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Entrevista a Franco “Bifo” Berardi: Estamos entrando en la época de la extinción”

Por: Núria Navarro

El filósofo italiano alerta de que solo se puede evitar la caída apostando por la igualdad en la era poscovid.

Uno de los astros de la filosofía que no ha pedido tiempo añadido para reflexionar sobre las consecuencias del covid -ha firmado artículos y dado charlas en ‘streaming’ como la organizada por el Palau Macaya de la Fundació La Caixa– es el italiano Franco (Bifo) Berardi (Bolonia, 1949), un rebeldón que germinó en mayo del 68 y que llevaba tiempo avisando de que vivíamos en el interior del “cadáver del capitalismo” y no nos dábamos cuenta.

-¿Esta era la vía de salida del “cadáver”? ¿Una pandemia?
-Sí. Ha venido de una dimensión biológica, ha circulado por la órbita mediática y se ha insertado en la esfera psíquica, cambiando la perspectiva. Pero salir del ‘cadáver’ no es suficiente.

-¿Toca hacer limpieza?

-Toca inventar formas de sobrevivir que privilegien lo útil por encima de la acumulación del (abstracto) valor monetario. Pienso que salimos de la época en que la expansión era posible y deseable para una parte de la sociedad, y estamos entrando en la época de la extinción.

-¡No más malas noticias, por favor!
-Para perseguir la expansión, el capitalismo empezó a destrozar masivamente los recursos físicos del planeta y las energías nerviosas de los humanos. Puso las bases de la extinción. Cuando la depresión produzca efectos políticos de agresividad, enemistad y miedo, la extinción es probable.

-¿No hay vuelta de hoja?
-No, si no logramos permanecer en el exterior del ‘cadáver’, si aceptamos volver a la normalidad del mercado, del capitalismo, de la aceleración psicótica. La condición pandémica -sumada al cambio climático- es el momento de redefinir el horizonte de la economía, de la relación social, de la intimidad misma.

-¿Por dónde pasará la felicidad fuera de la idea de crecimiento?
-‘Felicidad’ y ‘crecimiento’ son términos incompatibles. Propongo que olvidemos palabras complicadas como ‘felicidad’. ¿Me permite reformular la pregunta?

-Adelante.
-La pregunta es: ¿por dónde pasará la satisfacción de las necesidades básicas de la comunidad?

-¿Y la respuesta?

-En lo que ya existe: en nuestro saber, tecnología y potencia de producción, pero enfocados al interés de todos. En los próximos meses –y años– nos veremos obligados a elegir entre una miseria creciente y la redistribución de la riqueza existente. Si una minoría explotadora pretende mantener sus privilegios, vendrán años de guerra civil en todos los lugares de la Tierra. ¿La manera de evitarlo? ¡La igualdad!

-¿Qué entiende por ‘igualdad’?
-No me refiero a la renuncia, sino a una percepción frugal del gozo y de la riqueza. ‘Riqueza’ es el placer de las cosas y de los acontecimientos, y sobre todo es el tiempo para gozar de lo que tenemos. La reconquista del tiempo –que paradójicamente ha posibilitado el covid– es crucial. Debemos de ser capaces de conjugar seguridad y sensualidad.

-Usted solía invitar a “reconocer el placer en el cuerpo del otro”. Y ya ve.
-Cuando pienso en el futuro, lo más difícil de imaginar es cómo percibiremos el cuerpo del otro en la calle, en el café, en la cama. Es probable que salgamos del distanciamiento social con un miedo instintivo al cuerpo del otro, a sus labios.

“Puede que la dimensión ‘on line’ nos recuerde a una época angustiosa y volvamos a la sensualidad”

-Como ocurrió en los años 80, con el sida.
-Fue una bomba psíquica, sí. Pero ahora puede también que se manifieste un poderoso movimiento de acercamiento y de sensualidad, porque la dimensión ‘on line’ se volverá un recuerdo de una época angustiosa, como un síntoma de la enfermedad. Aquí veo el germen de un verdadero movimiento cultural, estético y social.

-Afectos, trabajo, escuela y ocio, de momento, pasan por las pantallas.
-La pantalla es el lugar de la seguridad, pero es también el lugar de la anestesia, de la ablación de la sensualidad. ¿Podemos imaginar una humanidad que se libere definitivamente de la ternura física, de la seducción de los ojos, de los labios, de las manos que se tocan delicadamente?

-¿Puede usted?
-Yo no lo puedo imaginar, y punto. Si lo imagino, es la peor distopía: un mundo eficiente, exacto, perfectamente compatible con la matemática financiera, pero muerto. Me hundiría.

‘Colomba e corvo’, un collage de Bifo Berardi realizado durante el confinamiento.

-Cuando está hundido, pinta. ¿Qué motivo se ha repetido estos meses?
-Hay una imagen que vuelve en mi cabeza y en mis collages: el papa Francisco lanza dos palomas blancas para simbolizar el amor, la paz, la alianza con Dios. Un cuervo negro se acerca a la paloma y la devora. Yo soy ateo, pero cada vez que pinto esta imagen me digo que la casualidad da pie a fantasías estéticas aterradoras.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/la-contra/20200621/franco-berardi-estamos-entrando-en-la-epoca-de-la-extincion-7957744

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Andreas Schleicher: “Los docentes deberán cambiar su forma de enseñar en septiembre”

Por: Ana Torres Menárguez.

Andreas Schleicher (Hamburgo, 55 años), director de Educación de la OCDE y máximo responsable del informe PISA —que mide el nivel de conocimiento de los alumnos de 15 años de 75 países en ciencias, matemáticas y comprensión lectora— cree que la peor consecuencia del cierre de las aulas por el coronavirus es la desaparición durante meses del mayor igualador social: la escuela. En su opinión, es el único lugar donde todos los niños reciben el mismo trato, lejos de la situación personal que cada uno tiene en casa. “Allí ven otra forma de pensar, de actuar y hasta de andar… Aprenden el concepto de responsabilidad social”. Por eso, su máximo miedo es que la “fábrica social” en la que se han convertido los colegios se fracture.

Pregunta. Uno de los últimos estudios de la OCDE señala que uno de cada 10 estudiantes no tiene un escritorio en casa. ¿Cuál es la mejor solución para los alumnos más desaventajados, pasar al siguiente curso junto al resto de sus compañeros?

Respuesta. Es una pregunta complicada. Creo que hacer que la gente joven repita curso es probablemente la peor solución, porque además de perder un año, se les va a estigmatizar. Los sistemas educativos deben encontrar la forma de redoblar sus esfuerzos y analizar cómo pueden los alumnos con menos recursos en casa seguir aprendiendo. Hay una gran expectación puesta en los profesores y son ellos los que tienen que hacer de mentores, incluso de trabajadores sociales y estar en contacto permanente con sus alumnos.

P. ¿Puede ser problemático que en septiembre las aulas se encuentren con una proporción elevada de alumnos que no asimilaron bien los conocimientos del curso anterior?

R. En septiembre el entorno de aprendizaje y el ambiente de las aulas será más diverso que cualquier otro año. Habrá alumnos que vuelven entusiasmados, con muchos aprendizajes online que les habrán enriquecido, gracias al apoyo de sus familias. Otros llegarán desmotivados y ese es el reto, aumentar el refuerzo escolar para esos niños.

P. La reapertura de los centros lleva diferentes velocidades en Europa. Los expertos insisten en que cada mes crece exponencialmente la desigualdad.

R. El coste social del cierre de las escuelas es dramático. Diferentes investigaciones muestran que no es cada mes, sino cada día. Inevitablemente, la brecha de desigualdad va a aumentar y necesitamos encontrar fórmulas para mitigarlo: los estudiantes tendrán que dedicar más horas al estudio, habrá que involucrar a las familias… No hay una respuesta clara. Las familias con más recursos lo podrán compensar con clases extraescolares pagadas de su bolsillo. Lo que quieren las familias para sus hijos es lo que el Gobierno tendrá que asegurar para todos.

P. Teniendo en cuenta la crisis económica en ciernes, ¿es realista pensar que los Gobiernos van a priorizar el presupuesto educativo para asegurar ese refuerzo?

R. El futuro de nuestros países depende de la educación; las escuelas de hoy serán la economía de mañana. Desde que empezó la pandemia, el caso de China me ha impresionado. Una de sus prioridades fue la educación. El Gobierno lanzó una plataforma gratuita de aprendizaje en la nube con 7.000 servidores y 90 terabytes de banda ancha que permite que 50 millones de estudiantes se conecten simultáneamente. Apostar por la educación es una decisión que toda nación debería tomar.

P. ¿Es una cuestión de dinero o de voluntad política?

R. Efectivamente, esa medida ha costado mucho dinero y gran parte ha sido donado por compañías tecnológicas. Hay dos puntos de partida que son importantes. Desde el primer día, todos los profesores en China se involucraron con el uso de esa plataforma. No se limitaron a decir a los estudiantes que la usaran, sino que además los llamaron por teléfono diariamente para tener claras sus necesidades. Se prestó mucha atención a los estudiantes sin posibilidad de acceder a Internet y se les envió libros de texto y material dentro de un plan organizado por los centros.

P. ¿Por qué en países como España o Francia no se ha intentado lanzar ese tipo de plataformas cuando las ya existentes no tienen suficiente capacidad?

R. El Gobierno español ha hecho un gran esfuerzo por usar herramientas digitales y lo ha hecho bien en la búsqueda de aliados de la industria tecnológica. Creo que lo más difícil para ellos ha sido involucrar a los docentes, ahí es donde probablemente se deben concentrar los esfuerzos, en conseguir que los profesores sean parte activa en este cambio. La enseñanza online va a ser crucial en el futuro de la enseñanza, los profesores deberían esforzarse más.

P. ¿Cuál es su recomendación para que el trabajo estos días sea eficiente?

R. Como profesor, en estos momentos no puedes resolver los problemas tú solo, sino en equipo. En eso España tiene mucho trabajo que hacer. Según los resultados del informe Talis, los docentes españoles son de los que menos colaboran, trabajan de forma aislada en su aula. Solo el 24% declara participar en una red de colaboración para diseñar planes de docencia o compartir material pedagógico, frente al 40% de media de los países de la OCDE. Es importante respetar la autonomía de los docentes, pero en este momento hay que fomentar la cultura colaborativa y no estar esperando instrucciones de los Gobiernos, sino tomar la responsabilidad de la situación y contactar con colegas para poner en marcha medidas innovadoras. Los líderes de cada centro tienen que conectar a los profesores, crear comunidades y comités entre diferentes colegios. Uno de los resultados de PISA es que el 50% de los profesores a escala mundial no se sienten cómodos en el entorno de enseñanza digital.

P. Los datos de Talis dicen que solo el 59% de los directores desarrollan acciones para conseguir la colaboración entre docentes. ¿Quién debe mandar ese mensaje?

R. La crisis amplifica la necesidad de estar conectados. Ese cambio se debe iniciar desde la propia comunidad educativa. Los buenos líderes no están en los despachos decretando órdenes, están involucrados en la solución, de forma activa. El Gobierno al final está muy lejos de tener un efecto sobre lo que pasa en las aulas. Los profesores en España siguen muy pendientes de lo que dicta la Administración.

P. ¿Los docentes deberán modificar su forma de enseñar en septiembre?

R. Absolutamente. El gran precio que vamos a pagar por la crisis no es solo la pérdida de aprendizaje, sino la gente joven afectada por la desafección, la decepción y que ha perdido su confianza en el sistema educativo. Van a tener que escuchar más, detectar la necesidad de cada uno y diseñar nuevas formas de aprendizaje para encajar los diferentes contextos personales. No puedes volver como si nada hubiese pasado.

P. ¿Cómo se debe evaluar durante el confinamiento?

R. Debemos realizar la máxima evaluación posible. Educación y evaluación van de la mano. Cuando estás en la escuela sabes cómo está evolucionando cada estudiante, pero, cuando no les ves día a día, hay que usar herramientas online para ver si está aprendiendo. Soy muy optimista y creo que podemos ser muy creativos con nuevos formatos de evaluación.

P. ¿Se debe mantener la evaluación estos meses de confinamiento o poner el foco en proporcionar apoyo emocional?

R. Quizás haya que cambiar la naturaleza de la evaluación, pero insisto en que es importante mantenerla para poder seguir la evolución del alumno. De no hacerlo, los profesores se volverían ciegos y también es una forma de conseguir que los alumnos no desconecten.

P. Usted ha criticado que no haya una mayor colaboración público-privada para afrontar la crisis educativa por la covid-19.

R. La innovación educativa requiere colaboración entre lo público y lo privado y en España hay una cultura de confrontación entre lo público y lo privado. Parece que la educación es solo cosa del Gobierno y hace falta que la sociedad se involucre y aporte ideas creativas. Las empresas también tienen que tomar partido y proponer soluciones, por ejemplo, para las prácticas de los alumnos de Formación Profesional. El futuro del país depende de cómo se gestione esta crisis educativa.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/sociedad/2020-04-22/los-docentes-deberan-cambiar-su-forma-de-ensenar-en-septiembre.html

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«El coronavirus es un pedagogo cruel porque la única manera que tiene de enseñarnos es matando»: entrevista con Boaventura de Sousa Santos

«El coronavirus es un pedagogo cruel porque la única manera que tiene de enseñarnos es matando»: entrevista con Boaventura de Sousa Santos

Descrito como el «sociólogo de la antiglobalización», Boaventura de Sousa Santos es uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial.

Considerado uno de los grandes referentes entre los pensadores de izquierda, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos cree que el nuevo coronavirus es un gran pedagogo, eso sí, uno cruel.

Así nos lo presenta en su nuevo ensayo, «La cruel pedagogía del virus», en el que dice que la pandemia de covid-19 es la forma en el que nuestro planeta nos está diciendo basta. ¿Aprenderemos? Ese es el gran interrogante ahora.

Boaventura de Sousa Santos es director emérito del centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, en Portugal; investigador distinguido de la facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos.

Descrito como el «sociólogo de la antiglobalización», es uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial.

En su nuevo trabajo, el sociólogo reflexiona sobre todas las lecciones que nos está dejando este virus, que ha evidenciado las desigualdades de nuestra sociedad, de nuestro modelo de desarrollo, con el que Santos es muy crítico.

Un virus capaz de infectar a cualquiera, sí, pero que se ha cebado con los más vulnerables, con los pobres.

«El 30% de la población mundial tiene falta de agua», dice. «¿Cómo van a lavarse las manos? La poca agua que tienen la necesitan para comer y beber».

Lo que sigue es una síntesis de la conversación telefónica de BBC Mundo con Boaventura de Sousa Santos.

Desde varias esferas se ha usado una retórica belicista y se ha calificado este virus como un enemigo. Usted se refiere a él como un pedagogo cruel. ¿Cuál es la pedagogía de este virus?

Es virus es un pedagogo en el sentido de que nos está dando varias lecciones. El problema es saber si nosotros las vamos a escuchar y las vamos a aprender.

Es cruel porque la única manera que el virus tiene de enseñarnos es matando, matando a inocentes, y lo hace por miles y miles.

¿Qué nos está tratando de enseñar?

El virus es un pedagogo que nos está enseñando que la Madre Tierra no está satisfecha con el modelo de desarrollo que tenemos. Nosotros somos una parte muy pequeñita, ínfima, de la vida del planeta.

Solo representamos un 0,01% de la vida en el planeta, pero a pesar de eso nos disponemos a intentar destruir el resto de la vida.

Entonces la naturaleza se defiende, y nos está diciendo «así no, si siguen así, va a haber más pandemias».

Quote

Estamos desbaratando los bosques, contaminando el agua, minería a cielo abierto expulsando indígenas, campesinos… para una explotación de los recursos naturales sin límites… con un calentamiento global tremendo…

Y todo eso está desestabilizando los hábitats de los animales silvestres, y por eso vamos a tener más pandemias.

Otra cosa que está haciendo este virus es ponernos a pensar más sobre la capacidad del Estado. ¿Hay otra lección ahí?

En los últimos 40 años nos han dicho que el Estado es ineficiente, es corrupto, y que lo bueno son los mercados, que el mercado es el mejor regulador de la vida social.

Pero viene una pandemia, y nadie pregunta por los mercados. Nadie pide al mercado que los salve, que los proteja, se lo piden al Estado.

Esa es una lección muy fuerte, y si de verdad la vamos a aprender, entonces tenemos que reinvertir en educación, en salud, transportes e infraestructura que no tenemos.

En muchos países se ha privatizado la salud, en Estados Unidos, por ejemplo, ni siquiera existe un sistema público de salud. Me parece que esta es una enseñanza muy fuerte.

Otra lección es que me parece ha habido gobiernos, algunos de derecha o de extrema derecha, que se han revelado muy incompetentes para proteger la vida de la gente. Hablo de Inglaterra, de Estados Unidos, de Brasil, de India, y de otros países.

Son países cuyos gobiernos han creado una ecuación fatal entre la economía y la vida, y han dicho que la economía es más importante que la vida, y por eso se han resistido a ordenar confinamientos, han descuidado la gravedad de la pandemia, se han retrasado y ese retraso se ha traducido en miles de muertos.

El caso de Inglaterra es paradigmático. El señor Boris Johnson quería privatizar el Servicio Nacional de Salud, y después ese Servicio Nacional de Salud fue el que lo salvó. Esa es otra enseñanza: la vida es más importante que la economía.

Hospital en Iquitos, Perú.

El sociólogo dice que el virus ha sido más mortífero entre los que ya son más vulnerables, los pobres.

Otra lección muy importante es que el virus también nos ha mostrado que, al contrario de lo que muchos piensan, no es democrático para nada.

Es caótico, por supuesto. Entra e infecta a gente de todas las clases, es verdad, pero ¿a quién mata? Mata a los que ya son vulnerables, los pobres, los que no tienen acceso a la salud.

En ese sentido, como diría (Eduardo) Galeano, el virus muestra «las venas abiertas» del mundo.

Usted dice que como modelo social, el capitalismo no tiene futuro. ¿Qué escenarios nos deja esta pandemia sobre la mesa? ¿Cuáles son las alternativas?

La alternativa es empezar realmente por una transición que va a ser larga, no se puede cambiar la sociedad de un día para otro, sería una ruptura, una revolución, no estamos en tiempos de revoluciones muy radicales.

Lo primero es la matriz energética, que habría que cambiar rápidamente, es decir, ir a energías renovables.

En segundo lugar, las estrategias de consumo tienen que ser alteradas, particularmente la alimentación.

No tiene sentido que los países tengan que importar alimentos cuando los pueden producir dentro de sus fronteras. Llamamos a eso soberanía alimentaria y es fundamental porque si hay una crisis, una pandemia, y un país depende de la agricultura de otro país, eso puede significar hambre, y eso ha pasado.

Pastores recogiendo agua en un pozo en Senegal.

Según Boaventura de Sousa Santos, para la mayoría de la población del planeta es imposible seguir las recomendaciones de la OMS.

Ha pasado ahora, por ejemplo -un caso que conozco bien- entre Mozambique y Sudáfrica. Mozambique depende de los productos agrícolas procedentes de Sudáfrica y cuando se cerró la frontera se creó una crisis.

Y tenemos que empezar por una lógica de bien común. Hay productos que son un bien común y no deberían ser privatizados nunca. El agua por ejemplo, es un bien común que no debería ser privatizado.

Lo hemos visto en esta pandemia con una brutal crueldad. Por un lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la gente debe lavarse las manos, por otro, la gente se quedó sin empleo, y no podían pagar las facturas, entonces, las compañías cierran el agua.

En algunos países, en Centroamérica por ejemplo, los gobiernos tuvieron que suspender los cortes de agua por impago.

¿Está la globalización en tela de juicio? ¿Habrá un cambio de paradigma?

Puede, no creo que sea un cambio radical, pero muchos países están pensando realmente que hay que repensar la parte industrial, para que bienes esenciales estén disponibles en el país y no sean dependientes, como se ha visto, de China.

El sociólogo portugués cree que vamos a entrar en un período al que llama l pandemia intermitente.

No tiene sentido que el país más poderoso del mundo, que es Estados Unidos, no produzca guantes, mascarillas, ventiladores… cosas esenciales. Tenemos que relocalizar alguna industria de bienes esenciales.

La pandemia impuso cambios drásticos en nuestras vidas. En algunos países se decretaron cuarentenas severas. Las calles estaban vacías. ¿Cree que las sociedades están preparadas para vivir de otra manera, para una alternativa a esa vida de consumo constante?

Preparadas no están, pero lo importante es saber que somos capaces. Somos capaces de no ir al supermercado a todas horas, ni pasar el fin de semana en el centro comercial. Somos capaces, pero porque hemos sido forzados.

Lo importante es que la posibilidad existe, que hay alternativa para que la gente pueda cuidar de sus hijos, quedarse más en casa, consumir menos… pero porque las personas han sido forzadas de una manera cruel.

Ahora creo que deberíamos ver una pedagogía en eso, porque este modelo de desarrollo y consumo que tenemos nos traerá otras pandemias.

Madrid vacía por el coronavirus.

La pandemia mostró, según el sociólogo, que hay alternativa a la vida de consumo constante.

Vamos a entrar en un período al que llamo la pandemia intermitente, es decir, salimos a la calle, vamos a los bares, durante unos meses; después viene el invierno, las cosas empeoran… porque no sabemos cuándo vamos a tener una vacuna y además porque obviamente pueden surgir otros virus, quizás más mortíferos.

Es realmente mediante una acción política y una acción educativa que la gente debería prepararse de otra manera.

Nuestros productos están hechos para que duren poco tiempo. Un reloj podría durar toda la vida, pero la gente cambia de reloj según el color de la ropa. Esto, que llamamos la obsolescencia de los productos, es programada para que duren muy poco y gastar más recursos naturales.

Antes mencionó la recomendación de la OMS sobre lavarse las manos. Algo que hemos visto, y que usted señala en su ensayo, es que instituciones globales, como la OMS, hicieron recomendaciones que en realidad solo podían seguir una parte pequeña de la población. ¿Cree que estas instituciones de la gobernanza global están alejadas de las sociedades?

Lo están, porque son instituciones que realmente no reflejan la realidad, porque están especializadas.

La OMS no trata sobre la desigualdad, ese es otro departamento de la ONU y por eso hace las recomendaciones, pero no se preocupa de si la gente tiene la posibilidad de lavarse las manos.

Sabemos que el 30% de la población mundial tiene falta de agua, y de agua potable todavía más, y que para 2050 la mitad de la población no va a tener agua potable. Mucha gente, la poca agua que tiene, es para beber y cocinar, no para lavarse las manos.

Suburbio en Buenos Aires.

¿Cómo mantener la distancia social en zonas donde la gente tiene que vivir hacinada? Se pregunta Santos.

Por otro lado, la distancia física y sanitaria… ¿cómo? Si vives en villas miseria, en barriadas, en favelas donde en el mismo departamento tienes 10 o 15 personas.

¿Cómo pueden teletrabajar los uberizados que te entregan la comida? Yo puedo protegerme teletrabajando, pero alguien me va a traer la comida, y esa persona no está protegida.

Esto no puede seguir por este camino de vulnerabilidad.

¿Y cuál cree que es el papel de los intelectuales en este escenario de crisis y en el de la postcrisis?

Los intelectuales tienen que acompañar mucho las aspiraciones de la gente y trabajar no solamente en el medio universitario, sino en las comunidades.

Yo trabajo mucho en las barriadas de Colombia, de México, de Argentina, de Brasil, etc., con la gente, para aprender con ellos. No podemos ir con teorías de vanguardia diciendo que vamos a cambiarlo todo de un día para otro, porque no me parece que sea posible.

Creo que hay que ir despacio y tendremos que ser pedagogos de esta alternativa.

Yo aprendo más con los indígenas que con otros. En términos ecológicos, quienes me han enseñado lo que sí fueron los indígenas, y los campesinos. Son ellos los que saben cuidar a la Madre Tierra y ser un vocero.

Creo que los intelectuales deberían ser voceros de mucha voz silenciada en el mundo y que son voces de futuro, no son voces del pasado.

BBC

Fuente de la Información: https://www.bbc.com/mundo/noticias-53219916

 

 

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Carla A. Carvalho Gómez: «Es muy difícil reflejar con un simple número el esfuerzo que la mayoría de los niños han realizado este año»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Carla A. Carvalho Gómez, psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal web Hablemos de Neurociencia.

Llega el verano y con éste el final del curso escolar. Un curso que, sin duda, quedará enmarcado en nuestra memoria por el esfuerzo que ha supuesto para los menores y los docentes. Niños que, sin lugar a duda, nos han demostrado una fuerza, valor y entereza realmente admirable.

Muchos padres están expectantes por las calificaciones que sus hijos van a recibir este año. Esperan, realmente ansiosos, las notas que, en la mayoría de los casos, supondrá el paso a un nuevo curso e, incluso, el fin de una etapa escolar. ¿Qué debemos tener en cuenta? Hablamos con Carla A. Carvalho Gómez, psicóloga general sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal web Hablemos de Neurociencia.

Las calificaciones numéricas, en nuestro país, son la forma en la que los docentes reflejan el esfuerzo y desempeño en niños y niñas a lo largo del curso escolar, pero ¿son realmente válidas este año, que han perdido tantas clases presenciales?

Es muy difícil reflejar con un simple número el esfuerzo que la mayoría de los alumnos han realizado durante este año. Los docentes evalúan el esfuerzo académico basándose en variables observables, y este año con la crisis del coronavirus, esto ha sido imposible de realizar.

En una videollamada, es decir, a través de las pantallas es muy difícil observar determinadas cosas. Variables que, sin duda, en algunos casos suponen un punto de inflexión para los docentes.

El trabajo colaborativo ha sido uno de los grandes olvidados. ¿cómo vamos a evaluar este aspecto cuando los niños han trabajado solos desde casa? Otra de las cuestiones que no se han podido «medir» son las materias no correspondientes al ámbito curricular, pero que tienen grandes implicaciones posteriormente en el desarrollo de los niños. Por ejemplo, las habilidades sociales que se puedan desarrollar en el entorno escolar (en una clase, en el patio…). Habilidades que, en la mayoría de los casos, no se han trabajo dado el nulo o limitado contacto con sus iguales.

Muchas familias este año se han visto desbordadas y han dicho: «hasta aquí hemos llegado». Lo han intentado pero no lo han conseguido porque o bien no han tenido los medios suficientes, o los niños no han tenido ese acompañamiento de los profesores, tan necesario. ¿A qué puede dar lugar esto?

Por lo que vemos en consulta, hay muchos casos de alumnos que han visto sus expectativas truncadas por no alcanzar el rendimiento esperado. Situación que puede dar lugar a que este año aumente de forma significativa el fracaso escolar en nuestro país. Tendremos que observar los datos de final de año.

Es importante señalar que cuando hablamos de fracaso escolar, la pandemia, sin duda, ha agravado los casos de niños con necesidades educativas especiales quienes, en ocasiones, no han podido hacer frente a las demandas escolares por no disponer de los recursos necesarios.

En el aula, estos menores tienen garantizado el acceso a un trato más personalizado e individualizado algo que, durante el confinamiento, se ha visto limitado. Esto ha supuesto que, en muchos casos, los niños no hayan podido hacer frente a la situación; atravesando, incluso, algunos de ellos por graves situaciones de estrés y ansiedad ante las tareas escolares.

¿Cuál es el papel de la familia en este sentido?

La familia también tiene un rol muy importante en torno a este problema. Aunque si bien es cierto que la mayoría de ellas han respondido lo mejor que han sabido y podido a la situación, no debemos olvidar que no son expertos en la materia. Por lo tanto, no es de extrañar que en alguna que otra ocasión hayan tirado la toalla.

Sin embargo y, tal y como hemos explicado previamente, en esta crisis del coronavirus la familia ha ocupado un papel clave, pues han sido los padres los que han estado acompañando en todo momento a los niños durante este último periodo escolar.

Hecho que, ha desencadenado graves situaciones de estrés familiar. Situaciones que han dado lugar, entre otras cuestiones, a un mayor número de discusiones entre parejas, entre hermanos, etc. Padres y madres desbordados por tener que conciliar el trabajo junto a las labores del hogar… y al final, un menor no tan estimulado como debería. No ha resultado fácil para nadie, pero para familias con niños con ciertas necesidades educativas, menos.

De alguna forma, ¿qué es lo que más ha preocupado a las familias? Muchas se han quejado del modelo educativo que han visto estos meses en sus colegios.

A la situación inédita del coronavirus hemos tenido que añadir la utilización de métodos obsoletos y la falta de conocimiento de los docentes acerca de las Dificultades y/o Trastornos del Neurodesarrollo. Quizás, sea este último factor el que más ha preocupado a las familias que nos han llamado durante el confinamiento.

No obstante, hay que tener en cuenta que durante esta crisis los docentes han tenido que reinventarse. Hay que valorar que hayan utilizado herramientas e instrumentos para hacer frente a esta nueva situación y lo hayan hecho lo mejor que han podido. El sector de la educación se ha dado cuenta de que estas herramientas han llegado para quedarse, y transformar la educación por completo.

¿Qué es lo mejor que podemos hacer si somos una familia que se encuentra con unas malas calificaciones?

Como hemos repetido en más de una ocasión, no se trata de buscar culpables. No sé trata de saber sobre qué o quién recae el peso, más bien todo lo contrario. Ante esta situación, profesionales y familias debemos unir nuestras fuerzas con el fin de prevenir el fracaso escolar de los más pequeños y garantizar de esta forma un acceso a la educación centrado en las características y necesidades de los menores.

Por lo tanto, si estás esperando las notas de tus hijos e hijas, antes de nada, trata de responder a las siguientes preguntas: ¿ha hecho todo lo que estaba en su mano? ¿se ha esforzado lo suficiente? ¿podemos hacer en casa algo para mejorar la situación? ¿y en el colegio? Solo así podremos actuar en consecuencia.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-dificil-reflejar-simple-numero-esfuerzo-mayoria-ninos-realizado-este-202006300214_noticia.html

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Valcárcel: «El feminismo es una apelación al sentido común de la humanidad»

Por La Voz de Asturias

La filósofa Amelia Valcárcel ha hecho un llamamiento al movimiento feminista a desarrollar una constante argumentación ética para desarmar la moral del patriarcado según la cual no valen lo mismo los hombres que las mujeres. «Todas las sociedades han creído que los hombres y las mujeres no valen los mismo y esa idea tan arraigada requiere de una constancia ética para desarmarla», ha afirmado Valcárcel.

Ante un auditorio reducido a sólo 20 personas por las medidas sanitarias derivadas de la COVID-19, la filósofa ha pronunciado en Gijón la conferencia inaugural de la Escuela Feminista Rosario Acuña. Valcárcel ha dicho que el feminismo es «una apelación al sentido común de la humanidad», que está íntimamente ligado a la democracia como sistema político y es propio de sociedades abiertas. La relación entre feminismo y democracia es tan estrecha que si el sistema político se debilita, también se debilita el feminismo, ha destacado.

La catedrática de Filosofía ha explicado que las sociedades abiertas progresan en la idea de que «cada vez se pude conseguir algo mejor, pero si en esa mejora general no se contempla el feminismo no salen las cuentas». Ha añadido que «la democracia opera sobre una sucesión de grupos en el que cada grupo tiene su propia idea de la moral» y en ese esquema se tiene que mover el feminismo para defender que «la igualdad es un bien que no se le puede negar a las mujeres». Valcárcel ha considerado que el feminismo ha sido el motor del «gran cambio del siglo XX» y ha abogado por desarrollar «sociedades de apego que recuperen el concepto de virtud».

La filósofa ha estado acompañada en el acto inaugural por la alcaldesa de Gijón, Ana González, que ha valorado el papel de la Escuela Rosario Acuña en la lucha por la igualdad de género. González ha reconocido que en este campo se han producido «algunos avances», pero insuficientes para cambiar el «estamento patriarcal desigual que vertebra en todo lo demás». La alcaldesa ha considerado necesario el debate sobre el feminismo «para quitar los velos que ocultan la realidad social».

Fuente: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/gijon/2020/07/01/valcarcel-feminismo-apelacion-sentido-comun-humanidad/00031593632770216815370.htm

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Carme Tello: «Es muy importante la creación de juzgados específicos contra el maltrato en la infancia y la adolescencia»

Por Aika Educacion

El pasado 9 de junio fue aprobada en España la nueva Ley de Infancia. Una ley que nace para salvaguardar los derechos de niños/as y adolescentes y que ha conllevado años de trámites para su aprobación. La Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil (FAPMI) es una de las organizaciones que trabaja de manera constante para la prevención del maltrato infantil.

Tras años de diálogo, la nueva Ley de Infancia es una realidad. Ahora llega el momento de la tramitación parlamentaria para su próxima entrada en vigor. Carme Tello, presidenta de FAPMI-ECPAT, analiza el anteproyecto de ley y valora cómo debería dotarse para su puesta en práctica.

La aprobación de esta nueva Ley de Infancia tiene detrás muchos años de trabajo, ¿qué balance puede hacer del resultado?

En principio es un buen anteproyecto de ley. Para implementarla es necesario dotarla de recursos económicos. Es importante que tengamos en cuenta este factor porque si no corremos el riesgo de que se apruebe una ley con muy buenas intenciones, pero nada operativa en la práctica.

La ley no hace referencia explícita a los abusos sexuales intrafamiliares, teniendo en cuenta que es el 85% de los casos de abusos, ¿cree que debería haberse dado un mayor peso siendo una problemática tan grave en España? ¿Cómo se puede corregir?

El abuso intrafamiliar es el más oculto porque se corre el riesgo de que “lo que no se ve no existe”. Un factor importante para no darle visibilidad es que cuesta entender que las personas que son las que deben cuidar y querer, sean los agresores. Es muy importante que las señales de maltrato intrafamiliar se puedan detectar tanto a nivel de las escuelas como pediatría, espacios lúdicos y deportivos y sean denunciados con una pronta intervención.

Algunas expertas señalan que esta ley choca con la Ley de Violencia de Género. ¿Considera que debería hacerse una revisión?

No entiendo dónde está el choque entre las dos leyes. Justamente, el tema está en la poca protección ante el maltrato, la negligencia y el abuso sexual en la infancia y adolescencia. Durante el confinamiento por la COVID-19 se ha comentado mucho el maltrato contra las mujeres, pero muy poco el maltrato contra la infancia y la adolescencia. Del mismo modo que existen juzgados para la violencia contra las mujeres, es muy importante la creación de juzgados específicos contra el maltrato en la infancia y la adolescencia.

Sin duda, esta ley supone un gran avance, pero ¿cumple con el objetivo final de proteger a niños/as y adolescentes frente a la violencia?

Todo es mejorable y este anteproyecto también. Como primer paso es una buena ley.

Para que sea efectiva su aplicación, ¿cuáles considera que son las medidas imprescindibles para poder asegurar los resultados?

Es fundamental el compromiso de implementación económica para poder llevarla a cabo. También es importante el compromiso real de llevarla a cabo no solo por parte de los partidos políticos, sino de la sociedad civil en general.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/carme-tello-fapmi-es-importante-la-creacion-de-juzgados-especificos/

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Gregorio Luri: «Si a los niños pobres la escuela no les da conocimientos, ¿quién lo hará?»

Por Victor Saura

Esta entrevista se debería haber hecho a mediados de marzo, cuando Gregorio Luri presentaba su último libro, La escuela no es un parque de atracciones (Ed. Ariel), pero se metió la COVID-19 por medio. Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen, y los debates que aborda Luri en su libro son estructurales, y por tanto imperturbables a la pandémica coyuntura. Luri ha sido maestro de primaria y de educación especial, y profesor de filosofía en secundaria y de universidad. Poca gente puede decir lo mismo. Y durante la entrevista nos confiesa que «donde me he sentido más feliz es en la primaria, pero eso lo supe después», cuando sus inquietudes intelectuales ya la habían llevado del magisterio a la pedagogía y de aquí a la filosofía.

Nos encontramos en una terraza El Masnou, donde reside desde 1978, con mascarilla o distancia prudencial, y sin ninguna prisa para poner fin a la conversación. Un placer volver a la presencialidad, también en el periodismo, después de un trimestre de virtualidad.

El libro parte de la premisa de que hay un desprecio por el conocimiento …

Me parece obvio.

… pero los defensores de la escuela innovadora …

¿Qué es la escuela innovadora?

… de acuerdo, quienes se autodenominan innovadores no aceptan que se les atribuya este desprecio por el conocimiento, más bien defienden que se debe trabajar de otra manera.

Se debe trabajar de muchas maneras, no hay una manera canónica. Este desprecio puede tener muchas formas, como por ejemplo tildarlo de aprendizaje memorístico, o academicismo o cosas de este tipo. No es lo mismo actividad que aprendizaje. El gran ideólogo de la pedagogía activa del siglo XX, John Dewey, terminó admitiendo que toda su pedagogía de la experiencia carecía de una teoría clara de lo que era una experiencia educativa. Pero que quede una cosa clara: yo no pongo en cuestión las buenas intenciones de nadie. Yo no creo que haya, como a veces se dice, un intento de rebajar el conocimiento por no sé qué razones ocultas. Al contrario, estoy absolutamente convencido de que todo el mundo quiere hacerlo lo mejor posible y, además, creo que en las escuelas se trabaja mucho, en contra de lo que a menudo se dice. Pero, en mi opinión, sólo hay un aprendizaje cuando se ha producido una transformación en la memoria a largo plazo. Sin esta transformación no hay aprendizaje. Y no se puede defender lo que yo llamo conocimiento riguroso sin un prestigio de la memoria. Del mismo modo que pienso que tampoco se puede defender ignorando la relevancia de las asignaturas, no digo exclusiva, pero sí relevancia. Esto ya lo decía Vygotsky, un autor al que todos citan, pero que está mal leído.

Entonces ¿el principal problema es que no se trabaja la memoria?

No es eso. A ver, yo no conozco a nadie que no quiera tener más memoria de la que tiene, lo que digo es que, trabajes lo que trabajes, si no hay una modificación de la memoria a largo plazo no ha habido aprendizaje. Además, este contenido debe estar bien estructurado y, en el fondo, todo esto se manifiesta en el lenguaje, porque el lenguaje es la cultura en acto. Te doy un dato difícilmente rebatible: el 25% de nuestros adolescentes que terminan la educación obligatoria tienen graves dificultades de entender un texto mínimamente complejo. Si ves esto piensas que algo falla. Y, además, te diré que mi obsesión son los niños de las familias culturalmente pobres. Los otros tienen recursos para compensar estas carencias.

Los defensores de la escuela innovadora no discuten estas cifras y tienen la misma preocupación.

¡Es que yo me considero innovador! Es que esta dicotomía es falsa. Nunca ha habido un único modelo de escuela que merezca el nombre de escuela tradicional. Siempre ha habido una diversidad de experiencias escolares, y en la última parte del libro intento demostrarlo. Y yo soy un gran defensor de esta pluralidad de escuelas, y también defiendo que entre las diversas opciones haya un debate no sobre las intenciones -dando por supuesto que todos las tenemos altísimas-, sino sobre los resultados. Ahora mismo estoy trabajando con unas escuelas para ver cómo podemos rediseñar el concepto de lectoescritura para integrar lo que llamo las tres lenguas: la natural, la matemática y la musical. A mí eso me parece una propuesta innovadora.

Lo parece…

Y sí soy claramente militante de no confundir lo nuevo con el bueno. El diálogo socrático puede tener 2.500 años y no por eso es una metodología que no sirva. Y me rebelo contra el papanatismo de quienes creen que al ser innovadores ya no es necesario justificar que son buenos.

El aprendizaje basado en proyectos tiene cien años pero todavía es minoritario, ¿no?

¡Qué va! Pero si la que se autodenomina escuela innovadora por lo menos hace 50 años que es la ortodoxia pedagógica. Cuando yo hacía Magisterio en Pamplona ya nos hablaban de la escuela antigua y la escuela moderna… El glamour pedagógico lo tiene la ortodoxia. Ve a una facultad de Pedagogía a ver qué encuentras. Si lo que falta precisamente es debate entre las diferentes propuestas.

¿Todos estos otros métodos que quizás parece que desprecien el conocimiento no será porque ponen el foco en despertar el interés y la motivación del alumno?

La motivación es muy importante, eso es indiscutible, pero yo no creo que primero venga la motivación y después el conocimiento, sino que el conocimiento es la gran fuente de motivación. Difícilmente puedes estar motivado por lo que desconoces. Cuando hago charlas siempre pongo como ejemplo el segundo movimiento de la 2ª sinfonía para piano y orquesta de Shostakovich; si no lo conoces difícilmente puedes estar motivado para oírlo. Yo he descubierto motivaciones en la vida a las que me ha llevado el conocimiento.

Es verdad que hay un momento que haces un clic y descubres el placer de aprender.

¡Es que esto es fundamental! Ahora te haré una confesión que creo que nunca he hecho: hay incluso un componente místico (y laico) en mi concepción del aprendizaje. Me explico: si hay algo que crea reticencias es lo que llamo la deriva terapéutica de la escuela, más centrada en cuestiones emocionales que en la defensa del conocimiento, sólo hay que ver todo el énfasis que se pone en las competencias (que tampoco nos están diciendo nada que no supiéramos desde la famosa taxonomía de Bloom). Es cierto que somos poca cosa, que somos incapaces de muchas cosas y estamos rodeados de debilidades, pero podemos descubrir verdades eternas cuando el razonamiento lo hacemos en comunidad. El teorema de Pitágoras era verdad mucho antes de formularse, y lo seguirá siendo cuando desaparezca el mundo. Este es el gozo de la teoría, como decía Aristóteles, y como hay un disfrute mayor en el esfuerzo y en el descubrimiento intelectual, esto no le podemos quitar a nadie. La escuela debería ser este lugar del disfrute del aprendizaje. Porque la razón es común y nos permite que, siendo tan débiles como somos y siendo tan pendientes de nuestros límites, seamos capaces de descubrir conjuntamente verdades eternas. Para mí esto es absolutamente maravilloso y este es el componente místico del que te hablaba.

¿Y por eso dices que la escuela no es un parque de atracciones?

Ni creo que haya competencias generales, que forman parte de uno de los dogmas de la ortodoxia, ni creo que la actividad por sí misma sea siempre educativa. Yo digo que la memoria es el residuo que deja la experiencia del pasado. Si una actividad no ha dejado un residuo y, aún más, si este residuo no es lingüístico, algo se ha hecho mal en la escuela. Tú puedes pasártelo bien en un parque de atracciones (de hecho, a mí me gustan y si algo echo de menos por nuestros chicos es la posibilidad de que disfruten de más aventuras), pero la escuela debe dejar un residuo intelectual. Los niños pobres, si no lo logran en la escuela, ¿dónde lo harán? Yo sé muy bien cuáles son mis orígenes, y lo que quiero para mí lo quiero por los demás.

Efectivamente, este disfrute por el aprendizaje muchas veces lo alienta la familia.

Sí. Y ¿qué? Tú eres la escuela y tienes las familias que tienes. Y la primera obligación deontológica es apreciar la realidad tal como es. No te puedes escudar en el nivel cultural de las familias. ¿Sabes la de horas que me he pasado contando palabras? En diferentes ámbitos. En transportes públicos, en bares…

Ni idea. ¿Por qué?

Para ver cuántas palabras escuchaban los niños de diferente nivel cultural. Ahora te daré un dato que puede parecer una tontería, pero la puedo demostrar: cuando los niños llegan a la escuela a los 3 años, los hay que han podido escuchar 30 millones de palabras más que otros. Si esto no lo compensa la escuela… Yo insisto mucho en que el punto más débil de nuestro sistema educativo es 3º de primaria. Y aquí sí que no me hace caso nadie.

¿Qué pasa en 3º de primaria?

En 3º (o, pongamos, 3º y 4º) los chicos viven una auténtica revolución intelectual, que en la escuela a menudo queda disimulada por su buen talante. Son niños aparentemente muy pacíficos que no crean problemas de disciplina, aparentemente son clases fáciles. Pero están viviendo una revolución intelectual importantísima que consiste en que deben pasar de aprender a leer a aprender leyendo. Esto es un cambio muy notable, porque para aprender a leer básicamente lo que necesitas son una serie de estrategias que en buena parte son mecánicas, pero cuando tienes que aprender leyendo lo que te juegas es la comprensión, y cuanto más amplio sea el vocabulario que llevas de casa más fácilmente lees, más comprendes y más se sigue enriqueciendo tu vocabulario. Y, por lo tanto, es a partir de 3º cuando vemos cómo en las escuelas se crean las trayectorias divergentes, hasta el punto de que en 4º ya puedes prever -en Cataluña lo hemos estudiado- los chicos que tienen muchas probabilidades de fracasar al final de su escolaridad. Por ello, todos los debates que tenemos sobre leyes educativas siempre pienso que se olvidan de las cuestiones importantes, porque no somos capaces de diseñar estrategias que nos permitan a infantil, 1º, 2º y 3º compensar de manera real el déficit lingüístico de algunos niños.

En su análisis siempre aparece el lenguaje.

¡Es que es nuestro mundo! Ya lo decía Wittgenstein, que los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo. Y, además, esta lengua la veo enriquecida, no entiendo por qué el lenguaje matemático no está incorporado desde el primer momento en el lenguaje coloquial del niño. Por eso, para mí, son tan importante las tres lenguas. Y creo que las tres tienen un fondo común. Galileo decía que las matemáticas son el lenguaje con el que nos habla la naturaleza y donde más fácilmente encontramos la razón común. Y la música… Otra de mis obsesiones es cómo educamos la atención; he defendido muy a menudo que la atención es el nuevo cociente intelectual. ¿Y qué maneras tenemos de educar la atención? No muchos. La lectura lenta y la buena música. Y estoy absolutamente convencido de que cualquier cuarteto de cuerda de Beethoven es infinitamente superior a la obra completa de Georgie Dann, pero a este lo tienes en la calle, mientras que para escuchar Beethoven debes educar el oído, y esto lo tienes que hacer desde el primer día que el niño entra a la escuela. Y así estás educando la atención.

Volviendo al parque de atracciones. Hace poco he entrevistado Francesco Tonucci y me decía que lo peor que le puede pasar a la escuela es que los niños se aburran.

Para mí, lo peor que le puede pasar es la ideología de personas como Francesco Tonucci.

¿Por?

Porque representa un buenismo absolutamente ineficiente. Y transmite una lástima por el niño que me parece que traiciona nuestra responsabilidad. Nosotros no estamos para tener lástima, especialmente por los niños con más necesidades, sino para exigirles todo lo que pueden dar de sí. Yo siempre he defendido que el maestro es el amante celoso de lo mejor que puede dar un alumno. Y eso no se consigue con palmaditas en la espalda. En fin, ya sé que Tonucci es una de las grandes popes de la ideología de la ortodoxia, pero no es la mía.

Él venía a decir que quien se aburre no aprende y que, por eso, se debe hacer, digamos, estimulante.

Te voy a contar una anécdota. Yo hice Magisterio en Pamplona, ​​y como estaba muy interesado después vine a Barcelona a hacer Pedagogía. Y terminé con unas notas excelentes, y con la convicción de que había leído tanto y sabía tantas cosas que yo haría maravillas por los alumnos. Mi primer trabajo fue en una escuela de barrio en los años setenta, yo allí era el progre y al lado tenía la maestra carca, que estaba a punto de jubilarse. Pero enseguida descubrí que yo, con todas mis ideas revolucionarias y mis pedagogías activas, era absolutamente incapaz de dar a cualquier actividad la dignidad que aquella maestra le daba a lo que hacía. Salíamos a la montaña a analizar la arena, a ver cómo se descomponía, etc. Y aquella maestra cogía un trozo de granito, y les mostraba a sus alumnos las diferencias entre el cuarzo, el feldespato y la mica, y aquellos chicos estaban viendo el universo en aquella roca. Yo, en cambio, tenía a todos mis alumnos dispersos, corriendo arriba y abajo. Y pensaba «pero qué pasa aquí, esta mujer es infinitamente mejor maestra que yo». Yo intentaba crear interés y ella hacía algo mucho más relevante: daba seriedad a lo que se estaba haciendo, transmitía la idea de que aquello era importante.

Con el coronavirus me he encontrado una escuela donde un maestro compró a sus alumnos una pizarra Vileda a cada uno. Poco más de dos euros por pizarra. Él hacía las clases por Zoom, hacía preguntas y los alumnos debían mostrar las respuestas en la pizarra… Una combinación entre tecnología y pizarra Vileda que piensas «vaya, realmente hay un componente artístico esencial en este trabajo».

Muy bien, este maestro.

¡Por supuesto! Supo resolver lo que todos sabemos que es esencial en el proceso de aprendizaje, que es el hecho de que el feedback sea inmediato.

¿Cree realmente que el modelo imperante es el del parque de atracciones?

Creo que a muchos maestros les hacen maestros en las facultades convenciéndoles de que lo importante es la experiencia educativa, sin hacerles reflexionar sobre qué experiencias son educativas y cuáles no. Esto es lo que me motiva a escribir este libro.

Más cosas que he visto en el libro. Me ha parecido entender que la neurociencia le parece un bluf.

En absoluto, me interesa muchísimo. Pero sí pienso que hay una gran diferencia entre los investigadores que están en el laboratorio y lo que llega a la escuela. Cada vez tengo más claras dos cosas: que el cerebro es una unidad funcional y que es muy arriesgado sacar conclusiones según las cuales, si tenemos una modificación neuronal en esta estructura, el comportamiento será este. Es decir, el paso de la neurología a la conducta me parece muy arriesgado. Y, además, creo que hay un cierto complejo de inferioridad de la pedagogía ante cualquier discurso que se presente como ciencia. Cualquier cosa que nos pueda ofrecer la neurociencia seguro que lo hemos practicado en la historia de la pedagogía. Y muy a menudo nos lleva a campos en los que la respuesta pedagógica no te la puede proporcionar la neurociencia. Por ejemplo, sabemos que la repetición sirve para fortalecer conexiones neuronales. Pero la repetición por la repetición en la escuela acaba aburriendo cualquiera.

Si lo he entendido bien, la neurociencia tiene la virtud de poner el foco en la primera etapa de desarrollo de la persona…

¿Y eso no lo sabía?

¿Siempre se ha tenido tanto en cuenta la importancia del 0-3?

¡Madre mía! Desde Erasmo, que ya escribió cosas sobre la importancia de la edad temprana. Hay bibliografía de sobra. Yo me formé con todo el discurso de la psicomotricidad, que entonces se creía que era científico porque había una propuesta neurológica detrás y se hablaba, por ejemplo, de la lateralidad cruzada. Ahora sabemos que no hay ninguna cosa que sea la lateralidad cruzada, ¡y mira que le dedicamos horas! Pero en fin, para saber eso no necesitas ningún neurólogo sino que lo que más nos falta son prácticas reflexivas serias. Cómo aprender de tu propia práctica desde la autonomía de la pedagogía.

La otra aportación de la neurociencia a la educación diría que es el respeto que cada uno pueda avanzar a su ritmo, cuando la tendencia es a homogeneizar y exigir a todos lo mismo al mismo tiempo.

Pues te diría lo mismo. Mira toda la psicolingüística de los años sesenta, desde Bernstein hacia aquí, que ya inidía en esta cuestión. En las propuestas de las llamadas neurociencias o neuropedagogías no hay nada que no supiera ya cualquier maestro o, al menos, yo no lo he sabido encontrar. La pedagogía no es una ciencia auxiliar de la neurología ni de ninguna otra, tiene su propio discurso y debe encontrar argumentos pedagógicos para defender lo que hace. Porque, si no, haces esa cosa tan extraña de intentar justificar lo que haces en un campo del conocimiento con argumentos de otro campo del conocimiento.

Al final del libro hay un momento conciliador, incluso llega a decir que seguramente nadie tiene la razón, ni siquiera usted…

¡Pero si yo soy muy conciliador! Y lo primero que te he dicho es que estoy a favor de la pluralidad. Pero claro, cuando tú estás defendiendo tu postura debes encontrar tus argumentos, y eso no quiere decir, en absoluto, que yo quiera que todas las escuelas sean como yo creo que tienen que ser. Por encima de todo debe haber la sintonía entre las familias y el modelo de escuela. Ahora bien, tienes que defender lo que crees con vehemencia y con argumentos, porque, si no, ¿por qué escribes?

… la pregunta era si no cree que este tono más conciliador se echa de menos en el debate educativo.

Lo que yo echo de menos es aprender de las prácticas. Te pondré un ejemplo: a mí me ha interesado mucho un estudio de Luis Lizoasain, un profesor de metodología de la Universidad del País Vasco. Él se plantea que si el resultado de una escuela depende exclusivamente del medio sociocultural en el que están sus alumnos entonces podríamos prever sus resultados, pero con un estudio muy cuidadoso ha demostrado que sea cual sea este nivel hay escuelas que están muy por encima de su expectativa y otras muy por debajo. Planteamos la manera para ver qué es lo que tienen en común estas escuelas que están arriba, y lo queríamos hacer analizando no su ideología sino sus prácticas. Cómo comienza la clase, cómo se acaba, cómo se hacen preguntas, cómo se sientan… en fin, todas aquellas pequeñas cosas que crean un microclima para el aprendizaje. ¡Me parece una investigación pedagógica apasionante! Porque, en realidad, sabemos muy poco de lo que hace un maestro cuando entra en el aula y cierra la puerta, por eso creo que mientras no tengamos un libro blanco real y objetivo que recoja las prácticas reales y efectivas de los maestros, todos estamos dando palos de ciego. Pues ha sido imposible encontrar financiación para este estudio.

¿»Nosotros» quiénes son?

Luis Lizoasain y yo. Él está llevando el mismo estudio en la Rioja, Andalucía, Castilla y León y creo que también en las Islas Baleares, y lo ha hecho también en algunos estados de México. Es muy interesante. Cuando lo llevas a cabo en determinados países de Latinoamérica y descubres que las escuelas de élite son las que están más por debajo de las expectativas. O aquí en el caso de la pública. Yo estoy convencido de que la pública debería quitarse de encima cualquier complejo a la hora de abrir las puertas y mostrar sus resultados.

No lo puede hacer para evitar que se creen rankings, con el efecto segregador que tendrían.

Lo que quiero decir es que la escuela pública no tendría nada que perder en relación con la concertada y la privada. Tendríamos muchas sorpresas a favor de la pública.

Me gustaría ir acabando con algunas preguntas de respuesta breve, sobre temas diversos.

Lo intentaré.

Empiezo: ¿a favor o en contra de la escuela inclusiva?

Estar en contra de la escuela inclusiva es absurdo. Yo he trabajado en una escuela de educación especial, en Martorell, y sé hasta qué punto el lenguaje común se empobrece. El simple hecho de sentir un niño junto que está hablando con el lenguaje de su edad cronológica ya es importante. Ahora, esto no quiere decir que la escuela inclusiva sea la respuesta a todos nuestros problemas. Genera problemas nuevos que hay que tratar con rigor.

¿A favor o en contra de recortar el currículum?

En contra. No es que esté demasiado cargado, sino que el 20% del tiempo escolar lo dedicamos a intentar poner orden en el aula. Lo que tenemos que buscar es la manera de hacer eficiente el tiempo escolar, no de recortar el currículo. El libro termina con un capítulo en el que se explica que vivimos en la edad del capitalismo cognitivo. Lo de la sociedad de la información quedaba bien, pero se ha demostrado que no lo es, ni la sociedad del conocimiento. La manifestación real de lo que tenemos es una sociedad en la que el conocimiento se ha convertido en una fuente real de riqueza. Y la transformación del conocimiento en una fuente de riqueza nos exige mucho a todos. Ve a la Politécnica y pregunta cuántos alumnos provienen de la pública y cuántos de la concertada y cuántos de la privada. Si los niños pobres no les damos conocimiento, ¿dónde lo recibirán? ¡Esta es la cuestión esencial! Y te diré más: si necesitan más tiempo de escuela, se les debe dar más tiempo.

¿A favor o en contra de las repeticiones?

Yo creo mucho en los claustros de profesores. A veces hay una imagen de los claustros como si fueran una especie de congregación sádica que mira cómo lo hacemos para que este chaval suspenda o repita curso. Esto no se corresponde en absoluto con la realidad. Nadie defiende una repetición si no cree que es lo mejor para el alumno. Lo que pasa, vuelvo a decirlo, es que nos falta esta reflexión práctica. Y si resulta que ves que tu práctica de repetición no tiene resultados, cámbiala. Pero confío más en un claustro que no en el criterio de un político sobre la gestión de las cuestiones pedagógicas.

¿A favor o en contra de la autonomía de centros públicos y de la capacidad de las direcciones de elegir una parte de su plantilla?

Creo que la autonomía de centros se está imponiendo no poque los políticos crean que es buena o mala, sino por la incapacidad de los poderes públicos para generar consensos amplios. Y como ves que cualquier cosa que diga un poder público inmediatamente genera una tormenta, la manera fácil de evitarlo es conceder autonomía a los centros. Ahora bien, si quieres conceder de verdad autonomía a los centros primero los tienes que descargar de esta barbaridad de trabajo burocrático que tienen, y que les impide hacer muchas cosas y les obliga a hacer otras en las que no creen. Desde que yo empecé hasta ahora ha habido un crecimiento exponencial de burocracia en el trabajo docente, sin que ello se corresponda a unos resultados efectivos. Y tampoco veo que sea coherente querer autonomía y no potenciar de verdad la libre elección de las familias. Porque si tengo una escuela que hace trabajo por proyectos y al lado otra que cree en las disciplinas académicas he de poder elegir. ¿De qué me sirve, si no, que sean autónomos?

La libre elección al final siempre topa con un límite, que es la capacidad que tiene cada centro.

Entonces lo que tendremos que hacer es favorecer los centros que tienen más demanda. En todo caso, no veo que sea posible esta autonomía sin una libertad efectiva de elección. Y tercero: la autonomía debe estar acompañada de algún criterio de evaluación común.

¿A favor o en contra de un cambio en los horarios? No sé si está al tanto de este debate…

Lo estoy, y me resulta muy difícil responder con un sí o un no. Creo que el fenómeno más relevante de todo lo que estamos viviendo no es tanto si la escuela debe ser de este tipo o de este otro, sino la pérdida del peso relativo de la escuela en la formación de los niños. Y esto lo saben las familias, y la mayor parte consideran necesarios completar los estudios escolares con otras cosas. Y esto va en aumento en dos direcciones. Estamos viendo que hasta los años ochenta las familias prácticamente no dedicaban tiempo a sus hijos, por ejemplo, a la lectura en voz alta, y a partir de entonces vemos una tendencia que se va incrementando. Hay familias que cada vez dedican más tiempo a la lectura en voz alta desde pequeños y otras que no. Estas familias son las que tienen un lenguaje sintáctico más complejo, las que van al teatro, etc. Son estas familias las que están llevando a sus hijos a los profesores particulares, que era una figura que había desaparecido, o a las academias. Y también va acompañado de un incremento muy notable de portales en internet, y algunos han crecido mucho durante el confinamiento mientras los alumnos se iban descolgando de las actividades escolares. Esto significa que el tiempo que están reduciendo las escuelas no lo están dedicando a vivir aventuras por el bosque, que sería maravilloso, sino a actividades que ya no refuerzan los contenidos de la escuela, sino que los complementan. Es decir, la trayectoria educativa de los hijos la están tomando las familias, que ven que la escuela sigue siendo importante, pero cada vez menos.

Yo le preguntaba por los horarios …

Pero los horarios de qué,¿ de la escuela o de la formación del niño?

De la escuela.

Te contesto con una respuesta que no se ganará demasiado aplausos: creo que los niños pobres necesitan más horas escolares.

¿A favor o en contra de los deberes?

Los chavales de la escuela de Barbiana decían algo que yo siempre he tenido muy presente: los niños ricos siempre están repitiendo en casa lo que hacen en la escuela, los niños pobres sólo pueden repetir curso. Efectivamente, ¡los ricos siempre están haciendo deberes! No necesitan que vengan de la escuela con una lista de tareas, para que los niños culturalmente ricos (te puedes encontrar familias económicamente humildes con una gran riqueza cultural), y eso lo sabemos desde Bernstein, cuando llegan a la escuela encuentran que el lenguaje académico, el lenguaje formal, es el mismo que el que hablan en casa, y por lo tanto siempre están reforzando en casa el lenguaje de escuela, mientras que los niños pobres cuando llegan a la escuela han de traducir el lenguaje familiar al escolar, ya la inversa, y en la traducción siempre hay una pérdida.

Crees que los deberes sí, para los niños pobres.

Efectivamente, y si es posible que los hagan en la escuela en un horario ampliado. Para mí, unos buenos deberes serían responder a la pregunta: «¿Qué han dicho hoy de Madagascar en las noticias?», Y una buena respuesta sería: «No han dicho nada».

¿A favor o en contra de que el mes de junio hayan abierto los centros tal como lo han hecho?

Aquí me he encontrado con una falta de estudios escandalosa por nuestra parte, mientras que en otros países sí hay unos cuantos. He mirado a qué conclusiones llegaban en común los estudios que me parecían más serios. Y después he seleccionado estas conclusiones y las he consultado con varios docentes, porque yo hablo mucho con los docentes. ¿Qué nos ha pasado? Pues que alrededor de un 15% de los chicos les ha ido bien trabajar desde casa, mientras que alrededor de un 15-20% se descolgaron desde el primer día. Y luego tenemos que alrededor de un 70% empezaron con ganas, pero luego la familia no ha sabido acompañar. Aquí lo que se ha producido de una manera muy visible ha sido una pérdida muy fuerte de la capacidad de atención de los niños. Y los que necesitaban realmente el contacto con la escuela eran este 15-20% que han desaparecido de su radar. ¡Y estos chicos estarán, al menos, seis meses sin contacto con la escuela y el maestro! Y luego te preguntas cosas: ¿por qué los holandeses han sido capaces de abrir todas sus escuelas en mayo?

Por eso le preguntaba. Aquí (en Cataluña) los sindicatos han estado muy en contra. Y en la mayor parte de comunidades autónomas han abierto mucho menos que aquí.

Ha habido una falta de liderazgo muy clara por parte de las autoridades, por un lado, y ha habido, ciertamente, unas reticencias excesivas por parte de los sindicatos. Y todo ello te produce desconcierto, porque cuanto más reticencias oyes de los maestros más inseguridad creas a las familias.

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