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“Las aulas en las que se da clase responden a otro tipo de sociedad. Hoy no sirven y hay que cambiarlas”. Entrevista a Mariano Fernández Enguita

Entrevista/08 Noviembre 2018/Autora: Laura Galaup/Fuente: El diario la Educación

El catedrático de sociología de la educación Mariano Fernández Enguita abre el debate sobre la profesión docentes planteado por el Ministerio de Educación.

El Ministerio de Educación ha iniciado este martes un debate para la reforma de la profesión docente. La titular del departamento, Isabel Celaá, ha inaugurado un foro en el que más de una decena de expertos han planteado algunas propuestas. En su discurso de apertura, la ministra ha abierto la puerta a la elaboración de un sistema de “evaluación riguroso” para los profesores. Uno de los participantes, el catedrático de Sociología de la Educación de la Universidad Complutense, Mariano Fernández Enguita, aboga en una entrevista con eldiario.es por una modificación completa del sistema de acceso a la impartición de clases.

¿Qué opina sobre las evaluaciones a docentes que ha planteado la ministra?

Estoy por la transparencia y creo que la oposición a la evaluación, es la oposición a la transparencia. Los centros son opacos, hubo un tiempo en el que no se podía preguntar nada a un centro. Nadie defiende que se va a evaluar a los profesores por las notas de sus alumnos. Son maneras de fomentar miedos. Si tenemos transparencia, la evaluación viene sola. Si las cosas se ven, el centro lo ve, los compañeros lo ven, las familias lo ven y la dirección también.

¿Cómo cree que se puede mejorar la profesión docente?

Lo dividiría en tres fases. Creo que hay un amplio acuerdo en lo que sería la mayor novedad, la inducción o periodo de prácticas. Es necesario que sea selectivo, no puede ser que todo estudiante vaya ahí. Debe haber una prueba. También tiene que haber una selección de los centros, no vale cualquier centro. Tienen que ser buenos centros, que sean innovadores o de calidad. Se debe seleccionar a los mentores, no se aprende con cualquier profesor.

Por supuesto, que también tendría que regularse el salario: entre el salario mínimo y las [becas predoctorales] FPI o FPU. Si hacemos eso, podremos librar a la formación universitaria del prácticum. Sustituiremos los tres o siete meses, según el máster o magisterio equivalente, del prácticum que nadie controla por dos años de un buen prácticum.

Después de una evaluación positiva de ese periodo de inducción, ya se debería habilitar al profesor en todo el territorio nacional. Tendría que ser una habilitación única a la que las comunidades autónomas puedan añadir requisitos adicionales, no alternativos. Si quieren ir a Catalunya y País Vasco y les requieren la lengua, adelante, que se la exijan. Pero no que les planteen que tienen que estudiar otro temario de geografía. Hay que mantener la movilidad del profesorado, que las personas y los trabajadores se puedan mover libremente por España,

Dentro de su planteamiento, ¿en qué punto quedan las oposiciones?

No veo al profesorado pasando del periodo de prácticas al funcionariado, haciendo corriendo la oposición. Creo que la oposición no es un buen método y se debería mirar a la universidad. Antes, en los campus no había nada más que la inestabilidad y luego la oposición. En la práctica se ha configurado un periodo intermedio. La carrera típica de un profesor universitario son cuatro años de beca, otros tantos de ayudante y luego contratado doctor, antes de ser funcionario. Podríamos pensar en periodos contractuales como profesor de pleno derecho, con una contratación laboral. Un par de periodos de cinco años, en los que habría que revalidar la acreditación.

El sistema universitario también ha recibido críticas por favorecer la endogamia o casos [como en el Instituto de Derecho Público de la URJC] que han demostrado que los profesores jóvenes tienen que encontrar a alguien que les tutele para poder crecer profesionalmente…

Endogamia, no. Antes, había mucha. Tenías que encontrar a alguien que te tutelase y que podía tutelar al mejor candidato o a su sobrino. Hoy no hay eso, pero hay un tremendo localismo, si no estás dentro no hay manera de entrar. Es muy difícil moverse en la universidad. En términos estrictos antropológicos es una matrilocalidad, no te mueves de donde está tu madre. No te mueves de la universidad en la que entraste por primera vez. Pero eso no tiene lugar aquí porque no procede.

Aquí hay que asegurar una oferta formativa, que tendría que consistir en ofertar en parte toda la formación inicial que el profesor tuvo a su disposición y no usó. Por ejemplo, no aprendió nada sobre autismo y ahora le parece que debe hacerlo. En segundo lugar, hay que apostar por una formación determinada por los programas de las comunidades autónomas, por las necesidades de los centros. Y en tercer lugar, dar un poco de margen para la barra libre. Si alguien piensa que hay que estudiar mindfulness, que lo estudie. De ahí puede venir un poco de innovación, sin pasarnos. Esa formación tendría que ser parte de la carrera docente.

También apuesta por modificar los criterios de movilidad que tienen los profesores…

Creo que hay que cambiarlos. La antigüedad podrá dar dinero pero la asignación a un centro deben hacerla los centros, grupos de centros o autoridades locales. Hay muchos métodos para eso. Tienen que ser seleccionados por concurso de méritos y no por antigüedad. Por ejemplo, si se necesita a alguien que trabaje sobre minoría gitana o sepa trabajar con alumnos con dificultades del lenguaje. El centro dice qué necesita y se realiza un concurso público regulado. En Japón los centros plantean sus necesidades y una instancia local saca un concurso al que la gente se presenta con sus méritos y se decide. Entre esos méritos se podría incluir haber tenido iniciativa, haber emprendido innovaciones o haberse formado en cosas relevantes.

¿Considera que el sistema actual valora estos méritos?

El sistema actual es absolutamente burocrático. Al contrario, el sistema actual desmoraliza a los profesores que se lo toman en serio. Da igual tomárselo en serio, que no. Da igual hacer un curso bien, que firmar. Da igual hacer algo que tiene que ver con las necesidades que tú vives, que hacer lo te viene bien porque es el miércoles a las cinco. Da igual, se ha burocratizado de tal manera que sirve de poco. Hay gente que sobrevive en eso porque tienen conciencia profesional, ven lo que hay que hacer y buscan la manera de hacerlo, pero el sistema no ayuda.

¿Cómo se consiguen que las ideas que está planteando usted y sus compañeros se implementen?

Creo que hay una cierta oportunidad en la inestabilidad política, paradójicamente. Nadie puede dictar sus condiciones. Si hay un acuerdo para poner en pie eso que llamamos inducción, sí que creo que hay una oportunidad.

El fracaso del pacto educativo ha demostrado las dificultades que tienen los grupos políticos para llegar a un acuerdo…

Creo que hay que abandonar la idea de un pacto educativo, creo que lo que hay que hacer son muchos pactos educativos. Creo que no es posible un acuerdo educativo porque cada cual tiene su veto. Es un sistema de pactos cruzados que hace imposible la decisión. Pactemos sobre las lenguas, sobre la carrera docentes, financiación, ordenación básica del sistema, sobre la autonomía de los centros, la distribución de capacidades y decisión de los centros.

¿Qué responsabilidad tiene la situación actual de la profesión docente con las altas tasas de fracaso escolar de nuestro país?

Muchísima. En toda institución la profesión es decisiva, da igual que sean los tribunales, los hospitales o los Ejércitos. En una fábrica, no. En una fábrica el decisivo es el ingeniero o el patrón, el resto más o menos obedecen. No quiero simplificar. Todos tienen su importancia, pero las órdenes vienen de arriba y están muy reglamentadas.

En las instituciones la profesión manda. Otra cosa es que el profesional individual esté limitado. Está limitado por la reunión colectiva de los profesionales, llámese claustro; está limitado por los editores de los libros de texto, pero los que los hacen también son profesores; está limitado por los ministros y consejeros, que son profesores; o por la herencia del pasado, que la han formado los profesores y los estudiantes de universidad que dicen que no cambie nada, que se han preparado para esto. Todo eso es la profesión. La profesión es esencial, es la que puede arreglar las cosas y puede estropearlas.

¿Qué papel juega en esa afirmación los recortes o los aumentos de ratio?

La ratio es un problema maldito, no tiene solución. Cuanto más pequeño es un grupo y más intenta un profesor diversificar la enseñanza, no puede tener tiempo. Cuanto más intenta diversificar, más mareado está con la ratio. Me parece que hay otras formas. Hay algo que llamo la hiperaula, para lo que hay que olvidarse de un profesor, un grupo de alumnos y un aula, y pensar más en grandes grupos, con varios profesores, que cambian constantemente de configuración.

Esto que llamamos el aula, que en inglés lo llaman classroom, que es más exacto porque quiere decir la habitación de la clase y no la habitación en la que damos clase, responde a otro tipo de sociedad. Hoy no sirve y hay que cambiarlo. Eso lo inventaron los curas entre los siglos XVII y XIX, es un plagio del monasterio y de la fábrica de la Primera Revolución Industrial.

Una de las críticas que se ha planteado es la escasa retroalimentación que hay entre profesores en nuestro país. ¿Por qué los docentes españoles no meten en sus clases a observadores o a otros compañeros para recabar opiniones?

Se debe a la desconfianza. En un país que no ha sido democrático durante cerca de medio siglo se genera una desconfianza hacia el poder y las instituciones. Por lo tanto, el maestro y el profesor piensan que si les ven, algo malo les va a pasar. Creo que hay una conciencia de que uno nunca está a la altura de la tarea. Cuando pregunto a los profesores el balance siempre es el mismo, al principio sienten pánico y luego un alivio enorme. Al final, el gran problema de un profesor no es que le vean y le evalúen.

El problema es que un niño se ha cortado y qué haces con los otros treinta, o que te atascas y no sabes responder a una cuestión. La docencia no es una técnica precisa, estar con otras personas es mil veces mejor.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/07/las-aulas-en-las-que-se-da-clase-responden-a-otro-tipo-de-sociedad-hoy-no-sirven-y-hay-que-cambiarlas/

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La transformación de la profesión docente: una oportunidad para el consenso

Por: Saray Marqués

El Ministerio de Educación convoca hoy un foro de debate en torno a los desafíos y propuestas sobre la profesión docente. El grado de acuerdo sobre la necesidad de reformularla roza la unanimidad.

El sistema debe reformularse si realmente quiere “educar para el siglo XXI” y no puede hacerlo sin la ayuda de los docentes. Precisamente por eso, y con ese título, el Ministerio ha organizado un debate hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en el que un plantel de 15 expertos analizará aspectos como la formación inicial, la inducción, la formación permanente y la evaluación como aspectos clave de la profesión docente.

Una reciente encuesta impulsada por Proyecto Atlántida y Fundación Cotec ha mostrado un consenso casi absoluto entre los 772 docentes encuestados. Un 93% considera adecuado actualizar su profesión, definir un nuevo modelo. El Ministerio acepta el reto de comenzar a analizar la cuestión, en las voces de José Antonio Marina (padre del Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar encargado por el ministro José Ignacio Wert) o Álvaro Marchesi (padre de la LOGSE), pasando por Carmen Fernández, presidenta de la Conferencia de Decanos de Educación, y representantes del Foro de Sevilla, el Colectivo Lorenzo Luzuriaga y del Proyecto Atlántida. “Que no falte nadie”, parece haber sido la premisa del Ministerio al celebrar un acto en el que compartirán mesa el que fuera presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez, hoy director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela, y Miguel Soler, director de FP con Ángel Gabilondo como ministro y hoy secretario de Educación e Investigación en la Generalitat Valenciana. Ambos hablarán sobre inducción a la profesión docente, con la que tres de cada cuatro encuestados por Cotec se muestran de acuerdo.

Consensos y disensos

A ambos les hemos preguntado por sus expectativas respecto a las futuras políticas en torno al profesorado. Si para Soler la redefinición de la profesión docente es “una de las cuestiones más relevantes” dentro de las actualizaciones que requiere el sistema educativo, López Rupérez es más tajante, y asegura que es “la prioritaria”: “Lo es por la evidencia empírica disponible, dado que el factor de calidad del profesorado explica el 30% de la varianza de los resultados de los alumnos dentro del 50% de factores sobre los que se puede intervenir [el 50% restante se relaciona con capacidades innatas]. Y lo es porque buena parte de los países que están obteniendo buenos resultados en las evaluaciones internacionales se pusieron en su día a la tarea de mejorar las políticas centradas en el profesorado”.

Fracasado el pacto -un fracaso que un 84% de los encuestados atribuye a los intereses de los partidos políticos-, a ambos les parece buena idea centrarse en cuestiones que generan consenso entre los distintos grupos, como esta. “El hecho de que se necesite un pacto global, social y político, no sustituye al hecho de que haya acuerdos parciales. Por los diferentes documentos y declaraciones públicas, hay un alto grado de coincidencia en que en la formación de los futuros profesores debe ganar mucho más peso el periodo de formación en el centro de trabajo, esto es, en el centro educativo, emulando a la FP. Se debe poder responder mejor a las demandas de los centros educativos, definir el perfil del profesor del siglo XXI, lo que conlleva repercusiones tanto en la formación inicial como en el acceso a la función docente. El acuerdo es unánime en que hay una serie de competencias profesionales que el futuro profesor solo adquirirá en un centro junto a un tutor experimentado”, expone Soler.

López Rupérez, por su parte, siempre se ha mostrado partidario de “empezar por lo que nos une”. De hecho, reconoce que tras comparecer en la subcomisión para el pacto educativo del Congreso para hablar precisamente de políticas centradas en el profesorado tuvo la sensación de que el acuerdo era posible. Tras el fiasco, no pierde la esperanza. Acuña una máxima de Julián Marías -“Que por mí no quede”-, y agradece el detalle del Ministerio al invitarle. Eso sí, apunta que “para que la inducción se beneficie de toda su virtualidad es imprescindible que se inserte en un modelo robusto de profesión docente (formación, acceso, desarrollo profesional, evaluación, incentivos, promoción), que le dote de significado y de potencia transformadora”.

Mientras, Soler es partidario de rescatar una propuesta del Ministerio que se quedó en un cajón a finales de 2011. Abordada en varias reuniones con los sindicatos, consistía en modificar el acceso a la función pública docente de forma que, aprobada la fase inicial, en que se valoran los conocimientos científicos y didácticos, se introdujera un año de prácticas, “de verdad, no meramente formal”, en que un aspirante a profesor de secundaria tendría 10 horas lectivas semanales y otras 10 para estar en el aula con el tutor, aprendiendo sobre la práctica, asistiendo a reuniones de departamento, tutorías… Todo ello en centros de prácticas seleccionados que, además, incorporarían al candidato a funcionario de carrera a su proyecto de mejora. El aspirante defendería finalmente su memoria didáctica ante un tribunal, así como su contribución. Para Soler, se trataría de “una forma mejor que la actual de completar la formación inicial y de demostrar que se sabe ser profesor”.

“Creo que es un buen comienzo. No evita que haya otros cambios, que se introduzcan numerus clausus para evitar que se estudie el máster profesionalizante de secundaria ‘por si acaso’, que se planifique cuántas plazas se van a necesitar los próximos 20 años en educación, igual que en sanidad… pero si se hubiera materializado en 2011 todas las oposiciones que se han celebrado en estos siete años podrían haber aplicado este modelo y no habría venido mal para mejorar la formación del profesorado”, plantea Soler. “¿Que el ideal es un modelo global? Sí, pero las medidas parciales suman siempre que no entren en contradicción con un futuro modelo global. Merece la pena empezar a hacer cosas ya”, proclama Soler, que considera un lastre, además, que en esta cuestión se mezclen debates: “Hasta que se logre el modelo más adecuado habrá que implantar medidas transitorias, por ejemplo, para el profesorado interino. Pero no se puede condicionar el modelo a un colectivo u otro. Si no, tendremos parches permanentes”.

Para López Rupérez existe un riesgo: “No soy partidario de subordinarlo todo, incluso la calidad del modelo, a un amplio consenso. Podríamos caer en el espejismo de que avanzamos cuando realmente permanecemos más o menos en el mismo sitio”. Para él, cualquier inducción que se precie debería entenderse en el marco de un modelo MIR, esto es, la trasposición del actual esquema sanitario al ámbito educativo. “Si decimos: vamos a empezar con una cosita por aquí y otra por allá, iremos rápido, pero el resultado no se parecerá en nada a la inducción característica del sistema sanitario, que es una de las claves del éxito de nuestro Sistema Nacional de Salud”. Un modelo habilitante de postgrado, en el que la selección precede a la formación (según su cálculo, solo un tercio de quienes obtienen el grado como maestros tiene cabida real en el sistema, contando con una tasa de reposición del 100%), de ámbito nacional y de carácter universal, que afecte igualmente a quienes se vayan a dedicar a la docencia en la pública, en la privada o en la concertada: “Solo así el Estado garantizará a la sociedad que esos profesionales cuentan con la cualificación y la competencia profesionales adecuadas para satisfacer el derecho fundamental a la educación en condiciones de calidad, y de igual calidad”, subraya. “Es un modelo que se podrá matizar en función de quién esté en el poder cuando toque legislarlo e implementarlo, de sus compromisos con las comunidades autónomas y los distintos grupos de interés, pero si no se dan esas cuatro características no se puede llamar MIR”, concluye.

¿Qué cambiarías tú?

A Miguel Soler le gusta recordar que cuando aterrizó para dar clases de Matemáticas por primera vez, la bienvenida fue: “Buenas, segunda aula a la derecha”. En la encuesta de Cotec y Atlántida, la formación práctica insuficiente para la llegada al aula, la brecha entre los centros educativos y la universidad, junto con la ausencia de una carrera profesional clara y atractiva y la escasa experiencia en proyectos colaborativos, destacan como debilidades del modelo actual para los docentes encuestados.

Estefanía Pastor (36) fue una de las participantes en el sondeo. Es maestra, con experiencia en puestos de dirección, en la universidad y en formación para preparar a opositores. Para ella, revisar la formación inicial es clave: “Los centros educativos deberían transformarse en entornos formativos para la gente que empieza, a imagen de los hospitales universitarios. Hoy es todo muy observacional. Ves qué hacen los otros, y se te permite poco margen, hay poca implicación en el día a día del centro. Además, los periodos de prácticas son muy cortos”.

Pastor es partidaria de definir mejor las capacidades necesarias para ser profesor y de establecer diferentes itinerarios formativos para especializarse en distintos ámbitos, nuevamente imitando las especialidades en medicina. “Parece que en docencia tengamos que saber de todo, y en formación permanente muchas veces te formas en muchas cosas y acabas sabiendo un poquito de cada una pero sin llegar a ser especialista en grandes temas, con lo que se pierde eficacia en determinados ámbitos”, señala.

De los hospitales universitarios envidia el trabajo en equipo, la cultura de centro: “Medicina y educación no son campos idénticos, pero echo en falta esa forma de cuidar a los profesionales por vocación, ese rigor en la formación Si te vas a dedicar a la educación, el valor más preciado es la formación. Ejercerás ante alumnos que no dejarán de evolucionar, con lo que hacen falta personas dinámicas, con capacidad de trabajar en equipo, de ofrecer soluciones a alumnos, familias…”. Algo que el actual sistema de oposiciones, para ella, no mide: “Genera injusticias. No es un sistema de selección del profesorado de calidad. Está concebido como un mero filtro”.

Otro de los participantes en la encuesta es el director de instituto Carlos Arrieta (58). Cree que debe haber una inserción en el aula previa al inicio de la vida laboral, y ve atractivo el formato MIR. “Es positivo que se comprometa a profesores con cierta experiencia como tutores reales, no meramente documentales, encargados al final de firmar una lista de cotejo, como ahora: ‘¿Buen clima de aula? Sí ¿Programa sus actividades? Sí…’. Este periodo debería ser de, al menos, dos años para garantizar una experiencia directa y amplia, con un alto grado de interacción y empatía con el tutor”, apunta. “A mí me resulta aterrador que una persona sin ninguna experiencia, sin necesidad de haber aprobado siquiera las oposiciones, se haga cargo de un 2º de bachillerato sin cotejo previo. Las cosas suelen salir bien, por un principio de profesionalidad, pero no deberíamos estar en manos de la casualidad o la buena suerte”, reflexiona. A su vez, aspira a superar la concepción de la formación permanente como mero trámite -“Cada 100 horas, un sexenio”-. Y considera que debería introducirse la evaluación docente desde el punto de vista constructivo, con la Inspección implicada no solo en la supervisión procedimental y documental, también en visitas de aula y puesta en común de experiencias: “Debería haber algún modo de acreditar el trabajo en las aulas, sin reducir la escala al número de años, de forma que se generen expectativas, que no sientas que vas a entrar y a salir con la misma categoría”.

Anna Solans (25) lleva mes y medio como maestra. Antes estudió el Grado de Educación Primaria dual de la Universitat de Lleida. Antes había estudiado Empresariales, pero entonces no había descubierto su verdadera vocación. Considera que su formación inicial ha sido bastante buena, pues ha realizado muchas prácticas: “Sé que no siempre es así. A veces hay mucha distancia con la universidad, lo veo por otros compañeros. Para mí está claro que existe un vínculo entre la teoría y la práctica, pero es necesario que te ayuden a establecer ese vínculo”. En los tres primeros años de carrera, Solans pasó cada curso por una escuela, dentro del modelo dual. El primero, por una escuela estándar. El segundo, por una zona escolar rural. El tercero, por un centro de máxima dificultad. Así, dos días a la semana. “A mí me reafirmó en que esa era mi vocación, del mismo modo que hay personas que cuando se enfrentan a las prácticas descubren que no es lo suyo”, explica.

Josep Borràs tiene 63 años y no quiere oír hablar de jubilación. Es coordinador y director de la Zona Escolar Rural L’Eral (Lleida), director de la escola d’Alfés, tutor de los alumnos que aterrizan en su centro para ser docentes… “y portero”, añade: “Cuando estás en una escuela pequeña se te acumulan los cargos. Te da una visión global, la escuela es poco menos que tu casa”.

Valora del proyecto de formación inicial de la Universitat de Lleida la interacción escuela-universidad “más real”: “Es una reivindicación perpetua. Echo la vista 40 años atrás, cuando estudiaba Magisterio, y ya se criticaba la excesiva separación entre teoría y práctica. Los profesionales en activo desmontaban buena parte de las teorías de la universidad. Es un problema de comunicación que siempre ha estado ahí. Y creo que por ahí habría que empezar, por cambiar el esquema de formación inicial de los maestros, renovando, al tiempo, los contenidos de docencia”.

Otro paso, a su juicio, es introducir la variedad de escuelas que existen en esa formación inicial. Es otro aspecto que valora de la modalidad dual de la universidad de Lleida, de la que se declara fan, que saque a los alumnos de esas escuelas “normalitas” que a priori elegirían para sus prácticas, que se enfrenten al “fantasma del multicurso” en la escuela rural, que se enamoren al conocerla, en muchos casos… -“Casi, casi debería ser obligatorio para todos los maestros pasar por una escuela rural para pensar en la globalidad de la escuela, no solo en lo que pasa en su clase y poco más”, apostilla-, que descubran el reto de la diversidad en escuelas de gran dificultad… “Se trata, eso sí, de un modelo más pesado que el normal, pues requiere una gran coordinación, un plan de trabajo que involucre realmente a la escuela y al alumno”, reconoce. “En parte, por eso no cambian las formaciones iniciales, por comodidad. En una profesión, al funcionarizarte, es fácil caer en esa comodidad, ir suprimiendo las cosas que más te cuestan”, asevera.

Para él, las oposiciones constituyen un gran problema: “Tenemos oposiciones porque no somos capaces de encontrar un método mejor, no porque de por sí sean buenas. Al opositar demuestras que cuentas con una base suficiente para evolucionar a partir de ahí… pero superada esta evaluación en la escuela pública no tienes que demostrar nada más. Yo creo que es necesario que haya fases posteriores a las oposiciones, o anteriores, de interinaje, para filtrar a quienes no tienen el carácter apropiado para la profesión, por más que sean capaces de desarrollar trabajos teóricos. Si una persona no es empática con los niños, no debería trabajar en esto. Debería ser un condicionante de entrada, pues va a ser infeliz ella y a hacer infelices a los niños. La selección debería ser mucho más rigurosa. También nosotros, al relacionarnos, muchas veces tenemos miedo de valorar mal a los compañeros, cuando deberíamos estar siempre a favor de los niños; deberían ser lo primero”.

El balance, con todo, es positivo. Borràs ha coincidido con muchísimos compañeros y compañeras “fantásticas, ilusionadas, con muchísimas cualidades, con enorme prestigio”, pero “en medio, ha habido algunos elementos que no sabes cómo han logrado colarse dentro del sistema, que no deberían estar”. “Yo no culpo a la universidad, sino a los filtros posteriores que se deberían crear para que no ocurran estas cosas”, zanja.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/06/la-transformacion-de-la-profesion-docente-oportunidad-para-el-consenso/

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España: El Ministerio abre a la participación pública el proyecto de modificación de la LOMCE

Europa/España/08 Noviembre 2018/Fuente: El diario la Educación

El Ministerio de Educación prefiere no esperar a tener una ley orgánica completa, de manera que se aprobará primero esta modificación del texto vigente. El plazo para enviar alegaciones se cierra el próximo día 10.

El objetivo inicial, firmado por toda la oposición en pleno, era el de derogar la Lomce en cuanto la mayoría parlamentaria así lo permitiese. La mayoría parlamentaria consiguió sacar adelante una moción de censura que llevó al Ejecutivo de Mariano Rajoy a la oposición. Pero la derogación de la ley Wert no se ha puesto sobre la mesa. Los plazos de la legislatura y la dificultad en la negociación han dejado la redacción de una nueva ley educativa en el cajón de los proyectos futuros.

Eso sí, el Ministerio ya planteó que haría las modificaciones necesarias para revertir algunos de los efectos más perniciosos de la Lomce en el sistema educativo. Antes de Navidad quiere tener listo dicho texto. Y es eso lo que ahora mismo se está discutiendo, y para lo que se pide la participación de quienes estén interesados.

Qué hay que modificar

El Ministerio de Educación y Formación Profesional, en la justificación de la necesidad de este cambio legislativo, enumera los asuntos que quieren modificar por ser especialmente gravosos. Además, aseguran desde el Departamento, se hará hincapié en aquellos temas en los que ya hay consenso (tras escuchar las diferentes intervenciones que se dieron en la Comisión del Pacto organizada por Íñigo Méndez de Vigo, exministro de Educación) y tendrán muy presentes los objetivos y metas marcadas desde la OCDE y la UE.

Entre aquellas cosas que se pretenden se encuentra la mejora de la equidad del sistema educativo para que toda la población pueda gozar del derecho a la educación. Así mismo, se hará una modificación de la estructura del currículo para adecuarla a la inclusción y al desarrollo de las competencias básicas. En relaciónal currículo, se pretende que la materia de Religión deje de tener peso en la nota del alumnado y no obligue a la matriculación en una asignatura espejo a quienes no quieran cursarla.

La evaluación dejará de tener un sentido que sea el de jerarquizar a los centros. Será una evaluación centrara en el diagnóstico de la situación y para el planteamiento de las mejoras necesarias.

También se quiere equilibrar la balanza dentro de colegios e institutos haciendo que los consejos escolares vuelvan a tener el peso que perdieron, de manera que las direcciones escolares dejarán de tener la capacidad de maniobra ganada con la Lomce.

El Ministerio pretende, así mismo, mejorar la transparencia en la rendición de cuentas que han de hacer todos los centros en virtud de su autonomía escolar; se mejorará la admisción de alumnos mediante la eliminación de los elementos discriminatorios derivados de la especialización de los centros.

Por último, el futuro texto legal pretende recuperar la capacidad de las administración para la programación de las enseñanzas y para que se apoye la coeducación y, además, se pretende regular las competencias del Estado y las comunidades autónomas para fomentar la lealtad y la colaboración entre administraciones.

El plazo para enviar opiniones sobre esta reforma termina el 10 de noviembre. Quienes estén interesados pueden escribir a la dirección de correo electrónico: consulta.seefp@mecd.es

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/05/el-ministerio-abre-a-la-participacion-publica-el-proyecto-de-modificacion-de-la-lomce/

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España: Mayte Pérez defiende la educación rural como una «absoluta prioridad»

Europa/ España/ 06.11.2018/ Fuente: www.elperiodicodearagon.com.

Así lo ha afirmado la consejera de Educación en la inauguración de un foro sobre educación rural que se celebra durante toda la semana en la Fundación Santa María de Albarracín

La consejera de Educación, Cultura y Deporte de Aragón, Mayte Pérez, ha defendido los avances que se han producido durante esta legislatura en el sector de la Educación y que ha convertido la escuela rural de la comunidad en un “referente” en el país y “una absoluta prioridad” para su departamento.

Así lo ha afirmado Pérez en la inauguración de un foro sobre educación rural que se celebra durante toda la semana en la Fundación Santa María de Albarracín con representación de organismos de tres países que estudian la escuela fuera de los grandes municipios en el que ha defendido que la escuela rural aragonesa , informa el Ejecutivo aragonés.

El de Albarracín es el primer seminario que celebra este foro de intercambio, enmarcado dentro del proyecto Erasmus+ “La formación profesional y las competencias del maestro rural como dinamizador de la dimensión territorial de la escuela rural” (Fopromar), proyecto en el que participa la Universidad de Zaragoza como entidad social, conjuntamente con la Fundación del Mundo Rural (Cataluña) como entidad organizadora y la Facultad de Psicología de la Universidad de Lisboa, la Universidad de Burdeos, la Universidad de Barcelona y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Cataluña como otras entidades socias.

El proyecto tiene como objetivo principal proponer un plan de formación permanente y unas propuestas de formación inicial para cubrir las necesidades competenciales de los maestros y maestras rurales.

También ha recordado que tras su llegada al cargo decidió rebajar el número de alumnos necesarios para mantener abierta una escuela hasta los 3, frente a los seis que determinó el Gobierno anterior, una medida que ha permitido mantener abiertos 100 centros en tres años que de otra manera hubieran tenido que cerrar sus puertas, obligando a sus alumnos a ir a clase a localidades más alejadas de su domicilio.

Por todo ello ha defendido a la escuela rural como la principal garante de la vertebración del territorio, ya que es la que llega a todos los puntos y su mantenimiento supone la principal arma en la lucha contra la despoblación.

Para continuar trabajando en su desarrollo e impulso, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha un Observatorio de la Escuela Rural, “el primero que se crea en el país”, según ha informado Pérez, encargado de diseñar un plan de acción para potenciar sus fortalezas, potenciar la investigación, documentación, elaboración y producción de materiales didácticos o adaptación de los existentes, así como la recogida y difusión de buenas prácticas y su constitución como punto de encuentro e intercambio de experiencias.

Además ha recordado que, en Aragón, el 95 % de las localidades tienen menos de 5.000 habitantes y en ellas está escolarizado el 18 % del alumnado de la Comunidad. A estos escolares se destina el 31% del presupuesto educativo.

De hecho, el coste de un alumno en la escuela rural es de unos 8.000 euros, mientras que en un centro urbano es de 3.000. “En Aragón hay 731 municipios, de los que tienen escuela 443. El 95 % de ellos, tienen menos de 5.000 habitantes. Hay una discriminación positiva clara hacia el medio rural”, ha destacado.

Respecto a su profesorado, el Gobierno de Aragón ha actualizado la catalogación de puestos de difícil desempeño en el medio rural (la anterior databa de 1991), y ha lanzado un plan para que los docentes interinos puedan permanecer tres cursos en el mismo colegio, al que este año se han acogido 167 profesionales, para ganar en estabilidad y permitir que se mantengan los programas puestos en marcha en sus centros.

En esta línea, se han mejorado las ratios mínimas para proceder al desdoble de grupos. En la legislatura anterior, las escuelas rurales con entre 11 y 13 alumnos tenían una sola aula y un docente y medio asignados, mientras que el actual Gobierno ha aprobado dos unidades y dos maestros a partir de los diez alumnos.

Por otra parte, en la actualidad se considera centro completo aquel con 140 alumnos (en algunos casos, según sus características y distribución, con alguno menos), mientras que en el pasado no se acreditaba a un centro como completo mientras no tuviera al menos 159 estudiantes matriculados.

La extensión de la formación del profesorado también ha sido un objetivo primordial para el Ejecutivo, que ha recuperado los centros de Profesorado Territoriales en la zona rural y ha sumado a los que existían en las capitales de provincia los de Alcorisa, Sabiñánigo, Ejea, La Almunia, Monzón y Calatayud. Esta red no está cerrada, sino que se prevé un aumento progresivo de Centros de Profesorado. De hecho, en enero de 2019 está prevista la creación de uno más en Tarazona.

Por otra parte, Mayte Pérez ha señalado que el Departamento de Educación ha recuperado los convenios con la red de escuelas municipales infantiles, que anteriormente dependía de política territorial, y con los que este año se costea el profesorado de 197 escuelas de 152 municipios, en los que estudian más de 5.600 alumnos.

Fuente de la noticia: https://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/mayte-perez-defiende-educacion-rural-absoluta-prioridad_1321363.html

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854 alumnos musulmanes reclaman poder estudiar religión islámica en Asturias

Europa/ España/ 06.11.2018/ Fuente: www.elcomercio.es.

El presidente de la Comunidad Islámica de España asegura que existe demanda suficiente en varios centros educativos de Gijón y Lugones

En los colegios e institutos asturianos estudian 854 alumnos musulmanes, potenciales destinatarios de recibir clases de religión islámica. Así lo asegura Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), quien indica que «hay demanda suficiente en centros de Primaria y Secundaria de Gijón y de Primaria de Lugones».

No obstante, para lograr que estos estudiantes puedan cursar la asignatura, «es necesaria la cooperación de los centros educativos para recoger las solicitudes y transmitirlas a la consejería, y que ésta colabore informándonos de las solicitudes por centro». Algo que este curso, como cada año, pidieron al departamento que dirige Genaro Alonso sin haber obtenido una respuesta satisfactoria.

Tal y como recoge el Observatorio Andalusí, de los 308.767 alumnos musulmanes que hay en todo el país el 95% carece de clases de religión. Por ejemplo, Cataluña, la autonomía con mayor número de alumnado que profesa esta fe, tiene 84.018 estudiantes y ningún profesor contratado. Lo mismo ocurre en Madrid, con 45.957, o la Comunidad Valenciana, con 31.641. El representante de las comunidades religiosas islámicas advierte de que para lograr impartir esta asignatura en el Principado -como ya se hace en Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Ceuta, Extremadura, Madrid, Melilla, Euskadi y La Rioja- «se necesita que se normalice su oferta en todos los centros de Primaria y Secundaria y que fluya la información para la planificación de modo que se pueda ofrecer un contrato de trabajo a tiempo completo a algún profesor».

De no completarse las horas, dice Tatary, el trabajo «sería a tiempo parcial y el maestro o profesor debería residir en el municipio y compatibilizar las clases con otro empleo, lo que resulta más difícil». Precisamente el escaso número de horas provocó a principios de curso que más de 120 alumnos de cuatro colegios leoneses se quedaran sin recibir clases, dado que ninguno de los docentes capacitados decidió trasladarse al municipio.

En el caso de Asturias, asegura el responsable de la CIE, la demanda que existe en varios centros de Gijón haría posible la contratación a tiempo completo de un docente, mientras que para el resto de localidades «deberíamos encontrar a alguien con otro trabajo que le permita ajustar sus horarios, algo que resulta más complejo, por lo que debe haber maestros que asuman la dificultad». Según Tatary, «ambas partes han de hacer esfuerzos».

61 docentes en España

Son 61 los docentes que ejercen su profesión en alguna de las comunidades en las que ya se imparte la asignatura de religión islámica. Todos ellos han de reunir tres condiciones: ser designados por una comunidad religiosa, obtener la declaración de idoneidad de la Comisión Islámica de España y cumplir con los requisitos contemplados en la Ley Orgánica de Educación 2/2006 y el Real Decreto de 696/2007 por el que se regula la relación laboral de los profesores de religión. A pesar de que en Asturias no hay, de momento, ninguno que ejerza su profesión sí ha habido profesorado acreditado que se ha tenido que trasladar a trabajar en otras regiones.

La Comisión Islámica de España pidió hace dos años al consejero de Educación, Genaro Alonso, que asegurara que la materia se ofrece en todos los centros. Insiste ahora en la «necesidad de cooperación de todos los implicados: padres, centros, servicios de planificación y de contratación, así como las consejerías y el Ministerio de Educación». Además, periódicamente lanzan campañas para instar a los padres a ejercer su derecho a marcar ‘religión islámica’ en la optativa de religión o valores, así como señalan «la importancia de una buena formación religiosa para bien de toda la sociedad española».

Fuente de la noticia: https://www.elcomercio.es/asturias/musulmanes-docentes-educacion-asturias-20181105011359-ntvo.html

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Entrevista a José Luis Orella, «Cataluña sólo se puede reconquistar con la educación y la cultura»

Por. Elena FernÁNDEZ-PELLO.

 

José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad San Pablo-CEU, participó ayer en la I Jornada por la Reconquista, organizada por el movimiento Juventud Identitaria en Oviedo, en el Palacio de Congresos de Buenavista. Orillo revisó la Reconquista desde el punto de vista histórico y analizó cómo su legado llega hasta la actualidad.

 Hablar de Reconquista presupone que existe un territorio ya conquistado. ¿Cuándo nace España ?

-Marcelino Menéndez y Pelayo concibe que es en el tercer Concilio de Toledo, en el que las poblaciones germanas y las hispanorromanas han dejado de ser pueblos que conviven y se han fusionado, con una sola religión y una cultura. Otros interpretan que fue con la federación de reinos de los Reyes Católicos y otros con la lucha por la independencia frente a los franceses a partir de 1812. De todo ello ha quedado una comunidad histórica, en la que todos los pueblos de España, dentro de esa diversidad, hemos aportado grandes cosas a la humanidad.

 Pelayo, más allá de la historia, es un personaje épico.

-Hay gente muy poderosa que pacta con los musulmanes como Teodomiro, que dispone de más de dos mil guerreros; Pelayo se va con trescientos a los montes y cuando sucede lo de Covadonga le quedan treinta. Es un jefe de armas que se queda con los irreductibles, que prendió una llama que luego se extiende a los cántabros, los navarros… forjando los núcleos de la resistencia. Rompe el anonimato, y es la prueba de que un hombre puede echar a rodar una bola de nieve y cambiar el destino y la historia.

 ¿Qué vigencia tiene ese concepto de Reconquista en la actualidad?

-Es un difícil equilibrio: en un mundo globalizado y a una gran velocidad, en completa intercomunicación, mantener nuestras raíces. Tenemos que estar abiertos a lo que viene, y a enriquecernos con ello, y ser fieles a nuestro origen. Podemos enriquecer a otros, pero solo si sabemos quiénes somos. No tenemos que ser un muro para los demás, sino una ventana. Tengo que reconquistar quién soy, de dónde vengo, para poder mirar al futuro. Eso ayuda muchísimo a la convivencia. Incluso las políticas de integración fracasan si no se sabe dónde se va a integrar una persona. El patriotismo es algo bueno y uno tiene que estar orgulloso de la patria como lo está de la herencia de sus padres.

 Este año coinciden varios aniversarios en Asturias, vinculados de un modo u otro a la Reconquista, aunque no ha tenido mucha resonancia fuera de la región.

-Es una pena, porque vivimos nuestras comunidades autónomas como compartimentos estancos. Estamos reduciendo festividades que son de todos: Santiago Apóstol es ahora una festividad gallega, el Pilar aragonesa… Los acontecimientos de Asturias, que llenan de orgullo a Asturias, llena de orgullo al resto de los españoles, porque desde luego sin Asturias los demás estaríamos seguramente con turbante y una barba. Hemos perdido el concepto de transversalidad y solidaridad interespañoles.

 Hay ideologías que se apropian de sentimientos como el patriotismo o acontecimientos como la Reconquista.

-Un hecho histórico relevante tiene que ser patrimonio de todos. Un Severo Ochoa, no sabemos si sería de izquierdas o de derechas, pero es un premio Nobel patrimonio de todos los españoles y todos nos sentimos orgullosos. Nos deberíamos fijar más en otros países, como Francia o Polonia.

 ¿Más referencias patrióticas paliarían el extremismo político?

-Ha habido unas competencias autonómicas muy entregadas a ideologías políticas. El nacionalismo vasco o catalán han favorecido una identidad nacionalista diversa, y no ha habido una educación aséptica y neutral que favoreciese al patrimonio histórico común.

 ¿Habrá que reconquistar Cataluña?

-Solo se puede reconquistar a través de la educación y la cultura, tan malo es la interpretación secesionista como un centralismo que solo quiere una castellanización de Cataluña.

Fuente de la reseña:  https://www.lne.es/oviedo/2018/11/04/cataluna-reconquistar-educacion-cultura/2374715.html

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Deseada

Por: Martha Sanz.

La violación y asesinato de Desirée Mariottini me llevó a pensar que no es motivo de alegría que la realidad nos dé la razón tozudamente. Globalizada cultura de la violación. También evoqué ese imaginario cultural que, elevando a la categoría de divinidad, fetiche, exvoto, cosa, el cuerpo femenino, lo destruye. Desde la altura, la porcelana se tira contra el suelo, se rompe y se produce un efecto estético relacionado con la normalización de la crueldad contra las mujeres: paralizadas novias cadáver y muertas enamoradas, autómatas y Coppélias, bailarinas descuartizadas del giallo, snuff movie y pornografía, el petrarquismo bubónico denunciado por mi amigo Rafael Reig, la Clori de Góngora que se corta al quitarse un anillo y qué bello es el contraste del rojo sangre con el dedo nácar… A las diosas, que son de éter, no les duele el cuerpo. A las maniquíes movidas por un reloj interior tampoco. Las chicas que “se regalan” ya saben a lo que están expuestas. La estilización de la violencia contra las mujeres culmina en la metáfora del juguete roto y la mujer patchwork. Pero estamos hablando de carne y de la perturbada costumbre de que la carne de las mujeres está ahí para disfrutarla magreándola, fileteándola, reduciéndola a orificios. Nuestro hipotálamo está colonizado por estas voces y a algunas mujeres nos cuesta descubrir el propio placer sin rodearlo de máculas y deseos de ser secuestrada como prueba de un amor loco y verdadero. Espectacular. Un amor que nos coloca una argolla en la garganta y nos encadena a la pared. Nos rebelamos contra los imperativos de nuestro hipotálamo y bebemos orujo en fiestas dionisiacas sin merecer por ello que nos rasguen la vagina y nos corten la cabeza. Lo que le ha sucedido a Desirée no puede repetirse. En el sadismo extremo que se ejerce contra los cuerpos femeninos perdura la máxima arqueológica de que la mujer no tiene alma, no siente, no padece, no importa, pero también prevalecen nuevos rencores vinculados con la conquista de derechos. Pienso en todos los componentes horribles que envuelven la violación y asesinato de Desirée Mariottini: mantenerla viva a base de agua con azúcar, diez horas de tormentos y la decisión de dejarla morir.

Ya sabemos quiénes son los asesinos de Desirée Mariottini y otros monstruos se yerguen en nuestro horizonte imperfecto. Entre la docena de presuntos culpables, hay inmigrantes subsaharianos y, en ese punto, el odio a las mujeres se cruza con el deseo de limpieza étnica de Matteo Salvini o Democracia Nacional. Se aprovechan los insultos machistas en redes para justificar la necesidad de una ley mordaza y se utiliza la violencia contra las mujeres blancas para avalar la xenofobia. Manipulan el dolor para criminalizar a todos los inmigrantes. Arguyen que los extranjeros —pobres— no entienden nuestras normas de convivencia y en la voz de su hipotálamo no resuena Dario Argento, sino tantanes más sanguinarios a los que se une el rencor de clase y mucha envidia nacional. Maldad innata y salvajismo. Sin embargo, se borra malévolamente que el vendedor de pañuelos ghanés es un excelente muchacho, la mujer que prepara el cuscús cumple con sus obligaciones fiscales y el jardinero hondureño salvó al niño de morir en la piscina. Omiten que esta violencia contra las mujeres es también cristiana y europea. Así lo ponen de manifiesto los nebulosos asesinos de las niñas de Alcàsser. Ese padre tan religioso que mata a sus criaturas para vengarse de su mujer. Ana Orantes, quemada viva por su españolísimo marido a la puerta de casa.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/10/30/opinion/1540895733_910906.html

 

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