamiento, etcétera. Si bien algunos de estos temas de evaluación fueron retomados posteriormente por el INEE y la propia SEP, no quedó claro cómo los resultados de tales evaluaciones influyeron directamente en las acciones compensatorias y de promoción de la calidad de la autoridad educativa. Y esta interrogante es fundamental. Se pueden generar cientos de estadísticas sobre desempeño escolar e, incluso, documentos conceptuales sólidos sobre los fines, objetivos y prácticas de la educación nacional; pero si todo ello no trasciende en las aulas, ese cuantioso esfuerzo no es rentable socialmente.

La política y el financiamiento educativo y los programas y acciones de remedio y promoción en el ámbito federal, estatal y local, deben ser consecuencia del diagnóstico y de sus respectivas metas. De nada sirven los dictámenes y recomendaciones del médico sobre nuestra salud si no se acompañan de las correspondientes medidas de prevención y terapia. Y el problema nodal –es un auténtico nudo gordiano– de nuestro sistema educativo es que contamos con decenas de años de diagnóstico y formulación de recetas que no se han reflejado en el actuar real. Y las razones de este hecho son múltiples. Unas se deben a cuestiones de personalidad y capacidad: el gran ego de muchas autoridades educativas que se consideran autosuficientes y capaces sin alguna evidencia firme; su actitud del «borrón y cuenta nueva» que desestima lo hecho anteriormente por otros; los intereses ocultos que se sobreponen a la labor educativa trascendente; lo inadecuado del perfil e inexperiencia de numerosos responsables de la gestión educativa; su insuficiente liderazgo y mística para la convocatoria social; su falta de entrega por las causas nobles; la simulación generalizada en sectores de la burocracia educativa –»ley del menor esfuerzo»–; y la sensación de abandono y menosprecio que tienen los trabajadores de la educación por parte de la autoridad educativa. Otras razones se refieren a cuestiones técnico-políticas: no ha habido al interior de la SEP y de las oficinas educativas estatales una evaluación sólida de su propia estructura, funciones, resultados e impacto real en la calidad de la educación. Prevalecen oficinas y programas que han sido el resultado acumulado de las ocurrencias de la autoridad en turno; existe duplicidad –y a veces conflicto– en sus funciones; operan con independencia de la política, prioridades y metas educativas nacionales; y todo ello, ha impedido la necesaria sintonía y alineación integradora del quehacer técnico-administrativo-financiero del sector para acrecentar radicalmente la calidad y equidad educativa en el país. «No, los maestros y maestras no son los culpables de la debacle en la educación».

La inexperiencia de la autoridad educativa federal fue la que ocasionó que, hasta los dos último años de la actual administración federal, la SEP pretendiera hacer de manera apresurada, lo que debió haber hecho desde el primer año: atender los diagnósticos anteriores y emprender cuanto antes una verdadera campaña nacional de actualización profesional, promoción de nuevos enfoques y métodos de aprendizaje en el aula, aplicación generalizada de recursos didácticos de gran impacto, modernización de la infraestructura y gestión escolar, conectividad de internet en todas las escuelas del país, mayor participación social y rendición de cuentas en la educación –en especial, por parte de los directivos–. En cambio, con una actitud autocomplaciente se dedicaron a desarrollar en sus propias oficinas burocráticas soluciones que debieron haber estado en manos de expertos comprobados. La soberbia y los intereses mezquinos es lo que impidió que funcionarios de la SEP analizaran y aprovecharan las experiencias de sistemas estatales exitosos en la mejora del desempeño escolar –el INEE reconoce lo logrado recientemente por Sonora, Zacatecas, Tabasco y Tamaulipas, como en su momento la OCDE y la prueba ENLACE resaltaron el caso de Veracruz–. Lo mismo ha sucedido con aquellas organizaciones e instituciones que cuentan con evidencias contundentes sobre su aporte a la calidad educativa nacional: fueron hechas a un lado para recurrir a lo que ahora se observa como un monopolio de servicios a la educación pública: el Tecnológico de Monterrey. Es tiempo de evaluar cuál es el valor agregado real que se ha obtenido como resultado de las cuantiosas contrataciones que le asignó la Subsecretaría de Educación Media Superior.

Otra tarea pendiente es la de asegurar una relación estratégica funcional entre los resultados y recomendaciones que produce el INEE y la toma de decisiones en la SEP. Son dos realidades paralelas, porque el INEE no influye como debiera en las decisiones administrativas y financieras del sector educativo. Sabemos que su autonomía, naturaleza y misión la convierten en un ente no ejecutivo de programas de intervención educativa. Pero si la sociedad mexicana está invirtiendo en un tanque pensante de esa dimensión, lo menos que se debe hacer es evaluar en qué medida el sector educativo oficial está tomando en cuenta sus directrices. Resulta imprescindible establecer mecanismos funcionales para traducir sus recomendaciones en políticas, programas y formas de financiar la educación. De no ser así, su impacto en la calidad será totalmente marginal.

Fuente del Artículo:

http://www.jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=180129_080455_637

Fuente de la Imagen:

http://elmaestrocompentente.blogspot.mx/2015/04/la-guerra-perdida-de-la-educacion-en.html

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Menos alumnos, más cargos docentes y sueldos bajos

Argentina / 18 de febrero de 2018 / Autor:  / Fuente: Infobae

Estamos realizando un importante esfuerzo del gasto público en educación, lo cual es meritorio, aunque no se evidencien mejoras en el nivel educativo de los alumnos primarios

Es creciente la preocupación por tener un buen sistema educativo, con mejoras en la calidad de la enseñanza que incluya también a los sectores más humildes de la población. Un buen sistema educativo exige, por lo menos,  tres requisitos: docentes bien preparados, docentes bien remunerados y una adecuada relación entre cantidad de alumnos y cantidad de cargos docentes. Por esta razón es importante prestar atención a lo que ha venido ocurriendo en los últimos años en nuestro país.

Comencemos por señalar que, debido al éxodo de muchas familias de la escuela estatal, desde el 2003 hay cada vez menos alumnos en las escuelas primarias estatales. Nada menos que 433 mil menos que en 2015. Si en el 2003 había 100 niños en primer grado, en el 2015 había apenas 81.

Al mismo tiempo, el plantel total de cargos docentes creció un 19%, con 45 mil más cargos en el 2015 que en el 2003. Como se ve, estamos en presencia de un gran esfuerzo presupuestario de los gobiernos provinciales, que son los responsables directos del nivel primario, que ha significado incrementar el gasto dedicado a la educación.

Como hay menos alumnos y al mismo tiempo más cargos docentes, observamos que, en el 2003, cada cargo docente en las escuelas estatales correspondía a 16 alumnos primarios, mientras que en el 2015 esta relación disminuyó a 12 alumnos por cargo. Como son las provincias las responsables de la educación primaria, estas cifras nacionales pueden encubrir grandes diferencias cuando se considera en particular cada una de las 24 jurisdicciones provinciales.

En América Latina el panorama es muy distinto, ya que nosotros tenemos, en las primarias estatales en el promedio nacional 12 alumnos por cargo, mientras en Chile hay 2o; en Brasil, 21; en Colombia, 24; y en México, 27. En Canadá hay 17, en Gran Bretaña hay 18 y en Francia, 19.

Estamos en presencia, en nuestro país, en los últimos años, de un importante esfuerzo del gasto público en educación, lo cual es meritorio, aunque no se evidencien mejoras en el nivel educativo de los alumnos primarios, como lo han puesto en evidencia muchas veces las diversas evaluaciones, sean nacionales o internacionales. El panorama se complica cuando se observa que, comparando con otros países, las remuneraciones de nuestros docentes son en general bajas.

El desafío que enfrentamos es claro: mejorar los sueldos docentes acompañando al mismo tiempo un esfuerzo organizativo para expandir la matrícula escolar en todo el país sin aumentar, en muchas provincias, el plantel total docente. Todo esto exigirá al mismo tiempo fortalecer la capacitación de los docentes y cumplir el calendario escolar, evitando los frecuentes cierres de las escuelas que tanto perjudican a los niños pobres que acuden a la escuela pública.

Fuente del Artículo:

https://www.infobae.com/opinion/2018/01/30/menos-alumnos-mas-cargos-docentes-y-sueldos-bajos/

Fuente de la Imagen:

https://flavioluisbuccino.blogspot.mx/2012/02/otras-miradas-sobre-el-salario-docente.html

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Can one learn to be creative?

By Hazlina Aziz

IN the next few years, more than three generations may be working side by side at the workplace. They are the Baby Boomers, Generation X, Generation Y (also known as millennials) and Generation Z.

Gen Z, who were born after 1995, are beginning to appear in the workplace. By next year, Gen Z is expected to represent more than 20 per cent of the workforce.

Growing up in a world where the Internet, social media and mobile technology have always existed, they will bring their new technology and big ideas with them. It can be a significant challenge to prepare for the clash of these four generations.

Many organisations are still struggling to analyse the challenge that millennials pose in the workplace.

But, how different will Gen Z really be? A digitally innate generation of students, Gen Z have access to more information than the generations before them. Growing up in the age of technology provides them with more outlets and digital tools for exploration and expression.

So, they are said to be more curious, innovative and open-minded than past generations.

While they should be more advanced in searching for information and figuring things out on their own, they also expect everything to be available at any time and with low barriers of access. With Gen Z starting university and the first batch graduating soon, are the schools preparing them for their future? Is higher education ready for them?

A study done by Adobe that provides insight into Malaysian Gen Z students shows that they are feeling unprepared for the problems the “real world” face today, and want greater focus on creativity and hands-on learning in the classroom.

The study, “Gen Z in the Classroom: Creating the Future”, surveyed 250 Gen Z students between the ages of 11 and 17, and 100 teachers in Malaysia.

A similar study was also conducted in five Asia-Pacific (Apac) countries — Australia, India, Thailand, China and Korea. For Malaysia, they found 97 per cent of students and 100 per cent of teachers — the highest rating among five other countries — see creativity as essential to students’ future success.

Malaysian Gen Z students also have mixed emotions when it comes to their future after they finish schools.

According to the study, they feel “excited” and “curious”, but at the same time “nervous” or “worried”. Some are concerned that schools have not properly prepared them for the real world.

They believe that there are a variety of careers that require creativity. Ninety six per cent of students from this study believe their future careers would involve creativity.

Both students and teachers alike agree that Gen Z learn best through hands-on experience and wish that there is more focus on creativity. Students feel that classes focusing on computers and technology hone their creativity and will best prepare them for their future.

Developing creative people is an aim that most in education share; there have been growing calls to nurture and teach creativity from an early age in schools and universities.

The World Economic Forum predicts that creativity will rise from the 10th most sought-after skill in 2015 to the third in 2020.

But, what is creativity? It can seem that creativity is a natural gift for those who are lucky, for instance, great artists, musicians or entrepreneurs. Can one learn to be creative? Can we prime the mind for creative ideas to emerge?

Research has shown that creativity is a skill that can be taught, practised and developed. With imagination, we can be wired to be creative. Creative thinkers in any discipline are those who can tackle complex problems and develop innovative solutions.

Of course, this does not mean that you can teach one to be a genius. The techniques of teaching creativity are not going to turn a student into Einstein or Picasso.

It is more about encouraging day-to-day creative thinking that can make a student, and then later, as an adult, more productive.

Many educators claim to value creativity, but they do not always prioritise it. In some parts of the world, teaching creativity is already a necessary part of an undergraduate experience.

The International Centre for Studies in Creativity at Buffalo State College in New York is the world’s first university department of its type.

The term “makerspace” in education — probably still new in Malaysia’s education scene — is also the buzzword now to refer to physical spaces that support learning and doing, in a way that redefines traditional schooling. It provides hands-on experiences and encourages creative ways for students to design, experiment, build and invent.

How can creativity be cultivated in the classroom? The way Gen Z students consume and learn today is very different from past generations, hence, educators in Malaysia need to provide the right environment, updated tools and creative outlets to bring out the best in their students and foster innovative problem-solving skills the future workforce will need.

Education systems should focus less on the reproduction of information and more on critical thinking and problem solving. There are multiple solutions to open-ended and complex problems, a situation that the students will face as they pursue future careers.

Encouraging divergent instead of convergent thinking leads to solving problems that do not have one correct answer.

However, it is important to remember that teaching creativity does not mean that we should throw out the textbooks and exams while encouraging children to let their minds wander rather than concentrate in the classroom.

Children should not be given free rein for their imagination to run wild at the cost of understanding a subject. In encouraging creativity, I believe if you want to think outside the box, you must fully understand what is inside the box first.

Link: https://www.nst.com.my/opinion/columnists/2018/01/330504/can-one-learn-be-creative

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Cultura y educación, bastiones para el desarrollo humano

Por: Luis Cifuentes

Con el paso del tiempo se ha aumentado la tendencia de los países por preservar la cultura y las tradiciones con el fin de mantener una estructura social que pasa de generación en generación.

La influencia de la cultura y la educación en el desarrollo de las sociedades modernas trasciende fronteras y generaciones. Los expertos en desarrollo humano han debatido durante décadas sobre el papel que han jugado estos dos elementos en el crecimiento de las naciones.

La educación con su formalidad institucional y la cultura basada en las costumbres, hábitos y creencias son dos mundos que marchan por separado, pero que al final se unen para las más grandes expresiones artísticas o musicales, en el caso de la educación.

Respecto a la cultura, podrían citarse las celebraciones de carnaval o las veneraciones religiosas. Cada manifestación artística o cultural posee sus características particulares, lo que es fácil de apreciar en la gran diversidad de sociedades que conviven en el planeta.

A lo largo de la historia ha existido una tendencia de los países de preservar y rescatar sus orígenes y cultura. Es a través de ella que se determina la estructura social, que luego pasa de generación en generación.

La socialización de los individuos debe ser asumida como un proceso educativo, pues se transforma en un vehículo para culturizar y educar a todos los miembros.

Desde el punto de vista social, la educación es la que promueve la adaptación de los individuos a los comportamientos de su grupo, y también propicia el deseo de mejorar y cambiar su propia realidad.

Aportar conocimientos

El avance y el progreso de las sociedades no serían posibles de no ser por la educación. Además de aportar conocimientos, enriquece la cultura, los valores, el espíritu y todo aquello que caracteriza a los seres humanos.

La educación es necesaria en todos los niveles y en todos los sentidos. Lograr un crecimiento económico y un bienestar social pasa inevitablemente por un recurso humano capacitado para afrontar los retos que la sociedad plantea.

En relación a la cultura, esta viene determinada por las formas de vida y las expresiones de la sociedad. Se compone de las costumbres, los códigos, las tradiciones y las diferentes expresiones artísticas.

Un ejemplo de esto podrían ser las celebraciones de carnaval que se realizan en diferentes partes del mundo y que han sido aceptadas por las sociedades. La cultura establece que las personas deben disfrazarse y entregarse a la diversión.

Son muchos los que salen con atuendos originales, que los transforman en otras personas para no ser descubiertos en sus andanzas. Los disfraces son muy populares entre los adultos y los niños, que se divierten durante horas con sus divertidos trajes.

En el portal handfie.com, una página en la que se muestra cómo elaborar disfraces caseros fáciles, es posible encontrar diversos diseños de disfraces para carnaval. Se trata de disfraces fáciles de hacer, tanto para niños como para adultos.

La cultura también puede verse en las civilizaciones del pasado, cuando el mundo era dominado por la fuerza antes que por la razón.

A lo largo del continente americano, en Europa y en el Lejano Oriente, aún hay vestigios de lo que en otros tiempos fueron grandes imperios que dominaron territorios a caballo. La propia mitología griega ha servido para relatar las más grandes historias de amor, pasión y odio entre dioses y diosas.

El mismísimo Imperio Romano, que dominó el mundo durante años, es otro ejemplo de cómo las civilizaciones han influido en el estilo de vida actual, a pesar de todos los siglos transcurridos.

Tanto es así, que muchos de los nombres de los protagonistas de épicas batallas o de reyes imperiales aún sobreviven hoy en día.

Así lo recoge la página nombresde.online, un sitio web con nombres de diosas mayas, dioses griegos, romanos o de princesas. Además, el portal cuenta con nombres mitológicos y explican el significado de la mitología.

Profunda transformación

La educación siempre ha representado un pilar fundamental para el desarrollo. No obstante, actualmente ha experimentado una mayor relevancia en medio de las profundas transformaciones que experimenta el mundo.

Los cambios han llegado desde dos frentes: el vertiginoso avance de la ciencia, sus aplicaciones, y el acelerado desarrollo de los medios y todo lo relacionado con las tecnologías de la información.

Muchos especialistas han llegado a afirmar que el conocimiento es la nueva materia prima. Incluso aseguran que, en el futuro, la información será el valor más apreciado.

Hoy en día, en las economías modernas, el saber es uno de los factores más importantes de la producción, lo que refleja el impacto de la educación en los países desarrollados.

Hay gobiernos nacionales que destinan un gran porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) al tema educativo. La razón es que las autoridades saben que solo a través de la educación pueden generarse transformaciones que beneficien a todos los ciudadanos.

Un ejemplo de esto es que las sociedades que más han avanzado en lo económico son también las que han conseguido un progreso respecto al conocimiento.

Desarrollo profesional

Los diferentes centros de estudios también han implementado sistemas de admisión ante la gran cantidad de estudiantes que desean desarrollarse como profesionales. En el caso de las universidades extranjeras, también se incluyen pruebas de idiomas para certificar que el aspirante comprende el lenguaje local.

En el portal ingles-madrid.com, una página con información sobre la preparación del examen SAT, que sirve para medir aptitudes en matemáticas y habilidades verbales, destacan la capacidad que hay que tener para presentarse al Examen SAT en Madrid y buscar admisión en universidades norteamericanas. Para alcanzar este objetivo, han preparado un curso SAT para adiestrar al estudiante.

Atrás quedaron los años en los que los gobiernos consideraban un gasto, y no una inversión, todo lo relacionado con el tema de la educación.

Con el transcurso de las décadas, ha habido un despertar en este tema y cada vez hay más personas sensibilizadas por la educación de los demás. Educar y culturizar a un individuo es otorgarle las herramientas necesarias para que pueda desempeñarse con éxito en el futuro.

Aunque aún falta mucho por mejorar, las naciones ya han comenzado a trabajar en este asunto.

Fuente: https://www.estrelladigital.es/articulo/cultura/cultura-educacion-bastiones-desarrollo-humano/20180212171639341407.html

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Paradigmas educativos

Por: Óscar Picardo Joao

El sistema educativo que tenemos fue diseñado entre el Medioevo (pizarra y Magister) y la era industrial (currículum y grados) y muchos intelectuales o influencers contemporáneos como: Daniel Pink, Ken Robinson, Peter Gray, Salman Khan o Seth Godin, señalan que la educación está desactualizada y es ineficaz.

Se han identificado al menos seis problemas principales de los sistemas educativos –según NEXT School, Big Picture School–: 1.- Valores de la era industrial: privilegiando el mecanicismo y la individualidad; o el seguir instrucciones y la limitada cooperación entre pares. 2.- Falta de autonomía: Limitada interdisciplinariedad, creatividad y multimedia; el libro de texto es la guía. 3.- Aprendizaje poco auténtico: Caracterizado por la irrelevancia, la memorización y el enfoque bancario (Freire). 4.- El aula sin pasión: La jornada escolar se desarrolla entre rutinas, y altamente homologada. 5.- Aprendizajes: sin respuesta a inteligencias múltiples o intereses de los estudiantes; autoridad del docente y del libro de texto. 6.- Pedagogía y evaluación: ¿quién es el protagonista?, ¿cómo medimos?, ¿cuál es el baremo?; se enseña privilegiando el modo magistral y se evalúa para controlar con escalas poco reales.

Pero la vida y el trabajo real es muy distinto a la escuela y a la universidad…; el mercado laboral demanda trabajo en equipo, creatividad, capacidades y sobre todo uso de los conocimientos y capacidades para resolver problemas, cosa que no se ve en las aulas. En las experiencias cotidianas sociales, económicas, políticas o laborales, no están escondidos o guardados los recursos (como en los exámenes); están ahí, para que sean utilizados; debes dialogar con otros –que posean otros talentos– para tener una mirada multidisciplinaria.

Si bien el docente es un factor determinante de lo educativo, las herramientas tecnológicas que poseemos actualmente son un complemento fundamental y en no pocos casos compiten con aburridas clases; aprender con MOOC o con tutoriales de YouTube, buscar en Google, simular con Math Lab, imprimir en 3D, crear grupos de trabajo en redes sociales, leer con realidad aumentada, construir con robótica y arduino, programar o diseñar de modo digital son experiencias fundamentales para los niños y jóvenes actuales.

Debemos trabajar en el nuevo paradigma de la “Era de la Información y el Conocimiento” (Educación 4.0) o la escuela será cada vez será más obsoleta, aburrida, irrelevante y propiciará más deserción. Esto no implica una revolución radical, sino una planificación prospectiva inteligente que implique al menos cuatro pasos: a) capacitación y diálogo con los docentes; b) revisión y adecuación curricular paulatina; c) adquisición de nuevos equipos y laboratorios; y d) dudar de la eficacia de los sistemas actuales de evaluación, promoción y normas de convivencia.

La escuela y la universidad pueden y deben cambiar, y para ello es necesario un diálogo eficaz con los stakeholders y actores externos de los sistemas, sin olvidar: ¿para qué y para quién graduamos estudiantes?

Fuente: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Paradigmas-educativos-20180213-0154.html

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Contenidos

Por Carlos Magro

En la escuela tradicional* al conocimiento se le llama “contenido” y está literalmente “contenido”, encerrado, encajado, limitado, apretado y retenido en pequeños espacios inconexos llamados “libros de texto” (digitales o en papel), páginas, disciplinas, asignaturas o plataformas.

El conocimiento en una “escuela tradicional”, al que recuerdo llamamos contenido, no es libre, no circula, no le dejamos expandirse, ni mezclarse, ni relacionarse con su homólogo de fuera, el conocimiento, que sí que circula o puede circular libremente por la Red y por las redes. En la “escuela tradicional” el conocimiento es escaso. Por eso lo encerramos entre las paredes de un aula o los márgenes de un libro, para que no se escape, ni se descontrole. Por eso, también, pagamos por acceder a él. Por eso lo llamamos contenido.

Missing one. Greg Simenoff cc by-nc-sa https://flic.kr/p/YbdnGi

Missing one. Greg Simenoff cc by-nc-sa https://flic.kr/p/YbdnGi

En la “escuela tradicional” el contenido no anda libre por los pasillos, sino que está contenido dentro de las paredes del aula y cada aula, a su vez, responde a una asignatura y a un nivel educativo. Es una escuela graduada. Y el contenido es suministrado gradual y dosificadamente. En la “escuela tradicional”, el contenido nunca está fuera de lugar. Siempre sabemos dónde está. No anda desubicado. Difícilmente pueden suceder imprevistos.

En la “escuela tradicional”, los alumnos pasan la mayor parte de su tiempo “contenidos en sus aulas”. Y cuando circulan por la escuela lo hacen por caminos permitidos y en tiempos preestablecidos. Es muy fácil saber dónde están (o al menos donde debería estar) unos alumnos/as en un momento dado del día. Cuando llega un inspector a un centro educativo le basta con preguntar dónde está el aula de matemáticas de 1º de la ESO, porque sabe que allí encontrará a los alumnos de 1ºESO (tiene la lista con nombres y apellidos) y al profesor de matemáticas (al que puede llamar por su nombre porque lo lleva anotado) dando la clase que corresponde, como estaba previsto, a esa hora y a ese día concreto del curso escolar. No hay sorpresas.

Los docentes de una “escuela tradicional” también están “contenidos” a unos espacios establecidos y unos tiempos prefijados. Contenidos durante tiempos determinados y siempre iguales en sus aulas. Y cuando salen de un aula, tienen que ir a otra.

Dependiendo del nivel o del tamaño del centro, compartirán con sus compañeros de departamento o de nivel algún espacio y algún tiempo, pero pocos. No sobra el tiempo para nada que no esté fijado en el documento de organización del centro o en la planificación docente. Es difícil la colegialidad en un “colegio”.

Fuera de la escuela no hay contenido. Hay conocimiento. Fuera no hay escasez. Hay abundancia. Pero fuera también hay menos orden. Fuera es el espacio del acontecimiento y la extrañeza. Fuera domina la incertidumbre, lo azaroso, lo inesperado, las sorpresas y la mezcla. Fuera, el orden y la estructura no está contenida en un documento o en un dispositivo, sino que la dan las redes y los usos que damos colectivamente al conocimiento.

Frasser Elliot. cc by-nc https://flic.kr/p/8B9UAH

Frasser Elliot. cc by-nc https://flic.kr/p/8B9UAH

Fuera, las cosas no son binarias, sino difusas, grises, con muchos matices. Donde dentro hay seguridad y estabilidad, fuera hay riesgo y variabilidad. Estar dentro es estar a salvo, pero salir es una promesa. Es la promesa de la desorganización. Es el territorio de la automotivación, del interés personal, de la curiosidad y la experimentación. De los aprendizajes no planeados y autodirigidos. Es el espacio sin normas y sin forma. Es el terreno de lo informal.

Fuera, los contenidos no se llaman ya contenidos sino recursos. Y cuando se dan ciertas condiciones los llamamos Recursos Educativos Abiertos. Recursos que se pueden utilizar, reutilizar, modificar, intercambiar, mezclar y combinar. Recursos que no están contenidos, no están encerrados y no son, en ese sentido, contenidos. Y que cuando, por ejemplo, los encerramos en plataformas dejan de funcionar. Son libres y circulan y, al circular, podemos modificarlos, recombinarlos y recrearlos. Y al hacer todo esto puede pasar que lo que resulta ya no es disciplinar, sino multidisciplinar. Que no trabaja una sola competencia sino varias y que no responde a un estándar sino a la combinación de varios.

Los Recursos Educativos Abiertos nos permiten liberar el conocimiento y abrir las prácticas. Los Recursos Educativos Abiertos abren, valga la redundancia, las cerraduras con las que tenemos cerrada la Escuela y dentro de ésta las aulas. Y una vez abiertas escuela y aula, el contenido deja de estar contenido. El conocimiento entra y sale. Deja de ser contenido.

Pero la libertad y la abundancia generan incertidumbre en la mayoría de nosotros. Y muchos preferimos entonces volver a la seguridad de lo conocido, de los límites establecidos, de lo pautado y determinado. Volver a la seguridad de los contenidos y del libro de texto que nos ayudan a interpretar el currículo (qué se aprende y qué no, cuánto aprendemos de cada, a qué ritmo y en qué orden y también de qué forma, si es leyendo mejor que viendo o recordando antes que haciendo).

Sabemos que debemos abrirnos, que debemos salir y dejar entrar lo que está fuera. Sabemos que debemos vincular lo que hacemos en el aula y en la escuela a la vida de nuestros alumnos. Que debemos expandir el aula y abrir la educación. Abrir el aula y derribar muros. Abrirnos a otros conocimientos y otras metodologías.

Ángel Torres cc by https://flic.kr/p/keeDMa

Ángel Torres cc by https://flic.kr/p/keeDMa

Sabemos de algunos que salieron y que están bien. No les ha pasado nada. Están mucho mejor según cuentan. También sus alumnos. Pero a la mayoría el “afuera” nos da miedo. No nos sentimos seguros y preferimos parapetarnos entre las paredes del aula y los márgenes del libro de texto.

Pero si alguien nos acompañara muchos saldríamos. Hacen falta actores que nos ayuden a navegar por la libertad y la abundancia. Por la incertidumbre de lo desconocido. Hacen falta actores que nos ayuden a movernos también por lo que podríamos llamar nuestras Zonas de Desarrollo Próximo Digital. Por zonas de incertidumbre cercanas a la seguridad de lo tradicional, pero abiertas. Zonas donde podamos ser mejores. Zonas donde seguirá también existiendo la incertidumbre normal del ecosistema digital, pero también donde habrá acompañamiento y asesoramiento que nos ayude a aminorar esa incertidumbre.

Zonas que se extenderán más allá de los límites del aula y del libro de texto, dependiendo de cada docente, de cada grupo de docentes, de cada grupo de alumnos y de cada escuela.

*Este texto es una simplificación de la compleja realidad de la educación escolar y de la difícil tarea de educar hoy. Lo es también del complejo entorno social en el que la escuela debe actuar hoy. Y lo es, por último, también, de la complejidad del entorno tecnológico y digital y de las relaciones de éste con la escuela.

No existe como tal una escuela tradicional. Hay muchas escuelas, muchos docentes y muchas maneras de enfrentar los grandes retos que la educación tiene hoy. Hablar de escuela tradicional como si fuese un modelo único que responde a unas características comunes y generalizables es, como decía, una simplificación. Aún así, la hemos utilizado porque creemos que ilumina aspectos interesantes para entender parte de los retos que la escuela tiene en el entorno tecnológico y digital en el que ya vivimos.

**El texto fue publicado originalmente el pasado 2 de febrero en el blog de SantillanaLab y fue escrito en el contexto de la tercera temporada de SantillanaLab, edición 2017. Es una reflexión personal pero recoge el trabajo y las conversaciones mantenidas con mis compañeras Cristina Arroyo, Marta Bonet yBeatriz Iranzo, así como la rica discusión que se estableció el 18 de octubre de 2017 en la sesión del Lab dedicada a los Recursos Educativos Abiertos con el resto de compañeros y compañeras de SantillanaLab y un buen grupo de maestras, maestros, profesores y profesoras, a los y a las que desde aquí agradezco su tiempo y generosidad.

Fuente: https://carlosmagro.wordpress.com/2018/02/09/contenidos/

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