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Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones

Por: Ana Torres Menárguez.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia– no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.

Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que en España solo hay una universidad pública que ofrece desde 2012 la asignatura Educación Emocional en el grado de Magisterio, la Universidad de La Laguna, en Tenerife. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

LA LAGUNA, LA PRIMERA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL

La Universidad de La Laguna, en Tenerife, es pionera en la creación de una asignatura específica de Educación Emocional en el grado de Magisterio. Hoy es la única universidad pública española que contempla esa materia como obligatoria en su plan de estudios. En 1992 introdujeron por primera vez en la entonces diplomatura de Magisterio una asignatura a la que llamaron educación socioafectiva.

«Si analizas tu vida, son las experiencias cargadas de emociones las que han marcado los puntos de inflexión, los momentos decisivos. ¿Cómo no vamos a luchar para conseguir que se forme a los niños desde el colegio en el manejo de sus emociones?», cuenta Antonio Rodríguez, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de La Laguna e impulsor de la asignatura.

Mayor rendimiento académico y mejor convivencia con su entorno son las ventajas fundamentales para los niños, según los estudios liderados por Rodríguez. «Es esencial aprender a gestionar el miedo o la ira. Primero hay que formar a los docentes para que estos puedan ser un modelo a seguir para los niños en el aula», indica Rodríguez.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

«Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales», señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vascose encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional», señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase «eso son tonterías, ponte a hacer la tarea» es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

Fuente del artículo:  https://elpais.com/economia/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690.html

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España: Por qué es tan importante la educación infantil en los primeros 1.000 días de un niño

Europa/ España/ 29.01.2019/ Fuente: www.abc.es.

La primera infancia es una de las fases más importantes e influyentes en la vida de cualquier menor

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Educación, que se celebra mañana, la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) ha hecho público un comunicado en el que reivindica el «papel esencial» de la educación en los primeros mil días de vida del niño. En su escrito, la asociación evidencia que hay una «clara falta de compromiso por parte de las instituciones hacia la educación infantil» y reclama «mayor implicación política a todos los niveles para que todos los niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad desde la primera infancia».

Por citar algún ejemplo, puntualizan desde la AMEI-WAECE, «desde la resolución de la Unesco durante la Conferencia Mundial sobre Educación de 1990 en la que se concluyó que el aprendizaje comienza con el nacimiento, hasta la reciente declaración de los principales líderes mundiales durante el G-20, denominada Iniciativa para el Desarrollo de la Primera Infancia y que prioriza la inversión en Desarrollo Infantil Temprano (DIT), no se han producido cambios significativos en la educación infantil que proporcionen a todos losniños la oportunidad de alcanzar la plena realización de sus derechos y capacidades».

En España, porsiguen, «este debate no se ha producido porque salvo algunos, y muy contados movimientos de renovación pedagógica, todavía no se ha planteado en profundidad. Los partidos políticos están más por la labor de ampliar la educación obligatoria en ciclos superiores antes que en etapas tempranas». Según su presidente, Juan Sánchez Muliterno, «la primera infancia es una de las fases más importantes e influyentes en la vida de cualquier niño, especialmente durante los primeros 1.000 días. En esta etapa se instauran las bases fundamentales del desarrollo de la personalidad, se conforman los hábitos, habilidades, conocimientos y capacidades que se desarrollarán y perfeccionarán en las sucesivas fases de la vida de cada niño».

Con más de 25 años de experiencia en este ámbito, AMEI-WAECE mantiene que «no existe una planificación estratégica sobre la educación infantil pese a las numerosas conclusiones en esta materia de los distintos organismos internacionales».

Los primeros mil días

¿Por qué es necesario invertir en educación temprana? La psicóloga Elvira Sánchez-Igual, responsable de comunicación de AMEI-WAECE, sostiene que «recientes investigaciones en el campo de la neurociencia han demostrado que el 80% de los cerebros se desarrollan desde las primeras etapas de la gestación y hasta los tres años, por lo que este período representa la base fundamental de todo el aprendizaje posterior». Otros estudios, señalan, «como el del Premio Nobel en Ciencias Económicas James J. Heckman, aseguran que las sociedades pueden llegar a obtener un retorno de hasta 17 dólares por cada dólar invertido en educación temprana».

Además, Sánchez-Igual recuerda los objetivos marcados en la Agenda mundial 2030 de Educación de UNESCO, que en lo relativo al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 «insta a los Gobiernos a velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria».

AMEI-WAECE concluye que «los educadores infantiles reclamamos la aplicación real y efectiva de los compromisos adquiridos por los organismos institucionales para la educación infantil, unos compromisos que no deben fallar al futuro de los más pequeños, los cuales servirán a la sociedad del mañana».

Fuente de la noticia: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-importante-educacion-infantil-primeros-1000-dias-nino-201901240243_noticia.html

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Pablo Campos Calvo-Sotelo: La calidad de la educación está muy vinculada a la calidad del espacio en el que se imparte»

Por: Laura Peraita.

Según Pablo Campos Calvo-Sotelo, catedratico del CEU, los entornos que despierten bienestar psicológico incrementan el sentimiento de pertenencia a la institución y, al mismo tiempo, enriquecen la motivación por el aprendizaje

Pablo Campos Calvo-Sotelo es catedrático del CEU y Académico de la Real Academia de Doctores de España. Acaba de publicar«Arquitectura, Urbanismo y Educación: hacia una dimensión didáctica del espacio» (Fundación SM, 2018), un libro por el que ha sido galardonado con el Premio Ángel Herrera de Investigación 2018 de la Fundación Universitaria San Pablo CEU.

En su opinión, «la calidad de la educación guarda una estrecha relación con la calidad de su arquitectura, puesto que contribuye activamente a optimizar la formación humana».

¿De qué manera influye el diseño de un espacio formativo en el aprendizaje humano?

Genera entornos que despiertan bienestar psicológico y fomenta en los alumnos un mayor sentimiento de pertenencia a la institución, al tiempo que enriquece su motivación por el propio aprendizaje. La arquitectura no sólo construye ámbitos, sino que induce formas de vida.

¿Por qué se le concede mayor importancia en las primeras etapas formativas? En las posteriores, y hasta la Universidad, ¿no es relevante este asunto?

La arquitectura es una componente decisiva, con independencia del nivel formativo. Podría matizarse que, en clave de psicología ambiental, el impacto del entorno construido (formas, texturas, colores, composición arquitectónica) es más intenso en la niñez, debido a su mayor fragilidad emotiva; pero en la Educación Superior, los alumnos adultos pueden también beneficiarse extraordinariamente de contextos espaciales que induzcan actitudes proactivas hacia el aprendizaje.

¿Qué es un «Campus Didáctico»?

Se trata de una herramienta teórico-práctica, diseñada inicialmente en 2005, cuando planifiqué el Campus de Villamayor de la Universidad de Salamanca. Desde entonces, y asentada ya como paradigma, se utiliza con el propósito de que sea útil a toda institución educativa que afronte el reto de planificar el diseño o la transformación de sus espacios físicos, de modo que el propio escenario urbanístico-arquitectónico transmita valores en sí mismo. Con ello, la arquitectura desempeñará un rol calificable como «libro de texto tridimensional». Esa faceta formativa per se está estructurada conforme a los 18 principios del «Campus Didáctico». No hay nada desconocido en cada uno de ellos; lo que sí es innovador es el ensamblaje unificado de todos en un corpus de contenidos. De comprometida vocación proactiva, los 18 principios se constituyen en expresión de transversalidad, coordinándose para incrementar la sensibilidad de los lugares donde se produzca el trascendental proceso formativo.

¿Existen experiencias prácticas reales y ejemplares de cómo deben ser exactamente la arquitectura y urbanismo destinados a la educación?

El libro culmina 30 años de mi dedicación investigadora a la Arquitectura de la Educación, incluyendo dos Tesis Doctorales (una en Arquitectura y otra en Educación). A lo largo de tan extenso itinerario, he podido generar conocimientos alternativos sobre este fascinante e inagotable tema en tres frentes convergentes: diseño (planificando de más de 20 complejos universitarios), investigación (visitando más de 500 campus, junto con investigaciones bibliográficas y contraste con expertos internacionales), y docencia (desde mi ejercicio como profesor en la Universidad CEU San Pablo, lo que me ha permitido comprender a fondo la esencia del hecho formativo, para posteriormente extraer pautas operativas que trasladar al plano del diseño). El libro recoge un estudio de casos de excelencia en cada uno de los 18 principios del «Campus Didáctico», dentro y fuera de España.

¿Qué relación existe entre el «Campus Didáctico» y la creatividad?

Intensa y creciente, como se defiende en el libro. La arquitectura, como una de las Bellas Artes, es una verdadera vitamina de creatividad, lo que resulta especialmente relevante en los centros docentes.

¿Cuál es el verdadero propósito de este libro?

La misión última de las instituciones docentes es la formación integral de la persona. Para alcanzarla, necesitan un cuerpo urbanístico-arquitectónico cualificado. Pero debe adquirir una virtud «didáctica» añadida: transmitir valores en sí mismo, aumentando el potencial educativo. Tomando como columna vertebral el concepto del «Campus Didáctico», el objetivo esencial del libro es aportar criterios y referencias que sean útiles en la misión de optimizar el diseño de los «Espacios del Saber». En suma, recuperar la dimensión humana de las instituciones educativas, especialmente la universitaria.

¿De quién depende que se tenga en cuenta sus recomendaciones para mejorar el diseño y arquitectura de los recintos educativos actuales y del mañana?

Depende de que, de una vez por todas, quienes tienen esa capacidad, asuman con responsabilidad y conocimiento la trascendencia que el entorno espacial posee en las actividades humanas, entre ellas, la educación. En primera instancia, de los responsables encargados de la gestión y gobernanza de las instituciones educativas, empezando por la esfera ministerial, continuando con la autonómica y acabando en los órganos de gobierno de las respectivas instituciones. Pero también debiera ser labor, intensa e inagotable, de todos cuantos nos ocupamos y preocupamos de construir entornos idóneos para la formación integral de la persona: arquitectos, urbanistas y profesores.

¿Cuál es la siguiente etapa en su trabajo, tras este libro?

Divulgar los contenidos de este libro y asesorar a instituciones educativas para que puedan hallar en sus contenidos claves con las cuales acometer transformaciones cualitativas de sus espacios. También deseo continuar con la fructífera fusión entre aportaciones provenientes de diferentes áreas de conocimiento, que se impulsan desde la Real Academia de Doctores de España. Más específicamente, en materia de investigación, me interesa en este momento la influencia de la arquitectura educativa en entornos desfavorecidos, tanto en lo físico (diseños resilientes en zonas de riesgo) como en lo humano (arquitectura para y con personas con «capacidades diferentes», incluyendo la invidencia).

¿Qué mensaje le gustaría enviar como síntesis de este libro?

Que la arquitectura educativa no es sólo una organización formal, sino una organización humana. De eso trata, en definitiva, este libro: de personas.

Fuente de la entrevista: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-calidad-educacion-esta-vinculada-calidad-espacio-imparte-201901230229_noticia.html

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El “valor” de la Educación en Libertad

Por: Francisco Núñez.

A veces, cuando hablamos de la educación en valores, nos olvidamos que la educación, en sí misma, es un valor, un valor universal que habla de la auténtica libertad de los pueblos y que se encuentra debidamente reconocido, no solo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también y como no podía ser de otra manera, en nuestra Constitución Española.

Yo lo tengo claro, si los castellano manchegos me otorgan su confianza el próximo mes de mayo, la libertad de educación y la educación en libertad serán un pilar básico y esencial de mi acción de gobierno y, tanto los profesores, como los colegios, institutos, universidades y resto de centros educativos y/o formativos de nuestra región, tendrán la atención y los recursos que merecen y necesitan porque esos recursos son, sin lugar a dudas, una inversión real en aquellos que construirán el futuro de Castilla-La Mancha en los próximos años y décadas.

Pero es más, tengo muy claro que la educación en nuestra región ha de ser una educación inclusiva, de vanguardia, donde los padres tengan plena libertad para elegir lo que quieren para sus hijos, donde los profesores tengan el reconocimiento, la confianza y el respaldo del ejecutivo para desarrollar, también en libertad, su labor docente y donde los alumnos tengan la garantía de recibir una educación de excelencia que abunde en la digitalización de las aulas, reduzca el fracaso escolar, apueste por la formación dual y les garantice un futuro real de oportunidades en nuestra tierra, pero también una educación que les forme en los valores que consagra nuestra Constitución tales como el estado de derecho, la igual real y la unidad de España.

Dijo Gabriel Celaya en uno de sus poemas más conocidos que “Educar es como poner el motor a una barca…” yo, con el permiso del poeta y en este día internacional de la educación, me gustaría personalizarlo en nuestra patria y en nuestra tierra y decir que “Educar, es poner el motor a un futuro de libertad en Castilla-La Mancha y en España” y a ello voy a dedicar todo mi esfuerzo y compromiso.

Fuente del artículo: https://www.eldiario.es/clm/palabras-clave/valor-Educacion-Libertad_6_860273982.html

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La estrecha brecha entre el Trastorno Específico del Lenguaje y los TEA

Por: Virginia Román

El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es una patología del lenguaje muy heterogénea, que varía tanto de una persona a otra como en una misma persona a lo largo de su ciclo vital. Cada persona con TEL manifiesta características clínicas diferentes en función de la edad, del tratamiento recibido, de los estilos educativos familiares, de la escolarización, etc., lo cual hace muy difícil su clasificación e incluso su diagnóstico, llegando a manifestar síntomas de varios trastornos al mismo tiempo, siendo habituales los diagnósticos de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y de Trastorno del Desarrollo Intelectual (TDI) en las personas con TEL.

La definición más aceptada lo define como: “una anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito que puede implicar a todos, uno o alguno de los componentes -fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático- del sistema lingüístico”. Así bien, las personas con TEL suelen tener problemas de procesamiento del lenguaje o de abstracción de la información significativa para el almacenamiento y recuperación por la memoria a corto plazo.

De esta forma, en sus primeros años de vida, los niños con Trastorno Específico del Lenguaje y los niños con Trastorno del Espectro Autista, presentan una sintomatología similar en cuanto a las alteraciones del lenguaje y de la comunicación. Esto dificulta la tarea del diagnóstico en esos primeros años, siendo frecuente la convivencia de ambos diagnósticos en estos grupos de trastornos.

Si comparamos TEL y TEA, se puede observar que:

  • Los niños con TEA presentan menos conductas de atención conjunta que los niños con Trastorno Específico del Lenguaje.
  • Los niños con TEA usan menos vocalizaciones con intención social, en etapas tempranas del desarrollo del lenguaje, que los niños con TEL.
  • Los niños con TEA no usan gestos convencionales, como saludar con la mano, señalar o negar con la cabeza, al contrario que los TEL.
  • Los niños con TEL compensan la ausencia de lenguaje con otras modalidades de comunicación no verbal, como los gestos.
  • En relación al juego, no existen diferencias en cuanto al juego constructivo entre los niños con TEL y los niños con TEA. Sin embargo, el juego simbólico está alterado en el TEA, al contrario que en los niños con TEL.
  • Los niños con autismo o rasgos de espectro autista, en general, presentan menor riqueza comunicativa y pragmática.
  • Por el contrario, los niños con TEL (receptivo y expresivo) muestran dificultades graves en los componentes formales del lenguaje, frente a los niños con trastorno autista. Aun así, en niños pequeños con autismo, que además presentan TDI, aparecen mayores dificultades en fonología, léxico y morfosintaxis.

Ahora bien, vemos como niños con Trastorno Específico del Lenguaje manifiestan dificultades pragmáticas y, de la misma forma, niños con TEA con dificultades formales del lenguaje, (fonología y sintaxis). Realmente, en la actualidad parece existir un solapamiento entre los perfiles lingüísticos del TEL y del TEA y nos lleva a pensar en la idea de un posible genotipo común y compartido. No obstante, no existe evidencia que aclare unos síntomas bien definidos en cuanto a ambos trastornos por lo que podemos delimitar áreas de fuerzas y debilidades en las diferentes dimensiones del lenguaje dentro de las distintas condiciones clínicas, y de esta forma observar su evolución, clave que nos brindará la realización de un buen diagnóstico.

Virginia Román, es logopeda en Red Cenit Valencia

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Fuente de la reseña: https://www.redcenit.com/trastorno-especifico-del-lenguaje-y-autismo/

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Los bébes que escuchan música reconocen mejor el lenguaje

Por: Carolina García.

 

Ponemos música a nuestro futuro hijo mientras permanece en el vientre porque, según la ciencia, es bueno. También hay niños que desde muy pequeños viven rodeados de música durante todo el día: en la escuela, en el coche, en casa, y otros que, tras adquirir el hábito, con apretar simplemente el play se mueven de un lado a otro, intentando llevar el ritmo. Pero no solo se divierten y se estimulan. Una nueva investigación concluye que escuchar música a los nueve meses de edad ayuda al bebé a procesar mejor las notas musicales y el lenguaje. Pero no solo canciones infantiles, cualquier música vale, así que let’s rocks, baby! El estudio, elaborado en la Universidad de Washington (Seattle) y publicado en The Proceedings of the National Academy Sciences, es “el primero que sugiere que a través de experimentar los ritmos de la melodía se puede detectar y hacer predicciones sobre los patrones del lenguaje”, aseguran los autores en un comunicado. “Esto significa que tener un contacto temprano con la música puede tener un efecto global en las capacidades cognitivas del niño”, añaden.

El bebé reconoce el mundo que le rodea

Un bebé de nueve meses se estimula con todo lo que le rodea: la luz, las sensaciones, los sonidos y estos cambian de forma constante. Y su trabajo es descubrir, es reconocer los cambios y predecir lo que va a venir después. “Predecir los patrones es una habilidad cognitiva fundamental y mejorarla desde edad muy temprana puede tener efectos positivos a largo plazo”, agregan los autores. Según explican, la música y el lenguaje tienen patrones muy marcados. Las sílabas son el ritmo del habla y son fundamentales para entender lo que estamos escuchando.

El estudio contó con un total de 39 bebés, 20 de ellos acudieron a sesiones de música de 12 a 15 minutos de duración con sus padres durante un mes. A cada sesión iban dos o tres bebés juntos. Los otros 19 solo jugaban, sin música, en las sesiones. Este era el grupo control. La música elegida fue un vals, “ya que es relativamente difícil para que los bebés lo aprendan”.

A la semana, las familias volvieron al laboratorio para evaluar las respuestas cerebrales (mediante resonancias magnéticas). Midieron tanto el tiempo como la actividad cerebral. El análisis se centró en el córtex auditivo y la corteza prefrontal, ya que son las áreas encargadas de manejar la atención y detección de patrones. Los bebés que escucharon música tuvieron reacciones más rotundas y fuertes en ambas áreas cerebrales, comparado con el grupo de pequeños que solo jugó.

Estudios anteriores ya hablaban de los beneficios de la música, por ejemplo, que puede ayudar a tratar los trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños, así lo concluye la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, por sus siglas en inglés). Según los autores, que los pequeños reciban clases de música incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales y “puede facilitar los tratamientos en niños con estos trastornos”. “Ya se sabía que la música era muy beneficiosa, pero este estudio ofrece un mejor entendimiento sobre qué está ocurriendo en el cerebro y dónde se producen estos cambios”, aseguró Pilar Dies-Suárez, jefa de radiología en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, autora del mismo. «Experimentar la música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del cerebro, a la optimización de la creación y establecimiento de redes neuronales y a la estimulación de las vías existentes del cerebro”, añadió la experta.

Por todo esto, los autores de la actual investigación critican que en EE UU los colegios hayan disminuido las horas de clases de música, “alegando que son muy caras”. “Esta investigación les recuerda que sus efectos van más allá de la propia música. Esta actividad puede tener efectos positivos en las habilidades cognitivas que le ofrecen al pequeño, una habilidad mejor para detectar, esperar y reaccionar a los patrones que le muestra el mundo, y el mundo de hoy es muy complejo”, concluyen. Y esto no pasa solo en Estados Unidos. Desde hace varios años, las escuelas de música y los colegios han hecho que esta actividad agonice en España donde estas han visto cómo ha disminuido el número de alumnos de sus aulas, las ayudas para impartirla han descendido y muchos centros están cerrando en toda la geografía. Algunas veces, habría que valorar no solo el dinero, sino el beneficio.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2017/05/30/mamas_papas/1496139155_963100.html

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