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España: Los niños que viven cerca de espacios verdes sufren menos «estrés oxidativo»

Los beneficios de disponer de espacios verdes cerca del lugar de residencia se observan «independientemente de la actividad física» que lleven a cabo los menores

Un estudio del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) de la Fundación La Caixa ha concluido que una mayor exposición a la vegetación se asocia con niveles más bajos de «estrés oxidativo» en niños. En un comunicado este martes, ha explicado que el estrés oxidativo se produce cuando los procesos de oxidación en el cuerpo generan sustancias reactivas nocivas, que el organismo no siempre puede neutralizar con rapidez o cuyo daño no es capaz de reparar.

ISGlobal ha añadido que los beneficios de disponer de espacios verdes cerca del lugar de residencia se observan «independientemente de la actividad física» que lleven a cabo los menores, y ha valorado que el estudio puede ser importante para conocer qué papel tiene la vegetación en enfermedades respiratorias y alérgicas.

El estrés oxidativo se midió analizando la concentración de isoprostano en orina, y los espacios verdes se definieron mediante una escala llamada Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada, teniendo en cuenta el del hogar, la escuela, y el tiempo que se pasa en cada lugar. La investigadora Judith Garcia-Aymerich ha enumerado varios mecanismos biológicos que podrían explicar esta relación directa: en primer lugar, una mayor exposición al verde puede contribuir al desarrollo inmunitario al poner a los niños en contacto con organismos que colonizan entornos naturales.

Además, puede aumentar la síntesis de vitamina D -un antioxidante que previene efectos negativos del estrés oxidativo y la inflamación- a través de la radiación solar, y la calidad del aire es mejor si hay vegetación. «Desconocemos los efectos a corto y largo plazo que un exceso de estrés oxidativo tiene en la salud, así que hay que seguir investigando y apoyando estrategias de salud pública y urbanas que favorezcan los espacios verdes», ha manifestado Garcia-Aymerich.

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es

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España: “Organizarse es empezar a vencer”. Algunas notas desde las II Jornadas de Feminismo Sindicalista

Por: Laboratoria Sur De Europa*

La Laboratoria, desde su nodo Madrid, lleva ya dos años incitando pensamiento y encuentros desde un feminismo sindicalista que, bajo diferentes nombres, va abriéndose paso en nuestro territorio y más allá. Entendemos que “trabajadoras somos todas” porque dedicamos todo nuestro tiempo y nuestras fuerzas a sostener nuestras vidas y las de los que nos rodean, enfrentándonos a las múltiples y entrelazadas opresiones y explotaciones que el proceso de huelga feminista nos ayudó a revelar, cual papel tornasol. Diversos colectivos compartieron esta misma intuición en las I las Jornadas «El feminismo sindicalista que viene» en otoño de 2020. Son colectivos cuyo feminismo se teje en el día a día, en una práxis a caballo entre lo comunitario y lo sindical.

Año y medio después, y tras un proceso de autoencuesta que nos sirvió para calibrar mejor deseos y necesidades de los colectivos en lucha, celebramos en Madrid entre el 16 y el 21 de febrero de 2022 las II Jornadas por un feminismo sindicalista, con la alegría de encontrarnos en persona después del aislamiento de la pandemia y con la urgencia de la dureza de nuestras condiciones de vida. El objetivo: tramar formas de estar más conectadas, de compartir redes y recursos, de apoyarnos en cada una de nuestras luchas. Desde La Laboratoria-Madrid pensamos que todas estas luchas de base comparten ya una forma de acción y un campo de batalla.

Las feministas marxistas, los ecofeminismos, los llamados feminismos del Tercer Mundo, los feminismo postcoloniales y descoloniales nos han enseñado que además de la explotación asalariada, existe una inmensa apropiación de trabajo no pagado, todo el trabajo de cuidados que realizan tradicionalmente las mujeres (y que se suma a la apropiación de la naturaleza). Existe también extracción a través de la deuda, extracción de nuestros estilos de vida y creaciones colectivas, extracción de la permanente movilización de nuestra energía y trabajo para sobrevivir.

Los feminismos negros nos han enseñado también que esta explotación asalariada, la apropiación de trabajo no pagado y el extractivismo, es diferente según una jerarquía racial que viene de la colonia y que es la forma de organización de la acumulación capitalista, no algo tangencial sino constitutivo, imprescindible para la acumulación.

Los feminismos marxistas y las economías feministas nos han enseñado que los roles de sexo-género normativos cumplen una función económica: para las mujeres, poner los cuidados por encima de los deseos propios, sea cuidando material y emocionalmente, sea trabajando en cualquier cosa para mantener a niñes y ancianes; para los hombres, llevar a casa el salario principal, sostén monetario de la familia. En estos roles de sexo-género se nos educa desde que nacemos, pero cuando esa educación falla, cuando la desobedecemos, llega la violencia; y escapar de esta violencia se hace muy difícil cuando se suma a la precariedad, a la falta de trabajo y casa y a la cuestión de la custodia de les niñes, al gran miedo de perder a les niñes.

Las historiadoras feministas nos han enseñado que estos roles de sexo-género con función económica no siempre han existido en su forma actual. Nos cuentan que este régimen de acumulación se inició con la desposesión de los medios de reproducción, la pérdida de la tierra y los comunes: la llamada acumulación originaria, iniciada en la Edad Moderna. Y llega hasta la actualidad, como vemos en la continuación del despojo en América Latina y tantos otros lugares del mundo.

Por eso en estas Jornadas no solo nos encontramos colectivos que luchan en el campo asalariado, sino un amplio arco de luchas feministas anticapitalistas con todas las letras, dentro y fuera de un terreno laboral cada vez más desdibujado. Y lo hacemos desde la convicción de que las luchas que no tienen en su centro de forma explícita el empleo no son luchas sectoriales o menores o divisorias; no son luchas que señalen algo superpuesto con el capitalismo, algo parcial, sino el corazón mismo del capitalismo: la forma en que construye jerarquías sobre las que acumula de forma diferencial, sin las que la acumulación misma no sería posible (imaginemos que las patronales del mundo tuvieran que pagar el ingente trabajo de cuidados no pagado sobre el que se sostienen sus beneficios) y que constituyen la base política de la dificultad misma de luchar juntas.

Vemos lucha anticapitalista en la pugna por ser menos dependientes del salario, por construir nuestros medios de producción, como hace el Nodo de producción del barrio madrileño de Carabanchel. O en la lucha por la vivienda y la luz, por desmontar la relación salarial como única legítima para el acceso a lo que necesitamos para vivir, como hace la Asociación Tabadol de La Cañada Real de Madrid, o los movimientos por el derecho a la vivienda como la Plataforma de Afectadxs por la Hipoteca o los sindicatos de inquilinos. O en la lucha contra esa violencia que busca atarnos a roles sexo-genéricos y raciales, que va dirigida a que no nos movamos ninguna de nuestra casilla asignada: de la violencia machista a las redadas policiales contra las economías populares o a la ilegalidad producida por la Ley de Extranjería. Mujeres supervivientes de Sevilla o AAMAS de la Red de estructuras populares y comunitarias de Manresa enfrentan esta violencia y lo hacen de forma colectiva, creando y espesando el tejido social.

Y es que todos los colectivos que nos encontramos en las Jornadas consideramos fundamental construir y fortalecer comunidades, redes sociales y de apoyo mutuo, que nos hagan más fuertes, más autónomas, frente a toda explotación y apropiación, y nos permitan imaginar y poner en práctica nuevas formas de relación y de vida. A estas luchas anticapitalistas, basadas en el apoyo mutuo y en la acción directa, que crean comunidad, que traen prácticas comunitarias de otras partes del mundo e inventan nuevas relaciones de cooperación en autonomía, las llamamos feminismo sindicalista. Lo hacemos sin ninguna pretensión de que sea un nombre canónico: lo hacemos para sentirnos más juntas.

Estas Jornadas han sido otro pasito en este sentirnos más juntas, para conocer nuestros nombres y nuestras caras, para compartir nuestra potencia y nuestros retos. Hemos decidido establecer formas de comunicación permanentes entre nosotras, poner por escrito nuestras exigencias más básicas, poner en común los recursos y las redes que tenemos y empezar a pensar modelos organizativos que puedan hacernos más fuertes. Porque organizarse es empezar a vencer y, también, empezar a vivir de otra manera.


  • La Laboratoria, espacio transnacional de investigación feminista


Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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¿Educación Emocional o Coeducación Afectiva, Sexual y Emocional Integral?

¿Educación Emocional o Coeducación Afectiva, Sexual y Emocional Integral?

Mary C. Bolaños Espinosa 

 

En el Pleno del Parlamento de Canarias del pasado 23 de febrero de 2022 se aprobó una PNL en la que se insta al Gobierno de Canarias a que se dé continuidad a la impartición del área “Educación Emocional y para la Creatividad”, ampliándose la misma a 5.º y 6.º de Educación Primaria y a la Educación Secundaria Obligatoria.

Esta asignatura se estableció en el curso 2014-2015 en el currículum canario, en los cursos de 1º a 4º de Primaria, como materia obligatoria y evaluable, “con premura, con escasa información y sin la formación necesaria para todo el profesorado que debería impartirla, una formación que permitiera un planteamiento riguroso, serio y seguro de la educación emocional en la escuela” (Consejo Escolar de Canarias, 2014).

Después de ocho cursos de desarrollo de esta materia en las aulas canarias no se ha hecho pública ni una evaluación de su implementación, ni de su impacto, adquiriendo, en estos momentos, una importancia innegable, dado el cambio de ley educativa (de LOMCE a LOMLOE, en la que los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas fijan, en virtud de lo establecido en esta Ley, el 50% del horario escolar en las Comunidades Autónomas).

¿Educación emocional, al servicio de qué y de quién?

Históricamente, el sistema educativo ha sido objeto de enormes presiones para adaptarlo a las necesidades del mundo económico. En las últimas décadas, llama bastante la atención que, con este objetivo, las empresas hayan convertido el trabajo emocional en un recurso esencial para incrementar la productividad y el rendimiento, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico destaque que las habilidades socioemocionales tienen un papel específico para abordar situaciones imprevistas, controlar las emociones y cumplir con las expectativas laborales (OCDE, 2016) o la Fundación Botín realice un informe sobre la situación internacional de la educación emocional y social. Lo cierto es que la educación emocional se ha convertido en una piedra angular de las nuevas formas de individualismo que promueve el neoliberalismo, impulsando una formación cuyo objetivo es preparar a las nuevas generaciones «para la implacable competición de la vida». Una educación emocional que se encarga de la percepción, comprensión y regulación de las emociones, sin un análisis crítico, sin que le acompañe una educación ética, corriéndose el peligro de fomentar un hiperindividualismo emocional, contribuyendo, así, a formar personas más “adaptables” a la precariedad y que se resignen ante cualquier situación, e incluso preocupadas solo por sí mismas, reforzando uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, la presencia de personas que se divierten o disfrutan con el sufrimiento ajeno.

Una educación para la sociedad que queremos.

Urge construir sociedades que pongan la vida en el centro, articuladas en torno a las condiciones básicas de existencia para todas las personas, que tengan como prioridad el sostenimiento de vidas dignas de ser vividas. Esto requiere, entre otras condiciones, que en nuestros centros educativos se desarrolle una verdadera Educación Integral. Una educación que acompañe a nuestro alumnado para que sea capaz de definir su biografía personal, analizar la realidad que vivimos, disponer de habilidades para el diálogo, la resolución de conflictos y el consenso, así como promover una ética fundamentada en la solidaridad, la responsabilidad socio‐ambiental, el respeto y el amor.

Somos seres para el contacto, la vinculación y la vida social, profundamente interdependientes, y nuestra riqueza emocional va más allá de las emociones, pues construimos sentimientos, vivimos afectos sociales (apego, amistad, sistema de cuidados, altruismo…) y sexuales (deseo, atracción, enamoramiento) y establecemos vínculos, que han de ser satisfechos para alcanzar nuestras necesidades básicas y nuestro bienestar. Conocer las características de esta dimensión emocional y social, las necesidades que se derivan de ella, las formas de gestionarlas y satisfacerlas, es fundamental para promover el bienestar personal y social. Y lo debemos hacer entendiendo este complejo mundo emocional como una construcción cultural, que hay que situar al lado de la ética, a favor de la libertad y la dignidad humana.

Necesitamos el aprendizaje en buenos tratos, en respeto, en humanidad, hace falta una Educación Emocional, Afectiva y Sexual enmarcada en el ámbito del autocuidado y de los cuidados personales, relacionales y del medio, como elementos substanciales para el sostenimiento de la vida. Necesitamos integrar la “cuidadanía”en las aulas.

¿Cómo concretamos esta propuesta educativa?

Es fundamental que el aula sea un sitio seguro, de confianza, y el centro educativo, un espacio de aprendizaje para la vida, un lugar de convivencia. Eso demanda que estas temáticas se incorporen, de forma explícita y sistemática, en el curriculum, reestructurándolo para que la educación formal realmente desarrolle las competencias necesarias para vivir de manera plena y feliz en esta difícil época.

Por ello, se hace ineludible una reflexión que enriquezca la demanda de una materia obligatoria en el currículum canario de las diferentes etapas educativas, que no esté ligada solo al conocimiento y regulación “eficaz”de las emociones, sino que también dé paso a la inclusión de la calidad de vida, de la coeducación afectiva, sexual y emocional. Una asignatura con horas suficientes, con ratios adecuadas, con profesorado formado y con tiempos para la coordinación, la reflexión y el trabajo colaborativo con el resto de docentes y familias. Una asignatura que promueva una transversalización real de sus contenidos, permeando tanto las diferentes áreas y materias, como los diversos espacios de la educación formal. La complejidad y multiplicidad de los aspectos que se interpelan, comporta abordarlos de una forma integral. Es poco significativo trabajar sus contenidos como una asignatura más, mientras el sistema de rutinas y actitudes que se desarrollan a lo largo del día contradicen el posible trabajo que pretendemos realizar.

Se precisa repensar la estructura y las funciones del propio sistema educativo. Este cambio exige un cambio trascendental, que hace imprescindible el reconocimiento de un nuevo perfil docente. Además de la atención al alumnado, hay otras funciones inherentes a la tarea educativa, que han de conllevar menos horas de docencia, con la finalidad de que el profesorado pueda investigar, reflexionar sobre la práctica, compartir y contrastar con sus compañeros y compañeras, coordinarse con las familias y otros agentes sociales… Este cambio ha de vincularse a la formación del profesorado, sin olvidar el acompañamiento que se le ha de realizar, para asegurar que estos cambios lleguen a todas nuestras aulas, evitando que sean patrimonio de los sectores más innovadores.

Hemos de ser conscientes de que no solo importa lo que queda escrito en una ley y/o en los currículum, sino que su trascendencia vendrá determinada por las condiciones que se creen para hacerlos realidad en las aulas y centros educativos. Hay que lograr inclinar la balanza social hacia el logro del bienestar personal y social, hacia los cuidados compartidos, hacia vidas dignas de ser vividas. ¡Aún confiamos en que haya voluntad personal, profesional, sindical, y sobre todo política,para no perder esta oportunidad!

Mary C. Bolaños Espinosa. Colectivo Harimaguada

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/educacion-emocional-o-coeducacion-afectiva-sexual-y-emocional-integral/

 

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Una menor de la red de explotación declara que las relaciones eran «consentidas»

Una menor de la red de explotación declara que las relaciones eran «consentidas»

Una de las menores víctimas de la red de prostitución infantil desarticulada en enero ha relatado ante la jueza que instruye el caso y ante sus supuestos proxenetas sus inicios en el mundo de la prostitución después de que fuera enganchada a la droga, si bien ha declarado que las relaciones eran «consentidas» salvo una de ellas en la que habría sido forzada por uno de los líderes de la trama.

Se trata de una de las testigos clave en la investigación, por lo que ha sido la primera en comparecer ante la jueza de Instrucción número 8 de Madrid. La joven es una de las cinco menores que residían en centros tutelados de la Comunidad de Madrid. El próximo viernes, comparecerá otra de las víctimas.
La exploración se ha realizado en el salón de actos de los juzgados de Plaza de Castilla, lugar donde estaban los investigados, tanto los que están en prisión como los que están en libertad. Cada uno en un lado. La víctima ha declarado tras un biombo para evitar la confrontación visual con sus agresores.
Esta comparecencia se realiza así debido a que el testimonio de la chica quedará recogido como prueba preconstituida de cara al juicio que se celebre y evitar así que comparezca de nuevo. La prueba preconstituida permite al investigado escuchar el testimonio para evitar cualquier riesgo de nulidad de actuaciones. Se realiza en delitos de tratas de personas con fines de explotación sexual.
Según el sumario, esta joven fue encerrada a instancias de uno de los líderes de la trama, apodado ‘El Kalifa’, varios días en la casa de la que se conoce como ‘La Negra’ hasta que fue rescatada. ‘La Negra’ es una de las pocas españolas detenidas en la ‘Operación Sana’.
RELACIONES «CONSENTIDAS» MENOS UNA
En la declaración, la chica ha detallado que ejercía la prostitución de la mano de tres de los cabecillas de la trama, entre ellos ‘Metralla’ y ‘Kalifa’, con quien mantuvo una relación durante un año, de los 14 a los 15. Fue casi al final de su relación cuando la engancha a la droga conocida como base, un derivado de la cocaína.
Según su versión, empezó a ejercer a cambio de que la dejasen dormir en las casas y más tarde, a cambio de droga. «Eran chicos fuertes, con músculos, y tenían casas de lujo. Me gustaba hacerme fotos en esas casas tan grandes», habría manifestado la joven, según han apuntado fuentes jurídicas presentes en la exploración y en lo que se desprende que habría cambiado su versión.
«Me engancharon a la droga y, al necesitar droga y dinero, accedía a acostarme con ellos», ha dicho. Solo ha relatado una agresión sexual en el piso de ‘El Metralla’, uno de los presuntos líderes.
Según el sumario, su padre ofrecía a su hija a cambio de droga, un extremo que la chica ha negado manifestando que su progenitor no sabía que ejercía la prostitución.
SE DESVINCULAN DE LA TRAMA
Varios de los investigados han llegado a primera hora a los juzgados acompañados por sus letrados para asistir a esta diligencia. Algunos han querido reconocer a preguntas de los periodistas haber acudido a puntos de venta y consumo de droga frecuentados por los trama pero niegan pertenecer a la misma.
Según los investigadores, estos narcopisos eran controlados presuntamente por miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play. Por este motivo, todas las víctimas están acogidas a un programa de Testigos Protegidos.
«Yo no encerré a nadie. Solo acudía a consumir», ha manifestado uno de los jóvenes a su llegada a los juzgados, un chico que sí reconoce conocer al ‘Kalifa’, uno de los cabecillas del entramado corrupto de prostitución. Niega pertenecer a bandas latinas.
RUEDA DE RECONOCIMIENTO
El próximo viernes se repetirá esta misma exploración con otra de las menores. Además, se ha fijado para el lunes una rueda de reconocimiento, diligencia que fue suspendida hace unas semanas por falta de falsos sospechosos parecidos a los detenidos.
La trama de prostitución destapada en el marco de la ‘Operación Sana’ se saldó con 33 detenidos, ingresando ocho de ellos en prisión preventiva. Entre los arrestados figura el rapero Saymol Fyly, un conocido ‘youtuber’ que presuntamente captaba a las menores utilizando su música.
El rapero junto con otros miembros de la trama sexual, algunos de bandas latinas, las enganchaban al consumo de cocaína base para «venderlas a toxicómanos» en narcopisos y chabolas. La red operaba en el sur de la capital, en Vallecas, San Cristóbal y Villaverde.
El fiscal del caso solicitó hace unas semanas a la jueza que las víctimas de esta mafia declaren como prueba preconstituida con la finalidad de que su testimonio sea válido para el futuro juicio que se celebre.
En el caso de la exploración de las menores, la ley permite que su testimonio quede recogido como prueba antes de la apertura de juicio oral para evitar lo que se conoce en el argot judicial como ‘doble victimización’.
En cuanto a las ruedas, esta diligencia consiste en un reconocimiento visual por parte del testigo y se realiza a través de un cristal unidireccional con cinco o seis ciudadanos parecidos, entre los cuales se coloca a un sospechoso. Si el testigo no le reconoce, sus posibilidades de salir absuelto aumentarán bastante.
ABUSOS SEXUALES
Según los investigadores, al menos diez menores habrían sufrido los abusos sexuales de esta red de prostitución infantil que operaba en Madrid, principalmente en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, en Villaverde.
Las chicas comparten lo que se conoce como el síndrome de las ‘cadenas invisibles’, propio de la explotación sexual de mujeres que consiste en la necesidad de permanecer junto a sus verdugos pese a no tener un impedimento físico que les impida romper con ese camino.
La edad de las víctimas, entre 13 y 18 años, y el hecho de pertenecer a familias desestructuradas refuerza esta dependencia, esta especie de ‘síndrome de Estocolmo’ común a todas ellas independiente de fugarse de su casa o de centros de menores (5 de ellas).
El sumario de la causa expone cómo las chicas eran enganchadas a la droga, principalmente al consumo de cocaína base, para después ser obligadas a prostituirse. Muchas se escapaban de los centros de menores y regresaban con enfermedades de transmisión sexual.
«Todo ello sumado a la situación de falta de higiene, sueño y alimentación, con todo lo que ello conlleva», señalan las actuaciones judiciales.
Las jóvenes sienten «un miedo atroz» a muchos de los arrestados, entre ellos algunos miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play, motivo por el que todas las víctimas están acogidas al programa de Testigos Protegidos.
«El terror generalizado por las circunstancias expuestas, unido al hecho de que los varones detenidos se mueven por el entorno de las bandas latinas, muchos de ellos con antecedentes violentos a sus espaldas, genera esas ‘cadenas invisibles’ que mantienen a las víctimas cercanas a los investigados», recogen las diligencias.
Fuente de la Información: https://madridpress.com/art/301473/una-menor-de-la-red-de-explotacion-declara-que-las-relaciones-eran-consentidas
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España: La izquierda y la España que dejó de ser problema

La izquierda y la España que dejó de ser problema

El otro relato olvidado de una transición ejemplar

Al principio fue una aspiración colectiva: ser como ellos, poner fin a una historia de guerras civiles, de golpes de Estado y de una dictadura eterna. España era el problema y Europa la solución. Fue la consigna, se malinterpretó a Ortega, pero no importaba. Sutilmente, el acento se puso en Europa: ella nos salvaría. Nuestro europeísmo fue una huida de España y de sus problemas. La nueva generación política que llegó al gobierno con Felipe González fue más lejos: España no era capaz de autogobernarse, tendría que hacerlo un Mercado Común que pretendía ir hacia una mayor y superior integración europea.

Ni el ingreso en el Mercado Común ni la integración en la OTAN eran elementos de una política exterior a la altura de los tiempos. Era algo más profundo, más sustancial. Puesto que no éramos capaces de autogobernarnos; puesto que, de una u otra forma, llevamos siglos intervenidos por las grandes potencias, era necesario un anclaje en estructuras de poder externas que consolidaran el poder de las clases económicamente dominantes en España y que impidieran, de una u otra forma, que la correlación real de fuerzas fuese cuestionada. Las bases norteamericanas no bastaban, había que alinearse claramente con una potencia hegemónica que estaba derrotando al “imperio del mal”. La OTAN era la definición precisa de donde y con quién estábamos. Lo del Mercado Común era algo más complejo; les pasaba igual a todas las economías del sur de Europa: problemáticas económicamente, ingobernables socialmente y con aspiraciones políticas demasiado avanzadas.

El Tratado de Maastricht fue la salvación: perder soberanía a cambio de ganar estabilidad macroeconómica para disciplinar a un movimiento obrero demasiado fuerte; subordinar a unas izquierdas que no habían interiorizado que el muro cayó y que el tiempo del reformismo terminó. Fue la “gran audacia” del PSOE de González: gobernar la globalización neoliberal e impulsarla sin reservas en estrecha alianza con los grandes poderes. Con un poco de suerte y algo de habilidad se podría conseguir que los trabajadores alemanes terminaran financiando nuestro incipiente y débil Estado de Bienestar.

España, por fin, dejaba de ser un problema. Su futuro ya no dependía de ella. Estaba sólidamente determinada por una alianza política armada y por una integración europea que empezaba a dirigir de facto nuestra política económica. El futuro de España era dejar de ser un Estado y convertirse en una “comunidad autónoma” de una forma-dominio político esencialmente no democrática y bajo el control de unas élites que conseguían institucionalizar las reglas jurídico-económicas neoliberales. Eso sí -paradoja de las paradojas- bajo la hegemonía del poderoso Estado alemán.

La otra parte del relato se empezó a escribir desde aquí. La vieja cuestión nacional-territorial que siempre estuvo ahí, volvió a emerger. Las burguesías nacionalistas vasca y catalana -Galicia siempre fue otra cosa- acompañaron entusiásticamente el diseño de unas políticas que, de una u otra forma, garantizaban la economía capitalista, la democracia liberal y, sobre todo, la integración supranacional militar, económica y política. La idea era simple pero clara: puesto que el Estado español era una entidad a desaparecer en el marco de una Europa federal, había que apostar decididamente por su desmantelamiento y por una Cataluña y una Euskadi, primero regiones y luego Estados. Más Europa significaba menos España soberana e –inevitablemente- menos España democrática. El demos decidía muy poco en la política real y la democracia se cuarteaba entre la impotencia y la dictadura de una oligarquía omnipresente. El 15M fue la consecuencia, en gran parte fallida, de todo esto.

La operación era, al menos, curiosa. Se negaba el concepto de soberanía como antigualla en un mundo felizmente globalizado. A la vez, se reafirmaba la soberanía originaria de Euskadi y Cataluña y, finalmente, se apostaba por una Europa estatalmente organizada. Por decirlo de otro modo, se reconocía como hecho positivo que España era una democracia limitada; se aceptaba que la UE era el futuro y, coherentemente, se apostaba por su desmantelamiento. Lo que decían realmente los nacionalistas vascos y catalanes es que preferían ser regiones de la UE que comunidades autónomas de un Estado español condenado a la extinción. El paso al independentismo fue su consecuencia lógica. Algunos creyeron que se podía romper el Estado español sin que nada pasase y con el apoyo de una Unión Europea todopoderosa. Los resultados están a la vista: ruptura de la comunidad política catalana, emergencia de un nacionalismo español de masas y giro a la derecha en los aparatos del Estado en un proceso de automatización todavía no desvelado del todo, pero que se deja sentir cada vez con más fuerza.

Hablar de izquierda en serio: veracidad y radicalidad

De nuevo se habla de (re) fundar la izquierda. De abrir un debate de masas sobre su futuro, de escuchar mucho e iniciar una conversación sincera entre política y ciudadanía, entre política y clases trabajadoras en un mundo que cambia y no sabemos muy bien hacia dónde. Yo quisiera contribuir a este dialogo desde la realidad, intentando que esta no sea ocultada en los frondosos bosques de la retórica y, mucho menos, negada en el cotidiano quehacer del gobierno.   Por eso he querido comenzar por este “otro relato” conocido y casi siempre eludido: España es una democracia limitada, parte del dispositivo político-militar norteamericano en Europa, que no decide, desde hace años, sobre su política de seguridad y defensa; parte de la Unión Europea, que no decide, desde hace años, sobre su política monetaria, económica y fiscal. La que ya no tiene “derecho a decidir” es España. El otro lado de la contradicción es la crisis del Estado español; es decir, su cuestionamiento sustancial por dos movimientos nacionalistas que hacen del independentismo identidad y programa, en un proceso ampliado de desintegración y desarticulación espacial puesto en evidencia por las demandas de eso que se ha dado en llamar oblicuamente la “España vaciada”.

Quizás la primera cosa que habría que reivindicar es una visión crítica del pasado reciente. Venimos de una refundación y vamos hacia otra en apenas cinco años. ¿ Qué se hizo mal?; ¿qué se hizo bien?; ¿dónde poner los acentos y qué instrumentos reivindicar?. Además, se está gobernando: ¿algún balance?; ¿cambió la Unión Europea de paradigma? Los fondos europeos, ¿se orientan a transformar realmente el modelo productivo? ¿Este gobierno está reforzando efectivamente el Estado social, democratizando la economía, asegurando el futuro de las pensiones y poniendo freno al poder omnímodo empresarial en la relaciones colectivas e individuales del trabajo?

Las personas cuentan. Pablo Iglesias combinaba radicalidad verbal al servicio de un reformismo a ras del suelo. La agresividad cobarde de las derechas; unos medios de comunicación controlados por los poderes económicos, construyeron una figura-símbolo que concitaba grandes rechazos y significativos consensos. Decidió que había que aliarse con el PSOE de Pedro Sánchez para poder gobernar; es decir, con su principal rival electoral y, él lo sabía muy bien, con el auténtico partido del Régimen. La clave, según él, era dejar atrás a una izquierda que teme gobernar, que no está en disposición de asumir riesgos y mancharse las manos con la política de cada día; una izquierda que prefiere la comodidad de la oposición al duro quehacer para mejorar la vida de las gentes. Se aceptó como inevitable la pérdida de más de millón y medio de votos y la reducción a la mitad del grupo parlamentario. Menos fuerza social y electoral, pero más poder; las cuentas salían o lo parecía. Gobernar desde el BOE y gestionar con pericia las relaciones con los medios, esa era la política ganadora.

Había que ser realista. Negociar un programa de gobierno de verdad no era posible dadas las diferencias (reales o imaginarias) entre el PSOE y UP. La dirección de la coalición lo que hizo fue presentar una plataforma social y económica acompañada con sus mecanismos de financiación, centrando sobre ella la negociación. Los llamados “temas de Estado” nunca estuvieron en la agenda, solo declaraciones generales. Se dejaron en manos del PSOE la definición y la gestión exclusiva de todo lo referente a la política exterior, defensa y seguridad en momentos donde los cambios geopolíticos se aceleraban y, hay que subrayarlo, la crisis político-militar entre los EEUU y China se hacía presente con toda su importancia. Se aceptó que Pedro Sánchez se responsabilizara de todo lo referente a una Unión Europea obligada a diseñar nuevas políticas y se fue asumiendo la idea de que esta estaba cambiando de paradigma. Los fondos europeos eran la señal inequívoca de las nuevas orientaciones que, se decía, ponían fin a las etapas de austeridad.

Lo más sorprendente fue que nada se propusiese realmente para intentar resolver los variados problemas de la llamada “crisis territorial” más allá de las conocidas apelaciones al dialogo, a las buenas formas y a los consensos democráticos básicos. Cuestiones decisivas como democratización sustancial de la justicia, la reforma en profundidad de las administraciones públicas o de la urgente necesidad de organizar y diseñar nuevas estructuras para la gestión estatal de las políticas sociales, fueron dejadas prudentemente a un lado. La transición energética y ecológica, tema central, se asumió al modo PSOE; es decir, respetando el control del sector que tienen los grandes oligopolios. Se podía continuar. O se aceptaba este tipo de acuerdo o no habría gobierno de coalición posible. De camino, se clausuraban debates esenciales y se eludían otros: OTAN, bases militares, la Unión Europea del euro y el alineamiento férreo con los EEUU en su lucha existencial para mantener su orden y poder contra una China cada vez más fuerte, en alianza con Rusia, devenida, una vez más, en el “Imperio del mal”.

La salida de Pablo Iglesias del gobierno y, por ahora, de la política hubiese sido un buen momento para hacer un balance de los resultados de la coalición PSOE-UP. No se hizo así y lo que es peor, nombró a una “heredera” que, como era natural, hizo todo lo posible por separarse de quien le designó. ¿Qué tenemos? Un gobierno de coalición que no es capaz de dar un mensaje en positivo de cambio, una oposición hegemonizada por el discurso de la extrema derecha y un bloque que hizo posible el gobierno de Pedro Sánchez compuesto por nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos que no acaban de sintonizar con las políticas que se promueven. En pocos días habrá elecciones en Castilla y León y parece que en primavera llegarán las andaluzas. Todo esto en un contexto presidido por la pandemia y una recuperación que arranca con menos fuerza de lo esperado y con una inflación que amenaza el crecimiento económico futuro.

La esperanza se ha ido depositando en Yolanda Díaz. Por ahora los medios la tratan bien. Su estilo reposado, dialogante y educado sintoniza con una parte significativa de la ciudadanía. Su gestión está bien valorada y sus políticas han significado, no sin una fuerte discusión, avances en determinados aspectos laborales y en mejoras económicas. Desde fuera se tiene la impresión que hay una complicidad personal fuerte entre ella y Pedro Sánchez que periódicamente tiene que ser renovada ante los conflictos recurrentes en el gobierno. El debate sobre la reforma laboral sigue abierto. Aquí, como en otros temas, los grandes calificativos acaban por oscurecer los avances reales. Más allá de las palabras, ¿se ha conseguido derogar la reforma laboral del PP? A mi juicio, no. ¿Los avances son positivos? Sí. Entre otras cosas porque la reforma laboral del PP estaba relacionada íntimamente con la reforma previa del PSOE. Queda por ver si la “reforma de la (contra)reforma” produce o no el fortalecimiento del poder contractual de las clases trabajadoras que siempre fue la clave de la negociación. De ello depende la mejora de los salarios, el fortalecimiento del sindicalismo y la estabilidad en el empleo. Veremos.

No me equivoco mucho, creo, si afirmo que el proyecto de la Vicepresidenta segunda del gobierno tiene un carácter fundacional; es decir, pretende abrir una página nueva más allá de lo que hoy es Unidas Podemos. No habría que dejarse confundir: todo proyecto nuevo, en cierto sentido, es transversal ya que pretende ir más allá de los alineamientos políticos establecidos y crear un mapa electoral sustancialmente diferente al actual. La palabra clave es autonomía: político-programática frente al PSOE y estratégico-organizativa frente a los partidos políticos que componen Unidas Podemos. Esta última cuestión no será fácil. Sin las organizaciones que componen Unidas Podemos no es posible construir algo nuevo; con ellos puede haber dificultades. La clave es gobernar el proceso, crear dispositivos que amplíen las alianzas, que sumen colectivos sociales, personas independientes, cuadros y militantes.

Habría que aprender de errores pasados. La forma dominante actual de hacer política no creo que pueda servir para construir una fuerza alternativa de la izquierda. Lo normal hoy es que una fuerte personalidad política se reúna con un grupo de notables y se relacione con la población a través de los medios de comunicación. Luego viene la construcción de un grupo parlamentario homogéneo y, desde ahí, disputar el gobierno. Esto no ha funcionado ni creo que funcione en el futuro, insisto, para una fuerza que pretende ser alternativa; es decir, comprometida con la defensa de los derechos sociales, la democracia económica, el fortalecimiento del poder de las clases trabajadoras y la defensa intransigente de la soberanía popular.

No se debería confundir a una ciudadanía cansada de engaños y falsas promesas. Una cosa es construir una fuerza alternativa de la izquierda y otra, digamos que diferente, un partido bisagra aliado estratégico del PSOE y con la misión de hacerlo girar a la izquierda. Para esto no haría falta construir algo nuevo; basta con tirar con lo que hay, potenciar la imagen de la Vicepresidenta y fomentar relaciones públicas ampliadas y desarrolladas. Para una fuerza alternativa con voluntad de mayoría y de gobierno, la esperanza tiene que ser organizada, convertida en compromiso político, sólidamente enraizada en el territorio, en los lugares donde se trasforma el sentido común y se potencia imaginarios críticos y rebeldes. La condición previa es la POLÍTICA entendida como proyecto de país, con mayúsculas y a lo grande.

Una propuesta nada modesta

Tres conceptos: proceso, consenso y programa en sentido fuerte. Repito lo ya dicho, una fuerza alternativa de la izquierda no se puede construir con las mismas formas y métodos que las de derechas. Hace falta dispositivos políticos que fomenten la (auto) organización, la pertenencia y la identidad. Los viejos partidos de integración de masas tienen que ser reformulados, adaptados a un tipo de sociedad que ha cambiado radicalmente para cumplir un papel imprescindible: crear poderes sociales, movilizar a la población y organizar la participación política.

Proceso para ir de menos a más, consenso en torno a los métodos organizativos y programa como construcción de un proyecto de país. Lo primero, definir una dirección política del proceso. No quiero entrar en temas delicados. Hace falta un núcleo político-organizativo que dirija el proceso, que tome decisiones y que promueva la idea de equipo, de colectivo dirigente. Se es grande cuando se cabalga a hombros de gigantes. Lo segundo, preparar a fondo una conferencia que apruebe un manifiesto-político dirigido al país y, lo tercero, ir a una constituyente para una nueva formación política.

Me quiero centrar en el tipo de conferencia política. El objetivo es aprobar un manifiesto que exprese un análisis veraz de las grandes transformaciones en curso y un conjunto de ideas-fuerza que promuevan un imaginario alternativo que dé cuenta de un proyecto de país. Lo normal sería un decálogo claro, preciso, transformador que impulse el debate público, el compromiso político y la organización. Programa, sujeto y organización están muy unidos. El método podría ser en dos fases: una conferencia que aprobara un borrador de manifiesto político; este sería discutido territorial y sectorialmente en un debate público lo más amplio posible que podría durar 3 o 4 meses. En la segunda fase se aprobaría y se convertiría en la base del programa de una nueva fórmula electoral.

Este manifiesto político tendría que definirse y decidir sobre algunas cuestiones fundamentales mal resueltas en Unidas Podemos y que fundamentarían una propuesta autónoma formulada en positivo. Estas deberían ser las siguientes: a) posición sobre los cambios geopolíticos y caracterización del orden multipolar en gestación. b) Plantearse con rigor una política de defensa y seguridad que supere a la OTAN y que consolide una política internacional al margen de la dependencia de EEUU. c) Caracterización de la UE, de su política económica centrada en el euro; su relación con la soberanía popular y el constitucionalismo social. d) Definición de lo que se entiende aquí y ahora por Estado federal en el marco de una propuesta constituyente. e) La democracia económica como consolidación y ampliación del Estado social, como democratización de los poderes económicos y revitalización del poder de las clases trabajadoras.

Se podría continuar. Esta (in)modesta proposición trata de propiciar el debate y la polémica. No acepta que la conversación con los ciudadanos sea solo a través de los medios de comunicación y eludiendo los debates básicos. Hay que aprender de las derechas y de las derechas extremas. Esperanza Aguirre, la señora Ayuso y el señor Abascal hacen de lo que ellos llaman el debate cultural, el núcleo duro. Cada día hablan más de ideología, proyecto, programa. La respuesta usual de la izquierda es eludir la ideología y centrarse en las medidas concretas; es decir, oponen tecnocracia a la política. Esta estrategia es perdedora, les deja la iniciativa a las derechas, sitúan a la izquierda a la defensiva y se entra en el territorio de la post verdad. La clave es la de siempre: ideas, proyecto que suscite compromiso político y que promueva la organización y la movilización social.

Fuente: La Casamata.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/izquierda-y-espana-que-dejo-de-ser-problema/

 

 

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España: despedido por sindicalista: un motivo que no reconocen las empresas

Por: Guillermo Martínez

La Plataforma de Represaliadxs Sindicales reúne a trabajadores a los que, según denuncian, no se les permitió luchar por sus derechos.

Un despido antes las elecciones sindicales en la empresa. Un patrón que infunde temor a la plantilla que desee organizarse. Subcontratas como correa de transmisión del capitalismo más depredador. Indefensión laboral continua. Todos y cada uno de los miembros de la recién nacida Plataforma de Represaliadxos Sindicales aseguran conocer bien estas prácticas. En torno a esta organización se aglutinan personas con diferentes siglas detrás pero unidas por un denominador común: los despidieron por exigir sus derechos en su centro de trabajo.

Álex León solo es un nombre propio como el de tantos que conforman la plataforma. Su historia, también la de sus compañeros y compañeras, ilustra quiénes son y lo que han venido a hacer: «En mi empresa, el año pasado dos chicas preguntaron sobre el paro de dos horas por la huelga del 8 de marzo y al mes siguiente las despidieron. España tiene que saber que aquí se reprime al trabajador organizado». León, de la CGT, es secretario general de la sección sindical de Marktel.

La compañía, que se dedica al telemarketing, tiene unos 1.600 trabajadores en su centro de operaciones en Madrid. «Después de pensar una estrategia, creamos la sección sindical sabiendo lo que podía ocurrir. Pusimos muchas denuncias por incumplimiento del convenio, como horas de trabajo que no nos pagan, y también acudimos a Inspección de Trabajo. En diciembre de 2021 me echaron, y eso que mi nombre consta en el envío de la constitución de la sección como secretario general», narra este canario de 32 años afincado en la capital. Según denuncia, le despidieron porque la empresa a la que en última instancia prestaba sus servicios, CaixaBank, supuestamente los presionó. Es decir, que «externalizaron el despido», tal y como él lo denomina.

El pasado sindical de la empresa tampoco propicia que un trabajador pueda defender sus derechos sin miedo al despido. Según dice León, en 2011 la empresa despidió a 15 de los 21 delegados sindicales. En la actualidad son cuatro los representantes sindicales en el centro de trabajo, que tal y como denuncia el ahora despedido, «no dan ningún tipo de información a la plantilla y continúan con la opacidad generalizada de la empresa». Hasta cuatro decenas de trabajadores conforman las filas de CGT en la corporación. León asegura que no lo tienen nada fácil: «Cuando saben que estás afiliado, la empresa intenta reprimirte cambiando tus condiciones laborales, lo que produce mucha incomodidad y no deja de ser una forma de acoso».

Motivos del despido sin justificar

Los despidos se suceden en Marktel, compañía que, al estar el caso judicializado, prefiere “esperar al resultado del procedimiento judicial correspondiente para emitir una opinión al respecto”. Con contratos generalizados por obra y servicio a todos aquellos que lleven menos de tres años en la entidad, las salidas forzosas, según León, son constantes. «Alegan bajo rendimiento, pero no lo prueban en ningún momento. Saben que si se denuncia, lo que el trabajador conseguirá será un despido improcedente, pero en ese lapso de tiempo en el que se llevan a cabo los trámites judiciales, la empresa intenta negociar pagando menos de lo que finalmente podría salir en la sentencia pero asegurando que lo abonará en el momento, por lo que en ocasiones llegan a un acuerdo», narra el cegetista.

Sara ni siquiera quiere dar sus apellidos. A sus 33 años, trabajaba desde 2018 en un tanatorio de Huelva como recepcionista. Servisa es otra de las empresas que ilustran esta historia. De baja por ansiedad, la trabajadora interpuso una demanda declarativa de derecho exigiendo que la empresa le dejara vestir igual que sus compañeros varones, es decir, sin la obligación de portar falda y tacones. Cansada de que la compañía no atendiera sus reclamaciones, en la demanda también solicitó el calendario laboral y una reclamación económica, ya que no les abonaban el plus de nocturnidad. Sara, igual que León en su empresa, sabía lo que podía ocurrir: «Me incorporé a mi trabajo el 1 de febrero de 2021, y ese mismo día envié un burofax a la empresa declarando un preaviso de elecciones sindicales. Ellos ya tenían mis datos como candidata», explica la ahora despedida.

Paralizar la actividad sindical a toda costa

Exactamente 25 días después, Sara se quedó sin trabajo. Tan solo quedaban cinco días para la celebración de las elecciones: «Está claro que querían que no me presentara, ni que saliera elegida. Yo era la única candidata», apostilla. Al final, fue UGT quien se hizo con la representación de los trabajadores. La batalla judicial tan solo había comenzado: «Ahora luchamos por el despido nulo por garantía de indemnidad [derecho del trabajador a no sufrir represalias sindicales] y hemos impugnado las elecciones judicialmente», explicita la antigua recepcionista de Servisa, que asegura que tuvo que llamar a la Policía local el día de los comicios para poder impugnarlos, pues desde la empresa no le dejaban acceder al interior de las instalaciones.

«Después de mi despido, Servisa envió dos burofaxes al sindicato diciendo que yo no podía ejercer mi actividad sindical porque no soy una sección legalmente constituida», relata esta mujer. Es ella misma quien concreta que «la jurisprudencia recoge que hasta que ese despido no sea declarado procedente o nulo, la actividad sindical no debe paralizarse». Así llegó la tercera demanda que interpuso por vulneración de derechos fundamentales, entre los que está la libertad de sindicación.

Algo más de 30 trabajadores desempeñan sus funciones para Servisa en Huelva. A nivel nacional, la entidad puede tener a más de tres millares en sus filas, calcula Sara. «Un compañero al que vieron hablando conmigo le suspendieron de empleo y sueldo, y otros que se han negado a hacer las horas extras que no les pagaban también han sido sancionados. Están con el látigo», denuncia Sara. Por el momento, las denuncias interpuestas ante la Inspección de Trabajo le dan la razón a la trabajadora, tal y como ella misma afirma.

Pero la historia no termina ahí: «Yo salí en muchos medios contando mi experiencia. Salía anonimizada, solo con mi nombre de pila. La empresa, como represalia, mandó burofaxes a los medios de comunicación exponiendo todos los datos personales», relata la afectada. De nuevo, otra denuncia hacia Servisa por cesión indebida de datos. Ahora, Sara espera la resolución de la Agencia Española de Protección de Datos para iniciar la vía civil. Afirma que este combate que está librando le provoca cierta ansiedad, pero confiesa que su única meta es recuperar su puesto de trabajo. «Yo voy a ir hasta el final», expresa esta afiliada a CGT.

Servisa, por su parte, afirma que “todas las trabajadoras pueden optar por falda o pantalón así como zapato de tacón o plano”. Pese a que desde la empresa en ningún momento aclara los motivos del despido disciplinario, sí añaden que este “tampoco guarda ninguna relación ni con la demanda declarativa de derechos interpuesta ni con la convocatoria de elecciones sindicales”.

El imperio de las subcontratas

Miquel Domínguez también conforma la Plataforma de Represaliadxs Sindicales. Él procede de Comisiones Obreras y trabajaba realizando repartos por parte de una subcontrata de Amazon en Barcelona. Se muestra claro: «Esta multinacional subcontrata de forma ilegal a las empresas, y no lo digo yo, sino Inspección de Trabajo. Así consiguen dividir a la plantilla, que las demás empresas compitan entre sí y suban y bajen rutas, lo que implica potenciar el trabajo temporal y mayores dificultades para que los operarios nos sindiquemos. En última instancia, si a Amazon le incomoda alguna organización sindical en la subcontrata, les rescinde el contrato y se acabó el problema».

Además de la Plataforma, Domínguez forma parte de la Asociación de Drivers Amazon España (ADAE). Asturias, Cantabria, Valladolid y Catalunya son algunas de las zonas en las que ya tienen implantación, y desde las que luchan «para hacer frente a la cesión ilegal de trabajadores y abusos que perpetra Amazon», dice este repartidor. Y así resume la forma de actuar por parte de las empresas subcontratadas por la multinacional ante el mínimo atisbo de organización laboral: «Cuando intentamos realizar una asamblea o convocar elecciones al comité, lo primero que hacen es despedir a toda la candidatura. Después llega la reducción de rutas, despidos de la plantilla y, en algunos casos, difamaciones y amenazas».

Esto último lo vivió él mismo en primera persona, una situación que terminó agravándose por el ERE que acometió Varzea Logistic. «Montamos una candidatura clandestina para evitar las represalias. Salimos a la luz al convocar elecciones sindicales, es decir, que ya estábamos protegidos legalmente. Aun así, al día siguiente despidieron a todos los candidatos bajo el pretexto de que habían bajado las rutas y se trataba de un despido objetivo». Pasados cuatro días, fueron readmitidos, pero ya habían trasladado un mensaje: «El de que cualquiera que se juntara con nosotros sería señalado». Algo de lo que se dieron cuenta con el tiempo. A partir de entonces, empezaron «las amenazas y las difamaciones». «Incluso un alto cargo de la empresa envió por el grupo de WhatsApp un vídeo de neonazis en el que deseaban la muerte a los rojos», sostiene Domínguez. Tras escribir al correo electrónico facilitado en sus datos fiscales, desde La Marea no hemos logrado una respuesta por parte de Varzea Logistic.

Cerrar la empresa antes que pagar según convenio

Con todo, decidieron seguir con la candidatura. Las presiones de la empresa de reparto consiguieron que uno de ellos se cayera de la lista. «La mesa, formada por compañeros proempresa, no nos dejó presentarnos, aunque manteníamos a más del 60% de los candidatos. Lo recurrimos y un juez nos dio la razón. Al final conseguimos sacar dos delegados de los cinco posibles», cuenta este barcelonés. Poco después, los 35 operarios de la plantilla se enfrentaron a un ERE que la empresa justificó al afirmar que tenía pérdidas. Domínguez lo aclara: «A nosotros nos presentaron unos beneficios en abril de 2021 de 70.000 euros y en mayo de 50.000. Las cuentas que expusieron en el ERE ni siquiera estaban auditadas, pero con el visto bueno de Amazon cerraron la empresa».

Este repartidor subraya como una de las irregularidades el hecho de que a «todas las subcontratas de Amazon se les aplica el convenio de mensajería, cuando en realidad debería ser el de transporte, lo que implicaría una subida media del salario al mes de 600 euros». «Entiendo que el empresario que se quedaba con ese dinero de cada trabajador al mes prefirió cerrar antes que mejorar las condiciones de la plantilla», conjetura. Las elecciones sindicales se celebraron el 6 de mayo y la empresa cerró el 28 de agosto. Ahora, el ERE se debate en los tribunales. «Pedimos que se declare nulo y que Amazon nos incorpore directamente a su plantilla por la cesión ilegal que realiza», completa Domínguez.

La Plataforma de Represaliadxs Sindicales aglutina este tipo de casos, en los que la maraña judicial, en ocasiones, no deja ver el trasfondo del asunto. Plantillas organizadas para defender y mejorar sus condiciones laborales terminan sufriendo acoso y, en último término, el despido. «Son casos continuos en diferentes partes del Estado, pero en luchas deslocalizadas», agrega Álex León, quien también tiene palabras para la modificación de la ley laboral: «Aunque se haya aprobado, la reforma mantiene estos mecanismos en los que las patronales quieren volver al siglo XIX, echando a los trabajadores a la calle si tratan de organizarse en un sindicato. Y cada vez lo vemos más».

Fuente de la información e imagen: https://www.lamarea.com

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¿Educación Emocional o Coeducación Afectiva, Sexual y Emocional Integral?

Por Mary C. Bolaños Espinosa

En el Pleno del Parlamento de Canarias del pasado 23 de febrero de 2022 se aprobó una PNL en la que se insta al Gobierno de Canarias a que se dé continuidad a la impartición del área “Educación Emocional y para la Creatividad”, ampliándose la misma a 5.º y 6.º de Educación Primaria y a la Educación Secundaria Obligatoria.

Esta asignatura se estableció en el curso 2014-2015 en el currículum canario, en los cursos de 1º a 4º de Primaria, como materia obligatoria y evaluable, “con premura, con escasa información y sin la formación necesaria para todo el profesorado que debería impartirla, una formación que permitiera un planteamiento riguroso, serio y seguro de la educación emocional en la escuela” (Consejo Escolar de Canarias, 2014).

Después de ocho cursos de desarrollo de esta materia en las aulas canarias no se ha hecho pública ni una evaluación de su implementación, ni de su impacto, adquiriendo, en estos momentos, una importancia innegable, dado el cambio de ley educativa (de LOMCE a LOMLOE, en la que los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas fijan, en virtud de lo establecido en esta Ley, el 50% del horario escolar en las Comunidades Autónomas).

¿Educación emocional, al servicio de qué y de quién?

Históricamente, el sistema educativo ha sido objeto de enormes presiones para adaptarlo a las necesidades del mundo económico. En las últimas décadas, llama bastante la atención que, con este objetivo, las empresas hayan convertido el trabajo emocional en un recurso esencial para incrementar la productividad y el rendimiento, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico destaque que las habilidades socioemocionales tienen un papel específico para abordar situaciones imprevistas, controlar las emociones y cumplir con las expectativas laborales (OCDE, 2016) o la Fundación Botín realice un informe sobre la situación internacional de la educación emocional y social. Lo cierto es que la educación emocional se ha convertido en una piedra angular de las nuevas formas de individualismo que promueve el neoliberalismo, impulsando una formación cuyo objetivo es preparar a las nuevas generaciones «para la implacable competición de la vida». Una educación emocional que se encarga de la percepción, comprensión y regulación de las emociones, sin un análisis crítico, sin que le acompañe una educación ética, corriéndose el peligro de fomentar un hiperindividualismo emocional, contribuyendo, así, a formar personas más “adaptables” a la precariedad y que se resignen ante cualquier situación, e incluso preocupadas solo por sí mismas, reforzando uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, la presencia de personas que se divierten o disfrutan con el sufrimiento ajeno.

Una educación para la sociedad que queremos.

Urge construir sociedades que pongan la vida en el centro, articuladas en torno a las condiciones básicas de existencia para todas las personas, que tengan como prioridad el sostenimiento de vidas dignas de ser vividas. Esto requiere, entre otras condiciones, que en nuestros centros educativos se desarrolle una verdadera Educación Integral. Una educación que acompañe a nuestro alumnado para que sea capaz de definir su biografía personal, analizar la realidad que vivimos, disponer de habilidades para el diálogo, la resolución de conflictos y el consenso, así como promover una ética fundamentada en la solidaridad, la responsabilidad socio‐ambiental, el respeto y el amor.

Somos seres para el contacto, la vinculación y la vida social, profundamente interdependientes, y nuestra riqueza emocional va más allá de las emociones, pues construimos sentimientos, vivimos afectos sociales (apego, amistad, sistema de cuidados, altruismo…) y sexuales (deseo, atracción, enamoramiento) y establecemos vínculos, que han de ser satisfechos para alcanzar nuestras necesidades básicas y nuestro bienestar. Conocer las características de esta dimensión emocional y social, las necesidades que se derivan de ella, las formas de gestionarlas y satisfacerlas, es fundamental para promover el bienestar personal y social. Y lo debemos hacer entendiendo este complejo mundo emocional como una construcción cultural, que hay que situar al lado de la ética, a favor de la libertad y la dignidad humana.

Necesitamos el aprendizaje en buenos tratos, en respeto, en humanidad, hace falta una Educación Emocional, Afectiva y Sexual enmarcada en el ámbito del autocuidado y de los cuidados personales, relacionales y del medio, como elementos substanciales para el sostenimiento de la vida. Necesitamos integrar la “cuidadanía”en las aulas.

¿Cómo concretamos esta propuesta educativa?

Es fundamental que el aula sea un sitio seguro, de confianza, y el centro educativo, un espacio de aprendizaje para la vida, un lugar de convivencia. Eso demanda que estas temáticas se incorporen, de forma explícita y sistemática, en el curriculum, reestructurándolo para que la educación formal realmente desarrolle las competencias necesarias para vivir de manera plena y feliz en esta difícil época.

Por ello, se hace ineludible una reflexión que enriquezca la demanda de una materia obligatoria en el currículum canario de las diferentes etapas educativas, que no esté ligada solo al conocimiento y regulación “eficaz”de las emociones, sino que también dé paso a la inclusión de la calidad de vida, de la coeducación afectiva, sexual y emocional. Una asignatura con horas suficientes, con ratios adecuadas, con profesorado formado y con tiempos para la coordinación, la reflexión y el trabajo colaborativo con el resto de docentes y familias. Una asignatura que promueva una transversalización real de sus contenidos, permeando tanto las diferentes áreas y materias, como los diversos espacios de la educación formal. La complejidad y multiplicidad de los aspectos que se interpelan, comporta abordarlos de una forma integral. Es poco significativo trabajar sus contenidos como una asignatura más, mientras el sistema de rutinas y actitudes que se desarrollan a lo largo del día contradicen el posible trabajo que pretendemos realizar.

Se precisa repensar la estructura y las funciones del propio sistema educativo. Este cambio exige un cambio trascendental, que hace imprescindible el reconocimiento de un nuevo perfil docente. Además de la atención al alumnado, hay otras funciones inherentes a la tarea educativa, que han de conllevar menos horas de docencia, con la finalidad de que el profesorado pueda investigar, reflexionar sobre la práctica, compartir y contrastar con sus compañeros y compañeras, coordinarse con las familias y otros agentes sociales… Este cambio ha de vincularse a la formación del profesorado, sin olvidar el acompañamiento que se le ha de realizar, para asegurar que estos cambios lleguen a todas nuestras aulas, evitando que sean patrimonio de los sectores más innovadores.

Hemos de ser conscientes de que no solo importa lo que queda escrito en una ley y/o en los currículum, sino que su trascendencia vendrá determinada por las condiciones que se creen para hacerlos realidad en las aulas y centros educativos. Hay que lograr inclinar la balanza social hacia el logro del bienestar personal y social, hacia los cuidados compartidos, hacia vidas dignas de ser vividas. ¡Aún confiamos en que haya voluntad personal, profesional, sindical, y sobre todo política,para no perder esta oportunidad!

Mary C. Bolaños Espinosa. Colectivo Harimaguada

Fuente: https://rebelion.org/educacion-emocional-o-coeducacion-afectiva-sexual-y-emocional-integral/

 

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