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La calidad de la educación: los términos de su ecuación. I

Por: Bonifacio Barba

Cuando la reforma del artículo tercero de la Constitución en la presente administración federal se ocupó formalmente, con una expresión textual, de establecer una concepción operativa de la calidad de la educación –ya lo hacía desde antes con la extensa y variada semántica de sus principios y valores-, pareció como si por fin esa cuestión quedara saldada y las disputas cesarían. No tendría que ser así y no fue el caso, pues la calidad de la educación está unida a una concepción del ser humano y de la sociedad, a una concepción del Estado y sus funciones.

La afirmación del artículo de que “El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos” (Párrafo 3) fue bien recibida en algunos ámbitos sociales, magisteriales y profesionales no porque resolviera un problema teórico sino porque establecía un criterio posible, razonable, para valorar la práctica educacional, la gestión del sistema educativo, en fin, las políticas educacionales. Eso de una parte, pero por otra, los opositores a la reforma juzgaron que esa precisión de la calidad era teóricamente débil, reduccionista, y lo hacían sin exponer una concepción del aprendizaje específica; sólo decían que la cuestión era más compleja, en lo cual tenían razón, pero no explicaban los elementos de la complejidad. En el mismo artículo tercero, su inciso d) de la fracción II, además de reiterar la idea de la calidad incorpora otra noción, la de “mejoramiento constante”, como base de aquélla.

El hecho es que la calidad de la educación ya llevaba varios sexenios en que se había establecido como un paradigma valioso y útil para la elaboración de las políticas públicas y una de las configuraciones conceptuales más difundida era la que se ocupaba de identificar, diferenciar y relacionar sus dimensiones, entre las que se encuentran la eficacia, la eficiencia, la pertinencia y la relevancia.

Otro enfoque, quizá menos conocido en el ámbito educativo y en el gubernamental, es el que propuso Katarina Tomasevski para que, con fundamento en el derecho a la educación, se establecieran indicadores de su realización. Su propuesta es conocida por el nombre de las 4A, pues los cuatro rasgos o cualidades del servicio educativo inician con la letra A, a saber: asequibilidad del servicio educativo, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad (Ver el trabajo de  la autora en: http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/indicadores-del-derecho-a-la-educacion.pdf). Existe una relación muy estrecha entre las cuatro A y lasdimensiones de pertinencia y relevancia, quizá las cuestiones clave del enfoque de las dimensiones.

La evaluación de la educación con el enfoque de derecho ya la ha asumido el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) desde su informe de 2010, y con este documento y otros que han seguido se muestra claramente la virtud o potencia del enfoque para medir y evaluar los avances en los servicios educativos y calibrar las carencias, es decir, los incumplimientos o rezagos en la realización del derecho a la educación.

La reforma última del artículo tercero incorporó otro elemento relacionado con la calidad, el valor de la equidad en la educación. Lo hizo “Para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad…” y creó para ello el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, que confió al INEE. Este deberá, entre otras cosas, “Generar y difundir información y, con base en esta, emitir directrices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educación y su equidad, como factor esencial en la búsqueda de la igualdad social” (cursivas del autor).

De nuevo es necesario advertir que también esta incorporación que hace el texto constitucional no era necesaria –aunque resulta buena-, pues ya era implícita al significado del derecho reconocido, es decir, si “toda persona tiene derecho a recibir educación”, nadie pretendería que el derecho fuese desigual o que sería correcto o justo que la personas recibieran servicios educativo diferentes en su calidad, pues eso negaría el derecho. En otros términos, la educación se ofrece con equidad y alcanza sus significados plenos en todas las personas, o no es tal; la educación es con equidad o no es. Se puede afirmar eso por una sencilla razón: la educación es la formación del ser humano, la actualización de su potencial.

Es un gran adelanto el que dio nuestra Constitución, pues fortalece nuestro proyecto de nación basada en derechos, con las precisiones que ahora tiene el artículo tercero. De ahí a la realización; de ahí a la evaluación de los logros, hay un camino que debe recorrerse lo más pronto posible, pues lo contrario, la no realización o su realización lenta, hace que permanezca la injusticia educacional en la sociedad.

Ante ello es importante que avance el sistema nacional de evaluación precisando los indicadores que habrá de medir, pues a mejor evaluación, mejores políticas para la educación, y con mejores políticas, un desarrollo social más justo.

Se han hecho muchas reflexiones para destacar la trascendencia de la reforma constitucional de derechos humanos del 2011, pero es raro que se destaque lo relativo al artículo tercero. En forma parecida, las reformas al tercero en esta administración recibieron mucha atención por otras consecuencias, pero el hecho de que el reconocimiento del derecho a la educación esté acompañado de una referencia a las importantes cuestiones de la calidad y de la equidad y que además las vincule entre sí, es algo que debe alegrar, pues es un adelanto normativo de gran trascendencia que es preciso comprender y sostener social, política y pedagógicamente. Desde luego, todo ello requiere también el sostén financiero suficiente.

Relacionado con los elementos precedentes es que se propone aquí la fórmula de una concepción de la calidad de la educación en los siguientes términos: CE = ae,  en donde CEsignifica calidad de la educación; a es el aprendizaje alcanzado y e representa la equidad. Se sigue entonces que la calidad de la educación es igual al aprendizaje, multiplicado por la equidad existente en el servicio educativo. De a y de deben establecerse valores, índices que integren diversos elementos que configuran la equidad y sus condiciones.

Es muy importante el aprendizaje, sin él no puede darse el desarrollo personal y social, el desarrollo económico, pero no basta. Por ejemplo, ¿se aprende todo lo concerniente a los derechos humanos? La equidad es un factor que pondera los aprendizajes observando y midiendo las condiciones sociales en que se ofrece la educación, observando las condiciones mismas del servicio educativo. En entregas posteriores se presentarán otros elementos para explicar los términos de la ecuación.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-calidad-de-la-educacion-los-terminos-de-su-ecuacion-i/

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Educación pública: por una universidad distrital

Por Jose Amar Amar

El principal peligro para la humanidad es que se siga abriendo el abismo entre una minoría que tiene todas las oportunidades para moverse con éxito en este nuevo mundo global, y una mayoría sin acceso a los bienes de la cultura que cada día se siente más impotente al negársele su acceso al conocimiento.

La Universidad del Atlántico es una de las instituciones más importantes de la Región Caribe; sin embargo, sus aulas no pueden albergar a todos los jóvenes que, habiendo terminado su bachillerato, aspiran al legítimo derecho de ingresar a la educación superior.

Según EL HERALDO, se inscribieron 28.900 aspirantes para 3.100 cupos que ofrece esta prestigiosa universidad. Una pregunta impertinente surge: ¿qué pasa con los 25.000 jóvenes que no serán admitidos?

Es probable que unos pocos consigan una beca o un crédito para matricularse en una universidad privada; otros pocos tendrán acceso a los escasos cupos del SENA. ¿Y qué pasará con los otros 20.000?

La respuesta es muy clara: pasarán a engrosar el ejército de 600.000 jóvenes que hay en el país que ni estudian ni trabajan.

El Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario elaboró un “Perfil juvenil urbano de la inactividad y el desempleo en el país”, que muestra la dramática realidad de varios cientos de miles de jóvenes completamente inactivos, de los cuales 370.000 son mujeres. Es en esta población donde más frecuente es el embarazo juvenil.

Infortunadamente, el malestar engendrado en estos jóvenes, por la incapacidad de vislumbrar un futuro, va a la par con la conciencia de las disparidades visibles en el país, generando profundas tensiones que van haciendo cada día más agobiante y amenazante la vida de las ciudades.

Hoy, los países que prosperan son los que distribuyen de la mejor manera los recursos cognoscitivos. Las oportunidades de educación de calidad a todos los jóvenes en edad de merecerlo es el verdadero motor del desarrollo y lo que permite reequilibrar, a largo plazo, las relaciones económicas en la sociedad.

No podemos conformarnos viendo, en unos días más, cómo estos 20.000 jóvenes del Atlántico verán frustrados sus sueños por la falta de cupos en la educación pública, que es la única a la que pueden acceder.

Nos consta que el Distrito ha hecho cosas importantes en cobertura y calidad de la educación básica y media. Pero mucho de este esfuerzo se pierde al no tener ellos acceso a la educación superior.

Señor Alcalde, usted que ha demostrado una gran capacidad de emprendimiento, ¿por qué no estudia la posibilidad de crear una universidad distrital para ampliar las posibilidades de acceso a nuestros jóvenes? Una universidad moderna, ágil, parcialmente autofinanciada, que no solo ofrezca más cupos a nuestros jóvenes, sino también que pueda ser un centro de estudios para el desarrollo de Barranquilla.

joseamaramar@yahoo.com

Fuente: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/educacion-publica-por-una-universidad-distrital-431376

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Educación, tecnología y sociedad del conocimiento

06 de diciembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

Ya es lugar común que las naciones contemporáneas busquen convertirse en sociedades del conocimiento.  El concepto, de forma simple, apunta hacia organizaciones sociales en las que la creación de riqueza se basa principalmente, en el conocimiento, principal factor de producción en el mundo actual. Convertirse en sociedad del conocimiento implica, para países como Colombia,  serios compromisos de cara a la calidad de la educación y al acceso de todos a la misma.

Para UNESCO, las sociedades del conocimiento están sustentadas en cuatro bases:

  1. Libertad de expresión
  2. Acceso universal a la información y el conocimiento
  3. Respeto a la diversidad étnica y cultural
  4. Educación de alta calidad para todos

Cada uno de dichos pilares es condición necesaria para constituir las sociedades del conocimiento.  Sin libertad de expresión no tiene sentido, por ejemplo, que haya acceso universal a la información. Si, por otra parte, la alta calidad de la educación es accesible sólo a los estudiantes de mayor ingreso per cápita, no se podrá hablar de sociedades del conocimiento. Y ni que decir del respeto por la diversidad étnica y cultural.

A pesar de que el concepto de las sociedades y economías del conocimiento está legitimado plenamente en naciones como las que integran la OECD, en naciones como Colombia no existe aún el reconocimiento social mínimo a su significado. No forma parte del léxico de los formuladores de política, los legisladores y menos aún, de los ejecutores de la misma.

Por otra parte, el uso de las  tecnologías de la información, incluyendo los contenidos digitales de diverso orden y la conectividad a internet, se asocia a nuevos modelos de aprendizaje. La colaboración, el trabajo a distancia, el acceso a fuentes de información de las más variadas procedencias, permiten multiplicar las posibilidades  de acceder al intercambio de información.  En tal sentido, las tecnologías de la información se convierten en factor crítico para la construcción de los cuatro pilares de UNESCO mencionados.

El portal www.compartirpalabramaestra.org tiene el propósito de servir a la causa de una educación de alta calidad para todos por la vía de servir, fundamentalmente, a los maestros. Aunque son múltiples los factores que determinan la calidad de la educación, algunos de los cuales se remiten a las características de convivencia en los mismos hogares, el énfasis de la Fundación Compartir se centra en el apoyo al docente. Allí será posible encontrar recursos de inmensa utilidad para el mejoramiento de la calidad de la educación.

Matemáticas, ciencias, lenguaje, y el aprendizaje de otros idiomas como el inglés, son las áreas en las que nuestro portal hará énfasis;. Metodologías, experiencias exitosas, intercambios permanentes, foros, columnas de opinión, hacen parte del repertorio que impulsaremos.

Adicionalmente, la Fundación Compartir promoverá el debate sobre políticas públicas y procurará comprometer antiguos y nuevos actores en el procesos de fortalecer la calidad de la educación.  Más que un “tanque de pensamiento”, www.compartirpalabramaestra.orges una red de pensamiento orientada la alta calidad de la educación para los niños y jóvenes colombianos por la vía más importante: el apoyo al docente.

Fuente noticia: https://compartirpalabramaestra.org/editorial/educacion-tecnologia-y-sociedad-del-conocimiento

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Liderazgo en maestros: más allá de la motivación.

“Los docentes pueden transformar la realidad educativa de una comunidad que tenga niveles de violencia o conflicto involucrando a sus estudiantes con estrategias innovadoras.» Wemerson Da Silva Nogueira»

Por: Juan Felipe Aramburo Rodríguez.

Son muchas las reflexiones que continuamente se entablan en torno a la calidad de la educación en la región. También han sido bastantes los esfuerzos y recursos invertidos, representados en premios, adecuación de plantas físicas, programas de dinamización escolar y capacitaciones, entre otros. Todos estos elementos, que buscan el mejoramiento integral de la práctica educativa, han arrojado algunos resultados, aún incipientes. Sin embargo, hay un elemento que es común a todos estos acercamientos:  el rol fundamental que cumplen los maestros en el logro educativo.

Por lo anterior, una educación para el siglo XXI exige el desarrollo de competencias, no solo en los estudiantes, sino también y muy especialmente en los maestros que están dirigiendo los procesos de aprendizaje. En estos últimos es evidente la importancia del fortalecimiento de competencias socioemocionales y comunicativas, complementadas con el desarrollo de características de liderazgo educativo y transformacional, que apunten al mejoramiento del clima escolar, la dinamización del aula, y a la resolución de problemas institucionales y del contexto.

En el caso de los docentes, este liderazgo se traduce en seis acciones del ejercicio profesional: la planeación de las acciones educativas estructuradas, la creación e incorporación de ambientes de aprendizaje, el desarrollo de estrategias de mediación, la incorporación de prácticas de evaluación, la comunicación en los diversos escenarios institucionales, y la creación de reflexiones e investigaciones sobre su quehacer pedagógico.

Las acciones citadas tienen la ventaja de ser parte constitutiva del desempeño profesional de los maestros en la cotidianidad escolar. Ninguno de estos procesos demanda un rol distinto al de un maestro que reconoce el entorno, planifica e intenciona sus clases y construye saberes pedagógicos desde la reflexión de su hacer.

Por lo anterior, la noción de liderazgo educativo en docentes que defendemos en Ser+Maestro, implica una construcción que fundamentalmente entiende al maestro como productor de saber. Esta situación requiere que nuestros profesores accedan permanentemente a procesos de formación, observación e intercambio entre pares (no solo de su propia institución) y trabajos articulados con sus directivos docentes a través de estrategias de planeación educativa integral.

A partir de nuestras reflexiones en diversos departamentos del país, nos hemos dado cuenta que una clave para entender el “éxito” de un proceso educativo está determinado por la capacidad de agencia y liderazgo que tienen los estudiantes respecto a sus contextos y realidades. En las instituciones donde encontramos esta característica es común hallar maestros líderes, con capacidad de desplegar procesos de transformación comunitaria usando diversos saberes y al aula como un espacio para la creación conjunta, el trabajo colaborativo y la reflexión situada.

En concreto, estas ideas entienden la escuela como un centro comunitario, al estudiante como un agente de cambio y al maestro como líder de procesos basados en la apropiación social del conocimiento. Estamos convencidos que con este enfoque damos pasos firmes hacia la construcción de mejores aulas y mejores sociedades.

Fuente: http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/liderazgo-en-maestros-mas-alla-de-la-motivacion-63676

Imagen: https://i0.wp.com/nacercrecer.com/wp-content/uploads/2014/07/pelotas-silla-ergo-BR.jpg?fit=1170%2C914

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El triángulo virtuoso del aprendizaje.

Por: Daniel Calvo.

El poder transformador de la educación es extraordinario y, en este sentido, la adquisición y uso del conocimiento son determinantes para el desarrollo individual y social. La importancia de las actividades musicales en la educación general ha sido considerada frecuentemente de manera dispar, pero en los últimos tiempos su valor en el proceso educativo comenzó a ser reconocido más cabalmente y resignificado.

Diversas investigaciones en el área de las neurociencias demostraron que el aprendizaje musical tiene consecuencias beneficiosas determinantes sobre las funciones mentales y puede ser utilizado como una herramienta extraordinariamente efectiva para el desarrollo integral de las capacidades intelectuales, creativas y sociales, especialmente durante la etapa formativa.

El ámbito educativo no fue ajeno al auge de las neurociencias, como tampoco lo ha sido el mundo de la música. Muestra de ello es el surgimiento de sociedades científicas internacionales y publicaciones especializadas en las ramas de las Neurociencias Educacionales y las Neurociencias Cognitivas de la Música.

En este contexto, se ha estudiado el impacto del entrenamiento musical sobre las funciones del cerebro humano utilizando registros de imágenes cerebrales (resonancia magnética funcional) y tests psicométricos.

El análisis de imágenes cerebrales mostró que una práctica musical sistemática y sostenida de al menos tres meses de aprendizaje de canto, tocar un instrumento o bailar, desencadena cambios anatómicos y funcionales en el cerebro. Este fenómeno de neuroplasticidad involucra aumentos en el volumen de la materia gris en diferentes regiones del cerebro, modificaciones en los circuitos neuronales y desarrollo de conexiones más fuertes, resultando en un aumento de la eficiencia de transmisión de información entre las distintas áreas cerebrales.

Las evaluaciones psicométricas revelaron además que el entrenamiento musical produce una ganancia en diversos dominios de la función cerebral, tales como memoria, atención, destreza lingüística, habilidades perceptuales y ejecutivas, coordinación motora, procesamiento de información, cociente intelectual y desempeño en pruebas de reconocimiento social. Estos cambios no se registran en sujetos sin entrenamiento o entrenados en tareas no asociadas a la música.

En algunos casos las mejoras corresponden a incrementos de la eficiencia de procesos mentales asociados directamente con la naturaleza del estímulo, por ejemplo, sensopercepción (discriminación auditiva de tonos), coordinación corporal (sincronización al ritmo) o motricidad (grado de refinamiento en la ejecución de movimientos complejos de los dedos). Pero el entrenamiento musical también produce beneficios que guardan una relación menos estrecha con aquellos procesos, entre otras cosas incrementa la destreza y acelera el proceso de adquisición de habilidades lingüísticas (ej: habla, lectura y escritura), contribuye a mantener el foco de atención durante períodos prolongados, mejora el desempeño en operaciones matemáticas y en pruebas de reconocimiento social y favorece la expresión gestual y corporal.

El entrenamiento musical por lo tanto puede operar como un elemento estimulador de varias funciones cerebrales superiores produciendo beneficios a nivel global, o como se acostumbra decir hoy, actuar como potenciador cognitivo no farmacológico. Teniendo en cuenta las evidencias científicas acumuladas, y con el objetivo de apuntalar la experiencia formativa en el aula, instituciones educativas en Australia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y otros países, promovieron la incorporación de un mayor número y variedad de actividades musicales a sus programas obteniendo mejoras en el rendimiento académico de los estudiantes.

La intervención musical reúne particularidades que le confieren algunas ventajas respecto de otras actividades que, con fines equivalentes, forman parte habitualmente del contenido curricular (software de estimulación cognitiva, ajedrez, prácticas aeróbicas, etc). Por un lado ofrece un entorno integrador, de aprendizaje, creación, experimentación y juego, que propicia un alto grado de cohesión social. La música además es un fuerte regulador emocional, capaz de promover bienestar y relajación (euforia, sentimientos de placer, disminuir la ansiedad y prevenir el stress) a nivel individual y colectivo. Como ocurre también con el ejercicio regular de otras actividades, la instrucción y práctica musical sistematizada contribuye a forjar y sostener el compromiso de aprender, incrementar la motivación, valorar el esfuerzo de la práctica sostenida, manejar la frustración y ganar confianza.

A todo esto se suman los efectos beneficiosos sobre las funciones mentales aquí comentados. Un ejemplo paradigmático utilizado en el ámbito científico tecnológico es el triángulo del conocimiento, que simboliza la sinergia positiva de la interacción coordinada entre investigación, innovación y educación.

Las iniciativas educativas citadas procuran recrear de manera análoga un modelo virtuoso alternativo basado en evidencia, conjugando en este caso educación, música y neurociencias.

Fuente: https://www.clarin.com/opinion/triangulo-virtuoso-aprendizaje_0_ByOt38k-z.html

Imagen: http://blog.tiching.com/wp-content/uploads/2016/03/ensen%CC%83arapensar.png

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Europa: los educadores se unen en favor de los niños refugiados

Por: Internacional de la Educación.

Docentes de Alemania y España están facilitando la integración de niños refugiados en las aulas, y ahora tienen unas peticiones claras para los legisladores.

Ayer se presentaron simultáneamente dos estudios sobre la integración de los niños refugiados a través de la educación en Bremen (Alemania) y Madrid (España). Ambos demuestran un esfuerzo coordinado y la determinación de los docentes europeos por ayudar a quienes más lo necesitan.

Los informes, coordinados por la Internacional de la Educación (IE) y sus afiliadas locales GEW y FECCOO en Alemania y España, se centran en la situación de los niños refugiados y menores no acompañados, y en su matriculación y adaptación en los sistemas escolares del país que los acoge.

Martin Henry, coordinador de la investigación con la IE, destacó en Bremen que una estrategia alineada, en sintonía con la Convención sobre los Refugiados de 1951 y la Directiva sobre acogida de la Unión Europea de 2013, marca el camino correcto para garantizar la protección y la integración de los refugiados.

En España, Dominique Marlet, coordinadora sénior de la IE del departamento de Derechos humanos y sindicales, exigió más y mejor financiación para los sistemas educativos, especialmente para los que tienen que ofrecer una educación de calidad a los refugiados. Señaló que a menudo se deja solos a los docentes, que deben enfrentarse a los retos que implica trabajar con alumnos nuevos que necesitan una atención individualizada. Además, alabó a los sindicatos participantes por haber tejido la red necesaria para dar apoyo a sus miembros.

Las exigencias que la IE y sus afiliadas van a exponer a los legisladores europeos se centran tanto en la financiación como en el apoyo, y piden también que:

  • todos los países acepten a refugiados y menores no acompañados en sus escuelas y que estos dispongan de acceso inmediato a todo el apoyo social y educativo, como programas de salud mental;
  • los estados financien programas de integración lingüística;
  • exista un apoyo pedagógico: pedagogía para la enseñanza de un segundo idioma y enseñanza de grupos;
  • los estudiantes reciban apoyo en su lengua materna;
  • se incluya la educación para la ciudadanía global en todos los currículos nacionales (según las directrices de la OCDE 2030 y la UE);
  • se establezcan equipos multidisciplinares sobre educación de refugiados y migrantes;
  • se organicen actividades extracurriculares donde los recién llegados interactúen con estudiantes locales con la escuela como centro de reunión;
  • se renegocie la normativa de Dublín para que los refugiados no queden atrapados o pasen a la clandestinidad por culpa de la legislación sobre migración.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15559/europa-los-educadores-se-unen-en-favor-de-los-ni%C3%B1os-refugiados

Imagen: https://www.ei-ie.org/resources/views/admin/medias/timthumb.php?src=https://www.ei-ie.org/media_gallery/original_c9906.jpg&w=1200&h=530&zc=1

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Maestros mejor preparados.

Me gusta mucho ver películas, sobre todo aquellas con las que nos podemos relacionar, que nos muestran los dilemas complejos de la vida y que, de una u otra forma, nos dejan alguna enseñanza. Una de ellas es el Profesor Holland, una película de 1995, con Richard Dreyfuss.

Por: Salvador Paiz

Este filme cuenta la historia del Glenn Holland, un músico profesional con un título de enseñanza media que, tras haber pasado unos años en el medio artístico, decide dedicarse a ser profesor de música en una escuela pública. En el camino el señor Holland se enfrenta a un sinfín de dificultades, desde cómo lograr que sus alumnos se interesen por la música, hasta cómo darse a respetar como profesor de este arte entre sus colegas. Es una historia lindísima y muy inspiradora que, sobretodo, nos muestra que ser maestro no es tarea fácil.

En todo nuestro país hay más de 250 mil maestros que enseñan en más de 48 mil establecimientos educativos (oficiales y privados). Estoy seguro que, la mayoría, con la misma entrega, dedicación y retos del maestro Holland. Muchos de ellos, en especial los del sector público, encaran desafíos inimaginables en su día a día, tales como falta de infraestructura, recursos y demás. A pesar de tales dificultades, le hacen frente a la responsabilidad de formar y educar a sus alumnos, y no se trata únicamente de dar una “sencilla” lección de aritmética o de ortografía, se trata también de dotar a sus estudiantes con las habilidades blandas que necesitarán para enfrentar el mundo y de ayudarlos a que se descubran a sí mismos. Llevar a cabo esa labor no es fácil pero, ¿quién dota a los maestros de los conocimientos necesarios para lograr esto? ¿quién los ayuda a empoderarse de su profesión? Una parte importante de la respuesta a estas incógnitas está en la formación docente.

Por eso me parece sumamente positivo que el Mineduc haya dado un paso hacia la dirección correcta. Hace unos días esta entidad publicó el Acuerdo Gubernativo 247-2017, el cual le da sustento jurídico a la formación inicial docente a nivel superior. Tras su publicación se hace obligatorio que los aspirantes a docentes de primaria cursen la carrera a nivel universitario. De esta manera tanto la carrera de magisterio como la de bachillerato con orientación en educación permanecerán vigentes. Se legitima el diversificado especializado en pedagogía (el cual ha sido controversial) y se eleva la carrera de magisterio a nivel universitario.

Este es un primer paso hacia la reforma educativa que tanto necesitamos, pero no es el único. Es indiscutible que las competencias del maestro son altamente incidentes en el nivel de aprendizaje de los alumnos. Pero estas competencias dependen de una serie de factores, tales como poder atraer y retener a los mejores talentos como docentes, que dichos talentos reciban una formación inicial del mejor nivel posible, que se implementen esquemas de formación continua y de retroalimentación de prácticas en el aula. Por ello es indispensable revisar el pensum de formación docente, fortalecerlo, actualizarlo y vincular la parte de teórica con la parte prácticas, para que aquellos que quieran convertirse en maestros ejecuten las estrategias de enseñanza aprendidas y las fortalezcan según sus propias habilidades. Recordemos que Guatemala está muy lejos de tener las mejores políticas de formación docente en el mundo. En el 2016 solo el 36 por ciento de los docentes optantes a plaza aprobaron el examen de matemáticas, 49 por ciento en lectura y 52 por ciento en estrategias de enseñanza. Ello deja muy claro que su formación es deficiente.

Si queremos terminar de una vez por todas con el ciclo de pobreza que tanto daño le hace a nuestro país, es imprescindible que elevemos la calidad educativa, por ende, que fortalezcamos las capacidades docentes. Ello pasa por abrir un diálogo técnico hacia la dignificación de esta importante profesión. Recordemos que de ellos depende la formación de todos nuestros niños y jóvenes y, con ello, el futuro del país entero.

Fuente: https://elperiodico.com.gt/opinion/2017/11/30/maestros-mejor-preparados/

Imagen: http://138.68.51.139/wp-content/uploads/files/agosto-2013/mejor-educacion.gif

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