Según el informe «Emergencia salarial de los trabajadores universitarios», realizado por Universidad Pública Argentina (espacio que nuclea a los representantes de todas las universidades del país), más del 85% de los docentes universitarios argentinos cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza, al igual que ocurre con el 60% de los puestos de no docentes.
Los docentes de educación superior y los investigadores del sistema científico de Argentina volvieron a tener una semana repleta de movilización y protestas.
Esto fue porque coincidieron, en los últimos días, la publicación de un relevamiento oficial que da cuenta de los sueldos que cobran los profesores universitarios por diversos cargos y su comparación con sus pares equivalentes de otros países. Pero no ya del primer mundo: las remuneraciones de los profesores locales quedaron últimas en un listado comparativo con once países de América Latina.
Según el informe «Emergencia salarial de los trabajadores universitarios», realizado por Universidad Pública Argentina (espacio que nuclea a los representantes de todas las universidades del país), más del 85% de los docentes universitarios argentinos cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza, al igual que ocurre con el 60% de los puestos de no docentes.
Según este índice comparativo, un profesor titular –con dedicación exclusiva– gana en nuestro país el equivalente a US$ 1.124 al mes. En Brasil, su par gana US$ 4.231. En el medio de estos extremos hay una decena de naciones que pagan más que Argentina, incluyendo Uruguay, México y Perú. El puesto 10 lo ocupa Colombia, con sueldos de US$ 1.703 mensuales. Las cifras que apuntalan esta tendencia se acumulan: por ejemplo, desde las universidades alertan que el 87% de los docentes, con diez años de antigüedad en su cargo, cobra un salario que también está por debajo de la línea de pobreza, al igual que el 63% del personal no docente.
Estos últimos reciben entre 600 mil y 800 mil pesos al mes. «Incluso, si se compara con otros trabajadores del sector privado, estatal o no registrados, los salarios de quienes integran las universidades siguen quedando por debajo», revela el informe.
En el trabajo se repasa el dato de que hasta junio pasado no hubo novedades sobre recomposición salarial, actualización de becas, ni aumento del presupuesto para ciencia o para obras de infraestructura. Debido a esto, el segundo cuatrimestre de cursadas ya tuvo que afrontar dos paros de nivel nacional.
Conicet. Por su parte, ayer un nutrido grupo de investigadores de diversas áreas científicas se dieron cita en sus lugares de trabajo para entregar un petitorio a las autoridades donde se exige la defensa del desarrollo científico y tecnológico y el regreso de la financiación de proyectos.
La marcha, que en CABA se concentró en el Polo Científico de Palermo, fue convocada bajo la consigna «Ciencia argentina en peligro de extinción», por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt). También se repitió en otros institutos de investigación del interior del país.
A esto se le agrega otro problema que destacó Daniel Filmus, exresponsable del área científica.
Según este experto, «de acuerdo a los datos del Indec en los últimos tiempos el sector científico local perdió alrededor de 2500 puestos de trabajo especializados. De ellos 1339 fueron cargos del Conicet. Pero la Agencia de Investigación y Desarrollo perdió el 32% de su plantel y el Banco Nacional de datos genéticos dio de baja al 21% de su personal, entre otros espacios afectados».
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Fuente: Perfil.com