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Roberto Busquiel: “El aprendizaje cooperativo es clave para el éxito de docentes y alumnado”

Por: Educación 3.0.

Fundador del proyecto MIAC, una comunidad de docentes que trabajan por ofrecer a su alumnado una educación adaptada al siglo XXI, Roberto Busquiel impartirá la sesión formativa online ‘El aprendizaje cooperativo, una propuesta metodológica para favorecer la inclusión en el aula’, el 12 de diciembre en el marco del Concurso Escolar del Grupo Social ONCE.

La innovación pedagógica en el ámbito de la enseñanza debe fluir en el seno de la comunidad; tejer redes es clave en el contexto educativo. Con este objetivo nació en 2015 el proyecto MIAC, del que Roberto Busquiel es fundador y coordinador. El Grupo Social ONCE se une a este objetivo con la puesta en marcha de su 36 Concurso Escolar. Bajo el lema ‘Once upon a time, La mirada de tod@s’, su objetivo es abordar la inclusión desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

Para ello, y por cuarto año consecutivo, el Concurso Escolar ofrece recursos educativos como webinars formativos online interactivos a cargo de expertos en educación inclusiva y creatividad. Roberto Busquiel, maestro de Infantil y Primaria y experto en innovación pedagógica, protagonizará el cuarto webinar el 12 de diciembre con la sesión ‘El aprendizaje cooperativo, una propuesta metodológica para favorecer la inclusión en el aula’, en el marco del Concurso Escolar Once.

En esta entrevista, el fundador y coordinador del proyecto MIAC, ofrece las respuestas para conocer cómo implementar el aprendizaje cooperativo en el aula de modo que priorice la inclusión de todos los estudiantes.

Pregunta: Como equipo de docentes referente en pedagogías innovadoras, ¿de dónde viene la necesidad de agruparse para crear la plataforma online MIAC en 2015?

Respuesta: La plataforma educativa MIAC · Maestros Innovadores, Alumnos Competentes es un entorno de aprendizaje en red, con un objetivo claro y bien definido, buscar un espacio donde poder conectar con todo aquel interesado o interesada en la educación, con nuestras mismas inquietudes.

En 2015 aproximadamente, empezó a hablarse de cambio metodológico, con una  apuesta fuerte por la innovación educativa y vimos que había necesidad de información al respecto. Decidimos, entonces, compartir las respuestas que encontrábamos a  las dudas que nos surgían; y, así, comenzó todo. Nuestra filosofía de trabajo es compartir contenidos y escuchar a cualquier persona que quiera aportar algo a este maravilloso mundo que es la EDUCACIÓN con mayúsculas.

En junio de 2019, el equipo MIAC decidió culminar esta trayectoria con su primera jornada el 19 de octubre. Esta jornada se diseñó como un espacio para promover la comunicación de proyectos educativos de centro o diseñados por el propio profesorado, ofreciendo conferencias especializadas y talleres relacionados con la temática elegida, en este caso, neuroeducación. Actualmente ya estamos trabajando en las II Jornadas MIAC que muy pronto anunciaremos en nuestras redes sociales y plataforma web…

P: ¿Qué aspectos debe atravesar una docencia basada en la innovación? ¿Qué introduce en este sentido el aprendizaje cooperativo?

R: Destaco la importancia que tiene el procedimiento metodológico Investigación-Acción en la docencia para hablar de innovación. Latorre (2003) lo define como la indagación práctica que realiza el profesorado, de forma colaborativa, con la finalidad de mejorar su práctica educativa a través de ciclos de acción y reflexión.

A partir de esta definición, se puede decir que cualquier innovación docente, analógica o digital, proyecto o plan estratégico de centro debe partir de una necesidad, de un por qué se quiere hacer esto, y no sólo se debe plantear esta pregunta, también definir los objetivos que van a dar respuesta al para qué se quiere aplicar, qué se va a hacer y cómo se va a hacer.

Si todo este procedimiento de investigación-acción se lleva a cabo con equipos docentes con una buena competencia cooperativa, seremos capaces de hacer grandes cosas, de convertir sueños en realidad, de ver resultados muy positivos a corto, medio y largo plazo. Por este motivo el aprendizaje cooperativo es una metodología clave para el éxito de los equipos, tanto de docentes como en el alumnado.

P: El proyecto MIAC quiere crear comunidad educadora a nivel nacional, ¿qué importancia tiene tejer redes en el proceso de formación del docente?

R: El proyecto MIAC ya ha creado una gran comunidad educadora a nivel nacional e internacional, hemos tejido una red en la que cada vez se suma más profesorado  innovador. Somos más de 250.000 docentes con necesidad de cambio y con ganas de buscar soluciones a las dificultades que nos estamos encontrando en nuestro sistema. Nuestro objetivo, por tanto, es seguir ampliando esta red, no solo a través de nuestra plataforma, sino también creando un espacio en formato de jornadas educativas en las que el profesorado pueda compartir sus buenas prácticas y puedan enriquecerse de las de otros docentes.

Todas las prácticas innovadoras que se están llevando a cabo en los centros en muchas ocasiones no salen de las aulas o no son reconocidas a nivel interno y creo que estamos en un buen momento para generar este tipo de espacios para compartir, reconocer y enriquecernos los unos de los otros, generando equipo docente y tejiendo redes de aprendizaje; esto es clave para el bienestar de los docentes y para descubrir otras realidades que también nos pueden ayudar a mejorar nuestra praxis.

P: La comunidad en el profesorado se traduce en la cooperación en el aprendizaje, concepto sobre el que versará tu sesión formativa del próximo día 12 en el marco del Concurso Escolar Once, ¿qué beneficios conseguimos al evitar el individualismo en la enseñanza?

R: Pujolàs (2009), uno de mis autores referentes en el estudio de los beneficios del Aprendizaje Cooperativo en los alumnos, en su proyecto PAC: programa CA/AC, cooperar para aprender y aprender a cooperar, nos habla de tres estructuras de la actividad en el aula, la estructura individualista, la competitiva y la cooperativa.

Cuando hablamos de una estructura cooperativa, el alumnado trabaja en equipo, se puede ayudar y motivar en el aprendizaje; como docentes tenemos un doble objetivo, que aprendan lo que les enseñamos pero también que ayuden a sus compañeros/as a que también lo aprendan, hablamos de interdependencia de finalidades positivas entre el alumnado, consiguen su objetivo sólo si los demás también lo consiguen.

A partir de esta teoría, podemos decir que la estructura cooperativa es la única que potencia las relaciones entre el alumnado, mejora la comunicación y sobre todo fomenta la atención y la inclusión de todo el alumnado, además de generar un aprendizaje significativo y personalizado a través de experiencias positivas que dejan huella.

P: ¿Qué valores quiere poner en el centro del aprendizaje la comunidad educativa de docentes que trabajan por la innovación pedagógica?

R: Uno de los valores más importantes y haciendo referencia a este proverbio chino, “si caminas sólo, irás más rápido pero si caminas acompañado llegarás más lejos”, es la importancia del trabajo en equipo de los docentes. Trabajar en equipo, compartir, tener un buen dominio de las habilidades sociales para trabajar con otros, generar nuevas ideas y tener la capacidad de desarrollarlas es uno de los aspectos más importantes para trabajar la innovación pedagógica.

Otro de los valores que realmente es necesario para llevar en los centros educativos proyectos de innovación pedagógica es el liderazgo pedagógico. En los centros educativos necesitamos líderes pedagógicos, personas capaces de empatizar, escuchar, tener una buena competencia intrapersonal e interpersonal, tener la capacidad de crear, compartir y ser conscientes de la importancia que tiene la investigación docente en la educación actual, hay que enseñar pero también hay que aprender, no todo vale, hay que buscar las mejores respuestas a las preguntas que nos plantea el sistema educativo actual.

P: Jornadas como la que organizasteis desde MIAC sobre neuroeducación y sesiones interactivas como las del Concurso Escolar ONCE quieren hacer de la formación uno de los principales pilares de la transformación en el aula, ¿qué novedades incorporan al proceso de docencia? ¿Sirven para complementar la formación académica del profesorado?

R: El docente del siglo XXI tiene que estar en un continuo aprendizaje; nuestra sociedad cambia a un ritmo vertiginoso, y en el ámbito educativo los docentes tenemos que estar preparados para atender de la mejor forma posible todas las necesidades que nos estamos encontrando en las aulas. Por este motivo, jornadas educativas como las de MIAC, sesiones interactivas como las del Concurso Escolar ONCE y otras propuestas formativas, son espacios que se están creando al servicio del profesorado, y que no solo sirven como complemento en la formación académica, sino que también sirven como punto de encuentro entre los docentes, espacios facilitadores de nuevas metodologías o propuestas innovadoras que nos ayudan a mejorar nuestra competencia como docentes.

Definitivamente debemos poner el foco en nuestro alumnado, creer en él, luchar por él y hacer que sean los verdaderos protagonistas del aprendizaje; de esta forma, desaparecerían los problemas de la educación tradicional para solucionar problemas reales de nuestra sociedad y de los que nuestro alumnado debe ser partícipe y protagonista. Los docentes debemos estar muy bien preparados para poder actuar como guías y facilitadores de este proceso.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/roberto-busquiel-aprendizaje-cooperativo-exito-docentes-alumnado/120300.html

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Christian Matamoros: ¿Qué fue y en qué están las organizaciones docentes de Sudamérica?

Por: Guillermo Cotal y Jean Paul Retamal.

El historiador y profesor de la Universidad de Santiago, Christian Matamoros (Coquimbo 1982), presenta el libro “Sindicalismo Docente en Sudamérica. Política y Organizaciones de Izquierda en Sudamérica”, el que reúne diversos artículos de profesores–escritores que participan de organizaciones docentes  y que reflexionan en torno a la actividad gremial y los procesos políticos de las últimas décadas. El texto inaugura la colección “Política y Sociedad” de Ediciones Escaparate.  Dialogamos sobre el estado de las organizaciones docentes, su relación con la cultura de izquierda y los efectos de la avanzada neoliberal en las prácticas docentes de Sudamérica.

–¿Cuál es el estado de la sindicalización de las organizaciones docentes en América Latina?

–En términos generales los docentes son un sector altamente organizado, especialmente los del sector público, que en la mayoría de los países, salvo Chile, son los mayoritarios. Por lo general, no existen organizaciones únicas, sino un par de organizaciones de carácter nacional y en algunos casos sindicatos base, provinciales o comunales, que se agrupan en entidades superiores, como el caso de la FECODE en Colombia. Los docentes, al ser un sector masivo de los trabajadores, logran mediante sus organizaciones incidir de forma importante en los respectivos movimientos sindicales de cada país, siendo en la mayoría las organizaciones más grandes y con importancia en las centrales sindicales.

Las organizaciones docentes lograron resistir de buena forma la crisis del sindicalismo y de los metarelatos, que fue hegemónica durante la década de los 90. No obstante, por lo general siguen siendo organizaciones excluidas dentro de los estudios sindicales, los que siguen poniendo el foco en sectores estratégicos de la producción, como el sindicalismo del cobre o los portuarios. Por lo general, la mayor potencialidad de los sindicatos docentes radica en su presencia a nivel nacional, su relación con la población, especialmente la juventud, y su rapidez para politizar sus demandas. En todos los países latinoamericanos los sindicatos docentes son actores políticos de primer orden.

–¿Cuál es la relación entre la izquierda y la sindicalización docente?

–Durante gran parte del siglo XX, las organizaciones docentes se vincularon políticamente con partidos de centro, liberales, radicales, demócratas, etc. Si bien alrededor de la década de 1920 existieron experiencias interesantes de sindicatos identificados con posiciones de izquierda, en general esa no fue la norma. La vinculación con el liberalismo y el radicalismo provenía del “normalismo”. Domingo Sarmiento, padre de las escuelas normales en Sudamérica, marcó hasta hoy gran parte de las experiencias formativas de los maestros, quienes se consideraban así mismos como apóstoles laicos de la civilización, agentes que combatían la barbarie mediante la educación, principalmente valórica. Las antiguas profesoras normalistas chilenas son un ejemplo de eso. No obstante, la radicalización política vivida a nivel general a fines de los años 60 también emergió en los docentes. En esos años se fundaron organizaciones explícitamente sindicales, con un pretendido carácter único, se realizaron masivas huelgas, y las organizaciones de la izquierda no armada, armada, marxista y no marxista, fueron ganando cada vez más peso. En casi todos los países las fuerzas de izquierda con mayor importancia en los profesores fueron los partidos socialistas y comunistas. Pero desde los 60 también emergieron con fuerza las agrupaciones docentes identificadas con el maoísmo, ex maoístas y trotskistas, especialmente en los países del mundo andino. Por lo general, los países del Cono Sur estuvieron más identificados con los partidos de la izquierda tradicional, donde las ideas de Sarmiento podían convivir mediante un socialismo más conservador.

La crisis que vivieron todas las organizaciones de izquierda con la caída del muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética no repercutió de la misma forma en los docentes. Es más, me atrevería a decir que las organizaciones del magisterio fueron trincheras que permitieron mantenerse con vida a estas corrientes de izquierda, en tiempos en que su representación parlamentaria disminuyó o simplemente desapareció. Así por ejemplo, en países como Ecuador o Colombia las organizaciones de izquierda tienen a sus militantes docentes como sus principales portavoces

–Con relación a la violencia política en las dictaduras del Cono Sur y las Democracias Post Dictatoriales. ¿Qué análisis haces sobre los derechos humanos y las organizaciones sindicales docentes?

–Las organizaciones docentes fueron severamente golpeadas durante las dictaduras. En Argentina hubo 600 maestros asesinados o desaparecidos. En Chile más de cien. En Paraguay algunos debieron sufrir largas condenas de prisión. El SUTE que se había formado durante el gobierno de Salvador Allende fue clausurado por ley y sus inmuebles existentes a lo largo de todo el país fueron confiscados. No obstante, salvo en el caso chileno, en la mayoría de los casos las organizaciones lograron resistir a la represión y a los intentos de imponer un tipo específico de organización sindical, como fue acá el Colegio de Profesores.

Ahora bien, la represión no es exclusiva de las dictaduras. En Neuquén, Argentina, en 2007 fue asesinado el profesor Carlos Fuentealba en una combativa huelga. En Perú, el conflicto entre el Estado y los comunistas de Sendero Luminoso dejó a cerca de 2 mil maestros asesinados y un número mayor de presos con largas condenadas, especialmente tras el autogolpe de Fujimori (1992). En Colombia la cifra de sindicalistas asesinados es la más alta del mundo, donde los maestros están entre los más afectados. En Ecuador durante el Gobierno de Correa fue asesinado un docente en una huelga, mientras que la Unión Nacional de Educadores, claramente identificada con la izquierda, fue ilegalizada y sus sedes allanadas.

En general, los gobiernos posdictatoriales han tenido una inicial cercanía con las organizaciones docentes, pero al no dar cuenta de las aspiraciones del profesorado se fueron generando distanciamientos, los que si no fueron conducidos por los dirigentes estas terminaron siendo desplazados bajo la acusación de “traición”. Eso fue lo que pasó en Chile con Osvaldo Verdugo (DC) durante el Gobierno de Aylwin, con Jorge Pavez (ex PC) en el Gobierno de Lagos y con Jaime Gajardo (PC) en el segundo Gobierno de Bachelet.

–¿Qué efectos ha tenido la avanzada del neoliberalismo sobre las organizaciones docentes?

–Los efectos del neoliberalismo provocaron mayores grados de fragmentación estructural en el sistema educativo lo que repercutió en las organizaciones docentes. En Chile esto se demuestra en el sector de la educación particular, donde existen miles de sindicatos de empresa, conformados en los establecimientos, pero que no logran mayores grados de articulación y unidad sindical. En los últimos años, el sector educación es el que más huelgas legales registra. Existe disposición a organizarse y luchar, pero estas batallas fragmentadas, descentralizadas quedan invisibilizadas en el profundo mar de la lucha de clases. Allí radica una de las principales tareas del sindicalismo docente.

–Desde una perspectiva histórica, observas diferencias entre sindicalización y gremialización de las organizaciones docentes del Cono Sur. ¿Puedes explicar?

–Es un tema bastante discutido, durante bastantes años. Por lo general se comprende que un sindicato no responde a una agrupación por oficio o por gremio, sino por clase, por grupos de trabajadores, ya sea por rama de la producción, por empresa (como en Chile), etc. Mientras tanto, los gremios provienen de las antiguas organizaciones de artesanos: carpinteros, ebanistas, estucadores, etc. En este sentido, la mayoría de las organizaciones en Sudamérica son gremiales a pesar de que tengan vocación sindical. Por ejemplo, en Perú y Argentina las organizaciones sindicales son de “trabajadores de la educación”, pero agrupan básicamente a docentes. Por lo general, el carácter gremial se caracteriza por aspiraciones profesionales, de la especificidad del oficio, etc. En cambio, los sindicatos se centran mayoritariamente en las reivindicaciones económicas. Estas últimas están entre las principales motivaciones de acción de las organizaciones docentes sudamericanas, las que de todas formas combinan estas prácticas sindicales, típicas del mundo obrero, con otras gremiales como exigencias de estatutos docentes, regulaciones educativas, políticas educativas, etc.

Fuente de la entrevista: https://www.cronicadigital.cl/2019/12/28/que-fue-y-en-que-estan-las-organizaciones-docentes-de-sudamerica/

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Entrevista con Nora Rodríguez: «Muchos programas antibullying no funcionan porque no tienen en cuenta lo que ocurre en el cerebro»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Nora Rodríguez, experta en el estudio de la violencia escolar, mentora de líderes internacionales, y fundadora de Happy Schools Institute.

¿Es posible acabar con el acoso? ¿Cuál es el papel de los profesores en la lucha contra esta lacra? Hablamos con Nora Rodríguez, experta en el estudio de la violencia escolar, mentora de líderes internacionales, y fundadora de Happy Schools Institute, donde combina la Neuroeciencia con la educación para la Paz, sobe esto, y sobre el programa LAZOS, destinado a prevenir e intervenir frente al bullying, que imparte a docentes y alumnos.

Usted afirma que muchos programas antibullying no funcionan porque no tiene en cuenta lo que ocurre en el cerebro. ¿Puede explicar por qué?

Más exactamente, porque no se educa en sintonía con el cerebro social. Porque hoy sabemos mucho sobre el aspecto social del cerebro y de las aptitudes internas, relacionadas con el cuidado del grupo, y sin embargo no se lleva este saber a las aulas para que los alumnos de todas las edades puedan ejercitar con otros aquello que nos hace humanos, esto es, sacar lo mejor de sí mismos. Los seres humanos somos mucho más buenos que malos. Por el contrario, se pone todo el esfuerzo en prevenir la violencia en las aula mediante enseñanzas en las que el adulto repite «eso no está bien, no lo hagas», y no se le dan a los alumnos oportunidades continuadas para que puedan actuar desde lo que son, desde las capacidades que nacen de su interior y que nos permiten desarrollar la empatía, la generosidad, el altruismo, la ayuda mutua….

Y ello sin contar que se tiende a frenar la violencia cuando se visibiliza con medidas disciplinarias firmes que a menudo incluyen mecanismos de exclusión, sin tener en cuenta que estos mismos mecanismos a menudo generan más acoso a mediano y largo plazo. Sé que es difícil entender, pero no alcanza con decir una y otra vez a los alumnos «no aceptamos que te comportes así», independientemente de que este sistema pareciera que tiempo atrás ha funcionado.

¿A qué alternativas se refiere?

Hoy hay otros paradigmas, otro modo de promover el aprendizaje social. Por ejemplo, sabemos que los alumnos deben reflexionar, prever consecuencias, y si no las han previsto, reparar. Durante las últimas dos décadas, una ola de investigaciones científicas ha documentado repetidamente el impacto dañino y duradero del acoso escolar entre los jóvenes. Investigaciones de todo el mundo han demostrado que el acoso escolar, considerado durante mucho tiempo como un rito de paso benigno, en realidad contribuye a la violencia y los problemas de salud mental. En respuesta, se han desarrollado una gran cantidad de programas contra el acoso escolar pero no sólo no han servido sino que en algunos casos lo han agravado.

… ¿Y el cerebro?

A diferencia de lo que creíamos hace algunos años, en la actualidad saber que nuestro cerebro es tremendamente moldeable por plasticidad neuronal, así que puede reorganizarse de forma estructural y funcional adaptándose continuamente en cada aprendizaje. Esto abre una puerta a la esperanza también frente al bullying, podemos esperar también lo mejor de los alumnos, independientemente de lo que hayan hecho, de la edad que tengan y del momento de desarrollo por el que estén pasando. En este sentido, si excluir y dejar a los alumnos fuera de juego los perjudica como persona, o no creer en ellos, o someterlo a exclusión social, ya sabemos que el resultado no va a ser satisfactorio. De hecho, la exclusión provoca el mismo dolor que una herida física, y el cerebro necesita de relaciones sociales, sentir que somos aceptados, que pertenecemos a un grupo, algo tan básico y fundamental como la alimentación. Los seres humanos necesitamos sentirnos integrados socialmente porque este es un factor de supervivencia. El daño causado por la exclusión social que a veces acompaña a las situaciones de bullying, no es sólo mental.

También se sabe que los niños y adolescentes ven afectado el córtex prefrontal ventral, cuya función consiste en regular la angustia que desencadena el dolor. Esta reacción cerebral es un aviso para que la persona proceda a la integración antes de que sea demasiado tarde para su vida. Todos los niños son conscientes de que están siendo marginados, lo cual llevado al ámbito educativo, hemos de ser conscientes de que sus cerebros se vuelven menos eficientes. Los neurotransmisores y las hormonas se liberan de manera diferente ante estímulos de peligro para la supervivencia que para situaciones agradables y de recompensa. Cuando la percepción es de peligro, la respuesta de nuestros alumnos será de lucha o de huida, secuestrando a la amígdala, bloqueando a la corteza prefrontal y a las funciones ejecutivas, es decir, las buenas decisiones. Lo cual perjudica no sólo el pensamiento analítico, sino también el pensamiento creativo y la resolución de problemas.

Es decir, cuando los alumnos necesitan sus habilidades mentales más sofisticadas, si hay bullying, y las respuestas al peligro provocadas en situaciones sociales tienden a ser más intensas y duraderas que la respuesta de recompensa en el cerebro, las funciones ejecutivas son bloqueadas.

¿Cuál es el papel del profesor en estos casos?

Personalmente, creo que no tienen en cuenta que cualquier alumno de sus clases sí sabe si hay intimidación, y también saben entre quiénes se produce. Esta es un gran ventaja, obviamente no para preguntarles, pero sí para enseñarles a detectar cuáles son las señales de que hay que actuar, y con qué recursos cuentan como grupo para frenarlo. En ningún caso usar la mediación llevada a cabo por ellos, porque eso se ha comprobado lleva a los mediadores a ser posibles víctimas. Si se ayuda a los alumnos de que ellos tienen todas las herramientas personales y emocionales que necesitan, y que necesitan pararlo entre todos, entonces ellos dejarán de poner excusas para no hacer nada. Hay que explicarles a los alumnos que la frase de Martin Luther King: «No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que sí me preocupa es el silencio de los buenos»… indica que ya no alcanza con tener el deseo de apoyar a la víctima y justificarse: hay que actuar, y hay que hacerlo en grupo.

Ya sabemos que uno solo no puede parar el bullying, ni dos, ni cinco, tienen que ser todos. Más cuando los que la ignoran creen tener razones fundamentadas según demuestran la investigaciones. («No es mi problema si alguien que no conozco está siendo atacado»; «No es agradable entrometerse en los asuntos de alguien»; «Ellos pueden resolver todo por sí mismos»; «No quiero ser un chivato contándoselo a un maestro»; «Él o ella debe defenderse por sí mismo»; «La mayoría de las personas pueden cuidarse a sí mismas y, a veces, las víctimas se lo merecen».

Sin contar que, lamentablemente, algunos niños y adolescentes, como algunos adultos, aprueban la intimidación, encuentran atractiva la violencia o la posibilidad de violencia. También frases como «me encanta ver pelea»; «A todos los niños les gusta divertirse y yo soy parte de eso»… son algunos ejemplos de esto.

¿Qué le dice usted a los profesores a los que forma?

Cuando formo a los profesores para que sean líderes en las aulas, les doy estrategias para que puedan hacen sentir bien a sus alumnos, teniendo en cuenta qué pasa en el cerebro, creando un clima positivo en el aula, dando autonomía para tomar decisiones, enseñándoles a dar algo de lo que saben hacer, enseñándoles cómo se establecen buenas relaciones, practicando el agradecimiento, la amabilidad, entre otros. Esto favorece la respuesta de recompensa, hay más dopamina en el cerebro, y la recompensa social es que tiene efectos duraderos, lo cual favorece el clima del aula, con una clase más efectiva, abierta a ideas y más creativa. Los docentes con alto liderazgo les hablan a los alumnos de quiénes son con sus características individuales, les ayudan con cierta periodicidad a los alumnos a ensayar lo que podrían decir en presencia de un acosador.

¿Cómo sería entonces un programa antibullying ideal?

Sin duda los que fomentan ante todo los buenos vínculos en el aula, el respeto y la reparación como forma de aprendizaje social. El aula, y por extensión el colegio, necesita ser vista ante todo como un laboratorio socioemocional, que permita poner en marcha lo que nos define como humanos. Y para ello es necesario que los docentes se perciban líderes inspiradores, transformadores, sintiendo que son importantes para sus vidas.

Se piensa en programas pero hay que pensar en cómo deseamos ser tatados, y qué podemos hacer por los demás. Algunos programas han demostrado ser efectivos, otros no, y otros no han sido evaluados científicamente. Ahora lo que identificamos e implementamos son mejores prácticas de prevención e intervención.

¿Cree que en algún momento será posible borrar el bullying de las aulas?

Sí, cuando sea prioritario conocer a las personas a las que se educa, y crear con ellas y entre ellas vínculos positivos. De ese modo, en lugar de poner el foco en lo que no saben, en lo que no aprenden, se tratará de descubrir qué los hace auténticos, como sus talentos y fortalezas les ayudan a aprender, y focalizarse más en conseguir relacionarse mejor con los demás.

Crear sistemas de ayuda mutua, practicar la generosidad, altruismo, y no sólo para planificar clases dinámicas y colaborativas en donde los alumnos cumplan un rol, sino para que se sientan parte del aula, porque si el cerebro reptiliano está tranquilo, y el instinto de pertenencia satisfecho, el ambiente del aula mejora de un modo increíble.

¿Qué es exactamente Lazos?

Un conjunto de buenas prácticas de alto alcance que pone el foco en los vínculos positivos, con 22 desafíos destinados a desarrollar aptitudes internas que los hacen mejores seres humanos, como la generosidad, la amabilidad, la empatía, la ayuda mutua, entre otros; primero en el colegio, pero luego el desafío va hacia las familias, y así uno cada mes, o dos, dependerá del colegio, el caso es que cada alumno es un mediador positivo entre el colegio y la familia. El programa incluye la formación liderazgo del docente, y 300 estrategias en las aulas para frenar el bullying según la fase en que se encuentra, y la edad de los alumnos, usando el espacio como cómplice, dinamizándolo según las necesidades.

El objetivo es el contagio de emociones constructivas. Con un enfoque de «toda la escuela», con una acción coordinada a nivel del estudiante individual, el aula y la escuela, evitando programas y estrategias que los dejen los dejan mal equipados emocionalmente para enfrentar sus problemas sociales y emocionales.  Y volvemos al cerebro, porque desde el nacimiento tenemos la capacidad para aprender interactuando con los demás porque disponemos de neuronas espejo que se activan cuando realizamos una acción, pero también cuando observamos a otros realizarla, del mismo modo, nos copiamos también de emociones negativas o positivas.

Así que jugamos con ventaja, porque una función básica de los grupos es el deseo de armonizar. Es una necesidad de nuestro cerebro estar en sintonía. Buscamos que ellos encuentren en su interior que hacer y lo hagan.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-muchos-programas-antibullying-no-funcionan-porque-no-tienen-cuenta-ocurre-cerebro-201912090145_noticia.html

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Héctor Rodríguez pide reflexionar sobre resultados prueba PISA y cerrar INAFOCAM e ISFODOSU

Por: acento.com.do

 Las instituciones del sistema educativo dominicano deben tomar un año sabático para la reflexión y búsqueda de soluciones a los problemas identificados con las pruebas PISA, dijo el educador y psicólogo Héctor Rodríguez Cruz, quien además propuso que particularmente deben cerrar sus actividades el Instituto de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) y el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam).

Héctor Rodríguez Cruz propuso algunas actividades que podrían realizar estas instituciones para su próxima reinserción a las actividades educativas. Vea completa la entrevista en el programa ¿Y tú…qué dices?, que conduce el periodista Fausto Rosario Adames.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2019/video/videos/8761237-hector-rodriguez-pide-reflexionar-sobre-resultados-prueba-pisa-y-cerrar-inafocam-e-isfodosu/

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Entrevista a Nadia Fink: “A los niños se les enseña el ego y las niñas se les enseña la culpa”

Por: Meritxell Freixas Martorell

«El feminismo es replantearte cómo te educaron, cómo miras y cómo te relacionas», dice Nadia Fink. Para ello, junto a otras, comenzó la colección «Antiprincesas», una serie de libros infantiles sobre algunas mujeres relevantes de Latinoamérica que desde hace poco han llegado a España de manos de Akal. Frida Khalo, Violeta Parra, Juana Azurduy o Evita son algunas de las mujeres sobre las que ya han escrito. Otros referentes para otra educación.

Una niña se encuentra una perra por la calle y la bautiza como Frida “porque es niña y tiene bigote”; acaba de leer la historia de Frida Kahlo. Otra, hija de madre soltera, que dice: “Mamá, Violeta también se quedó sola con sus niños”, porque acaba de conocer la historia de la cantante chilena Violeta Parra. Son los efectos que produce en las niñas Antiprincesas, la colección que muestra las luchas de mujeres latinoamericanas y rompe con los estereotipos de género de las mujeres. Una de sus creadoras es Nadia Fink, periodista y escritora argentina, que se ha atrevido a hablar a las más pequeñas sobre la vida de otras mujeres, desde el feminismo, la perspectiva de género y en su propio lenguaje. La pintora mexicana Frida Kahlo, la artista chilena Violeta Parra o la coronela boliviana Juana Azurduy, son algunas de las protagonistas de estas historias que ponen de relieve las obras y logros de todas ellas, y dejan atrás su vida romántica o sentimental.

El proyecto es una apuesta de la editorial infantil Chirimbote y se complementa con la colección Antihéroes, pensada para deconstruir la idea clásica del superhéroe fuerte y valiente que todos los niños quieren imitar. La colección se dirige a niños y niñas de entre 6 y 12 años, pero también se está utilizando en párvulos e, incluso, para adolescentes que quieren aprender las biografías de estos personajes.

Desde hace dos meses, los cuentos están disponibles en España de la mano de la editorial Akal, de Madrid. Una propuesta para hacer llegar a los niños y niñas del otro lado del Atlántico los referentes latinoamericanos desde otra mirada, “más allá de la idea de la Pocahontas”, como dice Fink.

“Antiprincesas” nace en 2015, un momento en el que el feminismo en Argentina ya tenía mucha fuerza. ¿Cómo influyó en el impulso del proyecto?

Empezamos en enero de 2015 con Frida, que fue el primero y fue un poco previo al estallido en Argentina de #NiUnaMenos, que llegó poco después y sacó a mucha gente en la calle. Queríamos mostrar historias de mujeres contadas para niñas, que era una parte que no estaba considerada para las infancias. Empezábamos a hablar desde el periodismo y las editoriales para gente adolescente y adulta, pero dejábamos las infancias para las grandes industrias. Cuando sale “Violeta Parra” en junio de ese año fue justo cuando aparece #NiUnaMenos”, y ahí se termina de dar un impulso grande a la colección Antiprincesas.

¿Cuáles son los criterios para elegir a las mujeres protagonistas de la colección?

Pensamos que fueran latinoamericanas, ya que los cuentos que leen las niñas vienen de contextos europeos y es bueno contarles su contexto latinoamericano, sus paisajes, sus colores, sus cuerpos, sus herencias y orígenes. Otra es que fueran mujeres comunes que hicieron cosas importantes. A veces nos preguntan: «¿Son feministas o no son feministas?». Bueno la mayoría de nuestras mujeres no se decían feministas, pero hicieron mucho y aportaron por el feminismo popular que estamos viviendo ahora. También pensamos en que rotaran por todas las disciplinas: hay escritoras, cantantes, luchadoras, trabas [travestis], [activistas como] las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo… La idea era que se vieran todas las posibilidades que tenemos las mujeres.

  

Pensando en el eje de la política tradicional, ¿la selección responde a un perfil político determinado?

Desde el foco de política tradicional, podría verse que hay una mirada determinada de parte nuestra, pero para nosotros la política atraviesa lo cotidiano y nos cuesta pensarlo tan limitadamente. Si lo vemos así, es más de izquierdas. Pero, por ejemplo, partimos con Frida Kahlo, que hoy es un personaje de moda y que muchas veces está vacío de contenido. Ella es la pintora lisiada que vemos en todas las carteras y almohadas y decidimos partir del estereotipo que se genera de ella para desandar la vida de otras maneras.

¿Qué tipo de estereotipos derriban los relatos que escriben?

Básicamente, los estereotipos de género, cómo las mujeres fueron contadas en los cuentos clásicos para las infancias. Mujeres que siempre estuvieron a la espera de que las rescatasen, que vivieron siempre para su imagen, cuidando su cuerpo y vestimenta, que tuvieron que seguir una tradición familiar, que siguieron un legado que no tuvo que ver con la elección o el deseo; se peleaban entre ellas y eran muy competitivas. Queríamos desandar estos estereotipos y en vez de decir que eso estaba mal, optamos por mostrar otras mujeres haciendo otro tipo de cosas. Nos pareció una manera propositiva de enseñar a las niñas espejos más reales en los que reflejarse. En cualquier cumpleaños infantil a las niñas las disfrazan de princesas y a los niños de superhéroes, y eso genera un contexto y una forma de tener que ser que es siempre inalcanzable.

Habla de “ni princesas Disney ni Barbie”, precisamente dos hitos infantiles para muchas generaciones.

Por un lado hay el tema de la belleza focalizada sólo en lo físico, una belleza que, además, es inalcanzable. Una Barbie representa una modelo y unos estándares imposibles que tienen que ver con dedicarte todo el día al cuerpo, operarte, enfermarte o, incluso, mentir, porque después vemos que cuando sacan una foto a una modelo sin Photoshop y tiene celulitis se le viene el mundo abajo. Me llama la atención cómo se sexualiza a las niñas vestidas como princesas de Disney. Una niña de ocho años no tiene formas –es regordeta o es plana–, pero no puede caber en un vestido de princesa que, además, es un dibujito animado y que tiene dimensiones irreales. Esas cinturas que no pueden existir; o el pelo necesariamente liso, porque rizado es como si fuera la antibelleza. Tiene que ver con poder ser a partir de lo imperfectas que somos y quererse como una es. A los niños se les enseña el ego y las niñas se les enseña la culpa. Ojalá que esto aporte y ayude para que las niñas crezcan con más cariño para sí mismas.

Tu fuiste educadora infantil. ¿Cómo se puede trasladar toda esta pedagogía con enfoque de género a las aulas infantiles?

Según las edades, hay diferentes estrategias. En las escuelas aún hay muchos modelos que desarmar. Hay cosas muy establecidas: desde las listas y las filas separadas por niños y niñas, que ya de por sí es una separación molesta, sobre todo si hablamos de personas trans; hasta los colores, los tipos de juegos y los juguetes o los espacios que ocupan en los patios, etc. Son cosas estructurales que hay que empezar a ver. Después habrá que ir desarmando lo más chiquito, como los problemas de matemáticas, que todavía hablan de que la mamá va a comprar verduras y el papá es arquitecto. Tenemos que desarmarlo con mucha minuciosidad y poniendo la mirada hacia el interior de cada docente porque todas estamos atravesadas por los machismos y por nuestras crianzas. Se trata de mirar profundamente cuánto nos pudo haber dañado ese tipo de estructura y hacer que las infancias de hoy lo vivan con más naturalidad para ser lo que cada quien quiera ser.

Ahora que estamos en época navideña, hay varias campañas y movimientos que han levantado el mensaje de los juguetes no sexistas. ¿Se ha avanzado algo en esa idea de mirar a las infancias sin tratar de imponer un rol de género desde pequeños?

Eso es un tema que se naturalizó por mucho tiempo y desde el feminismo se empezó a cambiar la mirada y el punto de vista. El feminismo es eso: replantearte cómo te educaron, cómo miras y cómo te relacionas. Al no haber observado nunca las infancias desde posiciones más progresistas, no nos dábamos cuenta y naturalizábamos que regalar una escobita estaba bien. Sí creo que ha empeorado el tema del rosa asociado a las niñas. Hasta las cocinitas son rosas. Más allá de eso, me parece que en el momento actual vamos a por todas: se cuestionan los juguetes, las películas, los libros… Hay una corrida de este adultocentrismo que mandó durante tanto tiempo y que está sacudiéndose porque somos generaciones que criamos con más libertades, familias criadas en democracias que, necesariamente, generaron infancias más libres y más cuestionadoras.

Muchos hombres también han empezado a mirarse y a tratar de entender de qué va todo esto. Se sienten interpelados y algunos incluso ponen en cuestión determinados modelos de masculinidad.

En nuestra colección Antihéroes pensamos cómo estos estereotipos también afectan a los niños porque les piden que sean fuertes, que se preparen para ser proveedores de su hogar, cubrir las expectativas, etc. Estos circuitos perjudican a niños y niñas. Nos parecía importante plantear que en la historia de Latinoamérica hubo hombres que no eran superhéroes, que sus superpoderes pasaban por cosas más cotidianas y que, además, enfrentaron miedos, porque ser valiente no es no tener miedo, sino enfrentarlo. Hablamos de Cortázar, del Che Guevara, de Galeano…

 

¿Qué opina del fenómeno de Las Tesis, que desde Chile se ha expandido a nivel mundial?

Ha sido increíble, es algo muy creativo, y esa creatividad en el feminismo se está imponiendo y es lo novedoso. Romper con un ritmo tan sencillo y tan simple, explicar el patriarcado con cuatro palabras cantadas, relacionando el Estado y el capitalismo. Me parece maravilloso y, más allá de la repercusión mundial, también la que ha tenido en lugares más pequeños que han buscado cómo hacerlo y han querido participar. Todo lo que se haga para interpelar a la mayor parte de gente posible me parece genial. El feminismo entiende que las cosas hay que decirlas de todas las maneras posibles, y en eso tienen mucho que ver los feminismos populares, que no se quedan en los recintos académicos, sino que salen a interpelar a todas las personas. A veces el feminismo puede ser una palabra muy fuerte para alguien o, incluso, una palabra con connotaciones negativas, pero cuando profundizan se dan cuenta de que es una manera de salvarte la vida.

Muchas mujeres hablaban de un ejercicio reparador para ellas, lo que está directamente asociado a las violencias de todo tipo que enfrentan en su cotidianidad.

Es una reparación colectiva, que es lo que ocurre con las cosas masivas. Hay personas que para mejorar un mal día van al fútbol y gritan con mucha gente, o a un concierto. Son ese tipo de cosas colectivas que también tienen algo de exorcismo, de brujería. Pararse, poner el cuerpo, acusar y señalar colectivamente es algo a lo que el feminismo va dando cada vez mejor forma.

¿Cómo el feminismo y las nuevas generaciones tendrán que enfrentar el desafío de la ultraderecha?

Si tuviera la fórmula, me hubiera presentado como candidata [se ríe]. Creo que estamos haciendo un aporte desde cada lugar que podemos para que se empoderen las infancias y se sostengan. Estas ultraderechas tiene unos rasgos muy terribles. Más allá de ser conservadoras, son poco profundas y están atravesadas por el fundamentalismo. No digo que las ultraderechas anteriores hayan sido mejores, pero tenían una base que se podían sostener desde lugares ideológicos, filosóficos o teóricos. Ahora hay un rejunte de oportunistas, con pocos estudios y muchas oportunidades, sumado al Evangelismo que creció. Esto es un error de las izquierdas y de muchas militancias sociales, que no vieron venir lo que hacía el Evangelismo en los sectores más empobrecidos; y los grandes negocios que hay detrás de todo esto: desde la explotación de cuerpos y territorios hasta el narcotráfico. Es un combo muy difícil. Pero están creciendo una gran cantidad de infancias bien distintas y bien cuestionadoras. Por eso es tan importante el feminismo popular, el que atraviesa todos los sectores, no sólo a un sector universitario que lo puede pensar desde una teoría. En el feminismo popular cada quien se encuentra feminista dentro de su propio campo de acción.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/23/a-los-ninos-se-les-ensena-el-ego-y-las-ninas-se-les-ensena-la-culpa/

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Entrevista a Leopoldo Callealta: «La vocación docente ha estado en mi vida desde que supe agarrar un bolígrafo con solo un año»

Por: ABC

Hemos entrevistado a uno de los referentes educativos de la Universidad Nebrija. Leopoldo Callealta, profesor del Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas, nominado en la categoría de Universidad, al galardón de Mejor Docente de España en los Premios EDUCA ABANCA 2019.

Leopoldo Callealta, profesor de Educación Física y de Educación, Sociedad y Política Educativa y tutor académico de Prácticas y de Trabajos Fin de Máster, habla de su vocación y del futuro de su profesión, entre otros temas.

¿Cuál es su localidad de origen y qué estudios ha cursado?

Nací en Málaga capital, pero he crecido en Cádiz. Toda mi infancia y adolescencia estuve en el pueblo donde ahora residen mis padres: Puerto Real. Mis estudios han seguido siempre el camino de la docencia. Primero me diplomé en Magisterio de Educación Física (Universidad de Cádiz), donde me otorgaron el Premio Ilustración por mi trayectoria personal y académica en el Ateneo de Cádiz y El Casino Gaditano. Después me licencié en Pedagogía, obteniendo el premio extraordinario por el mejor expediente académico de Sevilla. Obtuve mención de excelente en los dos másteres de Resolución de Conflictos (Mediación Educativa, familiar y comunitaria). Cuando finalizo mis estudios del máster, comienzo a realizar un programa de doctorado en la Universidad de Sevilla, finalizando la tesina con calificación sobresaliente. No obstante, no acabé la tesis doctoral con este programa. Por motivos personales tuve que alejarme varios años del mundo universitario, hasta que hace un año retomé los estudios de doctorado en la Universidad Camilo José Cela, dirigiéndome la tesis Nuria Camuñas Sánchez-Paulete (directora del departamento de Educación de Nebrija).

¿Qué supone para usted estar entre los nominados al Premio de Mejor Docente de España 2019?

Supone un gran reconocimiento a mi proceso metodológico. El premio te lo otorgan los propios alumnos/as que cursan mis asignaturas. Ellos son la clave del éxito docente, el motor del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando me entero de que he sido nominado, y me dan el permiso de contarlo, los primeros en saberlo son ellos. La ilusión de pertenecer a la prestigiosa lista de nominados para otorgarte el título de Mejor Docente del Año 2019 es desorbitante.

¿Cómo surge su vocación de pedagogo? ¿Qué hecho en su vida es fundamental a la hora de dedicarse a la enseñanza?

La vocación docente ha estado en mi vida desde que supe agarrar un bolígrafo con solo un año. Siempre me ha gustado enseñar y ver como otros adquieren conocimientos gracias a tu constancia. La vocación es algo que viene de manera intrínseca y que con el paso de los años se afianza mucho más a tus sentimientos y creencias. Unos de los hechos en mi vida que me hace acercarme más a la docencia son los propios docentes que te han impartido clases durante tu proceso académico. Tengo dos profesores de referencia que han sacado de mí lo mejor que podía dar en ese momento, convirtiéndome en los que soy a nivel profesional. Otra parte muy importante ha sido mi familia. Vengo de una familia hostelera por excelencia, donde todos los miembros directos trabajan allí. Yo he sido el único que ha querido seguir con los estudios e intentar terminar el tercer nivel académico (doctorado). Ellos, con sus trabas y su constancia han conseguido también que mi esfuerzo valiese la pena. Por último, mi mujer fue la clave para volver a confiar en mí y regresar a la docencia universitaria. Cuando no podía, estaba presente; cuando me ausentaba por trabajo, ella era mi motor y mi conciencia. Es por ello que esta nominación ha sido por su cuidado y su emoción por llegar a ser un profesor universitario.

¿Qué rasgos, habilidades y destrezas debe reunir un buen profesor en la actualidad? ¿Y el “mejor” docente?

Para ser un buen profesor solo debes tener tres cosas: saber escuchar a tu alumnado, creer en la constancia académica y sobre todo explotar los recursos didácticos que nos pueden dar todos los agentes educativos. Si resalto esto último, es importante saber que uno de los recursos más importantes que hay en el mundo de la docencia, y no suele utilizarse mucho, son los propios alumnos/as. Ellos, sin duda, son el mayor aprendizaje que un docente puede tener. El mejor docente debe tener lo mismo que lo anterior, a diferencia de un título o un premio. No hay mejores docentes, solo docentes que hacen bien su trabajo y aman lo que hacen.

¿Y un buen alumno?

El buen alumno debe poseer primero habilidad y valores como la empatía, la solidaridad, el saber estar y el ser compañero. A nivel académico, el buen alumno se rodea de constancia, de intriga por conocer y saber más de una materia, de escuchar a los demás y de experimentar por el avance educativo.

¿Por lo general qué déficits y qué aciertos cree que tiene la educación en España?

Por norma general, mi pensamiento sobre la educación en España es la comparativa constante con otros países europeos. Los desajustes políticos hacen que nuestra ley orgánica sobre educación nunca esté fijada, ocasionando una inestabilidad académica en todas las instituciones. Pienso que tienen que mirar mucho más las competencias profesionales docentes para la formación de los maestros y profesores de secundaria. Es la clave para la mejora de la calidad educativa.

Los aciertos que tiene la educación en España son muy significativos: Tenemos educación gratuita hasta los 18 años y cada día hay más oferta educativa para el desarrollo profesional, como la gran variedad de becas y remuneraciones en el acceso al estudio universitario. A pesar del desajuste en los pensamientos con las competencias profesionales docentes, el profesorado que tenemos en los centros e instituciones educativos cada vez se implica más en mejorarse y evolucionar sus metodologías en la praxis.

¿Cree que la figura del profesor está reconocida en nuestro país?

Cuando la LOGSE entró en vigor en los años 90, la figura del profesor tuvo uno de los picos más altos de la historia. Visualizando la evolución educativa y los cambios sociales existentes, el profesorado ha ido en descenso hasta la actualidad. El empoderamiento de los padres, los alumnos, los cambios de roles, los cambios políticos y el pensamiento erróneo de la globalización son muchos de los signos que ocasiona el no reconocimiento de la figura del profesor en nuestro país. No obstante, siempre juega la esperanza y los pequeños avances que forja la sociedad para obtener un pensamiento unánime con la figura del maestro y de los profesores.

¿Por qué los maestros no terminan de aprender nunca?

El maestro, al igual que el médico, siempre tiene que estar pendiente de los grandes y pequeños avances que se originan en su ámbito. Nunca debe de dejar de estudiar o de aprender. El pensamiento de “docente estancado” tiene su origen en su falta de reciclaje, en su formación continua. Personalmente, siempre estoy realizando nuevos cursos o asistiendo a diferentes congresos para poder llevar a cabo mi formación permanente.

¿Cuáles son los caminos de la enseñanza universitaria por los que le gusta transitar?

Sobre todo, el impartir clases en la rama de la educación. El camino más importante para mí es la docencia, aunque a nivel universitario, esto último viene unido al camino de la investigación. Ser docente e investigador genera una adrenalina que muchos comparan con los deportes extremos o con recibir una gran noticia. Mi experiencia se forma para estos dos caminos o trabajos profesionales, destacando, como ya he mencionado, la vocación por la docencia.

¿Qué significa para usted formar a docentes que formarán en el futuro a los alumnos?

Es una pregunta que suelo hacerme cada día. Cuando era alumno universitario, y sobre todo con la formación que recibí, descubrí el déficit que había en la formación inicial para ser maestros y profesor. Por esto, desde el comienzo de mis estudios universitarios, comencé a colaborar y a investigar en el departamento de didáctica y teoría de la educación. En la actualidad, formar a futuros profesores es una gran responsabilidad, dado que uno mismo se reflejará en la respuesta o impactos que proyectará el nuevo profesor a la próxima generación de alumnos de secundaria. Es un gran orgullo formar parte del proceso de formación de los futuros profesores.

¿Puede contar algún “secreto de cocina” a la hora de apasionar o despertar la curiosidad a un estudiante

Por ejemplo, en mis clases online del Máster del Profesorado que imparto en la Universidad Nebrija, uno de los contratiempos que nos encontramos es la falta de atención del propio alumnado cuando se conectan a las clases. Al detectarlo, en muchas ocasiones, quise ponerle remedio de inmediato. Les propuse crear un apartado en el foro de la asignatura donde colocaran un enlace sobre una música que les pudiera motivar en su día a día. Con esta fórmula, y de manera aleatoria, se escoge una canción tanto al inicio como al final de la clase. De esta manera, el alumnado es partícipe de su propia emoción, aumentando de manera significativa la atención mostrada en la clase. Un “secreto de cocina” es escuchar al propio alumnado e implicarse en potenciar las emociones y sentimientos que ellos tienen.

El mentor deportivo Álvaro Merino precisamente explicaba en una masterclass de la Universidad Nebrija que hoy en día hay muchos distractores de la atención, que desvían el foco de lo importante… ¿está de acuerdo con su apreciación?

Estoy totalmente de acuerdo con el mentor Álvaro Merino. Existen muchos distractores que ocasionan una distorsión en la atención de los propios estudiantes, desviando temas o focos importantes a un segundo plano. La tecnología, los móviles, y los roles sociales son unos de los distractores más potentes que tenemos en la sociedad, aunque personalmente pienso que son proyectores de conocimiento e innovación socioeducativa, ayudando a los estudiantes y al ciudadano de a pie a comunicarse, aprender y sociabilizarse con el mundo. Lo importante de estas reflexiones no son los distractores, sino más bien, el exceso de tiempo o la dedicación que le prestan.

¿Qué papel deberían desempeñar los teléfonos móviles en una educación más humana?

El papel que desempeñan los móviles en el sistema educativo español cada vez se hace más latente, utilizándolo dentro de las metodologías activas e incluso como sustitutivo de los cuadernos convencionales y ordenadores de mesa. Solo he de destacar el uso y el tiempo dentro de un aula para que el papel de los móviles sea fundamental en una sociedad educativa innovadora. Ese tiempo no se debe de alargar más de 25 minutos por clase, evitando la desconexión de los alumnos ante los conocimientos y las propias palabras del docente.

Usted es docente del Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de idiomas, de la Universidad Nebrija… ¿Cuáles son los puntos fuertes de este posgrado?

Es un posgrado lleno de sabiduría, de conocimiento y de grandes profesionales. Sus puntos fuertes son los grandes profesores y profesoras que tiene en su plantilla. Los alumnos/as aprenden desde las bases teóricas que formulan la historia de la educación hasta las diferentes metodologías innovadoras que pueden utilizarse en un aula convencional. Existe mucho trabajo práctico y grandes grupos de debate para asistir y participar. Eso es lo que me gusta de este gran Máster, el dinamismo y la facilidad de conocer el conocimiento a través de las plataformas online y tutorizaciones por videoconferencia.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-vocacion-docente-estado-vida-desde-supe-agarrar-boligrafo-solo-201911280213_noticia.html

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Entrevista: “Es un problema que el feminismo parezca una suma de individualidades”

“Es un problema que el feminismo parezca una suma de individualidades”

Entrevista a Justa Montero

Lleva cuatro décadas dedicada a la militancia feminista. Cuarenta años volcada en impulsar procesos de organización de mujeres. Se dice pronto. Y Justa Montero mantiene intacto su compromiso y su entusiasmo. Cofundadora de la Asamblea Feminista de Madrid, integrante de la Coordinadora Estatal de Organizaciones Feministas y de la Comisión Feminista 8M, la entrevistamos en el aniversario de las jornadas estatales de Granada de 1979 y de 2009, y resacosas de las jornadas de Euskal Herria celebradas en Durango.

Tenía 24 años y estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad Complutense de Madrid cuando participó en las II Jornadas Estatales Feministas que tuvieron lugar en Granada en 1979. Cuarenta años después, Justa Montero (Barcelona, 1955) habla del feminismo de la Transición con la misma pasión con la que habla de las huelgas de los últimos dos años. Sin nostalgia, sin pensar que esos tiempos fueron mejores, porque se reconoce en las jóvenes que ahora toman el relevo, y comparte con ellas las asambleas en las que carga sus pilas inagotables. Podría ser una vaca sagrada o una santona feminista, como dice ella, pero se desmarca de esa lucha de poder generacional que observa a su alrededor. Porque entiende que “las mujeres jóvenes no se incorporan para dar color, sino que incorporan unas prácticas vitales y políticas diferentes” de las que ella aprende. “Qué te voy a decir a ti, que acabáis de tener unas jornadas extraordinarias en Euskal Herria”. Hablar con Justa es casi terapéutico por su actitud serena, optimista, constructiva. Y eso no le resta un ápice de radicalidad.

Le pregunto cómo llegó a Granada y desgrana su plurimilitancia de entonces. Acababa de montar en su facultad un grupo de la asociación de mujeres que ya estaba implantada en Medicina, Políticas o Periodismo. Se disponía también a participar en la creación de un centro de mujeres en la zona este de Madrid. Era un momento de eclosión de ese tipo de centros dedicados a difundir la propuesta feminista y a dar asistencia en materia de derechos sexuales y reproductivos con apoyo de ginecólogas feministas. “Facilitábamos anticonceptivos a las mujeres, que entonces eran ilegales, y también direcciones para acudir a abortar fuera del Estado español”, rememora.

También participaba en el movimiento estudiantil y en la Liga Comunista Revolucionaria, una organización de izquierda radical que contaba con una comisión de mujeres. El debate sobre la doble militancia fue el que más enfrentó a las participantes de esas jornadas de 1979, junto con la discusión entre feministas de la igualdad y de la diferencia. Ella era pues una doble militante y siguió siéndolo un tiempo, convencida de la importancia de que el feminismo atraviese todas las organizaciones sociales y políticas. Treinta años después, se volcó en la organización de las IV Jornadas Estatales Feministas que se volvieron a celebrar en Granada, las últimas que ha organizado la Coordinadora hasta ahora y, tal vez, para siempre. “Ahora sería dificilísimo por la extensión del feminismo. Y si se organizasen, tendrán que surgir desde otros espacios, lideradas por gente más joven con otras prácticas…”, apunta.

Resulta paradójico: “A la gente le parece imposible que organizásemos jornadas juntando a dos mil mujeres ¡sin tener móvil ni Internet!”, pero la popularización del feminismo en el que las redes han tenido mucho que ver hace impensable poder gestionar un encuentro estatal. Entre otras cosas, porque las redes amplifican los debates, pero también las broncas más agrias, los conflictos que han estado ahí, con distintas formas, desde 1979.

Montero subraya el trabajo invisible y de largo recorrido que implica organizar unas jornadas, ese que no conocen quienes critican por Twitter la composición de las mesas redondas o la elección de los temas de debate centrales. “No son una suma de cosas. Las de 2009 llevaron un año y pico de trabajo ingente de un montón de mujeres pensando cómo lograr que fueran útiles para la reflexión y el intercambio entre activistas. Ahí decidimos por qué no podía haber ponencias de instituciones o por qué el transfeminismo tenía que tener tanta presencia. Haces elecciones. Si no, es una feria feminista”.

Montero sigue enamorada del feminismo porque “ha sido en todos estos años un movimiento muy vivo, muy propositivo, con un nivel de debate, de producción teórica impresionante”. Del contexto de la Transición destaca que “ofrecía la oportunidad para dibujar una nueva forma de vivir, de relacionarnos, unas nuevas estructuras”. Y de la Cuarta Ola “su capacidad de dibujar un mapa enorme de los conflictos que atraviesan la vida de las mujeres”. Acaba de estar releyendo las ponencias de Granada 1979 y le brilla la voz contando lo estimulantes que son. La memoria es fundamental para seguir avanzando y profundizando en los debates, señala: “Es muy importante vincularlos a la práctica, tener en cuenta qué hemos dicho, que hemos conseguido…”. De eso va esta entrevista.

¿Cómo recuerdas esas jornadas de Granada en 1979?

Habían pasado cuatro años desde las primeras jornadas estatales (Madrid, 1975), a las que siguieron las de Catalunya en 1976 y las de Euskadi en 1977. Fueron cuatro años de una intensidad enorme tanto en el plano de las propuestas políticas como del debate teórico feminista. Habíamos logrado conquistas concretas, cambios de leyes, pero también llegábamos desencantadas por cómo se estaba formulando la Transición, frustradas por no haber logrado cumplir nuestras expectativas en el debate de la Constitución. El movimiento feminista había planteado un articulado alternativo de enorme valor, que si realmente se hubiera tenido en cuenta, la situación para las mujeres habría sido completamente distinta. Todo eso tuvo que ver con el debate de fondo de por dónde continuar. Se planteó una crítica fuerte a cómo se organizaron las propias jornadas, que se achacó a un control partidario. Se cometieron muchísimos errores, pero entonces era un movimiento muy joven, con poca madurez para gestionar los conflictos y para dar espacio a las distintas posiciones. Eso fue lo que crispó más el ambiente. Releyendo las ponencias, las posturas de unas y de otras eran de enorme interés. Fue un momento de ruptura muy doloroso, la primera ruptura, pero yo lo relativizo un poco porque inmediatamente después iniciamos la campaña en defensa de las once mujeres de Basauri [acusadas por haber abortado], y fue una campaña unitaria en la que participaron todas las corrientes del feminismo que se habían enfrentado en Granada. O sea que se demostró la capacidad del feminismo de rearticularnos y aprovechar la oportunidad de extender a la sociedad nuestras ideas sobre sexualidad, maternidad y el derecho de las mujeres a decidir en un sentido amplio.

¿Crees que podemos aprender algo de esa ruptura para lidiar con la crispación que hay ahora entre el movimiento feminista ligado a la Coordinadora Estatal y el sector autodenominado feminista radical?

La capacidad para el diálogo y el contraste de ideas es una fortaleza del movimiento feminista. Cuarenta años después, en los que nos hemos tenido que enfrentar a muchos enemigos poderosos y a situaciones sociales muy delicadas, a mí me resulta absolutamente incomprensible el nivel de virulencia en temas como la prostitución o el sujeto del feminismo por parte de un sector del movimiento. La Coordinadora Estatal de Organizaciones Feministas ha propiciado desde 1979 el diálogo entre distintas y nuevas expresiones del feminismo. En las distintas jornadas se ha explorado y ampliado la visión sobre la sexualidad de las mujeres y se ha cuestionado la relación natural entre sexo y género. Se ha ido avanzando para entender que la clase, la raza, la etnia, la identidad sexual y la opción sexual también marcan las experiencias, la subjetividad y la vida material de las mujeres. Eso es lo más interesante del momento en el que estamos y es a lo que llamo la Cuarta Ola. En cambio, en este momento de extensión del feminismo, también hay una vuelta a lo que en los ochenta llamábamos feminismo cultural, que considera que la opresión sexual es el factor determinante que explica la opresión de las mujeres. Esta corriente mantiene una visión muy reduccionista, binaria y uniforme de la sexualidad, del sujeto mujer y también del sujeto hombre.

¿No es exasperante que ese sector cuestione si las mujeres trans son sujeto feminista teniendo en cuenta la participación destacada de compañeras como Kim Pérez o Laura Bugalho en las distintas jornadas estatales?

Ese debate está fuera de la realidad del movimiento. Ya no estamos en los años ochenta, cuando empezaba el relato sobre la diversidad de las mujeres. Las mujeres trans están. Han formado parte del proceso de movilización feminista mayor que hemos tenido en el Estado español, que han sido las huelgas feministas. El sujeto lo conformamos en las movilizaciones y en los procesos que generamos. Otra cosa es que haya tensiones sobre cómo articulamos ese “nosotras” para que todes nos sintamos representades en él, como también ocurre con las mujeres racializadas.

Estas feministas destacadas que promueven postulados transmisóginos o que tensan la cuerda con el debate sobre la prostitución están en muchos casos vinculadas a partidos políticos. ¿Se mezclan intereses partidistas en ese conflicto?
El feminismo ha conseguido un nivel de penetración social y de fuerza como no había tenido nunca. Eso es lo que explica que ahora haya una pugna por el sentido del feminismo, como vemos con la propuesta del feminismo liberal. También hay una pugna dentro del movimiento. El feminismo que se ha expresado en las huelgas recoge toda una trayectoria de los colectivos que plantean una crítica al sistema en su conjunto. Vincular el sistema patriarcal con el capitalista, racista y colonial choca con los partidos que se sitúan en salidas neoliberales. Ha habido una reacción muy fuerte de estos sectores políticos para tratar de debilitar esa corriente. El debate de la prostitución no cabe duda de que es importante, pero plantearlo como el tema central de la agenda, con este nivel de confrontación y de poca voluntad de dialogar, de ruptura, exigiendo a las plataformas una posición unitaria… creo que puede ser muy funcional para acallar a un movimiento potente, crítico, radical, que plantea un sujeto inclusivo. Es necesario un debate tranquilo para avanzar y conseguir cambios concretos para las mujeres que están en situación de prostitución forzada y para aquellas que se autodefinen como trabajadoras sexuales por decisión propia. Mientras no se haga esa distinción, las medidas que se planteen no servirán para unas ni para otras.

En 1979 se debatió sobre si la maternidad es una experiencia alienante o emancipadora, un tema de moda hoy con el bum de las maternidades feministas. Los discursos lesbofeministas que escuchamos en Durango, citando a Monique Wittig, también recuerdan a los de los ochenta. ¿La falta de memoria nos hace seguir diciendo lo mismo como si fuera nuevo?

Es cierto que hay debates que se repiten y que hay poca memoria colectiva feminista, pero yo sí que creo que ha habido una evolución importante, impulsada por la propia práctica. Por ejemplo, ahora el movimiento autónomo tiene tal potencia que el debate de la doble militancia ya no tiene el mismo sentido que cuando se tenía que estar legitimando frente a cuestionamientos externos. El debate sobre el lesbianismo fue muy fuerte en los años ochenta, con el impulso de los colectivos de feministas lesbianas. Es interesante volver a él, pero teniendo en cuenta que el deseo lésbico hoy tiene una legitimidad, aún con todos los problemas, que no existía entonces. En los setenta era central criticar el modelo de mujer vinculado a la maternidad como destino natural de las mujeres. Quienes veíamos la maternidad como imposición fuimos intransigentes, dimos poco espacio para las mujeres que querían vivir la maternidad de una forma distinta. Es decir, puede ser de enorme utilidad volver a los debates y planteamientos teóricos de entonces, si se contrastan con lo que hemos logrado cambiar con nuestras prácticas no hegemónicas. Esto es fundamental, porque si no, parece que no cuenta nada cómo hemos conseguido transformar la vida de muchas mujeres.

En las respuestas feministas contra la justicia patriarcal suenan con fuerza voces reclamando penas de prisión más largas para los agresores machistas. ¿Vendría bien revisitar los discursos antiautoritarios del feminismo de la Transición, que era crítico con el papel del Estado como agente represor?

En la campaña del movimiento feminista para que la violación se incluyera en el Código Penal hubo un debate muy interesante. Por un lado, sobre la importancia de que se considerara como delito y por otro lado, sobre por qué los movimientos sociales estábamos planteando esta salida, como si el Código Penal pudiera resolver los conflictos sociales. Es muy importante recuperar este debate situándolo en el contexto actual, donde los poderes patriarcales neoliberales necesitan de estados cada vez más autoritarios. Plantear hoy como la salida mayores penas, refuerza ese estado autoritario que usa el discurso de la inseguridad y del terror sexual para generar miedo, que no sirve para la prevención ni la reparación a las mujeres que sufren violencias y que sin embargo es muy útil para limitar la expresión de nuestra sexualidad e imponer un control social muy fuerte. También sería interesante recuperar la valoración que hicimos cuando el PSOE llegó por primera vez al gobierno central y se crearon los institutos de la mujer, y reflexionar sobre cómo ha afectado ese proceso de institucionalización de algunos feminismos.


En Durango, la mesa de antirracismo y decolonialidad escoció mucho. En Granada 2009 ya había voces decoloniales y antirracistas como Ochy Curiel, Ana Murcia o Remei Sipi. El colectivo Amar llamó a dar un paso más y concretar cómo hacer política antirracista en la práctica de los colectivos feministas.

En los procesos de organización de las huelgas feministas ha sido un tema potente y de tensión porque siempre se tiende a plantear el tema del antirracismo en relación a las políticas públicas, como la crítica a la Ley de Extranjería, pero no se reconoce tanto el racismo social en el que caemos en nuestra cotidianidad, individualmente y como colectivos. En Madrid, algunos grupos de mujeres racializadas fueron muy críticos en relación a la huelga de 2018, y en 2019 trabajamos juntas para transversalizar la perspectiva antirracista. Ahí ves la cantidad de cosas que no estabas teniendo en cuenta. No podemos decir que el movimiento feminista es antirracista si no lo trabajamos con propuestas concretas respecto a absolutamente todos los temas. Luego hay otros feminismos que no tienen esa voluntad ni esa preocupación de observar quién tiene visibilidad y representación en ese “nosotras” colectivo. Esto del “nosotras” es interesante, porque yo lo visualizo como un “nosotras” realmente plural. Pero tenemos que ser conscientes, cuando lo enunciamos hacia afuera, de que en el imaginario colectivo sigue existiendo un “nosotras” muy mujer-hetero-blanca-etcétera.

Algunas feministas históricas comentaban a mi compañera Andrea que añoran la cultura de producción colectiva del pensamiento. Que en esta era de feminismo pop, vamos en masa a escuchar a Silvia Federici o Angela Davis como si fueran estrellas del rock pero no leemos y cuestionamos juntas sus teorías. ¿Qué opinas?

No solo estoy convencida de la importancia de los grupos sino que es mi opción, llevo desde que empecé en 1974 impulsando procesos colectivos. Ahora bien, el feminismo se ha extendido enormemente: en las redes, en revistas… Pikara ha jugado un papel tan importante en el impulso del debate desde posiciones radicales… Esos son espacios nuevos de producción del pensamiento colectivo. Es verdad que puede ser problemático esto de las santonas, como yo las llamo. El peso de lo académico lleva a esa aproximación más individual. Igual es verdad que tendríamos que darle otra vuelta y volver a promover en los propios grupos una cultura de producción de pensamiento colectivo. Fortalecería mucho al movimiento feminista organizado.

Y hacer llegar ese pensamiento colectivo a las influencers que marcan discurso y atraen a muchas mujeres al feminismo, ¿no? Pienso en Leticia Dolera, Irantzu Varela o Barbijaputa.

Sí, cumplen un papel muy importante. Algunas dialogan más con el movimiento feminista y otras van a lo suyo. Pero sí que es un problema que el feminismo parezca una suma de individualidades. Hay que lograr que tengan legitimidad y visibilidad las voces de las mujeres que están en colectivos feministas, que impulsan las huelgas, las marchas, las campañas concretas… Por ejemplo, Pikara es una herramienta fundamental porque dialoga con las preocupaciones de las activistas que están sosteniendo los grupos y el movimiento.

Dicen las compañeras de Bilgune Feminista que en cuanto más feminismo en redes sociales menos músculo en la militancia. Las movilizaciones y los encuentros son masivos pero los organizan unas pocas. Además, las redes sociales enturbian y exponen el debate intrafeminista. Pikara tuiteó la mesa redonda de prostitución de Durango y se usó para crear la bronca estéril de siempre.

Ese artículo de Andrea diciendo “Vale ya, joder” ha tenido un eco impresionante. Las compañeras lo difundieron diciendo: “Mirad, chicas, menos mal…”. Yo no estoy en Twitter porque no quiero estar constantemente enfrentada a situaciones de enorme violencia, y tampoco tengo mucho tiempo. Sí creo que hay que replantearse cuál es nuestra estrategia en las redes. Se genera un mundo propio que es tan virulento y tan poco reflexivo… El problema es que sustituyan otros espacios necesarios y que los debates complejos se resuelvan con mensajes muy breves y simples.

Y estas broncas se dan en un contexto de rearme de la extrema derecha. Se dice mucho que el feminismo es el movimiento que mejor puede hacer frente al fascismo. ¿Está realmente preparado?

El problema de la extrema derecha es que está logrando mover a las otras derechas hacia planteamientos que hasta ahora no se atrevían a defender. Tenemos que hacer frente por un lado a su actividad concreta de amedrentar a feministas, mediante las amenazas y agresiones que vosotras conocéis bien. Pero además, lo que plantean es una confrontación clara de modelo de sociedad, respecto a la salida a la crisis económica, su concepto de nación, de alteridad, en forma de ataques a las personas migrantes y a las mujeres… La respuesta feminista no puede ser solo defensiva sino que tiene que ser una propuesta anticapitalista, antirracista, antiautoritaria, que aporte soluciones a los problemas sociales porque ahí es donde la extrema derecha disputa su poder. La única forma de confrontarla es seguir avanzando y profundizando en la radicalidad de nuestras propuestas. El feminismo que se ha expresado en estos últimos años ha demostrado una capacidad de movilización impresionante y está en mejores condiciones para afrontar las amenazas de la extrema derecha que, ojo, no es solamente VOX. Ahora, no estoy de acuerdo ni me parece de recibo que se nos eche a las espaldas la mochila de la responsabilidad de confrontar a la extrema derecha. Las feministas ya lo venimos haciendo.

Conozco a mujeres de derechas que este año se han sumado por primera vez a las huelgas feministas. Las comisiones 8M defienden un discurso anticapitalista, pero si el feminismo se ha extendido tanto es porque ha penetrado en un espectro ideológico muy amplio. ¿Cómo se resuelve esa paradoja?

Es un dilema. Queremos conseguir que ese sentido común feminista por el que apostamos vaya calando cada vez entre más mujeres, queremos conseguir mayorías sociales para lograr los cambios estructurales que proponemos, que necesitamos: en el trabajo de cuidados, en el empleo, respecto a todo tipo de violencias… No nos contentamos con ser un movimiento autorreferencial pero tampoco con acomodarnos a lo posible porque entonces perdemos toda la capacidad de transformación y potencia del feminismo y facilitamos que el sistema moldee nuestras propuestas. Habrá mujeres que se movilicen por aspectos concretos y que no se identifiquen con una propuesta que confronte al patriarcado y al neoliberalismo. Estupendo, pero no pueden condicionar nuestros objetivos. Estamos en un momento complejo, atravesado por enormes paradojas: somos más fuertes que nunca como movimiento y sin embargo a las mujeres nos asesinan, nos violan, vivimos en la precariedad absoluta… Sabemos que no vamos a conseguir cambiar esto sin un cambio radical del sistema. Nos tenemos que mover también en la paradoja de que el feminismo ya no está estigmatizado pero existe una disputa enorme por el sentido del feminismo por parte de todos los poderes económicos y los partidos de derecha. Es una situación nueva. Por eso es importante también cómo abordamos los debates internos. No podemos permitirnos que nos debiliten, y además no nos ayudan a resolver los problemas concretos a los que hacen referencia esos debates, como en el caso de la prostitución.

Pongamos que sí que organizais unas nuevas jornadas estatales feministas. ¿Cuál es el tema que más te mueve ahora mismo, el que intentarías poner en el centro?

La precariedad de las mujeres en un sentido muy amplio, no solo la precariedad económica o del empleo. Que no te reconozcan tu identidad también es hacerte vivir en una situación de precariedad vital. El neoliberalismo profundiza en las desigualdades hasta extremos que están siendo insoportables, y que van a ir a más con la influencia de la extrema derecha.

¿Cómo mantienes el entusiasmo después de cuarenta años de militancia feminista? ¿No te sientes de vuelta de todo?

El feminismo en el que nos reconocemos tú y yo permite tener una visión global de la realidad y del mundo, y eso te puede llevar en cada momento a acercarte a distintos temas: el racismo, la ecología, la geopolítica… Durante todos estos años, el feminismo es ese foco que me centra, que me permite mirar las injusticias, los desastres… Escucho a las feministas latinoamericanas sobre lo que está sucediendo allá y puedo entender más, ir más allá… Por otro lado, estar siempre en colectivos te permite establecer un tipo de comunidad particular, donde vives muchos sufrimientos pero también la fuerza, la energía, el entusiasmo, las ganas de cambiar las mierdas que recorren nuestras vidas y la alegría de hacerlo colectivamente. Esto da mucha fuerza personal para seguir en la pelea. Es lo que somos. Nos hacemos con el feminismo.

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15437

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