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Una propuesta utópica.

Liceos participativos para el siglo XXI.

América del Sur/Uruguay/Fuente: http://ladiaria.com.uy/

Por : Gabriel Quirici

Voy a imaginar en estas líneas una proyección ideal sobre lo que podría suponer una real incorporación de la participación social al ámbito de la educación secundaria. Como base de esta proyección, es importante reiterar la dimensión pública e institucionalizada del ambiente educativo. Parto de la base de que las diferentes expresiones de los movimientos sociales se expresan en tensión (a veces creadora, otras no tanto) con la superestructura que se ha construido en torno a la enseñanza para nuestros adolescentes a lo largo de décadas. No creo que sea realista imaginar un sistema paralelo, alternativo, que no termine por ser una especie de oasis “sectario”, incluso aunque se tengan las mejores intenciones. Lo que me propongo pensar es cómo podrían articularse diversas formas de movilización social e institucionalización en clave pedagógica, formativa y emancipadora a nivel de sistema en general.

Como un paréntesis entre tanta discusión tormentosa (y a veces estéril), comparto una síntesis en clave de propuestas que pretende articular lo que me ha sido posible percibir como constructivo desde las diferentes demandas que los movimientos sociales vinculados a la educación vienen realizando. Con la intención de imaginar un nuevo tipo de liceo (realmente) participativo, donde las voces de todos los actores pueden tener formas de expresión y articulación creadora.

Los jóvenes: pueden y deben participar más:

Sería deseable que los estudiantes tuvieran instancias de participación más frecuentes y resolutivas sobre el funcionamiento de los liceos. La elección de delegados y profesores consejeros y la participación en la formulación de normas de convivencia deberían ser una actividad de relevancia más destacada en los centros. A esto habría que agregar la posibilidad de que los estudiantes evaluaran a los docentes y las actividades que allí realizan, como forma de ejercicio democrático de control y mejora de los servicios que se brindan.

Que los estudiantes tengan canales de participación no va en desmedro de la autonomía del movimiento estudiantil, sino que, por el contrario, puede revitalizar a un sector clave de la acción educativa. Para los docentes supondría la posibilidad de tener más información sobre qué prácticas resultan positivas, qué cambios hacer y qué transformar. No se trata de un ejercicio de contrapoder de los alumnos (a veces, cuando la evaluación está mal planteada, se teme esta situación), sino de construir, en cada centro, herramientas de evaluación entre el cuerpo docente y los alumnos para afinar la partitura pedagógica en colectivo.

Estimo que las herramientas tecnológicas pueden resultar sumamente adecuadas para realizar más fácilmente esta tarea, ya que, con formularios on line y encuestas por medio de la red Ceibal, se podría dinamizar una experiencia que enriquecería a toda la secundaria.

Las autoridades deberían monitorear y exigir un trabajo alumno-docente responsable y creativo, y al mismo tiempo evitar caer en prácticas burocráticas y repetitivas. Existen numerosas prácticas de evaluación estudiantil -algunas promovidas por los propios docentes, algunas en instituciones privadas y otras también en la educación terciaria- que podrían servir como modelos para traducir y adaptar a las características del nivel medio.

No sería descabellado pensar que un liceo participativo pudiera tener instancias de reunión semanal tripartita en un ámbito que involucrara a los delegados estudiantiles, al equipo de dirección y a los delegados del claustro docente.

Los de afuera no son de palo:

La historia inmediata ha mostrado la gran vitalidad del movimiento estudiantil universitario a partir de la promoción de la extensión. Valiosos ejemplos de diálogo y acciones conjuntas entre el extensionismo de la Universidad de la República y diversos liceos en barrios y localidades del país son prueba de ello. Esta capacidad de movilización educativa no debería perderse en proyectos puntuales (muy valiosos, por cierto, pero que no dejan de ser particulares) y debería potenciarse una vinculación sistemática que inyectaría savia nueva a la dinámica liceal.

Tomando como punto de partida la experiencia de Compromiso Educativo (universitarios que dan apoyo a liceales en diversas materias), pienso que todo liceo participativo debería tener espacios para recibir estudiantes universitarios que promovieran momentos de trabajo interdisciplinario y de revinculación con el entorno económico-social del centro, para desarrollar prácticas innovadoras vinculadas con la producción, las perspectivas de género y familia, la memoria, el medioambiente, las nuevas tecnologías, el deporte y la comunicación.

Por qué no imaginar que todo joven de nivel terciario cumpliera, como parte de su formación, una experiencia de trabajo de extensión en un liceo a lo largo de un año. Pensando siempre en trabajos colectivos, con diálogo e intercambio entre estudiantes de la facultad y jóvenes y docentes del liceo, para proponer actividades comunitarias que potenciaran el rol del centro educativo en su entorno. Este liceo participativo tendría que incluir en su currículo horas de proyecto comunitario para que estudiantes y profesores trabajaran con los embajadores de la extensión, y de esa manera generaran un impacto positivo en las prácticas de enseñanza, los aprendizajes y las calificaciones.

Creo, además, que la experiencia de participación estudiantil se vería potenciada por el intercambio de experiencias y que los jóvenes mayores pueden cumplir el rol de referentes intermedios para que los adolescentes vayan ganando experiencia tanto gremial como de acción transformadora y comprometida.

Y por casa cómo andamos :

Una clave en los resultados de aprendizaje ha sido (más allá de lo que se piense de las pruebas externas) el origen familiar de los estudiantes. Parece imprescindible, entonces, que los liceos prevean otra forma de involucramiento por parte de los padres, que trascienda las comisiones de apoyo. Estas, cuando funcionan, son muy positivas. Pero secundaria deberá generar instancias de mayor acercamiento a las familias, de forma similar a cómo se hizo con el sistema de salud, cuando se creó la representación de los usuarios de la salud.

Entiendo que quizás este sea el “movimiento social” menos visible (quizás inexistente) del entorno liceal. Pero cuando existen problemas en un liceo los padres acuden, y si es difícil movilizarlos, habrá que ser creativos y a la vez exigentes con los responsables de los estudiantes (que son los padres) para que tengan participación.

Crear equipos docentes de acercamiento familiar, en un formato similar al del maestro comunitario, para que equipos pedagógicos visiten las casas de los estudiantes con dificultades y motiven a los padres a participar en las actividades comunitarias es un camino intermedio que puede dar buenos resultados.

Comunidad didáctica :

Para cerrar, comparto una líneas acerca de la participación docente, nudo central de cualquier transformación educativa. Esta participación debe ser en paralelo, y no excluyente de la actividad sindical, y debería enfocarse en dos niveles. Por un lado, la gestión pedagógica del centro. Los docentes (con estabilidad en un liceo y horas de permanencia pagadas sin trabajo de aula) deben formar un claustro por centro, elegir representantes que formen parte del equipo de dirección y tener incidencia directa en la elaboración de los proyectos comunitarios y en los mecanismos de evaluación (tanto para los alumnos como para las instancias de evaluación docente).

Por otro lado, el desarrollo profesional. Es un idea que reitero con profunda convicción: el cambio en la enseñanza se podrá realizar cuando los profesores prolonguemos nuestra experiencia de formación inicial en didáctica (que se da en los institutos de formación docente) a lo largo de nuestro trabajo. Los liceos participativos serán todos “liceos de práctica”, donde los profesores de las diversas materias, tanto los experimentados como los nuevos, trabajen en proyectos, propongan evaluaciones colectivas, visiten las clases, elaboren estrategias para atender la diversidad, redacten artículos sobre innovaciones pedagógicas, aporten lo aprendido en posgrados y tecnicaturas en seminarios con sus colegas. Todo esto de forma coordinada por un claustro que, orientado por áreas, no haga perder a nadie la singularidad de su materia, pero sí lo haga trabajar en forma creativa e inclusiva junto con sus colegas; de esta manera, el docente podría, además, obtener reconocimiento profesional (ascenso de grado por concurso de desempeño y méritos; ¡no más por antigüedad!) en virtud de su compromiso con la participación didáctica.

Bajando a tierra :

El problema que tiene todo esto se resume en dos variables: presupuesto y visión política. Quizás el primero nos falte en ciclos de enlentecimiento económico. Pero lo segundo supone que de una vez por todas las autoridades y el Frente Amplio encaren un gobierno de la educación con docentes que, incorporando los insumos de todas las disciplinas que estudian la educación (la sociología, la economía, la psicología, etcétera), prioricen la mirada pedagógica sobre el tema y salgan de la danza de números (horas de clase, repetición, promociones), ladrillos y demandas ajenas a la valiosa y difícil tarea de enseñar.

Si vamos a encarar una educación con más estudiantes de todos los sectores sociales, en desventaja contracultural con respecto a los medios inmediatistas y proconsumismo, debemos crear las condiciones institucionales para que sea pedagógicamente participativa.

Saber convertir los reclamos docentes en faros que adviertan el camino a seguir, con una propuesta institucional audaz y en diálogo, y evitar el “miedo” a confrontar con los elementos que utiliza el sindicalismo para trancar cualquier cambio es una responsabilidad de las autoridades. Que los reclamos y la forma en que se hacen no sean parte de una minoría activista, justa en sus fines pero alejada del colectivo docente y de la sociedad en general, es responsabilidad de los profesores. Que la política y las aulas no sigan en este diálogo de sordos puede ser una oportunidad para que los estudiantes demanden más participación. Estar a la altura de los desafíos, sin usar consignas demagógicas para la tribuna, debe ser el primer paso de todos los adultos que estamos metidos en este baile y tenemos ganas de cambiar el disk jockey, poner otras luces y que la educación sea una fiesta para todos.

Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/7/una-propuesta-utopica/

Imagen:  http://ladiaria.com.uy/media/photologue/photos/cache/dinamo-democracia-domar-la-barbarie-ramiro-alonso_home_large.jpg

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¿Qué es lo primero, los buenos profesores de la escuela o una buena Institucion?

América del Norte/Estados Unidos/Fuente:https://www.the74million.org/

Por: Matt Barnum.

Las investigaciones muestran que los maestros están determinadas por el clima de su escuela – los políticos han ignorado esto?

Ningún hombre es una isla». «El todo es mayor que la suma de sus partes».

En cierto modo, esto no parece lugares comunes para aplicar a la noción predominante de las escuelas. Los formuladores de políticas del presidente Obama para abajo se han centrado en el profesor individual como el lugar para la mejora. «[El] factor más importante en el aula es la calidad de la persona de pie en la parte delantera de la clase,» El presidente Obama ha dicho , haciéndose eco de muchos investigadores y políticos.

La administración ha presionado a los Estados para evaluar rigurosamente los maestros individuales y atar dichas evaluaciones a pagar, mandato, la promoción, y las decisiones de despido.

Pero es la clase de un profesor de su propia isla? ¿Qué pasa con sus colegas, su administrador, la cultura de su escuela, y la formación profesional que recibe? Algunos estudiosos y defensores han comenzado a preguntarse si nos hemos cargado demasiados huevos de política en el cesto «maestro individual» sin suficiente examen del contexto de un profesor – el director, los colegas, los recursos, las estructuras de apoyo y entorno de colaboración, entre otras cosas, que la práctica de la forma de instrucción.

«En los últimos quince años … realmente hemos asistido a la calidad individual [maestro] de una manera que se desvía nuestra atención de todos los demás factores que afectan la eficacia de alguien», dijo Susan Moore Johnson, profesor de educación en Harvard.

El caso de contexto:

Los investigadores señalan varios estudios en los últimos años sugieren que la cultura de una escuela – por lo general medido por las encuestas de los maestros – afecta tanto el rendimiento estudiantil y la retención de maestros.

Un estudio publicado a principios de este año a través de la NYU mostró que las escuelas intermedias de la ciudad de Nueva York donde los maestros reportaron una mayor seguridad en la escuela y más altas expectativas académicas también tuvieron ganancias en los logros más grandes.

Un informe de 2009 de la Universidad de Chicago encontró que los maestros eran menos propensosdejar 1 Chicago escuelas donde había altos niveles de confianza, la innovación y la responsabilidad colectiva de los docentes, así como un fuerte liderazgo. 2 «Creo que [contexto escolar] tiene una gran influencia en el grado en que los maestros pueden ser efectivos» dijo Elaine Allensworth, co-autor del estudio y director de la Universidad de Chicago Consorcio de Investigación de la Escuela.

El grado en que un maestro «encaja» o «coincidencias» con una nueva escuela también parece importar, según un estudio que muestra que los profesores a mejorar cuando cambian a una nueva escuela.

Otras investigaciones muestran que los directores afectan la retención de maestros en la ciudad de Nueva York; que la percepción de las condiciones de trabajo de los maestros están conectados al borde del rendimiento de los estudiantes en Carolina del Norte; que el acceso a recursos tales como instalaciones de calidad, libros de texto y las clases son pequeñas predecir la retención de maestros en California; que las escuelas que informaron una mayor colaboración tenían mayores calificaciones en las pruebas mejoras en Miami;que los maestros mejoren de forma más consistente con la experiencia si se encuentran en las escuelas con fuertes entornos profesionales; y que el maestro producir ganancias de rendimiento más altos cuando sus colegas son más eficaces.

El caso para el individuo :

Todo claro hasta ahora, ¿verdad? contexto escolar importa tanto para el rendimiento de los estudiantes y la rotación de maestros.

Pero la investigación en educación rara vez es así de simple. Otros estudios han documentado que las habilidades de los maestros son en gran medida portátil a través de las escuelas, lo que significa que en cierta medida se centran en el profesor individual está justificada.

Un importante estudio mostró que cuando un maestro de alto rendimiento cambió escuelas en la ciudad de Nueva York, el logro saltó en la nueva escuela; un estudio de Los Ángelesmostró resultados similares. Otro informe encontró que los profesores que se desplazan entre las escuelas de alta y baja pobreza en general, mantienen el mismo nivel de eficacia.Por último, un estudio experimental pagó maestros altamente eficaces para mover a las escuelas de bajo rendimiento; cuando lo hicieron, resultados de las pruebas se levantaron en sus nuevas escuelas. 3

Kirabo Jackson, un economista de la Northwestern que llevó a cabo el estudio sobre los efectos a juego maestro en Carolina del Norte, dijo: «Una gran cantidad de [calidad de los maestros] es portable a través de las escuelas, pero no es totalmente portátil.»

La investigación sobre el contexto también tiende a mirar a la correlación porque es difícil demostrar que la mejora de la cultura directamente aumenta la efectividad del maestro.Puede ser al revés: los maestros más eficaces conducen a mejores ambientes escolares.

Matt Kraft, un investigador en la Universidad Brown, que ha llevado a cabo varios estudios sobre el contexto de la escuela, dijo que él cree contexto da forma a los profesores, pero advierte que la investigación está todavía en su infancia. «Me gustaría advertir a nadie de forma proactiva diciendo que no es roca sólida evidencia de que el contexto escolar tiene un impacto causal sobre el borde del rendimiento de los estudiantes», dijo.

Aún así, la medida en que la política no se ha centrado en mejorar el contexto de las escuelas, la investigación puede subestimar el grado en que contexto se puede importar. En otras palabras, si se hicieron más y mejores esfuerzos para fortalecer el liderazgo de la escuela, el desarrollo profesional, y la colaboración, el impacto podría ser significativo.

El contexto es importante, pero no sabemos cómo mejorarlo:

Como suele ser el caso, la identificación de un área que necesita mejorar es mucho más fácil que el desarrollo de las políticas que impulsan la mejora. En pocas palabras, no hay sobre todo una fuerte evidencia de cómo fortalecer contexto escolar.

«Es muy difícil para las autoridades de manera positiva [afectan contexto de la escuela]», dijo Johnson, de la Universidad de Harvard. Un estudio en Carolina del Norte, por ejemplo, demostró que un programa federal de respuesta a la escuela aumentó maestros de tiempo pasaron a colaborar y recibir desarrollo profesional – pero en todo caso la impacto global en los estudiantes fue negativa. 4

Eso no quiere decir que la política no puede desempeñar un papel, pero no hay manera de obligar a la calidad colaboración y el desarrollo profesional.

No está claro si el enfoque predominante en los maestros individuales – en particular a través de nuevos sistemas de evaluación – ha ayudado o perjudicado. Allensworth señaló que de Chicago evaluación docente proceso da educadores mucha más información acerca de cómo llegar mejor que el pasado «lista de control» que había sido utilizado. Un estudio de evaluación en Cincinnati mostró que el sistema dio lugar a la mejora de los maestros.

Kraft dijo que el enfoque en la calidad de los maestros puede haber sido útil, pero que la aplicación ha sido desigual. «Estoy seguro de que hay casos en que las formas en que las escuelas y los distritos han actuado en [evaluación de los maestros] han subcotizarían que estaba interesado en la enseñanza en ese ambiente o la motivación y el esfuerzo de los maestros actuales.»

Entonces, ¿dónde nos deja eso?:

Hay algunas pruebas de prometedor. Un programa que simplemente emparejado maestros fuertes y débiles para trabajar en conjunto dio como resultado aumentos de rendimiento de los estudiantes . Kraft ha encontrado que el desarrollo profesional enfocado en el entrenamiento individualizado puede producir resultados. Otro programa que capacitó y dio tiempo para que los equipos de maestros de nivel de grado para trabajar en conjuntodio como resultado aumentos calificación en las pruebas . Los esfuerzos para crear una cultura que utiliza los datos para monitorear el progreso del estudiante y hacer los ajustes parecen ser fructífera.

En suma, las autoridades podrían considerar la asignación de tiempo y dinero para que los maestros regularmente colaboran, observar los salones, y servir como mentores – aunque no está claro si estos enfoques sería más rentable que, por ejemplo, aumentar los sueldos de los maestros o la reducción de tamaño de las clases.

La creación de un ambiente seguro y ordenado es también crucial. La suspensión de los estudiantes con mal comportamiento puede resultar contraproducente para la mejora del clima escolar y el rendimiento de los estudiantes; muchas escuelas están tratandodiferentes enfoques, tales como la justicia restaurativa, aunque hay poca evidencia empírica sobre la efectividad de estos nuevos modelos son.

Jackson dijo que permitir a los directores que tienen por ejemplo significativo en la contratación y el despido de los maestros pueden ayudar a conducir a mejoras y una cultura escolar más fuerte – aunque por supuesto que depende de tener un líder de la escuela efectiva. Y no hay una gran cantidad de consenso sobre la mejor manera de contratar, mantener y evaluar los directores.

Vueltas y vueltas el debate continúa, desafiando las respuestas fáciles y políticas claras.

Si bien hay buenas razones para creer que ningún maestro es una isla, se sabe mucho menos acerca de cómo crear comunidades escolares capaces de ayudar a los profesores a mejorar y hacer que quieran quedarse.  

Pero por lo menos con el conocimiento de la importancia del contexto, los políticos con más determinación podrían tratar de mejorarlo y estudiar lo que es y no está funcionando.

Fuente: https://www.the74million.org/article/which-comes-first-good-teachers-or-a-good-school-yes

Imagen: http://cdn.theconversation.com/files/103823/width1356x668/image-20151201-26574-14przoc.jpg

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Internet, derecho universal.

América del Sur/Ecuador/Fuente:http://www.eltelegrafo.com.ec/

Por: Antoni Gutiérrez Rubí.

La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de «acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad». Dicha agenda plantea 17 objetivos con 169 metas que abarcan escenarios como el económico, el social y el ambiental.

El pasado 27 de junio, y a dos meses de cumplirse un año de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas tomaba la decisión de adoptar una resolución que promueve el acceso a internet como un derecho universal.       Esta resolución resultaría crucial porque ayuda a caminar en la dirección correcta para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.

Incide en el compromiso que existe para cerrar la brecha tecnológica entre clases sociales y es una oportunidad para el empoderamiento femenino y el acceso por parte de las niñas a la tecnología, lo que garantizaría —de algún modo también— el derecho universal a la educación.   Una resolución, como derecho universal Esta resolución es un valor en sí misma.

El Consejo adoptó la protección de los derechos de los usuarios de la Red, destacando la libertad de opinión y expresión, y el derecho a la privacidad. En la reunión global de Sao Paulo celebrada el 23 y 24 de abril de 2014, y en el Foro para la Gobernanza en internet celebrado en noviembre de 2015, se reconoció la necesidad de aceptar los derechos que tienen las personas que usan internet de la misma manera que se protegen los derechos de personas offline. «Tomando nota de que el ejercicio de los derechos humanos, en particular el derecho a la libertad de expresión en internet, es un tema de creciente interés e importancia a medida que avanza el ritmo del desarrollo tecnológico y permite a las personas en todo el mundo utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Observando también la importancia de fomentar la confianza y la confianza en internet, porque no menos importante es, con respecto a la libertad de expresión, la privacidad y otros derechos humanos. El potencial de internet, entre otras cosas, es un facilitador para el desarrollo y la innovación con la plena cooperación de los Gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y el mundo académico». Estas últimas frases supondrían el eje central de la resolución que, dividida en 15 puntos, ha sido aprobada por 70 países.    Ante este escenario es inevitable referenciar la oposición a la ley antipiratería que preparaba     EE.UU. en 2012 y que modificaba la relación de fuerzas entre usuarios y propietarios en internet.

La tecnología social (que construye relaciones, comunidades e intereses en base a una fuerte emancipación personal y profesional) nutre el ecosistema de internet y es mucho más que mera tecnología. Se trata de una nueva cultura que cambia grandes ecuaciones como, por ejemplo, la percepción entre valor y precio, o las relaciones con los productos y servicios entre propietarios o usuarios. Cerrando la brecha tecnológica La libertad es el ADN de la Sociedad Red, y esto es algo que ha entendido el Consejo de Derechos Humanos.

Por eso no duda en hacer hincapié en la resolución, explicitando que el acceso a internet facilita enormes oportunidades para la educación, pero para que sea asequible e inclusiva a nivel mundial. Considera a internet una herramienta esencial para facilitar la promoción del derecho a educar y el derecho a la alfabetización digital para reducir la brecha existente. Es verdad que existen muchas formas de brechas digitales —entre hombres y mujeres, entre clases, países y grupos etarios…—, pero reconoce que, todas ellas, deben cerrarse.    En este contexto, derechos y libertades establecen una nueva lógica.

Y no se puede negar que, con internet, aparece con una fuerza desbordante el derecho al conocimiento, la información, la creación y el talento como un capital fundamentalmente público que no puede quedar secuestrado. Hacia la igualdad de género y la participación Además del acceso a la educación y de las oportunidades hacia una mayor inclusión, es importante añadir que esta resolución —acentuada en el punto 13— insta a todos los Estados a reducir la brecha digital de género.

Una mejora en el uso de la tecnología, y de manera particular, de las tecnologías de la información, promueve el empoderamiento de mujeres y niñas. Por tanto, es de vital importancia impulsar su alfabetización digital y alentarlas e inspirarlas hacia su crecimiento personal y profesional. El empoderamiento implica democracia. ¿Habría democracia si el acceso a internet fuera discriminatorio? Las palabras tecnología y mujer van unidas a la concepción de un cambio social.

Acabo con una reflexión que compartía en esta entrevista para Nación Red: la cultura digital es, fundamentalmente, femenina. La feminización de la vida encuentra en la cultura digital un espacio natural que debe ser el referencial. Escuchar, dialogar, compartir, reconocer, cocrear… son valores incompatibles con una visión machista y misógina de la sociedad.

La cultura digital tiene en su naturaleza valores y patrones que pueden favorecer la libertad y la igualdad, pero también la participación.   El derecho a la libertad de expresión en internet, como resalta el Consejo en su último punto, también fomenta herramientas para la participación ciudadana y la sociedad civil, para el desarrollo de las comunidades y para el ejercicio de los derechos humanos.

Fuente: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/internet-derecho-universal

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Universidad gratuita, una utopía.

“La universidad es cara; alguien tiene que pagar” enfatizaba el entonces presidente chileno Sebastián Piñera ante las manifestaciones de los estudiantes que reclamaban una educación superior universal, gratuita y de calidad académica. En nuestro país, existe una exigencia de “arancel cero” en todas las universidades públicas y hay críticas por el alto costo de las cuotas en las instituciones privadas. ¿Es posible el costo cero en este ámbito?

América del Sur/Chile/Fuente:http://www.abc.com.py/

Por: Ilde Silvero.

Excepto la vida, que es un regalo de Dios, nada que valga la pena en este mundo es gratuito. Si no pagas de entrada, pagas a la salida, pero siempre hay un costo para disfrutar algo bueno. La educación es un derecho humano, pero asimismo es un producto que, a medida que aumenta sus cualidades, también tiene un precio mayor. Por tanto, una educación superior de calidad demanda un fuerte presupuesto financiero.

¿Quién debe pagar por el buen servicio? Este es el núcleo del debate. En las universidades privadas, obviamente son los propios estudiantes los que deben afrontar casi todos los gastos, con alguna pequeña ayuda de fundaciones filantrópicas. En las universidades públicas es el Estado el que absorbe la mayor parte de los costos y los alumnos aportan una reducida contrapartida con el pago de aranceles por cursos preparatorios, inscripciones y exámenes.

¿Puede concretarse el arancel cero en los centros públicos de educación superior? De poder, se puede, pero habría que analizar si eso sería justo en relación a millones de compatriotas sumidos en la pobreza que también necesitan la ayuda gubernamental.

Hay miles de estudiantes que pagaron cuotas caras en colegios privados y luego exigen que todo sea gratis en la universidad pública. Hay millares de exitosos profesionales formados en universidades estatales que nunca han donado un libro o una computadora a su facultad de origen. Hay muchos jóvenes de clase media que gastan plata en vehículos, en celulares de última generación y en farras, pero no quieren pagar un guaraní por sus estudios terciarios. En Clínicas, el hospital universitario para los pobres, hay funcionarios y docentes millonarios por recaudaciones de dudoso origen.

Establecer por ley que absolutamente todo será gratis en las universidades públicas solucionará el problema económico de los estudiantes de muy escasos recursos pero, al mismo tiempo, generará una situación de injusticia al favorecer innecesariamente a alumnos de las clases media y alta por el inmerecido regalo.

Quien paga sus estudios secundarios en colegios privados, debería seguir solventando su formación universitaria pues para su familia eso sería normal. Quienes cursaron su educación media en centros públicos sí podrían recibir ayuda estatal a través de becas o exoneraciones en cuanto al pago de matrícula y cuotas, pero en algo deben contribuir para acceder a un título profesional. El esfuerzo personal forma parte del proceso educativo y la construcción de la personalidad de quienes progresan en la vida. Si todo fuese gratis para todo el mundo, ay, ay, ay, la masificación devoraría inevitablemente a la calidad académica.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/universidad-gratuita-una-utopia-1497765.html

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/VS3X_OplmhpnBGCI02yYLK53aL8eYlAJkND0LRQefaDo4x-OnRNYWllpkRB7-_9lhEKBwA=s149

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Cartagena, una biblioteca invisible.

América del Sur/Colombia/Fuente:http://www.eluniversal.com.co/

Por: Lauren Sarruf Romero.

I: Un montón de niños están emocionados esperando el final de la historia. No están viendo la película de moda, ni una serie en televisión, están dentro de una biblioteca pública en Cartagena viendo una obra de teatro. Aunque muchos las vean como espacios “aburridos”, las bibliotecas de la ciudad se están reinventando para enamorar a los más pequeños.

Un niño pequeño toca una flauta, sentado frente a su casa, cuando se le acerca otro niño con cara de pocos amigos y le pregunta: “¿Qué haces?”. “Toco la flauta”, contesta. El niño sigue tocando, mientras el otro maquina cómo podría quitarle el instrumento. No es una escena real, es una obra de teatro creada por un grupo de niños en la Biblioteca Distrital Jorge Artel, guiada por estudiantes de Teatro de Bellas Artes. Pocos actúan porque ya se acabaron las vacaciones, pero lo hacen con entusiasmo y se nota que lo disfrutan, deben aprender sobre la justicia. 

La oferta de las bibliotecas es variada, sin embargo hace falta incentivar el interés del público para cambiar la percepción de que son lugares “aburridos” y así el número de visitas se incremente significativamente. Esta es una prioridad dadas las preocupantes cifras sobre las que se sentaron las bases del Plan Nacional de Lectura “Leer es mi cuento”.

Los colombianos leen 1,9 libros al año, es decir, un libro y algunas hojas de otro. ¿Vergonzoso? Sí. Los alemanes y noruegos leen 17 libros al año, nuestros vecinos de continente, Chile y Argentina, leen 5. El objetivo es que a 2018 los colombianos lean 3,2 libros.

¿Cómo va a lograr “Leer es mi cuento” esa meta? El plan del Ministerio de Cultura y del Ministerio de Educación para promover y fomentar la lectura es construir más bibliotecas públicas, aumentar la oferta y el acceso a los libros, conectarlas a Internet, mantener e incrementar las colecciones bibliográficas y leer en voz alta.

Los programas de “Leer es mi cuento” son aplicados en las bibliotecas públicas de Cartagena con excelentes resultados, según Marina Cruzate, coordinadora de la Red de Bibliotecas Públicas de Cartagena.

Sin embargo, el panorama de la lectura en Cartagena no es muy alentador si tomamos como referencia los resultados de las Pruebas Saber de los estudiantes de la ciudad. Los exámenes arrojaron que el 42% de los alumnos de grado noveno se encontraban dentro del nivel mínimo en el componente de Lenguaje. En 2014 fue del 41%.

En las Pruebas Saber 11, el 23% de los estudiantes cartageneros se ubicaron en el nivel de calificación más bajo (entre los puestos 800 y 1000). La cifra fue igual a la de 2014.

Cartagena tiene una red de 16 bibliotecas distritales adscritas al Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) para su millón de habitantes. Si se le antojan pocas, sepa que Medellín tiene 32 para casi tres millones de habitantes y Bogotá tiene 19 bibliotecas públicas para sus ocho millones de habitantes. 

Desafortunadamente no existen estadísticas de cuántos libros al año leen los cartageneros. Según datos de Cartagena Como Vamos, el número de usuarios de bibliotecas públicas en 2015 fue de 322.507, un incremento tomando en cuenta que la cifra de visitas durante 2014 fue de 135.226, frente a los 209.295 de 2013 y los 294.506 de 2012.

¿Es Cartagena una ciudad que se preocupa de que sus habitantes lean?

“Leer para crecer” es la respuesta de la actual Administración a esa inquietud. El programa está incluido dentro del plan de desarrollo y según el documento su razón de ser es que: “Cada día más cartageneras y cartageneros integren la lectura y la escritura a su vida cotidiana, fomentando el desarrollo de las competencias del lenguaje mediante el mejoramiento de los niveles de lectura”. La meta es llegar a 33 mil usuarios.

“Sabemos que el nivel de lectura es bajo cuando llegan los chicos a la biblioteca y les preguntamos cuántos libros han leído. Notamos que leen los libros por obligación, porque se los mandan en el colegio. La idea es que no tomen la lectura como una imposición sino que se acerquen a ella por gusto”, explica Cruzate.

Cruzate es de las que cree que para acercar a los niños a la lectura es mejor hacerlo de una manera recreativa. “Debemos formar niños con espíritu creativo, imaginativo, que crezcan en conocimientos, que al momento de hacer una lectura comprendan, articulen, que les dé una visión amplia”.

En ese sentido crear espacios para la lectura es una de las estrategias dentro del programa: “Para llegar a diferentes públicos de la ciudad se ha empezado a implementar la extensión bibliotecaria que consiste en llegar a las comunidades, colegios y entidades públicas y privadas para dar a conocer la oferta de servicios que tienen las bibliotecas y que de paso se apropien de los espacios y el amor por la lectura”.

“Hay una actividad que se llama “La Maleta Viajera”, este equipaje contiene un sinnúmero de textos, que llevamos a diferentes lugares de la ciudad. A través de ella llegamos a niños, jóvenes y adultos y los invitamos a que lean , además les brindamos un taller de lectura o de compresión lectora”, agrega Franklin Llerena, Coordinador de la Biblioteca Jorge Artel.

La Red de Bibliotecas Distritales intervino la Cárcel de San Diego desde el mes de mayo con una actividad de extensión bibliotecaria para crear espacios artísticos, culturales y de lectura en la prisión. Y planea llegar a hospitales, barrios vulnerables y asilos de ancianos, entre otros.

Recientemente seis bibliotecas distritales fueron dotadas con equipos tecnológicos durante la segunda fase de la convocatoria Uso y Apropiación de las Tics en Bibliotecas Públicas del Ministerio de las TICS.

Por su parte, la Secretaría de Educación ha empezado a implementar un programa llamado “Es pa’ leer” 

Aún están por inaugurarse la Megabiblioteca de Rosedal y la Biblioteca Digital del Pie de la Popa. 

II.

Me impresioné cuando Iván, un asesor de la Librería Nacional, me dijo que uno de los libros más populares del lugar era uno para colorear y que no era para niños. ¿Será que los abuelos quieren volver a sentirse como niños otra vez?

Aparentemente, la gente de hoy vive bajo mucha ansiedad, presión y estrés y una manera de liberar todos los sentimientos negativos es colorear mándalas (representaciones simbólicas del hinduismo y el budismo) que ayudan a relajarse y meditar.

Pero estos no son ni siquiera los más vendidos de la librería. Es la generación que pasa pegada al celular la que en opinión de Iván consumen más literatura, una literatura que está bajo la extraña categoría de “romántica paranormal juvenil”. Historias sobre vampiros, ángeles, “culebrones” de amor, aventuras y ciencia ficción. Son muy populares entre los jóvenes.

Y sí, los libros de los youtubers son algo real y algo que vende mucho. Luego del frenesí de Germán Garmendia en la Feria del Libro de Bogotá, no solo por los adolescentes que querían su autógrafo, sino por los que afirmaban que la literatura había muerto por autores o libros como estos, Ricardo Silva Romero, en su columna de El Tiempo, pidió cordura y vino a decir que si esta era la manera en que los jóvenes se acercaban a la literatura era totalmente válida. Y es que los jóvenes no consumen literatura como lo hacían sus padres o sus mayores.

“Los modos de acercarse a los textos hoy en día son diferentes y esas son realidades que nosotros debemos tener en cuenta”, opina Fredy Ávila, docente del programa de Lingüística y Literatura de la Universidad de Cartagena, “Si pensamos la lectura de una manera tradicional, pensamos solo en los libros impresos y que se leen de una cierta manera. Hoy en día sí se está leyendo, pero en medios diferentes al impreso”.

Edison Fuentes Mejía, gestor de la Biblioteca de la Cooperación Española, comparte esta visión optimista sobre el hábito de lectura de los cartageneros: “Hoy la gente visita más las bibliotecas. El hecho de que estén actualizadas les resulta llamativo. Por eso creo que se está leyendo más y las están visitando más. De todas maneras sigue siendo un reto para los colegios conseguir que los estudiantes visiten más las bibliotecas”.

Pero, una cosa es leer y otra es comprender lo que se está leyendo. Y sobre los diferentes significados que puede tener un texto se basan las preguntas del componente de Lenguaje de las Pruebas Saber, un tema en el que los estudiantes cartageneros están bastante rezagados.

“Leer tiene que ver con comprender, quien lee debe dar cuenta de los diferentes significados de un texto, pero esos significados tienen diferentes naturalezas. Los que están bastante explícitos en el texto son literales, pero hay otros niveles de lectura que indagan por otro tipo de cosas; se buscan inferencias, se hace una lectura crítica o se piden argumentos”, explica Ávila.

Para Ávila, más allá de saber si estamos leyendo o no, las inquietudes que hay que resolver son: qué está leyendo la gente, algo que tiene que ver más con la calidad, y si se está comprendiendo lo que se lee.

En ese sentido, volver a las bibliotecas como lugares de formación de lectores se hace vital. Las bibliotecas en Cartagena ofrecen servicios y programación gratuita para todo tipo de público al que le interese la lectura, ¿pero cómo llegar a las bibliotecas si los libros no son un referente en las familias cartageneras?

Mientras entrevistaba a Ávila una docente extranjera que estaba en una de las salas de profesores de la Universidad de Cartagena, nos contó que alguna vez un estudiante le dijo que comprar una botella de Ron Medellín, era más fácil que comprar un libro.

“Hay una cantidad de implicaciones sociales, culturales y económicas que de alguna manera no permiten que el hábito lector en Cartagena sea mucho más grande, que tengamos muchos más lectores”, cuenta Mar Meléndez, promotora y animadora de lectura del Banco de la República.

En el desarrollo de su trabajo Mar se ha dado cuenta de una triste realidad. Los niños que más leen son los que pertenecen a los estratos más altos de la ciudad, además, en una de las actividades que desarrolla ha notado que son capaces de crear historias fantásticas, espectaculares, con ficción, con imaginación y que de hecho creen que son posibles. Mientras que trabajando con niños que leen poco y que son de escasos recursos, se ha encontrado con casos en la que la historia gira alrededor de violaciones, secuestros y asesinatos.

La experiencia de Mar no resulta tan descabellada si tenemos en cuenta que según los datos de Cartagena Como Vamos, la estratificación socio-económica es una barrera en la participación en la vida cultural, es decir, que a menor estrato, menor participación.

“Los libros y la lectura pueden ayudar a salir de las situaciones de pobreza extrema que tenemos. Por el conocimiento, por la amplitud de la mente, por el desarrollo cognitivo y la creatividad y sobre todo porque te hace pensar que hay una cantidad de mundos posibles, miles de realidades posibles. Y es la imaginación es lo que te da la fuerza para querer cambiar la realidad que estás viviendo”.

Mar cita a Maurice Sendak:  “Cuando sientas al niño en tus piernas y le empiezas a leer un cuento estás creando un trinomio, un vínculo afectivo”. Para ella si queremos más niños lectores, necesitamos más papás que les lean, que les cuenten historias, que no los dejen solos frente al televisor.

¿Ustedes también lloraron cuando Sirius Black murió en Harry Potter y la Orden del Fénix? ¿No pensaron que Paris era un idiota y un cobarde en La Iliada? ¿Sintieron el frío ruso de las novelas de Dostoyevski? o ¿aprendieron con extrañeza que si te metes con un primo tus hijos nacerán con un rabo de cerdo? ¡Qué bueno sería que muchas más personas tuvieran acceso a estas sensaciones! 

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/cartagena-una-biblioteca-invisible-229883

Imagen: http://www.eluniversal.com.co/sites/default/files/styles/610×400/public/201607/jorge_artel.jpg?itok=9btyFI1O

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Un vistazo a la mentalidad de la universidad.

América del Norte/Estados Unidos/12.07.2016/Fuente:http://blog.independent.org/

Por: Vicki Alger.

En caso de que una educación universitaria sea una limosna o algo ganaron?

Una característica reciente en The New Yorker, la revistaofrece una visión aleccionadora de lo que vendrá si los defensores de la «universidad libre» salen con la suya.

En su artículo de «The Big Uneasy», el autor Nathan Heller entrevistó a varios estudiantes de la universidad de Oberlin que exigían, entre otras cosas, la suspensión de los grados por debajo de C para que pudieran dedicar más tiempo al activismo en el campus (conducir unos 40 minutos para protestar en Cleveland demostrado ser una carga demasiado pesada).

Alrededor del 85 por ciento de los estudiantes de Oberlin recibir la ayuda financiera de los gobiernos federal, estatales y fuentes locales a asistir a esta progresiva universidad de artes liberales, que asciende a casi $ 24.000 por estudiante. Aproximadamente la mitad de esos fondos provienen del gobierno federal.

A nivel nacional, solo el 33 por ciento de los estadounidenses tienen grados universitarios de cuatro años. La gran mayoría de los adultos están sudando tinta en su trabajo día a día del proceso para pagar los impuestos que subvencionan a los estudiantes universitarios, que son efectivamente ausente de la economía durante cuatro a seis años (más si persiguen estudios de grado).

Y lo que hace este rendimiento «inversión» para Jane y Joe contribuyente? Al parecer, demasiados estudiantes que piensan que tienen derecho a hacer lo que quieran, cuando quieran pagados por los sacrificios de los demás.

Cuando se le preguntó sobre sus planes post-graduación, Oberlin gobierno estudiantil co-enlace y activista campus Megan Bautista declaró: » El simple hecho de la FEP de América. Es un barco que se hunde «.

Bien, buen viaje a Bautista y estudiantes como ella. No hay duda de su agudo sentido de la justicia social los motivará para pagar todos los folletos con subsidio que recibieron de nosotros burguesíaantes de partir.

activistas de hoy en día campus pueden idealizan sus predecesores Vietnam era de la Guerra, pero los verdaderos héroes son los veteranos, la mayoría de los cuales no disponen de fondos fiduciarios o los padres lo suficientemente ricos para comprar su salida del proyecto, para que pudieran asistir a la universidad, lucha «el hombre», a continuación, dar la vuelta y unirse a él por el precio correcto años posteriores.

Hay una mejor manera de apoyar a la educación universitaria, sin fomentar este tipo de mentalidad de derechos: que la universidad sea un beneficio obtenido.

Este mes se cumple el 72º aniversario de lo que ahora se conoce como el GI Bill . Hoy en día, los siete programas de beneficios de la educación están ayudando a más de 1 millón de veteranos, reservistas, miembros del servicio, y los miembros elegibles de la familia obtengan sus títulos universitarios, certificaciones especializadas y capacitación para el trabajo.

A pesar de numerosos desafíos , incluyendo las implementaciones que pueden durar hasta 13 meses ,casi el 60 por ciento de los veteranos de estudiantes de la generación de Irak y Afganistán Guerra completar sus estudios universitarios de cuatro años dentro de los cinco años. Estudiantes como Leslie Lingo .

Después de servir en el Ejército de los EE.UU., Lingo inscrito en la Universidad Metodista en Fayetteville, Carolina del Norte, donde se acaba de completar su licenciatura en trabajo social. No sólo es jerga de una madre soltera, ella es también un miembro activo de sus veteranos locales de Estudiantes de América del capítulo. Su consejo para el éxito en la universidad:

«Aprenda a escuchar con eficacia … Escuchando se aprende algo nuevo, ya sea positivo o negativo, y esto lleva a progresar.» Lingo añade: «Tener la humildad y la capacidad de recuperación, mientras que ser siempre cómodo fuera de su zona de confort – tomar riesgos calculados que empuje a sus límites le ayudará a progresar al siguiente nivel «.

Valoramos lo que ganamos y, a su vez apreciar mejor los sacrificios que otros hacen en nuestro nombre.

beneficios obtenidos no tienen que adoptar la forma de servicio militar, tampoco. Las empresas podrían financiar subvenciones de rendimiento para los futuros empleados, quienes pudieron asistir a clase y el trabajo a tiempo parcial, a cambio de un compromiso de tiempo especificado después de la graduación.Cualquier número de tales acuerdos privados y sin fines de lucro de rendimiento de aprendizaje se podría crear para los campos que requieren certificados o títulos de educación superior.

El proyecto de ley GI muestra que los beneficios obtenidos de la universidad han vencido sin dádivas hacia abajo.

Fuente: http://blog.independent.org/2016/07/10/a-glimpse-into-the-college-entitlement-mentality/

Imagen: 

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Biblioterapia: el poder de un libro sobre tu cerebro.

Europa/España/Fuente:http://www.agenciasinc.es/

Por: Jesús Mendez.

“La vida es demasiado corta como para leer un mal libro”. “Pero teniendo en cuenta que se publica un nuevo libro cada treinta segundos, puede hacerse difícil saber por dónde empezar”.

La primera frase la dijo, al parecer, James Joyce. La segunda es la forma de completarla que tienen en The School of Life, una iniciativa creada en Inglaterra por el filósofo Alain de Botton y que, bajo la apariencia de una librería, ofrece toda una batería de servicios (cursos, talleres, charlas) para educar en lo que “no se tiene en cuenta en la escuela o en la universidad”, esto es: “Cómo deberíamos vivir bien”.

Uno de esos servicios se ha hecho particularmente famoso, y su nombre es ya de por sí explicativo. Lo llamanbiblioterapia. La idea es simple: usar los libros para ayudar a la gente.

De libros y cataplasmas:

El término biblioterapia parece estrenarse en 1916 en un artículo publicado en la revista The Atlantic Monthly. En él se habla de un tal doctor Bangster, que receta libros a quien los pudiera necesitar. Esto era lo que decía sobre ellos: “Un libro puede ser un estimulante, un tranquilizante, un irritante o un soporífero. La cuestión es que debe hacerte algo, y tú tienes que saber qué es. Un libro puede ser de la naturaleza de un jarabe calmante o puede ser una cataplasma de mostaza irritante”.

La biblioterapia se extendió tras la I Guerra Mundial, cuando se recomendaban libros a los soldados con estrés postraumático
El uso de la biblioterapia empezó a extenderse después de la I Guerra Mundial, sobre todo en los Estados Unidos. Allí, varias iniciativas empezaron a recomendar libros a los soldados que retornaban, muchos de ellos con estrés postraumático, en un intento por mejorar su convalecencia.

Hoy día, guías clínicas como las desarrolladas en el Reino Unido por el National Institute and Care Excellence (NICE) recomiendan la biblioterapia en casos de depresión o trastornos de ansiedad. Lo definen como un tipo de terapia cognitiva de baja intensidad que puede ayudar en casos leves, pero no es exactamente lo mismo a lo que se refería Bangster.

Estas recomendaciones se basan en libros de autoayuda convenientemente seleccionados a través de iniciativas para prescribir solo aquellos considerados de “alta calidad”. Lo que Bangster proponía, y lo que en The School of Life hacen, es extender y enriquecer la prescripción: sus recomendaciones se basan en libros de ficción.

Novelas que levantan el ánimo:

La sección de biblioterapia de The School of Life depende de Susan Elderkin y Ella Berthoud, dos licenciadas en Literatura inglesa por la Universidad de Cambridge. Según comenta Elderkin a Sinc, así surgió la idea: “Ella y yo empezamos a pasarnos libros con un propósito terapéutico cuando éramos estudiantes en la universidad y vivíamos en habitaciones contiguas. A veces llegábamos a casa y nos encontrábamos una novela en la puerta: una novela pensada para subirnos el ánimo cuando lo teníamos bajo o, muchas veces, para espabilarnos y echarnos un rapapolvo”.

“En 2008 empezamos la misma idea como servicio en The School of Life y más tarde publicamos el libro The Novel Cure. Surgió de ver la literatura como un recurso, algo que puede abrir puertas cuando nos sentimos atascados y ayudar a cambiar de perspectiva. Creo que mucha gente ha experimentado este poder, pero normalmente es algo que sucede por casualidad, tropezando con el libro adecuado en el momento adecuado casi por accidente. Nosotros quisimos organizar la literatura para que no dependiera del azar, para que cualquiera que necesitara un recordatorio de que no estaba solo pudiera encontrarlo cuando lo necesitara”.

Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.
Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.

El funcionamiento es sencillo. Consiste en rellenar un cuestionario con preguntas sobre hábitos y preferencias de lectura junto con otras más personales, como el tipo de vida, las principales preocupaciones e ilusiones o lo que uno espera estar haciendo dentro de diez años. Después se fija una entrevista que puede ser incluso por teléfono o Skype y al final uno recibe una lista con seis o siete libros recomendados. La biblioterapia funciona como una suerte de librero emocional, que alguno podría ver como un escalafón superior, o simplemente diferente al del librero tradicional.

La web The School of Life funciona como un librero emocial: rellenas un cuestionario, haces una entrevista y te prescribe libros de ficción
También se recomiendan libros de no ficción, pero según Elderkin “preferimos prescribir novelas”. Algunas que suelen recomendar, según la persona y la situación, son El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago; Henderson, el Rey de la Lluvia, de Saul Bellow; Siddharta, de Herman Hesse o Un hombre afortunado, de John Berger.

Para Elderkin, “después de todo, hay pocas cosas que puedas experimentar por las que no haya pasado ya un personaje de ficción. En mi opinión, Matar a un Ruiseñor es un maravilloso estímulo para hacer lo que uno de los mejores libros de autoayuda nos habría dicho: sentir el miedo y hacerlo de todas maneras”.

Por el momento no existen buenos estudios que prueben el valor de este tipo de biblioterapia en la salud, pero cada vez hay más evidencias de lo que sí puede provocar la lectura en nuestro interior.

Qué le pasa al cerebro cuando lee:

Si al leer nos transportamos y entramos en lo que el libro nos cuenta, si nos imaginamos y de alguna manera vivimos la historia de sus personajes aun encerrados en nuestra habitación, algo debe suceder en nuestros cerebros que lo permita. La mejor manera de saber qué es lo que tiene lugar es mediante pruebas de neuroimagen, técnicas que discriminan las áreas cerebrales que se activan cuando leemos lo que leemos. Desde hace unos años se han sucedido los experimentos desde lo aparentemente más simple a procesos más complejos. Esto es algo de lo que han observado.

En el año 2006, investigadores españoles en la universidad Jaume I de Castellón dieron a leer diversas palabras a una serie de voluntarios mientras les practicaban una resonancia cerebral. Algunas de esas palabras evocaban olores intensos, eran palabras como ajo, canela o jazmín. Otras eran palabras neutras, sin ningún tipo de olor asociado. Lo que vieron fue que, al leer, todas ellas activaban las áreas cerebrales responsables del lenguaje, pero las primeras hacían trabajar además a las áreas olfativas, las responsables de oler en la realidad.

Si al leer nos transportamos a la historia que el libro nos cuenta, algo debe suceder en nuestro cerebro que lo permita
Investigaciones similares parecían certificar algo que por otra parte parece concluirse de forma intuitiva: al leer, de alguna (cerebral) manera, reproducimos lo que las palabras evocan del mundo real. Por ejemplo, cuando leemos palabras como chupar, agarrar o pegar una patada, se activan respectivamente las áreas de la corteza premotora relacionadas con la cara, los brazos y las piernas.

En cierta forma es lo que hacen los saltadores de altura, que cierran los ojos e incluso ladean la cabeza antes de cada salto visualizando cada uno de sus movimientos. Esa visualización activa algunas de las áreas que luego les permitirán elevarse y las entrena, aumenta su eficacia.

De ahí la siguiente suposición: si al leer reproducimos lo que sería la historia en la realidad, y si son tantas las variantes a las que podemos acceder, ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida real?

Historias y personajes que entrenan la empatía :

La empatía puede definirse como la capacidad para captar las emociones y ponerse en el lugar de otro. Es un concepto amplio que engloba lo que se conoce como teoría de la mente, y es una de las bases que permiten la vida en sociedad. Algunos experimentos ya habían mostrado que, al menos de forma temporal, leer pasajes de un libro de Chejov alteraban los rasgos de personalidad de los lectores respecto a si se leía la misma historia pero de forma neutra, en estilo documental.

David Comer Kidd y Emanuele Castano, investigadores en la New School for Social Research en Nueva York, fueron un paso más allá. En un artículo en Science mostraron que leer la considerada como alta literatura (sus ejemplos eran Don DeLillo o Alice Munro, entre otros) mejoraba de forma ligera pero evidente las puntuaciones de los participantes cuando se sometían a tests de empatía, algo que no sucedía con la considerada baja literatura, como las novelas románticas de Danielle Steel, o con los libros de no ficción.

Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr
Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr

Aunque el estudio recibió algunas críticas, son ya varios los trabajos que apuntan en la misma dirección. “Nosotros creemos –explica Castano– que la complejidad de los personajes, que se rebelan a ser estereotipados, obligan al lector a hacer un esfuerzo para entenderlos como individuos únicos, y eso es probablemente la causa de los resultados que encontramos”.

Recientes estudios aseguran que la buena literatura mejora la capacidad de sentir empatía porque es un simulador de la realidad
De alguna manera la literatura (la buena literatura) funcionaría como un simulador de la realidad: un campo de pruebas sin riesgo donde pueden darse y practicarse condiciones particulares y extremas a las que normalmente no accedemos con asiduidad.

Incluso un estudio de 2014 sostenía que leer las novelas de Harry Potter hacía que los estudiantes mejoraran su actitud respecto a grupos estigmatizados como inmigrantes o refugiados.

Algunas conclusiones periodísticas de estas investigaciones afirmaron, extrapolando estos efectos, que leer ficción puede hacernos mejores personas. Parece una extensión exagerada, pero Castano no la rechaza: “Yo creo que la empatía es un componente clave del comportamiento social y de la moralidad en general. Para mí sí, la empatía te hace una mejor persona”.

Los beneficios de la no ficción :

La mayoría de los estudios previos se basaban en novelas o cuentos, pero la literatura de no ficción también encierra la promesa de múltiples beneficios. El principal de ellos parece ser –aparte del propio bagaje cultural que aporten– el aumento de la reserva cognitiva, una especie de colchón neuronal que protege de desarrollar síntomas como los asociados a las demencias.

Por ejemplo, en enfermos de esclerosis múltiple cuanto mayor era el hábito de lectura a la edad de veinte años –tanto de ficción como de revistas, periódicos o ensayos–, mayor es el tamaño del hipocampo aun con el avance de la enfermedad, lo cual se relaciona también con una mejor memoria. Curiosamente, esta asociación no aparecía con otros hobbies como tocar un instrumento, ni siquiera con el nivel de educación.

La literatura de no ficción aumenta la reserva cognitiva, un colchón neuronal que protege de síntomas asociados a las demencias
En otro trabajo, el llamado estudio de las monjas, se tuvo acceso a los diarios de juventud de 678 religiosas que habían donado su cuerpo a la ciencia. Tras los estudios patológicos se observó que aquellas con un lenguaje más rico a los veinte años –muy probablemente obtenido a través de mayores y mejores lecturas de todo tipo– mostraban muchos menos signos de demencia.

Estos datos están lejos aún de ser definitivos y concluyentes, pero psicólogos como Castano se muestran convencidos: “Leer no ficción tiene montones de beneficios, tanto en términos del desarrollo cognitivo como de su mantenimiento, ¡así como por lo que aprendes al leer!”

La terapia y el placer :

Entonces, ¿tiene sentido la biblioterapia? ¿Puede desempeñar un papel en el cerebro? “Sí, creo que puede”, sostiene Castano. “Son beneficios diferentes a los que mis investigaciones estudian, pero al fin y al cabo leer ficción es una parte de lo que nos hace humanos”.

Y si no, e independientemente, siempre nos quedará la experiencia de la lectura. “¿Dónde salvo en la ficción podemos experimentar lo que es ser alguien de otro género, o vivir en otra época, o haber nacido en algún país lejano?”, se pregunta Elderkin. Luego añade lo siguiente: “Las novelas ofrecen una narrativa ampliada, con múltiples capas; requieren tiempo y atención sostenida para leer y entender y disfrutar. Entrar en una historia de esta forma es tremendamente relajante para nuestros cerebros fragmentados”. Eso ya parece bastante.

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro

Imagen: http://www.agenciasinc.es/var/ezwebin_site/storage/images/reportajes/biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro/5733700-20-esl-MX/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro_image_380.jpg

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