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Un necesario cambio de perspectiva para actualizar el manual de convivencia

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Mónica Machado Valencia

Esta época del año, en la que la mayor parte de los colegios en Colombia inicia su calendario académico, es el momento preciso para poner la atención en una herramienta institucional que debe ser actualizada anualmente: el manual de convivencia. 

Este proceso de actualización, cuando es realizado de manera participativa, ofrece una oportunidad de aprendizaje significativo para todos los actores de la comunidad educativa, respecto a lo que significa ser un ciudadano activo.

En un colegio confluye diariamente la diversidad: de culturas, razas, géneros,  ideologías, creencias, edades, identidades sexuales, entre otras, inherentes a las personas. Y en un lugar en donde se establecen múltiples relaciones entre actores diversos, que buscan un mismo fin educativo, pero que en el trayecto de alcanzarlo divergen en multitud de aspectos, es imperativo que exista una serie de acuerdos mínimos, que contribuyan a crear climas escolares en donde se saque  el mejor provecho del ejercicio pedagógico.

La definición de dichos acuerdos de manera participativa debería ser el eje principal de los manuales de convivencia. Sin embargo,  en la práctica, en muchos colegios son  documentos que contienen una lista de prohibiciones para los estudiantes, con sus respectivas sanciones, definidas de manera unilateral; al que deben acogerse los alumnos por temor al castigo, más que por una apropiación crítica y reflexiva de lo que contiene. En este sentido, es frecuente que frente a una falta o a una situación que afecta la convivencia, los colegios se limitan a aplicar la sanción que corresponde según dicha falta sea leve, grave o muy grave, y poco atienden al desarrollo de acciones pedagógicas o estrategias que permitan restablecer las relaciones entre los actores involucrados.

Entonces, se requiere un cambio de perspectiva frente a lo que el manual de convivencia significa, para lograr que trascienda de un documento inflexible y terminado, hacia un proceso de construcción y actualización colectiva. Ante todo, es necesaria una transformación de la cultura institucional, cuando en la práctica esta no se basa en los principios de participación democrática.

La importancia y necesidad de este cambio de perspectiva no se fundamenta solamente en un marco legal y jurisprudencial que lo exige, sino también en razones inherentes a la función de la educación: el desarrollo de los individuos de manera integral, que aprendan, pongan en práctica y defiendan los principios de un Estado democrático y de la participación ciudadana.

Adicionalmente, en las investigaciones de diversos fenómenos educativos se ha mostrado ampliamente la interrelación que existe entre un clima de convivencia pacífica y el éxito de los procesos pedagógicos. “Sólo cuando en una institución escolar se privilegian la comunicación, el respeto mutuo, el diálogo, la participación, recién entonces se genera el clima adecuado para posibilitar el aprendizaje” (Ianni, N., 2003).

Los cambios de paradigmas requieren de tiempo, paciencia y acciones educativas para ser apropiados en diferentes contextos sociales. Es posible que en Colombia nos encontremos en tránsito para ese cambio de los manuales de convivencia. Pero aún hay mucho camino por recorrer, porque sólo hasta años muy recientes, el sector educativo y la sociedad en general han vuelto a centrar su mirada sobre estos.

Su formulación estuvo orientada durante casi dos décadas por la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994, y su Decreto Reglamentario 1860 del mismo año. En ese momento, para la elaboración de los manuales de convivencia, los colegios adoptaron un marco más parecido al Código Penal (con mayor énfasis en aspectos como faltas leves, graves, muy graves y sanciones, que muchas veces violaban los derechos constitucionales), que a un acuerdo de la comunidad educativa en donde se adoptaran medidas para promover la convivencia. Cabe anotar que pese a los profundos cambios sociales de las últimas décadas, en buena parte de los casos estos manuales permanecieron estáticos.

Solamente hasta el año 2013, con la Ley 1620 y el Decreto 1965, se pretendió instalar una mirada diferente: de pactos y acuerdos, que atendieran más a la promoción del aprendizaje de la ciudadanía y a la prevención de situaciones que afectaran la convivencia, que a un compendio de normas de disciplina y sanciones en las que los estudiantes no tenían participación.

En este sentido, la Ley 1620 y su Decreto establecen explícitamente elementos que marcan grandes distancias con la manera como tradicionalmente se han elaborado los manuales de convivencia y con la denominación de reglamento, contemplada en el Decreto 1860. Algunos de los más relevantes son los siguientes:

  • la construcción de una ruta de atención integral para las situaciones que afectan la convivencia, que hace énfasis en la promoción y prevención y que debe incluir proyectos transversales para el desarrollo de competencias ciudadanas y la formación para el ejercicio de los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos;
  • un rol activo a los estudiantes en la definición de las acciones contempladas en esta ruta de atención integral;
  • la definición de estrategias alternativas para fortalecer la convivencia y el ejercicio de los derechos humanos, que respeten la diversidad, permitan resolver los conflictos de manera pacífica y que consideren el error como una oportunidad pedagógica para el aprendizaje;
  • la actualización anual, en un proceso participativo que involucre a los estudiantes y a toda la comunidad educativa, con un enfoque de derechos y diferencial;
  • la adopción de pautas y acuerdos que deben atender todos los integrantes de la comunidad educativa para garantizar la convivencia y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos,
  • y el cambio en el concepto de “sanción disciplinaria” por medidas pedagógicas que permitan la reconciliación, la reparación de los daños causados y el restablecimiento de un clima de relaciones constructivas.

Por otra parte, la Corte Constitucional ha reiterado en múltiples oportunidades y aún con anterioridad a la Ley 1620, que las normas establecidas de los manuales de convivencia no pueden sobreponerse a los mandatos constitucionales, y que sus disposiciones no son aplicables cuando vulneran los derechos fundamentales de los miembros de la comunidad educativa. Así, la Corte ha tutelado los derechos de los estudiantes que han sido vulnerados por disposiciones de los manuales de convivencia; tales como el derecho a la educación, al libre desarrollo de la personalidad, a la libre opción sexual, a la educación de la comunidad LGBTI, a la dignidad humana, a la igualdad, a la intimidad y al buen nombre[1].

Uno de los casos más recientes de vulneración de derechos, que derivó en el suicidio de un estudiante por hostigamiento de las directivas de su colegio, debido a su orientación sexual diversa, llevó a la Corte Constitucional a ordenar al Ministerio de Educación Nacional la revisión de todos los manuales de convivencia del país; para garantizar que los mismos respeten la orientación sexual y la identidad de género, e incorporen formas alternativas para fortalecer la convivencia escolar (Sentencia T-478/15).

El cumplimiento de la sentencia tocó principios morales y religiosos muy arraigados en nuestra sociedad, en donde la orientación sexual diversa no es reconocida como un derecho fundamental, aunque esté consagrada constitucionalmente. Así, se desató una gran polémica mediática que fue poco aprovechada por los actores del sistema educativo, para discutir la necesidad de cambiar la perspectiva de los manuales, de manera que esos principios morales y religiosos puedan ser respetados y tengan cabida dentro de los pactos de convivencia, al igual que las libertades y derechos de quienes optan por una orientación sexual diversa. Posiblemente algo demasiado complejo y un logro de largo aliento, pero que para avanzar, requiere mayor contundencia y políticas claras por parte del Ministerio de Educación Nacional.

[1] Al respecto se pueden revisar las siguientes sentencias: T-341/03, T-491/03, T-688/05, T-918/05, T-562/13, T-804/14, T-478/15, T-346/16

Fuente artículoa: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/un-necesario-cambio-de-perspectiva-para-actualizar-el-manual-de-convivencia

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No toda trinchera es honorable

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org/

Por: Miyer Pineda

Un llamado a los manifestantes del paro camionero que han detenido la alimentación escolar por las protestas.

Sitiar una ciudad. Impedir la entrada o salida de alimentos sin que importen los afectados,  productores, campesinos, microempresarios que le han apostado a resistir en el juego del mercado o los sencillos habitantes de ciudad que trabajan día a día para sobrevivir. Destruir sus negocios. Obligarlos a que pongan en sus vitrinas que apoyan el paro. Que reine el miedo es la consigna. Detener camiones con la alimentación escolar. Impedir el paso de ambulancias, la movilidad de peatones, la libertad que se supone es pilar fundamental en un sistema democrático: esos Derechos no nos importan.

Destruir los bienes públicos y privados porque nuestra rabia justifica todo. Hay corrupción, hay desigualdad, hay represión, por tanto debemos ser generadores del caos, romper ventanales, cerras vías, arrojar piedras porque estamos libres de pecado.

No importa que el dinero para reponer esos destrozos deba salir de nuestros bolsillos, ni que se hubiera podido invertir ese dinero en otra cosa. Si lastimamos a alguien no importa, solo importa si nos lastiman a nosotros. La libertad de expresión que defendemos es la nuestra, la de los demás es deleznable.

Sitiar una ciudad, presionar (obligar) a sus habitantes a que apoyen nuestras exigencias, no importa que con el tiempo lo que pedimos golpee a los más pobres a quienes el dinero no les alcanzará sin que sepan explicarse la razón. Eso no nos interesa: lo importante es el discurso de la rabia y erigirnos como expertos en buscar conejillos de indias para descargar nuestra impotencia.

Y todo el que no esté de acuerdo con nosotros será nuestro enemigo. Y todo el que no salga con nosotros será un traidor o un cobarde, o un santista (que ahora quiere decir castrochavista);  pregonaremos la muerte atacando el proceso de paz porque “aquí sí se dialoga con terroristas” y no con los trabajadores honestos; no importa que la guerra siga, al fin y al cabo no serán nuestros hijos los que tendrán que ir a pelearla en la trinchera.

No importa que esas palabras sean las del Señor de la muerte, igual  podemos ver la guerra por televisión e indignarnos mientras continúa nuestra digestión, incluso podríamos buscar estrategias para lucrarnos: haremos marketing sobre el discurso de la injusticia (ya se nos ocurrirá algo). No importa que el presupuesto que podría dignificar un poco la salud o la educación tenga que irse a mantener el negocio de la muerte; no nos importa nada, solo nuestros intereses, nuestros egos de ser paladines de la justicia (no importa la de quien, el frente es lo de menos).

Sitiar una ciudad, secuestrar a un país y legitimar ese proceder con el Derecho a la protesta. Apropiarnos del concepto digno de “movimientos sociales” (el nazismo o el falangismo a su modo también lo fueron). No importa que los jóvenes de este país no tengan acceso a su Derecho a la educación (esto es lo de menos: mejor; si se educan podrían cuestionarnos a nosotros también y no se dejarían contagiar con los discursos efectistas del Odio y de la impotencia, ocultos bajo el mote de movimientos sociales); tampoco es importante que se cierren las pocas fábricas, o que con el tiempo haya que despedir gente para recuperar un poco las pérdidas, o que las ambulancias no puedan circular (si el paciente muere, mejor, un muerto más… también usaremos su memoria) … Y si esta gente en realidad es afectada, pues que sean verracos y que se unan y sitien la ciudad, que bloqueen las calles; al fin y al cabo no hemos logrado salir de la edad media.

Y si cerramos las calles no importa que eso aplaste los Derechos de los demás porque aquí prima el Derecho a la protesta, y la protesta significa ahora negar los Derechos de los otros para imponer nuestros intereses, y si hay muertos, mejor, eso golpeará por fin a la gente, que salga a manifestarse, y si nos atacan culparemos de todo al ESMAD; porque sí, el ESMAD tiene la culpa de todo; porque sí, el ESMAD está conformado por los políticos corruptos e infames que nos tienen así y quienes sabían que saldríamos a la calle y que por consiguiente crearon al ESMAD. Lo importante es el Derecho a la protesta aunque no sepamos protestar y pensemos que es legítimo Protestar en su nueva y frívola definición… negar los Derechos de los otros.

Y otros tantos vamos a posar, vamos a liderar, vamos a decirle a la gente lo que quiere escuchar: que El Estado es una lacra corrupta, que el Estado no respeta el derecho a la protesta, que Santos es lo peor que le ha podido pasar a este país… (¿Se dieron cuenta de que evité escribir groserías?): ¿No es increíble que se hayan dado cuenta AL FIN de todo eso? ¿Y por qué los siguen eligiendo?

No nos asombraremos porque ninguno de estos personajes se atreva a decir que el Estado no es lo mismo que el Gobierno; que es el Gobierno de turno el que ocupa el poder del Estado cada cuatro años; no se atreverán a decir que a ese Gobierno lo elegimos nosotros cada cuatro años; no se atreverán a decir que si el negocio es malo, pues quizás debamos invertir en otra cosa en lugar de obligar a un país a aceptar unas condiciones que lo afectarían, solo para que cese el Sitio medieval.

Es poderosa una Protesta, la apoyamos, eso es la Democracia… pero cuando está construida desde la dignidad y desde la Ética: el cacerolazo que no se convierte en acto vandálico o el poema de Neruda leído por el Maestro de la polis, o las velas de los niños como expresión de solidaridad, o el trovador que atraviesa su guitarra para buscar el diálogo, o muchos de esos marchantes conmovidos y solidarios, o el policía que acompaña la Marcha porque sabe que no habrá provocaciones… si esto es así, funciona la Democracia… Si cedemos a la rabia, o al sesgo ideológico, habrá heridos, confusión, y señores… toda estará permitido.

Se sorprenden porque el ESMAD cumple con el objetivo con el que fue creado. Se sorprenden porque los sucesivos Gobiernos que eligen mal no los escuchan… Pero no se sorprenden cada cuatro años cuando los vuelven a elegir. Olvidan pronto. Y ¿Quién es el responsable en ese caso?

¿La culpa de todo es de Santos o de las multinacionales o del ESMAD? ¿El culpable es este Neoliberal de clase alta o de esos perros rabiosos a los que sueltan para reprimir nuestras protestas? ¿Quién lo eligió? ¿Y quiénes eligieron a los congresistas que no han permitido el desmonte del ESMAD? Y cómo no falta el que lea desde sus prejuicios, le aclaro que ya en un ensayo había condenado el accionar de la policía debido a los asesinatos de Nicolás Neira y de Diego Felipe Becerra en Bogotá.

Y mientras tanto en la ciudad sitiada en la que vivo ya hubo un muerto… pasaba por ahí, se detuvo a mirar cómo el pueblo sacaba su rabia en contra de los policías del ESMAD (integrado por muchachos de estrato 25, hijos de senadores y burócratas, a los que les encanta desbloquear calles)… hasta que uno de esos policías disparó una granada con las que los equipan y golpeó la cabeza de ese muchacho. Murió en la calle sin que pudiera hacerse nada… y por supuesto cada uno de los habitantes se sintió conmovido e indignado… Y nadie se ha atrevido a decir que fue una muerte que no debió ocurrir.

Uno de los participantes que lo presenció todo me contaba que por poco el artefacto lo golpea a él, mientras sonreía… No sé si entendió cuando le dije que en realidad sí le dieron, que nos dieron a todos, pero que no nos hemos dado cuenta o que no nos importa.

Al rato ya estaban los videos del cuerpo en las redes. Algunos carroñeros y su amarillismo ultrajando el cuerpo del muchacho, su nombre, su sangre, su memoria… al menos el legítimo derecho a la memoria.

Hubo protestas y cacerolazos en los que se mimetizó el discurso del odio porque en este país cualquier trinchera es honorable siempre y cuando le estampemos la palabra Derecho. Aquí se piensa que se tiene el derecho a odiar y a destruir al otro. Lo primero es comprensible pero lo segundo señores no puede aceptarse. Hermoso ver a la ciudad solidarizada con la memoria de la víctima, hermoso ver la ciudad en silencio… pero nadie es capaz de decir que mucha gente tiene miedo al vandalismo.

Y entonces comenzó la polifonía de la indignación: cada uno proponiendo su punto de vista he intentado imponerlo sobre el de los demás. A lo mejor eso es lo que nos falta, decirnos las cosas, educarnos desde premisas kantianas en las que debemos obligarnos a pensar mientras exigimos que la violencia debe ser aplicada SOLO EN CONTRA DE NOSOTROS MISMOS, CRITICAMENTE, y no en contra de los demás. Deje de estigmatizar tanto al que piensa diferente y pregúntese a quiénes beneficia el Paro. Deje de servirse de la muerte de ese muchacho (y de los demás muertos) y pregúntese la causa de su muerte: y deje de responder que la culpa es del ESMAD, y piense en los que provocaron al ESMAD con su insistencia en secuestrar a un país, y luego piense en la forma de votar que se tiene en estas tierras, porque sus elegidos crearon al ESMAD, y todo indica que lo fortalecerán así cambie de nombre.

Y propongo esa sencilla regla para que el diálogo sea posible: Pensar es irse en contra de uno mismo, sin intentar imponer la tesis de que todo es aceptable para lograr satisfacer mis intereses…
Y luego las redes, la estupidez vitrinizada: la faceterapia… sobre la cual ya Umberto Eco dijo todo, egos y egos efímeros vomitando su estupidez (que es contagiosa y por eso se vuelve viral), su  impotencia y el odio que sentimos por el conocimiento, por el que no piense igual, por el que no se sume a nuestra cruzada de imponer por la fuerza mis intereses.

Han sido pocos los que se han negado a sumarse a los carroñeros que pasean en el mundo virtual, el cuerpo sin vida de ese muchacho que no debió haber muerto.

Por ahora debo decir que estoy de acuerdo con que nos indignemos por la situación del país (ya era hora después de tantos años), y que estoy de acuerdo con el Derecho a la Protesta, pero una protesta desde la imaginación y desde la ética, es decir desde la Democracia… pero no una Protesta que limite las libertades, porque entonces ¿qué diferencia habría con un Paro armado, por ejemplo? ¿Qué nos diferenciaría de ese tipo de lacras?

Así que propongo en un principio que debe indignarnos más el hecho de que seamos nosotros con nuestros votos o con nuestra abstención, quienes propiciamos que esto pase. Porque si la culpa es del ESMAD, pues país, todos somos el ESMAD: Elegimos a sus creadores. Y aún más los líderes de esos bloqueos que con su arrogancia hicieron necesaria la presencia del ESMAD. Pero buscaremos culpables… y los culpables  siempre son los otros… y posaremos exigiendo justicia y lavándonos las manos.

Si el problema es que no se quieren multinacionales pues elijan un buen Congreso y dejen de elegir presidentes neoliberales… porque en el colmo de este desorden ya se oyen voces que piden el regreso del Señor de la muerte. (Neoliberal y asesino).

Por ahora me sentaré a esperar los ataques del odio porque lo que está de fondo es la manipulación de nuestra ignorancia empoderada por impotencia y deseos de sangre. No importa que nuestro pensamiento oscile apoyando frentes sospechosos e inhumanos; la cuestión es la pose, la simulación, encubiertos en discursos de reconciliación y de fraternidad.

A los policías que dispararon los acusarán de homicidio culposo… mientras los creadores del ESMAD seguirán con sus vidas, o ni los acusarán porque se dirá que estos agentes cumplían con su asqueroso y discutible deber. Mientras tanto, la familia del muchacho (me niego a escribir su nombre por respeto a su memoria)… cargará con ese dolor, hará su duelo, y no me atrevo a decir que TODOS somos ese muchacho porque eso sería ceder a la demagogia que desconoce el dolor de los demás, pero a lo mejor así se comprenda el problema: pobres matando pobres, eso sintetiza la historia de nuestro país que se niega a aprender de sus errores.

//rosablindada.net/files/PINEDA_Oscuras_Grafias.pdf

//verne.elpais.com/verne/2016/02/20/articulo/1455960987_547168.html

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/no-toda-trinchera-es-honorable

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La soledad del PRAE

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Mauricio Mora Rodríguez

Un recordatorio para la comunidad educativa sobre el proyecto ecológico que se ha dejado a un lado y que además, no se ha potenciado como se debería hacerlo. 

Por estos días, época de proyecciones, modificaciones y planeaciones, vale la pena preguntarse por  un proyecto transversal que debería tener más importancia: el PRAE. Vital para construir el puente tan necesario entre la escuela y la comunidad y que, potenciando la investigación y el trabajo colaborativo, procura crear conciencia sobre el impacto que los seres humanos tenemos con nuestras acciones sobre el medio ambiente.

No obstante su importancia, es un proyecto subvalorado en las más veces, diluido en medio de la cantidad de capacitaciones y actividades que desarrollamos, la soledad de la mayoría de los PRAE(s) es atribuible al desconocimiento real acerca de lo que es el medio ambiente y sus interacciones sociales y culturales  por parte de todos los miembros de la comunidad educativa, lo cual no permite que haya una apropiación real ni que podamos implementar la siempre bien ponderada y casi impronunciable interdisciplinariedad.

Las debilidades en la planeación y ejecución de los PRAE(s) son varias, pero según la Mg Ángela Cortés, una de los más comunes es limitarse al activismo: se ejecutan actividades básicas como programar jornadas de aseo o instalar canecas de reciclaje, pero se ha dejado de lado la parte conceptual y contextual; sería importante encontrar los problemas ambientales del entorno, estudiarlos a fondo y realizar ahí sí las acciones tendientes a la resolución o mitigación de estos problemas, de esta manera el efecto sobre la comunidad sería más importante.

Una cosa que debe tener presente toda la comunidad educativa con respecto al PRAE, es que no genera dividendos económicos, a veces se piensa que el reciclaje de los residuos sólidos u otras actividades del programa tienen un fin de lucro, y no es así, sin embargo una planeación y una ejecución correcta del proyecto ambiental redunda en cosas como el ahorro de energía y agua en las instituciones educativas, una reducción en el consumo de, por ejemplo, envases Pet y paquetes (que además mejora la nutrición de los estudiantes), y finalmente, en el mejoramiento de la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad educativa. Por eso es importante rescatar la conciencia ambiental de las páginas muertas del proyecto y de los anuncios estériles de echar el papelito a la caneca, para sentarse a analizar las problemáticas ambientales y contribuir así con un planeta que pide a gritos conciencia de todos sus habitantes.

Adenda: Quedó un mal sabor con las reiteradas denuncias de fraude en el concurso de ingreso docente, pero además con la ligera conclusión de que no había pasado nada, basada, supongo en una investigación exprés de 24 horas, no es la primera vez que pasa y no puede ser que la prueba escrita pierda el único atributo que tenía: la objetividad.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-soledad-del-prae

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La huella del general Santander en la universidad pública

Por: Ignacio Mantilla

Como algunos de los lectores sabrán, la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, celebra este año el aniversario 150 de su fundación.  Queremos que su sesquicentenario sea la oportunidad para que la institución deje de ser “uno de los secretos mejor guardados del país” y que toda la sociedad, a la que le debe su existencia, pueda conocer mejor esta extraordinaria universidad. Y quiero precisamente aprovechar este espacio para compartir, durante algunas semanas, los avatares históricos del alma mater, de sus facultades y áreas del conocimiento.

A finales de 1830, mientras el general Francisco de Paula Santander vivía en el exilio, ocurrió un afortunado encuentro entre nuestro hombre de las leyes y el barón Wilhelm von Humboldt, por aquel entonces reputado ex director de Educación de Alemania. Su charla amable fue breve pero familiar, dado que Santander había trabado amistad cercana con su hermano menor, el científico y expedicionario Alexander von Humboldt.

Este crucial contacto le permitió a Santander dar el primer paso para acercarse a las ideas renovadoras sobre educación que Wilhelm von Humboldt había implantado con éxito en su famosa reforma educativa de 1808 en Alemania. El general visitó asiduamente al intelectual alemán durante varios días. En estos encuentros y en su visita a la Universidad de Berlín, sugerida por Humboldt, Santander conoció ese novedoso modelo universitario, contrapuesto al modelo francés que se había adoptado en un buen número de universidades europeas.

Con nuevas fuerzas y muchas ideas, el general regresó a su patria, investido como presidente de la Nueva Granada, el 7 de octubre de 1832. Una de sus principales metas como presidente, y tal vez la que más le preocupó, fue mejorar la educación (y ojalá fuese así para todos los mandatarios). Para lograrlo, el general Santander reformó el sistema de Instrucción Pública del Estado, que paradójicamente intervino el Plan Educativo expresado en la Ley del 28 de marzo de 1826 y el Decreto del 3 de octubre del mismo año, ambos impulsados por el propio Santander a su paso por la Vicepresidencia de la Gran Colombia.

La ley que organizó la Instrucción Pública en 1826, como lo he mencionado en una columna anterior, significó un avance fundamental, pues eliminó el dominio religioso de la educación y dio ese poder al Estado. También extendió la educación a las regiones con la creación de centros de enseñanza de todos los niveles, entre otros, la Universidad Central de Bogotá (antecedente de nuestra actual Universidad Nacional de Colombia), la Universidad Central de Quito y la Central de Caracas. Desde la reforma educativa del 26 Santander fue un ferviente impulsor de la enseñanza del inglés y el francés y un convencido absoluto de los beneficios de la educación superior pública, pues defendía la idea de que el ejercicio de la ciudadanía, el desarrollo de la República y, en general, la felicidad de los pueblos solo podía alcanzarse y afianzarse con una educación pública integral en todos sus niveles.

Sin embargo, como presidente, trabajó por más de dos años redactando y discutiendo un nuevo código de Instrucción Pública que fue presentado al Congreso en 1834. En este proyecto Santander expresó su más avanzado pensamiento sobre la educación. Estaba convencido de que las universidades debían tener autonomía y no solamente pretendía hacer de éstas centros con tendencia científica e investigativa, sino que, liderada por ellas, la educación debía convertirse en un poder más del Estado. Según esta concepción, la educación en las universidades, como servicio o como deber social, se ejercía con autonomía en todos los órdenes, desde la cátedra, pasando por la selección de profesores y empleados hasta las decisiones del gasto de los recursos entregados por el Gobierno. Este revolucionario ideal universitario pretendía que el dominio del Estado, que se había vuelto asfixiante y definía hasta los textos de enseñanza, se reemplazara por la confianza absoluta en la madurez intelectual de la universidad, pero bajo la vigilancia del Gobierno, como correspondía a los establecimientos oficiales.

Pero a las ideas del general, en materia de educación, solo se les dio importancia en los inicios de la década de los 60 del siglo XIX, muchos años después de su muerte, cuando los liberares radicales empezaron a discutir una ley que organizaba la Universidad Central de los Estado Unidos de Colombia (así fue su denominación en los proyectos de ley discutidos). Finalmente, fue durante el Gobierno del presidente Santos Acosta, cuando el Congreso de la República aprobó la Ley 66 del 22 de septiembre de 1867, que dio vida a la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia.

Desde sus antecedentes en esa Universidad Central de Bogotá, encontramos la huella de Santander como el primer defensor de una institución pública y nacional de educación superior, con la concepción autónoma de la educación, formulada por Wilhelm von Humboldt y defendida por Santander.

La Universidad Nacional de Colombia tiene una gran deuda con Santander. En el sesquicentenario de nuestra fundación, queremos hacerle un homenaje difundiendo su legado entre nuestras jóvenes generaciones.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/la-huella-del-general-santander-en-la-universidad-publica-columna-683969

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Educación Vs. formación

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Cuando se piensa en formación, los horizontes y las exigencias son muy diferentes de lo que se piensa en la educación escolarizante

No hace falta un cúmulo de investigaciones y estudios para saber que el sistema  de educación actual es un fracaso en todo sentido. Las evidencias que se suelen apreciar todos los días, muestran un sistema cansado y agotado que ya no produce los efectos que todos esperan con gran ilusión. La muerte de un niño por causa de los golpes de sus compañeros de colegio fue la gota que derramo el vaso. Ya es el signo más evidente de la enfermedad del sistema. De ahí para abajo los signos y evidencia en muchas de las escuelas, colegios, universidades  y comunidades, es de tal magnitud que seguir tapando el sol con un dedo, es simplemente la mayor de las demencias.

Pensando en formación

Muchas de las cosas del pasado aun son válidas, no se puede negar, pero afirmar que ese sistema educativo, basado en inercias y prácticas obsoletas con agentes formados en otro siglo que ya no existe, pueda hacer algo por las nuevas generaciones y lo peor de todo, legalizar y fortalecer tales enfoques y prácticas por medio de legislaciones coyunturales, y presiones sindicales, es del todo un despropósito que a todas luces ha puesto a la Nación en un grave peligro de inestabilidad  y de inseguridad creciente.

Ante este oscuro y bien deprimente panorama educativo, es preciso que las nuevas generaciones de docentes  y agentes educativos inteligentes, puedan convertirse en NUEVOS maestros formadores y que las acciones pertinentes de reflexión y acción, logren cambiar realmente las viejas estructuras educativas por otras, las formativas, que correspondan a las dinámicas del presente y del futuro.

Una de las oportunidades que se presentan en este horizonte cambiante, tiene que ver con la idea de estructurar la educación por ciclos (mal denominada, pues corresponde mas a un sistema en espiral que de ciclos), en donde si bien es cierto se hace referencia a una serie de cambios, el criterio mas importante es concebirla como un proceso. CICLO ES PROCESO.

La categoría que debe subyacer a este nuevo enfoque es el de OPORTUNIDAD EDUCATIVA, entendida esta como proceso formativo, en donde se logra evidentemente y con claridad, éxito real de logro de habilidades que aseguran y garantizan la secuencia de posibilidades formativas y que  su finalidad es la categoría axiológica de la  AUTONOMIA.

Cuando se piensa en formación, los horizontes y las exigencias son muy diferentes de lo que se piensa en la educación escolarizante. Así mismo son muy distintos conceptos tales como: aprendizaje, ciencia, conocimiento, pues para el futuro los conceptos que se necesitan son: ciencia modo dos, personalización, evaluación, habilidad, competencia etc… todo cambia cuando el contexto es otro y en este caso el contexto es el futuro  y el tipo de generación de niños y jóvenes.[1]

La posibilidad de un proceso de formación estructurado en ciclos ( que supera la concepción” vulgar” de la educación organizada en ciclos) transforma, no solo el concepto mismo de conocimiento, sino la manera de abordarlo, aprenderlo y sobre todo de convertirlo en algo útil. Se trata de entender la secuencia de  pasar del dato, a la información, al conocimiento y al saber. Pasar de las viejas concepciones de aulas, en donde el tiempo escolar es transformado en tiempo formativo y en donde de profesor se pasa a maestro formador. Es una transformación total y esto se puede lograr cuando se supera el viejo paradigma de la educación escolarizante por  el paradigma formativo.

Entre uno y otro existen una serie de consecuencias muy importantes que hacen ver este enfoque, el de la educación estructurada en ciclos, como una de las mejores alternativas, que sin ser la mas revolucionaria o de punta, si representa un paso interesante hacia la  transformación paradigmática.

Este nuevo enfoque, que para Bogotá es ya una política, necesita de entrada, una transformación de actitud en el antiguo docente para aprender  y pensar  y actuar de otra manera  muy  diferente. Sin este componente básico, no es posible que este enfoque se consolide. Son varias las exigencias que resultan  y son muchos los conocimientos de otro tipo, que se necesitan para abordar una política de tal magnitud. No es imposible, pero si es preciso que esto ocurra. De ahí la necesidad de que los  viejos profesores y docentes, entren en un serio y continuado proceso de formación, para que lleguen  a ser maestros formadores y para ello es preciso que vivan y experimenten los mismos procesos que van a desarrollar con sus futuros estudiantes a los cuales educan hoy  de manera tradicional.

El futuro de las transformaciones en educación esta pues, ceñida al cambio de paradigma que se centra ahora en la supracategoría FORMACIÓN, que necesariamente obliga a  los actuales profesores y demás agentes educativos a transformar sus creencias, sus visiones, sus conocimientos y obviamente sus actitudes y formas de hacer y ser profesional de futuro. Pero, y aquí viene lo complicado de este tipo de avances, la necesidad de contar con una legislación inteligente generada por funcionarios inteligentes y también con visión de futuro. Es mi concepto, y así lo puede afirmar la historia, si la educación no ha dado el salto hacia su pertinencia con visión de futuro, ha sido por el  tipo de legislación que se ha producido en cada coyuntura y en la forma como se han formado los docentes y profesores en las viejas y caducas facultades de educación.

[1] Hoy la generación Z, es la que existe y se contrasta o se enfrenta con generaciones anteriores ya bastantes caducas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-vs-formacion

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Innovación y búsquedas

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan.

Italo Calvino, a mediados de los años 80’s, escribió un gran libro llamado «seis propuestas para el próximo mileno». Su inteligencia y su visión, le permitieron ver lo que hoy evidenciamos como una realidad: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad, consistencia.

Calvino veía venir los grandes cambios, que sumados a la inmediatez y a la genialidad, experimentamos a diario. Estos cambios a su vez evidencian nuevas necesidades para afrontar nuevos retos y la necesidad de pensar en formas novedosas de atender esta realidad de naturaleza cambiante.

El año pasado, en el Foro Educacion de Semana, el expositor Jon Kao, presentaba como cada época ha estado caracterizada por un gran hito: de la época de la agricultura a la industrial; de la época industrial a la época de la innovación. Palabra que ya es parte de nuestra cotidianidad, ilustrado de manera contundente por Kao al revelar que la palabra innovación ha sido consultada 2.65 billones de veces en el último año en el buscador de Google.

¿Qué nos dice esto en materia de educación? ¿Cuál es el rol de la innovación en un mundo cambiante de manera acelerada y de nuevas formas de aprender, desaprender y reaprender?

Aunque la palabra innovación generalmente nos lleva a pensar en tecnología, desde la Fundación Corona abarcamos el término desde una perspectiva mucho más holística entendiéndola como una manera de comprender realidades a través de caminos no tradicionales, de forma más eficaz, produciendo un cambio favorable en un determinado sistema.

Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan. No se trata solo de pensar en soluciones u oportunidades nuevas, sino también en revolucionar, en darle un giro a lo que generalmente hemos venido haciendo en aras de lograr un mayor efecto, en trabajar de manera colectiva y colaborativa buscando soluciones de impacto colectivo.

Con el fin de obtener una transformación al interior de la educación, entendemos la innovación en la educación como un eje transversal en las dos líneas de nuestro trabajo: Educación Orientada a la Ciudadanía y Educación Orientada al Trabajo.

Un ejemplo de lo que hacemos frente a este tema, es nuestra alianza con Enseña por Colombia, una iniciativa que busca mejorar la calidad de la educación, llevando jóvenes graduados de las mejores universidades del país con las mejores calificaciones a enseñar por dos años como profesores de instituciones públicas en los lugares más alejados de Colombia. En esta experiencia se innova en la forma de atraer buen talento para la educación, en la forma de democratizar las oportunidades para todos, en la manera de hacer país y ofrecerle a las nuevas generaciones oportunidades concretar de ser parte del cambio que tanto buscamos y reclamamos y que en particular ellos experimentan como un desafío propio.

Se innova en la manera de ser, de hacer, de pensar, de actuar. Se innova generando la capacidad de análisis, de afrontar retos históricos. Necesitamos cambios contundentes en las formas de enseñar y aprender, así como también en repensar lo que enseñamos. Queremos una educación interesante, incluyente, pertinente y participativa donde estamos convencidos que la innovación será la única forma de lograr cambiar los esquemas ordinarios y darle un aire fresco al proceso educativo.

Los invitamos a pensar diferente, a escuchar lo que dicen los jóvenes, lo que quieren, lo que son capaces y lo que necesitan. Hagamos de la educación un ejercicio democrático, creativo, dinámico que responda a 2.65 billones de búsquedas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/innovacion-y-busquedas

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El proceso de adopción y sus implicaciones en padres e hijos

01 de marzo de 2017 / Fuente: https://www.isep.es/

Por: Marbí Pereira

La adopción es otra manera de acceder a la maternidad/paternidad diferente a la biológica, que se fundamenta en la filiación jurídica, la cual fue regulada en 1993 por la Conferencia de la Haya en la que se establece que los países que firmaron el acuerdo se comprometen a (Alguacil, 2012):

  • Garantizar que el menor es adoptable.
  • Garantizar la idoneidad de las unidades familiares que desea adoptar.
  • Hacer el seguimiento de la adopción del niño en su nuevo hogar.

Los padres biológicos deben garantizar el poder cubrir las necesidades de un menor adoptable. Cabe destacar que comparten las mismas responsabilidades respecto a sus hijos que los biológicos, pero hay algunos aspectos que los diferencian (Alguacil, 2012). La primera diferencia implica la obligación de pasar por un proceso de formación y selección antes de acceder a la paternidad/maternidad (certificado de idoneidad) y en la más corta o larga espera hasta la asignación del niño.

La segunda diferencia se centra en las motivaciones que pueden llevar a adoptar a una persona o a una pareja. Este tema es complejo y habitualmente se centra más en el plano emocional que en el cognitivo, pero en todo caso, se sabe que tiene que ver con la experiencia vivida y con las expectativas sobre los menores

La tercera diferencia se produce una vez llegado el niño; los padres han de aceptar a un niño que ya existía al margen de ellos y que aportará su pasado. Más adelante, debe ayudarle a integrar su personalidad adoptiva.

Los condicionamientos para adoptar y los procesos de adopción y de idoneidad se basan en la necesidad de que las familias entiendan y estén preparadas para vivir esta realidad específica. Concretamente, se ha de ayudar a las familias a trabajar (Alguacil, 2012):

  1. Valorar las características especificad de los menores adoptados
  2. Asumir las funciones parentales relacionadas específicamente con la adopción
  3. Conocer y buscar estrategias de afrontamiento de las principales problemáticas de los niños/as adoptados.
  4. Saber buscar ayuda profesional en caso de que sea necesario

Características de los niños adoptados (Alguacil, 2012):

  1. Provienen de situaciones carenciales, entornos desfavorecidos, en los que no han recibido ni la alimentación ni el afecto, ni los estímulos más adecuados para su evolución física y psíquica
  2. Han de realizar un gran esfuerzo de adaptación (cultura, familia, etc.).
  3. Han de integrar sus orígenes, es decir, incorporar su pasado a su presente y reconocer los orígenes ajenos a su familia actual

Funciones parentales generales (Alguacil, 2012):

  • Función parental de protección: los padres han de velar por el crecimiento y desarrollo físico del menor, y también, deben proporcionarle un ambiente de seguridad que evite posibles riesgos. En el caso de la adopción, los padres tienen la obligación de controlar la salud de sus hijos, y ayudar y reparar en la medida de lo posible, todas aquellas carencias que puede presentar el niño.
  • Función parental de simbolización: los padres deben velar por la socialización en las conductas básicas de comunicación, diálogo y simbolización del menor. En la adopción, los padres han de asegurarse que los niños vivan en un entorno que facilite la comunicación, y en muchos casos, el aprendizaje de una lengua nueva y la relación entre todos los miembros de la familia nuclear, de la familia extensa y de la comunidad.
  • Función parental afectiva: para garantizar el desarrollo psicológico de su hijo/a, los padres deben crear en su casa un clima de afecto y respeto. Los menores adoptados que han estado institucionalizados, a menudo no han tenido relación con referentes afectivos cercanos y estables, por ello, los padres adoptivos deben enseñar a sus hijos a confiar en ellos.
  • Función parental de estimulación: los padres deben aportar a los hijos la estimulación que garantice que se pueden desarrollar correctamente de acuerdo con las necesidades del entorno. La estimulación que han de dar los padres debe ir en dos sentidos: a) creando un ambiente estimulante, y b) proporcionando interacciones positivas (Palacios y Rodrigo, 2004). Es habitual que, durante los primeros seis meses, el menor efectúe regresiones por lo que es efectivo estimular conductas propias de su edad más que emplear sistemáticamente el castigo o la desvaloración.
  • Función parental educativa: los padres son responsables de la educación integral de su hijo y deben tomar decisiones sobre contextos educativos que influirán de manera significativa en los menores. Los padres adoptivos deben tener unas expectativas reales de las posibilidades académicas y educativas de sus hijos para proporcionarles el entono educativo más adecuado. Es primordial ayudar a que los niños se adapten a una nueva cultura y unas nuevas costumbres. Los padres también deben estar preparados para establecer unas normas y limites que ayuden al niño/a a desarrollarse y crecer de manera sana y equilibrada.

Dificultades prevalentes en los niños adoptados (Alguacil, 2012):

Apego: según la Teoría del Apego de John Bowlby, el proceso de construcción de un apego sano se refiere a un vínculo muy específico que se construye de padres a hijos. Este vínculo implica una relación emocional perdurable, la cual produce seguridad y placer, y delante del riesgo de perder a esta figura de referencia se sufre una gran ansiedad. Entre los seis meses y los tres años de edad es un proceso crítico para la formación del apego. Sin embargo, se ha constatado que las relaciones seguras con otras personas, o la terapia, pueden compensar las relaciones menos satisfactorias con los progenitores y superar las relaciones infelices del pasado

Sentimientos de pérdida: los niños adoptados han pasado por situaciones de pérdidas significativas. Estas se perciben de forma diferente en función a la edad.

Desarrollo psicológico: en un estudio realizado en España por Jesús Palacios (2007) se observó que el 44% de los niños adoptados mostraban un retraso promedio de 16 meses en su desarrollo psicológico en casi todos los ámbitos (cognitivo, comunicacional, relacional y afectivo).

Conducta: las dificultades de atención y los rasgos de hiperactividad son las dificultades más significativas en los adoptados y las que tienen efectos más duraderos.

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-psicologia-clinica/el-proceso-de-adopcion-y-sus-implicaciones-en-padre-e-hijos/

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