26 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com
Ramon Martí
¿Qué le parece la expresión “ser de letras” o “ser de números”?
Todos sabemos de letras y de números. No obstante, nos cuesta reconocer nuestras limitaciones. Es muy fácil decir “que soy de letras”, o “que soy de números”. Que bonito sería si aceptáramos decir con naturalidad, “¡no lo sé!”. Me gustaría más oír “¿cómo se puede hacer esto?”, porque detrás de esta pregunta denoto franqueza y deseo de aprender.
¿Se puede encender la pasión por las matemáticas de nuestros estudiantes?
Aunque no se hable de ello, hay muchos estudiantes que disfrutan con las mates. Para mí, ser apasionado por las matemáticas significa ser observador y tener la capacidad de descubrir que están presentes en todas partes. Seguramente no todos nuestros estudiantes se apasionan por las mates, pero podría ser un buen reto para todos los maestros que así fuera.
¿Son las matemáticas una materia difícil?
Hay una palabra que utilizamos muchísimo en las clases de mates: ¡FÁCIL! El camino para resolver un reto lo escogemos nosotros mismos, y es muy interesante darse cuenta de que los pequeños pasos acostumbran a ser fáciles. En cambio, cuando queremos resolver ejercicios con el mínimo de pasos, para ir rápido o por pereza a realizar un largo camino, la situación podría convertirse en difícil.
¿Qué errores hemos cometido en la enseñanza de las matemáticas?
Para mí, el error más grave que se hace en matemáticas es explicarlo todo. Los profesores deberíamos preguntar mucho, provocar que piensen, hasta conseguir que sean siempre los propios alumnos los que descubran todo lo que aprendan.
¿De qué manera se pueden impartir las matemáticas para que se desarrollen competencias que se puedan aplicar a la vida cotidiana de los alumnos?
“Vivenciando” lo que trabajamos y manipulando materiales que nos faciliten entender bien todo lo que hacemos. Cuanto más próximo sea el contexto en el que trabajamos las mates, mayor capacidad tendrán nuestros alumnos de argumentar y establecer las conexiones necesarias para poder aplicarlas en su vida diaria.
¿Debería modificarse el sistema educativo para mejorar el aprendizaje de las matemáticas?
¡Cualquier cambio que sirva para mejorar siempre deber ser bienvenido! Pero es fácil culpar siempre al sistema y me parece que es una manera de evadir responsabilidades. Somos los maestros los que estamos en el aula y los responsables de qué escogemos trabajar y cómo lo hacemos.
¿Y qué puede hacer un docente en su aula para mejorarlo?
Los docentes podemos hacer muchísimo en el aula, pero para ello tenemos que tener muy claro a dónde queremos llegar. También es necesario que tengamos curiosidad de observar cómo nuestros alumnos descubren todo lo que nosotros ya sabemos o incluso, tener la puerta abierta a aprender juntamente con ellos. Un maestro debe ser mucho más que un transmisor de conocimientos.
¿Es importante que cada alumno aprenda matemáticas a su propio ritmo? ¿Hay elementos que lo impiden? (currículum, ratio elevada, etc.)
Cada alumno necesita un tiempo diferente que es necesario apoyar y respetar. Es evidente que los maestros no somos superhéroes y no podemos hacerlo todo. Cuantos más alumnos, menos atención individualizada… Para compensar esta dificultad debemos ser creativos, potenciar el trabajo cooperativo entre iguales y utilizar materiales autocorregibles.
Actualmente existen muchos proyectos y recursos didácticos innovadores destinados a la enseñanza de las matemáticas. ¿Qué características tienen en común?
Gracias a los adelantos tecnológicos, el mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso. Grandes descubrimientos de hace tan solo 10 años pueden ser hoy totalmente obsoletos. Está claro que no podemos seguir trabajando en las aulas tal y como se hacía hace 50 años. Ciertamente, es necesario innovar y ser atrevidos. Todos los proyectos innovadores tienen en común que intentan cambiar para ser útiles para el mundo actual. Por ejemplo, en el aprendizaje y los procedimientos asociados al cálculo, los retos presentes nos conducen a la necesidad de priorizar el aprendizaje de habilidades en el cálculo mental por encima del cálculo escrito.
¿Por qué es importante trabajar el cálculo mental?
Estamos rodeados de números y de situaciones en las que es necesario calcular continuamente. Tener un buen cálculo mental permite entender mejor toda la información que recibimos en cada instante. También facilita y mejora la toma de decisiones. Sin cálculo mental, somos personas fácilmente manipulables.
Respecto a ello, John Allen Paulos acuñó el concepto de anumerismo para referirse al analfabetismo numérico. ¿Cree que la falta de conocimientos matemáticos es un problema actual en la sociedad?
Es posible encontrar personas con titulación universitaria, que al mismo tiempo sean incapaces de hacer cálculos o utilizar números muy elementales. Nuestra sociedad ha hecho un gran esfuerzo en acabar con el analfabetismo porque somos conscientes del grave problema que supondría tener una parte de la población analfabeta. Sólo hay un camino para acabar también con los analfabetos numéricos, que es crear nuevos recursos y metodologías que ayuden a mejorar el trabajo que hacemos en los colegios de nuestro país.
Actualmente se habla mucho del cálculo matemático basado en la descomposición numérica. ¿En qué consiste este método?
El cálculo mental ha de ser rápido y seguro, así que tenemos que hacer cálculos fáciles. Cuando tenemos que hacer cálculos que inicialmente son difíciles, en muchas ocasiones, se puede utilizar la estrategia de la descomposición, que consiste en separar la cantidad difícil de calcular mentalmente en otras cantidades más sencillas. Esto permite calcular con gran rapidez y seguridad.
¿Qué recursos recomendarías a un docente que quiere trabajar el cálculo mental en el aula?
Hay muchos recursos para trabajar el cálculo mental, y muy buenos. Yo recomendaría que se haga siempre un trabajo previo vivencial y manipulativo, para asegurar y entender bien la base de todos los cálculos. También recomendaría especialmente el Càlcul Llampec (o Cálculo Flash, en la versión en castellano) porque es un material autocorregible y está organizado en diferentes niveles, que permiten avanzar de manera gradual. Esto proporciona seguridad y motiva mucho a los alumnos. Además, se puede trabajar de manera interactiva en el aula. Progresivamente, los alumnos pierden el miedo a probar y comprobar, de manera que van mejorando en autoconfianza hasta ser capaces de hacer cálculos que nunca se hubieran podido imaginar.
Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/ramon-marti-sin-calculo-mental-somos-personas-manipulables/