Saltar al contenido principal
Page 291 of 2682
1 289 290 291 292 293 2.682

Chile, pionero en la vacunación de niños menores de 12 años contra la COVID

Por:

  • El país latinoamericano es uno de los pocos que está inoculando a menores de seis años en adelante en el mundo. Para la campaña de inmunización infantil, muchos colegios se han convertido en centros de vacunación, aunque no todos pueden por falta de recursos

Esta información ha sido publicada por elDiario.es

Chile es de los pocos países de América Latina (y del mundo) que está vacunando a los menores desde los seis años contra la COVID-19. El programa de inoculación infantil chileno se ha desplegado por lo general en los colegios, donde la semana pasada se terminó el plazo para administrar la primera dosis del laboratorio chino Sinovac. Al inicio de la campaña escolar, la subsecretaria de Salud Paula Daza dijo, en referencia a la segunda, que la Atención Primaria de Salud (APS) se coordinará con las escuelas para inmunizar a los niños y niñas, y quienes no puedan hacerlo en instalaciones educativas, podrán posteriormente en centro de salud.

En el Colegio Providencia de Santiago, una veintena de sanitarios del centro de salud y del Ministerio de Salud han sido los encargados de vacunar a cientos de escolares que presentaron el consentimiento de sus familias, dado que el proceso es voluntario.

«Destinamos dos mañanas para vacunar a los estudiantes y, además de la COVID, aprovechamos para poner otras dosis del programa nacional, como la vacuna contra el papiloma», dice Rose Marie Castex, psicóloga y responsable de Salud del centro educativo. Explica que las familias estaban satisfechas con la posibilidad de vacunar a sus hijos y el porcentaje de alumnado inoculado alcanzó el 70% de un total de 1.100 alumnos.

«Me llamó la atención el entusiasmo de los niños, estaban contentos con su carné de vacunas y bien informados porque los profesores hicieron un trabajo previo en las clases», dice. En su opinión, «el colegio es el espacio adecuado para llevar a cabo la vacunación masiva en menores de 12 años porque sienten que están dentro de su entorno diario, en su clase, con sus profesores, y eso ayuda a contenerlos».

El Ministerio de Salud espera vacunar a 1,5 millones de niños y niñas de aquí a diciembre. Hasta la fecha, se ha alcanzado el 60% de las primeras dosis en los menores de 12 años. En las próximas semanas empezarán con la segunda. Los adolescentes de 12 a 17 años vacunados con la pauta completa llegan al 69%.

Retomar las clases presenciales

La planificación de ese proceso se lleva a cabo desde servicios de salud municipales. La atención primaria de salud elabora el programa de los centros educativos de sus barrios. Las escuelas contactan con las familias del alumnado y solicitan su autorización. «Hasta ahora el proceso ha funcionado muy bien, hay buena aceptación y no se han levantado alertas de seguridad de la vacuna», dice Juan Pablo Torres Torretti, pediatra infectólogo y director de innovación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Sin embargo, no todos los colegios han podido convertirse en centros de vacunación. Para hacerlo se requieren recursos materiales y humanos de los que algunas instalaciones educativas no disponen, por lo que han preferido dejarlo en manos de la atención primaria en los centros de salud.

Autoridades y expertos esperan que la vacunación infantil permita retomar cuanto antes la presencialidad total en las escuelas. «Es un elemento adicional que le entrega aún mayor seguridad y confianza a las familias para poder volver a las clases presenciales», ha dicho el ministro de Educación, Raúl Figueroa.

El doctor Torres afirma que se pretende disminuir el impacto de la pandemia en los niños «no por la infección propiamente tal, sino por los problemas colaterales como la falta de contacto con sus pares y la falta de actividad presencial en escuelas que ha tenido consecuencias en la salud mental (con un aumento de cuadros depresivos, ansiosos e intentos de suicidio), física (con aumento de niños con sobrepeso y obesidad) y en trastornos del aprendizaje cognitivo».

Chile ha sido de los países de América Latina que más tiempo ha permanecido con las escuelas totalmente cerradas y con clases exclusivamente online. Cuando se autorizó la apertura parcial y se implementó la presencialidad de forma paulatina, la mayoría de los centros optaron por un modelo híbrido. Si bien hoy el 94% de los centros hace actividades presenciales, la realidad para la mayoría de niños y niñas es que solo asisten a clase una o dos veces a la semana (o cada 15 días) y el resto de horas continúan bajo la modalidad online.

Solo algunos colegios, la mayoría privados, han retomado la presencialidad diaria con sus propios protocolos. El Colegio de Profesores se ha opuesto de forma continuada a la reapertura presencial alegando que muchas escuelas «no están en condiciones de atender estudiantes y abrir sus puertas debido al abandono en el que están» y a la falta de recursos.

Qué países vacunan a los niños

Por ahora no hay un consenso entre la comunidad científica mundial sobre la vacunación de los niños menores de 12 años como sí lo hay en cuanto a los adultos. Quienes prefieren por ahora no aplicarla sostienen que la COVID no parece más preocupante para los niños que otras enfermedades respiratorias, pero quienes apuestan por hacerlo consideran que vacunar a los pequeños puede ayudar a proteger a los demás.

«Si bien los niños se infectan menos y tienden a tener cuadros mas leves o asintomáticos, pueden de igual manera infectarse y transmitir la infección al resto», dice el doctor Torres.

China fue uno de los primeros países en autorizar la vacuna contra la COVID-19 entre los más pequeños, a partir de los tres años, el pasado junio, con las vacunas Sinovac y Sinopharm. En agosto se sumó Emiratos Árabes Unidos, que también empezó a partir de los tres, y luego Israel.

Argentina está siguiendo el mismo camino. Cuba, por su parte, es el primer país del mundo en vacunar a niñas y niños a partir de los dos años, con su fórmula Soberana 02, producida en la isla. El Salvador y Chile están vacunando a los menores a partir de los seis años y Estados Unidos será el próximo en unirse a esta lista.

En Chile, durante las últimas semanas se ha detectado un aumento de los contagios y ya se han anunciado limitaciones de aforo que suponen un retroceso en el lento proceso de apertura que vivía el país. Se teme por la llegada de una tercera ola, que no se sabe cómo puede impactar.

La cobertura de vacunación con pauta completa (para mayores de 18 años) llega al 89,5% y más de cinco millones de personas se han inyectado una tercera dosis (o dosis de refuerzo), que ha pasado a ser parte del esquema de vacunación para los mayores de 55 años. El Ministerio de Salud no descarta incluir una eventual cuarta dosis contra la COVID-19.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/10/29/chile-pionero-en-la-vacunacion-de-ninos-menores-de-12-anos-contra-la-covid/

Comparte este contenido:

‘El juego del calamar’: Lo que los padres pueden hacer para «matar» la curiosidad de sus hijos

Por: ABC

El equipo docente del colegio de Infantil y Primaria ‘Teresa de Calcuta’ de San Sebastián de los Reyes (Madrid) ha enviado una circular a todas las familias advirtiendo que han detectado entre los estudiantes «actitudes y juegos» relacionados con la serie ‘El juego del calamar’ y para frenar esta ola de imitación y difusión han decidido prohibir disfraces relacionados con ella para las próximas fiestas de Halloween. Como en éste, en otros colegios se han detectado situaciones similares que preocupan a los padres, ya que la serie contiene escenas de violencia que los más pequeños acaban por normalizarlas.

En declaraciones a Ep Televisión, el exdefensor del Menor y doctor en Psicología y en Ciencias de la Salud, Javier Urra, ha explicado que la serie tiene una violencia «muy clara y gratuita con ideas perversas» y que en ocasiones prohibir «puede ser pedagógico». En este sentido, ha recordado que la serie dice que es para mayores de 16 años y ha apelado a la responsabilidad de los padres.

«El problema de la serie es que es atractiva porque son juegos, por lo que los niños con 7 años en muchos coles ya juegan a ello», ha señalado a la vez que ha destacado que un joven de 16 años «tiene criterio pero uno de 11 no», y que por lo tanto no deben ver la serie.

En esta línea, el Urra ha explicado que lo «más inteligente» podría ser enseñar un trozo de la serie para que maten la curiosidad y no busquen escenas por su cuenta. «Explicarles por qué está mal, de algo tóxico y negativo hacerlo educativo».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-juego-calamar-padres-pueden-hacer-para-matar-curiosidad-hijos-202110190106_noticia.html

Comparte este contenido:

Hacia una nueva aproximación geopolítica

Por: Luis Bonilla-Molina

El gobierno de Venezuela se reúne en México con una de las nueve fracciones de la oposición, estrechamente vinculada al gobierno estadounidense. Un acuerdo puede abrir las compuertas para volver a la política centrada en la gente y que la política de los políticos deje de hegemonizar la cotidianidad de los y las venezolanas.

Venezuela es una molestia para las élites latinoamericanas y occidentales. Y esto porque se atrevió a plantear una ruta distinta al capitalismo neoliberal en un momento en el que se anunciaba el triunfo del pensamiento único. Las élites —locales y extranjeras— han hecho hasta lo imposible por destruir tal iniciativa.

La violencia política auspiciada desde el exterior ha incorporado un elemento a la vida democrática desconocida en el país en las últimas décadas. La mayor esperanza que emerge de las negociaciones de México es que se conjure la violencia como opción política, se retome a la normalidad de la institucionalidad democrática y se levanten las criminales sanciones económicas, que solo han servido para causar sufrimiento al pueblo, enroscar al gobierno en la peor de sus facetas y nutrir el discurso acerca del fracaso el camino socialista. Lamentablemente, en la agenda de México no está incluida la urgencia de mejorar las condiciones salariales y de vida de quienes viven de su trabajo.

Después del fracaso de las negociaciones de Oslo, ahora, con el auspicio de los gobiernos de México, Noruega y el acompañamiento de Rusia, se reinstala una nueva mesa de conversaciones. Pero esta no es continuidad de la anterior, sino un nuevo capítulo. El gobierno venezolano se reúne en la sede del Museo de Antropología con una de las nueve fracciones de la oposición venezolana, estrechamente vinculada al gobierno norteamericano. Un acuerdo puede abrir las compuertas para volver a la política centrada en la gente y que la política de los políticos deje de hegemonizar la cotidianidad de los y las ciudadanas.

Política, economía y geopolítica

La mayoría de los análisis que se hacen al respecto sobrestiman la dimensión política nacional, sin tomar en cuenta las dinámicas económicas y geopolíticas asociadas a este proceso. Por ello, se quedan atascados en la bipolaridad de acuerdo o desacuerdo y les cuesta entender lo que está pasando como proceso.

La actual crispación política venezolana es el resultado de no haber podido resolver en el plano político la crisis económica que estalló hace casi cuarenta años (1983), social (Caracazo, 1989) y geopolítica (globalización e internacionalización del capital) generada en los años ochenta del siglo XX. La alternativa sistémica (Caldera, Chiripero), contestataria (Causa R) y antisistema (MBR 200) resultaron incapaces de construir un camino de solución a esta situación en la década de los noventa.

El triunfo electoral de Chávez (1998), resultante de una alianza amplia, se construyó en base a la posibilidad de resolverla. Durante los tres primeros años de gobierno, Chávez hizo énfasis en el aspecto social de la crisis, teniendo menos posibilidades en el plano económico y topándose con serias dificultades en el geopolítico.

El sector de la burguesía importadora que había acompañado a Chávez se sintió amenazado por las leyes aprobadas en materia de tenencia de la tierra, control de la renta petrolera y redefinición del papel de las instituciones del Estado. El golpe de Estado de 2002, la insurgencia popular para retornar a Chávez al poder y la ruptura con el sector burgués que había acompañado a Chávez crearon una nueva situación: de quiebre de la cadena Estado-burguesía, tan necesarias en un país en el que una parte muy importante de lo que se consume se importa.

Se produce, así, un fenómeno que no ocurría desde el periodo de Juan Vicente Gómez (a comienzos del siglo XX), en el cual el Estado le otorga licencias de importación a sectores cercanos a la burocracia gubernamental para intentar resolver el abastecimiento de productos, amenazado por la ruptura generada con el golpe de Estado de abril de 2002. Esto va generando un nuevo entramado de acumulación de ganancias y formas perversas de relación con el Estado que va conformando, en los años subsiguientes, una nueva burguesía, ahora asociada al proceso de transformación bolivariano.

No obstante, algunos grupos burgueses de la cuarta república —como el Grupo Mendoza o Cisneros— siguieron recibiendo incentivos y apoyos ante la imposibilidad de la nueva burguesía importadora de producir mercancías en el propio país o como resultado del intercambio de información por acceso a una porción de la explotación petrolera. Agreguemos que esto tiene episodios de contradicción entre el rumbo socialista formulado a finales de 2004 y las castas burguesas (de la cuarta y quinta república), que por razones de espacio no podemos desarrollar aquí.

A la crisis abierta en los años ochenta del siglo XX se añade este nuevo elemento: las contradicciones (2002-2012) entre la burguesía de la cuarta y la quinta república, para quienes la disputa del poder tiene una razón fundamentalmente económica que se expresa públicamente con ribetes ideológicos. Esto pasa prácticamente desapercibido por la mayoría de los sectores populares, que apuestan por una profundización socialista del proceso y para quienes Chávez intenta construir un entramado institucional y de apoyos que cada vez amenazan más a la vieja y nueva burguesía.

Mientras Chávez impulsa políticas que reviertan la deuda social acumulada, paralelamente promueve una inserción geopolítica del país que no solo es antimperialista (fundamentalmente antinorteamericana), sino que renueva lógicas de los no alineados a través de las alianzas con gobiernos progresistas, consolidando además una alianza estratégica con Cuba. Este es un factor que rompe con la relación dependiente y privilegiada que tuvieron EE. UU. y Venezuela en el siglo XX, un aspecto que incide hoy en las negociaciones en México y que no debe pasar desapercibido.

Chávez no arbitra la crisis abierta en los ochenta ni asume un papel mediador entre las fracciones burguesas, sino que apuesta por una radicalización del proceso desde abajo, dejando que surja una nueva burguesía como parte de una estrategia económica de sustentabilidad. Su enfermedad y posterior muerte se producen cuando el «juego» aún estaba abierto y en pleno desarrollo; cuando ninguna fracción burguesa se había impuesto, ni la realidad social había dado tiempo para que se afiance una nueva correlación de fuerzas intraclase. Las llamadas finales de Chávez al «golpe de timón» y «comuna o nada» reiteran que su apuesta era por una salida desde el campo popular.

Así, la llegada de Maduro al poder se da de manera prácticamente inesperada, en medio de una brutal caída de los precios del petróleo que pone en jaque el modelo rentista, de acumulación y conformación de burguesías a partir de la apropiación de las divisas extranjeras generadas por la industria petrolera. Los factores políticos asociados a la vieja burguesía entienden lo que implica esta caída de ingresos como posibilidad de generar una ruptura que permita retomar el control del gobierno.

Entre 2014 y 2017 tienen lugar distintas actividades insurreccionales cruzadas con agitaciones y movilizaciones que, sin embargo, no logran desplazar del poder a Maduro. Los gobiernos de Trump, Duque y Piñera estuvieron detrás del mayor peligro de invasión a la patria e inicio de una guerra civil; los incidentes de Cúcuta de 2019 fueron el punto más álgido de una escalada de violencia.

Si hay algo seguro, es que resulta imposible construir política centrada en la gente en medio de una espiral de violencia y con la polarización política a flor de piel. La crisis migratoria, especialmente desde 2014 a 2021, afectó mucho más a la oposición en términos políticos, al hacerle perder parte importante de su capacidad de movilización. No obstante, es incorrecto señalar que «todos los que se marchan son opositores»; la mayoría son ciudadanos que buscan sobrevivir a los estragos económicos de la crisis.

Maduro el hombre fuerte de la política venezolana

Maduro, a diferencia de Chávez, no solo asume el rol de árbitro y mediador entre las fracciones burguesas para estabilizar la situación política, sino que trabaja escenarios y modelos de articulación del capital nacional con el trasnacional. Se equivocan quienes valoran a Maduro como un personaje de reparto. Maduro no será un hombre culto, pero es un político sagaz: ha impuesto la lógica de la burocracia sindical a la política venezolana.

Desde su llegada al poder, paso a paso, se ha venido convirtiendo en el hombre fuerte, alejando cualquier sombra. Primero, debilitando y fragmentando a la oposición al combinar «zanahoria» (acuerdos con fracciones de los partidos, apoyos a disidencias, judicialización de la política) y «garrote» (ilegalización de organizaciones, inhabilitación, prisión de opositores rebeldes a la negociación).

Segundo, alejando de la estructura de los partidos y el gobierno a las figuras morales de referencia del chavismo —hasta llevar a algunas de ellas al terrible error de reunirse con el líder de la oposición que lideraba un intento de invasión al país—, vaciando con ello la posibilidad de construir una referencia ética chavista tradicional con opción política real. Tercero, expulsando de su entorno —y obligando al exilio europeo— al arquitecto financiero de la burguesía bolivariana, alejando su sombra y consolidando su liderazgo en este sector. Cuarto, bajando progresivamente el volumen a otros liderazgos del partido de gobierno, quienes de aspirantes a relevo pasaron a ser comodines (las recientes elecciones internas del PSUV así lo demostraron, reduciendo las fuentes reales de poder en el gobierno a cuatro: Maduro, Delcy y Jorge Rodríguez, Diosdado).

Quinto, estableciendo un nuevo modelo de control militar en las Fuerzas armadas, consolidando el liderazgo de un militar no carismático pero hábil Fouché de la estructura armada. Sexto, convirtiéndose en «la mano que mece la cuna» de las oposiciones: todas las oposiciones gravitan hoy alrededor de lo que dice o hace Maduro, prácticamente sin ninguna capacidad real de iniciativa. Séptimo, desarrollando casi con total impunidad un modelo de autoritarismo sobre quienes protestan ante los efectos terribles de la crisis económica, especialmente sobre dirigencia y sectores de base de la clase obrera. Octavo, usando el criminal bloqueo norteamericano contra Venezuela a su favor, como justificación de las políticas de arbitraje interburgués que procura desarrollar.

Noveno, construyendo una narrativa que se presenta como continuidad del chavismo, pero que en realidad expresa un intento por resolver desde el Estado la crisis burguesa generada en los ochenta. Décimo, instrumentalizando la desesperanza ante los efectos de la inflación desmedida, la devaluación astronómica de la moneda y la pérdida casi total del poder adquisitivo del salario. Décimo primero, logrando que en la mayoría de la izquierda latinoamericana prive la solidaridad automática, alejando la capacidad crítica sobre lo que ocurre. Ciertamente, Maduro pierde apoyos en la izquierda radical; pero en la izquierda ortodoxa y progresista el debate sobre lo que ocurre en el mundo del trabajo en Venezuela está aun pendiente. Décimo segundo: ha desarrollado un programa de ajuste estructural de la economía venezolana con profundo impacto social y en materia salarial que es justificado con las sanciones. De levantarse las sanciones serán los gremios y sindicatos debilitados quienes tendrán que luchar por una recomposición importante de acuerdo a los intereses del mundo del trabajo.

Ha tenido a su favor la migración masiva de venezolanos y venezolanas, que dejó sin una parte importante del ejercito de protesta (y base de votos) a casi todos los partidos políticos de oposición. Cierto es que apenas un pequeño grupo de quienes emigraron se pueden ubicar en la periferia de los partidos de oposición, pero sí eran su base fuerte de movilización.

Maduro es el hombre fuerte de la política venezolana, y su delegación va a las negociaciones de México con una agenda clara: a) desmontar las sanciones norteamericanas sobre la economía venezolana para poder cumplir cabalmente con su papel de árbitro de las burguesías y factor determinante en la contención social; b) generar con los distintos sectores de la burguesía un acuerdo de cohabitación que aleje la conflictividad política y social; c) al haber conocido durante estos años que la oposición cojea de la pata económica, intentarán llegar un acuerdo de nuevas reglas del juego político a cambio de convertir al Estado en garante económico de sus actividades; d) alejar la posibilidad de una convocatoria desde la oposición del revocatorio (ello, por hacerle entender a la oposición que en estas elecciones se concentren en alcaldías y concejalías y no en gobernaciones); e) construir en el imaginario social que ahora son las múltiples oposiciones, quienes se han dividido tanto, las culpables de que no exista recambio político.

En México, Maduro comienza a construir otra aproximación geopolítica, más cercana a la socialdemocracia que al viejo concepto de no alineados; la idea del socialismo ha quedado conjurada para el gobierno, más allá de algunas declaraciones para tranquilizar a sectores internos. No es de extrañar que en un —hasta ahora— hipotético proceso refundacional, el PSUV cambie su nombre borrando la palabra socialismo para liquidar la última resistencia del establishment norteamericano para levantar las sanciones. Ello no implica un alejamiento de Cuba; por el contrario, puede estar haciéndolo con la venia de la isla.

Las oposiciones venezolanas

Las oposición venezolana está fragmentada y, en muchos casos, incluso carece de puentes entre sus distintas variantes. Todas están ancladas de manera reactiva a la agenda del gobierno, sin capacidad de iniciativa propia y cada vez más desprestigiadas en sus bases por el doble discurso que combina radicalidad verbal con conciliación permanente en el plano de la acción.

La primera de las oposiciones es la conformada por los factores hoy reunidos en México, cercanos a las fracciones políticas originales de Primero Justicia (Borges-Capriles), Voluntad Popular (Leopoldo López-Guaidó), Nuevo Tiempo (Manuel Rosales) y Acción Democrática (Allup). Se trata de partidos que han sido intervenidos por la vía judicial y cuyas autoridades han sido designadas ad hoc; de hecho, uno de los puntos de negociación es la devolución de las siglas, cuentas y propiedades de esos partidos. A esta oposición se la denomina «G-4».

En su mayoría (salvo AD), son expresiones políticas renovadas de los intereses de la vieja burguesía cuarta republicana. Su agenda está profundamente vinculada a la relación de sus intereses de clase con el capital trasnacional; procuran la integración armónica entre capital nacional y capital trasnacional, una tarea que ha tenido dificultades desde los ochenta. Ante el nuevo reparto geopolítico en el mundo buscan controlar el Estado (o una fracción de él) para capturar la renta producto de la exacerbación extractivista que le ha asignado el capital a la región en el marco de la cuarta revolución industrial y del consumo de bienes importados. Es un sector sin proyecto productivo capitalista alternativo al extractivismo.

La segunda es una oposición empresarial que actúa como su propia representación ya que no confía en las mediaciones políticas que pretenden representarla. Su cara más visible es Lorenzo Mendoza, quien no descarta ser una opción presidencial.

La tercera aparece conformada por la llamada Alianza Democrática, que reúne a Avanzada Progresista (Henry Falcón) y los llamados «alacranes» (autoridades designadas por la intervención judicial de partidos) de Acción Democrática (Bernabé), Primero Justicia (Primero Venezuela), Voluntad Popular, COPEI, Venezuela Unida, Movimiento ecológico de Venezuela, Unidad Visión Venezuela, Compromiso País, Bandera Roja, UPP89, Opina, Soluciones (Claudio Fermín), Movimiento Republicano, NVIPA, Prociudadanos, MAS, Min-Unidad, Alianza Centro. Este grupo de la oposición es el que más acuerdos y negociaciones parciales con el gobierno ha realizado; por ello, son considerados por el G-4 como una oposición relacionada al gobierno.

En la cuarta están los factores más radicales (María Corina Machado, Antonio Ledezma y Andrés Velásquez), quienes promueven la aplicación del TIAR y la invasión norteamericana. Están prácticamente aislados después del abandono del republicanismo en la Casa Blanca.

La quinta es la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), liderada por el Partido Comunista, y de la cual hacen parte una larga lista de exintegrantes de partidos que fueron intervenidos, como el PPT (Patria Para Todos) y Tupamaros, pero también el Partido REDES, Izquierda unida, Nuevo Caminos Revolucionario (NCR) y una pléyade de organizaciones locales y regionales que acompañaron hasta hace poco al gobierno de Maduro.

Es una disidencia por izquierda, es decir, que busca empalmar con el mundo del trabajo. Desde su conformación, la APR no ha podido mostrar capacidad de movilización ni de articulación de su discurso con la izquierda latinoamericana, razón por la cual no ha construido fuerza real para ser factor a favor del mundo del trabajo en la negociación.

La sexta oposición viene conformada por los factores académicos e intelectuales que se estructuran alrededor de la Plataforma en Defensa de la Constitución (PDC) y Pensamiento Crítico. Se suele aludir a ella como «chavismo disidente», aunque no representan a todas las expresiones de este grupo. Este grupo no tiene capacidad alguna de movilización que les habilite para ser tomados en cuenta en una negociación.

La séptima reúne a sectores de la izquierda que articulan desde el movimiento social ecológico, indígena, feminista y educacional en defensa a los dirigentes obreros presos, de la comunicación alternativa, entre otros. Este sector, aunque desarticulado en el presente, es el más dinámico y creativo. Una convergencia de sus fuerzas pueden ser factor determinante en la habilitación de una opción política con presencia real en los territorios. Pero hasta ahora no se ven signos claros en ese sentido.

Un punto aparte es lo que ocurrió en las recientes elecciones del PSUV, donde emergieron nuevos liderazgos locales y regionales —muchos de ellos alimentados por las Comunas— que en algunos casos fue respetada su elección y en otros invalidada. El movimiento de las Comunas puede significar un despertar del espíritu constituyente.

La octava es la izquierda radical trotskista, muy débil. Después de haber producido un reagrupamiento significativo a comienzos del siglo XXI, se fracturaron a raíz de la valoración del gobierno de Chávez. En la actualidad, en el caso de Marea Socialista y el PSL vienen acompañando luchas puntuales, pero con profundas debilidades para insertarse en movimientos de masas; no han logrado construir un polo de referencia. En el caso de LUCHAS, escisión de Marea Socialista, su labor se ha centrado la propaganda, con precaria inserción en la lucha social.

La novena oposición es muy marginal: una derecha fundamentalista y ultraconservadora, liderada por el exministro de planificación de Chávez, Felipe Pérez Martí, que pareciera ser en el mediano plazo el germen de una derecha al estilo de Trump o Le Pen, con el añadido del mesianismo religioso.

La geopolítica como factor determinante

En la cita de México, una agenda oculta estará dada por confirmar a los Estados Unidos, a la Unión Europea y a sus países aliados que Venezuela no representa un peligro comunista, algo en lo que Maduro ha venido trabajando en los últimos años. La separación del Partido Comunista y de los aliados con pasado izquierdista de la coalición gubernamental y de la primera línea de gestión ha sido una señal clara e inequívoca en ese sentido. Ahora, en México, la delegación oficial mostrará que no solo se puede construir una ruta amplia y democrática para las megaelecciones del 21 de noviembre, sino que Maduro es factor determinante en el arbitraje y acuerdo entre las distintas fracciones burguesas.

La diáspora y desarticulación de las oposiciones venezolanas confirma el hecho de que Maduro es hoy el hombre fuerte de la política venezolana. Su gobierno y su forma de relacionarse y negociar con la oposición de derecha, subalternizando su trabajo, se constituyen en garantía para la articulación de capital trasnacional con el nacional.

El problema real de la actual negociación

La reunión de México puede ser el inicio de un nuevo régimen de cohabitación y de relación entre el gobierno de Maduro y la oposición del G-4. Ello le traería algunas fricciones menores con sectores de la llamada Alianza Democrática (opositora). Esta tensión y la manera en que se resuelva la misma podría facilitar o impedir la construcción de un nuevo acuerdo de gobierno de larga duración (que, eso sí, no contempla la alternancia presidencial).

Pareciera que —contrario a lo que pregonan algunos— esto se expresará modestamente en los resultados electorales de noviembre; en las actuales circunstancias, la oposición podría obtener importantes alcaldías y concejalías pero menguados resultados en las gobernaciones.

La suspensión progresiva, gradual y sostenida de las sanciones norteamericanas, será un factor determinante en la estabilización política y el fortalecimiento del cesarismo de Maduro para la convivencia y articulación de las distintas fracciones burguesas.

Sin embargo, la paz de las principales representaciones partidarias burguesas puede significar la ebullición de la creciente inestabilidad social: el pueblo ha sufrido una pérdida de calidad de vida y de poder adquisitivo de los salarios inédita y dramática.

¿Y el mundo del trabajo?

Las decenas de dirigentes obreros judicializados y detenidos muestra los signos de la paz en curso. Con salarios mensuales que no superan los dos dígitos, una inflación acumulada que supera el millón por ciento y la devaluación sostenida del Bolívar (se acaba de anunciar que le quitarán nuevamente seis ceros a la moneda) es previsible que las luchas de la clase trabajadora, empleados públicos y asalariados en general comiencen a hacer saltar por los aires las restricciones impuestas.

La tendencia puede dirigirse hacia la profundización del camino autoritario del gobierno o al tránsito hacia una negociación sostenida con los gremios y sindicatos en pos de una recuperación sustantiva de la calidad de vida. El problema para el gobierno es que la nueva camada de dirigentes obreros que emerge pareciera estar alejada tanto de las oposiciones como del gobierno, quienes en ambos casos poseen maquinarias burocráticas que parecieran no contar con la capacidad de contener la ebullición social en marcha.

¿Hay transición?

No hay transición en el corto plazo del gobierno de Maduro. Por el contrario, lo que se consolida es su capacidad de control de la situación política. Las oposiciones no lucen con la suficiente fortaleza para crear condiciones favorables para la transición. Lo que puede darse es el inicio de una cohabitación política, con el consiguiente reparto de cuotas de poder entre el gobierno y las oposiciones de derecha.

Las alternativas de izquierda, por su parte, atraviesan una crisis propia. Ni la plataforma en defensa de la Constitución Nacional ni la izquierda radical cuentan con una articulación social importante como para poder revertir la actual situación en el corto plazo. La Alternativa Popular Revolucionaria generó expectativas superiores a las que ha podido ejecutar, atrapada como quedó en la lógica del partido revolucionario y los frentes de masas.

Ninguna opción a la izquierda del «madurismo» ha logrado constituirse en un factor relevante de movilización. Ni siquiera han logrado clarificar a la izquierda regional lo que pasa realmente en Venezuela. Se puede argumentar la deriva autoritaria del gobierno como factor determinante, pero incluso en situaciones de dictadura la izquierda no había perdido antes su capacidad de movilización de masas.

En este contexto, las luchas sociales democráticas juegan un papel fundamental en la recomposición democrática del panorama político, económico y social. Por ello, la izquierda radical, más que preocuparse por consolidar microaparatos partidarios, debería abrirse a nuevas y caóticas formas de organización que les permita relacionarse con el rizoma de resistencia que se teje en la sociedad.

¿Qué hacer?

Es hora de recomponer la izquierda a partir de los territorios. Urge salir de las discusiones bizarras sobre teoremas políticos y reconstruirse a partir de las luchas, dejar a un lado la epistemología de partido de vanguardia y recuperar la humildad del acompañamiento y el aprendizaje de la lucha social concreta. La izquierda siempre ha reinventado la esperanza desde las catatumbas. Es hora de volver a hacerlo.

La recuperación de la esperanza y la capacidad democrática movilizadora hoy está mucho más localizada en la actividades comunitarias, sociales y alternativas que en los partidos políticos de derecha o izquierdas; es allí donde pareciera resignificarse la vida nacional.

La migración puede ser el factor que incline la balanza en los próximos años. Millones de venezolanos y venezolanos han tenido que partir del país para sobrevivir y en ese proceso han conocido la barbarie del neoliberalismo, pero también la mano amiga de la gente sencilla en otros territorios. En la medida que las sanciones sean levantadas y se conjure la violencia política muchos(as) regresarán y, potencialmente, podrán constituirse en un factor determinante para otra Venezuela posible, una Venezuela de justicia social, equidad, solidaridad y democracia.

¿Será que podemos recuperar la capacidad de hacer política de calle? Esa política, y no otra, es la que sueña, vibra y abre paso al cambio radical.

Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/10/22/venezuela-hacia-una-nueva-aproximacion-geopolitica/

Fuente e Imagen: https://rebelion.org/hacia-una-nueva-aproximacion-geopolitica/

Comparte este contenido:

Orientaciones para elaborar trabajos académicos

Por: Emilio Vargas Santiago 

Emplear párrafos cortos, frases breves y usar las palabras con precisión.

Un número considerable de estudiantes que cursa estudios a nivel superior confronta dificultades para elaborar los trabajos académicos cotidianos que se les asignan y más todavía cuando es para concluir una licenciatura o maestría. Cabe destacar que en el país son pocas las instituciones que disponen de una guía de normas propias para la orientación del formato y del estilo para estos trabajos, por tanto, los estudiantes apelan a distintas publicaciones para realizarlos. Desde este espacio se pretende contribuir a la elaboración de distintos tipos de textos académicos.

Los trabajos académicos son una práctica fundamental en la vida académica. De ahí que el estudio de los distintos tipos de textos bajo esta denominación es de suma importancia para que los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios para abordarlos con mayor posibilidad de éxitos, debido a que los mismos tienen una marcada característica formal y demandan prestar mucha atención al lenguaje y al estilo que emplean, a la forma de estructurarlos, a las normas para las citas bibliográficas, entre otras.

Estos trabajos presentan el resultado de una investigación, por consiguiente, deben demostrar que el estudiante posee la capacidad de investigación y reflexión al abordar un tema, estructurarlo, presentarlo y demostrar interés por la materia de estudio. Además, es un ejercicio previo al trabajo científico real y potencialmente publicable. En ese sentido, su función, como en toda publicación científica, es informar sobre una determinada materia.

Cuando el tema es sugerido por el profesor, se aconseja concretar con él el alcance del mismo. Si lo elige el estudiante es importante que escoja uno que le resulte atractivo, ya que su realización supone esfuerzo y tiempo. Se considera que elegir un tema de interés hará que la investigación y el proceso de escritura sean más satisfactorios. En cualquier caso, conviene compartir con el profesor las ideas y dudas para asegurar que se avanza por el camino adecuado.

Los tipos y las formas de estos trabajos son variados, ya que cada disciplina emplea métodos particulares. Para redactarlos hay que tener mucho cuidado con el estilo, porque deben estar escritos correctamente, los párrafos inteligibles y prestar atención a la ortografía, redacción y puntuación. Asimismo, el estudiante debe tener presente que es un texto elaborado en torno a un tema que deberá redactarse aplicando unas normas relativamente establecidas. El tema a tratar depende de la disciplina, de ahí que habrá textos académicos educativos, sociales, científicos, etc. Además, también debe tener presente que el destinatario “es siempre un lector culto, supuestamente ignorante del tema que va a desarrollar”.

Según Romero Medina (2010), todo trabajo escrito, sea una publicación científica o un trabajo académico para concluir estudios superiores o proyectos de investigación implican esta secuencia de fases: 1) Decisión: Elección del tema. 2) Documentación: Acopio de bibliografía y documentación sobre el tema. 3) Estudio del tema: Lectura rápida del material obtenido; delimitación del tema; elaboración del esquema de trabajo; lectura minuciosa de la bibliografía y elaboración de fichas de contenido. 4) Comunicación de resultados: Redacción del borrador, redacción final y publicación o entrega.

En cuanto a las partes de un trabajo, este autor establece las siguientes: 1) Introducción: Debe incluir un planteamiento claro y ordenado del tema de investigación, su importancia e implicaciones, así como la manera conveniente de abordar el estudio de los diferentes elementos que lo integran. 2) Desarrollo:Es la fundamentación lógica, minuciosa y gradual de la investigación. Consiste en hilar las ideas o datos tomados de otros autores, y combinarlos con el análisis y la reflexión. 3) Conclusión: Es la última impresión del trabajo. Se debe iniciar generalizando los logros del trabajo a manera de introducción, para luego sacar en claro ordenadamente las ideas más relevantes. Al final conviene llegar a conclusiones generales. Es pertinente complementar las conclusiones con un planteo general de las perspectivas del problema estudiado.

1) Pensar bien el tema propuesto, documentándose sobre el mismo para adueñarse del contenido. 2) Trazar un plan o guión. Evita contrasentidos, repetición de ideas, falta de lógica, incoherencias, etc. 3) Escribir con sencillez, naturalidad y claridad. Evitar la ampulosidad. Aunque se escriba sobre un tema complejo, referirse a él de modo sencillo, teniendo en cuenta que la finalidad es comunicar un pensamiento, no hacer gala de erudición. La claridad es fundamental en un texto escrito, pues toda frase mal construida es incomprensible. La claridad reside en la gramática. Por eso, tener en cuenta las concordancias, la correlación de tiempo, el empleo adecuado de las proposiciones, etc. Emplear párrafos cortos, frases breves y usar las palabras con precisión. 4) Usar correctamente los signos de puntuación. Deben estar bien colocados en cada oración. En caso contrario, modifican el sentido y dificultan la comprensión. Procurar un progresivo conocimiento del idioma y un mayor dominio del vocabulario. 5) Realizar un borrador. Hacer un escrito perfecto en el primer intento no es para estudiantes, porque siempre existen dificultades. Se recomienda hacer un borrador y someterlo a un proceso de pulimiento, de revisión  cuidadosa de la forma y el contenido.

Existen cinco estilos de redacción para comunicar por escrito lo que se desea expresar: académica, literaria, periodística, administrativa y técnica. La redacción académica es “propia del ambiente científico y universitario”. Los temas que pueden tratarse con este estilo son tan amplios, como la variedad de ciencias que existen. Es decir, pueden escribirse trabajos académicos del ámbito de la sociología, la psicología y que investiguen algún fenómeno o producto tecnológico, etc., indica  Cáceres Ramírez (2019).

Otras recomendaciones sobre la redacción apuntan al uso del estilo impersonal, donde el autor adopta la tercera persona; utilizar letras cursivas para resaltar ideas; para usar abreviaturas escribir el nombre completo la primera vez, entre otras.

La siguiente entrega abordará Tipos y estructuras de los trabajos académicos.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/orientaciones-para-elaborar-trabajos-academicos-9000291.html

Imagen: StartupStockPhotos

Comparte este contenido:

Erich Fromm: » El hombre ha perdido su capacidad de desobedecer»

Publicado en:  Bloghemia

«Amar con inteligencia y de forma plena es el resultado de un acto deliberado, un propósito que requiere y al mismo tiempo demanda buscar la excelencia.» – Erich Fromm 

Texto de Erich Fromm, publicado bajo el título «La desobediencia como problema psicológico y moral»

Por: Erich Fromm
Reyes, sacerdotes, señores feudales, patrones de industrias y padres han insistido durante siglos en que la obediencia es una virtud y la desobediencia es un vicio. Para presentar otro punto de vista enfrentamos esta posición con la formulación siguiente: la historia humana comenzó con un acto de desobediencia, y es probable que termine por un acto de obediencia.
Según los mitos hebreos y griegos, la historia humana se inauguró con un acto de desobediencia. Adán  y Eva, cuando vivían en el Jardín del Edén, eran parte de la naturaleza; estaban en armonía con ella, pero no la trascendían. Estaban en la naturaleza como el feto en el útero de la madre. Todo esto cambió cuando desobedecieron una orden. Al romper vínculos con la tierra y madre, al cortar el cordón umbilical, el hombre emergió y fue capaz de dar el primer paso hacia la independencia y la libertad. El acto de desobediencia  liberó a Adán y Eva y les abrió los ojos. Se reconocieron uno a otro como extraños y al mundo exterior como extraño e incluso hostil. El “pecado original” lejos de corromper al hombre, lo liberó; fue el comienzo de la historia humana. El hombre tuvo que abandonar el Jardín del Edén para aprende fiar en sus propias fuerzas y llegar a ser plenamente humano.
Para los profetas la historia es el lugar en que el hombre se vuelve humano, desarrollando sus capacidades de razón y amor, hasta que crear una nueva armonía entre él, sus congéneres y la naturaleza. Esta nueva armonía se describe como “el fin de los días”, ese periodo de la historia en que hay paz entre el hombre y el hombre, y entre el hombre y la naturaleza. Es un “nuevo” paraíso creado por el hombre mismo.
También para el mito griego de Prometeo, toda la civilización humana se basa en un acto de desobediencia. Prometeo, al robar el fuego de los dioses, echó los fundamentos de la evolución del hombre. No habría historia humana si no fuera por el “crimen” de Prometeo. Él, como Adán y Eva, es castigado por su desobediencia. Pero no se arrepiente ni pide perdón. Por el contrario, dice orgullosamente, : “Prefiero estar encadenado a esta roca, antes que ser el siervo obediente de los dioses”.
El hombre continuó evolucionando mediante actos de desobediencia. Su desarrollo espiritual solo fue posible porque hubo hombres que se atrevieron a decir no. Pero además su evolución intelectual dependió de su capacidad de desobediencia – desobediencia a las autoridades que trataban de amordazar los pensamientos nuevos, y a la autoridad de acendradas opiniones según las cuales el cambio no tenía sentido-.
Si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia podría muy bien, provocar el fin de la historia humana. No estoy hablando en términos simbólicos o poéticos. Existe la probabilidad de que la raza humana destruya la civilización y también toda la vida sobre la tierra. Estamos viviendo técnicamente en la era atómica, pero la mayoría de los hombres -incluida la mayoría de los que están en el poder-  viven aún emocionalmente  en la Edad de Piedra. Si la humanidad se suicida, será porque la gente obedecerá a quienes le ordenan apretar los botones de la muerte; porque obedecerá a las pasiones arcaicas de temor, odio, codicia; porque obedecerá a los clisés obsoletos de soberanía estatal y honor nacional.
Pero no quiero significar que toda la desobediencia sea una virtud y toda obediencia un vicio. Tal punto de vista ignoraría la relación dialéctica que existe entre obediencia y desobediencia. Un acto de obediencia a un principio es necesariamente un acto de desobediencia a su contra parte, y viceversa. Antígona constituye el ejemplo clásico de esta dicotomía. Si obedece a las leyes inhumanas del Estado, Antígona debe desobedecer necesariamente las leyes de la humanidad. Si obedece a estas últimas, debe desobedecer a las primeras. Todos los mártires de la fe religiosa, de la libertad y de la ciencia han tenido que desobedecer a quienes deseaban amordazarlos, para obedecer a su propia conciencia, a las leyes de la humanidad y la razón. Si un hombre solo puede obedecer y no desobedecer, es un esclavo; si solo puede desobedecer y no obedecer, es un rebelde (no un revolucionario); actúa por cólera, despecho, resentimiento, pero no en nombre de una convicción o de un principio.
Sin embargo, para prevenir una confusión entre términos, debemos establecer un importante distingo. La obediencia a una persona, institución o poder (obediencia heterónoma) es sometimiento; implica la abdicación de mi autonomía y la aceptación de una voluntad o juicio ajenos en lugar del mío. La obediencia a mi propia razón o convicción (obediencia autónoma) no es un acto de sumisión sino de afirmación. Mi convicción y mi juicio, si son  auténticamente míos, forman parte de mí. Si los sigo, estoy siendo yo mismo.
Es preciso dos precisiones más. La palabra conciencia se utiliza para expresar dos fenómenos que son muy distintos entre sí. Uno es la “conciencia autoritaria”, que es la voz internalizada de una autoridad a la que estamos ansiosos de complacer y temerosos de desagradar. La conciencia autoritaria es la conciencia de la que habla Freud, y a la que llamó superyó. Este superyó representa las órdenes y prohibiciones del padre internalizadas y aceptadas por el hijo debido al temor.
Distinta de la conciencia autoritaria es la “conciencia humanística”; ésta es la voz presente en todo ser humano e independiente de sanciones y recompensas externas. La conciencia humanística se basa en el hecho de que como seres humanos tenemos un conocimiento intuitivo de lo que es humano e inhumano, de lo que contribuye a la vida y de lo que la destruye. Es la voz que nos reconduce a nosotros mismos, a nuestra humanidad.
La conciencia autoritaria (superyó) es también obediencia a un poder exterior a mí, aunque este poder haya sido internalizado. Conscientemente creo que estoy siguiendo a mi conciencia; en realidad, sin embargo, he absorbido los principios del poder. La obediencia a la “conciencia autoritaria”, tiende a debilitar la “conciencia humanística”, la capacidad de ser uno mismo y de juzgarse a sí mismo.
También debe precisarse, por otra parte, la afirmación de que la obediencia a otra persona es ipso facto sumisión, distinguiendo la autoridad “irracional” de la autoridad racional. Un ejemplo de autoridad racional es la relación que existe entre alumno y maestro; uno de autoridad irracional es la relación entre esclavo y dueño. En ambas relaciones se acepta la autoridad de la persona que ejerce el mando, pero los intereses del alumno y del maestro, en el caso ideal,  se orientan en la misma dirección, es decir, el maestro se siente satisfecho si logra hacer progresar al alumno; si fracasa, ese fracaso es suyo y del alumno. El dueño del esclavo, en cambio, desea explotarlo en la mayor medida posible. Al mismo tiempo, el esclavo trata de defender lo mejor que puede sus reclamos a un mínimo de felicidad. Los interese del esclavo y del dueño son antagónicos.
Hay otra distinción paralela a ésta: la autoridad racional lo es porque la autoridad, sea la que posee un maestro o un capitán de barco que da órdenes en una emergencia, actúa en nombre de la razón que, por ser universal, podemos aceptar sin someternos. La autoridad irracional tiene que usar la fuerza o la sugestión, pues nadie se prestaría a la explotación si dependiera de su arbitrio evitarlo.
¿Por qué se inclina tanto el hombre a obedecer y por qué le es tan difícil desobedecer? Mientras obedezco al poder del Estado, de la Iglesia o de la opinión pública, me siento seguro y protegido. En verdad, poco importa cuál es el poder al que obedezco. Es siempre una institución, u hombres, que utilizan de una u otra manera la fuerza y que pretenden fraudulentamente poseer la omnisciencia y la omnipotencia. Mi obediencia me hace participar del poder que reverencio, y por ello me siento fuerte. No puedo cometer errores, pues ese poder decide por mí; no puedo estar solo, porque él me vigila; no puedo cometer pecados, porque él no me permite hacerlo, y aunque los corneta, el castigo es sólo el modo de volver al poder omnímodo.
Para desobedecer debemos tener el coraje de estar solos, errar y pecar. Pero el coraje no basta. La capacidad de coraje depende del estado de desarrollo de una persona.
Sólo si una persona ha emergido del regazo materno y de los mandatos de su padre, sólo si ha emergido como individuo plenamente desarrollado y ha adquirido así la capacidad de pensar y sentir por sí mismo, puede tener el coraje de decir “no” al poder, de desobedecer. Una persona puede llegar a ser libre mediante actos de desobediencia, aprendiendo a decir no al poder. Pero no sólo la capacidad de desobediencia es la condición de la libertad; la libertad es también la condición de la desobediencia. Si temo a la libertad no puedo atreverme a decir “no”, no puedo tener el coraje de ser desobediente. En verdad, la libertad y la capacidad de desobediencia son inseparables; de ahí que cualquier sistema social, político y religioso que proclame la libertad pero reprima la desobediencia, no puede ser sincero. Hay otra razón por la que es tan difícil atreverse a desobedecer, a decir “no” a la autoridad. Durante la mayor parte de la historia humana la obediencia se identificó con la virtud y la desobediencia con el pecado. La razón es simple: hasta ahora, a lo largo de la mayor parte de la historia, una minoría ha gobernado a la mayoría. Este dominio fue necesario por el hecho de que las cosas buenas que existían sólo bastaban para unos pocos, y los más debían conformarse con las migajas.
El hombre ha perdido su capacidad de desobedecer, ni siquiera se da cuenta del hecho de que obedece. En este punto de la historia, la capacidad de dudar, de criticar y de desobedecer puede ser todo lo que media entre la posibilidad de un futuro para la humanidad, y el fin de la civilización.
Fuente e Imagen: https://www.bloghemia.com/2021/10/erich-fromm-el-hombre-ha-perdido-su.html?m=1
Comparte este contenido:

La mujer en Venezuela más allá del lenguaje

Por: Roberto Patiño

En un esfuerzo para ofrecer datos confiables y de libre acceso a todos los ciudadanos, que permitan planificar políticas públicas con verdadera incidencia, la Universidad Católica Andrés Bello divulgó su último estudio sobre las condiciones de vida del venezolano (Encovi, 2021). Una encuesta que muestra, con verdadera rigurosidad, el tamaño del abismo económico y social en el que estamos los venezolanos tras más de veinte años de revolución.

La investigación confirma lo que hemos constatado en nuestro trabajo en las comunidades y en nuestra experiencia personal, un crecimiento dramático de la pobreza que ha alcanzado a 94,5% de la población. Más de 8 años de caída constante del producto interno bruto y una inflación que no ha podido ser controlada, han llevado a que 76,6% de los venezolanos estén en situación de pobreza extrema, una realidad que nos ha restado 3 años a nuestra esperanza de vida. El país, nos advierte la Encovi, tendría que duplicar su PIB para que todos salgan de la pobreza extrema y entren en situación de pobreza.

Son muchos y muy alarmantes los datos que arroja esta investigación, pero en estas líneas queremos detenernos en la información que nos ofrecen sobre la mujer venezolana, un actor clave en la organización popular de base, como hemos podido constatar en todos estos años.

Cuando se reducen las oportunidades de empleo formal y cualificado en esa misma medida, nos señala la investigación, bajan los incentivos para contratar a las mujeres. La desigualdad que persisten en las familias venezolanas en la asignación de responsabilidades por criterios de género, obligan a que la mayoría de las venezolanas asuman, muchas veces en solitario, el cuidado de los niños y de los adultos mayores, un compromiso que las sobrecarga de responsabilidades y las hace menos “competitivas” en el mercado laboral, lo que se expresa en diferencias salariales entre hombres y mujeres, donde ellos pueden llegar a ganar un 17,7% más.

Resulta paradójico y profundamente injusto que las venezolanas, al asumir mayores responsabilidades en la supervivencia de todos los integrantes de las familias, estén expuestas a condiciones de desigualdad frente a sus compañeros y su trabajo esté menos retribuido. Quienes hoy por hoy son el actor clave en la supervivencia de muchos venezolanos y motor del cambio en el país, son ciudadanas de segunda categoría tal y como nos muestra, de manera cruda, los datos de esta investigación.

Desde el trabajo en las comunidades a través de Caracas Mi Convive, hemos comprendido la verdadera importancia del rol de la mujer; es así como en  nuestros programas de formación de liderazgos femeninos y nuestros talleres de educación para el emprendimiento, apuntamos a dos objetivos que son necesarios para hacer frente a la pobreza en Venezuela: el empoderamiento de la mujer y la capacitación en habilidades técnicas y profesionales para que este proceso se traduzca en mejoras condiciones económicas que aminoren la brecha entre hombres y mujeres.

Luchar por la verdadera igualdad entre hombres y mujeres va mucho más allá del debate del lenguaje de género y el uso de artículos y pronombres en pasquines propagandísticos tal y como se limita a hacer el régimen. El esfuerzo debe dirigirse a erradicar, desde la raíz de la familia, la violencia de género e intrafamiliar, trabajar por políticas públicas que garanticen una buena salud sexual y reproductiva, suprimir las arbitrarias diferencias culturales que hacen que ellas carguen con todo el peso de las responsabilidades domésticas y lograr que, efectivamente, este proceso de empoderamiento vaya más allá de la corrección lingüística y tengan efectos económicos concretos sobre la calidad del trabajo y la igualdad en el salario.

El trabajo que hemos sacado adelante en las comunidades ha sido logrado, en gran medida, por el compromiso de nuestras lideresas y a ellas debemos que en nuestro país persista, con tenacidad, una convicción para seguir en la lucha por el cambio que tanto necesitamos. Inspirados en su esfuerzo seguiremos trabajando para lograr la Venezuela donde la mujer ocupe el rol que le corresponde en nuestra sociedad.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/la-mujer-en-venezuela-mas-alla-del-lenguaje/

Comparte este contenido:

Educación y reforma fiscal

Por: Dinorah García Romero 

Que especialistas en reforma fiscal, políticos comprometidos con el bien común y funcionarios del gobierno formados en este campo y sensibles a los más vulnerables, diseñen una estrategia de información y de educación.

La sociedad dominicana escucha con atención, y con no menos preocupación, una posible e inminente reforma fiscal. Cada vez que se debate un tema de esta naturaleza, las personas más vulnerables, en los ámbitos educativos y económicos, acumulan tensiones y cuentan con poca ayuda para obtener información y orientación clarificadoras. Se institucionaliza, cada vez más, la cultura de hacer un debate entre los teóricos de las reformas. Un grupo reducido, constituido por los versados en temas económicos y en la articulación de estos con la política, se convierten en las estrellas del discurso. Se asumen como los grandes premonitores del presente y del futuro de la sociedad en todos sus niveles y ámbitos. Los medios de comunicación, las redes sociales y los canales con que cuenta el gobierno convierten el tema de la reforma fiscal en prioridad, antes de que se anuncie oficialmente. El conocimiento de los análisis y de las implicaciones de una reforma fiscal es pertinente, pero no lo es mantenerlos en un círculo de eruditos económico-políticos. Estos lanzan epítetos; anuncian convulsiones y fracturas sociales, sin una propuesta educativa para el mayor porcentaje de la población que no tiene formación alguna en el tema.

Es tiempo de cambiar la metodología y de establecer coherencia entre la denuncia permanente sobre la falta de educación de la mayoría de los ciudadanos y un esfuerzo real por el fortalecimiento de su educación. Los grandes temas que inciden de forma directa en la calidad de vida de las personas y en el desarrollo del país requieren la inclusión de una propuesta de formación ciudadana. Este tipo de propuesta no tiene nada que ver con mecanismos manipuladores para que la sociedad acepte una reforma que robustezca el capital de los más ricos y deteriore vertiginosamente la ya precaria situación del porcentaje más elevado de la población. Es recomendable que a la ciudadanía en general, especialmente a la más sencilla en materia educativa, se le explique la naturaleza de la reforma, las razones que le dan sentido y las implicaciones para los ciudadanos. De igual manera, se ha de diseñar una estrategia que involucre a la ciudadanía en la discusión. Es necesaria una discusión inclusiva y democrática. No se debe mantener una discusión elitista que les dicte a los demás los planteamientos centrales de una reforma que va a impactar la vida de la gente.

Es importante que los teóricos de la reforma fiscal y el gobierno revisen qué quieren decir cuando se lamentan por la baja calidad de la formación ciudadana. También deben revisar por qué no aprovechan los temas vitales para mejorar de forma significativa la educación y la participación social. Estos temas vitales son los que deben analizarse en un contexto educativo y de participación amplia. De no ser así, se incide de forma negativa en la calidad de la formación ciudadana; y las personas se convierten en objetos de los economistas, de los políticos y del gobierno. La privatización de los saberes y de los métodos de análisis y discusión deben ser asuntos del pasado.

Parecería que hay interés en el desarrollo de tensiones sociales. Estas se cultivan y emergen sin esfuerzo alguno cuando a la ciudadanía se le mantiene orillada de la información integral, del debate y del diálogo reflexivo. Si ese interés es real, es tiempo de cambiar de posición y abrirse a un proceso que priorice la educación en la reforma fiscal y para la reforma fiscal. Para nadie es un secreto que el contexto de la pandemia ha provocado cambios profundos en la esfera de la salud, de la economía, de la educación y de las condiciones de vida. Estos cambios determinan modificaciones necesarias en diferentes ámbitos de la vida nacional, pero no pueden hacerse acentuando el problema educativo de las personas. Proponemos que especialistas en reforma fiscal, políticos comprometidos con el bien común y funcionarios del gobierno formados en este campo y sensibles a los más vulnerables, diseñen una estrategia de información y de educación. Esta estrategia debe tener como objetivo principal el fortalecimiento de la calidad de la educación de la sociedad; y una participación consciente y corresponsable en la reforma fiscal.

Fuente: https://acento.com.do/politica/taveras-califica-las-exoneraciones-como-privilegios-irritantes-de-ejercicio-politico-8999539.html

Comparte este contenido:
Page 291 of 2682
1 289 290 291 292 293 2.682
OtrasVocesenEducacion.org