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Colombia: Icfes Pruebas Saber 11, consejos para preparar la prueba de matemática

Conoce cuáles son las principales dificultades de la Prueba Saber 11 de matemática y toma nota de las recomendaciones acerca de cómo debes prepararte

Para ingresar a una universidad colombiana es necesario rendir el examen Saber 11º creado por el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) del Ministerio de Educación. Se compone de 5 pruebas: Matemáticas, Lectura crítica, Sociales y ciudadanas, Ciencias naturales e Inglés. En esta oportunidad, te brindamos una serie de recomendaciones que el director de evaluación del Icfes, Andrés Gutiérrez, compartió con Universia Colombia para que apruebes la evaluación de matemática y sumes requisitos que te permitan ingresar a la universidad que deseas.

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¿Qué estructura tiene la prueba de matemática?

Consiste en preguntas de múltiple selección con una sola respuesta correcta, de las cuatro ofrecidas,  y preguntas en modalidad abierta que se contestan brevemente.

Las principales dificultades para a la hora de enfrentar la prueba de matemáticas

Según explica el Director de evaluación del Icfes, hay dos tipos de dificultades evidenciadas. Por un lado se observó un alto grado de dificultad en la manipulación de conceptos, procedimientos, propiedades y herramientas propias de las matemáticas cuando van más allá de memorización, es decir comprender el lenguaje matemático, símbolos, reglas, etc.

Por otra parte, existe una fuerte problemática en cuanto a la vinculación de herramientas matemáticas con la cotidianidad, entendida como información que brinden medios de comunicación, situaciones sociales o laborales.

Pareciera que la gran dificultad radica en la lectura de la información matemática o matematizada en diferentes entornos, matemáticos o no.

 

Principales conceptos que se deben manejar para resolver ejercicios de estadística

  • Reconocer distintas formas para representar conjuntos de datos.
  • Identificar las ventajas y limitaciones de diferentes registros (gráficos de barras, gráficos de dispersión, gráficos circulares, entre otros).
  • Describir conjuntos de datos utilizando promedios (simples o ponderados), medianas, modas y otras medidas de dispersión.
  • Capacidad de realizar conteos y cálculos de probabilidad, e interpretar probabilidades de manera adecuada en contexto.

Principales conceptos que se deben manejar para resolver ejercicios de geometría

Es clave en geometría trabajar en dos frentes, por un lado, el uso y conocimiento de aspectos formales y propiedades de distintas figuras o construcciones geométricas y por otro el reconocimiento de estos aspectos una vez aparecen en un contexto de la vida real. Por lo tanto, los principales conceptos que se deben manejar son:

  • Calcular área y perímetro.
  • Utilizar teoremas y resultados clave de la trigonometría (teoremas del seno y del coseno).
  • Conocer la geometría clásica (desigualdad triangular, teoremas de Tales y Pitágoras, entre otros).

Principales conceptos que se deben manejar para resolver ejercicios de álgebra y cálculo y sus principales dificultades

  • Es clave que los estudiantes tengan muy claro el concepto de función y sus propiedades.
  • Saber manipular y producir expresiones algebraicas apropiadas en diferentes contextos.

La principal dificultad en este campo, está en el uso del lenguaje simbólico, su interpretación y manipulación, así como el uso de conceptos formales relacionados con funciones (dominio o rango, por ejemplo) o convergencia de sucesiones.

Competencias que se evalúan en la prueba de matemática y las dificultades conlleva cada una

La prueba de matemáticas evalúa distintas competencias (Interpretación, Formulación y ejecución, y Argumentación) enmarcadas en diversos contextos.


1. Interpretación

Las principales dificultades radican en la comprensión de información que se presenta en tablas, figuras, gráficas o fórmulas donde la relación de los elementos presentados no es explícita.


2. Formulación y Ejecución

En este caso, las dificultades surgen cuando existe un problema matemático que puede resolverse por diferentes vías. Los estudiantes no logran identificar qué estrategia de solución es recomendable aplicar en cada caso.

Otro obstáculo para los estudiantes, es la resolución de problemas mediante herramientas diferentes al cálculo aritmético simple, o la necesidad de ejecutar más de dos pasos para llegar a la conclusión del ejercicio.


3. Argumentación

Existen problemas ligados con la interpretación de información, que se refleja en la identificación de un contexto, la suposición de un hecho y la búsqueda de una justificación formal que explique por qué se llegó a una determinada conclusión.

 

En rasgos generales, ¿qué recomendaciones daría a estudiantes y educadores para sortear estas dificultades?

Es trascendental que se enriquezcan los contextos estudiados en clase, tomando situaciones reales de periódicos, revistas, Internet u otros medios de comunicación.

Se sugiere además, trabajar sobre problemas factibles de abordarse mediante diferentes mecanismos y que presenten múltiples soluciones o incluso, no tengan una conclusión.

Es importante que los estudiantes reflexionen sobre la implementación de distintos procedimientos, sus restricciones, alcances, fortalezas, debilidades y la pertinencia de un mecanismo según el contexto.

Recursos del Icfes

La mejor forma de familiarizarse con las pruebas es a través de los recursos disponibles en la página del ICFES. A continuación te invitamos a descargar gratuitamente el cuadernillo de práctica para matemática.

Nota: Este cuadernillo se basa en propuestas reales de la prueba Saber 11º y las preguntas sobre matemática van desde la página 4 a la 32.

Fuente: Universia http://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2016/06/27/1141095/icfes-pruebas-saber-11-consejos-preparar-prueba-matematica.html

 

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La perversión de los rankings de Universidades.

29 de junio de 2016 / Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/

Escalafón Universidades

Periódicamente instituciones muy reconocidas en educación, y publicaciones de negocios emiten sus clasificaciones o “rankings”  de universidades, me impresiona el efecto que la liberación de esta información tiene sobre quienes toman decisiones en el sector de la educación superior: las autoridades públicas tienden a reaccionar “en caliente” a los resultados, tomando medidas de fiscalización sobre las instituciones rezagas, o en el caso de obtener resultados negativos generalizados suelen tomar acciones improvisadas que se quedan cortas para atender los problemas estructurales comprometiendo el largo plazo. Para los directivos de las universidades un mal resultado significa un reducido interés por parte de nuevos estudiantes y posible deserción de estudiantes actuales comprometiendo la sostenibilidad institucional, también se afecta a los estudiantes, que ven cómo se deterioran sus posibilidades de emplearse y desarrollarse como profesionales.

Sin embargo, y atendiendo el hecho que estos ejercicios están afectando la toma de decisiones por parte de autoridades, directivos, docentes y estudiantes; vale la pena cuestionar la objetividad de estos “rankings”, la calidad de las variables que incorporan en sus modelos de evaluación y más importante, si estos están ignorando factores que pueden ser trascendentales para el desarrollo social y el bienestar general, aspectos que al final del día deberían ser los objetivos reales de la educación superior.

La mayoría de estos modelos, y tristemente los que utilizan las autoridades públicas al momento de evaluar el desempeño de una institución superior, se orientan a la universidad “per se”, dejando por fuera el efecto que esta deba tener esta en la calidad de vida actual pero sobre todo futura del estudiante, es verdad, se mide a los estudiantes, por lo general basándose en alguna herramienta de evaluación estandarizada, útiles para establecer dominio de temas específicos, pero no para determinar avances individuales, éxito en inserción al mercado laboral y potencial acceso a oportunidades.

Las clasificaciones y las mediciones públicas también tienden a premiar las credenciales del profesorado, se da ponderaciones muy altas a doctorados y sobretodo los entregados por instituciones de prestigio, a las publicaciones etc., pero se deja a un a los docentes que son realmente exitosos a la hora de transmitir efectivamente el conocimiento a sus estudiantes.

Esta mecánica deriva en un círculo vicioso donde instituciones y gobierno desarrollan una obsesión con “aparecer bien” en cierto escalafón viciado desde su estructura, desperdiciando oportunidades valiosísimas para dirigir sus esfuerzos (y limitados recursos) a la verdadera trasformación social que la educación debe tener como meta, se premia al docente que reprueba a la mayoría de sus estudiantes, se incentiva a las universidades a restringir el acceso a la educación a los estudiantes que vienen con falencias desde su educación básica, por ningún lado las instituciones de educación  superior (salvo contadas excepciones), aceptan como suya la labor de transformar estudiantes con problemas en profesionales con acceso a oportunidades.

¿Por qué no pensar que una buena universidad es la que abre sus puertas a estudiantes rezagados y dedica sus recursos a llenar sus vacíos académicos para insertarlos exitosamente al mercado laboral?

¿Por qué no premiar a las universidades que permiten a los estudiantes ser la primera generación de su familia en acceder a un título formal?

En la actualidad la tecnología brinda herramientas digitales estupendas para masificar el acceso a la educación, sin embargo la preconcepción infundada sobre la calidad inferior de los modelos a distancia y flexibles ha llevado a ignorar estas oportunidades al momento de diseñar la política pública sobre educación. Hay instituciones que han conseguido resultados impresionantes implementando modelos agresivos de formación digital permitiendo a quienes no podían aspirar a un título por limitaciones económicas o de tiempo acceder a ello, cambiando radicalmente su vida y la de las generaciones que les siguen.

El tema de los “ranking” no tendría la relevancia que tiene si los oficiales encargados de la política estatal no estuviesen tan sesgados por ellos, llego el momento de cuestionar nuestra concepción misma de calidad en la educación, no se trata de obtener un puntaje, se trata de mejorar la calidad de vida de las generaciones futuras, y en eso estamos fallando, tristemente, cuando las herramientas las tenemos a la mano y elegimos desecharlas.

Fuente artículo: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/2056

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De la Copa América y el fanatismo extremo

Por Ilka Oliva Corado

Aunque parece un tema insustancial el del fútbol  no lo es, es tan importante como las artes, la cultura y la política. El fútbol es un universo separado de las otras disciplinas deportivas. Es el único deporte del mundo que puede ser practicado  por todas las clases sociales, es en efecto el alma del arrabal y del pueblo. De los linderos han salido los mejores deportistas del mundo: Pelé, Maradona y Marta.

Y debido  a su popularidad mundial también para su desgracia (y la nuestra) es el que ha sido explotado por las  grandes mafias mundiales que tienen su centro de acopio en la FIFA. Estas  mafias que pululan en todo lo que lo circunda necesitan crean un ídolo mundial cada diez años. En la actualidad es Messi, Messi es creación de esa mafia. Esa mafia que necesita vender suvenires, entradas a estadios y mantener a espectadores pegados al televisor para beneficio de las empresas de cable y grandes plataformas comunicacionales.

Conozco la pasión del fútbol porque la he vivido como jugadora durante más de dos décadas y sé también analizar un juego   con el criterio de un árbitro que tiene  la obligación de mantener la cabeza fría para aplicar el reglamento  y hacer respetar el juego limpio. Yo también he estado dentro de un campo de juego. Conozco la profundidad de la pasión y es por eso que escribo este artículo.

El fútbol  es una  filosofía de vida. Uno es el fútbol lo que en la vida misma. Me enfocaré en este texto en la semifinal y en la final de la Copa. Una actitud completamente antideportiva mostraron varios jugadores de la selección de Colombia que al recibir la medalla del tercer lugar se la quitaron bajando del podio. Es un irrespeto principalmente al deporte, segundo a los jugadores de la selección contraria  y tercero a los espectadores.

En la vida como en el fútbol se pierde y se gana y cuando toca perder  hay que tener la entereza para aceptar la derrota con dignidad y sobre todo por el fútbol que es la pasión. Viene la acción política de educar a las generaciones que vienen atrás, millones de niños viendo las transmisiones y ven a sus ídolos sacarse la medalla porque les parece poca cosa, ¿cuál es el mensaje? Tiene que haber responsabilidad para con la sociedad de parte de un jugador de fútbol profesional porque es figura  pública le guste o no, y así como se beneficia de ello tiene la obligación moral de devolver y ser guía. Lo personal es político.

El objetivo principal de todo deporte es la diversión y la convivencia, el resultado no debería ser tan importante como la oportunidad de practicar el deporte más hermoso del mundo y unir a millones de personas en un solo latido. Estamos haciendo las cosas mal.

En la final vimos la conducta antideportiva de Messi, que le sacó al árbitro la segunda amarilla que hizo expulsar al defensa chileno. La primera expulsión de Chile fue una injusticia total. Messi que en ese instante utilizó su gala de mejor jugador del mundo hizo que pesara en la decisión del árbitro y además supo fingir muy bien la falta. No era falta y en todo caso no era para amarilla. La amarilla debió haber sido para él por fingir la falta.

La segunda vez el árbitro no pudo hacerse el desentendido  y le tocó sacarle la amarilla de ley que está perfectamente estipulada en las enmiendas del  reglamento. Fingir falta dentro del área puede ser amarilla y hasta roja directa. Tanto Messi como millones de televidentes lo vieron como injusticia. La actitud de Messi antideportiva y la actitud antideportiva de millones que padres de familia que  con sus hijos al lado insultaban y culpaban al árbitro, pero no les pareció injusticia la expulsión del jugador chileno y la solaparon porque los benefició. ¿Doble moral? Uno es  en la vida lo que en el fútbol.  Culpando al árbitro encubrieron la falta de moral de Messi al fingir la falta, la mediocridad de arruinar al deporte más hermoso del mundo.

El mensaje que envían a la infancia es que culpado a otros de nuestros errores evadimos responsabilidad de las consecuencias.  Sí que somos ruines… El fútbol es un catalizador de lo que somos como sociedad.

¿En dónde está el juego limpio y el respeto al balompié? ¿En dónde está la moral como persona y la responsabilidad política para con los millones de niños que lo ven como su ídolo? ¿Cuál es el mensaje? Que finjan faltas a ver si tienen suerte, tírense clavados para ver si les marcan penal a favor. Una conducta totalmente antideportiva.  Messi como tantos otros deportistas se ha beneficiado de su calidad de ídolo, pues entonces que tenga los arrestos y que demuestre que el deporte se respeta defendiendo el espíritu del juego limpio en todas circunstancias.

Vamos la roja de Rojo y era directa. El reglamento lo estipula: juego brusco grave es roja directa. No hay vuelta de hoja, y los fanáticos se le fueron encima al árbitro junto con los jugadores argentinos. ¿En dónde está la entereza de aceptar que cada acción tiene su consecuencia? Uno es  en el fútbol lo que en la vida. Claramente el arbitraje estuvo inclinado hacia la selección de Argentina, pero exigieron faltas tan claras de los jugadores argentinos que si el árbitro no las marcaba ahí sepultaba su carrera.

Si vemos una injusticia en el fútbol que nos beneficia y la solapamos, no pretendamos crear políticas de inclusión social. ¿Con qué moral? No pretendamos denunciar lo que en otra área de nuestra vida nos sucede como pueblo. Uno es el fútbol lo que en la vida misma.  Un árbitro puede equivocarse, pero los juegos se ganan anotando goles no tirándose clavados ni culpando a otros de la mediocridad, de la impotencia, del irrespeto al juego limpio; de nosotros como televidentes y de ellos como jugadores. Todo va de la  mano.

No se puede culpar a la pasión del momento del juego e insultar y llamar a la violencia. Descalificar al contrincante y al  árbitro que con todo y todo es un ser humano y merece respeto.  Se equivoca él como nos equivocamos nosotros todos los días. No cualquiera tiene los arrestos de pararse en el centro de un campo. Solo por eso debe ser respetado.  Por culpar a la pasión suceden los feminicidios y la violencia de género que ninguna autoridad quiere ver como lo que es. Por culpar a la pasión se mata la gente en los juegos de final de temporada. No seamos mediocres, la pasión no tiene la culpa de nuestra incapacidad para aceptar un resultado.

Aceptemos y eduquémonos que  ganar un juego se necesitan goles, así de simple.  Que el otro equipo merece respeto. Que no se puede minimizar con arrogancia porque en el fútbol no hay equipo pequeño.  Y que si nos toca perder, por el amor y el respeto que le profesamos al fútbol que es la pasión de pasiones, hay que aplaudir al equipo ganador. Eso es entereza, lo demás son babosadas.

Cabe decir también que como denuncia personal ayer que yo comentaba las decisiones arbitrales, muchos argentinos  que en otros tiempos me idealizaron por escribir acerca de las políticas de inclusión del gobierno de Cristina;  me acusaron de traidora y de derechista, me insultaron, me llamaron vendida por criticar las jugadas y el juego sucio. No me sorprendería que estos mismos votaran por Macri como “castigo” cuando Cristina escogió a Scioli por Randazzo (con toda la razón del mundo). Uno es el fútbol lo que en la vida misma.

Y pues bueno,  en la vida una puede cambiar de novio, esposo, amante, de país y hasta de pasatiempo. Pero no puede cambiar de pasión y de selección. La selección de mis amores es Brasil y con ella  gane o pierda. Pero Chile es una selección que ha crecido, que se ha esforzado y que cada jugador ha dejado en la cancha hasta la última gota de sudor, eso hay que saberlo reconocer y merece nuestro respeto y nuestra ovación.  Argentina siempre ha sido grande, un potencia en el fútbol, con jugadores en los mejores equipos del mundo, eso revalida mucho más el triunfo de Chile.  No seamos egoístas. Necesitamos humildad.

Felicidades al campeón,  no hay nada más hermoso que disfrutar de la pasión de pasiones cuando los equipos que fueron minimizados por la crítica,  salen a la cancha y tocan el cielo con las manos y nos hacen llorar de emoción a quienes comemos, respiramos y soñamos fútbol.

Cambiemos de actitud por el bien del deporte más hermoso del mundo y por el de la infancia.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/27/de-la-copa-america-y-el-fanatismo-extremo/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunaunainquilina.com

Junio 27 de 2016, Estados Unidos.

Ilka Oliva Corado. 

Blog: Crónicas de una Inquilina

Facebook: Ilka Oliva Corado.

Twitter: @ilkaolivacorado

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Youtube: Ilka Oliva Corado

Flickr: En mi lente choteador.

Blog de fotografía: En mi lente choteador.

Radioteca: Ilka Oliva Corado

Columna Radial: Crónicas de una inquilina.

Poemario: Luz de Faro.

Libro: Historia de una indocumentada, travesía en el desierto de Sonora-Arizona.

Libro: Post Frontera. 

Poemario: En la melodía de un fonema 

Imagen tomada de: http://i.huffpost.com/gen/2672096/images/o-SOCCER-BALL-facebook.jpg

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Belleza desarreglada

Por Alba Carosio

La exigencia de una belleza adaptada a las normas sociales imperantes ha sido a lo largo de la historia una cárcel para las mujeres. Recordemos a nuestras abuelas presas en corsés, nuestras hermanas chinas sometidas al culto de los pies pequeños, los aros de metal para alargar el cuello en África y Asia, etc. Exigencias de belleza siempre muchas para las mujeres, porque en las sociedades patriarcales de su belleza se hace depender su valía.

En la sociedad de clases, las mujeres exentas del trabajo se convierten en el centro de la del ideal femenino. Las mujeres ociosas pueden ser consideradas mujeres hermosas, porque gracias al tiempo libre y a los recursos económicos de los que disponían, pudieron dedicarse a maquillarse, depilarse, a peinarse con sofisticadas técnicas, a usar adornos y joyas. En el siglo XX, la belleza como máxima femineidad invade la vida cotidiana y se propone como máxima aspiración para todas las mujeres. Se llega al paroxismo de los concursos de belleza, que van imponiendo una estética rígida como proyecto de vida.

La belleza femenina se ha convertido en una industria que mueve millones, siempre convenciéndonos de que tenemos defectos que “arreglar”, siempre hay vello que eliminar, rollitos que disolver, celulitis que machacar, alguna parte del cuerpo que achicar o agrandar, etc. Constantemente la publicidad nos convence de buscar la imperfección para corregirla, para ajustarse a un único tipo de belleza.

Muchas se vuelven investigadoras incansables de su propio cuerpo, para modificarlo constantemente, atentas a cualquier signo de flacidez, de adiposidad, a cualquier arruga, no se permiten envejecer. Siempre a la caza del último tratamiento, de la última novedad estética.

El problema de la industria de la belleza no es el costo, la energía y el tiempo que se invierte, sino el costo psicológico que produce, el consumo de artificios estéticos nunca se satisface a sí mismo.

En definitiva se trata de una permanente insatisfacción consigo misma, alimentada de la obsesión creada por la cultura mediática, que plantea que las mujeres de hermosura fabricada son también felices y exitosas.

Mientras tanto mujeres reales, las “desarregladas”, trabajan y crean todos los días una vida para ellas, para sus familias, para sus comunidades, para su país. ¡Son bellas porque luchan, son bellas porque construyen, son bellas porque derriban mitos!, decimos las feministas.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/belleza-desarreglada-opinion/

Imagen tomada de: http://elartedelasprofes.blogspot.es/cache/media/files/00/145/733/2014/02/mujeres.jpg

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El Quinto Patio

Once años no es nada

Por Carolina Vazquez Araya

No estamos entendiendo. Los embarazos en niñas son producto de violación.

Sin duda mi columna ya les parece disco rayado, pero si no menciono en este espacio a Mariela Vásquez Díaz, su existencia pasará inadvertida porque una niña embarazada no es noticia hasta cuando muere. Mariela era una adolescente de 15 años. “No lloren por mí, tomé la decisión porque estaba embarazada” reza la escueta nota con la cual explica su decisión de suicidarse. El mismo procedimiento de colgarse de una soga fue utilizado por Diana Marisol Carrillo López, de 18 años y con siete meses de gestación, quien decidió poner fin a su vida en mayo del año pasado.

Así como Mariela y Diana, miles de menores son abusadas sexualmente por hombres de su entorno cercano, algunas desde sus primeros años de vida. Lo excepcional en estos casos es haber tomado la decisión de acabar con su vida. A muchas otras víctimas de violación la vida se les acaba más lentamente y de distinto modo: convirtiéndose en adultas sin haber disfrutado su niñez, cargando con un hijo cuando ni siquiera tienen conciencia de su propia infancia, enfrentando un futuro cortado de tajo por un adulto abusador cuyos crímenes quedarán impunes al ser tolerados por una sociedad patriarcal que mira hacia otro lado.

¿Recuerdan a la niña de 11 años rescatada por la Procuraduría General de la Nación hace pocos días, presuntamente embarazada por su padrastro? ¿Y otra de 13 años, originaria de Quiché, ingresada al hospital Roosevelt con 28 semanas de gestación? Son solo ejemplos de un problema de enormes dimensiones poco advertido por la ciudadanía. De acuerdo con el Observatorio de Salud Reproductiva, Osar, Guatemala registró aproximadamente 58 mil embarazos en niñas y adolescentes durante los primeros siete meses de 2015 y 71 mil en 2014. Por si fuera poco, de las 680 denuncias registradas en 2014 por abuso sexual contra menores, apenas se resolvieron 40 con condenas. Esos números tan marcadamente desiguales constituyen ya de por sí la evidencia de impunidad en uno de los delitos más recurrentes y perturbadores de esta sociedad. Se supone que el sub registro en este tema alcanza dimensiones dantescas, dadas las cifras de embarazos que los superan largamente.

Pero algo sucede que el Estado se abstiene de tomar acciones correctivas para reducir o eliminar esta pandemia de abusos contra la niñez guatemalteca. Si es presión de las instituciones eclesiásticas o simple desidia de las autoridades, no está tan claro, más parece una poderosa combinación de ambas con un componente adicional: el desprecio por esta importante mitad de la población conformada por niñas, adolescentes y mujeres adultas.

Al no tener voz ni voto en las decisiones concernientes a su vida, su salud, su acceso a la educación, se encuentran en una tremenda desigualdad de condiciones en un sistema que las ha marginado históricamente y continúa haciéndolo por obra y gracia de una casta política corrupta y clientelista.

El sistema –con su paredón de influencias capaz de bloquear cualquier iniciativa paritaria- provoca un daño irreversible a estas generaciones de nuevas ciudadanas cuyo destino está sujeto a la desvalorización de su sexo, el desprecio por su esencia femenina, la discriminación profunda desde las bases de la cultura en la cual nacieron. Los intentos por desarrollar campañas de educación destinadas a erradicar la ignorancia sobre salud sexual y reproductiva se estrellan una y otra vez contra un machismo pasado de siglo. Es hora de entender que no es un asunto de moral sino de justicia y supervivencia. Y que de políticas correctas de un Estado laico depende la vida de miles de seres humanos.

elquintopatio@gmail.com

Artículo enviado por su autora a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://www.embarazo-precoz.com/wp-content/uploads/2014/07/embarazo-precoz1.jpg

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En una escala de 1 a 10, ¿cómo diría usted que es su calidad de vida?

Por Isabel Benítez

Medir la calidad de vida
¿Cómo medir la calidad de vida? Investigaciones psicológicas determinan items basados en la experiencia personal.
Si alguien te formulara en este momento la pregunta de ¿cómo diría usted que es su calidad de vida?, ¿Qué responderías? Y lo más importante ¿Qué información utilizarías para responder?

Si nos paramos a pensar en las personas que nos rodean, fácilmente identificaremos distintas posibilidades. Algunos se centrarán en la salud o el trabajo, otros en la familia y amigos, y otros simplemente en sentimientos y emociones. Justo ese ha sido el reto de la investigación en calidad de vida en los últimos años: conocer qué piensan las personas cuando evalúan su calidad de vida.

A pesar de la relevancia del constructo “calidad de vida” y los esfuerzos de los investigadores para definir el término desde distintas disciplinas, aún no se conocen los elementos determinantes en la calidad de vida.

Esta limitación se extrapola al contexto de la medición. ¿Cómo podemos medir algo si no sabemos lo que es? Y dando un paso más ¿cómo podemos comparar la calidad de vida de distintas personas si, tal vez, estas personas están pensando en aspectos distintos?

La solución a estos enigmas se ha abordado desde distintas perspectivas. Desde las ciencias sociales, en especial desde la psicología, se da especial importancia al entorno de las personas, y de esta manera se define como la “experiencia que las personas tienen de sus propias formas y condiciones de vida” (Casas, 2004, p. 309).

Esta definición ha guiado estudios cualitativos y mixtos centrados en capturar cuáles son esas experiencias y qué aspectos determinan cómo las personas las engloban en una única respuesta.

Los resultados han mostrado diferencias grupales y culturales en los procesos de respuesta que se han relacionado con cinco elementos básicos: el contenido de los ítems (aspectos evaluados como salud, trabajo, vida social, etc), el contexto (como por ejemplo la crisis en España), la interpretación lingüística y social, tanto del ítem como de las escalas de respuesta (influencia de los términos y de las convenciones sociales), y las estrategias de respuesta (influencia de variables como la deseabilidad social o el auto-concepto).

El siguiente paso consiste en reflejar estos aspectos en ítems y cuestionarios que permitan obtener datos válidos y comparables. Aún queda mucho por hacer, pero parece que resulta más fácil responder ¿En una escala de 1 a 10, cómo de importante es tu familia para tu calidad de vida?

Bibliografía

Casas, F. (2004). De afrontar problemas sociales a promover la calidad de vida. Revista de Historia de la Psicología, 25(4), 305-322.

Fuente. http://www.loyolaandnews.es/loyolaandpsico/calidad-de-vida/

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¿Ser Docente o Ser Ausente?

Por Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

¿Cómo saber lo que nos conviene sin saber en dónde nos encontramos?

Se ha dicho que cuando existe la vocación de educar, la enseñanza debe ser necesariamente un acto de amor y de fe hacia los demás. Es decir; un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. La enseñanza debe ser una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implique la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a los alumnos.

Sin embargo, aunque uno de los temas frecuentes en discusiones y diálogos entre los docentes, sea el desarrollo de sus alumnos, no todo maestro, en el impulso de este proceso, produce aprendizajes en ellos, aunque cuando se logra, siempre existe una enseñanza implícita. Por esta razón, veo cada vez más endeble la legitimidad de las premisas subyacentes a esta profesión, puesto que ser docente se ha convertido a través de la historia en algo rutinario, desencantado y desesperanzador. ¿Qué vientos en contra tienen estos maestros? ¿Serán ellos mismos? ¿Será el poco interés que presentan los maestros o los alumnos en su propia construcción? ¿Serán el desaliento de la educación?

En México, como en muchos otros países, son muchas las tensiones que envuelven el ser docente, desde las propias confrontaciones sociales y la devaluación de su práctica, hasta la contradicción permanente en la que vive por la naturaleza de su trabajo. Latapí (2002) señala que la profesión de maestro a nivel básico, y también en el medio superior y superior, en México tiene muchos rasgos oscuros:
1. El sueldo escaso y lo que ese sueldo significa de bajo reconocimiento social;
2. Las condiciones laborales poco estimulantes, tanto en el medio rural como en el urbano marginado: instalaciones y muebles deteriorados, carencia de apoyos didácticos, presión de muchas obligaciones burocráticas y, a veces, una gran soledad;
3. La pobreza de los alumnos que les dificulta aprender, y con frecuencia la indisciplina, rebeldía o altanería de algunos muchachos en el aula;
4. La ignorancia o indiferencia, a veces, de los padres de familia que no los corrigen ni estimulan;
5. Y la competencia descorazonadora a la que se enfrenta el docente, al rivalizar con la “televisión”, los videos y las bandas de rock para conquistar el interés de los alumnos, en batallas perdidas de antemano.

A este lado oscuro de la profesión docente se debe, también, añadir la corrupción en el medio magisterial. Hay reglas de juego poco edificantes, simulaciones a las que hay que resignarse, abusos que callar aunque molesten y poderes nada éticos con los que hay que transigir. Termina diciendo Latapí (2002), por otro lado, ser maestro tiene, afortunadamente, otros rasgos que se inscriben en su lado luminoso y se descubren, cuando se logran trascender las pequeñas miserias de la cotidianidad y recuperar lo esencial, lo que alguna vez fue atractivo, es lo que se conoce como “vocación”: el amor a los niños y a los jóvenes, el deseo de ayudarles, de abrir sus inteligencias, de acompañarlos en su proceso para llegar a ser hombres y mujeres de bien.

Partiendo de lo anterior y tratando de contestar el gran dilema de este artículo “Ser docente” o “Ser ausente”. ¿Cuál de los dos nos lleva a un estado concreto dentro de la práctica educativa? ¿Los maestros están o fingen que están?

Sin saber qué contestar, y como docente que soy, considero que esto depende a las circunstancias o momentos que se nos presenten:
a. Aulas con alumnos preocupados y motivados por ser mejores.
b. Aulas con alumnos despreocupados y desmotivados por ser mejores.

Los primeros remiten a aquellos alumnos sabedores que a través de la educación garantizan su desarrollo y perfección, o como diría Aristóteles, “un hombre virtuoso”, el cual está estrechamente ligado a la excelencia de la propia vida. Puesto que, sólo la persona virtuosa es sabia, prudente, valiente, justa y sólo de este modo puede ser feliz. Y las virtudes se adquieren ejercitándose en ellas al través de la creación de hábitos (citado por Lonergan, 2001). Y es en este tipo de aulas que el maestro puede ser docente, pese a todas las incertidumbres laborales, a su sueldo escaso, a los desesperanzadores resultados que tiene la sociedad, puesto que su labor, está determinado por la fe de la perfección humana, entendida como un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. Este tipo de maestro entiende que la enseñanza es una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implica la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a sus educandos.

Por otra parte, el aula del tipo dos, tienen alumnos determinados por la pobreza de su autonomía, por su mediocridad, para ello José Ingenieros en su libro: “El Hombre Mediocre”, dice:

(…) Están fuera de su órbita de ingenio, la virtud y la dignidad, privilegios de los caracteres excelentes; sufren de ellos y los desdeñan. Son ciegos para las auroras; ignoran la quimera del artista, el ensueño del sabio y la pasión del apóstol. Condenados a vegetar, no sospechan que existe el infinito más allá de sus horizontes. (…)
(…) No viven su vida para sí mismos, sino para el fantasma que proyectan en la opinión de sus similares. Carecen de línea; su personalidad se borra como un trazo de carbón bajo el esfumino, hasta desaparecer. Trocan su honor por su prebenda y echan llave a su dignidad por evitarse un peligro; renunciarían a vivir antes que gritar la verdad frente al error de muchos. Sus cerebros y su corazón están entorpecidos por igual, como los polos de un imán gastado (2000, p. 45).

Este tipo de aula es la que lleva a los docentes a “Ser Ausentes”, porque, ¿cómo luchar con clases de este tipo, en donde los alumnos no tienen ningún interés por el conocimiento, por la razón o la construcción de ellos mismos? ¿Cómo pretender ser docentes en este tipo de aulas, en las cuales no podemos por más que tratemos educar?

Estimado lector, de lo que hablo aquí, considero que no debe sorprendernos, porque en este siglo XXI, la mayoría de nuestros alumnos en verdad no quieren aprender y mucho menos estudiar.

Al igual que otros filósofos, psicólogos o pedagogos, considero que el ser educador tiene como responsabilidad buscar estrategias para motivar a todos nuestros alumnos y tratar de “Ser docente”. Pero a diferencia de ellos considero que debemos explorar nuestras fortalezas y debilidades y reconocer cuándo en verdad no podemos hacerlo, como en la Oración de la Serenidad de Einhol Niebuhr, que nos dice: Señor, concédenos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que sí podemos y sabiduría para discernir la diferencia (2015).

Luego entonces, si recordamos la pobreza de nuestras aulas, que tienen alumnos que no quieren estudiar y lo relacionamos con la Plegaria anterior, pareciera que es mejor “Ser Ausente”; reconocer que el mundo difícilmente puede cambiar; cumplir con nuestras obligaciones de enseñar a través de cuatro pasos fundamentales:
1. Saludar a los alumnos
2. Sonreír artificialmente
3. Dar la clase
4. Escapar
Porque no importa cuánto nos esforcemos: Nada se podrá cambiar.

Por lo tanto, debemos reconocer qué tipo de maestro debemos ser, ya que, aunque Aristóteles, en su libro de Metafísica, haya dicho que: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”, no hablaba de todos los hombres, sino, sólo de los que eran reconocidos como ciudadanos griegos. Los otros eran los esclavos, los seres inferiores, gentes ignorantes, carentes de toda libertad posible, correspondientes al tipo de la segunda aula, la de los alumnos despreocupados y desmotivados. Teniendo como conclusión, que dependiendo de las circunstancias a veces en lugar de “Ser docente” el educador un es “Ser Ausente”.

Referencias
Aristóteles. (s. f.). Metafísica. Traducción de Valentín García Yebra. Recuperado de: http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF
Barradas Guevara, Ma. Guadalupe. (2009). La dimensión moral del docente: una mirada al trabajo del maestro de diferentes áreas de conocimiento. Tesis Doctoral. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Ingenieros, José. (2000). El hombre mediocre. Editado por elalepeh. Recuperado de: http://www.cecies.org/imagenes/edicion_176.pdf
Einhol, Niebuhr. (2015). La Oración de la Serenidad. Recuperado de: http://codependencia.net/index.php?option=com_content&view=article&id=71&Itemid=92
Latapí, P. (2002, 8 de noviembre). ¿Cómo aprenden los maestros? Conferencia Inaugural del: Foro de formación y actualización de docentes y su relación con la equidad y la calidad de la educación. Observatorio Ciudadano de la Educación y Contracorriente A.C. Recuperado de: http://www.observatorio.org/colaboraciones/latapi2.html
Lonergan, Bernand. (2001). Método en Teología. Salamanca, España: Ediciones Sígueme.

Imagen tomada de: http://pavelaguilar.com/wp-content/uploads/2015/08/El-gran-ausente.png

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