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Entrevista a Roberto Bissio: “Realizar la Agenda 2030 exige implementar políticas sociales decididas de manera democrática y con recursos suficientes”

Entrevista a Roberto Bissio realizada por Fabíola Munhoz, de la CLADE  

En el contexto del Foro Político de Alto Nivel de la ONU, plataforma internacional de seguimiento a la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la organización Social Watch, en alianza con otras redes y organizaciones de la sociedad civil, lanzó el informe Spotlight 2017.

Este aporte  brinda una evaluación independiente sobre la implementación de la Agenda de Desarrollo 2030 en el mundo, a partir de  informes nacionales y análisis elaborados por representantes de organizaciones de la sociedad civil que observan los ODS, desde sus distintas miradas y especialidades. «La combinación de la ideología neoliberal, grupos de presión de las corporaciones, políticas fiscales regresivas, y la evasión de impuestos han dado lugar a un debilitamiento masivo del sector público y su capacidad de proporcionar bienes y servicios esenciales», afirma el documento. Léalo aquí en inglés.

Para comentar el contenido del informe, entrevistamos al experto uruguayo Roberto Bissio, coordinador de Social Watch, quien subraya los impactos negativos de las alianzas público-privadas para la implementación de los ODS y la garantía de los derechos humanos. “El informe evidencia que las alianzas público-privadas se han caracterizado por la ineficiencia y la corrupción, y alerta a los gobiernos sobre las esperanzas injustificadas en estas alianzas, que salen más caras, generan deuda pública y a menudo están asociadas con corrupción , lo que va en contra de los ODS en vez de apoyar su realización”, afirma. Lea la entrevista completa a continuación.

¿Cuáles son los principales hallazgos del informe Spotlight 2017 y con qué objetivo fue elaborado?

El objetivo del documento es verificar cómo la Agenda 2030 se está implementando en la práctica. Lanzamos el  primer informe Spotlight en el 2016, cuando se había adoptado recientemente la Agenda, que  tiene muchos puntos positivos y va más allá de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Entre estos puntos, se destaca que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecen obligaciones para todos los países, no solo para los países en desarrollo. Es una agenda universal que combina elementos que tienen que ver con las limitaciones del planeta, como el cambio climático y la necesidad de repensar los padrones de producción y consumo, con otros que se refieren a  alcanzar la igualdad entre los países y al interior de ellos, así como por erradicar la pobreza, en sus múltiples dimensiones y garantizando la protección social para todas las personas.

Creemos que la Agenda 2030 es renovadora y tiene un gran potencial de transformación. Por ello, entendemos que es necesario continuar promoviendo una mirada actva sobre cómo se están aplicando los ODS en los países y a nivel global. En ese sentido, el Informe Spotlight 2016 se dirigió a ver cuáles son los principales obstáculos estructurales para el cumplimiento de la Agenda 2030, mientras que en 2017 se analiza si el sector privado está de hecho colaborando para la implementación de los ODS. El informe Spotlight observa cada una de las 17 metas de la Agenda y las alianzas entre los gobiernos con el sector privado para promoverlas y comprueba que las mismas se han mostrado ineficaces y hasta contraproducentes. Presentamos estos hallazgos durante el Foro Político de Alto Nivel de la ONU y llamamos la atención de la comunidad internacional sobre los riesgos de las alianzas público-privadas, las cuales en general son más costosas, generan deudas externas, son poco democráticas y abren camino para la corrupción.

La elaboración del Informe Spotlight resultó de una alianza entre distintas redes y organizaciones de la sociedad civil. ¿Cómo y con qué objetivo se impulsó esta iniciativa conjunta?

La elaboración de estos informes se inició desde el Grupo de Reflexión sobre la Agenda 2030, que fue creado en el 2010 y produjo sus primeros análisis para presentarlos en el contexto de la Río+20 en el 2012, haciendo un llamado a los Estados para que recuperaran su espacio de acción. Este grupo ya estaba compuesto por varias redes y organizaciones de la sociedad civil, y luego se convocaron otras organizaciones y sindicatos para que pudieran analizar desde su especialidad el estado de cumplimiento de los ODS.ÂÂ

El informe aborda los impactos negativos del financiamiento privado y la influencia especialmente del Banco Mundial en la implementación de los ODS y las democracias de nuestra región. ¿Nos podrías comentar al respecto?

El informe analiza una cierta contradicción en el discurso vigente en torno a los ODS, pues al mismo tiempo que la Agenda plantea “no dejar nadie atrás”, desde un compromiso con la erradicación de la pobreza extrema, la igualdad y la superación de las exclusiones, por otro lado, los gobiernos argumentan que no tienen dinero para impulsar las políticas públicas necesarias, y por ello los recursos para cumplir la Agenda deberían obtenerse desde alianzas con el sector privado.

En torno a esa idea, hace un par de años, los bancos internacionales de desarrollo, como el Banco Mundial, el BIRD [Banco Internacional para Reconstrucción y Desarrollo] y los Bancos Europeo, Asiático y Africano, en alianza con el Fondo Monetario Internacional (FMI), impulsaron la idea de que era necesario transformar los recursos disponibles de miles de millones (billions en inglés) a billones (trillions en inglés) de dólares, movilizando estos recursos gracias a alianzas con el sector privado. Estos trillones, sin embargo, se destinan fundamentalmente a obras de infraestructura, que son efectivamente costosas. Sin embargo, muchos de los ODS no dependen necesariamente de grandes desembolsos dinero, sino que requieren políticas, por ejemplo, para la aprobación de leyes que no discriminen a las mujeres o a los grupos étnicos y otras minorías, no se necesitan de grandes recursos. Cambiar los padrones de consumo dañinos para el planeta puede resultar en ahorrar recursos y no en mayores gastos. Se puede ahorrar eliminando subsidios dañinos a la agricultura industrializada o los combustibles fósiles y lo mismo pasa con las políticas para enfrentar los cambios climáticos que podrían generar recursos con impuestos a las emisiones de carbono.

El Banco Mundial estima que son necesarios 66 mil millones de dólares al año para erradicar la pobreza extrema en el mundo. Es una cifra enorme, pero es la mitad de la ayuda al desarrollo ya desembolsada en 2016. Pero en ves de canalizar estos recursos a mejorar la capacidad de los estados de brindar servicios públicos esenciales, el Banco Mundial y muchas agencias de cooperación quieren canalizar estos fondos públicos al sector privado como garantías para sus inversiones.

Este modelo fue probado inicialmente en Brasil, a través de alianzas con empresas como la constructura Odebrecht. Ya en 2011, el Banco Mundial concedió 50 millones de dólares para que esta empresa emitiera bonos en el Brasil y en el exterior, implementando proyectos de infraestructura por valor de dos mil millones de dólares. Odebrecht se expandió por toda América Latina y África y en 2016 tenía proyectos garantizados por el Banco Mundial en decenas de países. Actualmente todos los principales ejecutivos de Odebrecht están en prisión por corrupción y sus confesiones muestran que buena parte de estos proyectos se lograron a partir de sobornos y licitaciones amañadas. Esto fue accidental? Esta empresa es la única manzana podrida en la cesta? O no será que la corrupción es inherente a este modelo de alianzas con el sector privado que desarrolló el Banco Mundial?ÂÂ

Este tipo de alianza no es solo para infraestructura, sino también para la educación y la salud. Por ejemplo, el modelo de “alianzas” de la Odebrecht la llevó en muchos países a construir escuelas y hospitales, según contratos por los cuales luego se hizo cargo de proveer los servicios de mantenimiento, limpieza, alimentación en estos centros educativos, a cambio de contratos de 20 años o más. Así se genera deuda sin aprobación parlamentaria y es imposible saber si estos contratos son más convenientes o más caros que el modelo tradicional de procuración de estos servicios por parte de los gobiernos.

Para la realización de la Agenda 2030, Spotlight 2017 reclama la recuperación del espacio de las políticas públicas y el aumento de las finanzas públicas, fortaleciendo a la vez las estructuras de gobernanza participativas y democráticas en todos los niveles. ¿Qué recomendaciones se podrían hacer a los Estados en ese sentido?

El informe demuestra que las alianzas público-privadas y la privatización generan un problema para lo público, tanto para la sociedad civil, que con ello se ve obligada a pagar impuestos más altos, como para los Estados, que adquieren y amplían deudas. Asimismo, las alianzas público-privadas no pasan por aprobación parlamentaria, son del tipo “compre ahora y pague después”. Se trata de un modelo atractivo para algunas autoridades por su potencial de ingresos ilegítimos y también porque por esa vía los gobernantes pueden realizar obras de inmediato y obtener éxitos políticos, sin tener el presupuesto necesario y transfiriendo los costos de estas obras para la gestión posterior. Este modelo es tan perjudicial, que incluso la China concluyó que seguirlo ya no era conveniente. Hoy este país impulsa sus contratos con la iniciativa privada de manera convencional y sin seguir el modelo planteado por el Banco Mundial.

El informe evidencia que las alianzas público-privadas se han caracterizado por la ineficiencia y la corrupción, y en ese sentido llama la atención de los gobiernos para el hecho de que la esperanza en estas alianzas es injustificada, pues salen más caras al generar deuda pública y la corrupción asociada, lo que va en contra de los ODS en vez de apoyar su realización.

El informe reclama políticas públicas eficientes y capaces de atender a las necesidades de la población. Como quieren los ODS, eso implica implementar políticas de salud, educación, seguridad social y protección social decididas de manera democrática y con recursos suficientes para su realización. Para ello, se necesita tener una base fiscal adecuada.

Sabemos que los Estados están lejos de cobrar todos los impuestos que podrían cobrar, haciendo vistas gordas a la evasión fiscal y concediendo exenciones. Hay una tolerancia de los gobiernos con la evasión. Muchos afirman que no tienen dinero para implementar las políticas públicas, sin haber recabado los impuestos adecuadamente. Y con ello se agrava la desigualdad, que debe enfrentarse de manera redistributiva, a través de políticas tributarias progresivas a nivel nacional y políticas internacionales de cooperación que impidan la evasión fiscal y la existencia de paraísos fiscales.

El capítulo del informe que analiza el ODS 4, referido a la educación, aborda varias de las dimensiones de la privatización y comercialización de la educación, con el no cumplimento de la gratuidad. ¿Cuál es la importancia de abordar este derecho en los análisis?

La educación pública, gratuita, laica y obligatoria como un derecho humano no es un tema nuevo. Es un objetivo del siglo XIX. Desde mediados del siglo XIX, empezaron a crearse leyes y políticas en América Latina y el Caribe para garantizar este derecho. Por lo tanto, es un déficit muy grande que no se haya logrado todavía una educación pública de calidad, gratuita y laica en muchos de los países de la región. En Chile, por ejemplo, la gratuidad a todo nivel ha sido una demanda del movimiento estudiantil que contribuyó a llevar a Michelle Bachelet a la presidencia. Ese ha sido también un tema enorme durante la última campaña electoral presidencial en los Estados Unidos, en la cual se discutió el problema de la deuda de los estudiantes con universidades privadas en el país. La educación como empresa lucrativa se ha vuelto un problema grave en todo el mundo, desde los países en desarrollo hasta los países más ricos.

El informe discute estos problemas y defiende que es necesario crear políticas públicas sin negar que, con políticas correctas y reglamentación adecuada, la iniciativa privada, sobre todo la sin fines de lucro, puedan contribuir con la educación. Pero, esa participación del sector privado debe tomarse en cuenta tal como plantean los ODS, como actividad complementaria a la de los Estados que tienen la responsabilidad esencial y principal de implementar la Agenda 2030 y garantizar los derechos humanos, como la salud y la educación.

¿Te gustaría añadir algún otro reto u oportunidad que se identifica para el cumplimiento de la Agenda 2030?

De acuerdo al informe Spotlight, la Agenda 2030 presenta desafíos que requieren un nuevo enfoque y modelo de desarrollo, lo que implica la necesidad de crear nuevos indicadores que atiendan a ese cambio de paradigma. Este es un grave problema, pues no se cuenta aún con indicadores que puedan evaluar la calidad de las políticas. Hay que tener un análisis cualitativo, y no solo basarse en números. Hay una ilusión tecnócrata de que todo se reduce a números y eso es peligroso. Creemos que hay que crear mecanismos que permitan contar con la opinión de la gente sobre la calidad de la vida y los servicios, desde otros conceptos y perspectivas. Por ejemplo, el concepto del Buen Vivir en América Latina y el Caribe nos invita a otro modelo y forma de pensar, y nos presenta desafíos interesantes que se seguirán discutiendo en los próximos años.

Fuente entrevista: http://v2.campanaderechoeducacion.org/es/noticias/783-2017-07-25-22-46-30.html

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El futuro de la escuela Argentina: ¿Más tecnología y menos docentes?

América del Sur/Argentina, 5 de agosto de 2017.  Fuente: La Nación. Autor: Daniel Santa Cruz/ Nota: Soledad Acuña

Acceso pleno a la educación, menos docentes, más tecnología, redes sociales más sofisticadas, clases personalizadas, realidad virtual, materias flexibles, formación continua que no culminará con la graduación en el nivel superior, alumnos obligados a ser mínimamente bilingües, aulas con otro formato donde las hileras de bancos desaparecerán…. Estos son algunos de los cambio que varias investigaciones internacionales conciben como parte vital de la escuela dentro de 25 años.

Otra guía para imaginar la escuela del futuro se puede encontrar en el Observatorio de Tendencias Coolhunting Community, que presentó a principios de este año un informe titulado «10 Tendencias en Educación». La primera de las tendencias habla de «empoderar a los alumnos», con el objetivo de estimular su talento y su vocación. Otra, el desarrollo de la actividad física. Y aparece en el futuro la meditación como una novedad escolar. También la tecnología se hace presente varias veces en estas tendencias al señalar que la escuela del futuro creará plataformas virtuales donde alumnos, docentes y padres estarán conectados de modo permanente. Dentro de estas tendencias aparece la llamada «gamificación educativa», que llegará para quedarse con mucha fuerza y consistirá en implementar juegos en el aula con premios y recompensas con el fin de dinamizar el aprendizaje y afianzar los conocimientos.

¿Qué pasará en la Argentina?

«Estamos seguros de que, dentro de 25 años, las escuelas argentinas van desarrollar estructuras mucho más flexibles», dice a LA NACION Soledad Acuña, ministra de educación de la Ciudad de Buenos Aires, y agrega: «Más flexibles respecto a la sociedad, es decir que tendrán mayor capacidad para adaptarse a los cambios y ofrecerán respuestas a las necesidades tanto del mercado del trabajo como del mercado laboral, acompañando los valores que la sociedad le va imprimiendo. Pero también escuelas más flexibles respecto a los estudiantes, porque van a tener perspectivas mucho más personalizadas en relación al potencial y a los intereses de cada uno».

«No creo que sea tan distinta a la actual. Tiene que ser una escuela que contenga a los chicos, que les dé un marco sano y democrático de crecimiento y les enseñe saberes básicos», dice Gustavo Iaies, especialista educación, y añade: «Me imagino una escuela ordenada, con maestros y directores más respetados por chicos y padres y más ajustados en sus intervenciones. Es una escuela que tiene que garantizar que esos aprendizajes básicos los adquieran todos, para poder indagar e innovar en el mundo en el que deberán vivir y desarrollarse después».

«Dependerá mucho de la capacidad del Estado de impulsar políticas educativas con financiamiento, creatividad y retroalimentación con el sistema», señala por su parte Axel Rivas, co-director -del Programa de Educación del Cippec.»Para qu las brechas entre lo público y lo privado no se expandan, es clave el rol del Estado en la creación de ecosistemas de innovación dentro del sector público y el desarrollo de una plataforma estatal de contenidos digitales llenos de posibilidades, creatividad y belleza. Hay que aprovechar las posibilidades de llegar a todos desde lo público», remarca.

«Uno de los desafíos de la escuela en los próximos años es que los chicos puedan seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida y puedan ir adaptándose a los cambios enormes que la velocidad de la tecnología nos va imprimiendo. Nos imaginamos una escuela provocadora de talentos», reafirma Acuña.

¿Las nuevas tecnologías cambiarán la escuela argentina?

Según estos informes, la tecnología cambiará todo. Hoy ya existen muchas aplicaciones y dispositivos educativos que permiten crear nuevas experiencias educativas. Se cree que en el futuro existirán recursos en el aula, como por ejemplo la realidad virtual. Así el alumno podría caminar virtualmente por un museo, cruzar un puente, recrear un hecho histórico o ver presentaciones en 3D. Los videos, sonidos y textos interactivos formarían parte de las herramientas de aprendizaje.

Vera Rexach, Especialista en TIC y Educación de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), no cree que la tecnología cambie demasiado en la educación argentina en 25 años. «Tampoco lo hará en otros países. No es solo cuestión de tecnologías digitales: las escuelas, como todas las instituciones arraigadas, cambian a ritmos más lentos, lo que no es indicador de inmovilidad, sino de dinámicas diferentes», expresa.

Rexach recuerda otros informes internacionales que analizaron el impacto de tecnologías emergentes en educación. «En ellos se viene hablando hace un buen tiempo de cuestiones como gamificación y videojuegos en el aula, realidad virtual, robótica, impresión 3D, flipped classroom. Se preveía que para 2014-2015 estas tendencias estarían más o menos integradas en las currículas escolares, y si bien algunos de esos conceptos nos parecen conocidos, no podemos decir que son lo usual en la mayoría de las escuelas», argumenta la especialista.

«La tecnología obviamente va a estar mucho más presente, pero no como un fin sino que tendrá que ser un mediador del proceso de aprendizaje, una herramienta para aprender. El lenguaje de la programación va a ser el segundo idioma natural y los campus virtuales y las plataformas interactivas serán las organizadoras del proceso de aprendizaje», sostiene la ministra Acuña.

¿La tecnología reemplazará a los docentes?

«No. Las escuelas tendrán la misma cantidad o más docentes pero con otro rol, con un perfil de guía o de facilitadores de los procesos de aprendizaje. Estarán enfocadas más en las capacidades que en los contenidos curriculares, no tantas asignaturas en compartimentos estancos sino más bien en áreas de conocimientos relacionadas y donde los docentes tendrán un rol de tutores o facilitadores de los procesos de aprendizaje», concluye la ministra porteña.

«No debería reemplazarlos», señala, en tanto, el ex ministro de educación Andrés Delich.»Desde hace siglos que los chicos aprenden conocimientos transmitidos por adultos preparados. Luego comenzó a reunirse un grupo básico de esos conocimientos y a agruparlos en lo que conocemos como currícula. La fórmula docentes-currícula se mantuvo y resistió a todos los cambios a los largo del tiempo. ¿Por qué deberían ser reemplazados ahora? Sí se va a modificar y a adaptar su rol a la nueva era», asevera.

El futuro llegó hace rato

Según las investigaciones citadas, la relación entre los maestros y las familias será más intensa en el futuro con la utilización de aplicaciones y redes sociales más sofisticadas.

Este modelo de comunicación moderna ya cuenta con algunas experiencias en algunas escuelas privadas de nuestro país y está pronto a llegar a las escuelas públicas. «En dos meses lanzaremos una APP Para Familias», cuenta a LA NACION Diego Meirino, subsecretario de planeamiento e innovación educativa porteño, y detalla: «Los padres podrán bajar esa APP que les permitirá desde su celular seguir y conocer desde el presentismo hasta las notas que obtienen sus hijos y sus tareas. Y contarán también con un sistema de alertas y un muro para interactuar con los docentes».

Para Meirino no se trata de renunciar al contacto personal entre los padres y los docentes, que define como «ideal», pero cree que hay que generar otras vías de contacto. «En muchos casos y por distintas razones, a los docentes les cuesta mucho reunir a todos los padres», asegura.

Las nuevas tendencias disparan los primeros desafíos para la escuela

«Algunas tendencias empiezan a combinar el uso de las plataformas adaptativas con inteligencia artificial y la gamificación, como incentivos para el aprendizaje con gratificación inmediata. Algo parecido a los videojuegos. Esta tendencia será tentadora, pero peligrosa. Puede llevarnos a extender el aprendizaje a toda hora del día pero difícilmente desemboque en capacidades críticas de reflexión histórica, social y científica sobre el mundo. Puede generar sujetos más especializados, pero me cuesta pensar en este modelo formando ciudadanos críticos y comprometidos», advierte Axel Rivas.

Vera Rexach señala que uno de los primeros desafíos «será entender que los cambios serán de abajo hacia arriba». En ese sentido describe algunos retos a tener en cuenta, como «la portabilidad, las tecnologías móviles en los bolsillos y mochilas de los estudiantes, las tendencias hacia una cultura más colaborativa, la necesidad de rediseñar los espacios para nuevas infancias y nuevas juventudes, la posibilidad de utilizar inteligentemente las analíticas de datos, el convencimiento de que un aprendizaje profundo será más beneficioso y conveniente que uno puntual y basado en la aprobación de exámenes».

«No será la tecnología la que transforme la escuela. Será la sociedad, seremos todos», finaliza la especialista.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2046872-el-futuro-de-la-escuela-mas-tecnologia-y-menos-docentes

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México: La educación no debe ser un recurso político

América del Norte/México, 5 de agosto de 2017. Fuente: michoacantrespuntocero.com. Autor: Mario Torres López.

La política se caracteriza por ser un sistema de deslealtades casi perfecto y esto es suficiente para asumir que no se debe administrar la educación como se administran los recursos político-partidistas.

Esta es una de las razones por las cuales asumo que las instituciones de educación superior, en su pluralidad de propuestas de formación profesional, deberían trabajar de manera coordinada para enfrentar los desfases de la educación y, de igual manera, participar en la formación profesional de los docentes de todos los niveles del sistema educativo.

Si bien es cierto que el conocimiento se presenta como unidad, sus métodos de enseñanza son diversos y, desde el entorno social, puede convertirse en una experiencia rica atendiendo la diversidad cultural y la conciencia empírica de los educandos.

Además, la relevancia de algunos estudios profesionales no siempre está ligada a los criterios de empleabilidad o a competencias laborales, desde la perspectiva de los empleadores; en tal situación se encuentran las humanidades y la mayoría de las ciencias sociales. Sin embargo, esto no hace perder importancia a dichas profesiones, puesto que es a través de ellas que podemos acercarnos al sentido social de grupos humanos específicos o que suelen ser uno de los motores generadores de la cultura y el arte. En este sentido, no está por demás, la obligatoriedad de impulsar que las instituciones de educación superior (IES), al menos las públicas, mantengan programas serios sobre docencia e investigación en educación artística, difusión de las culturas y formación profesional en investigación en ciencias sociales.

En las IES, lo más importante debería ser el impulso a los procesos educativos y culturales, no la política partidista, ni el beneficio de los grupos de poder; aunque en ocasiones aquellos dependen de éstos. Pero no siempre es así; de ahí la importancia de refrendar prioridades, de manera franca y de cara a la sociedad.

Es primordial entender por qué, los políticos prefieren acudir a los expertos en la democratización social, educativa y del conocimiento, en lugar de los investigadores de las IES

a.- El experto forma un bloque que corta el flujo de comunicación entre la autoridad y los ciudadanos
b.- Los expertos pueden privilegiar sus propios intereses y vender ideas revestidas de interés público
c.- Los asuntos públicos se convierten en asuntos de expertos
d.- Los expertos tienen un mejor manejo de los medios de comunicación para lograr sus objetivos político-sociales. Frente a esto, la ciudadanía aparece apenas como un simple consumidor de ideologías a través de dichos medios.

¿Las empresas informativas innovan en cuanto a la forma de presentar sus productos? Volvemos al tema que nos ocupa y nos encontramos con un hecho incontrovertible: hoy la educación en México está relacionada con la delincuencia gubernamental, el espectáculo violento que satura los medios de información, y la indiferencia callejera que resulta de la combinación de aquellos dos elementos. Este es el producto novedoso que compran los consumidores que, con su ignorancia, crean consensos con la iniciativa privada y sus fieles representantes gubernamentales. No es gratuito que asistamos a un hecho insólito; los consensos educativos se dan través de las organizaciones policíacas (llámesele Secretaría de Gobierno) y de la palabra de los expertos que reclaman para sí los derechos civiles, tal es el caso de Mexicanos Primero.

Cuando asumamos a la educación como un derecho efectivo de toda la ciudadanía asumiremos también que la evaluación académica debe iniciar por la evaluación institucional, con el manifiesto propósito de mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje y la actualización curricular, de acuerdo con la dinámica propia del conocimiento y del desarrollo socio-tecnológico y productivo.

Desgraciadamente el concepto que regula hoy los procesos de evaluación responden más a visiones gerencialistas con una perspectiva tecnocrática de lo social y de la regulación de mercados, incluido el educativo y de la gobernabilidad. Esta visión fundamentalmente busca la estandarización de comportamientos institucionales (individuos, grupos, autoridades) con la idea de normar criterios y prácticas que induzcan a una visión hegemónica de la calidad, educativa/institucional perfectamente medible y bajo control. De esta manera, lo que se evalúa es el manejo de la información más que la producción de conocimientos.

En este punto se quiebra la confianza entre partes y empieza a ser cuestionada la gobernabilidad institucional.

Importa la medición (enfoque cuantitativo) no el contexto (enfoque cualitativo), de tal manera que a las autoridades les importa más declarar el porcentaje de docentes que asistieron a la evaluación, que evidenciar las condiciones emocionales (estrés por posibles enfrentamientos y por la posibilidad de reprobar y ser despedidos) a que son sometidos los docentes.

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/la-educacion-no-recurso-politico/

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Entrevista a Sigarreta Almira «Hay que cambiar la enseñanza para no aniquilar la imaginación»

El especialista José María Sigarreta Almira habla sobre por qué los chicos no ven a la matemática como entretenida.

«Los niños al crecer son muy curiosos. Tienen una imaginación muy vívida hasta que ingresan a la escuela y allí su imaginación es aniquilada. Necesitamos cambiar la enseñanza tradicional en las escuelas para no asesinar la imaginación». Quien señaló esta idea es Rafael Reif, presidente del Massachusetts Institute of Technology (MIT), considerada una de las mejores universidades del mundo y por donde pasaron 85 Premios Nobel.
La de Reif es una de las tantas voces que hoy se levantan en el mundo académico, pidiendo una reformulación en las metodologías de enseñanza de materias denostadas por la población estudiantil en todo el mundo, como la matemática. En realidad, no habría que hacer foco en una: todas las áreas de las ciencias duras figuran como las menos agradables entre los estudiantes.
Semejante problema pedagógico merece la opinión de especialistas que aporten una visión más amplia desde lo conceptual y lo geográfico, como la de José María Sigarreta Almira, especialista cubano actualmente radicado en México, donde es profesor titular en la Facultad de Matemática de la Universidad Autónoma de Guerrero, quien visitó la Universidad Nacional del Nordeste.
Sigarreta Almira, con varios doctorados en su currículum, es una voz autorizada para opinar sobre la matemática y la metodología de la enseñanza de la matemática. Su investigación se centra en la «formación de conceptos y la resolución de problemas». Detalló los obstáculos que impiden a los niños y jóvenes ver a la matemática como una materia amena y entretenida. Puso, además, en el foco del problema la mala formación de los docentes para estar al frente de estas materias, y apuesta a la voluntad política de los distintos países para reformular los contenidos curriculares y los procesos de evaluación de los docentes.
—¿Está en crisis la enseñanza de la matemática?
—Yo no creo que la enseñanza ni la matemática estén en crisis. Hay diferentes obstáculos que interrumpen la visión de la matemática como una ciencia amena, agradable, tranquila y satisfactoria. El primero de esos obstáculos es cultural, y desencadena diferentes opiniones en contra de la matemática y de su enseñanza en particular. Desde que el niño asiste a la escuela, la maestra de primer grado le informa que está frente a una materia complicada. Ese impacto es más que perjudicial, si su referente le está diciendo que la matemática fue difícil para ella, ya es un primer choque natural que el niño tiene.
—También se asocia el estudio de la física, química y matemática sólo para personas inteligentes.
—Es otro obstáculo cultural común en América latina. Está probado que hay más de once tipos, pero se pondera demasiado la inteligencia lógico-matemática. Si a algún chico, en su proceso de formación, le dijeron que no es inteligente, asume que la matemática le resultará imposible, y que no es para él. Por último, hay un obstáculo que está muy metido en nuestra idiosincrasia: estudiar matemática tiene muy pocos elementos de desarrollo. La sociedad no valoriza a un matemático, como sí lo hace con un médico, un abogado o contador.
—¿En qué errores incurre generalmente el docente en el proceso de enseñanza?
—Lo más grave del proceso es que la formación de los maestros es mala. No se puede cambiar un sistema si el que enseña no sabe lo que está enseñando. Actualmente, los profesores de matemática transmiten procedimientos y no conceptos. De esa manera, el alumno reproduce mecánicamente operaciones, sin entender la esencia y utilidad de un ejercicio. Si lo estructuramos en cantidades proporcionales: un 50 por ciento de la enseñanza tiene como contenido elementos procedimentales; un 40 por ciento de situaciones algorítmicas y técnicas operativas elementales y sólo un 10 por ciento a conceptos. Así se estructura, en lo fundamental, la enseñanza de la matemática a nivel mundial.
—La comunidad académica se plantea desde hace varias décadas el cambio de metodologías de enseñanza y planes de estudios, sustentados en paradigmas pedagógicos, pero que a la luz de los hechos han fracasado. Con esos antecedentes, ¿qué desafíos se plantean en busca de mejores resultados?
—Es verdad. Si hacemos un análisis retrospectivo e histórico, prácticamente desde 1903 hasta ahora, tratamos de cambiar la enseñanza de la matemática. Ese proceso dio lugar a la aparición de muchas teorías: la socioepistemología de la escuela mexicana; el constructivismo de la escuela francesa; las funciones semióticas de la escuela española, etc. Ninguna de ellas, hasta ahora, ha resuelto el problema. Son teorías sofisticadas y muchas veces tan complejas, que están alejadas del maestro que se para frente al aula. Por otra parte, si uno recorre el espacio académico percibe que está invadido por artículos y tesis sobre enseñanza de la matemática, que tiene por autores a sociólogos, psicólogos y pedagogos, pero a muy pocos matemáticos. En consecuencia, a ese marco teórico le hace falta el núcleo duro de la matemática y deriva en que los profesorados cada vez tengan menos contenido del área y más de los psicopedagógico.
—Pero los cambios profundos en los procesos de enseñanza requieren de la voluntad política en cada uno de los países.
—Efectivamente. Los especialistas en matemática educativa tenemos claro los cambios que se requieren, pero estamos sujetos a políticas gubernamentales y a procesos cuantitativos que creen que las sumas de las pequeñas cosas dan el todo.
—Las redes sociales, ¿pueden servir de herramienta para interactuar en este proceso de enseñanza con los jóvenes?
—Tiene elementos positivos y negativos. Depende de cómo sean usadas. En mi caso particular, tengo muy poca experiencia. Pero queda claro que si la utilización de una red social está planificada, con objetivos y metodología, es sumamente válida como otro medio de enseñanza.

Fuente: Juan Monzón Gramajo (Departamento de Comunicación UNNE)/Argentina Investiga

Fuente entrevista: http://www.lacapital.com.ar/educacion/hay-que-cambiar-la-ensenanza-no-aniquilar-la-imaginacion-n1441420.html

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“Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”, en entrevista a Carnevale

A continuación, transcribimos la exposición de la Prof. Gabriela Carnevale en el tercer encuentro del ciclo de formación sobre la escuela secundaria en la Argentina contemporánea:

“Buenas noches, quiero agradecer a Marcela y a Gabriel por la invitación a este ciclo de conversaciones que tiene el foco en la escuela secundaria y no es casualidad que así sea. La obligatoriedad del nivel conquistada en los últimos años nos llena de interrogantes y de desafíos a quienes estamos en las aulas de la Provincia. Celebro que hoy nos convoque la enseñanza. Seguramente encontremos alguna punta para volver a mirar a un nivel educativo cuya marca de origen fue la exclusión.

Primero me gustaría hacer una aclaración. Estas reflexiones que voy a compartir con Ustedes son fruto de mi convicción -diría casi epistemológica- que ser profesora de historia en el conurbano bonaerense me invita permanentemente a cuestionarme todo lo que investigo y pienso en otros espacios académicos a los cuales pertenezco. Aclaro esto porque me muchas de las ideas que aquí comparto intentan poner en relieve esos haceres ordinarios (Anne Marie Chartier), fruto del día a día escolar.

Marcela y Gabriel nos propusieron algunos interrogantes para organizar este encuentro. Los traté de respetar e intenté tejerlos en una nueva trama que ponga en valor algunas de las preocupaciones genuinas que solemos tener quienes estamos en las aulas y renovar el sentido de la enseñanza en la escuela secundaria.

La primera pregunta fue “¿te ves interpelada a explicitar a tus estudiantes el sentido de la enseñanza de tu asignatura en la escuela secundaria?”. Mi respuesta sería “sí y no”. ¿Por qué? Explicitar el sentido de una clase, de una materia, es un ejercicio que cualquier profesor que esté en la escuela suele hacer con sus alumnos, siempre y cuando él también tenga en claro porque está allí. Voy a decir una obviedad, explicitar el sentido no es presentar el tema diciendo “prestame atención porque lo que te voy a enseñar te va a servir para la universidad o para conseguir un mejor trabajo”. No va por ese lado… Explicitar el sentido de la enseñanza tiene que ver con otra cosa.

Aquí quiero valorar el acto de planificar. Digo valorar porque el diseño de la enseñanza es un acto sumamente político. Si no nos gusta la palabra planificación, pensemos otra. Construyamos otra o robémosnosla y cambiémosle el sentido. Pero insisto, diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor decide qué quiere que pase con sus alumnos durante el año escolar. Toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo. Es la oportunidad para construir una hoja de ruta y renovar el sentido de nuestro oficio/profesión: (nos volvemos a preguntar) ¿por qué elegimos ser profesores de historia? Es una escritura pedagógica que tiene un gran valor pocas veces reconocido. En definitiva, un profesor que sabe qué quiere, tiene mayor libertad para improvisar, para dialogar mejor con los intereses de los jóvenes, invitarlos a descubrir aquello que no conocen, regalarles preguntas y proponerles que piensen las propias.

Desde este punto de partida, el sentido de las clases está implícito. Y los jóvenes lo saben. Saben bien quién es el profesor que tiene un plan y que sabe para dónde va el barco. En algunas de las investigaciones en las que participé, cuando a los jóvenes les preguntamos cuál es el mejor profesor, siempre contestan lo mismo, “el que nos enseña”.

Desde la perspectiva teórica de la cultura escolar, que es también desde donde enmarco estas reflexiones, los saberes que circulan en la escuela adquieren un matiz propio, son producciones originales y cobran vida en lo que formalmente llamamos disciplinas escolares, diría André Chervel quien inaugura este campo de investigación. Las ciencias de referencia y la pedagogía son dos ámbitos imbricados pero el saber escolar no es un saber simplificado o de menor valía, sino un saber producto de la cultura escolar. Las disciplinas escolares, dice Chervel, “son creaciones espontáneas y originales del sistema escolar […] son entidades ‘sui generis’ propias de la clase, independientes hasta cierto punto de cualquier realidad cultural ajena a la escuela y dotadas de una organización, una economía propia y una eficacia que sólo parece deberse a sí mismas, es decir, a su propia historia”.

Carnevale: “Diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor (…) toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo”

¿Por qué traigo aquí la voz de Chervel? Porque nos permite advertir el carácter inventivo de la escuela, que se expresa en la construcción de un saber autónomo y como tal, nos interpela de otro modo a quienes estamos en las aulas. No somos reproductores de un saber que pasa por otro lado: si bien no desconocemos las ciencias de referencia, el profesor es quien conoce a sus alumnos y decide qué es lo mejor para ellos en diálogo con la política curricular. Por eso, planificar es un acto político. Y es una apuesta al otro, a nuestros alumnos.

La segunda pregunta decía, “¿Qué desafíos específicos asume la enseñanza de tu materia en este nivel?”. Creo que los desafíos están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum. ¿En qué sentido? Si venía presentando a la planificación como un momento de decisiones, esas decisiones atañen a la selección de saberes y, especialmente, a las preguntas que nos hagamos para darle un sentido a las clases. Por ello, me gustaría detenerme en los saberes desde una perspectiva amplia.

Si quienes estamos en las escuelas no simplificamos “temas” que se cocinan en otro lado, más bien construimos propuestas de enseñanza para nuestros estudiantes reales, qué enseñamos no da lo mismo.

Una vez más, la última construcción curricular de la secundaria a partir de la LEN puso en evidencia la arbitrariedad de los saberes que forman el currículum -en términos de Alicia de Alba- pero también de las tensiones que conlleva todo proceso de construcción curricular. Uno de los ejemplos más claro fue, allá por el 2011, cuando estrenábamos en Pcia. de Buenos Aires una materia que además era una conquista histórica: “Política y Ciudadanía”. En febrero, por ejemplo, uno de los diarios más populares salía a la cancha con un rabioso titular:

“El escrache se estudiará desde este año en las escuelas de la Provincia” – “Esta modalidad fascista se iguala con piquetes y pintadas. Se enseñará en 5°año” (Clarín, 16-02-11).

Frente a un sentido común fuertemente instalado donde “nada cambia en las escuelas”, la última reforma curricular ponía en evidencia las nuevas preocupaciones que había que discutir en las aulas. Y si bien todos sabemos que las políticas no generan cambios per se en las escuelas, habilitan un primer marco de acción: Política y ciudadanía, no Educación cívica. No es lo mismo. Por ello, los investigadores también tenemos que hacernos nuevas preguntas: metámonos en las escuelas, los saberes están mutando, “están en movimiento”, como plantea Silvia Finocchio.

Carnevale: “Creo que los desafíos (Ndr: de las ciencias sociales en la escuela secundaria) están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum”

Una lectura atenta del diseño curricular de Política y Ciudadanía nos desafiaba a los profesores a construir una propuesta de clase que se combata especialmente con una herencia que arrastramos con mayor énfasis desde la década de los 90: “a mí la política no me interesa”. ¿Qué preguntas se hace, entonces, un profesor cuando decide qué enseñar? Si como profesora, la primera clase empezaba diciendo “la política es, dos puntos”, el fracaso era cantado. Entonces, debía encontrarle una vuelta. A modo de ejemplo, decidí que la carta de presentación de esta nueva disciplina escolar introduzca a los estudiantes en las formas de gobierno históricas y los sustentos teóricos de la república, analizando la división de poderes y las formas de legitimidad de los gobiernos con un propósito clave, abrir el debate sobre el poder y la política. Si las decisiones del gobierno se expresan en políticas públicas, analizar algunas (por ejemplo la AUH) nos iba a permitir discutir modelos de país. ¿Cómo cerrar entonces esta primera unidad? En el fondo, mis propósitos estaban explícitos: proponerle a los jóvenes entender cómo funciona una estructura democrática liberal y luego invitarlos a pensar proyectos alternativos de sociedad: desde utopías hasta proyectos políticos anarquistas o socialistas.

Agustina Turzi que cursó su 5to año en 2015 a fin de año escribía:

“Los ciudadanos somos una parte intrínseca de la política y hacer oír nuestras voces es tanto nuestro derecho como nuestro deber. Aprender política en el colegio nos permite hacer eso, y es por eso que mucha gente no quiere que se enseñe: saber expresar nuestra opinión con seguridad nos permite formular un argumento y mantener una discusión como ciudadanos activos […] Estudiar la materia en el colegio nos brida herramientas que nos permiten un grado de influencia en la sociedad […] Nos da tanto un escudo como una espada como una lapicera como un martillo. No sólo eso: nos deja saber que podemos empuñarlos”.

Otras preguntas de investigación empiezan a tejerse cuando ponemos el foco en la escuela, en las prácticas. Las planteo, las dejo abierta, no sé las respuestas… ¿Cómo lee un profesor el currículum? ¿De qué modo la prescripción genera condiciones de igualdad en los saberes que circulan en la escuela? ¿Qué pasa cuando esos saberes construyen proyectos de país que no abrazamos? ¿Cuáles son entonces, los espacios de resistencia?

Cuando las discusiones cambian, hay que estar atentos. Claudia Bracchi en este ciclo de conversaciones nos convidaba con una inquietud “me preocupa que en las agendas de prioridades ya no hablemos de la educación como derecho ni de igualdad, ni de inclusión ni de participación”. Digo, la omisión, aquello que no se nombra debe alertarnos. Hablar de “competencias” no es lo mismo que hablar de “saberes”. Qué se enseña en la escuela secundaria es una disputa política que no se sustenta en teorías biológicas. Decidir qué se enseña en las escuelas deja también en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos.

En 2012 llegaba a las aulas bonaerenses Trabajo y Ciudadanía, otra “nueva” disciplina escolar del 6to año de la escuela bonaerense, condensa gran parte de los pilares del proyecto de escuela secundaria de la provincia que se abrió con la LEN: la educación para la ciudadanía, el mundo del trabajo y los estudios superiores. Leer con los estudiantes el Manifiesto Liminar, escrito hace casi cien años, es una decisión que deja en evidencia una nueva apuesta a nuestros estudiantes:

“La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”, decían los jóvenes revolucionarios.

Carnevale: “Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”

Casi cien años después está invitación conserva una vigencia casi intacta porque les permite a nuestros jóvenes volver a pensarse como estudiantes, que historicen su camino por la escuela secundaria y que construyan un proyecto de vida colectivo. Buscar en sus ancestros algunas ideas que les ayuden a proyectarse.

El año pasado, en un trabajo que intentó reconstruir la historia de cada uno de los estudiantes, a partir de la Reforma Universitaria y el Mayo Francés, dos jóvenes de dos escuelas distintas:

Ignacio:

“Si tuviese que definir mi paso por la secundaria en una palabra, no podría. La secundaria fue un cambio en mí, un proceso obligatorio que tienen que vivir todos los jóvenes que, a veces, era tedioso, otras divertido y otras triste […] Ya por cuarto año empecé a disfrutar del colegio. Empecé a ver cosas en las materias que me hicieron ver el mundo de otra manera, una cosa muy valiosa que me hizo tener el colegio fue la empatía. Aprendí a ponerme en el lugar de los demás, a entender sus problemas y no juzgar tanto. En ese aspecto podría decirse que crecí como persona. En 5to aprendí a expresarme, a manifestar mi opinión, a no aceptar las cosas porque sí, me volví un estudiante activo que luchaba por sus ideales”;

Leandro:

“El primer período sinceramente no fue un gran cambio, ya que las materias eran muy generales. Así el primer desafío fue cuando naturales se subdividió en biología y Físico-química y sociales en geografía e historia. Me agrada la idea de ver que nunca fui amante de la escuela e incluso por mucho tiempo, no estaba de acuerdo con ella. Sin embargo, hoy, estando en el último año, debo reconocer que mis gustos, mis postura y posiciones no serían lo que son sino hubiesen sido afectadas por el colegio, tanto profesores como compañeros”.

Volviendo al segundo eje que retomaba una de las preguntas que nos hacían Marcela y Gabriel, los desafíos de la enseñanza de las materias de Ciencias sociales pueden sortear la pregunta “esto para qué me sirve” con una propuesta que interpele a los estudiantes desde la propia historia y que les permita construir un proyecto de vida. La escuela tiene la gran oportunidad de construir vocaciones (sabemos que no son innatas) y para ello, no debemos esperar al último año para “orientarla”.

Carnevale: “Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos (¡por suerte!)”

Y para cerrar estas reflexiones retomo el último de los interrogantes que nos hacían los compañeros: “es difícil conquistar la atención de los jóvenes, están tan enchufados que no se pueden conectar con lo que enseño en el aula”. ¿Si, no, por qué? Esta pregunta/inquietud es un poco compleja y puede transformarse en una herramienta de poder. Si se me permite, creo yo, deberíamos olvidárnosla; descartarla. Y más en los tiempos que corren…

La atención, la motivación, es una preocupación de la pedagogía desde siempre, aunque hoy existan mayores distractores (celulares, tablet, televisión), no es una novedad. Decía que debíamos descartar esta pregunta porque puede generar una confusión porque, como dice Meirieu, “la motivación no es una condición previa para el aprendizaje ni para el éxito de un alumno”. Tenti Fanfani afirma, “el interés por los contenidos culturales no surge natural y espontáneamente […] muchas veces estamos equipados para ver sólo lo que nuestras categorías de percepción nos permiten ver. Todo lo demás escapa a nuestro campo visual y perceptivo. Si soy profesor de química, sólo es legítimo el interés por la química”. Por ello, continúa Meirieu, la motivación “es un objeto de trabajo para el pedagogo”. Se construye en el mismo proceso de enseñanza (por eso siempre fue una preocupación de la pedagogía) y es ahí donde debemos contribuir a “hacer emerger el deseo de aprender”.

Ahora bien, ¿es difícil conquistar la atención? Creo yo, como dice Tenti, que no hay jóvenes que no les interese nada. Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos. Si bien deben existir saberes que no vamos a negociar porque creemos que son los que ayudan a crecer a nuestros estudiantes, también sabemos que los estudiantes se resisten “a ser moldeados a [nuestro] gusto” (Meirieu). Y ahí es donde la enseñanza necesita de la confianza, “una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo”, como dice Cornu.

A lo largo de estas reflexiones hice hincapié en el diseño de la enseñanza y en los saberes. Intenté poner el foco en la responsabilidad que tenemos como adultos para que algo del aprendizaje ocurra y que nuestros jóvenes, que ahora conquistaron un lugar en la escuela secundaria, se queden y la elijan. Motivarlos, apostar a que estén y encuentren un lugar en la escuela, valorando lo que enseñamos porque “el esfuerzo intelectual permite accede a la alegría de pensar” (Meirieu).

Muchas gracias”.


Bibliografía de referencia:

  • De Alba, A. (1998) Currículum: crisis, mitos y perspectivas. Miño y Davila editores.
  • Chagas, M.; Hansen, J. “Anne – Marie Chartier. Historiadora das prácticas culturais”. En Revista Pedagogía Contemporánea. Nº 03. Sao Paulo.
  • Chervel, A. (1991). “Historia de las disciplinas escolares. ReAlexiones sobre un campo Reflexiones sobre un campo de investigación”. En: Revista de Educación (295). Selección de fragmentos.
  • Cornu, L. “La conAianza en las relaciones pedagógicas”. En Frigerio G. y otros Construyendo un saber sobre el interior de la escuela. Novedades Educativas;
  • Finocchio, S. (2011) “Una cartografía de saberes escolares en movimiento en América Latina” en Propuesta Educativa Nro. 33.
  • Meirieu, P. (2007) Frankestein Educador. Laertes. Barcelona.
  • ———— (2016) Recuperar la pedagogía. De lugares comunes a conceptos claves. Buenos Aires. Paidós.
  • Tenti Fanfani “La desigualdad como producción social. Modelos analíticos de la interacción profesor –alumno”. Tenti Fanfani, E. En La escuela y la cuestión social. Ensayos de sociología. Siglo XXI.

Fuente entrevista:  http://aulaabierta.unahur.edu.ar/carnevale-decidir-que-se-ensena-en-las-escuelas-deja-tambien-en-evidencia-que-cotidianamente-disputamos-sentidos

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Por una educación sin límites en Colombia

América del Sur/Colombia,  22 de julio de 2017. Fuente:Taller de Opinión. Autora:  Paula Alejandra Pinzón

La inversión de Colombia a la educación es de menos del 5 por ciento del PIB, cifra realmente alarmante para un país que se encuentra edificando un camino hacia la paz. Colombia se ha convertido en un país en el que la educación de calidad es un privilegio.

Un derecho fundamental para la vida de cualquier ser humano, ahora es un sinónimo de lucro. Esto aumenta las brechas de acceso a la educación, las cuales claramente imposibilitan que la sociedad colombiana florezca, se transforme, no solo para reproducir conocimiento, sino para ser productor de este.

Es necesario que se exija creatividad en la enseñanza, un maestro, una escuela o una universidad, no se deben condicionar únicamente a dictar un tema para que el alumno lo entienda y apruebe. La experiencia de aprender debe radicar en el intercambio de conocimiento, la creación y la posibilidad de plantear nuevas preguntas, que estén conectadas considerablemente con lo que estamos viviendo, aún más en un continente y un país que ha soportado por siglos las aflicciones de la violencia.

Cuando la educación deje de ser un negocio, comprenderemos que jamás representará límites, dejaremos a un lado las costumbres que nos apartan de nuestros más recónditos deseos y anhelos, aprenderemos a mostrar novedosas herramientas por medio del conocimiento. Brindará libertad de pensamiento, no nos conformaremos con lo que los demás han declarado por nosotros, seremos constructores de paz y nos hallaremos discutiendo propios planteamientos sin violentarnos. Ideas únicas, para un país que exige respuestas diferentes. Colombia necesita jóvenes sentipensantes, que se enfrenten a las contrariedades de un país desigual. Para reconstruir, no queda más que recordar, para llevar la verdad, es necesario cosechar memoria y cosecharla a través del tiempo, ya que la verdad simboliza y encarna el cambio que aún sigue adormecido.

* Paula Alejandra Pinzón OFundación Universitaria Luis Amigó. Facultad de Comunicación y Publicidad. paula.pinzonos@amigo.edu.co

Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/por-una-educacion-sin-limites-EG6954868

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Académicos e investigadores: los esclavos de las multimillonarias editoriales científicas

Si eres académico, investigador o científico (o las tres a la vez) es probable que sufras las consecuencias de tu importante trabajo. Digamos que para ser “alguien” en la palestra intelectual y en el campo del precario I+D tienes que publicar. Sea como sea, a cómo de lugar. Los criterios de selección de esas becas necesarias para que puedas seguir investigando por el bien común de la sociedad son tan elevados que muchas veces tienes que escribir gratis para las editoriales. O debes regalar tu trabajo solo para hacer curriculum. Ellas, las editoriales, se hacen multimillonarias con tus papers.

Estas miserias las explica muy bien en su blog, La Ciencia de la Mula FrancisFrancisco R. Villatoro . El artículo “Robert Maxwell, el padre del gran negocio de las editoriales científicas” nos acerca a la figura del fundador de la editorial Pergamon Press, hoy conocida como Reed Elsevier, que ha facturado más de 2600 millones de euros el año pasado, de los que casi 1000 millones de euros son beneficios.

“Los científicos somos esclavos de las grandes editoriales de revistas científicas. Trabajamos gratis para ellas, solo por sobrevivir en el ecosistema científico. Un negocio redondo con ingresos anuales superiores a 22 mil millones de euros y un margen de beneficios cercano al 40%, muy superior al de Apple, Google o Amazon. Un oligopolio que concibió Robert Maxwell (1923–1991), británico de origen checoslovaco, fundador de la editorial Pergamon Press en 1951, hoy parte de Elsevier, del RELX Group, nuevo nombre de Reed Elsevier desde 2015. Elsevier ha facturado más de 2600 millones de euros en 2016, de los que casi 1000 millones de euros son beneficios.

El éxito de Maxwell fue comprender que los gobiernos son sus clientes cautivos, que financian las bibliotecas universitarias que compran las suscripciones a las revistas. Un artículo científico solo se puede publicar una vez en una única revista; quien quiera leerlo tiene que disponer de una suscripción. En los 1960 la editorial Pergamon tenía muchas más revistas que la competencia. La competencia creció en los 1970, pero los precios de las suscripciones nunca pararon de subir. Hoy Elsevier tiene unas 2500 revistas que reciben unos 1,5 millones de artículos al año; son revisados por unos 800 mil científicos, acabando aceptados unos 420 mil artículos, escritos por unos 14 millones de científicos.

Muchos dijeron que la web vía internet mataría el oligopolio editorial. Por ahora no ha sido así y cada día las suscripciones son más caras. Nos cuenta esta historia Stephen Buranyi, “Is the staggeringly profitable business of scientific publishing bad for science? It is an industry like no other, with profit margins to rival Google – and it was created by one of Britain’s most notorious tycoons: Robert Maxwell” The Guardian, 27 Jun 2017.

En 1946 las editoriales científicas británicas se encontraban en una situación crítica. La mayoría estaban lideradas por sociedades científicas que eran, como empresas, ineficientes. El ritmo de publicación era lento y los costes cada vez más elevados. La ciencia británica necesitaba un sistema de publicaciones científicas más eficaz. La solución del gobierno británico fue unir la editorial británica Butterworths (ahora propiedad de Elsevier) con la alemana Springer (para recabar su experiencia editorial). Maxwell fue contratado para dirigir esta nueva editorial cuando tenía solo 23 años. En 1951 Maxwell compró la editorial Butterworth–Springer para crear Pergamon Press.

Un buen negocio cuyos clientes eran los gobiernos que financiaban las bibliotecas universitarias, que compraban las suscripciones de las revistas científicas. Maxwell decidió asistir a muchas conferencias científicas en busca de editores para sus nuevas revistas. Les ofrecía contratos en exclusiva con revistas de Pergamon, la mayoría con el prefjio ‘International Journal of’ en su título. En 1959, Pergamon publicaba 40 revistas; en 1964 publicaba 150. Maxwell estaba muy por delante de su competencia (por ejemplo, la holandesa Elsevier solo tenía 10 revistas en inglés en 1959).

El éxito de Maxwell transformó Pergamon en una editorial multinacional. Un negocio que le convirtió en un hombre muy poderoso en la prensa británica, hasta su fallecimiento en 1991, en su yate, cerca de las Islas Canarias. En 1992 Pergamon fue comprada por Elsevierque llevó hasta el extremo la filosofía de Maxwell. Con la llegada de las bases de datos de manuscritos como arXiv y el movimiento open access, parecía que el negocio iba a llegar a su fin. Elsevier en 1998 se lanzó a la digitalización de todas sus revistas y al acceso electrónico. Los costes bajaron y el precio de las suscripciones podría haber bajado, sin embargo, Elsevier decidió subir los precios de forma sostenida año a año. La jugada, que parecía suicida, le salió redonda gracias a que su mercado es cautivo; sus beneficios no han parado de subir.

En 1988 Maxwell predijo que el futuro de las editoriales científicas era un oligopolio similar al actual. Hoy en día muchos científicos son críticos con las grandes multinacionales de la edición científica como Elsevier. Sin embargo, el negocio sigue viento en popa a toda vela. La ciencia debe pertenecer a los científicos, no los editores. ¿Cambiará esto algún día?”

Fuente: https://loquesigue.tv/academicos-e-investigadores-los-esclavos-de-las-multimillonarias-editoriales-cientificas/

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