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Ida Vitale: Para traducir hay que estar en «relación de amor con el texto»

Por: Montevideo Portal. 

Fue entrevistada en la Feria del Libro por la escritora y traductora hispano-estadounidense Valerie Miles.

La poeta Ida Vitale, Premio Cervantes 2018, resaltó este martes, en un diálogo público con la escritora y traductora hispano-estadounidense Valerie Miles, que a la hora de traducir una condición esencial es la de «estar en una relación de amor con el texto».

En el marco de la 42ª Feria Internacional del Libro de Montevideo, una Vitale humilde, que reconoció a Miles, cofundadora de Granta en español y reconocida por sus trabajos como traductora y editora, como la verdadera «experta», reflexionó sobre los desafíos que presenta la traducción y, más aún, la de poesía.

«El poema es como un cuerpo que nosotros estamos desnudando y no podemos dejarlo en el mundo así, hay que vestirlo con otra piel, con otra lengua que a veces se presta y a veces no», apuntó la poeta de 95 años.

En ese sentido, a lo que reconoció que aunque parezcan a veces «ilógicos» hay algunos dichos que «concentran toda la esencia de una lengua» y que, por ende, son problemáticos para un traductor, Vitale puntualizó que una clave en la traducción es el amor hacia el texto.

«Una de las condiciones ‘sine qua non’ es que estemos en una relación de amor con el texto, malo es tener que traducir algo con lo que uno está en discusión o en discrepancia. Igual eso es un problema ético y ahí tenemos que resolverlo en contra nuestro. Si estamos en discrepancia embromarnos y respetar lo que el autor quiso decir», expresó.

Por su parte, Miles, que manifestó su admiración por la inagotable curiosidad de la autora uruguaya y resaltó que Vitale tradujo al español a autores célebres como Jules Supervielle y Luigi Pirandello, opinó que «con cada lengua se abre un mundo nuevo», por lo que la tarea del traductor nunca es tan fácil como parece.

A su vez, preguntada sobre el problema que resulta traducir al español, la autora de «Mil bosques en una bellota» y profesora de traducción literaria y escritura creativa en la Universidad Pompeu Fabra evaluó que, si bien lo hace desafiante, hay que ver la belleza en las variantes idiomáticas.

«Deberíamos acostumbrarnos a las variedades, a que la belleza de un idioma son las variedades y la posibilidad de viajar a través de la lengua, a conocer otras palabras en la misma lengua (…) es la riqueza que tiene un idioma, entonces no deberíamos tener tanto miedo a eso», concluyó.

Además de participar del encuentro con Ida Vitale, Miles brindará un taller sobre el rol del editor de libros en el Centro Cultural de España en Montevideo (CCE), que auspicia su visita a Uruguay.

La 42ª edición de la Feria Internacional del Libro de Montevideo, que va hasta el 13 de octubre, contará con más de 200 actividades y tiene a Cuba como país invitado de honor.

Fuente de la entrevista: https://www.montevideo.com.uy/Tiempo-libre/Ida-Vitale-Para-traducir-hay-que-estar-en-relacion-de-amor-con-el-texto–uc731437?fbclid=IwAR101XCUeh5hJE3NDhFKOhfJv_25qzGIVyZlwCHAQepB8-Ig9qEZ8QjjIX0

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#ENTREVISTA: Matías Nirenberg. El motor de la Radio Inclusiva

Por:  radioenpapel.

 

Todo comenzó con un encuentro con Héctor Yudchak. Nos encontramos en el centro porteño a almorzar y en la charla apareció el tema de la Radio Inclusiva. Así como vino se fue rápido. Era un trabajo en progreso. Por más que insistí, no logré robarle más datos. Allí fue donde escuché el término por primera vez.
Mi curiosidad pudo más, e inmediatamente me fuí a Google. Algunos resultados por Europa, pero muy pocos, casi contados con los dedos de una mano, en América Latina. El tema fue tapado por la urgencia de otros, pero quedó latente.
Hasta que vio la luz el secreto de Héctor: la aparición del libro «Somos Capaces. Personas con discapacidad hacen Radio«. Fue ahí que conocí con Matías Nirenberg. Primero en fotos, a través de las redes sociales. De a poco fuí descubriendo su trabajo con los chicos, con la radio, a través de la web y notas en los medios. Hasta que me dije «tengo que charlar con él». Y así fue que nos encontramos una tarde en Caballito.
Descubrí un tipo con mucha energía. Siempre alegre. Y con una pasión por lo que hace que muy pocas veces vi en profesionales del medio radial. En un principio la nota iba a ser escrita, pero no lograría captar las inflexiones, las pausas, la emoción de sus palabras en el texto escrito. Así que decidí, ya que estamos hablando de Radio y el sonido es el medio, mostremos al mundo y que se haga escuchar la Voz del impulsor de la Radio Inclusiva en Argentina.

¿Cómo nace tu vínculo con la Radio?

¿Cuál es el origen del Proyecto?

La Radio.

El impacto Personal.

De las escuelas al programa de Radio?

El impacto del libro en el Proyecto.

 
Futuro.

 

Fuente de la entrevista: http://radioenpapel.blogspot.com/2019/10/extras-matias-nirenberg-el-motor-de-la.html?m=1

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Mané Espinoza: “Una sociedad que no ama a sus profesores no ama a sus niños”

Por: Ima Sanchís.

Fracasó como profesor?

Quería ser el Robin Williams de El club de los poetas muertos en una escuela de uno de los barrios más pobres y diversos de Londres, y sí, obviamente fracasé.

Nada que ver con la escuela en la que usted estudió.

Mi escuela se parecía a la de Hogwarts de Harry Potter; tenía, incluso, una jauría de mastines para la caza del conejo.

¿Ambas erraban en la manera de educar?

Sí, el sistema educativo otorga demasiada importancia al éxito académico, a los exámenes estandarizados; inspirado en un modelo industrial que las empresas ya han dejado atrás y que olvida las dimensiones ética y humana del aprendizaje, la creatividad y el propósito.

Entonces, ¿olvidan lo esencial?

El bienestar de nuestra especie y del planeta depende del desarrollo de nuestra inteligencia social y emocional. Conseguí que mis alumnos fueran competentes en lectura, escritura y aritmética, que es la base del modelo educativo, pero no que amaran aprender.

¿Qué dice la neurociencia?

Que cada uno de nosotros tenemos una capacidad de aprendizaje mucho mayor de la que creemos. Somos aprendices natos, la mente no es una máquina que ha de programar la escuela.

Esta idea es importante.

El cerebro está vivo, es rebelde y está inmerso en un proceso interminable de aprendizaje. El aprendizaje es nuestro superpoder, pero los modelos educativos limitan con demasiada frecuencia nuestro potencial innato.

En lugar de enseñar a los niños a saber cosas, necesitamos enseñarlos a aprender.

Sí, porque hoy el conocimientos cambia a una velocidad abismal, ya no podemos pensar que lo que aprendamos hoy nos sea útil mañana. Mejor enseñarles a adquirir por sí mismos esas destrezas a medida que las necesiten.

¿Y cómo se hace eso?

Cultivando la capacidad de preguntarse, expresarse, analizar, criticar, imaginar, investigar y cuestionar. La clave es la motivación.

Se lanzó al mundo en busca de buenas prácticas educativas, ¿qué ha encontrado?

Visité las escuelas más novedosas y las más exitosas, entrevisté a los profesores más innovadores y los neurólogos y psicólogos más punteros durante dos años.

¿Y?

Conocí a un experto en robótica de Boston que cuando nació su hijo instaló cámaras en su casa para grabar los primeros años del desarrollo del niño con la intención de enseñar a un robot cómo aprende un ser humano, pero abandonó.

¿Por qué?

Descubrió que aprendemos de una manera muy compleja, que cada cerebro es distinto, imposible imitarlos. Estuve en Corea del Sur, donde los jóvenes se preparan para la prueba de selectividad estudiando 14 horas diarias. Es tan importante que se suspenden los vuelos para que el ruido no desconcentre a los alumnos.

¿Con qué resultado?

Hace 70 años cuatro de cada cinco eran analfabetos, y ahora tiene la mayor proporción de universitarios del mundo, lo que demuestra el poder de la educación; pero en contrapartida tiene el nivel más alto de suicidios de jóvenes.

En las aulas se cuece el futuro.

En 15 años la inversión en educación ya tiene importantes resultados en la sociedad. En una escuela de Silicon Valley vi a cien niños de cinco años sentados frente a un ordenador portátil con cascos, sólo se oían sus deditos tecleando.

¿El resultado?

Su nivel de lengua y matemáticas era espectacular. Entendí que el desarrollo cognitivo temprano, sin olvidar el aprendizaje a lo largo de toda la vida, son las prioridades.

¿El lado oscuro de la tecnología?

La creciente dependencia de las máquinas puede despojarnos de nuestra capacidad de aprender de una manera exclusivamente humana y reducir las capacidades innatas, por eso memorizar es importante.

En teoría Finlandia es la panacea.

Son maestros en la formación humana y colaborativa y han conseguido ser una de los países más creativos: han florecido compañías muy exitosas. Y según la ONU son los campeones de felicidad del mundo. El futuro no es de los sabelotodo sino de los “quiero aprenderlo todo”.

Hay que motivar a aprender no sólo a los alumnos, sobre todo a los profesores.

En Finlandia los profesores son líderes, más importantes que un ministro, y esa es otra revolución pendiente, que el de maestro sea nuestro supremo oficio. Georges Haddad, rector de la Sorbona, dijo: “Una sociedad que no ama a sus profesores no ama a sus niños”; tiene razón.

Ha visto a grandes maestros en acción…

Y el denominador común es que hacen pensar a sus alumnos y los inspiran para que saquen, cada uno, lo mejor de sí mismo. Pero todos, a parte de dominar su materia, dominan y actualizan la ciencia del desarrollo cognitivo; son expertos en psicología de la motivación y en la práctica de la creación de comunidades, porque el sentimiento de pertenencia en el desarrollo emocional es fundamental.

¿El aprendizaje debe ser difícil?

Sí. El cerebro prospera a partir de la dificultad deseable. Nuestro cerebro está diseñado para evitar tener que pensar, prefiere las actividades rutinarias. Aprender implica esfuerzo, enfrentarse a una dificultad.

Fuente de la entrevista: https://www.lavanguardia.com/lacontra/20190926/47645318765/una-sociedad-que-no-ama-a-sus-profesores-no-ama-a-sus-ninos.html

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María Dolores Prieto: «Los estudiantes más creativos tienen mayores habilidades para identificar y solucionar problemas»

Por: Carlota Fominaya

«Los estudiantes más creativos tienen mayores habilidades para identificar, definir e implementar soluciones eficaces a problemas». Esta es una de las afirmaciones hechas por María Dolores Prieto, Catedrática de Universidad en el área de Psicología de la Educación (UM), y una de las ponentes del I Encuentro sobre Artes, Emociones y Creatividad organizado por Fundación Botín y que se celebra estos días en el Centro Botín (Santander).

Tanto la creatividad como la inteligencia emocional son dos de las grandes cualidades más valoradas en el siglo XXI, ¿por qué?

En efecto. La primera porque es la habilidad para resolver problemas de forma novedosa y válida o correcta; y en el mundo cambiante en el que vivimos cada vez hay más problemas que nos son nuevos o a los que no nos hemos enfrentado antes. Con respecto a la inteligencia emocional, se trata de una competencia que permite al ser humano interactuar con los otros.

Esta interacción es sumamente relevante ya que no vivimos aislados; particularmente hoy día se valora el trabajo en equipo, tanto es así que los grandes logros de la ciencia y de la innovación tecnológica se consiguen gracias a los esfuerzos conjuntos. Es cada vez más infrecuente encontrar la figura del creativo solitario.

¿Qué nos permite la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional, usualmente definida como la capacidad de percibir, expresar y manejar emociones en nosotros mismos y en otros, no solo nos permite interactuar con los demás; si no también conocernos a nosotros mismos y regular nuestras emociones; lo cual puede ser relevante cuando afrontamos un problema. Esta inteligencia emocional va a permitirnos mantener nuestra atención en el problema que queremos resolver y no desanimarnos en el proceso.

En su investigación han querido comprobar si existe alguna asociación entre la inteligencia emocional y la creatividad. ¿Qué es lo que han encontrado?

Lo que diferencia a nuestra investigación sobre el resto es que esta relación es una cuestión que había sido estudiada con adultos, pero no en edades infantiles. Para ello, se valoró la inteligencia emocional utilizando un cuestionario muy conocido (el de Bar-On, que está editado por TEA) y la creatividad (utilizando la prueba de pensamiento divergente de Torrance) en niños de educación primaria que habían sido identificados como alumnos de altas capacidades. Y sí, había correlación. Estos alumnos se caracterizan por tener no sólo una alta inteligencia sino también una alta motivación y una elevada creatividad. Además, también medimos la inteligencia emocional de otros niños de habilidades medias.

¿Qué más encontraron al realizar este análisis?

Los resultados indicaron que, al comparar a los alumnos de altas capacidades con sus compañeros, los alumnos de altas capacidades puntuaban más alto en la variable «adaptabilidad» de la inteligencia emocional. Esto significa que los alumnos que son más fluidos en sus ideas y que enfocan los problemas desde distintas perspectivas mostrando originalidad (que son más creativos), son también aquellos que comprueban si lo que sienten en un momento dado está acorde con la realidad externa, tienen facilidad para adaptar sus emociones y pensamientos a la situación, y ello les permite resolver problemas de forma efectiva. Este resultado es consistente con otras investigaciones realizadas por el grupo con alumnos de Secundaria, donde se comparó la inteligencia emocional de alumnos más creativos con los menos creativos.

En definitiva, aunque la creatividad es un fenómeno complejo en el que intervienen muchas variables (la inteligencia, el contexto educativo, el tipo de problema, el conocimiento previo…), parece que la inteligencia emocional podría estar jugando un papel muy importante en el desarrollo de la creatividad.

¿Dónde está el error cuando queremos mejorar la creatividad?

Esto es importante porque cuando pensamos en mejorar la creatividad, muchas veces nos centramos en mejorar las variables cognitivas: mejorar el pensamiento divergente, el pensamiento metafórico, el pensamiento crítico, la búsqueda de información, el uso de analogías creativas, el entrenamiento del insigh, etc., y nos olvidamos de esa parte no cognitiva que tiene que ver con rasgos de personalidad como es la perseverancia ante los obstáculos, la disciplina en el trabajo, mantener una motivación intrínseca incluso cuando no es fácil la tarea.

¿Y la relación entre creatividad y escuela? ¿Cómo se puede mejorar?

En la escuela a veces se asume que trabajar la creatividad implica jugar y divertirse afrontando retos, pero ¿qué pasa cuando un problema no es divertido? Si nos preguntan cómo debería de mejorarse la creatividad, la respuesta sería trabajar en las dos vertientes: tanto a nivel cognitivo, dando acceso al conocimiento que se va a necesitar para resolver los problemas, como a los razonamientos más complejos. Como a nivel no cognitivo, trabajando la motivación y la regulación de emociones, así como la autoestima y la voluntad de asumir riesgos en nuestro trabajo, saber asumir las críticas, convertirlas en «feedback» para mejorar…

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Soledad Rappoport: «la evaluación es necesaria, pero para conseguir información con la que mejorar»

Por: Daniel Sánchez Caballero

«La evaluación no debe ser el centro de preocupación de la educación, debe ser una herramienta para mejorar»

Soledad Rappoport tiene claro que la evaluación es necesaria, pero para conseguir información con la que mejorar. Ahora mismo, es un palo en la rueda de la inclusión, pues excluye a este alumnado de las pruebas y, además, homogeneiza procesos educativos.

Soledad Rappoport lleva años dedicada a la investigación educativa. Ha estudiado la inclusión, las Tecnologías de la Información en la educación y actualmente está con un proyecto de desarrollo profesional docente del que prefiere no adelantar nada hasta que no esté publicado. Miembro del GIPES (Grupo de Investigación sobre Políticas Educativas Supranacionales), en una de sus investigaciones, realizada a cuatro manos junto a su compañera Marta Sandoval, las académicas observaron el carácter pernicioso sobre la inclusividad que pueden tener las pruebas de evaluación estandarizadas, tipo PISA. “Condicionan las clases, marcan ritmos y aunque no aportan información de todos los alumnos, suelen utilizarse para desarrollar políticas que sí afectan a todos”, explica.

¿Por qué decís que las pruebas internacionales como PISA atentan contra la inclusión y la equidad?

Desde el enfoque inclusivo una siempre está muy atenta a los procesos de exclusión. Parte de la inclusión es analizar estos procesos. Hay una atención permanente a esta contracara. Muchas veces uno quiere tocar un aspecto para desarrollar más inclusión y acaba generando exclusión por otro lado. Son dos caras de la misma moneda. Los efectos no colaterales de las decisiones educativas muchas veces acaban en esto. A partir de una serie de investigaciones empezamos a notar que estas prácticas estandarizadas externas generaban exclusión por otros lados como efectos no deseados. Por un lado, las evaluaciones externas dejan fuera cierto tipo de alumnado. Si bien en términos estadísticos es poco representativa la tasa de los estudiantes que no hacen PISA aún tocándoles (ronda el 2,5%), son el grupo más vulnerable. Estamos excluyendo justamente a un grupo que debería ser foco de mayor atención. Muchas veces es porque las pruebas no se adaptan a ellos, por ejemplo: los estudiantes que no saben el idioma o chicos y chicas con discapacidades. Incluso en las pruebas estatales censales los estudiantes que tienen adaptaciones curriculares significativas participan, pero no se toman los resultados para hacer media con el centro. Ya de por sí esta práctica excluye al estudiantado más vulnerable.

Otra elemento es que, por el impacto mediático que tienen y el uso que se les da, estas evaluaciones acaban marcando ritmos, formas de trabajo en el aula e, incluso, contenidos, porque la presión que ejercen produce una homogeneidad de la práctica docente. Se hacen entrenamientos para salir bien en esta foto. Miden Matemáticas, Ciencias o Lengua, pero dejan fuera aprendizajes muy importantes para el desarrollo de las personas como deportes, música, artes, autonomía personal… Y terminan teniendo un impacto en el currículum porque quita tiempo al desarrollo de estos otros aprendizajes importantes frente a otros. La parte perversa de la situación termina recayendo sobre los estudiantes más vulnerables, los que han sido excluidos de estas pruebas, toda una cantidad de prácticas sobre las que ellos no dieron información.

Otra cuestión que veíamos es el uso que se da de las cuestiones que cada escuela sufre, las presiones que sufren los docentes, el uso político bastante grave que fundamenta ciertas reformas o posiciona ciertos eslóganes que tienen más que ver con este aspecto mercantilista que está muy lejos del sentido de la educación y la inclusión. Hay escuelas que lo utilizan para atraer clientela y dejan fuera o seleccionan a sus estudiantes según estas pruebas. No contemplan el progreso de todos, dejan sin información de un montón de personas.

En el estudio, y lo acabas de mencionar, hacéis referencia a un cierto carácter mercantilista de la educación. ¿En qué cuestiones se ve?

Por un lado, en el tipo de competencias que suelen medir estas evaluaciones externas. Las competencias más ligadas al sistema productivo. No se evalúa la competencia artística,por ejemplo, aunque a medida que ha pasado el tiempo se han ido añadiendo cosas, como ahora la competencia social y cívica. Pero estas evaluaciones externas de siempre han estado más ligadas al sistema productivo. No digo que no deba medirse, me parece que es un dato importante y la educación debe contemplar cómo formar personas que sean competentes desde el punto de vista productivo, pero no se puede reducir a eso. El uso que se da a estas evaluaciones y cómo están marcando agenda es lo que me parece importante y preocupante. Marcan agenda educativa y tiene impacto sobre todos los estudiantes, pero no los está teniendo en cuenta a todos ni avisa de los procesos de exclusión que se están produciendo. De hecho, incluso, los fomenta. La cantidad de eslóganes que vienen aparejados con esto (calidad, competitividad, eficiencia)… Estas pruebas lo que hacen es evaluar el producto, que tiene una filosofía detrás que mide la educación en términos de calidad. No se ve el proceso.

¿Qué soluciones proponéis?

Analizábamos que está pasando en otros contextos, pero la primera siempre es ubicar la evaluación. Dónde la queremos. No debe ser el centro de preocupación de la educación. Debe ser una herramienta para coger evidencia que sirva para mejorar. Es volver a un planteamiento más filosófico: ¿nos está dando información útil para crear comunidades más inclusivas, atender a toda la comunidad de estudiantes? Los profesores nos dicen que no. Está utilizándose más en términos de competitividad entre países. Lo primero entonces es ubicarla. El quid de la inclusión no puede estar en cómo hacer para mejorar en la evaluación, sino cómo hacemos para hacer procesos que generen comunidades más inclusivas y qué herramientas utilizamos para llegar ahí. Hay varias experiencias, algunas muy costosas. Pero difícilmente una sola herramienta puede abarcar con precisión un aspecto tan complejo como el educativo.

Otra idea es que no se evalúe solo el producto final, sino distintos momentos. El proceso es muy importante. Y luego, y esto me parece fundamental y por donde deberíamos empezar, las pruebas deben contemplar sí o sí el progreso de todos, especialmente los más vulnerables. Estos grupos son los que dan la información más relevante sobre los procesos de exclusión. Por eso Dinamarca y Gran Bretaña, en un intento de solucionar estas pruebas estandarizadas, hicieron pruebas a nivel estatal para medir los procesos de aprendizaje de los estudiantes que no alcanzaban a medirse con las pruebas censales estatales. Hicieron otro cuerpo de pruebas que miden más el progreso porque hace falta esa información. También hay que volver a pensar como ciudadanía el rol de los medios de comunicación y tener cuidado con los efectos —quiero creer— no deseados. Muchas veces la publicación según cómo de estos resultados lo que hace es aumentar estas cuestiones. Hay que concienciar más sobre el uso, los peligros, qué mide y qué deja fuera la evaluación, que a veces es más importante.

Habláis de «recuperar el valor de la cohesión social» del sistema de evaluación. ¿Cuándo se perdió?

No lo sé, no podría identificar un momento concreto. La inclusión marca muchos aspectos, pero apunta a lo utópico. La educación desde el punto de vista de la inclusión necesita escuelas que sean inclusivas pero, además, que desarrollen aprendizajes para formar sociedades más inclusivas. Cuando decíamos que el sistema de evaluación debe recuperar este valor de cohesión social nos referíamos a que se recupere esta idea de evaluación. Que cree comunidades cohesionadas pero, además, sociedades inclusivas. Insisto en que está muy bien la productividad, la gente que tiene que estar preparada para trabajar, pero ¿qué pasa con lo otro? Es complementario, desde nuestro punto de vista, no puede ser que sea únicamente lo otro y que, además, genere exclusión.

Esto es entrar en el terreno de la especulación, pero ¿crees que instituciones como la OCDE, que predican la inclusión, son conscientes de lo que generan sus pruebas?

Creo que no, sinceramente. Depende también de qué organismo hablemos, porque los hay muy disímiles entre sí con diferentes objetivos. En el caso de la OCDE creo que no entra en sus intereses primarios. Sí veo una evolución a partir del primer PISA. A partir de las críticas fue incorporando más datos de contexto, la cantidad de estudiantes que se permite que queden fuera de la evaluación se fue haciendo más pequeño. Pero también creo que ver estos temas de inclusión no está en su agenda.

Comentabas antes que las evaluaciones condicionan las clases. ¿De qué maneras?

Marcan ritmos. Hay docentes que cambian cuándo se presenta un contenido respecto a otro por cuándo viene la evaluación. Marcan acercamientos al contenido, privilegian ciertos temas frente a otros, inhiben la innovación docente. Privilegian la cuestión de la mayoría frente a las individuales. Es bastante la presión que ejercen frente a las y los profesores. Dejan de probar métodos para ver cuál es el mejor para sus estudiantes o sus grupos. Dejan de lado ciertos aprendizajes frente a otros. Homogeneizan prácticas docentes. Se da mucho también el entrenamiento, se toma tiempo para practicar pruebas similares.

Todo esto va en contra de las tendencias actuales que se supone que hablan de la individualización de la educación, etc.

Es justamente lo contrario. Desde la inclusión se busca que la diversidad esté representada. La diversidad de acceso al contenido, de metodologías. Se habla mucho de que en el currículum esté representada la diversidad de culturas en un grupo. Se trata de formar comunidades inclusivas donde la diversidad participe activamente en el propio proceso. Por eso no sirven las llamadas recetas únicas. Otra cosa que no tienen en cuenta estas pruebas en general es el trabajo en equipo frente al individual, etc. Trabajar la autonomía, o con chicos con síndrome de Down, saber comportarse en distintos contextos, son temas fundamentales, pero sobre estos procesos no tenemos información alguna. Cómo se va integrando un inmigrante recién llegado, cómo la comunidad recibe y acoge. Estas cuestiones básicas no están siendo recogidas y no sabemos si lo estamos haciendo bien o mal. En realidad los centros sí lo saben, pero estas evaluaciones no potencian esto, al contrario. Muchos centros que se sabe que son muy buenos en el tema inclusivo salen mal en la foto de las evaluaciones estandarizadas.

¿No resulta algo paradójico que se den estas circunstancias justo cuándo más predicamos la inclusión e, incluso, hemos firmado convenios internacionales que la ponen en el centro de la acción educativa?

Falta mucha concienciación. Falta un consenso sobre qué temas son los importantes. Después pensemos para qué queremos las evaluaciones y qué están generando. En principio parecería que ofrecen datos para ver qué mejorar, pero ahora que es más para comparar. Comparar centros frente a otros, países entre sí. Hablamos de Shanghai, pero no sabemos la presión que hay sobre los estudiantes, si están en regímenes dictatoriales… No estamos viendo qué es importante. ¿Qué queremos como sociedad? Hay consenso sobre la importancia de la inclusión, de que todos los estudiantes deben estar en el mismo centro educativo. Todo esto se logró a nivel nacional e internacional. Pero también están demasiado aceptadas estas pruebas estandarizadas como los casi exclusivos indicadores acerca de la calidad de los sistemas educativos, cada vez con más repercusión en los sistemas nacionales. Incluso están definiendo muchas veces a ministros de Educación o a la opinión pública en general. Me parece un doble estándar ideológico en el que hay que preguntarse si no son contradictorias o si de alguna manera los hacemos complementarios. Qué aportan unos, qué aportan otros o cómo combinarlos para que ambos trabajen en esa mejora que creemos. En este aspecto una de las cuestiones fundamentales desde el punto de vista inclusivo es que hay que mirar permanentemente cuáles son los efectos de exclusión que están generando las prácticas estandarizadas (todas las prácticas educativas en general). Hay que estar muy atento porque las está produciendo.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/10/la-evaluacion-no-debe-ser-el-centro-de-preocupacion-de-la-educacion-debe-ser-una-herramienta-para-mejorar/

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Entrevista a Javier Fernández Panadero. «La normativa se hace para socavar el servicio público: digo que no funciona y llevo a la gente a lo privado”

Por: Daniel Sánchez Caballero

Javier Fernández Panadero, profesor de instituto, licenciado en Física y autor de divulgación, docente de Secundaria, tiene algunas cosas claras sobre la situación del profesorado. Es necesaria una bajada de las ratios y otra de las horas de docencia directa para mejorar un servicio público cada vez más degradado.

“Soy Javi y hago cosas”, responde Javier Fernández Panadero cuando se le pregunta quién es. Profesor de instituto, licenciado en Física, imparte cursos, da conferencias, cuenta con siete libros de divulgación científica publicados y algunas otras cosas, en el orden que se quiera. Fernández Panadero se niega a que ninguna etiqueta le defina por encima de otras. Una cosa tiene clara: la vocación docente siempre ha estado ahí. “Llevo contando lo que aprendo desde chiquitito, enseñar es una actividad muy bonita, ver cómo aprende el otro, el brillo en los ojos…”, cuenta.

Fernández Panadero también se hace notar en las redes, donde cualquiera que le siga habrá observado que es una persona crítica con la situación que vive la educación y la falta de empuje de la profesión y de los sindicatos (“excepto honrosas excepciones”, matiza) en un momento en el que, dice, los funcionarios deberían ser la punta de lanza de las protestas sociales por la especial protección de que gozan.

Siempre se mira con lupa la vocación o no de los docentes. ¿Hace falta tener vocación para enseñar?

Esto es como en un trabajo, cuando te piden implicación ya puedes prepararte… que quieren horas gratuitas. En nuestro caso con la vocación pasa algo parecido. Es una trampa donde nos pillan, y lo digo siendo yo lo que podría definirse como profesor vocacional. Yo he sido profesor particular desde que tenía 16 años. Nos dicen que hay que tener vocación, pero nuestro trabajo es enseñar y se puede hacer un trabajo digno siendo profesional en el mejor sentido de hacer lo que te corresponde de una manera eficiente. ¿Se puede hacer nuestro trabajo sin que sea una vocación desde pequeño? Por supuesto, como todos. Mucha gente descubre que le gusta esto cuando se mete. Hay que buscar la profesionalización de lo que hacemos, y eso pasa por definir bien las tareas y hacerlas de forma eficiente. Lo otro puede ser un plus.

¿Cómo han cambiado, si es que lo han hecho, los alumnos en estos 20 años que llevas de docente?

Hablaba hace poco con una compañera que en 2003 era alumna. Yo ya era profesor. Y decía ella que los chicos eran más indolentes respecto de ella. Yo no noto este cambio desde 2003 hasta hoy. Pero respecto a cuando yo estudiaba, podría decir que sí. Lo hablamos muchos compañeros y creemos que hay un cierto sesgo. Cuando pienso en mi juventud pienso en mí y mi entorno. Entonces, comparo la media de mi entorno de entonces con una media general de ahora. Pero sí noto ciertas diferencias. En conocimientos, sí. Ha bajado el nivel. A veces nos cuesta reconocerlo, pero es así. Y estamos una sociedad donde se cuestionan cosas que antes no se cuestionaban. Si es un punto intermedio me parece bien, pero si es el final del camino no. Por ejemplo: antes se decía que hay que respetar a los mayores. Sí o sí. Ahora la gente se cuestiona: “¿Por qué tengo que respetar a alguien por ser mayor?”. El cuestionamiento me parece bien si es un proceso, pero si nos quedamos ahí y relajamos todo me parece mal. También creo que seguimos sacudiéndonos el polvo de la dictadura y aún decimos: “Los chicos tienen que trabajar por convencimiento, no porque se le impongan, etc”. Me parece muy bien. Yo hablo de cosas de enjundia humana en clase, qué es vivir en sociedad, etc. Es curioso, porque nosotros (los adultos) funcionamos con leyes que se cumplen por el uso de la fuerza o la amenaza de, es el contrato social. Pero los chicos no. Tienen que interiorizar todas las leyes, concienciarse. No decirles cosas en negativo. Ese grado de madurez no lo tenemos los adultos.

Dices que hay menos conocimientos, pero también hay quejas constantes de los profesores porque no llegáis a dar todo el currículum de lo inflado que está.

Es compatible. La explicación es que el papel lo aguanta todo. En 20 años dando Tecnología todavía estoy esperando a que el legislador se aclare qué quiere en el currículum de tecnología. La Tecnología en la que yo empecé era como la Pretecnología de antes, pero un poco más elaborada. Hacíamos proyectos, motorcillos… En Madrid hace unos años les dio una epifanía a la gente que estaba a cargo y decidieron que todo sería robótica. Llegué a pensar que me iban a despedir o cambiar de materia porque hay una especialidad que es Informática en el cuerpo de docentes. Lo natural es que si vas a hacer esa asignatura la den ellos. Al final hicieron una mezcla y no se entiende bien qué estamos dando ahora. Todavía estamos esperando a que se decidan. Para mí lo que dicen que dé es inabarcable. Hacemos lo que podemos. Estamos siempre en fraude de ley, por supuesto, porque no podemos hacer lo que nos piden. Me puedo acercar, obviar cosas que parecen menos interesantes, pero poco más. Tienes que dar muchísimas cosas y tienes 30 alumnos. A veces se me quejaban de que no les atendía. Si le dedico dos minutos a cada uno se acabó la hora.

¿Cuál es la solución para llegar?

Muy sencilla. Reducir la ratio. Es tan fácil de hacer que lo vemos muy frecuentemente: cuando hay excursiones o así y de repente te quedas con 15 chiquillos en clase y se da clase estupendamente. No es una cuestión de decir que hay que mejorar la formación de profesores. No, no. Es que hoy doy clase con la mitad de chavales que ayer y aprenden mucho más. Todas las demás variables son iguales, pero en vez de ser 30 son 15, y ni siquiera los 15 mejores. No hay secretos. Pero cuesta dinero. Se habla mucho de evaluar a los profesores también. Pero es muy difícil evaluar porque intervienen muchos agentes. Los estudios marcan que el principal factor de éxito es el socioeconómico. Nosotros aún creemos que podemos mover algo, pero somos un agente más. ¿Cómo se evalúa que alguien enseñe un poco más o un poco menos? ¿O que el chaval con el que te tenías que haber sentado pero no lo has hecho no ha aprendido algo? Ese adulto que tiene 30 años y está poniendo congelados a lo mejor podría haberse formado un poco más y tener un trabajo mejor. Nunca puedes medir esa diferencia. A veces lo sabe algún adulto al que alguien salvó. Alguien vio que tenía un trastorno de hiperactividad, por ejemplo, y le dio una solución. Pero esa medida fácil, con efecto de un minuto para otro, que es cortar la ratio, es muy tentadora al revés. Si recortas profesores hoy, el ahorro es inmediato. Es lo que hicieron en 2012.

¿Crees que realmente a los políticos no les interesa la educación o que es más una cuestión de ineptitud?

Existe el principio de Hanlon, que dice que “nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Hay gente que lo intenta y, por falta de capacidad de llevarlo a cabo o por la dificultad de luchar contra un ambiente hostil, no lo consigue o no impone el bien tanto como debe. El político que siempre le da la vuelta a su favor, cuando siempre cae del mismo lado… Al inicio de la crisis le preguntaron a un economista mediático qué inversiones aconsejaba. Y respondió: “En Sanidad y Educación, es una buena oportunidad de negocio”. Me produce escalofríos. ¿Cómo puede ser, en un país donde la Sanidad y la Educación son un servicio de calidad, público y gratuito ser una oportunidad de negocio? ¿Yo voy a ofrecer un servicio de pago y es una oportunidad de negocio? Es imposible sin socavar el servicio existente. Cualquier observador ha visto cómo la normativa que se hace va a socavar. Socavo el servicio, digo que no funciona y llevo a la gente al servicio privado. En Chile, que privatizó la Sanidad y la Educación a lo bestia, pasan cosas como que la gente de mi generación está acabando de pagar ahora sus créditos universitarios. Aquí esa misma gente está pagando su casa. Con los mismos años, yo tengo carrera y casa, ellos solo carrera. ¿Dónde está el dinero de mi casa? Alguien se lo ha llevado. Tienes gente con intereses privados que está manejando el sistema público. Hay un problema de incompatibilidad. Antes a las universidades privadas no iba nadie, solo el que no tenía nota. No valía igual un título de una privada que el de una pública. Pero eso no pasa si no socavas lo público. Igual que de primeras atribuir a la maldad lo que explica la ignorancia es hostil con los que nos equivocamos, cuando hay un patrón es poco inteligente hacerlo. Este cambio de los grados a cuatro años y los máster después se resume muy fácil en poner la especialidad de pago. Se normaliza. Mañana normalizaremos pedir un crédito para estudiar, pasado lo otro. Es muy grave.

¿Dirías que os ‘la han clavado ya’? Te he leído lamentar que no se convoque una huelga indefinida…

Déjame que te interrumpa un momento. Creo que ese es el primer error, pensar que no podemos caer más. Nos puede costar la vida. Decimos, ‘puedo aguantar como estoy’. En todos los lados. Parece que no podemos caer más, pero podemos caer mucho más. Yo tengo tres hermanos, mi padre era militar de baja graduación, mi madre ama de casa. Pero estudiamos en la universidad y cogimos el ascensor social. Se han cargado bastante el ascensor social, pero no del todo. Aún se puede estropear más. Cada paso en una dirección es muy difícil de volver. Nos metieron los recortes en 2012 y no se han revertido aún. Y se ha acabado la crisis. Pero podemos caer mucho porque tenemos mucha renta y muchos derechos que podemos perder. Tener una casa en propiedad puede convertirse en un lujo. Se pueden normalizar los alquileres leoninos. Se puede perder una Sanidad de calidad. Se está transformando el modelo, en el que la concertada es la red del que se la puede permitir y se intenta convertir la pública en subsidiaria. Eso degrada el servicio y segrega. Son movimientos constantes, en serie y dirigidos a un objetivo. Mucha casualidad. Y el problema es que perdemos todos.

Decía: ¿Hay resignación entre el profesorado? Parece que hubo cierto movimiento al principio de la crisis, pero ya no.

Ese verano se convocó una reunión de profesores. Y se llena. Era inimaginable. En los primeros momentos había unas ganas de hacer muy fuertes. Nos reunimos en septiembre en los institutos, les decimos a los profesores despedidos (los interinos que llevaban diez años trabajando fueron despedidos) que vinieran, que el curso no se empezaba. Mucho movimiento en los claustros, en los institutos. Nos juntamos los representantes de los institutos con los sindicatos. Y nos dicen que no, que ellos creen que no hay que convocar una huelga, que realmente no representamos a los institutos porque no nos han elegido. No nos lo creíamos. Queríamos que no empezara el curso así, hasta que readmitieran a los despedidos. Nos dijeron que no, que no firmemos el horario no conforme, hacer ‘el día de la camiseta’… lo que yo llamo con falta de respeto “el folclore”, que está muy bien como complemento de una medida real, pero cuando es la medida única para el opresor es risible. Hicimos en total creo que 12 días de huelga, pero a saltitos. Había ganas y energía, pero nos llevaron a vías muertas. Yo defiendo el movimiento sindical, pero nos llevó a vías muertas. Se disipó mucha fuerza y se agotaron energías y la gente se hartó.

Es curioso que los funcionarios, que tenemos una protección laboral muy fuerte, que tenemos el sueldo asegurado, no nos podamos poner en huelga una semana o dos. Es alucinante, creo que estamos llamados a encabezar la lucha por mejorar la sociedad. Pero hay pocas ganas. Estamos cansados, desalentados, con unos sindicatos, salvo honrosas excepciones, que hablan de situaciones “intolerables” que toleramos todos los días. Con los padres —hablo de las AMPA sobre todo— también tuvimos nuestros desencuentros porque les preocupa mucho el daño inmediato a sus hijos. No lo critico, pero es así. También es verdad que los servicios mínimos que imponen juraría que rayan lo ilegal. Y nos impiden cerrar los centros. Sería interesante ver la deriva legal de que pasara algo cuando haya cinco personas encargadas de 400 menores. Yo, cuando me voy de excursión, no me puedo llevar más de 20 o 25. Pero en las huelgas se abre la puerta de los centros, se pastorea a los chicos y a las familias no les importa que no se dé clase mientras se cuiden, y cuidados están. Las huelgas no molestan. Si cerrásemos las puertas del centro, si hiciéramos una huelga de verdad, que parase el servicio, los padres no podrían ir a trabajar. No la soporta el país una semana.

¿Qué le falta a la profesión?

Hay mil cosas que mejorar. La profesión docente y aquí uno mismo. La formación técnica, por ejemplo. Con todo el respeto a los compañeros maestros, que se dejan la piel. Pero hay una queja común de que la formación específica de las materias concretas de los maestros deja que desear en ciertas asignaturas. Igual es porque tienen que saber de todo y no es fácil. A los licenciados igual nos falta formación pedagógica técnica, enseñanza basada en la evidencia, no cosas guays. Nos falta tiempo para trabajar juntos, que nos mentoricen, por ejemplo. Que entras a la profesión y no tienes quién te aconseje. Yo soy físico y doy clase. Sé explicar cosas bien, lo que quieras. Pero estoy con chavales con mil problemas y no tengo la formación para atender eso al nivel que debería. Adolezco de esa formación. ¿Que nos podrían evaluar? Por supuesto. Pero no para ponerme un negativo, sino para enseñarme lo que podría hacer mejor.

Creo que me he explicado mal. Quería preguntar más bien qué puede hacer la Educación (o los políticos) para mejorar la vida de los docentes.

Bajada de ratios y bajada de carga docente. Yo tengo 18 horas lectivas porque soy jefe de departamento (lo normal son 20). Antes daba 15. Tengo 300 alumnos. ¿Cómo puedo saber ya ni el nombre de los chicos? Reducir ratio, reducir carga docente. No digo que me dejes irme a casa, pero sí formarme, preparar cosas con mis compañeros. Ahora estoy dando cuatro asignaturas diferentes de dos horas, me tengo que preparar cada una. Si me quitas dos horas lectivas, me quitas una asignatura y 30 alumnos. A veces parece que hay que hacer todas las cosas a la vez, pero algunos defendemos que hay cosas muy claras que nos servirían a todos al día siguiente, como la ratio y la carga docente, que fue precisamente el recorte que nos hicieron. Lo podrían hacer mañana. Yo ahora mismo creo que lo que piden los tiempos es hacer una movilización de verdad, lo que ahora llamamos indefinida salvaje pero que en realidad es una huelga normal de siempre. Plantarse para esto y luego ya hablar de todo lo demás. Pero lo primero es esto porque se está degradando el servicio y eso lleva a una deriva muy grande.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/07/la-normativa-se-hace-para-socavar-el-servicio-publico-digo-que-no-funciona-y-llevo-a-la-gente-a-lo-privado/

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Marberlis González. Proyectos comunitarios en Cuba: una forma de decir «sí se puede»

América Central/Cuba/13-10-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu 
Por: Prensa Latina
Los proyectos comunitarios en Cuba logran hoy en día un mayor compromiso e inclusión en la sociedad a pesar de la presión ejercida por el cerco económico impuesto por Estados Unidos hace más de medio siglo a la isla.
En entrevista con Prensa Latina, la educadora popular y coordinadora de proyectos del Centro de Intercambio y Experiencias Iniciativas Comunitarias (Cieric), Marberlis González, resaltó la importancia de mantener activos los proyectos como alternativa en la sociedad.

González recordó que ‘las políticas neoliberales son un desafío pero a la vez son oportunidades para que la gente pueda organizarse comunitariamente y hacer cosas de forma diferente abogando al concepto de comunidad, trabajo en común, compartir los bienes’.

Asimismo, la educadora popular insistió en que estas iniciativas propician un cambio de concepción de vida, incorporan valores como la emancipación, la responsabilidad y la solidaridad.

‘Con el fin de construir vida desde los lazos de cooperación hasta los sosteniblemente económicos, los proyectos abarcan la labor desde las escuelas, con la atención a niños con discapacidades mentales y personas de la tercera edad’, afirmó la educadora.

Actualmente los proyectos comunitarios, sobre todo en la formación de un ciudadano comprometido con el desarrollo y el bienestar de su entorno son de vital pertinencia para la inserción social de muchas personas.

La especialista subrayó que esta iniciativa en la isla se deriva a partir del surgimiento de necesidades que hay en determinados territorios y comunidades.

‘A pesar del injusto bloqueo económico, comercial y financiero que afronta Cuba hace casi seis décadas, la sociedad cubana se impone ante la adversidad, lucha contra las exigencias neoliberales capitalistas y defiende sus derechos’, apuntó.

Explicó también que la política del bloqueo norteamericano sigue teniendo un impacto negativo en esferas como la cultura, donde tanto el pueblo cubano como los estadounidenses se han visto privados del disfrute de la mejor expresión artística y literaria de ambos pueblos.

‘Aún así las agresiones constantes implementadas por la actual administración del presidente estadounidense, Donald Trump, no mermarán las acciones realizadas por estos proyectos, solo se mantendrán más firmes’, reafirmó González.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311632&SEO=proyectos-comunitarios-en-cuba-una-forma-de-decir-si-se-puede-foto
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