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Los maestros y el deseo de conocer.

Por: Javier María Prades López.

Educar es una tarea decisiva para cualquier sociedad y en cualquier época. En nuestro tiempo, sin embargo, ha llegado a ser frecuente hablar de una «emergencia educativa». ¿Por qué se habla ahora de emergencia?, ¿qué diferencias hay respecto al pasado? Los estudios nacionales e internacionales ofrecen datos que justifican esa valoración. En un informe publicado por la Fundación Europea Sociedad y Educación y la Fundación Areces (2015), Pau Balart y Antonio Cabrales señalan que «en una comparativa internacional, los malos resultados que obtiene España en las pruebas PISA son en gran parte consecuencia de su alto decaimiento en el rendimiento». Para ambos autores esa debilidad de los estudiantes puede estar relacionada con «las habilidades no cognitivas como podrían ser el esfuerzo, la motivación o la perseverancia».

No es poco identificar una causa de los malos resultados del sistema educativo precisamente en el ámbito de las «habilidades no cognitivas». Nos permite sugerir que educar no se limita a instruir. Así lo apunta el psicoanalista italiano Massimo Recalcati: «¿Puede contentarse la práctica de la enseñanza con quedar reducida a la transmisión de la información -o, como prefiere decirse, de competencias-, o debe mantenerse viva la relación erótica del sujeto con el saber?». ¿En qué consiste esta erótica del saber? Él mismo lo aclara: «La erótica de la enseñanza se sustenta sobre el amor por el saber que es amor por una carencia que nos atrae y causa el deseo de conocer».

Los datos de los informes sobre nuestro país podrían abrumarnos. Nadie duda de que los aspectos técnicos e institucionales del sistema educativo son indiscutibles a la hora de buscar remedios a través de una posible reforma legislativa. Entonces, poner en primer plano el deseo de saber ¿significa, acaso, minusvalorar el sistema de instrucción, sus estructuras y sus leyes? En absoluto, se trata exactamente de lo contrario: ver cuál es el mejor modo posible de volverlo útil para que cumpla su finalidad.

La inversión estatal y la de iniciativa social en el campo educativo, así como una legislación adecuada, son imprescindibles para ofrecer más y mejores recursos a los educadores. A partir de ahí, ¿qué margen queda para retomar con confianza el proceso educativo?, ¿sigue siendo posible educar? La respuesta será positiva si se trata, como señalan los expertos, de reforzar habilidades no cognitivas, y si la educación reclama una erótica, es decir, avivar el amor por el saber. He aquí un punto de partida sólido para afrontar la situación, realmente urgente, que describen los informes PISA sobre España.

El verdadero reto para quien educa es el de despertar el deseo. ¿Cómo enseñar a nuestros estudiantes a no temer la búsqueda de la verdad? ¿Cómo educarlos en la libertad? ¿Cómo hacer para que estén inquietos en la búsqueda? George Steiner no se ha resignado nunca a una postura derrotista o quejumbrosa. Sostiene que la relación entre maestros y discípulos puede siempre renacer y ofrece esta justificación: «La libido sciendi, el deseo de conocimiento, el ansia de comprender, está grabada en los mejores hombres y mujeres. También lo está la vocación de enseñar». Nuestro gran recurso es, precisamente, el deseo de conocer, deseo que mueve tanto a los educadores como a los educandos.

Es posible compartir el diagnóstico de Steiner porque tenemos un formidable aliado que nos permite afrontar la tarea con esperanza, incluso en tiempos de emergencia educativa: el corazón humano. Podríamos enumerar muchos factores que empeoran el decaimiento en el rendimiento, es decir, esa «anestesia» a la que ha aludido el papa Francisco para denunciar que el poder mundano busca adormecer el corazón y privar al estudiante de su ímpetu original. Pero nada podrá impedir que en cualquier joven o cualquier adulto perviva esa extraña desazón que el entonces cardenal Jorge Bergoglio describía con claridad: «el hombre no es un ser tranquilo en sus propios límites sino que es un ser en camino y cuando no entra en esa dinámica se anula como persona, o se corrompe. Ponerse en camino se debe a una inquietud interior que empuja al hombre a salir de sí. Hay algo fuera y dentro de nosotros que nos llama a emprender el camino».

La acumulación de factores adversos no podrá nunca silenciar por completo esta llamada. En la tarea educativa Steiner lo apuesta todo sobre la capacidad de identificar y acompañar esa inquietud: «Hasta en un nivel humilde -el del maestro de escuela-, enseñar, enseñar bien, es ser cómplice de una posibilidad transcendente. Si lo despertamos, ese niño exasperante de la última fila tal vez escriba versos, tal vez conjeture el teorema que mantendrá ocupados los siglos». Si lo despertamos… ¡Este es el meollo de nuestro desafío como educadores! El punto de Arquímedes en el que apoyar una revolución educativa, desde la escuela más humilde a la universidad más sofisticada, consiste en despertar el corazón del estudiante, poniendo en marcha su razón y su libertad.

Es de todo punto esencial el modo en que acompañamos la relación de cada estudiante con la vida entera, a través de las materias y las actividades académicas, precisamente, para que perciban su profundidad, su apertura al significado completo hasta llegar a descubrir el Misterio oculto y manifiesto en todas las cosas. De otro modo, la realidad perderá su atractivo y el estudiante se empobrecerá porque el corazón se anestesiará. No hay otra vía para lograr una educación a la altura del reto que afrontamos. Ahora bien, podremos acompañar a los estudiantes de este modo si también nosotros estamos implicados personalmente en la búsqueda del significado de la realidad entera.

La verificación de este planteamiento no puede consistir en una comparación abstracta entre varios sistemas de ideas ya confeccionados, para ver cuál incluye más elementos que los demás y así demostrar su adecuación. Se trata de emprender la tarea concreta, invitando a comprobar libremente una hipótesis, recorriendo un camino humano: pongamos manos a la obra y comuniquemos unos a otros lo que sucede. Bien lo entendió María Zambrano al describir la educación como un proceso nunca terminado: «Pues una lección ha de darse en estado naciente (…) la pregunta del discípulo, esa que lleva grabada en su frente, se ha de manifestar y hacerse clara a él mismo. Pues el alumno comienza a serlo cuando se le revela la pregunta agazapada dentro, la pregunta que, al ser formulada, es el inicio del despertar de la madurez, la expresión misma de la libertad. No tener maestro es no tener a quién preguntar y, más hondamente todavía, no tener ante quién preguntarse». Tener alguien a quien preguntar y, más aún, ante quien preguntarse puede ser una forma distinta de aludir a la «erótica del saber».

El profesor abre al estudiante el vínculo entre sus preguntas y las posibles respuestas, en la medida en que también él se pregunta y tiene a quien preguntar. Un estudiante que haya estado alguna vez delante de un maestro, que haya aprendido con él a preguntar y preguntarse, no sólo recordará siempre a su educador, sino que deseará seguir comprendiendo cada vez más el enigma fascinante y siempre dramático del Misterio de la vida. En consecuencia, podrá mejorar sus habilidades cognitivas y así contribuir a que los informes internacionales sobre España cambien de tendencia.

Fuente: http://www.elmundo.es/opinion/2017/02/24/58af24eee2704edf2f8b45dc.html

Imagen:

 http://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/02/23/14878813003880.jpg

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Innovación social vs. Innovación ciudadana

Juan Freire

La innovación social, como concepto, se ha popularizado a remolque del crecimiento en el mundo empresarial de la importancia de la innovación. En su fase inicial la innovación empresarial se concibió siempre como innovación tecnológica y como parte de un proceso lineal y ordenado, conocido con I+D+i, donde tras un proceso de investigación básica se da el desarrollo de una solución técnica que finalmente se convierte en una innovación cuando se impacta a la sociedad al ser comercializada. La innovación social venía a reclamar la existencia de procesos de innovación que no tenían un objetivo comercial, al menos principal, y que buscaban sobre todo el impacto social (o sea la resolución de problemas que afectan a personas y colectivos).

Esta visión de la innovación social tuvo la virtud de reconocer formas de innovación que hasta ese momento eran invisibles dado que no generaban rentabilidad económica directa. Sin embargo, siguió manteniendo un marco de actuación lineal y en el que son los expertos los que buscan soluciones para los afectados. Este enfoque ha recibido recientemente la denominación de solucionismo tecnológico referido en concreto a las prácticas propias de los entornos de élite tecnológica y empresarial, y en particular a su máximo exponente Silicon Valley, que desarrollan soluciones generales y genéricas que imaginan que pueden resolver problemas sociales globales de una forma sencilla y meramente tecnológica. Esta exacerbación de la ingenuidad tecnológica entiende el mundo poblado de problemas agudos y sencillos que admiten soluciones técnicas pero a su vez su propia acción va generando nuevos problemas derivados. Pero este “solucionismo” no es nuevo ni patrimonio del mundo de la tecnología, el mundo de la cooperación internacional ha estado asentado sobre el modelo “do-good” en que las soluciones “occidentales” se implementan en los países en desarrollo sin atención a la comprensión de lo local y la participación activa de las comunidades de afectados. Pero esta forma de actuación no solo sucede en la cooperación internacional, algo similar puede observarse en todas las escalas geopolíticas, incluso cuando analizamos la actitud de nuestros “centros de innovación”, aquellos que se sitúan en el mundo desarrollado (como universidades, centros tecnológicos etc), respecto a los problemas de la sociedad de la que forman parte.

En paralelo, las corporaciones han desarrollado su propio enfoque social, que han denominado Responsabilidad Social Corporativa, y que sigue los mismos criterios que la innovación social tradicional además de desconectar por completo los objetivos de negocio con los sociales de la organización, lo cual ha sido el caldo de cultivo de incoherencias constantes y una forma de preservar un status quo más que trabajar por la transformación social.

Frente a este concepto de innovación social, se sitúa con fuerza creciente la innovación ciudadana o cívica. No se trata de un simple cambio de etiqueta sino de un enfoque diferente para la generación de innovación con impacto social.

Por una parte, mientras la innovación social se sitúa en los márgenes de la innovación principal (empresarial o comercial), la innovación ciudadana reconoce que innovar es una parte de nuestra idiosincrasia humana y por tanto toda la ciudadanía puede y debe estar implicada. Y dentro de este marco de una sociedad innovadora una parte se realiza con un objetivo empresarial, pero la mayor parte de la innovación no se organiza por razones comerciales (ni por eso mismo es registrada en la mayor parte de métricas convencionales).

Por otra parte la innovación ciudadana opera de otro modo y cuenta con dos ingredientes básicos:

  • Frente al solucionismo basado en enfoques genéricas y en colocar a la tecnología y algoritmos en en el centro de las cadenas de valor, la innovación ciudadana desarrolla enfoques locales o situados que diversifican la innovación al adaptarla a las condiciones locales y colocan a las personas en el centro de las cadenas de valor.
  • Frente al enfoque basado, casi en exclusiva, en expertos disciplinares, la innovación ciudadana trabaja con enfoques inclusivos en que los afectados trabajan de forma activa con expertos de diversas disciplinas (lo que ha venido a llamarse el enfoque “indisciplinar”) en la producción de soluciones. Por tanto, mientras la innovación convencional utiliza métodos de diagnóstico basados en expertos para la comprensión de los problemas que aborda, la innovación ciudadana desarrolla mecanismos de escucha basada en la inmersión y participación activa.

En síntesis la innovación ciudadana entiende la innovación como un proceso colectivo que forma parte de la propia naturaleza humana y que se asienta sobre la capacidad de escucha y sobre lo indisciplinar y que actúa siempre de modo situado. Esta innovación es la que puede abordar los problemas crónicos de una forma orgánica. Por tanto la innovación ciudadana no es algo susceptible de ser planificado ni forzado pero si existen mecanismos que pueden impulsarla por medio de su visibilización, de la toma de conciencia de las personas y de la creación de infraestructuras a su servicio.

Este post es la continuación de La crisis de las políticas públicas tradicionales y ambos introducen a los laboratorios ciudadanos que abordaré en futuros textos. Este texto fue parte de mi aportación al proyecto CO-LAB, Laboratorio de Innovación Ciudadana del Concello de A  Coruña y como el anterior está basado en las aportaciones de Marcos García y Antonio Lafuente.

Fuente del articulo: http://juanfreire.com/innovacion-social-vs-innovacion-ciudadana/

Fuente de la imagen: http://juanfreire.com/wp-content/uploads/2017/02/sk1_jk-zhoo-clem-onojeghuo.jpg

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Medios sin miedo

Alejandro Floría Cortés

Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación,

os harán amar al opresor y odiar al oprimido”

El-Hajj Malik El-Shabazz (Malcom X)

“El capitalismo post-industrial que, por mi parte, prefiero calificar de Capitalismo Mundial Integrado (CMI), tiende cada vez más a descentrar sus núcleos de poder de las estructuras de producción de bienes y de servicios hacia las estructuras productoras de signos, de sintaxis y de subjetividad, especialmente a través del control que ejerce sobre los medios de comunicación, la publicidad, los sondeos, etcétera”

Félix Guattari

“Lo que importa es el conocimiento. No tiene interés, creo yo, insistir en la información. Hay que insistir más bien en la relación que ésta tiene con el conocimiento y el poder económico y político. Hay que averiguar quiénes son los dueños de las fuentes de información y de los medios de difusión. Si la información está distribuida equitativamente, puede beneficiar a todo el mundo. Si, en cambio, está concentrada en pocas manos, va a beneficiar primordialmente, sino exclusivamente, a los dueños de esas fábricas de información.“

Mario Bunge

Leo que el consumo televisivo diario de los españoles se situó el pasado mes de septiembre de 2016 en una media de 231 minutos (3 horas y 51 minutos) [1]. Para quien le guste la cosa de los porcentajes, esto viene a ser el 15% de las 24 horas de nuestros días, ahí es nada, y el 22% del tiempo que pasaría (dudosamente) despierto si tuviese suficiente con seis horas de sueño diarias.

Tanta devoción deja poco tiempo para leer, claro. Ojalá hubiera, al menos, un cierto interés en ello y es que el barómetro del CIS del mismo mes [2] confirma que, haberlo, lo hay poco. Así, casi un 40% de los encuestados, dice el informe, no ha leído ni un solo libro en el último año, lo que parece de esperar si el 57,5% de los encuestados nunca ha acudido a una librería y el 74,7% tampoco ha pisado una biblioteca.

Con estos datos no aporta mucho ahondar en el resto de los porcentajes, ni entrar en demasiadas consideraciones sobre qué programas de televisión tienen mayor audiencia [3] o qué títulos son los más vendidos [4] (mucho podríamos discutir si duele más lo presente o lo ausente), ni detenernos en cuánto y cómo han influido en estas cifras los libros electrónicos, la web 2.0 [5] y la prensa digital [6].

Lo que parece evidente es que hay una clara preferencia, ya hace tiempo prevista, analizada e interpretada, por el consumo de entretenimiento e información procesados en formatos, tiempos y alcances muy concretos, más saciantes que edificantes, así como por frecuentar espacios virtuales en los que resulta tremendamente sencillo encontrar a alguien que te de la razón y experimentar, con un bajo coste emocional, todas las vicisitudes de cualquier relación presencial.

En esta tesitura, los Salvados de Jordi Évole, se convierten, en las redes, en el paradigma de todas las tomas de conciencia. Utilizo intencionadamente el término en plural, dada la eminente orientación de estos programas a la denuncia de diversas consecuencias, en lugar de tratar el cómo de lo que, a todas luces, es una sola causa.

Así, los días siguientes al documental sobre los minerales de sangre (10/11/16), proliferaba en el 2.0 el concienciado discurso de que el próximo móvil a adquirir habría de ser libre de coltán, y si el coltán era imprescindible, pues que estuviera libre de sangre, y profundos razonamientos en esta línea.

Eso sí, de descolonizar África y de reponer la huella histórica-ecológica-económica, nadie dice nada. ¿Cómo puede resultar tan increíble algo tan obvio?. ¿Intuimos que acabaría con nuestro way of life?. Idéntica observación podemos hacer en cuanto al capítulo del Astral, que asumía el discurso oficialista euro-americano. ¿Qué aspiras a cambiar, entonces, Jordi Évole?

Ilustra a la perfección J.R. Mora en una de sus viñetas la creación de categorías de pobreza que posibilitan la desconexión y el no reconocimiento entre las víctimas de las unas y las otras. Válido más allá de toda escala, alcance y geografía. Así, tres indigentes sin rostro se calientan en torno a una fogata en un pequeño barril:

  • “Me han dicho que tengo pobreza energética, emergencia habitacional, inseguridad alimentaria y ligeros desajustes en el bienestar” – dice el primero.
  • “Pues yo sólo soy pobre” – replica el segundo.
  • “Menudo pringao,…” – apunta un tercero.

La consolidación de la falsa multiplicidad de los síntomas de la misma enfermedad conduce a la urgencia de lo paliativo, a aspirar a mínimos, a dispersar esfuerzos y recursos, a las lentes para ver de cerca, a los ansiolíticos y a los antidepresivos. A que lo natural y necesario empiece a concebirse inimaginable.

En este sentido, los miedos de masas, en tanto que sirven y forman parte de intereses particulares, tienen una función eminentemente destructiva de la cohesión social y del pensamiento crítico. Apenas la derecha se siente fuerte, sustituye el pensamiento por la violencia, escribía Simone de Beauvoir (vis “fuerza”, -olentus “abundancia”, violens “impetuoso, furioso”).

Esta violencia se materializa, también, mediante esa habilidad de los legisladores de legalizar lo ilegítimo y de ilegalizar lo legítimo. Y la de los medios para consolidar el desastre en el imaginario popular. Así, parece ser que terrorismo, o presunto terrorismo, es citar un chiste de humor negro, una pelea de bar, denunciar una in-justicia en una obra de títeres o explotar el filón que ofrece el gobierno en la cosa de los memes; parece ser, por contra, que no lo es el saqueo de las arcas públicas, la pederastia en la iglesia, matar a golpes a un detenido o sacarle un ojo a un manifestante. Los caminos de los mass mierda para hacer versión y silencio son inescrutables.

Parece, cuanto menos, ilusionante el proyecto del Salto [7], en el que el colectivo editor de DIAGONAL plantea “la creación de una cooperativa estatal de medios y el lanzamiento de un nuevo medio de calidad, incisivo, con nuevos formatos y hecho desde las premisas de la economía social”.

Para ello convocaron a más de 20 medios (Pikara Magazine, El Salmón Contracorriente, Arainfo (Aragón), Directa (Catalunya), Praza Pública (Galiza), Último Cero (Valladolid), El Salto Andalucía, Galiza Ano Cero, Wiriko, Nodo50, SiberiaTV, La Marea, Pamplonauta (Nafarroa), La Entrevista del Mes, revista Ecologista, revista Pueblos, Viento Sur, Colectivo Burbuja, Revista Bostezo, medios locales como Voces de Pradillo (Móstoles), Periódico de Hortaleza, El Despertador, Ágora Alcorcón, Periódico 15M, diferentes radios libres comunitarias…).

Acumulación de fuerzas más que sugerente que entiende “el periodismo como una herramienta a disposición del tejido social y de los debates e ideas que de aquí surgen, como una herramienta más que posibilita esos cambios”.

Cualquier posibilidad de transformación parece pasar, indefectiblemente, por la auto-organización y por la cooperación y, por supuesto, por formas de pensar radicalmente diferentes e iniciativas consecuentes con ese pensamiento. Y ningún ámbito queda excluido. Lo cierto es que, en algún momento y en algún lugar, tendremos que encontrarnos.

[1] El consumo televisivo diario subió en octubre hasta las 3 horas y 51 minutos (según un informe elaborado por Barlovento Comunicación con datos de Kantar Media)

http://www.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/internet/consumo-televisivo-diario-octubre-minutos_0_968003507.html

[2] Los españoles siguen sin leer

http://www.estandarte.com/noticias/varios/habitos-de-lectura-de-los-espanoles-segun-el-cis-_3661.html

[3] Fórmulas TV – Audiencias

http://www.formulatv.com/audiencias/

[4] Los 20 libros más comprados en las librerías de Casa del Libro

http://www.casadellibro.com/libros-mas-vendidos/20

[5] Estudio de Redes Sociales 2016 – IAB Spain

http://www.iabspain.net/wp-content/uploads/downloads/2016/04/IAB_EstudioRedesSociales_2016_VCorta.pdf

[6] La mitad de los internautas lee prensa digital a diario

http://www.rtve.es/noticias/20160504/mitad-internautas-lee-prensa-digital-diario/1348380.shtml

[7] Más de 20 medios de comunicación se encuentran para dar El Salto

https://www.diagonalperiodico.net/promocion/32264-22-medios-comunicacion-se-citan-para-dar-salto.html

Fuente del articulo:https://elcomunista.net/2016/11/19/medios-sin-miedo/

Fuente de la imagen:https://elcomunista.files.wordpress.com/2016/11/medios-sin-miedo.png

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La piedra de SÍSIFO

Adolfo del Ángel Rodríguez

En el famoso Mito de Sísifo, relatado por Camus, el protagonista de la historia rueda infinitamente una roca sobre una colina, la cual se le vuelve, pero debe rodarla nuevamente como castigo por su desprecio a los dioses y su pasión por la vida, pues en las faltas que se la atribuye haber cometido está el haber revelado secretos de los dioses a cambio de agua para la ciudad de Corinto, irreverencia que le costó el castigo eterno en el infierno.

Haciendo apología del mito en cuestión, la historia mexicana, en muchos aspectos (social, educativo, económico) está condenada a repetirse infinitamente, haciendo rodar la piedra cada vez, afianzados a la esperanza de que las cosas pueden cambiar, pero en realidad parece ser una de las condiciones para que el mundo sea aceptado como es, como parte de la existencia misma, siendo la esperanza un mal necesario para el hombre, puesto que se traza metas emergentes para comprender su entorno.

Abel Quezada, en su libro El mejor de los mundos imposibles, muestra una viñeta acerca de la historia de Latinoamérica, en donde claramente se aprecia la lucha del pueblo en contra de las dictaduras que se han establecido a lo largo de la historia, sin embargo, dichos líderes populares han terminado convertidos en los nuevos dictadores y la lucha vuelve a comenzar, a la manera de la condena de Sísifo; al respecto, dice Camus en su texto, la felicidad consiste en seguir la corriente, en dejarse llevar y que el conflicto se presenta cuando se hace consciente del peso de la piedra, de tener la esperanza de algo diferente, de ya no cargarla, de lo angustiante de su peso, de llevarla a la cima de la colina.

El dejarse llevar conlleva a aceptar la realidad, en confiar en que el peso de la piedra es normal, que ruede de nuevo cuesta abajo es normal, lo que se puede comparar con la pérdida de la conciencia histórica, de lo que se hacen cargo los diferentes aparatos sociales que identificó Gramsci, la religión, la escuela y, ahora, la televisión y el internet; el primero ofreciendo otro tipo de esperanza, basado en la consecución de una meta a largo plazo basada en “buenos comportamientos”, la segunda en la formación de “ciudadanos útiles”, la tercera ofreciendo una realidad alterna, basada en la felicidad de poseer, aunque sea sin sentido y la última creando confusión con el exceso de información obligando a estar detrás de un dispositivo, fragmentando la sociedad en individuos inconscientes de su realidad, individuos que se declaran revolucionarios, pero solo virtuales, quedándose en una realidad alterna que no impacta a la real.

Al parecer hacerse conscientes es, hoy en día, una tarea muy difícil, donde la felicidad es ofrecida como sinónimo de posesión, de distracción, de eliminar al otro, de concebir al otro diferente, de la pérdida de identidad; y lo aceptamos, rodamos la piedra sin chistar, sin cuestionar, sin concebir que la realidad es el conflicto constante, como lo decía Camus y los existencialistas, pues es a partir de ahí, de concebirse un ser histórico que puede transformarse la situación: dejar de rodar la piedra y buscar segundas opciones. Esa debería ser la tarea formadora de nuevos ciudadanos.

Fuente del articulo:http://insurgenciamagisterial.com/la-piedra-de-sisifo/

Fuente de la imagen:http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2017/02/acracia.jpg

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Mujeres y escuela

Fernando Ayala Vicente

Hace unos días al terminar de leer un libro sobre la escuela en la Segunda República, me indujo a reflexionar, de manera extemporánea, sobre el papel de la mujer en el impulso de las corrientes innovadoras. Sobre la fuerza que conlleva el romper con el anacronismo de ciertas costumbres. Sobre las dificultades añadidas a cualquier atisbo, en este caso, de renovación pedagógica.

La empatía que lograron fue fundamentalmente gracias a su implicación y compromiso. Si ser docente ya requiere un fuerte compromiso vocacional, estamos ahora hablando, de que para combatir los estereotipos se ha tenido que resolver la elección, a veces nada sencilla, entre avanzar, estancarse o retroceder.

Por esa razón, entiendo que la historia debe congraciarse con sus nombres. Hablar de las mujeres en abstracto, de lo que consiguieron, de sus objetivos y retos… está muy bien, pero es necesario sacar también a colación sus nombres. Pues fue la singularidad la que posibilitó la suma y el salirse de lo establecido. El progresismo frente al conservadurismo.

En estos momentos en los que algunos dudan de la influencia de la política en la educación, este es un buen reflejo de su importancia. Conceptos como ciudadanía, coeducación, carrera profesional, currículum… llevan consigo un fuerte componente de la acción política.

Si las infraestructuras fueron (y lo son) relevantes, así como los medios materiales para poder ejercer tu profesión de manera adecuada, me parece mucho más significativa la presencia de los maestros en las aulas: su número, su formación, su consideración y dignidad… Antes y ahora.

Son las herramientas para llevar a cabo la escuela en el ámbito rural y en la ciudad. Extenderla a los adultos, abrirse continuamente a los nuevos métodos. En definitiva, actualizarse.

En la década de los 30 del siglo XX se dio un gran paso, en los comienzos de la transición numerosos grupos de maestros y maestras continuaron esa labor (tras el desierto de la dictadura). Es el momento de impulsar nuevos planes para este colectivo para volver a colocarlo en el lugar de la escala social que le correspondió y que ahora, obviamente, no tiene.

Fuente del articulo:http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/mujeres-escuela_997945.html

Fuente de la imagen:https://entrenomadas.files.wordpress.com/2008/03/resi_estidiantes.gif

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Ciberseguridad y bioingeniería, entre los empleos del futuro

Alfredo Dillon

Un estudio del BID estableció cuáles son los 7 trabajos que tendrán más demanda en los próximos diez años

Programador de software, asistente de salud, ingeniero civil, científico de los alimentos, ingeniero biomédico, analista estadístico y especialista en seguridad cibernética son, según el Banco Interamericano de Desarrollo, los 7 empleos que tendrán más demanda en los próximos 10 años en América Latina.La lista la encabezan los programadores.

Para 2025 el BID estima que la industria del software empleará a más de 1,2 millón de profesionales en América Latina. Argentina es uno de los referentes de esta industria en la región; el mercado de software y servicios informáticos viene experimentando un crecimiento sostenido en el país durante los últimos años.

De acuerdo con datos de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina, la facturación actual del sector alcanza los 3.700 millones de dólares, sus exportaciones están en 900 millones de dólares y se emplea a alrededor de 80 mil personas.“A medida que crece la expectativa de vida, la demanda de enfermeros y asistentes sociales crecerá un 70% en la próxima década”, sostiene el informe del BID, para resaltar la importancia que tendrán los asistentes de salud en el futuro.

Luego se menciona a los ingenieros civiles. Aunque actualmente los países de la región invierten un promedio de 2,5% del PBI en infraestructura, el horizonte parece ser el de los países asiáticos, donde el 6% de los recursos se destinan a obras públicas.También los “científicos de los alimentos” serán cruciales para enfrentar los desafíos relacionados con la producción agrícola y ganadera y satisfacer la demanda de alimentos.

Para Argentina, este es otro de los sectores estratégicos.El campo de la ingeniería biomédica, que investiga desde el desarrollo de órganos artificiales hasta la cura para enfermedades como el ébola o el sida, crecerá un 72% hasta 2018, según las estimaciones.

Los analistas estadísticos también serán más demandados por las empresas, que producen cada vez más datos y necesitan profesionales que los interpreten. “Este trabajo será clave para la supervivencia de las empresas en los próximos 10 años”, dicen desde el BID. Finalmente, los especialistas en seguridad cibernética resultarán cruciales para enfrentar los “ataques” en el mundo virtual. Las estimaciones señalan que hacen falta 50 mil profesionales más de este sector en la región.

Fuente del articulo:http://www.clarin.com/sociedad/empleos-futuro_0_HJg–4dqPmx.html

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Males crónicos de la educación

Cesar Augusto Sagastume

Las necesidades educativas deben ser atendidas con altos estándares de calidad, para luego exigir resultados de calidad. No se puede negar que el sistema es deficiente y que en cada inicio de ciclo escolar se repite, a pesar de tener una pseudoplanificación en la que se deben prever estos males, para no tener los resultados que las estadísticas demuestran.

Los trámites administrativos no tienen correlación con el período escolar de cada ciclo, provocan desfases, principalmente al inicio, cuando los aportes financieras no se asignan en el momento preciso para atender con eficiencia los servicios que deben suministrarse para mejorar los indicadores de la calidad. Pero, ¿qué estrategias deben tomar los cuadros altos del Ministerio de Educación (Mineduc) para cumplir esa misión?

Es momento de considerar la ruptura del paradigma tradicional administrativo del Mineduc, en donde se vislumbran destellos del combate de la corrupción y la injusticia del sistema. Se deben tomar medidas para solucionar de inmediato los problemas que ya son crónicos y que se han petrificado en el quehacer educativo, y llegue quien llegue argumentará que el problema es complejo y multifactorial y que no hay salida, por lo que seguiremos condenados a no superar esos dilemas.

No se debe caer nuevamente en este círculo vicioso, es necesario que el equipo de técnicos, asesores y administradores del Mineduc elaboren un plan estratégico que permita frenar todas las debilidades y flatulencias que se dan al inicio de clases y no se repitan en el presente ciclo escolar, 2018.

No se entiende cómo los tomadores de decisiones anuncian públicamente que desconocen la cantidad de maestros, estudiantes inscritos y no inscritos, edificios escolares en mal estado, estado del mobiliario escolar y que es necesario hacer un censo. Eso demuestra que el Departamento de Control Estadístico de esa cartera no cuenta con tan importante información para la toma de decisiones, lo que deja mal vistos a los pedagogos y especialistas de las Ciencias de la Educación.

La información estadística ha sido indispensable y el Mineduc siempre la ha tenido. En un momento fue la Opie; después, la Usipe; seguidamente, la Upe y, ahora, Diplán, con distinta modalidad de siglas, pero siempre ha sido la Dirección General de Planificación y Estadística, por lo que no convence cuando dicen que carecen de esa información para tomar decisiones técnicas y científicas en tan vital sector gubernamental.

Con la información que siempre han tenido debieron haber implementado acciones, ya sea de tipo legal y/o administrativas, para resolver estos problemas, y con este otro esfuerzo económico para recabar información no habrá excusa. Empero, en la medida que transcurre este ciclo se debe trabajar intensamente para prever y concretar medidas estratégicas y considerarlo como un proceso de trabajo bien estructurado que culminará al inicio del siguiente ciclo escolar, a fin de evitar caer en el mismo círculo vicioso, sin olvidar mejorar los indicadores que muestran las pruebas diagnósticas aplicadas por el mismo Mineduc, las cuales desnudan la precaria calidad educativa.

La tormenta de las demandas educativas al inicio de año pasará al olvido en el corto tiempo y de nuevo se volverá a la calma —si es que los sindicatos no toman sus acciones perversas para ocasionar pérdida de clases—. Luego pasarán los meses y llegaremos a octubre haciendo chapuces pedagógicos, e iniciaremos un nuevo ciclo escolar tropezando con las mismas piedras.

Fuente del articulo: http://www.prensalibre.com/opinion/opinion/males-cronicos-de-la-educacion

Fuente de la imagen: http://theprisma.co.uk/wp-content/uploads/2015/10/Males-crónicos-8.jpg

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