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Brener: “El gobierno busca degradar el sentido de lo público”

Entrevistamos en #NoNosQuedaOtra a Gabriel Brener, educador, docente y ex subsecretario de equidad y calidad educativa de la Nación. Con él conversamos al aire sobre el panorama educativo actual: un proyecto que proclama excelencia educativa, pero sólo ofrece políticas mercantilistas de exclusión social.

Entrevista realizada por el programa radial no nos queda otra

 

Las políticas educativas conducidas por el actual Gobierno de la Ciudad, en los últimos tiempos, han sido tema de repercusión en nuestra sociedad. Específicamente, docentes, alumnos y quienes ocupan cargos directivos alzaron sus voces a fin de materializar un reclamo contundente: no al desmantelamiento de la educación. Esta lucha, que busca poner en agenda aquellas temáticas que quieren invisibilizarse, sigue su curso como respuesta a las medidas tomadas que deconstruyen el sistema centenario de la enseñanza pública. En principio, podemos referirnos al proyecto UniCABA aprobado el 22 de noviembre en la Legislatura porteña. Bajo una propaganda política-marketinera que sostiene que la mejoría de la formación docente y su práctica radicarían, exclusivamente, en el carácter universitario, se antepuso la creación de un nuevo espacio frente a los 29 Institutos de Formación Docente que ya se caracterizan y sientan precedente por otorgar educación de calidad. ¿Y esto por qué? Gabriel Brener nos habla una visión unilateral en términos políticos que “no contempla la opinión del arco mayoritario de profesionales de la academia educativa ni la voz participativa de los involucrados directos”.

Se refiere a la búsqueda de un monopolio que no solamente pretende ser la única voz autorizada, sino que además arrasará con todo en beneficio propio y en detrimento de los ciudadanos. Desde sus comienzos, el proyecto UniCABA, hoy ley, ha sido de carácter incongruente e inconsulto. Incongruente en tanto se desconocen los motivos que apelan a la creación de una universidad que será la causa de la destrucción de los históricos profesorados; e inconsulto porque no solo no se ha dialogado con voces especializadas del ámbito educativo en ejercicio, sino que su aprobación ha sido producto de la votación del bloque original oficialista de diputados, sin ni siquiera contar con ciertos aliados básicos. Es decir, ni “la legitimidad política, que es lo que más fuerte tienen, pudieron hacer pesar para aprobar la UniCABA”. Pero allí está, la aprobaron. “Creer que una universidad, solo por el hecho de serlo va a ser mejor que Institutos Terciarios, es de un grado de analfabetismo pedagógico y desconocimiento de contexto, pero de mucha inteligencia por parte del marketing en manejar el timing de la miedocracia”. Porque el problema, la culpabilidad está en el otro, en los docentes, en los institutos, pero no se preocupen porque les traemos “la universidad”.

Podríamos continuar este recorrido con el proyecto inmobiliario que atañe al Instituto Superior de Educación Nro 1 “Dr. Enrique Romero Brest”. Una propuesta que busca mudar el histórico terciario sito en las costosas tierras de Nuñez, al Parque Sarmiento y al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo de Soldati. Una propuesta que afirma la construcción de nuevos y mejores espacios, cuando no hace mucho tiempo han sido inauguradas flamantes canchas deportivas en dicho establecimiento. Y es que claro, lo que existe detrás de este plan innovador es el estratégico negocio de ventas de terrenos. Un negocio que claro está no beneficiará a los estudiantes del instituto.

Gabriel Brener

Y hay más. Brener describe cómo “aquellos que están tomando decisiones del gobierno, en el plano educativo, son centralmente CEOS o son cuadros de las empresas que han mostrado su eficacia por los niveles de facturación que, precisamente, no son los indicadores con los que se pueda medir la calidad educativa” Sin embargo, estos parámetros se vuelven legítimos porque, entre otras cosas, dan cuenta de una gran astucia en el marco comunicacional. Es por eso que lo que se nos vende es que el sistema educativo público, el gratuito dirían ellos, no sirve, no es competente, no alcanza. Se necesita algo distinto, y qué mejor que una educación arancelada, que la merezcamos porque la pagamos, pero no porque es un derecho. La capacidad de privatizar sin decirlo. Así, es cómo “se juega mucho más que un negocio inmobiliario, se juega la sonrisa, el llanto, la capacidad de mirar y preguntarse, la profundidad de la pregunta de tu hijo, de tu sobrino, incluso de tus nietos”. De eso hablan cuando se hablan de educación. “Nos marcan la cancha, nos marcan la agenda y hablan por nosotros”.

El proyecto educativo actual contempla a una parte de la población. La otra verá qué hacer por fuera de los límites de lo inclusivo. Pone en valor un discurso refundacional que, por ejemplo, presenta un nuevo plan educativo para Nivel Medio, la Escuela del Futuro, sin que aún se haya terminado de implementar el anterior, la Nueva Escuela Secundaria. Un discurso que habla de la educación que se viene, pero te deja sin vacante en los jardines o simplemente sin escuela, porque el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ya ha anunciado el cierre de las Escuelas Comerciales Nocturnas. “Esto convalida que lo que presentan no es otra cosa que una especie de aplicación para descargarse en tu celular y no un proyecto que le cambie la vida a la gente”. Sin decirlo, colaboran en el desprecio hacia la construcción colectiva, hacia la diversidad, la democracia. Quieren que seamos objetos de la decisión de otros, no sujetos capaces de construir un destino. Quieren disciplinar a la sociedad. Que sea natural que haya ciertas cosas que se adquieren con el bolsillo. Están cercenando la oferta pública, de modo que el mercado termine deliberando a qué accedés y a qué no. Quieren que creas que lo bueno cuesta, que no cuesta esfuerzo, cuesta guita.

Fuente: http://contrahegemoniaweb.com.ar/brener-el-gobierno-busca-degradar-el-sentido-de-lo-publico/

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Entrevista a Enric Prats. Profesor de la UB: “La escuela no importa, por eso no le hemos dado los recursos que necesita”

Entrevista/11 Abril 2019/Autor: Víctor Saura/Fuente: El Diario de la Educación

Profesor de pedagogía internacional de la UB, Enric Prats acaba de publicar un libro con un título que es más una advertencia o un grito que una afirmación. ‘L’escola importa’ es un compendio de reflexiones maduradas a fuego lento sobre todo lo que rodea el hecho educativo.

El primer capítulo de L’escola importa. Notes per repensar l’educació (Eumo. De momento solo en catalán) lo dedica Enric Prats a preguntarse si hay otro libro sobre educación, como si no hubiera suficientes. Con la lectura de unas pocas páginas se encuentra la respuesta. Se trata de un libro susceptible de interesar no sólo a la gente del gremio, sino también a la de fuera, una especie de guía para no iniciados sobre aquellos debates que hay alrededor de la educación, tratados con una prosa didáctica y muy cuidada, y la mirada personal y una pizca irónica del autor. En 180 páginas Prats toca prácticamente todas las teclas del piano y, por lo tanto, llegamos a esta entrevista sin saber exactamente de qué tenemos que hablar.

El libro rezuma un cierto escepticismo. Parece que venga a decir que todo está inventado.

Quizás no está todo inventado, pero sí digo que estamos recuperando ideas que teníamos en el cajón por diferentes razones, y ahora parece que estemos redescubriendo la sopa de ajo. Y no me refiero sólo a la Escuela Nueva, que ya sabemos el origen y el recorrido que tuvo, no sólo en Cataluña, sino en todo el mundo occidental, sino que me refiero más a métodos de trabajo o de relación docente-alumno hace siglos. Por lo tanto, tal vez sí hay escepticismo, sobre lo que no hemos sabido poner en práctica, lo que en el terreno de las ideas parece tan claro y tan perfecto, porque no hemos acabado de dominar este traspaso de la idea al hecho. En todo caso, el libro quiere tener un espíritu crítico, en el sentido de ofrecer unos criterios para que la gente pueda mirar las cosas desde otra óptica.

Al final viene a decir que ningún organismo internacional que hace predicciones sobre el futuro de la educación tiene mucha idea de lo que pasará.

Hay mucha gente que cree que tiene la bola de cristal, pero no podemos saber qué pasará. Sí que tenemos tendencias que están marcando algunas líneas, y una de estas podría ser la privatización. ¿Vamos hacia un modelo de la educación como un bien público o como un bien privado? La misma Unesco, en su documento de 2015 en Incheon, utiliza el interrogante para definir la educación como un bien común. Quizás es que tampoco se lo cree…

Si nos fijamos sólo en el sistema educativo de Cataluña, ¿realmente le parece que el riesgo es real?

Podríamos pensar que no, pero tal vez si empezamos a rascar un poco encontraríamos que hay mucha escuela pública que se ha privatizado, que se ha “elitizado” y ha generado guetos. Y también podemos encontrar escuelas privadas concertadas con un gran afán de servicio público, sean religiosas o cooperativas de maestros. La dicotomía pública-concertada no nos acaba de funcionar hoy en día para entender el sistema educativo en Cataluña. Y probablemente si fuéramos a otras categorías acabaríamos de situar un poco mejor este parámetro que planteo. ¿Qué tenemos? Tenemos un bien compartido donde todos podrán dar su opinión y participar de ese bien, o más bien es un producto que estará en manos de algunos porque seguirá siendo, para algunos, algo elitista y, para otros, un espacio de guardería o de contención social. Sinceramente, no tenemos claro hacia dónde vamos. Es un debate que tenemos que hacer.

¿No le parece que el docente, al menos un porcentaje elevado, hoy en día tiene una conciencia de la importancia de su rol y de la necesidad que tiene de repensar constantemente como pocas veces había pasado antes?

Probablemente es así, a pesar de que no se puede generalizar. Tenemos de todo. Sí parece que aquella vocación del maestro entregado que lo daba todo por sus alumnos se ha perdido. Hoy costaría encontrar a alguien con esta mirada vocacional, el concepto es más de compromiso ético y, por lo tanto, sí que probablemente tenemos profesorado más sensibilizado por su función y por su compromiso social y ético. Quizás hemos perdido aquella parte de vocación pero hemos ganado en compromiso. Y este cambio tiene que ver con el hecho de que hemos pasado de una profesión muy individualizada y, por lo tanto, de una vocación más individual, a un trabajo que obliga a hacer más equipo, y aquí es cuando entra la palabra compromiso. Pero también es cierto que las condiciones materiales en que se ha producido la docencia en los últimos años no han sido favorables y hemos desconectado a mucha gente.

¿Qué quiere decir?

Hay muchos docentes que piensan: “Yo me encierro en mi aula, hago lo mejor que puedo mis clases, intento sobrevivir y será otro día tirando”. Este individualismo, que aún hay -dicen que más en la universidad y en la secundaria, y menos en primaria y infantil-, a parte de un hábito cultural, tal vez también ha sido una cuestión de supervivencia. De llegar a centros que eran los Balcanes e intentar hacer el trabajo lo mejor posible y que los chicos aprendan encerrados en mi aula. Esta supervivencia también se ha dado porque las condiciones no eran las mejores, llevamos una racha de recortes y de contención en educación enorme. Durante muchos años no ha habido oposiciones, se ha invertido muy poco en renovar las instalaciones y el mobiliario… Y, por eso, muchos han dicho “desconecto”, mientras que muchos han entendido que esto ahora es un trabajo colectivo. Por eso a veces me preguntan por el título del libro: ¿La escuela importa? Y digo que no, la escuela no importa.

¿Ah no?

No, el título engaña. Está claro que la escuela no importa. En absoluto. Como sociedad no la hemos dotado de los recursos que necesita. No nos creemos que el docente sea una de las figuras principales de la sociedad. No se encuentra en los rankings de trabajos de más prestigio social. Es más, cuando tenemos un hijo o una hija en edad de decidir qué carrera hará, si resulta que es bueno en matemáticas o en ciencias no le aconsejaremos que se dedique a la docencia, le decimos que haga una ingeniería. ¡Lo hacemos así! No nos hemos acabado de creer eso de la escuela.

Enric Prats | Fotos: Guillem Espun

Pero si no se ha hablado tanto de escuela y de educación como ahora…

Esto es cierto. Y no es un fenómeno exclusivamente nuestro, es un fenómeno mundial. ¿En qué momento un organismo como la OCDE se toma en serio el tema de la escuela? A partir del año 90, que es cuando comienza a preparar lo que será la gran herramienta, que es PISA, que se pone en marcha el 2000. Que no quiere decir que los organismos internacionales no hayan tenido una cierta preocupación por el educación. La han tenido, pero aún hoy la principal preocupación es cómo vinculamos la competitividad económica a la educación. No le han dado una importancia central en la escuela por sí misma. La escuela ha importado cuando se la ha vinculado al mundo laboral.

Diría que a las instituciones financieras, ante el auge de determinadas ideologías, les empieza a interesar sobre todo la escuela como transmisora ​​de valores democráticos.

Cuando hay un gran problema social, lo que sea, lo trasladamos a la escuela, que es quien debe resolverlo. ¿Quién ha movilizado ahora el tema ambiental? Una adolescente noruega. Incluso las campañas de reciclaje de residuos han tenido más impacto cuando se han hecho en la escuela que cuando se han dirigido a la población en general. Cuando la escuela ha reciclado, los niños han vuelto a casa y han obligado a sus padres a reciclar también. La escuela es importante, claro. ¿Pero la sociedad le ha proporcionado los recursos que reclama para hacer su trabajo? ¿Para confiar en los profesores? Ellos son los expertos en enseñanza y aprendizaje. No lo son los políticos, ni los opinadores, ni lo somos los observadores del fenómeno. Confía en él. Y pocas políticas se basan en la confianza en la escuela.

Del prestigio del docente se habla mucho pero se hace muy poco.

Uno de los síntomas del interés por la escuela es un cierto cambio de mirada en la mayoría de la prensa hacia el hecho educativo y el papel del docente. Ustedes son un ejemplo claro del cambio de mirada que se produce hacia el mundo educativo. Hace 10-15 años los temas de educación salían en la sección de sucesos. Ahora salen como un espacio de innovación y domina el discurso positivo, aunque no en todos los medios.

Me parece que el libro dice que en 40 años de democracia no ha habido ni un solo ministro de Educación que haya sido maestro. Esto tampoco ayuda a prestigiar el oficio.

Yo no tengo tan claro si un ministro debe ser maestro, no sé si tiene la formación ni la aspiración de serlo.

Aquí (en Cataluña) tenemos un consejero que es docente y hemos tenido otros.

Esto es cierto. Pero yo remarco en el libro el poco tiempo que han estado en el cargo. Me parece que tanto en el Ministerio como en el departamento el promedio es de dos años. ¡Esto es muy poco tiempo! Cuando tú llegas a un cargo piensas que podrás hacer cosas pero, si la expectativa es que me echarán a la primera jugada entre partidos o dentro del partido, no veo que haya posibilidades de un proyecto político a medio y largo plazo. La Logse era un proyecto a largo plazo y fracasó. Recuerdo que cuando Rubalcaba era ministro de Educación y se estaba empezando a aplicar la Logse, que era una ley importantísima que él pone en marcha, aunque venía del Maravall y del Solana, hubo una crisis de Gobierno, y González pone de ministro a Suárez Pertierra, que hacía años que ocupaba varios altos cargos en el ministerio de Defensa. Aquello fue muy significativo.

¿Considera que la Logse fracasó?

Como proyecto político a largo plazo fracasó. Cinco años después de ser aprobada ya no contaba ni con el presupuesto ni con el acompañamiento político que requería. No hubo capacidad para incorporar al Partido Popular y a la Iglesia a ese proceso, y dieciocho años después, con Ángel Gabilondo, se intenta renovar el pacto por la educación y fracasa.

Pero de todas las leyes que ha tenido la educación en España en los 40 años de democracia sin duda la Logse es la que ha tenido una incidencia más importante.

Es que ha sido la única. Las demás o no han durado ni dos días o son reformas de la Logse.

Pues si las bases de la educación en España son todavía las que puso la Logse no entiendo por qué cree que fracasó.

Como proyecto político sí, porque la Logse tenía un planteamiento de base muy potente, de modernizar y europeizar el sistema y, sobre todo, de confiar en el sistema y de trasladar mucha responsabilidad en las escuelas y los maestros. Es decir, cuando hablaba de lo de los niveles de concreción del currículo y que el Estado debe señalar unos mínimos y después lo despliegas, aquí estaba la convicción de que el profesorado podría desplegar proyectos curriculares, con connivencia o no de las editoriales, que tenían un gran peso y aún lo tienen con los libros de texto y el material didáctico. Quien tenía la última decisión en el aula era el docente. Y aun la tiene, de acuerdo, pero ahora es de otra manera. Por tanto, había confianza, pero se derrumbó porque no hubo la inversión que requería, no se dotó a los centros de más profesorado y de más profesionales de la orientación, de la didáctica, del currículo que asesoraran correctamente a los equipos para hacer el trabajo en condiciones. Dijeron al profesorado que tú tienes que hacer este trabajo, pero ni te formo ni te doy tiempo ni espacio. Se le da una confianza que se le retira a efectos prácticos. Y entonces es cuando se preguntan: “¿O sea que ahora me harás responsable de que esto funcione y no me darás los recursos?”. Y, por lo tanto, mucho profesorado desconectó.

Enric Prats | Fotos: Guillem Espun

Antes hablaba de la elitización de una cierta escuela pública. ¿Es compatible la autonomía de centros con la voluntad de que todos los públicos tengan una evolución homogénea y equitativa?

Efectivamente la única manera de resolver esta incompatibilidad sería un sistema bastante equilibrado, donde la competencia no fuera necesaria, en el que las familias fueran a la escuela que tuvieran más cerca porque saben que es buena. Hoy esto no ocurre. Tenemos escuelas muy interesantes y potentes junto a escuelas que no lo son tanto, con lo que como familia ¿qué haré? Pues iré a la buena. No seré tan burro de ir a una que no funciona, aunque hay experiencias muy buenas de familias que han apostado por escuelas en situaciones difíciles y han hecho un gran trabajo para prestigiar y rearmarlas.

Pero cada centro tiene su proyecto, su equipo, sus liderazgos… las comparaciones parecen inevitables.

Diferencias habrá siempre. Que haya no debería preocuparnos. Una carga más hacia las artes y otra hacia las ciencias. Ahora bien, que haya diferencias de estilo no es lo mismo que haya desigualdades en la oferta educativa, aquí está el punto crítico. Y la manera de compensarlo quizás está más en equilibrar equipos docentes. Profesorado novel y más experimentado, con más o menos capacidad o ganas de innovar…, si equilibramos eso quizás la cosa se puede armonizar. Yo no diría homogeneizar, pero sí armonizar. La autonomía de centros tampoco es la garantía de la calidad. U organizamos un buen mecanismo de apoyo y seguimiento, o caeremos en el mismo: centros degradados y centros elitistas.

¿Ha leído el pacto contra la segregación?

No del todo, no he tenido tiempo todavía. He escuchado las críticas, pero desconozco el detalle.

Entonces le preguntaré otra cosa: ¿cuáles serían las tres prioridades que debería tener la política educativa?

¡Uf! A ver, primero la política de profesorado. Esto implica la formación inicial y la permanente, pero también una definición más o menos precisa de la carrera profesional. No tenemos una carrera profesional definida. Cuando entras a trabajar harás lo mismo que cuando te jubiles. No tiene ninguna lógica que una persona de 55 años esté con niños de 4 años al igual que lo estaba cuando tenía 30. Por lo tanto, debemos situar bien la carrera profesional en tareas en las que con tu experiencia y tu situación física y emocional estés en condiciones de dar lo mejor de ti en cada momento. Aparte de las condiciones económicas. El profesorado no está mal pagado y no se queja del sueldo, pero sí de la falta de incentivos. El tope salarial de un maestro es de un 40% más de lo que fue en su primer empleo. Empiezas con 100 y acabas con 140, pero para ello tardarás 40 años. En muchos países de Europa se tarda la mitad para conseguir el doble. Aquí el único incentivo es hacerse viejo, la antigüedad. No hay incentivos por innovación, por proyectos…

Otra prioridad.

Otro elemento clave es, obviamente, todo el debate de matriculación y elección de centro que antes decíamos; este debe abordarse sobre todo para definir exactamente cuál debe ser el papel de la escuela no pública, si debe ser subsidiario, como se definía en su momento en la LODE y, por tanto, donde no llegue la pública admitimos la privada; o si debe ser una oferta en igualdad de condiciones, que compita con la pública. Este debate lo hemos de resolver.

¿Y la tercera?

Para mí el tercer tema clave es el currículo. Tenemos que ir a unos currículos que estén más cercanos a la realidad. No quiero decir que sean más prácticos ni utilitarios, sino más cercanos al interés de la sociedad, de las familias. Que sean más transversales y puedan tener una mirada global de los 3 a los 18 años, para saber dónde tenemos que dejar a los chicos y chicas a los 18 años. Debemos hacer un planteamiento profundo y este debate es importante porque afecta a muchas áreas de la sociedad.

Muchos docentes se quejan de que los gobiernos entran excesivamente en el detalle.

Porque no confían. ¿Les damos autonomía pero no les damos autonomía en el currículum? No tiene ningún sentido. El currículo debe plantearse a fondo y con un debate profundo sobre qué queremos que haga la escuela y qué queremos que no haga. Aquí hay temas de lengua, temas de política… ¿La escuela debe entrar?

La cuestión es cómo.

La escuela debe ser imparcial, no puede tomar partido, pero no puede ser neutral, no puede ser indiferente a lo que pasa en el mundo. Debe crear las condiciones para que los chicos adquieran su criterio y su conciencia crítica.

Fuente e imagen tomada de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/08/la-escuela-no-importa-por-eso-no-le-hemos-dado-los-recursos-que-necesita/

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Entrevista a Catherine L’Ecuyer: “Reducir la Educación a metodologías es confundir fines con medios”

Por: Magisnet.com/10-04-2019

L’Ecuyer advierte de que no se puede ver el aprendizaje desde prismas tan pobres como la pedagogía de la actividad o el conductismo. Para ella, la actividad perfectiva surge del interés que despierta el sentido.

Catherine L’Ecuyer es canadiense, afincada en Barcelona y madre de cuatro hijos. Es máster por IESE Business School y máster Europeo Oficial de Investigación. Es autora de varios artículos y libros educativos, entre ellos Educar en el asombro y Educar en la realidad, de los que se han vendido ya más de 60.000 copias.

¿Qué hay del dilema entre Educación tradicional y Nueva Educación?
—Resulta cada vez más cómico escuchar a expertos dar ponencias magistrales en congresos educativos demonizando la instrucción directa. En la etapa de Infantil, la clase dirigida no tiene sentido, porque los niños aprenden de las experiencias sensoriales. Pero los estudios reconocen que la mejor forma de enseñar en otras etapas es mediante la combinación de la instrucción directa y del aprendizaje por descubrimiento guiado. Lo que es malo no es la transmisión de conocimientos como tal, sino la mentalidad conductista que entiende a la jerarquía como fuente de conocimiento per se. El maestro no causa la verdad, ayuda al aprendiz, principal protagonista de su aprendizaje, a conocerla.

¿Y el dilema conocimiento versus competencias?
—La insistencia en la cuestión de las competencias es algo que viene de la pedagogía de la actividad –aprender haciendo– que tiene su origen en la Escuela Nueva del siglo XX. Pero para poder actuar, hay que saber; para poder querer, hay que conocer. El ser humano es un ser pensante y despreciar lo que caracteriza a la persona no es una hoja de ruta educativa viable.

«Muchas metodologías activas pueden llegar a ser más pasivas que la clase magistral»

 ¿Qué opina de las metodologías “activas”?
—Muchas de ellas pueden llegar a ser más pasivas que la clase magistral. Ante una pantalla, un cerebro inmaduro es tan pasivo como un puerto USB, porque quien lleva las riendas es la aplicación con sus algoritmos. La tecnología es una metodología fabulosa para mentes amuebladas y preparadas. El problema radica en que la pedagogía de la actividad confunde movimiento con aprendizaje y el conductismo confunde inmovilismo con aprendizaje. No podemos ver el aprendizaje desde esos prismas tan pobres. La actividad perfectiva surge del interés, y el interés surge del sentido en relación con una finalidad. Reducir la cuestión educativa a las metodologías es confundir fines con medios. Quizás por eso hay tanta Educación en los colegios y tan poca en los alumnos.

Algunos dicen que “está todo en internet”. ¿Se está abusando de las herramientas TIC?
—Las TIC han de usarse para lo que sirven. ¿Sirven en el aula? El problema de la tecnología es que nos da información descontextualizada. Las mentes amuebladas son capaces de extraerla y de contextualizarla. Pero las mentes jóvenes necesitan que un buen maestro haga ese trabajo para ellas. El maestro es clave porque proporciona el contexto que ayuda a dar sentido a los conocimientos. Sin el educador, el niño está perdido. El Émile de Rousseau no fue un experimento con grupo de control, era un niño ficticio. No podemos basar un método educativo en un sueño.

«Estamos en plena vuelta al Romanticismo pedagógico de Rousseau»

¿Ve un movimiento de vuelta a la filosofía Logse con la reforma que aprobó el actual Gobierno? Rebajar el nivel de exigencia, titular con suspensos…
—Estamos en plena vuelta al Romanticismo pedagógico de Rousseau. Claparede, uno de los precursores del movimiento de la Educación Nueva de principios de siglo XX inspirada en Rousseau, hablaba de la necesidad de eliminar asignaturas y rebajar las exigencias curriculares para reducir la fatiga. Y soñaba con la existencia de un sérum que podía reducir la inatención y la fatiga para mejorar el aprendizaje. La historia se repite, no solo con la bajada de las exigencias, lo vemos también en la creciente medicación de nuestros alumnos y en el furor por paliativos que proporciona una atención artificial: las pantallas. Las pantallas no llevan a la atención sostenida, sino a la fascinación ante estímulos frecuentes e intermitentes. Las tratamos como un sérum mágico, pero son muletas.

¿Y cómo se soluciona la inatención y la fatiga?
—Cuando el niño alcanza la concentración y realiza actividades sensoriales y mentales que tienen un propósito, no cuando se vacía el aprendizaje de sus contenidos.

«Los padres llevan años escuchando mensajes que los han desapoderado de su papel de primeros educadores «

¿Es posible un pacto educativo?
—Es preciso ir a la raíz de las cuestiones antes de aprobar políticas educativas, abordar los temas sin fanatismo, con seriedad y serenidad antes de repercutirlo en los niños. Por desgracia, no solamente carecemos de ese sano debate en las instancias civiles, sino que ni siquiera existe en el seno del ámbito legislativo –con la actual tendencia a aprobar por decreto en vez de por leyes–. La tendencia antiintelectual es de debatir a lo Gladiator en las redes y en las tertulias televisivas, con un nivel de superficialidad que da miedo, propagando eslóganes retóricos populistas, construyendo principios partiendo de la casuística y del pragmatismo.

¿Cuál sería su reforma educativa esencial?
—No soy fan de las leyes como principal medio de regular la acción humana. Creo en la disciplina interior y en la responsabilidad personal. Hemos de convencernos de que todo empieza en la familia. Los maestros son claves, pero no pueden hacer milagros si la familia desiste de su papel educativo. Por desgracia, los padres llevan años escuchando mensajes que los han desapoderado de su papel de primeros educadores de sus hijos. Por un lado, está la industria del consejo empaquetado, que les dice exactamente lo que han de hacer para que sus hijos duerman, obedezcan, coman. Luego, la neurociencia les ha vendido una serie de mitos que les han convencido de que hay que escolarizar a los niños desde la cuna porque el sistema educativo está mejor preparado que ellos para educarlos. Los padres hacen con el profesor lo que antes se hacía con el sacerdote: llevárselo con una fe ciega para que él haga el trabajo de formar al niño. Una vez asumida la necesidad de entregar el niño al colegio como si de un cheque en blanco se tratara, las ideas rousseaunianas cuajan con facilidad. Cada padre y cada maestro ha de reconsiderar seriamente el alcance de su responsabilidad educativa: ese es el verdadero punto de partida.

El papel de la neurociencia

  • Una burbuja. “La Educación basada en la neurociencia es una burbuja. La neurociencia nos proporciona datos sobre el cerebro y su funcionamiento, pero el paso de esos datos al diseño de los métodos educativos es un salto lleno de complejidades, incluso de fe en algunos casos”.
  • Escepticismo sano. “Nuestra actitud hacia la innovación debe ser de escepticismo sano. Hemos de exigir que los colegios usen métodos basados en evidencias. Si un colegio quiere experimentar con los alumnos, los padres deben saberlo y consentirlo explícitamente”.
  • La innovación. “Es un concepto comercial, no educativo. La Educación no es verdadera por ser innovadora, sino que es innovadora por ser verdadera”.
  • Fuente de la noticia: https://www.magisnet.com/2019/04/catherine-lecuyer-reducir-la-educacion-a-metodologias-es-confundir-fines-con-medios/
  • Fuente de la imagen: https://www.magisnet.com/2019/04/catherine-lecuyer-reducir-la-educacion-a-metodologias-es-confundir-fines-con-medios/
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“ Siguen pesando los prejuicios y los estereotipos a la hora de contratar y promocionar a las mujeres ”

Por: .educaweb.

 

Eva Levy, experta en diversidad, ha desempeñado puestos directivos durante 30 años en empresas multinacionales y lleva casi tres décadas dedicándose a promover la igualdad de derechos de las mujeres en el mundo laboral. Actualmente es socia directora de Eva Levy & Partners y colabora con ExcellentSearch en la búsqueda de talento femenino. Es presidenta de honor de la asociación Women CEO. 

Ganadora de varios premios, es autora del libro Entre diversidad y fragmentación. Apuntes para un tiempo de cambios, en el que reflexiona sobre la última década de lucha por la igualdad de oportunidades. Colabora en diferentes proyectos editoriales y es ponente en cursos organizados por universidades y foros empresariales e institucionales relacionados con la temática de la mujer. 

¿Podría resumir en tres puntos cuál es la situación de la mujer a nivel laboral en España? ¿Ha mejorado o empeorado en la última década?

  • La mujer está conquistando cada día espacios económicos, políticos, culturales que hasta hace muy poco eran considerados masculinos. Así que el avance es imparable, aunque más lento de lo que debería, dada la preparación femenina y la imposibilidad intelectual y práctica de justificar ese retraso.

 

  • Las mujeres ocupan el 27 % de los puestos directivos. Es una cifra que no nos deja mal en el contexto de la Unión Europea, pero debería ser mayor. Sin embargo, por diversas circunstancias, esta cifra se ha congelado por segundo año consecutivo, aunque el número de empresas sin ninguna mujer al mando se ha reducido en 6 años del 32 % al 6 %. En los Consejos de Administración, la directiva española ocupa 20,3 % de los puestos de consejeros del IBEX; es decir, muy lejos todavía del 40 % que nos pide la Comisión Europea para el año 2020.

 

  • Hay una voluntad expresada por las mujeres en las manifestaciones del 8 de marzo de 2018 y 2019 de no seguir aceptando todas las trabas en el mundo laboral y social, con mención expresa de la brecha salarial, del acoso, de la falta de igualdad de oportunidades y, desde luego, de la violencia de género.

Es decir, seguimos viviendo en un mundo todavía masculino, en muchos casos por inercia, aunque en otros por voluntad expresa, algo que afortunadamente no sucede en los países occidentales porque las leyes no lo amparan, pero no hay que bajar la guardia. La igualdad sigue siendo un desafío explícito e implícito. Las mujeres tenemos que seguir avanzando, sumando fuerzas, ganando aliados, creando redes globales y reforzando estrategias transversales que nos abran camino y que no haya vuelta atrás.

¿Cuáles cree que han sido los tres principales cambios legislativos que avalan el compromiso hacia la igualdad de género? 

  1. Al margen de los cambios que trajo la Transición y todas las consecuencias de la Constitución, la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres del 23.III.2007 ha sido muy importante como aldabonazo para acelerar cambios. Incluso se adelantó a comunitarias.
  2. Otro cambio ha sido el Plan Estratégico de 2014 de Igualdad de Oportunidades, destinado a asegurar la igualdad de hombres y mujeres en el ámbito laboral y a luchar contra la violencia de género. Así como la recomendación, que no ley, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) pidiendo 30% de mujeres en los Consejos para el año 2020.
  3. Toda la legislación europea que cuenta con la mujer de la misma manera que cuenta con los hombres.

Tengo que decir que las políticas de igualdad aplicadas hasta ahora, tanto en España como en Europa, no se han traducido automáticamente en paridad de género en las empresas. Es decir, la ley no lo es todo. El peso de las inercias sociales, la falta de infraestructuras de apoyo familiar debilitan las aspiraciones de las mujeres, que a veces se resignan porque no pueden tener tantos frentes abiertos. Y siguen pesando los prejuicios y los estereotipos a la hora de contratar y promocionar a las mujeres. Hay actitudes –muchas veces inconscientes– que no se diluyen por real decreto.

¿Considera que las empresas están concienciadas respecto a la igualdad de género e implementan medidas para lograrla? ¿Por qué lo cree así?

Se aprecia que las empresas, de buen grado o presionadas, se preocupan cada vez más por la igualdad salarial, las bajas de maternidad/paternidad retribuidas, el horario flexible e intentan sacar más provecho a un buen uso de las tecnologías. También en los eventos que organizan intentan que haya siempre mujeres en los paneles de conferenciantes, etc. Nadie quiere hacer las cosas mal, ni vérselas con fama de empresa «machista» si puede evitarlo.

Sin embargo, aunque un 75 % de las empresas medias y grandes tengan planes de igualdad –que exige la legislación, en cualquier caso–, si nos atenemos a estudios recientes, el 77 % de las empresas carecen de presupuesto asignado para este tema; el 65 % no cuentan con herramientas de medición de sus avances en igualdad/diversidad, y el 70 % no cuenta con un responsable de Igualdad/Diversidad en la plantilla. Es decir, es un plan con nulas posibilidades de éxito y eficacia.

Por otra parte, estos planes tampoco suelen darse a conocer suficientemente entre la plantilla. ¿Es mala voluntad? ¿O es torpeza, por no saber cómo ir introduciendo políticas y cambios paso a paso? Lo que sí reconocen los directivos de las grandes compañías es que la transformación tiene que partir de la cúpula, de su voluntad, de considerar el aprovechamiento del talento como de interés para la compañía. Pero en los comités de dirección, que es donde se toman las decisiones que pueden cambiar la empresa, siguen reflejando desigualdad. Los datos hablan por sí mismos.

«Las políticas de igualdad aplicadas hasta ahora, tanto en España como en Europa, no se han traducido automáticamente en paridad de género en las empresas. Es decir, la ley no lo es todo».

Promover que haya más mujeres en los puestos directivos, ¿es garantía para llegar a la igualdad de género en otros contextos?

Una empresa que quiera tener largo recorrido debe elegir el mejor talento, sea de hombre o de mujer. En el tema de igualdad nos enfrentamos a un tema cultural de hondo calado en el que las mujeres llevan años haciendo sus deberes, pero los hombres –muchos hombres–, no y así se enfrentan hoy día a un cambio imparable que les cuesta comprender y admitir. Por eso digo que las leyes no lo son todo, aunque sean imprescindibles y fuercen o refuercen los cambios.

Si defiendo el diálogo hombre-mujer en el ámbito de la empresa y en cualquier otro es porque no debemos cansarnos de argumentar, defender y hacer entender lo que es de lógica absoluta. Es comprensible que cueste perder privilegios –a veces, tristes privilegios y hoy son cada vez más los hombres que no quieren perderse la convivencia con sus hijos, ni ser los más «machomen» de la urbanización–, y la actitud airada de muchas mujeres les horroriza, pero en esta partida ganamos todos.

Volviendo al trabajo, es imprescindible crear un entorno laboral que premie las competencias y estimule el talento con programas de mentoringcoaching, etc. del que no se han beneficiado las mujeres, pero convendría que lo hicieran. Sería bueno que cada empresa tuviera su «Guía de igualdad/diversidad»; las hay que la tienen y está pensada además para que la conozcan los inversores, cada vez más sensibles a estas cuestiones. Esta guía no puede ser un simple papel de buenas intenciones, sino que debe explicitar la presencia de las mujeres en el comité ejecutivo, en el consejo de administración, piedras de toque de una empresa realmente igualitaria y moderna. Las leyes que no vayan acompañadas de presupuesto y de medidas para el control de su ejecución, de poco nos valen. Por eso, solo el 17 % de los planes de igualdad de las empresas son efectivos. Pero yo no descuidaría tampoco la pedagogía en las escuelas, las mejoras en los horarios y todo lo que contribuya a que se interiorice la necesidad de la igualdad y de la posibilidad de conseguirla.

«Las leyes que no vayan acompañadas de presupuesto y de medidas para el control de su ejecución, de poco nos valen. Por eso, solo el 17 % de los Planes de igualdad de las empresas son efectivos».

¿Cómo se puede detectar si una empresa, administración, organización o centro educativo está comprometido con la igualdad de género de sus trabajadoras? ¿Cuáles son los indicadores para poder saberlo?

Se detecta porque sus máximos responsables la tienen como un objetivo estratégico, trabajan con transparencia, con objetivos a medio/largo plazo y con un seguimiento permanente.  Comunican los objetivos y avances a una plantilla que se implica y que se compromete también con esas metas. Todo el mundo entiende –dentro y fuera de la compañía–que es un asunto estratégico para la Dirección y no una operación estética, como tantas otras que se han vivido como modas de management. Son empresas que tienen buena imagen y buen clima laboral, además de ser rentables.

¿Puede mencionar dos buenas prácticas que considere que contribuyan a la igualdad de género en el mundo laboral?

Para conseguir mayor igualdad hay que vigilar muy de cerca los procesos de selección haciendo hincapié en que se intente que haya en cada terna una buena representación de cada género, intentando que no sea inferior al 30 %.

La selección es la clave porque hay mujeres preparadísimas y no llegan si no entran en esas ternas. Es una responsabilidad de los headhunters y directores de RRHH, aunque los directivos también tienen que pedir lo mejor del mercado, sin limitaciones. Por desgracia, la escasa presencia de las mujeres en las carreras STEM, en un mundo en plena transformación digital, ayuda muy poco en este momento a conseguir este objetivo en la selección de puestos técnicos.

La formación tampoco se puede dejar al azar y hay que motivar a mujeres y hombres para que la busquen o la reclamen pues es la savia de la empresa. Ha de llevarse un control parametrizado indicando los cursos que se ofrecen, su porcentaje por género y quiénes asisten y quiénes rechazan recibir formación.

No podemos dejar de lado en este diagnóstico el control de las promociones internas. Cada día será más difícil de aceptar que escaseen nombres femeninos en el elenco de promocionables cuando se planteen esos cambios en los departamentos. Es verdad que en el pasado las mujeres podían ser más pasivas y no mostrar ambición, pero eso ha cambiado. La cuestión es cuánto pesan los estereotipos de género.

¿Qué rol cree que juega la educación y la formación para garantizar la igualdad de género en el ámbito laboral?

La paridad es indispensable para el desarrollo económico. Es decir, no se trata de que haya tantos hombres como mujeres de manera forzada y hasta ridícula, sino de que sea completamente natural que las mujeres ocupen tantos puestos como puedan de acuerdo con sus competencias. Pero todavía hoy,  al menos para los cargos de responsabilidad, detrás de los temas de género hay un asunto de poder, porque entran más competidores en la ecuación y esto genera fricciones y resistencias al cambio. Los sesgos inconscientes de la cultura empresarial son el gran obstáculo de la igualdad y así nos seguimos encontrando con empresas que no están preparadas para tener líderes de ambos sexos.

Las políticas de igualdad modifican la estructura de poder a nivel político y social, pero también familiar, porque es difícil de entender que si en una pareja los dos trabajan solo una de las partes cargue con el peso doméstico, por ejemplo. La digestión de los cambios no es fácil y falta mucho debate, sobre todo en relación a los recursos que se necesitan para hacer frente a los cambios en nuestra sociedad. Una sociedad, por cierto, abierta a la diversidad cultural, lo que a veces trae conflictos que dan de lleno en el tema de la igualdad. El valor de la igualdad, que consagra la Constitución, no debería ponerse nunca en duda, aunque cueste desarrollarlo.

En cualquier caso, a través de la formación y de la educación se consiguen limar muchas asperezas y se ponen en evidencia inercias que implican discriminación activa, formal o informal. Yo soy muy partidaria de mostrar siempre las ventajas de la igualdad en cualquier discurso, porque las tiene y muchas, pero también de poder hablar francamente de cualquier duda que se suscite.

Fuente de la entrevista: https://www.educaweb.com/noticia/2019/03/27/prejuicios-estereotipos-hora-contratar-promocionar-mujeres-18750/

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“La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente”: Concepción Company

Por: .

 

«La gramática no refleja necesariamente el mundo. El mundo está dividido en dos: hombres y mujeres; la gramática no lo está, es un hecho arbitrario de sedimentación secular y herencias milenarias», expresó a ZETA la reconocida lingüista

Desdoblar en masculino y femenino algunas palabras, utilizar todxstod@s o todes, así como separar entre lenguaje sexista y lenguaje inclusivo, ha sido una moda promovida desde instituciones gubernamentales o asociaciones civiles, a veces practicada por algunos sectores de la población hispanohablante.

Investigadora Emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional, la lingüista Concepción Company Company compartió con ZETA un análisis sobre este importante tema que ocasiona reflexiones y debates.

Para empezar, reconoció:

«Hay en los últimos 10 años, fundamentalmente, propuestas desde organismos oficiales, como la Secretaría de Gobernación, Sindicato de Trabajadores de la Educación, organismos gubernamentales, en el sentido de que hay que hacer una lengua desdoblada, en masculino y femenino -en aquellas zonas donde se puede desdoblar en masculino y femenino-, para darle respeto e igualdad a las mujeres.

«Mi planteamiento es que el respeto y la igualdad a las mujeres no se va a lograr si decimos presidente o presidentajuez o jueza, sino que se va lograr cuando la mujer gane igual que un hombre y tenga las mismas posibilidades de acceso educativo, laboral, en salud, etc. que tienen los hombres, da igual cómo se le llame, presidente o presidenta. Todos estos organismos gubernamentales tienen manuales del buen hablar y buen escribir, del hablar respetuoso desdoblado, y entonces me dicen: “Igualdad es que te llamen arquitecta”; ¡no!, igualdad es que me paguen igual si soy igual de buena, que yo tenga las mismas oportunidades de acceder a ese puesto que un arquitecto, o me paguen mejor si soy mejor.

«Yo reconozco, como mujer, que hay un gran problema de desigualdad entre hombres y mujeres, un problema social, sin duda, por supuesto que lo hay; no somos minoría biológica, pero sí se nos trata, como minoría; las mujeres, apenas en los últimos 10 años, 20 años, estamos teniendo acceso a puestos directivos, a lugares que hasta ahora han sido privilegio de los hombres, eso lo reconoce cualquiera que tenga ojos, pueda leer un periódico o redes o pueda oír radio y televisión, eso es una realidad», advirtió Company Company.

 

ENTRE EL “LENGUAJE INCLUSIVO” Y EL “LENGUAJE SEXISTA”

Doctora en Letras, con especialidad en Lingüística Hispánica por la UNAM, primero se le preguntó a Concepción Company:

— ¿Qué opina respecto a que desde instituciones gubernamentales se promueve el llamado “lenguaje inclusivo”?

«Pues a mí me parece que están gastando energías inútilmente, es una ridiculez. Yo soy la primera que quiero igualdad y he peleado y trabajado por ella como mujer, pero forzar la lengua y decir: los y las mexicanasniños y niñasqueridos todos y queridas todas, -por cierto, ¿por qué tienen que ir los hombres por delante?-, me parece que es absolutamente antieconómico. Si usted dice: “El hombre es un ser racional”, no tengo ningún problema, yo no me siento excluida de ese enunciado genérico.

«El meollo de esto es que tenemos que entender que la gramática es una serie de convenciones seculares, incluso milenarias, sedimentadas en forma de reglas, de hábitos y de rutinas, de muy lenta transformación, y debemos entender, cosa sabida, que el masculino no refleja sexo, refleja una convención indiferente al género. Si yo pregunto “¿cuántos hijos tiene?”, supongo que piensa en hijos e hijas, en todos; pero si yo le pregunto “¿cuántas hijas tiene?”, quedan excluidos; ésa es la prueba de que el masculino es indiferente. Mire, llevo tiempo diciéndolo, la manera gramatical de empoderarse las mujeres y de excluir a los hombres, si así lo desean, es decir todo en femenino: estimadas todas, así haya hombres presentes, estos automáticamente se hacen invisibles, quedan fuera. Entones, no sé por qué tenemos que desdoblar si el femenino es la herramienta poderosa para excluir.

«Los dueños de la lengua somos los hablantes, podemos hacer cosas como escribir lxs, l@s; usted puede hacer lo que quiera porque el dueño de la lengua es usted, ella, yo, todos somos dueños de la lengua, pero la lengua funciona en tanto que es una convención social y que todos estamos de acuerdo en que sirve y significa algo. Las iniciativas grupales no tienen éxito gramatical.

«Usted pone una @, un signo medieval, porque ahora es la moda, hace veinte años no hubiera puesto una @. La x, la @, la e son una convención que está en el ambiente político, en el ambiente social hace tres o cinco años, pero es una convención, es un acuerdo de una pequeña comunidad. Escribir con x o con @ va en contra de la pauta de la lengua española, porque la lengua española no tiene ninguna sílaba con tres consonantes. Entonces, decir todxs es impronunciable, no pertenece al patrón fónico del español».

 Pero quienes argumentan sobre el “lenguaje sexista”, aducen al sistema patriarcal…

«Nadie niega que en sus orígenes, las zonas que se marcan en masculino y femenino, hayan podido reflejar un sistema patriarcal, en las sociedades protoindoeuropeas, e incluso en la sociedad romana, hace unos 2,300 o 2000 años, claro que eran sistemas patriarcales, y a la fecha son sistemas patriarcales; pero las comunidades de lenguas que no tienen género, como el turco, como el árabe o como las lenguas amerindias en su mayoría, son sistemas patriarcales, entonces, poner toda la energía en desdoblar en estimados todos, estimadas todas es una energía inútil, porque la lengua es, vuelvo a decirle, un repositorio de hábitos, de tradiciones, de rutinas y nunca cambia por un decreto. Ni la Cámara de Diputados ni un grupo de feministas van a cambiar la lengua, son los usuarios de todos los días, los hablantes de la banqueta los que cambiamos verdaderamente la lengua; es una lentísima transmisión de pequeñas innovaciones de padres a hijos, de abuelos a nietos, esos somos los protagonistas.

«La gramática es como si fuera un teflón a la que se le resbala todo, sólo le hacen mella aquellas innovaciones que sirven para algo en el funcionamiento de la gramática. Si queremos meterle correspondencia a la lengua española con el mundo real pues tendríamos que meterle correspondencias genéricas a unas minorías que son reales como las famosas minorías T: travestis, transgéneros, transexuales, que son ámbitos distintos de preferencias sexuales; o sea, es un asunto muy complejo y la gramática no da cuenta de todas esas complejidades del mundo.

«Yo lo que creo es que es una superficialidad decir que esto tiene que ver con cómo está estructurado el español, me permito decirlo: es una superficialidad y un desconocimiento profundísimo de la historia de la lengua decir que esto se debe a un sistema patriarcal; hay un montón de sociedades patriarcales cuyas lenguas no han marcado jamás un género».

— ¿Por qué es incorrecta la separación de “lenguaje sexista” y “lenguaje inclusivo” que se hace desde algunas instituciones o asociaciones civiles con el argumento de que es “para visibilizar a todos los grupos sociales”?

«Yo creo que es muy válida la batalla de visibilización femenina, es muy válida, yo la apoyo, por supuesto. Yo les pregunto después a las feministas, sean cuales sean sus preferencias sexuales: ¿qué se hace con las minorías que son homosexuales o que son transexuales?; eso no sé ni cómo se va a marcar en la gramática y tienen el mismo derecho de ser representadas esas minorías lingüísticamente, eso es lo primero. Lo segundo, si esa batalla fuera correcta socialmente no significa que la lengua la vaya a asumir. Usted puede ponerse con una pancarta durante 50 años diciendo todes o todxs para ser incluyente, pero está por verse que la gramática lo vaya a sedimentar y a incorporar.

«Yo lo que creo es que es absolutamente arbitrario y convencional, además de elitista, decir tod@s o todxs, con x es impronunciable, ya que se elimina de la posibilidad de igualdad a todas las sociedades que han vivido por milenios sin escritura; el 90 por ciento de las lenguas del mundo nunca ha desarrollado escritura, supongo que tienen derecho igual que las que sí tienen escritura, a ser iguales entre hombres y mujeres. Escribir con @ es un elitismo, si usted no tiene un teclado o no sabe escribir, no pasó por la escuela y sabe que ese signo medieval, @, le puede servir como aparente inclusión, pues me parece que es elitista porque excluye a la oralidad. El de la x excluye igualmente a la oralidad. En suma, ¿acaso las mujeres que son hablantes de lenguas que han existido por milenios en la oralidad, lenguas carentes de escritura, no tienen derecho a la igualdad social?

«Me parece a mí que son unas batallas con mucha energía para cero resultados, habrá que esperarse ciento y pico años, unas cuatro generaciones para ver si algo se logró. ¿Qué significa “se logró”?, que 500 millones de hispanohablantes o 125 millones de mexicanos estén de acuerdo en desdoblar en cualquier acto de habla, cuando la zona gramatical permite el desdoblamiento, y ese acuerdo no se va a producir en unos años y no sabemos si se producirá alguna vez».

 

ALGUNOS INTENTOS REGULATORIOS EN LA HISTORIA DE LA LENGUA

Autora de los libros El siglo XVIII y la identidad lingüística de México (Academia Mexicana de la Lengua y Universidad Nacional Autónoma de México, 2007) y Los opuestos se tocan. Indiferencias y afectos sintácticos en la historia del español (El Colegio Nacional, 2017), entre otros, la doctora Concepción Company Company compartió con ZETA algunos ejemplos de cómo a lo largo de la historia del español ha habido diversos intentos regulatorios y algunas modas en el uso del idioma:

«En los dos mil años de la historia de la lengua española ha habido intentos regulatorios y nadie les ha hecho caso; los intentos regulatorios suelen venir desde instancias de poder, como la Corona; en el período de los Reyes Católicos o con los borbones en el siglo XVIII, con la creación de las academias hubo muchos decretos de buen uso de la lengua, pero con pocos o nulos resultados en el empleo del español día a día. Por ejemplo, en el siglo XVIII les dio -era una moda, se veía bonito- por poner dobles consonantes, grupos cultos, se llaman: escribían proppositto, con doble pp y doble tt; les encantaba, era algo así como complejizar, como hacer más culta la lengua; y entonces llegó la Real Academia Española en 1743, en su primera Ortografía, y emite la recomendación de “simplifíquense los grupos cultos”, como dobles tt, doble bb, dobles ff, dobles ss, o ph, les encantaba, prophecía con ph en lugar de con f. ¿Sabe quién les hizo caso?, nadie.

«Escribían con doblamiento consonántico hasta bien entrado el siglo XIX y no fue por un decreto de la Real Academia de la Lengua, fue porque entra una prisa comunicativa, se generalizan los periódicos en el sentido de diario, más entra un hecho fundamental que es la revolución industrial a mediados del siglo XIX y se incorporan grandes masas al trabajo, hombres y mujeres, de hecho el inicio del feminismo está en la revolución industrial porque necesitan mano de obra y tienen que entrar las mujeres a las fábricas.

«Por la prisa y la necesidad de rapidez se olvidaron de que era bonito escribir con doble tt, doble pp, doble ff y doble ss, entonces cuál fue el efecto, no tiene que ver con un decreto, tiene que ver con cómo funciona la sociedad. A la fecha, hay variación interesante en grupos consonánticos en el español; por ejemplo, en Argentina o Uruguay se escribe y dice transcripto, con pt, pero setiembre, sin p; en México o en España, es justamente al revés, transcrito y septiembre, esta variación, como cualquier otra de la lengua, sólo prueba que es convencional, y prueba que no se les hace caso a los decretos emitidos desde instancias de poder.

«Este desdoblamiento de masculino y femenino es, además, una zona muy pequeña del español, es un cuatro o cinco por ciento de la lengua española que se puede desdoblar, no es nada moderna, todos creemos que es un descubrimiento darle visibilidad a las mujeres, pero en textos del siglo XVI usted se encuentra “se presentó la declaranta”, “se presentó la testiga”, y le puedo garantizar que no es un intento de visibilización o de inclusión.

«En la Audiencia de México, en el centro del virreinato de la Nueva España, usted no encuentra ninguna declaranta ni ninguna testiga, porque hay una normatividad mucho más culta; en cambio encuentra, por ejemplo, en documentos de Oaxaca y Chiapas “fue llamada a dar su testimonio María Pérez, se apareció la testiga ante el juez o ante el Santo Tribunal en tal ciudad de Chiapas”; en zonas marginales de la Audiencia están las testigas y las declarantas mucho más presentes. Este desdoblamiento se retrae porque en el siglo XVIII hay una corriente muy culta, desde centros educativos fuertes, como la Ciudad de México, la audiencia de la Nueva Galicia, Guadalajara hoy, también una zona fuerte, se retraen esos desdoblamientos y fueron sacados de nuevo hace unos años como algo innovador. ¿Qué es lo que hace un desdoblamiento?, bueno le da visibilidad a la mujer, pero yo no quiero visibilidad, yo quiero verdadera igualdad, que son cosas distintas».

 

“LA GRAMÁTICA NO TIENE SEXO”

Para concluir la entrevista con ZETA, la reconocida lingüista argumentó por qué la gramática no es incluyente ni excluyente:

«La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente, es una herramienta que atraviesa nuestra vida y que usamos diariamente para funcionar en la vida. La gramática es una serie de convenciones, es arbitraria. Por ejemplo, la palabra arte en singular es el arte, en plural son las artes, eso es una muestra de arbitrariedad, así ha sido por siglos. Es decir, la gramática no refleja necesariamente el mundo. El mundo está dividido en dos: hombres y mujeres; la gramática no lo está, es un hecho arbitrario de sedimentación secular y herencias milenarias».

— ¿Por qué “la lengua no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente”?

«Ninguna lengua tiene sexo, algunas tienen género. El género es una adscripción arbitraria, convencional, sedimentada por siglos, de que una comunidad de hablantes marca como masculino algunos aspectos, marca como una terminación de femenino a otros y marca neutro o como invariable otros.

«En el caso del español, en una parte mínima de la lengua, el género coincide con el sexo de los individuos; es una zona que refiere a seres animados, por ejemplo, niño-niña, gato-gata, perro-perra, pero no hay una relación entre sexo y género; hay muchas zonas de masculino y femenino, desdobladas en género a través del artículo o a través de terminaciones, el cólera-la cólera, que remiten a significados muy distintos de hombre-mujer. Los adjetivos, por supuesto, tienen la posibilidad de alternar entre masculino y femenino, como blanco-blancanegro-negra, pero también hay algunos invariables como azul, café; por lo tanto, sigue aflorando la arbitrariedad y el carácter convencional.

«La mayoría de lenguas del mundo no marca género; por ejemplo, una propiedad característica de la gran mayoría de lenguas amerindias es que ninguna tiene género; tampoco el finlandés tiene género, ni el turco ni el árabe. Por ejemplo, el finlandés no tiene género; todo mundo dice: “claro, es que Finlandia es primer mundo, por eso ha eliminado históricamente las distinciones de género”. Tampoco tiene género el turco, ¿usted cree que la sociedad en Turquía es igualitaria?

«Tampoco tiene género la mayoría de lenguas amerindias y ¿usted cree que la mixteca es igualitaria por carecer de género?, no; la convención matrimonial es que compran a la mujer, normalmente, o sea, la piden a cambio, y si a la mujer le va muy bien valdrá unas 20 cajas de cerveza y una cabra o un cordero; y no solo eso, sino se la llevan a la casa de la suegra, ésa es la tradición y se vuelve prácticamente sirvienta de la suegra. La lengua no tiene género, pero esa sociedad es profundamente inequitativa para la mujer, al menos, desde nuestro punto de vista de mujeres de otra sociedad.

«Tampoco tiene género el persa. ¿Usted cree que la sociedad en Irán es igualitaria? Bueno, no solo no hay visibilidad de la mujer, sino que las tapan; y carece de género, jamás ha tenido ninguna marca parecida a blanco-blancanegro-negrapresidente-presidenta, jamás.

«Entonces, hay lenguas con dos géneros como el español, con algunos residuos de neutro; hay lenguas con tres géneros: masculino, femenino, neutro, como el latín; hay lenguas con cuatro o más géneros que marcan masculino, femenino, neutro, masculinos animados, femeninos animados, como el polaco; o sea, es totalmente arbitrario, no tiene que ver con la distinción de sexos ni con igualdad entre sexos».

Fuente de la entrevista: https://zetatijuana.com/2019/03/la-gramatica-no-tiene-sexo-no-es-ni-incluyente-ni-excluyente-concepcion-company/

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Francesco Tonucci – El lugar de las TIC en la educación

Italia / 7 de abril de 2019 / Autor: Organización de Estados Iberoamericanos OEI / Fuente: Youtube

Publicado el 1 abr. 2019

Entrevista a Francesco Tonucci, psicopedagogo, dibujante y especialista en niñez, sobre cuál es el lugar de las TIC en la educación- Parte 8 –

Entrevista realizada por Panorama, portal de política educativa de OEI. Accede a más notas, vídeos, informes, recursos y debates aquí: https://panorama.oei.org.ar/

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://youtu.be/dCi9c–QBvU

ove/mahv

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Video: Entrevista a Manuel Gil Antón en México Social – La reforma educativa (26/03/2019)

México / 7 de abril de 2019 / Autor: Canal Once / Fuente: Youtube

Publicado el 1 abr. 2019

Manuel Gil Antón, profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, brinda un panorama sobre el estado de la educación en nuestro país, hace un balance de la Reforma Educativa impulsada por el gobierno anterior, habla acerca de la necesidad de una renovación didáctica y analiza los principales retos en este tema de la actual administración.

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://youtu.be/iDpW2we3MkA

ove/mahv

 

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