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La revolución de la generación Z: digitalizados desde que nacen

Dentro de poco los ‘centennials’ ingresarán al mercado laboral y comenzarán a redefinir la sociedad.

Por:  MONTSERRAT SÁNCHEZ B.

Los centennials también son conocidos como la generación iGen porque crecieron en plena ebullición de los smarthphones, de internet y de las redes sociales.

“Quiero que descargue más rápido, que mi compra online llegue mañana, que mi foto se suba de inmediato. Quiero encontrar trabajo, pero lo necesito mañana; pasado mañana no me sirve. Quiero tener un celular, pero lo quiero ahora porque mañana va a salir otro mejor”.

La declaración es de Uzziel Misle, un popular ‘youtuber’ conocido como Típico Shileno. Misle tiene 19 años y es un representante de la generación Z, también llamada los ‘centennials’: jóvenes que nacieron entre 1995 y el 2010 y que representan el 26 por ciento de la población mundial.

Esta nueva tribu es el relevo de la generación Y, también conocida como los ‘‘millennials’’, que incluye a los nacidos entre 1980 y 1994. Si estos se caracterizaron por romper paradigmas con una mirada más flexible del trabajo, de la familia y de la tecnología, las expectativas sobre los cambios que impulsarán los Z son mayores. Por el momento, los expertos describen su mirada del mundo con tres palabras: inmediatez, rapidez y eficiencia. “Si tuviera que definir a mi generación en un solo concepto, sería que quieren todo ya. Para ellos, esperar es lo peor”, aclara Misle.

Los ‘centennials’ también son conocidos como la generación iGen o como los primeros nativos digitales, porque crecieron en plena ebullición de los ‘smarthphones’, de internet y de las redes sociales. Aunque se decía lo mismo de los ‘millennials’, el conglomerado Z sí creció con la red y las nuevas tecnologías como parte de su ambiente natural.

Por lo mismo, su relación con el mundo digital es lo que marca a los integrantes de esta tribu y los diferencia de los ‘millennials’. Mientras estos manejan hasta dos pantallas y piensan en 3D, la generación Z maneja cinco pantallas y piensa en 4D. Los ‘millennials’ se comunican por texto, y los Z, por imágenes. Si los ‘millennials’ usaron el ICQ (un chat para PC, anterior al Messenger), los Z solo piensan en WhatsApp. Si los ‘millennials’ hicieron fila para arrendar un estreno en Blockbuster, los Z abren Netflix en segundos desde sus sillones.

Daniel Halpern, periodista de la Universidad Católica de Chile e investigador del ‘think tank’ Tren Digital, lo explica con lo que se conoce como YouTube Spam Attention: “Antes, las personas eran capaces de esperar a que sucediera algo. Con la generación Z hay tanto estímulo que tienes que esforzarte mucho para que te pongan atención. Yo no crecí así, mi máximo estímulo era la televisión. Pero ahora esa misma pantalla me permite interactuar con el contenido y con otras personas al mismo tiempo. Antes, la gente podía esperar tres, cuatro minutos. Hoy se habla de 40 segundos. Gracias a YouTube, si te aburres de algo puedes cambiarlo de inmediato”.

Según el estudio ‘Cassandra Report: The Gen Z Issue’, del año pasado, un 85 por ciento de los jóvenes Z dice que YouTube es su sitio favorito. Los ‘millennials’ prefieren Amazon. Otra investigación, realizada en Estados Unidos por Pew Research Center –también en el 2015–, reveló que un 92 por ciento de los Z se conecta a internet diariamente. La red social que predomina es Facebook (71 por ciento), seguida por Instagram (52) y Snapchat (41). Twitter, herramienta muy usada por los ‘millennials’, queda en el cuarto lugar, con 33 por ciento.

A diferencia de los ‘millennials’, quienes crecieron en un mundo donde informarse era un privilegio, para los Z es un derecho. Halpern lo explica con la lógica del ‘a ti quién te preguntó’: “Hoy no se escucha eso, porque informar, decir lo que uno tiene que decir, independientemente de que esté interrumpiendo, es un valor. Entonces, tienes gente que vomita información en vez de comunicarse. Ellos son esta cultura, ellos nacieron así. Ellos hablan, dicen, comentan, todo el rato”.

Las diferencias tecnológicas entre ambas generaciones se notan físicamente. La ‘Thumb Theory’ (teoría del pulgar) lo explica: si para los X, la generación previa a los Y, su dedo fuerte era el índice (por el uso del teléfono), para los ‘millennials’ es el pulgar (por el uso del Nintendo). Y los Z no tienen un dedo predominante, porque usan más de uno.

Educación alternativa

Los ‘centennials’ tienen una suerte de recelo hacia el sistema educativo tradicional y optan por nuevos modos de aprendizaje. Demandan una enseñanza más práctica y flexible, menos formal, orientada a experiencias y habilidades que les ayuden a afrontar un futuro laboral caracterizado por la incertidumbre y el cambio, con profesiones novedosas y vinculadas a proyectos colectivos de trabajo en red, con la creatividad como componente principal.

De hecho, según el estudio de Sparks & Honey, el 75 por ciento de los jóvenes cree que hay maneras de obtener una buena educación sin ir a la universidad, como el ‘homeschooling’ o el ‘e-learning’. Los Z quieren tener que ver en su educación y no ser meros espectadores. Y creen que es más fácil aprender de internet.

Uzziel Misle, quien tiene más de 280.000 suscriptores en su canal de YouTube, lo ejemplifica: para aprender a hacer sus videos investigó en la web cómo usar la cámara y editar: “Me di cuenta de que lo que quería lo tenía en internet. Todo está a un clic de distancia. Un día quería hacer un pie de limón y busqué en YouTube cómo hacerlo. ¡Y al otro día sabía hacer pie de limón!”.

Uno de los paradigmas más grandes que rompieron los ‘millennials’ fue la importancia que le dieron a su realización personal, a que no todo era trabajar. Para ellos, las experiencias eran lo primordial.

Pero los Z se distancian de esto. Si un ‘millennial’ ahorra para viajar, los Z lo hacen para comprar bienes. Y esto puede deberse al cambio de mentalidad entre una generación y otra: de los ‘millennials’ se dice que son idealistas e inmaduros; de los ‘centennials’, que son realistas y maduros. Los Z crecieron con los ojos abiertos frente a catástrofes como el terrorismo y la recesión económica.

Una de las grandes preocupaciones de los Z es el medioambiente. Según el estudio de Sparks & Honey, ‘Gen Z: The Final Generation’, el 76 por ciento de los niños entre 13 y 17 años está preocupado por el impacto de la humanidad en el planeta, y el 63 por ciento está preocupado por su futuro.

La psicóloga clínica y terapeuta familiar Alejandra Silva señala: “La generación actual ha ido disminuyendo sus intereses sociales, son más cortoplacistas y no acostumbran a pensar en proyecciones ni en consecuencias de las acciones (…). No se sienten parte de los procesos que estamos viviendo, no se sienten considerados ni se sienten responsables por el mundo que están construyendo”.

Como los Z más grandes apenas tienen 21 años, poco se sabe qué pasará con ellos en el trabajo; los expertos están a la espera del momento en que comiencen a develar algún tipo de comportamiento. Al mismo tiempo, puede ser que el rasgo más estudiado de los ‘millennials’ sea su desenvolvimiento laboral. Hoy, este grupo forma alrededor del 25 por ciento de la fuerza laboral.

Juan Ignacio Silva, gerente regional de recursos humanos de la empresa de reclutamiento PageGroup, enumera los paradigmas de los ‘millennials’: están más orientados al ser que al tener, trabajan de forma colaborativa, creen más en una ‘redarquía’ que en la jerarquía del jefe, se enfocan más en la tarea que en el objetivo final, trabajan más su lado creativo, les gusta la diversidad y prefieren empresas verdes.

Según Silva, los Z tienen un comportamiento parecido a sus predecesores, pero cree que van a poner más cosas en tela de juicio. Si los Y comenzaron a trabajar con la diversidad (discapacitados, mujeres y LGBT), los Z lo llevarán al siguiente nivel, porque la tecnología los ha hecho más tolerantes. “Lo que viene es diversidad, inclusión, trabajo colaborativo, o sea, agudizar un poco este modelo”, adelanta.

Según la encuesta Deloitte 2016, un 66 por ciento de los ‘millennials’ dice que espera haberse cambiado de trabajo de aquí al 2020. Algo similar se espera de los Z: se estima que a lo largo de su vida tendrán 17 empleos.

El informe ‘Generación Z: el último salto generacional’ aborda las oportunidades que brindan los entornos colaborativos digitales, que son lo que los Z buscarían. Entre estos está lo que se conoce como ‘gig economy’, que refleja el paso de una economía donde el trabajo era estable, por cuenta ajena y para un solo empleador, a otra en la que tiende a ser temporal, autónomo y para varios empleadores a lo largo de la trayectoria profesional.

La generación Z ha demostrado tener más espíritu emprendedor que sus predecesores. Una encuesta realizada en el 2014 por Northeastern University Innovation señala que cuatro de cada diez jóvenes Z quieren trabajar para sí mismos.

El estudio de Millennial Branding, ‘Gen Z Global Workplace Expectations’, resume los puntos fuertes que definen a este grupo de jóvenes en el ámbito laboral. Primero, su espíritu emprendedor. Segundo, no les importa el dinero (hasta el momento). Y tercero, prefieren la comunicación cara a cara que la tecnología. En este sentido, los jóvenes no estarían preocupados de conectarse ‘online’ y priorizarían relaciones en persona con sus jefes, antes que ‘e-mails’ o mensajes instantáneos. Sus habilidades comunicativas no serían tan afectadas por la tecnología como se cree.

Lo que queda ahora es ver cómo se acoplan los Z a los Y. Un aspecto clave que destaca el ejecutivo Juan Ignacio Silva será observar cómo reaccionarán los ‘millennials’ cuando estén en puestos de jefatura: “La generación Y planteó esta ruptura de paradigmas desde la base de la pirámide. Ahora hay que ver si, cuando suba un escalón, sigue siendo tan disruptiva”.

Aislamiento transnacional

Las relaciones de los Z también están mediadas por la tecnología. Si para los jóvenes Y la televisión lo fue todo, para los Z lo es internet. Incluso se podría decir que entre ellos la red está reemplazando las amistades de la vida real que tenían los ‘millennials’. Según Daniel Halpern, investigador del ‘think tank’ Tren Digital, hoy todas las relaciones son mediadas por la tecnología y algunas, especialmente entre los integrantes de la generación Z, son ciento por ciento online. Por lo mismo, no es raro que existan grupos de WhatsApp transnacionales, con miembros de distintos países que se conocieron en la web y que por tener intereses en común formaron un grupo en esta aplicación.

Según una encuesta de Millward Brown realizada en Europa, Asia y Estados Unidos, un 25 por ciento de la generación Z interactúa diariamente con pares en otros países. Con la tecnología, los Z se aíslan de sus propios entornos, pero son capaces de traspasar fronteras.

La psicóloga clínica y terapeuta familiar Alejandra Silva, quien lleva 20 años trabajando con adolescentes, explica las consecuencias de esto: “Se piensa con facilidad que un ‘amigo’ es quien acepta una solicitud en Facebook, o que una relación de noviazgo puede establecerse o finalizar por WhatsApp”.Toda esta interacción virtual puede hacer que los jóvenes pierdan habilidades comunicativas. La socióloga Francisca Ortiz, del Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado, de Chile, considera que las tecnologías pasan a ser, en el caso de los ‘millennials’, una herramienta para dar su opinión en lo laboral y en otros ámbitos, pero pareciera ser que los integrantes de la generación Z las utilizan como una herramienta para validarse.

Silva agrega las consecuencias positivas de este cambio generacional: “Genera en ellos la sensación de estar más conectados unos con otros, de que siempre saben lo que les pasa a otros, si alguien tiene un problema, lo que sea. Fortalece sus relaciones, su cercanía (…). Es de alguna manera como un puente con la vida real.

MONTSERRAT SÁNCHEZ B.

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/gente/revolucion-de-la-generacion-z-o-centennials/16585516

 

 

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“La transformación digital no es un problema, es una gran oportunidad”

Por Miguel Ángel Ossorio Vega
Robots que reciben a los visitantes, coches autónomos, emprendedores animando a diseñar el futuro o el fin de la discapacidad, protagonistas de un evento lleno de propuestas que ya forman parte del presente.

El futuro no va a crearse solo. Necesita personas, visionarios, que trabajen para crearlo. Y esos protagonistas de lo que llegará se han reunido en Madrid durante dos días, y de la mano de El País, Telefónica, Iberdrola y el Santander, para contar al mundo en qué están trabajando. Un foro en el que nos recibía un robot pensando para que sepamos dónde estaremos los demás dentro de unos años. Porque ellos ya están allí, diseñando el futuro de la educación, la salud, el transporte, la cultura o la energía. El futuro de la economía y de los negocios. El futuro de nuestras vidas. Nuestro futuro.

“La transformación digital no es un problema, es una gran oportunidad”, explicó David Alandete, director adjunto de El País. “En los próximos cinco años vamos a ver una gran revolución. La mayoría de los navegantes llegará a Internet a partir de ahora”, sostenía Matt Brittin, presidente de Google para Europa, Oriente Medio y África. La suya fue una de las ponencias más inspiradoras del foro, donde animó a la gente a emprender y a utilizar las herramientas digitales para aprender. “Muchos aprendemos en YouTube”, reconoció. Algo necesario para estar al día en nuevas tecnologías y poder hacer frente a lo que llegará:“Vamos a un mundo conectado de 3.000 millones de personas. Serán 5.000 en cinco años y 20.000 millones en 10. El crecimiento creativo va a ser exponencial. También económico. Se va a crear empleo a gran velocidad, a conectar marketing con negocios y proveedores al instante”, explicó. ¿Cómo quedarse parado con oportunidades de ese tamaño?

Sin embargo, la adaptación al mundo digital no está siendo tan sencilla para las empresas tradicionales, aunque, como explicó Brittin, “todos los negocios son digitales porque todos los clientes tienen ya un ordenador en su bolsillo”. La necesidad de adaptarse a la tecnología es un imperativo que llega como un gran reto relleno de oportunidades, pero también como un proceso que, como explicó Álex Martínez Roig, director de contenidos de Movistar+, “nunca va a acabar”: se habló mucho de Big Data combinado con Inteligencia Artificial, dos avances en plena experimentación que ya están dando alegrías de muchas compañías. “Los datos son críticos porque nos informan de manera precisa sobre las audiencias y sobre lo que desean”, explicó Noelia Fernández, directora general de desarrollo de negocio y transformación digital de PRISA.

En Retina tuvieron un especial protagonismo los medios de comunicación. Y, pese al pesimismo que reina entre la profesión, desde el mundo tecnológico sólo se observan oportunidades. “No tengo ningún miedo sobre el periodismo, se está haciendo más periodismo que nunca”, sentenció Madhav Chinnappa, jefe de relaciones estratégicas, noticias y editores de Google. Aunque, eso sí, “el usuario ha tomado el control sobre lo que desea”, añadió. Gracias a la tecnología, explicó Roig, se puede satisfacer también a los grupos de clientes más pequeños. “Vamos a seguir haciendo buenos productos para nuestras audiencias y nuestros clientes”, dijo Fernández.

Aunque la parte del contenido parezca estar cubierta, es cierto que las dificultades económicas lastran la adopción de estos avances. “No hay una única solución”, explicó Chinnappa, algo en lo que estaban de acuerdo desde PRISA: “Los modelos que tienen más fuerza son los capaces de combinar distintos modelos”. En este sentido, Noelia habló de buscar economías de escala y una mezcla entre el cobro por servicios y la inclusión de publicidad. Y si algo no sale bien, tener en cuenta una máxima de las empresas tecnológicas:“Fracasar es parte del proceso hacia el éxito”, en palabras de Chinnappa. Aunque hay algunas pistas sobre el camino a seguir: “Para mí, la historia de ahora es la historia del engagement”, explicó Mark Little, periodista irlandés que ahora ocupa la vicepresidencia de Twitter y fundador de Storyful. Little animó a los periodistas y a los medios a utilizar las bondades de las redes sociales para crear contenido: “Toma este contenido y crea historias enriquecedoras”. Y puso una única condición para recorrer el camino de la digitalización: “Ahora es el momento, es el principio”.

“Sueño con terminar con la discapacidad para siempre”

“En 2025 no existirán los discapacitados. La tecnología hará que se superen todas las barreras”, aventuró Eythor Bender, profesor de la Singularity University cuyo sueño es, precisamente, mejorar las prótesis actuales y utilizar los avances que llegarán en los próximos años para lograr “cambios reales en la vida de muchas personas”.

También se habló de energía, donde el coche eléctrico tiene mucho que decir: pese a que fabricar una batería con 100 kilómetros de autonomía tiene un coste de 7.000 euros, recorrer esos mismos 100 kilómetros costará tan sólo 2 euros, según explicaron algunos expertos en la mesa dedicada a la revolución de la energía.

Muchos de estos avances vienen de la mano de emprendedores, aquellas personas dispuestas a arriesgarlo todo para diseñar el futuro. “Ser emprendedor es levantarte cada día viendo que se pueden hacer las cosas mejor y de forma diferente”. Así comenzó su intervención Gustavo García Brusilovsky, fundador de BuyVip, quien, no obstante, se lamentó de que “en España, el mundo start-up es muy pequeño”. De ahí que pronostique la unión de start-ups con grandes empresas como forma de crecer y desarrollar nuevos productos, algo que interesa a las compañías asentadas porque “buscan catalizar el cambio”, explicó Rebeca Minguela, cofundadora de Blink.

Uno de los retos del ecosistema emprendedor en España es la configuración del sistema productivo, basado principalmente en pymes. Eso provoca que la falta de formación y de fondos lastre la implantación de la tecnología. “Todos estamos pensando ya en la próxima frontera de qué hacer con los datos, pero algunos están todavía en la primera casilla”, explicó Adeyemi Ajao, uno de los fundadores de Tuenti que ayudó a que nacieran Cabify o Job and Talent, entre otras empresas tecnológicas. “La tecnología va mucho más por delante que el usuario”, añadió Brusilovsky.

Sea como sea el futuro que venga, lo cierto es que llegará cargado de oportunidades para todos. “Es un momento apasionante”, sentenció Álex Martínez Roig. Bienvenidos al futuro.

*Artículo tomado de: http://www.media-tics.com/noticia/6505/tecnologias-emergentes/la-transformacion-digital-no-es-un-problema-es-una-gran-oportunidad.html

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Así se elaboran los rankings mundiales de universidades

Por: Shirabe Masashi

El Gobierno de Abe Shinzō se ha fijado, como una de las metas cuantificables que guiarán su política universitaria, situar al menos 10 universidades japonesas entre las 100 que comandan los rankings mundiales. Pero, ¿es esa una meta correcta? Un investigador que conoce a fondo los criterios utilizados en los rankings nos previene contra una excesiva fe en estas mediciones.

Los rankings penetran en las políticas de ciencia y tecnología

El periódico Nihon Keizai Shimbun publicó en su edición matinal del 2 de noviembre de 2015 un artículo impactante, que informaba de que el Gobierno de Japón había decidido introducir en la quinta etapa del Plan Básico de Ciencia y Tecnología, plan rector de la política del país en esos campos durante los próximos cinco años, metas cuantificables para medir los resultados, y que una de las mediciones concretas que se realizarían sería la posición que ocupan las universidades japonesas en los rankings mundiales.

En la propuesta presentada el 10 de diciembre, juntamente con el informe sobre el Plan Básico, por el Comité de Estudios Especializados para el Plan Básico (órgano del Consejo de Política Científica, Tecnológica e Innovación), la expresión que aparece no es “rankings mundiales de universidades” sino “comparaciones internacionales entre universidades”, pero si con esto se pretende significar lo primero, nos vemos obligados a decir que esta decisión no va a atajar el problema.

La idea de introducir en las políticas oficiales de nuestro país esos rankings como metas cuantificables cuajó por primera vez en la Estrategia de Revitalización de Japón, y ahí es donde encontramos el origen del error que se está cometiendo ahora.

A la citada estrategia vino a sumarse el objetivo ideado y hecho público en junio de 2013 por el Consejo de Competitividad Industrial de colocar, a lo largo de los próximos 10 años, 10 universidades japonesas entre las 100 que encabezan los rankings mundiales. Este es el curso que ha seguido la idea de introducir dichos rankings entre las metas de planes, programas, políticas y medidas oficiales.

Rankings que favorecen a las universidades más grandes

Actualmente, los tres rankings más ampliamente difundidos son el Ranking Académico Mundial (ARWU) que comenzó a publicar la Universidad de Shanghai Jiao Tong en 2003, los World University Rankings (Rankings THE) de la revista Times Higher Education, desde 2004, y los QS World University Rankings la compañía QS, desde 2010(*1).

Sin embargo, personalmente, creo que el primero de ellos el ARWU no debe ser tenido en cuenta. Tengo varias razones, pero creo que lo que más estropea este ranking es el hecho de que el 90 % de los factores que conforman la puntuación están definidos de forma que, supuesta la igualdad en el resto de los factores, resultan proporcionales al tamaño de la universidad.

El ranking está hecho de una forma tan extraña que si, por ejemplo, fundiéramos las siete instituciones japonesas que antiguamente formaban la Universidad Imperial (Teikoku Daigaku), obtendríamos quizás la universidad número 1 del mundo. Los otros rankings citados, el THE y el QS, si bien en menor medida que el ARWU, cojean del mismo pie, pues el principal elemento que se tiene en cuenta en las puntuaciones, la reputación, depende(*2) igualmente del tamaño de la universidad.

Los rankings THE y QS se elaboran siguiendo un método similar y sus resultados tienden a parecerse mutuamente, aunque tampoco son totalmente iguales, como se ha visto este año en el hecho de que, mientras que el THE incluía solo dos universidades japonesas entre las 100 mejores del mundo, el QS daba el pase a cinco. También se dan en estos rankings algunos fenómenos difíciles de explicar, como que la institución en la que trabajo, el Instituto Tecnológico de Tokio, haya logrado encaramarse este año hasta el puesto 56 en el QS, mientras que en el THE ha sufrido una fuerte caída hasta quedar relegada al bloque 201-250.

Por muy similares que puedan ser los métodos de cálculo, se trata de rankings elaborados desde perspectivas diferentes y, por tanto, es lógico que los resultados no sean los mismos. Es, precisamente, esa variación que puede ocurrir en función del punto de vista adoptado lo que caracteriza a estos rankings y a cualquier otra forma de valoración. Pero, aun conviniendo lo anterior, sigue habiendo en ellos algo que no convence del todo.

La errónea idea de que el desconocimiento perjudica a los centros japoneses en los rankings

La Tabla 1 muestra los indicadores que son objeto de valoración y el peso relativo o porcentaje que se concede a cada indicador en el cómputo general en los rankings THE y QS. Como se ve, en un ranking hay más indicadores que en el otro, pero ambos coinciden en otorgar el mayor peso relativo a la encuesta en la que se pregunta por la reputación de las universidades. Los siguientes indicadores que más influyen sobre la valoración final son los que incluyen la frecuencia de cita(*3), es decir, el número de veces que son citados los trabajos académicos (tesis, etcétera) producidos por esas universidades. A partir de lo anterior se suele señalar que podría ocurrir que el bajo nivel de conocimiento de las universidades japonesas estuviera condicionando muy negativamente su valoración.

Tabla 1 Criterios utilizados en los rankings y sus pesos relativos

THE
Categoría Indicador Peso relativo
Docencia Encuesta sobre reputación 15 %
Razón docentes/alumnos 4,5 %
Razón doctorados/graduados 2,25 %
Razón doctorados/personal docente 6 %
Ingresos institucionales 2,25 %
Investigación Encuesta de reputación 18 %
Ingresos por investigaciones 6 %
Razón trabajos presentados/investigador 6 %
Número de citas Citas por trabajo 30 %
Internacionalidad Razón alumnos extranjeros/nacionales 2,5 %
Razón docentes extranjeros/nacionales 2,5 %
Proporción de trabajos en colaboración internacional 2,5 %
Ingresos recibidos de las empresas Razón ingresos industriales/personal docente 2,5 %
QS
Indicador Peso relativo
Reputación académica 40 %
Reputación entre las empresas 10 %
Razón alumnos/docentes 20 %
Razón citas/docente 20 %
Proporción de alumnos extranjeros 5 %
Proporción de docentes extranjeros 5 %

THE, paralelamente, hace público cada primavera una serie de rankings que tienen en cuenta solo la reputación. Sus resultados nos revelan que, al menos en lo que se refiere a la Universidad de Tokio y a la de Kioto, es falsa la idea de que se están viendo perjudicadas. El siguiente gráfico muestra, en el eje de abscisas (horizontal) los resultados obtenidos en la encuesta de reputación y en el de ordenadas (vertical) la puntuación total obtenida por las 50 universidades que ocupan las primeras posiciones en el ranking THE de 2014. La curva muestra la regresión logarítmica. Las universidades que aparecen situadas en la parte interior de la curva son aquellas cuya reputación fue valorada, proporcionalmente, por encima de la puntuación total que obtuvieron. Las que están en el caso contrario (peor reputación en proporción a la puntuación total) quedan en la parte exterior de la curva. Se ve claramente que las dos universidades citadas, marcadas en color amarillo, lejos de resultar perjudicadas por la encuesta de reputación, se han beneficiado de ella.

Cambio de criterios produce fuerte bajada de las universidades japonesas

Los resultados de los rankings elaborados por THE y QS para 2015 trajeron grandes variaciones para las universidades japonesas, especialmente el primero de ellos. En el THE, la Universidad de Tokio bajó del puesto 23 al 43, la de Kioto del 59 al 88 y el Instituto Tecnológico de Tokio cayó del puesto 141 a la banda comprendida entre el puesto 201 y el 250. La Universidad de Osaka, que estaba en el 157, cayó a la banda 251-300 y la Universidad de Tohoku (165) a la 201-250. La debacle afectó, pues, a todas las universidad japonesas. En el ranking QS, si exceptuamos el Instituto Tecnológico de Tokio y la Universidad de Waseda, que ascendieron, el resto perdió muchas posiciones. Esta variación refleja un cambio en el método de calcular el número de veces que fueron citados los trabajos académicos producidos por cada universidad, que es el segundo indicador más valorado, después de la reputación.

Hasta ahora, en el ranking QS no se tenían en cuenta las grandes diferencias en el número de citas recibidas existentes entre un campo de investigación y otro. 2015 fue el primer año en que se tuvo en cuenta este hecho, procediéndose a hacer una rectificación (compensación numérica). A consecuencia del cambio, descendió el influjo relativo de campos como las ciencias de la vida o la medicina, ascendiendo el de otros campos como la ingeniería. Todo ello quedó reflejado en los resultados finales.

Por su parte, el ranking THE, en el apartado del número de citas, venía haciendo una rectificación numérica por país(*4) que tenía en cuenta el influjo de su lengua, cultura, etcétera. En esa misma edición de 2015 se moderó, hasta reducirla a la mitad, la magnitud de la rectificación que se venía haciendo. Fruto de este cambio, las puntuaciones en el apartado de “citas recibidas” de las universidades japonesas, que se sitúan por debajo de la media mundial, experimentaron, sin excepción, un fuerte bajón. En el ranking THE se introdujeron otros muchos cambios además del que afecta al número de citas recibidas y resulta difícil hacerse una idea precisa de cómo afectan al resultado cada uno de esos cambios.

Se comprenderá, en vista de todos estos hechos que vengo exponiendo, que estos rankingsmundiales que varían de tal forma en virtud de los planteamientos de quienes los elaboran no deberían causarnos una impresión demasiado honda ni para bien ni para mal, no deberían influir nuestras actuaciones, y menos aún deberían llevarnos a convertir la posición que nuestras universidades ocupan en ellos en objetivos cuantificables de nuestras políticas. Dicho lo cual, quisiera llamar la atención sobre la penosa situación en la que se encuentra la universidad japonesa, una realidad subyacente en todos estos rankings.

Las universidades asiáticas van a dar alcance a las japonesas

Impulsado por la lectura de cierto artículo periodístico, quien suscribe estas líneas recogió, el pasado otoño, una serie de datos de la base de datos bibliográficos Scopus. Los resultados los muestro en la Tabla 2 , que expone(5) el número de trabajos académicos que fueron citados más de 1.000 veces por universidades(6).

Tabla 2 Número de trabajos citados más de 1.000 veces

Publicados entre 2000 y 2014 Publicados entre 2008 y 2014
Universidad de Tokio 74 19
Universidad de Kioto 47 9
Universidad de Pekín (China) 14 8
Universidad Nacional de Singapur 31 16

Vemos que durante el largo periodo que va desde el año 2000 hasta prácticamente el momento presente (2014) la posición ocupada en el contexto de Asia por las dos universidades japonesa es muy destacada. Sin embargo, la medición para el periodo 2008-2014 nos indica que las principales universidades asiáticas, que últimamente están recibiendo un fuerte apoyo estatal, podrían estar próximas a dar alcance a las japonesas. Otros muchos datos apuntan a esa misma posibilidad. Sería deseable que las universidades japonesas obtuviesen un apoyo oficial similar.

Los rankings mundiales de universidad presentan numerosos problemas en sí mismos, pero muchos indicativos y otros datos relacionados que se ocultan tras ellos podrían estar señalándonos hechos que merece la pena analizar seriamente.

Fotografía del titular
El Auditorio Yasuda de la Universidad de Tokio (izquierda) y el Pabellón Memorial de la Torre del Reloj, de la Universidad de Kioto (derecha).

(*1) ^ Hasta 2009, la compañía QS colaboraba en la elaboración del Ranking THE, pero la colaboración terminó ese año y desde 2010 elabora sus propios rankings.

(*2) ^ De hecho, si el Instituto de Tecnología de California, número 1 en el ranking THE en 2015 y 2016 no obtuvo un buen puesto en el ranking específico de reputación fue, probablemente, por su pequeño tamaño.

(*3) ^ La forma de entender la estandarización del número de citas difiere entre THE y QS y esta es la causa de las grandes diferencias en los puestos que ocupan las universidades japonesas en uno y otro ranking.

(*4) ^ No se ha explicado suficientemente en qué consiste esta rectificación por país, lo cual supone un problema.

(*5) ^ El método que se sigue habitualmente no considera las citas en número absolutos sino en porcentajes, pero los trabajos citadas más de 1.000 veces merecen una consideración especial. Además, en tanto sea alto ese número, cabe pensar que la investigación realizada en ese trabajo es líder en su campo. No obstante, debido a la gran cantidad de factores que intervienen, la medición no deja de ser un indicativo aproximado.

(*6) ^ Debe tenerse en cuenta que, al haberse hecho las búsquedas por observación ocular de los nombres de las universidades, cualquier error o deficiencia en la anotación ha podido afectar al cómputo.

*Articulo tomado de: http://www.nippon.com/es/in-depth/a05102/#auth_profile_0

 

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EDUCACION POPULAR. UNA PROPUESTA DE DIPLOMADO

educ popular

JULIO C VALDEZ / VENEZUELA

¿DE QUE SE TRATA ESTO?
Esta propuesta de Diplomado en Educación Popular es para quien quiera apropiársela, transformarla y mejorarla. Tiene como propósito la formación en educación popular de personas vinculadas con instituciones del estado y con comunidades en general, desde la reflexión crítica y el desarrollo de propuestas formativas concretas en sus ámbitos directos de acción, y apuntar hacia la generación de redes sociales de saberes en el campo de la educación popular. Este Diplomado comprende un total de setenta y dos (72) horas presenciales. Se organiza en cinco jornadas de trabajo, que se especifican más adelante. La estrategia enfatiza la reflexión y producción colectiva, la relación dialéctica entre teoría y práctica, y el protagonismo de la experiencia personal/colectiva de los participantes. El Diplomado culmina con la propuesta de conformar redes de educación popular, con la participación de todos los presentes.

¿QUE ES LO QUE SE BUSCA?
Este diplomado se propone estos objetivos fundamentales:
1. Desarrollar un proceso formativo desde la educación popular, dirigido a personal institucional y a actores comunitarios, integrando las reflexiones y las acciones en una unidad dialéctica.

  1. Construir colectivamente referencias teóricas y prácticas en educación popular, para fundamentar procesos de transformación social, referencias que pueden ser compartidas por otros protagonistas sociales, a nivel nacional e internacional.

  2. Orientar y acompañar proyectos de acción concretos y específicos en las comunidades reales y al interior de las instituciones del estado, para el mejoramiento continuo y progresivo de las prácticas sociales.

  3. Constituir las bases para la conformación de un sistema de redes de saberes vinculados con la educación popular.

¿POR QUÉ ASUMIR ESTE DIPLOMADO?
Venezuela, país por sí mismo declarado en proceso de transformación profunda y constante, amerita de una reconfiguración radical en sus relaciones humanas y en la organización social total. Ello implica nuevos horizontes y la apertura a procesos de innovación y de alta creatividad, especialmente en las instituciones y en las comunidades, para incorporar en la vida cotidiana principios tales como la suprema felicidad social, la nueva ética socialista y la democracia participativa y protagónica. La necesidad de seguir las pautas señaladas desde la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y del resto del cuerpo jurídico, y la magnitud de las crisis que sacuden el mundo entero, nos obligan con urgencia a repensar y renovar nuestras instituciones y nuestras actuaciones como seres humanos.

   Por tanto, es necesario desmontar progresivamente las estructuras fundantes de una sociedad en crisis, que intensifican diariamente situaciones globales de injusticia, inequidad y asimetrías. Por otra parte, asistimos y participamos en una búsqueda compartida de fundamentos para repensar y reasumir la vida y la condición social, invocando las cualidades de la sociedad que pretendemos crear, viviendo en sí misma la justicia y la equidad, reorganizando el saber social desde la democracia cognitiva, generando condiciones de solidaridad y búsqueda compartida.

Lo anterior nos lleva a replantearnos las concepciones dominantes de la formación, entendiendo que dicha formación ocurre en todos los lugares de modo permanente, siendo las instituciones educacionales (escuela, liceo, universidad) sólo parte de esa totalidad. Ello pasa por reconocer y asumir nuevas concepciones y opciones de formación. Necesitamos desmontar la visión dominante que atiende una mirada sesgada de lo social (individualismo en competencia contra los demás), del saber (un método único para mirar e intervenir la realidad: el positivismo); que despliega una educación lineal, fragmentada, competitiva, de un materialismo ramplón. Requerimos apuntar hacia un sistema de aprendizaje permanente, espacios interinstitucionales e intercomunitarios capaces de reinventarse a si mismo constantemente. Nos urge crear modos de generar aprendizajes y conocimientos desde la vida y para la vida, desde el diálogo y la construcción colectiva, desde lo transdisciplinario y lo transmetodológico.

¿CUÁLES SON LAS ÁREAS ESPECÍFICAS DE ESTE PROGRAMA?

En tal sentido, asumimos el presente programa de formación desde la educación popular, sustentado también en la andragogía, el humanismo, la educación permanente, la democracia cognitiva, mediante el desarrollo de saberes construidos entre todos, sistemáticamente válidos y socialmente pertinentes. Hablamos de una propuesta que privilegia:

  1. La construcción de los relatos de vida personales, que a su vez se entrecruzan con otros relatos, en una totalidad que abarca la sociedad plena. Se trata de redactar y compartir esas historias, convocando un ejercicio profundo de autocrítica, un mirarse de muchos modos, un analizar con profundidad las relaciones vitales desde lo más cercano hasta lo más global, un reconocer los valores y principios que nos constituyen a lo largo de nuestras vidas.

  2. La reflexión permanente sobre el quehacer institucional y comunitario, a la luz de la educación popular. Esto implica confrontar un análisis profundo de la realidad, desde lo personal, lo interpersonal y lo transpersonal con literatura relevante de educación popular como corriente social nacida en América Latina, con el propósito de generar y sustentar propuestas formativas transformadoras en instituciones y comunidades. Hablamos de construir conocimientos práctico/ teóricos al estudiar la educación popular desde las situaciones que vivimos a diario y desde los procesos que desarrollamos.

  3. El desarrollo de proyectos en educación popular, que impliquen la planificación, desarrollo y evaluación de acciones reconfiguradoras de situaciones de injusticia, asimetría, dominación, y a su vez genere sistemas de aprendizaje para los protagonistas de procesos sociopolíticos.

  4. El fortalecimiento progresivo de procesos de sistematización de las experiencias y los aprendizajes generados a partir del desarrollo de las sesiones de trabajo.

  5. La generación de condiciones para la organización de redes de colectivos productores y valoradores de saberes generales y específicos, teóricos y prácticos, colectivos y personales, de cara al mejoramiento permanente de la acción formadora de la sociedad en general.

¿COMO SE ORGANIZARA EL TIEMPO EN ESTE DIPLOMADO?

El presente diplomado se organizará en el tiempo de la siguiente manera:

 Primera jornada. Personal: elaboración del relato de vida (Tiempo decidido por cada participante). Presencial (8 horas). Presentación de los relatos de vida ante los compañeros de jornada. Avance en la construcción de puntos de contacto, similitudes y diferencias entre los diferentes relatos. Reflexión sobre la ética compartida en las historias.

 Segunda jornada. Personal: Lectura de los textos sobre educación popular. Apuntes. Análisis. (Tiempo decidido por el participante) Presencial (16 horas). Compartir la interpretación y análisis de lecturas, confrontar esas ideas con la práctica cotidiana de cada persona. Avance hacia principios, hallazgos y propuestas comunes. Elaboración de un marco referencial compartido sobre los elementos fundamentales que debe tener un buen proyecto de educación popular.

 Tercera jornada. Personal: Efectuar una lectura a la realidad cotidiana de trabajo (institución o comunidad), a la luz del aprendizaje desarrollado en la segunda jornada (Tiempo decidido por cada participante). Presencial (16 horas). Construcción personal y compartida de proyectos de educación popular a ser desarrollados en los contextos vitales de los participantes. Evaluar la pertinencia y factibilidad de los proyectos.

 Cuarta jornada. Personal: Desarrollo y seguimiento de los proyectos de educación popular en los contextos vitales (tiempo decidido y asumido por cada participante). Presencial (16 horas): Evaluación del avance de los diversos proyectos comunitarios e institucionales. Avances en la planificación de la sistematización de las experiencias.

 Quinta jornada. Personal: Construcción de la sistematización de experiencias a partir del desarrollo de los proyectos de educación popular (Tiempo decidido por cada participante). Presencial (16 horas). Compartir y evaluar las diversas sistematizaciones realizadas. Discusión sobre la creación de sistemas de redes de saberes en educación popular. Compromisos personales, colectivos e institucionales.

¿CUALES SON LOS LINEAMIENTOS ESTRATEGICOS:

  1. Trabajaremos enfatizando la producción colectiva/ personal de saberes práctico-teóricos, sin menoscabo del uso de fuentes documentales/ bibliográficas.

  2. El punto de partida y de llegada es la experiencia de los participantes.

  3. En cada sesión evaluaremos (todos/todas),y acordaremos la futura secuencia del programa.

  4. Se propone que cada participante lleve un diario de campo (cuaderno de aprendizaje), donde describirá las acciones y definirá los aprendizajes que va desarrollando o reforzando.

  5. Todos los productos (personales y colectivos) del curso se incorporarán en una futura publicación.

  6. La evaluación del programa y de los aprendizajes será participativa y permanente. Se realizará mediante la autoevaluación y la interevaluación.

¿CUALES SON LAS ESTRATEGIAS FUNDAMENTALES DEL DIPLOMADO?
 Generación de ambientes y condiciones de aprendizaje para la reflexión continua y la creación constante, mediante dinámicas grupales participativas e interactivas.
 Participación activa en las dinámicas grupales, desde las experiencias docentes concretas, en interacción con otros y otras participantes del programa, generación personal y colectiva de saberes y de proyectos para el mejoramiento permanente de la práctica cotidiana.

 Se evalúan los aprendizajes generados y consolidados durante la realización del programa.
 Todos evaluamos y nos evaluamos, mediante ejercicios sistemáticos de autoevaluación, interevaluación y evaluación de los facilitadores del programa.
 Evaluamos de modo permanente y todos evaluamos al final los aprendizajes logrados. El peso de la evaluación personal recae en cada persona, mediante la demostración de sus logros.

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Why Teachers Matter in Dark Times

Americans live in a historical moment that annihilates thought. Ignorance now provides a sense of community; the brain has migrated to the dark pit of the spectacle; the only discourse that matters is about business; poverty is now viewed as a technical problem; thought chases after an emotion that can obliterate it. The presumptive Republican Party presidential nominee, Donald Trump, declares he likes «the uneducated» — implying that it is better that they stay ignorant than be critically engaged agents — and boasts that he doesn’t read books. Fox News offers no apologies for suggesting that thinking is an act of stupidity.

A culture of cruelty and a survival-of-the-fittest ethos in the United States is the new norm and one consequence is that democracy in the United States is on the verge of disappearing or has already disappeared! Where are the agents of democracy and the public spaces that offer hope in such dark times? Many are in public schools — all the more reason to praise public school teachers and to defend public and higher education as a public good.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy.

For the most part, public school teachers and higher education faculty are a national treasure and may be one of the last defenses available to undermine a growing authoritarianism, pervasive racism, permanent war culture, widening inequality and debased notion of citizenship in US society. They can’t solve these problems but they can educate a generation of students to address them. Yet, public school teachers, in particular, are underpaid and overworked, and lack adequate resources. In the end, they are unjustly blamed by right-wing billionaires and politicians for the plight of public schools. In order to ensure their failure, schools in many cities, such as Detroit and Philadelphia, have been defunded by right-wing legislators. These schools are dilapidated — filled with vermin and broken floors — and they often lack heat and the most basic resources. They represent the mirror image of the culture of cruelty and dispossession produced by the violence of neoliberalism.

Under the counterfeit appeal to reform, national legislation imposes drill-and-test modes of pedagogy on teachers that kill the imagination of students. Young people suffer under the tyranny of methods that are forms of disciplinary repression. Teachers remain powerless as administrators model their schools after prisons and turn students over to the police. And in the midst of such egregious assaults, teachers are disparaged as public servants.

To read more articles by Henry A. Giroux and other authors in the Public Intellectual Project, click here.

The insecure, overworked adjunct lecturers employed en masse at most institutions of higher education fare no better. They have been reduced to an army of indentured wage slaves, with little or no power, benefits or time to do their research. Some states, such as Texas, appear to regard higher education as a potential war zone and have passed legislation allowing students to carry concealed weapons on campus. That is certainly one way to convince faculty not to engage in controversial subjects with their students. With the exception of the elite schools, which have their own criminogenic environments to deal with, higher education is in free fall, undermined as a democratic public sphere and increasingly modeled after corporations and run by armies of administrators who long to be called CEOs.

All the while the federal government uses billions of dollars to fuel one of the largest defense and intelligence budgets in the world. The death machine is overflowing with money while the public sector, social provisions and public goods are disappearing. At the same time, many states allocate more funds for prisons than for higher education. Young children all over the country are drinking water poisoned with lead, while corporations rake in huge profits, receive huge tax benefits, buy off politicians and utterly corrupt the political system. Trust and compassion are considered a weakness if not a liability in an age of massive inequities in wealth and power.

In the midst of what can only be viewed as a blow against democracy, right-wing Republicans produce slash-and-burn policies that translate into poisonous austerity measures for public schools and higher education. As Jane Mayer points out in Dark Money, the Koch brothers and their billionaire allies want to abolish the minimum wage, privatize schools, eliminate the welfare state, pollute the planet at will, break unions and promote policies that result in the needless deaths of millions who lack adequate health care, jobs and other essentials. Public goods such as schools, according to these politicians and corporate lobbyists, are financial investments, viewed as business opportunities. For the billionaires who are the anti-reformers, teachers, students and unions simply get in the way and must be disciplined.

We need to invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy where students learn to think critically. Teachers are threatening because they refuse to conflate education with training or treat schools as if they were car dealerships. Many educators have made it clear that they regard teaching for the test and defining accountability only in numerical terms as acts that dull the mind and kill the spirit of students. Such repressive requirements undermine the ability of teachers to be creative, engage with the communities in which they work and teach in order to make knowledge critical and transformative. The claim that we have too many bad teachers is too often a ruse to hide bad policies and to unleash assaults on public schools by corporate-driven ideologues and hedge fund managers who view schools strictly as investment opportunities for big profits.

We need to praise teachers, hold them to high standards, pay them the salaries they deserve, give them control over their classrooms, reduce class sizes and invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex. This is all the more reason to celebrate and call attention to those teachers in Chicago, Detroit and Seattle who are collectively fighting against such attacks on public schools. We need to praise them, learn from them and organize with them because they refuse to treat education as a commodity and they recognize that the crisis of schooling is about the crises of democracy, economic equality and justice. This is not a minor struggle because no democracy can survive without informed citizens.

Neoliberal education is increasingly expressed in terms of austerity measures and market-driven ideologies that undermine any notion of the imagination, reduce faculty to an army of indentured labor and burden students with either a mind-numbing education or enormous crippling debt or both. If faculty and students do not resist this assault, they will no longer have any control over the conditions of their labor, and the institutions of public and higher education will further degenerate into a crude adjunct of the corporation and financial elite.

Clearly, it is time to revisit Mario Savio’s famous speech at Berkeley in 1964 when he called for shutting down an educational system that had become odious. In his own words:

There comes a time when the operation of the machine becomes so odious, makes you so sick at heart, that you can’t take part, you can’t even passively take part; and you’ve got to put your bodies upon the gears and upon the wheels, upon the levers, upon all the apparatus, and you’ve got to make it stop. And you’ve got to indicate to the people who run it, the people who own it, that unless you’re free the machine will be prevented from working at all.

Savio’s call to resistance is more relevant today than it was then. Public schools not only mimic the injustices of an oppressive economic system, but also funnel poor youth of color into the criminal legal system. The good news is that there is an echo of outrage and resistance now emerging in the United States, especially among young people such as those in the Black Lives Matter movement.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing. Fortunately, more and more people are waking up and realizing that the fight for public schooling is not just about higher salaries for teachers; it is about investing in our children and in democracy itself. At the same time, we live in what author Carl Boggs and others have called a permanent warfare state, one in which every space appears to be a battlefield, and the most vulnerable are viewed not only as an imminent threat, but also as the object of potential violence. This suggests that the battle of education must become part of a wider political struggle. This is a struggle that connects assaults on education with the broader war on youth, police violence with the militarization of society and specific instances of racist brutality with the unchecked exercise of the systemic power of finance capital. But the struggle will not be easy.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing.

Beneath all of the current brutality, racism and economic predation, there is some hope inspired by the generation of young people who are protesting police violence and the attack on public and higher education and working hard to invent a politics that gets to the root of issues. There is also a glimmer of possibility in those youth who have supported Bernie Sanders but are really demanding a new and more radical definition of politics: Their vision far surpasses that of the left-centrists and liberals of the Democratic Party.

Elections are the ruse of capitalism, and that has never been more clear than at the present moment. On the one side we have Hillary Clinton, a warmonger, a strong supporter of the financial elite and a representative of a neoliberalism that is as brutal as it is cruel. On the other side we have Donald Trump, a circus barker inviting Americans into a den of horrors. And these are the choices that constitute democracy? I don’t think so.

Collective self-delusion will only go so far in the absence of an education system that offers a space for critical learning and dissent, and functions as a laboratory for democracy. There is a tendency to forget in an age dominated by the neoliberal celebration of self-interest and unchecked individualism that public goods matter, that critical thinking is essential to an informed public and that education at the very least should provide students with unsettling ruptures that display the fierce energy of outrage and the hope for a better world.

But a critical education has the capacity to do more. It also has the power not only to prevent justice from going dead in ourselves and the larger society, but also, in George Yancy’s poetic terms, to teach us how to «love with courage.» Hopefully, while education cannot solve such problems, it can produce the formative cultures necessary to enable a generation of young people to create a robust third party — a party fueled by social movements demanding the economic and political justice that could allow a radical democracy to come to life.

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Hablemos del golpe en Brasil, hijo

Son las cuatro y media de la madrugada. Me despierto ansioso, angustiado y con una profunda sensación de impotencia. Tengo ganas de salir corriendo, de gritar por la ventana, de acurrucarme en un rincón, de hacerme invisible, de ponerme a llorar. En casa, por ahora, todos duermen. He dado vueltas y más vueltas. La cama, estos días, me ha parecido una montaña rusa, más bien un abismo, el borde afilado de un acantilado infinito. Y yo estoy del lado del vacío, queriendo llegar a tierra firme, allí, a pocos centímetros, inalcanzable. Sé que si miro hacia abajo, caeré. Mejor, ignorar que mis pies descansan en un inmenso precipicio. Pienso en vos, hijito querido. Pienso en tantos compañeros y compañeras, amigos entrañables de estos 25 años que llevo en Brasil. Pienso que no puedo, que no podemos iniciar este día de la infamia, de la ignominia y de la vergüenza mostrando desazón o desconcierto. Pienso que no puedo, sé que no quiero, que este sea el primer día de nuestra derrota, sino el primero de nuestra próxima victoria.

Quiero y necesito escribirte esto antes de que termine una jornada que será recordada como una de las más funestas y deshonrosas de la historia democrática de América Latina: el día que derrocaron a Dilma Rousseff sin otro argumento que la prepotencia de la mentira, sin otro mecanismo que la infamia, sin otro objetivo que seguir haciendo de Brasil una tierra de privilegios, de abusos y de impunidad. Sé que no necesito explicarte nada, que a tus dieciocho años ya sabes muy bien qué está pasando en este país que por ser tuyo, se volvió entrañablemente mío, aunque a veces no entiendas cómo, después de tantos años, aún sigo sin aprender a pronunciar ciertas palabras en portugués.

(…)

 

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Democracia sin justicia…

CAROLINA VÁSQUEZ ARAYA

Muchas veces las personas se sienten agredidas ante la realidad de la violencia cuando se reproduce en los medios de comunicación y las redes sociales. “Es innecesario” dicen, “arrojarnos a la cara toda esa tragedia que ya conocemos”. Pero no es cierto, no se conoce porque se ha construido todo un imaginario para ignorar los dramas ajenos, fantasía de negación muy útil hasta cuando nos asesinan a un ser querido, nos extorsionan o nos golpean la ventanilla del automóvil con una escuadra calibre 44 Magnum adquirida en el mercado gris, solo para robarnos el celular.

Así es como nos vamos adaptando a una realidad paralela a nuestro espacio personal, cada vez más reducido en términos de espacio pero también de experiencias. Ya no socializamos, no conocemos a nuestros vecinos y somos incapaces de comprender toda la dimensión del absurdo escenario en el cual transcurre nuestra vida.

En el transcurso de unos pocos días, hemos visto el asesinato de un ciudadano por no ceder el paso a uno de esos energúmenos que utilizan el vehículo como arma de destrucción masiva. Hemos visto cómo el cuerpo de una joven fue a estrellarse contra el pavimento después de haber sido salvajemente agredida por su conviviente. Por supuesto, no ha sido la única ni será la última a pesar de los esfuerzos de algunos internautas para hacer visible el feminicidio, de algunas organizaciones para socorrer a las potenciales víctimas y de algunos ciudadanos para denunciar las agresiones.

Pero eso es solo una parte de la ecuación, la otra es la ausencia de seguimiento a esta clase de crímenes por la incapacidad del sistema de administración de justicia para hacer frente a esta debacle social, cuyo impacto supera largamente las posibilidades de reacción de las instituciones del Estado. Los expedientes se acumulan tras las oleadas de denuncias, provocando un sentimiento de enorme frustración en las víctimas por la imposibilidad de resguardarse de posibles represalias. Y el sistema colapsa con un escandaloso porcentaje de casos no resueltos mientras se llenan las instalaciones del sistema penitenciario con individuos en prisión preventiva.

A todo esto, el concepto de democracia no ha sido objeto de un proceso consciente, colectivo y de participación ciudadana capaz de reformularlo. Eso provoca una ilusión de estabilidad en algunos sectores urbanos, cuya visión no va más allá de las barriadas populares. Por lo tanto, lo que sucede en el resto del país: el conflicto agrario, la destrucción provocada por las grandes compañías extractivas, la ausencia de instituciones del Estado y la miseria en la cual se desarrolla la vida de millones de seres humanos carentes de lo mínimo para subsistir, les resulta ajeno.

A ello se suma una especie de gobierno paralelo liderado por los capos del tráfico de droga, del contrabando y la trata de personas, quienes dominan grandes áreas del territorio y se pasean en sus vehículos blindados con la más absoluta impunidad, conscientes de poseer una fuerza superior a la de cualquier otra instancia de seguridad nacional. El terror generado por estos grupos en las comunidades es algo desconocido para los citadinos, quienes solo tienen atisbos de esa realidad.

¿En dónde está, entonces, la democracia? ¿A cuáles definiciones responde un sistema incapaz de proporcionar la menor esperanza de seguridad y justicia para sus ciudadanos? Los avances en la persecución de los delitos de alto impacto, aun con su enorme relevancia para la consolidación del sistema de justicia, no son suficientes para garantizar la paz en Guatemala.

elquintopatio@gmail.com @carvasar 

Fuente de la imagen:
http://4.bp.blogspot.com/-4OuxFn5SL7Q/T-uk1776BCI/AAAAAAAAIFo/lxs9RXYhc5I/s1600/justicia+en+el+suelo.jpg
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