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Estas mujeres no podrán celebrar su día el 8 de marzo

Esta es una historia que no debería tener que escribirse – la de cientos de millones de dadoras de vida cuya producción y productividad han sido sistemáticamente cuantificadas en pormenorizadas estadísticas, pero cuya abnegación, sufrimiento humano y denegación de derechos solo son objeto de palabras. 

Es la historia de las mujeres que ven a sus hijos e hijas morir mientras huyen de las guerras, o que son secuestradas para vender sus órganos, o que fueron reclutadas como niñas combatientes.

De mantenerse la tendencia actual, las mujeres tardarán 170 años en conseguir la misma remuneración que los hombres.

Es la historia de esas mujeres que caen presas de traficantes que las venden como esclavas sexuales. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito informa que las mujeres y las niñas constituyen 71 por ciento de las víctimas de trata de personas.

Y es la historia de esas mujeres y niñas que se convierten en víctimas de violencia abominable perpetrada por sus familiares varones. De aquellas cuyos empleadores violan continuamente sus derechos como trabajadoras, y que incluso son asesinadas por sus parejas. En algunos países, siete de cada 10 mujeres serán golpeadas, violadas, abusadas o mutiladas durante su existencia, según denunció ONU Mujeres.

También es la historia de millones de jóvenes que se ven obligadas a contraer matrimonio y quedar embarazadas de forma precoz, y de aquellas sometidas a mutilación genital femenina (MGF).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce esta práctica como una violación de los derechos humanos, tortura y una forma extrema de violencia. La MGF le niega a las mujeres y las niñas su dignidad y causa dolor y sufrimiento innecesarios, con consecuencias que perduran para toda la vida e incluso pueden ser fatales, recuerda el secretario general del foro mundial, Antonio Guterres.

África y la región árabe se encuentran entre los lugares donde se practica la MGF. La Unión Africana considera que es una práctica sumamente dolorosa que viola los derechos humanos básicos.

Su impacto sobre las niñas y las mujeres es multifacético y afecta a diversos aspectos de sus vidas, incluido su bienestar físico, psicológico y social, y las cicatrices persisten durante el resto de sus vidas.

Es la historia de millones de niñas sin acceso a la educación, y cuando pueden acceder, la mayoría abandona por la falta de servicios sanitarios. Un estudio realizado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos entre 2009 y 2014 confirmó miles de ataques contra escuelas en 70 países al menos, muchos de los cuales recibieron represalias por defender la educación de las niñas.

Estas mujeres no podrán celebrar su día el 8 de marzo

La ONU apuesta a un mundo en el que todas las mujeres y niñas tengan igualdad de oportunidades y derechos para 2030. Crédito: ONU Mujeres.

Es la historia de casi dos tercios de los habitantes del mundo, que sufren una insuficiencia en el acceso a los servicios de salud reproductiva y de maternidad.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas hace hincapié en que el acceso universal a la salud reproductiva afecta a muchos aspectos de la vida. Tiene que ver con las relaciones más íntimas de las personas, incluida la negociación y la toma de decisiones dentro de esas relaciones, y con la interacción con los proveedores de salud con respecto a las opciones anticonceptivas.

También es la historia de muchachas muy jóvenes que son secuestradas por grupos terroristas para saciar brutalmente sus apetitos sexuales, como ha sido el caso de Boko Haram en Nigeria.

Y es la historia de las mujeres indígenas que cuidan de lo que queda de sus tierras, que custodian 80 por ciento de la biodiversidad del planeta , pero cuyos derechos y conocimientos ancestrales son ignorados e incluso desdeñados.

Es la historia de las mujeres agricultoras que producen hasta 80 por ciento de los alimentos, pero no tienen derecho a poseer sus tierras, insumos agrícolas, recursos ni pequeños créditos.

Y de esos millones de trabajadoras domésticas cuyos derechos recién empezaron a reconocerse, aunque no se apliquen lo suficiente.

Y es la historia de una creciente desigualdad. La organización no gubernamental Oxfam calcula que, de mantenerse la tendencia actual, las mujeres tardarán 170 años en conseguir la misma remuneración que los hombres, por no hablar de que la mitad de la riqueza del planeta se encuentra en los bolsillos de apenas ocho personas, todos ellos hombres.

El Día Internacional de la Mujer se conmemora el 8 de marzo con el lema “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030.”

La ONU asegura que será “un momento para reflexionar sobre los progresos realizados, considerar cómo acelerar la Agenda 2030, impulsar la aplicación efectiva de los objetivos de la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”.

El organismo mundial fijó varios objetivos clave de la Agenda 2030:

  • Para el año 2030, asegurar que todas las niñas y niños completen una educación primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad.
  • Para 2030, asegurar que todas las niñas y niños tengan acceso a una atención, cuidado y educación preescolares de calidad para prepararlos para la educación primaria.
  • Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas de todo el mundo.
  • Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas en las esferas pública y privada, incluida la trata y la explotación sexual y de otros tipos.
  • Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, el matrimonio prematuro y forzado y la mutilación genital femenina.

La ONU también señala que el mundo laboral está en transformación, con importantes consecuencias para las mujeres.

“Tenemos la globalización, la revolución tecnológica y digital y las oportunidades que estas traen, y por otro lado, la creciente informalidad del trabajo, medios de subsistencia e ingresos inestables, nuevas políticas fiscales y comerciales e impactos ambientales, todo lo cual debe abordarse en el contexto del empoderamiento económico de las mujeres”, añade.

Todas estas palabras y buenos deseos suenan geniales.

Sin embargo, el Día Internacional de la Mujer representará, ante todo, otra bofetada en el rostro de la humanidad que todavía no puede – ¿o no quiere? – honrar debida y efectivamente a aquellas que son las dadoras de vida.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/03/estas-mujeres-no-podran-celebrar-su-dia-el-8-de-marzo/

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El Estado alimenta desigualdades en Brasil

Por: Mario Osava

La desigualdad se suele medir por la disparidad de ingresos y patrimonio, pero sus factores y dimensiones se multiplican en un país como Brasil. Reducirla es una tarea compleja y al parecer aplazada por la quiebra del poder de la izquierda.

La reforma del sistema de previsión, que el actual gobierno trata de aprobar en Brasil, es una gran muestra de ese fenómeno. Enfrenta fuertes resistencias por retrasar beneficios y por la necesidad de fijar normas uniformes a grupos muy desiguales de la población.

La propuesta de fijar 65 años como la edad mínima común para jubilaciones, por ejemplo, alimenta por lo menos dos obstáculos para la justicia social.

Para las mujeres representaría perder la compensación por la doble jornada que ellas en general cumplen durante su vida laboral. La legislación actual les permite jubilarse con cinco años menos de contribución, o de edad, que los hombres.

Pero su expectativa de vida, de 79,1 años en 2015 según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, superando en 7,2 años a la de los hombres, es un argumento a favor del cambio, ya que seguirían recibiendo los beneficios por más tiempo.

Otro obstáculo es el contraste de longevidad entre las distintas partes del país. En el estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, la esperanza de vida es la más elevada, alcanza  78,7 años. Maranhão, en el Nordeste, con 70,3 años, ocupa el extremo más bajo.

La diferencia corresponde al nivel de vida e ingresos que contrapone las regiones pobres, del Norte y Nordeste del país, al más desarrollado centro y sur. Imponerles una misma edad de jubilación constituye un segundo castigo a los ya perdedores en la distribución del ingreso nacional, en este país de 208 millones de personas.

La desigualdad rige incluso dentro de una misma ciudad. En un barrio rico de São Paulo, Alto Pinheiros, el promedio de vida de sus habitantes supera en 25,8 años el de un barrio pobre de la misma metrópoli, Ciudad Tiradentes, reveló el “Mapa de la Desigualdad”, de la no gubernamental Red Nuestra São Paulo.

Las respectivas expectativas de vida son 79,67 y 53,85 años. Es decir, en Ciudad Tiradentes, la mayoría de sus residentes no llegaría a jubilarse con las nuevas reglas propuestas por el gobierno.

Las crisis, como la que vive Brasil tras dos años de fuerte recesión económica, hacen sufrir a la población y, además, desnudan factores de inequidades más allá de las causas económicas reiteradamente discutidas, como los altos intereses, un sistema tributario regresivo, herencias y otros mecanismos que concentran riquezas en pocas manos.

La norma en reforma establece una cotización de entre 25 y 35 años, según el tipo de trabajo, y fija la edad de jubilación de la mujer urbana en 60 años y la del varón urbano en 65 años, mientras en el área rural es de 55 y 60 años y no hay que verificar contribuciones. Además, existen las jubilaciones anticipadas, con reducción en la pensión.

La necesidad de la reforma para sostener la solvencia del Estado brasileño a largo plazo hizo más visible el uso del mismo Estado para privilegiar algunos sectores a lo largo de la historia brasileña.

La gran disparidad previsional, por ejemplo, ocurre entre los funcionarios gubernamentales, que se jubilan con el sueldo integro, y los trabajadores del sector privado, que sufren una alta reducción de sus ingresos.

La mayor remuneración que puede recibir un jubilado privado equivale a una séptima parte de la del colega público de altos sueldos, como jueces, generales y parlamentarios.

El conservador presidente Michel Temer anunció que, con la reforma, se unificará los sistemas previsionales público y privado. Es poco probable que se logre igualar sus remuneraciones, ante la resistencia de los funcionarios públicos, además privilegiados por el empleo vitalicio, que impide despidos por participar en huelgas.

El Estado alimenta desigualdades en Brasil

Senadores se congratulan tras aprobar el nombramiento del exministro de Justicia Alexandre de Moraes como nuevo miembro del Supremo Tribunal Federal, en cuyas manos está justamente el juzgar a muchos miembros del Senado acusados de corrupción, por gozar de un fuero especial. Crédito: Lula Marques / AGPT

Los militares, por ejemplo, que responden por una parte desproporcionada del déficit previsional, no serán incluidos en la reforma que actualmente avanza en el legislativo Congreso Nacional.

Los funcionarios públicos “inactivos”, denominados así para justificar el mantenimiento del mismo salario pagado a los activos, y los militares retirados suman menos de un millón, pero generan un déficit similar en el sistema previsional que todo el sector privado, con más de 30 millones de beneficiarios.

La autonomía entre poderes sirvió para que la magistratura y los parlamentarios aprobasen sucesivos aumentos de sus propios sueldos y la contratación de miles de auxiliares, de manera que hoy sus presupuestos están entre los más abultados del mundo.

Sirvió también para la adopción de un privilegio que se hizo intolerable ante los escándalos de corrupción involucrando centenares de políticos. Se trata del llamado “foro privilegiado” que asegura a parlamentarios y miembros del gobierno central ser juzgados exclusivamente por el Supremo Tribunal Federal.

Es lo que está retardando juicios e incluso investigaciones sobre senadores, diputados y ministros señalados  como beneficiarios de corrupción por la operación “Lava Jato” (autolavado de vehículos) que investiga desviación de miles de millones de dólares de la compañía petrolera estatal Petrobras, en las dos últimas décadas.

Políticos que perdieron sus mandatos, como el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, están presos, mientras otros denunciados en varios procesos, hace meses o años, siguen en funciones de liderazgo legislativo o ejecutivo.

En gran parte de los casos anteriores, la demora de los procesos en el Supremo Tribunal condujo a la prescripción de los delitos atribuidos a autoridades políticas.

Tanto se considera una forma de buscar la impunidad que al izquierdista  expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2007) se le impidió asumir como ministro de la Casa Civil de la Presidencia en marzo de 2016, por un juez del máximo tribunal, y a la entonces mandataria Dilma Rousseff (2007-2016) se la acusó de obstruir a la justicia por ese nombramiento.

En general, a la educación se la apunta como una herramienta para reducir las desigualdades, pero en Brasil opera al revés. Las mejores universidades, públicas y totalmente gratis, son prácticamente un monopolio de los sectores más ricos.

En la enseñanza básica, las mejores escuelas son privadas y cuestan al menos 500 dólares al mes por alumno. Allí se forman, por lo tanto, los hijos de las clases media y rica que dominan las pruebas de acceso a las universidades más disputadas. El Estado subsidia la perpetuación de las mismas élites intelectuales y económicas.

Racismo y discriminación de género son también conocidos como factores de la mayor pobreza entre los afrobrasileños y la menor remuneración para las mujeres en funciones idénticas a las de los hombres.

Eso se extiende al poder político, donde las mujeres ocupan solo 10 por ciento de los puestos del Congreso legislativo y solo algo más en los gobiernos y concejos municipales. En peor situación aún están los negros.

Los desequilibrios se agravan en Brasil incluso por el llamado “combate a las sequías” del Nordeste. El gobierno construye embalses para el abastecimiento hídrico, pero lo hace en general en las grandes haciendas, cuyos propietarios, los “coroneles”, usan el agua para ampliar su poder, sometiendo a los campesinos pobres y exigiendo sus votos.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/03/el-estado-alimenta-desigualdades-en-brasil/

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La nueva escuela digital

Por: Xavier Martínez Celorrio

Hablemos claro y directo. La LOMCE fue una ocurrencia de Wert, que el PP consistió sin supervisión de forma irresponsable. Se ha paralizado y se va desactivando por la exigencia de una nueva mayoría parlamentaria y por la oposición clamorosa de toda la comunidad educativa. No obstante, el daño lesivo que nos ha dejado la LOMCE es incalculable y no hay métrica que lo pueda calcular. Son años, recursos y energías despilfarradas que han secuestrado el auténtico debate de fondo que la sociedad española sigue sin abrir: la modernización del currículum. Es decir, acordar nuevos contenidos fundamentales, nuevos objetivos de aprendizaje y nuevas formas de evaluación teniendo en cuenta los cambios sociales externos de la última década. ¿Cómo redefinir y actualizar las funciones sociales que queremos, como sociedad y como democracia, que cumpla la escuela para el 2030? Es la pregunta estratégica que nadie coloca en la corriente principal ni, mucho menos, como tema de Estado.

La nueva escuela digital necesita un liderazgo público que ofrezca equilibrio entre la excelencia, la equidad y la innovación

Al contrario, en España asistimos a un ciclo de reformas y contrareformas determinadas por la vieja lucha ideológica entre derechas e izquierdas, entre el Estado y la Iglesia, que sigue irresuelta desde el siglo XIX. Es el gran matiz que nos diferencia del resto de países y que contamina todo debate educativo en una espiral perversa. El pasado no puede seguir condicionando el debate educativo durante más tiempo. Las nuevas generaciones no deben heredar los viejos antagonismos y conflictos que la generación de sus abuelos no ha sabido resolver o consensuar. El pacto educativo del cual se habla debería tomar este axioma de principio y enfocar el debate hacia las necesidades curriculares que acordemos para afrontar la sociedad digital y del riesgo.

Tenemos alumnos del siglo XXI en escuelas que usan métodos y libros de texto de una sociedad industrial que ha dejado de existir. Sabemos que el muro de separación entre la escuela y la vida exterior causa mayor desconexión y desmotivación entre los alumnos en una especie de alienación resignada. La escuela se resiste al cambio y a la redefinición de sus funciones en el nuevo ecosistema digital. Se resiste a usar los móviles y ‘tablets’, a aprovechar los recursos abiertos y a optimizar todos los dispositivos y fuentes de conocimiento que ofrece el entorno digital. Se resiste a recombinar las asignaturas en forma de aprendizaje por proyectos y pedagogías activas y personalizadas. Se resiste a evaluar capacidades como la curiosidad, la creatividad, la empatía o la asertividad. Todo eso suena muy bien pero no toca.

La escuela no se mueve de su matriz enciclopédica y conservadora y resiste al cambio. Las empresas tecnológicas, los gigantes de internet y el Mobile Congress son vistos como escaparates de una galaxia exterior pero que no moverán esa vieja matriz escolar. Para moverla sin resistencias ni recelos hace falta un liderazgo público y un discurso potente de modernización que ofrezca el justo equilibrio entre la excelencia, la equidad y la innovación. Es la ecuación a resolver para que nazca la nueva escuela digital.

Fuente noticia: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/nueva-escuela-digital-5869423

Fuente imagen: https://www.tuexpertoit.com/wp-content/uploads/2009/09/nina_internet.jp

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¿Por qué es importante la igualdad de género?

Por:  Telesur

La igualdad de género es una lucha que aún persiste. Su importancia radica en otorgar derechos humanos fundamentales a millones de niñas y mujeres. Es el Objetivo 5 de Desarrollo Sostenible para una sociedad más justa y sana.

Sí, la igualdad de género es importante. Te preguntarás por qué. Los derechos de millones de niñas y mujeres a la educación, la salud, la identidad, el trabajo, la participación política y a no ser agredidas dependen de esto. Y, por encima de todo, el derecho a vivir. Los asesinatos de mujeres por su género aún son una epidemia en todo el mundo, especialmente en América Latina.

La desigualdad de género equivale al estancamiento del progreso social. Las niñas y las mujeres representan la mitad de la población mundial, es decir, ellas son la mitad del potencial para el avance de la sociedad.

«El empoderamiento de las mujeres y las niñas es fundamental para impulsar el crecimiento económico y promover el desarrollo social», explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Por estos motivos, la igualdad de género es el Objetivo 5 de Desarrollo Sostenible. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca que «ha sido demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo» en el mundo.

«Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para acelerar el desarrollo sostenible», resalta el PNUD.

La igualdad de género impulsa la economía mundial

El crecimiento económico de un país aumenta más rápido con la plena participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, indicaron varios estudios en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Además, al aumentar los ingresos del hogar procedentes de lo que ellas ganan se modifican los patrones de gasto en beneficios de las hijas e hijos.

Sin embargo, las mujeres aún no tienen una participación plena en el trabajo y no gozan de igualdad monetaria en este ámbito, pese a desarrollar las mismas actividades que sus compañeros hombres. En promedio, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 24 por ciento menos que los hombres.

Un artículo de la Universidad de Valencia, en España, también señala que la igualdad laboral entre hombres y mujeres estimularía el crecimiento de las economías al mitigar el impacto de la reducción de mano de obra.

Asimismo, tener tasas más altas de matriculación escolar de las niñas contribuiría a un desarrollo económico más amplio en las economías en desarrollo, asevera un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si se eliminan las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral se añadiría un 26 por ciento más de riqueza al Producto Interior Bruto (PIB) mundial y contribuiría al crecimiento de la economía pública y privada.

Pese a desigualdad de género, en la actualidad las mujeres ya generan el 37 por ciento del PIB mundial. En un estudio, el Instituto McKinsey asegura que si existiera un mayor grado de paridad e igualdad entre hombres y mujeres que hacen el mismo trabajo se añadirían hasta 28 billones de dólares a la economía mundial en 2025, esto significa un incremento del 26 por ciento del PIB.

Además, si se empieza a remunerar al 75 por ciento de las mujeres que trabajan sin sueldo, se añadirían hasta 10 billones de dólares, lo que se traduce en un aumento del 13 por ciento del PIB mundial.

¿Cómo afecta la desigualdad de género a niñas y mujeres?

La falta de acceso a la educación y a oportunidades de trabajo es una de las principales consecuencias de la desigualdad de género en el mundo. Según la ONU, un tercio de los países en desarrollo no ha logrado la igualad de géneros en la enseñanza primaria. Las niñas de África Subsahariana, Oceanía y Asia Occidental tiene grandes dificultades para matricularse en la escuela primaria y en la escuela secundaria.

Pero la consecuencia más grave es la violencia física y sexual. Actualmente, el 35 por ciento de las mujeres en todo el mundo ha sufrido estos abusos a manos de sus parejas o a manos de otras personas.

Sin importar su edad, color de piel, condición social, si son casadas o solteras, miles de mujeres en todo el mundo son víctimas de la violencia de género, la cual puede ser psicológica, física, verbal, económica, patrimonial y feminicida; esta última tiene el fatal desenlace de la muerte violenta de las mujeres.

El feminicidio es la expresión más brutal en la escalada de violencia en contra de la mujer. El aumento de este crimen en el mundo muestra que la violencia contra las mujeres es social y generalizada. Además, es el resultado de las relaciones de desigualdad de género, así como la permisibilidad de la sociedad a esa violencia.

En Latinoamérica y el Caribe los asesinatos de mujeres solo por su género han crecido en los últimos años y más del 90 por ciento de los casos permanecen impunes.

Según datos estadísticos difundidos en octubre de 2016 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer.

Asimismo, datos de la Oficina de Naciones Unidas para las Mujeres (ONU-Mujeres), indica que 14 de los 25 países con mayor tasa de feminicidios se encuentran en América Latina. De estos países, destacan Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. También México y Argentina presentan una situación dramática.

Solo en los primeros meses de 2017 se han registrado 19 homicidios en Ecuador, seis en Paraguay, 57 en Argentina y diez en México.

Matrimonio y mutilación infantil

Mientras más tarde el mundo en actuar en contra de la desigualdad de género, más niñas seguirán sufriendo las consecuencias. Actualmente, casi 15 millones de niñas menores de 18 años contraen matrimonio cada año, es decir, unas 37.000 al día.

Otro tragedia que afecta a las menores es la mutilación genital. Unas 133 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de ablación en los 29 países de África y el Oriente Medio, donde esta práctica es más habitual. Algunas de sus consecuencias son un alto riesgo de hemorragia, infección prolongada (incluido el VIH), complicaciones en el parto, infertilidad y muerte.

¿Qué podemos hacer para promover la igualdad de género?

Todos podemos aportar para ayudar a erradicar la desigualdad de género. Para las niñas permanecer en la escuela y motivar a sus compañeras de clases a hacer lo mismo es esencial. Para las mujeres luchar contra los prejuicios sociales y concienciar a otras mujeres y a sus propios hijos e hijas sobre ese tema es la mejor contribución.

Los hombres y niños también pueden ayudar y la mejor manera de hacerlo es tener relaciones respetuosas, saludables y de igualdad con las mujeres. También involucrarse en las campañas contra la violencia de género es de gran importancia. Mientras más unidos, más rápido será el camino hacia la igualdad.

La ONU sugiere, además, aportar fondos para campañas educativas contra prácticas culturales como mutilación y el matrimonio infantil, así como organizaciones y movimientos sociales que buscan «cambiar las leyes que limitan los derechos de las mujeres y las niñas».

Sí hay avances, pero hay que protegerlos y multiplicarlos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la actualidad más niñas asisten a la escuela que hace 15 años y en la mayoría de las regiones se logró la paridad de género en educación primaria. Además, las mujeres constituyen el 41 por ciento de la fuerza laboral remunerada no agrícola, un aumento en comparación con el 35 por ciento en 1990.

La lucha es de todos. Hombres y mujeres. Niños y niñas. La igualdad de género es decirle sí a un derecho humano fundamental.

Fuente: http://www.telesurtv.net/telesuragenda/Por-que-es-importante-la-igualdad-de-genero-20170227-0039.html

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La educación a lo largo de la vida: un derecho ciudadano

Por: Lisandra Fariñas Acosta

Esta reflexión la compartió con Granma la profesora Teresa Orosa Fraíz, presidenta de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana.

«La sociedad no está preparada aún para el envejecimiento de la población y las personas mayores tampoco. Coexisten numerosos estigmas que impiden vivir a plenitud esta etapa de la vida, todavía marcada por la exclusión, el desconocimiento y la discriminación, ante lo cual la educación se erige en factor principal para el logro del envejecimiento activo, pues promueve inclusión, una nueva imagen y espacios de desarrollo».

Esta necesaria reflexión la compartió con Granma la profesora Teresa Orosa Fraíz, presidenta de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, quien subrayó que justamente «el principal objetivo del programa cubano de educación para las personas adultas, es favorecer la educación continua y permanente de este sector de la población con el objetivo de colocar al hombre y la mujer mayor a la altura de los cambios y novedades tecnológicas, sociales y científicas de este tiempo».

Hace casi dos décadas, explicó la experta, en la mayoría de los países de la región iberoamericana se crearon los llamados programas universitarios de mayores, con el objetivo del desarrollo cultural de sus participantes.

Pero hoy, dijo, ante el marcado proceso de envejecimiento de la población, tales programas están llamados a posicionar la educación, no solo desde lo teórico como factor de envejecimiento activo, sino desde la demostración concreta y la búsqueda de espacios estratégicos, aportando en primera línea a una nueva imagen de la vejez, desde escenarios de carácter escolar, social y comunitario.

En Cuba el primer programa universitario con mayores se crea bajo la denominación de Cátedra del Adulto Mayor, en la Universidad de La Habana, hace 17 años; y con la extensión inmediata a todas las provincias del país. De acuerdo con la entrevistada, muchas han sido las experiencias en este tema a favor de los egresados del programa y de toda la sociedad.

En ese afán, agregó, se celebran los talleres EduMayores, dedicados al intercambio académico universitario entre las cátedras del adulto mayor de todo el país, junto a sus auspicios y colaboradores.

Al respecto, hizo extensiva la convocatoria de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, a sus cátedras homólogas y colaboradores de todo el país, para la celebración del  VI Taller Nacional EduMayores 2017, que se celebrará entre los días 23 al 26 de mayo.

Justamente bajo el lema La educación como factor de envejecimiento activo y de participación ciudadana, este encuentro, —cuya sede será la Casa Estudiantil de la UH— será un escenario oportuno para debatir sobre temas como el diseño curricular del programa docente y presupuestos teóricos de la Gerontología Educativa, presentar investigaciones vinculadas con el programa, analizar el papel que desempeñan las cátedras del adulto mayor como expresión de la extensión universitaria y de acciones en la comunidad, así como las diferentes experiencias de capacitación a mayores en estas tecnologías, entre otros.

Los trabajos, precisó, deben enviarse a la dirección electrónica adultomayor@psico.uh.cu antes del 15 de marzo.

Fuente: http://www.granma.cu/archivo?a=40

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Los jóvenes y las competencias: trabajar con la educación

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://laisumedu.org/

Prólogo

Esta décima edición del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo no podía llegar en mejor momento. El tercer objetivo de la Educación para Todos es lograr que todos los jóvenes tengan la oportunidad de adquirir competencias. La urgencia de conseguir ese objetivo se ha agudizado desde 2000.

La crisis económica mundial está teniendo una repercusión en el desempleo. En todo el mundo, un joven de cada ocho está buscando empleo. La población joven es numerosa y está creciendo. El bienestar y la prosperidad de los jóvenes dependen más que nunca de las competencias que la educación y la capacitación pueden ofrecerles. No satisfacer esta necesidad es una pérdida de potencial humano y de poder económico. Las competencias de los jóvenes nunca han sido tan vitales.

Este Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo nos recuerda que la educación no estriba solo en velar por que todos los niños puedan asistir a la escuela. Se trata de preparar a los jóvenes para la vida, dándoles oportunidades de encontrar un trabajo digno, ganarse la vida, contribuir a sus comunidades y sociedades y desarrollar su potencial. A nivel más general, se trata de ayudar a los países a cultivar la fuerza de trabajo que necesitan para crecer en la economía mundial.

Indudablemente se ha avanzado hacia el cumplimiento de los seis objetivos de la EPT – incluida la ampliación de la atención y la educación de la primera infancia y las mejoras en la paridad entre los sexos en la enseñanza primaria. Sin embargo, cuando quedan tres años para que se cumpla el plazo de 2015, el mundo todavía no va por buen camino. El progreso hacia el cumplimiento de algunos objetivos está vacilando. El número de niños no escolarizados se ha estancado por primera vez desde 2000. La alfabetización de adultos y la calidad de la educación siguen exigiendo progresos más rápidos todavía.

Algunas circunstancias recientes confieren una urgencia aún mayor al logro de un acceso equitativo a los programas adecuados de desarrollo de competencias. Con el rápido crecimiento de las poblaciones urbanas, en especial en los países de ingresos bajos, los jóvenes necesitan competencias para salir de la pobreza. En las zonas rurales, los jóvenes requieren nuevos mecanismos para hacer frente al cambio climático y a la disminución del tamaño de las explotaciones agrarias, y para aprovechar las posibilidades de trabajo no agrícola. En este Informe se pone de manifiesto que unos 200 millones de jóvenes necesitan una segunda oportunidad de adquirir las nociones básicas en lectura, escritura y aritmética, que son esenciales para adquirir nuevas competencias para el trabajo. En todo ello, las mujeres y los pobres tropiezan con dificultades particulares.

Debemos percibir el número creciente de jóvenes que están desempleados o encerrados en la pobreza como un llamamiento a la acción: se deben satisfacer sus necesidades para el año 2015 y mantener el impulso después de esa fecha. Podemos lograr que el primer ciclo de la enseñanza secundaria sea universal para 2030, y tenemos que hacerlo.

El compromiso de los donantes para con la educación puede estar perdiendo fuerza y esto es motivo de profunda preocupación. Los presupuestos de los gobiernos están hoy bajo presión, pero no podemos comprometer lo ganado desde el año 2000 reduciendo ahora la voluntad de cooperación. Los datos que constan en este Informe muestran que el dinero gastado en educación genera ganancias de crecimiento económico durante la vida de una persona de 10 a 15 veces superiores a lo gastado. Ahora es el momento de invertir en el futuro.

Tenemos que pensar de forma creativa y utilizar todos los recursos de que disponemos.Los gobiernos y los donantes tienen que seguir dando prioridad a la educación. Los países deberían hacer balance de sus propios recursos, que podrían proporcionar competencias para la vida a millones de niños y jóvenes. Cualquiera que sea la fuente de financiación, las necesidades de las personas desfavorecidas deben revestir una gran prioridad en todas las estrategias.

Los jóvenes de todo el mundo tienen un gran potencial que ha de desarrollarse. Espero que este Informe propicie esfuerzos redoblados en todo el mundo por educar a los niños y los jóvenes de forma que puedan entrar en el mundo con confianza, cumplir sus ambiciones y vivir la vida que elijan.

Fuente: http://laisumedu.org/showBib.php?idBiblio=10426&cates=Sistema+Educativo+Nacional&idSubCat=78&subcates=2.-+Educaci%F3n+media&ssc=7

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Los retos del manejo forestal comunitario en la Amazonía

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.ecoportal.net/

Por: Rodrigo Arce Rojas

Lo primero que habría que diferenciar es que la palabra “manejo” obedece a una concepción de dominio humano sobre la naturaleza. El mensaje subyacente del manejo es que es factible fragmentar y conocer los mecanismos de la naturaleza para poder dominarla y ponerla a servicio del ser humano. La concepción de lo forestal tampoco es homogénea. Muchas veces se ha asociado lo forestal únicamente a las especies maderables de valor comercial. Lo forestal en sentido amplio refiere a los ecosistemas y por lo tanto incluye la flora, la fauna, el suelo, el agua, los procesos y funciones que le dan un carácter vivo. Por eso es pertinente hablar de ecosistemas forestales o de la biodiversidad forestal.

A la legítima agenda indígena sobre los derechos territoriales corresponde ir adjunta la agenda de manejo y conservación de los bosques comunales. En este contexto el manejo forestal comunitario aparece como un tema relevante. Es propósito de este artículo poner en debate algunos de los principales retos para avanzar en el manejo forestal comunitario como una estrategia para consolidar opciones sostenibles de vida para los pueblos indígenas amazónicos.

Lo primero que habría que diferenciar es que la palabra “manejo” obedece a una concepción de dominio humano sobre la naturaleza. El mensaje subyacente del manejo es que es factible fragmentar y conocer los mecanismos de la naturaleza para poder dominarla y ponerla a servicio del ser humano. En muchos pueblos indígenas antes que una concepción de manejo lo que existe es una concepción de convivencia con los bosques. No obstante, tenemos que reconocer que debido a los procesos de aculturación existe una gradación en la matriz cultural desde posiciones preservacionistas hasta altos grados de articulación al mercado.

La concepción de lo forestal tampoco es homogénea. Muchas veces se ha asociado lo forestal únicamente a las especies maderables de valor comercial. Lo forestal en sentido amplio refiere a los ecosistemas y por lo tanto incluye la flora, la fauna, el suelo, el agua, los procesos y funciones que le dan un carácter vivo. Por eso es pertinente hablar de ecosistemas forestales o de la biodiversidad forestal. Algunos prefieren llamarlo “bosque” aunque lo forestal más que bosque alude a la vida silvestre con la base física que la sustenta. Para los pueblos indígenas no siempre el concepto bosque recoge toda la cosmovisión y por ello prefieren hablar del territorio para entrelazar los componentes biofísicos y culturales, el pasado y el presente, la ocupación horizontal y vertical.

Lo mismo sucede con el concepto de comunidad. Existen múltiples formas de vivir lo comunitario, además de los diferentes nombres que reciben en el ámbito de Latinoamérica. Aunque existen prácticas de gestión forestal comunitaria que involucran a la comunidad es frecuente encontrar una división entre lo social y lo productivo. Lo social, referido por ejemplo al linderamiento comunal, al mantenimiento de caminos, construcción de puentes, construcción del local escolar, entre otros, refiere a actividades comunales propiamente dichas. Lo productivo, en la mayoría de los casos, es de carácter individual y con rasgos de “propiedad” mientras se use. Cuando el suelo se agota y existe la necesidad de un nuevo terreno entonces el área productiva “regresa” a la propiedad comunal.

Vemos entonces que el manejo forestal comunitario es más bien una concepción occidental para contar con un marco de interpretación sobre las relaciones de manejo o de convivencia entre los pueblos indígenas y sus territorios orientados a lograr su bienestar físico, psicológico, económico y cultural. Esto no quiere decir, que no existan experiencias locales de manejo forestal como por ejemplo las que realizan pobladores ribereños en la cuenca del Amazonas. De estas diversas experiencias, podemos sacar valiosas lecciones aprendidas para identificar los retos.

Se podría hablar de diversos grados de éxito de las experiencias de manejo forestal comunitario. Sin embargo, habría que precisar exactamente a qué nos estamos haciendo referencia cuando hablamos de éxito. El paradigma dominante alude al éxito del manejo forestal comunitario en función al grado de articulación al mercado pero habría que preguntarse si en todos los casos esta premisa es válida. Desde una perspectiva más convencional esta lógica parece incuestionable porque se alude que el éxito tiene que ver con el grado de rentabilidad económica que se logra en la operación forestal. Profundicemos más sobre este aspecto que parece inamovible.

Si el grado de éxito se mide en función al nivel de articulación del mercado, entonces lo que vemos es que el patrón para realizar el diagnóstico de la comunidad para entrar ventajosamente en el manejo forestal comunitario de plano va a acusar muchas deficiencias: económicas-financieras, técnicas, tecnológicas, organizativas, gerenciales. A ello se suman otros factores como: lejanía a los mercados y dificultades para articularse a cadenas de valor. Nos preguntamos si no sería más coherente que de manera conjunta y objetiva (entre promotores y comunidad) se defina el alcance del manejo forestal comunitario. Existen varios aspectos a considerar para una adecuada definición:

• Tamaño de la unidad forestal: ni tan pequeño que no cubra los costos del manejo ni tan grande que sea imposible manejar directamente.

• Grado de involucramiento de comuneros y comuneras: definición realista de quiénes se van a involucrar responsablemente. Si es toda la comunidad o grupos realmente interesados (“Grupos de Interés”)

• Grado de alcance en la red de valor. Si se piensa mantener un rol productor o se pretende alcanzar involucramiento en procesos de transformación y comercialización

• Formas internas de definir derechos y responsabilidades sobre la conservación y manejo de los bosques

• Formas internas de distribución de beneficios

• Distancia a los mercados en función al grado de transportabilidad de los productos

También es importante tomar en cuenta una serie de condiciones que aseguren el buen desarrollo de la operación forestal. Entre otras mencionamos

• Seguridad de tenencia de la tierra que estimule la inversión de largo plazo

• Zonificación interna participativa que garantice que se van a respetar las áreas forestales y no se va a promover el cambio de uso al interior de la comunidad

• Reglamentos internos de la comunidad que regulen las diversas actividades productivas y de conservación de bosques

• Gobernanza interna que asegure un adecuado proceso de toma de decisiones

• Factores culturales compatibles con las necesidades del manejo forestal comunitario

Se requiere una gran dosis de sinceramiento para definir el alcance del manejo forestal comunitario. No todo tiene que pasar por la madera ni todo tiene que pesar por la articulación al mercado. También es factible desarrollar opciones de manejo y conservación orientadas a satisfacer necesidades inmediatas de la vida comunitaria. Esto puede ser mejor entendido si es que se comprende que en muchas comunidades ya se ha afectado la cantidad y calidad de provisión de los bienes y servicios de los ecosistemas forestales de la comunidad. Recuperar la calidad de los bienes y servicios de los bosques para la calidad de vida también es un objetivo nada desdeñable. Esto puede ser entendido cuando se aprecia en la comunidad escasez de leña, escasez de hojas de palmera, escasez de fauna para la caza de subsistencia, escasez de plantas medicinales, escasez de peces. La presión de recursos producto tanto de incremento de demanda externa como la aparición de nuevas necesidades que satisfacer también pueden afectar la capacidad de los bosques de brindar sus beneficios. Esto de ninguna manera significa negar el mercado sino repensar el nivel de relacionamiento con el mercado. Para comunidades que ya decidieron incorporarse proactivamente al mercado las estrategias de acompañamiento deberán ir en la misma dirección.

No se trata de juzgar todo a la luz de paradigmas de gestión empresarial urbana que no necesariamente se ajustan a las condiciones culturales de las comunidades. Podemos estar frente a diferentes concepciones de tiempo, efectividad e incluso de la ética de la acumulación. Los valores de la economía del don (solidaridad, reciprocidad) deben ser procesados a la luz de los nuevos valores de la economía de mercado. Se requiere una nueva ética económica que signifique la consolidación de los valores de la asociatividad y la reciprocidad antes que medios que promuevan el divisionismo y el individualismo. De ahí la importancia que los alcances del manejo forestal comunitario sean producto de un auténtico proceso participativo en la que se puedan discutir con mucha objetividad no sólo los beneficios del manejo forestal comunitario sino también los compromisos, las implicancias y los retos que ello implica. Las comunidades deben (re) conocer con mucha precisión que implica embarcarse en un proceso de manejo forestal comunitario para no producir desencantos y deserciones posteriores.

Está claro que las propuestas de manejo forestal comunitario tienen que inscribirse en una propuesta de derechos. Pero derechos también implica reconocer responsabilidades. Esto no es únicamente una cuestión ambiental sino que implica responsabilidad intergeneracional al interior de los propios pueblos indígenas. Cuando se refiere a experiencias articuladas al mercado no estamos hablando únicamente de procesos que faciliten el acceso a los bosques y la extracción de recursos forestales sino, sobre todo, estamos hablando de procesos que garanticen la sostenibilidad de los bosques. Esto es válido para cualquier actor vinculado a procesos productivos a partir de los bosques.

Aunque son válidos los procesos de subvención externa, reconociendo la deuda social hacia los pueblos indígenas, éstos deben ser diseñados de tal manera que no generen condicionamiento o dependencia hacia los actores externos. Por lo tanto éstos deben tener carácter temporal y orientado más bien a lograr el empoderamiento pleno de los actores forestales involucrados.

Desde un principio debe plantearse de manera participativa procesos de fortalecimiento de capacidades donde la energía cultural, los conocimientos y saberes indígenas tengan un lugar preponderante. Así mismo se deberá desarrollar una actitud favorable a incorporar criterios de interculturalidad en la gestión forestal. Del mismo modo, en los procesos sociales es más prudente subirse a la lógica de la energía social y cultural que generar propuestas que afecten la estructura interna de la comunidad. Un proyecto de manejo forestal comunitario está para fortalecer las relaciones sociales antes que fomentar el divisionismo y la conflictividad interna.

Queda claro entonces que ante condiciones de alta diversidad biológica y cultural también corresponden una diversidad de opciones de manejo y conservación de bosques a partir de sus diferentes bienes y servicios. Es importante dimensionar apropiadamente el rol del manejo foresta comunitario que puede ser una interesante opción económica pero no es la única y exclusiva pues es necesario contar con una estrategia diversificada de opciones.

Finalmente, es importante precisar bien el real alcance del emprendimiento de manejo y conservación de bosques, puede haber diferentes grados de articulación a los mercados sin que ello necesariamente signifique “fracaso”. Se requiere mayor apertura para entender el valor de la cultura en el manejo forestal comunitario. Así mismo, es necesario entender las motivaciones psicológicas que mueven a los actores y organizaciones indígenas para involucrarse proactivamente en emprendimientos de manejo forestal comunitario. Esto es, desarrollar una visión ontológica para garantizar la efectividad del manejo forestal comunitario. www.ecoportal.net

Fuente artículo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Los_retos_del_manejo_forestal_comunitario_en_la_Amazonia

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