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¿Por la autonomía de la educación?

Por: Alfredo Arnaud Bobadilla.

A principios del siglo pasado (1921), le tocó al pensador y educador mexicano José Vasconcelos construir las bases de lo que sería una de las instituciones más importantes con las que cuenta este país hasta la fecha: la Secretaria de Educación Pública.

Después del cisma de la Revolución mexicana, la nación se encontraba en una situación de crisis humanitaria, económica y social, por decir lo menos, con un Estado empobrecido, una sociedad fragmentada y derruida, índices de analfabetismo del orden del ochenta por ciento, y un sinnúmero de familias que no contaban ya con la figura del Pater familia. Fue con esa composición política, social y económica que Vasconcelos diseñó y puso en marcha toda una estrategia nacional que implicaba aprovechar los activos con los que se contaba en el momento, para atender y resarcir los pasivos: sería un ejército de madres de familia apenas instruidas, pero que sabían leer y escribir, y que requerían de un trabajo para dar sustento a su familia, las encargadas de instruir (sobre todo, alfabetizar) a aquellos que no habían tenido oportunidad de asistir a la escuela. Fue ésta, probablemente, una de las jugadas más astutas y visionarias que nos dejó el Maestro de la juventud de América, como lo llamaban sus coetáneos.

Con el paso de los años, el país se levantó, creció y se convirtió en una de las economías más importantes del mundo. No obstante, es una economía cuya hermana, la sociedad, adolece en estos momentos de los elementos básicos y fundamentales: justicia, equidad, igualdad de oportunidades, mala distribución de la riqueza, altísimos índices de corrupción e inseguridad, entre otros. Si bien, en su momento, la creación de una institución como la SEP que sentara las bases para la homogeneización de un sistema educativo nacional fue la mejor apuesta para el desarrollo del país, hoy en día, a casi un siglo de la creación de la Secretaría de Educación Pública, es nuestro deber reflexionar sobre los derroteros que nuestras políticas educativas y nuestro sistema educativo en su conjunto deben tomar hacia el futuro.

El sistema educativo ha pasado por varias reformas, muchas de ellas de gran calado y oportunas para la modernización y la puesta al día de planes y programas de estudio, métodos y metodologías de enseñanza-aprendizaje, incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, las llamadas TICs, y sin embargo, el sistema educativo tal y como está diseñado y opera el día de hoy tiene un gran problema: está sujeto a los cambios sexenales de gobierno y a las reformas que cada nueva administración quiere imprimir en materia educativa. Más que beneficios, esto ha producido ruptura, desasosiego entre los profesores, incertidumbre en todos los actores que intervenimos de una u otra forma en el fenómeno educativo y contamos con propuestas para el apoyo y fortalecimiento de la calidad educativa en todos sus aspectos.

El problema, es que cada seis años tenemos que reinventarnos, echar por la borda lo que hizo la administración anterior y comenzar de nuevo; una dinámica que parecería haber sido diseñada por Prometeo. Hace unos días en la radio, se escuchó una voz (cuyo nombre, desgraciadamente, no puedo recordar) que hacía una propuesta muy interesante y que vale la pena retomar: ¿Podrá pensarse en darle autonomía al sistema educativo nacional para que pueda reunir a los mejores expertos en la materia y diseñar así un verdadero proyecto a 30 o 40 años que no esté sujeto a los procesos electorales y a tener que reinventarse cada seis años, sin que ello signifique, desde luego, que deje de ser obligación del Estado ser el garante del financiamiento de la educación?

Siendo la educación uno de los sectores estratégicos para el desarrollo de nuestro país en los próximos años, nos hacemos al menos un par de preguntas al respecto: ¿Veremos alguna vez a la educación en manos de personas honorables, expertas, que han dedicado toda su vida a la investigación educativa, y ponerla a salvo de la improvisación y de la discontinuidad de un proyecto de largo aliento? ¿Podremos imaginar como sociedad contar alguna vez con un presupuesto blindado multianual, transexenal, gamificado, estratificado orientado realmente a fortalecer las escuelas y las comunidades de alta y muy alta marginación; a establecer un plan maestro de infraestructura y equipamiento; a buscar fortalecer la formación inicial y continua de los profesores; a atraer a los mejores profesionistas al ámbito magisterial; a revalorar la figura de los profesores en todos los niveles educativos, entre otros muchos aspectos necesarios y urgentes, más allá de propósitos electorales?

Sería una noticia espectacular para nuestro país, y probablemente un ejemplo para el mundo entero pensar en celebrar la mayoría de edad de la Secretaría de Educación Pública, a los 100 años de su creación, llevando a cabo una nueva cruzada vasconceliana, otorgándole una merecida autonomía al sistema educativo de nuestro país.

Fuente: http://www.diarioaxaca.com/analisis/24-opinion/116533-ipor-la-autonomia-de-la-educacion

Imagen: http://2.bp.blogspot.com/-zz4JbHtlfcc/TfkggTrnNNI/AAAAAAAAB8s/GG3dgwEHmNQ/s1600/escuela%255B1%255D.JPG

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Oaxaca: el logro y el riesgo.

De que se mueve, se mueve, me dijo mi amigo El Maestro, con quien hacía meses que no conversaba. Se refería a la acción política del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. Comentamos el acto de la semana pasada de la asignación de plazas a los docentes que resultaron idóneos y que escogieron su lugar de trabajo.

Por: Carlos Ornelas.

Mi amigo pensaba que eso no podría hacerse en Oaxaca ni en Michoacán, tenía dudas sobre Guerrero y Chiapas. Pero la noticia de la asignación de 366 plazas en Oaxaca lo convenció de lo equivocado de su pensamiento. Ve a Nuño con una espada flamígera contra la CNTE. El Maestro —al igual que otros dos amigos y yo no concebía que la Reforma Educativa fuera a llegar a este punto. Especulamos sobre si estos hechos ayudan a Aurelio Nuño en su carrera a la candidatura del PRI a la Presidencia. No hubo acuerdo.

Para el análisis de los hechos de Oaxaca de este lunes, pienso, es irrelevante si Nuño lo hace por su anhelo de llegar a ser el candidato o por su interés en la reforma. Lo importante es que lo efectúa, que camina y en cada paso le resta espacios al neocorporativismo. Los concursos abiertos para el ingreso a y la promoción en la carrera docente lastima las tradiciones de todas las corrientes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Aunque la costumbre persiste en algunos territorios, ahora no pueden seguir manipulando la incorporación y las trayectorias profesionales de los maestros con la impunidad y descaro que lo hacían. La S-22 de Oaxaca era la más reacia y no cede todavía.

El acto de Oaxaca no sólo replicó el del lunes anterior en el edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, es de mayor simbolismo. Se da en el corazón de la disidencia más aguerrida y habla de la valentía de los concursantes, que no sólo se presentaron a examen (que tuvo que realizarse en Puebla, si no me equivoco), sino que se atrevieron a ir y seleccionar su centro de trabajo, donde se supone que hay disponibilidad.

El director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Germán Cervantes Ayala, apostó y obtuvo un pequeño triunfo. No estoy seguro de que el gobernador Alejandro Murat lo quiera compartir. El concurso por las plazas y su distribución presenta el lado cardinal de la Reforma Educativa y los afanes del gobierno de Enrique Peña Nieto, que obliga (o convence, si se quiere) a los gobernadores a alinearse y seguir la línea del centro.

Sin embargo, la CNTE continúa con un poder que no puede menospreciarse. El mismo lunes, una pequeña turba de maestros disidentes entró al hotel donde se realizaba el acto público y desalojó a los concursantes. Es fiel a su estrategia y muestra las armas del neocorporativismo: el chantaje y la amenaza.

En una de sus notas de ayer, El Universal citó al secretario general de la S-22, Eloy López Hernández, quien calificó como una farsa la entrega de plazas a profesores que aprobaron la evaluación docente. Amenazó con no permitir su ingreso a las escuelas que están bajo control de la sección. Y, si no le hacen caso, advirtió que sus cófrades van a boicotear el inicio de clases y a movilizar a sus bases. Aprovechó la ocasión para arremeter contra el Consejo de Participación Social.

A fe mía que no son baladronadas, la semana que viene, o incluso esta misma, observaremos acciones de protesta de la S-22. Si bien sus bases han mermado y su dirigencia ya no convence a muchos, su capacidad de causar daño a la educación de Oaxaca es considerable.

Si la Reforma Educativa estará en el ojo de las campañas por la Presidencia, en Oaxaca los riesgos serán mayores. El Maestro, mi amigo, pronostica que la S-22 buscará la revancha. ¡Veremos hasta dónde aguanta la reforma!

RETAZOS

En una charla informal, el presidente consejero de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Eduardo Backhoff Escudero, en un tono comedido me reprendió por una equivocación que cometí en mi entrega del 30 de abril, cuando reseñé el comienzo de su presidencia.

Escribí: “Desde otra perspectiva, según la teoría de Guy Neave, el INEE es la punta de lanza del Estado evaluador. Es el que diseña y realiza mediciones de componentes, procesos y resultados del sistema escolar…”. Reconozco, fue un gazapo utilizar una voz del verbo realizar. Debí utilizar el vocablo correcto, regular. Pero sostengo que el INEE es el ingenio visible del Estado evaluador.

Pido disculpas a los lectores, al INEE y al periódico por el desacierto.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/08/16/1181929

Imagen: https://oaxacacapital.com/data/uploads/2017/08/16/cnte.jpg

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Próximo taller nacional en Costa Rica sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

Por: Unesco.

La región Centroamérica ha ido escribiendo la historia de las diferentes naciones y pueblos que la conforman a través de una estrecha relación con el medio acuático, y se ha convertido en una de las regiones con mayor número de barcos hundidos en sus aguas, un patrimonio cultural en peligro de expolio y de destrucción. Además, los vestigios de culturas pre-hispánicas hallados bajo las aguas de mares, ríos y lagos son cada vez más importante y suponen un testimonio clave en la comprensión de la realidad histórica de la región.

Sólo a través de la protección de estos restos sumergidos, de su adecuada investigación y de su adecuado acceso público es posible completar muchos de los renglones perdidos del desarrollo histórico de un continente, así como rescatar del olvido parte de su memoria cultural.

En el marco del proyecto “Salvaguarda del patrimonio cultural subacuático en América Latina y el Caribe”, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Oficina Multipaís UNESCO en San José, la Secretaría de la UNESCO para la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, con el apoyo del Museo Nacional de Costa Rica organizan un taller nacional en Costa Rica sobre la protección del patrimonio cultural subacuático.

El taller, que tendrá lugar el miércoles 23 de agosto de 2017, en el Centro Cultural de España, El Farolito, contará con la presencia de la señora Ulrike Guerin, oficial responsable de la Convención de la UENSCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático en la sede de la UNESCO en Paris, y la señora Dolores Elkin, miembro del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de 2001 así como  directora del programa de Arqueología Subacuática en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latino-Americano de Argentina.

Este taller está dirigido a las autoridades nacionales de Costa Rica a cargo de la ratificación e implementación de la Convención  sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, arqueólogos y representantes del sector turístico costarricense y buscará aclarar este texto y mostrar los beneficios que para otros Estados de la región ha conllevado su buena aplicación.

La visita al país de ambas expertas, también permitirá que expongan ante el Canciller de Costa Rica y la Asamblea Legislativa las ventajas de la ratificación de la Convención.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/national_workshop_in_costa_rica_on_the_protection_of_underwa/

Imagen: http://www.unesco.org/new/typo3temp/pics/bf3b3d788e.jpg

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Estrellitas para los maestros.

Por: Anibal Muñoz Claudio.

Comienza un nuevo curso escolar en Puerto Rico y, como de costumbre, toda la atención se enfoca en los recipientes del currículo (los estudiantes) y en los diseñadores del currículo (la administración).  Muy poca atención se le presta realmente a la parte más importante de esta ecuación educativa que son nuestros maestros, los que implantan el currículo con el sudor de sus frentes, día a día.

El mundo empresarial moderno ha reconceptualizado la relación entre empleado y cliente para consentir que trabajadores satisfechos y motivados generan clientes contentos. Ya paso de moda el viejo adagio que decía que el cliente siempre tenía la razón. Lo mismo se debe aplicar en nuestros sistemas educativos.

Por razones históricas, teóricas y de adoctrinamiento colectivo, hemos estado predispuestos a pensar que los estudiantes siempre son la pieza más importante en un sistema educativo. Nunca nos hemos planteados, reflexivamente, que los estudiantes como recipientes de un servicio educativo necesitan recibir no solo el producto (diseño curricular) sino que necesitan de empleados motivados (maestros) que le puedan ofrecer ese servicio.

Desde que el diseño curricular establece su filosofía y misión educativa, se espera alcanzar unas metas y objetivos con los estudiantes. Ahora bien, los responsables de ejecutar esa misión según trazada, los que van a brindar el servicio para que esas metas y objetivos se logren, son los maestros y el personal de apoyo. Los estudiantes están al otro lado de la ecuación, recibiendo el servicio. Ellos son los clientes.

La lógica de este planteamiento nos sugiere que si tenemos unos maestros y personal bien motivados, por ende, la implantación de un currículo tendrá muchas más posibilidades de cumplir exitosamente con las metas y expectativas bosquejadas por la administración. Así las cosas, en el Departamento de Educación de Puerto Rico nunca ha sido una prioridad para sus administraciones el procurar motivar adecuadamente a sus empleados, específicamente a sus maestros. Para el Departamento de Educación, el foco de atención y prioridades siempre han sido destinadas al estudiante.

Ante esa prelación de perspectivas del Departamento de Educación, la sociedad puertorriqueña, ensimismada en sus tormentos de crisis fiscales y el bochinche de cada hora, le ha dado la espalda a sus maestros. Muchos no pueden creer ni reconocer que todavía hay miles de maestros motivados a darlo todo por sus estudiantes y por ellos mismos sin depender de ninguna motivación del sistema. Esos maestros de motivación intrínseca existen hoy día en cada una de las escuelas del Departamento de Educación (y en las escuelas privadas también).

Y en realidad, es bien fácil reconocer a estos colegas que se motivan a sí mismos con resiliencia y resistencia de la buena y sin remuneración ninguna a cambio. Estos son los maestros que son líderes en sus escuelas y en su comunidad. Son maestros que transforman su ambiente con su profesionalismo, compromiso, creatividad, liderazgo y entusiasmo. Son los que procuran continuar estudios graduados y gestionan su propio desarrollo profesional. Son los que minimizan sus ausencias, los que presentan alternativas y sugerencias para los problemas de sus escuelas, los que trabajan la milla extra todos los días por sus estudiantes, los que arreglan y decoran su salón con su propio dinero, los que dirigen clubes y organizaciones estudiantiles, los que escriben propuestas y coordinan investigaciones, los que asisten a talleres y seminarios de educación continua y los que apoyan procesos administrativos conducentes al bien común de la comunidad escolar. Estos son los maestros que publican sus trabajos,pertenecen a comités escolares y a organizaciones profesionales de su materia, organizan actividades educativas y extra-curriculares, ayudan a sus colegas, trabajan en equipo, colaboran con los padres y demás personal de la escuela, se adaptan y sobreponen a los cambios constantes de política pública y reconcilian sus inquietudes con cordura y sabiduría. Son maestros que muchas veces se convierten maestros cooperadores y a su vez adiestran a sus futuros colegas. Son los que procuran planificar las mejores estrategias de enseñanza y se mantienen actualizados en su materia en todo momento. En fin, son los maestros que no permiten que las circunstancias los limiten sino que ellos superan sus circunstancias con motivación intrínseca.

Y lo más loable de todo es que estos maestros de resi (sten/lien) cia hacen todas esas cosas sin considerar las condiciones de infraestructura de la escuela, sin sopesar la falta de motivación de sus supervisores (directores escolares) o la de sus propios colegas, sin medir el poco apoyo o ninguno que reciben de los padres y mucho menos sin calcular el aprecio o reconocimiento que puedan recibir de sus propios estudiantes. Lo hacen sacrificando a sus familias, sin tantear el color del gobierno o el color del municipio. Lo hacen sin sopesar el liderato y popularidad de los Secretarios de Educación de turno, sin tasar la crítica mediática, sin temor a las posturas de sus afiliaciones a gremios profesionales, sin considerar la ausencia de apoyo comunitario y, por si fuera poco, lo hacen sin recibir ninguna retribución monetaria a cambio.

Un maestro motivado siempre motivará a sus estudiantes. Así es la ecuación.

De seguro, estos maestros cuando eran estudiantes se ganaron sus estrellitas. ¡Ahora, como educadores, se las han ganado doble y triple!

¡Dénselas!

Fuente: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/estrellitasparalosmaestros-columna-2349857/

Imagen: http://laotramiradasur.com.ar/wp-content/uploads/2015/11/maestro.jpeg

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La precocidad, clave de la alfabetización.

En momentos en que el éxodo masivo de refugiados trastorna la
escolarización de decenas de miles de niños, la especialista en educación Helen Abadzi –
cuyos trabajos contribuyeron a que el dominio de la lectura desde el inicio de la primaria sea
hoy una prioridad internacional de primer orden– aboga con fervor por una “vacunación” precoz de
los niños contra el analfabetismo, antes de los 18 años.

Por:Unesco.

Cada 8 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, recuerdo a las mujeres iletradas de mi infancia. Hace unas pocas décadas, en mi Grecia natal la pobreza y los conflictos étnicos eran profundos y causaban a la educación los mismos problemas que hoy.

En el decenio de 1930, cuando era raro que las niñas del campo fueran a la escuela, mis dos tías contrataron en Atenas a una joven campesina. Como eran maestras, le enseñaron concienzudamente a leer la ortografía griega, que es relativamente coherente. María aprendió las letras, pero nunca supo distinguir otra cosa que palabras aisladas. Terminó renunciando. Cuidó a niños que estudiaron, pero se fue iletrada de este mundo, cumplidos los 90 años.

Los conflictos étnicos y los desplazamientos privaron a mi tía paterna de escolaridad. Su familia huyó de Turquía a Grecia en 1922, sus padres murieron, y ella nunca fue a la escuela. Con cuarenta años cumplidos, aprendió los rudimentos de la lectura de su hija, que era docente. Vivió la mitad de su vida en una gran ciudad, rodeada de inscripciones. Cuando tenía 97 años examiné sus conocimientos y comprobé que solo reconocía las mayúsculas con muchas vacilaciones. A lo sumo podía leer el nombre de las líneas de autobús.

Sofía, que me crió, alcanzó un nivel muy diferente. Huida de Turquía también en 1922, comenzó la escuela primaria antes de acabar huérfana y sin hogar. Ella fue quien me ayudó cuando aprendí a leer. Leía nuestros manuales escolares con voz vacilante, haciéndonos reír. Pero como lograba leer frases enteras, continuó practicando y mejorando. Al final de su vida, se ponía las gafas, abría el periódico y le leía las noticias a mi madre.

Dislexia adulta

© Radu Dumitrescu

Muchos años después, siendo especialista en educación del Banco Mundial, examiné varios proyectos de alfabetización de adultos con el fin de evaluarlos. A pesar de los esfuerzos de gobiernos y ONG en materia de alfabetización de adultos en los años 1980 y 1990, las situaciones descritas en los informes me recordaron imágenes de mi niñez. En Bangladesh, después de haber estudiado un año entero, los estudiantes apenas balbuceaban. En Burkina Faso, al final de la formación, los adultos se detenían en cada palabra y les costaba descifrar incluso su propia escritura. Sin embargo, todos aquellos que habían ido a clase en la infancia, aunque fuera brevemente, leían con facilidad, igual que Sofía. El contraste era sorprendente.

No sólo leen con dificultad los adultos que no han estudiado. Los extranjeros educados que aprenden un idioma cuyo alfabeto es diferente del propio experimentan los mismos problemas. Un investigador o un trabajador humanitario “occidental” que haya vivido durante décadas en Etiopía o Bangladesh y hable el idioma local con fluidez quizá lo lea toda su vida como un niño de primer grado. Se enfrenta a una maraña de letras que debe desentrañar una a una. Puede que la lectura le resulte demasiado tediosa y entonces la evita.

Estos hechos ilustran un fenómeno singular que puede denominarse “dislexia del adulto neoalfabetizado”. Al parecer, se hace significativo a los 19 años y probablemente nos afecta a todos. Los estudiantes universitarios que deben aprender un nuevo alfabeto después de los 18 años leen lentamente y durante décadas tienen dificultades para descifrar un texto. Varios estudios cognitivos y neurocientíficos muestran dificultades de lectura persistentes entre los adultos. La dislexia de los adultos puede explicar en parte los malos resultados de los programas de alfabetización de adultos en todo el mundo. Pero ha pasado desapercibida. Los educadores atribuyen estos fracasos a problemas sociales, falta de motivación de los alumnos o a defectos de organización. Sin duda, estos factores deben tomarse en cuenta, pero los resultados son igual de decepcionantes en alumnos tenaces. Y como esta extraña dislexia permanece invisible, es poca la investigación directa que se le ha dedicado.

Pero, ¿qué es una lectura fluida?, y ¿por qué es importante? Percibida como un banal rito de paso de la niñez, requiere no obstante cambios cerebrales específicos.

“Vacunar” contra el analfabetismo a los niños

La lectura es el resultado del aprendizaje perceptivo; durante los primeros milisegundos, está desconectada de toda comprensión. Con la práctica, el cerebro aprende a reunir y descifrar al mismo tiempo el contorno de las letras. Lo hace más eficazmente cuando ha aprendido los símbolos por separado, insistiendo en las analogías formales. La práctica combina unidades pequeñas en unidades más grandes. Aprender algunos alfabetos y sistemas ortográficos requiere más tiempo que otros. Pero en todas las culturas, de Francia a China, el hombre utiliza las mismas estructuras cerebrales para leer.

En un primer momento, el alumno descodifica las letras por separado mediante un esfuerzo consciente. Después de docenas de horas de ejercicio, este tratamiento migra a una parte del cerebro que reconoce las palabras como si se tratara de rostros. A continuación, basta un vistazo para descifrar una secuencia de letras, como si fueran los rasgos de un rostro. Al mismo tiempo, la lectura se convierte en fácil, automática. No podemos ya dejar de leer, del mismo modo que no podemos dejar de reconocer los rostros de las personas que conocemos. La velocidad así alcanzada es de 45 a 60 palabras por minuto.

Con el aprendizaje perceptivo, el hombre puede aprender a reconocer una huella, la notación musical, los números, las ecuaciones matemáticas, las constelaciones o los signos tempranos del tiempo que va a hacer. Y puesto que esa función visual se adquiere y se ejerce con regularidad, permanece en la memoria. Podemos pues “inmunizar” a los niños contra el analfabetismo.

Curiosamente, no es necesario conocer un idioma o su escritura para poder leerlo de corrido. Con fines religiosos, millones de niños de todo el mundo aprenden a leer textos en un idioma que les es desconocido y cuya escritura difiere de la de su lengua nacional. El aprendizaje es mucho más fácil cuando existe correspondencia entre las letras y los fonemas, como en español o hindi, a diferencia del inglés o el jemer, cuyas ortografías no son coherentes. Pero para comprender un texto tiene que haber fluidez: las presiones de la memoria a corto plazo requieren velocidad. Un adulto educado lee de 250 a 350 palabras por minuto.

Los niños que abandonan la escuela después de haber adquirido esa automaticidad son capaces de leer las inscripciones presentes por su entorno y de ejercitarse lo suficiente como para mantener y mejorar sus habilidades de lectura. Tal fue el caso de Sofía, mi ama de llaves. Pero si salen de la escuela sin ser capaces de leer con fluidez, el descifrar letra por letra se hace demasiado tedioso. Como María y mi tía paterna, pueden pasar ante un cartel o el nombre de una calle sin poder leerlos.

Por desgracia, esta capacidad de automatizar la lectura de un gran número de símbolos tiene una vida limitada. Algunos circuitos neuronales subyacentes a la percepción tienen períodos sensibles y experimentan en la adolescencia una desaceleración gradual. Si el proceso de automatización se interrumpe durante varios años, el niño puede perder un tiempo valioso que ya no podrá volver a recuperar.

La fluidez debe adquirirse antes de los 18 años

El desplazamiento masivo de refugiados en el siglo XXI ha provocado una grave crisis de analfabetismo. Muchos niños han visto sus estudios interrumpidos en una edad crucial. Trasplantados de Siria a Grecia y a Alemania, tal vez nunca automatizarán el conocimiento perceptivamente exigente de los caracteres árabes. Para algunos, la ruptura, sin duda, será definitiva. Y el exilio no es la única amenaza que pesa sobre la alfabetización de los niños. Los países de bajos ingresos han ampliado sus sistemas escolares sin saber bien cómo enseñar a los desfavorecidos, produciendo una generación de analfabetos escolarizados. Esta situación se ve agravada por el uso del inglés o del francés, de ortografía compleja. Por lo que un gran número de estudiantes africanos son capaces, a lo sumo, de descifrar algunas letras o palabras en ambos idiomas. Algunos asistirán de adultos a clases de alfabetización, pero según el Banco Mundial es probable que sea demasiado tarde para que puedan adquirir los automatismos necesarios.

Estas realidades neurológicas también tienen implicaciones para los Objetivos de Desarrollo Sostenible(link is external). Según el ODS 4.6, de aquí al año 2030 los gobiernos deben garantizar que todos los jóvenes y una considerable proporción de hombres y mujeres adultos puedan leer, escribir y contar. Para facilitar el aprendizaje y apoyar a los maestros en su tarea, debe existir una implicación de la investigación neurocognoscitiva.

Activar la función del aprendizaje perceptivo no requiere actividades pedagógicas especialmente elaboradas. Los docentes deben enseñar las analogías grafofonológicas y multiplicar, debidamente comentados, los ejercicios en clase. El ejercicio práctico ayuda a vincular las unidades pequeñas a las grandes, las palabras y las frases. Es esencial usar libros voluminosos o una gran cantidad de libros para facilitar el desarrollo de la competencia de reconocimiento “facial”. Los libros deben estar impresos en letras grandes y espaciadas para satisfacer las necesidades visuales del cerebro. La escritura apoya la lectura, debemos pues adquirir vocabulario para comprender los textos. Como el proceso de lectura es universal, de 45 a 60 palabras pueden ser el criterio aproximativo del automatismo en casi todos los idiomas y alfabetos. Para que el niño aprenda por los textos el placer de la lectura esta velocidad debe alcanzarse a fines del segundo grado.

Los donantes y los gobiernos reciben una gran cantidad de consejos confusos en materia de lectura. Los métodos tradicionales de aprendizaje letra por letra, más adaptados al funcionamiento del cerebro, se han sustituido por un enfoque global de las actividades del lenguaje que refleja los puntos de vista de la clase media. Esto puede tener graves consecuencias para los pobres. Los alumnos de lenguas gráficamente coherentes pueden desde el primer año progresar en lectura lo suficiente como para resistir a las interrupciones ulteriores de la escolaridad. Esto era posible con los antiguos silabarios. Pero la introducción de métodos “modernos” ralentiza este proceso y expone a los escolares a los imponderables de la vida, así como al riesgo de convertirse en analfabetos funcionales.

El Día Internacional de la Alfabetización nos recuerda que debemos asegurar la automaticidad desde la infancia. Como esta función tiene un límite temporal, es preciso que a los 18 años a más tardar todos los niños lean con soltura en uno o más alfabetos. En el futuro, puede que la investigación biomédica mitigue este fenómeno neurológico, pero de aquí a 2030 el objetivo es claro. Las guerras y los desplazamientos de poblaciones parecen ser inherentes a la evolución humana, y la comunidad educativa debería estar dispuesta para afrontar estos fenómenos. Los gobiernos y los donantes deben aplicar las investigaciones existentes para la adquisición de la automatización desde el primer año de escuela. Así, si una emergencia llegara a interrumpir el proceso educativo, los adultos tendrán un futuro similar al de Sofía, y no al de María.

Fuente: http://es.unesco.org/courier/2017-julio-septiembre/precocidad-clave-alfabetizacion

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/courier/photos/cou_02_17_news_literacy_02.jpg?itok=NXEOjsDm

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Enseñar, descubrir, amar.

Por: Gabriel  Mª Otalora. 

Descubrí mi amor por la enseñanza por esas cosas que tiene la vida, cuando el destino profesional de pronto le hace a uno ver y sentir las excelencias de posibilitar experiencias más allá de ofrecer información. Si el objetivo educativo se reduce a comprender y memorizar “lo que hay”, sin cuestionar las mejores alternativas de pensamiento y acción, el hecho de aprender no sería otra cosa que adquirir procedimientos y técnicas para sobrevivir en el medio social. Es la diferencia entre “aprender” como el acto de memorizar, instruirse en algo pasivamente hasta alcanzar nuevos niveles de conocimiento, pero no siempre con éxito; la razón es que el nuevo nivel al que he llegado, no lo he hecho mío, solo lo he incorporado. Y “aprehender”, en el sentido de capturar o hacer mía una realidad como una nueva construcción que tiene sentido para mí y la interiorizo de forma activa logrando que el resultado llegue a ser parte de mí.

Soy consciente de que educación es un mundo complejo y difícil, por eso no quiero decir a otros lo que tiene que hacer al compartir mis reflexiones, que bastante tienen. Por aquél entonces, yo leía al inconformista Henry Giroux, uno de los fundadores de la pedagogía comprometida norteamericana que proponía una combinación de teoría y práctica encaminada a la transformación social en beneficio de los más débiles. Lo interesante de Giroux es la denuncia del modelo de alumno como una “vasija vacía” que hubiese que rellenar con contenidos rentables aunque alejados de la realidad social. Lo que trataba de evitar era que salgan de la escuela “trabajadores sumisos, consumidores expectantes y ciudadanos pasivos”. Este enfoque suyo considerando a la educación con el deber de adquirir un compromiso con la justicia y la equidad me vino muy bien entonces, y también después, porque educar excede con mucho del trabajo clásico en el aula.

Sus aportaciones a la práctica educativa priman lo ético ya desde el lenguaje a utilizar por los profesores. Esto es algo que hicieron pionero los jesuitas hace algunos siglos además de conseguir la primera educación interclasista en las aulas. Es importante una educación comprometida y no neutral que conciba la escuela (o cualquier educación) como Giroux, el lugar de encuentro idóneo y estratégico para tratar asuntos sociales que conciernen a la colectividad de la que forma parte. Las escuelas, a su manera de ver, las entiende como lugares donde avanzar en el fomento de los valores públicos, en contraposición al consumismo, la brutal competitividad y el individualismo americano. Cosas de rojos irredentos, dirán algunos, pero que tienen un sustento clarísimo en trabajar la libertad humana, que es lo contrario a cualquier totalitarismo.

Ante la ofensiva neoliberal al rebufo de la globalización, muchos profesionales desencantados de la educación han interiorizado que poco se puede hacer ante el empuje de la educación al servicio de un nuevo utilitarismo. Sin embargo, Giroux se muestra beligerante con el conformismo, el desencanto, el inmovilismo claudicante del “no se puede hacer nada” y con la desazón pesimista del presente. Está convencido de que se puede (re)establecer la interdependencia entre cultura, educación, ética, democracia y la crítica constructiva. Su propuesta pasa por el desarrollo de un pensamiento crítico que supere el inmovilismo que tanto desazona y frustra, impulsando acciones educativas transformadoras con orientaciones más justas en la práctica, especialmente con los menos favorecidos del multiculturalismo presente en las aulas, también en las nuestras.

Ciertamente lo norteamericano nos queda lejos, y no es precisamente bueno todo lo que exportan, pero eso no quita que personas como Giroux insuflen lucidez y esperanza proponiendo el revolcón en algunas concepciones mentales y valores que son cada vez más urgentes en nuestra sociedad y en la educación en general.

Al calor de estas reflexiones veraniegas, recuerdo lo que me fastidió (pero con jota) la propuesta de la LOMCE que contemplaba la supresión de Ética, materia común de 4º ESO. Además, la Historia de la filosofía dejaba de ser una materia común en 2º de Bachillerato. Todavía no entiendo que la ética se quede como una “asignatura espejo” (tal y como la denominó el ministro Wert). No deben limitarla a ser un mero reflejo para los que no optan por la religión católica, entre otras cosas porque la base religiosa cristiana contiene a la ética. Una ética racional y laica es la esencia de un pensamiento crítico y universalista que da sentido a una sociedad tolerante y plural, porque enseña a convivir a ciudadanos de diferentes creencias integrando sin discriminar la religión o sus ideas políticas. No tiene ningún sentido impartir una ética exclusivamente para ateos, musulmanes o judíos, que segregue a la sociedad entre quienes priorizan las creencias y los que anteponen las ideas. La estrategia de segregación es un semillero de conflictos futuros. En mi opinión, reflexionar en clave educativa sobre ambas es necesario y no resta; ambas son necesarias y compatibles.

A partir de aquí, el objetivo esencial del verdadero aprendizaje pasa porque el educando aprenda a descubrir. En este sentido adquiere una gran importancia el trabajo encaminado a colmar el derecho a una educación que enseñe a reflexionar, crítica y racionalmente, sobre el mundo en el que vive, como se hace en las clases eficaces de ética. Con todo lo anterior quiero señalar que la elección entre religión y ética (“Valores éticos”) responde a una falsa disyuntiva, puramente ideológica, como reconoció en su día el propio ministro Wert, desvirtuando así el sentido de la filosofía moral y demostrando que el meollo humanista del asunto le importaba un pito berenjeno.

La ética, como la realidad religiosa para una persona cristiana como yo, o con cualquier otra sensibilidad, debe ser algo más que una mera percepción subjetiva donde uno busca refugio o confesión. Su pretensión es convertirse en saber dialogado cuya experiencia oriente al aprendizaje de ser libres de verdad; es decir, a ser comprometidos y responsables. Sin la ética como elemento educativo primario, corremos el riesgo de no conocer la esencia del ser humano y de pasar por alto el entorno más próximo, lo que en el tiempo posmoderno se llama indiferencia. En una época de crisis en que la ciudadanía se distancia de la política al percibir que el poder económico le ha arrebatado su soberanía, el lugar educativo de la ética, la filosofía y la religión -y en general de aquellas materias que aportan creatividad y reflexión- resultan esenciales para posicionarse con acierto en la realidad.

Ya que el sujeto educativo, adulto o joven, no puede sentir demasiado interés en lo que no sabe, lo primero en la tarea de enseñar es hacerlo con el corazón; esto ayudará a lograr un “aprehendizaje” fructífero en ambas direcciones: alumno y maestro: en casa, en la escuela, en la universidad o en la empresa. Un trabajo que implica el enfrentamiento de lo nuevo y lo viejo, no para destruirlo sino para hacer de éste algo más potente y constructivo. Una batalla entre lo que uno es capaz de hacer y las limitaciones que le impone el descubrimiento paulatino que no acaba nunca en forma de estímulo hacia la curiosidad por crecer honestamente.

Se puede opinar sin parar de la educación y del aprendizaje. Y todavía más del el rol arduo del educador y su responsabilidad en esta sociedad tan utilitarista. Difícil sería ponerse de acuerdo acerca de cuál sería la mejor manera de hacerlo. Pero resulta esencial el trabajo de la fundamentación espiritual de la educación -incluido el fomento de la llamada inteligencia espiritual-, con la ética como protagonista, que posibilite criterios y conductas solidarias, maduras. Amueblando el corazón, sin duda que hacemos más rentable el resultado de amueblar el cerebro.

Fuente: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/08/17/opinion/tribuna-abierta/ensenar-descubrir-amar

Imagen: http://static.noticiasdegipuzkoa.com/images/2017/08/17/7555906_7428_1.jpg

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La Iglesia Evangélica entra en las escuelas.

Educación da el visto bueno para que casi 400 alumnos de Primaria y ESO cursen esta religión.

Por: Pilar Benito.

La Consejería indica que los estudios se implantan según la disponibilidad de recursos, las solicitudes y su idoneidad

397 alumnos y 15 profesores. Esos son los números que hay detrás de las clases de religión evangélica que el próximo curso se impartirán en colegios e institutos públicos de la Región de Murcia.

Según los datos de que dispone hasta el momento la Consejería de Educación, del total de 397 alumnos, 301 son de Educación Primaria y 96 de Educación Secundaria (ESO).

Quince serán los docentes que impartirán esta religión en 28 centros educativos repartidos por toda la Comunidad Murciana, y que corresponden a los municipios de Murcia, Cartagena, Alguazas, San Pedro del Pinatar, Águilas, Alcantarilla, Molina de Segura, Cieza, Cehegín, Calasparra y Caravaca de la Cruz.

La Comunidad, a través de la dirección general de Planificación Educativa y Recursos Humanos, ha dado el visto bueno a la lista de profesores que van a impartir esta clase, y, según explicaron fuentes de Educación, «cualquier docente que imparte clase en las aulas de la Región de Murcia tiene que estar acreditado como exige la legislación y en el caso de educación secundaria debe estar habilitado para ello y estar, además, en posesión del Master Formación del Profesorado».

El evangelista, es un movimiento dentro del cristianismo protestante que arguye que la esencia del Evangelio consiste en la doctrina de la salvación por gracia a través de la fe en la expiación de Jesús de Nazaret.

Las personas con esta fe evangélica creen en la centralidad de la conversión o en la experiencia de ´nacer de nuevo´ cuando se recibe la salvación, en la autoridad de la Biblia como la revelación de Dios a la humanidad y en la difusión del mensaje cristiano.

En referencia a la oferta con carácter general de clases de religión en las escuelas e institutos públicos murcianos, las mismas fuentes añadieron que estos estudios «se implantan en base a la disponibilidad de recursos humanos, solicitudes e idoneidad en la distribución de dichos recursos».

En la actualidad, los alumnos de la Región sólo están optando a clases de religión evangélica y católica, pero no musulmana, pese a la amplia población que vive en la Comunidad murciana.

La Región es una de las Comunidades donde más horas de clase de Religión se ofertan: hora y media semanal en Primaria; una en 1º y 2º de la ESO y 2 en 2º y 4º de la ESO, según la Conferencia Episcopal Española.

8 por ciento más

Por lo que respecta a la religión católica, los estudiantes inscritos para el próximo curso en la Región superan en un 8% la media nacional, lo que no ha ocurrido por primera vez.

De hecho, según los datos que maneja la Consejería, los estudiantes apuntados a esta materia alcanzan el 70,82% del total de alumnos matriculados en ESO y Educación Primaria: 164.437 alumnos han elegido esta asignatura.

En relación a años anteriores, aumenta el número de inscritos en un punto porcentual. Según etapas, en el caso de la Educación Infantil y Primaria ha disminuido (0,5% y 1,5% respectivamente) y en el caso de Educación Secundaria y Bachillerato ha tenido una notable subida (7 puntos y 24, respectivamente).

Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2017/08/18/iglesia-evangelica-entra-escuelas/853168.html

Imagen: http://fotos01.laopiniondemurcia.es/2017/08/17/328×206/externas20170817174132.jpg

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