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España: Amara Berri: la escuela cuyo cuarto idioma oficial es el lenguaje de signos

España/10 de Octubre de 2016/El Huffington Post

Hace no muchos años un niño con voz de pito solía repetir esta retahíla de ríos y pueblos de España delante del profesor. Pero estos tiempos han pasado. En la actualidad, cada vez más escuelas tratan de salirse del método tradicional de enseñanza y algunas ya lo están logrando.

La escuela Amara Berri de Donostia emplea desde los años 80 una metodología educativa basada en el desarrollo armónico, que engloba el factor social, emocional y cognitivo. «Queremos que los alumnos hagan lo que les interese y les motive, que aprendan jugando», cuenta su director, Carlos Garaialde, a El Huffington Post.

Esto ha llevado a este centro a convertir la lengua de signos en su cuarto idioma. «La diferencia tiene que ser algo que enriquezca», afirma Garaialde. De ahí que, desde hace más de 30 años, apuesten por no excluir a los niños que tienen que recibir una educación especial. «Es importante que trabajen todos juntos porque luego en la vida real van a tener que convivir. En lugar de marginar a los niños que no oyen, lo que hacemos es que el resto de alumnos aprendan el lenguaje de signos y puedan comunicarse», dice su director.

Los alumnos que necesitan una educación especial estudian con el resto de compañeros, ya que necesitan que sean ellos quienes le enseñen a jugar al fútbol, a coger el autobús o a saber relacionarse: «Si los tratas de una forma especial, aislándoles, no les enseñan a desenvolverse en la vida real».

Amara Berri tampoco tiene pupitres y trabaja por temáticas en vez de por asignaturas. “Si los alumnos están estudiando sobre la antigua Roma es bueno que el resto de niños puedan escuchar lo que sus compañeros aportan”, afirma Garaialde.

RED DE ESCUELAS

El colegio público Amara Berri pertenece a la red de escuelasAshoka, una asociación sin ánimo de lucro que pone en contacto a escuelas que educan de forma diferente y cuyo objetivo es sumar cada vez más centros. «Somos una red de emprendedores global que busca construir una sociedad de ciudadanos que sean changemakers, es decir, actores de cambio, escuelas que quieren cambiar la forma de educar», afirma Maira Cabrini, directora de comunicación de la organización.

Para Cabrini y la organización, «es importante que cada niño, niña o adolescente aprenda a desarrollar habilidades que antes no se consideraban prioritarias, como el liderazgo compartido, la empatía, el trabajo en equipo, la creatividad o la resolución de conflictos».

Con este tipo de educación se busca que los niños «aprendan bien», señala Cabrini. «La tecnología va tan rápido que no tiene sentido educar a los niños en esa tecnología; sino en cómo gestionar ese cambio. Puedes enseñar a un chico a hacercoding pero cuando tenga 20 años usará otra tecnología distinta». Esto los mueve a «enseñar a los niños la capacidad de aprender bien y en equipo, de liderar de forma colaborativa este mundo tan cambiante».

Con este tipo de educación se busca que los niños aprendan bien. La tecnología va tan rápido que no tiene sentido educar a los niños en la tecnología sino en cómo gestionar ese cambio.

SE BUSCAN NUEVOS CENTROS

Las escuelas tienen el proyecto en marcha y Ashoka las localiza, las pone en red y les da visibilidad con el objetivo de que otras escuelas se sumen al cambio. Por ahora hay siete, cuatro públicas y tres concertadas.

En ningún caso es necesario que los miembros de la red sigan modelos parecidos, porque no tienen las mismas necesidades una escuela rural que una urbana. En una escuela urbana se desarrollan acciones de aprendizaje de servicio para involucrar a la comunidad más allá de las cuatro paredes del colegio. Por ejemplo, en la escuela Sadako de Barcelona se realizan proyectos de servicio para que los alumnos lancen sus propias iniciativas de emprendimiento social, dentro y fuera del centro. «El niño no tiene que aprender a ser ingeniero, tiene que aprender a ser buena persona», afirma Cabrini.

Las escuelas rurales son un método de subsistencia para el propio pueblo. Así, en la escuela de Alpartín, en Aragón, el Ayuntamiento está involucrado en este tipo de enseñanza ya que gracias a ella los habitantes no se van a estudiar a la ciudad.

Cada una tiene su particularidad y cumple un objetivo distinto, pero los expertos de Ashoka han comprobado que todas estas escuelas changemaker tienen una cosa en común. «Los alumnos se expresan mejor, escriben mejor y tienen más confianza en sí mismos» y eso les otorgará ventajas al llegar a secundaria, sentencia Cabrini.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2016/10/04/escuelas-diferentes_n_12155486.html

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España Méndez de Vigo: La apuesta por el emprendimiento debe apoyarse en un buen sistema educativo

Europa/España/Octubre de 2016/Fuente: MECD

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha clausurado hoy la quinta edición del Spain Startup South Summit que se ha celebrado estos días en Madrid afirmando que “la apuesta por el emprendimiento debe apoyarse decisivamente en un buen sistema educativo. Estoy plenamente comprometido en la búsqueda de un gran Pacto Nacional para la Educación que eleve sustancialmente el nivel educativo del país y permita más y mejores empleos”.

“España tendrá más y mejores empresarios si somos capaces de educar mejor, si somos capaces de formar ciudadanos educados en el pensamiento crítico, libres y responsables” ha señalado el Ministro.

El titular de la cartera de Educación, Cultura y Deporte ha defendido el emprendimiento como “una excelente oportunidad para nuestros jóvenes” y ha apostado por iniciativas como el South Summit, que “ponen en contacto a los emprendedores y generadores de ideas innovadoras con los inversores que puedan financiarlas”.

Méndez de Vigo ha animado a emprendedores e inversores a que “concreten en nuestro país sus proyectos empresariales. España es un país confiable, vibrante, dinámico, abierto y competitivo” y ha indicado los datos de crecimiento económico que registra en estos últimos años tras una importante crisis económica.

El ministro se ha mostrado muy satisfecho al poder comprobar personalmente el éxito del encuentro “en el que durante los tres días han participado más de 12.500 personas, con más de 6.500 emprendedores, y más de 100 nacionalidades presentes”.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/10/20161007-ministro.html

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España: ¿Quién quiere ser directora? Solo son el 45%

Europa / España / 09 de octubre de 2016 / Por: Saray Marqués

“La escuela no es un ente abstracto. Forma parte de la sociedad y, como a ella, aún le queda mucho camino para que la igualdad de derechos de hombres y mujeres sea verdad. Un amigo me decía que no podía ser igual pensar subida a ocho centímetros de tacón de aguja que firme sobre un 44 ancho especial…”, bromea la directora Lola Urbano.

Quizá sin percatarse, el último informe de la OCDE, Education at a glance 2016, pone el foco en mujeres que, como ella, han llegado a ser líderes en sus centros escolares: ¿Por qué ellas sí? ¿Por qué tantas otras no? ¿Son necesarias políticas al estilo de las puestas en marcha por algunos países de la UE, como Holanda e Irlanda, para formar a mujeres para ejercer cargos de responsabilidad?

De hecho, lo único que este análisis, de 510 páginas, califica de “sorprendente” –en numerosas ocasiones, por el contrario, al hablar de tendencias en educación repite la coletilla: “No es sorprendente…”– es el hecho de que el liderazgo escolar no sea un reflejo de la proporción entre hombres y mujeres: “Mientras que el porcentaje de maestros es relativamente pequeño en muchos países, están sobrerrepresentados entre los directores. Esto sugiere que los maestros tienden a ser promocionados a estos puestos más a menudo que las maestras”.

España, donde las mujeres son mayoría entre los docentes en Primaria y Secundaria pero solo ocupan el 45% de los puestos de dirección, no es diferente. Como en el resto de países que que participaron en TALIS 2014 (del que bebe este reciente análisis de la OCDE) las mujeres están más en las aulas y menos en los despachos, y su presencia en las primeras es inversamente proporcional al nivel educativo: suponen un 93% de la plantilla en Infantil, un 76% en Primaria, un 59% en el primer ciclo de Secundaria y un 54% en el segundo. Tan solo Rusia, Bulgaria, Letonia y Brasil constituyen una excepción, con más de un 70% de directoras de instituto.

Aunque desde la OCDE se percibe una lenta tendencia hacia un incremento del liderazgo femenino –de un 47% de mujeres en puestos de dirección en 2008, de media, se pasó a un 50% en 2013– ¿qué se interpone en el camino de una maestra o profesora hacia el cargo?

Motivos para el no

Retomando el discurso de Lola Urbano, Capitolina Díaz, profesora de Sociología de la Universitat de València, considera que la escasez de mujeres en la cima no es una exclusiva del mundo educativo: “Hay pocas directoras de institutos del mismo modo que hay pocas directoras de periódicos, y uno de los factores que influyen es la educación, el proceso de socialización infantil: a los niños se les educa para ser ambiciosos (The sky is the limit), mientras que las niñas se construyen sin grandes aspiraciones y no encuentran referentes de mujeres que ocupen puestos de alto nivel”. Esto, junto con la falta de corresponsabilidad masculina en las tareas de cuidados, que apenas le dejan tiempo a las mujeres para otra ocupación más –“Y una responsabilidad lo es”–, late, para la experta, detrás del ramplón 45% de directoras. A esto se añaden, por último, los micromachismos: las reuniones a horas imposibles, los juicios por cuestiones que pasan inadvertidas en los hombres (el modo de arreglarse, el grado de simpatía o agresividad…).

En este sentido, el coordinador del primer curso de directores de la Lomce (con 150 seleccionados, 77 mujeres y 73 hombres), el profesor de la Universidad de Deusto Manuel Álvarez, relata su experiencia al dejar la dirección de un colegio grande, cuando “no había o yo no valoraba ningún candidato masculino y sí cuatro o cinco mujeres con claras capacidades de liderazgo”. Al proponerle el puesto, estas fueron algunas de las razones: “Tengo tres hijos, dos de ellos adolescentes”, “No me interesa este tipo de poder” (dicho por una persona con gran influencia en el claustro de tipo horizontal, según Álvarez) o “Demasiado tiempo de dedicación”.

¿Habría dado estas mismas respuestas un hombre? Según el estudio Mujeres en cargos de representación del sistema educativo, elaborado en 2012 por el Centro Nacional de Investigación e Innovación Educativa (CNIIE), dependiente del Ministerio de Educación, y el Instituto de la Mujer, ni los directores ni las directoras ven el género como algo determinante en el ejercicio de su puesto. Es la variable más irrelevante –la cita el 14,3% de las mujeres y el 6,7% de los hombres–, muy por detrás de otras como la estabilidad del profesorado, las relaciones entre docentes o el tamaño del centro.

Y, sin embargo, su respuesta se contradice con otros datos que arroja el estudio, desarrollado en centros de Infantil y Primaria de la Comunidad de Madrid durante mayo de 2010. Como señalan dos de sus autoras, Teresa Rabazas e Inmaculada Egido, de la Universidad Complutense de Madrid. Las mujeres no son solo más en los centros de Primaria que en los de Secundaria, sino que también tienen mayor representación en aquellos de menor tamaño. Su forma de llegar al puesto suele ser circunstancial, al quedar el puesto vacante por jubilación, traslado… y no obedecer tanto a un proyecto personal. Su mayor inseguridad respecto a sus compañeros varones se percibe en que, pese a tener mayor nivel de formación (5,5% de las encuestadas contaba entonces con un máster, mientras que ningún varón poseía dicha titulación) no lo consideran así, o en que no “se ven” en el ejercicio de la dirección, por lo que necesitaban más estímulo y apoyo de sus compañeros que los líderes masculinos. Del mismo modo, su experiencia docente era mayor cuando accedían al cargo que la de sus homólogos masculinos.

Detrás de esta última circunstancia puede estar, también, la “barrera externa de la conciliación”, como apuntan las autoras, pues la mayor parte de las directoras madres se lo plantearon cuando sus hijos fueron ya mayores. En la misma línea destacan el mayor porcentaje de mujeres solteras, divorciadas o viudas (más del 25%, frente al 13,6% de directoras), o el hecho de que un 67% reconociera necesitar ayuda externa en las labores domésticas, frente al 38,6% de los hombres.

Adiós a las aulas

Responsabilidades familiares aparte, otro de los puntos en contra, que lo es para las mujeres y no tanto para los hombres, es el distanciamiento de la función docente, que citaron casi la mitad de ellas, por un 35,6% de sus compañeros. Para ellas, la docencia se relaciona con su vocación, pero no tienen la misma idea de la dirección. Sin embargo, no creen que esto se traslade a los directores, pues entienden que, para ellos, apartarse de las aulas quizá no tenga ese carácter negativo e incluso puede actuar como estímulo para presentarse al puesto.

Sea como sea, en uno de los ítems en que más diferencias se aprecian entre unos y otras es en su lista de sinsabores asociados al cargo, en la que los hombres puntuaron mucho más los enfrentamientos con los docentes y padres y las mujeres, la pérdida de independencia profesional.

Quizá de lo anterior se deduzca un concepto distinto de lo que implica el puesto en el imaginario masculino y femenino. Nuevamente, aunque en la mayor parte de las directoras respondieron que “no existe ninguna diferencia en el estilo de dirección en función del género”, esto contrastó con otras evidencias, también puestas de manifiesto por TALIS, como el hecho de que ellas mostraron una tendencia a un liderazgo colegiado y no unipersonal en mayor medida que ellos, y más orientado a la gestión pedagógica y no a la administrativa. Solo un 6,7% de las mujeres se encuadraron a sí mismas en este perfil, frente al 20% de los varones. Además, en el caso de las primeras, fue la falta de preparación para organizar y gestionar económicamente el centro una de las más repetidas entre las dificultades del puesto (31,9% de las respuestas, frente al 13,3% en el caso de los hombres).

Más allá de la dirección

Para Montserrat Grañeras, coordinadora del estudio, incluido en la colección Mujeres en la educación, el de las directoras no es un caso único. Tanto en el análisis que se realizó a comienzos de la década como en el posterior, publicado en 2012 (cuando la serie se vio interrumpida), se descubrió que las mujeres figuraban en menor medida de lo que les correspondería en los cargos de representación. Con ligeras mejoras en los 10 años que separaron ambos estudios, lo cierto es que “pudimos comprobar que eran menos no solo en los despachos de dirección, también en la inspección, los consejos escolares, entre los representantes de padres y madres, en los sindicatos… En cualquier puesto con una dimensión pública, más figurativo, siempre nos encontramos con lo mismo: una sobrerrepresentación de hombres en un mundo de mujeres”.

Y, sin embargo, para Manuel Álvarez, no están suficientemente ponderados los puntos positivos de un liderazgo femenino en educación: “Las mujeres son más participativas. Se preocupan más por las personas, son más empáticas, capaces de implicarse en situaciones de alta densidad emocional. Se mueven mejor en el conflicto, se preocupan más por el clima de convivencia y por la imagen y también saben vender mejor la marca. Parafraseando a Deborah Tannen en El futuro del liderazgo: La mujer ejerce con más éxito el liderazgo que demanda la sociedad de hoy y del futuro porque las competencias que este exige son las que siempre han desarrollado, como mediar, prever, llegar a compromisos, reconocer las necesidades del otro, ponerse en su lugar… Los hombres hablan constantemente de mantenerse firmes, guardar distancias, resistir. En democracia la rigidez no es una virtud (…) Las mujeres están acostumbradas a participar simultáneamente en varias actividades y a ser el centro móvil en medio del caos repetitivo”.

VOCES

Lola Urbano

  • Lola Urbano (56 años). Directora del CEIP Tomás de Ybarra de Tomares (Sevilla)

“Presenté mi candidatura porque quería cambios. El empujón me lo dieron mis hijos, especialmente el menor de dos: “Si no te presentas, no me cuentes más frases de Gandhi en plan hashtag: Cambia tú y cambiará el mundo”. Al mayor le preocupaba que una implicación excesiva me perjudicara en lo personal. Tampoco iba desencaminado.

Preparé el proyecto de dirección en pocos días en las vacaciones de Navidad ya que no era algo previsto. La dirección te ofrece una autonomía profesional algo mayor. Los contras: trabajar en un país inmaduro formando parte de un sistema educativo esquizofrénico, tóxico, donde cualquier político con tijeras tiene más que decir que los profesionales que nos dejamos el pellejo cada día en la escuela, especialmente en la pisoteada escuela pública. Tampoco es agradable no tener autonomía para buscar recursos humanos y económicos. Nunca se puede demostrar qué clase de directora puedes llegar a ser porque no decides apenas nada. La inspectora le da la vuelta a esta idea señalando las maravillas que hacemos en la escuela pública con las limitaciones enormes que padecemos.

Me presenté sola. Un amigo, inspector y antiguo director, me dijo: “Preséntate, eres tú quien dará la cara. El equipo llegará solo”. En mi caso no solo llegó, sino que es el mejor posible. Creo que una de las mejores cosas que sé hacer es elegir muy bien a las personas que me hacen la vida mejor, también profesionalmente.

Meterse en un berenjenal como este suele robar tiempo y energía para la “vida normal”. En mi caso, la vida normal no es algo que me entusiasme, así que no he tenido problema en hacer puenting emocional, laboral y meterme de lleno en vivir algo nuevo que, casi sin darme cuenta, sin medicación, y totalmente gratis, me está ayudando a ser mejor persona. Sí he dicho en repetidas ocasiones que este trabajo, con mis hijos pequeños, no habría podido hacerlo igual, con la misma implicación. En contra de lo que muchos puedan pensar, no necesariamente una directora lo hace mejor que un director. Es posible que el director llegue más relajado porque la directora, antes de salir de casa, haya tenido que, como mínimo, dar órdenes a la mujer que cuida su casa en su ausencia, besar a su descendencia, sentirse culpable por su ausencia del día entero… y el director, generalmente, no.

El trato es distinto. Una mujer ejerciendo un cargo, que lo tiene claro y sabe adónde va, suele ser etiquetada como prepotente. Un hombre con las mismas características suele ser un hombre seguro de sí mismo. No es fácil mantener el tipo cuando hombres acostumbrados a mandar en función de su volumen de voz, su sabiduría innata y sus cojones encuentran mujeres que puede que tengan más de todo eso que ellos mismos. El conflicto está garantizado y las antitaurinas sacamos el capote de parar, templar y mandar, un trabajo extra que debería cobrarse aparte.

Hace 20 años no fui capaz de dar el paso y dirigir un colegio mucho más pequeño y fácil que el de ahora. Me arrepentí muchas veces y ahora he entendido que nada sucede por error.

Puede que en Secundaria los hombres tiendan a huir de la tiza más que las mujeres. Hay más liberados sindicales, más asesores, más todo lo que sea fuera del aula o menos con el alumnado de menor edad…”.

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  • Sara Carbonell Sevilla (38 años). Directora del CEIP Luis Vives de Cullera (Valencia)

“Acabo de entrar en el equipo directivo. Creo que es clave la actitud, que te la dan las personas de las que te rodeas, y por eso es muy importante elegirlas muy bien. Has de hacerlo con ilusión, optimismo y teniendo clara la importancia de ser coherente. Aspiro a colaborar desde el proyecto de dirección para crear una escuela abierta a la participación de la comunidad, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por los argumentos de validez y contribuir a que sea una escuela segura, donde se potencien las relaciones igualitarias libres de violencia. Creo cuando la educación se basa en las mejores investigaciones y en los autores de referencia a nivel internacional puede transformar el contexto y mejorar la vida de los niños, las niñas, las familias y las personas del barrio. Contribuir a que todas y todos sin exclusión, tengan éxito académico y social, y, en definitiva, vidas más satisfactorias. Gracias al proyecto de Comunidades de Aprendizaje ahora sé cómo puedo ir haciendo posible esta escuela con la que sueño. Soy directora por mi compromiso por la mejor educación, la responsabilidad ética como profesional de hacer algo para cambiar las cosas y el sentido que da a mi vida poder contribuir a mejorar la vida de las personas. Y lo soy pese al coste personal de iniciar cambios en una estructura tan cerrada a la participación comunitaria, a la formación del profesorado basada en evidencias y a todo lo que se refiere a la lucha por la educación inclusiva.

Oyes muchos comentarios sobre que cuando eres madre tienes que dejar por un tiempo de hacer lo que hacías. No es fácil ni agradable tener que defender que eres muy buena madre o explicar que sí se puede cuando te rodeas de un círculo de apoyo en el que confiar.

Creo que a algunas personas solo les mueve el poder que da tener el puesto, el prestigio en un determinado círculo de personas… A otras, mejorar la educación, dentro de un estilo de liderazgo más dialógico y distribuido.

Las familias, fundamentalmente las propias mujeres, suelen expresar más quejas a las mujeres directoras que a los hombres. Pero si creas un clima de confianza donde las relaciones que estableces con las familias son más horizontales, si promueves las asambleas donde se deliberen y consensúen, por ejemplo, las normas del centro, cuando a las familias no solo las llamas para informarles de lo que se ha decidido ya, sino que fomentas comisiones mixtas para que tomen decisiones y te formas con ellas, ganas respeto, confianza, gratitud y amistad”.

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  • Núria Marín (55 años). Directora de la Escola Mare de Déu de Montserrat (Terrassa, Barcelona)

“Decido se directora para participar en la transformación de la escuela en comunidad de aprendizaje, para lograr el éxito educativo de todos los alumnos y alumnas y mejorar la convivencia.

Entre los puntos a favor, valoro la posibilidad de proponer ideas para mejorar la vida de las personas participantes en la vida escolar y la visión global de la vida en la escuela que te aporta ser directora, que te permite buscar complicidades para conseguir los objetivos recogidos en los sueños expresados por la comunidad.

Entre las dificultades, tener que volver a empezar cada mes de septiembre, explicando a los maestros nuevos en qué consiste el proyecto, con el que llevamos desde el año 2001, porque el equipo docentes es inestable. Pero lo vivo como una oportunidad. Pienso: ‘Quizá el profesorado que se incorpora lo capta mejor y salimos reforzados’. Este curso las complicidades desde el minuto uno del 1 de septiembre han sido increíbles.

Cuando empezamos, éramos tres compañeras en el equipo directivo (directora, jefa de estudios y secretaria), y fueron momentos difíciles, con la escuela desencantada por los resultados académicos poco satisfactorios del alumnado al pasar al instituto, pese a que aplicábamos las prácticas que nos aconsejaban en las formaciones del profesorado. Queríamos transformar las dinámicas de trabajo y tuvimos que superar las resistencias (incluso el conserje nos lo ponía difícil). Pero éramos un equipo cohesionado liderando un proyecto de cambio que culminó cuando decidimos transformar la escuela en comunidad de aprendizaje.

Tras más de 20 años en la dirección, creo que la coherencia mostrada por el equipo directivo nos ha hecho merecedoras de respeto, reconocimiento y, en ocasiones, la complicidad de familiares, compañeros y alumnos.

Asisto a las reuniones de dirección de la ciudad y he ido viviendo la evolución en estos años: cada vez se incorporan más mujeres aunque sigue habiendo una representación masculina importante en una profesión donde hay más mujeres. Personalmente, lo encuentro extraño, pues conozco a muchas docentes con un potencial de liderazgo importante que serían buenas gestoras.

Esperemos que vaya cambiando la tendencia también en los institutos. En Secundaria están dándose cuenta de que las buenas direcciones de Primaria tienen cosas que se pueden y deben aplicar en esta etapa, pero no solo en el funcionamiento de las direcciones sino en el funcionamiento de las escuelas”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/09/22/quien-quiere-ser-directora/

 

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España: Educadoras de educación especial, la batalla por hacerse visible

España/08 de octubre 2016/Autor: Enric Llopis – Rebelión/ Fuente: http://www.cgtpv.org/

Trabajan en colegios e institutos públicos con niños discapacitados y el porcentaje de precarias e interinas supera el 50%


Luchan por dejar de ser invisibles. Educadoras de educación especial de colegios e institutos del País Valenciano se concentraron ayer en las tres capitales de provincia para denunciar la situación de olvido, maltrato y precariedad. Dependientes de las consellerias de Educación y Administración Pública, Integran el colectivo cerca de 900 funcionarios que trabajan en centros públicos de infantil, primaria, secundaria y específicos de educación especial. Piden que se valore la tarea educativa que realizan, y para ello se han constituido dos plataformas reivindicativas en Valencia y Alicante. En jornadas laborales continuas de ocho horas de atención directa a los alumnos –entre las 9:00 y las 17:00-, con pausas establecidas en la normativa que en muchos casos se incumplen, los educadores se hacen cargo de personas con discapacidad física, psíquica y sensorial, que pueden incluir la parálisis cerebral, el Síndrome de Down, el autismo u otras menos frecuentes. Protestan por verse excluidos de los claustros o sin el tiempo necesario para la coordinación pedagógica con el resto de profesionales, la preparación de actividades o las reuniones con los padres. Y porque no se les respetan las mismas condiciones que a los docentes con los que comparten centro educativo.

A pesar de la invisibilización, sin el educador de educación especial resulta imposible una escuela “integradora” e “inclusiva”, mantiene Víctor Tormo, delegado de CGT en la Generalitat en la provincia de Castellón. La relevancia de estos profesionales puede apreciarse por ejemplo en las aulas de comunicación y lenguaje para niños con trastorno de espectro autista de los colegios públicos, donde el educador presta apoyo a los maestros de pedagogía terapéutica y audición y lenguaje, además de acompañar al alumno cuando pasa al aula ordinaria en la que se imparte el currículo convencional. La labor de estos profesionales consiste en fomentar la autonomía personal y el desarrollo de las habilidades cognitivas, relacionales y motrices de los menores, que es “tan importante como los conocimientos académicos”, defiende M.J.P., educadora de educación especial desde hace 23 años en centros públicos y miembro de la Plataforma d’Especialistes d’Educació Especial i d’Educació Infantil de Valencia.

Un informe de la Conselleria d’Educació, dirigida por Compromís y a la que apuntan las exigencias del colectivo, determina mediante un informe individualizado las necesidades y recursos recursos que requiere cada alumno. “Pero resulta muy difícil cumplir con las ratios”, critica Víctor Tormo, quien denuncia la sobrecarga de trabajo, la generalización de las horas extraordinarias y el trabajo a tiempo parcial. Señala además que el porcentaje de interinos y trabajadores en precario supera el 50% de la plantilla, pero el Gobierno Valenciano “incomprensiblemente” no ha convocado plazas para educadores de educación especial en la oferta pública de empleo de 2016 ni tampoco en los años anteriores. En este colectivo profesional integrado mayoritariamente por mujeres, agrega el sindicalista, “se incumple reiteradamente la ley de prevención de riesgos laborales”. “Muchas compañeras no se encuentran bien de salud”, resalta M.J.P., quien apunta sobre todo problemas de estrés, ansiedad y musculares al forzar la posición del cuerpo. “La Administración no está haciendo nada”, critica Víctor Tormo. A pesar de la vinculación a dos consellerias, apunta la responsabilidad directa del conseller d’Educació, Vicent Marzà: “De momento están actuando respecto a los educadores igual que los gobiernos del PP”.

En el listado de críticas figuran la falta de formación específica para trabajadores que laboran con discapacitados y las muy escasas posibilidades de promoción interna; según M.J.P., “después de superar una oposición muy exigente, en la que han de probarse conocimientos sobre múltiples tipos de discapacidad; sin esto, una no es educadora”. Cuando protestan por la invisibilización de los 458 educadores de centros públicos en la provincia de Valencia, 294 en Alicante y 130 en Castellón, se refieren a su empleador –la administración autonómica- pero también a la sociedad en su conjunto. Lamentan que cuando se hable del inicio del curso, la jornada continua en los colegios o las reivindicaciones de los docentes, se olvide a los educadores de educación especial, quienes además, “en los centros privados y concertados se encuentran en mejores condiciones que nosotros”, destaca M.J.P. Las plataformas concretan este reconocimiento insuficiente en que los educadores figuren en el grupo C1 de la administración valenciana. Aunque el salario no figure en el centro de las reivindicaciones, esta categoría puede implicar nóminas de 1.100 euros y en los casos de empleo a media jornada, cerca de 600 euros con los que el trabajador se ha de pagar además los desplazamientos.

Salva Sanmartín, de Intersindical Valenciana, recuerda que ya en 2013 los educadores de educación especial pedían mantener la misma distribución de la jornada laboral que sus compañeros docentes en cada centro. Como pauta orientativa, se establecían 25 horas semanales de atención directa a los alumnos; cinco horas para actividades de coordinación, formativas y atención a las familias y 6,15 horas (que no implican la permanencia en el centro escolar) para tareas de preparación y evaluación. En ocasiones los alumnos con necesidades especiales requieren una atención “itinerante”, que debería reflejarse en el cómputo de la jornada laboral; e incluirse una compensación económica por el desplazamiento del educador y un seguro al efecto, sostiene Intersindical Valenciana. El sindicato se muestra partidario de que se supriman las referencias al “cuidado” y “vigilancia” de los alumnos en el perfil profesional de los educadores, ya que esta obligación corresponde a todo el personal de los centros. También denuncia que en muchos casos, por la situación de precariedad laboral, las trabajadoras se vean obligadas a cuidar de los menores en el horario de comedor, cuando tendrían que afrontar esta responsabilidad las empresas privadas con las que la conselleria concierta el servicio.

En la concentración frente a la sede de la Conselleria d’Administració Pública, una trabajadora que prefiere el anonimato y ha pedido la baja por ansiedad en 2016 denuncia los abusos de poder por parte de la directora del centro: “contra las educadoras como colectivo”. “No deja que nos relacionemos entre nosotras”, critica, y señala que se trata de medidas “premeditadas” por parte de la dirección. Desde las imposiciones en los horarios y la obligación de realizar el turno de comedor, hasta el hecho de alinear a los maestros contra las educadoras de educación especial. B. A. se separa unos metros de la concentración para explicar que trabaja en dos institutos públicos de la provincia de Valencia con niños que padecen discapacidad física y movilidad muy reducida; discapacidad psíquica y trastornos en el lenguaje, y discapacidad físico-psíquica. Lamenta la descoordinación en el día a día de los centros educativos. “Cuando entras en el aula ordinaria tienes que sacar tú al crío adelante, te lo adudican y en algunos casos, a la larga, te tienes que encargar de todo, también de estar con el crío en el comedor”. Denuncia las situaciones de ansiedad y estrés, “todo ello con una categoria C1 en de la administración, cuando el 90% tenemos estudios superiores en psicología, pedagogía o el grado de integradores sociales”. Tiene claro, además, la importancia de la especialización y sobre todo que lo fundamental son los alumnos.

Asimismo mantiene el anonimato otra trabajadora de un centro específico de educación especial. Pide a la Administración autonómica que reconozca la “peligrosidad” y la “penosidad” de la profesión: por la presión que implica atender a los niños cada uno con su problemática; estar pendiente de lo que el profesor requiera en cada momento para los alumnos con necesidades especiales; los traslados del menor, darles de comer… La casuística es múltiple y cambia según el colegio o instituto. Otra educadora informa de su circunstancia particular. Afirma ser víctima de la falta de profesionalidad del maestro del aula ordinaria, quien ha decidido que no son necesarios más medios para atender a los alumnos con discapacidad; de esa manera, “se pierde todo lo que he trabajado durante ocho años con un niño que padece trastorno de espectro autista”. Tiene que ir todos los días medicada a trabajar, el facultativo de cabecera le ha diagnosticado problemas de ansiedad, insomnio y colon irritable, entre otros. La directora del centro, relata la trabajadora, le ha dicho que no airee la situación para no manchar la reputación del centro educativo, y que ella misma es quien ha de encontrar una solución. Casi al finalizar la concentración, otra educadora explica que ha pasado dos años sin comer con un mínimo de calma y en condiciones, al tener que trabajar sin descanso entre las 9:00 y las 15:00, y desplazarse después entre dos centros ubicados en los extremos de un municipio. A las 15:30 horas entraba a laborar en un tercer centro. “Como no estás y no vas a las reuniones, nadie te informa de nada”. Padecía problemas de taquicardia, ansiedad y en el estómago…

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Educadoras de educación especial, la batalla por hacerse visibles

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Enric Llopis

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Los daños de la inmersión lingüística

Sonia Sierra

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dictó el 15 de diciembre 2015 una sentencia por la que condena a la Generalitat de Cataluña a indemnizar a una niña con 3.000 euros por haber sido escolarizada sólo en catalán pese a haber obtenido el reconocimiento de los tribunales a recibir la enseñanza también en español.

Como suele ocurrir, cuando la sentencia llega, el alumno ya ha acabado su escolarización, en este caso, el ciclo de Educación Infantil.

Los padres reclamaron, tal y como reconoce la Ley de Política Lingüística, que su hija pudiera recibir educación en su lengua materna y el colegio les ofreció «atención individualizada» en español pese a que esta práctica no sustituye a la enseñanza en la lengua pedida, como señalan varias sentencias.

Para aquellas personas que no estén familiarizadas con el tema, esa «atención individualizada» con la que según los defensores de la inmersión se garantizan los derechos de los castellanohablantes, consiste en que el alumno está en clase con todo el material en catalán y cuando el docente acaba su explicación, se dirige a él y se la repite en español. Por supuesto, no hay ningún tipo de argumento didáctico ni pedagógico para defender semejante horror.

El caso que ahora nos ocupa se remonta al curso 2008-09 y los padres han tenido que esperar seis años a que se haya hecho justicia porque en todo lo que respecta al tema de la lengua, la Generalitat recurre y recurre, sometiendo a los progenitores a un calvario judicial que, paradójicamente, es pagado con el dinero de los impuestos de todos los ciudadanos, incluidos el de los demandantes.

Que una administración utilice el dinero público para pleitear contra personas cuyo único delito es pretender una educación mejor para sus hijos resulta escalofriante además de una auténtica aberración.

Por si todo esto fuera poco, los docentes llamados a reclamar reconocieron que la consejería de Enseñanza faltó a la verdad en un informe que aportó al tribunal en 2012 en el que decía que la alumna sí había recibido educación en español. Algo así sería inadmisible en la mayoría de democracias de nuestro entorno.

La cifra de 3.000 euros viene del cálculo de las horas, 6,5 horas por semana, de clase que la alumna no recibió en su lengua materna a razón de 7,36 euros la hora, según precio de mercado pero, además, también se le indemniza con227,50 euros como «perjuicio adicional» por el retraso en el aprendizaje en el que había incurrido la alumnas y otros 227,50 por «el sobreesfuerzo innecesario que de forma ilegal se ha obligado a realizar a la alumna».

Estos dos puntos son los que me parecen más interesantes de toda la sentencia porque ratifican lo que muchas personas venimos denunciando desde hace tiempo, que la inmersión perjudica a la mayoría de los alumnos, en concreto a ese más del 50% que tiene el español como lengua materna.

Las cifras son elocuentes: los castellanohablantes presentan el doble de fracaso escolar que los catalanes y la desventaja se mantiene incluso cuando distraemos los datos socioeconómicos de la familia.

Pero, además de esto, hay un daño más sutil y difícil de cuantificar y es el de aquellos alumnos que, sin llegar a ser fracaso escolar, han visto disminuidas sus notas, aunque sea ligeramente, por tener que realizar sus exámenes o presentar en una lengua que no es la suya materna porque resulta evidente que es con la que mejor nos expresamos.

Esto se nota especialmente cuando de hablar se trata, en un sistema educativo como el nuestro que carece claramente de una formación en expresión oral. Si pensamos en acontecimientos importantes en la vida académica por lo que en ellos se juega como puede ser la redacción y posterior presentación del trabajo de investigación de 2º de bachillerato o los exámenes de acceso a la universidad, resulta evidente que hay unos alumnos que parten desde una posición más favorable que otros porque unos lo hacen en su lengua materna y otros no.

Pondré un ejemplo claro. Cuando se evalúa una exposición oral, se tienen en cuenta aspectos como la corrección fonética por lo que un alumno que de forma natural pronuncia la «s» sonora o sabe distinguir entre la «o» o la «e» abierta y cerrada ya que son sonidos propios de su lengua, parte con ventaja sobre los castellanohablantes porque en español no existen.

Se podría alegar que los alumnos han estado escolarizados siempre en catalán y que por ese motivo para ellos también son sonidos «naturales», pero basta hablar con cualquier profesor de catalán de cualquier instituto de la periferia para que quede claro que esto no es así.

Esperemos que esta sentencia favorable a esos padres que han luchado contra el poder para reivindicar una mejor educación para su hija vaya más allá de la victoria moral y se abra la puerta a un debate sereno y riguroso que permita que en Cataluña todos los alumnos puedan gozar de un sistema educativo más justo e igualitario.

Fuente del articulo: http://www.economiadigital.es/es/notices/2015/01/los-danos-de-la-inmersion-linguistica-65123.php

Fuente de la imagen: http://cronicaglobal.elespanol.com/es/img2/2014/06/20140614rigau1-4140.jpg

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Si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia

Agustín Moreno

Hace años que lo viene denunciando el profesorado, las familias, los estudiantes, los sindicatos, la Marea Verde…. En fin, todo el mundo. Pero tiene que venir un organismo internacional a decir lo mismo para que salten las alarmas: “El gasto español en educación está por debajo de la media de la OCDE”. La conclusión del informe es inequívoca: “Una educación de calidad necesita una financiación sostenible”. Tras el titular aparece información relevante y muy inquietante que tira por tierra el neolenguaje de la LOMCE aprobada en solitario por el PP en pleno maremágnum de recortes. ¿De qué “Mejora de la Calidad Educativa” están hablando? Por cierto, los datos son de 2013 y los recortes han seguido después. Veamos.

  • España destina entre 1.335 y 2.670 euros menos por alumno y año. Estamos en el puesto 25 de los 35 países de la OCDE, y nos situamos por detrás de Francia, USA, Alemania, Finlandia, Reino Unido, Italia, Portugal, Corea del Sur, etc.
  • La inversión en educación es solo de un 8% del gasto público total, frente al 11% de media de la mayoría de los países.
  • Si lo medimos en términos de PIB, hemos pasado del 5% a solo el 4,3% (7.000 millones menos) frente a un 6,2% de media europea. Y lo peor es que el Gobierno Rajoy se ha comprometido con la Troika a que no pase del 3,9% del PIB en 2017.
  • Que se haya pasado de 53.375 millones de euros en 2009 a 46.000 en 2014, permite visualizar la envergadura del recorte de la inversión educativa en España.
  • La cuarta parte de los jóvenes de 15 a 29 años ni estudia ni puede trabajar. Ello se explica por el fracaso y abandono escolar, así como por la elevada tasa de desempleo juvenil.

Como no podía ser de otra manera, las consecuencias se han dejado de sentir en los centros educativos, especialmente en los públicos. Reducción de las plantillas del profesorado entre 23.000 y 32.000 docentes (según las fuentes) por amortización de jubilaciones y despido de interinos. Deterioro de las condiciones laborales del profesorado (mayor precariedad del profesorado interino, aumento de las jornadas lectivas y de la ratio de alumnos, pérdida salarial, etc.). Abandono de los programas de atención a la diversidad, o lo que es lo mismo, del carácter inclusivo y compensador que tiene que tener la educación. La irresponsabilidad del PP en educación nos lleva a empezar peor el curso cada año.

A todo lo anterior hay que añadir la descarada desviación de recursos de la educación pública a la concertada en las comunidades autónomas más conservadoras, como la de Madrid. En este contexto, la LOMCE daba cuerpo legal a la contracción del gasto en educación. La toma de conciencia de la envergadura de ataque a la educación pública ha generado un fuerte compromiso de las comunidades educativas y el esfuerzo del profesorado para evitar que el impacto en la calidad haya sido más demoledor.

Aparte de la derogación de la LOMCE, urge revertir los recortes y llegar a un compromiso de inversión educativa que nos sitúe en la senda de alcanzar a medio plazo el 7% del PIB. Debe blindarse una financiación adecuada al sistema educativo y no solo por razones de igualdad de oportunidades, de equidad y justicia social, que serían suficientes. También porque es lo más rentable que puede hacer una sociedad. El Nobel de Economía (2000) James Heckman decía que por cada euro invertido por niño el rendimiento es de entre el 7 y el 10% anual a lo largo de su vida. Es decir, que cada euro invertido en educación inicial revierte en ocho euros del producto social en las etapas posteriores, un rentabilidad mucho mayor que la de los fondos de inversión, añadía irónicamente.

Por todo ello, a aquellos políticos sin escrúpulos que solo miran por las élites en perjuicio de la mayoría social y que apuestan por el país de la mediocridad, habría que recordarles lo que decía Derek C. Bok, que fue durante veinte años Rector de la Universidad de Harvard, y que da título al artículo.

 

Fuente del articulo: http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/09/21/usted-cree-la-educacion-cara-pruebe-la-ignorancia/1664

Fuente de la imagen: http://www4.pictures.zimbio.com/gi/Derek+Bok+TIME+Summit+Higher+Education+WB-z4MTRCCUl.jpg

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España: Grave crisis en la delegación de Educación por los contratos «a dedo»

Europa/España/09 Octubre 2016/Fuente.abcdesevilla /Autor:MERCEDES BENÍTEZ

El escándalo de las contrataciones a dedo ha abierto una profunda crisis en la delegación provincial de Educación que en las últimas horas ha destituido a tres altos cargos por las irregularidades en esos contratos y ha tenido que abrir expediente disciplinario a varios de ellos. Ayer, después de que se conociera la fulminante destitución de los tres responsables de los puestos de libre designación, la Consejería de Educación, admitió que ha abierto expediente disciplinario a los destituidos aunque se limitaba a asegurar que los expedientes se producían «por no aplicar la normativa».

Los altos cargos afectados por estas destituciones son la jefa de Ordenación Educativa, Carmen Liébana y el jefe de Recursos Humanos, Luis Sanchís, mientras que el tercer afectado es el jefe de Inspección de Sevilla, Alberto Moreno, y padre de Anaís Moreno, la joven que se benefició de un contrato presuntamente irregular en un centro educativo del Polígono Sur.

Ayer la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, que se vio obligada a abrir una investigación interna en julio y se comprometió en el Parlamento a depurar responsabilidades, dijo que «ha habido algún tipo de no aplicación en la normativa y eso merece abrir un expediente disciplinario». De la Calle, que visitó una escuela infantil en Osuna, afirmó que se ha actuado «rápidamente» en el momento que ha tenido la información reservada y por ello ha abierto expediente disciplinario a estas tres personas. Esa investigación «concluirá si ha habido error o no». Sin embargo, la consejera no reveló mas datos al respecto asegurando que las conclusiones de ese expediente tardaran. «Las dos personas que van a ser sometidas a expediente disciplinario son las dos que se ha tomado la decisión de que deben ser cesadas», dijo.

Unas explicaciones muy parcas para unos hechos que han abierto una profunda crisis en la delegación de Sevilla cuya titular, Francisca Aparicio, se ha quedado prácticamente sola y sin equipo después de las últimas destituciones que se suman a la del que fuera secretario general, Francisco Díaz. Este último dejó el cargo unos días después de negarse a firmar un informe encargado por la delegación parar dar apariencia de legalidad a esas contrataciones, entre ellas las de la hija de Moreno.

El PPy Podemos pidieron la destitución fulminante de la delegada provincial, Francisca Aparicio, como principal responsable e insistieron en que la consejera de Educación debe dar explicaciones en el Parlamento y dar a conocer los resultados de esa investigación. Según la diputada del PP, Patricia del Pozo, «es inadmisible que no dimita la responsable de la delegación tras ese escanda y cuando se ha quedado sin sus cuatro jefaturas de servicio y sin el secretario general.

Fuente de la noticia: http://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-grave-crisis-delegacion-educacion-contratos-dedo-201610080753_noticia.html

Fuente de la imagen:http://sevilla.abc.es/media/sevilla/2016/10/08/s/aparicio-crisis-educacion-k1nF–620×349@abc.jpg

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