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Corrupción y educación

Por: Enrique Rojas.

 

Amanecimos con nuevos titulares sobre la corrupción del gobierno anterior, y aparecen estas preguntas: ¿Cómo no los descubrieron antes? ¿Cuánto se habrá llevado cada uno? ¿Cuánto nos va a costar a nosotros esa corrupción?

Preguntas cargadas de impotencia, enojo o frustración.

Pero existe la gran ausencia de otras preguntas que aborden el origen de esos problemas y que pudieran, si quisiéramos, generar un cambio: ¿Por qué somos corruptos como sociedad? ¿Por qué no nos preguntamos el porqué somos corruptos como sociedad?

Y me atrevo a decir que la corrupción está normalizada en nuestra convivencia, desde el momento que es más importante el saber cómo lo hicieron que por qué llegaron a hacerlo.

Pareciera más relevante descubrir a los que delinquieron y que “paguen” que preocuparnos de que esto no vuelva a suceder, de la sociedad que estamos generando.

De ninguna manera esta columna responderá a esas preguntas, pero quiero abonar al debate poniendo sobre la hoja ciertas reflexiones del recientemente fallecido Claudio Naranjo, uno de los pioneros y referentes de la psicología transpersonal, que con respecto a la educación aborda una mirada que ha sido poco difundida y merece ser revisada.

Naranjo cuestiona el modelo de sociedad y de educación actual, plantea que la educación está diseñada para tener trabajadores, no para tener desarrollo humano, y que lo que se necesita es una educación sanadora para una sociedad que no se sabe enferma, una educación para el desarrollo de competencias existenciales, más allá de las laborales o académicas.

La civilización supo autoidealizarse, se volvió rapaz y no se reconoce como tal.

La crisis que atravesamos es la crisis de hábitos que no son legítimos y que vienen de la mente patriarcal, de un modelo de gobierno jerárquico basado en la obediencia, la acusación y el castigo.

Para que una educación sea sanadora debe proponerse trascender esta forma de ser, esta neurosis universal que ha eclipsado nuestra parte solidaria, nuestra parte naturalmente amorosa a través de la fuerza de la competitividad rapaz. Se ha vuelto el ser humano contra su naturaleza.

No tenemos un amor verdadero propio, somos capataces duros de nosotros mismos, nos explotamos por nuestra vanidad o una promoción, nos culpamos. El papel de la sicología ha sido en parte desculpabilizar a las personas por sus deseos, para que puedan integrarlos en su vida.

El cambio en la educación sería la forma de salir de este modo de funcionar del mundo.

La pregunta ante ese cambio es: ¿quién va a educar a tales nuevos educadores? ¿Cómo educar educadores para una tarea tan diferente a la que han tenido hasta ahora?

Eso, plantea Naranjo, es la prioridad, la formación de formadores que sepan transmitir competencias existenciales como el amor al prójimo y el autoconocimiento, el sentido de los valores, la libertad y el desapego.

Tenemos una educación que viene modelada por la sociedad industrial, creada por el sistema económico. Es utópico pensar en un cambio absoluto, pero sí se puede integrar un modelo que rescate otra mirada, pero para eso hay que empezar por hacerse nuevas preguntas.

Como decía Oscar Wilde, “vivimos con respuestas a preguntas que nunca nos hicimos”.

Fuente del artículo: https://www.eluniverso.com/opinion/2019/08/08/nota/7461573/corrupcion-educacion

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Siete propuestas para continuar cambiando la realidad educativa

Por: Edgardo Zablotsky.

 

La educación debe transformarse en un servicio público, ¿o acaso el derecho a la educación es secundario al de huelga? ¿Quién puede pensar que los días perdidos se recuperan?

 El 19 de octubre de 2011 el por entonces ministro de Educación Alberto Sileoni señaló: “hay miles de alumnos y educadores que prueban que la educación pública argentina está viva y en movimiento”. El 11 de septiembre de 2012 expresó que “un buen educador es un militante que está comprometido con su trabajo”. Un año después tuiteó: “No decimos que estamos en el paraíso, pero hemos reconstruido el sistema educativo y estamos construyendo un país distinto”.

Para plantearnos hacia dónde vamos es importante recordar de dónde venimos. En educación aún estamos muy lejos de aquella ansiada revolución educativa. Pero afortunadamente también lo estamos de aquel pasado que acabo de ilustrar. Esta nota enumera siete propuestas que pueden contribuir a esa revolución.

1) Es necesario que los padres comprendan la emergencia educativa. Las evaluaciones son clave para ello, pero los resultados a nivel de escuela deben ser públicos. Es imprescindible, tal como lo solicitó el presidente Macri al Congreso los dos últimos años, modificar el artículo 97 de la ley 26.206, que prohíbe la difusión de los resultados por escuela. Su modificación despertaría a los padres y le daría al Gobierno el apoyo para enfrentar a los sindicatos docentes, los más acérrimos defensores del statu quo.

2) Frente a la irresponsable utilización del paro, muchas veces motivado en fines políticos, la educación debe transformarse en un servicio público, ¿o acaso el derecho a la educación es secundario al de huelga? ¿Quién puede pensar que los días perdidos se recuperan? Por supuesto, los niños de familias humildes son los más perjudicados. Es claro que esta no es la única forma de defender el derecho a la educación de aquellos niños de familias económicamente desfavorecidas. Las próximas dos propuestas son ejemplo de ello.

3) En Uruguay el mecenazgo educativo es una realidad. Ello permite la existencia de escuelas gratuitas de gestión privada, religiosas y laicas, que se financian con aportes de empresas y brindan educación de excelencia a adolescentes en zonas carenciadas. La ley 18.834 del país hermano establece que por cada 100 pesos que empresas donan a escuelas en zonas carenciadas, el costo real para ellas es de 18,75, porque el 75% de lo que donan lo pueden aplicar directamente a impuestos y el otro 25% es un gasto deducible de la renta. El Gobierno incentivó fuertemente el mecenazgo cultural, una legislación como la uruguaya sería su lógica contraparte y contribuiría a generar la igualdad de oportunidades que merece todo niño independientemente de su cuna.

4) ¿No sería razonable que aquellas familias que optasen por retirar a sus hijos de una escuela de gestión pública y enviarlos a una de gestión privada reciban, por ejemplo, una reducción en su carga impositiva que represente un porcentaje del costo de educar un niño dentro del sistema público y se deposite dicho monto en una cuenta de ahorro, que tan sólo pueda ser utilizada para fines educativos? Ninguna familia estaría peor por tener la posibilidad de elegir y aquellas que optasen por hacer uso de esta prerrogativa estarían mejor por acceder a la posibilidad de decidir qué tipo de educación es más apropiada para la educación de sus hijos, en función de sus aptitudes, gustos y valores familiares.

5) Es bien sabido que la Argentina es un caso de estudio en virtud de la ley 27.204, que prohíbe cualquier tipo de evaluación para estimular un ingreso de estudiantes bien preparados a la universidad. Como señala Alieto Guadagni, no se conoce en el mundo otra ley universitaria de estas características. ¿Puede el resto del mundo estar tan equivocado? Es claro que no, la masiva deserción es evidencia de ello. La modificación de la ley 27.204 evitaría estafar a miles de jóvenes que pierden valiosos años de sus vidas realizando estudios que nunca habrán de concluir, en lugar de prepararse para desarrollarse plenamente en su vida adulta. Este hecho motiva la siguiente propuesta.

6) Adaptar el sistema de educación dual alemán a nuestra realidad, lo cual facilitaría incorporar a la sociedad productiva a miles de potenciales ni nis. En el sistema dual, los estudiantes adquieren experiencia laboral en empresas, aún antes de su graduación de la escuela secundaria. Conforme pasan los años, el joven incrementa el tiempo en la empresa y reduce el tiempo en la escuela. Las prácticas profesionalizantes de la Ciudad de Buenos Aires marcan un avance en la dirección correcta, pero aún resta mucho por recorrer para acceder a un real sistema de educación dual.

7) Incentivar la formación de capital humano de millones de adultos beneficiarios de planes sociales, muchos de los cuales conducen a la cronificación de la pobreza. En 2018 el Gobierno dio un importante paso al reemplazar tres programas por un nuevo plan que cuenta con dos ejes centrales:“Educación Formal Obligatoria”, mediante la cual los beneficiarios deberán finalizar sus estudios secundarios y“Formación Integral”, que los capacitará a través de cursos y prácticas profesionales. Es imprescindible generalizarlo. Nadie, en condiciones de trabajar, debería acceder al subsidio de no cumplir con este requisito. De lo contrario la Argentina se convertirá en una sociedad de clases donde una elite educada mantiene a una clase permanente de desempleados: un escenario fiscalmente insostenible y humanamente reprochable.

¿Se avanzó en el terreno educativo en estos cuatro años? Definitivamente sí, recordar el pasado es suficiente para afirmarlo. ¿Se llevó a cabo una revolución educativa? Es claro que aún no. Implementar alguna de estas propuestas contribuiría a ello.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/propuestas-continuar-cambiando-realidad-educativa_0_2MEL2jIw-.html

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10 cortometrajes sobre igualdad y no discriminación

Por: Educación 3.0. 

¿Habéis tenido la oportunidad de trabajar en el aula la igualdad y no discriminación? Si es así, ¿qué recursos habéis utilizado? En EDUCACIÓN 3.0 apostamos una vez más por el formato del cortometraje, proponiéndoos la siguiente selección de cortometrajes sobre  igualdad. Si conocéis otros, ¡no dudéis en compartirlos! 

Cortometrajes sobre igualdad y no discriminación para el aula y casa

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Este vídeo forma parte de una campaña que quiere desterrar el mensaje negativo que se esconde tras la expresión ‘hacer las cosas como una niña’. Para ello plantea a sus participantes una serie de situaciones que deben desarrollar y, a continuación, preguntan a un grupo de niñas y mujeres su percepción acerca de cuando oyen estás palabras.

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A pesar de no ser un cortometraje, hemos creído interesante incluir este vídeo. Su protagonista es la pequeña Daisy, quien muestra cómo son los mensajes que aparecen en unas camisetas según sean para chicas o chicos. En el caso de ellas, textos como ‘Hey’, ‘Hermosa’ o ‘Me siento fabulosa’ son habituales. Para ellos, lo modelos que muestra incluyen mensajes como ‘Las aventuras en el desierto te esperan’ o ‘Héroe’. Daisy reflexiona sobre esta situación y lo que le parece.

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Este cortometraje de animación 3D e imagen real busca concienciar sobre los estereotipos de género en los cuentos y reivindicar el poder de la imaginación para derribarlos. Está protagonizado por una niña que imagina un cuento de princesas donde las chicas pueden ser pilotos, las carrozas son coches deportivos y los bailes en palacio son en realidad emocionantes carreras. Se ha inspirado en la historia real de Michèle Mouton, piloto de Audi y la primera mujer en ganar una carrera del Campeonato Mundial de Rally en 1981.

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Se trata del vídeo oficial del proyecto de coeducación ‘La peluca de Luca’ y su deseo de romper y eliminar los prejuicios y estereotipos vinculados al género masculino y femenino para favorecer la igualdad y no discriminación.

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“No nos hagas de menos y no piensen que por que somos niñas no vamos a jugar bien”. Esta frase es un extracto de uno de los diálogos incluidos en esta propuesta animada de valor educativo. Reflexiona acerca de la igualdad y la no discriminación en el deporte entre los niños.

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6Zero

Rodado con la técnica del stop-motion, se trata de un cortometraje que habla de la discriminación y la capacidad de superación que tienen las personas. En el universo que se refleja en esta cinta, cada persona al nacer tiene un número que le acompañará de por bien y en función de éste su destino (por decirlo de alguna manera) queda establecido. Por eso, la que nace con el número 0 sabe que acabará siendo marginada por el resto. Pero la vida siempre te puede sorprender…

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Estamos acostumbrados al conocido cuento infantil de los Hermanos Grimm, ¿pero que os parecería darle una vuelta?Entonces, no os podéis perder esta propuesta que ha sido adaptada a las diferencias de género. Su contenido, por otro lado, os vendrá bien si estáis pensando en tratar temas de diversidad.

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Gracias a este cortometraje escrito y dirigido por Diego García, además de trabajar con los estudiantes el valor de educar en la igualdad, lo podéis aprovechar para abordar otros temas de interés como el respeto y la tolerancia. La fotografía de esta propuesta, que también trata la violencia de género, resulta exquisita.

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9Swing of Change

Ambientado en la ciudad de Nueva York de los años 30, el protagonista de este largometraje es un barbero llamado Harry que no acepta a las personas de raza negra. Pero un día todo cambia y esa actitud racista derivará hacia el respeto e igualdad de las personas con independencia de su color de piel.

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El Príncipe Ceniciento es un libro que fue escrito por Babette Cole y posteriormente fue adaptado al formato audiovisual a través de esta pieza. Propone una versión diferente y divertida de la Cenicienta: lo hace con mucho humor, elimina estereotipos y deja entrever como las labores del hogar es cosa tanto de hombres como de mujeres.

Fuente del documento: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/cortometrajes-abordar-igualdad-no-discriminacion/61739.html

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La educación como derecho laico, gratuito, obligatorio y político

Por: Sofía García-Bullé.

El ejercicio educativo tiene el potencial de ser una fuerza transformadora; puede promover la solidaridad, la justicia y la democracia, entre otros valores sociales fundamentales, pero para que esto se logre, necesita ser política.

Sin embargo, la manera tradicional en que vemos la educación aboga con fuerza en contra de esta idea, argumentando que el proceso educativo debe estar libre de intereses políticos. Este punto es sólido, pero la mayoría de las veces que decimos que la educación debe ser apolítica, lo que en realidad queremos expresar es que necesita ser apartidista.

Existe una diferencia entre liberar la educación y desligarse de los intereses de la clase política, que privarla de la conciencia social necesaria para entender el sistema bajo el cual se nos gobierna y aproximarnos a este con un sentido crítico.

La educación en tiempos de Freire

Pablo Freire, uno de los teóricos de la educación más importantes del siglo XX, tenía una manera muy peculiar de ver un ejercicio educativo aparentemente neutral. Freire sostenía que lejos de proveer a los niños y jóvenes de una educación sin prejuicio político, al evadir el tema completamente, se les negaba la oportunidad de aprender sobre los mecanismos que oprimen y mantienen a un sector específico en el poder.

“La educación sistemática refleja los intereses de quienes detentan el poder y no puede cambiarse radicalmente un sistema educativo si no se transforma el sistema global de la sociedad”.

Freire agrega que sería ingenuo pensar que las clases dominantes implementaran una filosofía educativa que les trabajara en contra. Por lo que en su lugar, la educación se convierte en el recurso para mantener el orden e implantar la idea del respeto a la autoridad.

La civilidad, el respeto y el reconocimiento de las jerarquías sociales son importantes para funcionar en cualquier tipo de sociedad pero, ¿qué pasa si solo enseñamos esto y no el sentido crítico que mantiene a estos mecanismos institucionales fieles a intereses democráticos?

Así se forman estructuras basadas en liderazgos unilaterales, que facilitan una sociedad pasiva y apática, susceptible a la instauración de una clase política insuficiente, en el mejor de los casos, o de dictaduras en el peor.

A los estudiantes hay que darles guía, pero también voz

Para Henry Giroux, crítico cultural y uno de los teóricos fundadores de la pedagogía crítica en Estados Unidos, la educación es realmente la producción de agencia. El método educativo debe habilitar narrativas que amplíen las perspectivas del estudiante para consigo mismo, su lugar en relación con otros y el mundo.

Tanto Freire como Giroux se inclinan por un enfoque educativo que sea tan democrático como buscamos que sea nuestra forma de gobernarnos.

“Cuando pones a las criaturas en fila y les dices que no pueden hablar y deben escucharte a ti como profesor, el currículum oculto que se transmite es que no tienen derecho a hablar, no tienen derecho a ser parte de la forma de educar”.

El crítico sostiene que para contrarrestar los efectos de una educación neutral desprovista de nociones políticas, es necesario empezar con cosas simples. Cambios como un acomodo del aula en el que los alumnos se sienten en círculo y no en hileras, promueve el diálogo por encima de la obediencia ciega; un sistema de evaluación que tome en cuenta las habilidades obtenidas para complementar los exámenes y los valores numéricos con los que estos se califican, podría abrir la senda a un aprendizaje activo en vez de pasivo.

Es crucial que el maestro tome un rol propositivo en vez de impositivo si se busca educar para pensar y no solamente para obedecer. La conciencia social, la responsabilidad civil y el pensamiento crítico comienzan en el aula, si se toma la tarea de cultivarla.

La educación no puede separarse de su rol social y político. Bajo este contexto, la educación puede ser muchas cosas, puede ser una herramienta para mantener el statu quo de una sociedad, una fuerza para transformarla, un ecualizador, un mecanismo de descubrimiento; pero siempre es una de estas cosas, nunca neutra.

Nuestra labor como educadores es cuestionar hacia cuál de estos espectros nos estamos inclinando y por qué. Si los estudiantes son el futuro, los docentes son los que lo moldean. Ser neutros en la manera de educar es permitir que un sistema ajeno al propósito básico de la educación decida por nosotros cómo se moldea este porvenir.

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9 de agosto aún no es de los pueblos indígenas

Por: Ollantay Itzamná
Desde 1994, la comunidad internacional conmemora cada 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas mediante diversas actividades públicas para sensibilizar y visibilizar los derechos humanos jurídicamente reconocidos a los pueblos.

Sin embargo, a 25 años de estar celebrando esta fecha, y a 30 años de la aprobación del Convenio Internacional nº 169 de la OIT sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, las condiciones de subordinación/aniquilación para las y los indígenas recrudecen.

El sistema mundo occidental capitalista, en su fase de acumulación por despojo violento, está obligando a los pueblos indígenas a defender sus territorios por vías no violentas, pero la respuesta sistemática de las empresas-estados es la criminalización y asesinato de indígenas defensores de sus territorios.

Si hacemos un balance de los asesinatos de defensores de derechos en países como Guatemala, Colombia o México, casi el 100% de defensores de derechos asesinados son indígenas. En lo que va del 2019, de los 8 asesinatos de defensores miembros del movimiento social que acompaño en Guatemala, todos son indígenas.

Los bicentenarios estados criollos de Latinoamérica aún continúan tratando a indígenas como si fueran una especie de la fauna silvestre. No únicamente porque las y los indígenas viven sin Estado, sin derechos, ni oportunidades, sino porque las políticas de “mestizaje” y de eugenesia (blanqueamiento genético) continúan vigentes y potentes mediante dispositivos culturales criollos instalados.

Un indígena para ser ciudadano en una República criolla está irremediablemente condenado a renegar de su “ser indígena” y a asimilar el alma criolla. En los estados criollos el indígena que no renuncia a su identidad/dignidad sólo tiene obligaciones, mas no derechos. Mucho menos oportunidades.

El sistema mundo occidental colonizador, en su versión neoliberal, no sólo invade, despoja y destruye territorios indígenas/santuarios ecosistémicos, también rentabiliza el remanente cultural indígena (que dejó siglos de colonialismo permanente) como un exitoso bien comercial exótico.

Así, los cuerpos de indígenas, especialmente de jóvenes, envueltos en tejidos multicolores, son expuestos como anzuelos para atrapar la atención del consumidor en los mercados postmodernos.

Suficiente observar ciudades como Oaxaca, Cusco, Antigua Guatemala… Ocurre con los vestigios de las espiritualidades indígenas. Ocurre con la gastronomía. Ocurre con la indumentaria fruto de la Colonia. Ocurre con los lugares/legados arqueológicos… Incluso con el cerebro y psicología de indígenas profesionalizados.

El año 2019 está establecido, por la ONU, como “Año Internacional de Lenguas Indígenas”. Aunque los indígenas no hablamos lenguas, sino idiomas, porque el término lengua es una construcción ideológica para “naturalizar” la subordinación indígena a las culturas oficiales (que sí hablan idioma). Sin embargo, las y los indígenas conscientes no deberíamos distraernos únicamente en la defensa/ejercicio de nuestros derechos culturales. Debemos transitar hacia el ejercicio de los derechos políticos y económicos.

La proclamación y ejercicio de las autonomías indígenas, en base a la norma internacional, es una tarea aún pendiente casi para todos los pueblos indígenas. Ejercer autonomía requiere necesariamente recuperar nuestros territorios. Y esto implica reconfiguración estructural de los estados criollos en estados plurinacionales. Sin territorio, y sin autonomía, toda lucha indígena es miope.

Quizás uno de los legados de los 25 años del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, o los 30 años del Convenio Internacional nº 169, sea el avance en la sensibilización/ejercicio de los derechos culturales (idioma, traje, comida, espiritualidad). Pero, mucho de este esfuerzo se pervirtió en el culturalismo y oportunismo indígena rampante.

A tal grado que en países envidiablemente multiculturales como Guatemala, con frondosas ONG y cooperación internacional pro indígenas, tenemos “reinas” mayas (jóvenes) coronadas y envueltas en aparatosos trajes indocoloniales haciendo ceremoniosas filas para reverenciar y besar la mano del candidato presidencial criollo (del sector ultraconservador/militar). Esto ocurre, ahora.

O la humillante lambisconería de intelectuales y académicas mayas celebrando rimbombante Congreso Académico sobre Racismo, en 2018, en Guatemala ciudad, nada menos que para legitimar y posesionar el logotipo y el nombre de la USAID como el benefactor más sublime de Guatemaya.

Que el 9 de agosto nos motive hacia el activismo reflexivo y auto crítico a las y los indígenas privilegiados. Sobre todo a transitar del culturalismo/folclorismo hacia la promoción/ejercicio de los derechos políticos y económicos. Es verdad que 9 de agosto aún no es, ni será, para todos nuestros hermanos/as de las comunidades rurales, pero si las y los indígenas privilegiados (sin abandonar nuestras comunidades) le apostamos a la autonomía indígena, los territorios y el Buen Vivir, creo que habremos acelerado el esperado amanecer que tarda en clarear para la humanidad.

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Un paso adelante

Por: Atilio Borón

El domingo próximo las PASO ofrecen la oportunidad única de comenzar el proceso de remoción de la plaga que viene destruyendo a la Argentina desde el 10 de diciembre del 2015.

La catástrofe económica, social, institucional, política y cultural del macrismo debe ser frenada antes de que sea demasiado tarde y el retroceso integral y la descomposición de la sociedad argentina cruce una fatídica línea de no retorno que condene a sucesivas generaciones a vivir en un país brutalmente injusto y, sobre todo, sin futuro. La camarilla gobernante ha puesto en marcha un plan cuyo éxito, para sus mentores y ejecutores, es indudable: con saña y metódicamente saquearon a la Argentina (pues eso fue lo que vinieron a hacer) y si para el país esto ha sido una catástrofe para ellos fue una bendición. Se enriquecieron como nunca y en tan poco tiempo, mientras hundían al resto en la pobreza, la exclusión social y la desesperanza. Las capas medias vieron derrumbar su nivel de vida y evaporarse sus aspiraciones de progreso a la vez que las clases y capas populares se sumergían en la miseria. Crece también el desamparo de las jóvenes generaciones y de los ciudadanos mayores, víctimas de un lento genocidio social: la privación de vacunas y alimentos para los niños y de remedios, atención médica y demás necesidades básicas para los adultos mayores es eso, un genocidio social cuidadosamente planificado. Una economía que no crece pero, en su lugar, lo hacen las fabulosas fortunas de los más ricos.

Las recientes estadísticas que muestran como se enriquecieron los jerarcas del régimen y sus compinches a la vez que ilustran como aumentaron la pobreza y cayeron los salarios reales y los haberes jubilatorios es una fotografía obscena y espeluznante que refleja de modo diáfano lo que es el capitalismo: una máquina de fabricar pobres e indigentes, de producir injusticia, de favorecer a los ricos y poderosos y oprimir a los demás apelando a la manipulación «massmediática» y, también, a la elocuencia disuasiva de las balas. Sólo se puede atemperar este verdadero holocausto social si hay un gobierno y un estado que fijen reglas que pongan fin a este latrocinio institucionalizado.

Claro que para que éste se termine hará falta ir mucho más allá y avanzar hacia un horizonte poscapitalista, como de a poco lo están haciendo algunos países nórdicos en donde la salud, los medicamentos, la educación y la seguridad social dejaron de ser mercancías que se venden a precio escandaloso para convertirse en derechos universales. O como lo hace, en nuestra región, la acosada Cuba que pese a sesenta años de hostigamiento sigue teniendo los mejores índices de salud pública de la región y de casi todo el mundo. Por lo tanto, que nadie hable aquí de “utopías” irrealizables. Si existen la fuerza y la voluntad políticas necesarias todo esto se puede lograr en un plazo históricamente breve.

Por eso en este próximo domingo no debe haber confusión alguna: será decisivo propinar una derrota contundente al macrismo, y preparar de ese modo una victoria inapelable en la primera vuelta que tendrá lugar el 27 de octubre. Para ello habrá que concebir nuestro voto de este domingo como un instrumento de lucha; como la elemental honda de David que tumbó al arrogante e imponente Goliat. Si concentramos nuestro apoyo en la única fórmula real de recambio del macrismo, el Frente de Todos (porque ya es evidente que ninguna otra puede hacerlo) daríamos un enorme paso adelante. Y si en octubre llegáramos a triunfar deberíamos de inmediato potenciar la organización y concientización del campo popular para que el nuevo gobierno avance en la dirección correcta, tema cuyo abordaje dejo para otra ocasión. Si por el contrario la elección termina con un resultado incierto la maquinaria del imperio y sus secuaces locales harían muy difícil, por no decir imposible, prevalecer en el balotaje.

Por lo tanto la gran batalla se librará este domingo. Y esto exige dejar de lado todo particularismo, liberarnos de cualquier narcicismo partidista y de facción y postergar las discusiones de fondo para el momento en que nos libremos de la peste macrista. Como lo enseña la historia medieval, no se discute sobre posibles futuros cuando una pequeña aldea es atacada por la peste bubónica y sus habitantes son encerrados en sus propias casas. Esa es la situación de la Argentina hoy, valga la tétrica comparación. Acabemos con la peste y luego sentémonos a discutir a fondo y sin anestesia como reconstruir por vías no capitalistas, y en dirección a un horizonte no capitalista, a una Argentina desgarrada por el saqueo macrista. Y aquí nadie puede hacer la de Poncio Pilatos y lavarse las manos, o buscar amparo en la catarsis de la autoayuda política refugiándose en las presuntas certezas del dogma. Como lo recuerda Dante en La Divina Comedia, «el círculo más ardiente del infierno está reservado para quienes en tiempos de crisis moral optan por la neutralidad.» Nadie debería caer este domingo en esa malsana tentación. Aprendamos de lo que nos ocurrió en noviembre del 2015.

*Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259232

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Niñez: ¿Costo u oportunidad?

Por: Carolina Vásquez Araya

La niñez y la juventud representan la renovación indispensable para garantizar la permanencia y transmisión de valores, tradiciones y ese complejo legado cultural que conforma el patrimonio intangible de una nación. Sin esa dinámica de cambio generacional resulta imposible conservar el equilibrio del tejido social y, más importante aún, las capacidades de crecimiento y desarrollo para una sociedad cuyo principal recurso es el aporte productivo y creativo de sus integrantes. Sin embargo, en la mayoría de países latinoamericanos regidos por sistemas basados en un modelo de economía de mercado, la niñez ha pasado a convertirse en un renglón pasivo sin incidencia alguna en los programas políticos.

En países como Brasil y Chile, en donde el sector económico tiene el poder de decidir sobre un asunto tan sensible y alejado de su territorio como la educación, ha quedado en evidencia el dramático desequilibrio en las prioridades cuando se trata de los derechos inalienables de la niñez y la juventud. Con el cierre de establecimientos educativos “no productivos” y la eliminación de materias del pensum escolar por “no ser relevantes” como ha sucedido en Chile con la asignatura de Historia, se transparentan las intenciones de esos sectores poderosos cuyos intereses se contraponen de manera frontal con el desarrollo de una sociedad ilustrada, capaz de ejercer una ciudadanía fuerte y responsable.

Eso que sucede en dos naciones con algunos pasos más en la vía del desarrollo se repite en países mucho menos avanzados, en donde incluso se reduce la inversión estatal para fortalecer a otros sectores de mayor poder político, como sucede en Guatemala con las fuerzas armadas. La negligencia en el trato del tema educativo ha sido, en este país centroamericano, una política de Estado desde hace muchas décadas. Con el cierre de institutos vocacionales y el abandono de la red de escuelas públicas, la niñez guatemalteca carente de recursos –la abrumadora mayoría- es sometida a enfrentar las peores condiciones para tener acceso a una educación mediocre y sin mayores perspectivas.

Es evidente la intención detrás de esta “no-política educativa”: La creación de un contingente de seres humanos carentes de herramientas para progresar en el ambiente laboral de manera digna; un gran reservorio de esclavos cuyas opciones quedan reducidas a un salario de miseria o al desempleo. Un relevo generacional pobre y desprovisto de capacidades intelectuales debido a la desnutrición crónica, apto únicamente para las labores más duras en situación de explotación. Todo lo cual proporciona la excusa perfecta para mantener el sistema con la farsa de que para dar empleo es preciso flexibilizar las leyes laborales. Este cuadro tan poco promisorio es el sello de identidad de Guatemala, un país que pudo ser ejemplo positivo para el resto de la región.

El maltrato hacia la niñez y la pérdida de derechos de este sector tan importante se refleja no solo en la educación, también en la privación de recursos para el desarrollo de sus comunidades y en la falta de inversión pública en áreas como la infraestructura vial, la red de hospitales y centros de salud o en la raquítica presencia del Estado en áreas rurales, cuya incidencia en la mayor o menor calidad de vida de la población toca a todos sus integrantes.

Invertir en la niñez es invertir en el futuro de la nación; un axioma repetido hasta el cansancio. Sin embargo, quienes tienen el control del Estado y sus instituciones se han empecinado en colocar a este gran segmento poblacional en la columna de los costos. Caro pagará el país por esta manipulación del valor de la niñez y por no darle el trato que merece.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258384&titular=ni%F1ez:-%BFcosto-u-oportunidad?-

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