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Crisis de paso y retorno del Imperialismo

Por: Helio Jaguaribe

De acuerdo con Helio Jaguaribe, la industrialización acelerada de los países asiáticos, principalmente China e India, y la lenta incorporación de sus inmensas poblaciones como consumidores, hace que surja una cuestión de extrema gravedad:

La ausencia de disponibilidad, en una proporción correspondiente, o incluso en términos absolutos, de varios minerales escasos esenciales para el proceso industrial, como el petróleo, el aceite natural, el uranio, el molibdeno, el tungsteno, el cobalto, el plomo, el zinc será muy escasamente accesible para 2075. (Jaguaribe, 2006; 14)

De acuerdo con las proyecciones del Departamento de Energía estadounidense, el consumo de energía de China aumentará un 4,3 % por año hasta el 2020, «lo que implicará un aumento del 150% en el consumo de petróleo, del 158% del carbón y de más del 1.100% en el gas natural»(Clare, 203: 36). Un patrón similar se observa en la India, donde el consumo de energía aumentará un 3,7% hasta el año 2020. Es un hecho que la demanda de una gran cantidad de materias primas clave está creciendo a un ritmo insostenible. En este estado de cosas, Jaguaribe afirma:

«O se logra una amplia y profunda reorganización de la civilización industrial -que no se está haciendo, ni si está pensando acerca de ello seriamente – o el mundo se enfrentará en el último tercio de este siglo a una gigantesca crisis industrial. Es probable que en presencia de esa crisis los países más poderosos, sobre todo los Estados Unidos, tomarán un feroz imperialismo de los suministros y se apoderarán de las escasas fuentes de recursos en detrimento de las naciones más pequeñas. (Jaguaribe, 2006: 15)

Para algunos expertos en seguridad internacional, como Michael Clare (2003: 23), la disputa por los recursos está provocando una grieta que se está volviendo más y más evidente en el sistema internacional. Para Klare, el objetivo más importante de la agenda estratégica de Washington es «garantizar el acceso estadounidense a las fuentes vitales de recursos exteriores». Así, esto se evidencia por «no sólo la dimensión geográfica de las propuestas estratégicas, el mayor y mayor énfasis dedicado a las operaciones militares en el Golfo Pérsico, en el Caspio y en otras zonas productoras de energía, sino también por aspectos operativos. […] Se puede observar este nuevo enfoque, por ejemplo, en la atención dedicada a los problemas energéticos por parte de los servicios de inteligencia norteamericanos»(Klare, 2003: 23).

La hipótesis del retorno del imperialismo del suministro es abordada por Thomas Friedman, quien afirma: «Las principales disputas por los recursos serán resueltas mediante mecanismos de mercado» (citado por Klare, 2003: 33), dado que el aumento de los precios, como consecuencia de la escasez, hará que los materiales de sustitución se desarrollen. De acuerdo con Klare, la tesis de Friedman pasa por alto el hecho histórico de que en numerosas oportunidades los gobiernos de cualquier signo político «han recurrido a las armas por lo que consideran intereses nacionales vitales, entre los que figuran el suministro de petróleo y agua potable» (Klare, 2003: 33). Y hoy en día en casi todos los países de la tierra, afirma Klare, «el plan para proteger las materias primas esenciales se ha convertido en una parte primordial de la planificación de la seguridad nacional» (33). Por otra parte, contrariamente a la opinión de Friedman, las fuerzas del mercado podrían ser contraproducentes en el sentido de que «si el precio del crudo se incrementara tanto que las grandes dificultades económicas fueran necesarias en los países importadores [éstos] podrían comenzar las operaciones militares en el exterior. Una acción que, de hecho, ha sido completada por los estrategas norteamericanos en el pasado y que podría revelarse como la opción preferencial ante una futura crisis del mismo género»(83). Por otra parte, Klare añade que «ninguna sociedad industrial avanzada subsiste sin una reserva sustancial de petróleo. Por lo tanto, cualquier situación susceptible de comprometer seriamente la continuidad del suministro puede originar una crisis y, en casos extremos, provocar el empleo de la fuerza militar. Cualquiera de las grandes regiones productoras se expone a una incidencia de este tipo»(47), lógicamente, incluyendo las regiones petroleras de América del Sur.

En su libro The Economy of the Hydrogen, Jeremy Rifkin (2002) observa que nos acercamos a un punto crítico en la era de los combustibles fósiles, de consecuencias potencialmente desastrosas para la civilización industrial. Si hasta ahora, afirma, los expertos habían evaluado que hay aún suficiente petróleo crudo para cuarenta años más aproximadamente, algunos de los principales geólogos ya han comenzado a sugerir que la producción mundial podría tocar techo y comenzará su continuo descenso mucho antes de lo que estaba previsto, tal vez al final de la primera década del siglo XXI. Los países productores -no pertenecientes a la OPEP-, señala, ya están acercándose a su techo de producción, lo que deja la mayoría de las reservas que quedan en los países islámicos de Oriente Medio, marcados por su inestabilidad política. Sin embargo, afirma, está naciendo un nuevo patrón de energía, una nueva fuente de energía va a reemplazar al petróleo al igual que ésta sustituyó, a su vez, al carbón. Rifkin afirma que esta nueva fuente de energía será la energía del hidrógeno.

Parece lógico especular que, como dijo Friedmann, los mecanismos de mercado orientarán la investigación científica al desarrollo de materiales de sustitución y a la creación de nuevas fuentes de energía. Sin embargo, también parece lógico pensar que, entre el nacimiento de una nueva energía principal y la muerte de una vieja energía principal, podría haber una «crisis de paso» de una duración indeterminada. Idéntico razonamiento se puede aplicar a la aparición de los materiales de sustitución. Por lo tanto, será muy probable que durante esta «crisis de paso» los Estados subordinados adopten un «imperialismo de suministro», para tomar por la fuerza las fuentes de recursos escasos.

Una muestra completa y palpable de esta lucha casi inevitable -y probablemente creciente- por los recursos cada vez más escasos la constituye la reciente disputa por el dominio del Ártico que viene ya desde mediados de 2007, cuando Rusia plantó su bandera en la región del mundo más al norte, haciendo de ello un acto de soberanía. En efecto, el gobierno ruso afirma que una gran parte del piso submarino del norte polar -conocido como la cordillera de Lomonosov- pasa por ser una extensión geológica de su país. Esta postulación le permitiría reclamar el espacio ante la ONU. Además, Dinamarca, Noruega y Canadá llevan a cabo sus respectivas investigaciones para demostrar que la cordillera Lomonosov, que se extiende bajo el agua de Rusia por el Polo Norte y por las islas canadienses de Ellesmere y Groenlandia, es la continuación de las plataformas respectivas y que, por lo tanto, les pertenece a ellos. La controversia no es casual. La agencia gubernamental estadounidense de hidrocarburos establece que el 25 por ciento de los recursos mundiales de crudo se encuentra al norte del círculo polar ártico. Por otra parte, en el Ártico hay gas rico, oro y depósitos de diamantes. Otra zona que algún día, no muy lejano, se convertirá en un campo de batalla de esta guerra de los suministros es la Antártida, en la que existen abundantes y probadas reservas de petróleo y gas, así como enormes riquezas mineras. No otra es la lógica que explica que Gran Bretaña quiera extender su dominio a alrededor de las Islas Malvinas a un área de aproximadamente 350 millas (563,3 kilómetros).

Pero esta disputa por los suministros estratégicos muy probablemente pasará de las regiones más heladas e inhóspitas del planeta a la mucho más benévola y accesible América del Sur. Nuestro subcontinente tiene más que respetables reservas de petróleo, gas, cobre, uranio, tungsteno, zinc, titanio, la mayor reserva de agua dulce del planeta y una rica biodiversidad. Debido a eso, cuando las cosas se pongan duras – durante la «crisis de paso» – con la falta de energía, agua y materias primas, los países más poderosos dirigirán sus miradas hacia nuestra región. Podemos tener la esperanza -si el «imperialismo de suministro» no se desata- de ser ricos en el futuro. Pero si nuestra esperanza está en las reservas, la historia demuestra que, cuando el grande y fuerte tienen necesidad de ellas, que las llevará por las buenas o por las malas.

De ese hipotético escenario internacional viene nuestra principal preocupación. Dado que un objetivo fundamental de la creación a medio plazo de las «Fuerzas Armadas de América del Sur» es que podrían llegar a poseer una capacidad disuasoria y estratégica de tal manera que hiciera que el coste de una aventura militar contra la región fuera mayor que los beneficios que podrían extraerse.

En algunos países de la región ya existe una preocupación clara y una disposición abierta para abrir el tema. Así, en Brasil, en noviembre de 2007, el ejército del general José Benedito de Barros Moreira, con una franqueza notable y un análisis del futuro escenario mundial difícil de criticar, declaró públicamente ante las cámaras de televisión que: «Brasil es objeto de avaricia mundial, ya que cuenta con agua, alimentos y energía. Por esa razón tenemos que colocar un fuertec ompuerta en el pestillo «. El general Moreira general es un muy alto oficial en activo y secretario de Estrategia del Ministerio de Defensa, circunstancias que otorgan una enorme relevancia a sus declaraciones. Para aclarar aún más la disposición existente, agregó:

El panorama actual revela un mundo violento y peligroso, y ninguna nación puede sentirse segura si no desarrolla la tecnología que le permita defenderse a sí mismo en un momento de necesidad.

Durante el año 2006 tanto en Venezuela como en Brasil se propuso la creación de una «fuerza militar sudamericana». Ahora todo lo que hay que hacer es ir desde la retórica a un nivel operativo.

Tomado de: http://katehon.com/es/article/crisis-de-paso-y-retorno-del-imperialismo

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La batalla ecológica de los pueblos originarios

Por.  Carlos Ruperto Fermín

El modo de vida establecido por nuestros queridos hermanos indígenas se ha convertido en una historia llena de antagonismo. Sus corazones bañados en sabiduría celestial, no pueden evitar que los gobiernos y las transnacionales se adueñen de los ancestrales recursos naturales. Parece ser un pecado, venerar los milenarios territorios que evocan la fertilidad del planeta Tierra, dejando en un mar de tinieblas el hermoso legado de la cultura aborigen.

No podemos vivir ajenos a esa trágica realidad. Los latinoamericanos somos los hijos predilectos de la Pachamama. Nacimos del amor que florece en el campo, de la semilla que aviva la ilusión del fruto fresco, y de la brisa que asolea el claroscuro de la mañana. Pero, se nos hace difícil reconocernos como hombres y mujeres de estirpe criolla, mulata y mestiza. Cada década se magnifica la pérdida del sentido de pertenencia y se agudiza el grave proceso de transculturación. El respeto hacia las comunidades indígenas se deteriora por culpa de una inhumana Sociedad Moderna que rechaza la paz, la armonía y la tolerancia.

Nos preguntamos: ¿Por qué si los pueblos originarios defienden los ecosistemas y la biodiversidad universal, tienen que vivir presos del miedo ante la persistente amenaza de los megaproyectos neoliberales extractivos? Vemos que el fuego, el aire, el agua y la tierra, ya no representan los cuatro genuinos elementos de la Naturaleza, debido a que la horda genocida y etnocida del dios dinero, sólo piensa en lucrarse gracias a prácticas ilegales que deforestan, contaminan y polucionan el Medio Ambiente. Es una batalla muy injusta, que oprime la voluntad y el deseo de los pueblos originarios, en seguir disfrutando del milagro fortuito de la vida, sin caer en la legendaria tentación del sueño americanizado.

Domar la razón requiere de esfuerzo, y por eso los latinoamericanos no somos capaces de volvernos empáticos con los problemas ambientales que aquejan a las tribus indígenas. Encontramos la felicidad en un atractivo Iphone 6, en un famosísimo muro en Facebook, en un blooper subido a Youtube, en una impresionante Playstation 4 y en un poderoso Peugeot 208. Pero cuando el precio del materialismo se paga con el historial de valores aprendidos en la vida, nos quedamos endeudados, de brazos cruzados y con la cabeza gacha a punto de presionar el gatillo.

No es fácil recobrar la conciencia ecológica, y ser solidarios con el glorioso clamor de los incas, de los mayas y de los aztecas. Sabemos que los ciudadanos no aprovechan la apertura del conocimiento devenida con la tecnología del siglo XXI, para dedicarse a investigar con entusiasmo sobre nuestra rica identidad cultural, y así exigir respeto por la soberanía indígena y sus chamanes.

Vivimos esclavizados al pin del Blackberry, a los mensajitos por WhatsApp y a las conversaciones vía Skype. Por eso, cada día enfatizamos el sistemático aislamiento social, que se incrementa a causa del exagerado crecimiento urbanístico, el cual nos aleja más y más de las raíces autóctonas de los indígenas, destruyendo la posibilidad de convivir dentro de un modelo de sostenibilidad y sustentabilidad ambiental.

A nadie le importa que la industria de las telecomunicaciones asalte la laguna de Sinamaica, la comuna de San Pedro de Atacama o el departamento del Valle del Cauca, para colocar una gigantesca torre WiFi, una antena parabólica de TV y un transmisor de señal FM, en medio de las proverbiales zonas rurales que pertenecieron a los pueblos originarios. No obstante, todos los clientes foráneos gozarán con la alta conectividad inalámbrica, con los miles de canales satelitales y con los divertidos programas radiales, a expensas de menguar la calidad de vida de las familias campesinas e indígenas que allí habitan, por las constantes vibraciones electromagnéticas y las células cancerígenas que asfixian sus espacios naturales.

Probablemente sentimos muchísima rabia citadina, al ver que la esperanza de vida de los indígenas verdes y silvestres, es mayor que la percibida por los individuos fashion de las metrópolis. Aunque los pueblos originarios no son adictos a las pastillas de Bayer, Novartis y Pfizer, ellos emplean las plantas medicinales que nos regala la Naturaleza para curar las dolencias, sin tener que pagar grandes sumas de dinero en clínicas, operaciones, consultas y récipes médicos.

Se enferman menos y viven más. Una paradoja que invita a reflexionar sobre la neurosis desencadenada a nivel global, por un irracional estilo de vida que somatiza el embotellamiento vehicular, las discusiones de pareja, el bombardeo publicitario, la competitividad laboral, los berrinches de los niños y los inconvenientes personales.

Es común que nos quedemos ciegos, sordos y mudos, si se trata de vocalizar la herencia recibida por la lengua quechua, ya que tenemos un complejo de inferioridad producto del consumismo, de la televisión basura y de los antivalores adquiridos con el paso de los años. Surgen las interrogantes. ¿Será que somos cobardes, inmaduros o simplemente una manga de ignorantes? ¿Por qué rechazamos con tanta frialdad la sangre que corre por nuestras venas?

Pese a que los indígenas no usan zapatos Converse, perfumes de Armani y camisas de Tommy Hilfiger, se ven mucho más elegantes y originales con un precioso Huipil, Guayuco, Cushma o Quechquémel. Tampoco visten uniformes militares plagados de cascos, insignias y medallas a los costados, que aprueban las bombas, los tanques y las granadas de la guerra estadounidense. Y ni siquiera se inyectan botox, colágeno o ácido hialurónico para ocultar las arrugas y las manchas del rostro, pues los pueblos originarios ensalzan la presencia de los ancianos por la vasta experiencia alcanzada en sus trayectorias de vida, y no terminan envejeciendo en la soledad de los fríos centros geriátricos.

Si fuéramos un poquito más inteligentes, tal vez comprendiéramos que al rechazar el tambor de crioula, la trutruka o la flauta de caña que musicaliza una colorida danza precolombina, por el capricho de lucir un teléfono androide, una MacBook o una llave USB que boicotea una fiesta de cumpleaños, estamos negando la constelación generacional que todos llevamos por dentro, ya que luego de nacer, crecer y desarrollarnos en una región planetaria específica, adoptamos un rasgo bioquímico distintivo que no puede ser borrado de nuestro ADN, por el simple hecho de expatriarnos y vivir frente a la corrosiva Estatua de la Libertad.

No hay duda que el Imperialismo yanqui y sus tentáculos hispanoparlantes convirtieron el incansable espíritu de lucha de un valiente “indio”, en una palabra despectiva, ofensiva y denotativa de la errática idiosincrasia que ostenta el Nuevo Orden Mundial. Salimos de la casa llenos de envidia, resentimiento e hipocresía, mientras nos atosigamos en la calle con hamburguesas de McDonald ‘ s y gaseosas de Coca Cola, para después regresar al hogar y dormir un par de horas, en espera de repetir la misma deprimente rutina hasta el cansancio. Por el contrario, el mal llamado “indio” supera las adversidades del destino siendo fiel a su ideología pacifista, altruista e introspectiva, en la que se comparten las alegrías y se lloran las desgracias, nunca guardando rencores que envenenan los confines del Universo, y siempre resplandeciendo junto a la cálida luz del Sol.

Una enseñanza holística que pocos se atreven a meditar en silencio, ya que nuestro acelerado ritmo de vida no permite detenernos por un instante, y separar la verdad de las peligrosas mentiras que coexisten en el entorno. Quizás sentimos una gran envidia por el coraje de Kukulkán, que carcome el cuerpo y el alma de los lacayos más débiles. Lo afirmamos, pues existen muchísimos compatriotas latinoamericanos que suprimieron por completo las costumbres y las tradiciones de los pueblos originarios, eligiendo festejar el 4 de julio al ritmo de los brillantes fuegos artificiales.

Para ellos, los indígenas son parte de civilizaciones extintas yacidas en las aburridas páginas de los libros de antropología, que jamás se atrevieron a leer durante la formación académica obtenida. No olvidemos que la cultura indígena ha sido menospreciada y eliminada del pensum de estudio que cursan los jóvenes en América Latina, refiriéndonos a todos los centros educativos privados que prefieren enseñarle a los niños el pensamiento capitalista del Tío Sam, por encima del valor humanista que resalta las virtudes de la Madre Tierra.

Es escalofriante observar el grado de indiferencia que demuestra la colectividad, en quebranto del patrimonio cultural nativo. Muchas veces viajamos por estados, ciudades y municipios de nuestros países, cuyos nombres se relacionan directamente con ilustres caciques indígenas (Arecibo, Guairá, Maracaibo, Arichuna, Capiatá, Baruta, Tabasco, Arauco, Guaicaipuro, Caricuao, Tonaya, Manaure, Guamá, Chacao, Maturín, Abayubá, Yaracuy, Guayaquil). Ellos defendieron hasta la muerte la territorialidad de esos pueblos y evitaron en lo posible, que los colonizadores españoles y los invasores extranjeros saquearan el oro y la plata.

Pero, somos incapaces de estimar ese invaluable sacrificio de antaño y seguir honrando a quien honor merece. Es por tanta apatía del prójimo, que en pleno siglo XXI se continúa facilitando la entrada de empresas mineras, petroleras y gasíferas, que saben la ubicación exacta de esos anecdóticos territorios, para empezar sin titubeos con la intromisión, el despojo y la aniquilación de las comarcas indígenas.

Una sangrienta calamidad que las agencias de noticias oligarcas soslayan en los contenidos informativos que transmiten a diario, pero que nosotros explicaremos con objetividad basándonos en sucesos acaecidos recientemente, en aras de reivindicar los derechos y pedir justicia a favor de la resistencia indígena latinoamericana. Por ejemplo, las comunidades nativas de Pampa Hermosa, de Nueva Jerusalén y de Pichanaki, han tenido que ejercer acciones de protesta en Perú para aplacar el despotismo de la empresa argentina Pluspetrol, que con sus actividades exploratorias en busca de gas, con sus derrames de hidrocarburos y con sus tácticas dilatorias, está afligiendo el equilibrio ecológico de la Amazonía peruana.

Es tan espinoso el desastre ambiental que provoca la codicia de las transnacionales, que los indígenas ecuatorianos tuvieron que acudir a la Corte Penal Internacional, para denunciar el archiconocido ecocidio perpetrado por Chevron-Texaco, que sigue socavando los recursos naturales de las casi desaparecidas tribus originarias. Una situación similar se vive en Colombia, donde la guerrilla, el narcotráfico y las multinacionales, se encargan de destruir las tierras con la complicidad del gobierno neogranadino, que otorga las licencias sin pensar en la vida de los pueblos ancestrales, tal como lo hizo la Concesionaria Yuma para empezar a construir la Ruta del Sol sector III, la cual ya arremetió contra más de 50 espacios sagrados que adoraban los indígenas Kankuamos, Arhuacos, Wiwas y Koguis en la Sierra Nevada de Santa Marta.

En paralelo, el gobierno paraguayo tuvo la osadía de respaldar la prospección geológica impulsada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, que tiene como hipocentro el paisajístico Cerro León enclavado en el Parque Nacional Defensores del Chaco, donde habita el aguerrido pueblo Ayoreo que sufre por todos los abusos cometidos dentro de su majestuosa territorialidad. Mientras que la tribu Yaqui en suelo mexicano remó contra la corriente para frenar el proyecto del Acueducto Independencia, el cual ha trasvasado millones de metros cúbicos de agua desde la cuenca del río Yaqui a la del río Sonora, sin considerar el derecho fundamental de acceso a fuentes de agua limpia que tienen los habitantes indígenas, quienes podrían quedar sin una gota del mercantilizado vital líquido.

Recordemos que la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP20), desarrollada en Perú durante el mes de diciembre del 2014, fue un total fracaso para el porvenir de los pueblos autóctonos, ya que desde el rebuscado “pabellón indígena” utilizado como puente comunicacional para escuchar las voces de las tribus nativas, no se atendieron en absoluto los reclamos expresados por los grupos étnicos que asistieron al lugar. Vale aclarar que la descomunal quema de combustibles fósiles por parte de los consorcios internacionales, viene intoxicando el modus vivendi de las comunidades indígenas, pues se afecta la calidad del Medio Ambiente debido a las emisiones de gases de Efecto Invernadero.

De hecho, ninguna de las exigencias presentadas por los pueblos originarios fueron plasmadas en los célebres “diez campanazos” dados a conocer tras la mencionada conferencia, y que supuestamente demuestran el rotundo éxito conseguido en la financiada cita empresarial.

Además, los líderes indígenas están siendo asesinados en varias provincias de Latinoamérica, porque intentan salvaguardar los recursos naturales de sus territorios. En países como Venezuela, Perú, Brasil, Guatemala, Colombia, Nicaragua y México, se intensifican los secuestros, las agresiones físicas y los sicariatos de figuras indígenas, que no dan su brazo a torcer por el gran amor que sienten hacia la Pachamama. Tenemos el lamentable caso del pueblo Garifuna en Honduras, que visualiza como los sembradíos de droga, el contrabando, los agro-combustibles, el desalojo forzado de tierras, el turismo genocida, las mafias sindicales y el crimen organizado, han matado la sonrisa de la bella mujer afrodescendiente.

A su vez, en febrero del 2015 los indígenas Ngäbe en Panamá refutaron el proyecto Hidroeléctrico Barro Blanco, debido a que violaba los principios de la constitución panameña, que resguarda los territorios indígenas e impide que sean privatizados o enajenados. Cabe destacar que Panamá es el país centroamericano que ha perdido con mayor rapidez su identidad cultural, siendo el resultado de un atroz proceso de transculturación, que convierte la semilla del Sterculia Apetala en kilométricas infraestructuras comerciales, edificios y autopistas.

Por otro lado, una serie de estancieros en la Patagonia ocuparon tierras de los mapuches de forma ilegal, perjudicando a los indígenas de Comallo y Zapala que padecen la transgresión a la Ley Nacional 26.160, la cual se halla vigente en la geografía argentina y prohíbe desalojar a los pueblos originarios de sus tierras. De igual manera, el Consejo Autónomo Ayllus Sin Fronteras que labora en Chile, denunció la profanación del cementerio indígena prehispánico de Topáter durante el mes de enero del 2015, tras la irrupción de una motoniveladora a cargo de la empresa Aguas Antofagasta, que causó un profundo daño arqueológico en la hierática zona que data de hace 2.500 años AP.

Hasta la fecha, ningún ente gubernamental chileno ha condenado públicamente ese delito socio-ambiental, y no se enjuiciaron a los seres inescrupulosos que llevaron a cabo la degradación de la superficie, evadiendo el marco reglamentario de la Ley 17.288 que deja bajo tuición y protección del Estado a los cementerios aborígenes. ¿Por qué no se cumplen las leyes que defienden el legado de los pueblos originarios? ¿Qué pasaría si la motoniveladora en vez de romper el arte de los indígenas, hubiera tumbado una enorme torre WiFi que interconecta a millones de chilenos? Seguro que la nefasta noticia sería un “trending topic” en Twitter, y todos los cibernautas del resto del Mundo, se burlarían de la mala suerte que envuelve a los usuarios chilenos.

A lo largo del artículo vimos que los indígenas son engañados y traicionados por los corruptos gobiernos de turno, que le dan la espalda a sus propias raíces culturales. No son tomados en cuenta por los organismos ministeriales al aprobar o rechazar los megaproyectos extractivos, evitando realizar los estudios de impacto ambiental y las consultas públicas necesarias, para evaluar la opinión de los pobladores antes de iniciar los trabajos con maquinaria pesada. Son considerados una “minoría étnica” que entorpece los jugosos contratos que traen consigo las transnacionales, los inversionistas y su macabro escuadrón de ataque.

Queda claro que la cosmovisión tiene sus días contados en el planeta Tierra, por la agresiva globalización del orbe y la salvaje desidia ambiental, que deja ardiendo los ojos, las lágrimas y el llanto del indígena. Esta noche prendamos una vela aromática de optimismo, e iluminemos el futuro conservacionista de los victoriosos pueblos originarios.

Fuente original: http://ekologia.com.ve/

Imagen tomada de: http://hechoecologico.weebly.com/uploads/1/8/5/3/18533360/3510231.jpg?507

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Un Cura del S. XVII más feminista que tú

Por Marina Pibernat

En general, poco se habla de lo que conocemos como “querella de las mujeres”; ya sea en la enseñanza obligatoria, en las universidades o en los medios de comunicación. Esto es así a pesar de que la querella de las mujeres fue un intenso debate en los campos filosófico, político y literario que abarcó toda Europa durante la segunda mitad de la Edad Media y toda la Edad Moderna. El objeto de debate era la supuesta inferioridad natural de la mujer y, lo que es lo mismo, la supuesta superioridad natural del hombre. Como es de esperar, los participantes fueron mayoritariamente hombres. Pero allá por 1400 una mujer, Christine de Pizan, intervino con La Ciudad de las Mujeres, aportando por primera vez ideas ya propiamente feministas, reivindicativas de la igualdad entre hombres y mujeres.
Puede que a veces nos cueste pensar en términos de feminismo en períodos anteriores a la Ilustración, pero lo cierto es que las demandas de justicia social por parte de las mujeres – y hombres, como veremos – son muy anteriores a la articulación de lo que denominamos feminismo. ¿Tan raro sería que así fuera? ¿Debemos asumir las feministas que las mujeres que nos preceden asumieron impertérritas su destino subalterno? Si hubiera sido así, ¿en dónde se habría podido gestar el feminismo?
Precisamente este largo pasado “pre-feminista”, que entronca con la Ilustración y que vemos recogido en la extensa querella de las mujeres, es mantenido en los márgenes de la oficialidad; en el enésimo intento de hacer de las mujeres una especie de presencia fantasmagórica, que está pero no está, en toda la historia del pensamiento filosófico y de la acción política. De este modo, a las vivas no nos queda otra que dialogar con unos fantasmas que sólo parecen manifestarse ante nosotras para movernos los muebles que la oficialidad ha puesto en nuestras cabezas.
Unos siglos antes de que Chistine de Pizan escribiera La Ciudad de las Mujeres, muchas ya habían decidido llevar una existencia material y espiritual al margen de las estructuras de subordinación de la época, y a pesar de los discursos médicos y filosóficos que las concebían como física y moralmente débiles respecto de los hombres. Las llamadas Beguinas – Beatas, en el Reino de Castilla – si bien eran mujeres de espiritualidad y conocimiento, eran también laicas, ya que no eligieron la vida monacal porque rechazaban formar parte de la jerarquía de la iglesia, o de cualquier otra, como el matrimonio. Existieron beguinatos, como llamamos a las comunidades informales que constituyeron esas mujeres, en toda Europa, naciendo en Flandes a finales de s.XII.
Las mujeres de los beguinatos no sólo se dedicaban a la vida contemplativa y espiritual, también a la enfermería, la enseñanza y a otras actividades comerciales e industriales para poder vivir, incluyendo el pedir limosna. El origen social de las beguinas era muy diverso, desde campesinas hasta nobles, pasando por las hijas de la incipiente burguesía que se empezaba a conformar en las ciudades. Con el tiempo, hacía finales de la Edad Media, las beguinas serían perseguidas por la Inquisición, y muchas de ellas se integrarían en la Orden Jerónima; otras seguirían su camino de independencia, y continuarían siendo perseguidas.
Muchas de ellas pudieron intervenir en la querella de las mujeres a través de la escritura desde la corriente humanista – que supuso el acceso a la educación para muchas mujeres – o plasmando sus propias experiencias. Así, las beguinas representaron la vertiente más social de la querella de las mujeres, en contraposición a su vertiente académica, dominada por hombres y basada en los textos clásicos que se referían a la mujer como un ser incompleto, un hombre castrado. Los textos aristotélicos se había convertido en lectura obligatoria en las universidades desde el s. XIII.
En la segunda mitad del s. XVII, un joven parisino destinado por su familia burguesa a la carrera eclesiástica, llamadoFrançois Poulaine de la Barre y nacido en 1647, tuvo que hacer lo que cualquier estudiante de la historia conoce bien y tragar con los contenidos oficiales del programa. Pero todo aquello que caía fuera del ámbito académico era discutido igualmente en los salones literarios de la ciudad, organizados por mujeres aristócratas cultas del movimiento preciosista. Él participó en ambos espacios de debate intelectual.
Pronto se sintió atraído por la nueva filosofía cartesiana, y en 1673 hizo su aportación a la querella de las mujeres conDe la Igualdad de los Sexos, discurso físico y moral en el que se destaca la importancia de deshacerse de los prejuicios. En ella, Poulaine de la Barre aplicaba el racionalismo cartesiano llevándolo más allá, hasta el ámbito social y de las costumbres, político al fin y al cabo. Así, se anticipó a la Ilustración, y lo hizo desenmascarando el prejuicio según el cual la razón de las mujeres es naturalmente inferior a la de los hombres.
La desigualdad de bienes y de condiciones de vida hace que muchas personas juzguen que los seres humanos no somos iguales. Si buscamos en qué se fundan estas opiniones hallaremos que sólo están basadas en el interés o en la costumbre”.
Ciertamente esto parece encajar con una visión materialista de la conciencia, según la cual el contexto social, cultural y económico determinan nuestras visiones sobre el mundo y sobre los seres humanos. Además de hacer notar la influencia del medio social, este filósofo apuntó a lo que mucho más tarde llamaríamos interseccionalidad diciendo que:
No hemos observado lo que pueden hacer en nosotros los hábitos, las prácticas, la educación y el estado exterior, es decir, la combinación de factores como el sexo, la edad, la fortuna o el cargo que nos ubican en la sociedad”.
Todo esto, pues, influye en la forma de observar las verdades que se nos presentan, y es por esto que Simone de Beauvoir, más de tres siglos después, encabezaría su obra El Segundo Sexo (1949) con dos citas. La primera, de Pitágoras: “Hay un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer”. Y la segunda: “Todo cuanto han escrito los hombres sobre las mujeres debe ser sospechoso, pues son a un tiempo juez y parte”, de Poulaine de la Barre.
Con su obra de 1673, pues, nuestro cura francés fue el primero en toda la historia de la filosofía en convertir a la mujer en el sujeto epistemológico de referencia para así desvelar el prejuicio de la naturalización de la desigualdad sexual, es decir, la subordinación de la mujer. Y es precisamente relevante el hecho de que atribuyera a la cultura la desigualdad social entre hombres y mujeres, mientras que afirmaba que naturalmente son iguales en capacidades, virtud o inclinación al vicio.
En 1674 se editó un París otra obra suya, La Educación de las damas para la formación del espíritu en las ciencias y las costumbres, en la que profundizó en la cuestión de que la inteligencia no tiene sexo; y, consciente de la influencia de ese “estado exterior” al que se refirió, en la idea de una necesaria educación e instrucción de las mujeres. Se trataba de una propuesta cartesiana de método educativo como base de una educación igualitaria y universal.
Uno de los grandes filósofos de la Ilustración, ya en el sigo XVIII, que trató la cuestión de la educación en relación con la igualdad fue el misógino Rousseau – que aquí no merece negritas -. Es bien sabida la segregación con la que este filósofo trató la cuestión de las mujeres y su educación, especificado en el capítulo “Sofía” de su “Emilio” de 1762. Es por esto que Celia Amorós ha definido la obra de Poulaine de la Barre como la senda perdida entre Descartes y Rousseau. Unos planteamientos radicales y muy novedosos de igualdad entre hombres y mujeres, que tristemente parece que cayeron en saco roto, por lo menos en cuanto al discurso académico y político oficiales.
Poulaine de la Barre siguió pensando y escribiendo fiel a sus planteamientos filosóficos, lo que le llevó a enfrentarse con la jerarquía eclesiástica, a dejar el catolicismo y a pasarse al calvinismo, a casarse y tener hijos. Esto le costó el repudio de su familia y el exilio en Ginebra, donde murió en 1725. Aristóteles – que tampoco merece negritas aquí – sigue siendo lectura obligatoria en todas la universidades. No así nuestro cura francés, cuyos radicales postulados forman parte de esta fantasmagórica presencia femenina pero también feminista – en la que encontramos mujeres pero también hombres – por ser permanentemente expulsada del hilo oficial de cualquier rama del conocimiento filosófico, histórico y socio-cultural.
No hace falta detenernos extensamente en la necesidad feminista de reconstruir los hilos genealógicos de la acción política de las mujeres y del pensamiento filosófico feminista que el discurso oficial se ha encargado de ir cortando. Indudablemente Poulaine de la Barre formaría parte de estas genealogías. Si hemos querido traer aquí algunas de las tesis de este cura del s. XVII es por rescatar un importante referente entorno al debate entre cultura y naturaleza en relación al estudio del género. Somos unas cuantas personas las que percibimos un aumento de los postulados que naturalizan unas diferencias sexuales que son en realidad diferencias sociales, y en parte lo hacen apelando a la biología, al cuerpo o a la reproducción.
Poulaine de la Barre dejó claro que las diferencias biológicas no suponían racionalmente ninguna diferencia que explicara las desigualdades sociales entre hombres y mujeres, que creerlo provenía de prejuicios erróneos; aunque quienes lo sustentan pasen por grandes sabios, cuando en el fondo dicen lo mismo que cualquier ignorante. Incluso en el mismo seno del feminismo encontramos ahora visiones que definen a la mujer en función de su corporeidad y su biología antes que por su historia y sus concepciones filosóficas y antropológicas. Así, caen en el mismo error una y otra vez, probablemente por simple desconocimiento; relegando otra vez a la mujer al ámbito de lo natural, de lo biológico y, en última instancia, de lo inmutable. Y es en esta supuesta inmutabilidad, lógicamente ahistórica, que el prejuicio patriarcal lleva aferrándose miles de años. Y es que si partimos de lo inmutable, jamás podremos pensar en realizar cambios. Que todo esto sea así es más fácil cuando a la sociedad se le niega la historicidad de las concepciones sociales de lo que es la mujer o el conocimiento de la participación femenina en las revoluciones políticas, sociales y culturales.
No deja de ser irónico que un cura parisino de la Edad Moderna, de cuando aún no existía propiamente el feminismo, fuera más feminista que muchos – ya no digamos curas – hombres y mujeres, algunas hasta autodenominadas feministas, que en la actualidad siguen haciendo gala del mismo prejuicio que Poulaine de la Barre hirió de muerte sin otra herramienta que su razón. La conocida antropóloga Margaret Mead, una relevante personalidad en las teorías de la construcción del género como producto socio-cultural, ya dijo que frente al cambio social y al temor que éste provoca es fácil recurrir a explicaciones de tipo biológico que dan sensación de inmutabilidad.
Ninguna teoría o explicación científico-filosófica que no parta de la idea de cambio o que no pueda asumir la historicidad de sus propios términos tiene nada que ver con el feminismo. Es necesario que el feminismo combata este tipo de concepciones; ya que precisamente la teoría feminista debe esforzarse en obligar al conocimiento a replantearse a si mismo y a sus objetos de análisis. Dejaremos para otro día la cuestión del feminismo como epistemología, cuya primera muestra podemos ver en los textos de este contestatario cura parisino del s. XVII, François Poulaine de la Barre.
———————
Fuentes:
De Beauvoir, S. (1949) El Segundo Sexo. Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia, 2014, Madrid.
Mead, M. (1977) Cultura y Compromiso. Gedisa Editorial, 1990, México.

Rivera Garretas, M. M; (1996). La querella de las mujeres: una interpretación desde la diferencia sexual. Política y Cultura, primavera, 25-39.

Los textos de Poulaine de la Barre son difíciles de encontrar tanto en edición física como digitalizada. En este enlace se puede acceder a parte de su obra «De la Igualdad de los Sexos» de 1673.

Fuente: http://ladyaguafiestington.blogspot.com/2016/06/un-cura-del-s-xvii-mas-feminista-que-tu.html
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Dos argentinos recorren América Latina en busca de «la otra educación»

Por Romina Navarro/Global Voices

Cuando hablamos de educación y calidad educativa, pocos nos detenemos a analizar cómo la educación tradicional, a pesar de sus evidentes mejoras y constante evolución, sigue perpetuando los estereotipos de una cultura predominante que guarda muy poca relación con la realidad de las comunidades latinoamericanas. En las últimas décadas, los movimientos sociales han buscado alternativas para fomentar la integración de la educación en la vida de las comunidades, lo que dio origen a una disciplina pedagógica conocida como la educación popular.

En esta línea de pensamiento, hace casi un año, dos jóvenes argentinos interesados en estudiar y fortalecer dichos movimientos emprendieron “un viaje por la educación que lucha y construye ese otro mundo posible” a lo largo de toda América Latina, en un ambicioso proyecto llamado La educación en movimiento.

Se trata de un viaje en el sentido literal: con ayuda de familiares, amigos y colaboradores, prepararon su camioneta y salieron de Buenos Aires el 11 de agosto de 2015 rumbo a una extensa travesía a lo largo de América Latina para conocer de cerca los proyectos educativos de estos movimientos sociales dentro de las diversas comunidades de la región, con el fin de estudiarlos, aprender de ellos y, finalmente, volcarlos en un documental que editarán a su regreso y que será de distribución gratuita.

Los protagonistas son Malena y Martín, dos jóvenes que se dedican a impulsar la educación popular en los barrios de su ciudad, y la ‘Guagua Transhumante’, una camioneta Renault Kangoo 1.9 diesel transformada en coche-casa, equipada con los elementos básicos necesarios para servir como un sencillo pero cómodo alojamiento. Como explican en su página principal: En algunos países de Nuestramérica, “guagua” quiere decir  “ómnibus”, pero en otros significa “niñ@”. “Transhumante”, por nómade.

A través de su página web, convertida en una maravillosa y extensa bitácora audiovisual, los viajeros suben toda la información, entrevistas y cortos que han ido recopilando y elaborando en el camino para plasmar sus experiencias y que, más adelante, serán parte del documental. También tienen una página de Facebook en la que comparten anécdotas, fotos y el día a día de su aventura con más de 2.000 seguidores.

Esta búsqueda de un cambio educativo se ha gestado en respuesta al problema común de las escuelas tradicionales en su relación con las comunidades. En una de las entrevistas realizadas durante el viaje, Mario Rodríguez, un educador popular boliviano y cofundador de la Red de la Diversidad Wayna Tambo, contó su experiencia en una investigación realizada y habló de lo que las escuelas “no miraban”. Al respecto dijo:

Martín, Malena y la Guagua Transhumante en la costa pacífica rumbo a Quito, Ecuador

Martín, Malena y la Guagua Transhumante por la costa pacífica rumbo a Quito, Ecuador. Fotografía compartida públicamente en Facebook

Una de las cosas que más me impresionaba en el caso de las niñas […] es que la escuela, en determinado momento, era un perjuicio para sus vidas porque, si las niñas llegaban al bachillerato, entraban más tarde en los circuitos de intercambio mercantil a través de los mercados de ferias locales, y que gran parte de su posibilidad de vivir y de ampliar su experiencia, de generar riqueza, pasaba por su incorporación temprana a estos mercados y sistemas que la escuela era incapaz de mirar, ¿no? Y, entonces, al no mirar, no era capaz de formar a las niñas, a las jóvenes, para ese escenario, que era parte de su vida cotidiana.

Numerosos movimientos sociales de cada rincón de “Nuestramérica”, como la llaman Malena y Matín, han trabajado y siguen trabajando con las comunidades, organizaciones sin fines de lucro, sindicatos, entes gubernamentales y otros grupos interesados en la construcción y difusión de proyectos educativos libres de los estereotipos educativos, sociales y de género occidentales y más cercanos a la realidad local, que sean funcionales a sus medios de vida, economía y geografía, que empoderen a las comunidades y las ayuden a crecer a la vez que protegen el entorno y preservan su cultura. Éstos son los proyectos que busca, estudia y difunde ‘La educación en movimiento’ a través de este viaje documental, algunos de los cuales se detallan en esta primera entrega.

UNICAM-SURI, primera Universidad Campesina de la Argentina

En Santiago del Estero, provincia del norte argentino, miembros de los movimientos indígenas y de los barrios más humildes de la región construyen comunitariamente la primera universidad campesina del país. Su construcción ya es una rica experiencia de aprendizaje para todos los participantes, pues se van rotando las tareas colectivas, desde la construcción de las habitaciones, aulas y baños, hasta la preparación de las comidas de los trabajadores y la transmisión del programa de radio para su difusión.

La provincia ha dado lugar a una enorme cantidad de cortos y entrevistas debido a la cantidad de proyectos que se vienen gestando, donde trabaja muy activamente el Mocase VC, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero Vía Campesina, una organización que lucha por el derecho a la tierra, la salud y la educación de los pueblos santiagueños.

La nueva ley de educación de Bolivia: Por una educación alternativa

¿Es posible el trabajo conjunto entre la educación, el estado y los movimientos sociales? En  2010, con la promulgación de la nueva Ley N° 070 de Educación “Avelino Siñani – Elizaldo Pérez” , se dio el puntapié inicial de un proceso educativo descolonizador que respeta y reafirma las expresiones sociales y culturales de las naciones y pueblos indígenas originarios, especialmente con la inclusión de las lenguas originarias como primera lengua de formación, además del castellano y una lengua extranjera.

En Perú, la educación popular “está viva y coleando”

Siguiendo el recorrido, Malena y Martín llegan a Lima, donde, entre otras cosas, tuvieron una rica entrevista con Nélida Céspedes, Secretaria Ejecutiva del CEAAL, Consejo de Educación Popular del Caribe y América Latina. El CEAAL es “un movimiento de Educación Popular, que como Red, actúa y acompaña procesos de transformación educativa, social, política, cultural y económica, de las sociedades latinoamericanas y del Caribe, en escenarios locales, nacionales y regionales, en diálogo con el mundo, a favor de la soberanía e integración de los pueblos, la justicia social y la democracia, desde las  perspectivas de los derechos humanos, la equidad de género, la interculturalidad crítica y una opción ética, pedagógica y política emancipadora”. En el siguiente video, se muestra parte de la entrevista donde Nélida habla sobre la sobre la vigencia de la educación popular y las perspectivas alternativas que proponen.

Hemos compartido sólo tres de las experiencias que han recopilado Malena y Martín durante los primeros meses de su recorrido. El camino sigue; ya han pasado por Ecuador, Colombia, Brasil, México y, al momento de escribir este artículo, se dirigen a Venezuela. El propósito principal de su viaje documental es interconectar a los movimientos, ayudar a fortalecerlos facilitando la colaboración y el intercambio de ideas, y que sus cortos sirvan para el debate y sean disparadores de nuevas ideas y movimientos por la integración educativa de cada pueblo de la región.

En la próxima entrega, presentaremos más detalles del viaje, las entrevistas y cortos que conforman la rica experiencia de este proyecto y muestran lo que diversas comunidades en América Latina han construido en materia de educación.

La educación en movimiento es un proyecto autogestivo que funciona gracias al apoyo de compañeros, colaboradores y amigos. En esta sección encontrarán las formas en que pueden colaborar para culminar el proyecto con éxito. Recomendamos también seguir y difundir su página de Facebook, un diario de fotos y anécdotas que nos acerca más a ellos y a las personas que han conocido en el camino.
Fuente: https://es.globalvoices.org/2016/08/01/conoce-mas-sobre-la-educacion-popular-en-america-latina-a-traves-de-los-ojos-de-dos-argentinos/
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¿De quién es la educación?

Pareciera evidente que la educación es de todos, pero la baja popularidad del Gobierno Federal parece trasladarse a cualquier decisión que éste tome. Los problemas en el aterrizaje de la Evaluación Docente, la tragedia de Nochixtlán, la carrera presidencial para el 2018, parecen haber cobrado una víctima más: la Educación de Calidad en México.

El recién presentado Modelo Educativo, por ejemplo, fruto de consultas realizadas en 2014, se abrirá de nuevo a consultas para que pueda ser conocido y socializado, especialmente por los Docentes. Y si éstos no se sienten escuchados o atendidos, no estarán en condiciones de estudiar con detenimiento lo que pueden llegar a interpretar como una imposición.

Una maestra me decía hace poco: “Hagan las reformas legales y las adecuaciones que quieran, mientras siga teniendo 55 alumnos en mi salón, no podré brindarles la educación que necesitan y merecen”. La realidad no se parece a lo que se diseña, pero debemos tener siempre un modelo aspiracional hacia el cual dirigir nuestros afanes.

Suma por la Educación es una organización de la sociedad civil que se fundó para buscar elevar la calidad educativa a través de la Participación Social. Es decir, que padres de familia, maestros, alumnos, medios de comunicación, gremios, universidades, investigadores, trabajadores, en fin, TODOS, asumamos la responsabilidad que nos corresponde. Opinar, proponer, sugerir, criticar, apoyar, reclamar, investigar, estudiar, comparar, son tareas que ayudan a mejorar todo.

El Modelo Educativo es un buen pretexto para que todos los interesados aporten.

¿Eres maestro y crees que los contenidos deben cambiar?, ¿Eres padre/madre de familia y te gustaría que la Educación complemente los valores familiares que intentas transmitir a tus hijos en el hogar?, ¿Eres una persona preocupada porque en la escuela se impartan contenidos acordes al Siglo XXI? Participa. Opina. Critica. Propón.niños_salon

En este y en todos los temas, debe quedar claro que puedes simpatizar o no con las autoridades, pero los temas que nos son comunes deben quedar fuera de consideraciones partidistas. La Educación ha sido, por muchos años, la principal víctima de las pasiones políticas que mueven a los actores de lo público. Como ciudadanos, usemos esa fuerza para que se mueva -como en otros países- en favor de la calidad de la educación y no en su contra

Fuente: http://www.educacionfutura.org/de-quien-es-la-educacion/

Imagen tomada de: http://www.elsoldenayarit.mx/site/images/notas/11518_libro-candado.jpg

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Identidad digital, PLE y competencias

 Por Carlos Magro.

En los últimos meses he “impartido” formación tanto presencial como online sobre el tema de la identidad digital. Lo he hecho para públicos tan variados como profesores de educación infantil y primaria, secundaria, bachillerato, ciclos formativos (#REDucación, Educación conectada); profesores de español como lengua extranjera (#enRedELE), gestores de la red de centros del Instituto Cervantes, futuros community managers, empleados de una multinacional del sector del automóvil y alumnos de máster del Instituto Europeo de Diseño (IED).

Sus edades iban desde los 20 a los 60 años. Sus procedencias, tanto geográficas como de background profesional) también eran variadas.

Sus edades iban desde los 20 a los 60 años. Sus procedencias, tanto geográficas como de background profesional) también eran variadas.

 El tema de la Identidad digital es complejo y presenta multitud de aristas y matices. La identidad digital es fluida y dinámica, compleja y multidimensional (Castañeda y Camacho). Podemos abordarla desde una perspectiva puramente administrativa y jurídica o desde una mirada más sociológica y antropológica. Podemos hablar de identidad digital como un elemento clave en la construcción de nuestro yo y como un elemento determinante para nuestra vida en la actual sociedad-red.

Hablar de identidad digital es hacerlo de datos personales, de privacidad, del derecho a la intimidad y de seguridad. La identidad tiene que ver con la memoria y la digital además está fuertemente influida por la capacidad infinita de Internet para no olvidar y recordarlo todo y, por tanto, con el pretendido y difícil derecho al olvido. Tiene que ver también con el derecho a la información y desde luego está fuertemente vinculada con los conceptos de democracia y ciudadanía (Ver artículo Identidad digital en Medium)

El tema de la Identidad digital es complejo y presenta multitud de aristas y matices. La identidad digital es fluida y dinámica, compleja y multidimensional (Castañeda y Camacho). Podemos abordarla desde una perspectiva puramente administrativa y jurídica o desde una mirada más sociológica y antropológica. Podemos hablar de identidad digital como un elemento clave en la construcción de nuestro yo y como un elemento determinante para nuestra vida en la actual sociedad-red. Hablar de identidad digital es hacerlo de datos personales, de privacidad, del derecho a la intimidad y de seguridad. La identidad tiene que ver con la memoria y la digital además está fuertemente influida por la capacidad infinita de Internet para no olvidar y recordarlo todo y, por tanto, con el pretendido y difícil derecho al olvido. Tiene que ver también con el derecho a la información y desde luego está fuertemente vinculada con los conceptos de democracia y ciudadanía (Ver artículo Identidad digital en Medium)

Aún a riesgo de simplificar excesivamente, he decidido orientar la formación desde dos perspectivas que de alguna manera convergen y que me han permitido acercarme a estos públicos en principio tan diferentes con un discurso común. La primera es una mirada desde la óptica personal (que no exclusivamente privada); la segunda es desde el punto de vista del desempeño y el desarrollo profesional. Desde lo personal movilizamos nuestros intereses y decidimos qué imagen de nosotros mostramos, decidimos qué y con quién compartimos nuestros datos, elegimos qué cedemos y a cambio de qué, qué riesgos tomamos, qué oportunidades exploramos y en todo este proceso (que nunca termina) vamos tomando plena conciencia de nuestros derechos. Desde lo personal también se convoca a nuestra responsabilidad con nuestro futuro, con el futuro de nuestros hijos y con el de nuestro entorno. Lo profesional, como veremos, está vinculado a competencias y capacidades pero también, como no, invoca a nuestra responsabilidad profesional. (Sobre la convergencia entre identidad personal y profesional Ver artículo Identidad digital en Medium)

El concepto de identidad digital se encuentra en el centro de cualquier reflexión que hagamos sobre el uso de Internet, la Red y las redes. Parece claro que tenemos que aprender a convivir y gestionar una identidad muy fragmentada, integrada por muchas facetas, compleja y dinámica. Ya sea para nuestra vida personal y privada o para para la profesional y pública, la toma de conciencia y la gestión de nuestra identidad digital, el aprender a vivir en la Red y con las redes, el acompañar a otros en ese mismo proceso parece el primer y necesario paso a dar.

Horace Mann Training School. 1904
Horace Mann Training School. 1904

Por otro lado, la digitalización progresiva de nuestras vidas (personales y profesionales; voluntaria e involuntariamente, manual y de manera automatizada) se ha traducido en un aumento sin precedentes de datos sobre nosotros en formato digital. Incremento que se ha visto potenciado hasta niveles impensables hace tan solo una década con la generalización de los dispositivos móviles y las posibilidades actuales de conectividad en cualquier momento y lugar. (Ver artículo Identidad digital en Medium)

En el último año, el tema de la privacidad y de la protección de datos en la Red ha cobrado desgraciadamente especial relevancia con las noticias sobre las prácticas de vigilancia masiva de ciudadanos ejercidas por algunos gobiernos de acuerdo con grandes proveedores de servicios en Internet. Las noticias sobre el uso de nuestros datos o el “espionaje” de ciudadanos por parte de los gobiernos no ha hecho más que poner en evidencia una realidad que los expertos llevan años anunciando. En general, y sin ánimo de ser alarmistas, es válida la afirmación de que cuando los servicios son gratuitos (como ocurre en numerosos servicios de comunicación o de redes en Internet) el producto no es el servicio sino que somos nosotros y son, sobre todo, nuestros datos. Estar conectado, afirma Daniel Innerarity, equivale a dar información sobre uno mismo, sobre su localización y sus acciones. Tomar “control” sobre la privacidad de nuestros datos personales en Internet y del uso que se puede hacer de ellos se ha convertido en una pieza clave para la gestión de nuestra identidad digital. Este nuevo escenario, que compromete nuestras nociones de privacidad e intimidad, ha hecho que el concepto de identidad digital y sobre todo su gestión hayan adquirido toda su importancia.

Por otro lado, sabemos que vivimos en un mundo digital, global e hiperconectado, caracterizado por el cambio social y tecnológico continuo y acelerado, la irrupción constante de nuevos actores, la movilidad y la conectividad ubicuas. Un mundo donde surgen como claves tres competencias clásicas que se han visto profundamente modificadas en los últimos años con la llegada de Internet y la transformación digital que estamos experimentando: gestión de la información, comunicación y aprendizaje continuo. Tres competencias que son necesarias tanto para nuestro desarrollo personal, como individuos de esta sociedad en Red, como para nuestro desarrollo profesional en entornos y organizaciones cada día más “digitales”.

La “tecnología” que nos permite desarrollar plenamente estas tres competencias es nuestra propia identidad digital, entendida en este caso, no solo como el conjunto de características, datos e información que sobre nosotros hay en Internet, sino como nuestro yo digital, como nuestra presencia en la Red que nos permite acceder a información, crear conocimiento, aprender de otros, colaborar y comunicarnos.

Es desde el desarrollo de nuestra identidad digital, definiendo nuestros límites y nuestras líneas rojas pero también definiendo nuestras fortalezas y eligiendo a nuestros aliados (nuestras redes) desde donde podemos diseñar, construir y desarrollar nuestro Entorno Personal (Personalizado/Profesional) de Aprendizaje (PLE) y, desde ahí, poner a nuestro servicio todas las posibilidades de la Red desde un uso eficiente de las competencias de gestión de la información, comunicación y aprendizaje a lo largo de la vida.

Tomar conciencia de nuestra identidad digital significa al final algo tan sencillo (o tan complejo) como entender qué es, cómo se construye, de qué está hecha y cómo se gestiona. Y significa sobre todo ser capaces de reflexionar sobre sus límites, desarrollar el necesario espíritu crítico respecto a la Red y las redes y tomar el control sobre nuestras acciones y datos, desde una conciencia clara y personal de la privacidad, para desarrollarnos plenamente y aprovechar en su totalidad las oportunidades de esta sociedad digital que nos ha tocado vivir.

Fuente: http://www.fourpixels.es/xxxxxxxxxx/

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Los docentes ante los desafíos de la sociedad de la información

Un trabajo de investigación realizado en el Centro Regional Gualeguaychú propone examinar la utilidad que los docentes les dan a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el aula.

Entrados ya en el siglo XXI, la expansión y el desarrollo tecnológico forman parte de la vida cotidiana, expresados a través de un nuevo código lingüístico que abarca diferentes situaciones de la vida. El sistema educativo de nuestro país no es ajeno a ello y se enfrenta a nuevos recursos y configuraciones sociales, que van de la mano de la era de la informática. En este sentido, las TIC presentan un nuevo escenario y desafío para la educación en Argentina hoy, con el objetivo de desarrollar nuevas formas para adaptarse a los cambios paradigmáticos que presenta la actualidad.

El trabajo realizado por Carolina Morali –como elaboración de la tesis de grado de la carrera de Profesorado de Enseñanza Superior y comunicado en el portal argentinainvestiga.edu.ar– expone como objetivo central la necesidad de descubrir las variables más relevantes en cuanto al uso de las TIC en el aula, evaluar la utilidad, la frecuencia y las dificultades con las cuales se encontraban los docentes frente a sus estudiantes. Para ello, se tomó como muestra representativa al equipo de capacitación en Informática del Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) “María Inés Elizalde” de la ciudad de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.

El análisis se concretó entre 2007 y 2011. Para arribar a las conclusiones finales, Morali realizó una serie de encuestas personales a los docentes que conforman el universo de estudio y utilizó además los informes finales del equipo de capacitación en donde se registraban impresiones, motivaciones y necesidades que ellos mismos expresaron sobre el uso de las TIC con sus estudiantes y en sus escuelas.

La investigación destaca que aquellos docentes que realizaron cursos de formación continua para el ejercicio en distintos niveles educativos (en diferentes edades y áreas), en principio poseen alguna motivación personal en cuanto los acerca al conocimiento de nuevos recursos tecnológicos. El 54% de los encuestados destacó la utilidad de la capacitación para iniciarse en el uso de las TIC, mientras que el 34% es fundamentalmente para enriquecer su trabajo. Otra de las variables analizadas fue la aplicabilidad de las TIC, de la cual el 68% respondió que sí las utilizan con sus estudiantes, mientras que el 32% no lo hace. Respecto de los usos que les dan a las TIC, el 68% de docentes respondió en forma afirmativa; el 48% destacó su uso en la sala de informática; el 29% las utilizaba en netbooks; y un 17% indicó que las utilizan pero con los recursos que los estudiantes disponen en sus domicilios.

Así, las conclusiones finales destacan que los docentes asumen un fuerte compromiso frente a los cambios y los desafíos de esta sociedad de la información, realizan capacitaciones continuas para mejorar la aplicabilidad de este tipo de herramienta pedagógica, sin embargo, no desconocen el momento de iniciación y adopción de este nuevo sistema –en términos de la autora– por el cual atraviesa nuestro país, destacándose como una etapa de integración que evidencia ciertas falencias en cuanto al acceso de los recursos tecnológicos para arribar a una etapa de transformación general del sistema educativo.

Fuente:https://www.rosario3.com/noticias/Los-docentes-ante-los-desafios-de-la-sociedad-de-la-informacion-20160802-0005.html

Imagen:http://www.educacionyculturaaz.com/wp-content/uploads/2013/12/Inauguracin_Aula_Digital_Queretaro3.jpg

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