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Sistema educativo, aún con desigualdades preocupantes: expertos

Por: Erick Juárez Pineda

El programa La Escuela al Centro y la autonomía escolar representan acciones institucionales que buscan mayor eficacia en la tarea de otorgar educación de calidad con equidad. Con ellas, el Estado muestra su interés por cumplir con el derecho de los mexicanos a la educación, afirmó hoy el titular de la Unidad de Normatividad y Política Educativa del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Francisco Miranda López.

En la sesión La Escuela al Centro y el Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (SATE), del seminario La Reforma Educativa: avances y desafíos, organizado por este Instituto, destacó: si se quiere que la escuela se convierta en columna vertebral de nuestro sistema educativo, se tienen que revertir las desigualdades educativas y avanzar, de manera sustantiva, en garantizar el derecho a una educación de calidad para todos.

En su intervención como comentarista, Miranda López consideró que el diseño de la estrategia de La Escuela al Centro es, en términos generales correcta, pero que le faltan piezas y elementos que integrar y cuidar para enfrentar con éxito el escenario de implementación que vendrá en los próximos años.

En este punto, recomendó fortalecer los esquemas concurrentes de fondos de inversión directa a las escuelas e incrementar el apoyo de políticas focalizadas a poblaciones que se sostengan con   esquemas de autonomía de gestión escolar.

Por último, dijo que es fundamental fortalecer el Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela (SATE) para que apoye el incremento de capacidades y en el mejoramiento de los funcionamientos escolares, tareas para la que son fundamentales los Asesores Técnico Pedagógicos.

Al exponer el tema, el subsecretario de Educación Básica, de la Secretaría de Educación Pública, Javier Treviño Cantú; y el secretario técnico del Consejo Directivo Nacional “La Escuela al Centro” de la SEP, Pedro Velasco Sodi, manifestaron que La Escuela al Centro es un medio, no un fin en sí mismo, y que su objetivo es establecer las condiciones adecuadas para que cada centro escolar, independientemente de su contexto, pueda garantizar una educación de calidad, con equidad e inclusión a las niñas, niños y jóvenes.

Dijeron que esta estrategia significa escuelas fortalecidas como comunidades de aprendizaje, con mejor infraestructura y mayores: recursos financieros y materiales; acompañamiento y asistencia; facultades para tomar decisiones y con mayor participación de las familias y la comunidad.

Treviño Cantú informó que una nueva generación de directores, 13 mil 639 docentes promovidos, representan un área de oportunidad para la innovación; y que en 2016-2017, 36 mil 355 directores fueron capacitados a través de formación presencial y en línea en liderazgo y gestión, herramientas del sistema de Alerta Temprana, observación del aula y certificación en autonomía de gestión.

Finalmente, el subsecretario de Educación Básica dijo que en la presente administración se incrementó en 274% las Escuelas de Tiempo Completo, pasando de 6,708 a 25,134.

También participó como comentarista Oralia Bonilla Pedroza, presidenta del consejo directivo de Innovación y Asesoría Educativa AC. La sesión fue moderada por el periodista José Buendía.

El seminario organizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) tiene como objetivo efectuar un balance de la Reforma Educativa, que permita establecer un punto de partida para definir la evolución de la educación nacional. Con él también se propone promover un debate nacional, informado y de altura, en torno al curso que México debe seguir en materia de educación.

La próxima sesión se realizará el miércoles 4 de octubre a las 17:00 horas. Se analizará el tema La atención educativa a las poblaciones desfavorecidas. El ponente será el subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán. Los comentarios los realizarán la consejera del INEE, Margarita Zorrilla Fierro, y Emilio Blanco, investigador de El Colegio de México. La mesa será moderada por la periodista Gabriela Warkentin.

A partir de este 27 de septiembre y hasta el 8 de noviembre próximo, las sesiones serán transmitidas todos los miércoles a las 22:00 horas por el canal 14.1, del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/sistema-educativo-aun-con-desigualdades-preocupantes-expertos/

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26-S, por la defensa de la educación publica

Por:  Manuel Humberto Restrepo Domínguez

El 26 de septiembre se quedará en la memoria de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC, como el día de la mas grande movilización universitaria de la ultima década en defensa de la educación publica, y por garantías a los principios de autonomía, democracia y financiación con presupuesto del estado, por su carácter de universidad publica del orden nacional.

Treinta años atrás ocurrieron las revueltas por libertades en economía (1997), de la que quedó para la memoria la disputa entre base y deslinde. Hace veinticinco las movilizaciones fueron contra la represión del estado a la sombra del criminal estatuto de seguridad de Turbay, fiel a los mandatos de Santafé II, orientado a eliminar cualquier vestigio de foco comunista con tiras, infiltrados y esquiroles buscando y creando enemigos en residencias universitarias, aulas, cafeterías y calles, quienes ante la falta de “positivos” desaparecieron a un estudiante (Hernando Benítez) que llevó a la toma de la catedral de Tunja (el catedralazo). Y la otra gran movilización fueron las Malvinas, que sumo a familias, trabajadores y profesores con el lema “La universidad es del pueblo y el pueblo la defiende”, y emprendió la marcha hacia Bogotá, bendecida con una apoteósica despedida campal ofrecida por Monseñor Augusto Trujillo Arango. Se reclamaba del estado 411 millones para impedir el cierre de la universidad. Hace 20, 15 y 10 años se repitieron decenas de pequeñas revueltas y movilizaciones, por libertades, financiación y educación con contexto y calidad, que se concentraron en la confrontación al modelo neoliberal que impuso la autofinanciación, es decir la privatización económica, pero también ideológica y social, que paulatinamente legaliza a la universidad como agencia de negocios y empresa de servicios, a sus profesores como simples operarios productores de mercancías-conocimiento y a los estudiantes como clientes.

El 26 de septiembre, en una secuencia no lineal de su historia, los estudiantes contados por miles salieron a las calles de la colonial ciudad de Tunja a ratificar que la protesta es un derecho humano, pactado en 1789 y reconocido implícitamente en las normas de autodeterminación, lo que llama a observar que quien protesta está en su derecho e impedirla puede convertir a un funcionario o a cualquier agente del estado en violador de derechos, mas ahora que es tiempo para construir paz en colectivo, aprender a reconocer y respetar al otro y derrumbar los muros que restringen la democracia, no es tiempo de estigmatización ni de creer que quien se opone al poder es un enemigo a perseguir, intimidar o eliminar, como enseñaron el estatuto de seguridad y la seguridad democrática.

El 26 de septiembre se convirtió en un carnaval que le mostró a la ciudad, al país y al mundo que los estudiantes todavía no son clientes de una empresa dirigida por empresarios exitosos. El lunes 25 el recinto asambleario tuvo lleno total y con paciencia y argumentos repasaron la agenda por la defensa de derechos y garantías, que también recoge al profesorado que pone en evidencia el estado de avance en el desmonte de la carrera docente donde solo queda un profesor en planta por cada tres a contrato de reducidas garantías y, descubre una propuesta de reforma al estatuto docente que niega la figura del intelectual asociado al librepensamiento e impone la formula del funcionario docente que labora por horas y objetivos medibles todos, conforme al lenguaje y practicas mas neoliberales,

incluidas conductas homogéneas, controles y reglas insalvables de la economía del mercado.

La agenda común en curso, se sintetiza en la defensa del carácter publico de la universidad, traducido a democracia, autonomía y financiación, que salvaguardan el espíritu y naturaleza de origen de la universidad en su hacer político para tomar decisiones con participación de todos sus integrantes, y usar el control de aparato institucional para afirmar la autodeterminación sin injerencias externas sean estas políticas, jurídicas o económicas. Se parte de suponer que toda universidad publica (y por supuesto privada), actúa en el marco de la constitución y las leyes, pero con independencia de los poderes públicos, inclusive el judicial, y que sus planes no tienen que ser apéndices del programa político y electoral del poder político, ni vivir bajo la zozobra y el chantaje que le impone la competencia por indicadores para acceder a recursos. Para la UPTC la totalidad del presupuesto depende de los ingresos de la nación y de ello depende en mayor medida su condición de patrimonio cultural y científico de la nación, lo que le señala al pueblo su papel protagónico para defenderla como derecho y deber ciudadano, sea con foros o con la protesta como derecho humano, con el fin de derrotar una concepción que esta privatizando la vida misma, a la que trata de enajenar y corromper. La lucha global es contra la ideología del capital, e interna contra los mecanismos de privatización y captura de la democracia por redes y sistemas contrarios a su orden, pero también es un llamado a fijar responsabilidades sobre quienes con sus erradas actuaciones han provocado el desastre de la desfinanciacion y tomado el control de la institución ampliando el déficit democrático.

La movilización del 26 deja esperanzas que permiten renovar la idea de que es posible, viable y necesaria la lucha por la gratuidad, teniendo en cuenta que los recursos por matriculas de pregrado representan menos del 12% del presupuesto y los recaudos por venta de servicios, convenios y posgrados representan mas del 50%. No es totalmente cierto que la gratuidad provoque mas desfinanciacion, el debate esta abierto y su tratamiento depende de la concepción que se escoja para mirar la complejidad de esta situación que va mas allá de las sumas y restas sin contexto, asépticas y lejanas a un pueblo empobrecido, que olvidaron los consultores externos. La gratuidad existe, incluso en países con capitalismo desbordado, la tienen universidades publicas del continente en Ecuador, Argentina y Uruguay y en no menos de 10 países de la Unión Europea entre otros y es buen momento para que la universidad convierta la energía de sus luchas en una agenda común, que convoque por esta vez, a las directivas a ponerse del mismo lado en la defensa del bien publico llamado UPTC y que el momento de crisis e inicio de la implementación de acuerdos de paz, sirva para llamar al gobierno a privilegiar la inversión de recursos en educación universitaria, antes que alimentar los mismos sistemas de corrupción nacionales y locales o dilapidar impuestos en ejércitos para la muerte.

El 26 de septiembre de 2017 se quedará, en todo caso, en la memoria colectiva de las luchas universitarias y en la retina de la sociedad con la imagen de miles de estudiantes en las calles demostrando que la protesta colectiva es un derecho y una herramienta política fundamental para seguir defendiendo la universidad publica, que es del pueblo y que el pueblo defiende.

Fuente noticia: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232226

Fuente imagen:  https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/09/DKu_JofW4AEjjJ5-720×514.jpg

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La enseñanza de matemáticas en Europa

Por: Roberto Rodríguez

La semana pasada comentamos aquí los primeros resultados de la prueba PLANEA-2017 e hicimos notar la persistencia de graves problemas en el área de matemáticas. Las dificultades para que todos los estudiantes, al menos la mayoría, logre los objetivos de la disciplina en educación básica es una preocupación que se comparte en la mayoría de los países, avanzados y subdesarrollados. Es un problema no resuelto e implica una tensión entre la retórica de la sociedad del conocimiento y la contundente realidad según la cual apenas un segmento de la población, una élite, logra capacidades para desempeñarse exitosamente en el nuevo entorno.

Por ello, en 2008 el Consejo de Europa incluyó en el documento “Marco Estratégico para la Cooperación Europea en el ámbito de la Educación y la Formación (ET-2020)” la meta: “el porcentaje de jóvenes de 15 años con escasa competencia lectora, matemática y científica ha de ser inferior a 15 por ciento”, entendiendo por “escasa competencia” los primeros dos niveles de la prueba PISA de la OCDE. Además, se solicitó a la Comisión Europea desarrollar un estudio sobre los factores que inciden en los resultados de matemáticas y ciencias, producto de lo cual resultó el informe, elaborado por la red Eurydice, “La enseñanza de las matemáticas en Europa. Retos comunes y políticas nacionales” (2011).

El informe incluye información de los 31 países de la red, es decir los estados miembros de la Unión Europea, más Islandia, Liechtenstein, Noruega y Turquía, se refiere a las estructuras curriculares y modelos pedagógicos en primaria y secundaria, y toma en cuenta los resultados la prueba TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) y la prueba PISA (Programme for International Student Assessment).

En el informe se revisan los datos de TIMSS y PISA, se describe el currículum de matemáticas de los países, se consideran los enfoques pedagógicos, métodos didácticos y organización del aula, y se presentan las políticas de evaluación y las estrategias ensayadas para la mejora del rendimiento. Además, el informe aborda dos temas específicos que, a la luz de los resultados, se consideran estratégicos: cómo mejorar la motivación del alumnado y cómo mejorar la formación inicial y permanente del profesorado del área. Aparte de los resultados de las pruebas internacionales, el informe incorpora los datos de la encuesta SITEP (Survey on Initial Teacher Education Programmes in Mathematics and Science) elaborada por Eurydice.

Como primer resultado destaca el fuerte peso de factores de índole social. El origen socioeconómico está estrechamente correlacionado con el rendimiento en matemáticas. Se concluye que “la ventaja de asistir a un centro en el que la mayoría de los alumnos proceden de un entorno familiar favorable se relaciona con un gran número de factores, incluyendo la influencia que ejercen los compañeros, un clima de aprendizaje positivo, las expectativas del profesorado respecto a los alumnos y las diferencias en cuanto a los recursos o la calidad de las escuelas.” También se hace notar que el contexto socioeconómico de los centros escolares es un factor con aun mayor capacidad predictiva que las diferencias socioeconómicas de nivel individual. y que la correlación no es absoluta: hay estudiantes que, con todo y ventajas socioeconómicas, presentan déficit de aprendizaje y viceversa, estudiantes que pese a la adversidad consiguen sobresalir.

Hay otros factores que tienen incidencia en el fenómeno. Según el estudio tres son relevantes: la preparación de los maestros en la disciplina y en materia pedagógica, las condiciones de los centros escolares, y la distribución curricular en primaria y secundaria. La capacitación de los profesores es fundamental. Se hace notar que una planta docente bien preparada es la mejor solución para infundir a los estudiantes actitudes favorables: confianza, motivación y autopercepción positiva. Si los profesores carecen de esa motivación es imposible transmitirla.

Un experimento interesante, aplicado con diferentes metodologías en Suecia y en España demostró que los profesores con estudiantes de bajo rendimiento suelen ser docentes con conocimientos insuficientes en matemáticas. El seguimiento de la reforma de educación básica de Noruega advirtió que la aplicación ortodoxa del “aprender a aprender” y “aprender haciendo”, en matemáticas de primaria y secundaria, hizo decrecer los resultados de aprendizaje. Lección: el acompañamiento docente es indispensable en esta área de conocimiento. En cambio, la reforma de la formación y actualización de profesores de matemáticas en Portugal y Turquía generó buenos resultados en el corto plazo.

De gran interés, aunque no hay espacio para desglosarlo, la organización temática por país. En la mayoría, el énfasis en primaria está en el dominio de la aritmética, pero en el ciclo secundario hay una importante diversificación: mayor peso a geometría, iniciación al álgebra, o introducción a la interpretación de tablas, estadísticas y cálculo de probabilidades. También ha diferencias en la cantidad de horas de estudio dedicadas a la materia y en las tareas para los estudiantes. Pero estos factores no parecen ser decisivos, como sí lo son la preparación de los profesores y los ambientes de aprendizaje.

En las conclusiones se recomienda, como prioridades: la formación docente, la intervención temprana, sobre todo en los primeros dos años de primaria, el tratamiento de necesidades específicas de aprendizaje, el impulso a los factores motivacionales y la atención a dificultades de lectoescritura, cuyos problemas suelen trasladarse al de área matemática.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-ensenanza-de-matematicas-en-europa/

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Rescatar las escuelas públicas, la otra emergencia

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Ante los trágicos acontecimientos, los maestros y maestras de la CNTE irrumpieron el desarrollo de su vida política, que entre los meses de septiembre y noviembre agitaría una jornada nacional de movilizaciones contra las evaluaciones docentes. A partir de la emergencia nacional, la movilización de sus núcleos y estructuras orgánicas, locales y nacionales, grandes o pequeñas, según sea su presencia en cada estado de la República, ha tenido como prioridad la ayuda humanitaria hacia los damnificados por las lluvias y por los sismos.

Con el hostigamiento oficial de la evaluación para el despido encima y sin contar con las cuotas sindicales, secuestradas por el SNTE, la CNTE se ha hecho valer por su capacidad logística, por la solidaridad de sus militantes, así como su gran disposición a la cooperación moral, física y monetaria, con la misma autonomía que solventa cualquiera de sus formas de protesta; pero, mientras los maestros decidieron que no era el momento de la confrontación abierta a la reforma educativa, sino de anteponer la necesidad de atender las labores humanitarias, de sumarse activamente a resolver las secuelas del siniestro, por su parte el gobierno, decidió seguir avanzando en su plan estratégico contra la escuela pública y los derechos laborales de los docentes.

En contextos de tragedia y vulnerabilidad, los neoliberales ven condiciones propicias para imponer sus políticas de saqueo; dice Naomi Klein, que luego del huracán Catrinaen Estados Unidos, el ideólogo del neoliberalismo Milton Friedman, vio en las zonas devastadas la oportunidad para que se privatizara la educación. Así, con el pretexto de la recuperación de los planteles, crecieron las escuelas charter mediante financiamiento público, pero administradas por la iniciativa privada.

Siguiendo el consejo del ideólogo del neoliberalismo, la SEP confirma lo que ya habían denunciado los profesores de la Sección 22 de la CNTE. Para restaurar las escuelas dañadas se necesitarían 13 mil millones de pesos, mil 800 podrían obtenerse de la aseguradoras, otros 700 millones provendrían de la reserva para daños menores, un número no preciso del fondo de desastres que en realidad es mínimo, pero todo indica que la parte sustancial será del programa de bonos de infraestructura conocido como Escuelas al Cien; es decir, del endeudamiento público, de comprometer el futuro de los mexicanos con los usureros de cuello blanco, estamos ante el peligro de perder nuestro patrimonio escolar a manos del capital privado.

Las 12 mil 931 escuelas que Aurelio Nuño reportó como afectadas por los sismos del 7 y el 19 de septiembre, tanto en Ciudad de México como en los demás estados, no reflejan la cifra real, innumerables denuncias muestran que miles de planteles no han sido visitados, otros que presentan severos daños visibles fueron evaluados sin problema por los organismos progubernamentales, pero no así por otros como los colegios de ingenieros o departamentos de universidades locales.

Ocultar el número real de centros académicos afectados tiene como propósito negar toda intervención financiera por parte del Estado; los neoliberales mexicanos están frente al escenario óptimo para acelerar la privatización de la escuela pública mediante lo que denominaron autonomía de gestión; el desastre les ahorra años de abandono a la infraestructura física y obligaría en poco tiempo a los padres de familia a hacerse responsables, por sí mismos, de la reconstrucción de los inmuebles escolares, por eso la SEP presiona para que se inicie a la brevedad la normalidad de las clases en las zonas afectadas.

Los consejos de participación social con los que se opera la autonomía de gestión se inscriben en una lógica opuesta al creciente proceso de empoderamiento ciudadano que se muestra hoy por todo el país. Estos consejos crean las condiciones para el control social, para inhibir la auto organización fuera de los márgenes del sistema, para ejercer y disfrazar la centralidad del poder; en todo caso, servirían de contención ante un posible desencadenamiento y/o despertar político que ponga en riesgo las estructuras de la democracia burguesa, una vez terminada la emergente organización social ante los desastres naturales.

Lo que también está generando desconfianzas, es la inscripción obligada de los trabajadores de la educación para darse de alta en el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone), porque esta medida hacendaria busca recabar el número de alumnos de cada maestro, poniendo en situación de mayor vulnerabilidad a las escuelas de turno vespertino, comunitarias, rurales, indígenas y multigrado donde la matrícula es baja. El temor no es infundado, es ahí donde las reformas educativa y fiscal han dejado más grupos sin docente, donde pesa la amenaza constante por la reconcentración de escuelas.

En esta emergencia nacional, una tarea no menos urgente de los maestros, pero también de la ciudadanía, es la exigencia para la restauración de los inmuebles académicos, sin hipotecar el futuro de los mexicanos; el resguardo de las escuelas públicas y del carácter gratuito de la educación; la vigilancia de los padres de familia para que los buitres empresariales del presupuesto público y la rapiña política, no se robe nuestro patrimonio ni detenga el crecimiento organizativo de la conciencia popular con sus organismos de cooptación para la falsa autonomía.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/rescatar-las-escuelas-publicas-la-otra-emergencia/

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Religión fuera de la escuela

Por: Enrique Díez

Necesitamos una escuela laica que eduque sin dogmas, en valores humanistas y universales, en la pluralidad y en el respeto a los derechos humanos, en la asunción de la diferencia y de la diversidad y en los valores éticos, no sexistas y democráticos.

Vaya por delante que, como católico practicante y cristiano convencido, defiendo una educación pública, inclusiva y laica, porque considero que la laicidad de las instituciones públicas es la mejor garantía para una convivencia plural en la que todas las personas sean acogidas en igualdad de condiciones, sin privilegios ni discriminaciones. Tanto las católicas como las musulmanas, las ateas, las agnósticas o las protestantes, etc.

La actitud laica tiene dos componentes: libertad de conciencia y neutralidad del Estado en materia religiosa. Cada persona es libre de ser o no religiosa y de abrazar la religión que quiera, mientras que el Estado debe abstenerse y mantenerse al margen de estas creencias y prácticas personales. En este sentido, el laicismo busca separar esferas (el saber de la fe, la política de la religión, el estado de las iglesias), para garantizar la libertad de conciencia y posibilitar la convivencia entre quienes no tienen los mismos credos.

Todas las religiones, incluida la católica, deben ocupar el lugar que les corresponde en democracia: la sociedad civil, no la escuela; que debe quedar libre de cualquier proselitismo religioso. El espacio adecuado para cultivar la fe en una sociedad en la que hay libertad religiosa son los lugares de culto: parroquias, mezquitas, sinagogas u otros.

Pero esta separación iglesia-estado no se resolvió adecuadamente durante la Transición. El paso de la escuela nacional-católica de la dictadura franquista a una escuela laica o aconfesional, como la que propicia la Constitución, se impidió manteniendo unos Acuerdos con el Vaticano, heredados de las postrimerías de esa dictadura franquista, que “obligan” a que se oferte la asignatura de religión en todos los colegios y facultades de formación del profesorado de todo el Estado. El PSOE perdió una oportunidad de oro para derogarlos cuando era posible y deseado por la mayor parte de la sociedad.

No obstante, actualmente, en un Estado aconfesional como el que hemos acordado en la Constitución española, con libertad de culto, se debería impulsar y fortalecer una escuela laica, como instrumento plural, defensor de los derechos humanos y libertades, inclusiva, no sexista.

Por eso, la Escuela Pública ha de ser laica para ser de todos y todas, para que en ella todas las personas nos reconozcamos, al margen de cuáles sean nuestras creencias. Creencias personales que son un asunto privado. Por eso, la religión no debe formar parte del currículo. No por motivos antirreligiosos, sino desde un planteamiento pedagógico y social beneficioso para el desarrollo de la racionalidad del menor de edad, de su independencia y autonomía personal, para la que debe ser educado libremente.

La finalidad de la escuela no puede ser inculcar dogmas, muchos de los cuales además entran en contradicción con la razón, la ciencia y los derechos humanos, como la subordinación de la mujer o el origen mágico de la vida y el universo. Ni la escuela es lugar de exclusión y discriminación en el que niños y niñas sean separados en función de las creencias o convicciones de sus familiares, lo cual es una afrenta a la libertad de conciencia y una grave vulneración de los Derechos de la Infancia, como recoge la Declaración de los Derechos del Niño y de la Niña de 1959 y la Convención de 1989, que rechazan el adoctrinamiento y el proselitismo religioso. Separar al alumnado que comparte toda la jornada escolar, a la hora de las clases de religión, dificulta su convivencia y entendimiento, que es de donde nace el afecto y la solidaridad.

Pero es más grave aún si analizamos la normativa que establece el currículum de la enseñanza de la religión católica en la educación primaria y secundaria actualmente. Ésta convierte la clase de religión en catequesis, pese a que explícitamente afirme que huye de “la finalidad catequética o del adoctrinamiento”. La jerarquía católica, que es quien decide los contenidos de la materia de religión, no acepta la realidad de los nuevos modelos familiares y se empecina en su retrógrada concepción de la sexualidad humana, negando la diversidad sexual reconocida ya por la legislación, el derecho al propio cuerpo, a la libertad sexual y a la anticoncepción. La concepción y la práctica del catolicismo, en donde la mujer es subordinada, que mantiene y justifica un modelo sociedad patriarcal, no es compatible con la educación en igualdad que es un principio pedagógico básico. Hasta el teólogo Juan José Tamayo afirma que “los contenidos son en su totalidad catequéticos con tendencia al fundamentalismo; el pensamiento que se transmite es androcéntrico; el lenguaje, patriarcal; la concepción del cristianismo, mítica; el planteamiento de la fe, dogmático; la exposición, anacrónica”.

La religión católica actualmente tiene una carga horaria superior a la de contenidos tan importantes como la educación física o la educación artística. Es más, las clases de religión restan muchísimas horas lectivas a las demás asignaturas, que sí son importantes y acordadas por toda la comunidad educativa y social. Pero es que la religión católica ya se imparte en la mayor parte de las materias que se estudian a lo largo de la escolaridad. Para analizar el estilo arquitectónico de un templo, para explicar el Camino de Santiago o un cuadro de Velázquez o una partitura de Bach, para adentrarse en la literatura del siglo de oro o el origen de la lengua castellana y, sobre todo, para comprender la mayor parte de la historia de este país, se acude y se explica en clase la religión católica. Es incomprensible, por tanto, este empeño de la jerarquía católica, en exigir, además de los púlpitos los domingos en misa, una asignatura específica en todas las escuelas dedicada a catequesis.

Sumemos a todo ello que, el acuerdo con el Vaticano, heredado del franquismo, impone que en la Escuela Pública haya “profesores y profesoras de religión” pagados por el Estado (es decir, con los impuestos de todos y todas) pero nombrados a dedo por los obispos, que los seleccionan en función de sus creencias, de su fe, sin haber pasado, como todos los demás docentes, por una oposición en igualdad, mérito y capacidad. Más de quince mil de estos verdaderos “delegados diocesanos” figuran como personal laboral (debido a la ley educativa LOE aprobada por el PSOE) en los centros escolares de titularidad pública. Además, los obispos pueden despedirles sin tener que explicar el cese (cosa que suelen hacer en función de avatares de la vida privada de esas personas). De hecho, mientras en las demás asignaturas fomentamos el respeto a todas las personas al margen de su estado civil, la jerarquía católica despide a profesoras de religión porque se divorcian.

En definitiva, la Escuela debe ser lugar para educar en conocimientos científicos universales, en valores cívicos, no para el proselitismo o el adoctrinamiento. La Escuela debe ser neutral en el respeto a la pluralidad de opciones morales e ideológicas. La religión, que es una creencia entre otras muchas, debe difundirse en el ámbito privado de la familia y los lugares de culto.

Por eso debemos negarnos a que con el dinero público se financie ningún tipo de adoctrinamiento religioso. El art. 27.3 de nuestra Constitución recoge el derecho de las familias a que sus hijas e hijos «reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones». Pero no a que ésta formación sea impartida en los centros educativos, y menos financiada por el Estado. Las familias que quieran que sus hijas e hijos reciban formación de religiosa son muy libres de hacerlo, pero evidentemente al margen del sistema educativo.

No podemos seguir anclados en un nacional catolicismo rancio y obsoleto. Ni seguir educando con dogmas y creencias del siglo XIX a una ciudadanía del siglo XXI. Hasta un país como Irlanda, marcado por una secular tradición católica, va a sacar la religión del horario escolar. Necesitamos una escuela laica que eduque sin dogmas, en valores humanistas y universales, en la pluralidad y en el respeto a los derechos humanos, en la asunción de la diferencia y de la diversidad y en los valores éticos, no sexistas y democráticos. Queremos una escuela donde se sientan cómodos tanto las personas no creyentes, como las creyentes. La escuela un lugar para razonar y no para creer. Debemos abandonar ya la época de la superstición y avanzar definitivamente hacia la racionalidad y la ciencia. Por justicia, por convivencia en igualdad y por respeto a los derechos humanos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/09/29/religion-fuera-de-la-escuela/

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Ciencia y luz|Leyes naturales

Por: Manuel Martínez Morales

Para muchas personas la palabra filosofía se asocia con una actividad más bien ociosa (“El ocio es la madre de toda filosofía”: F. Nietzsche). Se identifica el filosofar con un ejercicio mental puramente especulativo, muy alejado del contexto del pensamiento científico moderno. Repetidas veces se ha anunciado el fin de la filosofía y su sustitución por las ciencias positivas; sin embargo, hoy en día, el reflexionar filosófico es necesario más que nunca para nuestra práctica como seres humanos.

Según se desprende de sus raíces etimológicas, la filosofía es amor a la sabiduría, pero el filosofar debe entenderse como una segunda reflexión sobre el mundo, nuestras acciones y nuestro pensamiento. El objetivo de las ciencias es proporcionar conocimiento de cosas y fenómenos, mientras que la filosofía brinda una guía para el conocimiento y la acción, que si bien por una parte se sustenta en el conocimiento positivo suministrado por las ciencias, recurre también a postulados y conceptos metacientíficos. Para algunos pensadores la filosofía es una actividad intelectual que permite, en un momento dado, establecer una línea de demarcación entre el conocimiento científico y el no científico (ideológico).

Marco subjetivo

Para acercarnos al modo de actuar de la filosofía consideremos brevemente algunas reflexiones sobre el significado de “ley natural”. En un sentido familiar la palabra ley la entendemos como regla obligatoria y necesaria, o bien como condiciones necesarias que derivan de la naturaleza de las cosas, por ejemplo, la ley de la gravedad. En un sentido más preciso el célebre físico Erwin Schrödinger refiere en su libro ¿Qué es una ley de la naturaleza? lo siguiente:

¿Qué es una ley de la naturaleza? La respuesta, en realidad, no parece muy difícil. Al despertar la conciencia superior del hombre, éste se encuentra en un medio cuyos cambios son de la mayor importancia para su bien o para su mal. La experiencia –primero la experiencia no sistemática de su diaria lucha por la vida y después la experiencia obtenida del experimento científico sistemáticamente planeado– le muestra que los procesos que se efectúan en su medio no se suceden de manera arbitraria y caleidoscópica, sino que presentan una notable regularidad. El hombre trata entonces, arduamente, de penetrar en la naturaleza de esta regularidad, pues su conocimiento sería enormemente ventajoso para él en su lucha por la vida.

Cuando el hombre sintetiza y describe las regularidades que ha percibido en la naturaleza, se dice que ha encontrado una ley. Simplificadamente podemos afirmar que el reflexionar filosófico revela que las leyes naturales y la actividad mediante la cual se las alcanza están basadas en ciertos principios y postulados –generalmente no explícitos– que no son demostrables por medio de procedimientos científicos, sino que éstos presuponen aquéllos. Esto significa que las leyes naturales, más que ser condiciones necesarias que derivan de la naturaleza de las cosas, son síntesis descriptivas muy generales que no dependen sólo de las cosas en sí mismas, sino también, de manera importante, del marco subjetivo en que dichas cosas se ordenan o clasifican.

Carácter estadístico

Respecto a lo dicho en la cita precedente, veamos un ejemplo discutido por Schrödinger en la obra ya mencionada. Mediante el estudio de las propiedades de los gases se ha llegado a establecer una ley que relaciona –con bastante precisión– temperatura, presión y volumen de un gas contenido en un recipiente. El gas está formado por millones de moléculas en movimiento que chocan unas con otras y con las paredes del recipiente. La interpretación clásica de la teoría de los gases dice que la relación exacta observada entre temperatura, presión y volumen se deriva del comportamiento de esos millones de moléculas cuyas posiciones y velocidades, en un momento dado, no podemos observar. Sin embargo, aunque inobservables, se suponía que esos millones de movimientos siguen un comportamiento bien determinado por las leyes de la mecánica, la cual da origen a la regularidad observada microscópicamente.

Schrödinger –y antes que él Franz Exner– demostró que las leyes de los gases eran sólo una regularidad estadística resultante de un movimiento desordenado de las moléculas del recipiente:

Aunque hemos descubierto que las leyes de la física son de carácter estadístico, lo que no implica necesariamente la determinación estrictamente causal de los procesos moleculares individuales, […] la opinión general es que, en realidad, descubriríamos que el proceso individual –por ejemplo, la colisión de dos moléculas de gas– está determinado por una rígida causalidad.

El ingrediente infaltable

Lo expresado en la cita previa significa que no es necesario postular un orden primario para explicar las regularidades observadas en la naturaleza. Una regularidad puede explicarse también como la resultante estadística de procesos primarios esencialmente aleatorios, es decir, caóticos, no ordenados. La suposición de que el mundo sea esencialmente ordenado es una proposición metacientífica, es decir, filosófica. Dice Schrödinger:

Es perfectamente posible que las leyes de la naturaleza sean en conjunto de carácter estadístico. La ley absoluta residente detrás de la ley estadística, y tenida por evidente en la actualidad por casi todo el mundo, va más allá del ámbito de la experiencia. Tal doble fundamento del curso ordenado de los acontecimientos de la naturaleza es improbable en sí mismo.

En todo conocimiento que damos por seguro siempre ponemos más de lo que realmente conocemos: el condimento filosófico. Este ingrediente siempre está presente aunque no lo admitamos, es el que determina la interpretación que damos al conocimiento y, por tanto, la vía para su validación o su invalidación.

Fuente: https://www.diariodexalapa.com.mx/cultura/ciencia-y-luzleyes-naturales

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Motivos para educar en la diversidad

Por: Eduardo De la Vega

Las críticas a la escuela ocultan parte de su herencia, sus utopías humanizantes y su vocación por la igualdad.

La  invención es el prodigio de la ilusión radical; la potencia indestructible de la multiplicidad de mundos que no cesan de crear nuevas formas de vidas.

La escuela no escapa a esa lógica del mundo. En su superficie alumbran, entre las sombras, las experiencias del crepúsculo, de los comienzos, del retorno eterno e incesante de la creación radical, vital, indestructible. En dicha superficie nacen también las prácticas de libertad; balbuceantes pero múltiples, localizadas e irradiadas, contaminantes a veces, minúsculas otras; desafiando esa aberración que consiste en el exterminio de la ilusión.

No obstante, hemos sido injustos con la escuela; sólo relevamos sus pesadillas y obsesiones, sus pecados y herejías. Olvidamos casi siempre su mejor sueño, el rostro virtuoso, los anhelos justos.

Olvidamos a Jacotot, el maestro ignorante de Rancière; también a Germain, entrañable para Albert Camus. Otras experiencias anónimas seguirán inciertas e ignoradas, extrañas para la teoría, excluidas de los recintos sagrados, lejos de la historia.

Las razones de educar —en las diferencias— no las encontramos en los actuales contextos neoliberales. La legitimidad de sus razones se remonta, al menos, a las luchas de las comunidades sometidas y condenadas (afroamericanos, indígenas, mujeres, discapacitados, etc.) cuyo epicentro ha sido, sin dudas, la gran batalla por la integración de los negros en la sociedad norteamericana. Aquellos ideales, no obstante, fueron banalizados y adaptados a la lógica del mercado global, cuyas exigencias totalizadoras han propuesto a la escuela como el corazón de un mundo descorazonado.

La gran ficción de Occidente, que se derrumba hoy en Europa como en Estados Unidos, pretendía que la escuela incluya mientras el mundo excluye. El reconocimiento de las identidades y diferencias solo representó, en el interior de una gran fábrica de desechos humanos, un paso de comedia que se disfrazó de inclusión.

Sin duda, las razones de educar en las diferencias es un reclamo justo que surge del corazón de la escuela. No parece serlo las demandas de inclusión, en tanto la escuela nunca excluyó; al menos nunca estuvo en su espíritu, en ninguno de ellos. (1)

La exclusión, en realidad un invento reciente, tampoco estuvo presente en el programa de la modernidad. Sí lo estuvo la invención y consumación del aparato disciplinario: clasificación y distribución diferencial de los sujetos (buenos y malos alumnos, normales y anormales, sano/enfermo); la organización y el control del déficit, las anormalidades, las desviaciones; finalmente, el diseño de una temporalidad indefinida para generalizar las correcciones y los ejercicios.

La homogeneización significaba colocar a todos bajo el mismo modelo, pretender que todos se asemejen con el objetivo, además de someter, de diferenciar, distribuir mejor, organizar según rangos de individuos.

La modernidad no excluyó, normalizó, integró a todos los cuerpos para especializarlos, capacitarlos, aumentar sus fuerzas en términos económicos, a la vez que las disminuye en términos políticos. Formar —de eso se trata la biopolítica descripta por Foucault— sujetos especializados y cuerpos dóciles.

Por lo tanto, la exclusión no estuvo en el horizonte de la escuela pública. La producción de deshechos es un invento reciente, posmoderno, tardío, extraño a la lógica de la modernidad.

Parece necesario realizar un ajuste de cuentas y traer a la escena los otros rostros de la escuela, aquellas experiencias silenciosas de la maestra o el maestro, contracara de los controles, las obsesiones y las malas profecías.

El ajuste de cuentas no satisface a ninguna pulsión autocomplaciente sino a la necesidad de considerar un malentendido que introduce la política, especialmente tras el giro multicultural.

La condena a la escuela oculta parte de su herencia, aquella que insiste con la ilusión; sus utopías humanizantes, su deseo, su voluntad, su vocación por la libertad y la igualdad.

El olvido del legado civilizador no es un gesto sin consecuencias; su intención pretende ubicar el origen de la utopía en la ruptura propuesta, precisamente, por la crítica multicultural. La promesa de inclusión tendría un punto cero de escritura que arranca con la reciente introducción en las aulas de la filosofía de las diferencias.

Comienzo absoluto, ex nihilo, a partir de las ruinas dejadas por el normalismo. A los estigmas, las malas profecías, los circuitos y sus destinos debemos sumarle ahora una sospechosa voluntad expulsiva. La demanda de inclusión formulada al maestro desvía la mirada y detiene los reclamos justos —que deben hacerse a los sistemas económicos antes que a la escuela— mientras decreta la inocencia de la fábrica de espantos y su responsabilidad ante la exclusión.

Recientemente, la palabra «inclusión» ha constituido el núcleo simbólico de las letanías que circulan en la escuela de América Latina. Su eficacia ha permitido recubrir, y luego expulsar de los espacios del pensamiento las ideas de justicia e igualdad, hostiles al ideario neoliberal.

Inclusión, diversidad, integración conforman ahora una constelación simbólica que ya no orienta ni identifica. Solo confunde y culpabiliza al maestro, con efectos devastadores, especialmente, cuando dicha culpabilización se transforma en política educativa.

El docente, luego de «la caída» de la escuela pública, vive en estado de culpa cuya expiación se hará en los recintos sagrados de la formación permanente. La dialéctica del Amo y el ignorante, descripta por Rancière, inspira a los programas «políticamente correctos», en especial las políticas de formación, incluidas aquellas que se disfrazan de participación y promesas de libertad.

Culpar al maestro del no cambio de la escuela permite consumar el crimen perfecto, ya adelantado por Baudrillard; aquél que logra, por un lado, borrar toda pista que lleva al asesino y permite, por el otro, culpar a alguien que no lo ha cometido. De forma tal, que todos creen en la culpabilidad del inocente (el inocente incluido).

La víctima es la escuela, su transformación, las experiencias de lo nuevo. Quedan velados los nuevos posibles que, sin embargo, no dejan de retornar. Las razones de dicha insistencia deben buscarse en el eterno retorno del devenir de la multiplicidad de vidas y existencias, iluminadas por el relámpago virtuoso que extrae de las sombras la silueta renovada de la igualdad.

La comunidad de iguales o aquello que podríamos llamar también justicia educativa.

(1) Hacia 1949 la taza de escolaridad en la educación primaria de Argentina era del 94,9 por ciento. Nueve años después ascendía al 103,3 por ciento mientras otros diez países de la región alcanzaban porcentajes similares. En el mismo periodo, el porcentaje de crecimiento de la educación secundaria superó ampliamente al de primaria duplicarse (UNESCO. 1966. Situación demográfica, económica, social y educativa de América Latina. (Buenos Aires. Solar/Hachette. Pp. 71).

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/educacion/motivos-educar-la-diversidad-n1474270.html

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