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Mundo: “Si usamos bien las tecnologías de IA tendremos menos aulas donde los niños se sienten perdidos o aburridos”: Salman Khan, pionero de la transformación en la educación

“Si usamos bien las tecnologías de IA tendremos menos aulas donde los niños se sienten perdidos o aburridos”: Salman Khan, pionero de la transformación en la educación

La tecnología ya existe y algunas personas pueden optar por ignorarla, pero no creo que sea una buena estrategia, dice el experto.

Desde chatbots y asistentes virtuales a vehículos autónomos, la inteligencia artificial (IA) está ganando terreno lentamente en nuestra vida diaria.

“La tecnología ya existe y algunas personas pueden optar por ignorarla, pero no creo que sea una buena estrategia”, dijo Khan en una entrevista con BBC News Brasil.

Graduado del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Khan dejó una carrera en el mercado financiero para fundar Khan Academy, la escuela virtual más grande del mundo.

La plataforma cuenta con videos y ejercicios traducidos a más de 36 idiomas que enseñan, de forma gratuita, desde aritmética básica hasta cálculo vectorial.

Ahora, con el desarrollo de nuevas tecnologías con inteligencia artificial y su infiltración en la educación, Khan Academy está desarrollando su propia IA generativa. La idea es que la herramienta sirva como tutor para los estudiantes y asistente para los profesores.

Para Khan, la tecnología es la salida para evitar el mal uso de la IA en la educación.

“Si usamos bien la tecnología, tendremos menos aulas donde los niños se sienten perdidos o aburridos y donde el maestro dé cátedra a los estudiantes, que es básicamente lo que sucedió en muchas escuelas durante la pandemia, con clases a través de Zoom”, dice.

Respecto a los cuestionamientos que muchos plantean sobre el machine learning o aprendizaje automático y la exhibición de comportamientos parciales o prejuiciosos, el empresario dijo que a menudo esos problemas pueden ser imposibles de evitar, especialmente en las humanidades.

Pero señala que, con las clases en línea, es mucho más fácil monitorear cualquier irregularidad.

“Si se descubre que una IA generativa dice algo sesgado, alguien puede fácilmente hacer una captura de pantalla, publicarla en las redes sociales y desacreditar a la organización que desarrolló la tecnología”, afirma Khan.

“Esto no podría hacerse en un aula tradicional, en la que si un educador dice algo sesgado, es más difícil demostrar que eso sucedió”.

Puedes leer a continuación los principales extractos de la entrevista de Salman Khan con BBC News Brasil, editados para mayor brevedad y claridad:

Una persona escribiendo en un teclado de computadora

Getty Images
Khan sostiene que en las clases online es mucho más fácil controlar cualquier irregularidad.

¿Todavía podemos detener el avance de la tecnología de IA en la educación o ya hemos superado ese punto?

La tecnología ya existe y algunas personas pueden optar por ignorarla, pero no creo que sea una buena estrategia.

De hecho, será utilizada por personas con malas intenciones, por delincuentes para realizar fraudes o por gobiernos autoritarios para vigilar a la gente. Y en mi opinión, depende de aquellos con buenas intenciones tomar el control primero.

Toda tecnología es sólo una extensión de la intención del usuario, no importa si hablamos de IA, internet, energía nuclear o una máquina de vapor. Si hay gente que quiere utilizar la energía nuclear para el mal y no para el bien, el efecto será negativo.

En mi opinión, la mejor manera de abordar la IA en este momento es que las personas con buenas intenciones la utilicen correctamente, piensen de manera proactiva en nuevos medios de protección y traten de minimizar los riesgos. En otras palabras, no debemos escondernos sino involucrarnos más.

Muchos temen que las nuevas herramientas de IA que se han vuelto populares en los últimos años puedan menoscabar el proceso de aprendizaje, ayudando a los estudiantes a hacer trampa y devaluando el papel de los profesores en la educación. Pero tienes una perspectiva diferente, ¿no?

Sí. Creo que tenemos que resolver algunos problemas, pero hay muchas oportunidades por explorar.

Obviamente, el mayor desafío es la posibilidad (y la realidad, de hecho, ya que esto ya está sucediendo) de utilizar la IA generativa para copiar, escribir ensayos y resolver problemas matemáticos.

Pero creo que hay soluciones para esto. ChatGPT no fue creado con fines educativos y lo que tenemos que hacer es desarrollar herramientas específicas para los estudiantes.

En Khan Academy creamos Khanmigo, nuestra propia IA que funciona como un buen tutor socrático. No da respuestas, sino comentarios y sugerencias.

La idea es que la IA y los estudiantes trabajen juntos para escribir un ensayo, por ejemplo. Es decir, el profesor da la tarea a través de Khanmigo y los alumnos deben trabajarla allí mismo.

La tecnología puede señalar errores y sugerir que el estudiante reformule oraciones y argumentos y, al final, los profesores pueden acceder a la transcripción del chat.

La IA también puede evaluar el proceso, informando cuántas horas pasó el alumno trabajando en ese texto y cuáles fueron las principales dificultades, además de sugerir al profesor una calificación para ese texto.

Y, por supuesto, algunas personas dirán: “¿pero qué impide que un estudiante use ChatGPT de todos modos?”. En nuestra plataforma, si un estudiante usa una IA para escribir el ensayo y simplemente copia y pega el texto final en Khanmigo, nuestra IA le dirá al profesor: “No sé de dónde vino este ensayo, simplemente apareció aquí de repente”.

Y cualquiera que afirme haber desarrollado herramientas para detectar texto creado por una IA generativa miente.

Por lo tanto, centrarse en el proceso y no sólo en el resultado es la principal forma de resolver el problema de copiar.

En una encuesta reciente, UNESCO destacó la importancia de la interacción social en el proceso de aprendizaje y señaló que durante la pandemia muchos estudiantes se vieron perjudicados por la educación a distancia. ¿No podría un tutor de IA, en lugar de un humano, repetir este patrón?

Para ser claros, no veo a la IA como un sustituto de la interacción humana. De hecho, la tecnología debería utilizarse para facilitar la interacción humana o apoyar al alumno cuando los humanos no estén disponibles.

Todos recordamos alguna vez cuando éramos estudiantes y estábamos a las 11 de la noche antes de un examen tratando de entender un concepto, sin nadie que nos ayudara. Ahí es donde entra la tecnología.

O si a un estudiante le da vergüenza hacer una pregunta frente a una sala llena de gente, puede preguntarle a la IA, que, de hecho, notificará al maestro sobre esa pregunta y todas las demás, sugiriéndole que, por ejemplo, explique nuevamente un concepto en el aula.

Si utilizamos bien la tecnología, tendremos menos clases donde los niños se sientan perdidos o aburridos y donde el profesor esté dando cátedra a los alumnos, que es básicamente lo que ocurrió en muchas escuelas durante la pandemia con clases vía Zoom.

¿Y los profesores? En Brasil, ésta ya es una profesión poco valorada. ¿El uso de la IA no podría empeorar aún más la situación?

No lo creo. Nuestra propuesta es utilizar también la IA como asistente de enseñanza para los profesores, ayudando a desarrollar planes de lecciones, redactar informes de progreso e incluso evaluar los trabajos. Los profesores dedican mucho tiempo a tareas administrativas y, de esta manera, pueden dedicar más tiempo a estar con los estudiantes.

Contar con las herramientas más modernas en cualquier profesión es señal de que esa profesión es valorada.

Y aquí existe una oportunidad para que los educadores comiencen a aprovechar la IA generativa de manera significativa mucho antes que otras profesiones, incluso ingenieros de software, programadores o científicos.

No se trata de sustituir lo que hace el profesor, sino de permitirle desempeñarse a un nivel aún mayor. Sabemos que los profesores no son tan valorados ni tan bien remunerados como deberían y, al mismo tiempo, casi siempre tienen exceso de trabajo. Así que si puedes hacerles la vida más fácil, será como un regalo.

Hay un gran debate sobre la capacidad de la IA para salirse de conceptos preconcebidos, aprendidos a través de interacciones humanas. ¿Cómo garantizar que los estudiantes no tengan acceso a contenidos sesgados o prejuiciosos?

Siempre digo que es muy difícil que algo sea completamente imparcial. Quizás las matemáticas o las ciencias, pero en humanidades es casi imposible.

Por lo tanto, el estándar para la IA debe ser el material que sigue el status quo. En el caso de Khanmigo, todo está anclado en contenidos y ejercicios que han sido previamente escritos por nuestros profesores y que siguen altos estándares.

Pero lo interesante de esto es que, si se descubre que una IA generativa dice algo sesgado, alguien puede fácilmente tomar una captura de pantalla, publicarla en las redes sociales y desacreditar a la organización que desarrolló la tecnología.

Esto no se podría hacer en un aula tradicional. Si un educador dice algo sesgado es más difícil analizarlo minuciosamente y demostrar que eso sucedió. En otras palabras, con la IA tenemos 10 millones de personas examinando ese punto de vista.

Niña escribiendo en una tableta

Getty Images
“Los educadores deben asegurarse de que todo lo que utilizan tenga medidas de seguridad y privacidad aceptables”, dijo Salman Khan a BBC News Brasil.

Centrándonos en lo más práctico, vivimos en un mundo muy desigual y estas soluciones pueden funcionar en países más desarrollados, pero ¿qué pasa en otros lugares? ¿No pueden esas soluciones profundizar las desigualdades en oportunidades y en la calidad de la educación entre los países más pobres y los más ricos?

Creo que, de hecho, ayudará a reducir la desigualdad. Quizás no ahora, pero sí a largo plazo.

Hoy en día, una persona que vive en Brasil y proviene de una familia rica, por ejemplo, puede contratar un gran tutor para ayudarle con sus estudios, mientras que los estudiantes más pobres no tienen esta posibilidad y necesitan estudiar solos y entender todo el material en un aula abarrotada, a veces con otros 40 estudiantes.

Pero con el paso de los años, tal vez en unos cinco años, creo que los tutores de IA podrían estar disponibles para más y más personas y a un costo mucho más asequible. Esto puede ayudar a cerrar la brecha que existe entre las escuelas privadas costosas y las públicas o más baratas.

¿Debería el sector educativo dejar la regulación de las tecnologías de IA en manos de las empresas que las desarrollan?

Los educadores deben asegurarse de que todo lo que utilizan tenga medidas de seguridad y privacidad aceptables. Khanmigo solo almacena datos de usuario para mejorar la experiencia de los estudiantes y eso, en mi opinión, es un requisito. Se debe garantizar que los datos de los usuarios no se almacenen ni se vendan.

Por lo tanto, los educadores, administradores escolares y formuladores de políticas deben establecer pautas a nivel de cada región antes de elegir qué herramientas quieren utilizar.

El mismo estudio de la Unesco que mencioné anteriormente señala que, en la mayoría de los países, se necesitan muchas más autorizaciones y pasos para aprobar un nuevo libro de texto que para validar el uso de tecnologías de IA en escuelas y aulas.

Esto ocurre en un escenario en el que menos del 10% de las escuelas y universidades de todo el mundo han desarrollado políticas institucionales o directrices con respecto al uso de la IA. ¿Corremos el peligro de bajar los estándares de la educación con la IA?

No lo creo. Creo que la mayoría de las personas razonables ve que hay mucha política involucrada en la burocracia para aprobar un libro de texto. Y al final, la efectividad no tiene nada que ver con la elección del material A o B.

Puedo hablar de Estados Unidos, donde diferentes distritos eligen diferentes libros de texto. Pero en los últimos 50 años no ha habido evidencia de que un material tenga resultados diferentes que otro.

Y si estas nuevas herramientas, ya sea la inteligencia artificial generativa o Khan Academy, han producido evidencia de que están teniendo un impacto significativo en los estudiantes, entonces debería ser más fácil analizarlas, probarlas y tomar una decisión. Cuanto menos desgaste haya en el proceso, mejor.

Muchos colegios independientes o privados eligen su material didáctico de una forma menos burocrática y más rápida. Entonces, si queremos reducir la desigualdad, no podemos aumentar la burocracia, sino permitir que la toma de decisiones se realice más rápidamente y esté a cargo de personas que conocen a los estudiantes, personas dentro de las escuelas.

Fuente de la Información: https://www.prensalibre.com/vida/bbc-news-mundo-vida/si-usamos-bien-las-tecnologias-de-ia-tendremos-menos-aulas-donde-los-ninos-se-sienten-perdidos-o-aburridos-salman-khan-pionero-de-la-transformacion-en-la-educacion/

 

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UNESCO: Segunda reunión preparatoria a la CRES+5 será en Puebla (México) en septiembre

Segunda reunión preparatoria a la CRES+5 será en Puebla (México) en septiembre

Del 5 al 6 de septiembre de 2023 se presentarán los avances de los grupos de trabajo en torno a los 12 ejes temáticos de seguimiento a la Conferencia Regional de Educación Superior 2018

El Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), la Secretaría de Educación Pública de México (SEP) a través de la Subsecretaría de Educación Superior, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y el Espacio Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior (ENLACES), convocan al segundo encuentro preparatorio hacia la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES+5), a celebrarse en la Ciudad de Puebla, México, los días 5 y 6 de septiembre de 2023.

En esta reunión, que tendrá lugar en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México), se presentarán los avances de los trabajos de los distintos grupos encargados de liderar las discusiones en torno a los 12 temas a debatirse en la reunión de seguimiento de la CRES+5, a realizarse en Brasilia del 13 al 15 de marzo de 2024, con la finalidad de evaluar los avances en la educación superior regional a cinco años del Plan de Acción de la CRES 2018.

El evento preparatorio de Puebla constituye una instancia necesaria de diálogo e interlocución entre los actores de la educación superior regional, que busca socializar los cambios y avances registrados en cada uno de los ejes temáticos a cinco años de haber sido trabajados y debatidos en la CRES 2018. Asimismo, servirá como espacio de reflexión colectiva sobre la Hoja de Ruta de la UNESCO de la III Conferencia Mundial en Educación Superior (Barcelona, 2022), todo ello con la idea de reconfigurar el Plan de Acción CRES 2018-2028 en nuevos términos, particularmente a la luz de los impactos de la pandemia COVID-19 sobre los 7 ejes temáticos debatidos durante la CRES 2018, así como también sobre los nuevos ejes temáticos que desarrolla UNESCO IESALC a petición de los protagonistas de Córdoba marzo 2023 y que posteriormente con la orientación del gobierno del Brasil han sido ampliados a 12.

Están convocados a esta reunión representantes de redes universitarias, agencias de aseguramiento de la calidad, asociaciones estudiantiles y sindicatos, entre otros actores de la educación superior de América Latina y el Caribe, quienes debatirán en sesiones de trabajo en torno a los siguientes temas:

1  La educación superior como parte del sistema educativo en América Latina

2  Educación superior, diversidad cultural e interculturalidad en América Latina

3  La educación superior, internacionalización e integración regional de América Latina y el Caribe

4  El rol de la educación superior de cara a los desafíos sociales de América Latina y el Caribe

5  La investigación científica y tecnológica y la innovación como motor del desarrollo humano, social y económico para América Latina y el Caribe

6  El papel estratégico de la educación superior en el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe

7  El Trabajo decente y las condiciones de vida de los actores de la educación superior (nuevo)

8  El Impacto del COVID-19 en la Educación Superior (nuevo)

9  Inclusión, diversidad y el papel de la mujer en la Educación Superior (nuevo)

10 Financiación y Gobernanza (nuevo)

11 La autonomía de las instituciones de Educación Superior (nuevo)

12.1 Los futuros de la educación superior en América Latina y el Caribe  (nuevo)

12.2 Los desafíos para el futuro de la educación superior en el Caribe  (nuevo)

Se aprobaron como temas transversales los efectos de la pandemia y sus implicaciones y el futuro de la educación superior en la región.

Los temas y la metodología de trabajo fueron aprobados durante la primera reunión preparatoria celebrada en La Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) en marzo de 2023. El carácter ampliamente participativo de la CRES+5 incluirá grupos de trabajo virtuales para cada uno de los temas con amplia participación regional, con la intención de llevar un informe final y contribuir a la declaración final de la Conferencia de Brasilia, que se llevará a cabo del 13 al 15 de marzo de 2024. Allí se destacarán los avances realizados en la educación superior, así como las carencias que aún persisten, los desafíos que plantean, y las problemáticas que emergen, en particular tras la crisis provocada por la pandemia.

Representantes gubernamentales, consejos y/o asociaciones de rectores de América Latina y el Caribe, redes universitarias vinculadas a la educación superior como área de estudio, agencias de aseguramiento de la calidad de la educación superior, organizaciones no gubernamentales o agrupaciones formalmente establecidas en la región que actúen con compromiso social en la innovación y transformación de la educación superior latinoamericana y caribe, organismos regionales e internacionales vinculados a la educación superior, sindicatos de personal docente y no docente, así como organizaciones estudiantiles interesadas en participar pueden manifestar su intención escribiendo a director.iesalc@unesco.org.

 

Fuente de la Información: https://www.iesalc.unesco.org/2023/05/23/segunda-reunion-preparatoria-a-la-cres-5-sera-en-puebla-mexico-en-septiembre/

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Conocimiento Libre: Transformaciones en el capitalismo de la información

Transformaciones en el capitalismo de la información

 Pablo Dávalos

Resumen

La teoría económica moderna parte de la categoría de “equilibrio general” como una condición necesaria para la comprensión del funcionamiento de la economía. Sin embargo, existen ahora fenómenos económicos que son irreductibles al equilibrio general. Las corporaciones de la sociedad de la información definen su estructura de precios por fuera de toda consideración del equilibrio general. Esto ha generado dos fenómenos que son incompatibles con la teoría económica moderna: de un lado hay corporaciones que han endogenizado la demanda, es decir, han convertido a los consumidores en vectores de su propio modelo de negocios; y, de otro, han exogenizado la oferta, es decir, se han desprendido de todo proceso productivo. Para hacerlo se necesitan de condiciones de posibilidad previas, esas condiciones son políticas y tienen que ver con la desarticulación política a los trabajadores, con las medidas de austeridad y con el debilitamiento del Estado, entre otras. Esto conduce a que la estructura social sobre la cual se definen los precios en la sociedad de la información y por fuera del equilibrio general, sea política, lo que conlleva al retorno de la economía política.

Palabras clave: endogenización de la demanda, homo economicus, exogenización de la oferta, neoliberalismo, desarticulación de la clase obrera

El marco teórico del mainstream de la economía moderna

El neoliberalismo transformó de manera radical el concepto de “mercado”. De ser un espacio social destinado al intercambio entre vendedores y compradores a partir de un sistema de precios, el neoliberalismo lo transformó en una esfera de regulación social y validación de decisiones políticas. Para el neoliberalismo el mercado no solo permite el encuentro entre oferta y demanda, sino que, además, ratifica a la sociedad en sus decisiones políticas y su capacidad de regularse a sí misma.

La construcción de instituciones sociales que siempre se habían relacionado con la ley, la justicia y la costumbre, ahora ceden el paso a la racionalidad económica del mercado porque se asume que los criterios de eficiencia y la racionalidad solamente pueden ser expresados y validados desde el mercado, de ahí que se afirme que todas las instituciones sociales sean económicas y que todo cambio histórico de la humanidad, en realidad, se debería a los cambios en los precios relativos.

Sin embargo, la teoría económica clásica, es decir, el pensamiento que proviene de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, entre los más importantes, siempre había integrado el mercado a la producción y, a su vez, la producción al trabajo y a la división del trabajo. Marx, de su parte, nunca asimiló la producción al mercado sino que había integrado al mercado como la esfera que realizaba el valor que, de su parte, se había generado en la producción. El mercado, en tanto circulación del valor, nunca crea valor: lo realiza. La única excepción que Marx previó fue aquella del transporte de mercancías.

Para que el mercado se transforme en algo más que un espacio de compra y venta y se convierta en un regulador de toda la sociedad, que incluye a sus decisiones políticas, era necesario una amputación teórica radical: separarlo de la producción. Este proceso se realizó a fines del siglo XIX y se construyó a lo largo del siglo XX con la denominada teoría económica moderna.

De esta manera, el eje de toda la discusión económica asume al mercado como algo más que un concepto económico, en realidad lo considera como regulador social. La producción de mercancías se convierte en un asunto técnico y se desplaza hacia la administración de empresas y la microeconomía. Así, se efectúa un proceso inverso a aquel de la economía clásica: se transforma a la producción en una determinación de la circulación (el mercado).

El valor de las mercancías tendría que ver, en efecto, con el mercado como el locus desde el cual los consumidores asignan el valor a partir de sus decisiones supuestamente racionales, autónomas y libres en un contexto de libre concurrencia. Los consumidores se acercan a la mercancía y deciden adquirirla en función de un concepto que tiene un fuerte componente metafísico: las preferencias reveladas. Esos seres humanos convertidos en una determinación de la mercancía (un fenómeno que ya había sido advertido por Marx en el análisis de la alienación y en el fetichismo de la mercancía), se transforman, para la teoría económica moderna, en homo economicus.

De todos los conceptos económicos elaborados en el siglo XIX, quizá aquel de equilibrio económico sea uno de los más importantes no solo por sus implicaciones económicas sino incluso por sus consecuencias políticas y metafísicas. El equilibrio de mercado, para la economía moderna, implica una utilización racional de recursos escasos y la máxima satisfacción tanto para los consumidores como para los productores, lo que conduce a la sociedad a una realización de sí misma. El equilibrio económico es ese punto metafísico en donde coinciden la supuesta utilidad del homo economicus y la rentabilidad de los empresarios y en donde la sociedad también alcanza el máximo nivel de racionalidad posible con un sistema de precios dado y a partir de recursos escasos. El equilibrio económico petrifica a la historia y hace imposible pensar en cualquier transformación social.

El concepto de equilibrio general fue formulado por Leon Walras a fines del siglo XIX. Se construye metodológicamente el encuentro entre dos fuerzas casi naturales (oferta y demanda) que, al coincidir, se anulan mutuamente y dejan en su punto máximo la función de utilidad para compradores y vendedores. Ese punto máximo, la teoría económica moderna, lo denomina margen.

En la oferta constan todos los bienes y servicios realizados por los productores con una dotación inicial de factores (tierra (o naturaleza), trabajo y capital (incluye tecnología y gestión)), que buscan el máximo posible de rentabilidad para su inversión. En la demanda, en cambio, están los consumidores que, en tanto homo economicus, son plenamente racionales en cuanto a sus gustos y preferencias, y que pueden discriminar de forma racional aquellos bienes y servicios que maximizan su utilidad con la restricción del ingreso disponible.

Para la oferta y la demanda, el precio constituye una información que les permite tomar decisiones que se consideran racionales. Todas esas decisiones que se toman de manera libre, autónoma y soberana en el mercado conducen, finalmente, al equilibrio general de toda la sociedad.

El concepto de equilibrio de mercado, que Marx consideraba un concepto vulgar porque no permitía ninguna comprensión del capitalismo en tanto sistema económico, por supuesto que ha cuestionado desde diferentes visiones y marcos teóricos; sin embargo, la construcción del mainstream implica y supone la invisibilización de sus críticos.

La noción de equilibrio general de la economía es el punto nodal de todo el discurso económico del siglo XX y también del siglo XXI. Se asume como una posición de principio epistemológico sobre la cual descansa toda la analítica de la economía moderna. Si este principio epistemológico se cae, se derrumba todo el edificio conceptual construido sobre él. Por ello no hay cabida para ninguna forma de reinterpretar, criticar, cuestionar o siquiera poner en debate la noción de equilibrio general.

Aunque sumario, pero este es el marco general que subyace a la teoría económica moderna y su enfoque de equilibrio general. Se llama equilibrio general porque en él coinciden, a saber, los tres mercados más importantes: el mercado de trabajo, el mercado de capitales y el mercado de bienes y servicios. Toda posición que mueva a los precios de sus posiciones de equilibrio implica distorsiones que no tienen nada que ver con el mercado sino con fuerzas exógenas a él, porque el mercado, se supone, llega de forma natural y espontánea al equilibrio en función de su capacidad de autorregulación. En este enfoque de la teoría económica moderna, quien puede desplazar a la economía de sus posiciones de equilibrio general es, habitualmente, el Estado.

Ahora bien, no quiero sumarme a las críticas del concepto de equilibrio general de mercado y, menos aún a la crítica al marco epistemológico del neoliberalismo, que son múltiples, vastas e importantes sino, más bien, ponerlo en otra perspectiva y que tiene que ver con la posibilidad de que la demanda de mercado pueda ser endogenizada por las empresas mientras que, al mismo tiempo, estas empresas puedan exogenizar la oferta, lo que daría lugar a la anulación práctica del equilibrio económico o, en todo caso, a una posición bastante alejada de las prescripciones teóricas del discurso actual de la economía.

En otros términos, hay un contexto en el cual existen determinadas empresas con tal capacidad de dominar al mercado que pueden conocer casi con exactitud a la demanda, mientras que, al mismo tiempo, deciden dejar de producir los bienes y servicios que tradicionalmente comercializaban y, no obstante, mantienen una posición de dominancia de mercado sobre esos bienes que ya no producen directamente. Para estas empresas, la oferta y la demanda ya no son fuerzas ciegas que llevan al equilibrio general sino más bien determinaciones de su propio modelo de negocios. Ellas definen e imponen sus precios por fuera de toda consideración de equilibrio de mercado, competencia, racionalidad de los consumidores, preferencias reveladas, en fin.

Si esto es así entonces el equilibrio general, definitivamente, adquiere otra significación. ¿Cuál es esa nueva significación? Y ¿cómo la oferta y la demanda pasan a convertirse en determinaciones de cierto tipo de empresas? ¿Qué significa que estas empresas (o, si se quiere, corporaciones) puedan endogenizar la demanda y, al mismo tiempo, exogenizar la oferta? Si anulan al equilibrio ¿qué pasa con la economía de mercado?

La endogenización de la demanda y exogenización de la oferta

Son cuestiones que tienen que ver con el desarrollo del capitalismo y las consecuencias sobre los sistemas de regulación del capitalismo de los avances tecnológicos y de la emergencia de la economía de la información. Son avances cuyos contornos se han perfilado a partir de la segunda década del siglo XXI y que dan cuenta de niveles de concentración y centralización del capital a niveles inéditos.

En un grado determinado de concentración y centralización y, al mismo tiempo, de desarrollo tecnológico y de especulación financiera, ciertas corporaciones tienen la capacidad de anular los efectos aleatorios y la incertidumbre de la oferta y la demanda, es decir, del mercado. Para esas empresas, el mercado es otra cosa que aquella de la descripción original del siglo XIX y XX. Es, ahora, un espacio que ellas controlan por entero y que forma parte de sus propias determinaciones. De límite externo ha devenido en determinación interna.

No se trata solamente de una posición de monopolio o de acuerdo colusorio del mercado sino de algo más profundo, más vasto y más complejo. Se trata de la forma por la cual un determinado grupo de corporaciones dejan de producir bienes y servicios y, al mismo tiempo, se dedican a producir patrones de comportamiento que implican administrar la demanda a voluntad.

Este proceso que empieza con la sociedad de la información, se consolida, amplía y profundiza con la masificación del uso de redes sociales, el incremento de las capacidades de conexión a internet, la irrupción de la inteligencia artificial, el abaratamiento y el fácil acceso de los dispositivos tecnológicos, entre ellos los teléfonos inteligentes, entre otros, son los que ahora permiten la conversión de la subjetividad humana como una determinación de la corporación para administrar la demanda a su antojo.

Creo que las nuevas tecnologías están logrando lo que a primera vista puede ser imposible: que las empresas puedan conocer de tal forma al consumidor que puedan registrarlo, inscribirlo y adecuarlo a sus propios modelos de negocios como un vector de su modelo de gestión. De esta manera, la demanda, al menos como la conocíamos y como se la había teorizado desde el siglo XIX, para estas corporaciones, desaparece en su formato original. La demanda de mercado es ahora, para ellas, una determinación que nace, se dispone, define y condiciona como un vector que ha sido previamente precisado y estructurado dentro de sus propios modelos de negocios.

A este proceso de endogenización de la demanda de mercado se suma otro: estas corporaciones se desprenden de la producción para concentrarse en la administración de las preferencias del consumidor. Es decir, la oferta se exogeniza de la empresa. La producción, en tanto espacio para la creación de bienes y servicios, sale de la esfera de la empresa. Así, estas corporaciones dejan de preocuparse de la producción y, más bien, se concentran en la administración de la demanda.

El desarrollo de las tecnologías de la información, con la expansión de las redes sociales, con el perfeccionamiento y rápida propagación de  la inteligencia artificial, con las capacidades de conectividad cada vez más exponenciales (las próximas redes 6G por ejemplo), y con el desarrollo de nuevas tecnologías, como es el caso de la computación cuántica y los enlaces cuánticos, las biotecnologías y las nanotecnologías, entre otros, otorgan a cierto grupo de corporaciones capacidades tecnológicas que son inéditas y que les conducen a alterar de forma importante la estructura misma de la economía.

Ahora pueden hacer algo que era imposible en el siglo XX: individualizar su producción sin perder sus economías de escala y llegar a tal conocimiento de la demanda que pueden generar patrones de comportamiento en los consumidores para inscribirlos dentro de sus propios modelos de gestión y de negocios.

Pero ¿cómo lo hacen? ¿De qué forma han logrado, de una parte, dejar de producir y, de otra, incidir sobre la subjetividad de los consumidores para administrarla a su conveniencia? Y, ¿qué consecuencias tiene esto para la teoría económica? O más bien, ¿qué tipo de teoría económica debería ocuparse de estos fenómenos? Esto nos lleva a una cuestión importante: ¿Hacia dónde va el capitalismo?

El mercado como espacio de incertidumbre: la regulación en el capitalismo

Una empresa se enfrenta siempre a un entorno de indeterminación e incertidumbre con respecto al mercado. Mientras que para la empresa la producción no guarda ningún misterio y puede planificar al detalle todos los procesos productivos, en cambio el mercado se le presenta con un enorme signo de interrogación.

Es por ello que las empresas han invertido tanto en el conocimiento, predicción y comprensión de las tendencias del mercado. Es por ello también que se han desarrollado campos analíticos como la neuro-economía y la economía del comportamiento, porque las empresas buscan intuir de la manera más cierta la forma por la cual se comportarán los mercados para poder reducir la incertidumbre, los gastos asociados a ella y, por ende, incrementar su rentabilidad.

Una de las formas arcaicas que tienen las empresas para domeñar los mercados es a partir de su  control directo, sea por la vía de los monopolios o los monopsonios, o por la vía de los acuerdos colusorios de mercado. Pero son controles exógenos al mercado. Son, en realidad, distorsiones al mercado y, por tanto, al equilibrio general. Es por eso que los textos de economía analizan de forma particular la formación de precios de los monopolios porque suponen alteraciones al equilibrio de mercado.

¿Qué pasaría si una empresa puede reducir casi a cero la incertidumbre del mercado sin distorsionarlo? En ese caso la empresa se confronta a un horizonte de certezas hacia el cual puede converger su producción. Sabe exactamente qué es lo que tiene que producir y para quién es esa producción. Fue esa transformación la que provocó el denominado “toyotismo” de la producción justo a tiempo en los años setenta del siglo pasado.

Pero el toyotismo no alteró la incertidumbre del mercado, simplemente la adecuó a las necesidades de las empresas. En vez de la producción en masa del fordismo, el toyotismo se ajustó a las exigencias de la demanda. Desde la demanda nacían las señales que se replicaban hacia toda la empresa. La demanda de mercado, en todo caso, siempre era un factor exógeno a la empresa.

Ahora bien, este modelo del toyotismo empieza a transformarse en la sociedad de la información. Las nuevas empresas endogenizan la demanda y, casi al mismo tiempo, exogenizan la producción. ¿Qué quiere decir esto? Que las empresas van un paso más allá del toyotismo. Ahora pueden conocer exactamente al consumidor. Y no se trata de un conocimiento ni marginal ni casual, sino amplio, riguroso y exhaustivo y a tal extremo que, incluso, llegan a conocerlo más allá de lo que el propio consumidor puede conocerse a sí mismo.

Para estas corporaciones de la sociedad de la información, los consumidores ya no representan ningún misterio. Estas corporaciones saben qué sienten, qué necesitan, qué les gusta, qué no les gusta, cómo distribuyen su tiempo, cuáles son sus filias, cuáles son sus paranoias, cuáles son sus excesos, cuáles son sus debilidades, etc.

Estas corporaciones tienen la posibilidad de desarrollar una especie de mapa cognitivo, afectivo, fisiológico e intelectual de todos y cada uno de sus consumidores reales y potenciales. Con ese mapa no solo que pueden ubicar su modelo de negocios sino también pueden generar señales imperceptibles sobre los patrones de conducta e interferir sobre ellos. Esto pone a estas corporaciones en otro nivel: de la incertidumbre del mercado ahora deben resolver el desafío de cómo interferir en los patrones de comportamiento del consumidor y transformarlos en vectores de su modelo de negocios.

De esta forma, la empresa endogeniza al consumidor. Lo transforma en una determinación de la propia empresa. Si la empresa tiene éxito puede crear una especie de reflejo condicionado o patrones de conducta condicionados que han sido diseñados desde la empresa.

Entonces, el desafío ya no consiste tanto en producir algo sino en endogenizar al consumidor dentro de la empresa y para ello se necesita de información. En efecto, la endogenización del consumidor no puede hacerse sin que el consumidor transfiera a las empresas todos sus datos personales, sus gustos, sus preferencias, sus dinámicas más vitales, los datos de su salud y fisiología, sus dudas más existenciales y sus proyectos de vida, de manera libre, voluntaria, sistemática, cotidiana y, además, gratuita. Es exactamente eso lo que hacen las redes sociales y las aplicaciones de internet. Son, literalmente, redes lanzadas hacia la subjetividad de las personas que, al caer en ellas, ponen en ellas toda su vida y, encima, lo hacen todo el tiempo y gratis.

Las corporaciones tienen información del número de pasos que ha dado una persona en un día determinado. De los circuitos urbanos o rurales que ha recorrido. De las compras que ha hecho. De su presión arterial y pulso cardíaco. De sus indicadores más importantes de su salud. De sus preferencias cotidianas. De su círculo social. De sus opiniones políticas. De su forma de conducir un coche. En fin.

En ese contexto, para estas corporaciones la producción, de forma paradójica, se convierte casi en un obstáculo porque le sustrae recursos de su objetivo más importante que es la endogenización del consumidor. Se trata de un proceso que lleva el fetichismo de la mercancía a un nivel más alto y que coloniza la subjetividad del consumidor de tal manera que el consumidor se convierte en una determinación de la empresa sin que tenga la más mínima idea de ello.

La empresa ya no solo produce un bien o un servicio, sino que también produce al consumidor de ese bien y de ese servicio.  Estas corporaciones lo pueden hacer porque conocen los patrones de comportamiento y preferencias de los consumidores, no como un dato general y que ha sido extrapolado de otras variables, sino como un dato real y que tiene que ver con la propia información que el consumidor ha colocado en sus redes sociales.

Pero el volumen de información es tan grande y las posibilidades de integrarlas de manera consistente es tan vasta que se necesitan recursos tecnológicos gigantescos para hacerlo. Es en esa dinámica que se genera la inteligencia artificial, como un algoritmo que tenga capacidades heurísticas y probabilísticas para poder manejar la información que los consumidores diariamente exponen en las redes sociales.

Me voy a valer de un ejemplo, como un marco heurístico, de lo que quiero decir. En el siglo XXI existe, sobre todo en las sociedades capitalistas más avanzadas, una especie de culto al cuerpo y a la imagen. El filósofo francés Michel Foucault las denominaba las tecnologías del yo y tienen que ver con las derivas biopolíticas del neoliberalismo. Ahora bien, esto conduce a que prácticas relativamente extrañas ahora formen parte de la cotidianidad de millones de personas en todo el mundo y sin las cuales no se sienten conformes consigo mismas y que han generado importantes modelos de negocios e industrias. Una de esas prácticas extrañas tiene que ver con los gimnasios y el trabajo sobre el cuerpo. Existen, en efecto, muchas industrias detrás de ese culto al cuerpo (farmacéuticas, ropa deportiva, aplicaciones, etc.). Pero de todas ellas, quisiera detenerme en las corporaciones de ropa deportiva como Nike, Puma o Adidas, entre otras.

Cada una de ellas, ha logrado influir sobre la subjetividad de millones de personas que se han convertido en usuarios permanentes de eventos deportivos y que adquieren una serie de gadgets, ropa deportiva y uso de aplicaciones que les obligan a cambiar sus rutinas diarias de vida. Este comportamiento de las personas, aparentemente autónomo, en realidad se integra a las necesidades de las corporaciones cuando ellas saben exactamente lo que piensan y sienten estas personas y los motivan a que adopten ciertos comportamientos, entre ellos, el uso del gimnasio (fitness) y sus rutinas (o el jogging).

Estas corporaciones, que han exogenizado la producción (actualmente ninguna de ellas fabrica ropa deportiva, ni zapatos deportivos ni nada en concreto en realidad), ahora se concentran en las conductas de las personas. Así, han experimentado un proceso de alteración que tiene que ver con las mutaciones del capitalismo: primero se transformaron en corporaciones dominantes gracias a su economía de escala; luego trasladaron su producción hacia subcontratistas gracias a la delocalización en zonas especiales de desarrollo económico, lo que les obligó a concentrarse en la gestión de la marca; y, finalmente, han vinculado la marca con patrones de comportamiento del consumidor para administrar la demanda.

De esta forma, la marca de la corporación es solo una interfaz para la intervención directa sobre la conducta. Se trata de influir sobre la conducta para provocarla a que asuma hábitos y costumbres que, en otras circunstancias, habrían sido imposibles. Así, logran movilizar millones de personas todo el tiempo a través de eventos deportivos, maratones, o jornadas extenuantes con los pretextos más variados pero que generan fenómenos sociales que han sido creados expresamente desde estas corporaciones.

Muchas personas quizá en algún momento de epifanía retornen a ver el ambiente del gimnasio, del fitness o del jogging y se pregunten “¿qué hago aquí?”, o “¿por qué estoy haciendo esto?”. Es solamente un relámpago de lucidez que alumbra el absurdo de su situación. No están ahí por motu propio. Están ahí porque han sido condicionados. Porque su propia subjetividad ha dejado de pertenecerles. Pero no lo saben. Se esfuerzan en el gimnasio hasta más allá de lo posible y transitan todo el día con ese cansancio que los obliga a tomar suplementos y drogas para mantenerse siempre en esa forma; así, establecen sus propios horarios de vida para robarle tiempo al descanso o a la recreación, y pasar en el gimnasio o en el jogging o en algo parecido, solamente por el culto al cuerpo: biopolítica pura. Todo ello revela una colonización de la subjetividad que va más allá de la alienación que describía Marx.

¿Cómo una corporación, como Nike por ejemplo, pasó de la producción de artículos deportivos a la gestión de la marca, y de ahí a la formación y administración de conductas? Quizá porque tienen a su disposición algo que no existía en el siglo XIX cuando se conformó la teoría de los mercados y del equilibrio general. Ahora tienen información real y permanente de todos y cada uno de los consumidores. Y se trata de un insumo abundante, gigantesco y que cada día crece más y que para estas corporaciones tiene un costo marginal nulo, es decir, es casi gratuito. Se trata de una mina de proporciones colosales que necesita de empresas de minería de esa información. El principal extractivismo del siglo XXI no es del petróleo, ni del oro, ni de ningún commodity. El principal extractivismo es la minería de datos. Es el extractivismo sobre la subjetividad de todos y cada uno de nosotros.

De esta forma, para estas corporaciones el mercado quiere decir otra cosa que aquello que define la teoría económica tradicional. Esta vez, el mercado no tiene nada que ver entre el encuentro del consumidor con su oferta. Ahora, son el espacio en el cual se produce la disputa sobre la conciencia de lo humano y la colonización de la subjetividad personal. Los consumidores dejan de ser impredecibles. Se convierten en vectores. Pero su dirección, en tanto vectores, no depende de ellos, sino de aquella que ha sido impregnada desde estas corporaciones.

Volvamos al caso de una de ellas. Nike por ejemplo. Hace ya varias décadas que Nike dejó de producir y empezó a descargar sobre sus subcontratistas las responsabilidades de la producción de ropa, zapatos y accesorios deportivos. El proceso previo fue la liberalización comercial que empezó en el año 1979 en China con las Zonas Especiales de Desarrollo Económico. Las empresas, cuando comprendieron que en esas Zonas de Desarrollo Económico que empezaron a proliferar en todo el sudeste asiático, les permitían reducir sus costos laborales, decidieron relocalizar y delocalizar sus líneas de producción. Nike es una de ellas. Pero Nike entendió rápidamente que no solo podía relocalizar su producción sino también exogenizarla, es decir, trasladar hacia terceros todas sus líneas de negocios relacionadas con la producción. Ahora Nike, strictu sensu, no produce ningún bien. Todos ellos han sido transferidos hacia empresas subcontratistas. Muchas de ellas están en esas zonas especiales de desarrollo económico del sudeste asiático aunque se han replicado por todo el mundo.

De esta forma, muchas empresas pasaron de la relocalización y delocalización al outsourcing. Así por ejemplo, Apple ha transferido a Foxconn, una empresa de Taiwan, la fabricación de todos sus productos.

Pero las empresas pueden exogenizar la producción y asegurarse de la propiedad intelectual de su marca gracias a los derechos de propiedad intelectual y sus instrumentos jurídicos internacionales que han sido avalados y reconocidos por los Estados a través de los acuerdos internacionales de inversión; el reconocimiento a los tribunales internacionales de justicia para controversias relacionadas con las inversiones, y gracias también a que los Estados consideran a la inversión extranjera directa la capacidad de determinación de la tecnología, la innovación y el empleo en sus propias economías.

En la exogenización de la producción en primera instancia la corporación se queda con la marca, de ahí la importancia del derecho a la propiedad intelectual y los tribunales de conciliación y arbitraje para diferencias relativas a inversiones. Son, de hecho, sus subcontratistas los que finalmente producen todo lo que estas corporaciones negocian. Pero esos subcontratistas, a su vez, tienen a su disposición una fuerza de trabajo abundante, barata y que, gracias a las zonas especiales de desarrollo económico, no tiene capacidad política de interferir en la producción porque tienen prohibida toda forma de sindicalización. Se produce así una situación paradójica: los trabajadores crecen a escala global pero, como clase obrera, prácticamente están anulados. Políticamente los obreros son irrelevantes.

Es una fuerza de trabajo precarizada a nivel global. La precarización laboral es el otro lado de la exogenización de la producción. La precarización es, en realidad, creada desde la anulación política de la clase obrera y, por ello, corresponde a una dinámica política. Sin embargo, para que la precarización se convierta en un vector clave de la producción globalizada es necesario evitar que el Estado intervenga sobre la sociedad, sobre todo a través de la regulación, control y política social. Al mismo tiempo es necesario que los derechos de los trabajadores se anulen políticamente. El Estado debe achicarse. Así, la exogenización de la producción es también un resultado de las políticas de austeridad que recortan al Estado y las políticas de des-sindicalización que destruyen la capacidad política de los trabajadores.

En ese contexto, las referencias teóricas de la economía se quedaron en el siglo XX. El equilibrio general no es ni funcional ni metodológicamente pertinente para comprender a las corporaciones del siglo XXI, sobre todo a aquellas que manejan, controlan y administran la demanda y la oferta.

El precio: un espacio de disputas políticas

Estos procesos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta suscitan una cuestión: ¿qué significación tienen para el equilibrio económico? Si el equilibrio económico, supuestamente, es el locus desde el cual se estructuran y definen los sistemas de precios globales, pero si ya no existen como fuerzas cuasi-naturales ni la oferta ni la demanda, entonces, ¿cómo se forman los precios en contextos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta? Por ejemplo, ¿por qué la suscripción al Chat GPT de OpenAI o Midjourney tiene ese precio y no otro? ¿De dónde y cómo se estructuró ese precio? ¿qué tienen que ver esos precios con la demanda, con las preferencias reveladas del consumidor, con el equilibrio general, con los costos marginales de producción? Lo mismo puede decirse con un vasto conjunto de aplicaciones de internet y sus precios.

Si en esos precios no existe la lógica del equilibrio entre oferta y demanda, porque parten de un precio que es inelástico y que ha sido impuesto por fuera de cualquier punto de encuentro entre oferta y demanda y, por tanto, sin relación alguna con la competencia de mercado, entonces ¿cómo se definen? ¿qué significación tienen para el capitalismo? ¿qué rutas abren para los procesos globales de acumulación de capital? ¿cómo se estructuran esos precios?

Esto nos lleva a una constatación: los precios de las corporaciones de la sociedad de la información se estructuran, establecen, definen e imponen por fuera de la racionalidad económica y sin relación alguna con el cálculo económico; porque se han formulado desde otras determinaciones que no tienen relación con la economía, al menos con aquella economía que describen y analizan los libros de texto y el discurso oficial de la economía moderna.

Los precios que se originan desde estas corporaciones de la sociedad de la información nada tienen que ver con la racionalidad económica del siglo XX. Esos precios expresan procesos relativamente novedosos como son la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta.

Si esos precios no nacen desde la economía, porque no tienen relación alguna con el equilibrio económico, ni las preferencias reveladas del consumidor, entre otras, entonces ¿cómo se definen? ¿cuál es su estructura más fundamental? Y una intuición clave es que los procesos más fundamentales que definen esos precios en realidad obedecen a fenómenos políticos y globales. Esos precios, a la larga y esencialmente son políticos. Dependen de circunstancias y procesos políticos concretos e históricamente determinados.

Para que los ciudadanos pongan su información personal en las redes se necesita de la desregulación a las corporaciones que administran esta información y esas redes. Para que estas empresas puedan realizar minería de datos (machine learning, big data, data science, etc.), también se necesita de desregulación y de asimetrías entre el poder de los ciudadanos y aquel de las corporaciones. ¿Qué poder regulador controla el uso de datos, por ejemplo, de Google? ¿Qué estructura legal regula el hecho que OpenAI haya usado a toda la humanidad literalmente como conejillo de Indias para sus programas de inteligencia artificial? ¿Qué instancias de control ético y moral pueden regular y controlar el uso de la información que utiliza Alexa?

Para que las corporaciones puedan colectar datos globales y administrarlos necesitan de la complicidad de los Estados, los sistemas jurídicos y los sistemas políticos a escala global. Para que se pueda exogenizar la oferta se necesita precarizar al trabajo y, para que esto ocurra, se necesita deconstruir y derrotar políticamente a la clase obrera y eso, por definición, es una tarea política. Para proteger los derechos de propiedad intelectual de las marcas se necesita que los Estados realicen convergencias normativas hacia las prescripciones hechas por estas corporaciones en los tratados de libre comercio o acuerdos internacionales de inversión que son instancias, de hecho, políticas y en las cuales no participa la sociedad.

En definitiva, la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta tienen sustratos políticos y, evidentemente, globales. Es desde esa trama de circunstancias políticas que se crean las condiciones de posibilidad para que estas corporaciones puedan definir sus precios prescindiendo del mercado y de los equilibrios de mercado y de toda la racionalidad económica del siglo XX. De esta manera, entramos en una etapa en la que los precios dejan de ser económicos para convertirse en determinaciones políticas. Los usuarios o consumidores nada pueden hacer contra este sistema de precios que ahora se convierte en una gigantesca aspiradora de rentas.

La principal significación del equilibrio económico en circunstancias en las que la demanda se ha endogenizado y la oferta se ha exogenizado es que, esta vez, los precios adquieren una consistencia fundamentalmente política y el equilibrio general de la economía se transforma en una categoría política de desequilibrio general entre ciudadanos y corporaciones. A mayor desequilibrio mayores rentas para estas corporaciones. Un desequilibrio que se mantiene, consolida y expande gracias al poder político de estas corporaciones y a la debilidad de los Estados, de la democracia y de la clase obrera.

Si esto es así, entonces la trama que sostiene a estos precios se confunde, imbrica y yuxtapone a los procesos productivos que aún conservan aquella trama que los define desde el siglo XIX. En esa mezcla, el capitalismo contamina todos los procesos productivos y los lleva, de grado o por fuerza, a esa lógica en la que los precios se definen desde la política. Son precios que deben dar cuenta de las circunstancias políticas que contribuyen a conformarlos, sostenerlos y consolidarlos, es decir, la política como relaciones de poder, como espacios de luchas, resistencias, violencia e imposiciones. Es el retorno de la economía política.

Endogenizar la demanda y exogenizar la oferta implica administrar políticamente los precios y eso supone administrar políticamente a la sociedad. La lucha política que se supone se inscribía en las coordenadas del sistema político, en realidad se define antes: en la economía política. Se trata, por tanto, de un vasto proceso político que le permite a las corporaciones asegurar y controlar las condiciones políticas desde las cuales se estructuran estos precios como vectores políticos.

Quizá sea por ello que un espacio ad hoc y contingente como el Foro de Davos, finalmente, sea más importante y trascendente que cualquier Asamblea de Naciones Unidas. Porque en el Foro de Davos se trazan las coordenadas políticas (y, sobre todo, geopolíticas) sobre las cuales van a actuar las corporaciones de la sociedad de la información y se definen las coordenadas de esas luchas políticas.

Esto pone en otro nivel la lucha por las reivindicaciones sociales. Si los precios ahora constan en la esfera de la política, entonces será la política quien imponga sus límites y trace sus posibilidades. Pero para ello es necesario que los trabajadores puedan abrir la política para la discusión de la economía de la información. Para hacerlo, los trabajadores necesitan capacidad política que, lamentablemente, por ahora no tienen. Quizá ese sea uno de los retos del futuro y de la nueva izquierda.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/transformaciones-en-el-capitalismo-de-la-informacion/

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UNICEF: Consejos de seguridad para olas de calor

Consejos de seguridad para olas de calor

Aprenda cómo ayudar a mantener seguros a sus hijos y a su familia en condiciones de calor extremo.

Las olas de calor son todo menos divertidas bajo el sol. El calor y la humedad extremos pueden resultar extremadamente incómodos y plantear graves riesgos para la salud, especialmente para los bebés, los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos. Sin tomar las precauciones adecuadas, el calor extremo puede provocar un golpe de calor y, peor aún, la muerte. Como resultado del cambio climático, las olas de calor son cada vez más largas, más frecuentes y más graves. 

A continuación se ofrecen algunos consejos de expertos para ayudar a mantener segura a su familia durante una ola de calor, cómo reconocer los signos de insolación y qué acciones debe tomar si es necesario.

Flecha

Conozca los hechos
Qué hacer y qué no hacer en una ola de calor
Reconocer los síntomas del golpe de calor
Cómo tratar el golpe de calor

Datos sobre la ola de calor

Datos sobre la ola de calor: una niña bajo el sol
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ONU: Los médicos indonesios actúan ante los signos reveladores de violencia familiar

Los médicos indonesios actúan ante los signos reveladores de violencia familiar

Los médicos de la isla indonesia de Sulawesi Central están poniendo en práctica la capacitación que recibieron del Fondo de Población de las Naciones Unidas ( UNFPA ) para identificar y actuar en casos de violencia doméstica.

Cuando los padres de un niño de cinco años herido le dijeron a la Dra. Fai’zah A. Salim que se había caído de una escalera, ella no quedó convencida y sospechó lo contrario.

Capacitada por el UNFPA en Palu, capital de Sulawesi Central, para identificar signos tanto físicos como psicológicos de violencia doméstica, remitió al niño a un consejero social. Poco después explicó lo que realmente pasó y cómo su padre lo había golpeado por hacer travesuras.

Los médicos, capacitados para reconocer signos de violencia doméstica, pueden ayudar a las víctimas más allá del simple tratamiento de las heridas.

El reconocimiento es el primer paso.

«El reconocimiento es el primer paso para poder ayudar», afirmó el Dr. Salim. «Necesitamos hacer mucho más que tratar las heridas sintomáticas».

El Centro de Salud Pública, o Puskemas, donde trabaja el Dr. Salim, es parte de un programa piloto del UNFPA para combatir la violencia de género y otras formas de violencia doméstica.

El programa cubre 11 distritos de Indonesia, incluido Palu. En su marco, el UNFPA apoya al Gobierno en la formulación de políticas y capacita a los proveedores de atención médica. Se alienta a los socios locales a abogar por que las víctimas se presenten y busquen ayuda más allá del tratamiento de sus heridas físicas.

Los resultados son significativos. En los primeros tres meses de 2023, el personal de Puskemas Sangurara ya había identificado siete casos de violencia doméstica, en comparación con entre uno y dos durante todo un año hace un año. “¿Es por la promoción o porque estamos mejor capacitados para reconocer los síntomas de la violencia de género? Probablemente ambas cosas”, dijo el Dr. Salim.

Serias preocupaciones sobre la violencia de género

A pesar de los importantes avances en la igualdad de género, incluido un mayor acceso de las mujeres y las niñas a la educación, el empleo y los servicios de salud, la violencia de género sigue siendo un grave problema de salud pública y derechos humanos en Indonesia, afirmó Norcahyo Budi Waskito, oficial de programas del UNFPA Indonesia. . Se han puesto en marcha políticas, estrategias y documentos legales nacionales.

Sin embargo, estas no siempre se han implementado a nivel local. El Gobierno ha reconocido la necesidad de una solución sistemática para poner fin a la violencia de género y se ha asociado con agencias de la ONU como el UNFPA y ONU Mujeres .

El número de casos denunciados ha aumentado de unos 216.000 en 2012 a cerca de 458.000 en 2022, según la Comisión Nacional sobre Violencia contra la Mujer. Esto sugiere que los esfuerzos por alentar a más víctimas a denunciar están surtiendo efecto.

Pero las cifras probablemente no representan el panorama completo, ya que lo que sucede detrás de puertas cerradas en una casa familiar todavía es considerado tabú por muchos, y denunciarlo conlleva un estigma.

La vergüenza no es la única razón que impide que las víctimas denuncien; También existe un desincentivo financiero.

Annisa Rahmah, médica de urgencias del Hospital Anuta Pura de Palu, dijo que algunas víctimas optan por marcharse una vez que identifica los casos como violencia doméstica porque entonces el tratamiento no estaría cubierto por el seguro médico del gobierno.

«Es deprimente verlos alejarse», dijo. A los que se quedan se les ofrece un paquete de tratamiento que incluye asesoramiento psicológico.

Una víctima de violencia de género recibe asesoramiento en el Centro de Salud Sanguara de Palu.

Apoyo a las víctimas

Además de capacitar al personal médico, el UNFPA también apoya a grupos comunitarios y organizaciones no gubernamentales (ONG). En Palu, la organización de mujeres Libu Perempuan, por ejemplo, cuenta con 30 voluntarios –desde abogados hasta psicólogos– para ayudar a las víctimas. La asociación también gestiona una casa segura, donde actualmente viven dos familias, y organiza programas de formación, incluidos cursos para hombres sobre la prevención de la violencia familiar y de género.

Objetivo 5 de los ODS: Igualdad de género.

«Fue un importante cambio de mentalidad en la sociedad el hecho de que ayudar a las víctimas es tan importante como llevar a los perpetradores ante la justicia», dice Maya Safira, coordinadora del programa. Todos sus colegas participaron en cursos del UNFPA.

En un país de 280 millones de habitantes y más de 7.500 distritos, la capacitación del UNFPA en 11 distritos sólo puede llegar hasta cierto punto. Sin embargo, Budi Waskito, oficial de programas del UNFPA, dijo que el proyecto piloto ofrece un modelo que otros donantes o el gobierno pueden replicar.

«Ofrecemos una receta, pero no podemos cocinar todas las comidas», dijo.

El UNFPA trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud para que el Gobierno pueda ampliar la capacitación que ofrece. Ha ayudado al ministerio a desarrollar un manual de capacitación para el personal médico, pautas de respuesta para hospitales y orientación para programas de defensa locales.

El Ministerio de Salud está estudiando la posibilidad de replicar el éxito de este proyecto, afirmó Kartini Rustandi, directora de Salud Reproductiva, Edad y Ancianos.

«El Ministerio de Salud continúa haciendo esfuerzos para acelerar la distribución equitativa de instalaciones de salud capaces de gestionar la violencia contra las mujeres y los niños y el desarrollo de capacidades para los trabajadores de la salud, ya sea a través de fondos del presupuesto regular, asignaciones presupuestarias específicas o en colaboración con donantes», dijo.

Para el Dr. Faiza, el objetivo es claro.

«Hasta que hayamos prevenido todos los casos de violencia de género, tenemos más trabajo por hacer», afirmó. “Y lo estamos haciendo”.

Hombres en un centro comunitario religioso discuten sobre violencia doméstica y de género.

Fuente de la Información: https://news.un.org/en/story/2023/08/1140092

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UNESCO IESALC deplora la reciente incautación de los bienes de la Universidad Centroamericana de Managua en Nicaragua

UNESCO IESALC deplora la reciente incautación de los bienes de la Universidad Centroamericana de Managua en Nicaragua

El Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) deplora la reciente incautación de los bienes de la Universidad Centroamericana de Managua, Nicaragua, que atenta contra el derecho a la educación superior de miles de estudiantes y contra el principio fundacional de la libertad de cátedra.

Durante más de 60 años la Universidad Centroamericana de Managua ha sido reconocida internacionalmente como un pilar de la sociedad nicaragüense en su búsqueda del desarrollo social, cultural y económico.

La UNESCO hace un llamamiento al respeto de los tratados internacionales, y en particular del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales -ratificado por Nicaragua el 12 de marzo de 1980-, cuyo artículo 13 recuerda que los Estados Partes convienen en que “la educación debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos raciales, étnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la paz.” El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha subrayado que un Estado Parte que cierra una universidad u otra institución educativa por motivos como la seguridad nacional o la preservación del orden público tiene la carga de justificar una medida tan grave en relación con cada uno de los elementos identificados en el artículo 13.4 del Pacto.

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Fuente de la Información: https://www.iesalc.unesco.org/2023/08/24/unesco-iesalc-deplora-la-reciente-incautacion-de-los-bienes-de-la-universidad-centroamericana-de-managua-en-nicaragua/

 

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Demagogos y pedagogos: ¿En qué se distinguen?

Por: Andrés García Barrios

En la educación que yo quiero, de ninguna manera se pide a los maestros que mantengan un estado de ánimo siempre positivo; se pide que puedan verse a sí mismos y puedan exponerse con toda franqueza frente a sus estudiantes.

¿Lavado de cerebro?

¿Existe de verdad un tipo de manipulación en la que una persona dicta a otra la manera en que debe pensar, sentir, desear y actuar, y consigue que ésta asuma el mensaje como verdad absoluta y lleve a cabo todo lo que se le dice? Si un publicista predica que determinado producto de limpieza es una maravilla, ¿esa persona irá a comprarlo? Si un líder de opinión declara que fulanito es una buen político, ¿sin pensarlo irá a votar por él? Y si el sacerdote en su sermón afirma que tal deseo es malo, ¿de inmediato lo asegurará también, borrando toda inclinación personal al respecto?

Creer que existe el llamado “lavado de cerebro” se considera una posición “crítica al sistema”. A mi parecer, se trata en realidad de una visión mecanicista sobre las reacciones humanas, bastante parecida a la que aplicamos cuando pensamos en el perro de Pavlov, que segrega jugos gástricos con sólo oír la campana que antes sonaba cada vez que le daban de comer. Sin embargo, me atrevo a afirmar que tanto el perro de Pavlov como cada uno de nosotros ─cuando somos sometidos a ese tipo de señales externas─ conservamos nuestra subjetividad siempre bien despierta y activa, igual que hacemos en cada interacción con el mundo.

La intención de este artículo no es sólo negar tal tipo de manipulación sino revisar en qué consiste realmente eso de “ser manipulado”. Ciertamente, no consiste en sustituir mi subjetividad por la de otro; de hecho, podemos decir que manipular es todo lo contrario: en vez de hacer enflacar mi ser interior, quien me manipula se dedica a engordarlo, darle gusto, apapacharlo. Sí, la manipulación funciona porque atina a decir cosas que quiero oír, a mostrarme cosas que quiero ver, a poner frente a mi algo que me gustaría tener, a venderme algo que en realidad deseo; en resumen, a ofrecerme una versión de la vida que me gusta (o que me disgusta, pero con la que concuerdo).

No estoy hablando de que todo mi ser resulta implicado en esa visión del mundo que adopto al ser manipulado. En el fondo, mi ser interior es capaz de concordar con mil cosas más que las que el demagogo manipulador me muestra. Ese ser mío es abierto, inmensamente abarcador… En él se cumple aquello de “¡Hasta el infinito y más allá!” (exclamación que incluso puede quedarle corta). Mi ser interior es capaz de mirar el mundo desde cualquier punto de vista. “Soy humano, y nada de lo humano me es ajeno”, decía Terencio. Sin embargo, con sus predicas constantes ─bien planeadas, bien producidas y emitidas en los momentos adecuados─, el manipulador consigue poco a poco limitar mi ser sólo a aquello que a él le conviene que yo sea, impulsándome a desarrollar sólo aquellos intereses y atributos míos que le reportan un beneficio.

Ninguno de esos intereses y atributos es falso. Por el contrario, son aspectos auténticos de mí mismo, tanto que los puedo llevar a la práctica en el momento en que quiera: lo que la publicidad me ofrece, lo puedo buscar afuera y disfrutarlo; los valores que favorece, los puedo practicar y moverme con ellos por el mundo (sobre todo en entornos donde la gente es sometida a las mismas estrategias de manipulación). Por supuesto, en ese estrecho mundo siempre viviré insatisfecho, siempre existirá una disparidad entre mi potencial humano y lo que el entorno me ofrece; pero eso también lo tiene contemplado el manipulador, quien suplirá calidad por cantidad, ofreciéndome una lluvia constante de bienes y valores que no me dejarán tiempo para detenerme y voltear a verme.

Larga historia

Como es obvio, nada de esto data de la era de la comunicación iniciada en el siglo pasado. Desde siempre, los seres humanos nos hemos aprovechado de lo que los otros nos muestran de sí mismos; atentos a las huellas que inevitablemente van dejando los demás, nos hacemos una noción de sus deseos y temores, y utilizamos esta información cuando queremos acercárnosles; sentimientos positivos nos pueden hacer usarla para favorecerlos; sentimientos negativos, para exaltar aquellas partes que más convienen a nuestros propósitos. Esto último es lo que hace Yago al celoso Otelo cuando lo convence de que su esposa le es infiel; es lo que hacen los “artistas de la televisión” cuando nos engañan para que compremos un champú que ellos jamás usarían; es lo que hacen las plataformas de noticias al llenarnos sólo de opiniones con las que estamos de acuerdo, ayudándonos a pensar que el mundo entero se reduce a lo que a nosotros nos parece importante (yo, por ejemplo, llevo semanas ilusionado con la idea de que todos en este mundo estamos enormemente interesados por el devenir de la inteligencia artificial, cuando es probable que sólo unos cuantos compartamos esa preocupación).

En los inicios de nuestra historia, este tipo de manipulación se basaba en exaltar las necesidades comunes a todos: la búsqueda de bienes básicos, el miedo a la muerte, la percepción de la imperfección del mundo… Ya en siglos más recientes, en el inicio de la modernidad, la manipulación comenzó a incidir sobre necesidades más personales, apoyada (es lamentable decirlo) en el surgimiento de la democracia, que daba un lugar especial al individuo bajo el entendido de que “cada cabeza es un mundo” (claro, siempre y cuando ninguna de esas cabezas se excediera en sus atribuciones, a riesgo de que la guillotina le hiciera entrar en razón).

En el siglo XX, ya aplacado todo exceso, al conocimiento de lo humano se añadieron ciencias como la sociología y la psicología, y técnicas como la mercadotecnia, y se dio carta abierta a quienes quisieran indagar en las inclinaciones íntimas de cada poblador. Finalmente llegó el día de hoy, en que todo ese conocimiento (desde el de las necesidades comunes hasta las específicas de cada persona) se concentra en tecnologías minuciosamente programadas para registrar las huellas que cada quien va dejando a través de sus dispositivos electrónicos y para generar con ellas un algoritmo cuya misión, como hemos visto, es crear reducidos mundos personales acordes con todo aquello que conviene al mercado.

Enseñar es compartir la necesidad de aprender

Idealmente, la escuela sería un espacio para contrarrestar este poderoso influjo exterior que nos asalta sin que podamos controlarlo. A ella iríamos para ampliar nuestro espectro de intereses y para darnos cuenta de que además de la visión que nos han dado nuestros padres y los medios, existen muchos otros puntos de vista sobre lo que pasa en el mundo.

Eso es lo que ocurriría idealmente, insisto. En la realidad, las cosas pueden ser patéticas. El filósofo español José Ortega y Gasset nos da un punto de vista estremecedor (a pesar de que fue expresado hace más de cien años): “El estudiante es un ser humano a quien la vida le impone estudiar ciencias de las cuáles él no ha sentido auténtica necesidad. Ser estudiante es verse obligado a interesarse por lo que no le interesa”.

Ligando esta idea ─bastante familiar a todos nosotros─ con lo que vengo diciendo sobre la manipulación, me gustaría proponer al ilustre pensador español un pequeño ajuste: no es que las cosas que los maestros enseñan no tengan interés para sus estudiantes (¡sólo recordemos la pasión con la que aprendimos a escribir y leer o a recitar las primeras tablas de multiplicar!). Tal vez lo que ocurre es que ─a diferencia de lo que decíamos sobre la publicidad─ la escuela nos enseña cosas que no podemos llevar a la vida práctica (salvo si se trata de técnicas que ejerceremos en una profesión). Decíamos que si un anuncio nos promete una prenda de ropa o un perfume, nosotros podemos ir a la tienda y comprarlos; y si un discurso nos alienta a seguir determinados valores, podemos salir a la calle y actuar conforme a ellos. Sin embargo, con respecto a la escuela, es como si ahí nos mostraran la fotografía de deliciosos manjares que no se sirven en ninguna parte o de parques de diversión que no existen en el mundo real.

Creo que detrás de todo esto hay un malentendido. Desde hace mucho, la escuela se ha concentrado en compartir productos de conocimiento y no procesos del mismo. Son dos cosas distintas: la segunda se puede llevar a la vida, la primera, no (salvo, como digo, en contextos técnicos específicos). Enseñar la ciencia, la matemática, la gramática, la historia o cualquier otra maravilla de la creatividad y el entendimiento humanos, no puede limitarse a mostrar datos y fórmulas, es decir, conclusiones; debe enseñarnos éstas junto con la vida humana que está implicada en ellas, es decir, debe presentarnos también a los seres humanos ─exactamente iguales a nosotros─ que han vivido esos procesos de conocimiento. Para poder llevar este último a la vida real, el estudiante necesita verse participando en él, necesita sentir cómo es que él mismo se encuentra presente en la capacidad de sospechar, indagar y descubrir, cómo le son afines los distintos vértices de la sabiduría humana.

Y ahora viene lo que, a mi parecer, es lo mejor de todo esto. Para mostrarnos a los seres humanos que están implicados en el conocimiento, el profesor puede contarnos historias de sabios, hablarnos de su pasión, ponernos ejemplos, describir sorprendentes ideas y descubrimientos; sin embargo, nunca tendrá mejor ni más inmediato ejemplo que el de sí mismo. Para enseñarnos tanto el conocimiento como a la persona que va en su búsqueda, ─el profesor─ es el más vivo y confiable testigo. Antes de exponer ningún tema, el maestro se expone a sí mismo, dejando ver a sus estudiantes como en él se siembran el aprendizaje y el conocimiento, y cómo a veces, al florecer, éstos desgajan la estrecha visión del mundo que aprendió antes, impulsándolo a salir y a expandirse hacia territorios más amplios.

Enseñar es, en esencia, compartir la necesidad de aprender.

Exponte a ti mismo

Quiero terminar con lo que me parece una descripción atinada de lo que es exponerse a uno mismo, y aclarar cuál sería la mejor habilidad de un maestro en la educación que queremos. Es algo que vi en la película Ad Astra, protagonizada por Brad Pitt. En heroicas peripecias espaciales en un mundo futuro, nuestro héroe debe someterse a constantes evaluaciones de su estado psíquico, mediante el simple procedimiento de pararse frente a un robot y decir cómo se siente. En casi todas las escenas, la máquina determina que el sujeto es viable para seguir con la misión. Sin embargo, esto termina cambiando, no cuando el personaje confiesa sus perturbaciones emocionales y las dudas que tiene de su capacidad, sino cuando no puede identificar su propio estado de ánimo, y confundido balbucea ideas sin lograr hacer insight ni reconocer lo que siente. Entonces la máquina determina que ha dejado de ser útil. El héroe es apto para su misión sólo si puede ser honesto consigo mismo.

En la educación que yo quiero, de ninguna manera se pide a los maestros que mantengan un estado de ánimo siempre positivo y ecuánime; se pide que puedan verse a sí mismos y puedan exponerse con toda franqueza frente a sus estudiantes, mostrando una manera de estar en el mundo con la que éstos puedan identificarse. Toda verdadera enseñanza proviene de esta sinceridad. Es posible que la antigua frase “conócete a ti mismo” fuera dirigida más a los maestros que a quienes deseaban aprender. Aunque, bien visto, ¿no son ambos lo mismo?

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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