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Educación, el gran pacto pendiente

Por: Pilar Álvarez

España tiene una oportunidad única, favorecida por un Gobierno en minoría que necesita apoyos: un acuerdo político por el sistema de aprendizaje, con más de 9,5 millones de estudiantes.

Firmar un pacto educativo sería algo inédito en 40 años de democracia. El acuerdo, hasta hoy imposible, podría verse favorecido por un momento político inédito, con un gobierno en minoría que necesita recabar apoyos. 9,5 millones de estudiantes, desde la educación infantil a la universidad, se verán beneficiados. Las altas tasas de fracaso, las posiciones modestas en las clasificaciones internacionales, los recortes y el futuro incierto de las próximas generaciones lo hacen más necesario que nunca.

Hay un axioma que se replica en miles de foros sobre educación y resume la incertidumbre que reina ante el presente y el futuro de la escuela. La dijo el exsecretario de Educación de Estados Unidos, Richard Riley:“Estamos preparando a nuestros estudiantes para trabajos que aún no existen, en los que tendrán que usar tecnologías que no han sido inventadas, para resolver problemas en los que no hemos pensado todavía”.

España, campeona de Europa en alumnos que dejan el aula antes de tiempo, está saliendo de una crisis que le ha supuesto perder 7.300 millones de euros de gasto educativo en seis años (ahora se invierten 46.000 millones entre Administraciones, entidades y familias) y ha dejado a 33.000 profesores en el camino (-8%).

El nuevo gobierno encara esta etapa con un compromiso urgente encima de la mesa: cerrar en seis meses un pacto educativo inédito que «que dure para 10 o 15 años, que dé seguridad y certeza», en palabras del ministro Íñigo Méndez de Vigo,  que repite esta legislatura al frente de Educación.

Educación, el gran pacto pendiente
Más allá de si existe una opción real de cerrar un pacto entre fuerzas políticas dispares, la cuestión de fondo es hacia dónde se debe encaminar un sistema educativo en ese panorama de cambios vertiginosos al que alude Riley.

“La escuela vive una crisis institucional que afecta a sus funciones, a su relación con el entorno y a su estructura interna, a la vez que una transformación radical de su público, el alumnado, es acompañada por el anquilosamiento de su principal agente, el profesorado”, define el sociólogo de la Complutense Mariano Fernández Enguita en su libro reciente «La educación en la encrucijada», de la Fundación Santillana. Así lo catalogó en una entrevista el pensador educativo Ken Robinson -cuya charla TED ¿Matan las escuelas la creatividad? es la más vista de la historia- : “La gente piensa que es una excentricidad decir que la escuela funciona como una fábrica, pero es cierto. Se divide en compartimentos separados, a los que la gente acude durante unas horas fijas; los días se distribuyen en bloques de tiempo y los alumnos son evaluados de forma periódica para saber si son aptos para seguir ahí”.

Los informes PISA de la Organización para la Cooperación y Desarrollo económico (OCDE), que evalúan a alumnos de 15 años de una treintena de países, sitúan a España en una posición que muchos consideran mediocre, entre cinco y 10 puntos por debajo del promedio en las materias analizadas: Matemáticas, Comprensión Lectora y Ciencias. Pero existen comunidades autónomas que superan esa media y se acercan a la modélica Finlandia, como le pasa a Navarra en Matemáticas.

En su último gran informe educativo, la OCDE situaba el gasto educativo español por debajo de la media de los 35 países que la integran en todas las etapas. Y advertía a España: “Una educación de alta calidad necesita una financiación sostenible”.

Pero la estadística que peor deja al país es la referida al abandono educativo temprano, los jóvenes que dejan los estudios con, como máximo, el título de la ESO bajo el brazo. El último dato disponible es el más bajo de la serie histórica, un 19,4%, pero aún así resulta casi el doble de la media europea y está lejos de los objetivos marcados por la UE para 2020: menos del 15% que ya consiguen País Vasco, Cantabria y Navarra.

La educación es el sexto problema del país señalado en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pero está lejos de las grandes preocupaciones. Son la mitad de los que citan la crisis, preocupa tres veces menos que la corrupción y siete menos que el paro. Quizá esa falta de impulso ciudadano esté detrás de la falta de motivación política para llegar a acuerdos.

“Necesitamos un cambio metodológico. Funcionamos con los mismos esquemas de enseñanza y aprendizaje de hace 30 años: libro, deberes, clase, explicación y examen. Hay otras alternativas de organización en el aula que permiten que adquieran competencias para que las puedan usar en cualquier situación que se les plantee en la vida”, considera Carlos Utrera, presidente de la asociación de inspectores educativos ADIDE. El cambio ha empezado desde los centros, impulsado más por profesores voluntariosos que por un apoyo decidido de las Administraciones. “Las últimas leyes de educación no han tenido memoria económica para la formación”, recuerda Utrera. Y con proyectos, como la inclusión del teléfono móvil entre las herramientas para aprender, que nacen respaldados por grandes empresas de tecnología.

Una encuesta de la Comisión Española de Cooperación con la Unesco, la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (FAD) y el BBVA, presentada en junio, pregunta a 200 profesores y expertos sobre el futuro de la educación, cómo se ven dentro de cinco años. El 71,4% piensa que estarán poco valorados o desmotivados entonces. Nueve de cada 10 consideran que las becas serán más selectivas y exigentes. Y la mayoría coinciden en que el currículo escolar contemplará mejor la capacidad del trabajo en equipo, las habilidades emocionales, la iniciativa emprendedora, la creatividad o el liderazgo. El alumno ganará protagonismo en la gestión de su propio aprendizaje, añaden, aunque la mitad cree que la memorización seguirá pesando lo mismo.

Pero será el papel de los maestros el más determinante. Multitud de estudios internacionales sitúan a los docentes en el epicentro de la calidad educativa. Es otro de los debates a los que España se ha aproximado con lentitud. El profesor y pedagogo José Antonio Marina elaboró en 2015, por encargo del Ministerio de Educación, el libro blanco de la función docente para cambiar el proceso de selección de profesores. El documento, que lleva casi un año en un cajón, propone siete años de carrera para convertirse en maestro y evaluaciones “sistemáticas” durante su ejercicio profesional con efectos en el sueldo.

Todos los partidos comparten que hay que cambiar la forma de seleccionar, evaluar y formar a los profesores a lo largo de su vida. La propuesta del MIR docente —formarlos como se prepara ahora a los futuros médicos— es un concepto que asumen PP, PSOE y Ciudadanos. Tampoco es nuevo. Ya en 2009, el último presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez, promovió esa idea que Alfredo Pérez Rubalcaba acuñó como el MIR de los profesores en 2010. Estaba en los programas electorales de PSOE y PP en 2011 y repitieron con distintas fórmulas todos los partidos en 2015, pero no se han hecho.

El debate sobre el futuro de los profesores es un ejemplo de cómo España es capaz de detectar cambios necesarios aunque los aplica, si es que lo hace, con lentitud. El profesor de Sociología de la Universidad de la Laguna, José Saturnino Martínez, lo resume así: “Vamos donde hay que ir pero no vamos a la velocidad adecuada”.

Los partidos han creado una subcomisión de Educación para abordar ese pacto educativo que todos aseguran querer. Antes de empezar a dialogar, deberán hacer un diagnóstico para decidir cuál es el punto de partida. Juntos tendrán que reflexionar sobre si el fracaso escolar retrocede como efecto de leyes o porque los jóvenes dejaban las aulas atraídos por empleos fáciles que ya no existen. Habrá que analizar, también, por qué hay una brecha tan amplia de rendimiento entre unas comunidades y otras, o cómo formar a esos profesores que educarán a las siguientes generaciones para empleos y tecnologías que no existen.

El presente y el futuro están en juego y la única forma de lograr el acuerdo es empezar por lo que a todos une: la calidad en la enseñanza y su adecuación a los nuevos tiempos.

OTRA LEY EDUCATIVA DESBARATADA

El único gran intento para alcanzar un Pacto de Estado por la Educación en España tuvo lugar en 2010, con un Gobierno socialista e impulsado por el entonces ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Pero el PP lo frenó cuando faltaba la firma final. La negociación de acuerdos ha estado siempre impregnada de cuestiones ideológicas, como la presencia de la Religión en las aulas o el peso de la enseñanza concertada. Este nuevo intento, además, tiene en contra el escollo de la LOMCE, una ley que ha legitimado la opción de subvencionar con dinero público a colegios que separan a los alumnos por sexo. El Congreso aprobó derogar la ley mientras el Gobierno estaba en funciones. Si se acaba cambiando, España alcanzará su octava ley educativa en democracia, aunque lo cierto es que solo tres han supuesto cambios estructurales: las socialistas LOGSE y LOE y esta última reforma del PP.

“La educación es un proceso muy lento, desde que se accede con tres años hasta que se sale pasados los 20. Hay que tomar muchas decisiones a largo plazo y si cada dos años te cambian el sistema no puedes tomarlas. Es necesario que la gente sepa qué se va a encontrar por delante”, reclama José Saturnino, profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, que recuerda que los cambios han llegado, en muchos casos, sin una evaluación del efecto de las medidas.

Tomado de: http://politica.elpais.com/politica/2016/11/04/actualidad/1478288120_169530.html

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España: El pacto educativo, los hospitales y la educación física, a debate en la Asamblea

Europa/España/05 Noviembre 2016/Fuente: Telemadrid

El portavoz del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid, Angel Gabilondo, ha solicitado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Crisitina Cifuentes, un procedimiento «abierto a la participación no solo parlamentaria» y «pactado con todos los grupos de la Asamblea» para lograr el acuerdo por la transformación educativa.

Asimismo, en su intervención en el Pleno, Gabilondo ha manifestado la voluntad de los socialistas «participar en un acuerdo ambicioso y de alcance», pero ha advertido a la presidenta que «si buscan una ratificación del modelo» no avanzarán.

Por su parte, Cifuentes ha afirmado que el procedimiento que está siguiendo el Gobierno ha estado «abierto a la participación en todo momento», con un trabajo de «abajo a arriba», partiendo del Consejo Escolar, que ha recabado las propuestas de la comunidad educativa, incluidos los sindicatos CCOO, UGT, ANPE y CSIT.

Así, ha señalado que el Gobierno ha recogido el 75 por ciento de esas propuestas en el borrador que ha entregado a los grupos políticos.

En el mismo sentido, ha recordado al portavoz de los socialistas que aportaron sus expertos al grupo de trabajo formado hace un año y que solamente en el último mes y medio el consejero de Educación, Rafael Van-Grieken, y el portavoz socialista en materia de Educación han participado en cuatro reuniones, la última de casi siete horas de educación.

«Me da la impresión de que usted está buscando pretextos para quitarse de este consenso. Si usted no quiere el acuerdo dígalo claramente pero no se escude en el procedimiento», ha manifestado Cifuentes, quien ha agregado que los socialistas tienen que elegir entre «el diálogo o el no es no». «Creo que usted es un hombre de diálogo, no nos decepcione», ha zanjado.

PODEMOS ACUSA A CIFUENTES DE «DESCAPITALIZAR» LOS HOSPITALES PÚBLICOS

El portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, ha acusado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, de «descapitalizar» los hospitales públicos, mientras «los hospitales cuyos dueños son los fondos buitre parecen hoteles de lujo».

Así lo ha manifestado López en el pleno de la Asamblea en su pregunta a Cifuentes sobre cuáles son los planes del Gobierno para la sanidad madrileña, al denunciar inundaciones en el Hospital Clínico y la caída de un techo del Hospital Doce de octubre.

«Esperanza Aguirre inició el desmantelamiento y usted recogió fielmente el testigo. La consigna era clara: descapitalizar lo publico y pasar los recursos a lo privado», ha añadido. López ha denunciado que el presupuesto de reparación realizado por los técnicos del Doce de octubre se tasó en cuatro millones de euros, mientras que la Comunidad lo tasó en 300.000 euros.

El portavoz de Podemos ha anunciado que van a presentar al resto de grupos de la Cámara un pacto para aumentar los recursos para los hospitales públicos.

La presidenta de la Comunidad, por su parte, ha criticado que López habla de «un incidente», cuando hay un total de 428 centros en la Comunidad de Madrid. «No haga demagogia y no venga a alarmar a la población», ha añadido Cifuentes, quien ha defendido que la Comunidad destina el 42% del presupuesto a la Sanidad madrileña, unos 7.446 millones de euros.

La presidenta ha agregado que el Gobierno regional lleva un año ofreciendo asistencia sanitaria y farmacológica a los inmigrantes, mientras que los ayuntamientos donde gobierna Podemos «solo han sido capaces de inventarse un DNI falso y atribuirse el mérito con una campaña de publicidad completamente engañosa».

CIUDADANOS PIDE A CIFUENTES MÁS HORAS LECTIVAS DE EDUCACIÓN FÍSICA PARA REDUCIR LA OBESIDAD

El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, dijo en el pleno parlamentario que «aumentar tres horas lectivas la Educación Física en los colegios reduciría el número de obesos en la Comunidad».

Asimismo, preguntó a la presidenta regional, Cristina Cifuentes, cuándo tiene pensado impulsar el aumento a tres horas lectivas a la semana de la Educación Física en los colegios de la Comunidad de Madrid y destacó que «el 40% de menores de entre seis y nueves años tiene sobrepeso, por lo que no es de extrañar que día a día aumenten los índices de niños con diabetes o con el colesterol alto debido a su sedentarismo».

Además, añadió, «el 80% de los niños reconoce que no hace deporte fuera de la escuela, es decir, que o se hace en el colegio o directamente no se hace».

Aguado indicó que «hace ya cinco meses Ciudadanos presentó una propuesta para elevar a tres horas lectivas la gimnasia en los colegios» y destacó que «a día no ha hecho nada». A su juicio «el deporte favorece habilidades sociales y cognitivas y fomenta valores como el trabajo en equipo, el esfuerzo, el sacrificio o la solidaridad y, además, está directamente relacionado con la salud».

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dijo que «estamos impulsando numerosos programas para fomentar la Educación Física en los colegios y ver cuál es la mejor fórmula para que los centros escolares que lo deseen puedan amplia las horas lectivas destinadas al deporte».

Explicó algunas de las «muchas cosas que hemos hecho en 15 meses», entre ellas, «un programa en institutos promotores del deporte y actividad básica en el que van a participar 16.000 alumnos y 200 centros». Además, manifestó, «estamos fomentando el deporte infantil como actividad extraescolar entre 135.000 niños en colaboración con los ayuntamientos».

«Nos tomamos el deporte muy en serio», dijo Cifuentes, quien afirmó que espera que en el próximo curso se pueda introducir la tercera hora.

Disponible en la url:http://www.telemadrid.es/noticias/madrid/noticia/el-pacto-educativo-los-hospitales-y-la-educacion-fisica-debate-en-la-asamble

 

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La escuela inteligente despega en España

Europa/España/05 Noviembre 2016/Autora: Beatriz Guillen/El país 

Grandes empresas tecnológicas como Samsung o Google dan herramientas para consolidar la revolución digital en los colegios

Parece una clase normal, pero ya no se trabaja con libros. Los pupitres de madera son los de siempre, aunque les faltan las marcas de los cuadernos. Sí se conservan los bolígrafos y la pizarra, pero ahora son digitales. Los niños parecen tranquilos ante el cambio: escuchan y apuntan concienzudos en sus tabletas. ¿Os ha costado dejar de usar libretas? «No, porque nos fuimos adaptando poco a poco, no de golpe, y así es más fácil», explica Mateo, de 12 años, del colegio público Isabel la Católica de Madrid. Este centro es uno de los 32 que se han integrado en el proyecto Smart School de Samsung que distribuye de forma gratuita tabletas y pizarras interactivas. Participan alrededor de 2.500 alumnos de 15 comunidades autónomas. Y esta es solo una de las iniciativas. Google ofrece un programa gratuito para colegios, Google Classroom, con el que ofrecen herramientas y contenidos digitales para gestionar las clases y potenciar la innovación. El objetivo es común: impedir que los colegios españoles se queden atrás en la revolución que la tecnología e Internet está llevando a las aulas.

«La mayoría de nuestros centros no ha cambiado nada en dos o tres siglos. Allí se están formando los profesionales del futuro, así que tienen que estar adaptados a las necesidades actuales», considera Arturo Cavanna, director de innovación y desarrollo tecnológico de la editorial Edelvives que participa con Google en varios proyectos. Esta adaptación debe apoyarse en varios pilares: la conectividad a Internet, la formación tecnológica de los profesores y una metodología en la que estén bien integradas las nuevas herramientas. La valoración general es que la transformación va por el buen camino, pero que todavía está lejos de consolidarse. «La escuela digital en España está despegando, pero hemos dado un cambio brutal desde hace dos años», considera Cavanna después de haber visitado más de 3.000 centros.

A los expertos no les queda ninguna duda de que esta transformación digital es necesaria. No se puede aplazar más. El principal objetivo es que los niños aprendan a manejar desde pequeños las herramientas con las que van a tener que trabajar en el futuro. Pero además de la necesidad, todos los expertos ponen de relieve algunas de los beneficios que la tecnología supone para la educación: trabajo más colaborativo, atención más individualizada, mejora de la autonomía y sobre todo, alumnos más motivados.

Alumnos más motivados

«Antes les decías a los chavales que sacaran el libro por la página 36 y la respuesta siempre era ‘¡Qué rollo!’. Ahora no hace falta que les pidamos nada y ya está la tableta encima de la mesa para trabajar», cuenta Silvia Casquete, profesora del colegio público María Sanz de Sautuola de Santander que también utiliza las tabletas de Samsung. Ese ha sido el principal cambio. No lo dicen solo sus profesores, también lo dicen ellos. «Nos aburrimos mucho menos, porque podemos buscar más cosas y aprender más rápido», dice Noa, de 12 años, del colegio Isabel la Católica. Estos proyectos están pensados para alumnos de 5º y 6º de primaria que ya son nativos digitales. Han crecido con el táctil y las pantallas. Una formación intrínseca que se nota en su forma de relacionarse con los dispositivos.

Dos alumnas trabajan con tabletas en el colegio Isabel la Católica de Madrid.
Dos alumnas trabajan con tabletas en el colegio Isabel la Católica de Madrid. CLAUDIO ALVAREZ

Otro de los puntos fuertes es una atención más personalizada. Las unidades didácticas están en la nube, por lo que cada alumno puede ir avanzando a su ritmo. «Los ejercicios que hemos metido en la tableta son infinitos y cada uno avanza a su manera. Después, corregimos algunos todos juntos y para los otros tienen el libro de soluciones», explica María Jesús Fernández, profesora de la clase de 6º de primaria del Isabel la Católica.

Por último, niños y profesores destacan cómo ha mejorado el intercambio de ideas. «Utilizamos el Drive, que es como una nube, para subir las fotos de los proyectos que hacemos y así poder compartirlos con todos y explicarlos», apunta Martina, de 11 años, señalando las imágenes proyectadas en la pizarra con las felicitaciones que prepararon para el Día de la Madre.

Todo esto, se traduce, en muchos casos, en una mejora del rendimiento académico. «Teníamos clases con alumnos apáticos. Se ha conseguido engancharlos y mejorar su comportamiento. Se han convertido en una clase distinta», razona Myriam Páramos del mismo centro.

La formación de los profesores: asunto pendiente

Esta nueva forma de trabajar depende directamente de los profesores, la pieza clave del proyecto. Son ellos quienes tienen que liderar el cambio de dispositivos y metodología. «A mí me ha costado mucho adaptarme a las tabletas y las pizarras interactivas, pero hay que hacer el esfuerzo», reconoce Fernández. Por esa razón, la formación tecnológica se ha convertido en una necesidad. «Es una de las grandes carencias. Excepto algunos centros muy punteros, la impresión general es que muy pocos profesores han recibido la formación para manejar los nuevos dispositivos y adaptar las clases a ellos», explica el responsable digital de Edelvives.

Un aula con tabletas y pizarra digital del colegio público Isabel la Católica de Madrid.
Un aula con tabletas y pizarra digital del colegio público Isabel la Católica de Madrid. CLAUDIO ALVAREZ

Para combatir esto, en las 80 clases del proyecto de Samsung también se imparte formación a los docentes. «Ellos tienen que estar aprendiendo y actualizándose constantemente. El profesor se convierte más bien en un coach, donde todos aprenden», argumenta Francisco Hortigüela, director de Marketing de Samsung España.

Desde Google, por ejemplo, se apuesta por una estrategia diferente: desarrollar herramientas muy sencillas que los profesores no necesitan formación para saber manejarlas. «Así nos acercamos a la mayoría de docentes, en vez de solo a ese 10% o 20% de docentes que es más innovador», razona Marc Sanz, responsable de Google For Education para España y Sur de Europa. Estas herramientas sirven para distribuir fácilmente las tareas a los alumnos y organizar el Drive en función de asignaturas y tareas.

En el informe de Ipsos «Los profesores ante la tecnología en los colegios», de abril de 2016, se desprendía que el 54% de los profesores consideraba necesaria esta formación tecnológica. El mismo estudio, pero un 80% sostenía que una buena conexión a Internet era un elemento imprescindible para abordar el cambio.

Falla la conexión a Internet en los colegios

La falta de una buena conexión a Internet es otro de los grandes obstáculos a los que se enfrenta la transformación digital de los colegios. «La gran mayoría de centros que hemos visitado no tienen una conexión potente ni los recursos para tenerla. Falta inversión en muchos de ellos», razona el responsable digital de Edelvives. A este mismo planteamiento, se suma el representante de Google For Education en España, Marc Sanz: «Las inversiones en tecnología de los colegios no se han hecho lo mejor posible, porque se han desarrollado unos modelos anclados en el pasado, donde se han hecho grandes inversiones en servidores y hardware, cuando no era necesario».

La tecnología solo es una herramienta

Los expertos repiten la necesidad de los dispositivos, la formación y la conexión para esta transformación digital, pero, todos reconocen que no tienen sentido si no hay un proyecto educativo detrás que los sostenga. «La tecnología es solo una herramienta», se ha convertido en el lema. «Se tiene que transformar la forma entera de trabajar, el proyecto pedagógico, las herramientas solas no valen nada», comenta Cavanna.

«Meter ordenadores o tabletas en el centro no significa que ya no se vaya a escribir en boli o en lápiz. Ni utilizar un dispositivo significa que se vayan a solucionar todos los problemas de la clase», argumenta el responsable de Google. «La herramienta sola no proporciona una buena educación, pero un buen uso de la herramienta con un buen profesor tiene un potencial brutal», añade.

TABLETAS PARA TRABAJOS DE CAMPO

Las tabletas del proyecto de Samsung hacen las veces de cuadernos proyectables, lo que facilita la forma de corregir y también de compartir deberes, trabajos o exposiciones. Además, se han vuelto una herramienta muy útil para proyectos y excursiones. En el colegio María Sanz de Sautuola han desarrollado un proyecto sobre la historia de su barrio, La Albericia. «Sufrió un incendio en el 41 y los niños están haciendo un trabajo de campo para estudiar el antes y el después. Hablan con personas mayores, visitan laz zonas que han cambiado… Y con la tableta hacen las fotografías, los vídeos, comparten el material con sus compañeros para repartirse el trabajo, pueden comentar al instante», relata Carlos Rodríguez, embajador del proyecto en el centro de María Sanz de Sautuola de Santander.

Fuente: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2016/05/13/actualidad/1463136228_177046.html

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España: Comienza la primera huelga de los padres contra los deberes de sus hijos

Europa/España/Noviembre de 2016/Fuente: Cadena Ser

«Somos el país campeón en deberes y en fracaso escolar. Algo está fallando», recuerda desde la Ceapa, José Luis Pazos para dejar claro que algo no funciona en actual modelo educativo. «Los deberes son solo lo primero que hay que cambiar», sentencia Pazos a la vez que recuerda como en otros países que sacan mejores resultados la forma de enseñar en bien distinta a la de España.

Los que se escudan en el argumento de que así estudiaron ellos y por eso es la mejor forma no tienen razón. Nuestros hijos van a vivir en una sociedad muy distinta», asegura Pazos. Así las cosas, los deberes son solo la punta del iceberg de un sistema educativo poco permeable a la innovación pedagógica.

Pazos insiste en que quieren recuperar el tiempo con los hijos durante el fin de semana. Por eso, piden a las familias que hablen con los docentes y que se suman a la campaña de no mandar deberes durante los fines de semana de noviembre. La intención es concienciar a toda la comunidad educativa. «Los deberes pertenecen a un sistema de repetición que ya no funciona. En los países más avanzados ya trabajan de otra manera: sin deberes, sin libros de texto, incluso sin exámenes. Y obtienen mejores resultados».

«No se trata de que desobedezcan al profesor»

Ante las críticas de que el alumno lleva las de perder con esta iniciativa porque se puede enfrentar el lunes a un profesor que le exiga unos deberes que no ha hecho por decisión de los padres, el representante de la Ceapa apuesta por el diálogo previo. «En muchos casos, el docente es permeable y ya está concienciado. Si no, los padres pueden negociar hacerlos el viernes en el cole para que no ocupen el fin de semana. En nuestra página damos recomendaciones para los que quieran sumarse a la iniciativa».

Pazos quiere que los docentes se sumen a esta campaña para que «las familias recuperen a sus hijos los fines de semana. No se trata de desobedecer y no hacer los deberes, sino de que no los manden, al menos para los sábados y domingos. Es una labor de concienciacón. Muchas veces somos las familias las que queremos que manden los deberes. Pero, no puede ser que haya niños de 3 a 6 años con deberes».

Desde la Ceapa entieden que los deberes son perjudiciales porque suponen una  fuente de «fracaso abandono educativo temprano y de desigualdad.

Fuente: http://cadenaser.com/programa/2016/11/02/hoy_por_hoy/1478079548_210964.html

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El futuro de la historia de la UNESCO

Europa/Francia/Noviembre de 2016/Fuente: UNESCO
Cuándo, hora local: Viernes, 4 noviembre 2016 –

10:00am11:30am
Dónde: Francia, Paris
Tipo de evento: Evento especial

Hace 70 años, el 4 de noviembre de 1946, entró en vigor la Constitución de la UNESCO tras la ratificación del 20º Estado Miembro.  Para celebrar esta fecha, la UNESCO presenta tres libros sobre la historia de la Organización publicados en el último año:

“From Ideas to Actions. 70 Years of UNESCO (De las ideas a la acción, 70 años de la UNESCO). Ediciones UNESCO, 2015.

“A History of UNESCO. Global Actions and Impact”.(Una historia de la UNESCO, acciones mundiales e impacto). Editado por Poul Duedahl. Palgrave Macmillan, Londres, 2016.

“Patrimoines mutilés – ces trésors de l’Humanité défigurés par la folie des hommes” (Patrimonios mutilados, esos tesoros de la humanidad desfigurados por la locura de los hombres ) Mounir Bouchenaki, Ediciones Erick Bonnier, 2016.

La Directora General abrirá la sesión de presentación de los libros y a continuación habrá una serie de intervenciones cortas sobre cómo la historia de la UNESCO puede contribuir y alimentar el futuro.

Las prioridades actuales de los programas de la UNESCO tienen su eco en la historia. La historia de la UNESCO no es simplemente una cuestión institucional, es también la historia del mundo en el que las ideas y acciones de la UNESCO han emergido y dentro del cual son hoy en día esenciales para el futuro.

Los detalles del programa, en esta página.

Fuente: http://es.unesco.org/events/futuro-historia-unesco

Imagen de archivo

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Algunas ideas sobre ciencia y organización

Por: Alicia Durán

El 17 y 18 de octubre hemos celebrado la I Conferencia de la Sección Sindical Estatal de CC.OO. del CSIC durante la cual hemos repasado los más de 40 años de historia de CC.OO. en esta casa, y nuestras ideas sobre ciencia y organización.

Para repasar estas ideas y aunque sea una forma dura de comenzar creo que podemos decir sin equivocarnos que estamos inmersos en el período más negro para la ciencia española desde el inicio de la democracia. El enorme esfuerzo hecho por los científicos y las instituciones para elevar nuestro país al nivel investigador que le corresponde por su nivel socio-económico y cultural ha sido revertido por una batería de contrarreformas basadas en la premisa de que la ciencia es un lujo que los españoles no podemos permitirnos en tiempos de crisis.

En la década anterior a la crisis España había aproximado lentamente su inversión en I+D a la media europea. Desde entonces, el gobierno desanduvo este camino , pasando del 1,39% del PIB en 2010 al 1,23% en 2014, frente al 2,03 de la media de los 28.

Entre 2010 y 2016, España redujo su inversión en I+D en 2845 millones (casi 900 M€ en capítulo 7) y permitió que perdiéramos más de 10.000 investigadores (5000 personas en el CSIC en solo 4 años). El esfuerzo ingente para formar a este capital humano se ha dilapidado o simplemente regalado a nuestros países vecinos, que garantizan la continuidad de sus sistemas e instituciones; en España, en cambio, parecemos incapaces de retener a una generación que había alcanzado niveles internacionales en su formación y experiencia profesional.

Estos recortes se produjeron a pesar de la elevada eficiencia de nuestra I+D. Los bajos salarios, la elevadísima precariedad, la escasez de la financiación, la asfixiante burocracia o el escaso o nulo interés empresarial, no impidieron que la producción científica y tecnológica española alcanzara niveles de eficiencia (productividad/euro) iguales o superiores a las de los países del G8.

Estos recortes (2845 M€) representan cantidades ridículas si se comparan con los 3.400 M€ que se “perdonaron” a las eléctricas, o los 5.500 M€ que habrá que pagar por el rescate de las autopistas. Lo más grave es que han supuesto una grave descapitalización (humana, logística y de infraestructuras) de nuestro sistema de I+D. Se han cerrado para siempre laboratorios e infraestructuras científicas que habían costado millones de euros – y que volverá a costar millones de euros levantar, si algún día vuelven a estar disponibles.

Esta política no es casual, no puede desligarse de las estrategias de los núcleos de poder económico. La apuesta por la innovación estuvo siempre ausente en todos los procesos de reconversión industrial desde 1984 en adelante. Las políticas del IBEX son funcionales a la marginación del desarrollo tecnológico autóctono. El IBEX no necesita I+D aunque los sistemas informáticos del BSCH sean los más avanzados de toda la banca internacional. Y si ganan dinero así, ¿para qué apostar por proyectos de riesgo? La desindustrialización imparable y la burbuja financiera suponen la marginación de las políticas en las cuales se debería basar el tan difundido cambio de modelo productivo.

Es necesario decir en voz alta que la I+D española está herida de gravedad y que costará mucho reparar el daño hecho. Si se mantienen estas políticas, si no se cambia radicalmente el rumbo, nuestros investigadores seguirán dejando el país, y la investigación estará condenada a la irrelevancia.

Esta situación, denunciada por todos los partidos políticos excepto el PP, se concretó en las movilizaciones del colectivo Carta por la Ciencia en 2013 y en la propuesta de un Pacto por la Investigación. Un pacto que abriría la oportunidad de discutir un cambio normativo de la política científica a través de la elaboración de una ley que sancione este pacto por la ciencia, cimentado en la idea de la responsabilidad social. Una Ley que haga de la política científica una herramienta para gestionar el futuro, que reconozca a la ciencia como un elemento fundamental de las relaciones entre la sociedad civil y los poderes públicos. Una ley que contribuya a la generación de ciencia básica y de conocimiento crítico, y a la difusión del conocimiento para resolver los problemas esenciales de la sociedad española.

Pero estamos aquí para discutir el presente y futuro del CSIC, el mayor centro de investigación de nuestro país y nuestra casa. Y para ello hay que hablar de crisis económica y recortes presupuestarios, de pérdida de recursos humanos y políticas de personal, de recorte de derechos y de modos de gestión autoritarios en una creciente involución ideológica, y por supuesto de nuestras ideas sobre ciencia y modelos organizativos.

Este balance comienza de forma obligada por la drástica reducción presupuestaria que el CSIC soporta desde los PGE2010, cuando la subvención del ministerio se reduce en más del 16% (100 M€) respecto a 2009, el año con el mayor presupuesto de su historia, 615 M€ de subvención y 843 M€ contando los recursos propios. Eran años de bonanza donde se pusieron en funcionamiento los programas JAE de formación de personal investigador, técnico y de gestión, y el programa EQUIPA, que permitió renovar el equipamiento de la mayoría de institutos. A pesar del fuerte recorte de los PGE 2010, la dirección anterior siguió publicando convocatorias de estos programas siguiendo el programa del Plan de Actuación 2010-2013; de hecho, los JAE-doc de la última convocatoria tomaron posesión ya con el gobierno del PP.

Esta situación y la continuidad de los recortes en los PGE de 2011, 2012 y 2013 llevan a una disminución del 33% de la subvención en 2013 respecto a 2009, con una pérdida acumulada de casi 600 M€ y un déficit de 150 M€. Para superarlo se proponía un plan de ahorro y se solicitaban 100 M€ de inyección presupuestaria adicional. En junio se hacen efectivos solo 25M€; la situación de tesorería se agrava y desencadena la Resolución del Presidente de 2 de julio limitando el acceso y disponibilidad de los ingresos de los institutos obtenidos antes del 1 de enero de 2012 y estableciendo los criterios de gasto durante el segundo semestre de 2013. Dicha Resolución (conocida como “el corralito”) generó un enorme nivel de alarma, que se intensificó tras la rueda de prensa del 8 de julio, donde el Presidente calificó la situación del CSIC como catastrófica y emplazó al ministerio a hacer efectivos los 75 M€ restantes para normalizar la gestión económica del organismo. La magnitud del problema y su reflejo mediático en la prensa nacional e internacional obligaron al MINECO a inyectar 70 M€ en octubre y a aumentar la subvención al CSIC en 50 M€ en los PGE 2014, un 12,1% más que en 2013. Así, a pesar de la reducción de los ingresos propios, sobre todo en contratos con empresas, se conseguía mantener el gasto y no seguir generando déficit. Los PGE 2015 congelaron el gasto y en 2016 hay un aumento del 2,8% de la subvención del MINECO (4,8% con los recursos propios).

La recuperación del equilibrio financiero se ha conseguido gracias a la reducción drástica del gasto impuesta en el programa de ahorro. Las inversiones han descendido hasta niveles que impiden el funcionamiento normal y el mantenimiento de las instalaciones, y el gasto corriente se ha reducido el 24% respecto a 2010. Los PGE 2016 suponen un alivio de la situación pero seguimos a más de 100 M€ del presupuesto 2010 y funcionaremos con el 25% menos que en 2009.

En 2013 desde CC.OO. calificamos la actitud del Presidente como valiente por poner sobre la mesa la situación del CSIC. Pero tras el rescate el equipo de Gobierno eligió seguir al pie de la letra las directrices del MINECO y Hacienda, sin tener en cuenta las consecuencias derivadas para la institución y para su personal. En este contexto, cabe preguntarse si era posible gestionar de otra manera. En un modelo alternativo los gestores recopilan, estudian, ordenan e impulsan las propuestas de la propia institución y de su personal e intentan conseguir los medios para implementarlas. El personal se convierte en co-responsable de las decisiones. Se podía hacer así en 2013 pero la dirección del CSIC eligió otro camino.

Pero el problema esencial del CSIC y de todo el sistema de I+D, es la continua sangría de recursos humanos, jóvenes investigadores y técnicos que abandonan los centros por finalización de contrato. Los grupos de investigación envejecen, lejos de aquellas épocas de bonanza (y también de despilfarro) donde sobraban becas y los contratos se multiplicaban.

De los 15849 trabajadores del CSIC en 2011 hemos pasado a los 10462 a finales de 2015. Más de 4500 jóvenes investigadores y técnicos han abandonado el organismo. Pero este éxodo fue calificado como un “topicazo” en sede parlamentaria, luego se convirtió en “movilidad exterior” según Fátima Bañez, o “deseo de aventura”, terminando en la “leyenda urbana exagerada” a la que aludía nuestro presidente en el 75 aniversario del CSIC. Ha sido el jefe de Estado el que ha tenido que alertar sobre el peligro de un “lapsus generacional” en el sistema científico declarando que España no puede permitirse el lujo de preparar a jóvenes científicos «para que salgan al extranjero sin retorno posible» porque lleva a «un retraso difícil de remontar». Amargos tiempos nos toca vivir donde hay que esperar a que el rey nos saque los colores alertando sobre la pérdida de lo mejor de nuestra juventud.

Podemos intentar negarlo, no ver nuestros laboratorios medio desiertos; podemos negar la pérdida día a día de la gente a la que hemos formado sin esperanzas de recuperarla. Pero recordando a Augusto Monterroso, cuando despertemos, el dinosaurio todavía estará allí.

Esta situación es el resultado de una política de sustitución de empleo estable por empleo precario que comienza en la década de 1990 y se agudiza en los 2000. En 2001 el personal temporal supera por primera vez al fijo y en 2009 se alcanza el máximo diferencial de 12 puntos (56% temporales frente al 44% de fijos). Mientras que los trabajadores que causan baja, principalmente por jubilación, son en su inmensa mayoría trabajadores con estabilidad laboral (funcionarios o laborales fijos), las sucesivas OEP resultan totalmente insuficientes, contribuyendo a la formación de una inmensa bolsa de precariedad en el CSIC. Este déficit de personal derivó en que los contratos por obra o servicio perdiesen en parte su objeto y se usaran para contratar a personal para la realización de labores puramente estructurales, dando paso a las reclamaciones judiciales por fraude de ley. La introducción del artículo 15.5 ET en 2006, o Ley Caldera, dio arranque al proceso de demandas laborales de los trabajadores temporales del CSIC que acaban con un proceso de consolidación en 2011 junto a otro previsto en el EBEP. La incorporación de 400 personas en este proceso suaviza en parte la actual sangría, permitiendo la supervivencia de muchos de grupos de investigación del CSIC.

El crecimiento acelerado de esta bolsa de precariedad debería haber sido un indicador claro de que los instrumentos de contratación laboral con los que se cuenta en el CSIC no son los correctos y que su modificación merece una revisión detallada con todos los actores implicados, como CC.OO. reclama desde hace mucho tiempo.

En septiembre de 2014 presentamos un estudio de los RRHH del CSIC desde 1986. Un estudio que ponía en evidencia los rasgos estructurales y los desequilibrios de la plantilla del CSIC. Identificamos problemas urgentes como la desaparición acelerada de los técnicos de laboratorio y el envejecimiento creciente de la plantilla. Y hacíamos propuestas específicas. Entre ellas un modelo de contrato con cargo a líneas de investigación o grupos, para sustituir a los contratos ligados a proyectos. Hace más de un año y medio que presentamos esta propuesta en el CSIC y en la Secretaría de Estado de I+D+i con la única respuesta de que “no convence a Función Pública”.

Así, en marzo de 2016, 1466 trabajadores (451 con contratos fuera de convenio), un tercio de la plantilla temporal del Organismo, llevaban contratados más de 4 años. Un colectivo en condiciones de acceder a puestos indefinidos en virtud del artículo 15.5 del ET. A 16 de septiembre de 2016 hay 324 trabajadores indefinidos no fijos y 87 demandas pendientes.

La respuesta del CSIC es la resolución del 6 de abril de 2016 que establece actuaciones con el fin de “reducir los desequilibrios generados por el ingreso de personal indefinido en cumplimiento de sentencia en los Institutos, Centros y unidades del CSIC”. Se proponen, entre otras medidas, aplazar autorizaciones de contratación de personal, limitar las plazas de nuevo ingreso y promoción interna, limitar la percepción de la productividad 18.2 y redistribuir las productividades PC2 y PC3, a aquellos investigadores, grupos de investigación y/o Institutos que presenten una “alta litigiosidad”, un concepto nuevo en la métrica evaluadora. Al final de la legislatura y en tiempo de descuento, tratan de culpar del fracaso de su gestión al personal que ha defendido sus derechos laborales en sede judicial y al que los jueces han dado la razón en su inmensa mayoría.

Todavía más grave, estas Resoluciones, publicadas sólo un día después de la Resolución de convocatoria de la nueva Bolsa de Trabajo, no fueron negociadas ni informadas a los Sindicatos en ninguna de las reuniones de negociación de esa nueva bolsa. Esta actitud de la Secretaría General es el ejemplo más claro de una actuación de mala fe, por ocultación de actuaciones y resoluciones directamente relacionadas con la contratación mediante bolsa, en el proceso de negociación y aprobación de la misma.

Merece destacar que en estas listas se incluyen la gran mayoría de los centros más activos, con mayor nivel de contratación y mayor productividad. Unas listas que constituyen una contradicción flagrante entre la exaltación de la excelencia como objetivo fundamental del CSIC mientras se pone en evidencia y se castiga a esos mismos centros. En particular, figuran las “joyas de la corona” del área de Biología y Biomedicina, aquellos que abanderaron la apuesta por los contratos temporales para aumentar la eficiencia del sistema, y donde precariedad y excelencia llegaron a ser sinónimos. Un modelo que ha demostrado su extrema fragilidad en la dura crisis que afronta el CSIC y cuyas consecuencias afrontamos ahora.

Calificar estas sentencias como “grave perjuicio para el desarrollo de una adecuada política de RR.HH” es afirmar que el cumplimiento de la ley constituye un daño para el Organismo. Imponer la serie de castigos y amenazas a los centros que alberguen personal INF persigue situar a los futuros demandantes como culpables de perjudicar a sus grupos y a su centro, e intenta predisponer a los investigadores para que no apoyen estas demandas. Un conjunto de medidas arbitrarias e injustas propias de regímenes anteriores pero claramente inadmisibles en el mayor organismo público de investigación del país.

Estas resoluciones son un ejemplo claro de la deriva autoritaria de la SEGE y la SGARH, donde aquellos que se oponen a esta transformación involutiva pasan a ser un escollo que hay que sortear y/o neutralizar. Si no se puede eliminar el derecho a la negociación colectiva, la mejor solución es vaciarla de contenido, limitarla y reducirla a lo anecdótico. O desprestigiar a los representantes de los trabajadores. La sección Sindical de CC.OO. del CSIC está sufriendo este tipo de estrategia de desprestigio y marginación. Tanto en los canales de negociación, donde se ha llegado a sugerir la sustitución de nuestros representantes, como sobre la persona de su propio Secretario General. Una ofensiva que no se corresponde ni con las formas de relación ni con el desarrollo de una actividad de representación de los trabajadores.

Una involución confirmada por otros hechos relevantes como la celebración en 2014 del 75º aniversario del Decreto Fundacional del CSIC, construido en 1939 sobre los escombros de la Junta de Ampliación de Estudios. El director de la Revista Arbor, la revista de pensamiento del CSIC, exaltaba en los medios al nacional-catolicismo que, en nombre de la fe, expulsó a la generación más brillante de científicos que había tenido este país. El mismo oscuro personaje, nombrado por el presidente en la CMyC, que acaba de editar un número monográfico de Arbor titulado ¿Hay mujeres más allá del feminismo?, dedicado a refutar las estadísticas y estudios de organismos internacionales, que llevan décadas haciendo un seguimiento de la discriminación que sufren las mujeres en todas las profesiones y en especial en ciencia. Y objetando en la práctica el trabajo de 14 años de la Comisión Mujer y Ciencia y de la Comisión de Igualdad del CSIC.

El presidente se escuda en la libertad de cátedra para no retirar este número de Arbor. Pero hay verdades que no se pueden poner en tela de juicio sin chocar con la evidencia de los experimentos y con la unanimidad de la comunidad científica. Hoy nadie se atreve a negar el cambio climático tras de los informes del IPCC. Como tampoco se pueden negar las barreras explícitas e implícitas que dificultan el acceso, la permanencia y la promoción de las mujeres en el mundo científico. Por eso seguiremos pidiendo la retirada de este número de Arbor.

Después de describir este triste panorama queda pendiente responder a la pregunta que todos los militantes de CC.OO. nos hemos hecho más de una vez: ¿qué hacemos aquí y por qué nos gastamos la vida personal y nos jugamos la vida profesional en este empeño? Porque está claro que nuestra militancia lo hace todo más difícil. Somos quienes somos a pesar de ser de CC.OO.

Nuestra pertenencia a CC.OO. y nuestra obstinación en transformar esta casa, surge desde nuestra concepción de la ciencia como proceso colectivo, como un trabajo hecho por personas que construyen en común desde distintas especialidades. Personal científico, técnicos y gestores tienen su misión y su espacio en la compleja arquitectura del hecho científico. Un modelo en las antípodas de aquél en el que sólo cabe la excelencia. El árbol de la ciencia debe ser frondoso para cobijar a todas sus criaturas. Si talamos las ramas en donde no somos líderes, en las que no somos excelentes, el árbol dejará de crecer; sin la savia del resto del follaje el árbol acabará muriendo.

Por eso nos empeñamos en defender y proponer la carrera profesional de todo el personal: investigadores, técnicos y personal de gestión. Lo defendimos en el 90, lo defendimos en la discusión y negociación del EBEP, en todas y cada una de las mesas de negociación y en cada sesión del Consejo Rector. Porque es el modelo más exitoso en los centros europeos de investigación, porque la implicación de todo el personal garantiza un trabajo más eficiente. Porque incluir y no marginar es un deber de la administración y un derecho de los trabajadores.

Trabajamos juntos defendiendo a los trabajadores y también en repensar la ciencia, compartimos la pasión por el conocimiento y por la política, coincidimos en la necesidad de introducir el pensamiento crítico en el mundo científico, para abrir la mente, para interrogarnos sobre el protagonismo social que dirige la generación de conocimiento; pensar, mirar “más allá del microscopio” para construir ciencia con conciencia.

Y, por pura coherencia, intentamos convertir estas ideas en hechos, integrar las prioridades de bienestar social, cohesión y calidad de vida en las políticas de I+D+i, respondiendo a las demandas de los ciudadanos, donde cultura científica sea sinónimo de cultura democrática.

Porque estamos convencidos de que se puede hacer ciencia de otro modo. Que es posible y eficiente trabajar de forma colectiva, donde la colaboración sea más importante que la competencia, donde ciencia, tecnología e industria puedan avanzar a la par.

Queremos que en esta casa se haga ciencia para el desarrollo sostenible, un problema que requiere la consideración conjunta del sistema socio-ecológico en su totalidad, con sus dimensiones sociales, económicas, institucionales y ecológicas, y, más importante y complejo, el diseño y aplicación de políticas integradas basadas en el nuevo conocimiento científico.

Queremos hacer ciencia para la paz, igual que aquel lejano 1986 en medio del debate de la OTAN, cuando llenábamos el salón de actos del CSIC bajo el lema: «Nosotros, científicos, no queremos trabajar para la guerra«. Por ello proponemos transferir todos los recursos dedicados a investigación militar hacia investigación civil y adherirnos al compromiso de las trece universidades españolas que hoy incluyen en sus estatutos el compromiso por la paz y la renuncia a la investigación militar.

Queremos y promovemos una ciencia con las mujeres, porque sabemos que los límites a la participación de las mujeres en la ciencia no son límites profesionales, sino límites sociales. Por eso proponemos construir otro saber a partir de las mujeres mismas, otra forma de abordar el trabajo científico.

Intentamos construir esa Tercera Cultura de la que hablaba Paco Fernández Buey, con lo que implica de diálogo necesario, obligatorio, entre las ciencias experimentales, las ciencias sociales y las humanidades como distintas perspectivas de los saberes humanos y el conocimiento universal.

Hemos trabajado mucho y discutimos mucho, y nos peleamos a menudo, como todos los que creen de verdad en lo que hacen. Si hay que hacer balance recurro de nuevo al Coronel Aureliano Buendía. Como él peleamos en 1000 batallas, y las perdimos casi todas. Duro es el fracaso porque no tiene padres; y en la derrota siempre estamos solos. Pero resistir es levantarse, una y otra vez, aunque la razón nos diga que volveremos a fracasar. Cada vez recordamos a Becket: Nada más jamás. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor; porque tal vez esta vez podamos abrir brechas que los que vienen detrás conviertan en caminos.

Por defender estas ideas perdimos tantas batallas. Perdimos por pensar, por analizar las cosas antes de contestar, por no dar nunca las respuestas previstas. Perdimos por opinar y significarnos, por no dejar que nos modelaran, guiaran, limitaran; como diría Marcelino, perdimos por no dejar que nos domesticaran.

Pero alguna vez ganamos. Fue Emilio Criado el que en 1974 propuso por primera vez la conversión de las becas de investigación en contratos laborales. Hemos tardado 40 años en conseguirlo y el éxito sí que tiene muchos padres (y madres, y tíos y sobrinos). Pero nosotros sabemos que durante más de 30 años desde CC.OO. fuimos los únicos en reivindicarlo, en el parlamento, en la calle, en todas y cada una de las negociaciones que hacían a la ciencia. Y eso nos basta: desde 2013 ya no hay becas de investigación en este país.

Y trabajamos en la consolidación de 400 nuevos funcionarios y laborales en 2011, y apoyamos a la mayoría de esos 374 nuevos contratados indefinidos que ejerciendo sus derechos atenúan la terrible sangría de jóvenes investigadores y técnicos que envejecen nuestra casa. Carlos Cuéllar, Julio, Rosa, Maribel, Charo, Ricardo o Manolo no esperan que nadie les agradezca el oído atento a cada trabajador que confiesa sus miedos, que pregunta como acudir a los juzgados; nos basta con saber que lo hemos hecho nosotros. Y estamos enormemente orgullosos de ello.

Hemos trabajado en los laboratorios y en el sindicato y también en los órganos de gobierno. Reflexionamos conociendo la complejidad de las relaciones institucionales, pero con los pies siempre firmes en nuestra realidad. Estamos convencidos de que es necesario –y urgente – construir pensamiento crítico en las escuelas, en la universidad, en los centros de investigación, en la sociedad. Ante el ominoso avance de la derecha y su voluntad de imponer valores, de anular toda oposición, de desertizar el pensamiento, se impone seguir construyendo alternativas. Aunque por ello nunca salgamos en la foto! Como Manolo Sacristán, seguimos intentando escribir en tiza muy blanca sobre la negra pizarra del presente. Renovando el compromiso, la necesidad imperiosa de seguir pensando, escribiendo, construyendo un CSIC diferente. Porque defender hoy al CSIC es defender la ciencia en España, es defender su capacidad para actuar como motor de cambio de un modelo de desarrollo que se base en el conocimiento y en la innovación, con trabajo estable, trabajo digno, trabajo decente. Hicimos, hacemos y seguiremos haciendo historia con la mejor herramienta que conocemos: más democracia.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218411&titular=algunas-ideas-sobre-ciencia-y-organizaci%F3n-

Imagen: http://www.senacit.gob.hn/institucional/sistema-nacional-de-ciencia-tecnologia-y-la-innovacion/

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