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Teresa Colomer: “La literatura es el mejor instrumento para adquirir muchas competencias”

Fuente: http://blog.tiching.com/

Teresa Colomer

Antiguamente la literatura infantil y juvenil no existía. ¿Por qué surge?
Durante siglos los niños participaron de la literatura popular sin considerarse un público diferenciado. La literatura “para ellos” surge a medida que la infancia pasó a considerarse como una etapa de la vida con rasgos y necesidades específicas.

¿En qué momento ocurre esto?
Los libros para niños y jóvenes empezaron a producirse a gran escala en el siglo XIX. La extensión de la escolarización conllevó la necesidad de tener libros en las aulas y también dotó a muchos más niños y niñas de la capacidad de leerlos fuera de ellas.

¿Debe haber un género literario específicamente escrito para los más pequeños?
Los niños deben tener una literatura que se adapte a su capacidad de lectura y a su experiencia de vida. Hay algunas obras que no se han escrito pensando en ellos y que en cambio les son accesibles y atractivas. Pero la mayor parte de su imaginario artístico está formado por las obras que han sabido situarse a su altura y ver el mundo desde la perspectiva de sus intereses, emociones e intelecto; obras que aprovechan también su capacidad de juego con los materiales o su fascinación por la imagen.

En el caso concreto de la literatura juvenil, ¿cree que obedece a unas oportunidades del mercado o a una verdadera necesidad del aprendizaje de los adolescentes?
Creo que no hace falta producir libros dirigidos específicamente a los adolescentes más allá de los quince o dieciséis años. Al final de esta etapa se trata ya simplemente de un problema de buena selección literaria. Pero la literatura juvenil entre los doce y los dieciséis años sí que tiene razón de ser. Lo demuestra la creación de los clásicos juveniles del siglo XIX, que han nutrido las lecturas de aventuras y maduración personal de generaciones.

¿Cuál es la importancia que se da actualmente a la transmisión de valores en la literatura? 
Excesiva. Cuando los adultos escriben para niños o compran libros para ellos, muy a menudo piensan que “de paso” hay que contarles cómo deben comportarse en el mundo. Pero la buena literatura cuenta cómo son los humanos, no cómo deberían ser. Posee inevitablemente una perspectiva moral, pero no debería tener una “moraleja”, como no la tienen las buenas obras para adultos.
Dicho esto, también hay que advertir que es cierto que la literatura ejerce una función socializadora que puede aprovecharse para normalizar temas que están llenos de tabúes y prejuicios sociales. De hecho, los temas y valores de la literatura infantil y juvenil son un retrato sociológico excelente del modo en que la sociedad que los produce quiere verse a sí misma.

¿Es beneficiosa la actual oferta de títulos tan diversa o podemos hablar de diferentes “calidades” dentro de la literatura que debemos diferenciar?
Al igual que en la literatura para adultos, hay muchas clases de libros y de calidades. Por eso resulta necesario precisar a qué tipo de obras nos referimos en lugar de hablar de ella como un tipo único de ficción artística.

¿Qué recomendaría a los docentes que quieren fomentar la lectura de sus alumnos?
Hay mucha experiencia, investigación y prescripción sobre el tema. Algunos consejos generales son: crear un entorno poblado de obras, tanto físicamente, como en lecturas en voz alta por parte del docente de manera frecuente; otorgar tiempo de lectura autónoma en el aula; otorgar tiempo de discusión de libros en el aula; conocer muy bien los libros que se van a recomendar a los niños; asociar la lectura a actividades creativas, muy diversificadas y con sentido; llevar a cabo actividades que refuercen la autoimagen como lectores, como por ejemplo juegos de evocación de los libros leídos; enlazar la lectura en el aula con la lectura social, acudiendo a bibliotecas, actuaciones teatrales, etcétera; así como asociar a las familias en el esfuerzo por hacer evidente que la lectura ocupa un lugar imprescindible en el mundo.

¿Ve correcto cómo se evalúa actualmente la capacidad lectora? 
La capacidad lectora tiene distintas habilidades relacionadas y pueden evaluarse diferenciadamente o en conjunto. Los métodos de evaluación han desarrollado procedimientos bastante sofisticados para hacerlo y nos dan información muy útil para saber cómo mejorar en nuestra enseñanza. Siempre que no los usemos para participar en competiciones entre escuelas o entre países que simplemente pongan etiquetas autocomplacientes o estigmatizantes.

La literatura está siendo relegada de los planes de estudio. ¿Qué consecuencias puede tener este hecho?
Es algo muy preocupante. Equivoca tanto objetivos como métodos. Parece considerar la educación literaria como un lujo prescindible ante la urgencia de dotar de competencias útiles para moverse de forma práctica en el mundo actual. Y centrar la educación en esta perspectiva utilitarista no responde a la formación deseable como personas y ciudadanos.

¿Por qué es tan necesaria la literatura?
La literatura resulta el mejor instrumento que poseemos para adquirir muchas competencias. Para dominar el lenguaje y la lectura, para advertir cómo el lenguaje busca efectos en el receptor o cómo nos endosa implícitos que nos permiten valorar el lenguaje publicitario, político, financiero, etc. Pero también porque el imaginario literario nos educa sentimentalmente. Su potencia es tan enorme que todas las colectividades humanas la han utilizado siempre en todas las culturas.

¿Y cómo puede estar perdiendo tanta fuerza en los planes de estudio?
Pues también hay que señalar que muchas prácticas docentes allanan el camino a este error. Si la literatura se reduce a un conocimiento histórico de obras y autores, a leer y escribir sin propósito ni exigencia, el resultado de sus beneficios no se alcanza y sustituirla por otros contenidos en los planes de estudio resulta muy tentador para los legisladores.

¿Son beneficiosas las lecturas obligatorias o cree por el contrario que causan rechazo?
Nuestros estudios muestran que los buenos lectores las valoran positivamente y los lectores débiles y los no lectores las detestan. De hecho, los segundos las utilizan para justificar su falta de afición a la lectura. Pero no parece que la lectura obligatoria sea realmente la causante de ello.
En la escuela casi todo resulta obligatorio, desde dar volteretas en gimnasia a resolver problemas matemáticos. Creo que el tema debe situarse en el cómo se utiliza la obligatoriedad. Ni siempre ni del todo: debes leer diez minutos en la cama, pero yo lo hago contigo, debes leer una obra pero eliges entre varias, etcétera.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/teresa-colomer-la-literatura-mejor-instrumento-adquirir-muchas-competencias/

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Entrevista a Fatima Zhakypova: “Kazajstán es un país que se está haciendo y creciendo constantemente y renovando sus estructuras”

23 Julio 2017/Fuente:elmundofinanciero /Autor:José Luis Barceló Mezquita

Kazajstán es una joven República muy modernizada que emerge como Estado independiente en 1991 y tuvo que crear ex novo todas sus estructuras administrativas, un país que crece en necesidades y demanda de nuevos servicios que es necesario distribuir por todo el territorio para que se mantengan los equilibrios territoriales

Entrevistamos hoy para nuestros lectores a Fátima Zhakipova, doctora en economía y rector de la Academia Kazaja de Administración Pública(Academy of Public Administration under the President of the Republic of Kazakhstan) que viene desempeñando una intensa actividad en la modernización de las diversas administraciones central, regional y local del país centroasiático. Kazajstán es considerado por muchos analistas como un motor de los mercados y economías centroasiáticas, contando con una población de casi 20 millones de habitantes repartíos por un extensísimo territorio de más de 2,7 millones de kilómetros cuadrados, el noveno más grandes del mundo. Kazajstán es una joven república que se declaró que se declaró independiente en 1991, contando con un PIB de cerca de 500.000 millones de dólares y una renta per cápita de alrededor de 26.000 dólares y elevadas tasas de crecimiento económico. Goza por ello en estos momentos del disfrute de importantes transformaciones en su Administración, que ya trasladó en diciembre de 1997 su capital de Almaty a Astana.

Pregunta: ¿Cómo calificaría Vd. el nivel de formación y capacitación de los estamentos administrativos de Kazajstán?

Respuesta: Kazajstán es un país con un elevado nivel formativo, que cuenta con una tasa de alfabetización del 99,5% de los adultos, una de las mayores de Asia. Nuestro sistema educativo es moderno, contando con una educación primaria, una general básica y otra media superior que da acceso a los ciclos de formación profesional y académicos universitarios. Es por ello que no resulta complicado para nuestro sistema educativo y formativo adaptarse a los retos que requiere la importante transformación que está acometiendo nuestro país, generándose nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo social que la realidad de nuestro país demanda.

Actualmente la educación profesional secundaria se ofrece en escuelas técnicas, liceos o colegios que instrumentan los diferentes niveles que se requieren para cada disciplina. Actualmente se manifiesta un progreso real de la formación, y los jóvenes demandan además nuevas oportunidades en ocupaciones cada vez más requeridas por parte de empresas, nuevos servicios o inversores extranjeros.

Pregunta: ¿Está Kazajstán asumiendo el reto de una transformación desde una sociedad agraria hacia una industrial y basada en el comercio exterior?

Respuesta: No es del todo correcta esta afirmación, pues Kazajstán ya tenía incorporado a su economía un modelo mixto de explotación rural y transformación industrial desde hace decenios, y unas amplias cotas de capacitación técnica de sus cuadros de trabajadores. Lo que si es un reto para el Estado es dotar a la Administración en sus diferentes niveles Central, Regional y Local de un número suficiente de cuadros que permitan la gestión del país con estándares de modernización e impulso para el país.

Kazajstán es un hermoso país cuya economía depende mucho de las tendencias de los países vecinos, tenga en cuenta que es el mayor país del mundo sin salida al mar, carecemos de puertos marítimos. Es, sin embargo, un país muy grande, con más de 2,7 millones de kilómetros cuadrados –más de cinco veces España-, que tiene que asumir distancias enormemente grandes para el desplazamiento de unas ciudades a otras. Por ejemplo, la distancia que existe entre la capital Astaná y la antigua capital Almaty, que cuenta con 3 millones de habitantes, es de 1.212 kilómetros, se tarda casi 16 horas en coche y una hora y pico en avión y esto supone enormes costes económicos que también requieren nuevas inversiones en vías de comunicación y transporte bien gestionadas.

La Presidencia ha mostrado además recientemente intenciones de promover nuevas en el sector industrial y Kazajstán se ha diversificado mucho en su economía desde hace un decenio.

Pregunta: ¿Cómo es el impacto de la Ruta de la Seda en la economía regional y en particular en la de Kazajstán, en cuyo epicentro se enclava?

Respuesta: Dice Vd. bien, Kazajstán se enclava en pleno centro de la Nueva Ruta de la Seda, ocupando un punto central en el transporte de mercancías y ciudadanos de Este a Oeste por ferrocarril y vías terrestres. Esto supone a la vez que una gran oportunidad para Kazajstán un gran reto para estar a la altura de lo que se demanda en este trayecto, en eficacia y seguridad.

La ruta de transporte marítimo entre Shanghái y Róterdam es de unos 36 días por barco, mientras que por tres este trayecto puede salvarse en poco más de dos semanas.

Existen además otras ventajas, como son las de conectar nuestra economía con los países del entorno regional, con los cuáles Kazajstán mantiene excelentes relaciones económicas y comerciales, como son China o Rusia, pero también Mongolia, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán o Turkmenistán, paíes con los que mantenemos el mismo ancho de vía. Se ha recuperado, en suma, una vía de comunicación histórica que ha recobrado su importancia y trascendencia real.

Fíjese que desde julio de 1991 en que un primer tren de mercancías viajó a lo largo de China hasta Almaty, ha transcurrido ya un cuarto de siglo. En diciembre de 2009 se construyó un segundo enlace ferroviario de China en Khorgós, en la frontera con Kazajstán, y la línea Jinghe-Yining-Khorgos se une al ferrocarril del Norte de Xinjiang en Jonghe y se aproxima a Kazajstán desde el valle del río Illi. El encale ferroviario a través del paso Korgas se completó felizmente en 2012 y desde Kazajstán parten cuatro grandes ejes ferroviarios Norte-Sur que se conectan con el eje ferroviario ruso.

Pregunta: ¿Cómo es Kazajstán administrativamente y cómo se estructura el servicio de sus funcionarios?

Respuesta: Kazajstán es un Estado muy modernizado, tenga en cuenta que es una joven república que emerge como Estado independiente en 1991 y tuvo que crear ex novo todas sus estructuras administrativas. Cuenta con catorce centros regionales, con una normativa nueva y Legislación aplicable homogéneamente en todo el territorio.

El país crece en necesidades y demanda de nuevos servicios que es necesario distribuir por todo el territorio para que se mantengan los equilibrios entre unas zonas y otras, y eso es un gran reto con una población tan diseminada en un territorio tan vasto.

Existe en nuestro país un sistema central de Administración, y el debate actual consiste en saber si debemos descentralizar algo o mantenerlo en la situación actual. La centralización del Estado fue muy importante tras el colapso de la URSS en 1991, pues permitió que el nuevo Estado kazajo asumiera sus funciones de manera natural y comenzara a gestionar la joven República.

Actualmente el Estado dispone de una efectiva administración que ha comenzado a hacer descender algunas funciones hacia otros niveles regionales o municipales, y ahora mismo se ha puesto mucho énfasis por parte de la Presidencia en formar nuevos funcionarios adaptados a las nuevas necesidades del país y de su Sociedad. Pero también en reciclar y en mantener una formación continua con los funcionarios que ya llevan mucho tiempo en la Administración.

Kazajstán cuenta actualmente con más de 92.000 funcionarios, de los que unos 10.000 trabajan en los Ministerios establecidos en la capital, Astaná. Hoy contamos con mayores competencias, más capacidades y se han introducido muchas mejoras en los mecanismos de gestión, que son cada vez más especializados.

También hemos introducido intercambios en la formación y reciclaje de funcionarios con otros países, entre ellos miembros de la Unión Europea, Reino Unido o Estados Unidos, buscando que los niveles de nuestras respectivas Administraciones sean homologables.

Ahora Kazajstán dispone de una novedosa Academia de Administración Pública en la que se gestionan además formaciones específicas en áreas muy novedosas como estudios sobre las regiones, smart cities o management. Esta Academia estatal funciona como una Universidad clásica pero con un nivel profesional muy competencial y que cuenta con centros regionales que se distribuyen por todo el territorio del país. Una novedad son los cursos online, disponemos de una Digital Academy que permite el reciclaje y la adquisición de nuevos conocimientos por parte de nuestros funcionarios sin que tengan que acudir al aula.

Pregunta: ¿Para la adaptación a estos nuevos retos y transformaciones, necesita Kazajstán de nuevos marcos legales?

Respuesta: Kazajstán es un país que se está haciendo y creciendo constantemente, y renovando sus estructuras. Aún así, los retos globales a lo que nos enfrentamos requieren de constantes mejoras en nuestras estructuras legales y normativas, e incluso afrontar algunos cambios constitucionales que el Gobierno ya está afrontando.

Durante 2015 se impulsó una nueva Ley de Servicios Civiles que introdujo muchas mejoras en el aparato del Estado, mejorando asimismo los niveles de democracia y la eficacia de los sistemas de la Administración. A estos nuevos niveles de exigencia tienen que estar adaptados también nuestros funcionarios.

Fuente de la entrevista: http://www.elmundofinanciero.com/noticia/69112/exterior/-kazajstan-es-un-pais-que-se-esta-haciendo-y-creciendo-constantemente-y-renovando-sus-estructuras-.html

Fuente de la imagen: http://www.elmundofinanciero.com/fotos/327/zhakipova1_thumb_635.jp

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Entrevista: Alario propone esfuerzo, formación e investigación contra ‘techo de cristal’

23 Julio 2017/Fuente: lavanguardia/Autor: Adrián Arias

Después de más de seis años al frente de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid, María Teresa Alario aún cree que existe en la sociedad un «techo de cristal» que impide a hombres y mujeres ser iguales, y que solo se liquidará con «esfuerzo, formación e investigación».

Al poco de hacerse público el principio de acuerdo político para sellar un pacto de Estado contra la violencia de género, una de las voces más autorizadas en Castilla y León, que ha dedicado gran parte de su vida docente a la investigación de esta lacra social, reflexiona en una entrevista con Efe sobre la situación de la mujer.

De partida, subraya que la total eliminación de este mal social «es casi una utopía» que tardará en ser real «varias generaciones», pues ya la UNESCO estimó que harían falta unos trescientos años para que la mujer alcance un estatus paritario al de los hombres, aunque «la historia se caracteriza por no ser lineal y estable».

Por este motivo, Alario tiene claro que hay que ir ganando batallas poco a poco, pues la lucha contra la violencia de género debe ser entendida como «un proceso» en el que se especifiquen y materialicen las actuaciones, pues la «autorregulación lleva a la inacción», por lo que este pacto de estado ya es un «gran paso».

Son procesos y batallas que la Universidad de Valladolid comenzó ya a planear allá por el año 2000 cuando se puso en marcha la Cátedra de Estudios de Género, hoy está integrada por 42 investigadores de campos como el sanitario, jurídico, social o humanidades como es el caso de Alario, doctora en Historia del Arte.

Y es, desde este conocimiento de lo estético y artístico, de donde Alario bebe para indagar en sus estudios de género, convencida de que estas investigaciones deben ser un proceso que implique a muchas y diversas disciplinas del saber, pues la tarea y el objetivo es de «inmensas proporciones», ha advertido.

Este reto no es otro que el de acabar con la «concepción milenaria patriarcal» instaurada en todas las sociedades del planeta, unas por «consentimiento como en la nuestra», y otras por «coerción como en Arabia Saudí», ha puesto de ejemplos.

Habitamos una sociedad patriarcal donde se está comenzando a predicar que los hombres y mujeres «son iguales cuando es falso», ya que aún existe un «techo de cristal» por el que las mujeres pueden ver a través de él pero que no traspasar, y que provoca que, por ejemplo, ellas tengan «peores puestos y salarios más bajos».

Para quebrar este cristal de la desigualdad, Alario está segura de que la formación y la educación son las piezas angulares que sustentan la lucha contra la violencia de género, pues los niños y adultos deben comprender que «los hombres y mujeres son diferentes, pero esto no justifica la existencia de jerarquías en los géneros».

Esto es algo que hay que enseñar a los jóvenes, que en muchos casos cargan desde muy pequeños con los prejuicios y los estereotipos de género, y que luego acaban derivando en casos de agresiones y violencia que no siempre se manifiestan por igual en todo el territorio nacional.

Por ejemplo, en Castilla y León, en los últimos años los investigadores han detectado un descenso en el número de denuncias, sin embargo, el número de víctimas aumentó en dos de 2015 a 2016, de cuatro a seis mujeres asesinadas, lo que evidencia que bajo la punta del iceberg «hay una realidad que se nos escapa, oculta y que hay que investigar».

Hay que indagar, entre otros factores, por qué en comunidades más rurales como Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León se producen menos denuncias, algo que está ligado al hecho de que en estas zonas las mujeres tienen «normalizados y asumidos» algunos comportamientos machistas, lo que hay que revertir, ha apuntado.

Para ello, la Universidad de Valladolid ofertará a partir de este curso y con «gran esfuerzo», pues la financiación «es escasa», el título de especialista en Estudios de Género y Gestión de Políticas de Igualdad, una formación «muy demandada» por profesionales como sanitarios, trabajadores sociales, educadores o periodistas.

Es en este campo de los medios de información, ha opinado, donde aún queda «mucho trabajo por hacer», pues se siguen cometiendo «errores y contradicciones» como una «falta de contundencia» a la hora de catalogar estos casos como «asesinatos» y eliminar de ellos la publicidad o zona de contactos, que no hacen más que «denigrar» la imagen de la mujer.

Son medidas necesarias, todas ellas, como la de crear una figura del gestor de la igualdad comarcal, encargado de velar por los derechos de la mujer de forma cercana en las comunidades autónomas, pues la forma más efectiva de que las mujeres denuncien y estén seguras es vivir «junto a ellas y conocer su situación», ha concluido Alario

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/vida/20170722/4313284754/alario-propone-esfuerzo-formacion-e-investigacion-contra-techo-de-cristal.html

Fuente de la imagen: http://static3.elnortedecastilla.es/www/multimedia/201707/18/media/cortadas/teresa-alario-kinH-U40375027567xPF-624×385@El%20N

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Entrevista a Alejandro Finocchiaro: «Formar menos abogados y más ingenieros»

Argentina/23 Julio 2017/Fuente: diariodecuyo/Autor: La Nación

Alejandro Finocchiaro, que reemplazó a Esteban Bullrich, adelantó puntos de su gestión.

Obtuvo su maestría en Educación por la Universidad de San Andrés con una tesis sobre la autonomía universitaria. Por aquel trabajo, el nuevo ministro de Educación nacional, Alejandro Finocchiaro, mereció un diez. El mundo universitario le resulta cercano. Y se le nota cuando lo analiza. Fluye cuando expone la realidad del sistema universitario y su rol estratégico; se lo nota menos cómodo cuando habla de pedagogía y escuela media.

«La gratuidad universitaria en un punto es regresiva pero arancelar también lo es», plantea. O señala: «El kirchnerismo degradó las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso». «Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros», afirma sobre el rumbo estratégico de la enseñanza universitaria.

A Finocchiaro le gusta pensar la educación como una sucesión de edificios que recorre un individuo, el último, el edificio universitario. Los docentes de argentina no llegan generalmente a ese recinto pero el ministro los recorrió todos, hasta el último: el ministro es abogado por la UBA y tiene también un doctorado en Historia por la Universidad del Salvador. Es profesor adjunto de la UBA y titular en Derecho en la Universidad de La Matanza, donde fue decano.

A partir de tu tesis de maestría, hizo un libro, UBA contra el Estado Nacional. Un estudio sobre la autonomía universitaria. El título lleva el nombre del expediente en el cual la UBA litigó por la Ley de Educación Superior.

«Soy un firme creyente en la autonomía universitaria -explica Finocchiaro-. Es la autonomía la que le ha permitido a las universidades resistir en épocas difíciles cuando se atentaba contra el pluralismo, que es la esencia de ser de la universidad. Pero la autonomía por su propia definición tiene un ordenamiento jurídico superior que de alguna manera la limita y condiciona porque si no, sería soberanía. Esa es mi tesis central».

Número 2 de la gestión educativa de Esteban Bullrich en CABA hasta el triunfo de Cambiemos a nivel nacional. Con el triunfo de María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires, Finocchiaro se convirtió en su ministro de Educación hasta el lunes último, cuando asumió en reemplazo de Bullrich a nivel nacional. Viene de enfrentar el embate del sindicalismo docente liderado por Roberto «Roby» Baradel en provincia de Buenos Aires. Finocchiario está convencido de que a esa «batalla cultura», uno de los conceptos que más usará durante la entrevista, la ganó Cambiemos.

De los desafíos de la universidad, que a partir de la llegada de Finocchiaro al ministerio nacional deberá enfrentar la nueva secretaria de Políticas Universitarias, Danya Tavela, que reemplazará a Albord Nicky Cantard, que deja el cargo para encabezar la lista de candidatos de Cambiemos en Santa Fe. De las cuentas pendientes en la formación de los docentes. De la «batalla cultural» que quiere dar para que el estado recupere el rumbo de la educación pública. Y de los planes, algunos truncos, de la política educativa de Cambiemos. De todo eso también habló con LANACION este abogado que dice así para describir su compromiso con el macrismo: «Acompaño a Mauricio (Macri) desde el año 2003. Desde cuando perdíamos».

-La autonomía y la autarquía universitaria tuvieron efectos colaterales durante el kirchnerismo. Me refiero a los hechos de corrupción que involucraron a las universidades. ¿Es una consecuencia estructural de la autonomía universitaria?

-Todo lo contrario. Esto pasó básicamente durante el kirchenrismo. Cuando hubo rispideces con la universidad en el gobierno de (Carlos) Menem, tuvo que ceder y fue merced a la autonomía. Cuando el gobierno del presidente (Fernando) De la Rúa intentó recortar en un 5% el presupuesto universitario, le costó la renuncia a su ministro de Economía y fue merced a la autonomía. El kirchnerismo degradó todas las instituciones de este país y la universidad fue parte de ese proceso. La UBA por su importancia estratégica resistió más que otras. Se beneficiaba muchísimo a las universidades que permitían que se avasallara su autonomía. Por eso tenemos que ir hacia un proceso en el que las universidades vuelvan a recuperar su calidad institucional que bajó con el kirchnerismo. La autonomía tiene que estar enmarcada dentro de gobiernos saludablemente democráticos.

-El arancelamiento universitario es un tema tabú en Argentina pero de hecho, una medida de gratuidad generalizada es regresiva en términos sociales, es como el IVA. ¿Hay alguna idea de establecer un financiamiento de ese tipo?

-El tema del arancel y del ingreso irrestricto o no son discusiones de más de 50 años y que no son conducentes. La gratuidad en un punto es regresiva pero arancelar también lo es. Tenemos que poner el foco en tratar de que el sueño de ir a la universidad pueda ser para todos los argentinos, también para la gente de menores recursos. Tenemos que trabajar reordenando el sistema universitario, estableciendo un sistema de becas que induzca a los chicos a estudiar carreras en áreas de conocimiento vacante, que son las que necesitan el sistema productivo argentino. Hay que formar menos abogados y contadores y más ingenieros y enfermeros.

-¿Cuál es, en 2017, el rol del ministro y del ministerio de Educación nacional? Ya no quiere participar de la discusión paritaria, no tiene escuelas ni docentes a su cargo y las universidades subrayan su autonomía.

-El ministerio de educación de la Nación debe promover grandes líneas pedagógicas en todo lo que haga a la calidad educativa y a la formación inicial de los docentes y acordarlas con las provincias. Y por otro lado, está el sistema universitario que sí depende directamente de nación donde respetando la autonomía de las universidades, tenemos que lograr que las universidades sean cada vez mejores.

-¿Cuáles son esas grandes líneas pedagógicas con las que se está avanzando?

-Por ejemplo, a través del INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente), en la formación inicial de los docentes.

-El INFOD está a cargo de dos especialistas destacadas, Cecilia Veleda como directora ejecutiva y Florencia Mezzadra como vicedirectora. ¿Van a seguir en su gestión?

-Sí, van a continuar. Están haciendo un trabajo magnífico.

-¿Qué trabajo están haciendo puntualmente?

-Están trabajando en la estructuración de una nueva manera de formar inicialmente a los docentes con los institutos de formación docente de todo el país. Lo mismo con la capacitación docente. A través del sitio educ.ar estamos incorporando tecnología tanto en la formación y la capacitación. Ahora tenemos chicos que tienen capacidades para generar conocimientos. El docente debe planificar, debe facilitar, colaborar para que estos chicos puedan producir este conocimiento del mismo modo en que se produce y se trabaja ahora, en forma interdisciplinar, colaborativa.

-Veleda y Mezzadra son autoras de una investigación para CIPPEC de 2014 sobre la formación docente en Argentina. Unos de los datos preocupantes que muestran es la dispersión de la formación en casi 1500 institutos y en unas 60 carreras universitarias y la dificultad para generar una calidad docente alta y uniforme. ¿Van a cerrar institutos o darles un nuevo sentido?

-Me quedo con la frase «darle un nuevo sentido». No se van a cerrar institutos. Tenemos que ver cómo se está formando y qué es lo que necesita curricularmente un profesor de matemática, por ejemplo, para formarse. Hay falta de docentes en ciertas carreras y lo estamos estudiando con cada provincia. Vamos a ver en qué carreras docentes debemos no abrir la inscripción durante un año para abrirla en otras carreras donde se necesiten docentes. Como estado tenemos la misión de planificar todo eso. Cecilia (Veleda) ha trabajado en un mapa a nivel nacional.

-El trabajo de Veleda y Mezzadra también muestra que el capital cultural, por sus pertenencia social y sus trayectorias educativas, es muy bajo entre los alumnos de los institutos de formación docente. ¿Cuál es la mirada sobre ese problema?

-Con respecto al capital cultural de las personas que entran a estudiar la carrera docente, es una preocupación que alcanza a todo el sector de la educación superior tanto no universitaria como universitaria. En algunos casos, el 60 por ciento de los chicos que entran a cualquier universidad, en septiembre ya han ha dejado la universidad. Yo soy profesor en dos universidades en materias de primer año y veo que lo que falta es capital cultural, comprensión de texto, que es tremenda, o la imposibilidad de hacer operaciones matemáticas básicas. Nuestro sistema de educación superior no puede ni debe «secundarizarse» más.

-¿Qué quiere decir «secundarizarse»?

-Es un gran problema que no ha sido ni programado ni digitado desde el estado: muchos profesores han comenzado hace muchos años a bajar el nivel de sus clases para que los alumnos los entiendan. No ha sido ni el famoso «siga siga» de la época de (Daniel) Scioli en la provincia de Buenos Aires, que hacía pasar a los chicos a partir de una decisión política. Ha sido algo espontáneo por parte de los profesores: como hablaban en un idioma que los alumnos no entendían, empezaban a bajar el nivel del idioma o la calidad de la bibliografía, entonces resulta que uno no encuentra mucha diferencia entre un texto de primer año de la universidad con uno de tercer año de la secundaria. La universidad es el último edificio de una carrera académica: no hay nada más alto. El problema no está en la universidad si no que está en otro lado. Desde la secretaría de innovación educativa se está trabajando en lo que llamamos la escuela 2030, que es la escuela a la que queremos llegar, que tiene que tener la forma de estudiar, de enseñar, de aprender la forma del siglo xxi y no la del siglo xix.

-¿Cuáles son las características principales de esa escuela deseable?

-Básicamente sacar la lógica de materias y trabajar por grandes áreas de conocimiento que interactúen. También, un nuevo régimen académico. El operativo Aprender demostró algo que muchísimos ya sospechábamos: que la repitencia no sirve para nada. Hoy un chico de escuela media tiene que repetir todas las materias previas, incluso aquellas en las que le fue muy bien. Queremos proponer algo más parecido a la lógica del sistema universitario. Trabajar con el chico en las áreas que le cuestan pero no que vuelva a hacer lo que ya aprobó. Una escuela inclusiva es aquella donde un chico aprende. Si no, es una estafa: el chico entra a los 4 años en el nivel inicial, lo tenemos hasta los 18 supuestamente incluido, no le enseñamos nada y a partir de los 18, lo excluimos de la vida.

-Usted hablaba de los distintos edificios que uno recorre educativamente: la gran mayoría de los docentes no llegan al último edificio, el universitario. ¿Hay algún proyecto que plantee la exigencia de que el docente tenga título universitario?

-No sé si el docente debe tener título universitario. Sí creo que debe estar formado como un buen docente. Si me preguntás si me gustaría, sí, creo que la universidad tiene mucho para dar en la formación docente. Lo que tenemos que hacer es generar incentivos positivos. Hoy la carrera docente no genera ningún tipo de incentivo positivo para la mejora. Si vas a trabajar, está bueno; si no vas, quizás te lo descuentan pero no siempre. Si sos un buen docente, con el paso del tiempo vas a ganar más plata. Si sos un mal docente, también. Si terminaste una licenciatura universitaria o tenés una maestría o un doctorado, no vas a ganar más plata. En muchas jurisdicciones te conviene más hacer algún curso que venda una empresa privada o que dicte algún gremio porque llegás al mismo puntaje que te da un doctorado. Y los incentivos que hay son perversos: un docente a los 42 años ya tiene el máximo de la actividad docente y todavía le quedan 20 años para jubilarse y sabe que no va a tener ningún aumento de sueldo, más allá de los paritarios. ¿Qué va a hacer? Tratará de ser directivo. Y a lo mejor estamos sacando un gran docente del aula y estamos teniendo un mal director.

-¿Piensa poner en el centro de sus batallas culturales alguna medida de productividad en el sentido de medida de calidad de ese trabajo docente?

-Estoy a favor de premiar al que va siempre, al que se capacita, al que más estudia, a los que tienen proyectos innovadores. No estoy a favor de medir a los docentes por productividad porque creo que sería injusto. Finalmente todo se reduce a números y un gran docente del conurbano bonaerense, por ejemplo, con chicos que tienen problemas de pobreza estructural, de abuso, quizás no logra tener en el operativo Aprender los mismos resultados que un maestro de una zona más favorecida. Y sin embargo ese docente del conurbano a lo mejor es mucho mejor que el otro y lo estás condenando y es injusto.

-La estadística tiene una manera de salvar esa injusticia midiendo el valor agregado del docente en relación a su propio objetivo y no en relación al de otro, midiendo la diferencia marginal que aporta a sus alumnos.

-En educación es muy difícil medirlo. Es más fácil en una fábrica de tornillo, donde todos los años sacás los mismos tornillos. En educación, la cohorte de alumnos del año anterior es muy distinta a la del próximo. A los docentes le tenemos que pedir que tengan vocación, que vayan a dar clases, que eduquen, que se capaciten, que en el secundario un profesor además tenga una maestría.

-No se ve una política agresiva que plantee la posesión de un título universitario. Tampoco niveles salariales altos que cambien la percepción social de la docencia. ¿Cómo piensa prestigiar la profesión docente?

-Hay mitos que han quedado instalados. Hoy en la provincia de Buenos Aires, el salario promedio docente ha quedado en alrededor de 23.300 pesos. A fin de septiembre el salario inicial para un cargo de maestro sin hijos será de 12.150 pesos. Un ingeniero recién recibido que entra a una empresa no gana mucho más que eso.

 

Fuente de la entrevista: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/El-flamante-Ministro-de-Educacion-pide-formar-menos-abogados-y-mas-ingenieros-20170722-0016.html

Fuente de la imagen:

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“Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”, en entrevista a Carnevale

A continuación, transcribimos la exposición de la Prof. Gabriela Carnevale en el tercer encuentro del ciclo de formación sobre la escuela secundaria en la Argentina contemporánea:

“Buenas noches, quiero agradecer a Marcela y a Gabriel por la invitación a este ciclo de conversaciones que tiene el foco en la escuela secundaria y no es casualidad que así sea. La obligatoriedad del nivel conquistada en los últimos años nos llena de interrogantes y de desafíos a quienes estamos en las aulas de la Provincia. Celebro que hoy nos convoque la enseñanza. Seguramente encontremos alguna punta para volver a mirar a un nivel educativo cuya marca de origen fue la exclusión.

Primero me gustaría hacer una aclaración. Estas reflexiones que voy a compartir con Ustedes son fruto de mi convicción -diría casi epistemológica- que ser profesora de historia en el conurbano bonaerense me invita permanentemente a cuestionarme todo lo que investigo y pienso en otros espacios académicos a los cuales pertenezco. Aclaro esto porque me muchas de las ideas que aquí comparto intentan poner en relieve esos haceres ordinarios (Anne Marie Chartier), fruto del día a día escolar.

Marcela y Gabriel nos propusieron algunos interrogantes para organizar este encuentro. Los traté de respetar e intenté tejerlos en una nueva trama que ponga en valor algunas de las preocupaciones genuinas que solemos tener quienes estamos en las aulas y renovar el sentido de la enseñanza en la escuela secundaria.

La primera pregunta fue “¿te ves interpelada a explicitar a tus estudiantes el sentido de la enseñanza de tu asignatura en la escuela secundaria?”. Mi respuesta sería “sí y no”. ¿Por qué? Explicitar el sentido de una clase, de una materia, es un ejercicio que cualquier profesor que esté en la escuela suele hacer con sus alumnos, siempre y cuando él también tenga en claro porque está allí. Voy a decir una obviedad, explicitar el sentido no es presentar el tema diciendo “prestame atención porque lo que te voy a enseñar te va a servir para la universidad o para conseguir un mejor trabajo”. No va por ese lado… Explicitar el sentido de la enseñanza tiene que ver con otra cosa.

Aquí quiero valorar el acto de planificar. Digo valorar porque el diseño de la enseñanza es un acto sumamente político. Si no nos gusta la palabra planificación, pensemos otra. Construyamos otra o robémosnosla y cambiémosle el sentido. Pero insisto, diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor decide qué quiere que pase con sus alumnos durante el año escolar. Toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo. Es la oportunidad para construir una hoja de ruta y renovar el sentido de nuestro oficio/profesión: (nos volvemos a preguntar) ¿por qué elegimos ser profesores de historia? Es una escritura pedagógica que tiene un gran valor pocas veces reconocido. En definitiva, un profesor que sabe qué quiere, tiene mayor libertad para improvisar, para dialogar mejor con los intereses de los jóvenes, invitarlos a descubrir aquello que no conocen, regalarles preguntas y proponerles que piensen las propias.

Desde este punto de partida, el sentido de las clases está implícito. Y los jóvenes lo saben. Saben bien quién es el profesor que tiene un plan y que sabe para dónde va el barco. En algunas de las investigaciones en las que participé, cuando a los jóvenes les preguntamos cuál es el mejor profesor, siempre contestan lo mismo, “el que nos enseña”.

Desde la perspectiva teórica de la cultura escolar, que es también desde donde enmarco estas reflexiones, los saberes que circulan en la escuela adquieren un matiz propio, son producciones originales y cobran vida en lo que formalmente llamamos disciplinas escolares, diría André Chervel quien inaugura este campo de investigación. Las ciencias de referencia y la pedagogía son dos ámbitos imbricados pero el saber escolar no es un saber simplificado o de menor valía, sino un saber producto de la cultura escolar. Las disciplinas escolares, dice Chervel, “son creaciones espontáneas y originales del sistema escolar […] son entidades ‘sui generis’ propias de la clase, independientes hasta cierto punto de cualquier realidad cultural ajena a la escuela y dotadas de una organización, una economía propia y una eficacia que sólo parece deberse a sí mismas, es decir, a su propia historia”.

Carnevale: “Diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor (…) toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo”

¿Por qué traigo aquí la voz de Chervel? Porque nos permite advertir el carácter inventivo de la escuela, que se expresa en la construcción de un saber autónomo y como tal, nos interpela de otro modo a quienes estamos en las aulas. No somos reproductores de un saber que pasa por otro lado: si bien no desconocemos las ciencias de referencia, el profesor es quien conoce a sus alumnos y decide qué es lo mejor para ellos en diálogo con la política curricular. Por eso, planificar es un acto político. Y es una apuesta al otro, a nuestros alumnos.

La segunda pregunta decía, “¿Qué desafíos específicos asume la enseñanza de tu materia en este nivel?”. Creo que los desafíos están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum. ¿En qué sentido? Si venía presentando a la planificación como un momento de decisiones, esas decisiones atañen a la selección de saberes y, especialmente, a las preguntas que nos hagamos para darle un sentido a las clases. Por ello, me gustaría detenerme en los saberes desde una perspectiva amplia.

Si quienes estamos en las escuelas no simplificamos “temas” que se cocinan en otro lado, más bien construimos propuestas de enseñanza para nuestros estudiantes reales, qué enseñamos no da lo mismo.

Una vez más, la última construcción curricular de la secundaria a partir de la LEN puso en evidencia la arbitrariedad de los saberes que forman el currículum -en términos de Alicia de Alba- pero también de las tensiones que conlleva todo proceso de construcción curricular. Uno de los ejemplos más claro fue, allá por el 2011, cuando estrenábamos en Pcia. de Buenos Aires una materia que además era una conquista histórica: “Política y Ciudadanía”. En febrero, por ejemplo, uno de los diarios más populares salía a la cancha con un rabioso titular:

“El escrache se estudiará desde este año en las escuelas de la Provincia” – “Esta modalidad fascista se iguala con piquetes y pintadas. Se enseñará en 5°año” (Clarín, 16-02-11).

Frente a un sentido común fuertemente instalado donde “nada cambia en las escuelas”, la última reforma curricular ponía en evidencia las nuevas preocupaciones que había que discutir en las aulas. Y si bien todos sabemos que las políticas no generan cambios per se en las escuelas, habilitan un primer marco de acción: Política y ciudadanía, no Educación cívica. No es lo mismo. Por ello, los investigadores también tenemos que hacernos nuevas preguntas: metámonos en las escuelas, los saberes están mutando, “están en movimiento”, como plantea Silvia Finocchio.

Carnevale: “Creo que los desafíos (Ndr: de las ciencias sociales en la escuela secundaria) están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum”

Una lectura atenta del diseño curricular de Política y Ciudadanía nos desafiaba a los profesores a construir una propuesta de clase que se combata especialmente con una herencia que arrastramos con mayor énfasis desde la década de los 90: “a mí la política no me interesa”. ¿Qué preguntas se hace, entonces, un profesor cuando decide qué enseñar? Si como profesora, la primera clase empezaba diciendo “la política es, dos puntos”, el fracaso era cantado. Entonces, debía encontrarle una vuelta. A modo de ejemplo, decidí que la carta de presentación de esta nueva disciplina escolar introduzca a los estudiantes en las formas de gobierno históricas y los sustentos teóricos de la república, analizando la división de poderes y las formas de legitimidad de los gobiernos con un propósito clave, abrir el debate sobre el poder y la política. Si las decisiones del gobierno se expresan en políticas públicas, analizar algunas (por ejemplo la AUH) nos iba a permitir discutir modelos de país. ¿Cómo cerrar entonces esta primera unidad? En el fondo, mis propósitos estaban explícitos: proponerle a los jóvenes entender cómo funciona una estructura democrática liberal y luego invitarlos a pensar proyectos alternativos de sociedad: desde utopías hasta proyectos políticos anarquistas o socialistas.

Agustina Turzi que cursó su 5to año en 2015 a fin de año escribía:

“Los ciudadanos somos una parte intrínseca de la política y hacer oír nuestras voces es tanto nuestro derecho como nuestro deber. Aprender política en el colegio nos permite hacer eso, y es por eso que mucha gente no quiere que se enseñe: saber expresar nuestra opinión con seguridad nos permite formular un argumento y mantener una discusión como ciudadanos activos […] Estudiar la materia en el colegio nos brida herramientas que nos permiten un grado de influencia en la sociedad […] Nos da tanto un escudo como una espada como una lapicera como un martillo. No sólo eso: nos deja saber que podemos empuñarlos”.

Otras preguntas de investigación empiezan a tejerse cuando ponemos el foco en la escuela, en las prácticas. Las planteo, las dejo abierta, no sé las respuestas… ¿Cómo lee un profesor el currículum? ¿De qué modo la prescripción genera condiciones de igualdad en los saberes que circulan en la escuela? ¿Qué pasa cuando esos saberes construyen proyectos de país que no abrazamos? ¿Cuáles son entonces, los espacios de resistencia?

Cuando las discusiones cambian, hay que estar atentos. Claudia Bracchi en este ciclo de conversaciones nos convidaba con una inquietud “me preocupa que en las agendas de prioridades ya no hablemos de la educación como derecho ni de igualdad, ni de inclusión ni de participación”. Digo, la omisión, aquello que no se nombra debe alertarnos. Hablar de “competencias” no es lo mismo que hablar de “saberes”. Qué se enseña en la escuela secundaria es una disputa política que no se sustenta en teorías biológicas. Decidir qué se enseña en las escuelas deja también en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos.

En 2012 llegaba a las aulas bonaerenses Trabajo y Ciudadanía, otra “nueva” disciplina escolar del 6to año de la escuela bonaerense, condensa gran parte de los pilares del proyecto de escuela secundaria de la provincia que se abrió con la LEN: la educación para la ciudadanía, el mundo del trabajo y los estudios superiores. Leer con los estudiantes el Manifiesto Liminar, escrito hace casi cien años, es una decisión que deja en evidencia una nueva apuesta a nuestros estudiantes:

“La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”, decían los jóvenes revolucionarios.

Carnevale: “Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”

Casi cien años después está invitación conserva una vigencia casi intacta porque les permite a nuestros jóvenes volver a pensarse como estudiantes, que historicen su camino por la escuela secundaria y que construyan un proyecto de vida colectivo. Buscar en sus ancestros algunas ideas que les ayuden a proyectarse.

El año pasado, en un trabajo que intentó reconstruir la historia de cada uno de los estudiantes, a partir de la Reforma Universitaria y el Mayo Francés, dos jóvenes de dos escuelas distintas:

Ignacio:

“Si tuviese que definir mi paso por la secundaria en una palabra, no podría. La secundaria fue un cambio en mí, un proceso obligatorio que tienen que vivir todos los jóvenes que, a veces, era tedioso, otras divertido y otras triste […] Ya por cuarto año empecé a disfrutar del colegio. Empecé a ver cosas en las materias que me hicieron ver el mundo de otra manera, una cosa muy valiosa que me hizo tener el colegio fue la empatía. Aprendí a ponerme en el lugar de los demás, a entender sus problemas y no juzgar tanto. En ese aspecto podría decirse que crecí como persona. En 5to aprendí a expresarme, a manifestar mi opinión, a no aceptar las cosas porque sí, me volví un estudiante activo que luchaba por sus ideales”;

Leandro:

“El primer período sinceramente no fue un gran cambio, ya que las materias eran muy generales. Así el primer desafío fue cuando naturales se subdividió en biología y Físico-química y sociales en geografía e historia. Me agrada la idea de ver que nunca fui amante de la escuela e incluso por mucho tiempo, no estaba de acuerdo con ella. Sin embargo, hoy, estando en el último año, debo reconocer que mis gustos, mis postura y posiciones no serían lo que son sino hubiesen sido afectadas por el colegio, tanto profesores como compañeros”.

Volviendo al segundo eje que retomaba una de las preguntas que nos hacían Marcela y Gabriel, los desafíos de la enseñanza de las materias de Ciencias sociales pueden sortear la pregunta “esto para qué me sirve” con una propuesta que interpele a los estudiantes desde la propia historia y que les permita construir un proyecto de vida. La escuela tiene la gran oportunidad de construir vocaciones (sabemos que no son innatas) y para ello, no debemos esperar al último año para “orientarla”.

Carnevale: “Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos (¡por suerte!)”

Y para cerrar estas reflexiones retomo el último de los interrogantes que nos hacían los compañeros: “es difícil conquistar la atención de los jóvenes, están tan enchufados que no se pueden conectar con lo que enseño en el aula”. ¿Si, no, por qué? Esta pregunta/inquietud es un poco compleja y puede transformarse en una herramienta de poder. Si se me permite, creo yo, deberíamos olvidárnosla; descartarla. Y más en los tiempos que corren…

La atención, la motivación, es una preocupación de la pedagogía desde siempre, aunque hoy existan mayores distractores (celulares, tablet, televisión), no es una novedad. Decía que debíamos descartar esta pregunta porque puede generar una confusión porque, como dice Meirieu, “la motivación no es una condición previa para el aprendizaje ni para el éxito de un alumno”. Tenti Fanfani afirma, “el interés por los contenidos culturales no surge natural y espontáneamente […] muchas veces estamos equipados para ver sólo lo que nuestras categorías de percepción nos permiten ver. Todo lo demás escapa a nuestro campo visual y perceptivo. Si soy profesor de química, sólo es legítimo el interés por la química”. Por ello, continúa Meirieu, la motivación “es un objeto de trabajo para el pedagogo”. Se construye en el mismo proceso de enseñanza (por eso siempre fue una preocupación de la pedagogía) y es ahí donde debemos contribuir a “hacer emerger el deseo de aprender”.

Ahora bien, ¿es difícil conquistar la atención? Creo yo, como dice Tenti, que no hay jóvenes que no les interese nada. Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos. Si bien deben existir saberes que no vamos a negociar porque creemos que son los que ayudan a crecer a nuestros estudiantes, también sabemos que los estudiantes se resisten “a ser moldeados a [nuestro] gusto” (Meirieu). Y ahí es donde la enseñanza necesita de la confianza, “una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo”, como dice Cornu.

A lo largo de estas reflexiones hice hincapié en el diseño de la enseñanza y en los saberes. Intenté poner el foco en la responsabilidad que tenemos como adultos para que algo del aprendizaje ocurra y que nuestros jóvenes, que ahora conquistaron un lugar en la escuela secundaria, se queden y la elijan. Motivarlos, apostar a que estén y encuentren un lugar en la escuela, valorando lo que enseñamos porque “el esfuerzo intelectual permite accede a la alegría de pensar” (Meirieu).

Muchas gracias”.


Bibliografía de referencia:

  • De Alba, A. (1998) Currículum: crisis, mitos y perspectivas. Miño y Davila editores.
  • Chagas, M.; Hansen, J. “Anne – Marie Chartier. Historiadora das prácticas culturais”. En Revista Pedagogía Contemporánea. Nº 03. Sao Paulo.
  • Chervel, A. (1991). “Historia de las disciplinas escolares. ReAlexiones sobre un campo Reflexiones sobre un campo de investigación”. En: Revista de Educación (295). Selección de fragmentos.
  • Cornu, L. “La conAianza en las relaciones pedagógicas”. En Frigerio G. y otros Construyendo un saber sobre el interior de la escuela. Novedades Educativas;
  • Finocchio, S. (2011) “Una cartografía de saberes escolares en movimiento en América Latina” en Propuesta Educativa Nro. 33.
  • Meirieu, P. (2007) Frankestein Educador. Laertes. Barcelona.
  • ———— (2016) Recuperar la pedagogía. De lugares comunes a conceptos claves. Buenos Aires. Paidós.
  • Tenti Fanfani “La desigualdad como producción social. Modelos analíticos de la interacción profesor –alumno”. Tenti Fanfani, E. En La escuela y la cuestión social. Ensayos de sociología. Siglo XXI.

Fuente entrevista:  http://aulaabierta.unahur.edu.ar/carnevale-decidir-que-se-ensena-en-las-escuelas-deja-tambien-en-evidencia-que-cotidianamente-disputamos-sentidos

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Entrevista a Ameenah Gurib-Fakim: “La ciencia es la base del progreso social”

Por: UNESCO/21-07-2017

Entrevista con Ameenah Gurib-Fakim(link is external) realizada por Isabelle Motchane-Brun

Vivimos un periodo de transición inédito a nivel económico, demográfico, ecológico y tecnológico. ¿En qué medida pueden la ciencia, la tecnología y la innovación afrontar los retos que plantea nuestra época? 

La ciencia, la tecnología y la innovación siempre han sido los cimientos del progreso social y la mejora de vida de los pueblos del mundo. Debido a la explosión demográfica mundial –nuestro planeta tendrá 9.000 millones de habitantes en 2050– el ser humano tendrá que dominar más y mejor las tecnologías para adaptarse al uso de menos recursos, a fin de garantizar su seguridad alimentaria, su abastecimiento en agua y su autonomía energética en un medio ambiente sobre el que pesa la amenaza del cambio climático.

En enero de 2017 usted presentó en el Foro Económico Mundial la ‘Coalición para la Investigación, Innovación e Iniciativa Empresarial Africanas’ (CARIE). ¿Cuál es su objetivo? 

Esta Coalición agrupa a diversos organismos que han decidido aunar esfuerzos para promover la investigación e innovación en África, por ejemplo la Fundación Bill y Melinda Gates, la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD), la Fundación Wellcome y los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos.

Su objetivo es fomentar la excelencia de los investigadores africanos y contribuir al fortalecimiento del ecosistema en el que llevan a cabo su labor. África realiza enormes esfuerzos en el ámbito de la investigación, pero el impacto de los trabajos de sus científicos es relativamente limitado y con frecuencia poco notorio.

¿Qué hacer para remediar este problema?

Muy a menudo los investigadores carecen de medios para que sus ideas se plasmen en la creación de productos o empresas. Además, el marco jurídico de protección de la propiedad intelectual adolece de insuficiencias, ya que los resultados de la labor científica suelen acabar sepultados en cajones, aireados en la prensa o dados a conocer públicamente, incluso antes de que se hayan protegido con patentes. La Coalición pretende actuar en estos ámbitos a fin de que los investigadores cuenten con los medios necesarios para cambiar la vida diaria de los africanos.

La palabra “coalición” nos remite al vocabulario político más que al científico. ¿Acaso el fomento de la ciencia es ante todo un combate político?

La “política” está presente en todos los niveles. Es obvio que se produce un impacto inevitablemente positivo en las instituciones científicas cuando los políticos –esto es, quienes tienen poder de decisión– adoptan medidas adecuadas. En África, la ciencia sólo progresará si los decisores en materia de políticas reconocen cuán importante es su financiación.

La palabra “coalición” debe entenderse más bien en el sentido de medio para agrupar fuerzas, con vistas a que los avances de la ciencia en África contribuyan al bienestar de sus poblaciones.

¿Cuál es la diferencia con la Alianza para la Aceleración de la Excelencia Científica en África (AESA), creada por la NEPAD y la Academia Africana de Ciencias (AAS)?

Más que de diferencias, cabe hablar de complementariedad. Con la ayuda, entre otras, de las fundaciones Wellcome Trust y Bill y Melinda Gates, la AESA tiene por objetivo centrarse en trabajos científicos sobre la salud.

¿La multiplicación de organismos con objetivos similares no entraña el riesgo de duplicar los trabajos y dispersar las financiaciones? 

No hay duplicaciones, porque todas esas entidades realizan trabajos complementarios.

Es bien sabido que el retraso acumulado por África es tan grande y sus necesidades tan enormes que no se corre riesgo alguno de que las financiaciones se “dispersen”. Nuestro deber es prestar apoyo a cualquier iniciativa destinada a crear recursos y fomentar la investigación.

A este respecto, conviene recordar que el continente africano necesita aún varios millones suplementarios de ingenieros y científicos para que el porcentaje de éstos, con respecto al número de habitantes, iguale al de los países desarrollados.

Los pequeños Estados insulares, como Mauricio, son vulnerables por definición a los peligros que se ciernen sobre el medio ambiente. ¿Qué pueden hacer para afrontarlos? 

Mauricio se halla entre los países en situación de peligro, sobre todo en el contexto del cambio climático. Aunque, por desgracia, tenemos pocas soluciones para contrarrestar la subida del nivel del mar, debemos centrarnos en la consolidación de los suelos y la ordenación territorial. Por ejemplo, para frenar la erosión de nuestras playas es preciso plantar más mangles, que además forman un ecosistema excelente para los peces y la fauna marina en general. Y de todas formas tenemos que seguir creando toda suerte de plantaciones, ya que la vegetación es el medio más seguro para reducir el dióxido de carbono atmosférico. También debemos redoblar los esfuerzos encaminados a desarrollar las energías renovables, así como el reciclaje y la gestión del agua, porque la escasez de recursos hídricos promete ser muy aguda.

Los pequeños Estados insulares son vulnerables al cambio climático.

Los pequeños Estados insulares son vulnerables al cambio climático.
© Daesung Lee

Mauricio ha ratificado el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. ¿Qué medidas concretas ha tomado el Estado para luchar contra el calentamiento del planeta? 

Ante todo, señalaré que tanto Mauricio como el conjunto los países de África no han contribuido realmente a la emisión de gases con efecto de invernadero (GEI), aunque figuran entre los más afectados por ella.

Actuamos solidariamente con el resto del mundo, esforzándonos por reducir los GEI cada vez más. Hemos empezado elaborando una estrategia en materia de energías renovables, mejorando la gestión del agua y replanteándonos la ordenación territorial. No obstante, tenemos que esforzarnos más aún para adaptar todas las infraestructuras a estándares “verdes”, multiplicar los paneles solares y adoptar cualquier norma que propicie el desarrollo sostenible.

Debemos fomentar las tecnologías que reducen el despilfarro de recursos y ofrecen más posibilidades de reciclaje, así como las industrias menos energívoras. Estas ideas van ganando terreno y algunas empresas textiles ya están funcionando con energía solar.

La educación y la sensibilización del público son dos ejes importantes de la acción en este ámbito, porque es indispensable que la población y los agentes económicos coadyuven a plasmar en los hechos todas las iniciativas que el Estado desea adoptar.

¿Qué panorama ofrece el desarrollo de las energías renovables en el Archipiélago de las Mascareñas, y más concretamente en Mauricio con respecto a otras islas vecinas?

En el Archipiélago de las Mascareñas, la isla de la Reunión ha logrado grandes avances y creo que el 35% de su energía ya es verde. La isla Rodrigues se ha fijado el objetivo de depender exclusivamente de este tipo de energía en un futuro próximo. En Mauricio se han instalado ya varios parques eólicos y solares. Creo que el futuro del sector de las energías renovables es prometedor y que vamos por el buen camino.

Usted figura entre las cien mujeres más influyentes del mundo en la lista elaborada por la revista ‘Forbes’. ¿Qué opinión le merece esto? 

Agradezco a esa revista el nombramiento, ya que el honor que me hace permite centrar la atención en nuestro país y esto siempre es importante. Me congratula mucho que ello contribuya a mostrar al mundo que Mauricio, pese a ser una nación pequeña, aspira a alcanzar metas ambiciosas.

Usted ha dicho en Twitter que “muy pocas veces se ha valorado y reconocido la contribución de las mujeres africanas al desarrollo de su continente, aunque se considere que son un factor esencial del mismo”.

Sí, es obvio que en África no siempre se ha valorado debidamente la aportación de la mujer al desarrollo. En el sector agrario, por ejemplo, son las mujeres quienes garantizan el sustento de las poblaciones y, sin embargo, todavía no se han creado condiciones para que tengan pleno acceso a créditos, títulos de propiedad y cursos de formación. Si las mujeres pudieran salvar esos obstáculos, la producción de alimentos mejoraría enormemente.

Lo mismo ocurre con la educación: en la enseñanza primaria y superior se sigue penalizando demasiado a menudo a las muchachas. Si se encuadrara adecuadamente el potencial que representan las mujeres, su contribución sería realmente decisiva para que África saliera adelante.

¿Qué ocurre ahora con la labor científica que usted venía realizando desde muchos años atrás para elaborar medicamentos a base de plantas y reducir así el costo de la atención médica?

La validación científica de remedios medicinales tradicionales es un proyecto que dirigí en el decenio de 1990, cuando trabajaba en la universidad. Los resultados de esa labor se valorizaron más en 2009 con la creación del Centro de Fitoterapia e Investigación (CEPHYR), una empresa mía que desde 2015 se ha convertido en el Centro Internacional de Desarrollo Farmacéutico I+D (CIDP-R&I). La creación de una gama de medicamentos a base de plantas sigue formando parte de los objetivos del CIDP-R&I, pero pasar del estadio de la investigación al de la comercialización exige tiempo e importantes medios materiales.

Los trabajos del CIDP-R&I continúan, aunque yo ya no esté presente en él. Este centro ha conseguido, por ejemplo, encontrar clientela en el sector de la perfumería para el aceite esencial del limo de la isla Rodrigues. Muchas plantas medicinales de Mauricio proporcionan ingredientes susceptibles de satisfacer las demandas de la industria farmacéutica y cosmética.

Usted concibe el poder como la capacidad de dejar un legado duradero. En su doble condición de Presidenta de Mauricio y científica eminente, ¿qué legado le gustaría dejar?

Mi compromiso con el fomento de la ciencia y la innovación sigue intacto, pero ahora reviste otra forma debido al nuevo papel que desempeño en las esferas de decisión e instituciones de mi país. Abogo por la necesidad de invertir en instituciones científicas, a fin de que los jóvenes dispongan de medios para investigar sobre temas prioritarios para África que exigen un buen dominio de la ciencia. Con esa óptica se creó el organismo CARIE del que hablamos antes.

Espero que mi legado sea una concienciación duradera de cuán necesario es contar con instituciones científicas sólidas y proporcionar medios a los investigadores jóvenes para evitar la fuga de cerebros, fortaleciendo su potencial personal y el ecosistema en el que van a trabajar. Esto exige mayores medios materiales, pero estoy convencida de que dispondremos de ellos. Una acción de este tipo ayudará a los países de la región a desarrollarse. La historia ha demostrado que las naciones que cosechan más éxitos son las que más invierten en ciencia, tecnología e innovación.

Amina Gurib-Fakim es Presidenta de la República de Mauricio desde junio
de 2015. Científica de reputación internacional por sus trabajos sobre la flora medicinal de las Islas Mascareñas, fue galardonada en 2007 con el Premio L'ORÉAL-UNESCO "La Mujer y la Ciencia". Es miembro de la Sociedad Linneana de Londres (Reino Unido) del Instituto Africano de Ciencias (Estados Unidos) y de la Academia de Ciencias del Mundo Islámico, con sede en Ammán (Jordania).

*Fuente: https://es.unesco.org/courier/abril-junio-2017/ameenah-gurib-fakim-ciencia-es-base-del-progreso-social

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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México)

«Las movilizaciones contra el G20 preparan las protestas sociales contra el ajuste en Europa»
Por: Mario Hernandez
Rebelión
M.H.: Reunión del G20 en Hamburgo, bastante movida por la multitudinaria movilización anti G20 y también por el encuentro entre Donald Trump y Putin. ¿Qué nos podés comentar al respecto?G.A.: Primero la protesta fue muy importante porque Angela Merkel en las elecciones se estaba reforzando frente a los opositores sociales, pero la movilización ha sido muy fuerte y ahora da otra impresión, es muy probable entonces que así como en el resto de Europa, la juventud, para las elecciones no confíe ni en los partidos ni en las elecciones, sino en su propia acción. Eso es importante. De ahí las abstenciones que permiten que gane desproporcionadamente la derecha, porque se ha abstenido en las elecciones francesas más de la mitad del electorado. Entonces, cuando llegue el momento de protestar contra los ajustes salvajes va a hacerlo toda esa gente junta. Y lo mismo sucederá en Alemania.

En cuanto al G20 hubo dos cosas, por un lado la oposición que manifestó prácticamente toda la Unión Europea a Trump y sus políticas en todos los terrenos y, en segundo lugar, el encuentro de Trump con Putin donde quien llevó la voz principal, la iniciativa y fue decisivo era Putin y no Trump. Ahora aparecen de nuevo en EE UU con el hijo de Trump las relaciones con Rusia, pero quien tomó la iniciativa en Hamburgo fue Rusia. Eso se va a ver reflejado en el próximo período y es evidente que la Unión Europea, entre los dos, por razones lógicas de la necesidad del petróleo y el gas rusos, entre otras cosas, va a contarlo al gobierno ruso no como aliado firme pero sí como un lugar donde apoyarse.

M.H.: ¿Qué significado tiene desde el punto de vista geopolítico en Medio Oriente, la caída de Mosul?

G.A.: La caída de Mosul es un golpe propagandístico. Mosul era la capital del llamado Estado Islámico que está muy reducido porque ha perdido la mitad de su territorio, aunque todavía se queda con una parte de Irak y otra de Siria. Pero Mosul es un problema, porque era una capital kurda y también sunita, el gobierno de Irak y las tropas iraníes, son más bien chiítas, entonces van a tener que hacer política y no solamente masacres, no solamente porque hay un sector de los kurdos que han avanzado muchísimo en una política democrática y que están luchando por el Kurdistán con una posición a la izquierda de la que tenía el Partido Comunista Kurdo de Turquía.

Esos sectores que son socialistas autogestionarios son la vanguardia en el pueblo kurdo y son sunitas también, con ellos van a tener que negociar los gobiernos de Siria, Irán e Irak, en particular las tropas de éste ultimo que son las que están a la ofensiva Mosul.

Eso les va a plantear problemas porque hasta ahora han bombardeado sin piedad todos los lugares, aunque no esté el Estado Islámico, sí hay grupos como Al Qaeda y otros que combatían contra Siria e Irak; grupos cristianos y ciudades enteras cristianas han sido masacradas. No han tenido una política sutil, resuelven todo a puro bombardeo, en cambio ahora tendrán una ciudad que tuvo más de un millón de habitantes, que va a repoblarse, muy importante, que de hecho era la capital del Kurdistán en Irak. Había resistido a Sadam Hussein, así que plantea un problema político importante.

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