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Entrevista a la Ministra de Ecuador Monserrat Creamer: “Uno de los retos ha sido evitar que nuestros niños abandonen la escuela”

Entrevista/02 Julio 2020/Autora: Soraya Constante/elpais.com

La titular del ministerio de Educación en Ecuador defiende dar un aprobado general para no castigar a los estudiantes que no han podido seguir el ritmo de la educación a distancia por carecer de medios

Monserrat Creamer lleva apenas un año como ministra de Educación en Ecuador y ha debido enfrentarse a un gran desafío: cuidar de que los 4,6 millones de estudiantes de su país sigan aprendiendo durante la pandemia de covid-19. A esa tarea se añade la complejidad de manejar dos calendarios escolares. Los estudiantes de las regiones Sierra y Oriente (casi dos millones) estaban a mitad de curso cuando se interrumpieron las clases presenciales, el pasado 13 de marzo, mientras que los de la costa estaban en receso. Con los primeros, y con sus padres, se ensayó la educación en casa, y la falta de conectividad fue el principal obstáculo a sortear, tal como contábamos en este artículo que mostraba cómo para muchos alumnos era imposible (y por tanto, un sistema injusto) y para el que pedimos valoración al ministerio. Al habla con la ministra, un aprobado general es la propuesta de Creamer para no castigar a los estudiantes que no han podido seguir el ritmo de la educación a distancia.

Pregunta. Usted ha dicho que un 70% de los estudiantes tuvo dificultades de conectividad en Ecuador, ¿qué se ha hecho al respecto?

Respuesta. Desde el principio hicimos un diagnóstico para ver cómo eran los alcances que teníamos en tecnología. El problema era en la ruralidad donde, en efecto, solo el 16,6% tiene Internet en sus hogares. Un gran desafío. Pero cuando hablamos de la conectividad hay tres componentes: los dispositivos, los programas y la conectividad misma. Estamos trabajando todos ellos con el ministerio de Telecomunicación (Mintel), la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y con un comité de organizaciones internacionales y el sector privado. Vamos a empezar toda una estrategia para adquirir mayor cantidad de dispositivos y programas para nuestros docentes y estudiantes.

La ministra enumera durante la entrevista todas las iniciativas estatales que se han puesto en marcha para suplir la falta de conectividad: el programa de tele educación A-prender la tele, que tiene una franja en la mañana y otra en la tarde, y que es difundido por 140 canales de televisión; y la radio educación, que se repite tres veces al día en más de 1.000 estaciones.

Pero estos todavía no llegan a todos los alumnos…

R. Somos muy conscientes que todavía hay un grupo que no tienen ni electricidad, ni radio ni televisión. Conscientes de eso, hemos trabajado en la impresión de guías. En el caso de la educación intercultural bilingüe, se repartieron 150.000 guías en 12 lenguas para nuestros pueblos y nacionalidades. En el caso de la educación hispana se han repartido casi medio millón de guías.

Estas guías son fichas pedagógicas diseñadas para que el estudiante realice de forma autónoma las actividades que le permitan alcanzar el objetivo del aprendizaje semanal que ha fijado el ministerio rector de la Educación. Según la explicación de la ministra para cumplir con esos objetivos “no se necesita estar conectados a una computadora durante horas”, pero lo cierto es que los padres por lo menos deben contar con un teléfono inteligente para informar al profesor de las actividades hechas.

P. ¿Podría especificar la estrategia para mejorar la conectividad? ¿Van a entregar dispositivos gratuitos en las zonas rurales?

R. Sabemos que Mintel está trabajando en el traspaso a Ecuador Digital, en el paso de tres a cuatro y a cinco gigas en las diferentes zonas del país. Con CNT estamos trabajando en la sostenibilidad de nuestra plataforma, de recursos educativos, que tiene cerca de un millón y medio de usuarios permanentes. Y, aparte, en coordinación con esas mismas entidades, pero también con el sector privado y organizaciones internacionales, queremos que el acceso sea total. Me refería a dispositivos, pero también beneficios de programas.

P. ¿Hay alguna fecha y un plan para implementar todo eso?

R. El Presidente hará un anuncio próximamente. La semana pasada ya se entregaron 500 programas para docentes y alrededor de 50 tabletas para los departamentos de Consejería Estudiantil. Esperamos que al terminar este año haya un verdadero acceso en la zona rural, que es la más afectada.

P. ¿Qué harán con los estudiantes rezagados?

Somos muy conscientes de que todavía hay un grupo de estudiantes que no tienen ni electricidad, ni radio ni televisión

R. Cuando dijimos que la educación continuaba, pese a los grandes desafíos, como la brecha tecnológica, el cambio de escenario súbito y del modelo pedagógico, uno de los grandes objetivos fue evitar que nuestros niños abandonen la escolaridad.

P. ¿Hay cifras ya de abandono escolar?

R. Lo tendremos cuando registremos el ingreso en la Sierra y Oriente, pero espero que la lesión sea mínima. Ahora en la [región] Costa, sí tenemos un traslado de la educación particular [pública] a la fiscal [privada], de cerca de 80.000 estudiantes. En cuanto al impacto en los aprendizajes, obviamente se afectan las destrezas básicas, como el tema de la comprensión lectora, conceptos matemáticos… Pero hay que entender que avanzamos en otros sentidos. Haremos una evaluación total de aquellos conceptos esenciales que ellos tienen que dominar para continuar sus estudios, como también el desarrollo de habilidades para la vida. Iremos viendo el impacto y qué medidas tomar en el camino. Al inicio del próximo año vendrá una fase de nivelación.

P. Pero los docentes tienen que tener alguna información de los niños que siguen conectados al sistema ¿no?

R. Los docentes dan cuenta semanalmente de todo su trabajo, con quiénes se han conectado, cuántas veces… Los nudos críticos. En ese sentido, sabemos que han tenido dificultad para contactar con el 10% de sus estudiantes, ya sea porque se dispersaron en zonas rurales alejadas. Eso no implica que no aprueben el año escolar. Como diseñamos un currículo que puede ser realizado de manera autónoma, a lo mejor en su comunidad ellos se están apoyando. Con que nos entreguen el portafolio al final del año escolar, ellos pasarán de año.

P. Entonces ¿habrá un aprobado general?

R. Va a haber un aprobado general, aunque recordemos que en el ciclo escolar de Sierra y Oriente [similar al calendario europeo, el de Costa es de abril a febrero] tenemos una evaluación real de los primeros cinco meses. Pero son criterios diferentes, ahora no nos interesa si se cumplió o no con el deber. Evaluamos el esfuerzo, la creatividad, el progreso e identificar nudos críticos, pero no lo sancionaremos con una mala calificación. Ahorita el objetivo es identificar qué le falta comprender para ver qué tenemos que reforzar en el proceso de nivelación.

P. ¿Ecuador se está inspirando en la experiencia de algún otro país?

R. El hecho de que sea una crisis global tiene sus grandes lecciones y enseñanzas. Sabemos que en Ecuador tenemos que planificar una estrategia muy efectiva, ya que tenemos un diagnóstico claro de muchas brechas. El desafío está abierto y nos corresponsabiliza a todos. En ese sentido, a través de un comité internacional del que forman parte Unicef y Unesco, estamos compartiendo experiencias validadas en otras partes del mundo. En América Latina ya volvieron a clases en el área rural en Paraguay, Uruguay y Colombia. Validamos esas experiencias y las adaptamos a nuestro contexto.

P. ¿Cómo será el retorno a las aulas en Ecuador?

Esperamos que al terminar este año haya un verdadero acceso en la zona rural, que es la más afectada

R. El retorno progresivo a clase será siempre opcional. Dejaremos tres modalidades permanentes para que escojan las familias. Si ellos no se sienten seguros como familia o tienen algún nivel de vulnerabilidad, simplemente pueden optar por la educación en casa, el famoso homeschooling También pueden optar a la educación abierta, que es una combinación de tecnologías, pero deberán terminar el año lectivo en esa modalidad.

P. ¿Cuándo tienen planificado volver?

R. Empezaremos en agosto con las escuelas rurales de la costa. En Ecuador hay más 16.000 escuelas, de las que 12.500 son públicas. De esas, aproximadamente, el 50% son rurales. Tenemos colegios con uno o dos docentes que no tienen más de 35 estudiantes. Empezaremos con 2.071 centros educativos, pero estamos haciendo un diagnóstico, porque recordemos que han estado seis meses sin uso.

P. ¿Y cómo será el retorno en el área urbana?

R. Tenemos definidos los escenarios por tipologías de escuelas: las tenemos de 100, de 500, de 1.000 y hasta de 2.500 alumnos. En el caso de los centros más grandes se realizará con diferentes jornadas. Ellos nos dirán, por ejemplo, que van dos o tres días a la semana con tales asignaturas y tales horarios, y nosotros aprobaremos sus propuestas.

P. El grueso del recorte en Educación será en los salarios de los maestros. ¿Cómo manejan la motivación del personal?

R. Es una reestructuración del gasto. El país está en crisis y tenemos que priorizar los proyectos, ese es el acuerdo con Finanzas. En Educación se acordó reducir una hora de trabajo con eso tendremos 125 millones de ahorro que irán retornando para ejecutar los programas prioritarios; entre estos, fortalecer la calidad docente.

P. Pero hay incertidumbre entre los maestros por el pago de sus sueldos…

R. Es verdad. Lo que pasa es que son 168.000 docentes, más 18.000 funcionarios; es un fuerte porcentaje de los funcionarios públicos. Se seguirá cumpliendo con los pagos, en ese sentido yo agradezco al mayor porcentaje del magisterio que realmente se ha abierto a superar esta crisis. Hay pocos que hacen ruido y desmotivan a sus compañeros.

P. ¿Cuáles son los desafíos de la región en educación?

R. Definitivamente, la educación debe caminar hacia el cierre de brechas y fortalecer el derecho en el acceso a la educación, pero de calidad. Con eso no quiero reducir todo el problema a la tecnología. La calidad de la educación tiene un gran componente humano. Hay que fortalecer la esencia de la persona y sentir el desafío de una nueva escuela, de una nueva forma de enseñar.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/29/planeta_futuro/1593424848_580360.html

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Entrevista a Manuel Gil Antón: «El neoliberalismo genera personas que responden lo que el poder quiere oír»

Por: Ruben Luengas

 

En el programa En Contexto, del canal de TV, La Octava, Ruben Luengas entrevista al Dr. Manuel Gil Antón, Profr. Investigador del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, quien nos dijo que: “el sistema neoliberal, lo que hizo fue una educación como práctica de la obediencia, no como práctica de la libertad; una educación que no genera personas que sepan preguntar sino personas que sepan responder lo que el poder quiere oír”.

El profesor Gil Antón afirma que, la educación que se debe practicar, es aquella en que se genere un ambiente de aprendizaje, de tal manera que se permita la práctica del pensamiento, no la práctica de la repetición, ni la práctica de una obediencia ciega, orientada por la búsqueda de una calificación, eso no educa, es adiestramiento.

Finalmente nos dijo que esta pandemia es un fenómeno inaudito y debemos aprender de ello, ya que todo eso tiene un gran sentido educativo y debemos aprovecharlo.

Fuente e imagen:  http://rubenluengas.com/2020/06/video-el-neoliberalismo-genera-personas-que-responden-lo-que-el-poder-quiere-oir-manuel-gil-anton/

 

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Entrevista a Iliana Lo Priore: Educar para la emancipación, es re-habitar el mundo

Por: CLADE.

 

Una de las autoras del libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes”, Iliana Lo Priore analiza la importancia de la emancipación y de las subjetividades en la educación


Presentar una opción alternativa a los modos de relación sociocultural que prevalecen en las sociedades actuales y proponer cambios educativos para que favorezcan una convivencia sociocultural diferente, que se sustente en relaciones afectuales para el bienestar de todos y todas. Es lo que buscan Iliana Lo Priore y Jorge Eliecer Días Piña al escribir su libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes – Afectualidad, uso de las TICs y educación liberadora”.

Para profundizar sobre la obra, entrevistamos a Iliana Lo Priore, una de las autoras. Ella analiza la importancia de las subjetividades y los esfuerzos para que la educación sea construida desde la perspectiva emancipadora.

“Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes”, dice.

A continuación, lee la entrevista completa.

Según propone el libro que escribiste en alianza con Jorge Eliecer, ¿por qué es importante emancipar las subjetividades en las infancias y juventudes, y qué significa eso?

Iliana Lo Priore – Como es conocido, la configuración de las subjetividades se inicia con lo que se denomina un “yo emergente” que va a ir constituyendo lo que se denomina el “sí mismo” de cada quien y que define la apertura al entorno y al mundo de las personas y los objetos.

Esa configuración inicial es de naturaleza afectiva y preverbal para luego ser verbalmente significativa en les niñes. Aquí deseamos destacar el papel que juega la interacción intersubjetiva de la madre, o quien haga sus veces, con sus hijes para formar la sintonía afectiva entre elles. Sintonía afectiva que da protección y seguridad a les niñes y que será el potencial asiento de la evolución de la empatía con los demás.

No obstante, con el tiempo se tiende a sobreponer las significaciones verbales y subordinar o reprimir las significaciones afectivas o empatizadoras con las personas, animales y objetos, por ejemplo. Luego ello se extiende y profundiza en la vida escolar, cuando se refuerzan la significación escrita y sus representaciones en detrimento de las relaciones o significaciones autónomas y afectivas con les otres, el entorno y el mundo.

Hay que señalar que los enunciados escolares son impuestos por relaciones de poder y son funciones objetivadoras que responden a regímenes de enunciación reproductores de la mismidad con el respaldo de actuaciones institucionales que los legitiman al acreditarlos discursivamente como verdades. Por consiguiente, son efectos discursivos de saber y de poder.

Todo este proceso va a ir constituyendo una subjetividad reprimida y subordinada a una forma cultural de significación alienada y de relacionamiento no afectuosa y no empatizadora, individualista y competidora con otres niñes, que no favorece su encuentro convivencial y autónomo, significante con el entorno social y natural que les rodea al no permitirles una enunciación propia y re-creadora. Por ello insistimos en propiciar la emancipación subjetiva por medio del desarrollo de la resignificación, de la empatía y de la afectualidad, entendiendo por afectualidad una transfiguración o transformación del afecto en afectualidad.

La diferencia principal entre afecto y afectualidad radica en que el afecto es intersubjetivo o intercorporal y la afectualidad es trans-subjetiva o transcorporal, por trascender el marco estrecho de los conocidos por los desconocidos, pero sentidos a la distancia o en su ausencia. Por ello se define la afectualidad como “sentir y sentirse juntes” y, para nosotros, ello conlleva intrínseca y trascendentalmente la emancipación de la subjetividad de los cuerpos de les niñes y jóvenes.


¿Por qué y cómo se deben hacer esfuerzos desde y en la educación, para contribuir a la emancipación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes?

Iliana Lo Priore – La emancipación nace del diálogo y una educación emancipadora debe propiciarlo. Al enmarcar la comunicación y la información en la repetición de los enunciados ya dichos o establecidos en la escuela, y no en la enunciación cooperativa, recreadora y emancipadora, se impide considerar a los intercambios verbales o conversaciones como productores de acontecimientos dialógicos, como agenciadores de cocreaciones y coefectuaciones de las cooperaciones intersubjetivas. Reduciéndolos en la educación a unos simples “intercambios comunicacionales” o “transmisiones informacionales”, bloqueando de esa manera la realización de acontecimientos imprevisibles para pensar y sentir emancipadoramente otros entornos-mundos posibles.

Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes.

Por ello es importante en la educación inducir el reconocimiento del acontecimiento re-creador y la resignificación en los intercambios dialógicos, por ejemplo, desde la sustitución o alteración de las palabras de los textos o discursos pre hechos a repetir, decodificándolos y recodificándolos imaginariamente, hasta la invención de nuevos enunciados y narrativas que buscan designar realidades no pensadas y no sentidas, pero imaginables por los colectivos o comunidades de niñes, adolescentes y jóvenes.


¿Cuál es la importancia de la afectualidad y de las tecnologías para la realización de una educación emancipadora hoy día? ¿Cómo esta relación entre afecto, TICs y educación puede darse en la práctica educativa?

Iliana Lo Priore – La afectualidad que referimos tiene su asiento en una sensibilidad convivencial experimentada con/por les otres. Cuando esta experiencia es intervenida tecnológicamente sufre variaciones que hay que considerar en sus efectos. Sobre el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), existe una valoración hegemónica como herramienta neutra, sin tomar en cuenta que son expresiones de un contexto que las constituye y las hace vehículo de relaciones socioculturales que condicionan su uso y a quienes las usan. Como efecto recursivo sobre les usuaries, su subjetividad se constituirá cada vez más a partir de sus interacciones virtuales con la red, en sujetos dependientes de ésta según sea la frecuencia y el tipo de uso, porque su uso exige cambios de comportamiento o conducta que serían inducidos.

Por ello es relevante analizar el uso de Ias TICs en el campo educativo. Aquí es clave entender que si las personas que son usuarias no poseen contramarcos informacionales y comunicacionales, estos se inclinarán a aceptar los marcos que les ofrecen acríticamente las TICs. Esto se puede contrarrestar si se forman, bajo la orientación problematizadora de docentes, grupos o colectivos de interpretación crítica de las informaciones y comunicaciones que circulan por medio de la Internet.

Por otra parte, la afectualidad se vincula de manera pertinente con el uso en la educación de las tecnologías, cuando se articulan de una forma no manipulada, con la afectividad, emocionalidad y empatía de les niñes, adolescentes y jóvenes al no imponerles una significación y representación únicas por encima de su sintonía autónoma y recreadora recíproca. En este tipo de vínculo donde median las TICs, se debe, en consecuencia, propiciar ese reconocimiento recíproco de las alteridades empáticas entre las personas involucradas.


¿Cómo caminar hacia la realización de una educación para la libertad, la justicia social y la ciudadanía?

Iliana Lo Priore – La libertad asumida como autodeterminación consciente y responsable por las opciones a escoger o decidir en la educación, debe ser producida bajo la consideración de los puntos de vista de los demás. Aunque parezca redundante a la libertad, hay que liberarla de las formas de pensamiento y las decisiones atadas a intereses egocéntricos y egoístas. Hay que sustentarla éticamente en el bien común, contrarrestando al individualismo.

De esta manera se propende a hacer justicia en contra de cualquier tipo de discriminación, en tanto reconocimiento de la alteridad de les otres con quienes se comparte una determinada comunidad o encuentro social de propósitos, por más diferentes que entre sí sean los miembros o integrantes. Ello irá conformando criterios para formular juicios sociopolíticos en torno a los diversos derechos y deberes que le asisten a cada quien y a todes en conjunto, en tanto ciudadanos integrantes de una comunidad.

Los derechos y los deberes hay que asumirlos y enseñarlos escolarmente como prácticas de autorreconocimiento y reconocimiento de los demás. Un modo, entre otros posibles, de asumir la formación para estas tres formas de socialidad (libertad, justicia social y ciudadanía) es que la institución educativa o los centros comunitarios adopten una forma republicana democrática y cogestionadora en su estructura de funcionamiento.

La vida institucional republicana constituirá una cantera de experiencias prácticas formadoras para el ejercicio de la libertad responsable, la justicia social y la práctica de los derechos y deberes convivenciales.


¿Cómo debe ser, desde la mirada del libro, una educación emancipadora e inclusiva para América Latina y el Caribe?

Iliana Lo Priore – Hay que partir de que América Latina y el Caribe constituyen su unidad y diversidad en naciones, sociedades, pueblos y comunidades con características que paradójicamente los identifican en su heterogeneidad e hibridación sociocultural. Su configuración es producto de su inicial dependencia colonial y posteriormente neocolonial – y de sus luchas contra ellas -, que perduran todavía bajo nuevas formas de colonialidad que impulsa la globalización neoliberal. Este contexto histórico ha generado profundas desigualdades sociales, económicas y políticas en su población.

Desigualdades e injusticias que han degradado y afectado la dignidad de la existencia de la mayoría. Así, una forma de emancipación puede ser una educación que se oriente primordialmente hacia su dignificación, con base en reconocer y legitimar su heterogeneidad e hibridez sociocultural, ya que estas condiciones constituyen sus modos de ser o su ser. Su afectualidad cooperativa y solidaria ha surgido como resistencias idiosincrásicas a la modernidad capitalista.

Estas formas resistentes de significar el mundo y dar sentido a su existencia, desde las culturas ancestrales, deben ser reconocidas y legitimadas para desde allí, favorecer su inclusión en una educación que las potencie junto a su articulación pertinente con otros tipos de saberes y prácticas requeridos para su inserción crítica en la sociedad.


¿Cuál es la importancia de una educación para la afectualidad y las TICs en el actual escenario de crisis y pandemia que vivimos, debido al COVID-19?

Iliana Lo Priore – La pandemia ha ocasionado, por las restricciones de interacción social para evitar la propagación del contagio, que la socialidad de las personas se haya fracturado y reducido a los intercambios con los más cercanos o los familiares.

Como efecto colateral, también ha generado el miedo o temor al contacto o relación con los cuerpos de los demás. Sin embargo, el deseo de encuentro con les otres se ha vuelto cada vez más indispensable y está ocasionando en les niñes, adolescentes y jóvenes estados liminales o de tránsito en sus subjetividades, de preocupación por la salud y situación de los demás lejanos o ausentes.

Estos estados son potencialmente afectuales o empáticos, pues conllevan a sentir y sentirse juntes. En consecuencia, la afectualidad puede prosperar y definir la sensibilidad ética y estética de les niñes, adolescentes y jóvenes si se desarrollan estrategias educativas al respecto en su confinamiento (juegos de intercambio de roles, envío de correpondencias empatizadoras, cuentos y narraciones que impliquen identificaciones con les otres, juegos de reimaginación y reinvención de un mundo mejor con los otros, con la otredad de la naturaleza, etc.). Aquí intervienen las TICs, en la medida que se usen para establecer relaciones virtuales empatizadoras con los demás ausentes o distantes, que redunden en beneficio del desarrollo de la afectualidad como nueva forma prevaleciente de relacionamiento social.

Fuente de la entrevista: https://educarparalalibertad.org/noticia/entrevista-educar-para-la-emancipacion-es-re-habitar-el-mundo/

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Josée Scalabrini: Les problèmes en éducation, le gouvernement ne peut s’en laver les mains

Par: lapresse.

Les derniers mois n’ont pas été de tout repos pour l’ensemble des acteurs de notre système d’éducation public.

Josée ScalabriniJOSÉE SCALABRINI
PRÉSIDENTE DE LA FÉDÉRATION DES SYNDICATS DE L’ENSEIGNEMENT, CENTRALE DES SYNDICATS DU QUÉBEC

En mars dernier, alors que la pandémie de la maladie à coronavirus nous frappait de plein fouet, le premier ministre a convié les syndicats à négocier de façon intensive et accélérée dans le but, disait-il, de mettre ces pourparlers derrière nous et de garantir une « paix sociale ». Bien que les enseignantes et enseignants n’avaient pas du tout la tête à la négociation à ce moment, nous avons accepté l’invitation insistante du gouvernement. Nous étions au rendez-vous. De toute évidence, malgré l’image qu’il voulait laisser, le gouvernement n’avait pas non plus la tête à la négociation.

Dans le contexte de la pandémie que nous vivons depuis plusieurs mois, la FSE-CSQ a démontré qu’on peut toujours compter sur elle quand vient le temps de trouver des solutions pour améliorer les choses en éducation. Dans un contexte difficile, les profs ont organisé le retour en classe de mai dernier avec brio, en moins de deux semaines. Cette opération a été réussie grâce au professionnalisme des enseignantes et enseignants et des équipes-écoles, car on va se le dire, les conditions n’étaient pas toutes réunies. La FSE-CSQ a joué son rôle en posant des questions, en demandant des réponses, en remettant parfois en doute certaines décisions gouvernementales. De bonne foi, elle a proposé des voies de passage réalisables afin de s’assurer que les décisions prises répondent aux besoins réels des profs et des élèves dans les écoles et les centres du Québec.

C’est avec la même attitude que la FSE-CSQ s’est présentée aux tables de négociation à la demande du premier ministre. Malheureusement, force est de constater que le gouvernement ne s’est pas présenté aux rencontres qu’il a lui-même convoquées.

Cette négociation devait être enfin l’occasion de mettre un baume sur la souffrance du personnel enseignant, en s’assurant que les services soient offerts aux élèves qui en ont besoin, en revoyant la composition de la classe et en reconnaissant son travail à sa juste valeur, notamment sur le plan de la rémunération.

Le gouvernement avait un autre plan en tête. Il souhaitait profiter de la crise ainsi que de son capital de sympathie pour tenter d’obtenir une entente au rabais avec les profs. Les enseignantes et enseignants ne sont pas dupes. Ils ont été catégoriques et ont refusé à 97 % les dernières offres gouvernementales.

Rappelons-nous que ce gouvernement se targuait de mettre l’éducation au cœur de ses priorités. De plus, le ministre de l’Éducation a répété à maintes reprises ses intentions d’améliorer les conditions de travail des enseignantes et enseignants pour attirer les meilleurs candidats, et retenir celles et ceux qui ont fait le choix de la profession enseignante. Mais entre le discours et la réalité de l’offre qui nous est faite, il y a un monde.

Alors qu’ils sont nombreux à être épuisés, est-ce en allongeant la semaine de travail qu’on rendrait la tâche du personnel enseignant humainement supportable ?

Est-ce en ne proposant rien pour améliorer la composition de la classe et en retirant les remparts qui garantissent les services aux élèves en difficulté qu’on améliorerait leur sort ?

Est-ce en revenant sur sa promesse phare d’éliminer les six premiers échelons salariaux que le gouvernement reconnaîtrait le travail des enseignantes et enseignants ? En leur offrant moins que l’inflation ?

Est-ce en offrant une majoration salariale minime à quelques enseignants émérites (des directions adjointes déguisées !) qu’on revaloriserait la profession enseignante et qu’on lui retirerait la palme de la moins bien payée au Canada ?

Si le gouvernement avait été réellement sincère et avait donné des mandats conséquents à son équipe de négociation pour qu’il y ait de véritables avancées aux tables de négociation, il aurait été possible d’en arriver à une entente rapidement. Malheureusement, il faut être deux pour danser.

Malgré le fait qu’il n’y aura rien de normal à la prochaine rentrée, les enseignantes et enseignants sont tout de même soulagés de voir que l’ensemble des élèves reprendront le chemin des établissements et des centres et que les spécialités seront enseignées, car elles favorisent la motivation de plusieurs et le développement global de chacun.

Oui, les enseignantes et enseignants ont hâte de retrouver leurs élèves. Parce qu’ils tiennent toujours à bout de bras l’école publique, ils seront tenus de mettre les bouchées doubles pour aider les plus vulnérables à rattraper le retard qu’ils ont accumulé au cours des derniers mois, sans qu’on leur donne toutes les ressources nécessaires.

Ils auraient cependant souhaité se consacrer aux élèves l’esprit tranquille, sans avoir à se préoccuper de la négociation nationale. Mais parce qu’ils aiment leurs élèves et leur profession, si besoin est, ils seront mobilisés.

Les enseignants seront prêts à poursuivre le combat pour obtenir une juste reconnaissance de la qualité de leur travail, car le gouvernement, qui s’était pourtant engagé à le faire, a manqué à sa parole.

On comprend qu’il pourrait être tenté de faire porter à la négociation le poids des ratés du plan de pandémie, comme il l’a fait pour les camps pédagogiques, alors que ce sont particulièrement les directions qui les décriaient. Nous avons trop donné dans les dernières semaines pour accepter d’être instrumentalisés ainsi.

L’arrivée de la nouvelle présidente du Conseil du trésor nous laisse cependant espérer un changement de ton dans les négociations. Sonia LeBel doit prendre rapidement conscience de l’ampleur des défis qui sont devant elle.

C’est le gouvernement qui voulait négocier en temps de pandémie. Les problèmes en éducation, il ne peut s’en laver les mains.

Source de l’interview: https://www.lapresse.ca/debats/opinions/2020-06-26/les-problemes-en-education-le-gouvernement-ne-peut-s-en-laver-les-mains.php

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Entrevista a Octavio Falconi: Una secundaria que valore la producción colectiva del saber

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Francisco Mora: “Nada puede sustituir la humanidad del maestro en el aula”

Por: Susana Velasco

Para el doctor en medicina y Neurociencia, los docentes son insustituibles y su labor presencial en la escuela como transmisores de emociones es clave para un acompañamiento y aprendizaje efectivos. Francisco Mora llama a la reducción de cualquier tipo de confinamiento que precise de una formación a distancia ya que, en su opinión, debilita la conexión emocional entre docente y estudiante.

“Sólo el ser humano puede transmitir humanidad”, afirma Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencia y catedrático de Fisiología, en relación al modelo educativo a distancia que se ha impuesto a causa de la pandemia por la Covid-19. En su opinión, nada puede sustituir al centro educativo ni al maestro y cree que de cara al próximo curso escolar no se puede justificar un hipotético modelo educativo en el que la formación online tenga más peso que la presencial.

Autor de ‘Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que se ama’, que se ha convertido en libro de cabecera de multitud de docentes y familias, Mora ha publicado recientemente ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’ sobre el proceso de aprendizaje de la lectura y qué efectos tiene en el cerebro.

Pregunta: ¿Cómo se puede procurar un aprendizaje significativo mediante la enseñanza online?

Nunca es posible sustituir al maestro, al ser humano en el proceso de enseñanza. Solo el ser humano puede transmitir humanidad. Nada puede sustituir al colegio o al maestro o profesor porque la transmisión de conocimientos académicos no vale nada si no va acompañado del sustrato emocional de quien enseña: sólo se puede aprender aquello que se ama.

Respuesta: ¿Es posible transmitir emoción y amor por lo que se enseña a través de una pantalla?

Es muy complicado y recala en la individualidad del docente: hay profesores que son capaces, a través de Internet, teléfono u otro tipo de conexión no personal, de transmitir un mundo emocional. Y esa es la base en la que se fundamenta la instrucción, entendida como el proceso de aprender y memorizar. Haz atractivo lo que cuentas y puedes llegar a captar la atención en el estudiante y activar su memoria ejecutiva.

P: ¿Cómo pueden los docentes conseguir ese apego emocional en la distancia?

R: Es realmente difícil. No todos los profesores lo logran, muchísimos no lo consiguen. Por eso, de cara al futuro, uno de los principales requisitos deseables en un maestro será que tenga esa capacidad de convertir lo árido o soso en interesante y de este modo abrir los ojos de quien te escucha.

P: Sin embargo, para el próximo curso la formación on line puede volver a tener un enorme protagonismo si se producen contagios en los centros educativos…

R: Me pregunto cómo será posible la propuesta de que sólo el 50% de los estudiantes acuda al aula y que la mitad se quede en casa con instrucción a través del ordenador. ¿Cómo se puede instrumentar y justificar eso?

P: ¿Qué impacto tendría en los estudiantes?

P: ¿Qué cambios necesita la educación de cara al futuro?

R: Los principales cambios necesarios no se refieren a la instrucción, aprender y memorizar en Infantil, Primaria, etcétera… sino a la institucionalización de la relación familia-colegio. Esto no solo consiste en una llamada ocasional del tutor para hablar de los problemas que tiene el niño. Sino que supone la transmisión de valores, normas y hábitos éticos que estén en sintonía; si los valores de la familia son distintos de los del colegio pueden surgir problemas.

P: ¿En qué consisten los hábitos éticos?

Son los hábitos que se acaban adoptando de manera inconsciente, como el hecho de no ocupar los asientos de autobús reservados a personas mayores, embarazadas, etc. No se tienen que pensar, se respetan de forma inconsciente. Es el respeto al otro que se graba en diversas áreas del cerebro y se produce de una manera automática. Los valores, normas y hábitos éticos garantizan la educación propiamente dicha.

P: Es es la instrucción propiamente dicha, el proceso de aprender y memorizar que debe ser una función esencialmente del colegio, institucional, no de la casa. Y en este apartado también estarían los deberes.

R: ¿Qué efectos ha podido provocar esta época de confinamiento en los niños?

R: Depende mucho de la edad. De 0 a 3 años, por ejemplo, si es una familia acogedora y estable que respeta y potencia el juego en el niño, el confinamiento no le afectará de forma trascendente. El juego es su manera de aprender y memorizar de manera inconsciente los patrones motores, sensoriales y emocionales. Sin la duración no es excesiva, el ser humano retoma casi todo lo que dejó aparcado antes del confinamiento, y nos olvidaremos de ello.

P: Acaba de sacar un nuevo libro: ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’…

R: Este libro trata, sobre todo, de cómo la lectura transforma el cerebro en su química y en su física a través de procesos de ‘recableado neuronal’ en los que el cerebro reinventa caminos que logran, por ejemplo, que las personas ciegas o los niños que tienen dificultades con la lectura puedan leer bien y alcancen una fluidez de lectura tan alta como la de cualquier otra persona.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francisco-mora-humanidad-maestro/
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Juan Carlos Casco: «Las grandes transformaciones que experimentamos reclaman a gritos un Tercer Contrato Social de la Educación»

Por Kelly Robledo

Un mundo cambiante y el sentirnos vulnerables frente a situaciones como la actual crisis del coronavirus, nos invitan a reflexionar sobre el estado actual de las políticas sociales, los retos a los que nos enfrentamos y cómo estamos preparados para afrontarlos. En medio de todo esto se encuentra la educación, cuyos modelos que hasta el momento ha ejecutado ameritan cambios urgentes frente a los desafíos del escenario actual.

Aika conversó con Juan Carlos Casco, historiador de formación, y dedicado actualmente a la asesoraría de gobiernos y organizaciones en el desarrollo de nuevos modelos educativos, en base al emprendimiento y las nuevas tecnologías. En este entrevista, Casco defiende la necesidad de lo que denomina el Tercer Contrato Social de la Educación, en la línea del cual ya trabaja junto a su equipo Kairós, una organización integrada por profesionales de la educación unidos para contribuir a la innovación y transformación del sector.

¿Cuál es su visión de la historia reciente de la educación?

La economía, la sociedad y la tecnología han sufrido una evolución sin precedentes que no se ha visto secundada por un cambio en la educación. Aunque hemos incorporado nuevas tecnologías y aparatos al aula, solo nos han servido para reproducir el viejo patrón del profesor como emisor de información para ser memorizada por los alumnos y repetida en un examen.

Pese a que utilizamos la tecnología en el aula, no hemos cambiado el propósito. Continuamos anclados en el paradigma de la enseñanza y no entendemos que estamos en la sociedad del aprendizaje.

Aunque usamos videproyectores, internet y plataformas virtuales, los fundamentos del currículo educativo no han evolucionado tanto en muchos siglos, no somos tan “modernos” como pensamos. El modelo de Boecio y Casiodoro (Trivium y Quadrivium) aún es reconocible en nuestra educación, mucho más patente es el influjo de la Ilustración con su ideal académico o los requerimientos de la era Industrial que demandaba una escuela para “fabricar” trabajadores que realizasen tareas repetitivas en las cadenas de montaje y la administración, un estándar de escuela prusiana enfocada en producir personas obedientes y soldados disciplinados.

Ahora mismo, ¿cuáles deberían ser las principales preocupaciones en materia de educación?

La principal preocupación está en torno a la pregunta: ¿Qué necesitamos enseñar a nuestros niños y niñas para desempeñarse de manera satisfactoria en el futuro, actuando con la mirada puesta en 2050? Aún siendo evidente que no sabemos cuál va a ser la evolución en el mundo de la economía o el trabajo, algo que es difícil de prever en unos meses, sería pretencioso anticipar el mundo del futuro, y más aún pretender preparar a los niños para profesiones con futuro. Incluso las profesiones más prometedoras, en un horizonte de 10 años, es posible que estén obsoletas, sean marginales o puedan sustituirse por la inteligencia artificial u otras tecnologías disruptivas.

Sin embargo, en este entorno complejo y cambiante, sí sabemos cuáles van a ser las competencias claves para el desempeño personal y profesional en las que tenemos que centrarnos y emplearnos a fondo, como el desarrollo de la creatividad, la innovación, el emprendimiento y el liderazgo. De hecho, muchas de ellas, de una u otra manera, ya están escritas en las leyes educativas de muchos países, aunque su enunciado no deja de ser una mera declaración de intenciones porque para su enseñanza y aprendizaje se necesita una apropiación por parte del profesorado.

Nuestros niños y niñas van a necesitar aprender a vivir en la incertidumbre, a trabajar juntos, a ser sensibles, a diseñar soluciones creativas a problemas emergentes, a inventarse su propio trabajo y sustento, a liderar su propia vida. Todo esto no se adquiere por generación espontánea, la base de los nuevos saberes está en el desarrollo de competencias y habilidades subyacentes que hemos reunido en un modelo para su aprendizaje (Modelo 6-9). Estas las podemos resumir en aprender a ser sensibles, a escuchar a los demás y hacernos cargo de sus necesidades y preocupaciones, a prometer cosas valiosas a otras personas, a pedir de manera efectiva, a cumplir nuestras promesas, a hacer buenas ofertas, a declarar cosas importantes y significativas para los demás, a ser veraces y éticos, a hacer juicios fundados con los que conducir nuestros cursos de acción, a tomar decisiones, a crear una visión, a construir dirección con sentido y criterio, a coordinar nuestras acciones y ejecutar el trabajo de manera impecable, a producir satisfacción, a gestionar emociones y crear espacios emocionales expansivos, a evaluar lo que hacemos, a programar y planificar de manera flexible…

Las grandes transformaciones y disrupciones que estamos experimentando en el ámbito económico, social o laboral, están reclamando a gritos un Tercer Contrato Social de la Educación, cuyos rasgos definitorios comienzan a entreverse en torno al siguiente enunciado: “descubre tu pasión, aprende a lo largo de la vida, cultiva nuevas competencias y habilidades, hazte cargo de inventar tu trabajo…”.

Habla de un cambio o renovación de lo que se ha desarrollado hasta el momento. ¿Qué significa en detalle lo que denomina “tercer contrato social de la educación”?

La mayoría de nuestros padres y abuelos nacidos en la primera mitad del siglo XX aceptaron un contrato social que les proponía el siguiente itinerario educativo:  “aprende las cosas básicas para desenvolverte en la vida, desarrolla disciplina y obediencia, luego aprende un oficio y tendrás un trabajo digno para ganarte la vida…”.

Los nacidos en la segunda mitad del siglo XX tuvimos más suerte y nos encontramos con otro contrato social que ampliaba nuestras posibilidades educativas y laborales bajo este enunciado:  “estudia mucho, esfuérzate, saca buenas notas, haz una carrera y tendrás un buen trabajo de por vida…”.

Los venidos al mundo a finales del siglo XX y principios del XXI han tenido la mala fortuna de verse obligados a firmar el mismo contrato que sus padres, cuando la realidad de su mundo es radicalmente distinta.

El Primer Contrato Social de la Educación se basaba en la adquisición de competencias básicas (matemáticas, lenguaje, conocimiento del medio, historia…); el Segundo tenía su fuerte en las competencias técnicas asociadas al desempeño de una profesión que se obtenían principalmente a través del estudio de una carrera; el Tercero tendrá su fuerte en la adquisición de las competencias genéricas (competencias clave para el siglo XXI o soft skills).

En esta línea, ¿qué es Kairós? ¿Qué respuesta da a los desafíos que plantea la sociedad actual? ¿Y de qué manera busca hacerlo en contraste a lo que plantean otras instituciones del mismo sector?

Kairós es un movimiento que trabaja para impulsar y materializar el Tercer Contrato Social de la Educación, cuyos miembros son reconocidos líderes educativos de diferentes países y continentes, expertos en campos diversos y profesionales de un gran prestigio y compromiso.

Nos hacemos cargo de una anomalía histórica para adaptar la educación al signo de los tiempos desde una actitud proactiva. Somos conscientes del desafío monumental que enfrentamos, pero nos une el compromiso con la sociedad y el amor por las futuras generaciones.

Desde Kairós nos mueve el compromiso radical y somos optimistas respecto al futuro de la educación, reclamamos valentía a los gobiernos para plantear un Tercer Contrato Social de la Educación e iniciar el camino dando el primer paso, uniendo vigores dispersos y haciendo camino al andar. Sabiendo, como el esforzado labrador, que es posible que no lleguemos a recoger el fruto del olivo, pero con la satisfacción de que lo plantamos y lo cuidamos con todo nuestro cariño para las futuras generaciones.

Kairós es la casa común de toda la comunidad educativa, es tu casa.

Como ha dicho, estamos en un momento histórico que demanda cambios profundos en políticas a todo nivel, y especialmente en el campo educativo. ¿Cómo asume Kairós el complejo escenario planteado por la expansión del coronavirus?

El coronavirus ha actuado como un acelerador del cambio histórico en el que ya estábamos inmersos, evidenciando y haciendo transparentes las anomalías y fallas que ya existían en el mundo de la economía, el trabajo o la educación.

La crisis del coronavirus nos ha puesto ante la evidencia de que el mundo que nos espera estará presidido por la incertidumbre, y que para un buen vivir, tendremos que aceptarlo con alegría y en clave de oportunidad. Estamos ante un cambio radical de paradigma que no es nada nuevo, forma parte de un debate histórico que se inició hace 2500 años en torno a la concepción del ser humano como realidad inmutable o devenir.

La educación en este momento ha de hacerse cargo del estado de ánimo de la gente, que se concentra en un sentimiento colectivo mayoritario donde las personas perciben que su mundo se desmorona a sus pies. “No veo posibilidades para mí” es el pensamiento más recurrente, y la educación ha de hacerse cargo de ello, ayudando a las personas a descubrir posibilidades. Si no somos conscientes de esto, podemos vernos arrastrados hacia el derrotismo y el nihilismo, o por el contrario, abrirnos la puerta a una nueva esperanza para construir un mundo mejor. Eso sí, aprendiendo otras cosas, de otra manera y con otro propósito.

En base a su experiencia, ¿qué le hace falta a la gestión de la educación que los gobiernos realizan? ¿Qué diferencias encuentra entre las políticas educativas de Latinoamérica y Europa?

Los gobiernos están gestionando el presente de la educación como pueden, agotados en discusiones estériles y cortoplacistas, sin tiempo para pensar, ni mucho menos, para diseñar el futuro. Y esto es una auténtica anomalía. Todo el mundo sabe que el problema está ahí pero muy pocos quieren reconocerlo. Llevamos décadas escondiendo los problemas en los cajones con la amenaza latente de que un día nos exploten en las manos.

Muchas personas viven en la tranquilidad de que sus gobiernos están trabajando por el futuro de la educación. Yo les digo ¡Asústense! Porque su gobierno no se está haciendo cargo del futuro de la educación. La Educación que están recibiendo nuestros hijos es una herencia del pasado que los lleva directamente a un callejón sin salida.

Las democracias no son perfectas, están llenas de tabúes y conversaciones prohibidas, los partidos políticos se mueven por el tacticismo electoral, están pensando en las próximas elecciones en lugar de las futuras generaciones.

La política se centra en producir resultados a corto plazo que puedan traducirse en votos. Y la educación requiere la sensibilidad del agricultor que planta un olivo, el mismo amor que nos guía como padres y madres cuando realizamos una gran inversión durante 20 años o más en la educación de nuestros hijos e hijas, sin condicionarlo a los resultados en los próximos cuatro años, sabiendo que la educación es un tesoro que produce resultados a largo plazo. Es el amor por las futuras generaciones lo que mueve el mundo, y también debería ser el sentimiento que estuviera presente en nuestros gobernantes.

Los problemas que aquejan a la educación en diferentes países y continentes tienen la misma raíz.

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