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Cómo fue la admisión a la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

En el primer caso se presentaron 70 741 aspirantes, procedentes de 950 municipios de todos los departamentos del país. Y contamos también con aspirantes de 35 países diferentes. De ellos, la mayoría son de Venezuela, seguido del grupo de Estados Unidos, Ecuador y España; pero llama la atención encontrar aspirantes de países como Siria, Hungría, Suecia, Corea  del Sur o Croacia.

Destaco esta información ya que es común escuchar voces en contra de recibir estudiantes extranjeros para adelantar estudios universitarios en instituciones públicas. No obstante debemos saber los colombianos que hay un elemental principio de reciprocidad que debemos atender, pues el número de jóvenes estudiantes colombianos en el exterior cada vez es mayor. Nada más en Argentina, de acuerdo con la información de su embajador Marcelo Stubrin, hay hoy cerca de 25 000 estudiantes colombianos.

Como se ha establecido desde hace algunos años, los aspirantes a pregrado presentaron el mismo examen el día 18 de septiembre, habiendo elegido previamente una Sede de la Universidad Nacional en la que desean estudiar. De acuerdo con el puntaje de la prueba, el aspirante elige ahora la carrera que desea iniciar en la sede seleccionada.

En esta ocasión, simultáneamente con la inscripción, se les hizo a todos los aspirantes una pregunta para conocer cuáles son la carreras que desearían cursar, independientemente del puntaje que obtendrían en el examen. Los resultados muestran unos intereses que probablemente son los mismos de la mayoría de los jóvenes colombianos que iniciarán estudios universitarios el próximo año. Estas son, en orden de preferencia, las carreras favoritas de los aspirantes en Bogotá: Medicina, Psicología, Ingeniería Civil, Derecho, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Arquitectura, Ingeniería Macatrónica. En Medellín y Manizales, Ingeniería Civil y Arquitectura y en la Sede Palmira la primera opción de los aspirantes es Ingeniería Ambiental.

Sorprende, sin embargo, el buen lugar que ocupan otras carreras que tradicionalmente no tenían gran demanda y que hoy, cada vez con más fuerza, son primera opción para muchos jóvenes; este es el caso de: Contaduría, Enfermería, Geología, Biología, Odontología, Diseño Industrial, Ciencia Política, Antropología, Física, Estudios Literarios y Farmacia.

En cumplimiento de su función social, la Universidad Nacional ofrece programas de admisión especial para los mejores bachilleres colombianos, para los mejores bachilleres de municipios pobres, para los mejores bachilleres de población negra, afrocolombiana, palanquera y raizal, para bachilleres víctimas del conflicto armado interno y para bachilleres integrantes de comunidades indígenas. Por ejemplo, la carrera de Enfermería está en el segundo lugar de preferencia de este último grupo.

Además ofrecemos un programa de admisión especial con cupos reservados para aspirantes de las zonas de influencia de las Sedes de Frontera: Arauca, Leticia, San Andrés y Tumaco. Allí los aspirantes compiten únicamente entre ellos y se admiten quienes obtengan los mejores puntajes a las carreras que elijan en las Sedes Andinas: Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira. Durante los primeros semestres estos estudiantes reciben en las propias sedes de frontera la formación a través de algunas asignaturas de ciencias básicas y de ciencias humanas que regularmente son comunes a la mayoría de carreras; adicionalmente se hace un reforzamiento en inglés. De esta manera la inserción en el sistema de educación superior ofrece una mayor garantía de éxito posteriormente, cuando el estudiante se traslada a la sede en la que continuará sus estudios.

El total de cupos que ofrecerá la Universidad Nacional para nuevos estudiantes de pregrado en el primer semestre de 2017, contabilizando la admisión regular y las especiales antes descritas, es de aproximadamente 5500. Un 6% de estos cupos es lo que se reserva para las admisiones especiales.

Este porcentaje de cobertura es muy bajo (menor que 8%), pero sería irresponsable aumentar el número de admitidos sin el correspondiente incremento de recursos, especialmente para la contratación de más profesores. Como consecuencia del limitado número de cupos, muchos aspirantes buscan opciones de estudio en programas no acreditados o simplemente amplían el grupo de jóvenes que por no «pasar» a la universidad cargan con una enorme frustración; los menos encuentran oportunidades de formación en el exterior.

En orden descendente de los resultados de la prueba, los aspirantes son llamados a seleccionar su carrera. Un porcentaje muy alto escoge la carrera que quería iniciar, pero llama especialmente mi atención observar que la elección final, entre quienes tuvieron los mejores puntajes y pueden, por lo tanto, elegir cualquier carrera, no coincide con la carrera señalada como de su preferencia en la pregunta previa al examen. En efecto, aproximadamente el 20% de los admitidos ha cambiado su decisión; así por ejemplo se encuentran casos de aspirantes que habiendo obtenido el puntaje para ser admitidos a Medicina y habiendo señalado ésta como su preferencia inicial, a la postre, deciden ir a Ingeniería Química o a carreras de ciencias humanas. Habrá que implementar un estudio que nos permita determinar las causas de estos cambios de decisión en tan corto tiempo,

Por su capacidad y su amplia convocatoria, la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombinos, es la Institución de Educación Superior con mayor impacto e influencia en el territorio nacional. Su responsabilidad es mayúscula frente a la formación de ciudadanos y profesionales que han de construir un país prospero y en paz. Y ese es nuestro compromiso como profesores.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/fue-admision-universidad-nacional

Imagen: http://www.humanas.unal.edu.co/colantropos/areas-y-grupos-de-interes/arqueologia/arqueologia/

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La culpa es de los maestros

Lev Moujahid Velázquez Barriga

Hyderabad Chávez Medina proviene de una familia de maestros con gran vocación; estudió la licenciatura en educación primaria en el Centro Regional de Educación Normal de Arteaga, Michoacán; maestría en interculturalidad en la Universidad Pedagógica Nacional; doctorado en pedagogía crítica en el Instituto McLaren y, además, los fines de semana participa de talleres y otros espacios para su formación continua. Sin duda, es un profesor con una alta preparación profesional y responsabilidad como docente.

Cada semana se traslada de Nueva Italia, su lugar de origen, a la comunidad  El Rincón, en la sierra del Occidente michoacano. Demora 3 horas de camino en auto particular hasta Aguililla, la cabecera municipal, y de ahí otros 40 minutos más en motocicleta por senderos de terracería para llegar finalmente a su escuela. Su situación ha mejorado indudablemente, porque en su anterior centro de trabajo tenía que viajar 3 horas adentrándose en la zona serrana para cumplir con su labor.

 “Hyder” como le dicen sus compañeros, es el único profesor de su escuela, de hecho el único trabajador de la educación que hay para atender la diversidad de funciones que ésta demanda. Además de sus labores administrativas, directivas y de intendencia, atiende alumnos desde primero hasta sexto grado de primaria y eventualmente los padres de familia le envían a sus hijos en edad preescolar como oyentes, porque no existe un jardín de niños en la comunidad.

La escuela de El Rincón sólo tiene un aula de 25 metros cuadrados para atender a los alumnos de todos los grados, no cuenta con luz eléctrica, mucho menos con aula de medios, no hay biblioteca, tampoco existen canchas deportivas, ni material didáctico alguno que le haya proporcionado la Secretaría de Educación Pública (SEP); sólo tiene unas cuantas butacas, un pintarrón, una silla y una mesa para el maestro.

Se podría pensar que las condiciones de Hyder para impartir clases son una cuestión excepcional entre el magisterio, pero no es así; son la regla en muchas escuelas mexicanas. Alrededor del 40 por ciento de las primarias son multigrado; es decir, no cuentan con los maestros necesarios para que cada grado sea atendido por un sólo docente. En esta condición están prácticamente el ciento por ciento de las escuelas comunitarias en todo el país.

Del informe 2016 del Instituto Nacional para Evaluación Educativa (INEE) La Educación obligatoria en México, se desprende que no hay docentes suficientes para cumplir con la formación integral de los alumnos; por consecuencia, los que existen enfrentan tareas pedagógicas multifacéticas, de suerte que la promesa de Escuela al Centro con su programa de organización completa que Aurelio Nuño anunció en este año, se descompone rápidamente  en el inmenso basurero de los incumplimientos.

Los datos arrojados por el informe dicen que a pesar de que el 67 por ciento de las escuelas reportan al menos un alumno con alguna discapacidad, únicamente son atendidas con apoyo de personal especializado el 33.8 por ciento de ellas; ahora, siendo la obesidad uno de los mayores problemas de salud infantil en México, sólo 54.7 por ciento de las escuelas cuentan con maestros de educación física; en tanto que el 85.8 por ciento no tienen maestro de artísticas, 85.7 por ciento carecen de maestro de computación y 76.4 por ciento de inglés.

Entonces, los maestros mexicanos no sólo deben coberturar las carencias pedagógicas que dejan los vacíos de personal en los centros escolares, también tienen que realizar otras funciones directivas y de carácter administrativo, todo a un mismo tiempo; según el mismo informe: 45.5 por ciento de los directores son, a su vez, maestros frente a grupo. Evidentemente, la carga laboral y horaria se incrementa considerablemente, pero no así su salario, porque no existen incentivos por hacer funciones adicionales.

Sin embargo, el  gobierno, los empresarios y los organismos de la globalización económica se han empeñado en hacer responsables a los maestros como factor único de cualquier deterioro educativo. A partir de esa tesis se les presenta de manera tendenciosa como un sector privilegiado laboral y salarialmente, pero que no está cumpliendo adecuadamente con su labor.

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó suPanorama Educativo 2016 referente a México, en él se informó que los maestros, pese a que están por debajo de la media mundial, son los profesionistas mejor pagados del país y los medios masivos de comunicación no tuvieron ninguna duda en replicar como cierta tal afirmación, aun cuando no coincide con lo que se ha dicho en los últimos años.

Por ejemplo, en el informe 2015 del INEE Los Docentes en México se dijo textualmente que: “Más de la mitad de los docentes de educación preescolar y primaria tienen niveles salariales inferiores a los de otros profesionales con contratos de medio tiempo o más. En 2012, la mediana del salario real de las educadoras representó menos de la mitad de la mediana del salario de otros profesionistas con ese nivel de escolaridad y con jornadas de medio tiempo o más”.

Otra referencia que contradice a la OCDE es el estudio elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llamado Compara Carreras 2016. Una herramienta sobre las consecuencias económicas de escoger una carrera, en el cual, al igual que el año anterior, coloca entre las 10 profesiones peor pagadas del país a 5 relacionadas con la docencia: formación docente para primaria; preescolar; por asignatura; física, artística y tecnología; así como orientación y asesoría educativa.

La falacia de los mentores con salarios de reyes se acompaña de otra que los presenta como profesionistas con baja preparación y con poca disponibilidad a seguir estudiando; pero las estadísticas de los propios organismos empresariales de la globalización OCDE-Mexicanos Primero, reconocen que cerca del 90 por ciento de los docentes en funciones participan en trayectos de formación continua, una taza muy alta con respecto de otros países.

Los Empresarios Primero intentan demeritar esta cualidad del magisterio diciendo que más del 70 por ciento no se sienten preparados. Las razones son más que lógicas porque las condiciones para asegurar una educación integral son precarias: ningún maestro que atienda necesidades pedagógicas específicas sin el apoyo de otros docentes especializados, que realice múltiples funciones adicionales teniendo una sobre carga laboral, que sea sometido a evaluaciones punitivas y sin espacios adecuados para el aprendizaje, tendrá la sensación de tener una formación completa, por más que se prepare, siempre le quedará la necesidad de seguir actualizándose.

Efectivamente la culpa es de los maestros, por su incapacidad para escindirse; no obstante, más allá de esa imagen distorsionada que dibujan los enemigos de la educación pública, habrá que rescatar las muestras cotidianas de gratitud que motivan a miles de educadores como Hyder a seguir adelante en las condiciones adversas que enfrentan en sus escuelas, las cuales se resumen en las conclusiones del Informe 2016 del INEE cuando dicen que: “los alumnos en general, consideran que tienen buenos maestros”.

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Doctor en pedagogía crítica y educación popular; integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán

Fuente del articulo: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/16/la-culpa-es-de-los-maestros/

Fuente de la imagen:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/wp-content/uploads/2016/10/lev-velazquez-510-a.jpg

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El gran negocio de la belleza

Alba Carosio

Para muchas personas en el mundo, Venezuela es conocida por ser un país de donde provienen frecuentemente las ganadoras de concursos de belleza. Jóvenes venezolanas han ganado siete veces el Miss Universo, apenas una vez menos que Estados Unidos, que es el país creador de esta competencia. La usina en la que se preparan las futuras reinas es la Organización Miss Venezuela. Las misses venezolanas se presentan también, como una especie de Producto Interior Bruto (PIB) del país, un bien exportable vinculado a una nación y una etnia.

En Venezuela el concurso de Miss Venezuela y sus participantes, las “misses” como se las llama popularmente, son un ícono nacional y representan un modelo a imitar. El concurso, que se realiza desde 1955, llegó a convertirse en un gran evento nacional, a partir de los años 80, teniendo su máximo esplendor en los años 90. A partir del cambio social que significó el proceso bolivariano comenzado en 1999 ha perdido algo de su centralidad en la vida nacional, aunque continúa siendo un objetivo de vida para muchas mujeres venezolanas, y desde luego un gran negocio para sus organizadores.

En todo el despliegue que se genera en torno al Miss Venezuela, se mueve dinero, publicidad, eventos, etc. Se trata una franquicia de la empresa de Donald Trump que otorga derechos para mandar una concursante bajo reglas que Miss Universo impone.

La belleza física es una mercancía mas de consumo, creada en sociedades opulentas donde una vez satisfechas las necesidades primarias se impuso la “obligación” de ser bellas según criterios fijados en forma impositiva. Se trasladó al Tercer Mundo creando procesos aberrantes, por las contradicciones que significan que en sociedades con tanta desigualdad se inviertan recursos en banalidades misóginas, que invisibilizan y desvalorizan a las mujeres reales, a las trabajadoras, a las indígenas y todas las otras pobres del mundo. Y además las encierran en los parámetros patriarcales, sometiéndolas a la doble realidad: lucha por la sobrevivencia pero también objeto para los varones, “muñequitas” que aspiran a ratificar el estereotipo femenino de la bonita tonta y superficial.

Sabido es que en Venezuela la búsqueda de un cuerpo ajustado a las preferencias impuestas por la publicidad y el consumo de “misses” ha llevado a la muerte a muchas muchachas pobres, sometidas a cirugías y prácticas estéticas en condiciones de bajo costo e inseguridad. Lo superficial y lo banal, sigue ocupando un lugar destacado impuesto por la civilización hedonista a cualquier precio, que promueve el capitalismo.

Fuente del articulo:  http://www.correodelorinoco.gob.ve/opinion-libre/gran-negocio-belleza-opinion/

Fuente de la imagen: https://pixabay.com/p-1643887/?no_redirect

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México: A cuatro años de la invasión policiaca a las escuelas normales de Tiripetío y de Cherán

México/16 octubre 2016/Fuente:Manifiesto enviado a redacción OVE

15 DE OCTUBRE EN LA MEMORIA COLECTIVA

Hoy se cumplen cuatro años de la invasión policiaca a las escuelas normales de Tiripetío y de Cherán, así como al edificio sindical de la Sección XVIII de la CNTE, como parte de un plan de agresión hacia los estudiantes y maestros diseñado desde las más altas esferas del poder central y estatal. Olvidar estos hechos represivos sería un grave desacierto por parte del movimiento estudiantil, magisterial y social. Qué bien por los estudiantes que hoy salieron a las calles de Morelia a recordar esta fecha, no en conmemoración sino en repudio a una política gubernamental que se ha vuelto ordinaria en nuestros tiempos, pero también para reivindicar el derecho a la protesta y libre manifestación de las ideas, amenazado hoy por la clase política reaccionaria de la entidad a partir de la “ley antimarchas”.

Para entender lo sucedido la madrugada de aquel lunes 15 de octubre de 2015 es necesario revisar el contexto que se vivía en esos tiempos a nivel nacional y estatal. El gobierno federal encabezado por el panista Felipe Calderón Hinojosa estaba a punto de ceder el poder al priista Enrique Peña Nieto. En Michoacán el gobierno lo detentaba el priista Fausto Vallejo en mancuerna con Jesús Reyna, quienes ya habían demostrado su voluntad represora hacia los estudiantes en abril de ese año cuando ordenaron la invasión policiaca a algunas casas del estudiante de la Universidad Michoacana.

Pero, ¿cuáles eran las razones de la movilización de los estudiantes normalistas que los obligaron a desatart una jornada de lucha y a pertrecharse en las normales de Tiripetío y Cherán? La respuesta se encuentra en la resistencia de éstos a someterse a una nueva modificación de los planes de estudio de las licenciaturas que se imparten en las escuelas normales promovida por el gobierno federal a través de la SEP. En el año de 1997 se había impuesto un nuevo plan de estudios con el que se asegura las desprofesionalización y la despedagogización docente pero se fortalece el modelo de educación por competencias y estándares diseñado desde los organismos financieros internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

La reforma del 2012 se planteaba cambios en la misma orientación pero con mayor énfasis en los cursos instrumentales, por ejemplo, la malla curricular de dicho plan contempla todo un “trayecto formativo” sustentado en el inglés y las tecnologías de la información y la comunicación, algo tan alejado de la realidad de la gran mayoría de nuestras comunidades, donde habrán de ir a laborar los jóvenes docentes en formación. Los estudiantes convocaron al debate a las autoridades educativas estatales y federales para plantear opiniones y propuestas desde las comunidades normalistas en torno al fortalecimiento del plan de estudios, sin embargo sus demandas fueron desoídas, como es una costumbre de las autoridades.

Pero el gobierno ya sabía, como lo sabe ahora, que reprimiendo, deteniendo y encarcelando a los estudiantes logra desviar la atención de las demandas fundamentales del movimiento y como consecuencia, casi todo el reclamo estudiantil y social se concentra en exigir la liberación de los presos. Fue así que la nueva reforma neoliberal al plan de estudios de las escuelas normales al final se impuso a costa de la sangre juvenil derramada aquella madrugada del lunes, así como del sufrimiento en la cárcel de cientos de estudiantes normalistas y de algunos maestros de la CNTE.

El operativo policiaco para invadir por la madrugada a las escuelas normales y por la tarde a las instalaciones sindicales de la Sección XVIII fue impresionante, ni las acciones más violentas del crimen organizado habían provocado una respuesta de tales dimensiones. Decenas de camionetas, carros blindados (“rinocerontes”), autobuses y patrullas donde se transportaban cientos de elementos de las policías federal y estatal con armas de contención pero también de fuego, acompañados por algunos helicópteros que lanzaban desde las alturas las bombas de gas lacrimógeno y pimienta, y algunos otros proyectiles, para golpear y detener a los estudiantes y destruir gran parte del edificio escolar, incluyendo actos de rapiña.

No obstante tal despliegue gubernamental y las intenciones de mantener la ocupación policiaca de las instituciones normalistas para asegurar su cierre (se sabe que en el caso de la Normal de Tiripetío la policía ya habían empezado a meter maquinaria al interior para iniciar con el derribo de los dormitorios y demás instalaciones asistenciales), la respuesta del movimiento social y de la población tanto de Cherán como de Tiripetío fue de mayor contundencia, logrando en pocas horas la expulsión de las fuerzas represivas. Este sería el motivo principal para que, como represalia a la actuación de la CNTE, por la tarde de ese día se cometiera también la invasión policiaca al edificio sindical en Morelia, golpeando y deteniendo a varios maestros y dirigentes sindicales. Días después se realizaría una gran manifestación en la capital del estado para repudiar estos actos y demandar la liberación de los presos políticos. Una pregunta final ¿Qué pasará si dejamos que se apruebe la ley antimarchas?.

Fuente imagen:   http://m.oem.com.mx/3a68e7b6-71ae-4d72-9c8b-9f544d3827a7.jp

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Los maestros: constructores de la nación

Miguel Ángel Gallegos

El nacimiento de este nuevo siglo nos invitó a la planeación de nuevos horizontes y perspectivas que toda persona, empresa, institución y estado requieren vislumbrar a fin de no ser sorprendidos en el futuro; los retos que esperan a la humanidad empiezan a navegar en la sociedad como lo vemos en la actualidad y en la llamada globalización en donde la desigualdad de oportunidades es constante ya que los pueblos de escasos recursos económicos, tecnológicos, culturales e intelectuales, se encuentran en circunstancias adversas al no poder competir en igualdad de condiciones con el mercado local, nacional y mundial; los grandes capitales se apoderan de la diversidad de consumidores, los estragos ambientales son inevitables por los abusos del hombre, las manchas de concreto cada vez son mas grandes, los valores universales se encuentran divagados y el hombre en su intimidad se encuentra en la oscuridad.

¿Pero qué tiene que ver con todo ello la educación? Lo mas importante en la vida de una nación, la formación de hombres que el día de mañana puedan contribuir a nivelar las condiciones humanas para convivir en un ambiente sano, de justicia y prosperidad; la educación ondea en todo su esplendor como la única bandera capaz de rescatar el caos que se pudiera desatar ante las grandes problemáticas que por doquier vemos; y ante ello quien juega un papel trascendental en esa labor interminable son los maestros; pilar primordial en la vida y progreso de la humanidad.

Si buscamos la definición de la palabra maestro en el diccionario encontraremos en términos generales que es la persona que tiene una cierta sabiduría o conocimientos sobre una ciencia, arte o materia y a la vez la habilidad certera para enseñarla a sus semejantes; si buscamos los sinónimos de la palabra maestro encontraremos los siguientes: educador, instructor, profesor, orientador, constructor, guía  o compositor entre otros, pero nos queda claro que el termino puede diferir pero el objetivo siempre será el mismo; enseñar a sus alumnos.

El maestro es el guía y conductor, es quien ayuda a construir y dar forma a la más grande obra de la naturaleza: el ser humano.

Hablando del educador y profesor, es quien por vocación dedica gran parte de su vida a la enseñanza académica y escolar, donde congregado con sus alumnos que se reúnen día con día en el salón escolar para compartir los conocimientos teóricos y aprender así a cultivar la creatividad, participación, dinamismo, ética y sobre todo la formación de buenos hábitos que despierten en el alumno el deseo de superación humana, intelectual, tecnológica y cultural, sea en el nivel que sea.

Bien sabemos que las maestras y maestros poseen ciertas características que no podemos olvidar, ellos tiene una presencia física y autoridad moral que impone respeto dentro y fuera del salón escolar; así como una mente privilegiada que les permite el dominio de su materia y una mejor claridad de ideas que, en combinación con el arte de la palabra hablada, enaltecen y embellecen el principio de su quehacer magistral: el arte de enseñar, la transmisión de conocimientos con una postura que se yergue como el roble, como una estatua monumental con vida y voz colocada frente a su auditorio ansioso y anhelante de escuchar los mas sabios preceptos y conceptos, ahí se encuentran los maestros frente a sus alumnos y frente a los hombres que forma en cada día de enseñanza.

Maestros ilustres ¿En dónde se encuentran? La nación los necesita, la historia los coloca al frente en todos los escenarios y hoy no son la excepción, ustedes nos han formado y han contribuido a lo que hoy es nuestra nación, en cada rincón de nuestra tierra se encuentra un sembrador de hombres y es preciso que sus frutos se cosechen para bien de nuestra sociedad. A las maestras y maestros se le debe valorar en toda su magnitud y en todos los rincones de la tierra; ellos no deben ser lo que algunos medios han difundido por culpa de unos cuantos; ellos significan más de lo que realmente vemos, pues son como los arquitectos de la nación.

Es válido preguntarnos si los maestros de nuestro presente son iguales a los del ayer, si se encuentran en las mismas circunstancias, si sus alumnos son semejantes a los de hace algunos años o incluso si hay factores nuevos que obstaculizan o contribuyen en su labor; si se dedican a la docencia por convicción o conveniencia, si son bien retribuido en sus condiciones laborales y si se entregan de corazón a su compromiso con la nación. Cuestiones necesarias para reflexionar acerca del reto actual de los maestros, pues ellos no elaboran productos construye pueblos formando hombres.

No todo esta perdido, levantemos la mirada, busquemos y escuchemos a los verdaderos maestros, veamos en ellos, a los amigos que gustosos comparten sus conocimientos, experiencias y compromiso para contribuir a la construcción de una mejor nación.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/los-maestros-constructores-de-la-nacion/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/05/ipad-300×152.jpg

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Aprender a aprender o aprender a conocer

Roberto Rodríguez

El texto Modelo Educativo 2016, recientemente publicado por la SEP, describe las características generales del planteamiento pedagógico ideado para reformar el currículum de la educación obligatoria. Las ideas y propuestas ahí contenidas están sujetas a discusión en el marco de los foros que, en estos días, coordina la autoridad educativa federal. Es probable, por lo tanto, que algunos de los contenidos se modifiquen.

Uno de los capítulos del volumen, central en la propuesta, se titula “El planteamiento curricular” (págs. 34 a 50). Se divide en varios rubros: la vigencia del humanismo y sus valores, los desafíos de la sociedad del conocimiento, las oportunidades desde las ciencias de la educación, contenidos educativos, y ambientes de aprendizaje.

Lo primero que llama la atención es la proximidad de los planteamientos del ME-2016 con los publicados en 2011 por la SEP en Plan de estudios 2011. Educaciòn Básica. Contiene el documento vinculado a la Reforma Integral de la Educaciòn Básica (RIEB) el capítulo “Principios pedagógicos que sustentan el plan de estudios” (págs. 26 a 37). Los doce principios que fincan el plan aprobado hace menos de cinco años coinciden, en buena media, con los elaborados para el ME-2016. En particular: centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje; generar ambientes de aprendizaje; trabajar en colaboración para construir el aprendizaje; usar materiales educativos para favorecer el aprendizaje; evaluar para aprender; favorecer la inclusión para atender a la diversidad; renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la familia y la escuela, entre los más evidentes.

El contraste entre ambos documentos (2011 y 2016) permite concluir que, en materia pedagógica, hay más continuidad que cambio. ¿Eso es negativo? No necesariamente. Lo que no está bien es no reconocer las líneas y eslabones de continuidad y aclarar qué es efectivamente lo que se transforma. En materia pedagógica e incluso curricular no parece tanto, en todo caso se advierte la sola agregación de nuevos contenidos, pero no de nuevos enfoques.

No es extraño, por lo demás, que exista continuidad en los planteamientos. Tienen un elemento en común: las propuestas de la OCDE en materia pedagógica, curricular y organizativa para el caso de México derivadas, del Acuerdo de Cooperación México OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas” vigente de 2010 a 2012.

La asesoría de la OCDE fue una de las piezas clave para orientar la versión final de la RIEB y también para introducir la idea de la evaluación docente obligatoria que sería instalada a partir de la reforma educativa de este sexenio.

Uno de los materiales empleados en la asesoría de la OCDE fue La Naturaleza del Aprendizaje. Investigación para inspirar la práctica. Guía del practicante volumen compilado por Hanna Dumont, David Istance y Francisco Benavides, publicado en inglés en 2010 y una versión ejecutiva en español en 2012. El aprovechamiento de ese texto en el capítulo “El planteamiento curricular” del ME-2016 salta a la vista, hasta extremos criticables. El ME-2016 fusila al menos cuatro párrafos largos del material de la OCDE sin entrecomillar ni citar la fuente (véanse las páginas 41-43 del documento de la SEP en comparación con las páginas 4-5 del texto OCDE). Eso no se hace. De un documento oficial de la Secretaría se esperaría mayor rigor, creo.

Otra que llama la atención, aunque no me detendré demasiado en ella, es la incorrecta traducción y peor conceptualización del Learn to Know, recogido en el celebérrimo informe de la Comisión Delors La educaciòn encierra un tesoro, publicado por la UNESCO en 1996. En aquel trabajo, que orientó buena parte de las reformas educativas de los años noventa en todo el mundo, se razonaba en torno a cuatro pilares de la educación: aprender a ser, aprender a convivir, aprender a hacer y aprender a conocer. El ME-2016 considera que el aprendizaje clave correspondiente es “aprender a aprender”. Pero no es lo mismo: conocer es una operación intelectual más compleja que el aprendizaje continuo, aunque lo implique.

Por cierto, del repaso del texto coordinado por Jaques Delors extraigo una cita larga que nos previene del fundamentalismo contrario a la memoria, es decir del imperio “del aprendizaje significativo en lugar del memorístico” (ME-2016, pág. 50). Al respecto, señala la Comisión de la UNESCO:

“El ejercicio de la memoria es un antídoto necesario contra la invasión de las informaciones instantáneas que difunden los medios de comunicación. Sería peligroso imaginar que la memoria ha perdido su utilidad debido a la formidable capacidad de almacenamiento y difusión de datos de que disponemos en la actualidad. Desde luego, hay que ser selectivos en la elección de los datos que aprenderemos de memoria, pero debe cultivarse con esmero la facultad intrínsecamente humana de memorización asociativa, irreductible a un automatismo” (La educación encierra un tesoro, pág. 98).

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/aprender-a-aprender-o-aprender-a-conocer/

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Maestros improvisados

Manuel Gil Antón

Al parecer, echando a perder se aprende. “Le toca ‘dar clases’ los lunes, miércoles y viernes en el salón 508 del edificio H. Aquí tiene el programa, un par de gises y el borrador. Que le vaya bien, colega. Suerte”.

Durante años, y no pocos, en realidad muchas décadas, el proceso de ingreso a un puesto como profesor universitario en nuestro país no ha tenido como requisito mostrar capacidad certificada para desempeñar la función docente. Basta con la tenencia de documentos que acrediten el nivel de estudios estipulado en la convocatoria.

En algún tiempo con la licenciatura fue suficiente, y lo es todavía en ciertas áreas del conocimiento o instituciones. En otras, ya es indispensable haber realizado estudios de posgrado. La condición imprescindible y suficiente para acceder a la enseñanza, en este nivel del sistema educativo, es un diploma que da fe que quien lo obtiene, sabe. Algunos procedimientos de ingreso solicitan a los candidatos que elaboren un programa de estudios: los temas de una asignatura y la bibliografía adecuada; en otros, se pide la representación de una clase ante un grupo, y los sinodales observan si es claro al exponer y domina el conocimiento del segmento seleccionado.

Esta modalidad tiene como propósito calibrar el desempeño del aspirante al explicar el contenido y no pasa por averiguar si, luego del ejercicio, los estudiantes hicieron propio —aprendieron— lo enseñado. Hay una ausencia clara: la constancia de haber estudiado y ser capaz de conducir un proceso en el que la pedagogía y el repertorio didáctico son inexcusables.

Para ser contratado como académico con responsabilidades docentes en el futuro, al certificado de estudios se le debería acompañar con un documento, igualmente oficial, en que conste la destreza en la tarea de generar ambientes de aprendizaje. Esta certificación, obtenida en una institución de educación superior dedicada a esta formación de ninguna manera trivial —no por saber se sabe enseñar—, está ausente en los requisitos obligatorios para concursar por un puesto en que la tarea docente será central. No hay, en síntesis, una preparación centrada en la capacidad pedagógica que, sin dejar de lado el dominio del contenido de una materia, como decía Andoni Garritz, mire con detenimiento si se cuenta con el dominio pedagógico del contenido a enseñar. Eso es lo que caracteriza a un maestro y lo distingue de un conocedor.

Carecemos, pues, de un proceso de habilitación para la docencia como maestros, aunque la mayoría del tiempo, y la mayor cantidad de académicos en esta tarea concentren su trabajo. Somos profesores improvisados. Así como los choferes de un micro aprendieron tantas veces a manejar con el vehículo repleto, los profesores universitarios aprendimos —es un decir— a “dar clases” con el salón lleno.

Los primeros, al chocar, hacen ostensible su daño a la sociedad; los segundos afectan el talento de sus discípulos, sin duda, pero no se nota: si no repites lo que digo, repruebas. El pasajero del aula suele ser el responsable de los errores del mentor amateur. Al pensar en un modelo educativo, sería crucial modificar tal proceder. Se puede organizar un proceso en el que al terminar sus estudios, o en paralelo, sea requisito asistir a una institución de educación superior especializada en el aprendizaje pedagógico: las normales. Una vez lograda la preparación debida, habría condiciones para ser candidato al trabajo en las universidades.

La tarea de estas instituciones, de este modo, cobraría un sentido más profundo y relevante: ser el sistema que otorga la habilitación para la enseñanza en todos los niveles. No es una propuesta vacua. Es indispensable para profesionalizar la actividad docente, tan menospreciada: ¿cualquier egresado de una universidad puede enseñar? No. Es falso.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/maestros-improvisados/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/05/regreso-clases-voca9-e1462557461865.jpg

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