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Cómo educar en la tolerancia y la empatía

Cómo educar en la tolerancia y la empatía

La tolerancia, entendida como el reconocimiento y respeto de las diferencias, y la empatía, definida como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, son competencias esenciales que deben ser cultivadas desde la infancia.

En un mundo cada vez más globalizado y diverso, educar en la tolerancia y la empatía se ha convertido en un imperativo social. La convivencia pacífica entre culturas, creencias y formas de vida distintas requiere no solo respeto, sino también la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y perspectivas.

La tolerancia, entendida como el reconocimiento y respeto de las diferencias, y la empatía, definida como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, son competencias esenciales que deben ser cultivadas desde la infancia. Sin embargo, en una era marcada por la polarización y los discursos de odio amplificados en redes sociales, el desafío de inculcar estos valores es más urgente que nunca.

El papel de la educación formal

Las escuelas desempeñan un rol crucial en este proceso. Incorporar programas que promuevan la educación emocional y el respeto por la diversidad es clave para construir sociedades más inclusivas. Según un informe de la UNESCO, las instituciones educativas que fomentan el diálogo intercultural y la resolución pacífica de conflictos ayudan a reducir prejuicios y discriminación.

Los métodos pedagógicos basados en actividades grupales, juegos de rol y dinámicas que simulen situaciones reales son herramientas efectivas para desarrollar empatía en los estudiantes. Asimismo, incluir literatura y materiales educativos que representen diversas realidades puede abrir la mente de los niños y jóvenes a otras perspectivas.

El ejemplo en el hogar

El hogar es otro espacio fundamental para educar en estos valores. Los niños aprenden observando, y los padres o tutores son sus primeros modelos. Actitudes como escuchar con atención, mostrar interés genuino por los sentimientos de los demás y evitar comentarios despectivos son conductas que los adultos deben practicar para inculcarlas en sus hijos.

Además, fomentar el diálogo abierto en familia sobre temas como la discriminación, el respeto por las diferencias o los derechos humanos puede ayudar a los más pequeños a desarrollar un sentido crítico y empático desde temprana edad.

La responsabilidad social

Más allá de la escuela y el hogar, los medios de comunicación, las redes sociales y las instituciones tienen una responsabilidad en la promoción de la tolerancia y la empatía. Evitar la difusión de mensajes que perpetúen estereotipos o fomenten la hostilidad es un paso esencial para construir un entorno cultural más respetuoso.

El desafío no solo recae en individuos o familias, sino en la sociedad en su conjunto. Crear políticas públicas que promuevan espacios inclusivos, así como campañas que visibilicen la importancia de estos valores, puede marcar una diferencia significativa.

Hacia un futuro más humano

Educar en la tolerancia y la empatía no es solo una meta noble, sino una necesidad urgente para afrontar los desafíos de un mundo en constante transformación. Si bien no existe una receta infalible, la combinación de esfuerzos desde la familia, la educación formal y la sociedad puede allanar el camino hacia una convivencia más armónica y solidaria.

Porque al final, como dijo el escritor Albert Camus, “la verdadera generosidad hacia el futuro consiste en darlo todo en el presente”. Invertir en valores como la tolerancia y la empatía es, sin duda, la mejor manera de construir un mañana más justo y humano.

Fuente de la Información: https://aptus.com.ar/como-educar-en-la-tolerancia-y-la-empatia/

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Educación emocional: la clave del desarrollo integral

Educación emocional: la clave del desarrollo integral

En una sociedad cada vez más compleja y competitiva, la educación emocional emerge como un pilar fundamental para el desarrollo integral de los individuos

Más allá de las competencias académicas, las habilidades emocionales y sociales se están consolidando como herramientas indispensables para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana, fomentar relaciones saludables y garantizar el bienestar personal además del colectivo.

¿Qué es la educación emocional?

La educación emocional se define como un proceso continuo que busca desarrollar competencias emocionales como la empatía, el autocontrol, la resiliencia, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos. Estas habilidades no solo son esenciales para la interacción social, sino que también tienen un impacto directo en la salud mental, el rendimiento académico y la satisfacción personal.

Según estudios recientes, las personas que poseen una alta inteligencia emocional tienen mayores probabilidades de manejar situaciones estresantes, resolver problemas de manera creativa y mantener relaciones interpersonales sólidas. Estas capacidades, aunque a menudo subestimadas, son esenciales para el éxito en todos los ámbitos de la vida.

La importancia de la educación emocional desde la infancia

La infancia es un período crítico para el desarrollo emocional. Durante esta etapa, los niños aprenden a identificar y gestionar sus emociones, así como a interactuar con su entorno. Incorporar la educación emocional en los programas escolares permite que los niños adquieran estas habilidades desde temprana edad, preparándolos no solo para superar obstáculos académicos, sino también para enfrentar los desafíos emocionales y sociales.

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca que los niños que participan en programas de educación emocional muestran mejoras significativas en su rendimiento académico, una disminución de conductas problemáticas y un aumento de su autoestima. Esto refuerza la idea de que educar las emociones no es un lujo, sino una necesidad.

Impacto en adolescentes y adultos

En la adolescencia, una etapa marcada por cambios físicos, emocionales y sociales, la educación emocional desempeña un papel crucial. Los jóvenes que han sido educados en esta área tienen más probabilidades de desarrollar una identidad saludable, tomar decisiones responsables y resistir las presiones externas.

En la adultez, las habilidades emocionales son igualmente relevantes. La gestión del estrés, la resolución de conflictos laborales y el mantenimiento de relaciones afectivas estables dependen, en gran medida, de la inteligencia emocional. Además, en un mundo laboral que valora cada vez más las «habilidades blandas», como el trabajo en equipo y la empatía, contar con una sólida base emocional puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento profesional.

La educación emocional en la agenda pública

A pesar de sus evidentes beneficios, la educación emocional sigue siendo un aspecto secundario en muchos sistemas educativos. Es fundamental que gobiernos, instituciones educativas y familias trabajen en conjunto para promover su inclusión como una parte integral de la currícula escolar.

Algunas iniciativas alrededor del mundo, como el programa SEL (Aprendizaje Social y Emocional) en Estados Unidos, han demostrado cómo la implementación de estrategias estructuradas puede transformar comunidades enteras. Estas experiencias pueden servir como modelo para otros países que buscan priorizar el bienestar emocional de sus ciudadanos.

Un llamado a la acción

En un mundo donde los índices de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales están en aumento, la educación emocional no puede seguir siendo una opción, sino una prioridad. Invertir en este ámbito no solo beneficia a las personas, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más empática, resiliente y cohesionada.

El desafío está claro: incorporar la educación emocional desde los primeros años de vida y reforzarla a lo largo del ciclo vital. Es hora de entender que, así como aprendemos matemáticas o ciencias, también debemos aprender a reconocer, expresar y manejar nuestras emociones. Solo así lograremos formar individuos completos y una sociedad verdaderamente humana.

Fuente de la Información: https://aptus.com.ar/educacion-emocional-la-clave-del-desarrollo-integral/

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Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Desde priorizar la educación emocional hasta permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Las docentes Inés Cabezas y Susana García-Moya explican las estrategias educativas más efectivas para trabajar el alumnado con altas capacidades.

Siempre vamos a encontrar estudiantes con altas capacidades a los que dar respuesta, estén identificados o no. Como cada uno de ellos es único y no se ajusta a un perfil específico, resulta esencial conocerles individualmente para identificar así sus necesidades concretas y atenderlas de manera correcta. Aunque es posible aplicar pautas específicas como pasar de curso, existen otras de carácter ordinario o general que conviene tener en cuenta también. Son las siguientes:

  • Ofrecer actividades abiertas a diferentes niveles que les permitan avanzar a su ritmo propio. Lo ideal es que estas actividades les ayuden a investigar de forma autónoma acerca de sus intereses, además de desafiarlos con un nivel superior de dificultad.
  • Eliminar aquellas actividades que no tengan un objetivo didáctico ni evidencia de aprendizaje como el copiado de enunciados, de textos del libro u otro tipo de ejercicios  mecánicos. El motivo no es que no copien, sino que trabajen con un sentido o utilidad. En este contexto, se recomienda emplear las situaciones de aprendizaje con un objetivo claro y la Taxonomía de Bloom para diseñarlas en diferentes niveles.
  • Conocer sus debilidades, no para destacarlas, sino para ayudar a mejorarlas. No se busca conseguir que sean estudiantes perfectos, sino encontrar herramientas que les permitan avanzar en su desarrollo y superar sus dificultades. Y desde aquí potenciar sus fortalezas.
  • Permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Si rebaten una idea que hay en el libro con el que trabajando una explicación en clase, se puede proponer un debate para que la clase también opine e investigue. El profesorado debe enfatizar la importancia de desarrollar el pensamiento crítico.
  • Antes de asignar actividades es importante cuestionar su necesidad y relevancia. Lo mejor es buscar alternativas que impacten positivamente en su aprendizaje.
  • Atender la educación emocional del aula y permitir cierta autonomía y confianza, con pautas de comportamiento en las que se conozcan las consecuencias de su acción o inacción.
  • Escuchar a la familia y conocer el rol del alumnado en casa aporta una visión muy importante para la planificación posterior en el aula.

Posibles dificultades asociadas

Además de tener en cuenta estas pautas, también es importante conocer las dificultades que pueden aparecer durante el proceso de aprendizaje del alumnado con altas capacidades:

  • Dificultad para sintetizar. El docente debe ayudarles a discernir las ideas principales de las secundarias y a resumir la información.
  • Problemas de coherencia en la expresión. En este caso, es recomendable trabajar la oratoria y la expresión escrita con esquemas previos y límites de tiempo.
  • Falta de técnicas de estudio. Ajustar el nivel académico y aportar métodos de aprendizaje y gestión del tiempo les ayuda a superar la frustración. Además, mejoran su concentración y la capacidad para organizarse.
  • Para los casos de disgrafía asociada se recomienda ofrecer alternativas para mejorar la presentación de los trabajos, valorando retos que estimulen su rendimiento. Igualmente, la dificultad motriz no debe penalizar donde no sea aplicable.
  • Abordar la autoexigencia extrema con refuerzos positivos, rendimiento eficiente y trabajando el síndrome del impostor. Esto se consigue trabajando aspectos como el tiempo pautado, la aceptación propia y la autoestima.

Tras estas consideraciones, es importante, por otro lado, que los docentes adapten estrategias según las necesidades individuales de este alumnado y fomentar un ambiente de aprendizaje inclusivo.

Fuente: educaciontrespuntocero.com

 

Fuente de la Información: https://www.redem.org/altas-capacidades-en-el-aula-pautas-de-utilidad-para-los-docentes/

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UNICEF: Los Efectos Colaterales del Bullying y el Acoso

Los Efectos Colaterales del Bullying y el Acoso

Hace unos días decidí escribir este blog, quizá sea uno de los que más me ha costado como persona  escribir y que lo he pensado como nunca lo había hecho. Usualmente se que decir y qué poner, pero extrañamente en esta oportunidad se que poner pero quizá le temo a hacerlo.

En uno de mis blogs pasados tuve la valentía y la fuerza de poder contar del ciberbullying que sufrí hace unos meses  y el bullying que sufrí hace unos años en mi colegio. En esos habló sobre cómo me sentía, sobre algunas situaciones que pase durante ese lapso del tiempo y de bien como esto se podría evitar para no ser parte del problema pero ser consciente de él y poder evitarlo.

Todos hablan sobre que se debe de evitar el bullying y cuanta cosa pero hasta ahora no he visto que alguien hable sobre los efectos colaterales que estos dejan en tu vida, aun cuando aquello pasó hace ya algunos años, aquello aun te siguen, desde la oscuridad están ahí recordándote constantemente por donde has pasado y lo feo que todo puede verse si vuelves a caer en ese hoyo del cual no tienes el control.

No me atreveré a generalizar que para todos aquellos que en algún momento sufrieron bullying, acoso o bien ambas cosas anteriormente mencionadas sólo que a nivel cibernético sufrimos los mismos efectos. Hablaré de los efectos colaterales que yo sufro como persona, y que estoy segura que más de alguna persona los ha pasado.

Personalmente me ha costado lidiar con demasiadas cosas, sobre todo cuando estas involucran demasiadas personas con quien estar y hablar. Usualmente me he encontrado con el estrés y nerviosismo de cuestionarme constantemente sobre la sinceridad de la persona que tengo al frente. Cada que conozco a alguien se me hace difícil no pensar en si me tomara del pelo o quieren verme como tonta en algún momento. He tenido que lidiar con el estrés y la incomodidad que significa hablar en clases a través de un micrófono sin poder tener el control de los demás sobre qué hacen o dicen cuando yo hablo.

Tengo que lidiar con mis pensamientos y repetirme constantemente que aún hay personas de buen corazón en este mundo. Que no todas son como esas personas que un día me hicieron pasar el peor año.

Constantemente me encuentro incómoda trabajando con personas, no me gusta salir cuando se que hay gente, prefiero mil veces salir a pasear a mi perro cuando la hora cursa casi las doce de la noche y estoy cien por ciento segura que no veré a nadie. Me siento mejor y menos observada.

He tenido que lidiar sin fin de emociones cuando estas se relacionan con personas con las que nunca he convivido. Se me ha quedado pegada la idea de siempre analizar a cada ser humano a profundidad para no darle mi confianza tan apresuradamente y que luego vayan por ahí riéndose de mí o atentando contra mi vida.

Y para algunas personas quizá algunas cosas mencionadas sean como un “rutina” cuando conoces a alguien, sin embargo en cantidades pequeñas es saludables, pero cuando tú mismo sabes que no es normal es donde te das cuenta que estas sufriendo los efectos colaterales de una acción que nunca dependió de ti, que sufres de un efecto colateral de acciones de terceras personas que quizá ni estén al tanto de tu situación actual.

Los efectos colaterales son quizá los peores, porque sabes que la situación ya pasó, que has llegado a ese punto neutro donde puedes respirar y nada te harán, pero estos están ahí, recordando todo y perjudicando tu futuro. Afectando tus nuevas relaciones sociales y tu desenvolvimiento como ser humano en la sociedad.

Y nadie, nadie debería de tener que pasar por esos momentos, nadie debería de verse obligado a tener que ir a un psicólogo porque no sabes como lidiar con ese miedo que te acorrala al estar con demasiada gente por el miedo de tu pasado.

Porque si, nadie debería de pasarlos pero se que se sale y aun cuando yo algunas veces tengo que lidiar con situaciones como estas puedo decirte que me he encontrado con hermosas personas que ahora son mis amigos, que me cuidan y me escuchan, que están ahí para apoyarme y darme llamadas para saber de mi vida y de cómo he pasado la mañana.

Aun creo que hay gente buena en este mundo. Aun hay gente con buenos corazones y son estas mismas las medicinas para los efectos colaterales del bullying y el acoso.

Entonces yo te digo, si tu has pasado por estos efectos colaterales de los malos tragos que algunas veces la vida nos da, déjame decirte que no estás solo, que yo tengo pruebas de que aun hay gente buena en este mundo porque las tengo rodeando mi vida. Porque tengo personas que están ahí y que tienen un buen corazón.

Y vamos a aprender juntos a poder volver a estar en sociedad sin temerle a caer de nuevo. Vamos a poder decir que algún día pasamos en ese mundo y que ahora estamos bien, que ahora luchamos para que otros no pasen lo que pasamos nosotros.

Por ello repitió que el bullying, el ciberbullying, el acoso y el ciberacoso no deben de ignorarse, ocurre todos los días y a todas horas frente a nosotros, y ninguna persona merece pasar los efectos colaterales de no haber podido recibir ayuda a tiempo.

 

Fuente de la Información: https://www.voicesofyouth.org/es/blog/los-efectos-colaterales-del-bullying-y-el-acoso

 

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El papel de las actividades extraescolares en el futuro educativo de los hijos

El papel de las actividades extraescolares en el futuro educativo de los hijos

Los expertos aconsejan tener en cuenta los gustos y preferencias de los menores para que vayan con entusiasmo y aprendan.

Cada vez son más las familias que, a la hora de elegir el centro educativo para sus hijos, miran con lupa la oferta extraescolar. Y no es para menos. La conciliación depende en gran medida de los servicios que ofertan los colegios. De hecho, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, más del 90% de los alumnos de enseñanza obligatoria hacen alguna actividad extraescolar, mientras que algo más de la mitad acuden dos o más veces a la semana a clases extraescolares.

«Siempre se intentan cuadrar los horarios escolares a los laborales. Aunque es un grave error, la realidad es la que es», reconoce Ana María Reynoso, profesora del Grado en Pedagogía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Aún así, la experta señala que padres y madres, en la medida de lo posible, «deben tener en cuenta la edad de los niños y sus gustos a la hora de apuntarles a una actividad».

De hecho, «hasta que no finalicen la etapa de Educación Infantil, si es posible, la mejor opción es no apuntarles a nada. Los niños tan pequeños tienen que estar jugando al aire libre, en el parque -asegura la experta-. Toca dejar el móvil a un lado y centrarse en ellos. Es verdad que es una etapa agotadora, pero no vuelve, y es encantadora. Una pena que por el estrés diario no la valoremos en todo su esplendor».

Potenciar un talento

Después, aconseja Reynoso, lo mejor es consensuar con el niño la extraescolar a la que puede ir, «preguntándole previamente, teniendo en cuenta sus gustos». «Hay veces que reducimos las extraescolares a clases particulares para reforzar aprendizajes que en el colegio van mal, y nos olvidamos de que es mejor potenciar talentos que no reforzar siempre debilidades», señala. Es decir, si le cuesta inglés, no conviene apuntarle a una extraescolar de dicho idioma porque acabará frustrándose.

«No se trata solo de que las extraescolares actúen de refuerzo académico. Si le gusta la danza, la pintura, las manualidades… lo mejor es apuntarle a una extraescolar que potencie ese gusto que tiene por el arte», aconseja. Tocar algún instrumento u optar por teatro son «actividades donde se refuerza la lectura, la creatividad, el autoconocimiento…Les parecerá un juego, pero dentro se enmarcan grandes aprendizajes».

Si lo que la familia busca es una extraescolar en la que el niño refuerce un idioma, «ya que es algo que necesitará en su vida laboral», toca ingeniárselas. «Si a tu hijo no le gusta aprender otro idioma -recuerda la pedagoga-, habrá que buscar algo que le motive y con lo que indirectamente aprenda, como apuntarlo a una actividad deportiva con niños que hablen en inglés».

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir la extraescolar, es ser muy consciente de que los niños cambian y si a principio de curso querían baloncesto y luego piden fútbol, es normal. «No pasa nada porque cambien de opinión. Por eso, es importante que los niños puedan probar para que, así, las familias puedan decidir», señala Reynoso, que recuerda también la importancia de optar por actividades que van a robar mucho tiempo a las familias: «Hay que tener en cuenta si una opción acarrea competiciones los fines de semana o entrenamientos».

Influencia futura

Y es que a las extraescolares hay que ir contentos, con entusiasmo y ganas porque, según un estudio de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC), tienen un papel relevante en el desarrollo de los niños porque les ayudan a descubrir intereses y potencialidades mientras favorecen su autonomía, su autoestima y el máximo desarrollo de sus capacidades. «Pueden completar e impulsar la formación y el desarrollo de los menores, además de contribuir a formar personas únicas y con un perfil formativo diferenciado, lo que favorece su futura inserción social y laboral», afirma Sylvie Pérez, profesora de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Por suerte, la oferta de las extraescolares hoy en día es muy amplia: intelectuales, como lectura, idiomas, ajedrez, programación o robótica; artísticas, tales como teatro, pintura, cerámica, música, danza, poesía, diseño; o deportivas, entre las que ya no se encuentran únicamente las tradicionales fútbol o baloncesto, sino también atletismo, ballet, natación, tenis o patinaje.

«Lo importante de la extraescolar es que motive al menor, que le proporcione esas otras cosas que no tiene en su jornada escolar pero que son vitales para su desarrollo como es saber relacionarse con los demás, que les ayude a superar su timidez, a trabajar en equipo, a tener un estilo de vida saludable… Es decir, todo lo que tiene que ver con la inteligencia emocional. Y todo ello desde bien pequeños», concluye Reynoso.

Fuente: Ana I. Martínez / abc.es

Fuente de la Información: https://www.redem.org/el-papel-de-las-actividades-extraescolares-en-el-futuro-educativo-de-los-hijos/

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UNICEF: Lo que necesita saber sobre el apego padre-hijo

Lo que necesita saber sobre el apego padre-hijo

Conozca la importancia de vincularse con su hijo y las formas de hacerlo.

Los niños prosperan cuando se sienten seguros, amados y cuidados. Para muchos padres, formar un vínculo estrecho con su hijo es fácil. Para muchos otros que no se sintieron amados, protegidos o valorados durante su propia infancia, puede ser una lucha mucho mayor. La buena noticia es que las habilidades de crianza se pueden aprender. Siga leyendo para saber por qué la vinculación con su pequeño es crucial para su desarrollo y bienestar, y algunas formas sencillas en que puede hacerlo todos los días.

Por qué es importante construir una relación con su hijo

Brindarle a su hijo amor y afecto es un requisito previo para el desarrollo saludable de su cerebro, su confianza en sí mismo, su capacidad para prosperar e incluso su capacidad para formar relaciones a lo largo de la vida.

Literalmente, no se puede dar ‘demasiado’ amor a los bebés. No existe tal cosa como malcriarlos sosteniéndolos demasiado o prestándoles demasiada atención. Responder a sus señales de alimentación y comodidad hace que los bebés se sientan seguros. Cuando los bebés se quedan solos de forma rutinaria, piensan que han sido abandonados y, por lo tanto, se vuelven más pegajosos e inseguros cuando sus padres regresan. 

Cuando usted nota las necesidades de su hijo y responde a ellas con amor, esto ayuda a que su pequeño se sienta a gusto. Sentirse seguro, visto, calmado y protegido aumenta la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. Cuando el mundo de un niño en el hogar está lleno de amor, está mejor preparado para enfrentar los desafíos del mundo más grande. Un vínculo temprano positivo sienta las bases para que los niños crezcan y se conviertan en adultos felices e independientes. Las relaciones amorosas y seguras ayudan a desarrollar la resiliencia, nuestra capacidad para hacer frente a los desafíos y recuperarnos de los contratiempos.

Cómo vincularse con su hijo

La crianza de los hijos puede ser difícil a veces y no existe tal cosa como un padre perfecto. Pero si puede proporcionar un entorno amoroso y enriquecedor para que su hijo crezca y usted es una presencia constante y confiable en su vida, entonces estará ayudándolo a tener un gran comienzo en la vida. Aquí hay algunas formas que pueden ayudarlo a construir una conexión fuerte con su hijo desde el momento en que se conocen.

  • Fíjate en lo que hacen. Cuando su bebé o niño pequeño llore, haga gestos o balbucee, responda apropiadamente con un abrazo, contacto visual o palabras. Esto no solo le enseña a su hijo que le está prestando atención, sino que ayuda a construir conexiones neuronales en el cerebro de su pequeño que respaldan el desarrollo de la comunicación y las habilidades sociales.
  • Jugar juntos. Al jugar con su hijo, le está demostrando que es valioso y divertido estar cerca de él. Preste toda su atención cuando jueguen juntos y disfruten viendo el mundo desde la perspectiva de su hijo. Cuando disfrutan de momentos divertidos y se ríen juntos, su cuerpo libera endorfinas («hormonas para sentirse bien») que promueven una sensación de bienestar tanto para usted como para su hijo.
  • Mantenlos cerca. Abrazar y tener contacto piel con piel con su bebé ayuda a acercarlos de muchas maneras. Tu hijo se sentirá reconfortado por los latidos de tu corazón e incluso llegará a conocer tu olor. A medida que su hijo crece un poco, abrazarlo puede ayudarlo a aprender a regular sus emociones y manejar el estrés. Esto se debe a que cuando un niño recibe un abrazo, su cerebro libera oxitocina, la sustancia química que “siente bien”, y calma la liberación de cortisol, la sustancia química del “estrés”.
  • Tener conversaciones. Interesarse en lo que su hijo pequeño tiene que decir le demuestra que le importan sus pensamientos y sentimientos. Esto incluso puede comenzar desde el primer día. Al hablar y cantar suavemente a su recién nacido, le hace saber que está cerca y que le presta atención. Cuando hagan ruidos de arrullos, responda con palabras para ayudarlos a aprender las idas y venidas de una conversación.
  • Responda a sus necesidades. Cambiar un pañal o un pañal, alimentar a su hijo y ayudarlo a conciliar el sueño les asegura que sus necesidades serán satisfechas y que están seguros y cuidados. Cuidar de su hijo y satisfacer sus necesidades también es un gran recordatorio de su capacidad para apoyar a su hijo.

Sobre todo, disfrute estar con su hijo, aproveche al máximo el tiempo juntos y sepa que su amor y presencia ayudan mucho a que su hijo prospere.

¿Experimenta dificultades para relacionarse con su hijo?

Si es madre primeriza y tiene dificultades para vincularse con su bebé, comuníquese con su proveedor de atención médica, ya que esto podría ser un signo de depresión posparto. Este es un problema muy común que afecta a muchos padres primerizos. Para obtener más información, lea ‘¿Qué es la depresión posparto?’ . No estás solo y con ayuda mejorará.

 

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/parenting/child-care/what-you-need-know-about-parent-child-attachment

 

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UNICEF: La salud mental también es prioridad

La salud mental también es prioridad

KARLA MELGAREJO

Mi experiencia con la ansiedad

Cuando pensamos en la salud es probable que pienses solo en los malestares físicos, ¿verdad? Pues en realidad también deberías pensar en los malestares mentales. El problema es que desde tiempos antiguos se ha estigmatizado la salud mental dejándola en segundo plano, porque claro, la depresión se cura pensando en positivo, la ansiedad es solo para llamar la atención y el no saber controlar tus emociones está bien – espero se notara el sarcasmo. Lo verdadero aquí es que los problemas mentales se han dejado siempre como algo de personas débiles o incluso se le ha atribuido a lo femenino.

En una edad antigua es hasta comprensible que se le diera más importancia a la salud física, ya que si se rompían un brazo o se enfermaban perdían la capacidad de hacer cosas para sobrevivir como cazar, cultivar, o buscar un nuevo hogar caminando horas. En la actualidad sí que es un serio problema que se mantenga este pensamiento, puesto que se debe entender que sin una buena salud mental no vas a poder llevar una vida sana. Vivir con depresión, ansiedad o demás problemas te va a dar como resultado una vida infeliz donde no vas a poder desarrollarte de la mejor manera, tal es así que miles de personas en el mundo que actualmente no han atendido su salud mental llegan a quitarse la vida; vivir con un problema mental sin tratamiento no te dejará vivir sanamente.

Quisiera contar mi experiencia desde la ansiedad. A mediados de pandemia yo cursaba mi cuarto y quinto semestre de preparatoria y gracias a las clases online, la carga de trabajo aumento exponencialmente y con ello también aumento la presión por querer mantener mis notas altas. Pasaba más de la mitad de mi tiempo útil tras un computador tomando clases o haciendo tareas, el tiempo que me quedaba disponible lo repartía en comer o ir al baño.

Al inicio no me costaba tener todo mi día ocupado pero con el pasar de los meses me fui alejando de las cosas que me gusta hacer como leer, dibujar, tocar mi guitarra o perder un tiempo en redes sociales libre de culpas. Incluso me aleje de mi familia por estar atendiendo los deberes de la escuela, llego un punto en el que me obsesione tanto con la productividad y cumplir con los deberes que desarrolle trastornos de ansiedad.

Me preocupaba excesivamente por mi futuro y siempre me surgían ideas de metas que quería lograr pero me preocupaban al grado de pasar todo mi tiempo pensando en qué hacer para lograrlas, incluso queriendo hacer más cosas de las que podía al mismo tiempo. Tan pronto como surgía una meta y ponía todo mi interés en ella, surgía otra y olvidaba lo anterior para enfocarme en la nueva y después volver a las que ya tenía en mente. Sé que suena muy confuso, y es que realmente lo era. Era un ciclo continuo de pensamientos ansiosos sobre preocuparme por algo, proponer una solución, enfocarme en ella, olvidarla por una nueva, sentirme culpable por qué no cumplí ni una meta, volver a preocuparme por perder el tiempo y generar estrés excesivo sobre mis pensamientos.

Aunado a esto estaban mis deberes escolares, así que ya se imaginan como continuo por meses esto, afortunadamente me di cuenta que algo andaba mal en mí y trate de buscar ayuda para poder salvarme y así lo hice. Actualmente puedo decir que soy consciente de cuando comienzo a recaer y puedo manejar mis pensamientos la mayoría de las veces.

Con esto quiero dejar en claro que la salud mental no es un juego, como víctima de un problema mental puedo decir que cuando lo tienes no puedes vivir en paz sin tratamiento. Todo el tiempo estás pensando en cosas que no deberías y muchas veces las personas que te rodean no se dan cuenta y algunas otras si se percatan de esto, pero pensarán que exageras o que no es nada grave porque «hay cosas más importantes» o porque «así es la vida». Quiero decirte que no es así, no estas exagerando, la vida no debe ser así y claro que debes atender el problema y si conoces a alguien que lo tiene puedes tratar de empatizar para ayudarnos a mejorar y dejar de ver a la salud mental al final de nuestra lista de pendientes.

Fuente de la Información: https://www.voicesofyouth.org/es/blog/la-salud-mental-tambien-es-prioridad

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