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El efecto sanador del arte

Por: Carolina Vazquez Araya

Una niñez carente de contacto con disciplinas artísticas dará como resultado adultos incompletos

Escribir, pintar, cantar, tocar un instrumento musical o ejecutar un paso de danza son formas de comunicación esenciales para el ser humano de cualquier lugar, etnia o condición. Es simplemente una manera de crear, imaginar y disfrutar de la belleza como el camino más recto para ejercitar las distintas funciones del cerebro, especialmente durante las primeras fases del crecimiento en la infancia. La importancia del arte como forma de complementar otros aprendizajes prácticos tales como comer, caminar, hablar o desempeñar funciones básicas, ha sido poco apreciada en los programas de enseñanza y esa carencia se refleja en todas las manifestaciones sociales y culturales de una comunidad.

Íntimamente vinculada con las habilidades matemáticas, la música es una de las artes menos difundidas entre la población infantil, considerándosela una especie de juego sin mayor trascendencia. Es decir, una actividad innecesaria dentro de un plan de enseñanza basado en la competencia, en el desafío, en el desarrollo de capacidades de emprendimiento o en la ruta hacia profesiones liberales lucrativas y, por ende, mejor vistas por la sociedad. En esta línea de pensamiento, entonces, se prefiere impulsar las actividades deportivas dejando la práctica de las artes relegada a un papel tan ínfimo como marginal.

¿Cuántos padres y madres prefieren dar a sus hijos un instrumento musical, un libro o una caja de acuarelas para demostrarle cariño? Por supuesto muy pocos, en la actualidad los sentimientos se manifiestan a través de objetos mucho más sofisticados como tabletas, juegos de vídeo, celulares inteligentes o computadoras, con el propósito evidente de encajar en la tendencia del mercado. Entonces viene el asombro por el modo tan habilidoso como los infantes se sumergen en un mundo digital en donde pocos padres tienen la posibilidad de ejercer un control efectivo sobre la calidad de los contenidos accesibles a sus hijos a través de esa puerta abierta a lo desconocido.

¿Y el arte? Conozco casos de madres ávidas de iniciar a sus hijas e hijos en esa maravillosa aventura –algo inaccesible en el pensum del sistema educativo- para lo cual acuden al Conservatorio Nacional de Música o a la Escuela Nacional de Danza –entre otros centros de enseñanza artística- en donde enfrentan la decepcionante y dura visión de edificios en ruinas, carentes de lo esencial para realizar el cometido para el cual fueron creados. El ministerio del cual dependen abandonó hace ya mucho a estas escuelas, cuyo papel es vital para el desarrollo integral de la juventud.

Basta echar una mirada a países del lejano Oriente como China, Japón o Corea para darse cuenta del papel fundamental de la práctica de actividades artísticas en su evolución social y cultural. En esas naciones cada establecimiento educativo –en sus aldeas, pueblos o ciudades- posee una importante área de enseñanza de las artes como un eje alrededor del cual se construyen las capacidades lingüísticas, matemáticas y científicas que más adelante conformarán el conjunto de habilidades de su estudiantado. De estos países procede la crema y nata de los científicos, intelectuales y artistas más relevantes de la actualidad, cuyo desempeño destaca en las universidades, empresas y centros culturales más prestigiosos del planeta.

Pero esa no es toda la función del arte. También es un ejercicio sanador para una sociedad enferma de miedo, sumida en el desánimo y la decepción. El arte es la ruta hacia un crecimiento personal que además de satisfacer un afán estético, constituye la expresión más trascendental del ser humano.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225510&titular=el-efecto-sanador-del-arte-

Imagen: http://jotadobleese.blogspot.com/2012/05/arte-y-educacion.html

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Información, autonomía y poder

Por: Pedro Flores

Para poder mejorar el desempeño de cualquier gobierno, se requieren instituciones autónomas. Organismos que generen información confiable para poner en cuestionamiento la verdad oficial y así enriquecer el debate público. Si bien la autonomía es un atributo que se puede otorgar por la vía constitucional, ésta se construye por medio de la labor independiente, los mensajes, comportamientos y acciones cotidianas de estas instituciones y de las personas que las conforman y las dirigen.

Por esta razón, fue preocupante que a principios de abril, el Senado de la República ratificara, a propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, a la maestra Paloma Merodio como uno de los cuatro vicepresidentes para conformar la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Y no es que sea ilegal ser propuesta por el titular del Ejecutivo, el cuestionamiento tiene su origen en algo más serio y penoso. Merodio mintió en su currículum con el propósito de acomodarse a lo que le exigía la Ley del Sistema Nacional de Estadística y Geografía. Dijo haber sido maestra en Harvard cuando sólo fue asistente; además, no cumplía con el tiempo estipulado en cargos de “alto nivel”, ni tampoco era reconocida como académica “de prestigio”. De hecho, “saltó” del gobierno al órgano autónomo cuando lo ideal hubiera sido que pasara de la academia o de la sociedad civil al INEGI.

A la mentira – que algunos senadores priistas quisieron justificar con que ningún currículum puede presentarse con “claridad incuestionable” – se le aunó el sospechosismo. Esto debido a los claros vínculos de Merodio con el gobierno. Como funcionaria de Sedesol, la nueva vicepresidente del INEGI se encargaba de un área clave para mostrar si el gobierno hace bien o mal su trabajo: la evaluación y monitoreo de los programas sociales. Por esta razón, con la llegada de Merodio, la falta de independencia con que deben trabajar los miembros de los organismos autónomos se puso en cuestión.

Del caso Merodio se pueden extraer al menos cuatro lecciones. En primer lugar, y para los que dudan de la existencia de la gobernanza, vale la pena hacer notar la manera en que algunas organizaciones de la sociedad civil, articulistas y académicos reaccionaron para impugnar la propuesta del presidente Peña Nieto. Esta protesta, sin embargo, fue mucho más activa y por tanto, más visible en las redes sociales que en los medios de comunicación tradicionales. Mientras Noticieros Televisa machacaba a cada instante el trágico accidente del BMW en la avenida Reforma, avezados tuiteros aportaban elementos para sostener que estábamos ante una burla más de los altos funcionarios del gobierno priista.

Las pruebas del fraude de Merodio fueron claras y débilmente refutadas y aún así, el presidente Peña Nieto decidió mantenerla. El cabildeo entonces funcionó: en silencio votaron a favor de la propuesta presidencial 64 senadores, 26 lo hicieron en contra y hubo una abstención. Ante esto, una segunda lección puede extraerse: el presidente Peña Nieto y sus colaboradores prefieren pagar el costo del descrédito y seguir ahondando la crisis de legitimidad que posee su gobierno. La pregunta a esto es: ¿a cambio de qué? ¿Podrán manipular las cuentas nacionales a su favor? ¿Habrá “Efecto Merodio” en los próximos conteos sobre el ingreso de los hogares y la pobreza? Ante un posible “palomazo”, no va a ser raro presenciar una reacción sonora de la coalición formada por las organizaciones y estudiosos de la pobreza. México no es Atlacomulco.

Tercero, con la imposición de Merodio el gobierno de Peña Nieto vuelve a contradecirse. Me explico: por un lado está tratando de empujar una reforma educativa basada en el mérito de los maestros, pero por otro, se hace de la vista gorda cuando una candidata “no idónea” miente truqueando su CV para asirse de una plaza, de un puesto público. ¿O sea que para los maestros todo el peso de la Ley, pero para los amigos y camaradas, gracia?

Cuarta y última lección: qué haremos ante los nombramientos que se avecinan, como lo pregunta Enrique Cárdenas, el incansable director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, A.C. (CEEY) (El Universal, 14.04.17). ¿Cómo asegurar, inquiere Cárdenas, la credibilidad y la confianza en el gobierno ante la designación del gobernador del Banco de México, del fiscal anticorrupción o de los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IFAI)?

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) también está por renovar a un miembro de su Junta de Gobierno el próximo año y la preocupación en este caso es igual de válida. ¿Qué estrategia seguirá la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el presidente de la República para fortalecer la autonomía del Instituto? ¿Se volverá a recurrir a la comunidad de investigadores educativos para conformar la terna de candidatos o los buscarán en una dependencia gubernamental? Ante la tarea de alta especialización técnica y política que realiza el INEE, ¿habrá voces que quieran “ciudadanizarlo” para poder infiltrarse en él?[1] Estaremos atentos. Así como en el campo del estudio y medición de la pobreza, en el sector educativo también podríamos impulsar una coalición de académicos, legisladores de oposición, periodistas, think tanks y organizaciones de la sociedad civil que defienda con argumentos la autonomía del INEE.

La vida y función de los órganos constitucionalmente autónomos aún está por escribirse en este México que lucha por dejar atrás su pasado autoritario, en donde personajes poderosos se mezclan con reglas e instituciones débiles, pero que a la vez, sectores de la sociedad muestran una clara convicción por cerrarle el paso al engaño y a la simulación. Todo ello aderezado con una apertura mediática sin precedentes.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/informacion-autonomia-y-poder/

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La politización empresarial de la reforma

Por: Hugo Aboites

Grupos empresarios han decidido incursionar directamente en el conflicto en torno a la llamada reforma educativa y hacen su propia contribución a una crisis nacional. Con su rechazo a pagar impuestos y a invertir recursos en el suroeste del país toman revancha, pero su protesta no es contra el gobierno ni contra los bloqueos y los maestros movilizados; en realidad es contra el diálogo. Sobre todo cuando éste parece ofrecer una respuesta a más de un millón de maestros, cuyos derechos constitucionales claves (artículo 123) fueron cancelados. En efecto, los airados pronunciamientos de estos grupos arrancaron cuando el diálogo comenzó y se creó un ambiente de distensión y hubo acuerdos parciales. Incluso, el amparo promovido por Mexicanos Primero confirma esto al enfocarse en acuerdos con los maestros que son oscuros y concesiones indebidas producto de la debilidad lastimosa de la Segob (La Jornada, 4/8/16, pág. 3).

Es muy significativo que sea Mexicanos Primero el que asume la posición más radical contra el diálogo. Primero, porque representa la voz oficial del gran empresariado en la educación y, ahora, además, añade los medios para llevarla a cabo: sin diálogo, sin acuerdos, sin contemplaciones. Pero también es significativo porque no está sola: comparte postura con una SEP que durante casi un año se mantuvo firme contra un diálogo que no fuera acompañado de la aceptación del marco legal. De hecho, todavía hoy de fondo mantiene la misma postura. Si ya desde 2012-2013 había una estrecha cercanía SEP-Mexicanos Primero respecto de la modificación de normas constitucionales y legales para los maestros (ver la agenda-documento Ahora es cuando, de esa organización), la cercanía actual muestra la clara y firme voluntad de ambos de que no se llegue a la debilidad de acuerdo alguno. Una hipótesis que explicaría esta postura es que, desde su punto de vista, cualquier acuerdo real mostraría que el marco no es inamovible, que en el futuro tendrían ellos que seguir cediendo, y que esto pondría en peligro, de fondo, la visión misma que de la educación necesaria tengan los empresarios. Esta hipótesis explicaría por qué la consulta sobre el modelo educativo se presenta en términos tan perentorios: desde arriba, fragmentada, rápida y procesada unilateralmente. Sugerencias sí, acuerdos no.

Dado el momento actual, otra hipótesis sería la electoral. El factor 2018 tendría ya una poderosa influencia en el ámbito del conflicto y por tanto, en esta vena, un sector empresarial alarmado por la duración y fuerza de las protestas estaría cerrando filas en torno a una postura y a un candidato duro capaz de poner orden en el país en el sexenio venidero. Una tercera hipótesis, por supuesto, sería que, en realidad, los movimientos que hoy presenciamos son meras coincidencias en el tiempo, en los actores, en los temas y en la actitud, nada más.

En cualquiera de las tres hipótesis, lo cierto es que hoy la politización del tema educativo es tal que la consulta a que convoca la SEP difícilmente será significativa y, tampoco, realmente válida. Desde hace casi cuatro años, cuando se optó por despojar de derechos constitucionales básicos a los maestros, sus mismos promotores anticipaban que habría problemas (aunque calcularon mal la amplitud, duración y profundidad de la resistencia), y ahora la víctima son el país, los niños, jóvenes y maestros y padres de familia que se enfrentan a un horizonte educativo lleno de tensiones y contradicciones sin que puedan discutir tranquilamente qué educación es la que se necesita en México. Hoy que las cúpulas empresariales intervienen directamente contra el diálogo y los acuerdos que acerquen a una solución, ellos mismos prolongan y profundizan el conflicto.

Para dejar atrás esta ruta hasta suicida, de aumento creciente en la confrontación, hoy la única salida es precisamente un diálogo efectivo. Y eso requiere reducir la crispación ahí donde ésta primero se inició. Es decir, buscar una forma de abrogación, suspensión o reinterpretación del marco laboral-administrativo para que la discusión no se sitúe allí, sino en el terreno de la transformación de la educación. Y desde ahí repensar entonces qué tipo de marco laboral-administrativo, qué perfiles de los maestros, procesos de formación y actualización, tipo de condiciones de trabajo se requieren. Mientras este replanteamiento no ocurra, los maestros no tienen otro remedio que continuar manifestándose contra la exclusión laboral y al mismo tiempo y con la energía que da el propio movimiento, iniciar con sus aliados un proceso propio, amplio y representativo, una ruta que construya el gran proyecto educativo, abierto, incluyente, ese sí, desde abajo y desde las necesidades de conocimiento de los mexicanos. Y comenzará entonces una etapa a mediano y largo plazos, de una profunda disputa entre proyectos de educación, la de los empresarios por un lado, y, por otro, la de los maestros, estudiantes, padres de familia, comunidades y organizaciones sociales representativas de las grandes mayorías del país. En una circunstancia así, también los universitarios podemos, debemos pronunciarnos.

¿Qué tipo de protestas tendríamos hoy si a los empresarios, precisamente por serlo y sólo a ellos se les cancelaran derechos constitucionales básicos?

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/08/06/opinion/014a1pol

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Gritar a los niños daña su cerebro

Por: Jennifer Delgado Suárez

Alzar la voz no hará que tengamos más razón. Además, utilizar esta estrategia como recurso educativo puede ser completamente contraproducente. De hecho, cuando le gritamos a los niños solo estamos reconociendo que los pequeños están fuera de control, y nosotros también. Gritar es una señal de que la situación se nos ha ido de las manos y no tenemos estrategias para resolverla.
En Estados Unidos se dice que gritar a los hijos es como usar el claxon para conducir el coche, y suele generar los mismos resultados. Además, normalmente no gritamos después de una cuidadosa y profunda reflexión porque consideremos que se trata de la táctica más eficaz, simplemente gritamos porque no sabemos qué otra cosa hacer.
Las situaciones que provocan los gritos son muchas y diversas, pero se ha apreciado que el aislamiento materno y el agotamiento son las causas principales. De hecho, muchos padres reconocen que detrás de sus gritos se esconde el estrés y el cansancio. En práctica, lo que nos lleva a gritar no es tanto el mal comportamiento del niño, sino nuestra incapacidad para lidiar con la situación, probablemente porque nuestros recursos cognitivos y emocionales están agotados.

Los gritos afectan el desarrollo psicológico y cerebral de los niños

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Pittsburgh reveló que gritar a los niños con regularidad, como una forma de disciplina, encierra numerosos riesgos para su desarrollo psicológico, entre ellos la posibilidad de que desarrollen conductas agresivas o, al contrario, híper tímidas.

Estos psicólogos analizaron a 976 familias y sus hijos durante dos años, y descubrieron que los gritos cotidianos, que formaban parte de la crianza, podían predecir la aparición de problemas de conducta en los adolescentes de 13 años o de síntomas depresivos a los 14 años.

Además, descubrieron que en vez de minimizar los problemas, los gritos solían agravar la desobediencia. Y también constataron que la “calidez” de los padres; es decir, su amor y el grado de apoyo emocional no disminuían el impacto psicológico de los gritos. Esto significa que la marca que dejan los gritos no se borra después con un abrazo o un gesto de cariño.
Otra investigación realizada por un grupo de psiquiatras de la Escuela de Medicina de Harvard fue un paso más allá: sus resultados alertan que el maltrato verbal, como los gritos y la humillación, puede alterar de forma significativa y permanente la estructura del cerebro infantil.
Estos investigadores analizaron el cerebro de 51 niños que recibían tratamiento psiquiátrico y los compararon con el de 97 niños sanos. Descubrieron que el abandono, el castigo físico e incluso la disciplina verbal causaban una reducción significativa en el cuerpo calloso, una especie de “cable” compuesto por células nerviosas que conecta ambos hemisferios del cerebro.
Un cuerpo calloso más pequeño conduce a una menor integración de las dos mitades del cerebro, lo que puede causar cambios dramáticos en el estado de ánimo y la personalidad. En el estudio también apreciaron una disminución de la actividad en partes del cerebro relacionadas con las emociones y la atención. Estos niños tenían menos flujo sanguíneo en una parte del cerebro conocida como vermis cerebeloso, el cual es fundamental para mantener un buen equilibrio emocional.
¿Por qué los gritos pueden afectar tanto a los niños?
Cuando los niños son muy pequeños, no son capaces de identificar la diferencia entre los gritos y el cariño. En práctica, no comprenden que si sus padres les gritan, no significa que no les quieran sino que pueden estar estresados o que están reprendiendo un mal comportamiento. No conocer esa diferencia puede generar una gran sensación de angustia y estrés. De hecho, los investigadores creen que los cambios en la estructura del cerebro se deben a la liberación excesiva de cortisol, la hormona del estrés, durante los primeros años de vida.
Es curioso, pero los niños y adolescentes que han crecido en un ambiente donde los gritos son pan cotidiano, también tienen el doble de probabilidades de presentar una actividad eléctrica cerebral anormal. En algunos casos esta actividad incluso se ha llegado a comparar con la de personas que sufren epilepsia.

¿Cómo dejar de gritarles a tus hijos?

– Asume que gritar es sinónimo de perder el control. Los gritos no son una estrategia educativa  ni disciplinaria sino el signo de que la situación se te ha ido de las manos. Si eres consciente de esa diferencia, lograrás regularte mucho mejor.
– Descubre cuáles son las situaciones o momentos en los que más gritas. Los investigadores han descubierto que los padres suelen gritar más durante algunos momentos específicos del día, como a la hora del desayuno antes de ir al colegio o por la noche. Detectar ese patrón te permitirá descubrir la causa que se encuentra en la base de los gritos, que generalmente suelen ser las prisas, el estrés o el cansancio.
– Tómate el tiempo que necesites para calmarte. Es importante que los padres se mantengan atentos a las señales que indican que están perdiendo el control. Antes de dejar que el cerebro emocional asuma el mando, tómate unos minutos para calmarte. Respira profundamente y, si lo necesitas, sal de la habitación.
– No alimentes expectativas demasiado elevadas. A veces la frustración proviene de la diferencia entre tus expectativas y la realidad. Puedes frustrarte porque esperabas que tu hijo hiciera solo los deberes, por ejemplo, y no los ha hecho. Por eso, a veces es conveniente que recuerdes que es solo un niño y que no hace las cosas para molestarte sino porque aún necesita madurar.
– No te culpes. En cualquier caso, no te culpes porque sentirte mal solo aumentará la tensión. A cualquiera se le puede escapar un grito de vez en cuando, solo tienes que asegurarte de que no se convierta en la norma. Ser padres no es fácil, y tampoco es necesario que seas perfecto/a, solo asegúrate de intentar mostrar siempre la mejor versión de ti.
Fuentes:
Wang, M. T. & Kenny, S. (2014) Longitudinal Links Between Fathers’ and Mothers’ Harsh Verbal Discipline and Adolescents’ Conduct Problems and Depressive Symptoms. Child Developmental; 85(3): 908–923.
Teicher, M. H. et. Al. (1993) Increased prevalence of electrophysiological abnormalities in children with psychological, physical, and sexual abuse. J Neuropsychiatry Clin Neurosci; 5(4): 401-408.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2017/04/gritar-los-ninos-dana-su-cerebro.html

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El 22% de los adolescentes españoles pasan seis horas al día conectados a internet

Por: María Jesús Ibañez

  • Una de cada cinco chicas reconocen que van a clase sin haber desayunado.
  • Los participantes del informe PISA son competitivos y se muestran seguros de que irán a la universidad.

El 69% de los alumnos españoles de 15 años asegura que se siente «realmente mal» si no se conecta a internet, según alerta el informe El bienestar de los estudiantes, fruto de las encuestas realizadas a los participantes en el informe PISA del 2015. La media de los países de la OCDE es del 54%.

El consumo de internet ha aumentado, en los últimos tres años, de forma más que significativa en todos los países, hasta alcanzar «niveles realmente altos», ha afirmado Andreas Schleicher, director del área de Educación de la organización internacional. Schleicher ha alertado del preocupante 22% de «usuarios extremos» entre los adolescentes españoles, que pueden llegar a alcanzar en un día las seis horas conectado a la red.

«Lo que vemos, –ha dicho el responsable educativo de la OCDE en una rueda de prensa vía internet– si analizamos de forma específica esa parte de estudiantes que denominamos usuarios extremos, es que se estos sienten más solos, que son más propensos a abandonar los estudios, que se encuentran más aislados y que tienen peor relación con sus padres y compañeros de clase y más probabilidades de ser víctimas de acoso escolar», ha subrayado, antes de añadir que el consumo excesivo «tiene claramente un impacto muy negativo en estos jóvenes y su entorno».

LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS

Una de cada cinco alumnas españolas de 15 años reconocen que van a clase sin haber desayunado antes en casa, según recoge la encuesta de la OCDE, que no entra a analizar, sin embargo, los motivos de este ayuno, ni si es voluntario o involuntario. Entre los chicos, el porcentaje es del 11 %.

Los estudiantes valencianos son, con un promedio del 18,1% entre chicos y chicas, los que más veces van a la instituto sin haber ingerido ningún alimento. El porcentaje, en Catalunya, es del 13,4%. No obstante, esos datos son inferiores a la media de los países participantes en el informe PISA, que de media se saltan el desayuno en un 26% , en el caso de las chicas, y en un 18%, en el de los chicos.

En general, los muchachos que han tomado algún alimento antes de empezar la actividad escolar consiguieron 10 puntos más (seis en el caso de las mujeres) en las pruebas de Ciencias de la última evaluación internacional PISA 2015 en comparación con los que estaban en ayunas.

En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, «los alumnos practican alguna actividad física dos días o menos a la semana, mientras que en los países que lo realizan con más frecuencia también sacan mejores notas», señala la encuesta. Un 9% de los alumnos españoles no practica ningún deporte en el tiempo libre.

ASPIRACIONES Y PROYECTOS DE FUTURO

La importancia de una buena motivación y las expectativas de futuro las mide la encuesta sobre el bienestar de los estudiantes con preguntas como ‘¿Quieres siempre sacar las mejores notas en todas tus asignaturas?’ o ‘¿Aspiras a ser siempre el mejor, hagas lo que hagas?’, tanto en la primera como en la segunda, los jóvenes catalanes destacan sobre la media española. Un 68,4% de los estudiantes de 15 años de Catalunya reconocen ser muy competitivos en su vida cotidiana, un porcentaje muy similar al que muestran, por ejemplo, los alumnos de Singapur. La media española en este capítulo es de un 61%, lejos del 93% de Estados Unidos y el 90% del Reino Unido y de Israel, entre otros.

Una curiosidad. Pese a que las chicas dicen ser mucho más exigentes consigo mismas en las tareas y resultados escolares que los chicos, estos últimos admiten ser más competitivos y ambiciosos en otras actividades de su día a día, fuera del ámbito estrictamente escolar.

Pero atención: los estudiantes que quieren ser los mejores de su clase o los que luchan por obtener calificaciones superiores tienen, según el informe, más probabilidades de caer en situaciones de estrés y ansiedad ante los exámenes, incluso si están bien preparados.

Fuente:http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/informe-pisa-2015–22–adolescentes-espanoles-pasan-seis-horas-diarias-internet-5982632

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Entre el Estado evaluador y el derecho a la educación

Por:

El INEE no sólo es una aspiradora de información, también ofrece análisis y divulga los resultados mediante publicaciones periódicas y libros producto de sus investigaciones. El INEE, como cabeza del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, es una representación fiel de lo que Guy Neave denominó el Estado Evaluador. Pero también es el promotor de una mejor educación. No es fácil encajonarlo en un solo embalaje, sus faenas son una mezcla de tendencias tecnocráticas, con aspiraciones de equidad y diversidad.

El INEE es la cabeza del Estado para realizar todo tipo de evaluaciones en el sistema educativo, en especial a los docentes, pero no refrenda los supuestos del empuje neoliberal de que los estándares de calidad son universales, generalizables y no contextuales. Lo mismo publica y hace juicios de valor sobre los resultados de PISA (México en PISA: 2015), que produce e impulsa las directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas. Lo mismo publica la evaluación de docentes de educación básica: una revisión de la experiencia internacional, de Felipe Martínez Rizo, que La educación obligatoria en México: informe 2016, con énfasis en el derecho a la educación y juicios severos sobre la inequidad en el gasto público en educación.

Lo más visible de las tareas del INEE es la valoración de los docentes y directores de escuela. Se encarga de coordinar la evaluación para el ingreso a la carrera docente, la promoción vertical y horizontal y, lo más debatido, la permanencia en el servicio docente y el reconocimiento para otorgar premios y estímulos.

Esa pudiera ser la marca de la casa. En mis charlas con maestros y directores de escuela, la única percepción que tienen del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación es la evaluación de docentes; no saben —y tal vez no les interese enterarse— de sus otras labores. Tienen grabada en su memoria las jornadas de septiembre y octubre de 2015, recuerdan las diatribas que se manejaban en la prensa y las redes, muy pocos acusan recibo de los cambios que realizó el Instituto tras las críticas que sufrió.

Para los militantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, el INEE es la encarnación del neoliberalismo. No me gusta antagonizar. Cuando dialogo con ellos es con el fin de aprender y tratar de entender algo más de sus motivos para oponerse con todo a la Reforma Educativa y, en particular a la evaluación. Expresan con convicción, pero sin aportar evidencias, que la verdadera misión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación es desprestigiar a la educación pública para luego privatizarla.

Entre docentes que no concurren con la CNTE, lo que más noto es temor, incertidumbre, no les gusta obtener información directa de la página del INEE, sino que apoyan sus creencias en lo que se propaga por las redes sociales. Si bien ya no hay tanta oposición a la evaluación docente, la mayoría de los maestros considera que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación es el símbolo omnipresente del Estado evaluador, aunque no usen ese concepto. A fe mía que allí radica el verdadero reto para el Instituto: acercarse al magisterio, ganarse su confianza y adquirir credibilidad.

El INEE ofrece muchos servicios a los docentes: materiales, estudios comparativos, informes sobre su profesión y su hacer, pero la mayoría los ignora.

Es la paradoja de las visiones encontradas. El diseño institucional del INEE, tanto en su propia ley como en la del Servicio Profesional Docente, configura un aparato proyectado para medir, valorar y producir información para funcionarios. Pero en su hacer interno va mucho más allá. Se concibe a sí mismo —al menos entre algunos miembros de la Junta de Gobierno— como una institución provechosa para la educación, los estudiantes y los maestros; además, se proyecta como defensora férrea del derecho a la educación. En su discurso empalma calidad con equidad, mejora con más oportunidades para los desfavorecidos.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación es un ente complejo y contradictorio. Está envuelto en la disputa política e ideológica por la educación nacional. Es —al mismo tiempo— un aparato de Estado y un defensor del derecho a la educación.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/entre-el-estado-evaluador-y-el-derecho-a-la-educacion/

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Va de libros

Por: Jaume Carbonell

El día del libro es una buena ocasión para poner en valor la magia y el poder de la lectura. Y para fomentarla en la infancia los 365 días del año.

“Los libros envejecen a nuestro lado, amarillean con el tiempo, como decía el poeta, y llevan, muchos de ellos, las marcas de nuestras lecturas, las notas y reflexiones que despertaron, las pruebas de nuestro amo”.  

Emilio Lledó

¿Qué libro compraremos este domingo, en algunos lugares festivo por partida doble? Hay quien se guía por su propio olfato, husmeando en librerías y en las redes. Los hay que se mantienen fieles a un autor o a un género como puede ser el de la novela negra, por citar uno en progresivo auge. Otras personas se fían del buen criterio de amigos o conocidos o del boca-oreja. Se recurre también a los best sellers y a los listados de libros más vendidos. Y, naturalmente, a los premios del año que crecen por doquier: tanto los que mantienen un sello de transparencia y honestidad como los que han alcanzado un sonoro desprestigio por méritos propios. De todo hay.

Algunos de estos libros, tras estar en la mesilla de noche, se socializarán de inmediato y se perderán definitivamente en la senda del olvido o, por el contrario, se guardarán celosamente y ocuparán un lugar en nuestras estanterías, en nuestro paisaje vital-comunitario y en nuestras mentes. Porque nos produce un placer muy especial, estrena o refuerza nuevos vínculos literarios y engrandece nuestra cuota de felicidad. José Luis Sampedro lo sintetiza con acierto: “Con el libro volamos a otras épocas y a otros paisajes: aprendemos el mundo, vivimos la pasión y la melancolía. El libro que enseña y conmueve es además ahora el mensajero de nuestra voz y la defensa para pensar en libertad”. Es también un acto de resistencia.

La lectura nos ayuda a mirarnos y a descubrirnos más nítidamente en nuestro espejo y en el del otro. A explicar el mundo y a explicarnos a nosotros. A ensanchar la mirada sobre el mundo en minúscula y en mayúscula, y a recrearnos en la fantasía y la imaginación, en los territorios del realismo y la ficción, a veces bajo fronteras tenues e imperceptibles. La lectura es un ritual que requiere tiempos sosegados, sin interferencias tecnológicas y espacios apropiados: públicos y privados. Algunos muy íntimos. Los libros son objetos con diseños, colores, texturas, tipografías y aromas que desprenden una belleza muy singular y que reclaman mimo, amor y compañía para que el lector se familiarice con ellos. Con frecuencia, su lectura se asocia a personas, lugares, acontecimientos, épocas, significados y experiencias personales coyunturales o  que perduran en el tiempo.

Las bibliotecas particulares, por aquello de la falta de espacio, llega un momento que se van aligerando. ¿Con qué criterios nos desprendemos de un cierto número de libros y qué hacemos con ellos?  ¿Por qué guardamos los que guardamos en nuestras estanterías? Uff, aquí se mezclan las razones utilitarias: me servirán para esto y aquello y las que tienen que ver con la calidad literaria -hay algunos clásicos que no te cansarías de leer una y otra vez- y/o que te dejaron huellas profundas en algún momento de tu vida y hoy forman parte de tu memoria sentimental.

¿Y en la escuela qué? ¿Cómo se despierta el hábito lector, el apetito y la pasión por la lectura?  ¿De qué modo se desarrolla la experiencia del lenguaje: la primera experiencia cultural de la infancia en donde, buscando y jugando con las palabras, se encuentran los pensamientos? La lectoescritura -este triángulo mágico que incluye de manera transversal e interrelacionada comprensión lectora, escritura y expresión oral- se convierte en el saber más poderoso, en algo así como la madre de todas las competencias básicas que contribuye a desarrollar la musculatura cultural y la sensibilidad social, enriqueciendo la mirada hacia el mundo exterior y hacia el interior de los seres humanos.

Para ello se cuenta con un programa –el plan lector– y con un espacio –la biblioteca-, los dos referentes de la escuela y de la comunidad educativa. ¿Pero cuál es el lugar de la biblioteca en un entorno crecientemente digital? En los centros innovadores, ayer y aún hoy -porque hay literatura infantil y obras ilustradas que siguen gozando de muy buena salud- existen cuatro espacios para proteger y dar vida a los libros: a) La biblioteca escolar al uso, aunque rediseñada y adaptada a los nuevos vientos innovadores, donde se catalogan, clasifican, distribuyen y prestan los distintos fondos bibliográficos y audiovisuales, con múltiples actividades de animación como los cuentacuentos, las tertulias literarias y dialógicas entre iguales o intergeneracionales, los maratones literarios, las lecturas colectivas y viajeras,  los recitales poéticos y las dramatizaciones b) La biblioteca de aula, con recursos para el desarrollo de actividades y proyectos de cada clase; c) La biblioteca virtual, con una amplia variedad de dispositivos, programas y contenidos digitales; y d) La biblioteca diseminada por el centro y el territorio.

Esta última, localizada en numerosos espacios, requiere un compromiso de todo el equipo docente y de otros actores de la comunidad educativa y del entorno, así como unas gotas de imaginación para contagiar a fuego lento el hábito lector. Hay quien coloca en el vestíbulo del centro expositores con los cuentos que se están leyendo o con las lecturas veraniegas de padres y madres, alumnos, maestras y personal no docente; o dispone una mesa en el pasillo con todo tipo de producciones; o instala un quiosco con cómics, cuentos y revistas; o se escriben cuentos y textos individuales y colectivos en las paredes; o se inventa el rincón de la poesía, con jeroglíficos, acertijos, frases que se van completando cada día o cuentos de nunca acabar que se esparcen por todo el colegio. Libros, citas y leyendas que pueblan cualquier rincón del centro o del territorio -parques y jardines, centros sanitarios, transportes públicos, piscinas e instalaciones deportivas, etc-: “Ojos que no leen, corazón que no siente”; “Genio y figura hasta en la lectura”; “Dime qué libros lees y te diré quién eres.”; “En abril, libros mil”.

Hay mil maneras de celebrar este domingo para que el día del libro haga crecer la lectura los 365 días del año: dentro y fuera de la escuela. Que tengan un buen día y que el tiempo acompañe.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/19/va-de-libros/

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