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Libro: Eróticas de la disidencia en América Latina Brasil, Siglos XVII al XX

América del Sur/Brasil/Abril 2017/Reseña/http://www.clacso.org.ar/

Carlos Figari. [Autor]

CLACSO Coediciones.
ISBN 978-987-9355-93-0
CLACSO. CICCUS.
Buenos Aires.
Junio de 2009

 

El cuerpo siempre parece aquello enteramente dado, una primera experiencia de algo inmediato que no tiene discusión posible. El cuerpo, en tanto res extensa, sea como soporte del alma, del espíritu o de la conciencia pareciera ser autoevidente. Claro que buena parte de la teoría social pone hoy en cuestión esta noción abstracta de cuerpo, señalando que éste ocupa un espacio en el tiempo, en un contexto y lo precede una memoria, es decir, que cada cuerpo también depende de sus condiciones de producción y de existencia. El antropólogo Tim Ingol (2000) se refiere a ello con la categoría de embodiment (corporalización) como un modo relacional de pensar el cuerpo donde el sujeto “corporiza” las habilidades que utilizará para socializar (habitar el mundo). Desde este punto de vista hablar de corporalización permite una interpretación sintética de la división entre Naturaleza y Cultura.
Fuente:
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Terrorismo informativo y manipulación mediática en Ecuador

Por: Atilio A. Boron

En las pocas horas que llevo en este país he podido comprobar los alcances de la “dictadura” de Rafael Correa, esa que denuncian incansablemente la plutocracia bancaria y sus voceros, los despistados líderes de algunos movimientos sociales y una izquierda extraviada que piensa que votando a un banquero ultraneoliberal que refugia sus ganancias en paraísos fiscales podrá dar el anhelado salto hacia la construcción de l socialismo en el Ecuador.

En efecto, en esta peculiar “dictadura”, como gustaba decir a Eduardo Galeano a propósito de las acusaciones en contra de Chávez, el bombardeo de los medios hegemónicos a través de la televisión, la radio y los periódicos en contra del presidente Correa es implacable e incesante. La población está sometida a un ininterrumpido ataque, en donde la manipulación informativa se ejerce sin restricciones. No hay límite ni escrúpulo alguno en las difamaciones e insultos al primer mandatario y, por extensión, a Lenin Moreno y Jorge Glas. La relación de fuerzas en el terreno mediático es de 9 a 1 a favor de la derecha, destilando sin pausa un veneno que pretende pasar por noticia o ejercicio periodístico.

Lo asombroso del caso es que en esta curiosa “dictadura” los medios pueden prostituir al periodismo, abrumar a la opinión pública con falsas informaciones y agraviar al presidente y sus colaboradores sin temer por ningún tipo de represalia. Desesperada, la derecha presiente que aún con esa fenomenal artillería mediática es poco probable que pueda ganar las elecciones del próximo domingo. Apela para ello a cualquier expediente. Las imágenes que acompañan esta nota son aleccionadoras. Están instaladas justo enfrente de las oficinas del Consejo Nacional Electoral, el organismo encargado de administrar los comicios. Como la candidatura del banquero Guillermo Lasso carece de una propuesta creíble a favor de las clases y capas populares ecuatorianas –son muchos los que aquí recuerdan lo ocurrido en la Argentina con las promesas de Mauricio Macri- recurren a la mentira y la difamación. Allí están Piedad Córdoba, Ernesto Samper, Tibisay Lucena y Sandra Oblitas exhibidos cual si fueran unos salvajes terroristas que con su accionar habrían asolado Venezuela y que amenazan con hacer lo mismo en el Ecuador en caso de que Lenin Moreno se alce con la victoria.

Todas estas aberraciones son posibles bajo la “dictadura” del correísmo mientras sus mentores y ejecutores gozan de total libertad y piden ayuda internacional (verbigracia: injerencia norteamericana) para poner fin al «despotismo» que ahoga al Ecuador.

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*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224777&titular=terrorismo-informativo-y-manipulaci%F3n-medi%E1tica-en-ecuador-

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El futuro de la educación: 65% de no-sé-quién va a hacer no-sé-qué

Por: Mariano Fernández Enguita  

«El 65% de los alumnos actuales de primaria van a estudiar carreras para puestos de trabajo que no existirán.» Lo dijo Helena Herrero, cabeza de HP en España, en el MWCBarcelona y lo publicó El País, 28/2/17. En ese diario ya lo había escrito Ana Alonso, «diseñadora de espacios y experiencias educativas», El País con tu Futuro, 10/10/16:«¿Sabías que el 65% de quienes ahora estamos estudiando tendremos profesiones que aún no existen?» También la prestigiosa consultora Randstad, 7/9/16: «La mayoría (el 65%) de los miembros de la llamada Generación Z (los nacidos a partir de 1990) trabajarán en puestos de nueva creación, relacionados todos ellos con la tecnología y las ciencias.» Un poco antes había sido Antena3, 29/8/16: «El 65% de los estudiantes de hoy en día ejercerán trabajos que ni siquiera existen, como guía espacial o diseñador del cuerpo humano.» Gustavo Guaragna, CEO de la argentina Scoop Consulting y mago (sic)aseguraba que «el 65% que empezaron la escuela primaria en las últimas semanas dedicarán su carrera profesional a puestos de trabajo inexistentes en la actualidad»,Infobae 18/3/16.  Y, antes que todos ellos, César Alierta, entonces presidente de Telefónica y ahora de su Fundación, según publicó El Periódico, 14/1/16: «El 65% de los estudiantes de primaria trabajará dentro de 10 o 15 años en profesiones que todavía ni existen», ligadas al mundo digital.

Pero ni siquiera él, gran jefe de la gran tecnológica, fue el primero. Antes llegó Iñaki Ortega, directivo de Deusto  Business School y «experto en la nueva generación del milenio»: «El 65% de los trabajos de los próximos años aún no se ha inventado»,Diario de León, 13/1/15; pero el BBVA Innovation Center, 11/10/14, ya lo había anticipado:»El 65% de los recién nacidos de hoy trabajarán en trabajos que no existen hoy en día»; incluso, unos días antes, Europa Press, 4/10/14: «El 65% de los trabajos del futuro aún no se han inventado».

Para quienes echen de menos algúngurú internacional están el presidente de SPS (Success Performance Solutions), Ira S. Wolfe: «el 65% de los escolares de hoy desempeñarán empleos que todavía tienen que ser creados»; el fundador de US Robotics, Paul Collard en 2012 o 2008; el parlamentario laborista y ministro de educación en la sombraPat Jarvis c2011… (ver aquí); o Zach Klein, cofundador de Vimeo y CEO de DIY.org (enEdSurge). Aunque nada con tanto glamour como el Foro Económico Mundial de Davos en su informe de 2016 The Future of Jobs. Employment Skills and Workforce Strategy for the Fourth Industrial Revolution: «el 65% de los niños que entran hoy a la escuela primaria terminarán trabajando en empleos de tipo enteramente nuevo, que no existen todavía» (p.3 del informe, p.1 del resumen). Acabáramos, ya tenemos la fuente de todas las fuentes, la madre de toda la sabiduría. Pero hay algo inquietante…

Lo de menos es la inestabilidad del porcentaje. Suele ser del 65%, aunque ocasionalmente sube al 75% o desciende al 60%; pero no nos pongamos pejigueros… digamos dos tercios, aproximadamente, no dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque. Tampoco está demasiado claro qué es lo que cambia: los empleos, según alguna afirmación, las carreras (¿académicas o profesionales, de estudio o de trabajo?) o las profesiones (la profesión es del trabajador, pero el empleo es del mercado o la organización, y «profesión» puede usarse como equivalente a ocupación, pero en sentido estricto es solo un tipo especial, y minoritario, de estas). Ni lo está, en fin, a qué estudiantes o estudios afecta esto: si a los estudiantes de primaria (Herrero), a los que acaban de entrar en ella (que no es igual: Scoop), otras a los estudiantes en general (Alierta y Antena3), a los estudiantes ya maduritos (Alonso), a los que ya podrían haber terminado sus estudios (nacidos desde 1990: Randstad)… También nos movemos entre perogrulladas como que esos nuevos empleos serán digitales, manejarán TIC, requerirán formación STEM, etc., o que pueden ejemplificarse en guías espaciales y diseñadores del cuerpo humano (A3).

Esta masiva confluencia de los expertos educativos, empresariales, tecnológicos, etc. resulta impresionante (ya quisieran algo así los voceros de la jornada escolar intensiva o continua), pero ¿dónde están las fuentes? La mayoría de nuestros divulgadores ni siquiera aluden a ellas. El libro profético del Foro de Davos, se limita a indicar que se trata de una estimación difundida («by one popular estimate«); la consultura argentina (como no podía ser menos:-) se lo atribuye a sí misma; Antena3 remite a «un informe de Microsoft»; Collard aludía a «una estadística del gobierno británico»; fuentes habitualmente mejor informadas como Wolfe, Ortega, Europa Press o Ranstad lo atribuyen a «un informe» del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, aunque sinindicar nunca cuál ni dónde encontrarlo. BBVA-IC y Klein, lo mismo que el blog de Virginia Heffernan en el New York Times de 7/8/11, lo atribuyen a Cathy Davidson, y aquí empezamos a ver por fin la luz.

Efectivamente, es Cathy N. Davidson, que así lo afirma en su libro Now You See It: How the Brain Science of Attention will Transform the Way We Live, Work, and Learn, de 2011 (en la segunda edición, de 2012, el título promete más, pues transformará…Schools, and Business for the 21st Century). No hablamos de cualquier libro ni de cualquier persona: lo leí en su día y debo decir que me pareció, y me sigue pareciendo, muy bueno en general –aunque no es ahí adonde iría a buscar estadísticas sobre el futuro y, si creyera hacerlo, cuidaría de verificarlas). Davidson es una muy competente profesora de Humanidades  volcada sobre el mundo digital: profesora en la Duke University, codirectora de HASTAC, patrona de las fundaciones McArthur y Mozilla, etc. Pero aunque eso refuerce el interés de sus opiniones no le da, como habría dicho Patrick D. Moynihan, derecho a tener sus propios hechos. El caso es que Davidson lo dice blanco sobre negro: «el 65% de los niños que entran este año en la escuela elemental terminará trabajando en carreras que todavía no han sido inventadas». Adelanta también que es «según una estimación» pero, a diferencia del WEF, no dice que esté muy extendida sino que remite a un informe del Departamento (ministerio) de Trabajo de los EE.UU., Futurework: Trends and Challenges for Work in the 21st Century. En realidad,Davidson toma la referencia de una entrada titulada The Changing Workplace en la web de Family Education, aunque, en un exceso de confianza en sí misma y en su fuente inmediata, remite a quien lo desee a la fuente original. El problema es que la presunta fuente original, efectivamente, existe, pero en ningún momento dice lo que dicen que dice. Lo más parecido que puede uno encontrar en ella es una alusión a la rápida obsolescencia de los empleos o las competencias… más recientes, informáticas (p. 2 delinforme completo). La página de Family Education, por cierto, ilustrada con incontables teleñecos y fotografías de niños, se define como «tu compañera en el ejercicio de la parentalidad. Queremos hacer más fácil a las mamás y los papás ocupados criar niños felices, saludables y comprometidos.» En fin…

Es verdad que ella no fue la primera, pero probablemente sí quien aportó un primer machamo académico a tan infundada información, con la ayuda inefable de la periodista V. Heffernan (que escribe «sobre cultura digital y pop», tal vez con más formación en lasegunda que en la primera) y del Foro de Davos y su informe (¿cómo puede tamaña institución basar una afirmación así en «una estimación muy extendida»?). Está claro que en la sociedad de la información no siempre brilla el conocimiento, ni siquiera donde más se lo presume –de ahí la importancia de la educación y el aprendizaje.

*Fuente: http://blog.enguita.info/2017/03/el-futuro-de-la-educacion-65-de-no-se.html

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“Sin fundamento político y radical el veganismo no es nada”

Por: Enric Llopis

A veces la portada de un libro condensa en el título y alguna imagen muchas páginas de contenido. Lo primero que advierte el lector del libro “Liberación animal más allá del veganismo”, publicado en 2014 por el colectivo editorial Dskntrl, es la ilustración de un ritual caníbal, en el que no hay vacas, caballos ni cerdos. Sólo seres humanos. “No estamos de acuerdo con el canibalismo, pero sí ingerimos otros animales”, advierte el autor, Roberto Lemes. El activista plantea una crítica radical (desde la raíz) a la ideología “especista”, que considera a la especie humana como superior al resto de los seres vivos. Algo así como la especie “elegida”. Y no se trata de una formulación teórica, escondida en manuales y fanzines. Existe un especismo cotidiano. “En las ciudades pueden verse numerosos anuncios de Burger King, McDonald’s o Kentucky Fried Chicken, que se suman a todas las ideas que propaga la educación familiar e institucional”. Lemes ha presentado el texto de 112 páginas en el Centro Social Okupado y Anarquista La Fustería del barrio del Cabanyal, dentro de la XVII Mostra del Llibre Anarquista de València que se celebra entre el uno y el nueve de abril.

Los artículos que componen el libro se publicaron en el blog “rebelionanimal”, en el que también se difundía un programa radiofónico de igual título; durante más de una década “rebelionanimal” se emitió –de manera intermitente- en radios libres de diferentes ciudades. Lemes se muestra crítico con organizaciones que hace una década defendían la alimentación vegana y denunciaban el “especismo”, pero que hoy “obvian la opresión de los animales y hablan casi de gallinas felices, aunque también se hallen explotadas”. También alerta de las modas y de presuntos aliados. Como la ONG supuestamente conservacionista Sea Sepherd, que tiene como a una de sus marcas de referencia a la exactriz Brigitte Bardot. “Es conocida por su ‘amor’ a los animales, no sé si esta persona es vegana o qué es lo que come; es algo que no interesa, ya que ha manifestado su apoyo a Le Pen, así como su odio a inmigrantes y homosexuales”, explica Roberto Lemes. Extiende su crítica a esnobismos y fetichismos. En la organización Sea Sepherd actuan, sostiene el activista, como una especie de “piratas modernos”, donde prima el espectáculo (aunque “no es esto lo que más critico”, matiza), al atacar barcos que no cumplen la legislación sobre captura de ballenas o atunes. Pero al tiempo, denominan a sus embarcaciones “Brigitte Bardot”, o las bautizan con el nombre de un domesticador de cocodrilos, Stewe Irwin.

La batalla por el veganismo y la liberación animal no es mayoritaria entre los movimientos “alternativos”. El autor se fija en una consigna conocida: “Ama la música, odia el fascismo”. No florecen las bandas musicales anti-especistas y por la liberación animal en movimientos contraculturales como el punk o el hardcore, ni en muchos colectivos libertarios. En ocasiones grupos de activistas han tratado de introducir panfletos contra el “especismo” en huelgas generales, “para hacer visible esta lucha dentro del anarquismo”, explica Roberto Lemes. Se han buscado mensajes rotundos, como el siguiente: “Hoy no estamos todos en la huelga, faltan otros que están igual de explotados o más que nosotros”. O, en plena contienda por los derechos laborales, “Nos han enseñado que los animales son cosas, reemplazables y descartables, pero el capital nos explota a todos por igual”; y “Una alimentación vegana es necesaria para que en nuestros estómagos no carguemos con el sufrimiento de otros”.

Frente a los restaurantes de comida vegana en barrios gentrificados, las modas y apelaciones exclusivas a la vida saludable, el activista defiende una idea “fuerte” del veganismo: “Si no es concebido como algo radical no es nada”; “luchamos para que algún día jaulas y prisiones resulten destruidas”. Por eso, se separan del objetivo las alegrías porque en un supermercado puedan encontrarse más productos veganos. A ello se agrega la influencia de los lobbies de consumo, que igual un año ponen de moda el aceite de palma que otro la soja y sus derivados (buena parte de la soja transgénica producida en América Latina se utiliza para el alimento del ganado). El activista reivindica un veganismo con fundamento político, que además forma parte de la historia del anarquismo. Él mismo se adentró en la cosmovisión a partir de la lectura de fanzines ácratas, antes de la generalización de Internet. ¿Puede resolverse el sometimiento de los animales no humanos con legislaciones reguladoras y directrices de consumo? “Si las leyes nunca han solucionado los problemas de la especie humana, menos aún los de los animales”.

La denuncia es por tanto de fondo, y no se limita a una crítica de la industria cárnica y los mataderos, ya que la tortura, aherrojamiento y sacrificio de un animal también puede practicarlas un campesino. “El especismo cotidiano atraviesa culturas, etnias, géneros y países”, señala Lemes. “No es legítimo que Central Lechera Asturiana viole a una vaca, pero también mi vecino puede oprimir a un animal”. Desde la perspectiva del conjunto de los seres vivos, todos los estratos sociales, aunque sufran la opresión, también aplastan a los últimos de la cadena: los animales de la especie no humana. No sólo se vinculan directamente sectores como las cárnicas, la peletería y el cuero, sino que experimenta con animales la industria farmacéutica, de limpieza, automotriz, militar, tabacalera y de bebidas alcohólicas. El libro reproduce un cartel anarquista que señala a marcas como L’Oreal, Bic, Boss, Giorgio Armani, Johnson-Johnson, Adidas, Dove, Tampax, Colgate, Rexona o Braun, entre otras. Las responsabiliza de unas cifras estremecedoras: “100 millones de animales son asesinados cada año; en Europa cada tres segundos muere un animal en laboratorios”.

La presentación del libro “Liberación animal más allá del veganismo” se plantea en forma de círculo. “Yo he visto sacrificar animales en un matadero, no es lo mismo que en un documental; si la gente se enfrentara a esta realidad en vivo, dejaría de consumir carne”, comparte uno de los asistentes, que añade sus dudas sobre la cuestión. “Las plantas también sienten”. Se entabla un diálogo. Otro de los activistas responde que los animales poseen sistema nervioso, y por lo tanto sufren. En ese punto radicaría la diferencia con los vegetales: “Podemos alimentarnos sin torturar a un ser vivo con sentimientos, sujetos de afecto y amor”. El primer interviniente vuelve a expresar sus dudas: “Pero si a una rosa se le ofrece cariño, puede transformarse, de estar mustia a manifestar lozanía”. Otro asistente afirma que ello se debe a las vibraciones, ya que con la música cercana a todo volumen la planta crecería aún más. Al autor del libro se le pregunta asimismo por la pureza del ideal. “No somos 100% veganos ni 100% anarquistas, porque vivimos dentro de un sistema capitalista y hay que sobrevivir”. Una joven pide la palabra para hacer un inciso crítico: “A veces en los colectivos las personas veganas pueden hablar con una especie de superioridad moral sobre el resto”.

Lemes destaca la diferencia entre veganos y vegetarianos. Los primeros no consideran “objetos” a las demás especies animales, pero los vegetarianos sí: consumen leche, queso (“con cuajo animal incluido”), miel, huevos y otros alimentos que provienen de la explotación animal. El autor también defiende la creación de comedores veganos como “herramienta política y de denuncia”, lo que evidenciaría que con pocos recursos o sin dinero es posible la alimentación sin someter a otros animales. Para ello, se trata de combatir una propaganda que echa raíces ya en la escuela, y que se presenta de modo tan inocente como que los animales “nos dan la leche, nos dan los huevos y nos dan la miel”.

También se recurre a los pretextos y a la mera comodidad: “Tengo esas gallinas y me dejan los huevos, ¿qué quieres que haga? ¿Que no los coma?”. Por otro lado hay quien critica el “panóptico” (Bentham) en cárceles, escuelas y fábricas, pero el sistema del ojo que todo lo vigila también se aplica en zoos, granjas y mataderos. Otro lastre para la liberación animal es el peso de las tradiciones, tan asumidas como el uso de caballos en competiciones deportivas o los carruajes para recoger las basuras. En uno de sus artículos, Roberto Lemes menciona el caso de un documental sobre un matadero en la periferia de Buenos Aires. Además de toda la información, se percibe en esta “maquinaria de la muerte ‘diferente’”, un halo de “qué bueno esto de la autogestión y la autonomía”.

*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224886&titular=%93sin-fundamento-pol%EDtico-y-radical-el-veganismo-no-es-nada%94-

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Eso que se llama “Cultura”

Batalla de las Ideas en la producción de sentido

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

El colonialismo ideológico siempre acompaña al colonialismo económico

y la liberación económica no es posible sin la liberación ideológica

Rodolfo Puiggros

 

En ninguna de sus expresiones la Cultura es un ser inmaculado ni intocable. Su existencia misma requiere de la crítica como condición necesaria y como motor de su desarrollo histórico (especialmente hoy) cuando llegamos al punto en que la palabra “Cultura” puede ser usada para significar casi cualquier cosa. Unas veces porque ciertos antojos epistemológicos, en sus debates cada vez más escolásticos, cincelan a placer su necesidad de llamar “Cultura” a lo que no se atreven a calificar de Ideología. Algunas veces porque se han fundado tradiciones antropológicas, sociológicas o filosóficas que se desbordarían sobre generalidades (cada vez más confusas) si no contaran con un concepto dique donde quepa todo, incluso su raíz de cultivo. Otras veces porque detrás -o debajo- de la palabra “Cultura” pueden camuflarse o esconderse intereses de todo tipo… incluidos los más aviesos. Sólo hay que recordar las aventuras “culturales” de la OTAN.

Merece mucho la pena mantener abiertos los debates sobre la Cultura y sus significados.“Cultura de Masas”, “Cultura de Elite”, “Cultura Culinaria”, “Cultura Indígena”, “Cultura Popular”… “antropología cultural”, “políticas culturales”, “Industrias Culturales”, “Narco Cultura”… en fin, hoy se trata de un concepto comodín que puede sacarse en todo momento para dar lustre retórico a sinnúmero de actividades, intenciones o falacias. Y el usuario queda bien, ante los auditorios más diversos, con sólo invocar a la Cultura que suele ser presentada como un ente intocable.

Pasamos de cultivar los campos a cultivar el espíritu y el siglo XVII inclinó su significado al cultivo de las facultades intelectuales. Con la Ilustración la palabra “Cultura” se hizo sinónimo de “Civilización” en oposición de clase al concepto “barbarie”, en oposición de clase entre las fuerzas de la naturaleza y las fuerzas de la Cultura… actualización a medida tomada de la Grecia clásica en la división artificial capitalista entre el trabajo físico y el trabajo intelectual. Nace la idea de que la Cultura es un instrumento de dominación expresada en las Bellas Artes, en los logros de la burguesía. Sólo la clase culta produce “Cultura”, “saberes”, “progreso”, “razón”, “educación”.

También el etnocentrismo se adueño del concepto para modelar los imaginarios colectivos al servicio del consumismo de mercancías como máximo logro cultural permitido para los pueblos. Por colmo, eso que se llama “Cultura”, se barniza con la idea del folklore en oposición –matizada-frente al iluminismo y el romanticismo y por lo tanto no hay “Cultura” sino “Culturas”. Incluso con una carga, no pocas veces, racista. Y hemos llegado a usar el concepto Cultura como sinónimo -reduccionista- de organización de espectáculos, ferias y exposiciones.

Y hoy (sin que sea una novedad) nos domina planetariamente la Cultura de la Guerra (el comercio por otros medios) camuflada por todos los Mass Media. Cine, literatura, televisión, video-juegos… son hoy nuevos campos de disputa de la lucha de clases que (también) se libra con valores, conductas y con signos… en la cabeza y en los corazones. Es una disputa de intereses, en sociedades divididas en colonizadores y colonizados, para ganar el terreno de los imaginarios donde se yerguen los principios, las ideas, los afectos… escenarios de la Batalla de las Ideas, de los Gustos y de los Hábitos. Disputa añeja por dominar los valores sociales, para poner el mundo patas arriba, para hacer invisibles las cosas que realmente valen e imponernos como valiosas sólo las mercancías y la ideología dominante. Claro que es una disputa edificada sobre misiles, cañones, metralla y golpizas… cimentada con terrorismo financiero, chantaje inversionista y vampirismo bancario.

Sus armas estratégicas siguen siendo -entre otras- las Iglesias, el Estado Burgués, la Educación y los mass media…que despliegan formas diversas de violencia psicológica planificada contra los pueblos, el envilecimiento de la dignidad, la criminalización de las rebeldías, la situación de amenaza permanente y el amedrentamiento como religión… Es un despliegue de acciones alienantes sistemáticas convertidas en Industria del entretenimiento y del placer… es el secuestro de los juegos, del ludismo necesario, del sentido del humor, de las tradiciones colectivas y la identidad común. Es el secuestro de lo social en garras del individualismo, es el reino de la fatiga, la moral de la extenuación, las privaciones y las carencias de quienes producen la riqueza concreta. Es la perversión de la ternura en garras de la sensiblería llorosa; el parasitismo en contra de la solidaridad, la conciencia de clase y la organización social transformadora.

Si el mundo se estremece por la crisis prolongada del capitalismo, que en su agonía depreda y mata todo a su paso, si especialmente Nuestra América ha sido considerada “traspatio” donde el imperialismo ha practicado todas sus monstruosidades, que incluyen la lista los estragos terribles causados por la ideología de la clase dominante… no vamos silenciarnos. No permaneceremos callados, y menos hoy cuando la guerra psicológica permanente, que el capitalismo despliega con sus máquinas de guerra ideológica, (radiales, televisivas, impresas, digitales…) se ha traducido en golpes de estado, magnicidios y genocidios.

No vamos a enmudecer ante la presión cotidiana del consumismo enfebrecido, no seremos indiferentes ante la intoxicación de los pueblos con la mentalidad individualista. No vamos a evadir nuestra responsabilidad crítica ante la manipulación de los gustos, de los valores bajo las manías disfrazadas de “entretenimiento”, noticieros, diversiones, juguetes, juegos… incluso disfrazadas de escuelas, institutos y universidades, todo ello ofensiva servil a la lógica del imperio para saquear y esclavizar recursos naturales, mano de obra y conciencia de los pueblos.

Necesitamos blindajes para la esperanza de impulsar una gran Revolución Cultural desde lo mejor que han logrado nuestros pueblos en centurias de luchas emancipadoras, en siglos de aprendizajes y como resultado de millones de experiencias teórico metodológicas. En un continente que ha sido sometido a barbaridades de todo género; en un continente que ha sido pisoteado por, casi, todos los imperios del planeta; en un continente extraordinariamente rico en materias primas, herencias culturales y diversidades identitarias… en un continente victimado, con toda impunidad, por la avaricia colonialista para esclavizar la conciencia y la mano de obra de sus pobladores, el desarrollo de una gran Revolución Cultural para la integración -desde las bases- no sólo parece una necesidad suprema, lógica y urgente… es especialmente un acto de justicia social de primer orden. Y no es que semejante Revolución no esté, a su modo y con sus limitaciones, en marcha.

Revolución Cultural continental para entender científicamente el escenario actual de la disputa cultural y soñar, objetivamente, con cambios históricos verdaderos. “Si no cambiamos las ideas, no cambiamos nada”. Una Revolución Cultural de Nuestra América es, por necesidad, una Revolución económica, social y política. Revolución alfabetizadora, una Revolución ecológica, una Revolución educativa, una Revolución del hábitat, una revolución del trabajo… y, también, una revolución artística, científica, comunicacional y ético-moral, en suma una Revolución también de la producción de los Símbolos emancipadores…o será nada.

*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224722&titular=eso-que-se-llama-%93cultura%94-

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Libro: Teología profana y pensamiento crítico

América del Sur/Argentina/Abril del 2017/Reseña/http://www.clacso.org.ar/

Estela Fernández Nadal. Gustavo David Silnik. [Autores]

CLACSO Coediciones.
ISBN 978-987-1891-03-0
CLACSO. CICCUS.
Buenos Aires.
Agosto de 2012

 

Hinkelamert es un filósofo de una envergadura y una densidad teórica rara vez alcanzada, incluso si consideramos los exponentes más destacados de la filosofía occidental actual, que si no ha obtenido la difusión que merece ni ha sido comprendido en su verdadera dimensión es porque se trata de un autor que escribe en español y que vive, desde hace cincuenta años, en América Latina. Hinkelammert no es un marxista secretamente escondido en las filas de los intelectuales de la Iglesia ni un espíritu religioso, introducido furtivamente y camuflado en el campo del marxismo académico; es un filósofo que, como muy pocos, ha elaborado una interpretación de la Modernidad, y particularmente de la Modernidad tardo-capitalista actual, en la que se desnudan tanto sus deudas y sus continuidades con modalidades de la existencia humana premodernas, como su específica y moralmente ambigua capacidad de cambio y novedad. La comprensión de lo primero y de lo segundo (las continuidades y rupturas de la Modernidad con la Cristiandad, entre otras cosas) exige una revisión radical del concepto de secularización, a fin de permitirnos captar la pervivencia de una mitología tan antigua como resistente, que, con nuevos envoltorios, proporcionados por ideologías profanas, mantiene vivos todos los lugares. Teología profana y pensamiento crítico es un análisis penetrante y sin concesiones sobre las divinidades que pueblan nuestra sociedad secularizada y sobre los mitos que justifican la obediencia a su lógica «racional»; un análisis necesario, en tanto es la base sobre la que tiene que levantarse hoy un pensamiento que aspira a ser crítico, en el sentido emancipatorio en que Hinkelammert entiende ese término: una crítica que, frente al discurso hegemónico que predica la necesidad de salvar el mercado y de someternos a la ley de la oferta y la demanda, se lleva adelante en función de la sobrevivencia de la humanidad, en tanto condición de posibilidad de la conservación de las fuentes de toda riqueza (la naturaleza y el ser humano), amenazadas hoy por la absolutización del mercado. De la Introducción de Estela Fernández Nada.
Fuente Imagen:
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Romper con los estereotipos de género en los uniformes

Por Alba Alonso Feijoo

Para qué los uniformes escolares

El origen de los uniformes escolares se remonta nada menos que al siglo XVI y comenzó en las escuelas pertenecientes a órdenes religiosas. Su principal objetivo era muy noble y trataba de evitar distinciones entre pobres y ricos a través de su ropa. Sin embargo, hoy en día los uniformes tienen muchas otras finalidades.

Por un lado, el uniforme es en algunos centros todo lo contrario a esa humildad con la que nacieron. En muchos casos, en realidad busca un elitismo absurdo a través de la pertenencia a un grupo determinado, como es el caso de determinados colegios privados hiper-caros. Muchos centros, sin embargo, adoptaron el uso del uniforme buscando una comodidad, a la vez que cierta economía por parte de padres y madres a la hora de vestir a sus hijos para el colegio.

Estereotipos de género en los uniformes

Pero ya casi entrados en la tercera década del siglo XXI hemos pasado a cuestionarnos otros temas sobre el uso de estos uniformes, como la todavía existente separación por sexos de los mismos. La principal queja en esta distinción corresponde a las niñas y las chicas. ¿Por qué esa obligación de llevar falda cuando hace muchísimo frío, no les apetece o simplemente es poco cómoda para determinadas actividades escolares?

Es increíble que en el año 2017 sigamos debatiendo el tema de los pantalones y las mujeres. Creíamos que este capítulo ya se había cerrado en los años 60/70 cuando los pantalones pasaron a estar incluidos en la moda a vestir por las mujeres. De acuerdo que ya no estamos en la época en la que a aquella profesora, Helen Hulick, se le ingresó en la cárcel por usar pantalones tal cual fuese un crimen, pero los uniformes divididos por sexos demuestran que todavía queda camino por avanzar en este terreno.

estereotipos-genero-ropa-mujeres-pantalones

Afortunadamente en algunos países las cosas sí están cambiando. A veces gracias a la denuncia de alguna alumna como el caso del colegio Whickham de GatesHead en Inglaterra que llevó al juzgado a su colegio por no permitirle llevar pantalones (su motivo principal eran las bajas temperaturas y su denuncia se basó en una discriminación por sexo), y a veces gracias a la tolerancia por parte de la dirección de ciertos centros.

¿Por qué uniformes para niños y para niñas?

Si lo que busca el uniforme es la neutralidad, la no distinción a nivel económico o social.¿Cuál es el motivo de que sigamos haciendo distinciones por sexos? Sobre todo en una sociedad que ha comenzado a reconocer las diferentes  variedades a nivel de expresión de género y de identidad de género. El uniforme enfatiza el binarismo hombre/mujer, niño/niña, rosa/azul y toda la retahíla de estereotipos que clasifican a cada una de estas mitades como única opción.

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Rompamos de una vez con los límites y permitamos a nuestra infancia y adolescentes expresar su identidad de manera natural

 El mundo de la moda ya ha conseguido romper con todo tipo de estereotipos y es cada vez más neutra. ¿Por qué no los uniformes? Eso se preguntaron desde el colegio Dunedin North Intermediate (DNI) y por eso decidieron dar libertad a todo su alumnado a la hora de escoger el uniforme, dentro de cuatro posibilidades.

Aunque la iniciativa vino una vez más por parte de las niñas que se quejaban de no poder vestir pantalones, las cuatro posibles opciones de uniforme fueron fantásticamente aceptadas por parte de todo el alumnado. Y la dirección del colegio lo percibió como una manera fantástica de romper con los estereotipos de género. Según la directora fue a padres y madres a los que les costó un poquito más aceptar este nuevo cambio, mientras que el alumnado lo absorbió de la manera más natural posible.

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Las cuatro opciones de uniformes escolares en el Dunedin North Intermediate

En realidad en el Reino Unido son ya sobre 80 escuelas- 40 de primaria- las que han conseguido introducir uniformes neutros para promover la tolerancia y libertad del alumnado fuera cual fuera su identidad de género. En algunos otros colegios han decidido permitirles combinar cualquier prenda de los dos uniformes existentes independientemente de su sexo. Esto es en parte gracias a variadas denuncias y alguna que otra batalla legal pero el objetivo siempre es el mismo: romper con los estereotipos de género en los uniformes.

Porque no todos somos rosas o azules, los uniformes tampoco deberían de serlo

Fuente: http://www.realkiddys.com/romper-con-estereotipos-de-genero-en-uniformes-escolares/

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