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Más universitarios: una parábola

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Un amigo mío usa una frase para analizar cualquier asunto: “Hay amores que causan penas”. Otros dos amigos, unos 20 años menores que yo, en una charla reciente estaban entre orgullosos y preocupados: sus hijos, por fin, habían concluido la licenciatura, pero no sabían qué hacer, no hay empleo disponible y no les gustaría laborar en alguna otra cosa que no fuera su profesión, menos aceptar un trabajo que no esté a la altura de sus expectativas. A sus 25 y 26 años de edad, esos hombres siguen siendo hijos de familia; de vez en cuando consiguen trabajos eventuales e ingresos, pero viven en los hogares paternos.

Desde hace unos 40 años comenzó en México la fiebre por incrementar las inscripciones (y después el número de graduados) de las universidades y de otras instituciones de educación superior. Académicos y funcionarios públicos convirtieron el crecimiento de la matrícula en su amor. Con el enamoramiento no se le veían defectos a tan noble novia; no se vislumbraba (tal vez no se podía) que podría traer penas consigo; una de las primeras fue lo que se denominó la masificación de la educación superior. Algunos, los más fríos y tal vez ya no aptos para el enamoramiento, se negaban a aceptar las bondades de ese crecimiento; señalaban que la universidad era para las élites, para pocos, que estaba reservada a la aristocracia del conocimiento y que las masas deberían estudiar otra cosa (recuerdo los artículos de Marcos Moshinski en el Excélsior de mediados de los años 70).

El aumento de la matrícula era democrático y ampliaba las oportunidades de educación a segmentos sociales antes desfavorecidos; incluso, decían, a mayor escolaridad promedio de la población, mayor solidez del tejido social. Atributos que hacían más atractiva a la novia y hasta la vestían de galas democráticas. Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron a notársele defectos que engendraron penas. Pero el enamoramiento siguió porque el amor es ciego. No importaba mucho que los escépticos señalaran que la inscripción no era todo; mencionaban a una rival, llamada eficiencia terminal, que se encargaba de echarle malas vibras a la cobertura. Los incrédulos decían que los enamorados no miraban los defectos más o menos visibles de la deserción, la reprobación y, lo más grave, que la inscripción era testaruda.

La matrícula siguió concentrada en las profesiones prestigiosas del pasado (hay más de mil 300 escuelas de derecho), otras de empleo más o menos seguro, aunque no necesariamente bien remunerado (contaduría pública y administración en sus diversas variantes) y en unas cuantas más de relumbrón; se negaba a las demás. Las ciencias naturales, por ejemplo, no rebasan tres por ciento de las inscripciones totales en licenciatura; en las humanidades las universidades expulsan temprano a la mayoría de los que llegan a las aulas y es veleidosa con las nuevas profesiones.

A pesar de los defectos todavía hay algunos enamorados de la expansión casi sin límites, exigen la apertura de más espacios en las carreras tradicionales. A los adeptos a la matrícula en incremento constante el afecto les impide ver los problemas o, si ya se les acabó el amor, predican por conveniencia que siga habiendo escuelas tradicionales, no les importa mucho: las penas de su cariño se las causan a otros, son ajenas.

En los debates sobre educación superior no he encontrado posiciones acerca de la relevancia de muchas profesiones; se habla de saturación y hay cierta preocupación por la devaluación de algunas carreras, pero no hay propuestas serias para cerrar o limitar el ingreso a algunas de ellas.

Mis dos amigos eran de aquellos enamorados; la pena para uno de ellos es mayor, ya que sus dos hijas estudian para ser abogadas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/mas-universitarios-una-parabola/

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Casi la mitad de los inmigrantes que llegan a EE.UU. tiene título universitario

Por: EFE

Los inmigrantes adultos que llegaron a Estados Unidos entre 2011 y 2015 tenían un nivel de estudios superior al de los anteriores expatriados, y el 48 % de ellos eran graduados universitarios, según un reporte presentado hoy por el Migration Policy Institute (MPI).

En comparación, solo el 27 % de los inmigrantes que llegaron al país hace un cuarto de siglo (1986-1990) tenía título universitario, señala el centro de estudios. Esto ha contribuido a que la población inmigrante con educación universitaria se haya triplicado entre 1990 y 2015, al pasar de 3,1 a 11,1 millones de personas.

“Hoy en día los inmigrantes componen el 17 % de los 66,4 millones de adultos en Estados Unidos con título universitario, frente al 10 % en 1990”, apunta el estudio. Jeanne Batalova, coautora del informe, indicó que este aumento refleja la “creciente migración desde Asia”, pues la mitad de los inmigrantes universitarios que llegaron al país desde 2010 procedían de este continente.

Muestra además, en su opinión, una mejora educativa a nivel mundial, un aumento de la educación superior en inglés y que este idioma se ha convertido en la “lengua franca global”, especialmente en los negocios y la ciencia, entre otras áreas.

Los latinoamericanos son ahora el segundo mayor grupo de inmigrantes altamente calificados, desbancando a los europeos, que cayeron al tercer lugar. Sin embargo, los inmigrantes europeos tienen mayor probabilidad de tener un título universitario (65 %), por encima de los procedentes de Asia (62 %), Oceanía (61 %), Norteamérica (53 %), África (40 %) y América Latina (23 %).

Todo ello ha llevado a que los inmigrantes tengan mayor formación académica que los nacidos en Estados Unidos en un buen número de estados. Por ejemplo, en Michigan y Ohio, mientras entre el 59 % y 63 % de los inmigrantes llegados a estos dos estados tenía título universitario, solo el 26 % o 27 % de los nacidos en estas regiones tenía estudios superiores.

En total, el porcentaje de los nacidos en Estados Unidos con un grado universitario era del 31 %, contra el 48 % de los llegados al país entre 2011 y 2015.

Fuente: http://elmundo.sv/casi-la-mitad-de-los-inmigrantes-que-llegan-a-ee-uu-tiene-titulo-universitario/

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Una excelente educación: todas las formas de pensar, del mágico al relativo, cuántico y complejo

Por: Edmundo Vera Manzo

Albert Einstein decía que “en el siglo XX todo ha cambiado, menos nuestra forma de pensar”. Ahora, cerca del final de la segunda década del siglo XXI, podemos seguir diciendo lo mismo. Prevalece ampliamente en el mundo el pensamiento científico clásico de Renato Descartes e Isaac Newton, en las escuelas, colegios y universidades, nacido hace tres siglos. Todavía no predomina lo que en 1932 Gaston Bachelard llamaba el nuevo espíritu científico, constituido por los aportes iniciales de Max Planck en 1900 sobre la teoría cuántica y muchos otros científicos, y los de Albert Einstein desde 1905, sobre la teoría de la relatividad, salvo en las élites intelectuales y en los científicos que se encuentran en la vanguardia de la humanidad. En 1972, en el gobierno nacionalista revolucionario del general Velasco Alvarado, Augusto Salazar Bondy, siendo director de la reforma educativa de Perú, hizo el estudio introductorio de la obra El Nuevo Espíritu Científico de Gaston Bachelard, que tuvo una difusión masiva y que por primera vez se publicaba en español. En la obra se demuestra cómo la materia es vista en forma diferente desde el pensar mágico, del sentido común, la ciencia clásica y en el nuevo espíritu científico. En Ecuador, en el siglo XX no se realizó un esfuerzo igual de difusión y actualización científica y han pasado 45 años de ese hito de divulgación científica.

Sigue predominando en Ecuador y en el mundo el Pensamiento Unidimensional del que hablaba Herbert Marcuse, el pensamiento estrecho, el pensamiento único, donde se ve el árbol, pero no el bosque; “donde se mira al mundo por el ojo de una aguja”, decía Manuel Agustín Aguirre. Lo más grave de todas las formas de pensar anteriores a Einstein el mágico-mítico, el sentido común, el práctico, el intuitivo y el científico clásico, incluido el marxismo, es creer que como cada quien ve a la realidad es lo verdadero y que los otros se encuentran equivocados. No se dan cuenta de que nadie puede ver la realidad totalmente. Que en el mejor de los casos, tan solo puede verse una parte mayor o menor de la realidad y quienes crean verla totalmente, se encuentran totalmente equivocados. Esas son la raíces del sectarismo, el dogmatismo, la prepotencia, la intolerancia y el irrespeto de las ideas de los demás, el racismo y los afanes de dominación religiosos, culturales, económicos y politicos.  Las nuevas formas de pensar posnewtonianas no solamente ayudan a una mayor comprensión de la realidad y al desarrollo de la ciencia, sino también -y es más importante- a abrir nuestra mente, escuchar atentamente a los demás, a ponernos en el lugar de los otros, a mirar la situación desde varias perspectivas y enriquecernos mutuamente.

El pensamiento cuántico se explica principalmente por los aportes de la física cuántica, del mundo de lo microscópico y de la energía. A diferencia del modelo newtoniano, el modelo cuántico propone comprender la realidad sin basarnos en los sentidos. Que la realidad depende de la posición del observador. Que lo que pensamos es lo más poderoso para influir en la salud y la enfermedad. Que el pensamiento influye en todo nuestro cuerpo, incluidos los genes y que es determinante para cambiar la realidad. El pensamiento relativista sostiene que los puntos de vista no tienen verdad ni validez universal, sino que “solo poseen una validez subjetiva y relativa a los diferentes marcos de referencia”. Einstein decía que “toda explicación tiene un campo de aplicación y un límite, que es reemplazada por otra explicación que también tiene un campo de aplicación y un límite”. El pensamiento complejo integra diferentes teorías y principios y que, como en un edificio, desde cada piso puede verse la realidad de manera diferente. De acuerdo con Harry Alder: “Pensar para la excelencia es clave para la vida personal o profesional”. El Ministerio de Educación tiene la palabra.

Fuente: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/una-excelente-educacion-todas-las-formas-de-pensar-del-magico-al-relativo-cuantico-y-complejo

 

 

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Lo fundamental de combatir el analfabetismo y el subdesarrollo hasta en guerras como la de Somalia

Por: Ibercampus.es

En todos los conflictos niños y niñas son principales afectados, y la guerra civil de la República Islamica de Somalia no es una excepción. A pesar de enormes esfuerzos realizados por la comunidad internacional a corto plazo, el conflicto no parece llegar a su fin.Cada vez más las consecuencias se hacen evidentes: violaciones de Derechos Humanos, hambrunas, falta de educación y de sanidad, etcétera. Pero instituciones públicas como UNESCO y otras privadas no renuncian a acciones alfabetizadoras.

Fardowsa es una de las jóvenes que se beneficiaron de un proyecto de alfabetización y de competencias a lo largo de toda la vida financiado por la Fundación Qatari Al Maktoum e implementado por la UNESCO en Somalia. Perdió a sus dos padres muy joven y vive actualmente con personas allegadas de su familia.

Debido a los disturbios civiles y a las rivalidades enconadas entre diferentes clanes del país, Fardowsa no tuvo oportunidad de aprender y de acceder a la enseñanza durante su infancia. Sólo tenían acceso a la enseñanza básica algunas personas que disponían de los medios necesarios, ya que la mayor parte de las instituciones educativas eran privadas.

«A pesar de los múltiples ataques y atentados que han ocurrido cerca de nuestro centro educativo comunitario seguiré cumpliendo mi sueño de completar mi educación y de obtener mis propios medios de subsistencia”, dice a UNESCO.

La guerra civil empezó cuando el presidente pro norteamericano Mohamed Siad Barre fuera derrocado en 1991, una vez que se habían concedido derechos de exploración petrolera sobre dos tercios del territorio a las compañías ConocoAmocoChevron y Phillips.

La inexistencia aún hoy de un gobierno estable en el sur y en el centro de Somalia hacía imposible la prestación de servicios educativos para niños como Fardowsa. Gracias a amigos cercanos ella pudo enterarse de la posibilidad de realizar estudios en un centro educativo comunitario de Mogadiscio, con el respaldo de la Fundación Al Maktoum, de la UNESCO y del Ministerio de Educación. “Un día, mientras me dirigía hacia el mercado, un amigo me habló de esta oportunidad que ofrecía el Centro Nacional de Capacitación Comunitaria de Mujeres de Somalia. Me inscribí enseguida en los cursos de lectoescritura, cálculo e iniciativa empresarial de dicho centro”.

Fardowsa no da por sentado lo adquirido. Contempla el futuro con optimismo y quiere profundizar en sus estudios para mejorar su calidad de vida.

El nivel de alfabetización en Somalia

Somalia posee una de las tasas de escolarización de niños más bajas del mundo. Sus 4,4 millones de niños sin escolarizar constituyen a proximadamente la mitad de la población de un país que cuenta con 9,2 millones de personas. Sólo cuatro de cada diez niños están escolarizados. El país está lejos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con miras a garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa como única vía para fomentar una educación normalizada de calidad en aras de la alfabetización y adquisición de las competencias necesarias a lo largo de toda la vida, lo que contribuye a mejorar el acceso a la educación y a la equidad en el ámbito de la alfabetización de dichos niños.

La cuestión de la seguridad en la capital, Mogadiscio, y en el resto del país, sigue siendo inestable y peligrosa. Los ataques terroristas, a menudo perpetradosmediante ataques suicidas, son frecuentes en toda Somalia. Por ello, para jóvenes como Fardowsa resulta difícil acceder a un centro educativo comunitario y asistir a los cursos.

Fardowsa afirmó: “Estoy muy agradecida a la Fundación Al Maktoum, al Ministerio de Educación, a la UNESCO y al Centro Nacional de Mujeres de Somalia por haberme brindado esta segunda oportunidad”.

La UNESCO ha estado en la vanguardia de los esfuerzos mundiales de alfabetización desde 1946 al promover la visión de un mundo alfabetizado para todos.

Fuente: http://www.ibercampus.es/lo-fundamental-de-combatir-el-analfabetismo-y-el-subdesarrollo-hasta-en-35076.htm

 

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Menos igualdad. La privatización de la educación en América Latina

Por: Antoni Verger, Clara Fontdevila, Mauro Moschetti

Latinoamérica avanza en la privatización escolar. Se amplían las brechas educativas entre los más ricos y los más pobres, las desigualdades aumentan y se vuelve más frágil el derechos de todos a una educación de calidad.

La privatización de la educación es un fenómeno de alcance global.

Numerosos países, tanto del Norte como del Sur, han promovido medidas de privatización educativa en los últimos años. Como consecuencia, cada vez hay más niños y niñas están siendo escolarizados en instituciones privadas. En el campo educativo, la privatización no se desarrolla del mismo modo que en ciertos sectores de la economía, como la provisión de agua, de energía, en las telecomunicaciones. En efecto, la privatización educativa no supone transferir la propiedad de las escuelas públicas a manos privadas, sino en la mayor participación de agentes privados en la provisión y el financiamiento de servicios educativos. Así, la privatización en el campo de la educación es el resultado de la implementación de diversos y complejos esquemas de provisión y financiamiento mixtos que tienden a integrar al sector privado y al público, y que conllevan la redefinición de las funciones y responsabilidades tradicionalmente asumidas por el Estado.

Las acciones más habituales para promover la privatización educativa son: la creación de escuelas charter (instituciones de titularidad pública gestionadas por una entidad privada y que cuentan con financiamiento estatal); los esquemas de vouchers o bonos educativos (que se transfieren a las familias para que elijan la escuela privada o pública que más se adapte a sus preferencias educativas y que tienen como objetivo fomentar la competición entre escuelas); las subvenciones o la contratación externa de escuelas privadas por parte de los gobiernos (como las escuelas públicas de gestión privada en Argentina o las escuelas concertadas en España); los incentivos fiscales al consumo y/o la provisión de educación privada; y, en sentido más amplio, la promoción de la libre elección escolar de las familias (entre las que se encontrarían medidas de supresión de las zonas educativas como la que aprobó el gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid en el año 2013).

Un fenómeno en expansión en América Latina

América Latina es la región del planeta donde la privatización educativa ha avanzado de forma más pronunciada y constante en las últimas décadas. Los países latinoamericanos se destacan no sólo por tener la tasa de escolarización primaria privada más elevada del mundo, sino por mostrar además un crecimiento sostenido excepcional de la oferta privada desde la década de 1990 (Gráfico 1). En el nivel de educación secundaria, América Latina también encabeza el ranking de regiones con mayor participación privada, pero en este caso comparte posición con los países del África Subsahariana (Gráfico 2).

GRÁFICO 1. Porcentaje de alumnos matriculados en instituciones privadas de nivel primario por regiones. 1990-2014

Menos igualdad. La privatización de la educación en América Latina

Fuente: Adaptado de la información del Instituto de Estadística de UNESCO (2016).

Nota: UNESCO considera instituciones privadas a aquellas que no son operadas por una agencia o autoridad pública sino que están controladas y gestionadas, ya sea con o sin fines de lucro, por alguna organización no gubernamental (por ejemplo, instituciones religiosas, sindicatos, empresas, fundaciones, o agencias extranjeras), o a aquellas cuya junta de gobierno está compuesta principalmente por miembros que no han sido seleccionados por un organismo público.

GRÁFICO 2. Porcentaje de alumnos matriculados en instituciones privadas de nivel secundario por regiones. 1998-2014

Menos igualdad. La privatización de la educación en América Latina

Fuente: Adaptado de la información del Instituto de Estadística de UNESCO (2016).

 

A pesar de su magnitud, el fenómeno de la privatización educativa en América Latina ha sido por lo general poco estudiado desde una perspectiva regional. Dicha aproximación es, sin embargo, relevante dado que los motivos y factores que desencadenan la privatización de los sistemas educativos varían ampliamente país por país. En un estudio reciente, hemos mapeado la distintas manifestaciones y procesos de privatización educativa que coexisten en la región, en base al análisis de la multiplicidad de condicionantes sociopolíticos, institucionales, demográficos e históricos que intervienen en cada caso. Concretamente, identificamos siete trayectorias muy diferentes hacia la privatización educativa que nos muestran que las tendencias a la privatización responden a causas, orígenes y mecanismos muy distintos.

1. Privatización educativa como parte de la reforma estructural del Estado.

Chile es el país de la región donde ha cristalizado de forma más clara un proceso de privatización educativa fuertemente imbricado en un proceso más amplio de reforma estructural del Estado bajo los preceptos del neoliberalismo. En este país, la reforma educativa de los años ochenta redefinió drásticamente el rol del Estado en materia educativa y fomentó la elección escolar y el rol del sector privado mediante un sistema universal de vouchers. Dicha reforma fue impulsada en el contexto de una dictadura militar, lo cual dificultó que se pudieran articular resistencias efectivas ante unos cambios educativos tan drásticos y controvertidos.

2. Privatización educativa como reforma incremental.

En cambio, en países con un sistema educativo muy descentralizado, como Colombia y Brasil, la privatización se ha producido de forma incremental y como resultado del efecto acumulativo de una serie de reformas educativas acotadas y aparentemente aisladas, típicamente adoptadas a nivel subnacional. La política de “Colegios en Concesión” en Colombia – una variante adaptada de la modalidad charter popularizada en Estados Unidos desde la década de 1990 – constituye un emergente paradigmático de este tipo de avance incremental. En ambos países, factores políticos y socio-económicos de carácter extraeducativo (como la emergencia de una nueva clase media con mayor capacidad de consumo de educación privada) también han alimentado dichos procesos incrementales de privatización educativa.

3. Privatización “por defecto”.

En países como Perú, República Dominicana y Jamaica, el crecimiento del sector privado se explica por la pasividad y/o por la limitada capacidad de respuesta del Estado ante una creciente demanda educativa. En estos casos, la privatización se produce, en cierta manera, “por defecto” más que como consecuencia de políticas proactivas, y se canaliza a menudo a través de la expansión de las llamadas “escuelas privadas de bajo coste”, que cuentan con condiciones educativas e infraestructurales muy precarias, y están dirigidas principalmente a familias de bajos ingresos.

4. Alianzas público-privadas históricas.

En Argentina y, en cierta manera, en República Dominicana, la creciente presencia de provisión educativa no-estatal es el resultado de una relación de cooperación estable y de carácter histórico entre el Estado y la Iglesia, de características similares a las que encontramos en países europeos como España, Holanda y Bélgica. Este tipo de alianzas entre el sector público y el privado – inicialmente religioso y crecientemente laico – se encuentran intrínsecamente vinculadas a la instauración de los sistemas educativos nacionales y a la necesidad de ampliar la cobertura escolar de la manera más económica posible.

5. Privatización por la vía del desastre.

Las situaciones de emergencia humanitaria y social, resultantes tanto de desastres naturales como de conflictos armados, constituyen un terreno fértil para la adopción de reformas educativas de naturaleza drástica, las cuales, en situación de estabilidad y deliberación democrática, encontrarían más dificultades para prosperar. Tales dinámicas de privatización por la vía del desastre se han dado en países afectados por conflictos armados – como ha sido el caso de numerosos países centroamericanos en las últimas décadas – o por desastres naturales. En Haití, por ejemplo, después del terremoto del año 2010, se consolidó y expandió la provisión educativa privada en el marco del proceso de reconstrucción del país y en un contexto de notable influencia de organismos internacionales y agentes externos.

6. Privatización latente.

Encontramos también países como Uruguay, en los que históricamente el sector privado ha jugado un rol marginal, pero en los que se identifica un proceso de privatización latente. En este país se detecta un giro discursivo políticamente transversal, y una incipiente cooperación público-privada en forma de propuestas legislativas e iniciativas experimentales (como, por ejemplo, mediante la adopción de un esquema de vouchers con carácter de prueba piloto) con las que se podría promover la expansión de la educativa privada en los próximos años.

7. Contención de la privatización.

Finalmente, cabría destacar que, en contra de la tendencia generalizada en Latinoamérica, la matrícula privada ha experimentado un estancamiento y ligero retroceso en algunos países durante las últimas décadas. En Bolivia, por ejemplo, este proceso de contención de la privatización se explica por cambios en las dinámicas de oferta y demanda educativas. En este país andino, la relativa retracción de la provisión privada se da en un contexto de creciente regulación estatal sobre el sector, y una cierta pérdida de la ventaja comparativa de las instituciones privadas frente a la creciente inversión educativa y modernización del sector público.

La creciente presencia del sector privado en los sistemas educativos de Latinoamérica responde a una realidad muy diversa y con particularidades nacionales muy marcadas. El desarrollo de un amplio abanico de trayectorias de privatización educativa en la región se comprende sólo a la luz de una serie de especificidades (políticas, socioeconómicas e institucionales) que, en la mayoría de países, tienen un carácter marcadamente endógeno (es decir, que no se encuentra necesariamente vinculado a condicionalidades externas). Ahora bien, independientemente de sus causas y orígenes, ¿por qué debería de preocuparnos el fenómeno de la privatización educativa?

Los efectos de la privatización

Las políticas de privatización suelen generar fuertes controversias y disputas políticas.

Los defensores de la privatización educativa, sostienen que las políticas a favor de la privatización son una vía para extender la libertad de elección escolar de las familias, tornar más eficiente el sistema educativo, o incluso incrementar la equidad en educación. El ampliamente difundido documento El papel y el impacto de las asociaciones público-privadas en la educación (The Role and Impact of Public-Private Partnerships in Education) del Banco Mundial expresa de forma clara esta perspectiva. Sin embargo, un conjunto importante de actores, entre los que destacan organizaciones docentes y de la sociedad civil, plantea serios reparos a estas políticas, ya que suponen un desafío a la concepción de la educación como un derecho humano y un bien social. A su vez, la evidencia proveniente de la investigación académica muestra que los riesgos y efectos perversos ligados a la privatización superan ampliamente las virtudes que se le atribuyen y que, por lo demás, no han sido rigurosamente contrastadas.

La misma OCDE publicó en el año 2009 una revisión de la literatura académica sobre las políticas de mercado en educación en la que advierte que dichas políticas promueven mayores niveles de segregación escolar y de desigualdad educativa, mientras que los efectos sobre las mejoras en el aprendizaje no son para nada significativos. Similares resultados se desprenden de un análisis bibliométrico reciente sobre esta misma temática. Según pone de relieve este informe, los estudios académicos sobre los efectos de la privatización educativa publicados en las dos últimas décadas reportan con mucha más frecuencia efectos negativos que positivos. Ahora bien, el impacto de la privatización varía en función de diferentes dimensiones y aspectos del sistema educativo (satisfacción del profesorado, niveles de aprendizaje del alumnado, segregación escolar, eficiencia, etc.). La privatización educativa no es necesariamente negativa en relación a todos estos aspectos ni al mismo nivel. Como se refleja en el Gráfico 3, sus efectos son especialmente perjudiciales en relación a aspectos como la equidad educativa, la inclusión y la diversidad en la composición de las escuelas.

GRÁFICO 3

Menos igualdad. La privatización de la educación en América Latina

Fuente: Verger, A., Fontdevila, C., Rogan, R. & Gurney, T. Evidence-Based Policy and the Education Privatization Debate: Analysing the Politics of Knowledge Production and Mobilization through Bibliographic Coupling.

 

La competición entre escuelas impulsada por las políticas pro-privatización se traduce frecuentemente en un aumento de la discriminación educativa y de la segregación escolar. Esto se debe a que una práctica habitual – y casi naturalizada – en el sector educativo privado consiste en seleccionar al alumnado en base a criterios que no son precisamente de equidad. Así, las escuelas privadas, especialmente cuando están sujetas a presiones competitivas, tienden a “filtrar” a aquellos estudiantes percibidos como negativos para la imagen de la escuela o como menos hábiles académicamente (en general, estudiantes de clase trabajadora, minorías étnicas, o con necesidades educativas especiales). Asimismo, cuando se otorga mayor capacidad de elección a las familias, ésta deriva en muchas ocasiones en el abandono del sector público por parte de la clase media, lo cual pone en entredicho la diversidad socio-cultural de los centros educativos y amplifica las diferencias entre grupos sociales.

Además, y a pesar de que las políticas de privatización resultan en ocasiones en un aumento general del rendimiento educativo del alumnado en el sector privado respecto al público, estos resultados se tienden a neutralizar cuando la comparación se hace teniendo en cuenta el estatus socioeconómico del alumnado. Los grupos socialmente desfavorecidos se ven perjudicados por las políticas de privatización, especialmente a raíz de las dinámicas de discriminación y segregación escolar que se le asocian, o de la desigualdad de recursos de las escuelas en función del tipo de alumnado con el que cuentan (si bien es cierto que dinámicas de segmentación de la oferta escolar y de recursos educativos se pueden dar también en el seno del mismo sector público).

Adicionalmente, la privatización tiende a afectar directamente las condiciones laborales y los derechos del personal docente, lo cual se advierte especialmente en el caso de las llamadas “escuelas privadas de bajo coste” que crecen a un ritmo vertiginoso en países de Asia, África y América Latina, aunque no exclusivamente. Si bien los centros de gestión privada pueden resultar más eficientes en términos económicos en comparación con los centros públicos, la contrapartida de la eficiencia se encuentra a menudo en la precarización en las condiciones laborales del personal docente. Esta precarización, a su vez, repercute en mayores niveles de rotación del profesorado y en una menor autonomía de los docentes en el ámbito pedagógico y/o curricular, lo cual tiende a desincentivar la innovación a nivel de aula.

En definitiva, mientras que los supuestos beneficios de la privatización educativa en términos de eficiencia y mejoras en el rendimiento educativo no han sido rigurosamente demostrados, la evidencia disponible pone de relieve que la privatización tiende a socavar la equidad educativa y la función de cohesión social que debería desempeñar la escuela. Comprender las causas de la privatización y sus diversas manifestaciones es un primer paso a la hora de articular respuestas y políticas con las que favorecer la mejora de la educación pública y el fortalecimiento de los sistemas educativos.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/31/contrapuntos/1496241832_077401.html

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Diversidad y convivencia

Por: Ángeles Solanes

Vivimos en sociedades cada día más diversas, conformadas por personas que se identifican con unos grupos y unas formas de vivir, sentir y actuar que se diferencian, cuando no se oponen, a las de otros. Esta diversidad podría ser motor de desarrollo y crecimiento personal y colectivo, pero mal gestionada nos conduce a escenarios de enfrentamiento, garantía desigual de derechos y retroceso civilizatorio. Incluso, en el peor de los casos, incentiva un odio extremo que acaba teniendo consecuencias devastadoras.

La multiculturalidad exige convivir en la diferencia y requiere un urgente compromiso social y político con la causa de la humanidad compartida y de los derechos humanos. Solo así puede contrarrestarse el vigor que están tomando los discursos encaminados a instaurar un régimen de terror que justifique la violación de los derechos. Como alertaba Zygmunt Bauman, es preciso detener ese proceso de «adiaforización» que opera especialmente contra los inmigrantes y refugiados, y por el cual eximimos de cualquier evaluación moral a las manifestaciones de racismo, xenofobia y discriminación que se dirigen contra los otros.

El análisis de la diversidad latente en el espacio público y en la cotidianidad de Europa, lejos de ser una cuestión de potencial conflicto, debe enfocarse como un desafío no resuelto. Un reto inaplazable que conlleva el debate sobre cuestiones fundamentales como el acceso equitativo al espacio público, la distribución del poder y de los recursos y las políticas liberales en diferentes ámbitos como el laboral, el educativo y el sanitario. El reconocimiento de la diversidad requiere garantías jurídicas para el desarrollo de un ámbito de autonomía y libertad personal, con especial atención a las cuestiones que atañen a la igualdad efectiva por razón de género.

La máxima de un modelo progresivo de convivencia intercultural en sociedades abiertas y plurales exige no reducir el soporte normativo al monopolio coercitivo como única precondición posible, sino más bien apostar por transformaciones sustantivas del derecho para acomodar lo diverso a los estándares internacionales de protección exigibles. Para que dicho modelo sea posible, hay que ser conscientes de la necesidad de una acción conjunta que entienda la diversidad como un valor positivo para hacer frente común a la denominada por Ulrich Beck como «sociedad del riesgo», que menosprecia al ser humano.

Para abordar éstas y otras cuestiones que contribuyan a una gestión de la diversidad, potencien la convivencia pacífica y garanticen los derechos humanos, con la colaboración del Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de València, un grupo de expertos procedentes de Canadá, Perú, Reino Unido, Francia, Italia, Grecia y España, nos reunimos hoy y mañana en la Facultat de Dret, en el III Congreso Internacional Multihuri sobre derechos humanos, diversidad y convivencia (I+D+i DER2015-65840-R, Mineco/Feder). Ésta es una oportunidad de reflexionar, desde el convencimiento, como propone Axel Honneth, de que la ciudadanía debe tomar consciencia de su capacidad para mejorar la sociedad junto a una teoría crítica que tiene ahora la obligación moral del optimismo.

Fuente: http://www.levante-emv.com/opinion/2017/06/01/diversidad-convivencia/1574418.html

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Miles de niños abandonan la escuela

Por: Yanira Alvizurez y corresponsales

En lo que va  del año, 13 mil menores de edad abandonaron sus estudios por diferentes causas, entre ellas trabajo,   especialmente en la provincia, según cifras oficiales.

Diego Fernando Castro Martínez, de 13 años,  siempre soñó con graduarse de médico para ayudar a su familia y contribuir con el desarrollo de su comunidad, pero hace unos meses su padre le dijo que tenía que abandonar su anhelo y dejar la escuela para buscar trabajo, a fin de que pudiera apoyar en la economía familiar.

Diego es uno de los 13 mil menores de edad que en los primeros cuatro meses del año suspendieron sus estudios, en  especial en primaria y básicos, por  pobreza, desintegración familiar, patrones culturales, migración, trabajo infantil, condiciones de salud, infraestructura escolar o racismo. Esos niños viven, en su mayoría, en Guatemala,  Escuintla,  Petén,  Izabal, Suchitepéquez, Zacapa y  Chiquimula.

Sectores de la sociedad coinciden en que debe sobresalir la voluntad del Gobierno para reducir el desafío de contrarrestar la deserción escolar en el país, cuyas  causas son pobreza, migración, trabajo infantil, condiciones de salud, infraestructura escolar y racismo. Guatemala es el país que menos invierte en educación, con el 2.8% del producto interno bruto.
Los establecimientos deben ser atractivos para los estudiantes y la calidad educativa debe ser igual para todos.
Los maestros deben ser capacitados para detectar las señales de deserción escolar  y evitarlas.
Es necesario promover nuevas políticas públicas que garanticen la calidad educativa.

 

“Me duele mucho haber dejado la escuela porque me doy cuenta  de que muchos niños desaprovechan la oportunidad que les dan sus padres de cumplir su sueño y yo, en cambio, debo trabajar”, lamenta el menor, quien cursaba sexto primaria en la escuela de El Progreso, Mazatenango, Suchitepéquez.

En  Escuintla, la causa de deserción escolar en muchas adolescentes es el embarazo precoz. En el 2016 se  registraron 65 casos.

Miriam Maribel Glinz Palencia, directora Departamental de Educación en Escuintla, explicó que la mayoría de  niñas que desertaron fueron víctimas de violación. Comentó que preocupa no solo que no hayan terminado el ciclo escolar, sino que no se inscribieron en el actual.

“Decidí abandonar mis estudios porque resulté embarazada y me daba vergüenza que mis compañeros se burlaran de mi condición. No denuncié al violador por temor a que tomara represalias contra mi familia”, expresó una de las adolescentes, de 14 años.

 Glinz Palencia  indicó que ningún establecimiento educativo privado o del Estado debe negar el acceso a una  niña embarazada, pero  la decisión de seguir con sus estudios es de estas y  sus familiares.

En los primeros cuatro meses del presente ciclo escolar, 737 estudiantes de todos los niveles abandonaron los estudios  en ese departamento.

Estrategias

Carlos Rodríguez, de la Oficina de Planificación de la Dideduc en Suchitepéquez, refirió: “Este año tenemos 154 mil estudiantes en todo el departamento y de esta cantidad, 635 ya han abandonado las escuelas. Los problemas siguen siendo los mismos:  que los padres no tienen empleo y en el caso de las niñas,  tienen que cuidar a sus hermanos o salir a trabajar”.

Rodríguez añadió que con el objetivo de disminuir las cifras de deserción han  promovido  estrategias, entre estas que los maestros visiten las viviendas de los estudiantes y  hablen con los padres para hacerles conciencia sobre   la importancia de la educación.

De acuerdo con el   último censo, recogido recientemente en ese departamento, unos ocho mil niños en edad escolar  trabajan o ayudan a sus padres en la agricultura.

Silvestre Cifuentes, líder comunitario, afirmó que  cuando se habla de niñas se les debe desagregar, ya que las menores indígenas tienen menos oportunidades que las mestizas de continuar en el sistema educativo.

El pequeño Diego tuvo que abandonar sus estudios para ayudar a la familia a vender en un mercado de Mazatenango, Suchitepéquez. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
El pequeño Diego tuvo que abandonar sus estudios para ayudar a la familia a vender en un mercado de Mazatenango, Suchitepéquez. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

“De alguna manera, lo que determina esta situación son  factores de pobreza y pobreza extrema, y por otro lado, por el rol que la niña desempeña o realiza dentro de las comunidades, pues  se limita más a oficios de tipo doméstico, casamientos y embarazos precoces”, manifestó.

 Autoridades de Educación en Quetzaltenango afirmaron que  durante los primeros cuatro meses del presente ciclo escolar, 483 estudiantes abandonaron las clases por migración, falta de interés por continuar en la escuela, embarazos en niñas, trabajo y la distancia que deben recorrer para llegar al plantel educativo.

Carlos Ixquiac, coordinador de la Unidad de Planificación de la Dideduc de ese departamento,  indicó que la cifra de estudiantes retirados incluye a 174  que fueron trasladados a otro plantel educativo por diversas razones.

“Con base en los informes de las causas de los  retiros buscamos estrategias para motivar a los menores  a que luchen por sus sueños y, además, concienciamos a los padres”, resaltó.

Olivia González, maestra de primaria en Quetzaltenango, expresó: “La función de un maestro no es solo  impartir clases, sino motivar  a los niños para que  se sientan atraídos por el aprendizaje,  conocer su historia de vida para determinar si afrontan algún problema en su casa y qué es lo que necesitan”.

Dentro de las causas por las cuales los pequeños abandonan sus estudios está el trabajo y los embarazos. (Foto Prensa Libre: Esbin García)
Dentro de las causas por las cuales los pequeños abandonan sus estudios está el trabajo y los embarazos. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

En Chiquimula, el factor más común en los niños  desertores del área rural  es  el trabajo, pues la mayoría de padres deciden  llevarse a sus hijos   a trabajar al campo, sobre todo en la época de lluvia. Otros migran a Estados Unidos, por factor económico.

La deserción escolar en  las niñas de ese departamento se debe a que tienen que aprender oficios domésticos o asumir el papel de madre.

Autoridades del Comité Nacional de Alfabetización en Chiquimula aseguran que cuentan con programas y   apoyo de oenegés para ejecutar estrategias que contribuyan a prevenir ese problema, que afecta, en su mayoría, a estudiantes del nivel  primario.

 Baja matrícula

De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación (Mineduc),  la matrícula  a escala nacional  comenzó este  año con tres millones 887 mil 264 estudiantes. Sin embargo, en los primeros cuatro meses desertaron 13 mil seis. De esa cifra, dos mil 551 dijeron que  no les interesa continuar sus estudios, tres mil 404 fueron trasladados; 968, por migración temporal; 663, por trabajo; 593, por la distancia que deben recorrer para llegar al centro educativo; 428, por falta de recursos; y 268, por enfermedad.

José Enrique Cortez Sic, de la Dirección de Planificación Educativa  del Mineduc, indicó que la mayoría de niños que han dejado la primaria estaban inscritos en primer grado.

Manifestó que con el fin de contrarrestar el problema cuentan con estrategias de mejoramiento de la calidad educativa, de infraestructura,  de rediseño del Currículum Nacional Base del ciclo básico y de padres en apoyo a la educación. También los programas  comprometidos con primero y de alimentación escolar.

“En la estrategia de ampliación de cobertura se tiene contemplado, para este año, desarrollar y fortalecer acciones que favorezcan el incremento a la cobertura, tales como visita a hogares, optimización del recurso humano del Mineduc, remozamiento y construcción de aulas”, indicó.

Mynor Estuardo Carranza, sociólogo, considera que el objetivo del Gobierno es mantener a la población en un determinado nivel de pobreza, para que centre su esfuerzo en la búsqueda del sustento diario y relegue la educación.

“Impresiona y resulta hasta aberrante observar que el acceso de la población a la educación primaria, la cual es básica para el bienestar y desarrollo social, vaya en un descenso tan vertiginoso que  va a resultar muy difícil revertir si no se toman medidas urgentes este año”, dijo.

Fuente: http://www.prensalibre.com/ciudades/guatemala/desercion-escolar-miles-de-nios-abandonan-la-escuela

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