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El origen de la cultura

Por: Carolina Vásquez Araya

 

En el inicio de las comunidades humanas prevaleció una visión de futuro.

En nuestra estrecha perspectiva de las cosas, al hablar de cultura tendemos a enmarcarla en objetos y manifestaciones específicas, la mayoría de ellas ligadas al arte y a sus derivados. Desde la imposición de un marco de valores cuya principal característica es la importancia de lo material por sobre lo social y humano -el capitalismo a la cabeza- hemos perdido la noción de la riqueza implícita en el tejido social, independientemente de su nivel económico o su posición en la pirámide, especialmente en lo referente a su relación con el entorno.

Las sucesivas crisis en donde se han sepultado las esperanzas de progreso de millones de seres humanos alrededor del planeta, han hecho brotar una especie de renacer de las culturas originarias, las cuales básicamente consistían en alimentar, proteger, resguardar y enriquecer a los pequeños núcleos de habitantes en territorios salvajes y de difícil control. De ahí el surgimiento de iniciativas -muy especialmente en grupos de escasos recursos- para volver los ojos a la tierra. En estos días de lecturas variadas, me han llamado la atención aquellas enfocadas sobre esta variante fundamental de nuestras culturas, caracterizadas por su relación con la madre tierra y, como parangón, con la madre humana.

La mujer es fuente de vida. Esta afirmación resulta redundante frente a las evidencias de su papel como protagonista del fenómeno de la reproducción humana, su cuidado y su educación. Pero además, su naturaleza la convierte en un factor fundamental en la protección de su entorno y la continuidad de distintas manifestaciones de su cultura, de su comunidad y, como corolario de esa actuación primigenia, de su capacidad de regresar a la tierra y convertir la azada en su pincel para crear un vergel en un campo yerto. Eso, para mí, es cultura.

En Perú, un grupo de mujeres, la mayoría de ellas en edad de retiro, decidieron cultivar el desierto. En el parque abandonado de uno de esos conglomerados habitacionales en donde el factor común es una pobreza alucinante, han creado un enorme huerto comunitario. Un esfuerzo gigantesco que ha provisto de recursos y alimentos a una comunidad que no los tenía. Un esfuerzo de mujeres capaces de romper la inercia de la costumbre de no tener, para establecer un antes y un ahora distinto y cargado de esperanza.

La mujer -como una característica propia de su condición- también es la guardiana de la naturaleza: de los bosques, de los ríos, de la integridad del territorio; y, por esa elevada misión, ha sido perseguida y eliminada, como si salvaguardar las fuentes de vida fuera un acto de terrorismo. Innumerables vidas de mujeres lideresas han sido segadas en nuestro continente y alrededor del mundo por quienes intentan detener su lucha y evadir a la justicia. Estos actos de extrema crueldad demuestran hasta qué punto la voluntad de esas mujeres puede cambiar la ruta del despojo y hacer prevalecer el derecho del ser humano sobre su ambiente.

La reciente iniciativa de las máximas responsables de los temas de ambiente y derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas -Inger Andersen y Michelle Bachelet- cuyo esfuerzo ha resultado en la declaración oficial de la ONU de que tener un ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano, pone en evidencia una vez más el compromiso y la responsabilidad de las mujeres en su lucha por la supervivencia de nuestra y de todas las especies que nos acompañan en la ruta.

Si la cultura es el conjunto de saberes acumulados por la Humanidad en su camino, entonces la protección de la vida en todas sus manifestaciones es un acto reivindicatorio ante los intentos del sistema económico de destruir lo poco que queda de las riquezas naturales del planeta; este afán del capitalismo salvaje tiene un solo propósito: acumular una riqueza que, ante el dantesco escenario de la destrucción de nuestro entorno, no servirá de nada. Los esfuerzos de las comunidades de mujeres, entonces, conjugan en sí mismos los valores de la vida y la cultura. Nuestra obligación es apoyarlas y protegerlas.

La mujer en un factor fundamental en la protección de su entorno.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

 

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Educación. ¿Por qué es necesaria la construcción de escuelas?

Por: Sulem Estrada

Una medida tomada en algunas escuelas para el regreso a clases fue dividir los grupos en secciones para evitar el hacinamiento. Con el anuncio del semáforo verde en la CDMX, Sheinbaum planteó que en todos los niveles se considerará un regreso a clases al cien por ciento ¿qué implicaciones tiene esto?

El hacinamiento en las aulas es uno de los problemas históricos del sistema educativo mexicano. Nuestro país ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE con más alumnos por grupo en educación básica, lo que repercute directamente en su aprendizaje y en la capacidad de las y los docentes de atender las necesidades de los niños, niñas y adolescentes a su cargo.
Evitar el hacinamiento en tiempos de pandemia se convierte, además, en una condición mínima indispensable para mantener la salud de nuestros alumnos y alumnas.

Con la medida tomada por la SEP de dividir los grupos en dos y hasta tres secciones en el caso de las escuelas con mayor cantidad de alumnos, es la primera vez que las y los maestros podemos atender grupos reducidos. Si bien no en todas las escuelas aplicaron esta medida, en las escuelas donde se aplicó, ha permitido no solo mantener la “sana distancia” sino dar una atención más personalizada a muchos alumnos.

Los grupos reducidos permiten resolver dudas individuales, atender las necesidades de cada uno, considerar sus ritmos y estilos de aprendizaje. Es que la diferencia entre atender entre 10 y 15 alumnos y atender 50 es abismal. Podemos conocerlos mejor, charlar con ellos, saber de sus vidas, sus miedos e identificar de mejor manera sus habilidades.

“Me siento tranquilo, hay mucha calma aquí. Hay algo de silencio. En mi casa vivimos diez, duermo con mis dos hermanos”, me dice un alumno que por primera vez tiene un poco de espacio personal en su salón de clases.
México declara ante la OCDE tener 25 alumnos por grupo en primaria y 27 en secundaria. Todos los docentes sabemos que es mentira, pues hay grupos de hasta 60 alumnos inscritos y aunque ahora acuden 15, esto implica que escalonen su asistencia y acudan una semana a clases presenciales y aguarden en casa otras dos o tres en lo que se atiende al resto de los alumnos inscritos.

Esto genera que el avance académico se dé a cuentagotas, lo que no ayuda a abatir el rezago educativo que los alumnos arrastran producto de no haberlos dotado de herramientas tecnológicas ni haber garantizado que tuvieran acceso a internet para sostener las clases a distancia.

Esta situación les da el pretexto perfecto al gobierno y a las autoridades educativas para exigir un regreso a clases “al cien por ciento”, soslayando que esto implica en muchos casos hacinar a 50 chicos y chicas en condiciones insalubres, con aulas pequeñas y sin la ventilación adecuada.

 

Urge construir escuelas y contratar docentes con plenos derechos laborales
En su documento Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE, este organismo plantea que “se ha comprobado que un bajo número de estudiantes por cada maestro tiene un impacto positivo sobre la relación alumno-maestro en los diferentes tipos de entornos”. Sin embargo, a diferencia de otras recomendaciones que se siguen al pie de la letra, ésta es ignorada, pues reducir significativamente la cantidad de alumnos por grupo implicaría forzosamente invertir en construcción de escuelas y en la contratación de docentes y personal administrativo y manual.

La política de “austeridad republicana” que ha llevado adelante el gobierno de la 4T ha implicado que nuestro país siga invirtiendo menos por estudiante que la mayoría de los demás países de la OCDE, como sucedía en los sexenios anteriores. Mientras el promedio en los demás países es de 11,231 dólares, en México se invirtieron solamente 3,320 dólares, lo que implica que las necesidades de los alumnos no puedan solventarse adecuadamente.

Las y los maestros no podemos permitir que nos obliguen a volver a salones hacinados e insalubres. Para resolver el problema del hacinamiento es necesaria y urgente la construcción de más y mejores escuelas, que puedan estar equipadas con tecnología y materiales didácticos acordes a las necesidades de nuestros alumnos. Con instalaciones deportivas para que puedan cuidar su salud de forma integral. Asimismo, se requiere contratar docentes, personal de apoyo, psicólogos, médicos, orientadores y trabajadores sociales con plenos derechos laborales, pues la precarización de la labor docente avanza a pasos agigantados como mostramos aquí.

Para poder construir más escuelas, es indispensable un aumento al presupuesto educativo, recurso que podría obtenerse de dejar de pagar la deuda pública fraudulenta y de destinar a educación los recursos que se otorgan a la guardia nacional.

Docentes, padres y madres de familia necesitamos unirnos y organizarnos para luchar por una educación pública que responda a nuestras necesidades y las de nuestros niños y niñas. Súmate al Movimiento Nacional por un Regreso Seguro a Clases. Contáctanos aquí.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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Objetivo: paliar los efectos mentales y socio-emocionales que ha dejado la pandemia en las aulas

Por: ABC

Por Nora Rodríguez, fundadora y CEO de Happy Schools Institute y creadora de la primera «Red Global de Docentes Neuroeducadores» mediante comunidades de aprendizaje.

Innovar en las aulas en tiempos de pandemia implica incluir con urgencia en el currículum estrategias socioemocionales, de autoconocimiento, así como dinamizar espacios para que los alumnos puedan elaborar las pérdidas. La razón principal no es otra que responder a la necesidad global de humanizar las aulas en tiempos de crisis. El impacto de la pandemia tal como demuestran las investigaciones ha sido para muchos jóvenes similar a haber vivido una catástrofe climática. Por ello, es fundamental proporcionar a los alumnos la posibilidad de que perciban sus recursos internos, y cómo éstos les sirven para afrontar situaciones complejas e imprevistas.

El inicio de las clases, vivido en la actualidad más como un “regreso” a la socialización, no nos viene con el prospecto que indique claramente en qué pantalla de la pandemia estamos. Por lo tanto, la pregunta que hemos de hacernos es: ¿cómo pueden los colegios y las familias ayudar a los más jóvenes a que no arrastren al nuevo ciclo escolar las consecuencias emocionales y mentales producidas por el impacto de lo vivido desde el inicio del Covid-19, así como de qué recursos personales pueden valerse para sentirse menos vulnerables ante las experiencias futuras que les pudieran recordar sensaciones o emociones que les proporcionaron estrés continuado?

Retornar no siempre es fácil

Para quienes tengan la idea de que “regresar” a las actividades escolares durante una crisis sanitaria global es igual para todos los estudiantes, lamento darles la noticia de que mientras para algunos se trata de un acontecimiento positivo y lleno de ilusión, para otros es una situación que implica muchas dificultades y tensión. ¿La razón? Regresan sin saber dónde está el final. Nunca hasta ahora habíamos colocado a las nuevas generaciones frente a un evento que para muchos es realmente positivo mientras que para otros es todo lo contrario. Y no sólo porque “la percepción del regreso” puede sonar desconocida o complicada, sino porque implica mirar las pérdidas desde un lugar en el que tanto la felicidad como los propósitos choca con las restricciones del futuro inmediato, propias de la crisis sanitaria, y por lo tanto sólo se puede encontrar en el interior de cada uno y en una manera cada vez mejor de hacer las cosas.

Los trabajos del neurocientífico David G. Weissman, del departamento de Psicología del Desarrollo de la Universidad de Harvard, junto a un equipo de investigadores, demuestran que la internalización de los problemas de la pandemia ha producido cambios importantes tanto en niños como en adolescentes y un aumento del estrés: «La pandemia de COVID-19 ha producido cambios sociales dramáticos que han resultado en una mayor exposición a numerosos factores estresantes de salud, económicos y sociales para los adolescentes. (…), el grado de exposición a los factores estresantes relacionados con la pandemia varía ampliamente y es poco probable que el riesgo de internalizar los problemas relacionados con estos factores estresantes sea uniforme».

¿No es por lo tanto un excelente primer paso innovar en estrategias de fortalecimiento socioemocional, de modo que a cualquier edad los alumnos puedan salir más fácilmente del lugar mental en el que han estado, con sólo unas estrategias simples? Entre otras cosas, porque dicha investigación ponen el foco en las «dificultades con la regulación de las emociones ,el aumento de la reactividad de la amígdala a la amenaza y el menor volumen del hipocampo», lo que sin duda aumenta la vulnerabilidad en respuesta a eventos estresantes de la vida.

Primer paso: indaga con tus alumnos sobre qué entienden por “nueva normalidad”. Regresar sin un final del Covid-19 previsible, al que según parece hemos de acostumbrarnos durante los próximos años, tiene como implicación inmediata el que los alumnos expresen cómo entienden y sienten que les ha afectado la “nueva normalidad”, devino a que no se trata de algo que vendrá, sino que ya está aquí.

Es el momento de…

¿Entonces? Habrá llegado el momento de ayudarles a:

1- Que elaboren una lista de todo aquello que los seres humanos sabemos que hoy nos funciona para encajar en espacios conocidos las nuevas normas;

2- Darles la opción de que hagan sus propias listas de lo que pueden esperar “del regreso a las aulas” , añadiendo los propósitos personales que tengan para el futuro;

3- Cumplir con los hábitos cotidianos que se propongan por escrito, independientemente de que tengan 7 o 15 años.

Cinco estrategias en esta «vuelta»

Son propuestas para aumentar las fortalezas, el bienestar y el deseo de nuevos propósitos. Como aún se trata de un “volver” con condiciones, estas son las cinco estrategias que todo docente podrá incorporar fácilmente para mejorar la autorregulación emocional de sus alumnos mientras activa en ellos la capacidad natural de pensar como especie.

1- Motivarles con historias con las que sientan que pueden tomar la mejor decisión desde el presente para volver a actividades del pasado. Las historias y las anécdotas amplían la autopercepción.

2- Recordarles que desde que nacemos aprendemos a pensar en términos de grupo, que no es otra cosa que pensar como especie, activando estrategias en el aula de ayuda mutua.

3- Ayudarles a construir un presente con sentido ético. Por ejemplo, si durante la pandemia han dejado de tratarse con personas con las que hubo roces, ¿desde qué lugar interior desean retomar?

4- Dinamizar momentos de conexión social a través de cortos o d películas, para que puedan tener un espacio para compartir el miedo y/o el dolor por las pérdidas.

5- Crear ventanas de oportunidades en el aula que hayan surgido por efecto de la pandemia, y de agradecimiento, por ejemplo creando nuevos pactos, otros compromisos, así como valorar los cambios a los que han estado sujetos, aunque no les hayan gustado, pero que tal ve les han permitido descubr

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-objetivo-paliar-efectos-mentales-y-socio-emocionales-dejado-pandemia-aulas-202110160059_noticia.html

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‘El Juego del Calamar’: por qué los menores no deberían verla

La popular serie está catalogada para mayores de 16 años. Sin embargo, muchos menores ya la han visto y se están dando casos de estudiantes de Primaria que reproducen los juegos de la ficción en el patio de los centros. Docentes y expertos hablan del efecto negativo de la serie sobre los menores.

La serie surcoreana ‘El Juego del Calamar’ está siendo todo un éxito en la plataforma Netflix. Pero, ¿cuáles son las razones para que 130 millones de usuarios la hayan visto desde su estreno el pasado septiembre?

Quizá es el argumento: 456 desconocidos aceptan participar en una competición con una millonaria recompensa económica (que solo puede ganar uno) y que aliviaría las deudas que tiene cualquiera de los participantes. Quizá son las pruebas a las que se somete a los protagonistas, todas ellas inspiradas en juegos infantiles: luz roja, luz verde (basada en el escondite inglés), la cuerda, el juego de las canicas, las galletas de azúcar, el puente de cristal y el juego del calamar (al que se debe el título de la ficción y que se trata de un conocido juego de los años 70 en Corea del Sur). O quizá es la violencia extrema a la que exponen a los competidores (los jugadores que pierden son literalmente ‘eliminados’) y por la que la serie ha sido catalogada para mayores de 16 años.

Lo cierto es que la ficción no solo está enganchando a adultos de todo el mundo. También está teniendo mucha repercusión entre los niños desde los 7 u 8 años que ven la serie y, en algunos casos, se lanzan a ‘imitar’ en la vida real los juegos de la serie.

¿‘El Juego del Calamar’ en los colegios?

Y para comprobarlo sólo hay que ver que las ya famosas pruebas a las que se enfrentan en la serie de ficción se están haciendo virales en forma de retos a través de redes sociales como TikTok (como este o este otro) y los estudiantes son los que, principalmente, los llevan a cabo. Tanto es así que ‘reproducen’ los juegos en los propios patios de los centros. Y así lo comentan distintos docentes en la red social Twitter:

El Juego del Calamar ha llegado a los patios de la escuela. Juegan al pica-pared de toda la vida, pero si alguien se mueve le disparan con pistolas y se quedan tendidos en el suelo hasta que termina la partida. Hay que revisar los referentes de los niños y niñas del siglo XXI. Tenemos trabajo!”

Anna Martori es docente en la Escuela de Educación Infantil y Primaria FEDAC de Montcada i Reixach (Barcelona) y hace unos días se dio cuenta de que un grupo de 15 estudiantes de segundo de Primaria (entre seis y siete años) estaban jugando a ‘luz roja, luz verde’ (es decir, al escondite inglés), pero reproduciendo la versión de la serie. Tal y como comenta para el periódico Nius: “Había un niño que la ‘paraba’ y otros dos que vigilaban y, cuando uno se movía cuando no debía, simulaban dispararle con sus manos imitando una pistola, y este se quedaba estirado hasta acabar el juego».

Esta otra maestra destaca que estudiantes de 3º y 4º de Primaria también estaban jugando a esa misma prueba en el patio, lo que les obligó a investigar cómo habían llegado a conocer la serie. Así lo señala en el hilo de este tweet: “Decidimos indagar hasta dónde llegaba el tema y de forma aparentemente casual preguntamos en clase qué película o serie habían visto últimamente. Al salir ‘El juego del calamar’ y preguntar quién la había visto, más de la mitad lo había hecho… Al preguntar cómo la habían visto, la mitad dijo que la había visto solo en su móvil. La otra mitad la han visto ¡CON SUS PADRES! “

Otro docente se muestra ‘impotente’ al comprobar que la mayoría del alumnado ha visto la serie y cómo le está afectando (a los que no la han visto) para socializar con los demás, ya que no pueden ser partícipes de los juegos.

“Impotencia de ver a todos los alumnos en el patio jugando a “Línea roja, línea verde” (Que no al pollito inglés, que hasta hace 4 días era “muy infantil para nosotros”)…  De ver un alumno con un triángulo pintado en la frente… De ver a una alumna llorando porque no le dejan jugar, ya que los abuelos y las mujeres son débiles y no se les quiere en su grupo. De ver como ya piden en Halloween poder disfrazarse de los seguridades que vigilan a los jugadores”.

¿Moda pasajera?

Pero este fenómeno no solo ocurre en los colegios españoles. En Bélgica son varios los centros que se han alarmado al comprobar que los estudiantes estaban recreando algunas de las escenas de la ficción (incluso haciendo uso de la violencia). Y no únicamente en las escuelas. En Reino Unido se ha detectado una serie de mensajes en redes sociales que animan a participar en una prueba similar a la que aparece en la serie y en la que el perdedor puede ser disparado en la cara con una pistola de aire comprimido.

El juego del calamar

No obstante, voces como las de Toni Solano, docente y director del IES Bovalar de Castellón de la Plana, consideran que será una moda pasajera, como tantos otros fenómenos televisivos. “Seguramente en unos meses tendremos otra serie de la que no pararán de hablar, como ya hemos visto con ‘La Casa de Papel’ y otras similares”. Y apunta dónde se encuentra el verdadero ‘peligro’: “Es sorprendente que esto levante tanto revuelo cuando muchos niños de 12 años reconocen que se meten con el móvil en su habitación y pasan horas sin control, incluso de madrugada. Por ello, me preocupa mucho más el impacto de la publicidad sexista en casi todos los contenidos adolescentes o infantiles, que reproducen modelos machistas o en los que aparece implícita la violencia hacia las mujeres” ¿Pero cómo se gestiona esta situación? “Desde casa, donde cada familia debe ocuparse de filtrar el contenido según la edad o madurez de sus hijos”, destaca el docente.

Ansiedad, estrés y miedo

Al hilo de lo comentado por Solano en relación al control por parte de las familias, la psicóloga Rocío Rivero ofrece tres claves a tener en cuenta cuando se trata de contenidos violentos o dirigidos exclusivamente al público adulto.

  • Evitar que los menores la visualicen. “Una serie de este tipo, con alto contenido violento, no debería verla ningún menor ya que puede generar ansiedad, estrés y miedo. Los niños cuentan con pocos recursos para gestionar esas emociones”.
  • Tener en cuenta los problemas que una ficción de este tipo le puede acarrear a un menor a largo plazo. “Puede que estos efectos (el miedo, la ansiedad o el estrés) no sean inmediatos, pero sí son acumulativos si los menores que ven esta serie también ven otras del mismo estilo o juegan a videojuegos violentos, por ejemplo”.
  • Saber diferenciar entre realidad y ficción. “Los niños aprenden por imitación y, por tanto, van a reproducir las conductas que vean a su alrededor. Además, les cuesta diferenciar entre realidad y ficción. Esta serie no solo refleja un alto grado de violencia, sino que además lo han asociado a los juegos propios de la infancia”, concluye.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/el-juego-del-calamar/

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Opinión | Tres temas ausentes en la educación sexual básica

Por:

Hay todo un temario con cuestionamientos de salud vitales más allá de la prevención del embarazo.

La educación sexual en las escuelas siempre ha sido un tema sensible, este año ha sido especialmente rocoso con debates como el del pin parental y los derechos reproductivos. Las grandes conversaciones acerca del tema han sido sobre quién, cuándo y cómo tiene el derecho de instruir a niños y jóvenes sobre la sexualidad. Se ha hablado mucho de la facultad de enseñar este rubro pero son pocos los espacios en los que se discuten los contenidos que se están enseñando.

El eterno protagonista del curriículum es la prevención del embarazo; en un país como México con altísimos niveles de abuso sexual infantil y una epidemia de embarazos adolescentes no podía ser de otra manera. Son estos los asuntos que deben ser el centro de cualquier currículum de educación sexual, pero no por esto deben de ser los únicos. La salud sexual de niños, jóvenes y adultos depende de un conocimiento más pleno de contenidos relacionados, tales como:

El virus del papiloma humano

Si hablamos de enfermedades venéreas, el SIDA es la que normalmente se lleva la mayoría de los incisos en el currículum educativo. Si bien se cataloga como una de las de índice de mortalidad más alto, no es la más común. El Centro de documentación del Instituto Nacional de las Mujeres calcula que aproximadamente el 80 % de la población mexicana está infectada con el virus del papiloma humano. Hay más de 100 tipos diferentes y la mayoría de estos no generan problemas de salud, pero existen algunos que pueden causar verrugas en el área genital o cáncer de cuello uterino.

Ambos efectos de los tipos de virus son tratables, pero las cifras de mujeres con cáncer consecuente del virus del papiloma humano son alarmantes. A partir del 2018 el cáncer cervicouterino se catalogó en México como la cuarta causa de muerte de mujeres por cáncer a nivel nacional. Un número indignante tomando en cuenta que este tipo de cáncer es uno de los más fáciles de prevenir.

Además del uso del condón y del tratamiento de lesiones pre cancerosas, el cáncer de cuello uterino puede ser prevenido con una vacuna contra el virus del papiloma humano. Esta medida se recomienda especialmente para adolescentes, tanto mujeres como hombres, que también están expuestos al desarrollo de otros tipos de cáncer tras la infección.

Cáncer de mama

Contamos con todo un mes para la visibilización y concientización sobre el cáncer de mama. En octubre, internet se pinta de rosa, los equipos de fútbol mexicano sacan playeras de edición especial para conmemorar la fecha y destinar los fondos a la lucha contra este tipo de cáncer. Pero habría que preguntarse, ¿sería necesario todo este esfuerzo si tuviéramos una mejor educación para prevenirlo desde la escuela?

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres a nivel mundial y la primera causa de muerte por cáncer para las mujeres en México. La detección temprana es clave para establecer un diagnóstico favorable con alta tasa de supervivencia. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) emitió recomendaciones generales para prevenir el cáncer de mama. Entre ellas se cuentan una dieta balanceada, ejercicio diario no menor a 30 minutos, disminuir azúcares y grasas, evitar el cigarro y el alcohol, autoexploración mensual y acudir al médico para mastografías periódicas. Estas deben ser cada dos años a partir de los 40 años (o 34 si se tienen antecedentes familiares de cñancer). Si se tiene de 50 en adelante, la frecuencia debe ser anual.

Climaterio y menopausia

Si nos referimos a educación sexual, se nos vienen a la mente temas relevantes para el presente de jóvenes y adolescentes, pero la salud sexual es un aspecto que afecta diferentes etapas de la vida humana, no solamente la juvenil. Para cuando llega la edad de una siguiente fase en el desarrollo sexual de las mujeres son pocas las que están preparadas, y puede decirse lo mismo del aparato social alrededor de ellas.

El climaterio y la menopausia representan un momento importante en las fases de desarrollo sexual de las mujeres y personas menstruantes. La menopausia se define como el cese de la menstruación y la capacidad reproductiva de mujeres y personas menstruantes, sostiene la Asociación Argentina para el estudio del climaterio. Al rango de años antes de este cambio se le conoce como premenopausia, mientras que el climaterio se refiere al período de transición en la vida de las personas menstruantes, e incluye el antes y el después de la menopausia. Las anteriores fases se distinguen por alteraciones hormonales y en el ciclo, así como en la salud física y mental de pacientes que pasan por este proceso; tales como bochornos, depresión u osteoporosis. No hay una edad exacta para entrar a la menopausia que aplique en todos los casos, pero tiende a presentarse entre los 40 y 50 años de edad. Es recomendable consultar a un médico especialista ante la sospecha de premenopausia o menopausia. Para garantizar una transición digna, a nivel personal y las políticas más adecuadas para asegurar el futuro laboral de quienes experimentan la menopausia y sus fases, la educación formal dentro de un programa escolar es clave.

La educación sexual está ligada a muchos temas de dignidad humana y derechos básicos de salud. Es necesario un programa completo que acompañe a niños, adolescentes y adultos en las diferentes etapas de su vida, brindando información crucial. Enseñanzas como la forma de identificar y prevenir el abuso sexual infantil, los embarazos juveniles, las enfermedades venereas. La concientización sobre los periodos y sus fases, cómo gestionarlos en favor de la salud integral y no de la invisibilización de los cuerpos menstruantes. Nociones básicas como la definición y aplicación del consenso, de los derechos reproductivos, de la paternidad responsable, entre otros.

Todos los aspectos que cubre un currículum de educación sexual completo y efectivo no pueden acumularse en un par de clases entre quinto de primaria y tercero de secundaria, la necesidad de una instancia seria de instrucción del rubro se requiere con prontitud, bajo el marco de conmemoraciones como el mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama (octubre) y el Día mundial de la Menopausia (18 de octubre). Esperemos que en un futuro próximo se incorpore a los programas escolares una intención didáctica que reduzca las necesidades de asignar días o meses a problemas de salud totalmente prevenibles.

¿Qué piensas del currículum de educación sexual en tu escuelas? ¿Piensas que es suficiente? ¿Que debería incluir los temas anteriores o algún otro? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/faltantes-educacion-sexual

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Hispanidad: la narrativa para silenciar voces indígenas

Por:  Sara Mediavilla

Descolonizar la Historia es fundamental para dar visibilidad a la lucha de los pueblos originarios, para el reconocimiento de sus derechos, y para su supervivencia y la de toda la humanidad.

“Como descendiente del primer pueblo indígena que contactó con Colón y sufrió los embates del colonialismo en América, me preocupa que los demás pueblos hermanos hoy en día estén sufriendo. A pesar de que fue un momento histórico, sus repercusiones hoy en día son emuladas por gobiernos abusivos e inversionistas sin escrúpulos”. Son palabras de un miembro del pueblo indígena borikua taíno.

El 12 de octubre de 1492 la, para entonces, moribunda expedición de Cristóbal Colón, llegaba a una isla de las Bahamas llamada Guanahani por sus habitantes indígenas (los taínos), nombre que los conquistadores españoles ignoraron por completo para rebautizarla como San Salvador. El genocidio más largo de la historia acababa de comenzar. Más de cinco siglos después, a la luz del 500 aniversario de la caída de Tenochtitlán, el 13 de agosto de este año, activistas indígenas zapatistas viajaron 47 días en barco desde México a España para realizar una conquista a la inversa. En lugar de exigir la repatriación del oro incrustado en las iglesias europeas o exigir el perdón por los crímenes del colonialismo, el movimiento zapatista ha invadido pacíficamente Europa (comenzaron en Viena, pasaron por Madrid, esta semana estuvieron en Berlín) para promover el diálogo y reafirmar su resistencia frente a las continuas amenazas del colonialismo y el capitalismo globales sobre los pueblos indígenas.

Zapatistas en Madrid durante su Gira por la Vida por Europa.
Zapatistas en Madrid durante su Gira por la Vida por Europa.SARA MEDIAVILLA/SURVIVAL

Pero ¿qué significan realmente estos últimos cinco siglos para los pueblos indígenas de América? La llegada de Colón al continente americano no es tanto el surgimiento de una Hispanidad (irreal e inventada) que a pocos representa y a la que demasiados se aferran, sino más bien el comienzo de una historia de exterminio por enfermedades importadas contra las que los pueblos indígenas no tenían inmunidad, y por la violencia, esclavitud, saqueo, robo de tierras y recursos que llega hasta nuestros días.

Se estima que solo hacia 1600, alrededor de un 90% de la población había muerto a causa de la llegada de los españoles al continente americano y, aun así, cada 12 de octubre, este hecho histórico se celebra en España envuelto por el aura gloriosa de la Hispanidad y ante el desconcierto de los pueblos indígenas, descendientes de los supervivientes y de una parte cada vez mayor de la población mundial.

Sin embargo, gracias a las voces de miles de pueblos indígenas y sus aliados, la celebración de este día está, cada vez más, en declive. Muchos países de Latinoamérica han optado por renombrar la festividad como el día de las culturas, de la resistencia indígena, de los pueblos originarios, de los pueblos indígenas o del descubrimiento de dos mundos. Y en algunos estados de Estados Unidos se ha optado por eliminar su celebración por completo. En España, el movimiento descolonizador se hace más fuerte cada 12 de octubre bajo el lema “Nada que Celebrar” y la manifestación pacífica que tiene lugar en Madrid _ a la vez que el despliegue militar de orgullo post-imperial_, cuenta cada año con más adeptos.

“[La llegada de Colón a América] es también el comienzo de la resistencia de todos nuestros pueblos originarios a los que han querido erradicar del mundo saqueando, diezmando, asesinando, violando, indoctrinando, racializando y dividiendo con fronteras arbitrarias y nacionalismos tóxicos ficticios”. Son palabras de un miembro del pueblo nahua, en México.

Esta apología de la supremacía blanca no hace sino perpetuar un sistema colonial que pone en peligro la supervivencia de cientos de pueblos indígenas en la actualidad

Pero ¿qué se celebra exactamente en España? ¿El descubrimiento de América o la llegada de otro europeo más a las costas de un continente ampliamente habitado? ¿La unión de culturas o la destrucción de miles de lenguas, tradiciones y cosmovisiones? ¿El concepto inventado de Hispanidad o el orgullo nacionalista por un pasado imperial?

Son estos y otros mitos, potenciados especialmente durante el franquismo, los que han configurado una leyenda rosa sobre la época colonial en América que ha calado profundamente en la sociedad española: la absurda comparativa sobre qué modelo colonizador fue el “menos malo” (las numerosas muertes fruto de la esclavitud, trabajos forzados y masacres no son excusables bajo ninguna comparativa), la incapacidad de mirar al pasado con los ojos del presente (¿no es el concepto de Hispanidad una revisión histórica positiva de siglos de colonización?), que los españoles salvaron a muchos indígenas de los yugos imperialistas inca y azteca (de nuevo, siglos de violencia no son ninguna salvación) o que la cultura europea nutrió las culturas precolombinas (más bien destruyó cosmovisiones, conocimientos ancestrales y avances desconocidos hasta la época en Europa, a la par que productos americanos como la patata salvaron a Europa de las periódicas hambrunas de la Edad Media).

Esta apología de la supremacía blanca no hace sino perpetuar un sistema colonial que pone en peligro la supervivencia de cientos de pueblos indígenas en la actualidad. Para muchos, la llegada de Colón a América representa el comienzo de un genocidio que llega hasta nuestros días. En la ONG Survival International luchamos desde hace más de 50 años junto a los pueblos indígenas para que la historia no se siga repitiendo. Desafortunadamente, en la actualidad hay muchos ejemplos de esta perpetuación racista, colonial y genocida.

En Paraguay, los ayoreos no contactados viven en una huida constante, escapando de las excavadoras de los rancheros que destruyen sus tierras. En Brasil, el presidente Bolsonaro ha declarado la guerra a los pueblos indígenas no contactados. Si su gobierno no renueva las ordenanzas que protegen sus tierras de madereros, mineros y otros invasores, pueblos enteros podrían ser aniquilados. En Perú, mientras sus tierras no estén legalmente demarcadas y protegidas, los pueblos indígenas no contactados seguirán bajo la amenaza constante de las industrias extractivas y los invasores.

Indígenas no contactados en Brasil vistos desde el cielo durante una expedición del gobierno brasileño, Acre, mayo de 2008.
Indígenas no contactados en Brasil vistos desde el cielo durante una expedición del gobierno brasileño, Acre, mayo de 2008.G. MIRANDA / FUNAI / SURVIVAL INTERNATIONAL

Para los pueblos indígenas no contactados la covid-19 es la última de las numerosas enfermedades importadas que amenazan su vida. Su supervivencia es una cuestión moral y de justicia. Ellos son una parte esencial de la diversidad humana, pero además la defensa de sus derechos es crucial para luchar contra la pérdida de la biodiversidad, de la que todos dependemos. Los pueblos indígenas son los mejores guardianes de la naturaleza.

Estas tragedias son criminales y surgen del racismo perpetuado por una sociedad colonial aún vigente y bajo la narrativa de la Hispanidad. “Celebrarlo [el genocidio] es dar armas para que nos sigan sometiendo, para que nos sigan humillando”, según Xóchitl, chichimeca/zapoteca.

Es hora de que el Estado español pase de enorgullecerse por un pasado genocida y expoliador, a enorgullecerse de ser un Estado del presente, inclusivo, en el que las celebraciones vengan de reconocer los errores del pasado y en el que los espacios públicos, físicos y simbólicos, sean plurales, que no humillen, dando ejemplo de diversidad y compasión, celebrando la resistencia de los pueblos indígenas, y no su genocidio.

Debemos hacerlo para evitar que la historia se siga repitiendo: por los pueblos indígenas, por la naturaleza y por toda la humanidad.

 

Sara Mediavilla es activista y comunicadora en Survival International.

 

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2021-10-12/hispanidad-la-narrativa-para-silenciar-voces-indigenas.html

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Clima de infierno y el agua que desaparece

Por: Sergio Ferrari

La Tierra se inflama y en muchas regiones del planeta el agua se convierte, de más en más, en un artículo de lujo. El cambio climático interpela a fondo a la sociedad civil internacional que identifica responsables políticos.

Entre ellos Jair Bolsonaro, a quien acaban de denunciar ante la Corte Penal Internacional (CPI). Por sexta vez en sus escasos 34 meses de gestión, el presidente de Brasil fue acusado ante la CPl, con sede en La Haya, Países Bajos. En esta ocasión, en la segunda semana de octubre, la ONG austríaca All Rise, lo denuncia por genocidio ecológico y crímenes de lesa humanidad.

Apenas siete días antes, el martes 5 de octubre, la profunda crisis del agua volvía a ser noticia de primera plana a raíz de un nuevo informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en Ginebra, Suiza.

Calentamiento global, catástrofe amazónica — con el Gobierno Bolsonaro como uno de los principales responsables– y crisis del agua, se entremezclan en un laberinto que parece no tener salida. El cual hace aún más actual las previsiones de los científicos y analistas que desde ya hace algunos años vaticinan que las próximas guerras serán por la disputa del vital líquido en un planeta donde el agua dulce aprovechable constituye solo el 0.5% de los recursos hídricos disponibles.

Radiografía del espanto

En 2020, 3.600 millones de personas carecieron de un servicio de saneamiento gestionado de forma segura y 2.300 millones no contaron con servicios básicos de higiene.

En 2018, fueron 3.600 millones las personas que al menos durante un mes al año no tuvieron acceso adecuado al agua potable. Según el Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2021: agua (https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/se-advierte-que-urge-tomar-conciencia-de-la-inminente-crisis-del-agua) que acaba de publicarse en Ginebra, se prevé que de aquí a 2050 esta cifra superará los 5.000 millones.

En las últimas dos décadas, los depósitos continentales del agua, los cuales incluyen todas las reservas sobre y debajo de la superficie terrestre (tanto en forma líquida, como de humedad del suelo, nieve y hielo) se han reducido a un ritmo de 1 centímetro por año. Las mayores pérdidas se contabilizan en la Antártida y en Groenlandia. No obstante, otros lugares en diversas latitudes, con alta densidad de población, también registran reducciones considerables aun cuando se trata de zonas que, tradicionalmente, han sido fuentes de abastecimiento.

En este mismo período explotó la frecuencia de los peligros hidrológicos. Así, por ejemplo, a partir del año 2000 se registra un aumento de un 134% en los desastres causados por las crecidas, en comparación con los decenios anteriores.  Y, en paralelo, el número de sequías y la duración de las mismas también creció un 29%.

A pesar de algunos avances logrados, la OMM considera que 107 países están lejos de cumplir el objetivo de gestión sostenible de sus recursos hídricos. Y concluye que, en términos generales, el mundo se encuentra considerablemente atrasado en lo que respecta a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 – de los 17 aprobados en 2015 por las Naciones Unidas–, el cual consiste en “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.

En 75 países se registraron niveles de aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos inferiores a la media, y en 10 de ellos los niveles fueron sumamente bajos. El ritmo de progreso actual debería cuadruplicarse para lograr las metas mundiales propuestas para el 2030.

Nada es casual

Según la OMM, el aumento de las temperaturas está generando cambios en las precipitaciones a nivel general, lo que provoca variaciones violentas en la distribución de las lluvias y las estaciones agrícolas. Calentamiento global e irregularidades meteorológicas con repercusiones directas y nefastas tanto para la seguridad alimentaria como para la salud y el bienestar general de los seres humanos.

Por ejemplo, durante el 2020, se han registrado numerosos fenómenos extremos, todos ellos relacionados entre sí. En Asia, lluvias extraordinarias causaron inundaciones masivas en Japón, China, Indonesia, Nepal, Pakistán e India. Millones de personas se vieron obligadas a desplazarse y centenares de seres humanos perdieron la vida. Sin embargo, las graves perturbaciones provocadas por las inundaciones no se limitaron a los países en desarrollo. También en Europa ocasionaron muertes y daños generalizados.

En contraposición, el cambio climático acelerado en otras regiones ha provocado sequías. La falta de agua continúa siendo uno de los principales motivos de preocupación para muchas naciones, especialmente en África. Según ese mismo informe, más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren estrés hídrico y carecen de un suministro de agua potable y servicios de saneamiento.

Caso emblemático

A fines de septiembre, el nivel de las reservas de agua en las centrales hidroeléctricas de Brasil, las cuales generan lo esencial de la energía del país, había descendido a un 23 %, según datos del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) de ese país. Las previsiones son aún más preocupantes: para fin de año ese nivel podría llegar al 12 %. A modo de comparación, en 2001, cuando Brasil atravesó un grave periodo de restricción energética, las reservas bajaron a un 34%. La energía hidroeléctrica abastece más del 63% del consumo de esa nación sudamericana.

En agosto pasado la plataforma brasilera MAPBIOMAS –universidades y especialistas medioambientales– publicó un informe nacional en el que constata la reducción de casi un 16% de las superficies de agua dulce. Dicho informe subraya que la actual crisis hídrica es la peor de las que Brasil ha atravesado en los últimos 90 años. El impacto de la misma tiene consecuencias regionales, dada la importancia de la Cuenca del Amazonas compartida con otros siete países, y la Cuenca del Paraná, común con Argentina. Este mismo informe insiste en que los períodos de lluvias e inundaciones no compensan más los de profunda sequía. Hecho trascendente para un país que concentra el 53% de la reserva de agua dulce del continente sudamericano y el 12% de las reservas planetarias.

Según especialistas medioambientales, las causas de esta crisis se encuentran en
el cambio climático el cual provoca más sequías con el inevitable aumento de la temperatura y temporadas de lluvias más breves. También inciden significativamente la deforestación amazónica para facilitar la ganadería extensiva, ciertos monocultivos de agroexportación y la extracción ilegal de madera y minerales.

El calentamiento global indetenible y las distorsiones pronunciadas del agua dulce a nivel planetario estarán en el centro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se celebrará en Glasgow, Escocia, entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre. Para diversos analistas, es la última oportunidad para evitar un incremento irreversible del calentamiento global. Para las voces ecologistas más críticas, ya es demasiado tarde y poco de nuevo habrá bajo el sol después de concluida la COP26.

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