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El mito del Momoy: historia y cultura de los cuicas en Boconó

Por: Diónys Cecilia Rivas Armas y Elsy Canelón González.

A modo de introducción

Figura de El Momoy en el pueblo de Boconó

La cultura es una construcción de elementos simbólicos y significativos en un espacio y tiempo que define mi pertenencia a un grupo social. Estos elementos que constituyen parte de mi cultura se conservan, transforman y transmiten de generación en generación, en muchos casos a través de la tradición oral y se convierten en un valor, un saber comunitario con el que se identifica cada individuo perteneciente a un pueblo. Olga Molano (2007) en su texto“Identidad cultural un concepto que evoluciona”, reseña un interesante concepto de cultura de Verhelst (1994) que tomaremos de referencia:

La cultura es algo vivo, compuesta tanto por elementos heredados del pasado como por influencias exteriores adoptadas y novedades inventadas localmente. La cultura tiene funciones sociales. Una deellas es proporcionar una estimación de sí mismo, condición indispensable para cualquier desarrollo, sea este personal o colectivo (p. 42).

Por tanto, la cultura es lo que da vida al ser humano y define su modo de vivir desde sus tradiciones, costumbres, fiestas, conocimientos o creencias. De acuerdo, al análisis de Olga Molano (2007), la cultura tiene varias dimensiones y funciones sociales que generan: un modo de vivir, cohesión social, creación de riqueza y equilibrio territorial.

En este marco, dedicaremos nuestras líneas al análisis de la significación del mito de El Momoy, personaje fantástico, semejante a un pequeño duende, de origen indígena, propio de la población de Boconó, estado Trujillo, una zona de los andes venezolanos. Las primeras referencias están en los registros que hicieran en los años sesenta los escritores Lourdes Dubuc y José María Batista, quienes plasmaron algunos relatos recopilados en las áreas rurales de Boconó durante esos años.

El Momoy es más que un ser encantado o personaje mítico de los Andes venezolanos, es una entidad real y sagrada a la que aseguran haber visto, a quien relacionan con las aguas, las lluvias y se ha afianzado como icono de esta población.Muchos relatos afirman que los oyen “tocando música, cantando, celebrando, cultivando y trabajando la tierra”. Esta humanización mágica, permite expresar de manera alegórica la vida cotidiana del campesino y la significación de “El Momoy” en los valores, expresiones y cultura del pueblo de Boconó. Al respecto Graterol y Franco (2014) nos expresan:

Bajo esta concepción el Momoy o “espíritu del agua” es un ser “natural”, una criatura que enriquece y amplía el entorno del campesino, es parte integral de su mundo, se “alegra” si una persona bebe de un manantial o “se pone bravo” si ensucia el agua (p. 141).

Sin duda, el Momoy, es parte de la realidad del pueblo, de su propia historia personal, colectiva y cultural. En este sentido, nos interesa indagar sobre las transformaciones que han sufrido los elementos culturales que hoy definen el mito del Momoy e imprimen identidad a la gente del pueblo de Boconó.

Conociendo el Mito del Momoy

Los Momoyes son unos duendecitos bonachones, pero juguetones, que viven en las lagunas, ríos, quebradas de los páramos de Boconó, en el fondo de la tierra y las montañas. Son descritos como pequeñas personas con barba, vestido de liquiliqui y sombrero de cogollo.Son encantos a quienes les gusta el miche, el chimó y el tabaco y los pobladores al saber de esto se lo colocan en las lagunas, ríos, quebradas, nacientes de agua para pedirle favores o protección para sus cosechas, sus siembras e incluso para mantenerlos contentos y que las lluvias no produzcan las temidas inundaciones o crecidas de los ríos. Graterol y Franco (2014), desde sus investigaciones emanadas de la tradición oral expresan que: “la misma figura del momoy se presenta en muchos relatos como un ser que también habita el fondo de la tierra, las piedras y los bosques, aunque se le llama espíritu del agua, está vinculado con otros elementos de la naturaleza” (p. 131). Además, los Momoyes son bonachones, les gusta la música de violines, guitarras, charrascas y tambores, instrumentos muy utilizados en la zona de Boconó por los músicos campesinos: “tienen guitarras, tienen maracas, tienen hasta charrascas. Y esos cantan muy sabroso” (fuente viva).

Esta historia comienza cuando nuestros Cuicas se asentaron en la zona andina alrededor de cuatro centros: Jajó, Boconó, Escuque y Carache, tierras con abundantes alimentos y crecidos caudales de agua. Los Cuicas adoraban dioses protectores de la tierra y los cultivos, como vital elemento místico, las costumbres religiosas de los Cuicas que eran dados a la idolatría, veneraban ídolos de piedra y barro algunas tribus adoraban al Sol, a la Luna, las Lagunas, los Picachos o Páramos.

La danza y la música de nuestros indígenas alcanzaron diferentes valores de desarrollo y se alteran de una región a otra, sin embargo, un elemento frecuente, en las ceremonias religiosas son los instrumentos de percusión y viento (la flauta, los tambores). Además, realizaban rituales a sus dioses ofreciendo cacao, tabaco, chimó, y chicha de maíz fermentada.

Los Cuicas, se dedicaban al cultivo de la tierra, por tanto, las leyendas, mitos, acontecimientos y narraciones, a través de la tradición oral se vinculaban con el trabajo de la tierra, la agricultura, las cosechas y con sus principales alimentos, el maíz, las papas, la yuca y el cacao.

Transformaciones culturales en el Mito del Momoy

Este pueblo sufrió la violencia y el despojo de sus valores culturales a partir de la colonización española (entre 1549 hasta 1575), y en muchos casos fueron obligados a renunciara estas costumbres, pero la unión de diferentes culturas hizo que los pobladores de Boconó, dedicados al trabajo de la tierra, continuaran con la actividad de dar ofrenda al agua, sólo que los dioses indígenas, fueron reunidos en una sola imagen.Y esta imagen es representada hoy con la tradición y el mito de El Momoy.

Este proceso de desarraigo que sufrió la población indígena y de desajuste o reajuste cultural, se define como un trance hacia la aculturación, que de acuerdo a González (2007): “proyecta el proceso dinámico que se produce dentro de la reestructuración general del sistema cultural mediante las pérdidas, selecciones, redescubrimientos e incorporaciones a que son sometidos los componentes involucrados en tal reestructuración”(p. 68). De igual manera, esta transformación se percibe en el siguiente relato del Mito del Momoy expresado por Canelón (2008): “Yo El Momoy y la chicha fermentada que tanto me gustaba fue sustituida por el miche, aguardiente anisado tan característico de esta zona andina”(p. 114).

Deacuerdo a los estudios deOrtiz (1983) la aculturación como proceso: “implica también, la pérdida o desarraigo de una cultura precedente; lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación”.

En la actualidad El Momoy, es representado como campesino, su bebida es el miche, le encanta el chimó y el tabaco. También es venerado conlos sonidos de las maracas,tambores, guitarras y el violín. Estos instrumentos son muy populares en la zona de Boconó y fusionan la cultura indígena, africana y española.Estos elementos visualizan la fuerza de la interculturalidad, donde hay: “presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas” (Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales, 2005).

También se relata, que el 24 de junio “Día de San Juan”, los Momoyes salen de sus poblados, tocando sus tambores, a ello se le atribuye el hecho de que ese día el viento sople muy fuerte y en ocasiones acompañados de lluvia, esto es porque los Momoyes andan de fiesta y alborozo, si alguien logratropezarse con alguno de ellos, puede ser que le indiquen el camino donde seencuentran sus yacimientos de oro.

Detalles como estos dan cuenta de la influencia que el tiempo y el entorno, fueron imprimiendo en este mito tan particular.El Momoy como mito y personaje, es una tradición milenaria que fue modernizándose y tomando elementos propios de su entorno, de la vida rural, y la faena campesina de siembra y cosecha, en la que el papel de las lluvias, así como el caudal de las lagunas, ríos, y quebradas tiene enorme significado para la obtención de buenos frutos. El mito de El Momoy para los habitantes más antiguos de Boconó, posee un significado muy especial, no sólo histórico, sino presente, cotidiano y palpable. En este sentido, el mito del Momoy permanece, porque logró el proceso de tránsito de una cultura a otra, preservando elementos culturales originarios, propios y elementos heredados de una cultura dominante o ajena, es decir experimentó un proceso de riqueza y fuerza cultural, a través de la transculturación. Como bien, lo señala Fernando Ortiz (1983):

Transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una distinta cultura, sino no que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente… y significa la creación de nuevos fenómenos culturales… (p. 88).

El sincretismo manifiesta una transculturación que ha incorporado con precisión elementos procedentes de siglos pasados, del corazón propio de la cultura, tradiciones y creencias. El resultado y producto de la transculturación ha podido disolver contenidos importantes, si bien ha sido, probablemente una habilidad inconsciente y colectiva de aculturación como modo de adaptarse para que la resistencia simbólica permita la supervivencia y la superación de toda herida que el etnocentrismo, la imposición y los diversos accesos de etnocidio han dejado como huella en nuestra cultura y dan permanencia hoy “El Mito del Momoy”.

El dilema existente entre avance social-promoción y conservación de la cultura puede conllevar un diálogo que en futuras generaciones acabe con la diferenciación, el etnocidio del pasado y devuelva la dignidad legítima que merece todo pueblo desde el respeto a sus mitos, leyendas y tradiciones como patrimonio vivo de un pueblo y su gente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Canelón, E. (2008). El Momoy de Boconó: Mito y Tradición oral vinculado a la Promoción Cultural (Tesis de Pregrado). Universidad Central de Venezuela – Caracas.

González, V. (2007). La crítica cultural latinoamericana y la investigación educativa. Venezuela: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez – Núcleo Regional Postgrado Caracas.

Graterol, J. y Franco, F (2014). Naturaleza, historia e imaginario: los realtos acerca del Momoy en Boconó. Mérida: Universidad de Los Andes. Anuario GRHIAL. N° 8. pp. 129-162.

Molano, O. (2007). Identidad cultural un concepto que evoluciona. Bogotá: Revista Opera N° 7.

Ortiz, F. (1983). Contrapunteo Cubano del Tabaco y el Azúcar.La Habana: Editorial Ciencias Sociales.

UNESCO(2005).Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad.Paris.

Fuente del artículo: https://redpatrimoniove.wixsite.com/redve/post/el-mito-del-momoy-historia-y-cultura-de-los-cuicas-en-bocon%C3%B3
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¿Hay que evaluar a los profesores?

Por: El país. 

 

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe y responda a la pregunta que esta semana plantea el Foro de Educación de EL PAÍS

España es uno de los países de la OCDE donde el profesorado es menos evaluado. Los partidarios de introducir un sistema de evaluación consideran que la rendición de cuentas mejoraría la calidad educativa. Un sector de los docentes advierte, por su parte, que ya soportan una gran carga burocrática, que un control de este tipo podría aumentar. Y de aplicarlo, ¿cómo debería hacerse? ¿Deben vincularse los resultados a un incentivo salarial? ¿Qué organismo debería encargarse de hacerla? ¿Deberían participar los alumnos en la evaluación?

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Hay que evaluar a los profesores? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

¿Estamos preparados?

Antes de responder a si hay que evaluar a los docentes, creemos que hay que dar un paso atrás y preguntarnos qué debemos evaluar, o lo que es lo mismo, qué características tiene un buen profesor. ¿Es aquel que es efectivo en sus clases y genera aprendizaje significativo en sus alumnos? ¿El que colabora con sus compañeros de claustro? ¿El que se implica en el centro y trabaja con las familias? ¿El que es capaz de movilizar todos los recursos a su alcance para proporcionar un apoyo integral a sus alumnos, trabajando y colaborando con la comunidad? En nuestra opinión, la respuesta a todas estas preguntas es que sí, pero… ¿está la comunidad educativa de acuerdo en esto? Y más importante todavía, ¿las estructuras del sistema educativo permitirían a los docentes acercarse a dicho modelo?

Pero, en caso de que tuviéramos claro el modelo profesional docente, ¿estaríamos preparados para evaluarlo? Seguimos anclados en la falsa creencia de que evaluación es lo mismo que calificación y perdemos de vista que la evaluación es una herramienta de aprendizaje. Por tanto, es fundamental que toda la comunidad educativa comparta que la evaluación es una herramienta que permite la reflexión sobre la propia práctica, potenciando el desarrollo profesional y, por ende, el aprendizaje de los alumnos, objetivo principal de todos los docentes.

Cambiar esta cultura no es tarea sencilla y no ocurrirá por ciencia infusa, pero sí mediante el pilotaje y divulgación de experiencias enriquecedoras de aprendizaje docente basadas en rutinas de evaluación que puedan escalarse a todo el sistema. Nuestra propia experiencia nos dice que sólo con este ejercicio estaremos logrando un cambio cultural en torno a la evaluación y avanzando hacia una educación de calidad que mejore el aprendizaje de todos los estudiantes.

«Me sorprende lo poco que las direcciones saben cómo enseñan sus profesores en España»

Soy inglesa, y he notado la gran diferencia entre Inglaterra y España en cuanto al tema de evaluación del profesorado. En Inglaterra los evaluamos demasiado, con mucho papeleo, y se evalúan las cosas que son fáciles de evaluar, y no las cosas más importantes. Sin embargo, en España me sorprende cómo los otros profesores y aun la dirección no saben cómo enseñan sus colegas, cuando con un poco de buena evaluación podrían saber cómo mejorar, y hacer unos pequeños cambios para enseñar mucho mejor. Con las plazas definitivas y ningún tipo de evaluación, hay profesores que ya no se esfuerzan, y no enseñan bien. Pero la evaluación debe diseñarse para ayudar a los colegas, no para pillarlos.

KIRA BROWNE | Auxiliar de conversación, Castellón.

La evaluación es clave para la mejora educativa

Si queremos ofrecer la mejor educación a los alumnos, la clave es tener buenos profesores: profesores que inspiran, despiertan sueños, abren caminos y hacen crecer… además de desempeñar toda la envergadura de tareas y responsabilidades que también asumen. Para desarrollar las competencias docentes que requiere el panorama educativo, es imprescindible no solo poner en práctica modelos de formación permanente basados en competencias, sino además complementarlos con un eficaz acompañamiento y evaluación de la práctica docente. Pero no de cualquier manera.

Entendemos que el proceso de evaluación del desempeño docente que se establezca, tanto de cada profesor como de los equipos de trabajo, ha de dejar claro: para qué se evalúa (como sistema que ayuda a la reflexión sobre la práctica educativa, no solo como control jerárquico, ni instrumento sancionador, o para establecer un ranking entre profesores); qué se evalúa (el desempeño docente para mejorar en clave de proceso, no solo de resultados, con indicadores y evidencias de cómo se trabaja el currículo, la gestión de aula, la evaluación de los alumnos, el clima emocional de las clases…); cómo se evalúa (con instrumentos objetivos y variados que incluyan protocolos de observación de clases, mentorización, coaching, porfolios, entrevistas, encuestas, hermanamientos…).

Las consecuencias del proceso en la carrera profesional de los docentes también han de estar definidas previamente, sobre todo si se considera incluir alicientes económicos y profesionales para los profesores evaluados positivamente. Animamos a los responsables políticos, sociales y sindicales, así como al conjunto de la comunidad educativa, a alcanzar un acuerdo sobre esta materia y así contribuir a mejorar la calidad de la educación, a consolidar el compromiso profesional de los docentes y a incrementar su reconocimiento social.

IRENE ARRIMADAS | Directora de Innovación Pedagógica en Escuelas Católicas

«Hay que evaluar respetando la diversidad del profesorado»

En mi opinión, por supuesto que hay que evaluar a los profesores. Respecto al cómo hacerlo, tengo dudas, pero hay algunos puntos que sí considero imprescindibles. Entre ellos que el organismo encargado de su diseño ha de ser la Inspección de Educación, y la elaboración ha de realizarse por los verdaderos expertos en el tema: los profesores, o en su caso, inspectores o miembros de la comunidad educativa con varios años de aula a sus espaldas. Por supuesto, abiertos a consideraciones y consejos de otros gremios como la Psicología, Pedagogía, etcétera, pero el timón del barco y la toma final de decisiones han de ser competencia de los expertos antes mencionados.

Y ha de tratarse al profesor con el respeto que merece su puesto. Es decir, igual que tanto se repite que hay que atender a la diversidad del alumnado (cosa con la que estoy de acuerdo), lo mismo debe ocurrir con la diversidad del profesorado. Por ejemplo, si un profesor «A» ofrece su mayor calidad de enseñanza utilizando la tecnología en el 80% de sus clases, ha de respetarse de la misma manera que al profesor «B», que demuestra que dicha calidad la alcanza si invierte ese 80% en la exposición oral y la pizarra.

Ha de focalizarse en la labor que pienso que es la que un profesor ha de desempeñar: la transmisión de conocimientos. La intervención de los alumnos en la evaluación, no la termino de ver. Una cosa es que el profesor les pase evaluaciones para que él mismo saque conclusiones sobre cómo puede mejorar el desempeño de su tarea. Eso es sano y recomendable. Pero para un adolescente, los criterios por los que un profesor es bueno o malo, son bastante personales y en muchos casos viscerales.

PEDRO JOSÉ MARTÍNEZ FAJARDO | Profesor de Secundaria, Murcia.

«¿Por qué no se habla constantemente de evaluar a los médicos, jueces y guardias?»

Somos profesionales como cualquier otro gremio. ¿Se habla constantemente de evaluar a los médicos, los guardias municipales o los jueces? Claro que cometemos errores, y hay malos profesores. Posiblemente, los malos obtendrían muy buena nota en la evaluación.

CATALINA ROIG TUR | Profesora de Secundaria, Ibiza.

«La calidad con la que el profesorado hace su labor no tiene consecuencias»

Es de las pocas áreas en que la labor del profesional no tiene consecuencias, sobre todo en la enseñanza pública. Motivo: el cliente (niño) no sabe ni es capaz de exigir. Hasta ahora, cuando los resultados son malos los alumnos son los culpables. Si algunas familias hablamos con la dirección del centro sobre como enseña algún profesor, se escudan en la libertad de cátedra. Otro problema es que Inspección educativa no inspecciona, sino que responden a sucesos que a través de denuncias han aflorado, pero no tiene iniciativa propia, es un órgano de despacho. De igual manera, los compañeros con gran dedicación y profesionalidad no ven reconocida su labor por la sociedad. Se les da el mismo valor que al resto, se valora en conjunto, mal. Así no se motiva, más bien se desmotiva al conjunto.

CELESTINO SALINAS DACAL | Padre, A Coruña.

«Hay que hacerlo; el problema es decidir qué está bien y mal en la docencia»

Creo que una evaluación puede ser positiva en todos los trabajos, no solo para los docentes, porque a veces nos acomodamos y no viene mal una llamada de atención, el punto de vista de otros compañeros o una crítica constructiva desde fuera. A nadie le gusta que le evalúen, tal y como está concebido. Las connotaciones de la palabra «evaluación» son muchas y todas negativas. Aunque sea un eufemismo, podría ser mejor hablar de observación entre docentes o de retroalimentación, por ejemplo. Proponer hablar de observación y de retroalimentación no implica una falta de sistematización. Aunque ahí radicaría el mayor de los problemas: ¿Qué es lo que está bien en la docencia y qué es lo que está mal? ¿Quién lo decide? ¿Qué hay que evaluar y cómo?

No hay recetas educativas milagrosas para todos los profesores ni para todos los estudiantes. Preparar una rúbrica o un cuestionario que pueda servir de apoyo al conjunto del cuerpo docente no es labor sencilla cuando no nos ponemos de acuerdo ni tan siquiera en cómo debe ser la educación, vilipendiándonos constantemente unos a otros en redes. Pero algo hay que hacer, todos tenemos la amarga experiencia de profesores que han hecho de sus aulas su cortijo particular en el que se creen amos y señores. Ahí es difícil que la buena onda de la observación y una suave retroalimentación puedan tener algún tipo de efecto.

INGRID MOSQUERA GENDE | Profesora de Didáctica. Universidad Internacional de La Rioja

«Evaluar al profesorado es otro paso hacia el pensamiento único»

¿Evaluar qué, exactamente? La «productividad», entendida como grado de satisfacción del «cliente» (padres) o como nivel alcanzado por el «producto» (alumnado). La lógica del pensamiento liberal-capitalista aplicada a la enseñanza se materializa, en los países del sur de Europa, en rankings que miden «resultados» (¿a quién le importa el proceso, ya?), en la doctrina de la «excelencia» empresarial aplicada a contextos educativos y en una burocratización llevada al paroxismo como norma general. Evaluar al profesorado es, sencillamente, otro paso más hacia la afirmación del pensamiento único.

SERGIO BARCELLONA | Docente

«Trabajo en el extranjero y soy evaluada dos veces al año»

Todos los profesores deben ser evaluados de manera permanente o caemos en la rutina, y la excelencia se pierde o diluye en el tiempo. Donde yo trabajo soy observada dos veces al año (una por mi director y otra por un colega). Además, en septiembre hemos de presentar una cosa nueva a añadir (no tiene que ser contenido, puede ser el método, a un grupo o varios —yo este año voy a incluir una clase de Tai-Chi—), que es revisable en febrero y en junio.

BEATRIZ MAGRO LUCAS | Profesora de español en el extranjero, Roma.

«Sí hace falta; parte de nuestros colegas no tiene las aptitudes necesarias para el trabajo»

La importancia de nuestra labor en la sociedad bien merece una evaluación de quien la desempeña. Todas y todos los que formamos parte de este colectivo sabemos muy bien que parte de nuestros y nuestras colegas están atendiendo al alumnado sin tener las aptitudes que se requieren para un trabajo de tamaña responsabilidad. Tal y como exigimos mejoras para nuestro colectivo y para nuestro alumnado, no podemos dejar de exigírnoslas a nosotros mismos. Recibiría con gusto esa evaluación, siempre hecha con sentido y con el apoyo que tendría que llegar después. Creo que saldrían a la luz muchas de las carencias de nuestro sistema educativo.

ESTEFANÍA LAMAS | Maestra, Santiago de Compostela.

«No; primero deberían formarnos mejor»

No. Primero deberían ofrecer cursos de formación gratuitos y dentro del horario lectivo de todo lo que se dice que debe saber hacer un profesor: Word, Excel, PowerPoint, Powtoon, Kubbu, Kahoot, detección de la dislexia, disgrafía y discalculia, mediación, evaluar por competencias, programar por competencias, gestión del aula con alumnos con necesidades especiales, gestión del aula con alumnos disruptivos, Google Classroom, Moodle, cómo gestionar la tutoría, actividades para hacer en la tutoría en cada curso… Yo hice el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) en el 98. Nadie me enseñó todo eso y nunca di informática durante la carrera ni en la escuela. ¿Cuándo debería haber aprendido a hacer todo eso? Lo he hecho, claro, gastando un montón de dinero e invirtiendo tiempo, mucho, mucho tiempo cuando ya ejercía. Y me queda mucho por aprender, la lista está incompleta.

NOEMI ARNAU | Profesora, Barcelona.

«La evaluación la deben hacer docentes con experiencia»

Se debe evaluar a los docentes. Debe existir una rúbrica clara. Lo deben hacer docentes con experiencia y con años de implicación en proyectos, en innovación y en re ovación educativa. Una evaluación debe ser vista como una oportunidad para mejorar, para guiar a los profesores nuevos y para conducir a los que no sean nuevos. Los evaluadores deben dejar clara su tarea. Nunca se debe ver como una amenaza. Pero si se desoye los consejos, entonces deberá hacerse un seguimiento más serio del profesor. Si se ve una trayectoria exitosa, se le debe recompensar de alguna forma.

VALENTÍN VELASCO GEMIO | Profesor de Secundaria, Badajoz

«Las buenas prácticas deberían premiarse con una subida salarial»

Los maestros y profesores sí deberían ser evaluados con el fin de mejorar la calidad educativa. Se podría incentivar a aquellos que trabajen bien mediante una subida salarial. Mientras, los que presenten una práctica profesional deficiente, deberían tener de nuevo un año de prácticas o mayor número de evaluaciones. Asimismo, creo que la evaluación debería ser llevada a cabo por personal externo a cada centro. No obstante, la evaluación debería realizarse como ayuda hacia el docente y, por lo tanto, los alumnos. El fin no debe ser la búsqueda de errores sin más.

SANDRA RUIZ TORRECILLAS | Maestra.

«La evaluación debe ser habitual y servir al profesor para mejorar»

Sí, hay que evaluar a los docentes con el principal objetivo de ayudarles a crecer y asegurar consistencia en las prácticas llevadas a cabo en el centro educativo a lo largo de todos los niveles. También es necesario analizar los datos obtenidos por cursos y a escala de toda la escuela para hallar las fortalezas del centro y las áreas de mejora. En ningún caso debería utilizarse para que los docentes se sientan amenazados por la presencia de un superior en las aulas, sino que debería ser una práctica habitual y algo que celebrar, porque ayuda a crecer al profesorado, al centro y a los estudiantes que, en definitiva, son los principales beneficiarios.

HÉCTOR VALENCIA | Maestro, Lexington, Kentucky (EE UU).

«La evaluación por parte de los alumnos puede ser un problema»

La evaluación al profesorado es una herramienta muy útil para mejorar la calidad de la enseñanza. El problema está en cómo se realiza, ya que la única herramienta que se utiliza es la calificación unilateral del alumnado. Este poder otorgado a los estudiantes no sólo no es suficiente para saber si un profesor es adecuado o no, sino que puede generar en el docente, sobre todo de la enseñanza privada al tener un puesto de trabajo del que puede ser cesado, temor a confrontar al alumno con sus deberes. Evaluación sí, pero con criterios objetivos.

JOSÉ MARIA URETA | Profesor, Madrid.

«¿Evaluación?, sí, pero también a la gestión de las escuelas»

Toda evaluación es buena cuando está bien planificada, es transparente y realista pues muchas veces, aunque la intención es buena, las evaluaciones no son bienvenidas a menos que impliquen un sustantivo reconocimiento de su desempeño por lo cual es motivador participar. No es una exageración cuando mencionamos que los maestros están infravalorados en la sociedad y son víctimas potenciales del burnout [síndrome del trabajador quemado] por la labor que realizan. Atender las causas de este peligro implica evaluar también el sistema y la gerencia de las escuelas que tienen la facultad de organizar y exigir con sabiduría mayor calidad. Para ello hay que dar mayor confianza a la labor del maestro, permitirle ejercer su creatividad y no abrumarlo con documentos burocráticos y no funcionales. Premiar la innovación, permitir el descanso en espacios apropiados, promover sus capacidades con cursos elegidos por los maestros según su necesidad y no imponer las que otros consideren apropiadas. Todo esto beneficiaria sobre todo al estudiante.

No solo una evaluación al docente es necesaria evaluemos las gestiones de las escuelas, evaluemos el mismo sistema educativo que cada año nos sorprende con novedades que parecen lo mismo pero con otros nombres. Examen, sí. Pero reglas claras, exigencias realistas, honestidad, gente profesional que las aplique, transparencia y premios más que castigos.

SUSANA TERRAZAS | Profesora, Lima.

«¿A qué tienen miedo?»

La evaluación es santísima. A nosotros nos evalúan los alumnos cada año como docentes. Como investigadores, estamos continuamente evaluados. Y esto te ayuda a mejorar. Lo que no se evalúa se devalúa. ¿A qué tienen miedo?

CARLOS MARCELO | Profesor de universidad, Sevilla.

«Nos quitaría tiempo para hacer nuestro trabajo»

«Nos obligaría a estar más dedicados a superar esas evaluaciones (sea lo que fuere lo que estás nos exigieran) que a nuestro trabajo: contenidos de diferentes materias y niveles, procedimientos, TIC, legislación, innovación, resultadismo… La evaluación distorsionaría todo. Si se quiere mejorar el sistema educativo es simple: más dinero, menos ratio, menos horas lectivas, más consideración a nuestro trabajo, más respeto, centros menos obsoletos y viejos, dotación de instalaciones deportivas e informáticas, menos cambios de leyes educativas, más confianza y más atención a todos aquellos profesores y profesoras que no están en condiciones de estar trabajando por salud mental u otras circunstancias (que se dan más de lo que nos pensamos).

MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ SUÁREZ | Profesora, Melilla.

«Es imprescindible para establecer un sistema retributivo basado en incentivos»

Si no se realizan evaluaciones, ¿cómo determinar el desempeño de los profesores? La evaluación es imprescindible para implementar mejoras y establecer un sistema retributivo basado en incentivos.

DIEGO FERREÑO | Profesor de universidad, Santander

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/10/06/actualidad/1570387662_005104.html

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México: Los think tanks de la Nueva Escuela Mexicana

América del Norte/México/13-10-2016/Autor: Mauro Jarquin/Fuente: jornada.com.mx

Por: Mauro Jarquin

Aspen Institute es un think tank fundado en Estados Unidos a mediados del siglo pasado. Su interés se ha dirigido históricamente a la defensa del libre comercio entre América Latina y nuestro vecino del norte, el fomento a la inversión extranjera directa en la región y la generación y fortalecimiento de organizaciones civiles situadas en Latinoamérica estrechamente vinculadas a ciertos sectores de la clase política estadunidense.

Desde principios de la década de los 90, se ha interesado en la construcción –y ejecución– de un proyecto de reforma educativa en la región asociado a un nuevo modelo de desarrollo. Como compañero de ruta en tal empresa educativa, Aspen ha colaborado con Interamerican Dialogue, otro poderoso think tank creado a principios de la década de los 80. Por años, Dialogue ha impulsado programas de reforma educativa gerencial en América Latina apoyado por grupos empresariales, asociaciones civiles vinculadas a corporativos y otras fuerzas políticas. Ambas organizaciones comparten un logro en común: influir directamente en la conformación de la Nueva Escuela Mexicana.

Los think tanks pueden ser definidos como entidades generadoras de conocimiento aplicable al desarrollo de políticas públicas. Para tener éxito, echan mano de mecanismos de difusión de sus ideas, tales como campañas mediáticas, reuniones con políticos de alto nivel y foros de discusión con otras organizaciones. Mantienen su trabajo gracias a aportes brindados por fundaciones corporativas y consorcios empresariales, quienes pueden colocar varios intereses en la agenda de dichas organizaciones. Aunque la intervención de think tanks estadunidenses y sus redes internacionales en la política educativa nacional no es un tema nuevo, sí es novedosa la forma con la cual el fenómeno se ha presentado en el actual proceso de reforma. Si antes dichas organizaciones se hacían presentes con fines de consultoría, a solicitud de instancias gubernamentales, ahora han pasado a formar parte del proceso político mismo, ya sea realizando trabajo logístico (Aspen), dotando de contenido a determinadas políticas (Dialogue) o desarrollando iniciativas constitucionales (México Evalúa).

El alcance político de tales organizaciones se mostró con claridad el pasado 8 de octubre con la presentación del Laboratorio de Educación, un proyecto realizado entre la organización Méxicos Posibles y Aspen Institute, con colaboración de la consultora internacional Reos Partners, vinculada en otro momento a Todos pela Educação, una organización hermana de Mexicanos Primero, situada en Brasil. El acto fue presidido por el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, acompañado de políticos de distintos partidos, integrantes de Mexicanos Primero, autoridades educativas locales y representantes sindicales del magisterio, tanto oficiales como disidentes.

El Laboratorio inició sus trabajos en noviembre de 2018 con la finalidad de apoyar los esfuerzos de transformación de la educación para mejorar el aprendizaje de los niños y adolescentes de México. Para ello, se convocó a actores clave de los sectores público, privado y social. Entre ellos podemos encontrar a David Calderón y Jennifer O’Donoghue (Mexicanos Primero), Patricia Vázquez (ex consejera del INEE), Irán Santiago (Morena), Enrique Ku (Conalep), Beatriz Paredes (PRI), Carlos Jonjitud (hijo del ex dirigente del SNTE) y Víctor Zavala (CNTE), entre otros.

Por otro lado, los trabajos del Laboratorio contaron con un significativo financiamiento de fundaciones privadas tradicionalmente interesadas en intervenir en el campo educativo, como Coppel Comunidad, Fundación Bimbo, Fundación Cinépolis, Fundación UVM, Grupo Salinas y el SNTE.

Más allá de la composición del grupo, resultan interesantes los resultados y conclusiones obtenidas a partir del trabajo que el equipo llevó a cabo durante casi un año, los cuales embonan claramente con el contenido de los cambios constitucionales y las nuevas leyes secundarias. Estos resultados tomaron forma de proyectos educativos que buscarán probarse a nivel piloto, para posteriormente ser lanzados a escala nacional. Hay algunos elementos preocupantes. Tales como:

Asignación presupuestal directa a las escuelas con el fin de aumentar las posibilidades de resolver problemas identificados por la comunidad y desarrollar proyectos propios. Dicha propuesta, elemento constante en las políticas de autogestión escolar, representa un riesgo para la condición de gratuidad en la educación. Al ampliar el margen de intervención de los padres de familia, se amplían también sus responsabilidades con respecto a las necesidades de manutención escolar.

Educación para la paz y participación ciudadana en el modelo pedagógico y en el currículo. Al igual que en las leyes secundarias, se mantiene el esquema de gobernanza en educación, que en términos concretos ha significado la inclusión de grupos privados, representantes de la sociedad civil, a la esfera de toma de decisiones sobre el destino educativo nacional.

Liderazgo escolar que ejerce el directivo. Con ello se busca que éste se constituya como el agente disciplinario del espacio escolar. Sin embargo, la mejora educativa no requiere más coerción, sino cooperación entre quienes integran las comunidades educativas.

La primavera de los think tanks ya está aquí. Y ante el soberbio arribo del conocimiento experto apuntalado por el nuevo oficialismo, la apuesta vigente es aún construir futuros desde nuestras escuelas.

Fuente: https://jornada.com.mx/2019/10/12/opinion/016a2pol

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Video: ¿Por qué desertan los alumnos universitarios y cómo impedirlo?

América del Norte/México/13-10-2019/Autora: Paulette Delgado/Fuente: observatorio.tec.mx

Por: Paulette Delgado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La retención de alumnos es un tema apremiante en el mundo de la educación superior. Según una encuesta aplicada a presidentes universitarios en Estados Unidos, este tema es uno de los más preocupantes.

Y es un tema que afecta a todo el mundo, según New York Times cada uno de tres de los alumnos americanos desertan en el primer año y el 56 % de los que entran a una carrera no se gradúan. En México, según Expansión, el 49.7 % de los estudiantes desertan. Por su lado, El Espectador reporta que un 42 % de alumnos Colombianos tampoco terminan la carrera. Aún más preocupante son los resultados de una investigación del Banco Mundial donde calculan que sólo el 50 % de los alumnos que inician sus estudios superiores llegan a graduarse.

En una entrevista para El Observatorio y la Pontificia Universidad Católica del Perú, Luis Raúl Domínguez Blanco, director de Liderazgo y Promoción Estudiantil del Tecnológico de Monterrey, habló de este tema y sobre qué está haciendo el Tec de con su nuevo Modelo Educativo Tec21 para contrarrestar el problema.

Para empezar, es importante analizar las causas por las cuales los alumnos deciden no graduarse. Y aunque existen muchas razones, ya sea personales o un conjunto de diversos factores, según U-Planner la mayoría caen en uno de los siguientes ocho puntos.

Ocho razones por las cuales los alumnos no se gradúan

  1. Problemas financieros

    • Este es uno de los principales motivos de deserción estudiantil. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, este tema se vuelve más complicado debido a los préstamos, ya que se suma a una deuda estudiantil que los empuja a salir de las universidades. Y esto sucede porque muchas veces subestiman el costo de las universidades más allá de la matrícula (vivienda, alimentación, servicios, libros, etc.) y ya es demasiado tarde cuando se dan cuenta de que no pueden cubrir los costos.

  2. Mala preparación

    • Aunque parezca increíble, un grave problema que enfrentan los alumnos es la poca preparación que recibieron en la educación básica y de bachillerato, especialmente en temas de lenguaje y matemáticas. Aunado a eso, muchas veces los estudiantes no saben cómo manejar la carga de trabajo por lo que deciden abandonar sus estudios. Otro punto en el que los jóvenes no suelen estar preparados es el tema de la autonomía. En estos puntos, las universidades tienen mucho trabajo que hacer en entender y apoyar más a los estudiantes para que logren adaptarse a la vida universitaria.

  3. El estudiante no sabe si eligió la carrera correcta
    • Los profesores universitarios ven dos tendencias, o la especialización no cumplió con las expectativas del alumno o no fue lo que quería estudiar. Las ciencias sociales suelen ser las más afectadas en comparación con aquellas que tienen requisitos más específicos para entrar, como la carrera de medicina.

  4. Conflictos laborales o familiares
    • Según la Fundación Bill y Melinda Gates la principal razón por la cual estudiantes abandonaron sus estudios en 2009 fue por conflictos entre su escuela, trabajo y familia. Uno de cada tres encuestados mencionaron que les era muy complicado equilibrar el trabajo y la escuela.

  5. Reprobar materias
    • Cuando un estudiante repite clases básicas, se sienten muy abrumados al respecto, más al ver cómo se van atrasando. Además, emocionalmente, se vuelve muy pesado para los estudiantes ya que se estresan con la sobrecarga y sufren de agotamiento.

  6. Falta de apoyo de los maestros y consejeros
    • La experiencia que tienen los alumnos con los maestros puede hacer o deshacer su futuro ya que los puede motivar a seguir adelante o hacerlos renunciar por completo. Expertos opinan que la experiencia puede mejorar si se adopta un enfoque personalizado ya que ayuda a prevenir la insatisfacción.

  7. Mal ambiente escolar
    • Otra razón es simplemente el aburrimiento de los estudiantes, lo cual demuestra falta de participación de su parte. Según una encuesta de GradNation.org realizada en 2015, la segunda razón por la que los alumnos desertaron fue por aburrimiento y por sentir que a nadie le importa si asisten o no a clases. También mencionaron como motivo un mal ambiente escolar y problemas entre los maestros y la administración.

  8. Falta de apoyo 
    • Este problema, a diferencia de todos los anteriores, es un reflejo del mal manejo de la institución. Especialmente cuando un alumno sufre una combinación de los problemas anteriores y busca apoyo y no lo obtiene y es por eso que decide renunciar a sus estudios.

Que un alumno decida abandonar sus estudios nos impacta a todos, principalmente al alumno que pierde su inversión económica y de tiempo en sus estudios. Y no hay una salida fácil para resolver esta problemática global. Por su parte, el Tec de Monterrey, junto a su nuevo Modelo Educativo Tec21, está buscando cómo combatir esta problemática desde la raíz. Para descubrir más al respecto, escucha su entrevista donde habla el programa LiFE, cuyo propósito es mejorar la experiencia universitaria de los estudiantes.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/desercion-universitaria-como-impedirla

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Opinion: Universities Don’t Prepare Students for Freelance Life (and They Should)

By: Sofía García-Bullé

Universities should prepare students for independent work and the gig economy.

The labor market has been transformed in the last decade to such an extent that today, self-employment and independent workforce dominate its structure. Recruitment and staff management practices are pointing to a severe reduction in permanent job positions. The backbone of the workforce today is made up of freelancers, also known as independent or autonomous workers.

In Mexico, 14 million people are classified as self-employed or freelancers; in India, they totaled 15 million in 2016 and the number is currently estimated to 20 million; in the United States, self-employed workers number up to 57 million. As for the share of their respective national economies, the informal Mexican workforce produced 22.7% of Gross Domestic Product (GDP) during 2018; US freelancers contributed 1.3 trillion dollars; amounting to 6.7% of GDP (2018), and in India, the informal labor market is estimated to grow from 20 to 30 trillion rupees by 2025.

Despite the steady growth of global independent workforces, there is still no formal effort in universities to prepare students for the freelance life and the gig economy. True, there are many educational courses and programs focused on instructing and inspiring young people to start their own businesses as entrepreneurs. The problem is that often, educational institutions do not discern that undertaking their own business is not the same as working independently.

The difference between an entrepreneur and a freelancer

An entrepreneur is a person who starts a company and takes financial risks intending to make economic profits; a freelancer is an independent professional who offers his/her services by projects to a specific company or organization.

In theory, the definitions look very different; in practice, not so much. Both figures, the entrepreneur and the freelancer, have to make their own schedules, respond to their clients, manage their finances, and in some cases, manage staff. The biggest difference would be that the entrepreneur owns and is responsible for the business, while the freelancer is an outsourced person who operates independently. This is why the preparation given to each one should also be different. What skills should a freelancer possess to have a successful career in the non-traditional workforce?

The skills of a good freelancer

The road to any successful career trajectory begins by learning and knowing yourself. The starting point for a stable platform of independent work is to know which skillsets are useful in the chosen workforce, to investigate how much they are worth in economic terms, which companies are soliciting people with those skills, and whether the skills will continue to have value in the future.

Mastering the formation of business relationships or “networking” is crucial to maintaining stable sources of work in the independent sphere; to achieve this, constancy and cultivation of emotional intelligence are indispensable tools. Time management and task organization are also vital to ensure a manageable workflow that allows tending to multiple projects at one time and maximizing the profits of the freelancer.

Independent work has the advantage of allowing the freelancer to manage their time as they see fit, but the disadvantage is not having the stability of a plant job. Many freelancers live on unequal income receipts that they must distribute throughout the year. For this reason, financial education should be an essential subject for all people who want to pursue independence and work as a freelancer.

Knowing how to sell and value their own work would help self-employed workers to make a profit commensurate with the time they invest and the quality of their work. To stay up to date, independent workers need to commit to lifelong continuing education to provide themselves with new skills and increase the economic value of their work.

These are all notions that most freelancers learn on the fly, but these considerations are not included in programs of higher education. Most of the efforts of educational institutions focus on the formal labor market, with things such as job fairs, entrepreneurial startups, business incubators, grants, and networking events.

What are the areas of opportunity for universities?

It would be wrong to say that universities have made no effort to prepare students for the independent job market; however, these initiatives need a wider lens. Most of the educational bodies that offer training outside the formal labor market focus on business professionals and entrepreneurs.

Today, one of the most populated markets in the freelancer sphere is computer science, which encompasses cybersecurity, equipment repair, technical support, and so on. Due to the constant need for information systems and equipment in companies, these careers have a very close relationship with business and entrepreneurship. However, writing, editing, and proofreading (or correction of proofs) are more perceived as niche services, despite the growing need for content that establishes a brand presence. Universities have therefore failed to see the need to educate professionals in this area for the management of self-employment and freelance work.

There are many agreements between companies and universities to help students integrate into independent work. Still, there are very few associations that higher education institutions have intending to connect students to project work, give them an idea of how to value their work and point them to which companies have best practices and more job opportunities.

Until independent work is regarded as a widespread trend, students will not be well prepared for the management of self-employment and will have fewer tools to assure themselves opportunities for the non-traditional workforce.

Source: https://observatory.tec.mx/edu-news/universities-do-not-prepare-students-for-freelance-professional-life

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Sebastián Llovera: El arte sirve para formular preguntas

Por: www.elnacional.com (Equipo multimedia) 

Tiene 27 años de edad y es el ganador del primer lugar del Salón Jóvenes con FIA. No se ata a una técnica de expresión en particular y tampoco cree que es una obligación crear a partir del contexto actual del país.

Fuente: https://www.elnacional.com/uncategorized/sebastian-llovera-el-arte-sirve-para-formular-preguntas-2/

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