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Entrevista a FrancescoTonucci: “Los niños necesitan menos juguetes y más libertad”

Italia/15 diciembre 2016/Autora: Mariana Otero/Fuente: La Voz

El pedagogo y dibujante insta a los padres a que dejen de sobreproteger a sus hijos y a que les permitan sus propias experiencias de autonomía. El jueves dará una charla en Córdoba.

Los chicos necesitan pocos juguetes y más libertad. Deben ser autónomos, jugar con amigos y, en lo posible, concurrir a la escuela solos, caminando. Así opina Francesco Tonucci, el prestigioso pedagogo, pensador italiano y promotor de la “Ciudad de los Niños”, un proyecto que apuesta a la transformación de las ciudades a través de los chicos que las habitan.

Sobre estas cuestiones hablará Tonucci en Córdoba el próximo jueves (ver aparte), invitado por la Fundación Arcor con el apoyo de La Voz del Interior.

–Es fundamental que los niños jueguen, pero ¿cuán importante es?

–El juego está conectado de manera muy fuerte con la autonomía y el movimiento. Hay que ayudar a los adultos a entender la importancia del juego. Le doy una anécdota. Mi hijo mayor llegó el primer día de la escuela primaria a casa y dijo: “la maestra ha dicho que ahora basta de jugar, que hay que hacer cosas en serio”. Ese fue el mensaje de la escuela a mi hijo. Bueno, yo intentaré decir a la gente que esa es una frase absurda y equivocada y peligrosa (…) No tengo dudas de que los primeros años son los más ricos e importantes en la vida, es el período donde se ponen todos los cimientos.

–Y el juego ayuda…

–En estos años no hay maestros en el sentido público, no hay métodos. Simplemente hay un niño que juega con el mundo. Esa es la importancia del juego. El juego es una experiencia que los niños viven a nivel espontáneo, no hace falta enseñarlo y jugando tienen la primera relación con el mundo.

–¿Todo tipo de juego es valioso? ¿Jugar al aire libre es igual que hacerlo con una computadora?

–Jugar es una experiencia que tiene algunas características: salir, en el sentido de dejar el control directo de los adultos, encontrarse con amigos, aprovechando un tiempo libre para vivir la experiencia de la aventura, del descubrimiento, de la sorpresa, de la maravilla, del riesgo. Con estos elementos todos los juegos son buenos. Hasta los tecnológicos.

–¿Por qué es necesario que jueguen solos?

–No es posible jugar acompañado de adultos. Cuando los padres dicen “acompañamos todos los días al niño a jugar a la plaza” es una contradicción. El verbo jugar sólo se conjuga con el verbo dejar. En Europa es impresionante, pero aquí también creo que ocurre, en especial en las clases sociales medio-altas: para un niño es casi imposible salir solo a la calle. Esto le impide esta experiencia básica. Muchas veces los adultos pensamos sustituir esta experiencia de la que hemos disfrutado nosotros y que los hijos parece que no pueden vivir. Las sustituimos con otras cosas como comprar muchos juguetes, dar instrumentos que pueden permitir a un niño pasar mucho tiempo solo en casa y divertido, como las nuevas tecnologías, y acompañarlo en todos los lugares. Son respuestas inadecuadas. Se está gastando muchísimo dinero para llenar a los hijos de juguetes convirtiéndolos en poseedores en lugar de jugadores. Para jugar bien hay que tener pocos juguetes y amigos para aprovecharlo.

–¿Qué aporta el juego a un niño?

–Le permite descubrir el mundo. Es una manera para encontrarse con el desconocido (…) Significa vivir la experiencia de riesgo, saltar el obstáculo, vivir el desafío de superarlo o no. Ver si hoy puedo hacer lo que ayer no podía, si puedo superar mi miedo de vivir esta experiencia.

–¿Por qué es importante vivir la experiencia de riesgo?

–Si no es posible, vamos a crear una acumulación de deseos y de necesidad de transgresión que se expresarán más tarde, en la adolescencia, cuando un chico tiene suficiente autonomía como las llaves de casa en el bolsillo y cuando esta expresión de su deseo se convierte en una explosión peligrosa. Muchos de los temas que hoy se tratan como dramas de la adolescencia, como abuso de alcohol, de drogas, como los accidentes de motos –hasta el tema de los suicidios juveniles– tienen que ver con la falta de experiencias de autonomía en los primeros años (…) Puede que viviendo la experiencia del obstáculo se dé cuenta de que no puede superarlo y que sea una desilusión, pero también la desilusión es una experiencia que hoy los niños no viven porque los padres los súper protegen.

Fuente:http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/francesco-tonucci-los-ninos-necesitan-menos-juguetes-y-mas-libertad

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Lourdes Guàrdia: “Las TIC tienen que provocar un efecto amplificador”

14 de diciembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Lourdes Guàrdia

Ya hace unos cuantos años que las TIC han llegado a las aulas, ¿cómo valora la integración inicial de estas herramientas en las escuelas?
Más que de integración, yo hablaría de “adopción”. Podemos tenerlas integradas, pero no manejarlas de forma adecuada. No está siendo un proceso fácil, pero en los últimos años ya se han hecho progresos importantes y algunas escuelas empiezan a destacar por este tema convirtiéndose en prescriptoras para las demás, y no sólo porque estén más tecnificadas que otras, sino porque han sabido aprovechar el potencial de las TIC provocando cambios metodológicos sustanciales.

¿Cuál debería ser el objetivo principal al integrar las TIC en la educación?
Las TIC tienen que provocar un efecto amplificador, ayudándonos a romper el concepto de aula tradicional, ampliando los mecanismos de comunicación y de colaboración, generando nuevas oportunidades de aprendizaje que nos permitan conocer diferentes enfoques del conocimiento y diferentes fuentes de información. Solo así podremos fomentar el pensamiento crítico y la reflexión.

¿Cómo cree que pueden ayudar las TIC en un nuevo modelo de aprendizaje?
La diversidad de medios y canales que nos brindan las TIC pueden multiplicar enormemente la eficacia de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, pero hay que saber cómo. No podemos integrar la tecnología por el mero hecho de modernizar la escuela, porque está de moda o porque vamos a ser competitivos respecto las demás, sino porque estamos convencidos que con ellas vamos a cambiar el modelo educativo y con ello cubriremos mejor las necesidades sociales y demandas laborales.

¿Cómo han contribuido las TIC en la mejora del aprendizaje a lo largo de estos años?
Seguramente podríamos hablar de bastantes contribuciones, pero quizás algunas están teniendo más impacto que otras, y algunas todavía están por llegar. Ahora bien, la mayor contribución en mi opinión, que más bien es indirecta (o mejor dicho, no intencionada), es que ha puesto encima de la mesa la necesidad de renovar la educación.

¿Por qué cree que sucede esto?
El sistema educativo actual está resultando obsoleto, no se ajusta a las demandas sociales. La escuela debe ser un reflejo de lo que ocurre fuera de las aulas, y las TIC están siendo una revolución en todos los ámbitos, incluso en los territorios y sectores más desfavorecidos.

¿A qué achaca los cambios tan rápidos de los últimos años?
Nuestros alumnos pueden acceder a mucha información y en diferentes formatos, el conocimiento no se circunscribe sólo al entorno escolar ni se aloja, únicamente, en los docentes. Quizás tampoco lo estaba antes de la llegada de las tecnologías, porque también aprendíamos fuera y dentro de la escuela, pero las TIC están rompiendo fronteras, están ampliando posibilidades y de manera muy inmediata. Todo resulta mucho más instantáneo, más acelerado. Podemos saciar necesidades de forma mucho más rápida. Pero si bien todo tiene sus pros, también tiene sus contras, y no todo puede considerarse una contribución. Como apunta el filósofo Zygmunt Bauman, es una etapa en la cual todo lo que era sólido se ha licuado, en la cual “nuestros acuerdos son temporales, pasajeros, válidos solo hasta nuevo aviso”. Quizás es una advertencia a saber controlar los avances y no considerar los cambios revoluciones per se, porque hasta dentro de unos años no podremos valorar si las contribuciones de las TIC han supuesto verdaderas mejoras.

¿Las TIC han suplido una necesidad educativa o han creado nuevas?
Cualquier cambio puede suponer una mejora o suplir una necesidad, pero está claro que se crean otras. Pero esto no ocurre sólo en la educación, también sucede en otros ámbitos. No tienen nada que ver los televisores de ahora con los de hace 50 años. Y es que cuando vemos que algo funciona y nos resuelve un problema, pedimos más.

¿Qué cree que vendrá ahora?
Si solicitamos a docentes y alumnos que utilicen dispositivos móviles, tendremos que crear las infraestructuras que soportan las conexiones para poder trabajar en las mejores condiciones y no perjudicar los procesos de aprendizaje. Tendremos, además, que formar a los usuarios, pero no sólo en el uso instrumental, sino también en el uso metodológico, en cómo darle un valor añadido al uso de la herramienta. Y a su vez pediremos más y más prestaciones a las herramientas porque queremos diseñar nuevas interacciones educativas para potenciar nuevas habilidades, y así sucesivamente.

¿Cree que el sistema educativo actual puede aprovechar todo el potencial de las TIC?
Rotundamente sí. Si algunas ventajas nos brindan las TIC son precisamente la flexibilidad espacio-temporal, la adaptación a los distintos ritmos, la posibilidad de seguir itinerarios distintos en función de las necesidades y los niveles de partida. La personalización es un aspecto clave para el éxito educativo y las TIC aquí son fundamentales. Cuanto más capaces seamos de atender las necesidades específicas mediante planes de formación más personalizados, más crecerá la motivación y mejores resultados obtendremos.

¿En qué aspecto pondría más énfasis para sacar jugo a las TIC?
La evaluación es otro pilar del sistema educativo y las tecnologías están ayudando muchísimo a repensar nuevas fórmulas evaluativas, proponiendo un seguimiento más permanente y monitorizado, potenciando la evaluación continua y el uso de portafolios electrónicos como estrategia de recogida de evidencias de aprendizaje y reflexión de los procesos seguidos.

En general, ¿las TIC se utilizan bien dentro de aula?
Depende, no me atrevo a generalizar. Como he dicho antes, a pesar que muchas escuelas están avanzando y consiguiendo cambios importantes gracias a un buen uso de estas, queda todavía mucho por hacer. Yo veo todavía un uso irregular, y en algunos casos casi inexistente.

¿Dónde cree que se observan mejores resultados?
Se ven progresos, y las escuelas que pueden invertir recursos en ello y disponen de una buena planificación estratégica compartida por el claustro, quizás sean las que están un paso por delante. Son referentes porque implementan metodologías como el aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje basado en problemas, el uso de portafolios, actividades ludificadas, actividades grupales y en red, y el planteamiento de retos con webquest, entre otras muchas, todas ellas mediadas por las TIC y con el uso cada vez más de dispositivos móviles. Con este tipo de actividades la motivación e implicación de los alumnos es muy distinta. Sienten que buscar información, aprender a procesarla, tener que construir algo nuevo con ella y utilizar múltiples mecanismos de comunicación y de elaboración de productos con diferentes herramientas y formatos es mucho más enriquecedor que una actividad de escuchar o leer y luego intentar reproducir lo que uno recuerda para ser evaluado.

¿Cuales son los errores más comunes que se cometen?
Querer reproducir exactamente lo que ya hacemos presencialmente en una clase tradicional. La tecnología tiene que servir para complementar, para ampliar, para usar otros medios que nos den alcance a cosas que no podríamos tener de otra manera, o que tardaríamos mucho más en obtenerlas. La tecnología nos puede permitir simular la realidad, estimular otros sentidos usando variedad de medios (audios, vídeos, imágenes, simulaciones, animaciones, etc.). En educación, nos hemos basado y todavía nos estamos basando en un mundo demasiado textual. Quizás antes era más complejo y caro el uso de otros códigos, pero hoy en día las TIC nos están facilitando ese paso a un mundo más multimedia, multiformato, multicanal. En definitiva, con un efecto multiplicador apasionante.

¿Qué tres pautas daría a los profesores para escoger aplicaciones útiles en clase?
Que seleccionen aquellas que les ayuden a motivar y hacer disfrutar del aprendizaje, que les permitan también hacer un seguimiento del progreso de sus estudiantes y a personalizar su formación, que fomenten la colaboración y construcción de nuevos conocimientos, y que les faciliten la contextualización o escenificación de las actividades educativas para dar un mayor significado al aprendizaje.

Algunos profesores son reacios aún a la utilización de las TIC, ¿Por qué cree que esto sucede?
Es natural, cualquier cambio provoca entusiasmo en algunos y reticencias en otros. A veces se debe al propio desconocimiento y al temor a no saber cómo utilizarlas, y en otras ocasiones es una simple resistencia al cambio, quizás escepticismo, o incluso comodidad, nos cuesta salir de nuestra zona de confort: “si siempre lo he hecho así y me funciona, ¿por qué tengo que cambiarlo?”. No nos engañemos, un buen dominio de la tecnología requiere tiempo, formación y práctica, y no siempre estamos dispuestos ni abiertos a invertir nuestro preciado tiempo en ello.

¿Y cómo se puede solucionar esto?
Para empezar, involucremos a los alumnos a responsabilizarse de la formación y acompañamiento tanto de sus docentes como de sus colegas. Conozco iniciativas muy interesantes de escuelas que crean un grupo de alumnos expertos en el uso de las TIC: reciben formación específica, se ocupan de elaborar tutoriales para todos cuando una nueva aplicación se pone en marcha, buscan nuevas aplicaciones que los maestros solicitan para resolver problemas concretos, actúan como tutores apoyando tanto docentes como compañeros, y se responsabilizan de difundir entre toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, las metodologías y las estrategias de aprendizaje que usan en la escuela, así como los resultados obtenidos con el uso de las tecnologías. Los resultados obtenidos son excelentes.

¿Cómo cree que deberían formarse los profesores para estar actualizados respecto a las TIC?
Es necesario que se formen en el ámbito de la educación y las TIC, que participen en investigaciones lideradas desde las universidades y las administraciones para mostrar los beneficios e impacto de éstas en el aprendizaje, y que construyan mecanismos de colaboración y trabajo en equipo internos, pero también entre distintos centros.
Algunas iniciativas y asociaciones que se iniciaron hace pocos años en este sentido están cada vez tomando más protagonismo, en las que son los propios profesores que han experimentado primero con las tecnologías y han obtenido buenos resultados los que forman a otros docentes y compañeros de profesión.
A estas iniciativas hay que añadir la formación informal que se establece mediante las redes sociales, un fenómeno emergente, el de las ecologías de aprendizaje. Cada vez más los docentes están buscando establecer conexiones en red, con el objetivo de compartir buenas prácticas, de establecer contactos con otros colegas con similares problemáticas y organizar debates sobre temas de común interés. Todo ello enriquece su desarrollo profesional docente y es el detonante de que configuren poco a poco su propia ecología, incluso a veces sin ser conscientes.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/lourdes-guardia-las-tic-tienen-que-provocar-un-efecto-amplificador/

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Entrevista: Si tu hijo te dice que no quiere ir al colegio, ¡escúchale!

El candidato al llamado Nobel de los profesores revela la receta del éxito de siete escuelas que están revolucionando el sistema educativo español.

Europa/España/13.12.2016/Autor y Fuente:http://www.lavanguardia.com/

Tras convertirse en todo un referente en su profesión con la publicación del libro La Nueva Educación y la obtención de varias distinciones, el maestro zaragozano César Bona (Ainzón, 1972) ha visitado siete escuelas que están revolucionando el panorama educativo español. En estos centros, adscritos a un proyecto pionero dirigido por la Fundación Ashoka, lo más importante no es que los alumnos aprueben, sino escucharlos, motivarlos y formarlos para que sean personas socialmente responsables. En algunos de ellos no hay deberes ni exámenes; en otros, las materias nacen de las preguntas que formulan los propios niños, y tienen como común denominador el promover valores relacionados con el compromiso social en detrimento de la competitividad feroz que domina el mundo actual.

Con gran modestia, Bona asegura que no le gusta que le digan que es el mejor maestro de España, a pesar de que su labor le ha hecho merecedor de dos premios del Ministerio de Educación, quedó entre los cincuenta mejores profesores del planeta en el galardón internacional Global Teacher Prize –llamado Nobel de los profesores- y la mismísima Jane Goodall, primatóloga, Premio Príncipe de Asturias y Embajadora Mundial de la Paz, le pone como ejemplo de pedagogo fuera de serie.

Pero no todo son elogios. Los planteamientos del docente también han levantado ampollas entre algunos de sus colegas de profesión con una visión más convencional de la educación. Muestra de ello es el libro de Alberto Royo Contra la nueva educación. Pero a pesar de las críticas, César se mantiene firme en su compromiso por una educación mejor y más humana. También reconoce que “ha sido un regalo” este paréntesis que se ha tomado en su carrera como docente –está de excedencia desde 2015 de la escuela pública donde trabaja – con el objetivo de difundir cómo es el día a día en los centros educativos que protagonizan su nuevo libro: Las escuelas que cambian el mundo. Porque una nueva educación no es un sueño, es una realidad.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa como alumno?

Supongo que los mismos que tienen los lectores que nos leerán: el ir a la escuela, tener que leer un libro de texto y, luego, soltarlo en un examen, olvidarte e ir al siguiente tema; lo que sigue sucediendo ahora años después. Y, claro, las cosas van cambiando en todos los ámbitos de la vida y la educación no debería ser diferente.

¿Cuál es el fallo de la educación convencional?

Nos tenemos que dar cuenta de que somos seres sociales, pero seguimos educando a seres individuales. Es necesario que el conocimiento ya no parta solo del maestro, sino que sea un factor compartido y no sea usado exclusivamente de forma individual.

¿Qué carencias educativas arrastramos la generación EGB?

Sobre todo sociales. Si echas la vista atrás, ¿qué importancia se le daba a las relaciones humanas en la escuela en la que nosotros vivimos?¿O qué cultura ecológica se nos inculcó?¿Cuántas veces escuchamos cuando éramos niños que las diferencias entre nosotros enriquecen? Vida y Escuela han de ser indisolubles.

La actriz Anabel Alonso presentará el concurso 'Yo fui a EGB', que se estrenará el 21 de diciembre en TNT
La actriz Anabel Alonso presentará el concurso ‘Yo fui a EGB’, que se estrenará el 21 de diciembre en TNT (TNT)

¿En qué consiste el proyecto ‘changemarker’ al que están adscritas las escuelas en las que se basa su nuevo libro?

En escuchar a los niños, porque tienen mucho que aportar, invitarles a mirar a la sociedad donde viven e intentar mejorarla. Se trata de convertirles en agentes de cambio. Los alumnos de estos centros celebran asambleas, deciden qué colegio quieren. Y esto no significa que se suban a las barbas, sino que están más a gusto en un lugar donde pueden tomar decisiones, algo que nos sucede también a los adultos.

Usted critica que en el sistema imperante se escucha poco a los alumnos.

En realidad no es una crítica, es un hecho. Los niños y niñas en la escuela siguen recibiendo información que luego van a tener que repetir. La educación tiene que evolucionar: lo más importante para educar o enseñar es escuchar.

¿Qué diferencias hay entre los siete centros ‘changemarker’ de España?

No todos hacen lo mismo. Tenemos, por ejemplo, una escuela rural en Zaragoza –Alpartir, que tiene 39 alumnos- con una relación maravillosa con el pueblo que la acoge: los vecinos de la localidad entran en el colegio y los niños participan en el Ayuntamiento.

Interesante.

En el instituto de Sils (Gironès) y en la escuela Sadako (Barcelona) tienen muy en cuenta el compromiso social. En el colegio O Pelouro, de Galicia, conviven niños de distintas capacidades y no se tienen en cuenta las etiquetas. En el centro Padre Piquer, en Madrid, los chavales de secundaria, bachillerato y FP evalúan a los profesores -también su nivel de empatía-.

Se aprende lo que se siente

¿Qué otras singularidades de estas escuelas le han llamado más la atención?

En Amara Berri, en San Sebastián, los niños rigen sus propios medios de comunicación y comparten sus proyectos y trabajos con los demás compañeros y con la sociedad. Otro ejemplo es el curso de mediación de conflictos de segundo de ESO que imparte la escuela Sadako. En este colegio los mayores apadrinan a los pequeños creando una relación muy especial. Además, es maravilloso ver cómo proyectos que pueden durar semanas nacen de una pregunta sencilla de un niño.

¿Otras peculiaridades interesantes?

En Amara Berri no se les enseña a hacer operaciones de matemáticas para que luego las plasmen en un papel, sino que las aprenden a través del juego: van a su tienda donde hacen de tenderos, negocian, compran pescado, galletas… ¡Que es como realmente aprenden los niños! En La Biznaga (Málaga) deciden todo por consenso en asambleas y da gusto verles hablar.

Pero la escuela no es un juego.

Cuando la gente lea “aprenden jugando” pensarán que estos centros desvirtúan la educación, y es justo lo contrario: lo que nos sucede es que miramos a la infancia con ojos de adulto y se nos olvida cómo aprenden los niños.

¡Ilumíneme!

Deja un niño suelto y obsérvalo un rato y verás como siempre tiene la curiosidad a flor de piel. Tenemos que saber aprovechar la esencia de los niños -curiosos, creativos…- para sacar lo mejor de ellos.

Alumnas de una escuela de primaria escriben mensajes de despedida en la pizarra de su aula al finalizar las clases
Alumnas de una escuela de primaria escriben mensajes de despedida en la pizarra de su aula al finalizar las clases (Archivo LV)

¿Y memorizar?¿También es importante para la educación?

Sí y tenemos que saber estimular y usar la memoria, pero no podemos olvidar que se aprende también lo que se siente. Lo que sucede en nuestro sistema educativo es que se busca que los chicos den una respuesta que previamente les hemos dado. Ahí está la clave: si tú te implicas en el proceso, te quedas mejor con lo que aprendes.

¿Cómo se evalúa en estos centros?

Evaluar es importante en la vida: evaluamos constantemente cada día lo que hacemos, aprendemos de los errores, al igual que hacen los niños de estas escuelas, donde hay buenos resultados académicos y sociales, que es una parte no menos importante.

¿Pero hay exámenes?

En algunos sitios, sí; en otros, no. Pero en cualquier caso el aprendizaje sí existe.

Pero al acabar el instituto o en la universidad tendrán que pasar todos ellos exámenes.

Todos estos alumnos están preparados para la vida y para pasar pruebas porque es mucho más fácil volcar la información en un papel cuando sabes buscarla. La diferencia es que normalmente se enseña a decir: “Mira, tú tienes que estudiar esto para mañana y luego me vas a demostrar que te lo has aprendido”. A los dos días eso está olvidado. Pero aquí se les invita a investigar, a compartir con los compañeros, a debatir, y eso se queda dentro. Otra cosa es el tema de la reválida…

Decir que a la escuela se va a aprender y no a ser feliz es un error

¿Qué opina de la reválida que establece la Lomce?

La reválida es un viaje en el tiempo, pero hacia atrás. Si realmente piensan que poniendo más exámenes se va a conseguir mejorar la calidad educativa están cometiendo un error: miles de estudiantes se quedarán fuera del sistema educativo. Si pretenden eso, lo conseguirán.

Hace unos días usted fue recibido por el recién estrenado ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. ¿Le trasladó sus reticencias a la nueva ley?

Estuvimos hablando un rato. En cualquier caso, no creo que fuera nada trascendente.

¿Pero le mostró su incomodidad por la reválida?

Sí, como cualquier maestro…

Pero usted no es como cualquier maestro. El Ministerio de Educaciónse refiere a usted como “el mejor profesor de España”.

No, yo no me considero el mejor de España. Y esto como titular ni se te ocurra ponerlo porque no me considero así, porque hay muchos profesores que he conocido que son maravillosos. Fui allí como un maestro y le dije (al ministro): “Que sepas que cuando se marchó Wert, todos sentimos una mezcla de esperanza y de alivio”. A ver si escuchan a los maestros, a las familias y a los niños. Así empezaría a cambiar la cosa.

¿A favor o en contra de los deberes?

Estoy a favor de que los niños tengan tiempo para sí mismos, para incluso aburrirse. ¿Qué tiene de malo aburrirse? Los niños tienen derecho a disfrutar de su infancia y las familias, de sus hijos. Habrá niños que quizá necesiten algo de repaso, otros que solo necesiten investigar, pero si hubiere deberes, debería ser para que los niños investigaran o para completar lo que hacen en clase. No tienen la culpa de que el currículo sea largo. ¡No tienen que acabar en casa lo que no da tiempo de hacer en clase!

Los deberes en casa, a debate
Los deberes en casa, a debate (Getty Images/Catherine Delahaye)

De hecho, muchos padres se quejan de que no tienen fines de semana por culpa de los deberes.

La gente desea que llegue el viernes para tener tiempo libre, pero muchos niños no lo tienen. “¿Tenéis dos días? ¡Tomad caña!”. Pero lo que no veo bien es que se haga una huelga contra los deberes porque para mí es un error. Secundaría un diálogo, pero esta huelga, no. No es acertada. Ya estamos otra vez enfrentados: padres y maestros…

¿Qué piensa sobre las críticas que ha recibido su propuesta educativa, como la que plantea Alberto Royo en su libro ‘Contra la nueva educación’, donde acusa a su modelo de despreciar el conocimiento y la cultura y apostar por la felicidad ignorante?

Primero, le felicito por la tipografía de su libro porque es copia exacta del nuestro; segundo, decir que se desprecia la cultura y el conocimiento es no tener ni idea de educación, es tener los ojos cerrados, es querer vivir en una educación de hace 30 o 40 años; tercero, decir que a la escuela se va a aprender y no a ser feliz es un error; y cuarto, estar en contra de la evolución es una equivocación.

¿Ninguno de los antiguos dogmas del sistema educativo son útiles?

Hay cosas que se hacen hace 40 años que sirven perfectamente ahora. No hablo de innovación, sino de sentido común. Que los niños se sientan implicados en su propia educación, que se sientan escuchados y queridos. Una obviedad tremenda.

¿Qué se consigue con ello?

Que los niños y niñas tengan ganas de volver al día siguiente, dejarles con ganas de aprender. Ahí entra también el tema de los deberes, por supuesto. Si estás saturado con tu trabajo, es imposible que al día siguiente vayas contenta y con ganas. A los niños les sucede lo mismo. Es lógico.

Sí.

Seguramente hoy habrá miles de padres o madres que lleguen con su hijo a casa y le digan: “Ahora tienes que hacer extraescolar, deberes, no se cuánto más y, luego, a cenar y a dormir. ¡Y la infancia vuela! No tengo hijos pero cuando los tenga, disfrutaré de ellos: pondré la pausa y los llevaré al parque, a la biblioteca, a la librería y no sólo aprenderán, también vivirán.

Y si mi hijo por la mañana me dice: ‘¡Mamá, no quiero ir al colegio, es que no quiero!, ¿qué es lo que falla?

¡Escúchale! y estate un buen rato hablando con ella. Pregúntale: “¿por qué?¿qué ocurre?”. Habla con la maestra o el maestro y dialoga todo lo que sea necesario. Al día siguiente tenéis que conseguir que el niño vuelva al colegio con ganas. La motivación por la escuela ya está en todos los niños, hay que saber cómo encontrarla.

Pasadas las Navidades, muchos padres empezarán a buscar escuela para el curso que viene, ¿qué les aconseja?

Antes los llevábamos en el colegio más cercano, ahora existe más interés en ver qué tipo de educación se ofrece en cada centro. Y esto significa que la gente está más preocupada por la educación de sus hijos. Hay padres que preferirán una educación más clásica y, otros, una educación que tenga en cuenta el compromiso social. Pero si yo tuviera que llevar a mi hijo a una escuela, sería un lugar donde participara en la sociedad, se le invitara a mirar su entorno e intentar cambiarlo y mantuviera intacta la curiosidad innata de los niños.

Fuente:

 http://www.lavanguardia.com/facebook-ia/20161128/412108186383/entrevista-cesar-bona.html

Imagen: http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/11/23/Recortada/img_rquelart_20161123-130136_imagenes_lv_propias_rquelart_cesar_bona-k4YE-U412108186383J9C-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Entrevista: El sistema educativo está rezagado.

Centro América/Nicaragua/13.12.2016/Autor y Fuente:http://confidencial.com.ni/

Al doctor Carlos Tünnermann le sorprendió la noticia de que la UNAN-Managua eliminaba el examen de admisión para 22 carreras y dos técnicos superiores. Pero no solo eso. Las autoridades universitarias anunciaron que basta la nota mínima, sesenta, como requisito de ingreso. En toda una vida como educador, exministro de Educación y exrector de la UNAN-León, jamás había visto, dice, una medida no “muy acertada”.

La decisión de la UNAN-Managua, a juicio de Tünnermann, no solo revela la crisis de calidad de la educación superior, sino que deja entrever un sistema educativo “desfasado”. Pese a que ha habido propuestas para enderezar el rumbo, desde que el comandante Daniel Ortega llegó al poder en 2006, solo han existido “estrategias educativas” cuyos resultados no pueden ser auditados.

El educador esboza un panorama poco prometedor en la educación, pero también propone una posible salida en esta entrevista con Confidencial.

La semana pasada la UNAN Managua canceló los exámenes de admisión para 22 carreras y dos técnicos superiores. ¿Cómo valora esta medida?

La medida me parece que no fue muy acertada. La excusa de las autoridades es que son carreras pocas demandadas. Algunas de ellas tenían que suspenderse a veces por falta de alumnos, y se trata de carreras científicas. No es la mejor solución, porque va en detrimento de la calidad. Van a aceptar en esas carreras, a fin de estimular la matrícula, a alumnos que no necesariamente hagan el examen de admisión y que tengan el promedio mínimo de sesenta. Son alumnos que no tienen garantías de su formación en la secundaria. En consecuencia, serán alumnos que no sabemos si van a poder rendir. Podría ser que ingresen, pero al cabo de uno o dos años no sigan por su formación deficiente. La calidad de la educación superior es un asunto clave. Los países que no cuentan con una educación de calidad que supla las necesidades de la sociedad, no tienen los recursos humanos calificados que les permitan ingresar al mundo competitivo y de mercados abiertos que ahora tenemos por la globalización, con el equipamiento intelectual para competir. Los países menos desarrollados estarían en mayor dificultad.

La calidad de la educación superior hay que examinarla no aisladamente. Es un concepto que se tiene que ver de forma integral. Es la calidad de todo el sistema educativo: del preescolar, de la primaria y de la secundaria. Por lo tanto, la preocupación debe ser por elevar todo el proceso educativo, desde su inicio y hasta su culminación.

¿Cuál era el objetivo de tener exámenes de admisión, si algunos expertos dicen que no subsanaban este déficit, porque quienes hacen la prueba y no quedan en carreras populares, como medicina, son enviados a estas opciones poco demandadas?

Aquí se ha dado un fenómeno recurrente: el alto fracaso de los bachilleres en los exámenes de admisión. Con esta medida a lo mejor pretenden disminuir ese porcentaje, pero eso no resuelve el fracaso de los exámenes de admisión. Fracasan principalmente en asignaturas claves, como matemática, español y ciencias. La calidad educativa es un concepto muiltidimensional que comprende la calidad de los docentes, la calidad de los directores de los centros, la calidad de los estudiantes, la calidad de los materiales educativos, principalmente de los textos, la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, la calidad de los diseños curriculares y la calidad de los ambientes educativos. Hay que ver la calidad como una cultura, no de forma episódica, cuando es medida por evaluaciones.

Usted describe un ciclo: malos alumnos que vienen a estudiar pedagogía, no necesitan hacer un examen y vuelven a la secundaria a enseñar. ¿Ante qué estamos?

Eso es lo más lamentable de la decisión, porque afecta la carrera para la formación de profesores, y es donde más necesitamos la calidad. Debemos formar profesores de secundaria y primaria con altos estándares. Nicaragua es de los pocos países que quedan en Latinoamérica donde los maestros se siguen formando en escuelas normales de nivel medio, salvo una de ellas, que ha sido elevada a nivel superior. Hace muchos años vengo promoviendo que las escuelas normales sean elevadas de rango, o bien que demos un paso más adelante, como lo hizo Honduras: elevó las normales y creó la universidad pedagógica, donde se forman a nivel universitario los maestros de primaria, secundaria, administradores, los supervisores, directores y los especialistas en educación preescolar y especial.

¿Cuál es el balance que hace del sistema educativo actual, no solo superior sino global?

No hemos logrado los avances en los años que han transcurrido, como lo han logrado países vecinos. Tenemos varios serios problemas, y uno de ellos es que no hay una política educativa de mediano y largo plazo; una que se haya definido después de un gran consenso nacional con participación de todos los sectores del país interesados en la educación. Estoy hablando de padres de familias, maestros, estudiantes, administradores de la educación, y los empresarios, que tienen interés que salgan de las universidades graduados que satisfagan las habilidades requeridas.

Aquí hubo un intento de plan de educación, 2009-2015, pero desafortunadamente se abandonó. Lo que hemos tenido desde 2007 han sido lo que llaman estrategias educativas anuales, diseñadas más con un sentido político. En la educación hay que desterrar la idea que los planes o políticas se hagan con un sentido político. Aquí se ha querido impresionar diciendo este va a ser el año que vamos a erradicar el analfabetismo. Incluso dieron cifras de que Nicaragua era un país victorioso sobre el analfabetismo: que se redujo a un 3.5%, lo cual fue luego desmentido por el INIDE y el FIDEG, que revelaron que era superior al 18%. Yo creo que anda rondando el 20%. Hubo otro programa llamado la Batalla por el Sexto Grado. Al final de esa estrategia deberíamos tener a todos los niños de Nicaragua con el sexto grado aprobado, pero después no se conocen los resultados de esas estrategias. Hay falta de información. Más tarde se anunció otra estrategia: la batalla por el ciclo básico, pero tampoco sabemos nada.

Tampoco hay un compromiso de los gobiernos en lo económico con la educación.

En el presupuesto que se propone para el 2016, lo destinado a educación no llega siquiera al 4% del Producto Interno Bruto. Hemos estado varios años con el 3.6, 3.7, 3.8% pero ni siquiera llegamos al 4%. Desde el año 1979, los ministros de educación de toda Latinoamérica, incluyendo Nicaragua, se comprometieron a que el año dos mil (entonces se veía como horizonte lejano) se estuviera invirtiendo en educación al menos entre el 7 y el 8% del PIB. Ya hay países en la región que lo hacen, incluso aquí en Centroamérica. Honduras y Costa Rica y Panamá invierten cercano a ese porcentaje. Pero Nicaragua se ha quedado ni a la mitad de ese porcentaje. Pero no basta invertir más.

Invertir más para hacer lo mismo sería un derroche de recursos. Sería para hacer algo diferente y para eso se necesita formar profesores en la pedagogía moderna, que aboga por la construcción del conocimiento con los estudiantes. Es decir, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, qué acento se ponga en el aprendizaje, no en simplemente en la clase, sino que los aseguremos que lo que el profesor trata de transmitir haya sido comprendido y asimilado por los estudiantes. La idea es que los estudiantes lo incorporen a su estructura cognitiva para que aprendan a construir su conocimiento. Esa son las teorías constructivistas contemporáneas. Necesitamos que haya un cambio en los sistemas pedagógicos. Lo que aquí ocurre es que los muchachos toman apuntes, hay copia que sacan de los textos, y luego los memorizan. Son evaluados en los exámenes con lo más cercano posible que respondan a lo que dijo el profesor. Pero eso no nos garantiza que al poco tiempo lo olviden y mucho menos que lo hayan asimilado. ¿Por qué insistir en eso? Porque el paradigma del siglo XXI es aprendizaje permanente.

Hay que aprender a aprender, porque las profesores van cambiando. Hay algunas carreras que se renuevan cada cinco o seis años, y si hay un profesional que no aprendió a seguir aprendiendo por sí mismo, va a ser un profesional obsoleto.

¿Estamos ante un sistema desfasado?

Es un sistema rezagado. En primer lugar no invierte lo suficiente: setenta dólares por estudiante al año. Es la cantidad más baja de toda Centroamérica. Le pagamos a los profesores el salario más bajo, ni siquiera es el promedio de la región, que es de unos 500 dólares para maestros de primaria. Con lo que le pagan a un profesor no pueden comprar la canasta básica, y se ven obligados a tener dos turnos y dar clases privadas. Eso provoca que no se preparen adecuadamente ni que atiendan a los estudiantes cuando les ponen aulas con setenta alumnos. Tenemos una serie de deficiencias que solo se podrían superar poniendo la educación como asunto prioritario. Con el convencimiento de que la mejor manera de salir del subdesarrollo es mediante la educación. Las familias pobres hacen grandes esfuerzos para educar a sus hijos, porque saben que la educación es lo único que puede romper el círculo vicioso de la pobreza.

Fuente: http://confidencial.com.ni/educativo/

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Se necesita un cambio en la universidad argentina

13 de diciembre de 2016/Fuente: diario hoy

Así se lo afirmó a este diario el miembro de la Academia Nacional de Educación, Alieto Guadagni. Además, aseguró que los sectores más desfavorecidos de la sociedad no pueden acceder a la educación superior, a la vez que cuestionó a la clase dirigente al decir que “le falta compromiso con el sistema educativo”

Lejos en el tiempo parece haber quedado la época de esplendor de la universidad argentina, cuando supo ser un modelo a seguir para los países de la región. Hoy, en un simple recorrido por las distintas casas de altos estudios que cubren el territorio nacional se puede ver la falta de acciones oficiales para generar un plan estratégico que dé respuesta a la inequidad y exclusión que se vive en la educación superior, que se ha transformado en un ámbito muy elitista.

En diálogo con este diario, el director del Centro de Estudios de la Educación de la Universidad de Belgrano y miembro de la Academia Nacional de Educación, Alieto Guadagni, señaló que “a la universidad argentina no van los pobres”. Además, aseveró que en nuestra sociedad “debe existir un examen de ingreso con cupo” destinado a aquellos “que quieran verdaderamente estudiar”. A su vez, cuestionó a la clase dirigente al decir que “le falta compromiso con el sistema educativo”.

—¿En qué estado se encuentra la educación hoy en la Argentina?

—Nuestro país ha vivido en las últimas décadas un proceso muy grande de deterioro y claramente aún no se notan mejorías. En los últimos 12 años, a pesar de un discurso que hablaba de la gratuidad, se puede decir que nunca se hizo tanto por privatizar la educación como en ese lapso. Solo en el nivel primario casi medio millón de chicos se fue de la escuela pública a la privada, algo que jamás había sucedido en nuestra historia.

—¿Qué es lo que se debe hacer para producir una mejoría en esta situación?

—Primero hay que cumplir simplemente con el calendario escolar de 180 días, algo tan simple como eso. Segundo, debe haber jornada escolar extendida para el 30 por ciento de los chicos de las escuelas públicas, como marca la ley. Comencemos por esto y se van a ver enseguida grandes cambios en la educación. Empecemos por cumplir lo que está en la ley, no inventemos cosas nuevas que no sirven para nada.

—Uno de los ámbitos más criticados en la sociedad es el universitario, por el bajo número de graduados. ¿Cuáles son los cambios que se deben hacer para modificar esto?

—La situación de la universidad merece un claro debate público que hoy la clase dirigente nacional no está dispuesta a dar. La Argentina es uno de los pocos países del mundo que tiene ingreso irrestricto. Este es un régimen por el cual todos pueden entrar, pero como no están preparados, después se reciben muy pocos de los alumnos que ingresan. La mejor manera de tener pocos graduados es tener el ingreso irrestricto en las universidades. Se torna esencial y evidente que en nuestro país debe existir un examen de ingreso con cupo.

—¿Qué ocurre con la clase baja en la universidad? ¿Cómo es su recorrido educativo?

—A la universidad argentina no van los pobres, no hay gente pobre en la universidad. No hay peor agravio al futuro de la gente humilde que el ingreso irrestricto. Hay que destinar dicho ámbito para aquellos que quieran verdaderamente estudiar. En la universidad pública gratuita, por cada alumno perteneciente al 20% más pobre de la población hay ocho que provienen del 20% más rico. Estamos generando un régimen de profunda desigualdad.

—¿Cómo afecta a la educación superior que la política esté tan metida en el desarrollo de las universidades?

—Meter la política partidaria en el seno de la educación, en este caso en las universidades, solo sirve para seguir deteriorando la instrucción en las altas casas de estudios, de eso no tengo ninguna duda. Sirve para cambiar el eje del debate y que no se discuta lo básico y central que es cómo hacemos para mejorar la educación en nuestro país. En el fondo, a la clase dirigente nacional le falta compromiso con el sistema educativo, y eso se torna evidente con sus acciones y actitudes.

—¿Qué es lo que se precisa entonces para producir un cambio sustancial en el sistema educativo nacional?

—Se necesita un profundo cambio en la mentalidad de los argentinos para salir de la crítica banal que muchas veces se realiza y así poder ir a fondo para cambiar y revertir este estado de la situación. A la clase dirigente le diría que preste atención a la escuela, principalmente a la escuela pública porque, sin una escuela pública fuerte y de calidad, no puede haber justicia social en la Argentina.

“Se está nivelando para abajo”

En otro de los tramos de su charla con este medio, Alieto Guadagni fue muy crítico con respecto al nivel educativo en el ámbito universitario nacional al sostener que, desde las propias autoridades, “se baja la vara, se baja el esfuerzo, cada vez se pide menos y eso marca un fuerte deterioro en el sistema educativo nacional”.

Guadagni, que también se desempeñó como ministro de Economía y secretario general de la Provincia durante la gobernación de Antonio Cafiero, expresó que “en la educación superior, como en otros aspectos de la vida, se está nivelando para abajo. Al no tener graduados, se buscan acciones que terminan nivelando para abajo y demacrando la educación”.

Para el experto, “esto lleva a una enorme desigualdad, donde de cada 100 chicos que ingresan a las universidades estatales apenas se reciben 27, mientras que entre las casas de estudios privadas de cada 100 chicos que entran se reciben 42, mostrando la disparidad existente”.

“La matrícula universitaria argentina tiene poca proyección hacia el futuro, no piensa para las próximas generaciones y las necesidades específicas del país, como sí hacen países como Cuba, Brasil o Ecuador. En Brasil, por ejemplo, la graduación universitaria es un 79% mayor a la nuestra y las carreras están dirigidas hacia la visión de país que se tiene a futuro. Tenemos que copiar alguna vez los buenos ejemplos”, resaltó Guadagni.

Fuente: http://diariohoy.net/politica/se-necesita-un-cambio-en-la-universidad-argentina-84384

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Entrevista a Hugo Juri: La educación sufre un terremoto en cámara lenta

13 de diciembre de 2016/Fuente: la voz

El rector de la UNC analiza por qué los estudiantes de otros países son exitosos en las pruebas Pisa y opina que, en Argentina, la educación ha perdido valor social.

Para el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, la educación en la Argentina viene sufriendo “un terremoto en cámara lenta”.

Y advierte que esta situación no sólo se vincula con el deterioro en la calidad educativa, sino también –y en esencia– con el hecho de que, al margen de lo que se declama, la educación ha perdido en el país su valor social como herramienta fundamental en la movilidad social y el desarrollo personal y colectivo.

“Pero ni la Argentina ni los individuos van a tener salida sin la educación”, asegura, al tiempo que enfatiza que para mejorarla hay que poner el foco en la formación y jerarquización de los docentes, así como en la inversión educativa.

En ese contexto, el rector y ex ministro de Educación de la Nación, analizó cuáles son las claves del éxito de los países asiáticos en las pruebas Pisa, cuyos resultados se conocieron hace pocos días.

Cuestión cultural

De acuerdo con Juri, el denominador común que comparten los países que vienen arrasando en las últimas pruebas Pisa se vincula a que “tienen una tradición, una cultura, en la que la educación es muy importante y muy valorada a nivel social, aunque buena parte de la población sean campesinos con muy pobre nivel educativo como China, o sociedades con muchísimos profesionales como Finlandia”.

Y subrayó que eso se da en países muy heterogéneos en otros aspectos, ya que algunos son capitalistas, otros comunistas; y en algunos las escuelas son sólo públicas, y en otros privadas y ­públicas.

El rector destacó que las naciones asiáticas, así como también los países de la ex Unión Soviética, como Estonia –que quedó en el top 3 en ciencia en las Pisa 2015–“hay una tradición de estudio, ya que antes el conocimiento era la forma de ascender socialmente y ahora también lo es para ascender económicamente”.

“Muchos de los padres son todavía muy pobres, pero tienen claro que aunque ellos estén cosiendo botones, aspiran a que sus hijos vayan a la universidad. Y como entrar es muy difícil, saben que para lograrlo les tiene que ir muy bien en la escuela”, explicó.

“Y a eso se suma que esos Estados también han decidido que los chicos tengan ocho horas de clase y deberes en la casa”, puntualizó.

Esfuerzo y decisión política

“Valoran altamente la educación, y a la vez tienen otra tradición vinculada al espíritu de sacrificio para lograr metas”, señaló Juri, al tiempo que marcó que el alto rendimiento que se observa en los estudiantes asiáticos en las pruebas Pisa, se replica en escuelas y universidades en California (Estados Unidos), donde también arrasan.

“Es cultural: en Asia o donde estén, hacen exactamente lo mismo”, subrayó.

“Además, otro factor fundamental son las expectativas puestas en el estudio que tienen las familias, los docentes y también los propios pares”, advirtió. “Hay presión social para andar bien en la escuela, y eso es muy importante”, dijo.

No obstante, el rector puntualizó que a los factores culturales se agrega la decisión política.

La clave del éxito finlandés, explicó Juri, se centra en la capacitación y jerarquización de los docentes, a lo que se suma el alto nivel educativo de la población. “La cultura está en la casa”, sostuvo Juri.

“Pero además, la carrera do­cente es la más difícil para ingresar, y el docente tiene el mismo prestigio y está igual o mejor pagado que los médicos o los abogados. A su vez, la mayoría de los maestros tiene un máster o lo está haciendo, y los mejores son los que enseñan en los primeros grados”, finalizó.“Esos países han tenido una estrategia nacional en la que han invertido para tener buenas universidades y para desarrollar la ciencia y la tecnología, y tienen claro que para cubrir esos puestos necesitan personas altamente capacitadas”, indicó.

En la misma línea, Juri destacó que el fenómeno de los países asiáticos es relativamente nuevo. “El boom es de los últimos 10 años, porque en los primeros exámenes Pisa ninguno de ellos aparecía en los primeros puestos. Pero se pusieron las pilas y tomaron la decisión”, señaló.

Sobre el caso de Singapur, que ocupó el primer lugar en ciencias, matemáticas y lectura en la última prueba Pisa, Juri informó que se trata de una ciudad-Estado con menos de seis millones de habitantes, económicamente muy rica, y que desde hace una década tiene una de las 10 mejores universidades del mundo.

“En mi opinión su caso no es tan sorprendente como el de algunos países pobres, con fuertes masas de campesinado, como Vietnam, que pasó a integrar el top 10 en las tres competencias. En Vietnam los sectores económicos más bajos tienen hoy mejores resultados en matemáticas que los sectores más altos de Buenos Aires”, afirmó.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/entrevista-hugo-juri-la-educacion-sufre-un-terremoto-en-camara-lenta

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Unicef: educación, principal igualador; destaca emergencia por diabetes

13 de diciembre de 2016/Fuente: excelsior

El organismo de la ONU señala que México ha sido pionero en implementar acciones en favor de la niñez

Tiene 70 años y no está en sus planes jubilarse, por el contrario, renueva su compromiso de ayudar a la niñez, particularmente a la más desfavorecida para que los gobiernos inviertan en su educación y haya una verdadera igualdad.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) cumplió ayer 70 años celebrando los logros, pero también renovando el compromiso para enfrentar los retos actuales y del futuro.

Se creó en 1946 para atender las necesidades más urgentes de los menores afectados por la Segunda Guerra Mundial, pero actualmente sigue habiendo niñas y niños cuyas vidas están en peligro por conflictos, crisis, pobreza, desigualdad y discriminación.

En entrevista, Christian Skoog, representante de Unicef en México, dijo que las tareas de apoyo de este organismo se rigen por reglas generales, pero siempre se adaptan al contexto de cada país, pues saben que no hay recetas únicas para atender a los menores de las 193 naciones donde tienen presencia.

A lo largo de los años se ha logrado reducir 50% la mortalidad infantil y la falta de educación, “pero sigue habiendo niñas y niños que mueren por falta de alimento, y también hay abandono escolar en países como Sudán”.

Los infantes han sido víctimas antes y ahora, pero un agravante en los tiempos modernos es que se les involucra y se les hace partícipe de los conflictos armados, lamentó.

Indicó que en México, como en el mundo, el objetivo es que se cumplan los derechos de las niñas y los niños como está plasmado en la Convención de 1989, la cual ha sido ratificada por todos los países miembros, a excepción de Estados Unidos.

“El reto es llegar a los más excluidos, a los más alejados, a los niños que viven en la sierra o la montaña en estados como Guerrero, y que no tienen las mismas esperanzas que los niños que viven en las mejores zonas urbanas”, destacó.

Christian Skoog subrayó que la educación es el principal igualador, pues eso les garantiza una vida más digna.

Por ello, además de buscar que todos tengan acceso a una educación de calidad sin importar los ingresos de sus familias, se trabaja para que no haya diferencia por género, ya que las niñas siguen siendo relegadas en algunas comunidades.

Destacó que en México se logró la Ley General de los Derechos de Niñas y Niños y Adolescentes, en el año 2014, y Unicef está apoyando para que cuanto antes se aplique en todos los estados.

Destacó que México ha sido pionero en acciones en favor de la infancia y ejemplo para otros países, por lo que se debe seguir avanzando, y en ese sentido celebró que las autoridades sanitarias hayan declarado emergencia sanitaria por la diabetes.

Y es que en México 30% de los menores tiene obesidad y ése es un factor de riesgo para tener diabetes, por lo cual las acciones que se emprendan desde ahora serán importantes para salvar vidas y ahorrar recursos.

“Hay que luchar desde varios ámbitos, cuidar que se alimenten bien, de manera sana, promover la actividad física, regular la venta de comida y bebidas chatarra y hacer conciencia en la población”, mencionó.

Insistió también en luchar contra toda práctica nociva que rompa con la niñez, como lo son el matrimonio y la maternidad infantil, entre otros factores.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/12/12/1133695

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