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Incidencia del abuso de la TIC en preescolares

19 de abril de 2017 / Fuente: https://www.isep.es

Por: Paula González

Actualmente estamos insertos en una sociedad de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), con premura y de urgencias, donde pareciera que si no utilizamos algún recurso tecnológico, estamos desconectados y perdidos del mundo y de nuestro entorno. Es como si el día durara menos horas que antes y nuestros deberes y responsabilidades aumentan considerablemente en la jornada. Corremos en la mañana para llegar a nuestros trabajos, luego para llegar a nuestros hogares y cuando queremos compartir tiempo con las familias, el cansancio, uso de la TIC y el desgano nos gana la batalla.

Del mismo modo les ocurre a los niños. La escolaridad completa, la competencia academicista de los establecimientos educacionales y el sistema en sí, parecieran extenuar a los escolares. Queremos y pretendemos hacer de nuestros niños adultos comprensivos y genios de contenidos de materias y habilidades a su corta edad. Poco importa si aprenden jugando o no, que exploren o disfruten de nuevas experiencias… lo importante es responder al sistema competitivo y veloz que se lleva a cabo para obtener buenos resultados y, con ello, favorecer a los establecimientos educativos.

Los niños con menos de seis años son actualmente “nativos digitales“, puesto que desde temprana edad están insertos en un mundo tecnológico y relacionado con celulares, vídeo-juegos, consolas o computadoras.

El tener la posibilidad de usar algún tipo de tecnología permite desarrollar en niños de corta edad, ciertas habilidades tales como: coordinación viso motriz; resolución de problemas; razonamiento lógico, orientación espacial; estrategia y mejora en los reflejos, entre otras. Sin embargo, estas habilidades podrían ser encauzadas desde otro tipo de herramientas, recursos y metodologías, menos llamativas para los niños de hoy.

Los efectos más palpables de niños menores de seis años que habitualmente utilizan este recurso en exceso son estremecedores. Entre ellos destacan:

– La falta de interacción social debido al poco contacto con otros niños, a las familias pequeñas de uno o dos hijos, a que los padres trabajan durante todo el día y a la poca socialización por no hacer uso de espacios comunes y públicos.
– Sedentarismo (obesidad, sobrepeso). La falta de ejercicio, las reducidas horas de educación física en la escuela, la comodidad del estar quieto… impiden tener una vida saludable, llevándolos a enfermedades a temprana edad.
– Comportamiento irritable. La irritabilidad, entendida como un estado emocional caracterizado por un menor control sobre el temperamento que generalmente se traduce en arrebatos verbales o de comportamiento (Snaith and Taylor 1985), provocados por la pérdida o el fin de un determinado juego, alteran el organismo del menor, haciendo que reaccione con un bajo dominio del control de sus emociones.
– Dependencia, es decir, y acotado al tema al abuso de la TIC, la necesidad de un determinado juego o tiempo de juego para sentir bienestar.
– Desorden en los hábitos de estudios y rutinas. Habitualmente los niños crean este desorden puesto que el tiempo del juego dependerá de la satisfacción o de su nivel de frustración. Si el resultado es positivo, entonces realizará sus actividades con ánimo y tranquilidad, mientras que si su resultado no es óptimo o esperable, dejarán esa estabilidad emocional, y sus rutinas de estudios se verán desplazadas o postergadas hasta lograr el éxito esperado en el juego.
– Desmotivación. Falta de interés en actividades al aire libre. Evita tener que realizar esfuerzos físicos e ir un poco a lo desconocido, con factores ambientales que pudieran afectar a su condición. Tiene preferencia a permanecer bajo circunstancias controladas, seguras y cómodas.
– Impulsividad, violencia y, en algunos casos, ira. La impulsividad conductual se caracteriza por la falta de control motriz y emocional y por actuar sin pensar en las consecuencias posteriores, movido por el deseo de gratificación inmediata.
– Desorientación en la noción del tiempo. Los niños que presentan un grado de adicción a videojuegos pierden, de alguna u otra manera, la noción del tiempo. El tiempo de juego corresponderá a los triunfos o derrotas que se generen en la oportunidad. En el caso de un alto índice de frustración el niño requerirá mayor tiempo para lograr la satisfacción esperada.
– Alteraciones de sueño. En ocasiones, el grado de violencia de los juegos afecta directamente a las etapas del sueño, pudiendo provocar en la fase tres y cuatro de sueño(donde las ondas cerebrales son más lentas) terror nocturno o pesadillas relacionadas con los videojuegos a los que juega.
– Ansiedad en circunstancias varias durante el juego. Se podrían generar ciertos temores en forma previa, anticipada, sin conocer o reconocer el por qué de esa sensación.

Entre las causas más habituales de la dependencia a los videojuegos y otros recursos tecnológicos se encuentran:

– La cantidad de dispositivos de este tipo que hay en los hogares.
– La actividad laboral de los padres y el poco tiempo a compartir con ellos.
– El bajo control y supervisión de los padres en el actuar de los niños.
– La falta de consistencia y coherencia en las reglas establecidas, si es que las hay.
– La opción de estar más cómodos.
– La seguridad dentro del hogar más que fuera de ella (parques, plazas, centros de juegos, etc.).
– La facilidad para encontrar rápidamente lo que buscan.
– La sensación de lograr algún tipo de recompensa al ganar un juego.

Pese a ello, el tener a niños dependientes preocupa a los progenitores. Es por ello que a continuación se dan a conocer algunas recomendaciones:

– Evitar el uso de videojuegos, consolas, computadora, tablets, incluso el televisión dentro de los dormitorios.
– Establecer horarios rutinarios de alimentación, estudio, sueño y recreación incluyendo en este punto el uso de las TIC.
– Planificar actividades fuera del hogar en familia que sean acorde a su edad y motivación.
– Hacer uso de plazas y lugares públicos, descongestionados, en donde hayan más niños con los que él se pueda relacionar.
– Incentivar el deporte con caminatas, salidas en bicicletas o al cerro. Si es en grupo familiar y bajo una actitud positiva probablemente sea más motivador para el niño.
– Mostrar el uso positivo de las TIC, dando a conocer el agrado por algún documental, tipo de música o ejercicio en línea que sea acorde a su edad y sus motivaciones.
– Invitar a conversar, a escala simple y sencilla, del daño que produce y los efectos que trae consigo la dependencia de las TIC.
– Establecer una gama de actividades, juegos o canales de Youtube donde los padres hayan hecho una selección exhaustiva del contenido.
– Bajar el nivel de irritabilidad a través de estrategias que conduzcan a una miranda interna de lo que provocó ese enojo, ira, molestia u otro y encontrar la solución. Enseñarle a respirar y controlar los impulsos para que sea capaz de auto-controlarse.
– Asistir a un especialista para que facilite orientaciones específicas.
– Procurar brindar afecto, tiempo y preocupación, con el fin de potenciar su persona en forma integral.

Finalmente entender que el preescolar podría estar en una proceso de hacerse adicto al uso de las TIC. El DSM-V da su primer paso para considerar adicciones conductuales a la clasificación de adicciones actuales descritas.

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-educacion/incidencia-del-abuso-de-uso-de-tic-en-preescolares/

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Educación de futuro

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia.

Abro este espacio de participación ubicándome en el contexto de la educación de futuro. Analizaré, desde varias perspectivas y en varias entregas, lo que ello significa y sobre todo lo que eso implica, esperando que sea un aporte significativo en la transformación de lo que hasta ahora hemos construido.

1. Los trasfondos paradigmáticos

Empezaré mi reflexión desde un espacio de recuperación conceptual, con el fin de poner en contexto, es decir, darle sentido, a los planteamientos que quiero compartir.

Los necesarios reposicionamientos y adecuaciones de la educación tradicional en los contextos diversos en los cuales ha surgido, hasta llegar a la sociedad del conocimiento y la información, debería dar como resultado un giro bastante pronunciado que obligue, a los distintos sectores, a la elaboración de nuevos enfoques teóricos que puedan soportar nuevas visiones y reconfiguraciones de lo que antes se denominaba educación, escuela, conocimientos, ciencia, enseñanza, docencia, escolarización, investigación, etc., pues estamos definitivamente en otros contextos.

Son muchos los aportes que durante estos últimos años se han venido produciendo al respecto[1]. Unos referidos a la natural tendencia a la inercia y la  continuidad y su reforzamiento, ocasionando con ello un grave retraso en su desarrollo  y otros, los mas interesantes, que se han ubicado correctamente en las fronteras del futuro y abren caminos hacia nuevos horizontes. Ya veremos cuales son, pues ellos son los que deben convertirse en el  fundamento conceptual-formativo de quienes quieran encargarse de la formación de las nuevas generaciones.

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia. La educación tradicional con sus anclajes lineales, evidenciado en su explicita fragmentación en asignaturas y énfasis en lo escolarizante, ha hecho que poco a poco haya demostrando su ineficiencia y su ineficacia y ninguna ley  de educación, ni ningún acto administrativo que  le haga el juego a esta continuidad, podrá solucionar los problemas formativos que se plantean desde los nuevos contextos.[2]

La aparición de un nuevo modo en la producción de conocimientos,  ( ciencia modo dos), surgido de una dinámica de tipo holístico, como la cuántica, unido a un fenómeno económico denominado la “nueva economía”, entendida esta como el resultado de un conjunto de relaciones económicas glocales, de tipo contradictorio  y desigual a nivel internacional, así como en las diversas nuevas ciencias como la bioética, las neurociencias, las innovaciones disruptivas[3], etc., determinarán  un nuevo panorama en los procesos formativos del futuro.

Ahora bien, es preciso comprender y entender[4] que este tipo de procesos que llevan de un paradigma a otros mas poderosos, que generan nuevas estructuras y nuevos modelos de desarrollo, influyen y deben transformar las viejas instituciones reproductoras de conocimientos caducos como las escuelas, los colegios y demás instancias en donde se desarrollan procesos educativos, para que de verdad sean formativos.

Seguir considerando estos procesos tan importantes como simples servicios públicos, es desconocer su trascendencia y su significado en el mundo moderno. La formación de las nuevas generaciones debe constituirse como una empresa, como un proyecto vital de Estado y por lo tanto debe ser una empresa común y de todos. No de sectores privilegiados. En este sentido no puede haber ni privilegiados, ni excluidos, ni marginados.  El modelo anterior sí lo permitía y hasta lo fomentaba. Educación de cierto tipo para unos y de otro tipo para los demás y muchos se quedaron sin ninguna de las dos.

Los viejos  enfoques y los ya caducos modelos, fundamentados en viejas concepciones, deben ser muy rápidamente reemplazos por otros, pues se corre el peligroso riesgo de que al seguir insistiendo y fortaleciendo las viejas concepciones se le este haciendo un daño irreparable a los niños y jóvenes, pues se les estará educando para un mundo que ya no existe y se les dejara de formar para el que ellos deberán  comprometerse a seguir construyendo[5].

Un diseño radical de formación de  los nuevos maestros formadores es una necesidad urgente y este salto paradigmático bien podría darse bajo la figura de una innovación disruptiva, puesto que es muy difícil que las actuales universidades en donde se educan los licenciados, puedan romper sus rígidos esquemas. No es lo mismo señalar caminos[6] que recorrerlos.

De otra parte, es necesario que haya definitivamente una voluntad política que se convierta en actos administrativos inteligentes y de gran trascendencia para avalar, desde esas instancias, todos los intentos de transformación de lo que existe hoy.

[1] Generalmente llamadas innovaciones que no son más que cambios cosméticos o de fortalecimiento de algo que ya no funciona.

[2] Contexto, concepto fundamental referido mas bien a los contextos de diferente nivel que merece desde ahora un cuidadoso y muy “fino” tratamiento ya que todo lo que se diga, se haga, se planee,  se diseñe, se investigue etc, tiene sentido en el contexto, en estos nuevos contextos.

[3] Me referiré a cada una de ellas en las siguientes entregas.

[4] Comprender es contextualizar y Entender es establecer relaciones entre variables.

[5] Es conveniente reflexionar el paso de las diferentes generaciones, como la de los millennials a la nueva generación Z que rompe definitivamente con los paradigmas anteriores.

[6] Sobre todo caminos ya caducos que van a ninguna parte. Matrix.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-futuro

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La paz depende de los docentes

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

Decenas de miles de maestros, por fuerza del conflicto, han venido trabajando desde el aula en construir valores para la convivencia en paz.

Las guerras empiezan de muchas maneras y por diferentes razones.  Quienes las terminan son los políticos. Sin embargo, la firma de acuerdos de paz, trátese de conflictos a escala internacional o de guerras locales, es solo un hito en un difícil proceso que puede tomar generaciones. Tiene que ver, principalmente, con el reconocimiento del otro, con la memoria. Puede ocurrir en Bosnia, Irlanda o Colombia.

Un actor clave en contribuir a voltear paradigmas, derribar prejuicios, reconstruir valores, aprender a convivir con los demás, particularmente los “enemigos”, sus descendientes o relacionados, es el maestro.

La polarización alrededor del acuerdo de paz, el resultado del plebiscito, las marchas del 1 de abril, al lado del silenciamiento de las armas y la reducción de muertes por el conflicto, son paradojas que ilustran los enormes retos que hay en adelante, que no son otros que los de construir valores compartidos para la convivencia en paz. Decenas de miles de docentes, por fuerza del conflicto, han venido trabajando en ello desde el aula.

Construir convivencia, recuperar la memoria ha tomado mucho tiempo en todas partes. La Segunda Guerra Mundial, al menos en Europa, terminó, oficialmente, en mayo del 45. Cesaron las actividades bélicas, unos se rindieron, otros vencieron. Alemania, además de la derrota y la destrucción, tuvo que lidiar con una culpa terrible, la del Holocausto. Los nacidos en los años siguientes a la terminación de la guerra, a pesar del “milagro alemán”, no tuvieron la oportunidad de hablar en casa o en el colegio acerca de lo sucedido. ¿Dónde estuvieron mi padre, mis tíos, mis abuelos? ¿Apoyaron a Hitler? Si era malo, ¿por qué le caminaron a la discriminación y el asesinato masivo? Preguntas imposibles de tratar debido a un mecanismo de supresión de la memoria. “De eso no se habla”, parecía un acuerdo tácito en los hogares.

Otra guerra, la fría, terminó con la caída del muro en el 89. Pasada la euforia inmediata, tuvo que pasar una generación para superar enormes prejuicios entre los alemanes occidentales y los orientales.

Treinta años nos demoramos en comenzar a hablar sobre lo ocurrido en Alemania entre el 33 y el 45, recuerda Ilse Schimpf- Herker, nacida en 1947, fundadora y directora del Instituto Paulo Freire de Berlín, dedicado, entre otras, a la pedagogía de la memoria. En el marco de un apasionante foro en el que docentes colombianos fueron los protagonistas*, me quedó claro que ellos han sido actores de primera línea, desde hace rato, de la reconstrucción de valores de convivencia en contextos de violencia.

Lea el contenido completo en Las2Orillas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-paz-depende-de-los-docentes

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El regreso de Kathy Switzer, la heroína del maratón de Boston

Por: Marta Sofía Ruiz

Una de las imágenes más icónicas del atletismo muestra a un hombre empujando por la espalda a una mujer. El agresor luce traje oscuro, pantalón largo, media cabeza pelada y una mirada de la que se le escapa la rabia. Es 1967, Boston, se corre la maratón, y el rostro de una mujer embutida en un chándal tan ancho que parece poco adecuado para correr muestra entre sorpresa y terror. Es Katherine Switzer, tiene 20 años, luce el dorsal 261 al pecho y trata de escapar de su agresor. Corre hacia adelante sobre unas Adidas con las que intenta despegar. La imagen la recogen unos fotógrafos tan sorprendidos como molestos, ya que ese altercado iba a hacerles esperar cuatro horas y veinte minutos, el tiempo que tardó Switzer en completar la carrera, para recoger su llegada a meta. Hoy, 50 años después, habrá más fotógrafos que entonces pero igual de pendientes de la misma corredora, pues Kathy, la primera mujer que completó una maratón rodeada de hombres, volverá a correr los 42 kilómetros que rodean Boston en su 121.ª edición para demostrar al mundo que ante la voluntad de cambiar lo establecido no hay tirano que se precie.

Jock Semple trata de atrapar a Kathy Switzer.
Jock Semple trata de atrapar a Kathy Switzer. YOUTUBE

Aquel abusón se llamaba Jock Semple -«¡Lárgate de mi carrera y devuélveme el dorsal!», le gritaba el entonces director de la prueba-, y cuando agarró del hombro a Kathrine, que había pagado tres dólares por la inscripción, se lo llevó por delante un tren de mercancías llamado Tom Miller, jugador de fútbol americano y pareja de Switzer, al que secundó también su entrenador Arnie Briggs. Ambos fueron sus mejores pilares.

¡Lárgate de mi carrera y devuélveme el dorsal!», le gritaba Jock Semple

Kathy, que cursaba periodismo en la Universidad de Siracusa, fue reclamada por Briggs para que corriera la milla. Ella, nacida en Alemania pero nacionalizada estadounidense, que se había iniciado en el deporte con el hockey, quiso hacer lo que muchas otras mujeres no pudieron. Un año antes de su gesta, Roberta Bobbi Gibb se coló entre la multitud de la maratón después de que su inscripción fuera rechazada y alcanzó la meta escondida bajo una sudadera con capucha. Pero a Kathy su entrenador no le permitió hacerlo de incógnito. «Es una carrera muy importante y tienes que inscribirte», recuerda Switzer en una entrevista para la BBC. Así que lo hizo, eso sí, bajo las iniciales «K. V.», que no despertaron la curiosidad del resto de participantes -todos daban por hecho que una mujer no aguantaría semejante desgaste-. Y aunque aceptó ir algo disimulada bajo un chándal no se quitó la pintura de los labios con la que corría siempre.

«Me siento muy agradecida a ese hombre enfadado porque cambió no solo mi vida, sino la de millones de mujeres. La gente me dice: “Es terrible”. Y siempre contesto: “A su pesar, él hizo más por las mujeres atletas que nadie porque creó una imagen que se ha convertido en un icono de los derechos de las mujeres”. Es fantástico. Al final nos hicimos amigos», reconoció en una entrevista a EL PAÍS en 2013. Switzer ha seguido corriendo desde entonces y ha luchado porque las barreras entre hombres y mujeres tanto en el deporte como en la sociedad sean cosas del pasado. «Si no terminaba habría gente que diría: “¿Lo veis? Las mujeres siempre intentan hacer cosas de hombres , pero no lo consiguen. No nos creerían», confesó en la misma conversación Switzer. Ese sigue siendo su motor.

Hoy, medio siglo después de su gesta, llamará de nuevo la atención porque a los 70 años hay pocos corredores que se atrevan a enfrentarse a una prueba tan exigente como la maratón. «Va a ser la carrera del siglo, una celebración de superación del mal», admitió hace cuatro años.

Porque ella mejor que nadie sabe que aquel mal que trató de ser más rápido que sus piernas nunca pudo atraparla.

Fuente:http://deportes.elpais.com/deportes/2017/04/17/actualidad/1492421902_977175.html?id_externo_rsoc=TW_CC

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Reflexiones, pensamientos y frases acerca de la educación que ayudan a clarificar el enfoque que debemos tener en materia de docencia y aprendizaje

Por: Educación 2.0

Los conceptos educación, alumno y profesor han sido reelaborados numerosas veces a lo largo de la historia. Al reflexionar acerca de la tarea de un profesor, de las responsabilidades de un alumno y de la dinámica propia de enseñanza y aprendizaje podemos entender mejor que en el mundo, a la vez que somos, hay otras personas que están siendo y cada una tiene una impronta única y especial. Es importante abordar la educación siendo conscientes de esto porque es lo que marca la diferencia con otras actividades de la vida humana. Al reflexionar sobre educación estamos reflexionando sobre métodos muy diferentes por los que cada individuo se apropia del conocimiento y lo reutiliza o comparte con otros.

Todos participamos en la educación

De forma pública o privada, todas las personas intervienen en el proceso formativo y en la educación de las personas en general. Nuestros padres, profesores, hermanos, amigos y enemigos nos educan. El ambiente en el que nos desarrollamos es también el principal responsable de nuestras conductas, por eso nuestra educación dependerá mucho de las condiciones materiales en las que crecemos y nos desarrollamos.

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Reflexiones sobre educación en el tiempo

A lo largo de la historia diferentes científicos, pensadores, filósofos, pedagogos y matemáticos han dedicado parte de su tiempo a realizar reflexiones sobre educación. Algunos pensando en la mejor forma de asegurar que los contenidos sean aprendidos, otros pensando en la relación entre docente y alumno, otros simplemente destacando la importancia de la educación en la formación de los individuos.

Lo cierto es que la educación tiene una temporalidad propia. Cada época ha tenido un pensamiento hegemónico que rige la forma en la que docentes, alumnos, directivos y familias se acercan a las instituciones educativas, sus roles y limitaciones. Si hace unos años la figura del docente estaba vista con un halo de santidad, hoy se lo considera un trabajador más del estado y ha perdido parte de ese prestigio que le otorgaba ser el formador de las nuevas generaciones.

El objetivo de la educación según Arnold Glasow

Un humorista y autor estadounidense llamado Arnold Glasow reflexionó acerca de la importancia de la educación y realizó una comparación muy acertada que define a la educación como una forma de apertura a nuevas formas de relacionarse con el medio.

“Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo”

Esta frase, aunque sencilla y formada por términos fáciles de entender, encierra un entendimiento profundo de la educación como una herramienta para poder abrir la mente de las personas hacia nuevas formas de encarar la vida. Desde los problemas hasta las situaciones provechosas.

El desafío de educar, no adiestrar por Rabindranat Tagore

Poeta bengalí y filósofo, Rabindranat Tagore fue el primer laureado no europeo en recibir el Premio Nobel de Literatura. Sus pensamientos sobre múltiples temáticas aún hoy siguen sirviendo como base a reflexiones de todo tipo, pero especialmente en educación dijo algo muy sabio.

“No es tarea fácil educar jóvenes, adiestrarlos, en cambio, es muy sencillo”

Fuente: openthemagazine.com
Fuente: openthemagazine.com

Se refiere a que la verdadera tarea del profesor, la de educar y crear sujetos críticos, pensantes y autónomos, no es para nada sencilla. Pero si en cambio lo que deseamos es moldear a las mentes jóvenes para que actúen según nuestros propios intereses, allí será más sencillo porque adiestrar es una tarea que no requiere a otro pensante, simplemente responder a estímulos de formas determinadas.

Cuando reflexionamos sobre educación tenemos que tener muy en cuenta cual es el objetivo que buscamos con dicha tarea. Ya sea educando a nuestros hijos o al frente de una clase, somos nosotros los que podemos darles las herramientas para que aprendan a desenvolverse o someterlos a nuestra autoridad. Dependerá en cada caso de la personalidad de los alumnos y del propio docente, pero si no sabemos el tipo de profesor que deseamos ser, o el tipo de alumno que deseamos formar, entonces correremos el riesgo de desperdiciar una gran oportunidad para el aprendizaje no solamente del alumno sino también de nosotros mismos.

Siempre estamos educando

Hay que remarcar que la educación es un proceso continuo que nunca se detiene. Siempre estamos aprendiendo algo nuevo. Cada persona que se cruza en nuestro camino puede enseñarnos algo. Ya sea una nueva habilidad, una historia de vida o simplemente comportamientos, miradas o formas de expresarnos que quizás luego utilicemos o descartemos.

Si abrimos nuestra mente y pensamos en la educación como un todo, repleto de variantes y formas diferentes de acción, entonces estaremos ante la posibilidad transformar nuestra propia realidad y mejorar nuestra calidad de vida y la de las personas que nos rodean. Solamente en la educación está la semilla para un mundo mejor que somos los responsables de sembrar.

Fuente:https://educacion2.com/reflexiones-sobre-educacion-y-su-importancia/

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Preguntas previas a toda transformación educativa

Por: Profesor Diego Enría

Es hoy lugar común en nuestra comunidad opinar sobre el «Sistema Educativo», juzgándolo con calificativos como: anacrónico, ineficiente, obsoleto, etc. Y la realidad se encarga a diario de confirmar este oscuro diagnóstico.
Se señalan, a título de ejemplos, el «desinterés» de los alumnos (particularmente los de Educación Secundaria); la «precaria preparación profesional» de los docentes; el «escaso presupuesto» destinado a las actividades educativo-culturales; la «burocratización», que asfixia a las instituciones y que traba todo intento de renovación; de la «distancia» cada vez mayor entre la comunidad y la escuela…
Existe, además, un consenso generalizado que reafirma dichos ejemplos, que ha creado, con el transcurrir del tiempo, una actitud de escepticismo colectivo acrítico, que se asume como postura a priori por todos aquellos que, directa o indirectamente, están ligados al quehacer educativo.
Hay coincidencias en el diagnóstico, si bien algunos acentúan más un aspecto que otro. Pero cuando se debate sobre el «medio», no es fácil lograr acuerdos…
El siglo XX nos ha permitido disfrutar de un amplio y profundo desarrollo de las denominadas (genéricamente) «Ciencias Humanas», que nos han otorgado un conocimiento del hombre y de sus relaciones con el mundo, con la cultura, con la sociedad, etc. Y en este contexto, las hoy conocidas como «Ciencias de la Educación» (que muchos, aún, ponen en tela de juicio su «status científico») han experimentado un notable desarrollo. Los progresos conquistados en el campo de la Psicología, Sociología, Antropología, Ciencias de la Comunicación, Lingüística, Ciencias Sociales y de la Cultura, entre otras muchas, han sido capitalizados por los expertos en educación, lo que ha posibilitado el esclarecimiento del «fenómeno educativo».
En nuestro país el auge por las investigaciones didáctico-pedagógicas determinó la creación de importantes centros de estudios superiores, que posibilitan la formación de docentes altamente especializados. Además, son constantes los cursos de perfeccionamiento para educadores, donde se analizan los más diversos temas. Pero, a pesar de todo esto, nuestra educación sigue siendo ineficiente.
Es un error creer que una sola causa origina este pobre nivel educativo. En realidad, podemos nombrar una diversidad de motivos, si bien todos ellos relacionados entre sí (lo que es de por sí lógico). Es evidente que, para que el sistema cambie, debe mediar una decisión de índole política, que hasta el momento nadie ha querido tomar. También es cierto que no todos los docentes adhieren a los proyectos de renovación; y muchos, lamentablemente, no tienen un acceso fácil a los nuevos conocimientos que a diario se originan.
El origen social de la mayoría de los docentes y su posterior formación, subraya cierto individualismo, lo que dificulta un eficaz trabajo en equipo.
Estos, más otros condicionamientos que una lectura objetiva y seria de la realidad nos permitiría señalar, hacen difícil cualquier intento por mejorar el sistema educativo en nuestro país.
Un principio es hoy indiscutible: una realidad tan compleja como nuestra educación, no entra en crisis por una sola razón, sino por una convergencia de factores intra y extraescolares, de muy diversa naturaleza, que poco a poco provocan una situación de crisis.
Pero la crisis que vive hoy nuestra educación no es un hecho aislado.
No es una exageración afirmar que hoy «todo está en crisis». En todo momento histórico, las crisis han representado un profundo sacudimiento de los valores concebidos como tradicionales e inobjetables. Algunos de dichos valores serán suplantados, otros permanecerán, y otros se transformarán…
Esta «atmósfera de crisis generalizada», envuelve desde hace décadas a toda la llamada «cultura occidental», y se ha convertido en una característica ya estable del quehacer educativo, cuestionando y removiendo los viejos valores que dieron sentido a la labor docente y le otorgaron al aprendizaje una profunda significación personal y social.
Pero este fenómeno de crisis generalizada sólo puede ser comprendido desde niveles aún más profundos. Podemos afirmar que lo que hoy está cambiando en la cultura contemporánea, es la «concepción acerca de lo que el hombre es y puede llegar a ser…».
A partir del siglo XVII, las ciencias denominadas «naturales», revolucionaron la idea vigente sobre el mundo. En nuestro siglo, las ciencias «humanas» han renovado (y transformado) la «imagen que el hombre posee de sí mismo…» y de sus relaciones para con la sociedad. En definitiva, y esto es lo importante: «lo que está en cuestión es el hombre mismo…». Parecería que estamos anunciando la «disolución del ser humano…».
El hombre de los inicios del siglo XXI, no sólo está condicionado por la cultura, el trabajo, el lenguaje, etc., sino que es «pensado y definido desde ellos…». Sentimos como una imposibilidad de pensar-nos desde nosotros mismos, en tanto sujetos: nos pensamos y concebimos desde la «estructura», ya sea ésta social, cultural, laboral…
Todo lo mencionado ha llevado a muchos pensadores (particularmente europeos) a proclamar una especie de «muerte del hombre»: sensación que impregna toda la cultura contemporánea: es por ello evidente que, para superar esta cultura de la crisis que nos condiciona, es necesario rescatar en toda su dimensión la «pregunta por el hombre».
Pero, ¿a quién corresponde responder con real fundamento y derecho? Y es la «filosofía» la que se presenta como la ciencia con más derecho propio a responder, dado que la amplitud de su visión y su capacidad de sintetizar coherentemente los resultados de las ciencias particulares, le permite un conocimiento de la problemática humana no sólo comprensivo sino también riguroso. Pero en esto podríamos ir aún más lejos: que la síntesis por ella realizada, además de una organización sistemática de los datos que le brindan las demás ciencias, es también un «juicio de valor», dado que su objeto de estudio -la persona humana- es «suyo» por derecho propio.
Lo antedicho nos coloca ante una exigencia de consecuencias sumamente importantes, particularmente para el quehacer educativo. La «pregunta por el hombre» debería ocupar un lugar de privilegio en todas las discusiones relacionadas a actividades que conciernen al individuo, sean éstas políticas, culturales, sociales, pedagógicas… Es más: debería preceder a la planificación de cualquier actividad referida al hombre, en particular las que conciernen a la acción educativa.
Los técnicos de la educación han logrado avances muy significativos en temas como «metodología de la enseñanza-aprendizaje»; la «adecuación del mensaje»; han perfeccionado la «comunicación educativa», etc. Pero han descuidado notoriamente la reflexión filosófica sobre la «actividad de educar». Cabría preguntarnos si se puede educar sin discutir previamente «¿a quién educamos, por qué educamos y para qué educamos…?».
¿Por qué consideramos de tanta importancia esta reflexión previa? Es muy común que se asuman técnicas o métodos valorados como novedosos. Pero debemos ser conscientes que todos ellos responden a una determinada concepción de aprendizaje, que a su vez es resultante de una visión antropológica determinada, que nos permite comprender y caracterizar «quién y cómo es el sujeto que aprende». Esto es importante concebirlo claramente, porque los métodos y las técnicas de enseñanza-aprendizaje no están revestidos de la neutralidad por algunos pregonada. Si esto no es reafirmado constantemente por los educadores, nos encontramos con situaciones ya conocidas y muy repetidas: creemos estar construyendo en un sentido, cuando en realidad lo estamos haciendo en otro muy diferente.
Afirmamos que es necesario, en cuanto docentes y como institución educativa, definir con claridad y precisión un «sentido», una «intención», una «finalidad», a nuestra tarea. No abrimos aquí juicios de valor sobre cuál debería ser dicho sentido. La «intención» que asumimos personal y comunitariamente condiciona los métodos y las técnicas utilizados en la práctica.
La «Filosofía» debería convertirse en una aliada directa e importantísima de toda reflexión educativa. De ocurrir esto, podríamos comprender, por ejemplo: que las crisis en el campo educativo hay que analizarlas, comprenderlas y enmarcarlas dentro del contexto de «crisis general» de la imagen que el hombre tiene de sí mismo en la cultura contemporánea; y que es imperiosa la necesidad de una «reflexión filosófica» sobre la persona, que preceda a toda acción educadora. La «renovación tecnológica», aunque imprescindible en una sociedad tecnificada como la nuestra, no es suficiente…
Fuente: http://reflexioneseducativ.blogspot.com/2015/05/preguntas-previas-toda-transformacion.html#more
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¿Realidad o ficción la educación universitaria gratuita en la Isla?

Por: Yaritza Santiago Caraballo

Expertos analizan las ventajas y desventajas del modelo que se implantará este año en Nueva York

Obtener un título universitario sin tener que «pagar» matrícula será una realidad este año en Nueva York cuando entre en vigor una nueva política pública adoptada por el estado.

El programa de becas Excelsior, que comenzará en otoño en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) y la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), permitirá que los estudiantes cuyas familias posean ingresos menores a $125,000 anuales estudien una carrera de entre dos y cuatro años en las universidades estatales «gratis».

Sin embargo, uno de los principales requisitos de esta iniciativa es que una vez los jóvenes se gradúen tendrán que vivir y trabajar en Nueva York durante el mismo número de años que tardaron en completar sus estudios. De lo contrario, deberán devolver el dinero invertido por el estado.

Ante este panorama, surgen varias interrogantes: ¿Podría Puerto Rico emular este modelo?, ¿Es beneficioso condicionar a los graduados a trabajar en el mismo territorio para pagar su deuda?, ¿Podría el estado sufragar los costos?

A juicio de varios expertos en economía, educación y administración pública consultados por endi.com, la medida tiene pros y contras. Y es que, aunque sería beneficioso que miles de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) estudien una carrera sin pagar matrícula, las retantes condiciones laborales en el País obstaculizan la retención del talento profesional.

Para el economista JoséAlameda, este programa «tiene sus méritos en Nueva York», ya que los costos de las universidades de Estados Unidos son más altos que en la Isla. En la nación americana, un año de estudios supera el costo de un bachillerato en la UPR, que promedia entre $15,000 y $20,000.

Sin embargo, en Puerto Rico, el escenario es más complicado.

Hoy día, la tasa de participación laboral es baja, de 40% aproximadamente, lo que significa que cuatro de cada 10 personas con 16 años o más tienen un trabajo, según el experto.

“En parte (el programa) sería bueno porque obligas al recurso, una vez termina de estudiar, a servirle a la sociedad que te impartió la educación. Pero tener que quedarte en Puerto Rico es un problema. ¿Quedarme haciendo qué? La situación de empleo en Puerto Rico es estrecha, limitada y muchas carreras tienen mejor ingreso y salario en Estados Unidos”, señaló el profesor universitario.

“Esos estudiantes van a terminar pagando esos estudios cuando empiecen a trabajar en otro país”, agregó Alameda, quien resaltó que un programa de matrícula “gratuita” debería ser voluntario, que los estudiantes decidan si quieren acogerlo o no.

No es una idea nueva

Este tema de política pública no es novedoso. Argentina, por ejemplo, ofrece enseñanza gratuita en las universidades públicas, mas la exención no está condicionada a que el alumno deba permanecer trabajando en el país suramericano.

En el caso de Puerto Rico, los partidos Nuevo Progresista y Popular Democrático también han propuesto una medida similar para la UPR en sus plataformas de gobierno.

Christian Arvelo, exmiembro de la Junta de Gobierno de la UPR y expresidente del Consejo General de Estudiantes de la UPR en Río Piedras, recordó en una columnapublicada la semana pasada que en el 2012 se realizó una consulta en el Recinto de Río Piedras de la UPR sobre cuatro fórmulas de matrícula, siendo la dotación convertible una de ellas. Con la dotación convertible, el universitario toma sus cursos, se gradúa y se compromete en recompensarle al estado lo que este ha invertido en él; pero esta fórmula no prosperó.

“Para muchos, en aquel entonces, la dotación convertible era un concepto novel. Algunos estudiantes no lo entendían y otros lo veían con malos ojos porque se percibía como una limitación a la libertad del estudiantado para expandir sus horizontes fuera de Puerto Rico”, dijo el joven.

“Por ende, lo que hizo el estado de Nueva York no se trata de una matrícula gratuita, se trata de un compromiso de pago por parte del estudiante. Ese pago, sin embargo, no tiene que ser monetario”, expuso Arvelo, quien resaltó que a pesar de ese requisito, ese tipo de estrategia provee una opción para que la educación universitaria sea más accesible.

Necesario un sistema educativo ágil

Por su parte, la secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, opinó que el éxito de este tipo de fórmula dependerá de un sistema educativo universitario ágil y bien planificado.

“Estamos (en Puerto Rico) en un período de crisis en el cual podemos crear las condiciones y nuevos modelos que apoyarían esa estrategia. Pero empezaría con algo pequeño primero”, manifestó la funcionaria.

Al igual que Keleher, el exsecretario de Educación César Rey apuntó que «sería una medida interesante para implantar en este país» porque la fuga de profesionales no ha tenido freno.

“Con el éxodo significativo que hemos tenido en los últimos 15 años de profesionales y jóvenes en las áreas de medicina, arquitectura, ingeniería, entre otras áreas, este país se está quedando con las personas de 50 años o más. Estamos perdiendo una generación importante”, sostuvo el sociólogo y profesor de la Escuela Graduada de Administración Pública de la UPR en Río Piedras.

“Así que por el momento histórico que estamos viviendo me parece que sería un palo poder pensar que hay maneras de provocar una retención de profesionales en el País”, aseguró.

A su juicio, la Isla necesita retener maestros de inglés y matemáticas, vocacionales, de educación especial, patólogos del habla, médicos especializados, sicólogos escolares, gerontólogos, entre otros. “Hay que mirar lo que nos hace falta, los vacíos”, manifestó Rey.

Pero ante la crisis económica que enfrenta la UPR, ¿puede esta institución sufragar los gastos de matrícula de los estudiantes?, preguntó endi.com.

Yo no lo vería como un gasto, sino como una inversión. Si voy a retener por años a un profesional aquí, estás haciendo una inversión. Además, países que están bien posicionados pasaron por crisis dramáticas, lo que pasa es que decidieron planificar el país y la educación fue la prioridad número uno”, culminó Rey.

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