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España: Se acaba de publicar el Tratado: Nuevo paradigma en física

España/31 de Marzo de 2018/Tendencias 21

Gabriel Barceló publicó el nuevo tratado de física. Esta obra está constituida por dos tomos, que son el compendio de las investigaciones realizadas por el grupo de expertos de Advanced Dynamics durante casi cuarenta años. Sus resultados han sido comprobados y confirmados mediante experimentos y simulaciones por ordenador, y nos permiten disponer de una nueva perspectiva de la dinámica del cosmos, desconocida hasta la fecha. 

El tomo I se subtitula: TEORÍA DE INTERACCIONES DINÁMICAS, y nos describe los antecedentes y fundamentos de la teoría mecánica que se propone.
https://www.amazon.es/dp/B01N7W62YP/ref=rdr_kindle_ext_tmb

El tomo II se subtitula: SUPUESTOS Y APLICACIONES DE LA TEORÍA DE INTERACCIONES DINÁMICAS, e incorpora las nuevas leyes de la dinámica rotacional, y numerosos supuestos y ejemplos que se justifican plenamente con las hipótesis dinámicas que se proponen.
https://www.amazon.com/dp/B07BN9917M

En ambos volúmenes, publicados en AMAZON, se describe el proyecto de investigación que he realizado, junto con el grupo científico Advanced Dynamics, en mecánica rotacional, y en concreto, en el desarrollo de una nueva teoría científica, que entendemos supone un gran avance en física y en la concepción de nuestro universo: UN NUEVO PARADIGMA EN FISICA.

En este proyecto de investigación, hemos analizado el comportamiento de los cuerpos con aceleraciones, y como resultado, se han obtenido nuevas conclusiones para comprender la dinámica de los cuerpos sometidos a distintas rotaciones simultaneas, proponiendo nuevas claves para entender mejor la mecánica del universo, y poder disponer de una cosmología científica más real. El segundo volumen de la obra que contiene esta investigación, acaba de ser publicado en AMAZON, en su versión en inglés. Próximamente será publicado este tomo también en español.
El Tomo primero de la obra, fue publicado el pasado año 2017, también en AMAZON, tanto en inglés, como en español, para lectura digital, o impreso en papel.
Ha sido creado en Internet también un portal del tratado, que puede ser consultado:
https://newparadigminphysics.com/
Y han sido realizados por Luís A. Pérez los siguientes videos de presentación del tratado:
https://www.youtube.com/watch?v=MRq7EclUsbA
https://www.youtube.com/watch?v=tTLDvLUdgro
https://www.youtube.com/watch?v=xCDEIbo89Ps
Fuente: https://www.tendencias21.net/fisica/NUEVO-PARADIGMA-EN-FISICA_a21.html
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Entrevista a: Rosa Jové, Psicóloga infantil, psicopedagoga, y autora de ‘La escuela más feliz’

Entrevista a Rosa Jové

La experta en psicopedagogía, Rosa Jové, nos explica los cambios que necesita el sistema educativo para que la felicidad y las emociones lleguen a la escuela, y hagan de ella un lugar al que a los niños les apetezca más ir.

“El papel del maestro ya no es el de transmisor de conocimientos, sino el de dinamizador del aprendizaje”.

El debate sobre las fortalezas y las debilidades del actual sistema educativo siempre da para muchas reflexiones. Todas distintas, y todas con la misma validez, porque como asegura Rosa Jové, psicóloga clínica infantil, psicopedagoga, y autora del bestseller ‘Dormir sin lágrimas’, “no se trata de discutir, sino de reflexionar”, porque no hay una verdad absoluta. Ni en la Educación, ni en nada en esta vida, claro. Jové acaba de publicar La escuela más feliz (La esfera de los libros, 2017), un libro con el que desea sumar ideas y reflexiones acerca del que debería ser nuestro objetivo último como sociedad, y como padres y docentes, y que no es otro que hacer de la escuela un lugar al que a los niños les apetezca ir. En definitiva, que la felicidad entre en clase “y con ella las emociones y las ganas de aprender”.

La primera pregunta, teniendo en cuenta el título de tu libro y lo que planteas en él, parece obvia. ¿Necesita la Educación en España una buena reforma?

Sí, sí que la necesitamos porque todavía tenemos muchas cosas que seguimos haciendo igual que hace ya varias décadas. Esto no quiere decir que todo lo antiguo sea malo, para nada; tan sólo creo que nos tenemos que quedar con las cosas buenas, que hay muchas, y reformar y ponernos al día en algunos aspectos que son novedosos. Así que, sí, una reforma no estaría de más.

En ‘La escuela más feliz‘ incides en que “todos tenemos un don”. Y marcas ese concepto como primer cimiento de la construcción de una nueva escuela. ¿Se están desperdiciando hoy gran parte de esos talentos?

Creo que sí. Yo siempre digo que hace muchos años España no era una potencia a nivel mundial en deporte. ¿Y qué hicieron? Fueron a los colegios para ver qué se podía hacer desde la escuela, y hoy por hoy podemos decir que hay disciplinas deportivas en las que somos potencias mundiales.

Lo que se ha hecho ha sido buscar el don que tiene un alumno para que no se pierda. Luego, si ese niño se quiere dedicar a ello, o no, es otra cosa, porque puede que tengamos delante a un Rafa Nadal junior, pero a lo mejor lo que quiere es ser abogado como su padre. Si tiene un don, y al niño le gusta y quiere potenciarlo, adelante, sin duda.

Pero, ¿se puede dedicar un profesor que tiene a lo mejor 20 o 27 niños por clase a encontrar esos “dones”?

Bueno, creo que hay que ser realistas. Una cosa es la dificultad de trabajar todos los dones en una clase masificada, pero otra muy distinta es que el profesor no sea capaz de observar cuáles son todos esos dones que existen y que tiene cada niño. Una cosa es descubrir el don hablando con los niños o con sus compañeros, y otra cosa trabajarlo. Aquí sí puede haber una dificultad, pero en descubrirlo no debería haber ningún problema.

Ideología versus metodología en la escuela

También hablas de dar prioridad a la ideología por encima de la metodología. ¿Nos podrías explicar brevemente en qué consiste este cimiento del cambio que propones?

Muy fácil: una escuela tiene que tener claro qué es lo que quiere conseguir. Si tú quieres que tus alumnos sepan debatir, tengan valores democráticos, sepan dialogar entre ellos…, entonces lo mejor puede que no sea sentarlos de uno en uno, sino en grupos. Pero hay escuelas que lo que hacen es poner a los alumnos sentados en grupo, de cuatro en cuatro, o de cinco en cinco, pero, sin embargo, siguen dando clases magistrales.

Una escuela tiene que tener claro qué es lo que quiere conseguir

Tenemos que tener muy claro qué ideología queremos para nuestra escuela. Si yo quiero que mis alumnos aprendan inglés, lo que no puedo hacer es enseñar francés. Nos encontramos con escuelas que se supone que tienen metodologías avanzadas, pero siguen estancadas en la clase magistral; o, lo que es lo mismo, escuelas que piensan de una manera, pero trabajan de otra. Y esto no tiene sentido.

Otro cimiento es la unión maestros-alumnos-padres-sociedad (todos somos escuela). ¿Crees que hoy en día falta unión de fuerzas, que cada uno rema por su lado? ¿Qué beneficios podría aportar aunar esfuerzos?

Más que de unión, yo hablaría de cooperación entre la familia y la escuela. Evidentemente, los padres y los docentes están unidos porque se saludan cuando llevan al niño, se vuelven a saludar cuando se lo llevan a casa, se ven en las tutorías… Pero hablamos de una necesidad de cooperación, porque cuando los padres se sienten valorados en la escuela, y sienten que se tiene en cuenta su opinión, valoran mucho más ese centro educativo.

Y al revés también ocurre: los profesores conocen más a los padres y esto es beneficioso para todos. También para los niños, que ven esa cooperación entre la escuela y la familia. Todos salen ganando; por eso es muy importante que se entiendan, porque a veces los objetivos de unos y de otros no son los mismos.

Diversas pedagogías para cambiar el sistema educativo

El modelo educativo actual, como has comentado al principio, en muchos casos es el mismo con el que hemos crecido nosotros o nuestros padres. ¿Es suficiente para los retos que se encontrarán los que hoy son estudiantes durante el siglo XXI?

Antiguamente en los pueblos pequeños –bueno, ahora también, pero no tanto– no había bibliotecas públicas, o sólo había una. La única manera de tener conocimiento o cultura procedía de las enseñanzas del maestro. No había enciclopedias, no las teníamos en casa, no teníamos ordenadores…, y la gente de un pueblo no tenía acceso a la cultura, salvo memorizando lo que decía el maestro. Esto ha cambiado; ahora los niños no deberían memorizar. El papel del maestro ya no es el de transmisor de conocimientos, porque eso lo tenemos solo a un click, sino que es el dinamizador del aprendizaje.

Según la UNESCO, el principal objetivo de la enseñanza es trabajar por competencias: aprender a conocer, a ser, a hacer y a convivir

Según la UNESCO, el principal objetivo de la enseñanza es trabajar por competencias; y son cuatro competencias muy sencillas: aprender a conocer, aprender a ser, aprender a hacer y aprender a convivir. Esta es, según la UNESCO, la labor de las escuelas, y esto las escuelas actuales que están más puestas al día lo hacen perfectamente.

En este sentido, en la última parte del libro das voz a distintas metodologías educativas que han ido cogiendo impulso en los últimos años. ¿Qué está aportando a la educación su cada vez mayor introducción en el sistema educativo?

No son metodologías nuevas, muchas ya se utilizaban hace décadas. La cuestión es que durante mucho tiempo la educación se unificó, y todo era igual. Se ha visto que hay otras fórmulas que funcionan mejor que la clase magistral; algunas son nuevas, pero muchas otras se basan en métodos de enseñanza alternativa que ya han demostrado su buen funcionamiento en el pasado. Tenemos el ejemplo en la pedagogía Montessori, que ahora está viviendo un boom.

Hay otras fórmulas que funcionan mejor que la clase magistral, como por ejemplo la pedagogía Montessori

Hay escuelas que lo que están haciendo es coger lo que más les interesa de cada modelo educativo y adaptarlo a su forma de trabajar. Sin usar una metodología en concreto, trabajan con las cosas que más les interesan, y eso también puede ser una buena idea.

¿Por qué crees que con todos los avances y evidencias que hay ya a nivel de neurociencia cuesta cambiar tanto el sistema tradicional de clase magistral?

Todos tenemos una historia. Es más fácil que cambien las nuevas generaciones que las que ya tenemos una edad. El “es que siempre se ha hecho así”, o “ya tengo una edad, y estoy a punto de jubilarme, no me pidas ahora que cambie”, tiene mucho peso.

Es en cierto modo normal que haya cierto inmovilismo y resistencia frente al cambio, pero es que además creo que puede haber cierto miedo a innovar. Muchos maestros se imaginan la clase hecha un caos y tienen miedo a no saber qué va a pasar si introducen cambios, unido a la pereza que da cambiar cuando ya estás hecho a una metodología que para ti es cómoda, lo que hace que haya profesores que se resistan.

Muchos maestros se imaginan la clase hecha un caos y tienen miedo a no saber qué va a pasar si introducen cambios

Yo soy muy optimista, creo que hay grandes maestros con muchas ganas de hacer cosas, y yo tengo una fe muy grande en ellos, en su preparación, y en las ganas que tienen de trabajar con sus alumnos.

Ideas para aulas felices

¿Cómo podemos estimular en un niño las ganas y el deseo de aprender?

Cada niño es diferente, cada profesor es diferente, y por lo tanto no hay una receta que funcione para todo el mundo pero, en general, yo digo que hay que ver la escuela como una empresa: pon todas las condiciones para que a nivel ambiental la escuela sea un lugar adecuado. Por ejemplo, hace poco visité una clase de un colegio en la que hacía más de treinta grados y no podíamos ni estar. No es normal que no haya aire en las aulas, o que no se arreglen los baños, o que haya esos niveles de ruido en los comedores. Empecemos poniendo las condiciones adecuadas para que los centros educativos sean lugares en los que apetezca estar. Y después continuemos con más cosas: que haya respeto hacia los alumnos, que se trabaje bien, etcétera. Hay muchos frentes abiertos que deben ser tenidos en cuenta.

Empecemos poniendo las condiciones ambientales adecuadas para que los centros educativos sean lugares en los que apetezca estar

Los niños entran cada vez antes al colegio y pasan cada vez más horas en el centro. ¿Se puede hacer de la escuela un lugar feliz con esas dos circunstancias?

Muchos creen que los que han ido a la guardería no lloran cuando pasan al colegio, y esto no es así, los hay que también lloran. Creo que el hecho de que los niños entren con tres años a la escuela es un mal menor. Los padres tienen que ir a trabajar y con alguien hay que dejar a los niños. Antiguamente nos quedábamos con las abuelas, con las madres porque muchas no trabajaban…, pero poco a poco, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, se fueron creando guarderías. El paso siguiente fue rebajar la edad de entrada al colegio, que antes era de cinco años. Y esto, que se hizo para resolver una situación concreta, no quiere decir que sea lo mejor para un niño; simplemente fue una solución a una situación; cada padre debe decidir lo que es mejor para su hijo.

¿Qué crees que deberían tener en cuenta los padres a la hora de elegir un colegio para sus hijos para que éste sea un lugar feliz?

Yo creo que una de las cosas que funciona muy bien para elegir escuela, a parte de leerse el ideario, es que vayan a ver el centro. Que vean cómo entran y cómo salen los niños, que hablen con los padres, que pregunten a las familias… Muchas veces en el ideario mienten, y una buena manera de comprobar el verdadero espíritu y ambiente de la escuela es adentrarse en ella para, entonces sí, poder decidir libremente.

Fuente: https://www.webconsultas.com/entrevistas/bebes-y-ninos/rosa-jove-psicologa-autora-de-la-escuela-mas-feliz

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“Perdimos el tren de la Ilustración y el de la Industrialización. Si perdemos el de la educación seremos el bar de copas de Europa “Entrevista a José Antonio Marina

Europa/España/29 Marzo 2018/Autora: Sandra Vicente/Fuente: El diario la educación

José Antonio Marina habla de los impedimentos para cerrar el Pacto Educativo en una conversación que ataca los problemas endémicos del sistema y del camino que sigue el mundo de la formación para convertirse en un gran negocio privado

El filósofo, pedagogo y escritor, José Antonio Marina, conocido por la Universidad de Padres o por la redacción del Libro Blanco de la Profesión Docente está sentado en un sillón de piel de una sala del Palau Macaya de Barcelona. Nos encontramos poco antes de su conferencia ‘Felicidad y Perfeccionamiento’, dentro del ciclo ‘transhumanismo’ que se celebra en este mismo espacio, organizado por la oficina del Club Roma a Barcelona, ​​conjuntamente con la Obra Social ‘la Caixa’.

Si bien Marina tiene buena parte de su pensamiento dedicado a la ética y el papel de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, poco hablamos de este transhumanismo que da nombre al ciclo, y la entrevista versa más sobre el Pacto educativo que no acaba de cerrarse y raíz del cual la Universidad Antonio Nebrija le pidió escribir el Libro Blanco sobre el Pacto educativo para que “los cambios surjan de la sociedad civil, y no de los partidos políticos que no han pisado una aula. Que no se note sólo el BOE sino en las escuelas”.

‘Perfeccionamiento y felicidad’ son dos conceptos complejos y ambiciosos. Empezando por el perfeccionamiento, argumenta que este no debe nacer a la esfera política.

Ha habido una equivocación en las administraciones educativas, sean nacionales o autonómicas, de ahora o de hace veinte años. Los políticos piensan que si cambian la ley, cambian la educación, pero esta cambia cuando cambia lo que sucede dentro de las aulas. Muchas veces, desde que se aprueba una ley hasta que llega a la escuela, si es que llega, va diluyéndose por el camino. ¿Qué pasó con la Logse? Era una buena ley, pero no había dinero para ponerla en práctica. Aprobar una buena ley que no se cumple es peor que no aprobarla, porque se machaca una oportunidad de cambio.

La política tiene que acercarse a las aulas y pensando en los que están alrededor que, en primer lugar, son los alumnos. Van a la escuela por influencia familiar, económica y cultural y eso les determina más que el sistema educativo. Debemos cuidar de dónde vienen, pero también quién los atiende. A los profesores y directores de escuela en España nunca se les ha dado importancia. Al igual que a los inspectores: los buenos están muy quemados porque se les usa como policías, para lograr que se cumplan las leyes, cuando deberían ser asesores pedagógicos.

¿Cómo se puede dar impulso al cambio educativo desde la política, pues?

Uno de los problemas de la educación es que en el fondo no interesa a nadie. Cuando miras las encuestas del CIS, entre las preocupaciones de la ciudadanía nunca aparece la educación. Los políticos piensan: si no interesa a los ciudadanos ¿por qué me tendría que ocupar yo?

Si consiguiéramos que la educación apareciera en el CIS durante tres o cuatro meses seguidos, las leyes cambiarían a toda pastilla. Hay una indolencia que se demuestra mirando el Pacto Educativo. No soy pesimista al respecto; de hecho, soy tan optimista que pensé que antes de las elecciones se firmaría una hoja de ruta. Sólo una hoja comprometiéndose a cosas que venían bien a todos los partidos: el PP le convenía porque se decía que no se podía cambiar la Lomce hasta que no hubiera otra ley. En cambio, tenía que ceder y reconocer que era una ley de transición que había que cambiar ya, lo que daba la razón a PSOE y Podemos. Pero al mismo tiempo se les decía que no era suficiente con comprometerse a cambiarla, sino que tenían que hacer una propuesta en firme.

Por lo tanto, la idea era hacer un Pacto Educativo en seis meses; decían que eran pocos pero si yo pudiera encerrar a todos los partidos en una casa en la montaña todo un fin de semana, saldría. Porque está todo más que hablado. Redactando los papeles por el Pacto Educativo analicé por qué no habían funcionado todos los intentos de pacto hasta la fecha y cómo se habían resuelto los problemas en otros países. En cada caso el impedimento ha sido diferente, pero siempre ha habido alguien que se ha levantado de la mesa de negociaciones. Por eso tenía claro que el Pacto no vería la luz, el único que no sabía aún era qué partido lo impediría y por qué.

Vimos filtrar muchísima documentación para dar una base sólida para el diálogo y para que los políticos pudieran hablar pero el asunto se fue dejando. Ahora se ha creado una subcomisión en el Congreso, que me parece un procedimiento completamente inútil, y así estamos de nuevo: sin saber y con todo paralizado. Yo había planteado un Pacto en seis meses y en un año y medio una nueva ley. Pues ya hemos perdido una legislatura, empezaremos otra con la idea del pacto y la volveremos a perder. El problema real es que hay chicos que entrarán y saldrán del sistema educativo en esta precariedad y no lo merecen.

¿Cuáles son los problemas que han estado impidiendo el Pacto?

Temas recurrentes: si la educación pública debe ser toda de gestión pública o si hay espacio para la concertada. Si son las familias, las escuelas o los gobiernos los que deciden los planes educativos. Las discusiones sobre la financiación o qué pasa con la religión. Hasta dónde llega la libertad de los centros. ¿Qué competencias tienen las comunidades autónomas?

Y el profesorado y la dirección son aspectos claves a los que nadie presta atención: la formación de los docentes es imprescindible. En otros países no es un tema que se tenga que debatir porque todo el mundo entiende que la de maestro debe ser una profesión de élite.

Debemos enfrentarnos a estos problemas. El PP dice que no hay dinero para subir la inversión a más de un 4,2% y puede ser incluso que baje al 3,9. Y en cambio Podemos dice que necesitamos un 6 o un 7%. Si no podemos mejorar la educación hasta que llegamos a esa cantidad, dale años. Nosotros creemos que con el 5% podemos tener un buen sistema educativo y es una cifra razonable porque ya la hemos tenido.

José Antonio Marina / Foto: Sandra Vicente

Recogiendo la reflexión de los maestros, parece que no prestamos atención a los protagonistas y solo se habla de educación cuando hay alguna polémica. Cuando toca defender la escuela mucha gente sale a la calle, pero enseguida deja de ser un tema capital.

Con la educación nos pasa como con Santa Bárbara; sólo la recordamos cuando truena. Cuando salen los resultados PISA durante un tiempo no se habla de otra cosa. Nos quejamos un rato de que los maestros no hacen bien su trabajo y nos olvidamos. Cuando hay noticias tristes o negativas relativas a los jóvenes, “¿dónde está la escuela?”. Pregunta recurrente unos días y después no se habla más. Esto es porque no hay interés y no tomamos suficientemente en serio lo que supone la educación para la vida de una sociedad.

Ahora estamos entrando, ya no en la sociedad del conocimiento, sino del aprendizaje, que se rige por una ley implacable: toda persona, empresa, institución o sociedad, para sobrevivir, necesita aprender a la misma velocidad a la que cambia el entorno. Durante mi generación vinieron las nuevas tecnologías y nadie nos preguntó si queríamos aprender; y estas situaciones cada vez se darán más deprisa y tenemos que mantener el aprendizaje a todos los niveles de la vida para no marginar seleccionados.

España perdió el tren de la Ilustración y el de la Industrialización. Si perdemos el de la educación, Barcelona está condenada a convertirse en el bar de copas de Europa. En cambio tiene que luchar por ser la capital científica; este es el camino, aprendiendo todo el tiempo de quien sea. La inteligencia de una nación se mide por la cantidad de dinero que invierte en entrenadores de fútbol y la poca que dedica en grandes maestros.

Parece que cuando se habla de innovación la responsabilidad siempre recae sobre los maestros y no se habla del sistema. Como si los árboles no nos dejaran ver el bosque.

Es un problema porque hay maestros que lo hacen fantásticamente y es muy meritorio pero su acción es muy limitada. Debemos cuidar a estos buenos profesionales para que puedan generar proyectos de grupo a los que podamos apoyar como sociedad. Porque ya hay escuelas que no pueden mantenerse solas y hay empresas que comienzan a comprar centros porque se están dando cuenta de que la educación será el próximo gran negocio.

Según las últimas cifras, en 2015 la formación movió 4,3 billones de dólares. Que es cuatro veces el PIB español y las empresas, que están llevadas por gente muy lista y con mucho capital, se están posicionando para hacerse con ello. Me preocupa mucho ver a alumnos míos, muy brillantes, que con cuarenta años todavía no han tenido nunca un trabajo estable. Y es que ahora las empresas no dan importancia a los títulos sino al proceso educativo. Buscan gente que haya hecho su carrera, que tenga dos años de un grado, dos cursos de no sé qué y que además hayan estado haciendo voluntariado en África.

A priori abandonar la fiebre de las titulaciones no debería ser negativo, pero en el actual sistema académico ¿esto no es demasiado elitista?

Exige muchísimo esfuerzo; no hay un sistema que apoye esta demanda y tenemos una universidad muy estática, casi con autismo. Y los que salen perjudicados son los estudiantes, que no encuentran salidas. Y eso no es problema sólo de la educación universitaria. No hemos sabido organizar y planificar la FP. La educación tiene una falla sistémica de gestión; no hay nadie que se lo tome en serio y hay gente muy poco cualificada para llevar un sistema tan complejo, tanto que escandaliza.

¿Piensa en carteras de educación más tecnócratas?

En educación sí. Debemos fijarnos en lo que hacen en otros países, no tenemos que inventar la rueda. ¿Dónde hay un buen sistema educativo? Inglaterra lo hace muy bien. En Formación Profesional destacan Austria y Alemania. También Finlandia, por supuesto, o Polonia, que ha dado un salto de gigante. Todo el mundo tiene interés en hacerlo bien, pero cuando Méndez de Vigo es nombrado y te dice que no sabe nada de educación pero que está aprendiendo muy deprisa ves que no va bien. Debemos tener gente que venga aprendida de casa.

Volviendo a la pregunta inicial. ¿Cómo se liga todo este perfeccionamiento con la felicidad?

Tenemos que decidir por qué queremos formar las personas. ¿Para que tengan trabajo? ¿Para que sean buenos ciudadanos? Las queremos educar para que sean felices. La felicidad se ha puesto de moda: Coca-Cola tiene su instituto de la felicidad y planteárselo así es una tontería. Queremos que nuestros hijos sean felices, pero ¿qué significa esto? Hay dos dimensiones de la felicidad. Una es la psicológica, que es un estado de ánimo agradable donde me gustaría mantenerme, donde disfruto y no echo nada en falta. Pero cuidado, porque esto es individualista y subjetivo: Jack el Destripador consideraba que lo bonito de la vida era destripar a la gente.

El concepto que encuentro más interesante es el de la felicidad objetiva, que es lo que mide el índice de Felicidad de la ONU, que no tiene que ver con cómo me siento sino en las situaciones que considero óptimas para vivir, que me ayudan a mantener mis expectativas vitales. Una sociedad justa, que ayude a quien lo necesite, no violenta. La educación es la encargada de formar por esta felicidad objetiva y, después, ya nos podemos preocupar de la subjetiva.

Fuente e imagen de la información: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/26/perdimos-el-tren-de-la-ilustracion-y-el-de-la-industrializacion-si-perdemos-el-de-la-educacion-seremos-el-bar-de-copas-de-europa/

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El gobierno nunca pretendió realizar un Pacto educativo

Por: Foro de Sevilla

La derogación de la LOMCE necesita que los partidos políticos sean responsables y coherentes con los compromisos que adquirieron. La educación y el futuro está por encima de luchas políticas que solo provocan perplejidad a la sociedad.

La educación es el lugar donde decidimos si amamos el mundo lo bastante como para tomar una responsabilidad por él, y así transmitirlo a nuestros descendientes”(Hannah Arendt)

El gobierno nunca ha pretendido realizar un pacto por la educación, fue una maniobra disuasoria para conseguir aplicar la LOMCE. Mientras se debatía, quienes querían mantenerla sugerían que el problema de la educación en nuestro país era la cantidad de leyes aplicadas desde los años setenta (en realidad generales solo fueron tres, LOGSE, LOE y LOMCE) y no la falta de democratización y recursos de nuestro sistema educativo.

Partidos políticos y comunidad escolar se esforzaron en participar en la Subcomisión, a pesar de que la LOMCE fue rechazada en el Parlamento y en la calle, y el Gobierno puso veto a su derogación y siguió haciéndolo con las propuestas que pretendían conseguir una educación democrática.

¿Por qué lo hicimos?, porque la educación es una forma de amar el mundo y nos sentimos responsables y comprometidos con el futuro. Confiados nos sometimos a la necesidad de un “pacto por la educación”, con quienes solo querían maquillar la LOMCE.

El gobierno nunca pretendió modificarla y todas sus propuestas “orillaban” la ley planteando temas o aspectos que no eran centrales en la misma, o que en su propia definición eran ambiguos para la defensa de una educación pública, no discriminatoria y excluyente y que diera cabida a la diversidad y pluralidad de niños y niñas sin estar determinados por el nacimiento o riqueza.

La LOMCE se desarrolló, porque a pesar de que las reválidas estaban en suspenso se aplicaron “descafeinadas” y se sometió la educación a currículos estandarizados y cerrados, que se utilizaron para el acceso a la universidad, improvisando y obteniendo los peores resultados de la historia de la selectividad. Porque a pesar de que las evaluaciones no influyeron en la promoción en secundaria se aplicaron itinerarios, programas de mejora del aprendizaje y rendimiento y una formación profesional básica que dejaron a muchos alumnos y alumnas en la cuneta.

Porque han seguido concertando centros, cerrando escuelas públicas, privatizando la educación y fomentando programas de excelencia y talento, mientras la segregación por nivel socioeconómico entre los centros educativos se disparaba. No solo es necesario pararla sino blindar la nueva ley para que las Comunidades Autónomas no puedan saltarse el derecho a la educación.

Es una ley, conservadora y neoliberal, porque ofrece autonomía, pero la limita controlando a través de evaluaciones externas las prácticas escolares. Convierte al profesorado en un preparador de exámenes y al alumnado en un sujeto domesticado y pasivo, preparado en conocimientos neutrales y especializados solo para el mundo laboral.

El postulado neoliberal plantea que se puede acceder a todo lo que se desea sin existir barreras y sin estar determinado por la clase social, etnia o género. Desaparecen los derechos colectivos de niñas y niños por derechos de mercado o demandas individuales que afectan a todos. La LOMCE es un paso en firme para lograr un sistema educativo mercantilista basado en la competitividad y, con una mayor eficacia en los resultados con una menor inversión, que solo puede suponer precarización del profesorado, desigualdad en la atención a la diversidad y la constitución de centros de primera, segunda y tercera categoría.

A pesar de que el Tribunal Constitucional pueda incluso validar la segregación por sexos, los itinerarios y la elección de centro por parte de las familias, en realidad se están encubriendo todas estas políticas de selección y elitismo. ¿A quién beneficia esto?

La educación ya no es una promesa de futuro laboral o diferenciación social y las clases altas y medias buscan ese objetivo, que sus hijos e hijas sirviéndose de su capital cultural (información, relaciones) y de su capital económico (residencia, desplazamientos, actividades suplementarias) accedan a grupos de élite y tengan más posibilidades de éxito. A la vez que los colegios se esfuerzan por escoger al alumnado que le va a garantizar un mejor desempeño.
Pero no solo es una acción de las familias, sino que son teledirigidas por las políticas educativas: Recortes y cierre de aulas en el sector público, desgravaciones en los colegios de pago, apertura de privados concertados con suelo público, implantación del distrito único, evaluaciones con fines comparativos… A lo que añadimos una red privada, que cumple a la perfección con la selección y es financiada públicamente: segrega a los inmigrantes, separa por sexos y distribuye por clases sociales.

En lugar de esto, se trata de conseguir que todas las escuelas públicas estén dotadas de los mejores recursos y posibilidades, en vez de incitar a elegir, seleccionar y competir por las que supuestamente den mayores ventajas competitivas futuras a nuestros hijos e hijas, ya que no solo es más equitativo, sino que preserva los fines sociales de la educación.

Lo que nos une a los colectivos que hemos suscrito el documento de bases para una nueva ley educativa es la defensa de una escuela pública democrática. Las escuelas en una sociedad democrática existen para el apoyo y extensión de la democracia, de lo contrario son socialmente inútiles o socialmente peligrosas porque educarán a personas que seguirán su camino y se ganarán la vida indiferentes a las obligaciones de ciudadanía en particular y a una forma de vida democrática en general.

La LOMCE significa un recorrido en sentido contrario al que necesita nuestro sistema educativo porque propugna un Estado empresario que rinde la democracia al sistema económico. Así justificaron la impugnación de la derogación de la LOMCE y siguen sometiendo todas sus actuaciones a la lógica mercantil. El derecho a la educación no se consigue con modelos de gestión que buscan una mayor eficacia reduciendo los costes (hasta un 3,8% del PIB como está proponiendo para 2018 el Gobierno a Bruselas). Además, responsabilizan de los resultados al profesorado, al alumnado y a sus familias, y no a la falta de recursos y al modelo competitivo y selectivo de escuelas que desmantelan el proyecto solidario de vertebración social.

Estando en uno de los países con más segregación escolar por nivel socioeconómico de Europa, el tercero en pobreza infantil después de Rumanía y Grecia y donde han aumentado los casos judiciales de violencia machista en adolescentes en un 30%, no necesitamos un nuevo proyecto de ley que refuerce el privilegio.

Las organizaciones sindicales (CCOO, Stes, CGT), de padres y madres de alumnos (CEAPA), los colectivos sociales (Mareas por la educación pública, Europa Laica, La educación que nos une, MRP, Colectivos de educación infantil, Foro de Sevilla…) y grupos políticos (PSOE y Unidos Podemos) ante la preocupación por la deriva mercantilista de nuestro sistema educativo, fueron convocados por “Redes por otra política educativa” el pasado 15 de marzo en una mesa redonda celebrada en el Parlamento. Coincidieron en una serie de propuestas:

  1. La imposibilidad de seguir participando en un pacto que desprecia a la comunidad educativa y la negociación democrática. Sin recuperar los recortes y tener una financiación suficiente (base el 5% del PIB) no se pueden plantear soluciones. CCOO junto a otros sindicatos y CEAPA decidieron abandonar la comisión técnica del Consejo Escolar del Estado para no dar coartada al gobierno con su participación y validar su trampa a la sociedad con un supuesto pacto social inexistente.
  2. Derogación de la LOMCE y los recortes. Levantar el veto de la mesa del Parlamento a la derogación de la LOMCE y empezar inmediatamente considerar las iniciativas parlamentarias que cuentan con el apoyo de la comunidad educativa.
  3. Plantear una nueva ley educativa a favor de la mayoría social que debe tomar como punto de partida el Documento de bases en el que han participado las entidades de “Redes por otra política educativa”, que cuenta con un gran consenso y defiende el modelo de escuela pública y el derecho a la educación de alumnos y alumnas desde el nacimiento y a lo largo de la vida. Abierta a que puedan unirse más colectivos en su debate y construcción con un consenso social real.
  4. Conseguir una ley que trabaje por el bienestar común, evitando todas las segregaciones: por sexo, lingüísticas, socioeconómicas, por religión, por talento… Sin concesiones a la enseñanza como negocio. La ideología de la LOMCE supone un aumento del fracaso escolar, la segregación temprana y la expulsión del alumnado de los centros con la promoción de itinerarios, las evaluaciones y rankings, la segregación por sexos y la competitividad creada en el sistema educativo por el sentido mercantilista de dicha ley.
  5. Garantizar la democratización de los centros con una autonomía real y la participación de la comunidad escolar. Restituir las competencias del Consejo Escolar del Centro y del Claustro, garantizar su carácter laico, eliminar el modelo autoritario y antidemocrático de nombramiento de directores y directoras de la LOMCE. Así como evitar la supresión de líneas en los centros educativos públicos para favorecer la educación privada-concertada.
  6. Generar nuevos currículos y métodos adaptados a las necesidades del alumnado (laicos, plurales, integrales), con conocimientos adaptados al contexto y relaciones educativas inéditas frente a las impuestas. Recursos humanos y materiales para el apoyo a la diversidad en el aula.
  7. Oportunidad de retomar las movilizaciones en torno a propuestas, reforzando alianzas y estableciendo calendarios.

La derogación de la LOMCE necesita que los partidos políticos sean responsables y coherentes con los compromisos que adquirieron. La educación y el futuro está por encima de luchas políticas que solo provocan perplejidad a la sociedad.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/23/el-gobierno-nunca-pretendio-realizar-un-pacto-educativo/

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¿Cómo educar frente a la crisis ecológica y social?

Por: Luis González Reyes

Es clave repensar los contenidos y los objetivos de la educación. Pero también las metodologías de construcción del conocimiento, como mediante el contacto íntimo y frecuente con la naturaleza.

¿Para qué sirve la educación? Una respuesta sería para permitir que las personas tengan el máximo de posibilidades de decisión en el futuro. Pero eso implica que es necesario proyectar cómo será el futuro y, en función de eso, anticipar qué habilidades nos parece que serán necesarias en él. A estas alturas del siglo XXI, es indudable que la crisis ecosocial en marcha está transformando de manera radical el mundo, las sociedades, la economía y los valores dominantes. Estamos en lo que se ha denominado Antropoceno, aunque sería más correcto hablar de Capitaloceno, ya que no es la naturaleza humana la responsable de los desequilibrios ambientales que vivimos, sino más bien el sistema socioeconómico hegemónico.

En el Capitaloceno, tener la máxima capacidad de decidir pasa por “repensar la educación sistémicamente, ayudando a los y las estudiantes a adquirir los conocimientos más útiles para sobrevivir en un planeta que está sometido a cambios ecológicos muy rápidos. Debemos proporcionarles las herramientas y estrategias que necesitan, tanto para cuestionar la realidad sociocultural actual como para convertirse en líderes audaces que nos ayuden a retroceder del borde del ecocidio donde nos encontramos y dar paso a un futuro sostenible. Pero ni siquiera esto será suficiente, (…) ellos y ellas deberán aprender también a prepararse y adaptarse para los cambios ecológicos inevitables en el futuro”. Esto es lo que propone Erik Assadourian en la edición española de La Situación del Mundo, el informe anual del Worldwatch Institute. Se trata de una monografía que como indica desde su título Educación ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica, pretende plantear algunas de las claves para educar considerando los futuros escenarios o, mejor dicho, los que son cada vez más una realidad cotidiana.

¿Está preparando el sistema educativo a las personas para este nuevo contexto? Desde mi punto de vista, claramente no, en línea con lo que expresaba Yayo Herrero en su artículo “Educar y aprender en un marco de crisis civilizatoria”, publicado hace unos meses en este medio. Pero eso no quiere decir que no haya múltiples experiencias que ya están realizando una educación ecosocial. Una de las principales virtudes del último informe del Worldwatch Institute es visibilizarlas.

Repasando esas iniciativas, hay varios elementos que son comunes a muchas de ellas. Por un lado, hacen hincapié en la importancia de reconfigurar los contenidos abordados. Algunos de los indispensables serían la ecología, la regulación no violenta de conflictos, el pensamiento global, la gestión de grupos o el conocimiento de las técnicas agroecológicas. Además, muchas de estas experiencias dan un paso previo, que es eliminar o minimizar los contenidos anti-ecosociales omnipresentes en la educación formal, no formal e informal en todo el planeta.

Aterrizando en el contexto español, desde Ecologistas en Acción también se está trabajando en intentar responder qué contenidos podrían conformar un currículo ecosocial. Su propuesta la articulan alrededor de 99 preguntas y 99 experiencias. Al hablar de preguntas, no se refieren a las cuestiones de un examen, ni a indicadores para calificar al alumnado. Tampoco son preguntas de respuesta rápida, sino cuestiones generadoras de más cuestiones que visibilizan y desvelan. Persiguen que se sospeche de las verdades que se plantean como incuestionables desde la cultura del consumo, del beneficio monetario, del crecimiento económico o del antropocentrismo.

Hay más entidades que están reflexionando sobre qué contenidos abordar en el ámbito escolar desde una perspectiva ecosocial. Así, un grupo de profesorado y de personas expertas en temas ecosociales de FUHEM llevamos trabajando tres años sobre este aspecto y hemos elaborado una detallada propuesta de objetivos que se pueden englobar en trece bloques. Al nombrarlos, cito algunos (solo algunos), de los aspectos que comprenden cada uno de ellos:

  • Visión biocéntrica: Concebir la ecodependencia del ser humano superando el antropocentrismo. Comprender cómo funcionan los sistemas complejos. Conocer los ciclos del agua, del carbono, del nitrógeno, etc. Valorar la irreversibilidad de muchos cambios en el medio.
  • Cambio climático: Conocer el funcionamiento del sistema climático como un sistema complejo. Valorar las desiguales responsabilidades y vulnerabilidades de las poblaciones mundiales respecto al calentamiento global.
  • Energía y materiales: Conocer el papel de la energía y los materiales en la historia. Comprender las implicaciones de la crisis energética y material actual.
  • Alimentación: Comparar los impactos de la alimentación agroindustrial y de la agroecológica. Valorar la soberanía alimentaria.
  • Ciencia y tecnología: Cuestionarse la omnipotencia de la ciencia y la tecnología. Conocer distintos materiales peligrosos para la vida.
  • Capitalismo: Sensibilizarse frente al deterioro social y ambiental que implica el capitalismo. Conocer su necesidad intrínseca de crecimiento. Relacionar capitalismo y patriarcado.
  • Economías y prácticas alternativas: Conocer qué es la economía ecológica, feminista y social. Distinguir entre deseos, necesidades y satisfactores. Valorar la necesidad de poner la vida en el centro de la economía.
  • Los trabajos de cuidado de la vida: Saber de la crisis de cuidados. Asumir la corresponsabilidad entre géneros en el cuidado de la vida.
  • Feminismo y desigualdad de género: Conocer conceptos como género, estereotipos y división sexual del trabajo. Saber qué es el patriarcado y el androcentrismo. Valorar el feminismo.
  • Ciudadanía: Abordar qué es el poder y las distintas formas de gestionarlo. Conocer el Estado. Valorar la importancia de los movimientos sociales.
  • Conflictos: Conocer la multidimensionalidad e inevitabilidad de los conflictos. Ser capaces de gestionar de forma pacífica los conflictos.
  • Desigualdades: Conocer los distintos tipos de desigualdades (clase, género, etnia, centro-periferia, etc.). Posicionarse frente a los movimientos forzados de población.
  • Habilidades y valores ecosociales: Aumentar su inteligencia emocional. Valorar la solidaridad, la libertad o la inclusión.

De este modo, parece clave repensar los contenidos y los objetivos de la educación. Pero eso no sería suficiente, por ello otro de los hilos conductores de las iniciativas que se muestran en el informe del Worldwatch Institute son los cambios en el plano metodológico. Uno sobre el que insisten muchas de ellas es la importancia del contacto íntimo y frecuente con la naturaleza. Otro, trabajar bajo un enfoque socioafectivo, en el que la empatía esté en el centro de las estrategias de aprendizaje.

El trabajo que abordan Ecologistas en Acción y FUHEM recoge reflexiones similares y subraya especialmente la importancia de métodos que se basen en la construcción colectiva del conocimiento y la mirada globalizadora. Algunos ejemplos serían el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje-servicio, las aulas sin muros, el trabajo por rincones, el aprendizaje cooperativo o el dialógico.

Para discutir sobre todos estos aspectos, que son indispensables para una educación de calidad, se celebraron en Madrid las I Jornadas sobre Educación Ecosocial, los pasados 6 y 7 de octubre. En ellas, debatimos y compartimos teoría y práctica, tal y como ha quedado recogido en los videos de todas las sesiones, disponibles en YouTube con el fin de seguir generando debate y proponiendo alternativas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/18/como-educar-frente-la-crisis-ecologica-y-social/

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España: José Ramón Ubieto, «Hemos hecho del TDAH una epidemia»

Por: noticanarias.com/ 28-03-2018
El psicoanalista de la UOC José Ramon Ubieto asegura en el libro Niñ@s hiper que hay un sobre diagnóstico de este trastornoEn doce años, los diagnósticos de TDAH en España se han multiplicado por treinta

En España hay más de 250.000 menores que toman psicoestimulantes, un 3 % de los niños y un 7 % de los adolescentes (de doce a quince años), porque se les ha diagnosticado trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Entre los años 2000 y 2012 el número de casos diagnosticados de este trastorno en el país se ha multiplicado por treinta, según recoge el libro Niñ@s hiper, escrito por el psicoanalista de la UOC José Ramon Ubieto y el catedrático de Psicología Marino Pérez. La situación en Estados Unidos es aún más alarmante: en la última década los casos han aumentado un 53 % y el TDAH se sitúa como el segundo diagnóstico más frecuente a largo plazo en menores, muy cerca del primero, que es el asma. «Los niños son movidos. Poniendo una etiqueta de TDAH a todo el movimiento infantil hemos hecho del TDAH una epidemia», explica Ubieto.

Estos datos han alertado a psiquiatras y psicólogos estadounidenses que piensan que el crecimiento tan elevado de los diagnósticos nuevos también hace que se medique de manera abusiva. En cambio, hay países, como Francia y Suecia, donde la prescripción de medicación en estos casos es prácticamente nula. «La pastilla tiene un efecto de freno de la angustia tanto para la persona que la recibe como para el mismo profesional; para el paciente, porque piensa que esta es la solución y, para el profesional, porque al prescribir la medicación se tranquiliza un poco. Para los padres también funciona como una especie de guía de actuación, pero en el caso de que no sea efectiva surge un sentimiento de culpabilidad», afirma el psicoanalista clínico.

Los efectos secundarios de los psicoestimulantes

La medicación que se utiliza para el TDAH tiene efectos secundarios. «Puede afectar tanto al cuerpo —daños en las arterias, riesgo cardiovascular, dificultad para ganar peso y retraso del crecimiento— como a la percepción de responsabilidad de la persona ante dificultades. Cuando un niño o adolescente toma esta medicación durante temporadas largas, y a veces sin controles frecuentes, tiende a generar la creencia de que lo que le pasa no es responsabilidad suya, sino de su bioquímica cerebral», deja claro Ubieto.

El autor de Niñ@s hiper mantiene que hay alternativas a la medicación del TDAH. «Como se trata de un fenómeno que observamos básicamente en la escuela, pienso que la respuesta tendría que pasar primero por ver qué estrategias educativas podrían aplicarse en cada caso y siempre en conexión con la familia y la escuela», explica. En este sentido, propone analizar el contexto escolar específico del niño teniendo en cuenta sus condiciones de trabajo y la atención. «Simplemente modificando las estrategias educativas e implicando un tipo de interacción y de aprendizaje diferentes —como, por ejemplo, que no se pida a los niños que estén cincuenta minutos sentados en una silla y concentrados— la prevalencia actual del TDAH disminuirá», deja claro.

Ubieto añade: «Así pues, el primer ámbito de actuación es la educación, y en una segunda fase de actuación puede introducirse el psicólogo. Debería hacerse solo en el caso de que la conducta se dé más allá del marco escolar, es decir, en la familia y en otros lugares, y hay que tener en cuenta que para algunos casos la medicación sí es necesaria y útil».

*Fuente: http://www.noticanarias.com/jose-ramon-ubieto-hemos-hecho-del-tdah-una-epidemia/

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El deterioro de la Universidad

Por: Adela Cortina

Que la universidad española necesita reformas es indiscutible, como también que es necesario analizar cuidadosamente hacia dónde se debe reformar, no sea cosa que se deteriore en vez de mejorarla; por eso es una buena noticia que se haya abierto un vivo debate sobre ella en el espacio público. De entre la gran cantidad de temas que precisan reflexión, es urgente el que se refiere a la duración de las carreras, por razones obvias.

El Real Decreto, aprobado el 2 de febrero pasado, propone flexibilizar la oferta universitaria, con carreras más cortas y, por tanto, más baratas, para que los alumnos puedan entrar antes a ese mercado de trabajo que les está esperando como al agua de mayo. Todo ello se resume en esa fórmula, difundida desde los comienzos del Plan Bolonia, que no puede ser más falaz y que, sin embargo, la sociedad ha asumido sin más.

Las fórmulas “3+2” y “4+1” inducen a pensar que las carreras siguen durando 5 años, como antes, pero que desde el Plan Bolonia 4 de esos años se dedican al grado y 1 al postgrado, y que el decreto permite dedicar 3 al grado y 2 al postgrado. Pero no es así. Ahora las carreras duran 4 años y con el decreto podrán quedar en 3. Con esos tres años se obtendría el grado y, por tanto, la facultad de ejercer la profesión. La facultad, que no el ejercicio, porque para ejercerla es preciso encontrar un puesto de trabajo.

Los másteres, sean de uno o dos años, no forman parte de la carrera ni son necesarios para ejercer la profesión sino en muy pocos casos. Por ejemplo, en el caso del célebre “Máster de Secundaria”, que debe cursar cualquier graduado que desee dedicarse a la docencia en ese nivel, sea de Humanidades, de Sociales o de “Naturalidades”, por decirlo con Ortega. Se trata del antiguo Curso de Aptitud Pedagógica (CAP), que no complementa los contenidos de ninguna de las carreras, sino que tiene naturaleza pedagógica.

Los másteres no forman parte de la carrera ni son necesarios para ejercer la profesión sino en muy pocos casos ¿Ventajas de la nueva propuesta? Se dice que la nueva modalidad del grado resultaría más barata, lo cual es obvio, siempre que no suban las tasas, y todavía sería más económica si se redujera a dos años, a uno o a ninguno. Sólo que semejantes ahorros no redundan nunca en la calidad en un asunto tan serio como éste, que no puede quedar al cálculo monetario, porque no necesitamos mano de obra barata, sino profesionales bien formados, que se sepan a la vez ciudadanos de una sociedad de la que viven y para la que han de adquirir su saber.

Desde que en los siglos XII y XIII naciera la institución universitaria en ciudades como Salerno, Bolonia, París, Oxford o Salamanca ha ido proponiéndose unas metas que necesitan tiempo, estudio y debate sereno. La primera fue la formación de los profesionales indispensables para las necesidades de la época. Éste era el sentido de obtener una licenciatura, una licentia para ejercer la profesión, habiendo adquirido la facultas exigida para hacerlo. Ni la Academia de Platón ni el Liceo aristotélico, ni siquiera las Escuelas Palatinas creadas por Carlomagno, tuvieron el poder de decidir quién estaba facultado para ejercer la profesión. Un poder que ni puede ni debe ser político, ni puede ni debe ser económico. Las universidades son de la sociedad y están a su servicio, por eso necesitan ser autónomas y ejercer esta autonomía con responsabilidad y rendición de cuentas.

Con el tiempo a esta meta se sumaron otras. Las universidades han de transmitir conocimientos, espolear el afán investigador, cultivar la preocupación por descubrir qué es lo verdadero y lo justo a través del debate abierto, intentando con ello superar el fundamentalismo de quien se niega a argumentar. Han de esforzarse por formar ciudadanos responsables de su sociedad.

Las universidades han de transmitir conocimientos, espolear el afán investigador

Ciertamente, desde fines del siglo pasado se ha producido una revolución en las universidades que, junto con otras variables, introduce la necesaria atención al mercado productivo. Pero “junto con” no significa “reducirse a”. La universidad no puede ser una expendeduría de títulos orquestada desde el mercado, porque lleva en su ADN esas otras metas que está obligada a perseguir. Para hacerlo necesita tiempo y sosiego.

No es casualidad que carreras como la de Medicina no se vean afectadas por el decreto, además de prolongarse en ese excelente programa MIR, que todas la profesiones deberían imitar. Afortunadamente, aquellos a los que corresponde se percatan de que poner la salud en manos de graduados de tres años es suicida para una sociedad, y ojalá no se les ocurra cambiar de idea. Pero tan suicida es reducir a tres años la preparación de otros profesionales.

Se dirá que al fin y al cabo el decreto no hace sino una propuesta, pero lo cierto es que el final es fácil de adivinar. Las universidades con posibilidades acortarán el grado a tres años y propondrán másteres costosos y competitivos, financiados privadamente o por medio de su comunidad autónoma; las que no tengan esa posibilidad habrán de reducir el grado a tres años y apenas ofertarán másteres. Crecerá la desigualdad y el deterioro de la universidad será inevitable.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2015/02/26/opinion/1424960491_863807.html

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