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En España: Casi 4.000 personas en la educación ambiental del proyecto Life+Desmania

El objetivo es conocer y conservar el pequeño mamífero desmán ibérico.

El proyecto Life+ Desmania tiene como objetivo dar a conocer y conservar a este pequeño mamífero que se encuentra catalogado dentro de la lista roja del Catálogo Español de Especies Amenazadas y que tiene su hábitat natural en las proximidades de ríos, lagos montañosos y torrentes.

A través de acciones de voluntariado y de talleres de educación ambiental con diferentes colectivos, se está acercando al desmán ibérico (Galemys pyrenaicus) a amplios sectores de la sociedad. El Life+, en el que participan la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Fundación Patrimonio Natural, comenzó en el año 2012 y actúa sobre 769.201 hectáreas de la Red Natura 2000 en 29 LIC, 15 Espacios Naturales, diez Reservas de la Biosfera y un Parque Nacional de seis provincias españolas, cinco de la Comunidad -León, Zamora, Salamanca, Ávila y Palencia-, y Cáceres y cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros.

Desde su puesta en marcha del Life+ Desmania se han realizado un total de 16 acciones de voluntariado y 82 talleres de educación ambiental, en los que han participado 3.845 personas, hasta el mes de septiembre de este año. En cuanto a los participantes, 389 fueron voluntarios y 3.459 personas de diferentes colectivos que participaron en las actividades que se han desarrollado en los Espacios Naturales objeto del proyecto. Todo el desarrollo de este programa está gestionado y organizado por la Fundación Patrimonio Natural, a través de las diferentes Casas del Parque de la Comunidad.

Fuente: http://sorianoticias.com/noticia/2016-10-08-casi-4-000-personas-educacion-ambiental-proyecto-life-desmania-35068

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7 ideas para un compromiso por la educación. 4.Comprehensividad excepcionable

Por: Mariano Fernández Enguita
La comprehensividad de la enseñanza es la extensión del tronco común hasta el culminar la secundaria básica, etapa que típicamente coincide con el final de la escolaridad obligatoria, que suele estar en los 16 años –en la España actual, la ESO. Es el modelo predominante hoy en los países avanzados, desde hace mucho tiempo en Escandinavia, los Estados Unidos o la antigua URSS, no tanto en el sur de Europa, y minoritario en Alemania y su zona de influencia. Sin contar con los que podríamos llamar argumentos igualitarios perezosos (todo para todos), se han dado muchos motivos para las reformas comprehensivas, pero solo destacaré tres: primero, que, en conjunto, producen resultados académicos y competenciales mejores y más equitativos, como han mostrado reiteradamente los análisis de la OCDE sobre pruebas PISA y otros (una muestra); segundo, que un adolescente de menos de dieciséis años difícilmente puede estar en condiciones de elegir; tercero, que la economía del conocimiento y la sociedad del aprendizaje requieren una formación de base cada vez más sólida. Hay que añadir que, en su origen y, de manera reiterada, al inicio de cada reforma comprehensiva, al objetivo de reunir a los estudiantes en un tronco relativamente común ha ido unido siempre el de diversificar el contenido y las formas de aprendizaje, en particular  limitando el predominio de los contenidos puramente académicos y los métodos tradicionalmente escolares.
En España, estas reformas están lejos de ser una historia de éxito. Aunque suele identificarse la reforma comprehensiva con la LOGSE de 1990 (sobre todo para criticar a la izquierda), lo cierto es que comenzó con la LGE de 1970 (quizá la única ley progresiva de la dictadura), que amplió el tronco común de cuatro a ocho años. Ya entonces, no obstante, comenzó el problema del llamado fracaso escolar es decir, de la no graduación masiva al cabo de la enseñanza común. En el curso 1974-75, primero con datos netos de resultados bajo la LGE, solo graduó el 68.0% del alumnado. Este porcentaje cayó casi regularmente  hasta un mínimo del 62.4% en 1979-80, para luego ascender, también de manera casi regular, hasta el 82.5% en 1987-88 (volvería a caer hasta el 76.0 en 1989-90). El desempeño bajo la LOGSE no ha sido peor, sino algo mejor. En lo que va de siglo, el curso 1999-00 arrojó una tasa bruta de graduación del 73.4%, que fue descendiendo paulatinamente hasta el 69.0 en 2006-07 y luego se ha venido recuperando hasta el 76.8% en 2013-14, último dato publicado por las estadísticas del MECD.
Se puede discutir hasta el infinito y vale la pena estudiar más a fondo el papel de las políticas educativas, la innovación docente, el mercado de trabajo juvenil, etc., pero ni estos árboles ni otros deben ocultar aspectos evidentes del bosque: para empezar, que el porcentaje de fracaso es muy elevado, muy difícil de encontrar en nuestro entorno internacional homologable; además, que ni la extensión del tronco común de ocho a diez años, o de la edad obligatoria de los catorce a los dieciséis, ni un notable aumento de los recursos, ni una reforma tras otra han cambiado el orden de magnitud del problema, siempre entre dos y cuatro alumnos perdidos de cada diez; en fin, que bajo una ordenación u otra hemos conocido el mismo ciclo de aumento paulatino (del fracaso), punto de inflexión y descenso paulatino.
El espíritu de las políticas sí cambió, y mucho. La LGE daba por sentado que unos podían seguir estudios académicos y otros no, por lo que debían ser derivados a la formación profesional básica, entonces FP-I, como ahora vuelve a proponer la LOMCE (tras el intento frustrado de la LOCE). La LOGSE, por el contrario (así como después la LOE), dio más bien por sentado que todos podrían terminar con éxito el tronco común (la ESO) pero, paradójicamente, dejó en la cuneta a la misma proporción del alumnado, privándole además de una vía normal de continuidad y fomentando así el mal llamado abandono educativo temprano (que no es abandono, sino sobre todo expulsión; no es educativo, sino escolar; y no es temprano, sino prematuro). Desde la LGE, y más aún desde la LOGSE, vivimos un interminable debate sobre hasta dónde debe llegar el tronco común, o dónde debe dar comienzo la diferenciación. La comprehensividad tiende a ser más apoyada por la izquierda, los maestros y los pedagogos, mientras que la diferenciación suele serlo por la derecha, los profesores de secundaria y las disciplinas clásicas, si bien nada de esto es inevitable.
Lo que no parece haber cambiado antes, entre ni después de las mencionadas leyes es la cultura de la profesión, pues, al fin y al cabo, son los profesores, y solo ellos, quienes evalúan, califican y deciden el futuro escolar y académico de los alumnos. Tal producción masiva de fracasoescolar –que tan bien responde a lo que en Francia llaman la constante macabra– demanda por sí misma un contraste, una intervención externa en la evaluación, pero la recuperación de las antiguasreválidas puede desembocar en una piedra más en el camino del alumno. A la altura de la enseñanza obligatoria, la responsabilidad de la institución no es reforzar la selección (en sí de criterios más que discutibles), sino adoptar las medidas que haga falta para que el grueso del alumnado –es decir, la inmensa mayoría, digamos todos menos algún porcentaje de un solo dígito– la supere con éxito; en particular la flexibilidad suficiente en el tiempo, los recursos y las formas de enseñanza y aprendizaje y fijar unos criterios de evaluación más adecuados y homogéneos.
Siempre habrá, no obstante, alumnos que, por un motivo u otro, no vayan a alcanzar esos resultados o no puedan permanecer en las mismas condiciones de escolarización hasta hacerlo. Cualquier profesor podría invocar una lista casos que, aunque pudiera estar inflada, contendría siempre una buena dosis de realidad. Quizá donde mejor puede verse el papel contraproducente, en el extremo, de una política insensible a toda evidencia de fracaso (fracaso del alumno, si se quiere, por cómo se le empuja a vivirlo, pero sobre todo de una retórica ideológica, una política educativa y una cultura profesional) es en el caso del alumnado gitano. Desde el razonable cierre de las escuelas-puente no ha habido para este alumnado otra política que la del café para todos. Puede ser que eso mantenga impolutas la legitimidad de la institución y la conciencia de la profesión, pero el resultado, según la Fundación Secretariado Gitano, es que solo el 25% del grupo se gradúa en la ESO, algo más de la mitad abandona antes de los 16 años y, de los que lo hacen, seis de cada diez se van entre 6º curso de Primaria y 2º de Secundaria. Cuánto mejor sería que, en vez de escapar de las aulas sin nada de valor, pudieran orientarse antes hacia una preparación profesional seguramente más atractiva para ellos y sin duda más útil para su actividad laboral y su inserción social.
La comprehensividad es y debe seguir siendo el objetivo, pero convertirla en una norma absoluta, ciega a cualesquiera circunstancias y alternativas, es una forma segura de multiplicar las víctimas de una gran ficción. Por eso creo que debe considerarse excepcionable, en el sentido que se da al adjetivo en derecho: algo que, siendo en principio la norma, está abierto a objeción, sujeto a excepciones, es excusable en circunstancias especiales. No se trata de una disyuntiva entre dos opciones, como seguir hoy estudios académicos o profesionales al cabo de la ESO, sino de una norma, la comprehensividad, a la que pueden hacerse excepciones. Estas excepciones podrían consistir, básicamente, en proyectos educativos especiales, formación profesional básica y formación en alternancia.
Si se acepta esto, las preguntas son dos: en qué circunstancias y valoradas por quién. La respuesta a la primera sería: en aquellas circunstancias en las que se prevé, razonablemente, que el resultado de atenerse a la norma (comprehensividad) será peor para el alumno que ser exceptuado de ella (poder acudir, en el periodo obligatorio, a una formación más especializada). La respuesta a la segunda, más importante, es que estas circunstancias deben ser apreciadas por el alumno o por su familia (no entro a discutir a qué edades uno u otra), en ningún caso por profesores, orientadores ni otros educadores (que, incluso como asesores, deberían tener una intervención limitada, o al menos diversificada más allá del aula e incluso del centro). ¿Por qué el alumno, o su familia, y no el profesional? En negativo podríamos decir que ya hemos conocido el efecto de la segunda opción, con su tendencia recurrente a excluir a tres o cuatro de cada diez alumnos. En positivo hay que señalar que el alumno y su familia probablemente sean mejores jueces del alcance de su desajuste con el patrón común, aun cuando no siempre sepan diagnosticar la causa, y que, no se olvide, son los titulares del derecho a la educación, no simples reos de la escolarización obligatoria.

A centros y educadores les tocaría otro papel, bien distinto de limitarse a señalar quién puede seguir estudiando o no, o quién puede estudiar qué. En primer lugar, trabajar por el éxito de todos no solo en general sino, en particular, atendiendo a los alumnos con dificultades o con necesidades especiales con actividades de refuerzo y apoyo encaminadas a mantenerlos en el modelo comprehensivo. En segundo lugar, desarrollar, junto a las opciones normalizadas como la formación profesional básica, en alternancia o en combinación con el trabajo real, iniciativas y proyectos especializados, pero a la vez de valor propedéutico, que no solo podrían tener una orientación profesionalizante sino también artística, deportiva, comunitaria o incluso de ampliación y profundización académica. No me refiero a pequeñas iniciativas que recarguen a los profesores en cada centro, sino a proyectos en centros específicos que puedan interesar y captar a alumnos de zonas más amplias (como las escuelas-imán, o magnet schools, por ejemplo).

Publicado en El Diario de la Educación
Fuente: http://blog.enguita.info/2016/09/7-ideas-para-un-compromiso-por-la.html
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España: Las Marchas de la Dignidad se movilizan este otoño en cada territorio y en primavera en Madrid

España/08 de Octubre de 2016/El Diario

Distintas acciones por todo el país el 15 de octubre y el 3 de diciembre sumarán su lema de ‘Pan, trabajo y techo’ a protestas contra la represión social y los tratados de libre comercio con EEUU y Canadá.

“La situación de la gente en este país es objetivamente peor y esa realidad no la está atendiendo nadie”, dicen los organizadores que sostienen la necesidad de seguir en la lucha social.

Sin fecha concreta aún, el calendario de acciones aprobado incluye una movilización centralizada en Madrid para la próxima primavera

Las Marchas de la Dignidad ya tienen un nuevo calendario de acciones para el nuevo curso y comenzará en este mes de octubre. Así lo ha aprobado la coordinadora estatal del colectivo en su última reunión, que ha fijado dos grandesmovilizaciones descentralizadas en cada territorio para el 15 de octubre y el 3 de diciembre, además de sumarse a convocatorias de otras organizaciones y prever una nueva concentración central en Madrid ya para la próxima primavera de 2017.

“La situación de la gente en este país es objetivamente peor y esa realidad no la está atendiendo nadie”, explican fuentes de la organización estatal y andaluza de las marchas a eldiario.es/andalucia como principal argumento para “seguir en la lucha” y mantener sus acciones de reivindicación pase lo que pase en el panorama político del país. “La posición de las marchas va en paralelo: da igual quien esté en el gobierno, hay que movilizarse y protestar contra la situación que vive la gente”, argumentan quienes creen que su lema inicial de ‘Pan, trabajo y techo’ “sigue plenamente vigente”.

Así, el calendario de acciones previsto por las Marchas de la Dignidad tiene su primera fecha en rojo el próximo sábado 15 de octubre, jornada en la que en cada territorio a nivel regional y provincial se llevarán a cabo movilizaciones contra el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y EEUU (TTIP) y su homólogo con Canadá (CETA). Para ello, según las fuentes consultadas, la protesta se coordinará en cada lugar con la Plataforma contra el TTIP que viene trabajando sobre este asunto desde que se tienen conocimiento de las negociaciones sobre el tratado entre ambas partes del Atlántico.

Ya en el mes de diciembre, el sábado día 3, la protesta organizada también de manera descentralizada en cada región o provincia se centrará en la lucha contra la represión social, a lo que se sumarán “reivindicaciones vinculadas al territorio”.

Contra los recortes en sanidad y educación

Los recortes en sanidad o educación son algunas de las protestas que también se expondrán en esa jornada de movilización en territorios como Andalucía, según explican las fuentes consultadas. Esa vinculación a “las luchas locales”, explican los organizadores se acentúa ahora cuando los distintos comités provinciales y locales de las Marchas de la Dignidad “se han ido fortaleciendo y creciendo en cada territorio. Ahora, son los propios trabajadores, la gente, la que viene a nosotros a exponer sus protestas y que las hagamos nuestra”, explican.

En ese sentido, en Andalucía, tras la última reunión de la coordinadora andaluza de las Marchas de la Dignidad, el colectivo ha aprobado sumarse a la huelga de profesores y alumnos prevista en centros educativos para el próximo 26 de octubre. Y, de igual manera, la coordinadora y los territorios de las ocho provincias andaluzas estudian actualmente la posibilidad de llevar a cabo en Sevilla una concentración a nivel de toda la comunidad autónoma a finales del mes de noviembre.

También en el mes de noviembre y como ya hicieran en ediciones anteriores, las Marchas de la Dignidad tienen previsto sumarse a las manifestaciones que en todo el país se producirán en torno al 25 de noviembre, Día contra la Violencia a las Mujeres.  

Fuente: http://www.eldiario.es/andalucia/Marchas-Dignidad-territorio-primavera-Madrid_0_564493853.html

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España: El Congreso respalda retirar las reválidas educativas

Europa/España/8 Octubre 2016/Autora: Pilar Álvarez/Fuente: El país

El pleno del Congreso ha aprobado por 175 votos a favor, 133 en contra y 34 abstenciones retirar el decreto que regula las reválidas educativas, aproboo el pasado julio.   La propuesta era una de las iniciativas registradas este martes una iniciativa por la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), en la que pide la derogación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y del real decreto que regula las reválidas de ESO (14 y 15 años) y de Bachillerato (17 y 18).

Francesc Homs, portavoz en el Congreso de la formación catalana, registró en septiembre la proposición no de ley en la Cámara Baja, declarando ante los medios la necesidad de «cargarse la LOMCE de una puñetera vez», según declaraciones recogidas por Europa Press. «Si en el primer Pleno que tenemos ordinario en esta casa no somos capaces de dar un mensaje contundente a la sociedad sobre la LOMCE, los responsables seremos los demás de que las políticas del PP persistan», declaró.

«Presentamos esta iniciativa desde Cataluña para defender las competencias de las autonomías», añade Miriam Nogueras, diputada y secretaria segunda de la Comisión de Educación de la formación, ahora rebautizada como Partit Demòcrata Català (PDC). «Rechazamos que esos exámenes, con efecto punitivo, sean los que determinen qué alumnos tienen el título», añade la diputada. «La LOMCE no es para mejorar la calidad de la educación, lo que se mejora con estas pruebas es la recentralización política».

Los diputados de Ciudadanos se han abstenido tras presentar una modificación que no ha sido aceptada. El partido de Albert Rivera, como ya había defendido previamente, no comparte la paralización de la LOMCE. Pero sí está de acuerdo con que quede en suspenso «de forma inmediata» el decreto que regula las reválidas finales de ESO y Bachillerato, según el texto alternativo que habían presentado.

Ciudadanos también se abstuvo hace seis meses en una propuesta similar. En abril de 2016, se votó una iniciativa similar que pedía paralizar esta normativa, que salió adelante en 2013 solo con los votos del PP. La propuesta de ley,presentada por el PSOE, fue aprobada con 186 votos a favor, 102 contrarios y 41 abstenciones (los 40 de los diputados de Ciudadanos más un voto de un parlamentario del PP, que lo ha emitido por error según su formación). La situación política hizo imposible reglamentariamente que pudiera culminar su aprobación en las dos cámaras antes del 2 de mayo y tampoco se pudo paralizar por la falta de Gobierno. El PP incluyó además el calendario de aplicación dentro de la normativa, otro aspecto que complica su freno.

Esta nueva iniciativa puede volver a quedar en nada. Las proposiciones no de ley son instrumentos para instar al Gobierno a tomar medidas, pero es el Ejecutivo quien decide finalmente si lo toma en consideración o no.

En ese sentido, el ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, hizo unas manifestaciones el lunes en Cáceres en la inauguración del curso universitario para respaldar la última medida de la LOMCE, que entra en vigor este curso: las reválidas. En su discurso, Méndez de Vigo aseguró que la prueba -aprobada por Real Decreto el pasado 30 de julio- «es conforme a los requisitos legales y adecuada a las necesidades de los alumnos y sus familias». Sus declaraciones públicas no han sido tan contundentes en el caso de la prueba de final de la ESO.  Su partido incluyó la revisión de esta prueba entre las medidas de acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria para intentar formar gobierno en la última votación fallida de Mariano Rajoy.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2016/10/04/actualidad/1475580059_843748.html

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16 países europeos pagan más al profesor por el rendimiento del alumno

Europa/España/8 Octubre 2016/Autora: Pilar Álvarez/Fuente: El país

Los docentes españoles, entre los que más tardan de la UE en alcanzar su sueldo tope

“Los buenos profesores no pueden cobrar lo mismo que los malos”. Esta frase del catedrático de instituto y pedagogo José Antonio Marina, autor del Libro Blanco de la Función Docente encargado en 2015 por el Ministerio de Educación, levantó una gran polvareda. Es un planteamiento al que se oponen los sindicatos docentes en España, que piden que se evalúe el sistema y no solo a los profesores. Con distintas fórmulas, es un modelo que se ha abierto camino en otros 16 países de Europa, según un informe de la Comisión Europea sobre el salario de los docentes. El trabajo de la Comisión deja también al descubierto el anquilosamiento de la carrera profesional de los profesores españoles que ya han señalado otros informes internacionales. Están entre los que más tiempo tardan en llegar a su tope salarial: 39 años de carrera de media.

En 16 sistemas educativos europeos, los maestros “pueden ser recompensados por la calidad o el valor de su trabajo” con pagos adicionales tras una evaluación de su desempeño o en función de los resultados de los exámenes de sus alumnos, según recoge el informe que analiza los sueldos y ayudas de los profesores y directores de Europa, publicado este miércoles por la Comisión Europea coincidiendo con el Día Mundial de los Docentes.

Entre los ejemplos que cita, están los casos de Inglaterra y Gales, donde este factor no supone una asignación extra pero sí es un requisito para que los maestros progresen. Ese es también el caso de Francia, donde el aumento del salario se basa en una evaluación de su desempeño que hacen inspectores externos. La progresión de los profesores está vinculada “estrechamente” a la calificación que pongan esos inspectores: cuanto mayor sea la puntuación, más rápido ascenderá.

En Finlandia, Dinamarca o Suecia, las compensaciones se deciden a nivel local (en España los sueldos se fijan desde las 17 comunidades autónomas y el Gobierno central). Austria, por su parte, premia el “rendimiento excepcional” o la participación del profesor en “proyectos exitosos”.

La Comisión Europea señala en su informe que la remuneración «es una de las claves para convertir la enseñanza en una profesión atractiva». Según su informe, el sueldo de los profesores españoles a tiempo completo en la enseñanza pública oscila entre los 28.431 euros iniciales de los recién incorporados en Educación Infantil al salario máximo de los catedráticos de instituto (47.410 euros). El sueldo al que hace referencia este informe no contempla subsidios ni beneficios financieros ni los impuestos y contribuciones a la Seguridad Social, que varía en los países europeos, según aclaran los autores del trabajo.

Para obtener el sueldo máximo el docente español tarda una media de 39 años. Es la quinta más alta de todos los países analizados, solo por detrás de los 42 años que necesita un profesor húngaro para llegar al tope, o los 40 que se requieren en Serbia, Rumanía o Macedonia.

La progresión queda lejos de la media de países como Dinamarca (12 años); Holanda (15 en Primaria y 12 en Secundaria) o los 20 de Finlandia. Le siguen de cerca países del entorno como Portugal (34); Italia (35) o Grecia (36). En el caso de Francia se tarda una media de 29 años.

El último informe educativo de la OCDE, Panorama de la Educación 2016, analizaba también la carrera profesional de los docentes, aunque situaba la media española en 35 años para llegar al tope salarial en lugar de los 39 que recoge la Comisión, que trabaja con datos más recientes del curso 2015-2016.

Los profesores españoles de los centros públicos, según el documento que la OCDE publicó el 15 de septiembre, son a los que más les ha bajado el sueldo durante la crisis (2010-2014) junto con Grecia y Portugal. Están entre los que más cobran cuando empiezan a trabajar pero su sueldo se estanca conforme avanzan en su carrera y termina por debajo de la media cuando se jubilan.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2016/10/05/actualidad/1475664984_888704.html

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La universidad española, una institución franquista

Por: Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Este injusto sistema será erradicado, como la lacra que es, de las futuras universidades Canarias, una vez consigamos librarnos del yugo del colonialismo y procedamos con la descolonización e independencia de nuestra patria.

Lamentablemente las universidades españolas siguen siendo instrumentos del régimen franquista, heredado por la monarquía  borbónica que, mediante prebendas, mantiene cautivas las citadas instituciones para que contribuyan a apuntalar el caduco  régimen monárquico y colonial español.

Prebenda número uno:  el salario del profesorado al servicio de la franquista institución es de los mejores remunerados dentro del funcionariado, aunque no produzcan absolutamente nada como, desgraciadamente, es el caso en la mayoría de las ocasiones, limitándose a impartir sus clases más o menos magistrales. Además, los jugosos presupuestos de las universidades, financiadas fundamentalmente con los impuestos detraídos a la clase trabajadora, cuyos hijos siguen mayoritariamente sin acceder a los estudios universitarios, incluyen suculentas partidas destinadas a viajes del profesorado que, en el mejor de los casos, justifican con su asistencia a un congreso en los más recónditos lugares del planeta y cuyas ponencias, si las hubiera o hubiese, en contadísimas ocasiones finalizan en publicación alguna reconocida por los estándares internacionales para valorar el factor de impacto de las mismas.

Como ejemplo basta echar un vistazo al  shangairanking, en el cual, figurando en primer lugar la universidad de Harvard con una puntuación de 100, la primera universidad española que aparece es la de Barcelona, en el puesto 175, muy alejada de la universidad de Utah en el puesto número 100 y con una puntuación de 25.4. Las universidades franquistas españolas en Canarias (La Laguna y Las Palmas), ni siquiera se asoman al listado de las 500 primeras universidades, lo que dio lugar a que el actual rector de La Laguna,  Antonio Martinón (el mismo que reprimiera violentamente manifestaciones estudiantiles cuando era delegado del gobierno en la colonia) hiciera públicas declaraciones, sin ponerse colorado ni nada, en las que abogaba porque esa institución avanzará cien puesto en el shangairanking, a sabiendas de que ese avance se conseguía aumentando su índice aproximadamente un O.1 por ciento ¡pues ni por esas!

El mismo rector ha lamentado recientemente la disminución del número de estudiantes universitarios, después de haberlos apaleado hasta la extenuación, que masivamente han optado por dar la espalda a la represiva institución.

Prebendas número dos: mientras los hijos de los trabajadores siguen viendo vetadas sus aspiraciones universitarias, los hijos de los profesores siguen disfrutando de enseñanza gratuita al reconocerles la administración “el derecho” a matrícula gratuita, que el final se traduce en que serán los que ocuparán los puestos universitarios, aunque aún se desconoce el motivo (asunto científico de primera magnitud) por el cual los retoños del personal se transforman en auténticos genios nada más pisar la franquista institución, génesis de la crónica endogamia de la universidad española.

Prebenda número tres: prebendas varias. Dijimos anteriormente que el régimen monárquico y colonial agasaja a sus acólitos para, manteniéndolos cautivos, utilizarlos a sí servicio, ese es el motivo por el que las universidades franquistas mantienen, entre otros servicios, las asesorías jurídicas, cuya función es asesorar a los órganos de gobierno de las universidades, asesoramiento del que, en consecuencia, quedan excluidos los estudiantes universitarios, lo que no ocurriría si se tratase  de un sistema democrático.

Los damnificados. Los auténticos damnificados de estas represivas instituciones son los alumnos y alumnas, que siguen sufriendo los desmanes de un sistema que tiene la sartén por el mango y también la propia sartén: las clases se siguen impartiendo como siempre, sin que la metodología haya variado ni un ápice, profesores y profesores con sus amarillos apuntes, ahora pasados a incomprensibles power points, evaluados a base de los clásicos exámenes, como siempre, con el agravante de que los mismos se han extendido inclusive a las prácticas en las asignaturas experimentales.

Los damnificados y desesperados estudiantes, impotentes para rebelarse debido a  la alienación producida por el obsoleto sistema, se encuentran totalmente desamparados, incluso para revisar ese tristísimo instrumento de evaluación que utiliza el profesorado, el examen, que incluso se niegan a revisar y si alguno osa reclamar no le facilitan ni una simple fotocopia del mismo que ayude a argumentar su reclamación, en cuyo caso sugerimos recurrir a la sentencia número 918/2002 del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (Recurso contencioso-administrativo número 1405/1998), que por primera vez dio la razón a una alumna que solicitaba fotocopia de su examen para argumentar su reclamación sentencia ejemplar en la que el Tribunal anuló la denegación que había hecho el rector de la universidad del Barcelona. Sugerimos asimismo bregar duramente hasta erradicar este sofocante sistema.

Los maltratados estudiantes recurrieron masivamente a ficticios salvadores, como fue el caso de Podemos en la elecciones del 20 de diciembre de 2015, organización a la que también han optado por dar la espalda ante la constatación de que los podemitas eran una parte integrante de la misma casta que tratan de combatir

Este injusto sistema será erradicado, como la lacra que es, de las futuras universidades Canarias, una vez consigamos librarnos del yugo del colonialismo y procedamos con la descolonización e independencia  de nuestra patria.

Fuente: http://kaosenlared.net/la-universidad-espanola-una-institucion-franquista/

 

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Urgencias, incertidumbres e incongruencias en la educación

Por: Vicente Díaz 

Iniciamos un nuevo curso escolar en un sistema educativo atribulado por la presencia de viejas y nuevas urgencias, así como por la aparición de nuevas incertidumbres y preocupantes incongruencias.

Sabemos que la educación es un bien público que nos concierne a todos, que nuestro futuro depende en buena medida de su calidad y que, precisamente por eso, no puede administrarse desde planteamientos políticos e ideológicos particulares, sino que debiera ser la sociedad en su conjunto, en su multiplicidad de tendencias ideológicas y culturales, quien se ocupara de él, evitando su modelación cíclica en función de los vaivenes electorales. Así pues, sabemos de la urgencia de alcanzar el pacto inteligente que precisa nuestro sistema educativo, a fin de abordar, cuanto antes, la mejora de algunos indicadores educativos esenciales en la sociedad del aprendizaje: la mejora del abandono educativo prematuro de nuestros jóvenes, elevar la tasa de graduación en secundaria postobligatoria de nuestra población activa…. Una urgencia tan encallada como la conformación del nuevo Gobierno.

Sabemos desde diciembre de 2013 que, “para obtener el título de graduado en la ESO será necesaria la superación de la evaluación final” (reválida). Sabemos también que “la evaluación final de ESO correspondiente a la convocatoria que se realice en el año 2017 no tendrá efectos académicos”, por tanto, no condicionará la titulación en la ESO. Sabemos que dicha exigencia es una excepción en los sistemas educativos europeos. Y sabemos también que el título de la ESO obtenido en el presente curso, tanto por la opción de Enseñanzas Académicas como por la de Enseñanzas Aplicadas, resultará válido para proseguir estudios en la Secundaria Postobligatoria en cualquiera de sus modalidades. Pues bien, si todo ello es así y la prueba final de la ESO de 2017 ni tiene ni validez académica, ni está previsto que sirva de pilotaje para convocatorias posteriores, al tiempo que tendrá un coste significativo (deberán ser profesores externos a cada centro quienes las corrijan), ¿para qué hacerla? Resulta incongruente, inconsistente e innecesaria. Así es que estará plenamente justificada la objeción de la misma, en tanto en cuanto se puede abordar la sustitución de la LOMCE por el nuevo marco normativo que precisa la educación española.

También sabemos desde diciembre de 2013 que, “para obtener el título de Bachiller será necesaria la superación de la evaluación final” (reválida). Igualmente sabemos que “la evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad, pero su superación no será necesaria para obtener el título de Bachiller”. Del mismo modo, sabemos que “el titular del Ministerio de Educación establecerá, antes del 30 de noviembre de 2016, las características, el diseño y los contenidos de la prueba final de Bachillerato”, cuya realización material corresponderá a las Administraciones educativas autonómicas. Asimismo, sabemos que esa prueba final de Bachillerato se referirá a cinco materias troncales generales (una de ellas vinculada a una modalidad de Bachillerato), dos materias troncales de opción elegidas por el alumno (según la modalidad de Bachillerato cursada), una materia específica también a elección del alumno y Lengua Valenciana y Literatura.

Es urgente clarificar los procedimientos generales de admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado

Pero nuestros estudiantes de 2º de Bachillerato, y sus profesores, han comenzado el curso desconociendo dichas características, así como la vinculación (y ponderación) de las modalidades de Bachillerato y de las diversas materias cursadas por aquellos con los diferentes Grados universitarios. Una evidencia de la incertidumbre en la que se halla sumido nuestro sistema educativo y de la irresponsabilidad de quienes la han generado. Una incertidumbre que ha de sumarse a la que afecta a los Técnicos Superiores de FP, de Artes Plásticas y Diseño y Enseñanzas Deportivas, desconocedores igualmente del procedimiento de admisión que hayan de superar para acceder a los estudios universitarios para el curso 2017-2018.

Tamaña incertidumbre exige la máxima urgencia en la clarificación de los procedimientos generales de admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado que pudieran establecer las Universidades. Así pues, resulta imprescindible y de extraordinaria urgencia: a) hacer visible cuanto antes (por supuesto antes de Navidad) las características concretas de las pruebas de cada una de las materias; b) definir la adscripción de las materias troncales de cada modalidad de Bachillerato, y en su caso de las materias específicas que corresponda, a las ramas de conocimiento en las que figuran ordenadas las enseñanzas universitarias oficiales de Grado (por cierto, una adscripción que debiera ser válida para todas las universidades públicas españolas, como ocurría con la PAU del 2008), y c) determinar la ponderación de las materias de Bachillerato para el procedimiento de admisión a la Universidad para el curso 2017-2018.

Estas dos últimas urgencias debieran clarificarse, incluso, para antes del 31 de octubre del presente año, al tiempo que se extiende dicha clarificación a los procedimientos de admisión de los citados titulados en FP, Artes Plásticas y Diseño y Enseñanzas Deportivas.

Una hoja de ruta y un calendario que no olvida la derogación de la LOMCE y su sustitución por una nueva ley de educación, aprobada a partir del pacto inteligente y responsable que la educación española necesita. Pero, mientras tanto, deberíamos entre todos (no es suficiente acuerdos parciales entre unas cuantas Universidades y/o comunidades autónomas  mirando hacia la anterior PAU) hacer frente a las incertidumbres, incongruencias y urgencias que he señalado. Para ello, nos vendría bien recordar aquellas palabras que Antonio Machado (y su Juan de Mairena): “Es más difícil estar a la altura de las circunstancias que au dessus de la mêlée”. Y las circunstancias de nuestros estudiantes de Bachillerato nos lo exigen.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/19/opinion/1474287590_561146.html

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