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El Movimiento Pedagógico Latinoamericano. de la resistencia a la construcción, de la protesta a la propuesta

Por: Pablo Imen

Los primeros días de diciembre se lanzó en Bogotá el Primer Encuentro Hacia un Movimiento Pedagógico Latinoamericano impulsado por la Internacional de la Educación para América Latina. Convergieron en ese espacio centenares de delegados de los más diversos países de la región para avanzar en la construcción de un Movimiento Pedagógico en sintonía con los vientos de cambio que atraviesan hoy a la América Morena.

Quedó plasmada en las distintas intervenciones posibilidad de un proyecto compartido de pasado, de presente y de futuro tiene como rasgo característico la unidad en la diversidad. Así lo demuestra la constitución de la Comunidad de Estados de Latinamerica y el Caribe, en esta primera etapa coordinado por una tríada de presidentes: Sebastián Piñera de Chile, Hugo Chávez de Ecuador y Raúl Castro de Cuba. Nadie podrá negar el pluralismo de este ensayo histórico y la complejidad gigantesca de este proceso.

Para valorar este momento es indispensable tener claridad de donde venimos. Desde lo lejano cabe consignar que en el período de la Primera Independencia –cuyos primeros doscientos años estamos transitando- se desplegó una disputa entre dos proyectos para Nuestra América: el de Patria Grande, y el de unos países fragmentados y en guerras permanentes. Éste último fue el que triunfó y, tal como fue señalado en el 1er Encuentro, “porque hubo naciones, no hubo Patria”. La historia reciente expresó la imposición del neoliberalismo en nuestros países. Y desde los inicios resistencias más o menos articuladas que abrieron en la primera década del siglo XXI la posibilidad de la Patria Grande.

Resulta claro que para su consumación es igualmente preciso construir un proyecto pedagógico emancipador, que de respuesta a las iniciativas neocoloniales que encarnan los Organismos Internacionales -el Banco Mundial, la OCDE, el Banco Interamericano de Desarrollo o la OEI-. La negación de esos proyectos exógenos, autoritarios, mercantilistas y tecnocráticos es condición necesaria pero no suficiente para la construcción de una pedagogía desde y para Nuestra América, siempre abierta al mundo.

Asumir estos cambios exige también analizar con rigor las contradicciones emergentes de la dinámica histórica y social en nuestros países.
Así lo señalan las conclusiones del 1er encuentro al advertir que en la esfera de las políticas educativas “quedan aún fuertes enclaves del modelo educativo neoliberal en América Latina y el Caribe. Pero también cabe señalar que aún coexisten en las políticas de algunos gobiernos populares y democráticos, continuidades y rupturas con los modelos educativos impuestos por los organismos internacionales de crédito.”

Es decir, que registramos continuidades y contradicciones a la orden del día. Venezuela y Bolivia, por su parte, expresan –no sin tensiones- las fuerzas del cambio liberador que más pasos han dado en dirección a una educación liberadora.

La idea de un Movimiento Pedagógico empalma así con un momento histórico particular, y el hecho de que sea dirigido por la Internacional de la Educación pone en juego un segundo elemento significativo de esta apuesta.

En efecto, son las organizaciones de trabajadores del Magisterio quienes se disponen a asegurar el contenido, la direccionalidad y las formas de un Movimiento que debe asumir formas flexibles, dinámicas, plurales, democráticas.

Las tareas que se propone el Movimiento Pedagógico son esencialmente tres. En primer término, resistir los embates neoliberal -conservadores allí donde éstos intenten perpetuar una pedagogía de la domesticación, de la obediencia, de la injusticia acompañando las movilizaciones en defensa de la educación pública que sacuden nuestro continente. La lucha de nuestros hermanos chilenos, colombianos o dominicanos –por ejemplo- es nuestra lucha.

La segunda tarea, mucho más desafiante y difícil es la construcción de una pedagogía para Nuestra América que, desde la rica tradición de prácticas emancipadoras, pueda recrear en este nuevo contexto las herencias que converjan con las prácticas y reflexiones actuales en una propuesta liberadora.

En términos de la Declaración de Bogotá: “Este movimiento, llamado a recuperar los mejores aportes de la pedagogía mundial y el acervo latinoamericano, que va de Simón Rodriguez a Paulo Freire; debe simultáneamente interpelar a las políticas públicas y a las trabajadoras y trabajadores de la educación, en sus prácticas cotidianas.”

Y la tercera es ligar estas creaciones en la esfera pedagógica al espacio de lo público y a su articulación con un proyecto político más general, dentro del cual adquiere sentido el término “educación emancipadora”. Pues solo puede haber una educación emancipadora donde hay emancipación social, política, cultural. Y el esfuerzo creador en el plano pedagógico sólo es posible con una acumulación de fuerzas para cambios democratizadores y liberadores en todos los planos de la vida social.

Alrededor de estos ejes se comenzó a trabajar intensamente en este Primer Encuentro hacia el Movimiento Pedagógico Latinoamericano.

La Declaración, recogiendo los debates de diciembre de 2011 y retomando iniciativas previas así como la historia de nuestros países, sugiere como principio orientador de la política una “integración regional con sentido antiimperialista, la multiculturalidad y el respecto a la diversidad; la articulación de las escuelas con las organizaciones del barrio.”

Este modelo en el que se piensa una escuela para la vida reclama, como dice la Declaración de Bogotá,“una práctica pedagógica y didáctica que se base en la construcción crítica y democrática del conocimiento profundamente enraizado en la identidad y realidad latinoamericana y caribeña.”La formulación se completa con dos puntos de enorme proyección pedagógica y laboral. Se trata de asegurar “condiciones para que sea posible el trabajo docente colectivo e interdisciplinario, recuperando el control de las trabajadoras y trabajadores sobre el proceso educativo” y, en ese contexto, resignificar completamente el concepto (y la perspectiva, los dispositivos y las prácticas) de “evaluación”, ahora “concebida de manera integral, institucional, participativa, sistemática, formativa, diagnostica y no punitiva.”

Una nueva escuela para un nuevo mundo, de esto se trata el Movimiento Pedagógico Latinoamericano. ¿Seremos capaces?

Tomado de: http://www.centrocultural.coop/blogs/nuestragente/tag/pablo-imen/

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Educación, pobreza e inequidad

Por: Elda Maúd De León

Con decepción, leí el artículo que proponía –como solución a los problemas educativos– ofrecer váuchers (vales) para que los estudiantes de escuelas públicas estudien en escuelas privadas, pagando una mensualidad. Entiendo que a una gran cantidad de personas les preocupe la situación del sistema educativo y se agradece la buena intención, pero yo, que no soy doctora en medicina, no me atrevería a recomendar al Ministerio de Salud qué hacer para mejorar el servicio de salud pública. El váucher es una propuesta vieja que se instituyó en Estados Unidos, pero que fue eliminada por inoperante.

Educar es una actividad compleja que depende de varios factores y simplificar lo complejo solo lleva a un nuevo fracaso. No se pueden resolver los problemas de una escuela sin conocer –y mucho menos sin incidir– en lo que está pasando en la comunidad en que está localizada. Por ejemplo, si sabemos que la deserción escolar en una comunidad indígena se debe a que los niños participan en la cosecha de algún producto, habría que buscar opciones creativas para que los padres no los retiren de las clases.

Por lo general, los niños que estudian en colegios privados tienen una serie de condiciones que les permiten aprender más fácilmente: pertenecen a las capas medias y altas; por lo menos uno de los padres es profesional; el barrio donde viven no es altamente peligroso; tienen una alimentación y cuidados de salud adecuados; cuentan con los libros y materiales escolares que necesitan; los docentes que los educan están bajo inspección y su familia se involucra en sus estudios, pues no desea “perder” el dinero invertido. La realidad de los hijos de familias de escasos recursos es totalmente opuesta.

Hay una serie de investigaciones realizadas en Estados Unidos y en Europa acerca de los efectos de la pobreza en los campos físico, psicológico y hasta neurológico de niños y adolescentes que han crecido en hogares disfuncionales o que han vivido en comunidades con algún grado de violencia. En esos niños preescolares se han detectado consecuencias psicológicas, tales como distracción, miedo, tristeza, dificultad para permanecer sentados, concentrarse y seguir direcciones, así como para autocontrolarse o calmarse después de un disgusto. Y si encima se comete el error de querer enseñar a leer, escribir y sumar en una etapa tan temprana, el nivel de tensión (estrés) aumenta y el buen comportamiento individual y la socialización se retrasan.

Las consecuencias físicas de la pobreza son la desnutrición y la mala salud, entre otras, pero si además en el hogar hay alcoholismo, castigos físicos, y en la comunidad hay bandas, drogas y violencia, los adolescentes son los que más sufren. La tensión en la adolescencia produce problemas serios y duraderos, que pueden tener consecuencias para el resto de la vida; tienen baja autoestima porque resienten ser carga para los padres o los abuelos, les parece que no tienen ningún valor; si han sufrido abuso sexual, la ansiedad y la depresión se tomarán su vida. Estos sentimientos son el caldo de cultivo para las adicciones, la actividad sexual temprana, los embarazos precoces, las enfermedades crónicas y hasta las tendencias autodestructivas.

¿Es extraño que la mayor cantidad de desertores pertenezca a este grupo etario? ¿Es raro que un número significativo no termine la media? ¿Con solo asistir a una escuela privada, se borrarán los traumas que han sufrido desde la primera infancia? Lo lógico sería que el Estado invirtiera ese dinero para mejorar la situación social de las comunidades más pobres. Los ministerios sociales pueden y deben, mediante acciones concertadas, desarrollar proyectos para atender a la niñez y la adolescencia, a las madres muy jóvenes, a los adictos. Las universidades, por su parte, deben apoyar a la escuela para atender los déficits de aprendizaje.

Hace años que la empresa privada está intentando que el presupuesto de Educación pase a sus manos. ¡Es que las escuelas particulares han resultado un buen negocio! Asignar 4% o 5% del presupuesto nacional para atender de manera gratuita a la población estudiantil de todo el país es una miseria. Si no, pregúntenles a los dueños de escuelas particulares por qué cobran tan elevadas matrículas y mensualidades, por qué piden donaciones y por qué los clubes de padres de familia deben hacer rifas y otras actividades pecuniarias a favor de los colegios.

Para los empresarios y para el Gobierno será muy fácil decir: “Les hemos dado un váucher, y aún así, fracasan y desertan de la escuela; están perdidos, ya no hay nada que hacer por ellos”. Esto les permitiría lavarse las manos, incluso, cuando una gran cantidad de niños y jóvenes tengan que delinquir para poder comer. ¿Es de ese modo inhumano y ruin como se pretende ingresar a la sociedad del conocimiento?

Educar no es instruir. La educación se encarga del sistema cognitivo, pero también de formar el carácter, inculcar valores y desarrollar las habilidades que permitan el logro de una vida buena y de una sociedad humanista y solidaria.

Tomado de: http://www.prensa.com/opinion/Educacion-iniquidad-Elda-Maud-Leon_0_4597040427.html

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Pistas sobre la educación en el mundo (10)

Por: Renato Opertti
En artículos anteriores señalábamos que la calidad de una propuesta educativa está en relación con la profundidad.

La perspectiva de género implica una serie de lecturas escalonadas que cruzan a la educación, la política y la sociedad civil. Veamos cuatro aspectos. En primer lugar, la visión de conjunto nos indica un panorama desolador en relación con el ejercicio efectivo de los derechos de la mujer. Entre otras cosas, a nivel mundial las mujeres solamente ocupan un poco más de la quinta parte de las sillas parlamentarias; ganan entre 10% y 30% menos que los hombres en la mayoría de los países; en más de 60 países tienen negado el derecho de adquirir, cambiar o retener su nacionalidad; y una de cada tres mujeres todavía experimenta violencia física y sexual (Unesco 2016).

Sin olvidar otros responsables, la educación tiene una enorme cuota de responsabilidad en bien asumir o no la modificación de valores, actitudes, conocimientos y prácticas que desde muy temprano en la infancia consagran la discriminación y perpetúan la inequidad. Resulta por demás necesario examinar las políticas educativas, así como las propuestas curriculares, pedagógicas y docentes para precisar cuán respetuosas e inclusivas son de los derechos humanos de la mujer.

En segundo lugar, la perspectiva de género muestra un panorama matizado respecto al acceso y al desempeño educativo. Por un lado, tres de cada cuatro países en educación primaria, y uno de cada dos en media, han logrado paridad de género en el acceso a la educación. En los restantes países las mujeres están en clara desventaja. Por otro lado, los resultados de PISA (2012) nos indican que a la edad de 15 años, son varones quienes tienen los desempeños más bajos en matemáticas, lectura y ciencias en el 60% de los países. Las adolescentes logran mejores desempeños en lectura en todos los países evaluados, mientras que en seis de cada diez países los adolescentes varones logran mejores desempeños en matemáticas. También se observa cómo las percepciones y los gustos influyen. Las adolescentes disfrutan más de la lectura y aun cuando logren un alto rendimiento en matemáticas, tienen falta de confianza en sus habilidades matemáticas. Mientras tanto, los adolescentes varones consideran cuatro veces más que sus pares femeninos cursar estudios de ingeniería y computación (OECD 2015).

Estos datos no pueden ser leídos desde una perspectiva biológica de mujer y hombre que no reconozca que la idea misma de género es una construcción cultural y social contextualizada a las realidades locales. Quizás nos debemos interrogar sobre si somos conscientes de que los contenidos educativos y las maneras de enseñarlos pueden estar lesionando oportunidades de educarse y de aprender. Acaso en las mentalidades y en las prácticas familiares y docentes, en los recursos de aprendizaje utilizados incluyendo los libros de texto, en los tipos de actividades planteadas por los docentes para trabajar diversos temas del currículo, y en los modelos de rol de las profesiones idealizados, pueden estar los indicios de una educación discriminatoria. Mientras que por ejemplo las niñas pueden ser abierta o sutilmente desestimuladas de estudiar las ciencias y las matemáticas, los varones pueden ser discriminados por una educación media que no conecta con sus motivaciones y preocupaciones.

En tercer lugar, un currículo y una pedagogía inclusiva de género materializa el derecho de la persona a ser respetada en su identidad y orientación sexual, así como asegura que la diversidad de propuestas de enseñanza y aprendizaje permita a los estudiantes alimentar sus curiosidades y experimentar sus gustos sin ser encasillados en determinados roles, ramas educativas y ocupacionales. El currículo puede, en efecto, incentivar concepciones y prácticas regresivas que propician una sociedad de roles segmentada por hombres/mujeres. O contrariamente puede exponer a los estudiantes a múltiples experiencias de aprendizaje donde puedan visualizar la necesidad de saber sobre diversos roles para poder gerenciar su vida y tomar decisiones autónomas de acuerdo a sus preferencias. Por ejemplo, el manejo de aspectos vinculados a la economía doméstica en la educación media debiera tener igual significación para mujeres y hombres y constituir un tema transversal de formación.

En cuarto lugar, una perspectiva transformacional de género es un asunto de la sociedad en su conjunto que compromete a las comunidades y familias a revisar mentalidades y prácticas. Las familias tienen que ser convocadas y formadas para visualizar en la igualdad de género un activo de una sociedad democrática y de un proceso de socialización saludable de las generaciones jóvenes. También se debe entender que el potencial del talento de una persona y de la sociedad en su conjunto pueden verse severamente limitados si costumbres culturales regresivas direccionan a las personas a formarse según su condición biológica socialmente definida.

En suma, aunque con pesos diferentes, la desigualdad y la discriminación educativa tienen rostros de hombre y mujer. No van en un solo sentido. Se requiere de renovadas lecturas y políticas para apuntalar y auditar al sistema educativo en el logro de una efectiva igualación de oportunidades.

Tomado de: http://www.elobservador.com.uy/pistas-la-educacion-el-mundo-10-n984066

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La ONU le explica a los gobiernos qué es la Educación Inclusiva

Por: Daniel Comin

El día 2 de septiembre, el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad, publicó un documento aclaratorio sobre la educación inclusiva. Dado que el documento estaba en inglés, y ya sabemos que esto de los idiomas es todo un problema para algunos (al parecer no acudieron a los colegios bilingües de la Comunidad de Madrid), el día 13 de septiembre, Miguel Ángel Verdugo Alonso y Antonio Manuel Amor González (INICO, Universidad de Salamanca), publicaron al traducción al español.

Pero por si esto fuera poco, el INICO publicó el día 14 una nota de prensa explicando la situación de España en referencia a la citada comunicación de Naciones Unidas. La citada nota, que reproducimos a continuación, incide en los aspectos más relevantes de los errores más graves de la estructura educativa española.

Pero uno de los aspectos básicos que complica (y no solo en España) la aplicación de la educación inclusiva, es el modelo educativo. Un modelo que realmente no se adecua a las necesidades del alumno, al principio educativa. El modelo educativo se ajusta a necesidades económicas y políticas, motivo por el cual, aunque tus docentes sean extraordinarios, el sistema se empeñará en convertirlos en incapaces.

Esta es la realidad de maestros capaces luchando con leyes incapaces, y nos lleva a la paradoja de que tenemos leyes capaces gestionadas por gobernantes incapaces. Posiblemente esos gobernantes incapaces son fruto de una mala educación, esto es la pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso. Que hace menos de una hora de escribir esto, una maestra me dijera, hay que cambiar el modelo educativo, deja claro que nada mejor para frustrar a docente capaz, que éste sea gestionado por una serie de tipos incapaces.

Miguel Ángel Verdugo Alonso - Director del INICO

Miguel Ángel Verdugo Alonso – Director del INICO

INICO – La Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) supuso el primer tratado de derecho internacional negociado y firmado en el siglo XXI, suscrito por España en el año 2008. El artículo nº 24 de la Convención señala que los Estados Partes deberán garantizar un sistema de educación inclusivo en todos los niveles en el que tengan cabida los estudiantes con discapacidad, en igualdad de condiciones que los demás, sin importar su condición. La Convención obliga a aquellos países que la hayan firmado a poner en marcha los mecanismos oportunos para hacer efectivos los derechos que en ella se recogen.

En cuanto al derecho a la educación inclusiva, recientemente, la ONU ha publicado el documento “Comentario General Nº4 sobre la Convención” (en adelante, CG4; ver Anexo) en el que detallan explícitamente las diferentes implicaciones, que para los Estados Partes, supone el artículo nº24 de la Convención. Así, los Estados Partes deben procurar una transformación de la política pública para hacer este derecho a la educación inclusiva efectivo. Dicha transformación exige el diseño e implementación de políticas públicas educativas basadas en indicadores que garanticen el acceso, permanencia y promoción, dentro de un sistema educativo inclusivo y en todas las etapas, al alumnado con cualquier discapacidad, en igualdad de condiciones que sus pares sin discapacidad.

Operativamente, esto implica el desarrollo de política estatal y regional, con capacidad de impacto inmediato en la cultura organizativa de las entidades educativas que garanticen este derecho y en las prácticas profesionales. No obstante, los Estados Parte se enfrentan a barreras para hacer efectivo este derecho.

En concreto, estos Estados deben situar la educación de los estudiantes con discapacidad bajo el amparo de los Ministerios de Educación y garantizar coordinación interministerial y con otras comisiones responsables de la inclusión educativa (párrafos 58 y 59 del CG4). Además, es necesario garantizar que el desarrollo de esta política pública vaya en consonancia de los modelos de derechos humanos de la discapacidad (párrafo 60), para fomentar actitudes positivas y reducir la exclusión.

La tradición legislativa en materia educativa en España, hace que estos desafíos sean mayores, pues la tendencia de cambio, atravesando por diferentes Leyes Estatales de Educación, con las concreciones regionales, en lo que va de milenio, ha procurado estancamiento en los desarrollos legislativos para garantizar el derecho a la educación inclusiva. Por aportar algunos datos, en nuestro estado, tan sólo 6 CCAA elaboran normativa reciente que dé continuidad a los diferentes procesos implicados en la detección y provisión de atención al alumnado con discapacidad; 4 CCAA aluden a la Convención (0% al derecho a la educación inclusiva); y solo 2 CCAA incluyen indicadores para la atención a la diversidad, de las cuales sólo 1 articula un protocolo.

Por otra parte, en el caso español, la legislación tiene desarrollos desiguales y existe diferente nivel de formación para garantizar apoyos y ajustes, dependiendo de la discapacidad de origen del alumnado. Así, el CG4 reconoce como uno de los colectivos de mayor riesgo de exclusión educativa y social al alumnado con discapacidad intelectual y, en nuestro país, tan solo existe un Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico en esta condición, poco más del 50% de las CCAA utilizan el término apropiado para referirse a este alumnado y solamente 4 regiones conceden importancia a la conducta adaptativa.

En cuanto a la determinación y provisión de apoyos y ajustes, la legislación española es difusa, generalista y no proporciona indicadores de coordinación entre las diferentes consejerías y miembros de la comunidad educativa para ello. Igualmente, los desarrollos legislativos no recogen las competencias actitudinales, conceptuales y procedimentales que han de tener los diferentes actores de la comunidad educativa y, en especial, los docentes y demás personal que trabaje en los centros educativos, para hacer efectivo el derecho a la educación. Así, en lo que va de año, sólo se ha publicado un estudio con prácticas basadas en la evidencia para promover la inclusión de estudiantes con discapacidad en entornos inclusivos.

Además, en nuestro país, también hay carencia de legislación que regule la aplicación el principio del Diseño Universal y del Diseño Universal para el Aprendizaje, en todas las etapas educativas, proveyendo de estrategias y adaptaciones concretas para cada tipo de discapacidad. Por último, es manifiesta también la carencia de legislación que concrete la transferencia progresiva de recursos desde los centros de educación especial a centros ordinarios para promover la inclusión, así como la elaboración de política educativa que cree indicadores para evaluar el proceso de educación inclusiva.

Vistas las implicaciones que tiene el CG4 para la política educativa de los Estados Miembros y reconocido el anquilosamiento de nuestra política educativa, a continuación se recogen brevemente diferentes necesidades de desarrollo de política educativa que urge en nuestro país, para garantizar y hacer efectivo este derecho. Se proporcionan referencias al CG4.

Las administraciones educativas, en el nivel estatal y regional de los Estados Partes, han de desarrollar políticas precisas que brinden indicadores y guías a los diferentes actores del mundo educativo en la consecución de la inclusión. Estas políticas han de regular precisamente y garantizar:

a) La participación e implicación de toda la comunidad educativa en los procesos de atención temprana y detección precoz de las necesidades de este alumnado. De acorde a los párrafos: 53, 61(j) y 65.

b) La implicación de la comunidad educativa en los procesos de evaluación y determinación de las necesidades de apoyo de cualquier tipo del alumnado, así como en la provisión de apoyos individualizados (e.g., planes educativos individualizados) y ajustes razonables que el alumnado con discapacidad requiera (e.g., dispositivos de salida de voz, aumento de tamaño del texto impreso, etc.) en todos los niveles del sistema educativo. En línea con los párrafos: 12(c), 17, 27, 32, 48, 54 y 60.

c) El desarrollo de actitudes positivas hacia la diversidad por parte de la comunidad educativa y del personal de los centros educativos. Según artículo 46.

d) La formación inicial y permanente en competencias de los docentes para garantizar la educación inclusiva de su alumnado, así como la formación en el modelo de derechos de discapacidad. Sostenido en los párrafos: 31, 35 y 69.

e) El diseño de entornos educativos accesibles según los principios del Diseño Universal y del Diseño Universal para el Aprendizaje. Conforme los párrafos: 21, 22, 23 y 25.

f) La coordinación intersectorial para garantizar la inclusión del alumnado con discapacidad en los diferentes niveles del sistema educativo. Tal y como se recoge en el párrafo 52.

g) La participación de la comunidad educativa y la participación del alumnado con discapacidad en sus comunidades de referencia. Párrafos: 18, 26, 42 y 50.

h) La transferencia progresiva de recursos desde los entornos segregados y de educación especial hacia los entornos inclusivos. En los párrafos 29 y 68.

i) La elaboración de indicadores estructurales, de progreso y de resultados que permitan valorar el proceso de educación inclusiva, desde un enfoque comprehensivo e inclusivo, implicando a las personas con discapacidad y sus comunidades. Según se recoge en los párrafos 73 y 12(1)).

Sólo se hará efectivo este derecho si la política pública estatal que se centre en los aspectos anteriores tiene sus concreciones en las políticas regionales, en los documentos de los centros que hagan efectiva el derecho y se alinean con las prácticas profesionales para promover una inclusión de todos, con todos y para todos. Igualmente, estas políticas, deberán ir acompañadas de calendarios sobre su implementación en los diferentes niveles, así como de periodos de tiempo para derogar cuantas disposiciones no cumplan con lo expuesto en el artículo nº 24 de la Convención.

Tomado de: https://autismodiario.org/2016/09/17/la-onu-le-explica-los-gobiernos-la-educacion-inclusiva/

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La teoría de la dependencia y el sistema-mundo

Por. Claudio Katz
La teoría del sistema-mundo de Wallerstein sintoniza con la teoría marxista de la dependencia. ¿En qué terrenos convergen, divergen y se complementan?

La concepción de Wallerstein se entrecruza con el dependentismo. Postula un modelo de sistema mundial de cinco centurias con pilares competitivos, ciclos seculares y hegemonías cambiantes. Retrata inserciones centrales, periféricas e intermedias en función de modalidades productivas y productos comercializados. Describe la misma polarización, estratificación estable y recreación del subdesarrollo que diagnostica la teoría marxista de la dependencia.

Pero los dos enfoques divergen en varias áreas. Los sistemas cerrados difieren de los contradictorios modos de producción. La previsión exacta de crisis terminales contrasta con la jerarquización de la dimensión político-social. La automaticidad de los ciclos largos se contrapone con la atención a la confrontación clasista y las tesis de pauperización absoluta se distancian de la gravitación asignada a las conquistas sociales.

También hay discrepancias en la inclusión del ex bloque socialista dentro del sistema mundial y en la valoración de las mediaciones antiimperialistas y las tradiciones revolucionarias nacionales. Es muy controvertido el registro de la emancipación como un episodio sólo contemporáneo e irrealizable en el pasado y persiste la polémica en torno a las estrategias políticas que prescinden del estado.

LA TEORÍA DE LA DEPENDENCIA Y EL SISTEMA-MUNDO

La teoría del sistema mundial ha influido en numerosas áreas de las ciencias sociales contemporáneas. Fue elaborada por Immanuel Wallerstein a partir de un gran estudio de la historia contemporánea y una detallada crítica del capitalismo global. Su enfoque presenta numerosas sintonías con la teoría marxista de la dependencia. Recogió ideas de esa concepción e incidió en los debates del dependentismo. Varios autores han explorado las relaciones entre ambas visiones: ¿En qué terrenos convergen, divergen y se complementan? CICLOS Y HEGEMONÍAS Wallerstein estima que el capitalismo surgió en Europa hace 500 años con una fisonomía directa de economía-mundo. Emergió del agotamiento de un régimen previo de imperio-mundo que había sucedido a los mini-sistemas de subsistencia.

El estudioso norteamericano considera que las formaciones más primitivas funcionaban en torno a la división extensiva del trabajo, en marcos culturales muy diversos. Estima que el esquema posterior se desenvolvió en extensas geografías con regímenes políticos centralizados y que el tercer modelo rige hasta la actualidad. El capitalismo mundializado se asienta en estructuras políticas múltiples, división geográfica del trabajo y gran variedad de estados nacionales (Wallerstein, 1979: 489- 492). Este sistema apareció con la crisis del feudalismo (1300-1450) y se expandió a escala mundial. Se distanció rápidamente de otras regiones como China, que habían alcanzado niveles de población, superficie y tecnología muy semejantes.

El motor de ese empuje fue la rivalidad económico-militar imperante entre las monarquías absolutas. El choque entre esos estados incentivó la asociación de las nuevas burguesías con las viejas aristocracias, apuntaló la acumulación y pavimentó la aparición del comercio global (Wallerstein, 1979: 182-230, 426-502). Desde ese momento el sistema-mundo ha gobernado en el planeta a través de cuatro ciclos seculares propios del capitalismo. La fase inicial de gran expansión (1450– 1620/40) fue sucedida por una larga crisis (1600–1730/50), que desembocó en una etapa de excepcional desarrollo (1730-1850).

El cuarto período persiste hasta la actualidad y sería el último de este universo moderno (Wallerstein, 2005: cap 2). El pensador sistémico estima que ciclos expansivos y contractivos de 50-60 años han regulado esas etapas. Son fluctuaciones denominadas Kondratieff, que operan como secuencias previsibles dentro de procesos de mayor duración, que determinan el curso del sistema mundial (Wallerstein, 1984: 5). El teórico estadounidense estima que una estructura interestatal ha funcionado a escala internacional con hegemonías cambiantes. Cada supremacía emerge como resultado de sangrientas guerras que afianzan el predominio de la potencia ganadora. Al cabo de cierto tiempo la superioridad económica del vencedor es socavada por los rivales, que copian innovaciones evitando los gastos bélicos afrontados por el dominador.

Esta misma secuencia se repite con el triunfador de la siguiente etapa (Wallerstein, 1999a: 279). Luego de un antecedente ibérico, los Países Bajos comandaron el primer liderazgo significativo, aprovechando sus ventajas en el comercio, la agricultura intensiva y la fabricación textil. Esa primacía fue desafiada por Inglaterra y Francia que habían alcanzado cierta paridad de desarrollo. El control de ultramar fue la llave del éxito británico. Permitió establecer colonias que compensaron la inferioridad de población y recursos internos. Esas implantaciones facilitaron la acumulación de moneda y el manejo de un gran mercado externo (Wallerstein, 1984: 50-98, 102-174; 1999: 83-99).

También la hegemonía estadounidense obedeció durante el siglo XX a victorias en el plano internacional. Para Wallerstein el timón de la economía-mundo queda siempre definido en ese terreno exterior. Ahí se dirimió la superioridad norteamericana sobre sus competidores (Alemania y Japón) y subordinados (Inglaterra y Francia). Esta sucesión de hegemonías es explicada por la naturaleza competitiva de un sistema, que impide la consolidación de centros imperiales totalmente dominantes. Por eso fracasaron los tres intentos de gestar ese control absoluto (Carlos V, Napoleón y Hitler). La economía-mundo se recicla mediante la auto-destrucción que genera el propio ejercicio de la hegemonía.

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Texto completo en: http://www.lahaine.org/la-teoria-de-la-dependencia

Texto completo en: http://www.lahaine.org/la-teoria-de-la-dependencia

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PISA: una prueba difícil de acreditar

Por: Eduardo Backhoff

PISA de nuevo se encontrará muy pronto en el escenario mundial. El 6 de diciembre próximo se darán a conocer los resultados del Programa de Evaluación de Estudiantes Internacionales que coordina la OCDE, cuya última aplicación se realizó en México el año pasado.

El informe de resultados de PISA-2015 se convertirá en la sexta edición del programa, desde que inició en el año 2000. Hay que recordar que PISA evalúa cada tres años las competencias de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias naturales de aquellos estudiantes que tienen 15 años de edad y que se encuentran estudiando al menos el primer grado de secundaria. Al momento de la evaluación de PISA, en México cerca de tres cuartas partes de estos alumnos se encuentran terminando el primer grado de educación media superior y el resto el tercer grado de secundaria. Los resultados de PISA son un referente para evaluar la calidad de la educación que se ofrece en los distintos países que participan en este estudio internacional.

Son cada vez más los Estados que desean ponerse a prueba sobre lo que sus estudiantes aprenden, con el propósito de comparar su ejecución con la de otros países, así como la propia a través del tiempo. Esto se puede hacer de dos maneras: a través de las puntuaciones promedio del país (en una escala de 200 a 800, con una puntuación promedio de 500 puntos) y por medio de la proporción de estudiantes que se ubica en cada uno de los seis niveles de desempeño en que se divide la escala. Es bien sabido que los estudiantes mexicanos no han podido acreditar la prueba PISA en el pasado y, seguramente, no lo podrán hacer en la edición de 2015. Los resultados de México en esta prueba en el pasado han sido magros y muy desiguales, por decir lo menos.

Estos resultados han mostrado que la mayor debilidad de nuestro sistema educativo radica en que los estudiantes terminan la educación básica y continúan en la media superior sin poder adquirir las competencias de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias, que son indispensables para poder tener éxito profesional en un mundo globalizado, que requiere de profesionistas cada vez más calificados. En este medio internacional México produce mano de obra barata, que seguramente será bienvenida en el mundo de las maquiladoras y de los negocios tipo Uber.

Pero, ¿qué resultados ha obtenido México en el pasado y cómo se compara el país consigo mismo a través del tiempo? De manera muy breve resumo los siguientes resultados. En las evaluaciones realizadas de 2000 a 2012 los porcentajes de estudiantes de 15 años que se ubicaban en el nivel más bajo de PISA (nivel 1) fueron los siguientes: entre 40 y 42% en comprensión lectora, entre 51 y 66 % en matemáticas y entre 47 y 51 % en ciencias.

En sentido contrario, los porcentajes de estudiantes que se ubicaban en los niveles más altos (niveles 5 y 6) no rebasó el 1% en ninguna de las tres asignaturas evaluadas. Respecto al comportamiento del país en este lapso de tiempo, podemos decir que ha permanecido igual en comprensión lectora y ciencias y que ha mostrado un ligero avance en matemáticas, equivalente a tres puntos por año. Sin menospreciar este avance en matemáticas, es importante analizar su importancia y significado. Por un lado, de acuerdo con la OCDE, 41 puntos en el área de matemáticas equivalen a un año de escolaridad formal. En la evaluación de 2012, México obtuvo 413 puntos; es decir, 81 puntos por debajo del promedio de los países de la OCDE (que fue de 494 puntos).

Tomando en cuenta esta diferencia, podemos decir que nuestros estudiantes de 15 años presentan un retraso de dos años escolares, respecto al promedio de estos países desarrollados. Asimismo, la puntuación de Corea en matemáticas fue de 554 puntos, lo que representa más de tres años escolares de diferencia. Alguien podría decir que es injusto compararnos con países que tienen un mejor desarrollo económico que el nuestro. Sin embargo, la puntuación de Vietnam fue de 511 puntos y la de Polonia de 518; países con los cuales sí nos podemos comparar en muchos sentidos.pisa

Con estos números podemos preguntarnos, ¿cuánto tiempo le llevaría a México alcanzar a Vietnam o a Polonia en matemáticas? Si conocemos que México avanza en esta asignatura tres puntos por año, la respuesta es simple: entre 33 y 35 años, siempre y cuando estos países no mejoren. De las otras dos asignaturas ni hablar, pues no se ve ningún avance signi cativo. En conclusión, PISA representa una prueba difícil de acreditar, cuyos resultados nos recuerdan que tenemos una asignatura pendiente con el país en materia de educación. ¿No son su cientes estos datos para insistir que requerimos a gritos una reforma educativa integral y de largo aliento que mejore los servicios educativos del país y con ello los resultados de aprendizaje?

*Consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación

Fuente: http://www.educacionfutura.org/pisa-una-prueba-dificil-de-acreditar/

Imagen: 3.bp.blogspot.com/-ZnIOzAJmqio/Uf3YPYkPArI/AAAAAAAAFvY/kjdPm53gmtA/s1600/PISA+latinoamerica.jpg

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Pedagogía y educación pública ante el oscurantismo y la barbarie capitalista

Por Cristian Galvan

La defensa de los contenidos sobre derechos humanos y las ciencias junto a la práctica pedagógica y la lucha política como campos de disputa frente a la formación de un sentido común reaccionario y conservador.

Como ha sucedido en numerosas situaciones mientras las naciones imperialistas intervienen militarmente en otros países generando miles de muertes y millones de refugiados, los medios de comunicación capitalistas dedicaron sus programas de TV, noticieros y diarios a destilar xenofobia y a alimentar el relato nacionalista, de la mano de las políticas racistas y anti-inmigrantes de los gobiernos que aumentaron la violencia y el desplazamiento de familias a vivir en la miseria. O bien como pasa ante cada caso de gatillo fácil o de asesinatos por racismo a manos de la policía, los medios y los políticos de la burguesía generan una intensa campaña reaccionaria y de criminalización a los sectores populares.

Incluso ante el avance de las empresas imperialistas como las petroleras, mineras o las agroquímicas, que saquean y contaminan el agua y las tierras de los pueblos en complicidad con los gobiernos nacionales, las mismas son visibilizadas como parte de un supuesto “progreso”, que gracias a la justicia capitalista y a la maquinaria estatal garantizan impunidad. Ni hablar de cómo se reproduce el machismo y el sexismo, naturalizando distintas formas de opresión en la sociedad.

La iglesia por su parte viene intentando frenar jornadas por la diversidad sexual y mediante su vocero principal el papa presiona para que se deroguen leyes a favor del matrimonio igualitario y sobre políticas de salud sexual y reproductiva. Para la iglesia los jóvenes no pueden ni deben decidir sobre su sexualidad, y ni siquiera pueden informarse en un ámbito educativo o acceder a métodos de prevención en escuelas y hospitales.

Eso además de oponerse en todo el mundo a que el estado garantice el aborto legal y gratuito para evitar que miles de mujeres mueran al año. Sumado a la homofobia, al lucro y a la opresión sobre las libertades individuales que la iglesia lleva adelante día a día en su actividad política-religiosa desde hace más de dos mil años.

Contra el culto oscurantista y la hipocresía capitalista

La visión distorsionada del mundo y las formas tendenciosas de comunicación son incluidas en distintos niveles por el estado y el sistema educativo en los contenidos curriculares y en las reformas educativas privatizadoras, que también se expresa en las evaluaciones externas y estandarizadoras delineadas por el banco mundial, rechazadas fuertemente por los docentes y la comunidad educativa; evaluaciones por cierto elaboradas por un grupo de “técnicos” que no trabajaron dentro del aula y que incorporan en los contenidos las formas empresariales y el relato de las clases dominantes.

Todo en sintonía con la intromisión de la iglesia que está en contra de la educación sexual y que los diseños curriculares contengan contenidos sobre género o que los docentes realicen talleres de capacitación en educación sexual; así como con los intereses de los bancos y el imperialismo que intentan reproducir las formas de explotación capitalista y una historia falseada sobre el terrorismo de estado, las guerras imperialistas y el exterminio de los pueblos originarios. Como parte de la estrategia de los gobiernos para mantener una ideología y profundizar las políticas neoliberales y capitalistas en el ámbito educativo, tratando de avanzar en la idea de una educación mercantilista y meritocrática.

Lo que implica una disputa constante para cada docente que se plantea a cada instante en las relaciones laborales, en la democracia interna y en la práctica pedagógica a la hora de pensar que se transmite y reproduce en cada escuela, como se desarrollan los procesos educativos y hacia donde se orientan los conocimientos producidos por la clase trabajadora y los sectores populares.

Educación del pueblo

La lucha por una educación pública, laica y científica para el pueblo tiene una profunda relación con oponer y contrarrestar tanto la lógica capitalista como la de la iglesia y la de toda forma de opresión en la educación de las masas trabajadoras y populares. En ese marco, la pelea para que la educación sexual sea un hecho concreto en cada escuela y en cada barrio, va en el sentido de exigir la separación de la iglesia del estado y contra el estado capitalista. Por los derechos de la juventud, y la clase trabajadora a acceder a la información y a las condiciones necesarias para decidir libremente y poder dirigir sus propios destinos.

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Del mismo modo el desafío por abrir el debate en cada escuela y por transmitir las experiencias de los pueblos en la conquista por sus derechos, es parte de una pelea política como trabajadores de la educación en respuesta al enfoque tradicional y al sentido común conservador impulsado por las clases dominantes. Que debe ir en defensa ante cada injusticia, que impulse la solidaridad entre oprimidos y oprimidas de todo el mundo en contra de la discriminación y el racismo, la explotación del hombre por el hombre, las guerras imperialistas, la destrucción del medio ambiente, el terrorismo de estado y la violencia infantil, sobre las mujeres y LGTBI. Con la perspectiva de que la clase trabajadora organizada en sus organismos junto al partido revolucionario pueda conquistar el poder político para así basar la sociedad en la igualdad y en las necesidades de los pueblos oprimidos del mundo.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Pedagogia-y-educacion-publica-ante-el-oscurantismo-y-la-barbarie-capitalista

Imagen: www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH396/arton56938-62982.jpg?1476708415

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